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Temperatura Incorrecta - Stefan Michalski

© Canadian Conservation Institute (2009) Canada (English and French editions)


(ediciónes en inglés y francés)
© ICCROM (2009) (edición en español)

Temperatura Incorrecta
Definición de Temperatura Incorrecta
Personas, Energía, el Ambiente y la Sostenibilidad
Deterioro por Temperatura Incorrecta y las Colecciones más Vulnerables
Fuentes de Temperatura Incorrecta
Control de la Temperatura Incorrecta
Conclusiones
Viñetas
Viñeta 1. Congelamiento y fluctuación de la temperatura en las colecciones del territorio del
Yukón
Viñeta 2: Almacenamiento en frío a pequeña escala para documentos de archivo
Referencias (*Lecturas recomendadas)
Glosario de términos

Definición de temperatura incorrecta


A diferencia del fuego, del agua, las plagas, etc., la temperatura no puede ser considerada un
agente de deterioro puesto que no podemos hablar de evitarla. Desde el punto de vista del
riesgo y deterioro de las colecciones, se debe hablar de temperaturas incorrectas.

Ante esto, surgen en la práctica tres categorías de temperaturas incorrectas y las diversas
colecciones poseen distintas sensibilidades a cada una de ellas.

• Temperatura muy alta: Esta categoría puede subdividirse en fenómenos químicos,


físicos o biológicos. El primero es el de mayor importancia para museos y archivos, ya
que las temperaturas normales en una habitación son demasiado altas para la
preservación a largo plazo de materiales inestables manufacturados por el hombre,
siendo especialmente sensibles aquellos que contienen imágenes, sonido y texto; de
hecho, para la mayoría de museos solamente estas colecciones de archivo requieren
alguna atención con relación a la temperatura incorrecta.

• Temperatura muy baja: En general, este tipo de temperatura es beneficiosa para las
colecciones. Sin embargo, los materiales constituidos por polímeros, como las pinturas,
se vuelven más quebradizos y frágiles. Afortunadamente, una manipulación cuidadosa
mitiga la mayoría de los riesgos.

• Fluctuación de temperatura: Esta situación es la que más ha complicado a los museos


y genera un sinnúmero de solicitudes de control climático (junto con la preocupación
por las fluctuaciones en la humedad relativa). Este énfasis en las fluctuaciones de
temperatura ha sido desproporcionado en relación a su importancia para la
preservación de las colecciones.
Aunque estas categorías se superponen en cuanto a las medidas de control, al evaluar los
riesgos para las colecciones es mejor considerarlas por separado.

Personas, energía, el ambiente y la sostenibilidad


El control de la temperatura dentro de un museo se relaciona con el confort de las personas, el
costo de la energía, el impacto ambiental y la sostenibilidad. Las recomendaciones
convencionales sobre el control de la temperatura en los museos surgieron de una mezcla de
las necesidades de confort, una cantidad limitada de ciencia, un considerable número de
supuestos sobre posibles daños causados por condiciones no controladas, y una desafortunada
tendencia a generalizar hacia un objetivo único y rígido. En tiempos de mayor preocupación por
el uso prudente de los recursos del planeta, dichos supuestos no pueden dejarse de lado. Para
los museos más pequeños, que de todos modos nunca lograron este control, la pregunta que
surge es hacia dónde deberían enfocar sus esfuerzos por el control de temperatura y por qué.
En este capítulo se hace un bosquejo sobre lo que sabemos con certeza acerca de las
necesidades de las colecciones y dónde con más frecuencia surgen los mayores riesgos.

Deterioro por temperatura incorrecta y las colecciones más


vulnerables

Temperatura muy alta

Daño químico acumulativo producido por todas las exposiciones a


temperaturas lo suficientemente altas como para provocar un rápido
deterioro
Muchos productos fabricados a partir de la segunda mitad del siglo XIX, particularmente el
papel, los materiales fotográficos, el caucho y muchos tipos de plástico, se autodestruyen
químicamente en el transcurso de una vida humana. A esta lista podemos sumar los registros
electrónicos modernos - desde cintas análogas hasta discos digitales. La Tabla 1 presenta
algunos objetos de museos y archivos según su sensibilidad química a una forma muy
importante de “temperatura muy alta” -la temperatura normal de la sala- y entrega sus
expectativas de vida aproximada. Debido a que la hidrólisis ácida provoca la mayor parte de
este deterioro, la humedad relativa (HR) también juega un rol importante (ver capítulo sobre
“Humedad Relativa Incorrecta”), no obstante la temperatura continúa siendo el factor más
importante a controlar. Aparte de los materiales que son ácidos por naturaleza, debemos sumar
aquellos, como por ejemplo textiles, papel y cuero, que se acidificaron tras la exposición a
ciertos contaminantes internos o externos, en especial al dióxido de azufre generado por la
contaminación industrial del aire de los siglos XIX y XX.
Figura 1. Objetos para los que las temperaturas confortables para las personas son “muy altas” para una
preservación a largo plazo. Al momento de ser fotografiados, el periódico solo tenía 27 años de antigüedad y la
muñeca de goma alrededor de 30. Solo un almacenamiento en frío puede mantenerlos bien preservados por más de
una generación.

Un ejemplo extremo de alta sensibilidad son las cintas y láminas de nitrato de celulosa
(producidas principalmente entre 1896 y 1952). Dichos materiales se tornan pulverulentos o
pegajosos. Las cintas en rollo altamente deterioradas pueden incluso inflamarse sobre los 38ºC,
por lo que los museos debieran identificar y aislar dichos artículos.

Tabla 1. Sensibilidad química de materiales a la temperatura de la sala y su expectativa de


vida en diferentes condiciones a (~) 50% de HR. Para el efecto combinado de HR y
temperatura sobre la expectativa de vida ver el capítulo sobre “Humedad Relativa
Incorrecta”. Todas las fuentes para la mayoría de los materiales están revisadas en Michalski
(2000).
Sensibilidad química de materiales a temperatura ambiente

