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Wilhelm Egger

Lecturas
del Nuevo
Testamento
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Wilhelm Egger

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Metodología lingüística
históricor-crítica

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EDITORIAL VERBO DIVINO
Avda. de Pamplona, 41
·31200 ESTELLA (Navarra) - España
1990

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Cubierta; .Mariano Sinués.
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Traducción y Titulo origi-
,:
nal: Methoden-Lehre· zum 'Neuen Testament. © Verlag Herder -
. ,
.: 1 .. © Editorial Verbo Diyino, 1990 . Es propiedad . Printed in Spain .
.
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. . Fotocomposición: Cometip, L., Plaza de los . Fueros, 4. 3101 O
..'... :. Barañain (Navarra) . Impresión: Gráficas .Lizarra, S. L., Ctra. de
.•
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• . Tafalla, km. l . 31200 Estella (Navarra) . Depó.sito Legal: NA .
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.... . 1.127-1990
..
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.... ISBN 84 7151 685 3, Verbo Divino.
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•:'. J . ISBN 3 451 21024 X, Herder.
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Presentación .... ..... ..... ... . ....... . ... ..... .. .... .... .. ... ...... .............. .. ....... ..... .... 11

1. Introducción: La ,metodología como iniciación a la lectura ... ....... 13


l. Leer como acceso al sentido del texto ... .................... ....... ...... .... 14
1.1. Experiencias con la lectura y la comprensión ....................... 14
1.2. La lectura científica como medida para cerciorarse . .. . .. .... .. .. 16
1.3. Modelo de lectura científica .... ,.... .... .... . .. .. .. . .. .. .. .. . .. .... ..... .. 20
2. Métodos exegéticos como ayudas para la lectura y la comprensión
científicas ......... .......................................................................... . 21
2.1. Variedad de métodos científicos e integración de los métodos 22
t 2.2. Empleo de diversos métodos ......... ................... ...... ..... .. .. .. 1 23
., 1

3. Peculiaridad de la presente metodología .................................... j 24


3.1. Puntos esenciales en cuanto al contenido ........................... . 24
.. 3.2. El círculo de lectores ....................................................... . 26
3.3. Estructura de la presente metodología ............................... . 26
.- ·'
1
TEORIA DEL TEXTO •

.
2. El texto como magnitud estructurada .......................................... 32
1. El texto como declaración lingüística estructurada y coherente .... 33
1.1. Estructura ........................................................................ . 33
1.2. Factores de la coherencia de textos .................................... . 34
2. El modelo de lectura de la perspectiva estructuralista .. 37
. :
.. - ... •: -
•.
3. Textos como. parte de un acontecer de comunicación ................... : 38
. .
' . .-." . 1. La comunicaci9n por medio .de_textos .(escritos) .. . .. .. . . .. .. .. . .. .. . . .. . : 38
.. •. 2. La comunicación mediante -textos del pasado ............................. . 42
·•
2.1. El _papel del auto: ................................. . 42
.. . 2.2. La recepción del texto por el lector .................................. .. 43
.· .· ..
. - ·.- . .. . 3. La lectura como camino para la reconstrucción del acontecimiento
. . ,, ,
: . • . de com.un1cac1on ................................................... .................. . 44
..
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4

.· .
. .
..

• •

6 Contenido

4. Textos como resultado de la recepción y la reelaboración ............ . 46


1. El origen de los escritos del Nuevo Testamento ................ ........ . 46
1.1. Las etapas del origen de los textos ............ ........ ............... . . 47
1.2. Modelo de la reelaboración de los· textos ..... .......... ............ . 49
••
2. La lectura como búsqueda de las huellas de.} origen de los textos . 51
. . .,..

II "

ETAPAS PREPARATORIAS DEL ANALISIS


...
5. Asegurar la forma del texto (crítica textual) .............................. . . 55
1. Teoría subyacente a la crítica textual sobre el origen de variantes y
tipos de textos ........................................................................ . 56
1.1. Origen de las variantes ...................................... ............... . 56
1.2. Origen de las familias de manuscritos y de los tipos de textos 57
1.3. Ediciones manuales modernas del Nuevo Testamento ...... .. . 60
2. El método de la crítica textual . .. .. . ... ... .. ... .. .. . . . . . .. . ... . .. .. . . .. .. .. .. .. . 61
3. Ej emp1os ........... ........... ...... ...: . ... .. . .. . ... .. .. ... .. . . .. .. .. . ... . .. .. . .. .. .. . . . 63
3.1. Ef 1, ]: ««EV 'EcpÉO<p» ...... ................ ................ .... .... .... .. 63
3.2. Me 1, 1: <<u lo U il'Eoü >> • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 65
1

.
6. Primera . ., sobre e1texto ..1. .. .. . .. .. .. .. .. . . . .. .. .. .. . ... .. . . .. .. . ... . .
or1entac1on 66
1. Deslinde y estructuración del texto (segmentación) .. .. .. . . .. .. . .. . . .. . 66
1.1. Determinación del comienzo y del fin del texto que ha de

examinarse .............................. .................................. ...... . 67
1.2. Tener en cuenta el contexto ............................................. . 68 ..
1.3. Estructuración del texto en pequeñas unidades de lectura ... . 69 .•

1.4. Determinación de la uniformidad / falta de uniformidad del :


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texto ................................................................................. ·. 70 :
.
2. ObjetÍ\·ación de la primera comprensión del texto ..................... . 70 .
..' .
2.1. Traducción sin pulir y empleo de traducciones ... ... ............ . 71 .
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2.2. Reflexión sobre la primera comprensión .del texto .............. . 72 ..
..' .

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7. Traducción del texto y empleo de traducciones ............... .... .... .... . 74
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.
1. Teorías sobre la traducción ........ ... :......... ................................. . 76 ..' .
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1.1. La traducción como proceso de comunicación .......... ......... . 76 ••
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1.2. Tipos de traducción .................. .... .... ........ ........................ . 78 .
l
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1.3. Valoración de las traducciones .... ...... ................................ .
.
81 -
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2. Visión de conjunto de las traducciones oficiales del Nuevo Testa- .·.,•,
.•'
mento en lengua alemana ... ..... .................. .... .......................... . 82
.
[Perspectivas de las traducciones españolas] .............................. . 85 •."
. -
3. La elaboración de la traducción ................. ..... .................. ·....... . 86 ....
. .. . . .
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Conteni'Oó 7

• •

. III

LA LECTURA BAJO EL ASPECTO SINCRONICO

. 1·mgu1st1co-s1ntact1co
8. An a'lisis .. , . . , . ................................................. .... . 96
1. Características lingüístico-sintácticas de los textos .................. .. .. 97
1.1. Léxico (vocabulario) ............................. ... ... ;..................... . 97
1.2. Partes y formas del discurso (gramática) ........... ................. . 98
1.3. Enlace de palabras y frases ............................................... . 98
.4. otas caracter1st1cas ael est1 o ............................. ... ... . 101
1.5. Constitución y estructura del texto ................... ............... .. 102
-
2. Realización del análisis lingüístico-sintáctico ............................ .". 104

3. Ejemplos ....... ......... ........... ................................... ............... .... 107


3.1. Mt 8, 15-17 ....................................................................... . 107

3.2. Mt 28, 18-20 ............... .................................................... . 108
3.3. Me 1 ............................................................................... . 110
3.4. Flm ....................................................... ................ ············· 111

9. A.na' l'.1s1s
. seman
, t'1co ......... ......... .............. ..... .......... ........ ................... 114

A. , Semántica del texto ................ ................................................... 115


1. de texto y modelo de lectura subyacentes al análisis i
rico del texto ........................................................................... . 115
2. La realización del análisis semántico de textos .......................... . 117
2.1. Realización de un inventario semántico ............................. . 118
2.2. Procedimientos abreviados para el análisis semántico ......... . 123
2.3. Proporcionarse informaciones adicionales ... ...................... . 124
.
3. Ejemplos ........................................: .................... ................. .. . 126
3.1. Le 4, 16-30: Lugar y tiempo de la oferta de salvación ... .. .... . 126
3.2. Me 9, 14-29: El poder de la fe ........... ................................ 127
3.3. Gál 1, 1-5: La acción salvífica de Dios ............................... . 128
3. 4. Me 1: La rápida difusión del evangelio .............................. . 130
3.5. Flm: La Iglesia doméstica como lugar de integración ......... . 131

B. :Semántica de la palabra (concepto), del motivo y del campo léxico 133


1. Modelo, subyacente al análisis, de la estructura de significado de los
lexemas ............. ....... .................. ... :......................................... 135
1.1. Significado - dependiente del campo c.ircundante ........ .. ....... 135
1.2. Significado - suma de notas semán.ticas . .. . ... .. .. . ... .. . .. .. .. .. .. . . . 13 7
2. Realización del análisis de semántica de la palabra y de semántica
del motivo ............. ..................... .......... ................ .................. 137
2.1. Averiguar el contexto sintagmático y paradigmático ............ 138
. . -. ... . . .

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Contenido
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3. Ejemplos ...................................... .......................................... . 140 :),'f


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3. l.. <(Apóstol» ....................................................................... . 140 '.>
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3.2. JtaL6íov en el ºNuevo Testamento .........:................... ......... 141 ",,.......
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C. El análisis narrativo ... .......................................................... . 144 ''

1. Los . modelos ,.de"iexfo sübyácentes aI analisis -ñ.arrativo ... :-.-.-........".. 146


.. .1..l .. el análisis .de se.cuencias d.e acciones ............. . 148
· 1.2. Modelos para el análisis de personajes que llevan la acción .. 150
2. Realización del análisis narrativo .............................................. . 152
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fFI& ! !ZJSJ! . l 2 2
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..................................................................... . 152
2.2. análisis-propiamente tal .............................. ......... ....... . 153
3. Ejemplo: Me 10, 46-52: Narración de un milagro como historia de ..
.."".
fe ............ ·.................................. ............................................. . 156 ••
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3.1. Transformación del texto ................................................. . 157 "'. ..
3.2. Aplicación de esquemas ................................................... . 158 "
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. pragma. ,. t1co
. ...................................................................... . ..."'r,·."
.10. Ana 1s1s 161 •·>
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1. El modelo de texto para el análisis pragmático ...... .................... . 162 ..:1,..

1.1 . .Funciones de los textos (fines para los que se utilizan) ....... . 163 ,.
.... :
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1.2. Medios P.ara dirigir (u orientar) al lector ....... .................. .. . 166 ,:i
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1.3. Condiciones para que se logre la acción lingüística ............ .
1
167
1
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2. ]\ealización del análisis pragmático ............ ............................... . t68 .
3. Ejemplos ............................. .......;........................................... . 171
3.1. 1 Cor 7: Un diálogo diferenciado con la.comunidad ....... ... . 171
3.2. Flm: Instrucción sobre la fraternidad de hermanos ...... ...... . 173

11. Análisis de las .clases (tipos) ae


texto ...... ..................................... . 176
1. El modelo de texto y el modelo de lectura subyacentes al análisis de J
las clases de .texto .... ........................................... .................... . 178 ·i t.
1.1. El modelo .de texto: clases de texto y actos vitales de la 'í
·COm unidad ........................................................................... 179 J..
...·'·
1.2. La lectura como diferenciación de 'las clases de texto .......... . 181 •
• '•
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1.3 . ,Denominación de las clases de·texto"y,listas . . ;·:............ .- ....... . 182 .·....-.
2. Realización de la determinación de la clase de texto .................. . 183 .
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3. Ejemplos: Los sumarios de la actividad de Jesús en el evangelio de -
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Marcos ................................................................................... . 1$6
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.·· IV ··· · ·
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LA LECTURÁ.'BAJo···E i ASPECTO DIAC·RONICO ...

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12. La crítica.literaria. Búsqueda de la prehistoria escrita de los textos 195 ..... ' .', '-
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1. Los modelos de texto y de lectura subyacentes al análisis de crítica
. .
l1terar1a ......•·-·....•..... ................................................................ 197
.. .. ... , ' , 1
·-

Contenidt. 9

2. Realización del análisis de crítica literaria ................................. . 198


..
2.1. Observaciones sobre la de la conexión ........... . 199
2.2. Duplicaciones y repetíciones ............................................ . 200
2.3. Tensiones y contradicciones ................. :·... ....................... .. 201
3. Ejemplo; Jn 13, 34s: El mandamiento nuevo ............................. . 204

13. Crítica de las tradiciones. Búsqueda de la prehis_toria oral de los


textos ............................. .................................. "'.......... . . ..... .. . .. .. . . 206
e
, l. El de tgx:to.s11by-acep¡e al análisis de 'rítica de las ti;adicio.,
.
... ·- ,._.. -· ... ......... ..
nes .............................................................. :........................ ... 207
2. Realización del análisis de crítica de las tradiciones ..... ....... ..... .. . 208
.
3. Ejemplos ........................................................................... ....... 212
3.1. Me 14, 3-9: Confesión de fe en la dignidad de Jesús ........... 212
3.2. Rom 1, 3s:. Confesión de fe ............................................... 218

14. Crítica de la redacción .. . . .. . ... . .. . . .. . . .. .. . .. .. . .. . . .. . . .. ... . .. .. . ... .. .. .. ... . .. . . 222


1. El modelo de formación del texto, subyacente al análisis de crítica
de la redacción ... .... ............ ........... ... ............... ........................ 223
2. La realización del análisis de crítica de la redacción . ............. ...... •
225
2.1. Conclusiones sobre el redactor y forma de trabajo .. . . .. .. . 225
2.2. Conclusiones sobre los . .. .. ... . ... . .. .. . ... . .. . .. .. ... . . . 227
2.3. Conclusiones sobre el lugar y tiempo de la composición .. ... 229
3. Ejemplo: Me 3, 7-12: El ocultamiento de Jesús .......................... 231

V
LA LECTURA BAJO EL ASPECTO HISTORICO

15. La pregunta aclaratoria acerca de la historia . .. . .. .. ... .. .... ... .... .. . ... . 23 7
1. El modelo de texto en la pregunta aclaratoria acerca de los hechos
. , .
his toricos ................................................................................ . 238
2. Realización de la pregunta aclaratoria ....................................... . 239

3. Ejemplo; El motivo del seguimiento •••• • • •••••••••••••••••••• ••••••••••••••• 243

VI

LA LECTURA BAJO EL ASPECTO HERMENEUTICO


16. Interpretación de textos ................ ......................................... .... . 250
1. Modelo de «interpretación» en teoría de la comunicación . .. .. .. ... . 250
1.1. Interpretación y mirada a la «cosa» .. . . .. . .. ... .. .. ... .. . .. ... ... . . .... 250
1.2. La interpretación como objetivación y mediatización de la
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10 Contenido
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17. Actualización de los textos •• ••••• •• •••• • • • • •• •• • • •• •• • • • • • • •• • •• • ••• • ••• • ••••• • • • •• • 255
1. Modelos de lectura y de comprensión para la lectura actualizante
de la Escritura ................................................... . 257
1.1. Tener en cuenta una tradición eclesial viva .-. ..- ..................... 258
· 1.2. Tener en-cuenta la·eficacia histórica· ......... :.; ..';.................... 260
1.3. Tener en cuenta la exp.eriencia del lector ....... ........ :;......... 260
.
2. Realización de la actualización .. ... ... ..... ...... ..... .... .... ...... .. ... .. ... .. 263
2.1. Visión conjunta de los textos bíblicos y de los ·problemas
MIJPT ' W 11 a! 'SI Ptr º711P'l J · pr¡t O Jill 1 3 5 U)! l , tr' s' tPtlaar l?'Ult:trtsl:Pla: · a· 1 • •e J e • 8
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2.2. Comparación del texto con sus efectos ...... .... .................. 2()-1
2.3. Buscar los cuatro sentidos ................................ ................. 265
2. 4. Actualización mediante modelos estructuralistas ..... .. ... ... .... 266
2.5. Métodos psicológicos de actualización .......................... :.... 267
2.6. Reglas para la lectura espiritual de la Escritura .. .. ..... . .. .. .. ... 269
2.7. La Sagrada Escritura en la liturgia ... ....... ..................... ... .... 270

Bibliografía····························-··· ·········· ···································· ········· 271


1. Obras ·de ayuda para el estudio del Nuevo Testamento ........... ... 271
2. Repertorio bibliográfico sobre lingüística y ciencias bíblicas ....... 274

Autores citados ••••••••••••••••••••••••••••••••••••• " • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ti • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 281


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-- Presentación
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.-

.
••. La presente metodología quiere ser una iniciación al trabajo
científico con textos del Nuevo Testamento. Característica especial
de esta metodología es el intento de asociar determinados métodos
.> lingüísticos modernos con los procedimientos de análisis de la
exégesis histórico-crítica. La conexión entre los métodos se estable:-
ce principalmente gracias al modelo de teoría del texto denominado
<<comunicación por medio de textos>> y con ayuda de la reflexión
• acerca del acto de leer y comprender .
La selección y disposición de los diversos pasos metodológicos,
difiere a veces de la tradicional y que no pretende ser la ÚI?-Íca,
sei fue elaborando durante el tiempo de mi actividad en
Brixen, Innsbruck y Erfurt.
..
...
. Quisiera dar las gracias principalmente a dos personas que han
sido mis interlocutores en el diálogo: a mi hermano Kurt y a mi
'
colega Claus-Peter Marz, de Erfurt. Estoy también muy agradeci-
do a mis colegas Jacob Kremer, de Viena, y Hubert Frankemolle,
.... de Paderborn, que revisaron el manuscrito y me sugirieron nume-
·l
.. •

..
rosas correcciones .
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El manuscrito quedó terminado en julio de 1986. Cuando me
.
nombraron obispo de Bozen-Brixen (en el Tirol del Sur), sentí que
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' llegaba a ser una tarea más especial lo que Heinrich Zimmermann
.1
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describía así como tarea en su estudio sobre los métodos histórico-
·:-
..,,{ 4 críticos en el Nuevo Testamento: << ... introducirnos en el conoci-
cada vez más profundo de la palabra de Dios tal como se
nos aparece en el conjunto histórico de la alianza nueva, y, por este
camino, penetrar en su contenido teológico y en el modo. de
presentar su mensaje a los hombres de nuestro tiempo>> (Los méto-
dos histórico-críticos en el Nuevo Testamento. Madrid 1969, 3). No
podemos renunciar a estudiar. científicamente la palabra de Dios.
Brixen (Tirol del Sur), julio de 1986.
El Autor
....

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La metodología
...; como iniciación a ·la lectura
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La metodolo.g ía es .siempre una iniciación a la recta compren-


sión de los textos. Como no ofrece más que un camino para la
comprensión de los mismos, a saber, el camino de la lectura, la
metodología para el estudio del Nuevo Testamento será primor-
,
dialmente iniciación a la recta lectura de los textos del Nuevo
1
Testamento. · -
Las primeras indicaciones para la recta lectura nos las dará la
reflexión acerca de cómo llegar, mediante la lectura, a comprender
el sentido de los textos. Por consiguiente, la metodología es una
teoría de la comprensión. Tal teoría de la comprensión, que co-
mienza con la lectura, ·10 hace con algo muy personal y subjetivo,

pero en un terreno en el que el lector es competente virtud de su
• •
exper1enc1a.
.•

'· •
Lecturas
.
K. Weimar, Enzyklopadie der 163-227. Wei-
.• ..... .
mar ofrece una :hermenéutica que estudia los problemas específicos de •


' .- .
. · los textos literarios .
• .

.-. .. •
H. Glinz,. Textana:lyse und Verstehenstheorie. Glinz estudia deta-
... •

• • lladamente la situación, las intenciones y los intereses del autor y de
• •

los lectores.
.. .
••
'• O. Schober (ed.), Text und Leser. Zur Rezeption von Literatur.
-. :.. .
•. .
• ,. •
Esta colección de textos ofrece una primera perspectiva, muy buena, y
... . . . '
.
. .. . hace que los representantes de las teorías actuales de la lectura se
. .
. ·''·':"2Y..
. .. .. .... . . ·. . . . . . . .. . .

14 Introducción

expresen con sus propios textos y con introducciones del editor que
establecen el contexto 1•

1. Leer .como acceso


al sentido del texto
1.1. Experiencias con la lectura
y la comprensión

Al leer un texto, se comienza automáticamente a comprenderlo:


Quien lee un texto en una lengu3: que él conoce, asocia involunta-
riamente con lo leído un significado. Es algo que no se puede evitar
en absoluto: <<La actividad de comprender es un reflejo espontáneo
2
de la actividad de leer>> • El lector da a las palabras el sentido que él
conoce; establece líneas asociativas entre lo leído y su propia expe-
riencia subjetiva; asocia los enunciados del texto con otros enuncia-
dos que tienen para él un sentido familiar. Mediante la actividad de
leer, el nuevo texto llega a poseers.e personalmente.

'
La comprensión en la primera lectura tiene todavía matices
muy personales y subjetivos.
1

Entre los factores que caracterizan la primera comprensión se


hallan: la intensidad de la lectura, el conocimiento de la lengua, la
experiencia de la vi.da, la familiaridad con la literatura, la condición
en que el lector se halle aquel día, etc .
.
Así que el comprender se pone en marcha mediante la lectura;
pero la primera
.
lectura no garantiza todavía la rectitud de la com-
.

, .
Más bibliografía: A. y J. Assmann - Ch. Hardmeier, Schrift und Gedéichtnis.
1

Beitrage zur Archaologie der literarischen Kommunikation (Munich 1983); Brac-


kert - Lammert, Funk-Kolleg Literatur; ·R. Detweiler (ed.), Reader Ap-
proaches to Biblical and Secular Texts: Semeia 31 (1985) ; U . Eco, Lector in Fabula
(Milán 1979); R. M. ·Fowler, Who Is «the Reader» of Mark's Gospel: SBL Seminar
Papers 22 (Chico 1983) 31-53; G. Griinm (ed.), Literatur und Leser: Theorien und
Modelle zur Rezeption literarischer Texte (Stuttgart 1975); Iser, Akt des Lesens;
Schlingmann, Methoden. der lnterpretation, 135-165 ; Link, Rezeptionsforschung; W.
Magass, Elf Thesen zum Bibellesen und zum «Suchen» in der Schrift üoh 5, 39):
LingBibl 47 (1980) 5-20; J. P. Tompkins (ed.), Reader-Response Criticism. Frorn
Formalism to Post..:Structuralism (Baltimore 1980); S. R. Suleiman - T. Crossan
(eds.), The Reader in the Text: Essays on Audience and lnterpretation (Princeton
1980); H. Türk, Wirkungsasthetik (Munich 1976); Warning (ed.), Rezeptionsas-
thetik; W einrich, Literatur für Leser. .
2
Weimar, Enzyklopadie, § 287. Sobre ·el comprender espontáneo, véase E.
Coreth, Grundfragen der Hermeneutik (Friburgo 1969) 119-123. ·
.. . . . .. '. .. ..• .. .' .. ' . , . , : ..
•,
·, .
.
••

-;•

..!
. La metodología como iniciarión a la lectura 15

..-.
prensión. En efecto, en una primera lectura hay no raras veces

• incomprensión y comprensión errónea. En algunos del

..• texto observa el lector su incapacidad para comprenderlo, por
ejemplo cuando encuentra conceptos que no le son conocidos, o
cuando halla un <<mundo>> con el que no está familiarizado. Pero
..,
. '•
puede ocurrir también que el lector piense comprender el texto y
en realidad lo esté comprendiendo erróneamente. Sin que él se dé
cuenta, el lector cree que su comprensión errónea.es lo que el texto
, ... . 4 1 , ....q.iJiere decir. IaJ . incomprensión y. comprensión· . ..
por ejemplo, cuando el lector comprende palabras en el sentido que
•,


le resulta familiar, o porque él clasifica el texto entre aquellas clases
.

' de textos que. se emplean en el círculo en que se desenvuelve su
v1.da, etc. 3

!

••..
Como la lectura está expuesta siempre al ·p eligro de la incom-

••
. prensión y de la comprensión errónea, el lector tendrá que aplic.a r
.
determinadas estrategias para penetrar en el.sentido del texto y no

• sucumbir ante los <<peligros >> del mismo .


.

• Cuando en una conversación no está claro algo· que nos quiere
.•
decir nuestro interlocutor, existe siempre la posibilidad de formu-
lar una nueva pregunta. Algunas veces, por el curso ulterior de la
••
.• conversa.c ión se ve que hay un malentendido. El volver a preguntar
.••' '
.'-• pidiendd aclaración y el hecho de tener en cuenta el contexto del 1
'•.• diálogo son formas de asegurarse de que se está comprendiendo
..
·'
rectamente. Otra manera de captar el sentido de un diálogo consis-
.. te en .que el oyente adquiera distancia con respecto a la situación .
·' ..
,•
Desde la distancia, algunas cosas se <<oyen>> de manera distinta a
\

como parecía al principio. Lo mismo que en el caso de la conversa-
ción, la lectura de textos tiene también sus formas de cerciorarse de
que el texto se ha comprendido rectamente. La lectura atenta y
repetida de un texto llega más fácilmente al sentido _d el mismo que
una ·lectura rápida y superficial. U na carta, al leerse por segunda
vez, causa una impresión distinta.