Sensibilidad Sensibilidad muy


Sensibilidad baja Sensibilidad alta
media alta

Madera, cola, lino, Es la mejor estimación El papel ácido y Son los llamados
algodón, cuero, papel que existe en la algunas películas se materiales “inestables”.
de trapo, pergamino, actualidad para que vuelven quebradizas y Los medios magnéticos
pintura al óleo, temple materiales fotográficos oscurecen, por lo que típicos empiezan a
al huevo, acuarela y estables permanezcan son de difícil volverse
yeso. Aún existen como imágenes con accesibilidad. irreproducibles, Ej.
ejemplares de este tipo poco o ningún cambio. Ejemplo: periódicos y cintas de video, audio y
de materiales Ejemplo: negativos en libros de mala calidad, datos; discos flexibles.
provenientes de blanco y negro sobre papeles posteriores a El deterioro de
entierros o espacios vidrio del siglo XIX, 1850. materiales fotográficos
cerrados secos a negativos en blanco y La película de acetato menos estables, por
~20ºC., que tienen 1 a negro sobre película de se contrae y la capa de ejemplo: las
3 milenios de poliéster del siglo XX. la imagen se fotografías a color se
antigüedad resquebraja. Los decoloran (en la
Estos objetos, estaban celuloides y muchos de oscuridad), artículos
protegidos de cualquier los primeros plásticos pobremente fabricados
exposición ácida, como se vuelven amarillos, se amarillean, se
la polución ambiental se resquebrajan y se desintegran; el nitrato
propia de la revolución deforman. de celulosa se
industrial y nunca se Los materiales amarillea, se
han mojado. naturales acidificados desintegra más rápido
Piel, hueso, y marfil de por la polución cuando se almacena en
mamut peludo, han ambiental (textiles, grandes cantidades.
sobrevivido intactos cueros) se debilitan y Muchos polímeros
por más de 40 milenios pueden desintegrarse. elásticos, desde caucho
mientras se mantenían hasta espumas de
congelados. poliuretano, se vuelven
quebradizos,
pegajosos, o se
desintegran. Algunas
pinturas acrílicas sobre
ciertos soportes de tela
se amarillean
rápidamente.

Expectativa de vida * aproximada de los materiales a diferentes temperaturas

Tratamiento con
~4+ ~1 ~6 meses 2 meses
calor, sol ~60 ºC

Habitación
~250 años + ~75 años ~25 años ~7 años
calurosa ~30 ºC

Habitación cálida
~500 años + ~150 años ~50 años ~15 años
~25 ºC

Habitación Unos pocos siglos Una vida humana ~100 Una generación
Milenios ~1000 años+
normal~20 ºC ~300 años años humana ~30 años

Depósito fresco
~5.000 años + ~1.500 años ~500 años ~150 años
~10 ºC
Depósito frío
20.000 años + ~6.000 años ~2.000 años ~600 años
~0 ºC

La expectativa de vida está aquí definida en términos de los efectos o utilidades descritas para cada
material mencionado en la fila superior. Mientras que la expectativa de vida expresada en cada fila es
considerablemente incierta, la relativa mejoría, desde la fila superior hasta la inferior es evidente.
Nótese que la mayoría de los materiales en una colección mixta caen en la categoría de
sensibilidad baja y han perdurado por siglos, incluso milenios, sin los cuidados “modernos” en
su temperatura de almacenamiento. Estos materiales se han preservado debido a una
combinación de condiciones de temperatura moderada más la protección de la contaminación
industrial, ya sea por su ubicación rural o por estar en un espacio cerrado, tales como un
edificio, una caja, o la propia estructura del objeto como en la encuadernación que protege un
libro.

Una regla general práctica para tener los beneficios de una temperatura más baja establece que
cada reducción en 5ºC duplica la expectativa de vida del objeto (como puede verse en la Tabla
1 al comparar intervalos de 5ºC). Puede haber controversias acerca de los criterios para definir
la “expectativa de vida” de un objeto -como el grado de amarillamiento, la deformación o la
desintegración- pero dado un criterio seleccionado, indudablemente la regla se mantiene.

Daño físico en situaciones en que la temperatura es muy alta


Algunos objetos contienen materias primas que se deformarán y debilitarán, o incluso se
fundirán, sobre una cierta temperatura. La Tabla 2 enumera algunas transiciones de
temperatura conocidas y muestra ejemplos de los daños que esto podría provocar en los
objetos. Aparte de exóticos ejemplos de alimentos, cosméticos, cera y el problema ocasional de
adhesivos que han perdido su adhesividad, podemos concluir que el ejemplo más significativo
en la Tabla 2 es la deformación irreversible en objetos modernos de plástico. Muchos medios
electrónicos toleran muy poco la deformación antes de volverse ilegibles. Un ejemplo tomado
de la vida diaria es la rápida deformación de las cintas de video, CDs y DVDs cuando se les deja
al sol directo. Se debe hacer notar que la temperatura necesaria para esta rápida deformación,
~ 60ºC, excede considerablemente lo que uno podría inferir de los estándares climáticos para
dichas colecciones. Cuando se escriben estándares la precaución extrema siempre conduce a la
obtención de un amplio rango de seguridad, sin embargo, desde la perspectiva del manejo de
riesgos, es útil saber exactamente qué temperatura constituye una catástrofe para las
colecciones, en un evento de corta duración, (en este ejemplo, cuantos minutos u horas a
aproximadamente 60ºC le toma a cada objeto calentarse).

La siguiente sección sobre fluctuaciones de temperatura, trata acerca del daño físico ocasionado
por la expansión de los materiales debido al aumento de la temperatura.

Tabla 2. Daño físico provocado o exacerbado por temperaturas demasiado altas y


temperaturas demasiado bajas.
Efectos físicos y materiales sensibles Ejemplo de objetos

Sobre 60ºC “Temperatura de deformación por calor” Objetos de plástico, casetes de


de muchos plásticos comunes (PET, plástico que almacenan medios
Demasiado acrílico, HDPE, ABS, Nylon en el rango de electrónicos, medios ópticos: todos se
alta 65-90ºC) distorsionan rápida e
irreversiblemente a dichas
temperaturas.
Sobre 60ºC Liberación de tensiones intrínsecas del Soportes de medios magnéticos,
Poliéster biaxial que normalmente toma como video, audio o cintas de datos,
siglos, ocurrirá en el transcurso de horas discos flexibles, se deforman
a días. irreversiblemente. Los registros se
pueden volver ilegibles.
Sobre 45ºC Fundido o ablandamiento de ceras. Por Pinturas: pinturas al óleo reenteladas
ejemplo: cera parafina (47-65ºC), cera de a la cera - resina pueden deslizarse o
abeja (60ºC), carnauba (80ºC) separarse de la tela. Las pinturas a la
encáustica se reblandecen. Lacres,
velas, jabones; se reblandecen y
deforman irreversiblemente.
Sobre 30ºC Mezclas basadas en componentes cerosos Algunos alimentos y cosméticos se
se deforman, se separan y forman deforman, las mezclas eflorescen y se
eflorescencias. El chocolate se derrite separan.
(34ºC). Diversos adhesivos de PVA se Uniones de papel, madera, cerámica
reblandecen significativamente y pierden restaurada, en que se han usado
fuerza. “adhesivos blancos” se separan,
especialmente si la temperatura está
combinada con una alta HR.
Bajo 10ºC La transición de dúctil a quebradiza en Los casos más famosos fueron las
aceros al carbón varía considerablemente embarcaciones de la Segunda Guerra
según su contenido de carbón (aleaciones Mundial que se agrietaban
de aluminio y cobre no sufren dicha inesperadamente en el frío Atlántico
transición). Norte. Suponiendo que no hay cargas
de peso externas, no es una
preocupación en los museos.
Maquinaria pesada y de carga en
colecciones industriales presentan
más riesgo en invierno que en verano.
Bajo 5ºC Pinturas acrílicas de artistas, que a Las pinturas acrílicas se hacen más
temperatura ambiente tienen vulnerables a golpes e impactos que
características similares al cuero y a temperatura ambiente.
resistentes, entran en su fase vítrea.

Demasiado Bajo -30ºC Pinturas al óleo de artistas entran en su Las pinturas al óleo se vuelven mucho
baja fase vítrea. más vulnerables a golpes e impactos
que a temperatura ambiente.

Bajo -40ºC Transición de dúctil a quebradiza en Las pinturas acrílicas se vuelven


pinturas acrílicas de artistas. Muchos extremadamente vulnerables a golpes
otros polímeros de uso práctico que a e impactos. De la misma manera, la
temperatura ambiente tienen mayoría de los cauchos y plásticos
características similares a la goma o que a temperatura ambiente son
cuero se volverán vítreos e incluso elásticos o resistentes y con
quebradizos a – 40 º C. La contracción características similares al cuero, se
es significativa, por lo que cualquier volverán muy vulnerables. Algunos
sujeción puede causar fractura. componentes plásticos pueden
fracturarse si están restringidos, por
ejemplo diales unidos o conectados a
elementos de madera o metal.

Daño biológico en situaciones en que la temperatura es lo suficientemente


alta como para generar desarrollo de microorganismos
Por sobre los ~ 4ºC se activa el moho y por sobre los ~ 10ºC los insectos (vea capítulo sobre
“Plagas”). Las colecciones en Canadá rara vez presentaron moho o polillas durante el invierno
cuando el depósito permanecía sin calefacción. Los museos en climas fríos deben reconocer que
la decisión de poner calefacción a una colección que esté formada principalmente por lana,
pieles o plumas a temperaturas que sean agradables para las personas, no sólo tendrá un
mayor costo sino que también aumentará el riesgo de desarrollo de moho y de pestes,
transformando una preocupación de 6 meses en el año en una de los 12 meses del año.

Temperaturas muy bajas


Las “temperaturas muy bajas” pueden originar daño físico. Muchos de los polímeros de uso
práctico diseñados para ser resistentes a temperatura ambiente se vuelven rígidos o incluso
quebradizos a medida que la temperatura disminuye, especialmente en pintura moderna y
capas protectoras. El mayor riesgo para una colección no es que dicho cambio de temperatura
sea en sí mismo dañino, sino que los objetos se vuelvan mucho más frágiles y tiendan a
agrietarse al ser manipulados. La Tabla 2 resume este conocido fenómeno. El cambio en la
friabilidad es más rápido y más dramático en pinturas acrílicas que en óleos.

En Canadá, muchos objetos comunes han sobrevivido a temperaturas de -30ºC. La experiencia


muestra que la mayoría sufre daños imperceptibles. (Ver Viñeta 1). Con la llegada a los museos
de métodos de “congelamiento” a baja temperatura en las desinfecciones no tóxicas para
plagas (ver capítulo “Plagas”), muchos objetos han sido expuestos abruptamente a
temperaturas entre -30ºC y -40ºC. Recientes estudios controlados han reportado sólo daños
leves en unos pocos objetos. Actualmente no está claro si el daño se debió directamente a la
baja temperatura o a efectos colaterales discutidos en fluctuaciones. En general, para los
objetos más propensos al riesgo de plagas, por ejemplo materiales orgánicos generalmente
resistentes o flexibles, los riesgos derivados de las bajas temperaturas, son mucho menores que
los riesgos a sufrir por plagas vivas.

Fluctuaciones de temperatura

Efecto físico directo de las fluctuaciones de temperatura


En las secciones sobre “temperatura muy alta” y “temperatura muy baja” se discutía sobre el
daño que puede atribuirse a una temperatura particular, más que al proceso de alcanzar dicha
temperatura desde condiciones más cálidas o más frías. En el caso de daño físico, este se debía
a transiciones específicas en las propiedades físicas. En esta sección sobre fluctuaciones se
considera el daño provocado por el cambio de la temperatura en si mismo, sin considerar donde
comienza o termina. Este es el parámetro que el ingeniero y los sistemas mecánicos, intentan,
con un alto costo, controlar cuando se requiere un estrecho rango de fluctuación. El mecanismo
subyacente al daño es la expansión de los materiales a medida que su temperatura sube y, al
contrario, la contracción cuando esta baja. Existen dos situaciones que provocan daño: cuando
los componentes de un conjunto complejo poseen diferentes coeficientes de expansión, y
cuando un objeto es sometido a fluctuación de forma más rápida que su capacidad de
responder adecuadamente.

Estos son problemas clásicos de la ingeniería que ya han sido resueltos para muchos objetos
complejos que han estado sometidos a fluctuaciones extremas de temperatura, tales como
motores, puentes metálicos, incluso cafeteras de vidrio, etc. Cuando se utilizan estos modelos
para estimar el riesgo de fractura, queda claro que las fluctuaciones de temperatura necesarias
para provocar este tipo de daño en la mayoría de los objetos, en rangos de tamaño que varían
desde vehículos a objetos manipulables, está en el orden de un mínimo de ~ 200ºC para
materiales quebradizos y mucho más alto para materiales resistentes tales como madera, papel,
cuero y la mayoría de las pinturas. Los daños provocados por transiciones enumeradas bajo
temperatura muy alta o muy baja, incluyendo carbonización, ocurrirán antes que la fractura.
Como se observa en “temperatura muy baja”, en estudios recientes sobre los efectos
secundarios de las bajas temperaturas (-30ºC a -40ºC) utilizadas para el control de plagas, se
ha encontrado muy poca o ninguna evidencia de daño físico. Un investigador con vasta
experiencia en el área (Padfield 2006), ha observado solo un ejemplo de daño significativo que
puede ser atribuido a la fluctuación de 50ºC, por ejemplo desde 20ºC a -30ºC y viceversa. El
daño provocado fue la delaminación de la capa metálica del vidrio de un viejo espejo. Por lo
tanto, una lámina de material sólido muy rígido en una capa continua, que posea una débil
adherencia (el baño de plata en antiguos espejos es generalmente de fácil delaminación), es un
punto de referencia para una sensibilidad alta a las fluctuaciones de la temperatura: puede
sobrevivir décadas de fluctuaciones climáticas históricas (probablemente, al menos 15ºC), pero
tenderá a delaminarse si se expone a una fluctuación de 50ºC. Esto concuerda con la
estimación previa que la mayoría de los objetos, en especial aquellos de materiales más
flexibles que el vidrio y el metal (madera, pintura y cuero) o aquellos con diseños que permiten
un relativo movimiento (incrustaciones metálicas en madera, y las caras de relojes y válvulas
sujetas con ganchos), deberían tolerar la fluctuación de 50ºC con un riesgo muy bajo o
insignificante.