En la vida cotidiana se conocen determinadas formas de cerciorarse de


que se está comprendiendo rectamente.
.
• o

En textos antiguos, la distancia temporal, lingüística y cultural


$ dificulta la comprensión. Semejantes textos se cierran a la compren-
t ' sión. Y, así, el lector de textos antiguos tiene que adoptar de
,

:1 3
Weimar, Enzyklopadie, §§ 300 y 297. Sobre los límites del comprender, véase
ij".
Coreth, Hermeneutik, 123.
.....
16 l ntroducción

.
• antemano, por regla general, ciertas medidas de prudencia. Claro
que puede.darse el.caso, como en la ,B iblia, que los textos sean muy
conocidos y se interpreten así en un sentido determinado.

.J • • • .o: - ,..,.:•t•..
..,... ...
' ... rv1·.. ...., •• ,. ,. - -·-· - --- ..r-• . .,. " . .._ - -·- ·- ' """ 1-- .. · • - ·.. • -· • ... _.. .. • • • • .. , • •. • • •

1.2. __
como medida para cerciorarse

. •

• La índole de la lectura científica

,El ocuparse científicamente de textos es una forma especial de


leer 4 • Lo mismo que en otras fo·r mas de lectura, el hecho de
. ocuparse científicamente de textos comienza con la lectura del
'
texto y con una primera comprensión del mismo determinada por
div·ersos factores subjetivos. La lectura científica se diferencia de
otras·formas .de lectura en el esfuerzo sistemático por cerciorarse de
que se comprende·re.c tamente. En la -primera lectura comienza ya la
comprobación de la comprensión adquirida y la reflexión sobre la
5
misma • Se adquiere esa certeza cuando el lector examina atenta-
los -fonemas .del texto, trata de .establecer conexiones, aspira a
ser completo en .,cierto modo·en cuanto a tener en cuenta la multi-
plicidad de los aspectos, expone los argumentos que sustentan la 1

pr.opia comprensión ..del textQ, y hace así qj.ie una tercera persona sea
capaz de verificar intersubjetivamente el proceso de la comprensión. .

La lectura científica se cerciora del sentido del texto mediante un


examen sistemático, -lo .más ·completo p.osible, de .los fonemas del texto y
-estudiando bien las razones que hablan en favor o en contra de una
determinada.,comprensión.

De este modo,. \a 'lectura científica evita el eli ro de adueñarse


dél' i que text'o
9,byio..en o •

lect1:!3· .La lectura científica conduce así de una lectura


con intensos-"niatices subjetivos a una lectura <<distanciada>> que
reconozca la alienidad del texto. Tal lectura .adopta también_siem-
pre una ª'?titu4 frente a las. forma$ subjetivas .de compren- ,\

"'
Sión de .Y ·a_ de comprensión de los mismos "'
'
6
determir:radas ., · ••
. ' ' ..
. ..' '
4
Sobre la relación-·íntima entre el leer y la.actividad de estudio sistemático de la '•,'
literatura, véase Weimar, Enzyklopiidie, §§ 46-70.
5 '
Weimar, Enzyklopiidie, § 305.
6
Por este motivo, será tarea permanente de la exégesis el ser no sólo histórica,
sino también crítica.
Lq, metodología_ como iniciEciór.i. a. la 17
"

• El lector competente
.

Por <<competencia>> del lector 1se entiende en el presente contex-


to la ca cidad del lector ara ca tar el sentido de un texto. Es

. ...¡ . -.. ..... verdad manera .su Jetiva, ·
•"'.\
:,
'p
.....·>¡ ------ .. ..f>. ero
.:, . tam?ién •. Fñ.etect<?,·ª
pesar de la 1nfluenc1a de factores su61et1vos sobre la comprensión
'.
de un texto, la lectura no es puramente subjetiva ni caprichosa. La
"'
'f. ,pei:sooa. al leer, .se ,c omporta como..en un diálo.go.;el lec.tot d.eja.q11e...__ .
el texto, cual interlocutor de un diálogo, le conduzca al mundo del
texto; percibe la característica del adquiere intuiciones que
... para él son evidentes. Además, el lector puede acudir a· algunas
·)'. ..
instancias para verifica·r la rectitud de la lectura.
'fal competencia significa, por 1:1p lado> la. dejarse

. .. ..
. ...
PC?r .tan,!2 z..• .. ... . .. . . ··"·
ectura.

·1
Todo lector es competente para hacer observaciones relativas al texto,

para sacar conclusiones y abrigar sentimientos con respecto al mismo .


La competencia del lector se muestra en varios aspectos: En
primer lugar, el lector de un texto es competente para hacer obser-
7
vaciones con respecto al texto y para establecer conexiones • Así
como el que contempla un edificio es capaz también de hacer
• deter111inadas observaciones, .incluso sin tener a mano una guía
.. ... ""' . (núµiero ,de ventanales, notas . etc.), así también el
lec.tor hacer diyersas observaciones con respeGtO al texto y
establecer
.;
una conexión entre dichas observaciones.


El lector, luego, :es competente ·para sacar conclusiones de las
' -. .... . ·0bservaciones y las : comparaciones. Quien contemple una casa
• •

·desde un determinado ángulo y no observe puertas, podrá deducir


· que la casa tiene una puerta (podrá deducirlo así, al menos en

-
.: : .
.-,.
normales). Está capacitado para sacar esta conclu-
t. . : -:. • •

' . .. -
.. .. ' ...... .
.--• .s ·, • ..,
7
.• ,:· De esta capacidad se deriv.a la posibilidad no sólo de la lectura sencilla, sino
.• · : :.:
· -.· · ; ·:también de la lectura científica de la Biblia. Desde este aspecto, no existe diferencia
' · . . .. •·. · :.esencial entre ambas formas de lectura .
.. ., .
..

..;-. .
.
.. .. .... .... - •
.
.. . : . .. . .. .. :

• 18 Introducción

sión en virtud de su saber cultural. Asimismo, el lector, por las


observaciones que ha hecho con respecto al texto, podrá sacar
·conclusiones, por ejemplo, con respecto al autor, el receptor, el
tiempo y lugar de la composición del texto·, etc. El lector podrá
ampliar su comp·e tencia para hacer y ·f ormula·r con-
clusiones., obteniendo informaciones adicionales.
Además, el lector es en todo caso, para abrigar
sentimientos con respecto al texto. Puede decir si el texto le gusta o
IX 1 t ; 7

o ., .,, • Ie disgü"S'i:a:
1

'Seº'podría ºf>i-égünºiºir; a 10" 'süm'o',


'SI !'aies "reºacciories' • • 1 ·¡=

son adecuadas. El 1ector debiera formarse también una determinada


conciencia sobre los límites de su propia capacidad (con respecto al
conocimiento de lenguas, de culturas, etc.). así las propias
limitaciones y aplicar por tanto la debida prudencia salva de no
. . ,,
pocas 1nterpretac1ones erroneas.
Las diversas etapas de trabajo de una metodología conducen a
efectuar observaciones en el texto y muestran de qué manera se
pueden sacar conclusiones. La presente metodología se propone
servir de ayuda para el desarrollo de.esta competencia cuyas bases
se dan ya en todo lector: El lector empleará su capacidad de hacer
observaciones, de establecer conexiones entre las observaciones y
deducir conclusiones de las observtciones para comprender mejor

el texto bíblico. La lectura científica de la Escritura se basa en esta

competencia.

• Instancias para controlar


la rectitud de la lectura

El problema de la incomprensión y de la comprensión errónea


surge en numerosas conversaciones de la vida cotidiana. En la vida·
diaria se puede resolver este p·roblema preguntando y volviendo a

preguntar para solicitar Cuando se lee un texto, éste
no reacciona si lo comprendemos mal. Por eso, el lector tiene que
preocuparse por sí mismo de ·s aber si su comprensión es la recta.
Puede utilizar diversas instancias .de control para confirmar la
rectitud de su lectura.

8
Véanse, a este propósito, diversas obras que ofrecen metodologías para la
práctica del estudio bíblico y que se basan en m étodos psicológicos, por ejemplo W.
Wink, Bibelarbeit. Ein Praxisbuch für Theologen und Laien (Stuttgart 1982); H.
Barth - T. Schramm, Selbsterfahrung mit der Bibel. Ein Schlüssel zum Lesen und
Verstehen (Munich 1977).
.... -. .. .. . - .. . .. . . .. . . ·.. . . .

·'
-•
' ·.
..
.
,.
•. La metodología como a la lectura 19
- ...
.
..
El lector dispone de «instancias de control» para comprobar.la rectitud
de la lectura, es decir, dispone de ayudas para verificar si ha comprendido
rectamente .
.·,·...
..
-. Una primera instancia de control es la lectura repetida, la acción
.. . .
constante de preguntar, comparar y tener en cuenta el contexto.
Tan sólo aquel que pregunta constantemente al texto, llegará hasta
-------------·______________________

el sentido del mismo 9 • ______. ,..

.... .
La segunda instancia de cóntrol para comprobar la rectitud
de la lectura consiste en tener en cuenta experiencias de
...
-. ajenas. Esto puede lograrse mediante la lectura en grupo. <<No
..-
. debiera uno interpretar en solitario>> 10 • Cuando varias personas
'• leen un texto, hacen más observaciones en el texto de las que

haría una sola persona, y de las observaciones se sacan también
más conclusiones. Aunque los diversos participantes no estén de
... acuerdo en la comprensión del texto lograda mediante observa-
ciones y conclusiones, surge la necesidad de verificar la com-
prensión que se ofrece del texto, y de analizar los argumentos
que se aducen. La lectura se convierte así en una actividad inter-
..
subjetiva y argumentativa. En la exégesis, la manera más frecuen-
te de tener en quenta la experiencia ajena de la lectura consiste en
.
.-·.
..-
leer literatura secundaria: C_u ando el lector compara sus ideas '
•. .
• con las· que fueron adquiridas. por otros lectores y que han
..
quedado consignadas en los comentarios y otras obras por el

9
Se pueden recoger también observaciones sobre textos mediante cuestiona-
.":"':
•..• rios como el siguiente: quién hace qué, cuándo lo hace, etc. Los cuestionarios de la
,,-
presente metodología tienen también la finalidad de ayudar a hacer-observaciones.
--.·•"
:
Weimar, Enzyklopadie, § 178: «No hay más que un camino para hacer caso al
sentimiento o la conciencia de la estrechez de la primera comprensión y de escapar
del dominio del y el. pregunta:, y de nue".'o
preguntar. Por este cam1no, un af1c1onado que, por lo <lemas, admira y condena sin
.•..,.,
hacerse ninguna pregunta, puede formarse y llegar a ser un especialista en el estudio
.>-
•r de la literatura. En efecto, su 'talento' consistirá en saber preguntar». Véase también
R. Grimminger, Abriss einer Theorie der literarischen Kommunikation, en Brac-
kert - Lammert, Fu_nk-Kolleg Literatur, 100-116, especialmente 109: «Toda reflexión
sobre textos, toda interpretación presupone que las interpretaciones proyectadas
por el lector y existentes psíquicamente en él vuelven a compararse con el texto y de
esta manera se pueden controlar».
10
Estas palabras podrían .estar tomadas de un libro de ayuda práctica para el
estudio de la Biblia (véase Egger, Gemeinsam Bibel lesen, 10), pero de hecho se
encuentran en Weimar, Enzyklopadie, § 309. Más claramente aún lo dice Glinz,
Textanaly se und Verstehenstheorie, I, 47s: <<••• Si se quiere alcanzar una compren-
sión intersubjetiva científica, y si se quiere que.los actos espontáneos de comprender
se hagan conscientes y se aclaren en un análisis científico, entonces habrá que
confrontar, en relación con cada texto, varias formas individuales de comprensión
que sean lo más diversas que se pueda».
.
¡.
'
!'
.1
.,.• {: "' -20 Introducción

.
..

sé"''aplié'an, a' toClo "le'ctoi', el lector' catóficºo <le. la


1 ;t; l ; 1 •'.Lltsl unr;¡I' 1 t , J

..... .
..... _
'• recibe de los documentos de la Iglesia la indicación de una instancia
12
de control de índole especial : los textos bíblicos no deben leerse
<- . aislados, sino dentro de un contexto mayor: dentro del contexto de
toda la .S agrada Escritura y dentro del contexto de la vida de fe de la
Iglesia, de su tradición y del magisterio Con esta
..
<<instancia>> se menciona una característica esencial de la lectura
'.
cató'lica de la Biblia 13 •
... .

;' ..
'
' .
'
'
."• . 1.3. · Modelo de lectura científica
..
: :

,, va
La lectura de textos se convierte en estudio cient¡fico de textos, cuando
asociada con la reflexión sistemática acerca de la de la compren-
...• .
.. ..
)
.. /

SIOn.
..
;' .. '

'' .
:\ ..
El modelo de lectura científica parte del hecho de que.incluso la
recepción científica de textos está influida de muchas maneras por
.
i.
"
1
factores. subjetivos. Entr.e facto.res s_e cuentan, además de las
..' .. .. decisiones previas de· carácter .científico, datos de la historia de la
propi:a rvida; etc. 'El proceso ·mismo de la lectura ·científica comien-
1•

..'
'
za·, .como: con6'ciniiento,' con el ºhecho de .leer el texto. La
ii
'.
.. tarea :cons'is.te »en' c'o n···ayuda del texto, la primera · com-
. ....
1

' p·rerisión del inismo,. -


en"
.
la que a menudo se mezclan incomprensión

'
1
.
11

'. •
En .efecto, el
. no fij.a a menudo en la peculiaridad .de _los textos, sino
.<

!• cuai:ido ... :el empeño J??r verificar la


1.; rect1rud de las_·,conclusiones presupone a menudo --con otras
J
concepciones. _P_o r eso, la histórica y la historia de las investigaciones son,
·en

l.¡¡ ' precis·amenl:e º]a exégesis, .Un imprescindíble-·para. aproximarse al sentido
. de los textos. . · ·_·.' · .. · - · ·
¡.

12 .DV 12. . " . , ..·.. . . . . .


•, • • • .' •• ... • • ',w : • ' ; ..

'
13
, ·. Claro que :en ·.roda:.le.c tura ·de·.l a Sagrada :Escritura ·(no sólo ·én la lectura
· 1

.
hay-:1una:.se.r ie de·factores que influyen ·ya.en la pr.imera lectura: ·e n todos ·.
,
los ·casos ·. se deja sentir ··una determinada ,comp·rensión previa, que se basa ·en la •

biografía, la educación, la confesión religiosa 'd el·lector, e·tc. ...


..
:. ' ;
La metodología comoini&ición a la lectura 21

y comprensión errónea con· ideas rectas, o la comprensión previa


orientada ya por determinados carriles en textos que son conoci-
dos. Esa verificación se lleva a cabo mediante observaciones y
••- conclusiones. Los resultados tienen ·que exponerse de manera que
...- -..
t
' """'
...'.
"""'
·puedan comprobarse con argumentaciones e intersubjetivamehte.
..
..•
Eorma parte también de ella la confrontación con la llamada litera-
tura secundaria, es decir, con las <<experiencias de lectura>> de otros
científicos 14•
·.--
..-,
., ........ _ ,.......
•••
...•••
.:•.
.•,
2. Métodos.exegéticos
como ayudas para la lectura
.. y la comprensión científicas
La exégesis bíblica se entiende a sí misma como el ocuparse
científico de la Sagrada Escritura. Como forma científica de la
lectura de la Escritura, muestra las notas características que son
aplicables a la lectura científica de textos: con ayuda de procedi-
mientos de seguridad científica, trata de cerciorarse del sentido del
texto y de conseguir una verificabilidad intersubjetiva de los resul-
tados: !rata de hace,r a las especiales dificultades ?e
prens1on del texto b1bl1co por tratarse de un documento h1stor1co.
• Y,. así, la exégesis tendrá.que ser siempre histórica y crítica (frente a •

la aceptación simplificadora).
cerciorarse científicamente no es igualmente necesario para
cada lector: hay también otras forrnas de cerciorarse que están
justificadas y son necesarias: la lectura personal y espontánea de la
Escritura, la palabra de Dios en la liturgia y en la predicación
eclesial, el coloquio bíblico y e1 estudio práctico de la Escritura. Las
-· diversas formas se diferencian entre sí por la intención, la intensi-
dad del trabajo, el grado de reflexión, la relación con la vida, la
15
situación de comunicación, etc. •

. . .. .
. '

14
. .. .
- Véase Gliñz (nota 10).
- ...
15
.
'; ..• -.. . Acerca de la reflexión sobre el estudio no científico de la Escritura, véase W .
Egger, Die zweite Unbefangenheit des Bibellesens: BibLit 50 (1976) 247-255; J.
Kremer, Die Bibel einfach lesen. Bibelwissenschaftliche Erwagungen zum nicht-
wissenschaftlichen Umgang mit .der Heiligen Schrift (FS Kardinal Konig) (Viena
.• '
1.980) 327-361; Id.;.,Die Bibel:.. ein Buch für alle (Stuttgart 1986). Entre las ayudas
para el estudio práctico de la Biblia, mencionaremos: W. Erl - F. Gaiser, Neue
• . Methoden der Bibelarbeit (Tubinga 1969); Praktische Bibelarbeit heute. Publicado
por la Bibelwerk .(Stuttgart 1973); W. Egger, Gemeinsam ·Bibel lesen.
..
• .

• • 22 Introducción


2.1. .Variedad de métodos científicos
e integraci.ón de los métodos

Para. hacer a los variados aspectos de los textos del Nuevo


Testamento, se emplea en el estudio científico del Nuevo Testamento un
...
variado instrumental de ·métodos. ·· .-

fºH 1' '1 F en · t


V .._

de métodos que se compendian en el concepto de <<métodos histó-


rico-críticos». Entre ellos se cuentan: la crítica textual (la recons-
trucción del texto griego original del Nuevo Testamento), la crítica
•• literaria (la determinación de las fuentes históricas del Nuevo Tes-
tamento), la crítica de las tradiciones / historia de las tradiciones
(prehistoria oral de los textos) y la crítica de la redacción / historia
de la redacción (compilación y refundiciones del material) 16 • Estos
métodos leen principalmente el texto desde .el aspecto diacrónico,
es decir, desde el aspecto del origen del texto, y consideran princi-
..
.. . palmente la reconstrucción de la historia de la aparición del texto
como el camino para llegar al sentido del mismo. A estos métodos,
ya clásicos, han venido a añadirse, en tiempos muy recientes,
numerosos impulsos procedentes de las nrodemas ciencias del len-
guaje (lingüística textual, estructuralismo, semántica, pragmática).
Estos métodos recientes se esfuerzan más que nada por captar el
texto en su aspecto sincrónico. Sirven de complemento a los proce-
dimientos histórico-críticos, convirtiendo la observación de los
fenómenos textuales en una etapa explícita del análisis de textos y
continuando el proceso de formalización de los textos comenzado
ya en la historia de las formas.
La división que acaba de mencionarse entre aspectos sincróni-
cos y diacrónicos se ha implantado ya en el estudio de los métodos:
los métodos <<sincrónicos>> (en griego, <<simultáneos>>) investigan un
sistema en la forma que tiene en un determinado momento, por
ejemplo la lengua alemana de la actualidad, o la lengua alemana del
siglo XIX. En el análisis textual sincrónico del texto del Nuevo

Testamento, ·se investiga el texto en la :forma que tiene en un

16
La estructuración en cuatro partes de la obra de Zimmennann, M ethoden-
lehre (l.:1 a 6.ª edición - la traducción española: Los métodos histórico-críticos en el
Nuevo Testamento. Madrid 1969, está hecha sobre la primera edición alemana-) nos
da una idea de las etapas de trabajo del método histórico-crítico; la mayor parte de
las obras de metodología estructuran más detalladamente los métodos.
- .. ,. - . ..... .... . . .·. . .. ,• .. .. .
. .. .

.. .
-::
,

..
..•
.. •,
La metod9logía como i.niiráción a la lectura 23

',
,•
. ,•determinado momento de su historia, teniéndose en cuenta siempre
•.
. '•
el sistema de comunicación en el que se halla integrado el texto 17 •

..
... E
El análisis sincrónico efectuarse en la etapa de la redacción
.,,, final, y también en las di,rersas versiones del texto en las etapas de la
' .
"
o


E tradición. Por el contrario, el origen y modificación de un sistema
:

·-:.
...__
,
.. (en los textos: el empleo y refundición de fuentes) se investigan
mediante los llamados métodos diacrónicos. Los métodos recientes
de exégesis acentúan m.uchas ".eces ,con intensida4 la
. strb
..
.
··- r1ecegr .J 1 p,reee ·e ,i·
ft'fta ·
is1s · e:· ·
, · 12 e

-'
,'
o

• se
el método histórico-crítico' ocupa especialme.n te del origen de los
textos, pero no debe equipararse sencillamente con los métod.o s
,, E

..• E

'

.... .'
diacrónicos; en efecto, tiene en cuenta también muchos aspectos
sincrónicos; y, de manera análoga, no todos los métodos recientes
,
E

,•.
estudian el texto de una manera puramente sincrónica.
.
'
...,:··
.

.
. "' · Los procedimientos recientes deben integrarse en los métodos de exé-
..''
E

gesis ya clásicos.
•'
?
..
! Cada método se fija, mediante su problemática, en determina-
..' dos aspectos del texto. A la variedad de los aspectos del texto
corresponde la variqdad de los métodos. Para que, al dirigir la
..
-' o

atención a los numerosos aspectos, no se desatienda la unidad del


>'·•
.. texto, habrá que aclarar la relación íntima que existe entre los
·:.:.¡· métodos. Esto se logra principalmente mediante el modelo de
teoría del texto de la <<Comunicación por medio de textos>> 18 y con
,
:;
·:<: ,,

ayuda de las reflexi<;>nes hermenéuticas sobre el acto de <<leer y


19
,. comprender>> •
........

,2. 2. Empleo de diversos métodos

La función de los diversos métodos se describe muy bien me-


diante una comparación: hay una serie de formas para captar un
paisaje en todo lo que tiene de peculiar y en toda su belleza. Cada
una de esas formas descubre algo de la peculiaridad y la belleza.
Quien no utilice más que una sola forma, pasará por alto muchas
cosas. Claro que hay formas que son especialmente fructíferas para

En efecto, el análisis sincrónico no significa necesariamente una exégesis


puramente inmanente del texto.
18
Véase c. 2-4.
19
Véase c. 1 y la introducción a la parte VI.
. - ·,•
-2.4 . 1ntr.oducción
1 !
! :
!.

..: . ':
'• .· 9
L la captación, de modo que otras formas se consideren sólo como

complemento u ofrezcan una menguada sustitución.
'.

...
. ' ._ .. que . más le coµyeJ.].ga y. el
método más adecuado ·al mismo.
·-. .. - . .

.
'· Los m.é todos n.o son . recu.rsos que deban aplicarse mecánica-
.."
'1 t J . , .:::... a . •ua91wenxe,,a fi11.11de Cap..t_
ar..el.s.entido:,de. UD .texta.._.I.o.s métodos deben.
entenderse como referencia que nos indique en qué hay
....·h. .
¡ '
; -que reuriir observaciones relativas al texto y cómo puede desvelarse
:
il'

.....'
:f de la manera más adecuada el sentido del mismo.
.:' :
.: ¡ .. ..
.• 1•
!!
..
; Sin emb.argo, al comienzo de .la labor científica, se recomienda
·¡
! seguir un orden determinado para efectuar las diversas etapas me-
1
.!
•• tódicas, orden que podrá variar según la clase de texto de que se
.••.
!J'
'
•1 trate. De esta man.era, el principiante no omitirá nada importante.
1
•¡

;•t. Luego, en ·el transcurso del trabajo con un texto concreto, se verá
..li..
:¡· qué etapa metódica resulta especialmente adecuada para el texto y
'.
,,
.. . es, por lo mismo, especialmente fructífera.
¡ ! l

:i••:
:!
.;¡'. ;
.
··r
¡,
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,
1
3. Pec.uliaridad .
J
1

"
;l_". de.la presente metodología
¡l: . . . .
'. .
í":
il.
3 .1. Puntos esenciales en cuanto al contenido
'.ti
•1

.lL
:r·
:i
i.
·· La pres·e nte metodología se entiende a sí misma como iniciación
1'
¡
1
!. al trabajo científico con textos del Nuevo Testamento. Característi-
p: ca especial de la presente metodología es el intento de constituir un
.
1I .
:.: .
. .
¡¡ conjunto orgánico con los métodos de la exégesis histórico-crítica
••
."i: y con una selección de los métodos más recientes, inspirados en las
.,.•!'. .
i::
.'
ciencias del lenguaje, valiéndose para ello de un modelo de teoría
".
.!.
¡
:;
del texto y de reflexiones hermenéuticas sobre el acto de leer 20 •
.. .¡ •
"
.
• ¡ '

..: . 20
1 Obras fu.n damentales sobre la .necesidad de .integración: de los métodos:
:!
Richter als 9-48_; P. .ª
pu co1!flict la conver-
gence des ·methodes R. Barthes ·e.a., Exegese et hermeneutique, 35-53;
(H ardmeiet, ."Texttheorie; 2·s:..44; D. Marguerat, Stru·k tyrale ·Textlektüren der E van-
_gelien: .T hBerichte 13: (Z:uiich 1983) 31-84; Schweizer., Metaphorische Grammatik.
{: . Ofrecen un breve esbozo de J. K.remer, Alte, neuere und
..••.. neueste M ethoden der Exegese: LPThQ 128 (1980) 3-12; Frankemolle, K ommunika-
....
..... tives Handeln, 30. Metodologías que efectúan dicha integración: Berger., Exegese;
. para el Antiguo Testamento: Fohrer e.a., Exegese. Las nuevas ediciones de los
if"
.
".
l ;•
estudios sobre los métodos histórico-críticos amplían su texto para dar cabida al
aspecto lingüístico: Zimmermann (a partir de la 7.ª edición); J. Schreiner - G .
!