¿Que ocurre cuando hay muchas fluctuaciones? Un estrés repetitivo puede originar un
agrietamiento por fatiga. Comenzando con el “estrés de ciclo único” que provoca fractura, los
datos de ingeniería para muchos materiales muestran que en casi ¼ de este estrés para
materiales quebradizos (vidrio, cerámica, pigmentos oleosos antiguos) y en la mitad de éste
para materiales resistentes (madera, papel, cuero), el agrietamiento por fatiga aparecerá luego
de un millón de ciclos. En casi 1/8 de este estrés, las fluctuaciones serán toleradas
indefinidamente, sin embargo, debido a que tomará 3.000 años lograr un millón de ciclos
diarios, y a que la mayoría de los objetos no pueden responder completamente a ciclos más
rápidos, podemos considerar la combinación de un millón de ciclos ¼ de estrés como una
extrapolación muy cuidadosa de cuánto preocuparse por las fluctuaciones múltiples. Por lo
tanto, podemos extrapolar que si un objeto altamente sensible (quebradizo) es dañado por una
fluctuación de 50ºC, entonces las fluctuaciones diarias de 10º C tomarán muchos miles de años
para provocar el mismo daño (de ahí la tolerancia de la historia previa en el espejo antiguo).
Para la gran mayoría de los objetos de archivos y museos que son mucho menos sensibles, se
pueden aumentar cuidadosamente tales fluctuaciones diarias permisibles a 20ºC o incluso a
40ºC. El modelo geológico de la erosión de la arenisca poco cohesionada y quebradiza,
expuesta a los extremos de temperaturas del desierto por miles de años, sugiere que esta
estimación es cautelosa ya que las fluctuaciones día-noche experimentadas por dichas
superficies, están más allá de los 50ºC aproximadamente.

Un autor ha reportado que las grietas en pinturas experimentales sobre tela se debían a
pequeñas fluctuaciones de la temperatura, sin embargo el análisis de los datos muestra que la
combinación de una medición imprecisa de temperatura con la condensación sobre el lienzo
sería una explicación más certera. La pintura de Krieghoff severamente craquelada y con
cazoletas de la Figura 4 en el capítulo sobre “Humedad Relativa Incorrecta” que históricamente
fue sometida a fluctuaciones diarias de HR y temperatura, no muestra grietas sobre los
largueros del bastidor. Los cálculos de la respuesta térmica y de la respuesta a la humedad en
el área sobre los largueros (Michalski 1991), muestran que esta zona estuvo protegida de las
fluctuaciones diarias de HR, no así de las fluctuaciones diarias de temperatura. Por lo tanto, las
fluctuaciones diarias de temperatura en una casa histórica canadiense no parecieran ser
responsables del agrietamiento del objeto. Por otro lado, algunos autores han realizado
modelos computacionales de antiguas pinturas al óleo que sugieren que las bajas temperaturas
invernales, consideradas una fluctuación estacional, son las responsables de ciertos patrones de
grietas comúnmente observadas.

Uso del concepto práctico de “fluctuación comprobada”


El análisis de los riesgos surgidos por fluctuaciones de temperatura es complejo y aún persisten
muchas dudas. Para propósitos prácticos, se puede proponer en su lugar el concepto de una
“fluctuación comprobada”. Cualquier objeto que se sepa haya permanecido al menos una vez a
una temperatura muy baja, digamos -30ºC, o al menos una vez a una temperatura alta,
digamos 40ºC, no es susceptible de sufrir mayor daño mecánico producido por un evento más
de la misma magnitud, puesto que cualquier fractura, delaminación o compresión irreversibles,
ya habrán tenido lugar (a menos que se sepa que el objeto se haya debilitado
significativamente en el intertanto por otros factores). El efecto de la fatiga significa que se
debe modificar este concepto simplista de “fluctuación comprobada” observando que los riesgos
derivados de fluctuaciones únicas debieran predecirse a la luz de la “fluctuación única
comprobada” y que el riesgo de fluctuaciones repetitivas debiera predecirse a la luz de las
“fluctuaciones repetitivas comprobadas”.

En otras palabras, no puede esperarse que cualquier futuro patrón de fluctuaciones que sea
similar al patrón de fluctuaciones del pasado, provoque un daño significativo. Un corolario
práctico establece que incluso modestas mejoras en las condiciones climáticas del pasado,
eliminarán el riesgo de un daño físico. Es importante, por consiguiente, ser preciso en la
evaluación del control climático anterior, y no subestimar cuan malo fue, ya que mientras uno
sepa que el pasado ha sido peor, tanto más fácil será mejorar el futuro. (Lo mismo se muestra
para las fluctuaciones de HR).

Balance de riesgos de “temperaturas correctas” contradictorias


Esta variedad de temperaturas incorrectas casi siempre significa que no se puede encontrar una
condición de temperatura “correcta” con riesgo cero para la colección, solo se pueden encontrar
condiciones de temperatura de riesgo mínimo. El dilema más común surge al considerar el daño
químico acumulativo por “temperatura muy alta”, más el daño mecánico por “temperatura muy
baja”, más los efectos de la inevitable fluctuación estacional. Si, por ejemplo, un museo en
Canadá posee archivos del siglo XX, una bodega de periódicos, una colección de muñecas de
hule, los neumáticos de caucho originales, y los plásticos de sus vehículos o de su equipamiento
agrícola, y cajas de textiles de lana, ¿debieran aprovecharse las bajas temperaturas del
invierno, incluso si algunos materiales pueden agrietarse? Dado que no se puede costear la
maquinaria que mantenga dichas condiciones de frío en el verano, ¿podrá la gran fluctuación
estacional superar los beneficios que entrega el frío ocasional?, ¿existe un “consenso” mutuo
que funcione mejor?