Dautzenberg, Gestalt und Anspruch desNeuen Testaments (Würzburgo 21969).


La metodología como inidáción 4 la. lectura 25
¡f.,.
4 ........,..:,_. ... . ,

·..!
, ••.
...
,., Se reflexiona, en la medida de lo posible, sobre las diversas
..••.'
..-
·
;,
etapas del trabajo y sobre los presupuestos subyacentes al mismo,

...•. ya que la reflexión sobre las posibilidades y los límites de una
....• 21
.,,_. ci.encia es también una tarea científica • Forma parte principal-
.........
.·• -- - mente de· esta reflexión el ponderar bien la relación íntima entre la
...,..... .. -
••
• metodología, la del texto y la hermenéutica.
.. ,...,..
,
..•., ..
Por varias razones se imponen ciertas limitaciones en el estudio
...
(
de .la materia. En primer lugar, hay que hacer una selección entre
los 'riiétodos dé que s'e'dispone' "( esto"se aplicáparticu!ármente' a' los .
•7
., •
,.
".••'.. métodos recientes). Los criterios para la selección _fueron los si-
!\
r.
..'t, guientes: Debe tratarse de métodos que permitan hacer muchas
,9
..
....
• ,j¡:
observaciones con respecto al texto y que, no obstante, no sean de
22
...t. aplicación demasiado difícil , ofreciéndose por lo menos un méto-
do correspondiente a cada uno de los aspectos de la investigación
J 1
.:1,
de un texto (lingüística del texto, semántica, etc.). Se empleó tam-
bién como criterio de selección entre los métodos recientes el que
t dichos métodos hayan encontrado cierto asentimiento entre los
t·"" 23
representantes de la lingüística , y el que, por otro lado, puedan
..',.,..,
$'
'I<

24
1• armonizarse con el método histórico-crítico tradicional • Esto se
il'.
.::..
i:
ha hecho, entre otras cosas, porque sin tlicha armo°'ización co·n los
} estudios histórico-críticos, el verá bloqueado el acceso a

(.
.;.
gran parte de la bibliografía exi!tente a este respecto.

--i'
"f Fue necesaria también una limitación con respecto a la medida
de reflexión que debe aplicarse a los métodos. Hay que reflexionar
.. . sobre métodos discutido.s, pero en este contexto, y teniendo en
..,
'
cuenta la complicada discusión sobre los métodos, con una termi-
i""'
.
'
.
·nología difícil de la que muchos ·se lamentan, y en consonancia con
la finalidad de aplicación que se propone la presente metodología,
.'I!.
! ' .
nos limitaremos a exponer sólo las razones más importantes en
l .. cada caso para la selección efectuada y para el orden en que se
..presentan las etapas metódicas. Las referencias .bibliográficas, te-
niendo en cuenta los destinatarios de la presente obra, se han hecho
con la correspondiente concisión .


.-. Hay que reconocer las posibilidades y las (<ilusiones» que son inherentes a
todo método; véase Ricoeur, Du confiict (veáse nota 20_), 36.
22
· Por esta razón, se expone sólo en sus principios, por ejemplo, la semántica
• , .de Greimas, aunque· hay una serie de trabajos que se sirven de ese método .
23
Así ocurre'. con respecto a las etapas de trabajo del análisis ·lingüístico-
- .sintáctico, semántico y pragmático (aunque no siempre en este mismo orden de
sucesión). Véd:se la introducción a la parte 111.
24
Véase la nota 20.
_.... " ·-.
26 lntroducció11

3. 2. El círculo-de lectores
La presente iniciación a los métodos de la exégesis del Nuevo
..
Testamento se propone principal1nente servi1· de ª)'Uda a los estu-
; .
:.
diosos de las ciencias neotestamentarias, para que se familiaricen,
\

.. '.

,
'

¡
i,

'::.
.• . •
"'
:.
tanto en sentido teórico como prá.c tico, con las formas de trabajo
. ,:}t de las cicncia.s bíblicas. A fin de conseguirlo, se expone.irán sie111pre,
'\ ".
; J:' .":
. •
>-'
. •. 1 en el estudio de cada uno de los métodos, los correspondientes
\
.. fundan1entos de teoría del texto. Se de1nostrará en textos concretos
.
.,
.
la aplicabilidad de los métodos, y se darán indicaciones de trabajo
!
....¿:,
'
'

. •
.' para el ejercicio personal .
¡t '
'· ;¡, La obra se dirige luego al círculo, más amplio, de lectores que
-..
,,•·..

desean comprender los textos de inanera exacta y verificable 25 , y
• •

que quieren conocer la forn1a en que trabaja u11a exégesis del


Nuevo Testamento influida por los resultados de las modernas
cie11cias del lenguaje.

3.3. Estructura de la presente metodología

Expondremos brevemente las reflexiones que 11os han conduci-


do al orden seguido en las etapas de trabajo y, con ello, a la
estructuración de la metodología.
En la primera parte se expone la teoría del texto que sirve de
.•.
'l fundamento a la presente metodología: el texto se concibe primero,
........... . +
desde el aspecto sincrónico, co1no estructura (conj unto ordenado
'.
. .
·r.'.
...,.
•¡. • •
de elementos y de relaciones entre los elen1entos) y como parte de
:5:., una situación, más amplia, de comunicación, de acción )' de vida;
....
··l·
<
después, desde el aspecto diacrónico, se considera el texto como

...", producto con una historia de su origen bastante larga. En virtud de


1 semejante teoría del texto, se puede fundamentar la necesidad de
"

:¡:
integración entre el procedin1iento de análisis sincrónico y el dia-
..'
·'. crónico , ya que el texto 110 sólo es estructura )r ele1nento de
}
••
'·. comunicación, sino resultado de una historia de su origen
.
1
bastante larga .
.,..
'

, En la segunda parte se exponen las etapas p1-eparatorias para la


labor con el texto: asegurar la forma del texto n1ediante la crítica

'.
textual, clarificar la comprensión previa con la que un lector se
acerca al texto y por la que es influido intensamente en la primera
lectu1·a del texto, la confección y I o empleo de traducciones.
'
'

..
...• 25
Para la formulación, véase Gli11z, Textanalyse und Verstehenstl'Jeorie, I, 3 .
.
'

'
¡
.. .

.'
;
La tnetodología como iniciación a la lectura 27

En la tercera parte se exponen, desde el aspecto .sincrónico, los


procedimientos para la lectura, propiamente tal, del texto 26 • En
primer lugar, se estudian los proble1nas que dimanan del deslinde
de los textos; luego se estudian detalladamente esos problemas con
arreglo a los métodos de la lingüística (claro está que teniendo en
cuenta parcialmente las etapas de trabajo del n1étodo histórico-
crítico): el análisis li11güístico-sintáctico (lenguaje, estilo, disposi-
ción, estrt1cturación del texto), el análisis se1nántico (los co11te11idos
27
de significado) , el análisis pragmático (efecto que el texto preten-
de conseguir) y el análisis de las clases de textos (puntos comu11es
co11 textos análogos). Las observaciones relativas a los elementos
del texto y a la relación íntima entre los misn1os, tal como las
fomentan especialmente los n1étodos sincrónicos, constituyen tam-
bién un presupuesto i1nportante para el análisis sincrónico.
En la cua1·ta parte -siguiendo estrechamente las etapas de traba-
jo del método histórico-crítico- se exponen los métodos diacró11i-
cos: análisis de crítica literaria, análisis de crítica / historia de las
tradiciones, análisis de crítica / historia de la redacción. Claro que
en esta parte habrá algunas diferencias con respecto a otros proyec-
tos de metodología, porque en ella se recogen únicame11te aquellas
etapas de trabajo que corresponden estricta1nente al punto de vista
de la diacro11ía (historia del origen). Los elementos de la exégesis
histórico-crítica, que corresponden más bien a un aspecto si11-cróni-
co, se integran ya en la exposició11 de los inétodos sincrónicos.
En la quinta parte se expone la lectura del texto desde el aspecto
histórico . Se trata en ella de la cuestión cómo puede llegar el
lector del texto a la reconstrucción de heclíos históricos.
En la sexta parte se estudia el problema hermenéutico del leer:
se trata en ella de la cuestión de saber en qué forma el texto puede
hablar al lector actual mediante la interpretación del sentido que el
texto pretendió tener originalmente )' mediante una actualización
que esté al servicio de la apropiación personal del texto.
Los diversos capítulos están estructurados, todos ellos, de
nera análoga: Después de una breve definición del aspecto sobre el

26
La exposición por separado de los métodos sincrónico y diacrónico es
recomendable no sólo en virtud de la distinción teórica entre «Sincrónico» y
<-<diacrónico», sino también por razones didácticas: Como el método histórico-
crítico trabaja principalmente de manera diacrónica, tan sólo una exposición separa-
da de los métodos diacrónicos ofrecerá la posibilidad de comprender la literatura
secundaria, que trabaja muchas veces con ese 1nétodo. Además, el método si11cróni-
co es más fácil de aplicar e11 la práctica.
27
El análisis narrativo se estudia en el análisis semántico.
..
28 1ntroducción

que versa el análisis, se esclarecen los aspectos del método relativos


a la teoría del texto y la forma. de trabajo del correspondiente
procedi1niento de análisis, y en una síntesis se dan indicaciones para
las etapas de trabajo en una labor de estudio persona] de los textos
del Nuevo Testamento. Luego, con ejemplos de textos, se exponen
de manera patente las posibilidades y las limitaciones de las diversas
etapas del inétodo. ·

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TEORIA DEL TEXTO • •

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......-
30 Teoría del texto

Las introducciones al análisis y a la interpretación tienen que


a la índole e historia del 01-igen de
los textos qt1e l1ay que
investigar. Y, así, una metodología se basa siempre en una concep-
ción determinada del texto que hay que investigar y de los elemen-
tos y factores que influyen en el orige11, la índole peculiar y la
eficacia del texto. Una concepción así de amplia sobre el texto
puede designarse en un sentido muy general como teoría del tex-
. to 1•

Los textos del Nuevo Testamento, tanto en su situación origi-


nal con10 en la recepción por el lector (n1ediante el cual esos textos
despiertan de nuevo a la vida), son parte de un proceso más amplio
de comunicación. Bajo este aspecto, una «teoría del texto neotesta-
me11tario» estudia los diversos factores que, con su concierto,
hacen que sea posible la comunicación mediante textos del Nuevo
Testamento.

La teoría del texto neotestarnentario in,1estiga los elen1entos y los


factores que participan ei1 el origen del Nuevo Testamento, y trata de
investigar cómo transcurre la comunicación mediante textos del mismo .

•,. • .
!' . La teoría del texto que vamos a exponer a continuación se basa
' . en los resultados obtenidos por la exégesis histórico-crítica, la cual
. :t\'•• .. 1

.'. se fundan1enta también en una «teoría d el texto», es decir, en una


.. .... ..
I'·
fl : concepción sobre la índole propia y el origen de los textos. En
.,¡: '
.'
•i
efecto, a propósito de los textos bíblicos, y a p esar de todas las
¡"
,• , :
1
divergencias, existe entre todos los representantes del método his-
,,•
"·.,• • tórico-crítico un amplio consenso acerca de la índole, la intención y
f
.••i•

:
,.
• • •

,. 1
Las cuestiones relativas a este tema se estudian en las ciencias del lenguaje
....J..
••
.. .
. bajo los conceptos de «teoría» (semiótica) del texto», «ciencia del texto», «lingüísti-
.,
' ca del textO>>. Entre la bibliografía me11cionaremos: Ak1najian - Demers - Harnish,
'.•
,.". . Linguistica; van Dijk, Textwissenschaft; U. Eco, Einführt.tng in die Semiotik (Mu-
'' nich 1972); Id., Trattato di semiotica genera/e; Güttgemanns, Einfü/Jrung i11 die
'· Linguistik für Textwissenscl;aftler; Id ., Elementare semiotisc/Je Texttheorie: Ling-
.. 1 Bibl 49 (1981 ) 81-111; E. U. Grosse, Was ist Semio.tik?: LingBibl 52 (1982) 87-113; 54
'
ji :
(1983) 27-52; Hardmeier, Textt/Jeorie; Hen11ing - Huth, Komnzunikation; Kall-
...
".. 111e)1er, Lektürekolleg; Kalverkamper, Orientierung zur Textlinguistik; Sowinski,

.'
.. . Textlinguistik. En los diversos capítulos se cita más bibliografía.
.... .


r.
'

Teoría del texto 31

la historia del origen, aunque apenas existan formalmente teorías


del texto a respecto 2 •
Pues bien, en las páginas siguientes, esa teoría del texto del
método histórico-crítico se va a ampliar con ayuda de los resulta-
dos de las mod·e rnas ciencias del lenguaje. Los textos del Nuevo
Testamento adquieren más detalles que de ordinario cuando se los
contempla ·en el marco de una teoría del texto: con arreglo a la
moderna teoría del texto, se dilucidará la relación íntima entre los
diversos factores que participan en la índole propia, la función y el
• .
origen.
Claro está que los principios que se ofrecen en la investigació11
sobre la comunicación por n1edio de textos y en la reflexión sobre
el leer, se refieren mucl1as veces a textos del lenguaje actual, a textos
de uso o a textos ficticios. Como los textos bíblicos se compusieron
en gran parte en condicio11es entera1nente distintas a las de los
textos de hoy día, y como los textos bíblicos, por su distancia
temporal )' cultural, sitúan al lector moderno ante problemas ente-
ramente distintos de los que plantean los textos actuales, hay que
aportar a los modelos de las teorías lingüísticas del texto varias
diferenciaciones }' precisiones, a fin de poder aplicar a los textos
bíblicos los puntos de vista de la teoría del texto.
De la teoría del texto se deducen conclusiones para el estudio
metódico de textos, tanto para la reconstrucción del proceso de
comunicación en el que se hallan integrados los textos, como
también para un modelo científico de lectura de los textos bíblicos .

..

.
..
-•


'

.' 2
Véanse las metodologías que utilizan el método histórico-crítico (en cuanto
hace11 declaraciones sobre u11a {<teoría del texto>)) )' los trabajos exegéticos que se
sirven del método histórico-crítico. En e] ámbito católico> la Constitución Dog-
mática del Concilio Vaticano II sobre la Divina Revelación (1965) ofrece un consen-
so así sobre la índole )' e] origen de Ja Sagrada Escritura. Y> por lo que se refiere a los
evangelios, este consenso se halla expuesto en la Instrucción sobre la verdad histórica
de los evangelios (1964) .

-.

. .

2. .

El t·exto como
magnitud estructurada

El que escuche o lea varias palabras o frases colocadas unas a


continuación de otras, observará (en la mayoría de los casos apenas
sin reflexionar) si se trata de un texto completo, de u11a sección de
texto, o de palabras incol1erentes. De las cuestiones acerca de la
cohesión interna del texto que exista entre los elementos de un
texto, se ocupa tanto la llamada lingüística del texto como también
la perspectiva estructuralista.

Lecturas
Una iniciación a los problemas de la lingüística del texto la ofrece
W. Dressler, Einführung in die Textlinguistik.
Con los conceptos fu11damentales de la perspectÍ\'a estructuralista,
nos familiarizará Funk-Kolleg Sprache, I, 115-206 3•

l: En virtud de las múltiples refundiciones que la tradición y la


¡;

.• redacción efectuaron en los textos bíblicos, es tanto más urgente
saber qué es lo que hace que un texto sea un texto, en qué consiste
la <<textualidad>> de los textos.

3
a
Más bibliografía: Barthes, lntroduction l'analyse structurale de_s récits; De
Beaugrande - Dressler, Einführung in die Textlinguistik; Fages, Den Strukturalis-
mus verstehen; Fossion, Leggere Le Scritture; Marguerat, Strukturale Textlektüre
der Evangelien; Groupe d,Entrevernes, Analyse sémiotique (trad. esp.: Análisis
semiótico de los textos); Groupe d'Entrevernes, Signes et paraboles (trad. esp.: Signos
y parábolas); L. Panier (ed.), Petite introduction a l'anal11se des textes: SemBibl 38
'
•1 (1985) 3-31; Patte, What is Structural Exegesis?; D. y A. Patte, Structural Exegesis.
From Theory to Practice (Filadelfia 1978); D. Parisi - C. Castelfranchi, La compren-
sione dei brani come costruzione di t/.na corretta rete di conoscenze, en D. Parisi ( ed. ),
.1
)
Per una educazione ling11.istica razionale (Bolo11ia 1979) 161-193.
l
j .
El texto como magnitud estruct11rada 33

1. El texto como declaración lingüística


estructurada y coherente
La misma palabra «texto» (de] latín textus = tejido, estructura-
do) nos expresa ya que eJ texto muestra una conexión de elementos.
Si en una sucesión de palabras o frases que alguien enuncie, hay
uno o varios textos, eso l1abrá que deducirlo de la L1nifor1nidad y la
coherencia de la declaración: Si las palabras y las frases de la
declaración están relacionadas entre sí, entonces hay que .decir que
la declaración es un texto (uniforme); si falta la cohesión entre los

elementos, enton.ces se tratará de dos o más textos, y eventualmente
de segmentos o fragn1entos de textos o de una sucesión de palabras
sin sentido.

;
Una declaración lingüística demuestra ser un texto cuando las partes de
dicha declaración hacen referencia a otras, y únicamente pueden

explicarse por la cohesión .
i


• 1.1. Estructura
..•)

.
l. El texto debe considerarse como sistema cuyos elementos (pala-
.• bras, frases, partes del texto, y también contenidos de significado,
J•

etc.) están relacionados entre sí; las relaciones entre los elementos
J
•• se ordenan según determinadas reglas (comenzando por las reglas
¡
.• de la gramática y pasando por las reglas de la rectitud lógica, etc.) y
••
t pueden ser diversamente densas; no cualquier elemento tiene que
\
1 estar asociado con cualquier otro.
r.
•• •
•••.
••
b
t.'•
••
r


-.••
.t

¡ a
t •


••••

• d
,• ·
• f
l• .
\.·
. !.
'••.
.'
·l.J Figura l.. El texto como estructura .
1
...(·
'1
Entre los elementos de un texto existen numerosas relaciones,
••'
;_
t. . 34 Teoría del texto
.:· '
; .., .•1

t .. .
., . '

.'-

4
'c.•
¡•
-ti
.; ·\
ordenadas por reglas, como puede verse por la figura 1 • La suma
. , "." de las relacio11es entre los elementos del texto (a, b, e, ... ) se designa
¡, "·'

"'

,
i;
,,
-·i : ..
'.1
' .•
. ....(. como <<estructura» del texto, segú11 la definición que se da de
;.. .. :· 4·, ·'
. .
.c.
.. ... -
>
como <<conjunto de las relaciones entre los elementos de
t ' ' 1

'.t .'. <: l .•.


,.';l'
; • ·'
.
::'·..
un sistema que vinculan entre sí los elen1entos de dicho sistema» 5 •
:
. ·;.
t ' ' .t ....
'
Se entiende por estructura de un texto la red o la su1na de las relacio11es
entre los elementos del texto.

Por eso, la perspectiva que contempla principalmente en el


6
texto la estructura y las estructuras se de11omina <<estructuralista» .

1.2. Factores de la coherencia de textos


Un texto es 111ás que una mera sucesión de palabras y frases .
Mediante diversos factores, el texto se constituye como estructura
que trasciende las frases. Las relaciones entre los diversos elen1en-
tos no están co11solidadas de manera uniforn1e. Ha)' textos en que
los elementos están yuxtapuestos con bastante soltura. Ejernplos de
esa compaginación suelta so11 algu11as series de i11strucciones mora-
les que Jee1nos e11 las cartas paulinas: Flp 4, 4-7 y otras por el estilo.
En cambio, algunos textos muestran alto grado de coherencia
(enlace): en la breve sección Gál 3, 23-29, una sola frase no tiene
ninguna partícula de ei1lace. La co1nbinación de los elementos se
somete a determinadas reglas de enlace 7•

4
Siguiendo a Fossion, Leggere le Scritture, 24.
5
Funk-Kolleg Sprache, l, 118.
'' El método estructuralista se cuenta entre los métodos sincrónicos, pero esto
'.'
no quiere decir que los textos se l1allen ú11icamente en un s1stema de relaciones
sincró11icas. Una tendencia extrema deJ estructt1ralismo defiende una teoría del texto
':'-) ¡
'1 :
if '
••
(que 110 se propugna en la presente metodología), según la cual el texto que tenemos
a la vista tiene absoluta prioridad. Tal método se con\'ierte e11 método antil1istórico.
Es verdad que l1ay que co11siderar el texto como totalidad coherente, pero el texto
no es nu11ca un sisten1a cerrado. Ha)' textos que tienen múltiples relaciones con
.. factores externos al propio texto (por ejemplo dentro de un acontecer de comunica-
.'.
.... .
.
ción). En su forma extrema, el estructuralisn10 es antihistórico (únicamente el

sistema), antipsicológico (únicamente la obra )' la conexión que se da e11 ella),
f: a11tisociológico (no ha)' im Leben>) [ «SÍtuació11 vital»]). E11 la presente metodo-
..,'..•.· logía se e1nplea el método estructt1ralista como uno de tantos n1étodos. Véase, a este
•'<•
propósito, Ricoeur, Du conflict (véase c. 1, nota 20, 37-39) .
. 7
Plett, Textwissenschaft, 61. A propósito de los factores de col1erencia, véase
.•
"•• De Beaugrande - Dressler, 50-87; Kalln1eyer, Lektürekolleg, I, 177-252; Plett,
l
Textwissenscl1aft, 60-70; Egger, Faktoren der TeJ:tkonstitution. Esos factores se
',,
1 estudian detalladan1ente en las secciones correspo11dientes a los diversos métodos.
.

¡
.•
·,.
j.
El texto como magnitud 35

Los factores que asocian entre sí los elementos de u11 texto )' contri-
bu)1e11 de esta manera a la coherencia del mismo, son de índole diversa y
actúan en diversos planos del texto.

• Pla12os de co/Je1·encia

La conexión de los ele1nentos puede comprobarse en diversos


planos : En el pla110 de la sintaxis y del estilo actúan especialmente
los siguie11tes factores de coherencia: referencia pronominal (refe-
rencia a lo que precede o a lo q11e sigue en el texto, con ª)'Uda de
pronombres y pro-formas), conjunciones, determinadas repeticio-
nes (por ejemplo estribillos y otras cosas por el estilo). Un ejemplo
de alta coherencia sintáctica lo ofrece Ron1 8, 1-17 con numerosas
partículas y co11junciones qt1e aseguran la conexión de las frases del
texto. En el plano de la se1nántica (cie11cia del sig11ificado ), el texto
se hace coherente por el tema del mismo, por repeticiones de
palabras clave, etc. El texto, )'ª citado, de Rom 8, 1-17 se caracteri-
za por la recurrencia (repetición) de expresiones: <<JtVEܵa / espíri-
tu» y / carne». En el plano de la pragmática (i11tención de
causar un efecto), el texto y sus diversos ele1nentos adquieren
unidad y coherencia inediante una intención uniforme de causar un
efecto. El relato de Gál 1-2 sobre la vida )' la actuación de Pablo se
convierte prin1ero en un todo coherente mediante factores lingüís-
ticos-sintácticos}' semánticos de coherencia, y luego principalmen-
te por la pragmática del texto: Todo el texto está determinado por
la intención de Pablo de mover a los gálatas a tener co11fianza en su
8
y en el evangelio por él proclamado •

• Grado de co/Jerencia

El grado de coherencia en los diversos planos puede tener


intensidades diversas: algunos textos se hallan muy íntimamente
• ligados desde el punto de vista sintáctico; otros textos se hallan
estructurados con especial densidad por la recurrencia semántica
'
(por ejemplo, en un parte meteorológico aparecen expresiones
puramente de meteorología), etc. En todo caso, el concierto de
todos los factores de coherencia es lo que produce la coherencia del
texto.

• 8
W. Egger, Gál, sub loco. ·
.