En resumen, el frío invernal sí ayudará a la preservación general de la colección. Toda la


evidencia histórica que poseemos al comparar colecciones de diferentes climas, implica que la
condición de nuestras colecciones será mucho mejor en el futuro si éstas se enfrían cada
invierno, y que cualquier riesgo ocasionado por el frío o por la fluctuación estacional, es muy
pequeño o inexistente.

Es posible mayor precisión en el enfoque de los beneficios del invierno. Una vez que la
temperatura invernal esté bajo los 5ºC, los beneficios de temperaturas invernales incluso más
bajas son insignificantes en términos de deterioro químico anual total, ya que el periodo de
deterioro en el verano permanece sin cambios. Sin embargo, los riesgos mecánicos continúan
aumentando a medida que la temperatura invernal cae a menos de 5ºC. Así, en un enfoque de
baja energía con una mínima calefacción invernal y un mínimo enfriamiento estival, existe un
punto de mayor efectividad en términos de riesgo total: mantener la temperatura en el verano
por debajo de los 25ºC y en invierno por sobre los 5ºC. Para mejorar la preservación de
materiales químicamente inestables, tales como periódicos, películas, cintas magnéticas,
plásticos, etc., más aún, se debiera considerar un almacenamiento frío especial durante todo el
año.

Problemas de HR provocados por temperatura fluctuante o


irregular
Los museos y sus consultores generalmente agrupan la temperatura y la HR bajo el mismo
concepto de “control climático” o “el ambiente”. Acá discutimos los términos temperatura y HR
incorrecta como agentes independientes, puesto que tanto los daños a las colecciones como los
medios de control presentan más diferencias que similitudes, y porque la confusión de ambas
bajo “estándares de control climático” ha conducido a muchas generalizaciones erróneas y
simplificaciones inútiles. Para los registros fotográficos y electrónicos, para los de papel
periódico y documentos, así como para los objetos plásticos que se autodegradan en
colecciones de arte moderno, la cuestión clave es la “temperatura muy alta” frente a la cual, los
riesgos causados por efecto de las fluctuaciones de HR, son insignificantes. Lo contrario es
aplicable para colecciones de mobiliario, marfil, metales y pintura al óleo, para los que las
fluctuaciones de HR son importantes mientras que la mayoría de las formas de temperatura
incorrecta no lo son. Además, el bajo costo, la baja energía y las soluciones pasivas para cada
colección son diferentes y se complementan en la búsqueda de una sola solución de ingeniería
para el clima.

Dicho lo anterior, debemos considerar dos vínculos prácticos entre la fluctuación de la


temperatura y la fluctuación de la HR. Uno es el problema de las fluctuaciones de la
temperatura en el tiempo; el otro, es el problema de las fluctuaciones en el espacio, lo que
puede ser descrito más simplemente como el problema de temperatura “irregular”.

En una sala cerrada y vacía o una vitrina de exhibición a 20ºC y 50% HR sin materiales
amortiguadores de humedad, una fluctuación de 1ºC provocará aproximadamente un 3% de
fluctuación de HR, una fluctuación de 5º C provocará un 15% de fluctuación en la HR; la
fluctuación más peligrosa, que consiste en un descenso en la temperatura por sobre los 10ºC,
ocasionará un 100% de HR y condensación. Afortunadamente, para la mayoría de los espacios
dentro de casas-museo históricas, dichos efectos están enormemente moderados por la sala o
por las superficies que actúan como amortiguador de humedad. (Las limitaciones sobre las
fluctuaciones de temperatura en las especificaciones de la Sociedad Norteamericana de
Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE 2003), fueron determinadas en mayor
medida por esta relación con los riesgos de la HR que por los efectos de la temperatura en sí
mismos). Link a la página web de CCI ASHRAE.

Las temperaturas irregulares en los diferentes lugares dentro de un edificio, son generalmente
un problema mayor que las fluctuaciones a través del tiempo, en especial para los museos en
edificios que distan de ser ideales. El capítulo sobre “Humedad Relativa Incorrecta” explica las
distintas formas en que las temperaturas irregulares se vuelven una fuente de HR incorrecta. En
resumen, la forma más importante de HR incorrecta, la humedad, la mayoría de las veces está
provocada por aire húmedo que alcanza zonas frías localizadas.

Fuentes de temperatura incorrecta

Luz solar
La fuente de temperatura incorrecta que por sí sola es más dañina es la luz solar directa. Las
temperaturas en las superficies de materiales aislantes de color oscuro y orientados hacia la luz
del sol, tales como madera oscura, telas y plásticos, pueden rápidamente alcanzar los 40ºC por
sobre la temperatura ambiente del aire; por lo tanto, en un tibio día de verano, las superficies
pueden alcanzar los 75ºC. Si dichas superficies están encerradas por vidrio, como en vitrinas de
exhibición y marcos de fotos, es posible encontrar temperaturas incluso más altas. Claramente,
los rayos del sol tienen el poder de exceder todas las temperaturas registradas como “muy
altas” en la Tabla 2, lo que también hace que el índice de deterioro de todas las categorías de
sensibilidad descritas en la Tabla 1 aumente cien veces si permanentemente son alcanzadas por
los rayos del sol. Las hojas de papel enmarcadas con vidrio y respaldo son especialmente
vulnerables, ya que el montaje hace que se mantengan las condiciones de HR necesarias para
causar un rápido deterioro en desmedro de los beneficios de su acción como material
amortiguador.

Clima
Las temperaturas exteriores en Canadá varían entre los 40ºC y los -40ºC. Un cambio de 10ºC
en la temperatura generalmente toma muchas horas; un cambio mayor generalmente toma
varios días. Por lo tanto, desde la perspectiva de los objetos, la temperatura exterior no es ni
una fuente de rápidas fluctuaciones, ni tampoco de temperaturas severamente altas que
puedan provocar los daños físicos que ilustra la Tabla 2. Ésta es una fuente de “temperaturas
muy altas” durante la temporada de verano para materiales inestables, pero es
extremadamente beneficiosa para estos mismos materiales en el invierno, y más aún mientras
nos movemos más al norte. En el extremo norte de Canadá se han encontrado en la basura
algunos ejemplos de las primeras películas de cine mejor conservadas, ya que en aquellos días
no valía la pena transportarlas de regreso.
Iluminación eléctrica
Al igual que la luz solar, las lámparas eléctricas incandescentes pueden provocar el
calentamiento de la superficie debido a su elevado contenido de rayos infrarrojos (IR) (esto
incluye a las lámparas halógenas de cuarzo). Las lámparas incandescentes poseen incluso
mayores índices de IR que un rayo de sol. Después de la luz solar directa, el uso exclusivo de
lámparas incandescentes en las vitrinas es probablemente la causa más común de las
fluctuaciones extremas de temperatura en los museos (con las consecuentes fluctuaciones de
HR). La gran rasgadura en una pieza única de silla de montar de los tiempos de las Naciones
Originarias de Canadá, exhibida en el Museo del Hombre en Ottawa durante los años 70, casi
con seguridad se debió no sólo a la baja HR dentro del edificio durante el invierno, sino a la HR
aún más baja en la vitrina causada por el calentamiento provocado por la lámpara.