.....
••
36 Teoría del texto

• Falta de coherencia
Claro está que en algunos textos del Nuevo Testamento se
observa también falta de coherencia: desigualdades en la forma
lingüístico-estilística, interrupciones de la conexión,. repeticiones
perturbadoras, y otras cosas por el estilo; en una palabra: hay
<<tensiones» en el texto 9• Con arreglo· a la concepción de que un
texto se convierte en un todo uniforme por n1edio de la cohe1·encia
,, en los planos de la sintaxis, la semántica, la pragmática y la clase de
.'
texto, entonces, cuando hay una ruptura de la coherencia, es decir,
·•. cuando hay una falta completa de coherencia, hay que suponer en

,.

un enunciado lingüístico que la razón de ello es que hay dos o
•• varios textos. Claro está que debe tenerse en cuenta que la coheren-
'.
••
.
cia no tiene por qué ser igual de fuerte en todos los planos, de
! manera que la falta de coherencia en un plano no significa falta de
.•
coherencia en el texto en general. Además, en el plano de la
coherencia semántica y pragmática en textos antiguos no rigen en
absoluto los mismos factores de coherencia que en los textos 1no-
......
¡··" . ..
¡·--·. t
dernos: la índole de argumentación del autor puede ser diferente de
.....
1 • • •
'
;

•" '•
r ., 1
;: .
'

1
lo que esperaría la lógica 1noderna. E igualmente la intención de un
texto de producir un efecto puede alcanzarse por medios estratégi-
cos distintos que en los textos actuales. En algunas circunstancias,
las discontinuidades estilísticas y las transiciones semánticas rápi-
das pueden corresponder a una dete1·minada intención del autor/re-
dactor 10•
.r Con respecto a las llamadas tensiones que hay en el texto, habrá
que conceder por lo menos el mismo interés a los factores de

9
En la llamada crítica literaria se hacen observaciones
. sobre tales «tensiones»
que hay en el texto )' se las utiliza como referencia ·a la historia del origen del
mismo : Cuando en el texto se comprueba que l1ay tensiones, entonces hay que
suponer que las fuentes fueron reelaboradas; en un texto con tales tensiones no se
trataría de un texto único, sino en realidad de varios textos. Tales operaciones de
crítica literaria se emprenden con respecto a los evangelios (sobre todo en la cuestión
sinóptica) y a las cartas paulinas (cuestión de la uniformidad de 1 y 2 Cor, Flp, 1
Tes). Según Richter, Exegese als Literaturwissenschaft, 49-72; Fohrer e.a., Exegese,
44-56; Strecker - Schnelle, Einführung, 40s, la crítica literaria -como determinación
de la uniformidad/ falta de uniformidad- constituye el punto de partida del análisis.
Con razón acentúa Merklein, Einheitlichkeit, 156-159, que los criterios clásicos de
crítica literaria son totaln1ente criterios de incoherencia, criterios que ayudan a
descubrir la deficiente coherencia del texto; antes de buscar tensiones, discontinui-
dades, etc., habría que servirse del análisis de la ciencia textual para determinar la
calidad coherencia! del texto.
10
«Las tensiones y discontinuidades en el texto no son importantes primaria-
me11te para señalar diversos niveles y fuentes; remiten, más bien, a la intención
pragmática del autor, que con discontinuidades quiere, por ejemplo, aguzar la
sensibilidad auditi\ a del oyente/lector» (Frankemolle, H andlungsanweisungen, 26 ).
1

. .

..
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'..:
. j1 .•
• l ; :

. ;

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... '
.TI."'
El texto como magnitud estructurada 37

coherencia que a las tensiones. No consta de antemano ni la uniformi-


dad del texto ni su falta de uniformidad. Si se efectúa el análisis.con10
es debido; entonces, basándose en los factores de coherencia compro-
bados Y.en las discontinuidades de coherencia comprobadas, se puede
ya emitir un juicio sobre la uniformidad/falta de uniformidad .

.
• 2. El modelo -de lectura
de la perspectiva estructuralista

La perspectiva estructuralista utiliza un método que está en con-


sonancia con ella: Puesto que se concibe el texto como una red de
relaciones en la que los elementos están relacionados unos con otros,

el texto puede también emplearse con10 sistema de referencia: un
'
elemento (e11 virtud de la referencia que hay entre los elementos)
'' re1nite al otro. Y, así, como método de descodificación, se emplea un
•• • método que pregunta sistemáticamente acerca de los elementos del
.. •
••


texto .
-· •
,

'
J'
El método estrucruralista da indicaciones sobre la manera de averiguar las
••
'• relaciones entre los elementos.
•••.
.!;
..
'.

El método ofrece ayudas para descub1·ir elementos y relaciones
'
'
'• entre ellos. Claro está que no se trata de un procedimiento más o
.• menos mecánico para hallar algo, ya que precisamente en los análisis
..,•''
..

1
semánticos el saber cultural del lector representa un gran papel. En

,f

textos antiguos, corno son los textos bíblicos, esa competencia cultu-
f.. ral del lector es aún más importante.
! Desde el punto de vista herroenéutico, este principio estructuralis-
-.,

"• ta fo1·mula la tarea de buscar el sentido del texto, pero de buscarlo •

principalmente en el texto mismo, es decir, en las relaciones entre los


....•
.i..
elementos del texto. En efecto, según esta perspectiva, el texto debe
Y. considerarse como una suma de elementos y relaciones. El texto que
-
. ,'·.
'
el lector tiene a11te sí, con sus estructuras, es el lugar privilegiado para
' la búsqueda del sentido del texto 11 • Por eso, el que desee comprender
..
••'t'

..,f
.t un texto, tendrá que atender a las estructuras de dicho texto. Claro
!
.•.¡·' está que, para la descodificación de un texto, hay que tener en cuenta
:í-
},_
también conexiones de índole histórica y otras cosas más 12 •

...{>
-

11
Barthes, L 'analyse structurale, 188. .
12
,
Frente
. a un estructuralisn10 concebido con criterios demasiado estrecl1os,
vease anteriormente nota 6.

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3

Textos como parte


de un acontecer
de comunicación

Los textos no son magnitudes aisladas, sino que se 11alla11 i11te-


grados ei1 un contexto mayor: son uno de los elementos en un
p1·oceso de comunicación lingüística.
. .
Lecturas
• U na primera )' buena iniciación a la teoría de la «comunicación por
medio de textos» nos la ofrecen E. Gülich - W. Raible, Linguistische
Textmodelle, 14-58; D. Breuer, Textpragmatik, 44-71.
Para una teoría del texto acomodada a los textos bíblicos, habrá q·ue
remitir a Chr. Hardmeier, Texttheorie 1-tnd bibliscl1e Exegese, 52-153, y
..-·.,.
.:
'!:.
'
H. Frankemolle, Kommunikatives Handeln in den Gleichnissen Jesu.
"
Frankemolle presenta bajo el concepto de «pragmática» (entendida en
;:,: sentido amplio) una amplia teoría del texto, en la que el método
...
:.¡:

•• l1istórico-crítico debe integrarse mediante una nu·eva orientación 13 •

.' .. 1. La comunicación
..'...·,

¡:
,:
por medio de textos (escritos)
...
..:
:

.;'..
'

Expongamos, en primer lugar, el 1nodelo que se aplica en


:, ,
:.. general a·la comunicación lingüística, y que muchas veces se desig-
.." .
.:
;:
na sencillamente como <<modelo del texto>>:
.. •
.• .
".. 13
El artículo de H. Frank.en1olle, Kommunikatives Handel11 in den Gleich-
..' nissen }esu. Historisch-kritiscl1e und pragmatiscl1e Exegese. Ei11e k:ritiscl1e Sichtung:
'.. NTS 28 (1982) 61-90, se cita segú11 su rein1presión en Fra11ken1olle, Handlttngsan-
...' w eisut1gen, 14-49. Se encuentran también explicaciones sobre el <<texto e11 la comu11i-
..
, cación» en Henning - Huth; Kommunikation; I\.ahrman11, ErzahltextanalJ1se, 15-50 .

•' .
'
:


.."
1 ¡

Textos como parte de un acontecer de 39

r--- - Ondas sonoras· - - -


sobre algo

Fuente de • Hablante - •• Enunciado - • • Oyente - • • Empleo de


información

la. , informa-
c1on

Código
Código (puede ampliarse
conjunto de mediante preguntas

signos aclaratorias)

Situación común extralingüística de la comunicación

I:igura 2. Af otlelu de /ll cor111111icació11 l111giiistica en gc:11eral.


1

En el n1odelo (figura 2) 14 se han presentado sólo los factores


más iinportantes: el l1ablante I e1nisor con1u11ica al oye11te / recep-
tor un contenidc). Hablante )' oyente están e11 el inisn10 lugar )'
hablan I 0)1 en al misn10 tien1po. La co1npre11sión )''la inflL1enciación
entre e] hablante )' el O)'ente son posibles ú11ican1ente cuando
ambos dispo11en de u11 código común, de un conjunto con1ún de
signos, de un «lenguaje» cor11ún; de lo contrario, l1ablará11 diferen-
tes «lenguajes». Ciar() que el oyente, er1 un diálogo, puede ampliar
inmediata111ente el conjunto de signos de que dispone, haciendo
.,. preguntas aclaratorias al hablante. El 0)1 ente I receptor puede utili-
zar la informació11. El hal)la11te )' el oyente, e11 algu11os casos, están
vinculados por la situación extra)ingüístjca de la con1unicación, de
tal manera que, por ej en1plo, la percepción se11sible y el saber
común sobre detern1inadas realidades facilitan la comprensión.
Tal rnodelo no basta para la con1unicación mediante textos
'
consignados por escrito, con10 son los textos del Nuevo Testan1en-
• to. Los textos escritos no sólo riene11 una detern1inada existe11cia
especial 1;; en efecto, los enunciados escritos llevan inherentes toda

1"' l.a exposición está tc.in1ada, cc)n T11 C.)dificaciones, de ¡:,"nk-A."olleg Sprac!Je, l;
...
41; véase Lektiirekollc.g, I, Plctt, Textwissensc!Ja/t, 45;
TcxttlJeor1c:, 107-1l1 . En el traba¡<) cxcget1co en1plean tales m(>dcÍos: Hard1ne1er,
.
• Tc.x:ttl;eoriC' 1111{/ biblisc/Je E.regese, 106, 108s; r:ranke1nollc, Kor111111.t11ikatives l-f ar1 -
de/11, 28; G. Altpctcr, Tc.rt-li11g1<Ístisc/Je Ex:egese a.lttesta111e11clic/Jcr Einc
Dekt)dicrung (Bcr11a 1978) 24-28.
1
:
" I)l' los C<>n1t> r11unciad<.1 escrit() se puede afirn1ar lo que
. dice \X'cin1ar. l.11z.vl?!<Jptidie: Los tcxtc>s cie11cn una duración que depende de la situa-
- ción (§ 80); los textos pertenecen a dc.>s situaciones separadas por el ticn1po y sc)n Lll'
una duración que depende de la situaci()n (§ 81 ) ; los textos están sien1prc en pre.sen te
...
..
.



_...
-
40 · Teoría del texto

una serie de determinados problemas acerca del autor texto- los


lectores 16 , problemas que no existen er: la conversac1on oral. En
una conversación oral, algunas expresiones como «YO>>, «110)7 »,
<<aquí» están claras sin más; en los textos escritos, expresio11es
·se entienden únicamente cuando (en una carta) se 111d1ca la fecha y
el lugar en que se y la. firma de _quien lo l1ace. Es n1ás
irriportante todavía la s1gu1e11te c1rcunst·a11c1a: en vez de
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se una relación directa entre el hablante y el oyente, se interpone
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una distancia de tiempo entre el autor y el lector. Surge u11a
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17
·•.. f:.::. -._ ·, ' <<Situación expandida de enunciación» • <<De esta manera, escribir
! ;;.. . .
· .. ( \.;.' y leer pueden convertirse en procesos que estén todo lo distancia-
t;.. dos que se quiera, y desde luego en procesos que no so11 contempo-
... . . ' . .
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. ráneos» 18 • En el caso de los textos bíblicos, la longitud de la
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distancia de entre la con1posición y la lectura crea además
. , : Hfrri . : .•
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• . 1 : :1. l
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dificultades adicionales. El texto, como co11junto de signos escrito,
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t 1t. •- •
sigue siendo el mismo; pero para los nuevos lectores surge el
. . • ¡•.•"•..•. 1
..... : problema de si posee11 o 110 el necesario conjunto de signos (códi-
.• • , l• ,
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. go) para la comprensión del mismo.
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En la figura 3, en la que apa1·ece un modelo más preciso de
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comu11icación escrita, se han tenido en cuenta los factores d·e tiem-
19
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: po y lugar para la comunicación por medio de textos escritos :
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i
.
...
i:
. (§ 82; a pesar de toda la «historicidad»); los textos 110 ca111bian (§ 83); los textos son
• atemporales y consun1ados (§ 84); un texto es el presente real de un pasado(§ 85);
'
j •.•

.• .:
los textos son el so11ido del lenguaje transformado en trazos (§ 86) .
•1 ••
. ". 16
De la existe11cia esp·ecial de los textos (desligados de la situación original de
comunicación), una existencia que de hecho tienen los independizarse
n1aterialmente del medio, se ocupan K. Ehlicl1, Zum Textbegrifj; A. Rothkegel - B.
.. Sandig (e-ds.), - Linguistische Modelle und mascl1inelle
Verfahre11 (Pap1er zur Texcl1ngu1st1k 52; Han1burgo 1984) 9-25, }' Frank.e1nolle,
_H andlungsanweisungen, 19-49.
t" . '
17
Ehlich, Zum Textbegriff, 18.
J
• 18
Grimmir1ger, Literariscl1e J(ommu11ikation, en Bra-cl{erc - La111mert, Fu.nk-
J(olleg Literatur, I, 104-106.
19
Siguie11do los modelos de Ehlicl1, Zun1 Textbegriff, 18, '' de Frankemolle,
Handlungsanweisu.11gen, 28. · '


Textos con1cJ parte de 11. 11 acontecer de comunicació11 41

Sobre algo
1
Fuente Texto Utiliza-
de ción de
infor-
. , --. Autor t---• Lector -+•la
mac1on mac1on

F _,.., A -- - -- - e --- L1 A
1 /
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1 f L1 1----: A
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------ - - - --' 1
1
Código '\ / I C2 1
conjunto de signos , 1
r 1
..'
-.-' .

r:igura 3. A1odelo de co111unicación


.• mediante textos co?1sti t11.idos por escrito .


i
,<

El gráfico debe interpretarse así: De la fuente (F ) llega una


información al autor (A), quien en un determinado momento, en
un determinado lugar y en deter1ninadas circunstancias escribe un
...
.>
1 texto. El texto se transmite a través de un canal (C) susceptible de
.·•·
• perturbaciór1 (papiro ... ). El lector (lector 1 hasta lector x: L) vive en
... otra época distinta· (desde el siglo 1 hasta nuestros días) y en un
.•'
•l
¡
lugar distinto. El conjunto de signos del que disponen el autor y el
·'.•
.-

lector (comen zando por el conocimiento de la lengua griega hasta
·¡
..
.•
el saber cultural) puede ser muy distinto.
i

!'
En e] modelo d e la figura 3, el lector moderno ocupa un lugar
¡
i
f descrito exactamente como lector. Aunque él n o se identifique con
-..
·!
los destinatarios a los qu e primera·m ente fueron dirigidos los textos
(por ejemplo, en las cartas paulinas; otra cosa ocurre con los
evangelios, en los que la transmisión de la tradición acerca de Jesús
!
- se dirige a un público más amp lio) y aunque las condiciones de
recepción sean distintas hoy día de las que existieron en el caso de
los primeros lectores, el lector actual recibe directamente el texto y
no por mediación de lectores anteriores 20 •
2
° C laro está que la eficacia histó rica (Wirkungsgeschichte) del texto y la
tradición en q ue se transmite el texto son poderosas para dirigir al lector.
• 42 Teoría del texto

2.
. .
La comun1cac1on
/

f
mediante textos del .pasado
e uan do la co111 unicació11 .se efectúa 1nedia11tedtextos del. pasado,
·, 21
se derivan de ahí cor1 secuenc1as para el proceso e co111p1ens1011 .

El co 11oci111ie11to de la dista11cia te111poial e11trc el autor y el lecLor


influye en la acción de escribir )' de leer textos.

Las explicaciones que dare1nos a continuació11 se hallan estruc-


turadas según Jos dos polos de la comt111icació11: la notificación po r
el autor)' la recepción por el lector. Los e11u11ciados siguie11tes son,
en parte, evidentes por sí misn1os, pero dese111peñan ( e11 el aspecto
hermenéutico) t111 gran papel para la co111pre11sió11 de textos.

2.1. El papel del a14to;·

El aL1tor está i11fluido, e11 la co11figuración del texto, por los



factores a11tes rnencionados, es decir, por el conjunto de signos qt1e
están a disp osición (ideas de pensan1iento, lenguaje), por las fue11tes

existe11tes, por la in1age11 qu e él se l1ace del lector,)' por la intenció11
que tiene de lograr L111 efecto. Esto, e11 concreto, sig11ifica:
- El autor escribe el texto como «l10111bre de su época». El
aL1tor se 111ueve dentro del horizonte d e pensamiento y de ' 'ida de
su época )' dispone de un determi11ado y li1nitado conjunto de
• signos consistentes en ideas del pensan1iento, med ios li11güísticos,
etc.

El autor elabora sus ideas y, en caso dado, el 1naterial recibi-
do de las fuentes orales o escritas, hacie11do de ello una totalidad
• nue\ra .
- El lector a quien se dirige el autor (y que no debe equipararse
con el lector de hecl10) pL1ede ser una perso11a determi11ada, puede
ser un grupo, por ejemplo u11a co1nunidad; pu eden ser las personas
de una época determinada o también lectores del futuro. La in1agen
que el autor se hace del lector i11fluye· ese11cialn1ente e11 la plas111a-

21
Los estudios de Grin1111inger, LitcrarisclJe f(ornn11f11ikatio11, 104-116, sobre la
acción de leer)' escribir textos lite rarios se aplican tan1bién, con ciertas 111odificacic.)-
1 nes, a las forn1as de comunicación mcd ia11te otros textos escritos. Véase ta111bién,
con respecto a la situación, intenció11 e intereses de emi tentes )' recipientes, Glinz,
TextanalJ 1Se, I, 67-105; Il , 42-48 (con lista de factores que influ )·e11).

l
Textos con10 parte de tt11 acontecer ele com1111icació11 43

ció11 del texto. Esto se refiere especialmente a la elección d e códigos


)' a lo «C01npleto» que sea el texto . Si el autor p11ed e presuponer)'ª
que existc11 111uchos conocimientos e11 el lector a q11ier1 él se dirige,
. . .
entonces no t1e11e )' ª que menc1011ar esos presupuestos n ecesarios
para la con1prensión del texto . Cuanto menos sepa el autor acerca
d el lector a quien él se dirige, tanto n1ás completo y ta11to 111ás
<<orga11izado» tend1·á c1uc ser el texto.
- El at1tor pretend e co11du cir al lector a quie11 él se dirige l1acia
una 111anera determinada d e pe11sar, sentir, obrar, hacia Ja co11firn1a-
ción o la niodificación de ideas )' de cond u cta . El autor tie11e
intenció n de «dirigir al lector >> . Como n1edios para dirigirle, el
autor dispone de los m ed io s del lenguaje; los 1nedios extratextuales,
que precisa111cnte en u11a con ,rersació n oral desen1peñan tal papel,
por ejemplo el contexto de la situ ació n , no se hallan ordi11arian1 e11te
a disposició11 .
- E11 c11a11to el texto está escrito )' el aL1tor lo ha d esp ach adc> )'
entregado, el texto se i11depend iza )' en1pre11de s11 camino . El a11tor,
presci11diendo de escasas excep ciones, r10 p u ede )'ª proteger el
texto escrito por él co11tra la i11con1prensió11 )' la comprensión
errón ea. Co1no, pasado cierto tien1po, no se le puede11 dirigir)'ª al
autor pregu11tas aclarato1·ias, res ulta que habrá una comu11icació11
en se11tido {1n ico .

· 2.2. La ;-ecepción del texto po;· el lector


L os enunciados escritos se han h echo ind ependientes (autó110-
n1os ). Es verdad qu e los textos pueden ir aco1npañados de ayudas
extratextuales para la co111pren sió11, por ejemplo mediante explica-
ciones dadas por el que entrega el texto. Con10 en los textos del
Nuevo T estamento el texto es el único acceso abierto al lector para
la comprensión del mismo, esta «comu11icació n sin interlocutor»
tiene lugar en un <<estrechamiento de la percepción que se r educe al
texto mismo» 22 • En cuanto a la con1prensión del texto, eso tiene las
sigui entes consecuencias para el lector:
- T am bién el lector d e un texto , que 11 0 tiene qt1e vivir 11ecesa-
ria1nente en la rnisma época que su autor, es, lo niisn10 que este
ú ltimo, un hon1bre de su tiempo; dispone de un determinado
conju nto de signos r elativos al saber cultural, a id eas, a inedios
lingüísticos, etc. Como el autor ) el lector son h on1bres influidos
7

por el tiempo e11 que cada uno vive, el lector 1noderno de textos

12 Grin11ninger, literarischc !{on1m1t1zikation, 105.


1
1

1
44 Teoría del texto

¡ antiguos no posee sin más el conju11to de signos i1ecesario para la


comprensión de textos antigL1os. El problema co11siste en có1110 se
las arreglará el lector para conseguir ese conjunto de signos.
- No ct1alquier lector de un texto es propiamente el lector a
quien el autor quería dirigirse. Pero incluso el lector a quien el
autor no quería dirigirse puede co111prender en determinadas cir-
cu11stancias el texto que no está dirigido a él.
- La recepción del texto por el lector puede quedar perturbada,
por eje1nplo, por la transmisión fragmentaria del texto, por la
trans1nisión defectuosa debida a errores de copista, etc. La recep-
ción puede q uedar tan1bién irnpedida por el deficiente conocin1ien-
to de la lengua y mundo de id eas del autor. El texto puede com-
p re11derse erróneamente. U11 texto, por el 11echo de ser leído y
aplicado en situaciones nuevas, puede también producir efectos que
originahne11te no se l1abían pretendido .
- El texto se l1a l1echo duradero . Y, así, el lector puede consul-
tar in cesanten1e11te el texto y revisar las i11terpretaciones que l1ace
de él.

3. La lectura como camino para la reconstrucción


del acontecin1iento de comunicación •

El texto es parte de un proceso de comu11icación )' depende de


los numerosos factores de dicho proceso. Para con1prender el
texto, hay que reconstruir también el acontecimiento de comunica-
1 ció11 en el que está integrado el texto . Pues sólo cuando el intérprete
se forma una i1nagen global de los diversos factores, es posible u11a
interpretación adecuada.
El acceso al aco11tecimiento de comunicación, en el caso de
textos bíblicos, poden1os lograrlo únicamente a tra,rés del texto
inismo. Mediante la aplicación y utilización exacta del modelo de
con1unicación expuesto, se pueden deducir del texto mismo algu-
- 11as conclusiones retrospectivas sobre los de111ás factores de la
comunicación, es decir, sobre el autor y su época, sobre los lectores

a quienes él quería dirigirse, etc .

La aplicación del modelo de comunicación a textos antiguos permite,


en cierta inedida, sacar conclusiones retrospectivas sobre el acontecimiento
de comunicación e11 el que está integrado el texto.
Textos como parte de uri acontecer de comunicación 45

La medida de los conocimientos adquiridos mediante conclu-


siones retrospectivas difiere según los textos: es mayor en las cartas
paulinas que en los evangelios; en efecto, Pablo se refiere a menudo
a ideas}' act.i tudes de los destinatarios, inientras que eso ocurre sólo
indirectamente en los evangelios.
Las etapas metódicas qt1e hay que hacer para sacar conclt1siones
retrospectivas aparecen en el gráfico de la figura 4. S.e describirán más
detalladamente cuando se haga la exposición de los diversos m étodos.

• Fu ente
de
Autor
••

Partiendo del texto,
-+ Lectores • Utilizac1on
destinatarios de la
.,

.,

In formación se reúnen observa- '• informac1on
' . •
c1ones y se sacan
conclusiones re-
. j


trospect1vas sobre
las condiciones ex-
tratexruales de pro- .
ducción
., y recep -
c1on.

'•
Situación de comunicación
figura 4. Etapas e11 el trabajo de reco11strucción
del acontccin1iento de con1Hnicación.

• La recon strucción del acontecimiento de con1unicación en el


que está integrado el texto queda terminada cuando se ha logrado
respuesta a las sigu ientes preguntas 23 :

Autor: ¿Quién con1 u ni ca?


Lecto r: ¿A quién?
Tema: ¿Sobre qué? ¿Qué?
Tiempo : ¿Cuándo?
Lugar: ¿Dónde?
Código: ¿Cuál es el conjunto de signos co1nún entre el autor
y el lector?
Objeto: ¿Para qu é?

\ léase también Lc,vandowski, Ling1,tistiscl1es 1vlorterbucl1, artículo «Tex t-


analyse» (trad. esp.: Diccio11ario de Li11gi'iística, artícul<.) «Análisis del texto») : Un
análisis del texto sistemático ha de o ri entarse por la fórn1u la de Laswell ('qu ién dice
qué, por qué medio, a quién, con qué efectc)') (en L. Br:·.'SOn (ed.), The C<>mm1111ica-
f; tior1 of Ideas, 1948, 37) (p. 25 de la versión esp.).
1
t


t

'

4
Textos como resultado de

la recepción y la reelaboración
'
j

'

1 Los textos del Nue''º T esta1nen to no están sólo integrados en


u11a red sincró11ica d e relacio nes, si110 que se hallan ta111bién dentro
d e u11 desarrollo diacrónico, por cu anto son resultado de t1n proce-
so bastante largo de trans1nisjó11 oral )' escrita .
¡ Lecturas
l
• 1
En los libros de metodología p ara el estudio del Nuevo Testamento
1' se exponen casi sien1pre, al hablar de las diversas etapas metódicas, las
' 1 ideas sobre el o r igen de los textos, aunque dicl1a exposición sea breve.
1 1 Los fundamentos para una teoría, basada en una reflexión sistemá-
1 1
tica, sobre el origen de los textos bíblicos se exponen admirablen1ente
e11: Ch r. H ardmeier, Texttl?eorie und Exegese (en relación con el
A11 tigt1 0 Testamento) y F. Mussner, Methodologie der Frage nac/J dem
historisci1en Jesus 24

1. El origen de los escritos del Nuevo Testamento

Los textos del NL1evo Testamento son el producto de un proceso, que


duró bastante tien1po, de reelaboración ) transn1isión oral )' escrita.
1

La tradición de las palabras )' hechos de J esús )' del n1ensaje


acerca de la mu erte y la resurrecció11 es recepción )' reelaboración
24
Hard1neier, Textt/Jeorie ttf1d Exegese, 109-153; F. Mussner, A1et/Jodologie
der }'rage nac/J de111 lJistorisc/Je11 K. I<.ertelge (ed.), Riick(rage nac/1 }es1-1s (QD
63; r:riburgo 1974) 118-147. Las refJexio11es qt1e van1os a ofrecer a continuació11
siguen de cerca a estos dos autores.
Textos como resultado de la recepción ;1 la reelaboración 47

de textos: El acontecimiento, lleno de sentido, de la vida, la muerte


y la resurrección de Jesús de Nazaret fue tra11smitiéndose con
reflexiones )' actualizaciones. En las distintas etapas de la transmi-
sión se pusieron nuevos ace11tos )' quedaron también relegados
algunos aspectos.

1.1. Las etapas del origen de los textos


El origen de los escritos del Nuevo Testamento puede estructu-


rarse en tres etapas: el tiempo pre-pascual 25 , la tradición oral
pos-pascual, )' la puesta por escrito de los textos 2<'.

Logia de Jesús
Relatos sobre Jesús
Fórmulas de fe y confesión

Cartas Tradición oral


de de logia, relatos, homologías
(«textos utilizados ,, en la Iglesia) .......
Pablo ::i
• 1 ,

Me: Puesta por escrito (en etapas) f e


11>

-
::i
n
¡l.) .
P.-
11>

-
. Sil

E E ..,
n

su
--nc....
' ' '' º'
::i

' ' '.


' ' '' ' '
Jn
l r·it•ura 5. Etapas c11 el orige11 de los te.-rtos
d e7 Nuevo Testan1ento.

En la figura 5 se indican gráficamente las etapas y los grupos de


textos más importantes del Nuevo Testamento.
f El fac tor desencadenante para el origen de los textos son las
f palabras y las obras de Jesús de N azaret. Formulá11dolo n1ás exac-
t tan1ente: las palabras (logia) enunciadas por Jesús misn10 )' los
''
1

En la historia de las forn1a:i (for111gesclJiclJtc) clásica se pasó en silencio la


impc>rtancia del tien1pt) pre-pascual para la forrnación de las tradiciones. Abrió una
nueva pcrspcctiYa H. Schürn1ann, Die vorosterlic/;c11 Anja11gc der Logientraditio11.
Versuch forn1geschichtlichcn Zugangs zun1 Lebcn Jesu, en Traditio11sge -
sc/1ic/1tlichc U11tcrs1,c/J1,(11ge11 zu de11 s.v11optisc/Je11 Ev angelie11. Bcitrage (Düsseldorf
1968) 39-65.
21
' Esta estructuración la escoge el C<1ncilio \laticano II en su Constitución Dei
Verb1.f111 sobre la DiYina Revelación, c. 5.

l
48 Teoría del texto

,. d l
textos acerca d e J esus crea os por os testigos (relatos)
., .. Claro que

ya en esta etapa actua cier · to proceso . de recepc1on, por cuanto. se
• 'b ,. · t textos del Antiguo Testamento. Ya e11 el t1em-
rec1 en cr1t1camen e · ·¿
1 1 .scípulos
dl son alumnos en el genuino sent1 o de
• po pre-pascua , os , ,
1 b .
1a pa a ra. se han congregado en torno a] esus, comparten con el su
. bl' d h .
·¿ · · erante y su forma de vida, se sienten o iga os ac1a su
VI a ltin d · · ,, 1) J 1 .
pe1·son a 27 . Con ellos co111ienza
. la
. tra 1cion (pre-pascua ,, e og1a. .
Una serie de observaciones relatr\1as a las palabras de Jesus co11f1r-
• ma esta concepción acerca de la producción y recepción de textos
28
ya en el tiempo_ pre-pasc__ :. a) co1110 n1aterial que
1
eran, las sentencias de] esus invitaban a que se las retuviera; b) era
l corrie11te que Jesús diera resúmenes concisos de su doctrina; c)
algunas expresiones de Jesús se entiende11 como invitaciones a la
¡. memo1·ización; d) el carácter enigmático y profético de mucl1as
1- . palabras de Jesús sugería q11e se las retuvi era bie11 para re(lexionar
sobre ellas; e) la forma, co11scienten1ente n1nen1otéc11ick, de la

mayor parte de la tradición sinóptica de palabras fomentaba e
1
incluso exigía que esa tradició11 se grabara bien en la memoria.
Debemos supo11er que el n1étodo que se utilizaba para grabar bien
29
esa tradición era apre11dérsela de men1oria, memorizarla • Por eso,
l1ay que contar ya con que en el círculo pre-pascual de los discípu-
los había ;1 a un principio de tradición 30 y más fidelidad en la
transmisión de la tradición que lo que había supuesto la l1istoria
clásica de las formas 31 • Y a en el tiempo pre-pascual, la producción
textual de textos narrativos y la recepción de los logia de J esús por
los discípulos están sometidas a aquellas condiciones que los inves-
tigadores han estudiado principalmente por lo que respecta a la
tradición pos -pascual. E11tre estas condiciones se cuentan, por
32
ejemplo, la selección, la refundición y la reinterpretación •
27
Véase, a este propósito, R. Riesner, ]esus als Le/Jrer. Eine Untersuchung
zum Ursprung der Evangelien-Ueberlieferu11g (\XIUNT 2.7; Tubinga 21984) 408-
419.
28
La lista que se ofrece ahora de las peculiaridades está tomada casi literalmen-
te de Ries11er, }esus als Lehrer, 433 (aquí con las citas correspondientes para
1

1
1
comprobación). Es funda1nental también para esta concepción: Schi.irn1ann, Die
1
i. vorosterlichen Anfange der Logientraditíon.
29
1
Riesner, jesus als Lehrer, 440-443.
30
Riesner, }esus als Lehrer, 423s.
31
• P. Stuhlmacher (ed.), Das Evangelium und die Evangelien (WUNT 28;
Tubinga 1983) 431.
32
\1 éase, a este propósito, F. Hahn, M et/Jodologisc/Je Ueberlegu11gen zur
Rii.ckfrage nac)J }es¡,ts, e11 K. Kertelge (ed.), Rückfrage nach .Jesus, 11-77, espec. 14-26
(claro que allí se habla principaln1ente de la transición del tiempo pre-pascual al
tie111po pos-pascual).
Textos conio res1-1ltado de la recepción)' la reelaboración 49

Por la experiencia de pascua se llega a la producció11 de nuevos


textos: la experiencia de pasct1a se formula con10 l1omológesis en
las co11fesiones de fe pascuales 33 : <<Dios le resucitó de e11tre los
.n1uertos». Esos nuevos textos entran luego en la tradición: son
recibidos)' tra11smitidos (véase 1 Cor 15, 3). Se transmiten, ade111ás,
los logia de Jesús y los relatos sobre Jesús, pero ahora a una lu z
r1 L1cva. Co1110 nuevos textos surgen en ese tie111po las cartas de
Pablo, que son testi1no11io para la producción de nuevos textos )'
tan1bién para la recepció11 de textos antiguos, al recogerse e11 esas
cartas fórmt1las de fe, vocabulario del lenguaje misionero, citas del
Antiguo Testamento. La recepción de las tradiciones está so111etida
34
a determi11adas condiciones •
Al ser pt1esta por escrito la procla111ación, consig11á11dose e11 los
e\ angelios (o en sus fuentes) y en los de1nás escritos del Nuevo
1

Testamento (Hechos, cartas, Apocalipsis), la recepción y nueva


configuración de los textos llega a una nueva etapa 35 : los textos
adquieren entonces una for1na li11 güística fijada definitiva1nente;
los textos breves, originalmente aislados, se convierte11 en parte de
u11a totalidad mayor )' deben leerse, por ta11to, en ese nuevo con-
texto; los textos se hacen, en cierto modo, independientes; se
desligan de los trade11tes o círculo de tradentes y tan1bién de]
destinatario. La formación del canon es el sello que se in1prim e a la
recepción -efectuada en la Iglesia- de los escritos normativos.

1.2. Modelo de la reelaboración de los textos

El proceso en que se originaron los escritos del Nue''º Testa-


mento es u11a sucesión de reelaboraciones de los textos . En cada
reelaboración de textos se efectúa una recepción y (re-)producción
de textos, e11 la cual la reelaboración de textos debe concebirse
siempre como parte de un proceso de· comunicación. El resultado
de la reelaboración de textos puede volver a ser luego el punto de
partida para una nueva reelaboración 36 . La figura 6 ilustra el trans-
curso de las reelaboraciones.

33
Perte11ecen a otro género distinto los relatos de pascua.
34
Véase más adelante.
35
Véase anterior1nente, cua11do se l1abló de la í11dole de los textos (escritos). En
la investigació11 sobre Jos eva11gelios, fue pri11cipalmente E. Gi.ittgema11ns, Offene
Fragen zur For1ngesc/Jic/Jte des Eva11geli1"'n1s (Munich 21971), quien lla111ó la atenció11
sobre esta diferencia entre el carácter escrito )' el carácter oral.
36
El modelo, con algunas modificaciones, está tomado de Hardmeier, Text-
tl1eorie, 80. '

l
!

50 Teoría del te:xto

2.ª Etapa de
Eje del 1.ª Etapa de
reelaboración
'
tiempo reelaboración

Texto Reelaboración del


de -+ texto por medio de
partida recepción del texto
)' (re- )producción
del texto -+Texto final

Texto de
partida Recepción del
texto
(rc-)producción
del texto -+ Texto
final

J:igura 6. tradició11 de te:(tos co1110 co,1sc:c1fencit1
{ll' las reelaboraciot1es ele te>.:tos.

Mediante la reelaboración, los t extos adquiere11 nue''ª eficacia,


' . al l1aberse 111odificado el .círculo de l<.)S destinatarios, )' se con\ Ícr- 1

ten e11 respuesta en situaci ones que han cambiado. Los factores 111ás
1
i111portantes que influyen en la reelaboración (selección, 1nodifica-
37
ción )' reacuñación, nueva interpretación) son los siguientes :

t - La influen cia de una cristología explícita: Llegó a conocerse


cada vez con más claridad la sign ifi cación de la persona de] esús, )'
ti 1
esto llegó a sedime11tarse en los textos, principal111e11te rnediante la
· introducción de fórmulas de confesión de fe ei1 los textos de los
e\'angelios (véase por ejemplo Me 8, 27-30).
- La influencia del Antiguo Testamento, ta11to mediante citas
con10 también por la oferta de patrones de 11arración (por ejemp lo
acerca del justo perseguido en la historia de la pasión).
- Modificaciones más o menos insignificantes en los textos y
duplicaciones, por ejemplo el 111ilagro de la multiplicación de los
panes, las versiones del Padrenuestro.
. - L a influencia de formas populares de relatar, por ejen1plo la
intensificación de lo milagroso, etc.
- La contamin ación de textos originalmente separados .
- La orientación de perícopas aisladas l1acia la historia de la
.,
pas1on.

37
Estos fueron cxpuest<>5· detalladan1cnre por Hahn, A1ct/,udologisc/Jc
Ueberlegu11ge11, 14-26.
Textos como res1-tltado de la recepción)' la reelaboración 51

- La apertura de las comuni dades, que dejaban entrar ahora a


los gentiles.
- La creciente contro\rersia con el judaísmo, p rincipalmente
con el judaísrno de sello farisaico.

2. La lectura como búsqueda


de las huellas del origen de los textos
El proceso, que duró bastante tiempo, de la producción, recep-
ción )' reelaboración de textos dejó sus huellas en el texto del
Nuevo Testamento. Algunos textos (parciales) refleja11 una situa-
ción singular e irrepetible, e11 la que ] esús se hallaba, antes de
pascua, con respecto a Israel; ha)' textos que están en contradicció11
con la situación misior1era de después de pascua; algu11os textos
propugnan una cristología )' soteriología abierta, «\1 aga» ( « indirec-
ta»), etc. Otros textos delatan la influencia de la homológesis
cristológica )' de la soteriología pos-pascual, de la experiencia mi-
sionera pos-pascual)' de la experiencia de persecucion es, el intento
38
de descifrar palabras oscu ras de Jesús, etc. . Y, así, el texto lleva en
sí las huellas de su origen. Para el exegeta, tales observaciones
• relati\1as al texto so11 t111 índice para reconstruir el orige11 del texto. -··

<

Ji.Mussner, Met/Jodologie, 133s, 136s, aduce estas). o tras obse1·vacio11es con10


criterios que per1nite11 conocer si un logion es genu i11an1ente jesuá11ico o es de
1 formación pos -pascual; pero esas observaciones pueden servir ta1nbién, en térn1inos
generales, de indicaciones sobre el origen del texto.
1
1
1
¡
:
r

r
l
1

1
'
1
1
t
,, ....

'

'

1
11
.ETAPAS PREPARATORIAS
DEL ANALISIS


54 Etapas preparatorias del análisis

Para la ejecución del análisis propiamente tal de textos son


n ecesarias algt1nas etapas preparatorias: asegurar por medio de la
crítica textual que el texto tenga su forma original, la propia traduc-
ción (provisional) del texto original o la elección de una de las
traducciones ya existentes, y una primera orientación sobre el
texto. •


1
j

1
1
(

'
5
Asegurar la forma del texto
1
1
(crítica textual)

La primera tarea, al estudiar los textos del Nuevo Testan1er1to,


consiste en cerciorarse de que el texto que tenernos a la vista
concuerda con el que salió de la ma110 del autor. De ello se ocupa
una ra1na especializada de las ciencias del Nuevo Testa1nento, a
saber, la crítica textual.

La crítica textual del Nue''º Testamento parte de los manuscritos


existentes para reconstruir el texto original (que ya no se conserva) del
Nuevo Testarnento.

Teniendo en cuenta la alta especialización de las investigaciones


de crítica textual, aquí no podremos más que exponer algunos
conceptos fundamentales que por lo menos permitan al principian-
te utilizar adecuadamente las dos ediciones manuales más usadas
del Nuevo Testamento : Nestle - Aland, 26.ª edición, y Tl?e Greek
New Testament, 3.ª edición. En adelante nos referiren1os a estas
dos ediciones. Además, el estudiante tendrá que conocer los ma-
nuscritos más importantes )' las familias de manuscritos más im-
portantes, y teniendo en cuenta los criterios de la crítica textual,
deberá verificar las decisiones de crítica textual que se adoptan en
1
los come11tarios y estudios científicos •

1
Un fin didáctico parecido se propone también Conzeln1ann - Linden1ann,
Arbeitsbuc/1, 20.
'


56 Etapas preparatorias del análisis í.
·I '

Lecturas

Casi todos los libros de metodología ofrecen también una i11tro- r


ducción e11 los métodos de la crítica textual. Como obra fu11da1nental
de introducción y con10 obra de const1lta por su riq11ísima informa- •

ció11, puede recome11darse: K. y B. Ala11d, Der Text des Neu.en. Testa-


ments. Einführung in die wisse11schaftlicl1en Ausgaben und in Theorie
wic Praxis dcr lv1etl1ode11 der ,_fcxtl(ritil( (Stt1ttg,1rt 1982) 2•

1. Teoría subyacente a la crítica textual


3
sobre el origen de variantes y tipos de textos
El texto griego del Nuevo Testa1nento se difu11dió en 1nanuscri-
tos hasta que se prodt1jo la inve11ción de la in1pre11ta. No se conser- f
van los originales de los escritos del Nt1evo Testan1ento; se conser-
van las copias del texto en lengua griega y los textos de las traduc-
cio11es (algunas de las cuales son mu)' antiguas). Los ma11uscritos
co11servados se extienden desde el a11.o 130 p. C. hasta entrado el
siglo XV. ·Los 1nanuscritos n1ás fan1osos son los papiros, que datan
de principios del siglo III, y los grandes códices del siglo IV.
Aden1ás de los testi1nonios directos del texto griego que se hallan
en los manuscritos, l1ay tambié11 testin1onios indirectos en los
escritos d·e los Padres de la Iglesia.

1.1. 01-igen de las variantes

Los manuscritos ofrecen el texto del Nuevo Testa1nento con


nun1erosas variantes (o lecciones diversas) de escasa importancia o
1

también más importa11tes .

Las variantes surgen cuando al copiar los manuscritos se deslizan


errores o cua11do se introducen conscientemente correcciones. ¡

2
Una introducción detallada y u11a ejercitació11 e11 la crítica textual la ofrece11
·tan1bién: B. M. Metzger, The Text of the New Testament (Nueva York - Londres
1964; trad. alemana: Der Text des Neuen Testaments (Stuttgart 1966]), )' las obras de
i11troducción de Kümn1el y Wik.enhauser - Scb111id. I11troduccio11es breves se en-
cuentran en Co11zelma11n - Li11de1nann, Arbeitsbuch, § 4; Strecker - Schnelle,
Einfüf.Jrung, 23-39; Zin1mer1nann, Methoderilehre, cap. 1 (trad. esp. de la prin1era
edició11 alen1ana: Los métodos /Jistórico-críticos en el N1lf.evo Testamerzto); B. M.
Metzger, A Textual Commenta?)' on the Greek New Testan1ent (Lo11dres 1971)
.,
XIII-XXXI; C. M. Martini, JI testo bíblico: 1 libri di Dio. Introduzione ge11erale alla
Sacra Scrittura (Turín 1975) 502-551.
3
A propósito de ello, véase especialn1ente Aland, Der Text, 57-81.
1
j
Ascg1trar la forma del texto 57

No ha)' nj dos manuscritos que sean comp letamente iguales.

(Original)

Copia Copia

Copia

x-var1antes •
y-var1antes •
z -var1antcs

Copia

Copia
1
Copia
/
Copia
""
Copia
x+a variantes x+b variantes )'+e varían tes z+d variantes z+e variantes

I;igura 7. Origet1 (Le las v ariatitcs.


.
Las fuentes inconscientes de errores son: confusión de letras
por el cop ista (J\.J\. - M); errores de audición (cL1ando se cop ia a]
dictado, )' ª que el y· l se pronunciaban igual); eq uivocada separa-
ción de palabras ()' ª q L1e era corriente la scriptio continua o escribir
sin separar las palabras); duplicación de letras o de palabras; 01ni-
siones (por saltarse de un a frase a otra, cuando las dos com enzaban
o terminaban igual); inserción de notas al margen; armonización

con lugares que le resultaban fa111iliares al copista (asimi-
lación de Me 1, 34 a Le 4, 41 ).
La corrección consciente puede basarse en la intención de en-
mendar lugares del texto que al copista le parecían defectuosos (Me
1, 2: «en los profetas», en vez de «en el profeta Isaías»; Le 2, 43:
«]osé)' María», en vez de «sus padres»; Le 24, 13: «ciento sesenta»,
en vez de «sesenta » estadios); alteración de la ortografía, la gramá-
tica y el estilo (por ejen1pl o supresión del asíndeton), etc.
Las alteraciones pueden ser más bi en de naturaleza casual o se
pueden efectuar también de manera sistemática. Cuando hay una
modificación sistemática (es decir, c;uando se establece un texto con
arreglo a determinados criterios), se habla de revisión/ recensión.
Claro está que en los estudios. de investigación se discute hasta qué
punto los tipos de textos que se van a mencionar a continuación
son resultado de una recensión.

1.2. Origen de las familias de manusc1·itos


J' de los tipos de textos

La listá de los manuscritos n1ás in1portantes y de las indicacio-


nes necesarias para reconocerlos se .halla en N estle - Aland y en Tf?e

58 Etapas preparatorias del análisis

Greek New Testament. Ofrecemos a continuación datos estadísti-


4
cos acerca de los manuscritos :

Núrnero Nombre Designación Material Edad



88 Papiros p + nÍlmrro Papiro


.
1-Iasta entrado
el s. VIII
274 Mayúsculos A, B, C, etc. Pergamino Siglos IV-IX
01,02,03, ... DW
2800 Minúsculos 1,2,3, ... Pergamino Siglos IX-XV
(en cifras
redondas)
211 o Leccionarios 11,12, 13, ... Pergamino
(en cifras
redondas)

Algunos manuscritos son tan importantes que, en la edición de


Nestle - Aland, se citan en relación con cada pasaje 5. Se consideran
5 6 75
como los manuscritos más i1nportantes: ?4 ?6 P (especialmente
, ,
valioso); B (Codex Vaticanus, especialn1ente valioso); (Codex
Sinaiticus); D (con numerosos proble1nas); W y e.

En los primeros siglos de la era cristiana se desarrollan los llamados


6
«textos locales» • .

Con motivo de la fundación de nuevas comunidades en las


cercanías de las grandes ciudades, por ejemplo Alejandría, Antio-
quía, Roma, etc., se transmitían también ejemplares de los escritos
sagrados, y por cierto en la forma textual que era corriente en
aquellas ciudades. A partir de mediados del siglo II, «la formación
de cada una de las comunidades cristianas nuevas significa la apari-
ción de nuevos manuscritos del Nuevo Testamento » 7 . Cuando se
sacaban copias, éstas mostraban las mismas variantes textuales que
las que había en los textos empleados en las comunidades madre (a
lo que se añadían a veces nuevos errores/varianies al confeccionar


Datos según Alar1d Der Text, 94-171 .
1

s La lista en Alar1d 1 Der Text, 247-251.


" Sobre los «textos locales» (local texts), véase también Metzger, Commenta1) 1,

XVII.
- Aland, Der Text, 65.
Asegurar la forma del texto 59

las copias). De esta manera aparecen «familias de textos», es decir,


grupos de n1anuscritos que dependen unos de otros y cuyo árbol
genealógico se puede reconstruir, por ejemplo las familias 1 y 13
8
atestiguadas por manuscritos desde el siglo XII • En los diversos
ámbitos geográficos había actitudes distintas con respecto a la
exactitud Y. El texto sigue siendo aún un «texto vivo» 10 • En algunas
regiones se· co11sideraba como obligación suprema la fidelidad lite-
ral en la transcripción, ateniéndose por ejemplo a las ideas de la
crítica textual, como existían ya en la antigüedad. Esto se aplica
seguramente a la región de Alejandría, concretamente a los manus-
critos P6('>, P75 y al manuscrito B (Codex Vaticanus). En otras
regiones había más libertad con respecto a la fidelidad al pie de la
5
letra (por ejemplo en la región del ?4 • Este origen local de los
manuscritos y la manera de copiar son las condiciones previas que
deter1ninaron que hubiese varios tipos textuales del Nuevo Testa-
mento. Cuando, después del giro constantiniano en el siglo IV,
hubo que proporcionar manuscritos a muchas comun idades, ad-
quirieron influencia determinante aquellas formas textuales y aque-
llos manuscritos que servían de modelo en los escritorios eclesiásti-
cos 11• En la investigación se mencionan principalmente cuatro
tipos de texto 12 •
El tipo de texto alejandrino se halla atestiguado por los papiros
P66, P75 , los códices B, K, A (Hch) y por las antiguas traducciones
coptas. El arquetipo de esta forma de texto puede seguirse hasta los
siglos II/ III de nuestra era. Las características de la forma de texto
alejandrino son la brevedad y el rigor de la forma de expresión .
8
Martini, !L testo, 509.
9
Esto se prueba mediante un anál isis de los errores de los diversos manuscri-
tos; véase Martini, JI testo, 519: P71 tiene principalmente errores de letras, ?66 errores
de sílabas, P"j errores de palabras (trasposiciones).
10
Aland, Der Text, 79.
11
Aland, Der Text, 80s.
1
12
Por «tipo de texto» se entiende, según Martini, JI testo, 509, no tanto un
grupo de manuscritos cuanto una totalidad de variantes que aparecen en determina-
dos códices y que parecen tener origen común. En la investigación, la clasificación
de n1anuscritos según tipos de textos ha desempeñado un gran papel: Zimmermann,
Methodenlehre (trad. esp.: los métodos histórico-críticos); Metzger, Commentary, )'
Martini, // testo, los mencionan, y lo mismo hacen Conzelmann - Lindemann y
Strecker - Schnelle. Aland, Der Text , 57-81, no agrupa tanto los manuscritos por
tipos de texto, sino que hace diferencia entre un «texto anterior» (que existió como
texto-norma, como texto un tanto libre y como texto fijo) y las formas de texto
1
posteriores obtenidas mediante una determinada <<canalización» (la forma alejandri -
no-egipcia; la forma antioqueno-bizantina); otras formas de texto, sobre todo la
«forma de texto occidental», son según Aland inciertas. Para las listas y manuscritos,
o rd enados por fam ilias, véase Metzger, Commentary, XX IX -XXXI; Martini, Jl
testo, 521 -530.
60 Etapas preparatorias del análisis


Este texto es, e11 general, más. breve que los demás tipos textuales )'
muestra menos correcciones gratnaticales y estilísticas.
El «texto occidental», cuyas formas precedentes y for1nas cola-
terales pueden seguirse l1asta los siglos III/ IV, está atestiguado por
los códices D, W (para Me 1, 1 - 5, 30), P38 y ?48, las traducciones
vétero-latinas y los escritores eclesiásticos latinos. Esta fortna del
texto (especialn1ente en la versión de D) gusta de la paráfrasis y
efectúa trasposiciones y correcciones. Los Hechos de los apóstoles
son un 10°/o n1ás extensos que en el texto de los demás manuscritos.
La peculiaridad y el valor de este tipo de texto son objeto de
controversia e11 la investigación 13 •
El tipo de texto bizantino, al que pertenece11 casi todos los
i11anuscritos d esde los siglos VII/VIII, es un tipo de texto bastante
u11iforn1e que muestra que ha sido pulido lingüísticamente (predi-
lección por las composiciones sintácticas), es elegante en la expre-
sió11, tiene correcciones estilísticas (el aoristo en 1L1gar del presente
1 histórico). Esta forma 'de texto es resultado de un proceso de
l

recensión que segurame11te con1e11zó en Antioquía y que luego


co11tinuó e11 Biza11cio. Este texto fue utilizado co1no texto koiné ( =
<<común») en el imperio bizantino. Importantes manuscritos de
este tipo sorl A (evangelios), E, F, G, H, K, etc.
Muchas veces se supone en la investigación que hay ur1 cuarto
tipo de texto, el tipo textual de Cesarea, representado por P' 5 y los 1

inanuscritos
,,,..
e
y W (Me 5, 31 - 16, 20).
1

1
1 1.3. Ediciones manuales modernas 1

del Nuevo Testamento 1


1
1
1
Co11 ayuda de la crítica textual puede reconstruirse la forma de
texto qu e se usaba corrientemente en las Iglesias hacia mediados del l
siglo II. El resultado de las investigaciones en materia de crítica 1
' ¡•

textual está condensado en las ediciones críticas del Nuevo Testa- 1


1
me11to 14 • Para comenzar el estudio científico del Nuevo Testamen- 1

to so11 suficientes las me11cio11adas ediciones n1anuales de Nestle -


Aland y The Greek New Testament (de este último existe una

13
Principaln1cnte Aland, Der Text, 63s, se declara en contra de la idea de que el
1
occidente haya desarrollado una forma de texto propia. Segú11 Aland, Der Text, 248,
el c?dice D tiene particular in1portancia cuando concuerda co11 los den1ás grandes '
1

testigos. l
14
Para una visión de conjunto sobre la 11istoria de las investigaciones en
materia de crítica textual, véase Ala11d, Der Text, 13-56, )' los 1nanuales.
1

1

l
!