Edificios y sus sistemas de control climático


Aparte de la temperatura promedio que entregue el sistema de control climático al centro de la
sala, muchas formas de temperatura incorrecta se ubicarán cerca de fuentes de calefacción y
rejillas de ventilación. En las salas en que la circulación de aire es nula o deficiente, los muros
exteriores presentan mayores fluctuaciones que el promedio de la sala, los cielos siempre están
más calientes y los pisos siempre más fríos. En el capítulo sobre “Humedad Relativa Incorrecta”
se han incluido las figuras que ilustran dichas zonas de temperatura irregular, porque los
efectos en la HR a partir de estas diferencias de temperatura son generalmente un problema
mayor que las diferencias de temperatura mismas, en especial cuando provocan humedad.

Objetos en tránsito
Junto con muchos otros riesgos, el riesgo de temperaturas incorrectas es alto durante el
tránsito entre exposiciones, en especial para las pinturas. Dentro de vehículos sin control de
temperatura, en verano esta puede ser mucho más alta que en el exterior. En el invierno, la
temperatura en el interior de los camiones es considerablemente más baja que los valores
clasificados como “temperatura muy baja” para pinturas acrílicas que se muestran en la Tabla
2. Incluso, en el invierno, solo un corto traslado entre el lugar de almacenamiento y las salas de
exhibición puede provocar que las pinturas con un embalaje deficiente se tornen mucho más
quebradizas que lo que el personal espera, al mismo tiempo que la pintura se sacude y rebota
en los muros y pisos de los vehículos.

Control de la Temperatura Incorrecta

Etapas de Control

Identificar valores de temperatura incorrecta, y especificar valores de


temperatura correcta
A diferencia de otros agentes de deterioro (como plagas, contaminantes, fuego, etc.), donde se
quisiera ningún o “cero agente", no se puede pretender planificar un objetivo de “temperatura
cero”. Se deben determinar cuales son las temperaturas incorrectas antes de saber qué
controlar. Recoger grandes cantidades de registros termohigrográficos y preocuparse si las
curvas significan algo es imposible sin evaluar primero las sensibilidades de la colección (ver
Tablas 1 y 2). Una cosa es clara: los seres humanos son un mal punto de referencia; preferimos
una temperatura cercana a los 21ºC, con no más de 2ºC de fluctuación si estamos sentados.
Este ajuste de la temperatura no es adecuada para la mayoría de los documentos de archivo y
para plásticos modernos inestables; el límite de fluctuación es más exigente y gasta más
recursos de lo que cualquier colección necesita.

Evitar
• Evite colocar objetos orgánicos u objetos inorgánicos frágiles, en lugares que reciben luz
solar directa. Incluso en depósitos exteriores de grandes objetos, evite las áreas
expuestas al sol si hay objetos de madera, pintura, cuero, caucho, textiles o plásticos.
• Evite crear fuentes de temperatura incorrecta durante la etapa de diseño de edificios
construidos especialmente con “control térmico pasivo”, esto equivale a fabricar muros
bien aislados con una alta capacidad de almacenar calor, por lo que las fluctuaciones de
temperatura en el exterior son mitigadas en el transcurso de varios días y semanas.
• Evite seleccionar e instalar sistemas mecánicos poco confiables y que no puedan ser
mantenidos fácilmente con recursos y financiamiento local. Informe a algún asesor de
esta necesidad; es mucho más importante evitar unas pocas condiciones extremas
debido al mal funcionamiento del sistema a largo del tiempo, que evitar pequeñas
fluctuaciones rutinarias en el día a día.
• En el invierno evite utilizar calefacción para las colecciones que contengan materiales
inestables, como se muestra en la Tabla 2. Para el deterioro químico y las plagas,
aproveche los intervalos fríos del invierno (si su región posee alguno).

Bloquear
• Bloquee la luz solar por medio de cortinas y persianas para áreas interiores y con aleros
y techumbres para objetos en el exterior.
• Utilice aislación o al menos disponga de un espacio de 10 cm. o más entre los objetos y
muros externos, pisos fríos y cielos calientes.
• Aísle obras en tránsito, ya sea dentro del embalaje o al menos con mantas si son
trasladadas manualmente en una corta distancia hacia el exterior.

Detectar
• Monitoree la temperatura. De todos los agentes de deterioro, la temperatura es
probablemente la más simple y más económica de medir de manera precisa.
• Detecte signos de daño químico, como por ejemplo papel oscurecido y quebradizo, y
fotografías deterioradas. Estos ejemplos pueden utilizarse como una indicación general
por quienes tomen decisiones y no estén familiarizados con materiales inestables. Si
desea establecer que el control de la temperatura en el pasado reciente fue
particularmente incorrecto, necesitará informes y registros precisos de temperatura para
el periodo en cuestión.
• Detecte signos de antiguo daño mecánico, pero interprételos cuidadosamente antes de
sacar conclusiones acerca del control actual de la temperatura. Los curadores a menudo
apuntan hacia el mobiliario o las pinturas craqueladas, citándolos como prueba de que
requieren nuevos sistemas climáticos. Aunque esto puede o no ser válido para el control
de la HR, casi nunca es prueba de que el control de la temperatura en sí fuera
inadecuado.

Responder
• Responda a través de sistemas mecánicos, tales como calefactores y equipos de aire
acondicionado controlados por un termostato. La confiabilidad es esencial.
• Responda al problema de los materiales inestables que desaparecerán en una
generación, reduciendo la temperatura, (o aplicando alguna de las estrategias de
archivo, tales como la transferencia de la información a medios estables).
• Separe de las colecciones los materiales particularmente inestables, tales como
negativos mal procesados, piezas de espuma de poliuretano y artículos de caucho, que
estén mezclados con materiales más estables. Estos a menudo destacan visiblemente
como fuentes de amarillamiento y debieran ser removidos y almacenados por separado
(o eliminados) ya que sus productos de degradación dañan los materiales adyacentes.