1
Asegu:rar la forma del texto 61
1

edición especial con introducción en español y vocabulario griego-


español del NT). Ambas ediciones ofrecen como texto principal el
texto del Nuevo Testa1nento reconstruido por reconocidos espe-
cialistas de nivel internacional e intercor1fesional, gracias a una
ardua labor de crítica textual. En cuanto al tenor del texto princi-
pal, las dos ediciones : Nestle - Aland y The Greek New Testament

son idénticas 15 •
Tl1e G·reek New Testament es una edición crítica para traducto-
res, en la que se l1allan consignadas y atestiguadas detalladamente
las variantes principales (u11as 1.440). Además, los editores ofrecen
una \raloración de las diversas variantes, un índice de lugares parale-
los )' , lo que es importante para los traductores, u11 aparato con
signos de puntuación que muestra la estructuración que se hace de
las frases del texto en las ediciones modernas más importantes del
Nuevo Testamento. En un tomo complementaric) se expone11 las
razones en que se han basado los editores para adoptar sus decisio-
nes relativas al texto .
16
Nestle - Ala11d ofrece un aparato crítico mucl10 más detallado
que el de The Greek New Testament )', además, una indicación
muy abundante de los pasajes paralelos.

2. El método de la crítica textual


La reconstrucción del texto griego se efectúa en sucesivas etapas
de trabaj<? . Después de cotejar las variantes existentes de un pasaje
bíblico (colación) 17• ) ' de agrupar las variantes, se sacan conclusio-
nes retrospectivas, a base del material existente, para hacerse una
idea de cuál fue probablemente el texto original.

Para la reconstrucción del texto original se aplican criterios extrínsecos


(exteriores al texto) )' criterios intrínsecos (interiores al texto) 18 •

15
Sobre el origen del nuevo «texto estándar», véase Aland, Der Text, 40-46.
16
Nestle - Aland, 26.ª edición, es una refundición completa de la 25. ª edición,
en lo que se refiere a las variantes aducidas, a las introducciones, etc.
17
Esto no puede hacerse hO)' día si110 en grandes centros de investigación con10
el «lnstitut für neutestamentliche Textforschung » («Instituto para la in·vestigación
del texto del Nuevo Testan1ento»), de Münster en \Xlestfalia (República Federal de
Alemania).
18
Véase, a propósito de ello, Ala11d, Der Text, 288s: Doce reglas fundame11ta-
les, )' entre los manuales véase principalme11te Metzger, Comn1entary1, XX\1-
XXVIII.
1

62 Etapas preparatorias del análisis


l

Si se tienen en cuenta los criterios extrínsecos (es decir, basados


en la peculiaridad de los manuscritos), una variante estará proba-
blen1ente ei1 el texto original,
- cuando la variante se halla atestiguada numerosas \reces, es
decir, si se encuentra docun1entada en muchos 1nanuscritos. Esto se
denomina atestación múltiple;
- cuando la variante aparece en manuscritos antiguos)' conoci-
dos por su fidelidad (por ejen1plo el Codex Vaticanus) o cuando
está atestiguada por un tipo de texto que en general merece con-
fianza. El principio dice así: la mayor antigüedad de un manuscrito
habla en favor de una mejor calidad, y : la calidad prima sobre la
ca11tidad;
• - cuando la variante está atestiguada en manuscritos que son
independientes u11os de otros tanto en el aspecto genealógico (o de
su origen) como en el geográfico. Por consiguie11te, una variante
1 será la lección origi11al cua11do esté documentada por testigos tex-
tuales procedentes de diversos tipos de texto. Este criterio es espe-
cialmente importante para la valoración de las lecciones variantes
que proceden del manuscrito D .
Si se tienen en cu en ta los criterios intrínsecos (es decir, los
criterios basados en la comparación de las \ ariantes y en las ideas
1

sobre cómo se transmitieron en general los textos), entonces una


''ariante se hallará probable1nente en el texto original,
.:.. si la lección variante es e11 sí difícil (ardua) y pudo dar moti''º
a que el copista la corrigiera, la lección más difícil será más proba-
blemente la original (lectio difficilior - potior);
- si la lección variante es más concisa (lectio brevior - potio1·);
- si la lección variante es la que más corresponde al estilo, al
léxico y a las ideas teológicas del correspondiente autor, y al
contexto inmediato;
- si la lección variante no delata la influencia de pasajes parale-
los (lección i10 ar111onizante). En efecto, la Jnodificació11 de textos
para adaptarlos a textos paralelos se explica por el l1echo de que, al
copiar textos, al copista se le deslizan palabras de un texto paralelo
que le resulta familiar.

Será con n1ás probabilidad la lección origi11al aquella \ ariante en


1

la que concuerden los criterios extrínsecos )' los criterios intrínse-


cos. Pero es mu3 frecuente que an1bas clases de criterios no señalen
1

en la misma dirección; y así, por ejemplo, u11a ·lectio difficilior


1

1
1
1
Aseg11rar la fc>rn1a tlel te-"Cto 63

atestiguada pc)r un solo 111anuscrito difícilmente será la lección


original. Luego, 111 ediantc una especie de prueba a la inversa, puede
expl icarse también por qué el texto original se fue 111odificando en
un sentido deter1ninado al irse efect uando las sucesivas copias .

.INDICACIONES PARA HACER TRABAJOS


DE CRITICA TEXTUAL

Determinar, mediante ediciones recientes del texto del NT, las \'arian-
tes que existen en la Ject11ra de 11n lugar bíblico deter1ninado.
1
Las \'ariantes ¿pueden relacionarse con detern1inados tipos de texto?
¿Qué diferencias de significado dimanan de las diversas ,-ariantes? ¿Se
trata de \'ariantes que n1odifican el sentido?
Reflexio11ar, basándose en los criterios intrínsecos ,. extrínsecos de la
'
crítica textual, para dcter1ninar qué lección \'ariantc pudiera ser la origi11al.
1
Establecer con10 control retroacti\'O de la \'ariante prcfcrida, siempre
que sea posible, el árbol -ge11calógico de !as \'ariantcs docun1entales.
1 Cuando se utilizan comentarios: determinar qué criterios han determi-
l
nado la elección del texto, al efectuarse la crítica text11al.
1

3. Ejemplos
Entre los fines didácticos de la presente secc ión, se mencionaba
l
1
el de capacitar para la verificación de las decisior1es de crítica textual
adoptadas en los comentarios }' en los trabajos cie11tíficos. Con
arreglo a este fin didáctico, se estudiarán de manera especial en los
siguientes ejemplos las decisiones de crítica textual que se adopta-
ron en esos trabajos.

3. l. Ef l, 1: « ¿,, 'Eq;ta Q.> »


La indicación de lugar «en Efeso» falta en importantes manus-
critos antiguos. St1rge entonces el problema de saber a quiénes iba
dirigida la carta. Esta cuestión de críti ca textual está asociada con la
cuestión de saber quiénes son los destinatarios de la ca rta, porque
Ef no ofrece indicaciones sobre destinatarios concretos )' sobre la
si t11ación en que éstos se enco11 traban.
La dificultad inherente a problema de crítica textual apare-
11 64 . Etapas preparatorias del análisis
i
l ce )'ª en las ediciones manuales: The Greek New Testament y
Nestle - Aland i11sertan <<EV 'EcpÉO(P» en el cuerpo principal del
19
texto, pero lo encierran entre corchetes • En The Greek New
Testament, la inserción de <<EV 'EcpÉOQJ» está valorada con /C/, es
decir, los editores tenían considerables dudas de que la variante
mejor se encontrara en el cuerpo del texto o en el aparato crítico.
Los resultados del estudio son los siguientes: El texto más
breve, sin i11dicación de lugar, lo ofrecen algunos testigos impor-
ta11tes: ?4 6, B, l\, 424c 1739, y algunos manuscritos mencionados
por Basilio el Grande, y asimismo el texto que fue utilizado por
Orígenes. El texto más largo se encuentra en los mejores manuscri-
tos; Ja variante fue consignada tamb.ién por los correctores en los
manuscritos l\ y B.
E11 favor de la lección breve, que es también lectio brevior )'
1
lectio diffl,c·ilio1·, y que aden1ás está atestiguada por manuscritos
antiguos de la 1nejor calidad (como l\ y B ), habla la siguiente
1
observación: «Según todas las reglas de la crítica textual, esta
variante es la más antigua» 20 . La traducción del texto breve dice
1 21
así : «a los santos y creyentes en Cristo (que hay allí)», porque las
palabras «tül.<; o'ÓoLV» no pierden su sentido cuando no se hace
1
indicación de lugar, sino que n1uy bien pueden sign ificar «los de
allí», según confirman las expresiones idiomáticas atestiguadas en
• •
papiros griegos.
Tal como están las cosas, Schnackenburg y Mussner 22 se deci-
den' en favor del texto breve. Ambos explican la inserción del
1 non1bre de lugar diciendo que se echaba de menos una indicación
de lugar (como aparece en todas las cartas paulinas) y que, sabiendo
que Pablo había trabajado mucl10 tien1po e11 Efeso, se insertó este
dato sobre el lugar. Aunque la aplicación de los criterios intrínsecos
y de los criterios extrínsecos habla en favor del texto breve, Gnilka
sostiene que la indicación de 1ugar pertenece al texto original.
Aduce los siguientes argumentos: «La falta de una indicación de
lugar sería un ejemplo sin precedentes»; «No habría caso alguno en
que tina con1unidad l1ubiera usurpado para sí una carta» 23.

l'J Los editores de TJ1e Greek New Testame11t fundamentan esta valoración en
la difícil situación del text o. Véase Metzger, Com1nentar; 601. 1,

2
c H. Schlier, Ep/1 (Düsseldorf 6 1968) 30 (Traducción española en prensa).
21
Según R. Schnackenburg, Eph (EKK; Zurich 1982) sub loco.
22
Schnackenburg, //:;íd.; r:. Mussner, Ep/1 (ÓTB; Gütersloh 1982) 35s («pare-
ce ... que no es ()riginal » ).
23
J. Gnilka, Epl; (HThK; Friburgo 1971 ); asi111is1no A. Lindemann, Bemer-
Aseg11rar la _for1na del texto 65

3. 2. Me 1, 1: «utoü {}c:oü »

Al comienzo del evangelio de Marcos, la variente «'\Jloü (-coü)


'frcO'Ü», en la que aparece un título cristológico importante para Me,
no se l1alla atestiguada en algunos documentos textuales importan -
.
tes y antiguos .
.
El problema de crítica textual aparece también en las ediciones
111anua les Thc Greek New Testa1nent, 3.:i ed., y en Nestle - Aland,
26:' ed., pero no encuentra en ellas una solución definitiva : en el
cuerpo del tex·to se pone entre cor chetes «'\JLO'Ü 1tcO'Ü»; The Greek
New Testament valora con /C/ la originalidad del texto extenso
(duda consid erable).

La aplicación de los criterios extrínsecos indica 1nás bien que la


versión larga es la original. En efecto, la versión larga está, cuan tita-
ti\1am ente, n1ucho mejor docume11tada que la versión breve (véase
el aparato crítico); se halla atestiguada, además, por r epresentantes
de diversos tipos de texto (el tipo alejandrino y el tipo occidental).
Indud ablemente, la versión breve posee gran antigüedad. Pero la
abreviación de la versión larga podría explicarse por un error del
copista, )'ª que las abreviaturas que se e1npleaban corrientemente
para escribir los nombres divinos (Gcós;, Ytós;) podían inducir a
confusión, haciendo que se saltara algo (lo que suele llamarse
«l1omeoteleuton» ). L os criterios intrínsecos hablan parcialmente en
favor de la versión breve : Se trata de una lectio brevior que está
documentada por importantes )' buenos testigos de la tradición
textual. La ampliación de la versión breve se explicaría por la
24
tendencia a insertar títulos cristológicos • Claro que a esto se
opone el hecho de que la designación de «Hijo de Dios», que figura
ya al comienzo de la obra, corresponde a la teología de Me: La obra
habla de la revelación paulatina del «Xgtatós;» (Me 8, 29) y luego
del « 8cO'Ü» (Me 13, 39) 25 • Mediante el título que figura al
corllienzo, Me crea un arco de tensión que abarca toda la obra
(véase también 1, 11 ; 8, 29; 9, 7; 14, 61) y ofrece al lector una ayuda
para la lectura.

ku11gen zu den Adressaten u11d zum Anlass des EplJeserbriefes: ZNW 67 (1976)
235-251.
24
Principalmente por esta razón, R. Pesch, Mk (HThK; Friburgo 1976) 1, 74,
cree que la versión breve es la original.
25
Aunque el título de «Hijo de Dios», empleado en Me con bastante frecuen-
cia, no sea producto de la redacción, con10 supone Pesch, Mk, I, 74, hay que tener
en cuenta, además, que la cristología del Hijo de Dios es típica de M e.

- .
1
1 •
1
6

Primera orientación
sobre el texto


{ Como preparación para el análisis, propian1 ente tal, de un
texto, ay uda n1u cl10 una pri111 era orientación sobre el texto qt1e se
va a a11alizar. Al pri11cipio pueden surgir )'ª problen1as sobre la
extensión del texto que ,,a a estudiarse. Habrá que decidir también
h asta gué punto se va a trabajar con el texto original griego y/o en
qué medida, por lo n1enos en t1na prin1era fase, se van a utilizar
traducciones y de qué forma; e11 este caso, habrá que elegir las
traducciones sobre las que se vaya a trabajar.
En prirner lugar, será útil reflexionar acerca de por qué u11a
determinada porción se convierte en objeto de investigación científica.
Lecturas
Las siguientes obras explican la de lograr una prin1era orien-
tación sobre el texto: _Glinz, TextanalJ1Se und 'lerstehenst/1eo1-ie, )' Wei-
n1ar, EnzJ1klopadie der Literaturwissenscl?aft, 163-181. [F. L. Carreter,
Có1no se comenta un texto literario (Madrid 1977) )' F. M. Marín, El
comentario lingüístico. Metodología )' práctica (Madrid 1981 )].

1. Deslinde y estructuración del texto (segmentación)

«Para el éxito o, por lo menos, para practicar fácilmente los análisis


suele ser decisivo efectuar la acertada segmentación del texto en unidades
26
de lectura 1nás pequeñas» •

2
<· Glinz, Texta1ialysc r4nd Verstc/Je11stlJeorie, l , 52.
1
1
1 Pri1nera orientació11 sobre el texto 67

Puesto que u11 texto revela únicame11te su sentido cuando lo


1 co11templamos como totalidad, sería necesario propia1nente anali-
zar un texto en toda st1 extensión, es decir, un escrito entero del
Nuevo Testamento. En la labor detallada de exégesis, algo así es
prácticamente in1posible, a no ser en Flm. Sin en1bargo, no deja de
ser verdad : «Los segme11tos de texto no son unidades significativas
sino cuando pern1iten reconocer un conte11ido que se 11alla er1
conexión con el se11tido total del texto » 27 • Se nos plantean, por
28
tanto, las •cuestiones sobre qt1é parte del texto habrá que escoger
entre un texto 1nás extenso, y sobre có1no l1abrá que efectuar )'
fu ndamentar la segn1entació11. En la parte de texto que se 11a)'ª
elegido, habrá que efectuar a su vez cierta segrnentación.

1

J.1. Determinac:ión del comienzo )' del fin
del texto q¡,te /-;a de examinarse
r
' El comienzo y el fin de una porción no pueden determinarse,
por ejemplo, por la di,1isión en capítulos )' versículos que aparece
en nt1estras ediciones de la Biblia, porque tal división no corres-
ponde exactamente a porciones de sentido. La determi11ación del
pri11cipio )' del fin de una unidad textt1al es de i111portancia decisi''ª
para la recta comp1·ensión del texto. Pero, al co111ienzo de la i11vesti-
1 gación, no podrá efectuarse sino de manera pro,risional. En el
transcurso de la investigación se verá luego hasta qué punto el
deslinde efectuado se ajustaba al texto. El deslinde pro,risional se
puede efectu ar ateniéndose a las ediciones cor1·ientes de la Biblia,
pero tenie11do bien presente que, en el transcurso de la inv estiga-
ción, habrá que revisar a veces esa idea sobre dónde comienza y
'
dónde termina un texto. Como el texto es una 1nagnitud estructt1-
t
rada en la que los diversos elementos _están relacionados unos con
otros, el análisis minucioso mostrará cuál es la extensión del texto .

El deslinde preciso del texto que ha)' que investigar, es decir, la


determinación de cuál es el principio )' cuál es el final de la unidad del
texto, no puede fundamentarse sino en el transcurso del análisis; de
rnomento se puede efectuar el deslinde valiéndose de las ediciones corrien-
'
1
tes de la Biblia.

27
H. Wei11rich, Tcxtgrammatik der fra11zosisc/-Je11 SJJrtiche (Stuttgart 1982) 29.
2
b Las designaciones son: texto parcial, segn1ento de texto, perícopa ( = «sec-
ción», «porción») .


1

1
1
1
1 68 Etapas preparatorias del análisis
1

Metódicamente, para determinar el principio y el final de un


1 texto, es muy útil comparar diversas ediciones de la Biblia. Por la
1 comparación se ve si ha)' problemas con respecto a la extensión del
1
texto: si las ediciones de la Biblia se diferencian considerablemente
en este punto, entonces es que existen tales problemas. En este
caso, habrá que investigar las razones de que haya esas diferencias
f e11tre las ediciones. Las seriales más importantes para reconocer la
' estructuración y, por tanto, tambié11 las ayudas para la segn1enta-
! ción son las indicaciones de tien1po y lugar y el cambio de tema 29 .
1
1
Presentaremos como ejen1plo de segmentación del texto el pa-
saje de Mt 7, 7-12. The Greek New Testament agrupa los versículos
7, 7-12 bajo el epígrafe: «Ask, Look, Knock» («pide», «busca»,
«llama»). Nestle - Aland (esta edición no ofrece epígrafes) pres en ta
1 el texto en dos secciones: 7, 7-11 y 7, 12 . La tr_a ducción alemana
1 pone a Mt 7, 7-11 el epígrafe: «Vom Ver-
trauen beim Beten» («de la confianza en la oración»), y a 7, 12 el
l epígrafe: «Die goldene Re gel» («la regla de oro »); la traducción
1 alemana Die Gute Nachricht pone a Mt 7, 7-11 el epígrafe: «Bittet,
1
sucht, klopft an !» («pedid, buscad, llamad»), y a 7, 12-14: «Die
!
'Goldene Regel' und die beiden Wege» («la 'regla de oro' y los dos
can1inos» ), pero poniendo un plinto y aparte antes de 7, 13. [La
Biblia de jerusalén antepone a 7, 7-12 el epígrafe: «eficacia de la
oración», y a 7, 13: «la regla de oro» . El Nuevo Testamento de la
Casa de la Biblia antepone a 7, 7-12 el epígrafe: «tened confianza»,
y a 13: <<dos caminos» J. Pues bien, ahora hay gue determinar la
extensión del texto que va a examinarse. Entre Mt 7, 11 y 7, 12 no 1

es recomendable establecer ninguna cesura: en efecto, Mt 7, 12 está 1


unido con lo que precede mediante la partícula ou\1 ; la exhortación
1
a portarse de conformidad con la regla de oro es casi una especie de
consecuencia de la 1nanera que tiene Dios de comportarse. Como
entre 7, 12 y 7, 13 no hay ninguna unión lingüístico-sintáctica de
ese tipo, y con 7, 13 comienza un nuevo tema, es recomendable
establecer más bien ente ambos una cesura 30 .

1.2. Tener en cuenta el contexto


El sentido de las palabras, las sentencias y los textos parciales se
l
determina esencialn1ente por el contexto. Por eso, hay que tener en

2
''Exposiciones más detalladas sobre la constitución y la estructuración de 1

textos se ofrecen en el c. 8.
30
\ léase. Egger, Faktoren der Textko11stit1-1tio11, 182; Id., Ueberschrifte11 in
Bibela1-1sgaben als Lese/Jilfen, 8.
1
1
Primera orientación sobre el texto 69
1

cuenta siempre la conexión de un texto parcial con el texto total.


De lo contrario, será fácil entender erróneamente el texto parcial.

Por eso, hay que determinar ya al principio cuál es el contexto
a1nplio y el contexto inn1ediato, qué lugar ocupa un texto parcial e11
la progresión del texto total y, dado el caso, qué puesto ocupa ei1 el
desarrollo narrativo del texto. Así, por ejen1plo, la historia de
Lázaro Q11 11, 1-46 ), l1acia el fi11al Je la 11arración j oánica de la
actividad pública de Jesús, constituye u11 punto ct1l1ninante (co1110
el últi1no de los «signos>>) y está relacionado varias veces con la
l1istoria de la pasión, que viene a continuación. De ahí adquiere el
relato mismo su propio colorido 31 • Tener en cuenta la relación de
las perícopas con el texto total es especialmente de importancia
decisiva para la crítica de la redacción.

1.3. Estructuración del texto


en pequeñas unidades de lectura
Al principio mismo del trabajo, la estructuración del texto en
pequeñísimas unidades de lectura permite una mejor visió11 de
32
conjunto • La división corriente en versículos que aparece en l as
ediciones de la Biblia no efectúa tal estructuración. Para dividir en
unidades de lectura, se recomienda de ordinario estructurar el texto
según las frases que lo componen, incluso cuando esas frases no
constan más que de una sola palabra (por ejemplo, «¡ay!>>); más
detallada aún es la división en líneas separadas según el sentido ,
como se hace en algunas ediciones modernas del texto destinadas al
uso litúrgico. En una división en líneas separadas por el sentido, se
hace también patente la subordinación de las frases y los miembros
de las frases 33 •
En 1 Tes 1, 1 se puede establecer la siguiente división en lí11eas
de sentido:
Pablo, Sil\ ano )' Timoteo
1

a la comunidad de Tesalónica,
que es en Dios, el Padre,
y en Jesucristo, el Señor:
La gracia sea con vosotros y la paz.

31
J.
Kremer, Lazarus. Die Gescl-Jic/Jte eirier A11ferstel1ung. Text, Wirkungsge-
schichte und Botschaft von Joh 11, 1-46 (Stuttgart 1985 ).
32
Véase H. Schweizer, MetaphorisclJe Grammatik, 21-25.
33
Bussemann - Van der Sluis, Die Bibel st1tdieren. Einführung in die Me-
thoden der Exegese (Munich 1982) 76. Schnackenburg, Eph, ofrece la traducción
estructurada en líneas separadas según el sentido.
70 Etapas preparatorias del a11álisis

1. 4. Determinación de la unzforniidad I
falta de uniformidad del texto

Es de i1np o rtancia decisiva para la con1prensión de un texto el


saber si éste tie11e u11ifor1nidad o si es u11 texto co111pt1esto. A l
co111ienzo del análisis no podrán hacerse más que algunas observa-
ciones a este respecto. Tan sólo cuando se l1a efectt1ado el análisis
sincró11ico, se verá si ciertas observaciones relativas al texto pueden
explicarse p or el rect1rso a la t1tilizaciór1 de fuentes 3·1 ; se verá, por
tanto, si e] texto que te11em os a11te nosotros es r eal1ne11te 11om ogé-
. . .,
neo o const1tU)'e u11a compos1c1on .

INDICACIONES PARA TRABAJAR


EN LA SEGMENTACIÓN DEL TEXTO

- Determinar> co11 a;ruda de ediciones de la Biblia )' de traducciones,


dó11de comienza }' dó11de termina el texto que va a i11vestigarse.
- Estructurar el texto en líneas de sentido.
- Determinar el contexto del texto, especial1nente por lo que respecta
al te111a )' a la acción narrada.

2. ,.Objetivación de·
la prin1era comp1·ensión del texto
Como se expuso ya al reflexionar sobre la lectura, la prim era
lectura de un texto puede estar asociada con incompre11sión )'
co111prensión erró11ea . C o1110 esa prin1era i11con1pre11sión o com-
pren sión erró11ea tie11e m uchas con secuencias para la i11terp reta-
ció11, el l1echo de i11terpretar con1ienza con la objetivación de esa
primera con1prensión 35 •

34
Richter, Exegese, 49ss, y Fol1rer e.a., Exegesc, 25, abogan porque el trabajo
científico comience por la investigación de crítica literaria, es decir, por la detern1i -
nación de la uniformidad/ no u11iforn1idad. Y, así, el orden en que han de seguirse las
etapas de trabajo según Fohrer es el siguiente: crítica del texto, crítica literaria,
análisis lingüístico, etc. f>uesto qu e la decisión acerca de si un texto tiene o no unidad
presupo11e u11 a11álisis mi11ucioso de la índole lingü ístico-sintáctica, se111á11tica )'
pragn1ática, tal decisión no puede fallarse antes de dicl10 a11álisis. Evidenten1entc,
ha)' que contar desde un principio con la posibilidad de que un texto carezca de
u11iforn1idad.
35
\Xleimar, E11z.vklopadie, § 305.
Primera orientación sobre el texto 71

La de la pri111era cornprensión del texto significa que el


lector expresa en palabras su compre11sión del texto )' lo convierte así en
algo que está ante él )' que él pt1ede obser\rar )' con1probar .

.
2.1. Trad1,¡,cción sin puli1·
)' empleo de t1·aduccÍ(Jnes

Una pri111era objetÍ\ ación de la co111prensión del texto se logra


1

confeccionando l1na traducción sin pulir del texto del Nuevo Tes-
tan1ento que ''ª a investigarse. La labor científica se l1ace co11 el
original griego del Nt1evo Testa1nento. La opi11ión sostenida por
algL111os representantes de los n1étodos estructuralistas de que es
i11difere11te trabajar con el texto origi11al o con trad uccio11es , hace
caso 0111iso de la in1portancia que tiene ya para la co111pre11sió11 del
• texto la for1na li11güístico-si11táctica del inisn10. Por lo que respecta
a la base textual, 11a)' que trabajar te11iendo co1no l1ase aqt1ella
for111a del texto que se l1a reconstrL1ido media11te la lla1nada crítica
textual co11 ª)' Uda de los documentos que so11 testigos del texto.
Aunque una traducció11 que haga justicia ple11a1nente al texto
original es la que termina propiar11ente el trabajo cie11tífico co11 un
texto 36 , sin embargo al co1nienzo del análisis 11ay que confeccionar
)'ª una traducción provisional. Esa traducción sin pulir delata al
mismo tie111po la con1prensión del texto que el tradL1ctor tiene al
pri11cipio. Co11 esa traducción sin pulir l1a)' que trabajar en todas las
fases del análisis del texto. Los rnedios para confeccionar esa tra-
' ducción si11 pulir son los i11strumentos corrientes que sirve11 de
37
ª)' Uda •
Aden1ás, ayuda mucho examinar. las traducciones que hay de
u11 texto. Tal comparación po11e de rnanifiesto in1nediata1nente
en qué lugares ha;' problemas de traducción y, con ello, de
. /

co1nprens1011.

36
\Téasc el c. 7 sobre la traducción del texto.
37
Las gran1áticas corrientes, especialmente Blass - Debrunner - Rel1k.opf, )' los
diccionarios, especialrnente el Bauer; se l1an concebido especiali11ente para pri11ci-
piantes: Rienecker, Spracl1liclJer Scl-Jliissel [traducció11/adaptación española: C'lave
li11güística del Nuevo Testame11to griego (Bue11os Aires 1986)]; Zerwick., ArzalJ1sis
pl1ilologica Novi Testamenti [Es muy (1til para principiantes: F. Lacueva,
Nue·vo Testa1ner2to .J11terlineal Griego-Español (Tarrasa 1984)].
72 Etapas preparatorias del a11álisis

2.2. Reflexión sobre •

la primera comprensión del texto


Se considera esencial no sólo para el estudio práctico de la
Biblia, sino tan1bié11 para el a11álisis de los textos, tal corno propug-
nan los representantes de las ciencias literarias, el dar un primer
paso: esclarecer la comprensión previa y objetÍ\rar la cornprensión
del texto adquirida en la pri111era lectura 38 . Para objetivar la prime-
ra comprensión .del texto, que a n1enudo es todavía difusa, servirán
de ayuda algunos métodos que están tomados de] estudio práctico
de la Biblia, pero que tendrán que ·ocupar también un lugar en una
r11etodología científica que reconozca la importancia de la sub-
jetividad, ya que esos métodos ayudan a esclarecer la prin1era
co111pre11sión personal y subjetiva del texto, comprensión por la J
que estará influida toda lectura ulterior 39 •
Para la objetivació11 de la pri1nera comprensió11 del texto son de
especial utilidad el método de señalar frases y el análisis de vive11-

c1as. 1
1

El método de señalar frases 40 consiste en que el lector señale


frases haciendo anotacio11es al margen del texto: en lugares que son
oscuros para el lector, se pone al margen un signo de ii1terrogación;
en lugares que al lector le parecen i1nportantes, se po11e un signo de
exclamación (o .sencillamente pt1ede subrayarse el pasaje); los luga-
res que al lector le parecen existencialmente significativos se seña-
lan con u11a flecha. Este procedin1iento, que está también en conso-
nancia con la técnica usual de lectura, ayuda al lector a adquirir una
visión de conjunto de los proble1nas que el texto le plantea. Ahora
el texto no es ya incomprensible en su totalidad: las dificultades
han quedado definidas exacta1ne11te; y, así, el lector puede proceder 1
ya a resolver problemas -de fondo mediante informaciones adicio-
nales, y puede adoptar una actitud ante sus propios sentin1ie11tos.
El método de señalar frases es especialmente adecuado para el ¡
trabajo en grupo, porque va mostrando exactamente las etapas que
hay que seguir en el trabajo: el diálogo lo inician aquellos partici-
pantes que 11a11 puesto un signo de i11terrogación al margen de un
pasaje. Exponen su problema; da11 una respuesta los que r10 han

38
Así lo sostienen especialmente Glinz y Weimar (véase anteriormente).
39
Cuando esos métodos se emplean en grupos> entonces el grupo puede ser la
pri1nera insta11cia para controlar la rectitud de la cornprensión. J
40
W. Erl - F. Gaiser> Neue Methoden der Bibelarbeit (Tubinga 1969) 109-111;
PraktisclJe Bibelarbeit J?eute (editado por la Katl1. Bibelv.rerk> Stu ttgart 1973) 71 -73;
Egger, Gemeinsam Bibel lesen, 48s.
.
1



Primera orientación sob1·e el texto 73

puesto ningu11a señal al margen de ese pasaje, es decir, aquellos para


quienes dicho pasaje resulta comprensible. Aquel que ha llegado a
con1prender algo, completa lo que se ha dicho y lo amplía.
41
El análisis de vivencias es apropiado para revisar la propia
actitud con respecto a la palabra bíblica: el lector se pregu11ta qué
impresión le causa el texto. En efecto, en virtud de la postura
adoptada, ·d e la historia de la propia vida, de las experiencias y
ten1ores, cada lector se siente impresionado por el texto de una
manera personalísima. Como vía de acceso a la Biblia a través de la
propia experiencia, n1uchos textos se prestan para que se pregunte

qué es lo que al lector le ha gustado en el texto, qué es lo que le ha
molestado en el texto, en dónde ve el problema central, y qué
pudieran significar las diversas frases, personas y cosas que se

mencionan.

INDICACIONES PARA TRj\BAJAR


EN LA OBJETIVACION
DE LA PRIMERA COMPRENSIÓN DEL TEXTO

Además del n1étodo de señalar frases y del análisis de vivencias, son de


42
utilidad las siguientes for1nas de trabajo :
- Anotar las expectaciones que uno tiene cuando va a leer un texto
determinado.
- Anotar, después de la lectura, las propias impresiones y comparar los
resultados con los obtenidos por el grupo que trabaja en la misma labor de
• •
seffilnar10.

41
Véase W. Egger, Kleine Bibelkunde zum Ne1ten Testament (l11nsbruck
3
1984) 20.
2
Sobre lo que sigue a continuación, véase Glinz, Textanalyse und \ler-
-i

stel1enstheorie, I, 186.

-

Traducción del texto


y empleo de traducciones

• Para la n1a)'Oría de los lectores de la Biblia, bastará al pri11cipio


del estudio de los textos bíblicos la traducción (pro\1Ísional) l1 ecl1a
por uno n1is1no o t111a traducción aje11a.

La traducción es la reproducció11 escrita del texto griego del Nuevo


Testamento en u11a determi11ada lengua objetivo 43 •

Incluso al comienzo del estudio científico de textos bíblicos se


empl ean a me11udo tradt1cciones no sólo de los textos bíblicos, sino
también de los textos procedentes del entorno de los escritos
bíblicos. .

Al comienzo )'ª de los trabajos cie11tíficos, es necesaria una \ isión de 1

conjunto sobre proble111as i1nportantes de la traducción, por ejen1plo sobre


los pri11cipios de la teoría de la traducción; sobre las posibilidades )' los
lín1ites de las traducciones; sobre la índole y la función de las traducciones
más importantes a nuestra lengua.
-
U11a buena trad11cción presupone el conocimiento exegético,
adquirido a través de largos trabajos, del texto que hay que traducir
)' , asin1is1no, el co11ocimicnto de la lengua )' del grupo de i·ecepto-
res. Por ta11to, e11 el trabajo cie11tífico co11 los textos bíblicos, la
tradu cción del texto constitU)'e la terminació11 de la labor cie11tífica

43
Así define Koller la <<traducción» e11 Die Uebersctz1tr1gswisse11sc/1aft, 12.
Tradu.cción del texto J' en1pleo de trad11.CcÍ0;1es 75

con el texto. traducción es la objetÍ\1 ació11> e11 forn1a tnuy


co11de11sada, d e la con1prensió11 del texto adquirida por el intérpre-
te. La tradt1cción expone a qt1é compre11sión del texto ha llegado el
intérprete; con10 resultado de la recepción del texto lograda por el
intérprete, no es posible sino a la tern1i11ación d el trabajo 44 •

Lectu1·as
Para fa1niliarizarse con los problen1as generales de la ciencia de la
tradt1cción, es in1portar1tc la obra de Koller, EinfiilJrung ir1 cLie
Uebersetzit11gswissensclJaft. Para iniciarse en la proble111ática (ie las
traducciones de la Biblia y e11 la í11dole de la L11tl1er!Jibe! («Bibli a de
Lt.1tero »), Einl1eitsübersetz1111g («traducció11 unida») )' la Bibe! i11 heu-
tige11 De14tsc/J («Biblia en alen1án actual») nos í11for111a la obra de
n1iscclánea: J. Gnill'-a - H. P. Rüger, Die Uebersetz1¿,ng der B1:bel -
45
A11fgabe der Tl1eologie .

[l\11. U)' i11teresantc para lectores españoles es la ol1ra de L. Alonso


Scl1okcl - E. Zurro, La traducéión bíblica: lingiiíst1:ca JI estilística. l11icia
en los problen1as de la traducción bíblica)' estudia la índole de las n1ás
in1portantes traduccio11cs de la Biblia al español: Rci1ia- Valera) Biblia
de Jerusalén, Carltcra-B1-trgos, Nueva Biblia Española) y de las llan1a-
das trad uccio11es populares].

.,
La traducción es, de por sí, la tern1i11ación )' re111ate de Ja labor de interpre-
tac1011.
45 \Y/ .
Koller, Ei;1fül;rt1r1g i11 die Uebersetzungswisse11sc/Jaft (UTB 819; Heidel-
berg 2 1983); ]. Gn illca - H. P. Rüger (eds.), Die Uebersetzung der Bibel - Aufgabe
der T/Jeologie. Stuttgarter Sy'tnposiun1 1984 (Bielefeld 1985 ). [L. Alonso Scl1ol\el -
E. Zurro, La trad1-1cció11 bíblica: Lingüística )1 estz:Lística (Mad rid 1977)] .
.l\1ás bibliografía: Sobre la teoría general de la traducción : E. A . Ni da - Cl1. R.
Taber, Tl;eorie itnd Praxis des Uebersetzens, rttnter besonderer Berücksic/Jtigu.11g der
Bibeliibersetzt1ng (Stuttgarr 1969) [la obra apareció origi11aln1ente en inglés co11 el
título: T/Je and Practice ofTranslatio11 (Leiden 1969); traducción esp.: La
traducció11: teoría)' práctica (.l\1adrid 1986)]; K. Reiss, TexttJ'P une/ Uebersetzungs-
met/Jode. Der opcrati,,e Text (Kronbe rg 1976); W. \\!ilss, Uebersetz11ngswissc11-
sc/Jaft. Problcn1e ur1d 1vletl1oden (Stuttgart 1977); E. A. Nida, Sig11s - Se11sc -
Translatio11 . Sobre la tradt1cción de textos bíblicos: C. Buzzetti, La parola tradotta.
Aspetti linguistici,, ern1eneutici e teologici della traduzione della Sacra Scrittura
(Brescia 1973); S. Meurer (ed.), Eine Bibel - 'oiele Uebcrsetz1t11gerl. Not oder
Notwendigk:eit ?; E. A . Nida, Ei11ige Gr1-1r1dsdtze lJc11tiger en
Meurer (ed.), Eine Bibel -viele Uebersetz1111ge11, 11-18; R. Kassül1lk.e, Uebersetzen-
das U11111og/1:c/-1c n1oglic/; niacl;en, 1bíd., 19-62; Ritt> Biblisc1'1r: « Uebersetzungskri-
tik»: BZ 20 (1970) 161 -179. Reflexio11es n1etódicas sobre la labor de traducción las
e11conrra111os tan1bié11 e11 las rece11siones de P. G. 1vlüller, Zi-tr der BibcLii-
bersetz1111g «Die G1,rte N(lc/Jric/Jt": Una Sancta 38 (1983) 234-249; I-I. Fra11ke111olle,
Die Bibel 1111d clcr /Jcu tige Lcser. Zur neuen Uebersetzung «Die Bibel i11 l1euri gem
Deutscl1» - \Xlürdigt1ng und Kririk.: Dial\011ia 15 (1984) 119-132 .

'
76 Etapas preparatorias del análisis

1. Teorías sobre la traducción


1.1. La traducción como proceso
de comunicación

La «traducción », la «acción de traducir» se represe11ta en la


figl1ra 8, en el rnarco de L1na teoría sobre la coniun icació11 .

Autor ---• Texto l.f. - - • Lector


Traductor
Lector convertido _ __,•• Texto l.o. --••Lectores

en emisor
figura 8. La tradttcciór1 como proceso de comunicación.

Tradu cir es efectuar un proceso de com unicación: la con1u11ica-


ción original (que se realiza en una lengua determinada, la llamada
le11gua fuente [l .f.], y en un detern:_i_inado marco cultural, y que está
integrada en ur1 determir1ado proceso de con1unicación) debe con-
vertirse en comunicación )', si las circunstancias lo req uieren, en
llamamie11to dirigido a lectores que no están familiarizados con la
lengua fue11te )' que viven en otra cu ltura distinta. En este proceso,
el traductor es el mediador.

La actividad de traducir co1nienza cuando el traductor se con-


''ierte en lector del texto. Y, así, la primera fase de la acción de
traducir es la fase de co111prender, fase en la que el traductor analiza
el texto de la lengua fuente (l.f.) para averiguar su sentido, su
i11tención, las condiciones de su aparición, los lectores a quienes
pretende dirigirse, etc. La segunda fase es la de trasladar las ideas de
las estructuras de significado halladas a la lengua de los receptores.
La tercera fase es la de reco11strucción, en la que el traductor
«reproduce, teniendo en cuenta óptimamente los puntos de equiva-
lencia comunicativa» 46 , el texto de la le11gua fuente analizado en su
aspecto lingüístico, semántico, pragmático, etc. Para que el traducir 1'

f
se convierta de hecho en un proceso de comunicación , hay que
tomar en consideración toda una serie de factores y elementos 47 : la
1
r
i•
1

1
41
'Nida, Sig11s, 98, l1abla de tres fases: analysis, transfer, restructuring; lo
n1ismo dice, siguiendo a Nida, Kassühlke, Uebersetzen, 43. Wilss, Uebersetzungs -
wisse11sc/Jaft, 72, menciona dos la fase de entender y la fase de reconstrucción
lingüística.
47
Siguiendo a Koller, Uebersel'l.11ngswissenschaft, 114-134; Kassühlkc, Ueber-
setze11, 35; Ritt, Uebersetzu11gskritik, 167; K. Reiss, \X'as heisst .. LJebcrsetzen », en
Gnilka - 1Züger, Die Uebersetzung der Bibel, 33-47, especialmente 36-40.

r
1

• Traducción del texto J' empleo de traducciones 77

lengua fuente, la lengua objetivo (l.o. ), la forma lingüística del


texto, el contenido (sentido, significado), el tipo de texto, los
receptores a qt1ie11es el texto pretende dirigirse, etc.
Por lo que respecta a la traducció11 misma, el traductor tiene
que hacerse a sí mis1no las siguientes preguntas )' responderlas pór
rnedio de traducción 48 : Quién (en1isor) dice sobre algo (=
temática, contenido) algo ( = superficie del texto, tenor literal,
léxico y si11taxis), no dice algo ( = saber que se presupone; co11oci-
miento previo de la te1nática; conocimiento de antecedentes de
í11dole sociocultural), cómo lo dice ( = lecto, registro, estilo), cuán-
do y dó11de lo dice ( = sitt1ación en e] tiempo )' en el lugar), por qué
canal ( = lengua l1ablada o lengua escrita; clase de texto, tipo de
texto), a quién lo dice(= receptor), con qué fin(= intención de la
comunicación y efecto que se pretende conseguir).
Según la pregunta a que se dé preferencia, la traducción resulta-
rá diferente. Para la teoría de la con1unicación n o sólo es importa11-
te la pregunta acerca del contenido y la forma lingüística del
original, sino también la pregunta acerca de quién va a ser el
receptor de la traducción. De acuerdo con esa teoría pragmática o
sociolingüística de la traducción, no se puede considerar una sola
traducció11 co1110 la mejor; según sean los receptores, tendrá que
l1aber traducciones plasmadas de manera diferente 49 • En todo caso,
la traducción tendrá que ser tal, que el receptor, con el conjunto de
signos de que dispone, sea capaz de comprender el texto . El texto
de la lengua fuente y el texto de la lengua objetivo tendrán que se1·
lo más equiv alentes que sea posible. Esto quiere decir: ha)' que
conservar la calidad del texto fuente. Por <<calidad» del texto se
entie11de la índole propia del texto, detern1inada por los siguientes
factores: fo11ología (sonido , ritmo), sintaxis, sen1ántica (ten1a),
pragmática, tipo de texto (y sus funciones comu11icativas ), historia
del origen del texto so. Como estas magnitudes, en las diferentes
lenguas, no pueden reducirse a una correspondencia de 1 :1, y como
además son magnitudes que quedan en distintos pla11os, ello signi-
fica que la traducción es la búsqueda de la mayor equivale11cia
posible en los distintos planos si.

48
Reiss, Was J1eisst «Vebersetzen», 41.
49
Nida, Einige Gri1.12dsatze, 15-17; a propósito de Nida, véase Koller,
Uebersetzungswisse11schaft, 86.
50
Sobre los diversos factores, véase Koller, Uebersetz11ngswisscnscl1aft, 125-
133.
51
Sobre la equivalencia, véase Jbíd., 85-88 (a propósito de Nida) y 176-191 .


80 Etapas preparatorias del análisis

Original Biblia de las Américas La Biblia {Casa de la Biblia)


(1986) (1988)
ÓLXaLOOllVY] Porque Porque
yaQ{}cou en el evangelio la fuerza salvadora
, , -
E'V UU1üJ' la justicia de Dios
de Dios
se revela se manifiesta
en el que cree
, ,
EX por fe a través de una fe
, , • •
ELC
- JtLO'tl \ 1••• y para fe ... siempre creciente ...
Die Gute Nachricht [su equivalencia española más próxima
sería: La Biblia: N1-tevo Testamento, nueva traducción de la Casa
de la Biblia, Madrid 1988] ofrece una nueva versión del texto Sll:
después de una descodificación del texto en \;Írtud de una serie
determinada de preguntas (por ejemplo acerca del objeto, del suce-
so, de las relaciones), el texto se codifica de nuevo, apareciendo
entonces claro en la traducción quién es el que actúa (Dios), qt1e se
trata de u11a acció11 de Dios, y que n1ediante esa acción se establecen
nuevas relaciones. A de la lejanía en que se halla el texto
original, se conserva11 los contenidos semánticos esenciales de la
Ól,'X.CX.LOOÚVY) 'LO'Ü {)coi).
La importancia de esta teoría de la trad ucció11 consiste en servir de
59
base a los proyectos internacionales de trabajos sobre la Biblia . Con
razón, esta teoría de la traducción se considera la teoría más intensa-
60
mente reflejada en el terreno de las traducciones de la Biblia . Sobre
todo, el principio de orientarse hacia la recepción merecerá en el
futuro gran atención 61 • El inconveniente de esta teoría de la traduc-
ción consiste, además de la relativa lejanía del texto a que tales
traducciones conducen, en las numerosas decisiones exegéticas que
preceden a la traducción propiamente tal, y que luego configuran
esencialmente su forma. Las traducciones fo11nales e\'itan esa intensa
aportación de decisio11es exegéticas a la traducción.
La distinción, que antes se acentuaba más intensamente, entre
·- las traducciones propiamente tales y las traducciones ampliadas o

58
A propósito de Rom 1, 17a, véanse también las reflexiones de C. Buzzetti,
Parola del Signare. Una traduzione «popolare» della Bibbia in Italia, en C. Mesters,
Lettura popolare della Bibbia (Bolonia 1978) 120-126.
59
S. Meurer, Die Uebersctz1-tngsstrategien des Weltbundes der Bibelgesell-
schaften, en Eine Bibel - viele Uebersetz1-tngen, 173-189.
60
Müller, Zur Funktion, 236.
61
Frankemolle, Die Bibel und der l1eutige Leser, 122.


Traducción del texto J' empleo de traducciones 81

parafraseadas, es una distinción que apenas se mantiene ya hoy día.


E11 efecto, la distinción entre una traducción propiamente tal y una
reproducción un tanto libre del sentido del original se ha des-
vanecido prácticamente en virtud de las modernas teorías sobre la
traducción.
En la traducción desempeña a veces un papel importante la

cuestión de la llamada <<revisión >>. Cuando 11na traducción de la
Biblia es apreciada tanto por su importancia y significado, que los
creyentes no quieren apartarse esencialmf.!nte de ella, pero se siente
que es necesaria la acomodación del lenguaje a la sensibilidad
lingüística de l1oy día, o porque los nuevos conocimientos ad-
quiridos en las ciencias bíblicas de_ben incorporarse a la traducción,
entonces habrá que corregir la traducción ya existente, pero sólo en
los lugares en que sea necesario, conservando e11 todo lo den1ás la
forma tradicional con su le11guaje familiar. Con este criterio se
terminó en el año 1984 l1na revisión del texto de la Biblia alemana
de Lutero. [Algo parecido ocurrió en el n1undo eva11gélico de
lengua española con la antigua versión de Reina-Valera, revisada
últiman1ente-aunque de manera insuficiente- en 1960. Una recien-
te traducción evangélica, de excelente calidad : la Biblia de las
Aniéricas (1986 ), ha sido rechazada prácticamente por todas las
Iglesias].

1.3. Valoración de las traducciones •

En co11sonancia con la teoría de la traducción y con el marco de


la teoría de la comunicación en que ella se integra, hay que tener en
cuenta dos aspectos a la l1ora de enjuiciar una traducción.

La calidad de una traducción se mide no sólo por su fidelidad a los


autores )' al texto, sino también por su orientación a los lectores.