Recuperar / Tratar
• La fractura mecánica con frecuencia puede ser reparada, aunque pueden permanecer
líneas visibles.
• Las deformaciones físicas, producidas por formas extremas de alta temperatura
enumeradas en la Tabla 2, no pueden ser tratadas.
• El envejecimiento químico, enumerado en la Tabla 1, tampoco puede ser tratado.

Estrategias de control para diferentes grados de preservación

Control Básico: ¡No a las partes móviles, no a la maquinaria, no al consumo


de energía!
• Asegure la fiabilidad de los muros, techumbres, ventanas y puertas, de manera que
posean buen aislamiento y de preferencia paredes de grandes masas.
• Adicionalmente, asegúrese que la luz solar directa no llegue a ningún tipo de material,
en especial los clasificados como sensibles en la Tabla 2, puesto que sufrirán las
consecuencias de de sol directo aunque sea un solo día. Con este par de
recomendaciones, casi todos los riesgos físicos derivados de una temperatura incorrecta
pueden ser evitados, sin embargo los materiales altamente sensibles, enumerados en la
Tabla 1, aún así tendrán periodos de vida muy cortos.
• Inspeccione colecciones de películas en archivos y separe rápidamente del resto de la
colección los negativos deteriorados (debido a un procesamiento deficiente). Aísle todas
las películas de nitrato de celulosa con el fin de prevenir un ataque ácido a materiales
adyacentes y de reducir el riesgo de incendio.
• Inspeccione colecciones históricas mixtas y colecciones de arte moderno, y remueva
cualquier material de nitratos que se deteriore rápidamente, plásticos, caucho y
poliuretanos que puedan contaminar los objetos adyacentes.
Control óptimo: diferentes colecciones, diferentes situaciones, diferentes
medidas de control
Siga un control básico como el descrito anteriormente e integre además lo siguiente según sea
necesario:

• Para las colecciones de archivo y materiales modernos en colecciones históricas mixtas,


identifique la estabilidad de los materiales enumerados en la Tabla 1 y proporcióneles un
almacenamiento fresco o frío según lo establecido en el reglamento de la institución. El
almacenaje en frío puede variar desde un simple congelador horizontal (vea viñeta 2)
hasta tales condiciones en todo el edificio (vea Wilhelm 1993). Los museos pequeños
deberían considerar agruparse para compartir un almacenamiento en frío.
• Para una colección histórica mixta que ha permanecido en un viejo edificio por muchas
décadas sin sufrir un cambio notable dentro de la última década, no trate de “mejorar”
los sistemas de control (por ejemplo, agregar nuevos componentes o cambiar su
funcionamiento para aumentar la calefacción en el invierno), sin considerar
cuidadosamente cuales son las temperaturas incorrectas actuales y cuál es la evidencia
para creer que causarán mayor daño que las “mejoras”. Comience asegurando la
confiabilidad y el mantenimiento a largo plazo de cualquier elemento y sistema de
control actual del edificio, en lugar de modificar las prioridades de control climático.
• Al considerar “control climático en edificios” a gran escala, reconozca las limitaciones del
revestimiento exterior del edificio, en especial si es de valor histórico. La ASHRAE (2003)
entrega una tabla que grafica los cinco tipos de edificios y su capacidad para tolerar los
controles climáticos. Para un enfoque filosófico total al dilema, consulte la Carta de
Nueva Orleáns para la Preservación Conjunta de Estructuras y Artefactos Históricos de la
Asociación Internacional para la Tecnología de Preservación/Instituto Americano para la
Conservación de Obras Históricas y Artísticas (APT/AIC). Luego seleccione e implemente
un nivel de ajuste de la temperatura ASHRAE apropiado (ASHRAE 2003). (Ver Tabla 2
en el capítulo sobre “Humedad Relativa Incorrecta”).
• Cuando el objetivo es exponer exhibiciones itinerantes, reconozca que algunas de las
grandes instituciones que prestan las colecciones exigen un control ASHRAE de nivel A,
o a veces AA (ASHRAE 2003). (Ver Tabla 2 en el capítulo "Humedad Relativa
Incorrecta") y visite la página Web ASHRAE de ICC. Generalmente se requieren salas y
edificios especialmente construidos con ese propósito. Considere el enfoque de una
"sala dentro de una sala” o capullo (ASHRAE 2003).

Conclusiones
No solamente somos malos jueces ante la respuesta de un objeto a la temperatura, sino que
también tendemos a humanizar la colección. Es difícil comprender que nuestro mobiliario o
pintura más preciada se encuentren relativamente cómodos en un frío glacial a -20ºC. Las
personas, por el contrario, preferimos tener calefacción en invierno, incluso si el resultado es
una HR muy baja. Debemos comprender que nuestras colecciones históricas “sienten” lo
opuesto, ya que prefieren permanecer en frío y acompañadas de una HR moderada.

Nos es también difícil aceptar que los materiales antiguos encontrados a lo largo de la historia
de la humanidad permanezcan relativamente estables, y que el problema sean los objetos de
nuestra propia época (entre la era industrial y la electrónica) que son tan efímeros como
nosotros mismos. Mientras que para muchos de nosotros el almacenamiento en frío o la
migración de nuestras memorias puedan ser fantasías de ciencia ficción, son las únicas
soluciones prácticas para una gran cantidad de nuestro patrimonio material reciente.

Las especificaciones tradicionales de los museos para la temperatura se basaron no solo en


cualquier consideración detallada de las necesidades de la colección, sino en la observación
superficial de que éstas no parecían estar incómodas a temperaturas que nosotros sentíamos
confortables. El hecho de que las temperaturas confortables para las personas parecieran,
convenientemente, no ser incorrectas para las colecciones, cambió a la noción de que estas
últimas sí eran las temperaturas correctas para nuestras colecciones, lo que en realidad no era
cierto para ninguna colección conocida y, completamente falso para muchas, como las
bibliotecas y los archivos. Dadas las observaciones de que cosas muy malas suceden como
resultado de fluctuaciones muy grandes, se predijo que las fluctuaciones aceptables fueran
muy, muy pequeñas, ya que es mejor una incidencia cada vez menor de sucesos malos.
Desafortunadamente, esta lógica imperfecta nos ha llevado a sobrestimar enormemente la
estabilidad de la temperatura como un principio rector, a invertir recursos innecesarios para
lograr este objetivo, a destripar la construcción de edificios históricos en su implementación y a
utilizar los escasos recursos energéticos luchando contra los beneficios del frío invierno.

Los museos y sus asesores adoptaron estos estándares en todo el mundo. La mayoría aún
insiste en temperaturas muy estables para las colecciones, tanto en depósito como en
exhibición. Tomará tiempo llegar al consenso necesario para revisar dichos estándares y, hasta
entonces, los museos que deseen recibir colecciones itinerantes o conseguir formas de
acreditación, tendrán que conformarse. Sin embargo, los museos pequeños que cuidan
racionalmente sus propias colecciones pueden comenzar a aplicar un enfoque de manejo de
riesgos, y a utilizar una lógica más perspicaz y con un mejor costo-beneficio que la permitida
por la mayoría de los estándares.

En la actualidad, el manual de ASHRAE (2003) es la única publicación disponible sobre


especificaciones de temperatura (y HR) para bibliotecas, museos y archivos que sigue este
complejo y ajustado enfoque de riesgo; que indica explícitamente que puntos de ajustes de
temperatura alrededor de 20ºC no son beneficiosos para materiales modernos inestables; que
entrega recomendaciones para ahorrar energía haciendo ajustes estacionales; y que
proporciona una estimación general del riesgo a partir de seis especificaciones distintas de
fluctuación. Dichas especificaciones se incluyen en la Tabla 2 del capítulo “Humedad Relativa
Incorrecta” y se explican con mayor detalle en la página Web dedicada a las especificaciones de
ASHRAE. Link

Viñetas

Viñeta 1. Congelamiento y fluctuación de la temperatura en las colecciones


del territorio del Yukón
Hace más de 20 años, Michael Gates, curador para los Sitios Históricos Nacionales de Klondike,
en Dawson City, Parks Canadá, estableció un pequeño depósito de colecciones con control de
humedad. Los calefactores eléctricos se encienden cuando la HR se eleva por sobre un 50% y
se apaga cuando baja del 50%. El resultado en invierno es una HR estable y las temperaturas
fluctúan en un rango bastante por debajo del congelamiento tanto como -40ºC; el uso de
energía es muy bajo. El ha monitoreado la colección mixta de objetos sin encontrar ningún
daño provocado por las bajas temperaturas o por las fluctuaciones. Nótese que el término
“congelamiento”, aunque utilizado libremente en el lenguaje común para referirse a
temperaturas bajo los 0ºC, no significa que los objetos o su contenido de humedad (a una HR
de 50%) se solidifiquen. Sólo el agua líquida es la que se congela a 0ºC.

Viñeta 2: Almacenamiento en frío a pequeña escala para documentos de


archivos
Los archivos de Columbia Británica, actualmente parte del Museo Real de Columbia Británica,
establecieron un enfoque de costo moderado para el almacenamiento en frío de sus colecciones
de películas, utilizando una serie de congeladores verticales. Con el fin de entregar un control
de HR muy estable, los artículos se embalaron individualmente empleando el sistema de doble
bolsa de Mark H. McCormick-Goodhart. (Una sola bolsa es suficiente para eliminar cualquier
riesgo de daño por HR durante una falla del congelador). Aunque los museos consideran que
una gran cantidad de congeladores separados, y actualmente anticuados, se han vuelto un
problema de mantenimiento importante (y podrían ser reemplazados por un solo recinto al que
se pueda ingresar), uno o dos congeladores como los utilizados en las viviendas, han
demostrado ser una solución muy efectiva para pequeños archivos y museos de Norteamérica.

Referencias (* Lecturas recomendadas)


Asociación Internacional para la Tecnología de Preservación/Instituto Americano para la
Conservación de Obras Históricas y Artísticas (APT/AIC). Carta de Nueva Orleáns para la
Preservación Conjunta de Estructuras y Artefactos Históricos.
http://www.apti.org/resources/charters1.cfm

* Sociedad Americana de Aire Acondicionado, Refrigeración y Calefacción (ASHRAE).


"Bibliotecas, Archivos y Museos (Capítulo 21)". En, Manual ASHRAE 2003: Heating, Ventilating,
and Air-conditioning Applications, SI edition. Atlanta, GA: American Society of Heating,
Refrigerating and Air-Conditioning Engineers, Inc., 2003, pp. 21.1–21.16. (Nota: la edición de
1999 contiene las mismas especificaciones sobre temperatura y HR, pero carece de las
revisiones sobre polución realizadas en 2003. Ediciones previas a 1999 no contienen el capítulo
"Libraries, Archives and Museums". Las nuevas ediciones aparecen cada tres o cuatro años. Los
museos deben asegurarse que los consultores utilicen la última edición.)

Michalski, S. "Paintings, Their Response to Temperature, Relative Humidity, Shock and


Vibration." En, M. Mecklenburg, ed., Works of Art in Transit. Washington, D.C.: National Gallery,
1991, pp. 223–248.

*Michalski, S. Guidelines for Humidity and Temperature for Canadian Archives. CCI Technical
Bulletin 23. Ottawa: Canadian Conservation Institute, 2000.

Padfield, T. Personal communication, 2006.


Wilhelm, Henry Gilmer, and Carol Brower. The Permanence and Care of Color Photographs:
Traditional and Digital Color Prints, Color Negatives, Slides, and Motion Pictures. Iowa:
Preservation Publishing Co., 1993.

Glosario de Términos
Coeficiente de expansión térmica: El aumento proporcional en la longitud de un material debido
al aumento de un grado en la temperatura. Ver Michalski (1991) para la revisión de algunos
valores y fuentes.

K, k: Símbolo utilizado para grados Kelvin, la unidad métrica de temperatura utilizada por los
científicos, donde 0 K es el cero absoluto. La convención para grados Kelvin no utiliza el símbolo
de grado (º). Cada variación de 1 K es la misma que la de 1ºC. Se puede sustituir 5ºC por 5 K.
El punto de congelamiento del agua es de 0ºC o 273.15 K. Aunque ingenieros Europeos y
Canadienses tienden a utilizar ºC, la edición SI del manual, utilizado por ingenieros en los
Estados Unidos (ASHRAE 2003), utiliza una mezcla de ºC para especificaciones de puntos de
ajustes y K para especificaciones de fluctuación.

Figura 2: Betty Walsh, conservadora de archivos en el Museo Real de Columbia Británica, junto a la serie de
congeladores verticales utilizados en la última década para almacenamiento fotográfico. En el detalle inferior, el
sistema de doble bolsa utilizado para el control de la humedad.

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