La fidelidad al original, juntamente con la capacidad para expre-


sarse bien en la lengua objetivo, se consideró siempre como la
norma para determinar qué traducción es buena. Para las r1uevas
1
teorías acerca de la traducción, es importante también el tener en
cuenta al lector, sus circunstancias culturales)' sus posibilidades de
comprensión. Y estos elementos se juzgan también como norma •
para la valoración . Según sea el lector a quien vaya destinada la
traducción, el traductor tendrá que proceder de manera distinta.
Para lectores r10 fan1iliarizados con el le11guaje religioso y eclesial,
no so11 ya comprensibles muchas expresiones bíblicas que aparece11

1

78 Etapas preparatorias del a11álisis

1. 2. Tipos de t1·aducción
En las traducciones modernas de la Biblia se utilizan principal-
111e11te dos tipos de traducción (tratándose siempre de tipificaciones
que nunca se dan en forma pura): según el tipo de equivalenc.ia a la
que se tienda, ha)' traducción formal o traducción de equivalencia
. , . . 5?
dinam1ca -.
En las traducciones formales se tiende a una traducción palabra
por palabra. La traducción estará lo más posible en relación 1 : 1 con
eJ original, i11clt1so e11 el pla110 de la sucesión de las palabras. Se
trata de «un tipo de traducción que, n1ediante la imitació11 verbal )'
sintáctica deJ original, quiere familiarizar al receptor co11 la comu-
11icación» 53 . No hay divergencias con el original en cuanto a la
sucesión de las palabras, sino cua11do la lengua objetivo así lo exige.
Mediante este tipo de traducción, quiere salvaguardarse la fidelidad
al origi11al. Puesto que la traducción forn1al se esfuerza sobre todo
por ofrecer t1na reproducció11 equivaler1te de la forma y del conte-
nido de t1n mensaje, se halla intensame11te orientada l1acia el auto1·.
Las tradt1ccio11es forn1ales llegan a ser incluso tradt1cciones concor-
dantes, en las qt1e una deter111inada expresión griega del Nt1e\'O
Testan1ento se traduce siempre por la misma palabra de la lengua
objetivo s.¡.
El valor de las traducciones formales consiste principalmente en
tra11smitir un lenguaje marcadamente bíblico. Para las comunidades
de fieles que 11ecesitan un lenguaje co1nún )'que sienten, además, la
11ecesidad de un lenguaje religioso y teológico especializado 55 , las
traducciones formales son -seguramente- irrenunciables.

El valor de las traducciones formales de los textos bíblicos consiste en


proporcionar expresiones fundamentadas en el lenguaje bíblico, para for-
mular la experiencia de la fe (gue se basa en la Escritura como palabra de
Dios).

52
Sobre los tipos de traducción, véase Reiss, \Xlas /Jeissl « Uebersetze11 », 34-36.
53
Kassühlke, U ebersetz en, 39s, )' Reiss, \:\'/as /Jeisl «U ebersetzen», distinguen
aden1ás e11tre traducción i11terlincal (traducció11 palabra por j)alabra) )' traducción
literal (gramn1ar tra11slatio11).
Por ejen1f)lo en las sinopsis. Sobre la traducción de los testigos de Jehová,
hablaren1os más tarde.
55
Así con10 deter111inadas asig11aturas (por ejen1plo las matemáticas, Ja medici-
na, etc.) no pueden presci11dir del en1pleo de determinados térn1i11os especializados
por razo11es de econon1ía de lenguaje y de precisión, así ta1nbié11 la fe que quiere
expresar sus experiencias no puede renunciar a determinados términos técnicos
con10 «gracia », «reino de Dios », etc. En este se11tido se habla de un lenguaje

1
Trad1-tcción del texto J' en1pleo de trad1-1ccio11es 79

Las traducciones for111ales son particularmente adecuadas pa1·a


1
1 el estudio, porque acercan n1ucho al original. Sobre todo para
investigaciones sinópticas, la traducción que se acerque 111ucl10 al
1
1 original, aunque algunas veces resulte dura, es el único camino que
permite hacer un estudio sinóptico significativo.
Entre tradt1cciones formales se ct1e11tan la mayoría de las
traducciones alemanas hasta ahora existentes, e11tre ellas la Biblia
de Lute1·0 (Lutherbibel), la Biblia de ZurZ:cl? (Zii1·cl1e1· Bibel), la
T1·aducción tl{,nida (Einheitsübe1·setzung). [En español, las traduc-
ciones for1nales más conocidas son Reina-Valera, Nácar-Colunga,
1 Bove1·-Cante1·a, Cantera-Burgos, la Biblia de jerusalén y, reciente-
mente, la Biblia de Las Américas}.
1
Otro 1nodelo de traducción, la traducción de la equ ivalencia
1
dinámica 56 , se basa en la consideración de que una traducci.ón debe
causar en el lector nioder110 el mismo efecto qt1e el texto origi11al
cat1saba en el O)' ente de entonces.


El valor de una traducción de equi\ alencia dinámica consiste en estar
1

intensamente orientada al lector )' a la recepción.

1 El proceso de traducción transcurre de la siguiente ma11era,


1
t
segú11 el método de traducción de equivalencia dinámica: análisis
del texto mediante la descomposición del mismo en sus elementos
(en el análisis semántico, valiéndose especialmente del análisis com-
ponencial 57), la traslación de las id eas y la constitución de una
1
1 nueva unidad textual en la lengua objetivo. Según esto, se traducirá
así Rom 1, 17.

teológico especializado. Sobre la necesidad de una deter1ninada forn1a de lenguaje


para salvaguardar la 1nemoria con1ún )' expresa de la sal\'ación, véase Ritt, Ueberset-
z1111gskritik, 178.
56
Müller, Z1tr F1111ktio11, 237, propone traducir «d)rnamic equi\•alent transla-
tion » (traducción de equivale11cia dinámica) por Uebersetzung» (tra-
1 ducción fu11cional).
s:- El análisis componencial desen1peña u11 gran papel en la teoría de Nida sobre
la traducción: Nida, Sig11s, 64-67, expone las clases se1nánricas de objeto, suceso,
abstractos, relaciones,)' la in1portancia de esas clases para Ja traducción.
82 Etapas preparatorias del análisis

en las traducciones formales. Para esta clase de lectores es n1U)' útil


ltna traducción que rent1ncie a los extranjerisn1os y (en la n1edida de
lo posible) a los térn1inos especializados que se usan en la tradición •

eclesial. Una traducción así cun1ple una funció11 propedéutica y


pastoral. Claro que, entonces, u11a traducción así difíciln1ente será
adecuada para los cristianos ql1e l1a11 reflexionado sobre su fe)' que
la co11ficsan co11sciente111ente 62 •
La comparación e11tre las traducciones tie11e una fi11alidad des-
criptivo-comparativa y tarnbién de crítica de las 111isrnas 63 •

2. Visión de conjunto
de las traducciones oficiales
del Nuevo Testamento
en lengua alemana 64
Las traducciones oficiales son traducciones de la Sagrada Escri-
tura qt1e son propuestas por las autoridades eclesiásticas con1pete11-
tes como texto nor111ativo para el culto divino y la enseña11za. Con
ello no se emite juicio algu110 sobre la calidad de la traducción. Las
traducciones oficiales so11 necesarias, porgue la co1nunidad eclesial
necesita un pu11to de referencia lingüístico que sea comunitario,
para el culto divino y para la enseñanza, y necesita tan1bién un
lenguaje religioso común, una especie de terminología técnica reli-
giosa. Para la Iglesia latina, la t1·aducció11 efectuada por san Jeróni-
mo _,s, e convirtió en la t1·aducción «Vulgata» (es decir, reconocida
universal1nente). La revisión de la Vulgata, la llan1ada N eovt1lgata,
se ter111i11ó en 1979 y es el texto oficial para la Iglesia latina.
. Como en los países de alemana, desde los tie111pos de la
Reforn1a, l1abía grandes diferencias i11cluso en la transcripción de
los nombres de los personajes bíblicos, se llegó a un acuerdo
ecuménico sobre la for1na que había que dar a los nombres propios
que aparecen en la Biblia: acuerdo que está expresado en las llan1a-

- 62
!bid., 123s.
63
Para la comparación de las traducciones dentro de las cie11cias del lenguaje,
véase K. -R. Bausch, Sprac/Jmitteil11ng: Uebersetzen 14nd Dolnietsc/Je11, en H. P.
Altl1aus, H. He11ne, I-I. E. Wiega11d (eds.), Lexikon der ger1na12istisclJen Linguistik
(Tubinga 2 1980).
64
Perspectivas de las traducciones de la Biblia al ale1nán: O. K11ocl1, «Die Alte
BotsclJaft 12eu sagen)J. Eine UebersiclJt über «moderne» Uebersetzt1ngen: TQ 154
(1974) 137-165 (cor1 ejen1plos de textos) ; R. Steiner, Ne1-te
vorgcstellt, verglicl1e11 und gewertet (Neulcirchen 1975); H. Frankemolle, Bibelü-
bersetzungen - fur we12?: Díakonia 16 (1985) 338-345 .

'
Traducció,1 del texto)' empleo de traducciones 83

65
das Direct1·ices de Loccum (Loccumer RiclJtlinien) . [Este proble-
ma existe en grado a{1n ma)'Or e11 los países de 11abla hispana, donde
i10 ha)' siquiera dos traducciones de la Biblia -sean católicas o
protestantes- qt1e co11cuerden en la transcripción de los nombres J.
En los países de lengua ale111ana, las grandes Iglesias utilizan
oficialmente las siguie11tes traducciones: los católicos, la T1·aduc-
ción unida ·(Einl?eitsübersetzung); los evangélicos, la Biblia de Lu-
l tero (LutJJerbibel) o la Biblia de Zürich Bibel).
La T1·a.ducción unida (tern1inada en 1979/1980) es católica y es
la traducción destinada a las diócesis de los países y territorios de
lengua alemana 66 • Esta trad t1cción, elaborada e11 ale111án actual de
estilo elevado, pern1ite la uniformidad en la utilizació11 de textos
1 bíblicos en los cultos litúrgicos )' en las esct1elas de todas las diócesis .
j
1
l
«La versión uniforn1e de los textos pern1ite esperar que los enun-
1
ciados in1portantes de la Biblia se graben de n1anera pern1a11ente en el
oído de los fieles. Además, esa versión u11ifor111e será muy útil para el
• en1pleo de la Biblia e11 pí1blico, especialn1ente en los 1nedios de difu-
1 sió11: prensa, radio )' tele,1isión» ''7 •
1

1 La Traducción 14nida está desti11ada a los católicos, pero fue
11
1
elaborada en colaboración ecuménica.

1
En las Iglesias e\rangélicas se utiliza la Biblia. de Lutero. L a
1 68
última re\'Ísió11 de la misma quedó ter1ninada en el año 1984 •
1 La Biblia de Zuric/1, que se re1nonta a la Reforma de Zuinglio>
fue traducida de nuevo, e11 los años 1907-1931 > por encargo del
l Sínodo de la Iglesia. La nueva traducción se basa en los textos
¡ originales 69 . Esta traducción es elogiada por su gran exactitud 70 •
.
1
- 65
Oekumenisches \! crzcichnis der biblisclJe,1 Eigenriamen rzac/1 den loccumer
Richtlinien (Stuttgart 21981).
66
Sobre la Ein¡.Jeitsübersetzung (Traducció11 unida) católica de la Sagrada Es-
1
critura, véase ] . G. Ploger - O. Knoch (eds.), Ei11heit im \Vort. Inforn1atic>nen,
1 Gurachren, Dokume11te zur Einl1eitsübersetzung der Heiligen Schrift (Stuttgart
1979); J. Scl1arberr, Enstel11"'ngsgescl1icl1tc und l1erme11eutischc Prínzipien der « Ein-
J;eitsiibersetzur1g der H cilige11 Sc/Jrift», en Gnill\.a - Rüger, Die Uebersetz1¿11g der

Bibel, 149-168 .
67
Prólogo de la
6
s B. Lol1se, Entste/Jungsgeschicl?te und hern1eneutische PrinzipieY1 der Lu-
tl1erbibel, ei1 Gnilka - Rüger, Die Uebersetzung der Bibel, 133-148; T. Holz, Die
deutsc/1e Bibel: Erbc L1ttl1ers u,1.d A11ftrag: TLZ 108 (1983) 785-801 .
. 9
1
<> Sobre la Zürc/1er Bibel (Biblia de Zuríc/;), véase Steiner, Neue Bi/:;elüberset-
z11¡zge11, 47-56.
70
Entre las traducciones oficiales al alemán se CLtenta tambié11: Die neue
V:!eltiibersetzung der H eiligen Scl?r1ft [título de la traducción oficial al español:
84 Etapas preparatorias del análisis

Las Sociedades Bíblicas católica y evangélica colaboraron ecu-


n1énican1ente para publicar en el á1nbito de lengua alen1ana la
traducción: La Biblia en alemán actual (Die Bibel in l;eutigem
Deutscl; ). Las Iglesias no la consideran traducción oficial. La tra-
ducción quedó terminada en el año 1982 71 •

«En la l1istoria de la traducción de la biblia al·alcn1án, esta vcrsió11


representa el primer intento de aplicar consecuentemente la teoría de la
traducción, en su forma más reciente y mejor ft1ndada científica-
n1e11te» ?"-,

a saber, según el 1nétodo de la equivalencia dinán1ica desarrollado


por E. A. N ida. Ha11 publicado y apo31ado esta traducció11 las
Sociedades Bíblicas católica )' eva11gélica de los países de lengua
' alemana. Esta ed ición se entiende a sí n1is1na

«como oferta nt1eva }' adicio11al }' con10 11ue\ a oportu11idad pastoral de
1

utilizar los textos para la proclamación del mensaje bíblico y la difu-


sión de la palabra de Dios, con destino a aquellas personas que l1an
perc.1ido en gran parte la relación viva con la Iglesia y también con la
BI'bl'1a » 73 .

Esta traducción es particula1·n1ente adecuada para la lectio conti-


nua y como traducción auxiliar junto a las traducciones forn1ales de
carácter oficial 74 •

Trad'¡,¡,cción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras}. Está «traducida de la versión
en inglés de 1961, pero consultando fielmente los textos hebreo, arameo y griego».
Tal es el título que lleva esta traducción. La traducción es rigurosamente concordan-
te, de manera ql1e las palabras «11efesh» (l1ebrea) )' «psiché» (griega) están traducidas
sien1pre por «alma », aunque dicl1a palabra no signifique en 111ucl1os lugares -según
el contexto- lo misn10 que nuestra palabra vernácula «aln1a». Mediante esta traduc-
ción, se asienta la base para la concepción que los testigos de Jehová tienen sobre el
«aln1a». Por lo que respecta al nombre de Dios, esta traducción es tendenciosa, ya
ql1e en el Nuevo Testan1ento, sicn1pre que se trata de citas del Ai1tiguo Testan1ento,
traduce el nombre de Dios por «Jehová», au11que eso i10 corresponda a lo que dice el
texto original. ¡
71
J.de Waard, Die lJermeneutisc/Jen Pri11zipie11 der "Bibe/ in iJe11tigem
De14tsc/1», en Gnill(a-Rüger, Die Uebersetzung der Bibel, 169-179. Sobre los fines
que se propone )' los. pri11cipios en que se basa esta traducción, nos informa (con
ejen1plos de textos) un folleto informativo publicado por la Sociedad Bíblica Alema-
na (Deutsche Bibelgesellschaft): Die Bibel in /1eutigem Deutsc/1. Die gute Nachricht
des Alten und Neuen Testan1ents. Zielsetzu11gen und Uebersetzungsgrundsatze
(Stuttgart 1983); véase también Mi.iller, Zur Fttnktion, y Frankemolle, Die Bibel und
der /Jeutige Leser.
72 I
Müller, Zitr Funktio11, 236.
73
!bíd., 243.

74
lbíd., 244.
1
1 •
1
1
1
1 Traducción del texto y empleo de traducciones 85

[• Perspectivas
de las traducciones españolas
Los e'{_angélicos de lengua española utilizan prácticamente de
manera exclusiva la traducción de Reina-Valera, revisada última-
mente en 1960. Sigue fielmente el «Textus receptus» . Tiene grandes
bellezas literarias, pero ta1nbién algunos deslices li11güísticos. Ne-
1
cesita urgenten1ente una adaptación al lenguaje actual y a los mo-
dernos conocimientos bíblicos. La publican las Sociedades Bíblicas
(protestantes). Hubo un intento privado por revisarla (en 1977),
. ,, .
pero sin ex1to.
Como versión auxiliar (no ha sido aceptada como versión ofi-
' cial) se publicó en 1986 la Biblia de las Américas. No es revisión de
1
Reina-Valera, sino nueva traducción. El lenguaje es literario y
moderno y tiene en cue11ta los avances de las ciencias bíblicas.
La traducción católica más conocida y aceptada ha sido la Biblia

de Jerusalén. Se terminó la segunda edición (corregida) en 1976. No
es traducción oficial ni se utiliza en la liturgia. Pero muchos, tanto
católicos como evangélicos, la consideran de gran valor para el
estudio bíblico

.
Una traducción <<de avanzada», basada en el principio de la
equivalencia dinámica, es la Nueva Biblia Española. Su afán de
llegar hasta el hombre moderno es elogioso, pero algunos creen que
incurre en excesiva <<Secularización» de los conceptos (por ejemplo,
traducir «justificación» por «amnistía>>).
Existe una <<versión popular», elaborada ecuménicamente: Dios
habla hoy (terminada en 1979). Es una versión que pretende llegar a
las personas de muy escasa cultura e incluso a los «analfabetos
funcionales», que tanto abundan en América Latina.
La única versión católica oficial en español es la de las perícopas
de la misa. No es una traducción completa ni plenamente conse-
cuente. Habla en un lenguaje actual digno y que pretende ser
inteligible para todos.
Recientemente se ha emprendido una nueva traducción españo-
la de la Biblia, basada en el principio de la equivalencia dinámica, y
a la altura los conocimientos bíblicos más actuales. Hasta ahor a
se ha publicado el Nuevo Testamento (editado por la Casa de la
Biblia, que es católica, en colaboración con varias editoriales) (Adi-
ción del traductor)] .


86 Etapas preparatorias del análisis

3. La elaboració11 de la traducción
En prin1er lt1gar, el traductor tiene que detern1i11ar el texto
75
que va a servir de base a su traducción • Para ello hay que
dilucidar los criterios para la crítica textual, )', dado el caso, l1ay
que resolver los problemas relativos al ca11011 76 . En la traducción
l1ay que tener n1uy e11 cuer1ta ta11to la lengu·a fuc11te como la
lengua objetivo.
Al efectuar el 'a nálisis del texto en la lengua fuente, el traduc-
tor es ante todo lector del texto y tiene que servirse de los
procedin1ientos usuales de análisis científico 77 para con1pre11der
el texto. Ese a11álisis tiene por objeto Ja índole lingüístico-sintác-
tica, semántica y pragmática del texto y el tipo del mis1no. El
análisis permitirá dar respuesta a cuestio11es i111portantes para la
trad.u cción 78 •
Al efectuar el análisis de la lengua objetivo)' del grupo objetivo,
el traductor tendrá que hacerse idea clara de la índole del grupo
objetivo para eJ que está destinada la traducción, y tendrá que
conocer sus capacidades culturales )' lingüísticas, cte. 79 • El análisis
permitirá dar respuesta a los siguiente relativos a los
80
receptores :
- cuál es el grado de familiaridad de los receptores con el
lenguaje y la práctica religiosa;

75
La edición crítica The Greek New Testament, que ofrece las 1.440 lecciones
variantes n1ás in1porta11tes, está co11cebida propiamente para ser utilizada por los
traductores (\réasc la sección sobre la crítica textual).
76
Véanse las Normas para la cooperació11 de miembros de diversas confesiories
en la trad1"'cción de la Biblia (véase nota 82).
77
Véase la sección sobre la sen1ántica en la prese11te obra de n1etodología.
7
s \Téase más adelante.
79
La Ei,1l-Jeitsübersetz1tng (Trad1-tcción 1-1nida) aspira, según se nos dice en el
prólogo, a expresarse en un alemán actual de estilo elevado; segú11 el folleto
informati\'O sobre Dz:e Gute Nac/Jricht (véase la 11ota 71 ), esta edición (La B11ena
Nueva ) va dirigida a <<Un lector que no está familiarizado aún con la Biblia y no está
preparado de ma11 era especial en cultura religiosa ni posee u11a forn1ació11 cultural
especializada de otra índole» ; la traducción italiana de la Die G1-tte NaclJriclJt se
dirige al lector que no tiene den1asiados co11ocimie11tos l1istóricos ni literarios)' que
no l1a recibido tampoco una formación catequética )'bíblica; véase, a este propósito:
Buzzetti, Parola del Signo1·e, l 18. [La traducción española Dios /Jabla /JO)', que
correspo11de a las dos versiones «populares» me11 cionadas anteriormente, se ha
<<escrito en u11 lenguaje se11cillo, fácil de ser e11te11dido por la generalidad de los
lectores actuales e11 Hispanoan1érica» (del prólogo)].
i;o Nida, Einigc Gr11ndsatze, 15.
1

t

Traducción del texto)' empleo de traducciones 87

- cuál es el grado de su pro11titud para co11for1narse afectiva-


n1e11te a los patrones existentes de conducta lingüística)' no li11güís-

t1ca;
cuál es su nivel de forn1ación;
cuál es su edad;
qué hacen de forn1as de lenguaje especializadas.

El proceso propiame11te tal de la traducción co11siste primera-


111e11te en trasladar las ideas de las estructuras de sig11ificado l1alla- •

das a la lengua de los receptores, y consiste luego en reconstituir el


texto en la lengua objeti\'O, for1nulando los e11unciados del texto
co11 palabras, estructuras de frases y formas textu.ales de la lengu a
objetivo. Ha)' que tender a la correspo11dencia i1atural 1nás estrecl1a
con el original, es decir, el texto en la le11gua objetivo debe ace1·car-
81
se lo más posible al significado •
Para las traducciones ecun1énicas l1a)' que observar las Normas
pa1·a la coope1·ación de miembros de diversas con/esiones en la
t?·ad1lf.cció11 de la Biblia) relatÍ\' aS a la elección del texto, a la exégesis
y al lenguaje )' , asin1ismo, a los procedin1ie11tos prácticos de cola-
boración 82 .

4. Empleo de traducciones
En los grupos de estudio bíblico práctico y en los círculos para
el estudio científico de los textos se puede11 utilizar traducciones
1 como ayuda para comprender los textos. Todas las traducciones
quedarán sien1pre por detrás de las posibilidades de sentido que
tiene el original. Esta deficiencia de las traducciones podrá subsa-
narse de algún modo empleando varias traduccio11es de un mis1no
pasaje bíblico.
83
Si comparan1os distintas traducciones, vere1nos con claridad
e11 los diversos pasajes qué plenitud de significado se encie1·ra en el
Puede servir de ejemplo Me 1, 15:

111
lb ¡,'d., 13-15.
82
Las norn1as fueron trazadas en común, el 1 de junio de 1965, por las
Sociedades Bíblicas Unidas (Londres) y el Secretariado para la Pron1oción de la
Unidad de los Cristianos (Roma). El texto español puede obtenerse e11 la Sociedad
Bíblica o en la Casa d e la Biblia. ·
83
Véanse las metodologías para el estudio práctico d e la Biblia.
88 Etapas preparatorias del análisis 1

Texto griego: xai "COÜ fuoü


Reina-Val era: y el reino de Dios ha acercado l

Biblia de las
Américas: y el reino de Dios está cerca
Nuevo Testamento
(Casa de la Biblia): y el reir10 de Dios está llegando

Gute Nachricht: ahora quiere Dios instaurar su reinado y consu-


mar su obra [traducido del alemán J.

La comparación entre estas traducciones muestra ya la tensión


de significado con que se ha recogido el texto bíblico en las diversas
1
traducciones: La expresión se entiende como «reino/rei-
nado/acción de Dios»; f)yyLXEV se entiende y traduce de manera
disti11ta, tanto en el significado misrno de «está cerca/se ha acerca-
do/está llegando/(Dios) quiere instaurar y consun1ar», como en el (
.•
tiempo del verbo (presente, pasado, sentido futuro). Esta diversi-
dad está en consonancia con la plenitud de significado del término
griego: en efecto, f)aoLt1.ECa significa la intervención de Dios que se
siente ya en el presente y que se consumará en el futuro. Se trata de
la acción de Dios y de un á1nbito en que se ejerce el reinado 84 •
El empleo de traducciones puede tener otra función más: Cuan-
do un pasaje bíblico no está claro para el lector, la comparación con
otra ..,traducción puede servir a veces para aclarar. Sobre todo, la
Bibel in heutigem Deutsch. Die gute Nachricht puede utilizarse en
muchos pasajes como una especie de comentario para aclarar los
lugares difíciles, porque, «como traducción auxiliar, es capaz de (
ofrecer ayudas muy valiosas para esclarecer la interpretación» 85 .
[En español, podría decirse lo mismo especialmente de la traduc-
ción de la Casa de la Biblia, Nuevo Testamento (1988), que tiene
además notas breves y muy profundas J. I

,•
84 •
Véase el Exegetisches Wortcrbuch zum Ne1.¡,en Testament (EWNT), artículo
«ÓlXULOOÚVl')».
85
Müller, Zur Funktion, 244.

l
Traducción del texto )' empleo de t,-aducciones 89

SÍNTESIS DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


YDE LAS INDICACIONES PARA EL MISMO

- Para la traducción
Procurar hacer una primera traducción, sin pulir todavía, con ayuda
86
del diccionario y de la gramática •
- Empleo de traducciones
Mediante el empleo de traducciones (por ejemplo la Biblia de jerusa-
lén, la Biblia de las Américas, el Nuevo Testamento de la Casa de la Biblia),
determinar en qué lugares del texto surgen problemas de traducción.
Determinar luego en qué lugares difieren notablemente las traduccio-
nes y qué diferencias de significado dimana11 de esas distintas interpreta-
ciones de un mismo pasaje. Al principio podrá llevarse uno del sentimiento
para escoger la traducción que más le guste.
Valiéndose de traducciones como medios para comprender los textos
(por ejemplo la Biblia de jerusalén o el Nuevo Testamento de la Casa de la
Biblia), determinar cuál es el significado de «espíritu y carne» en Rom 8,
1-13.

86
Utilícense los medios de trabajo habituales.


III


LA LECTURA
BAJO EL ASPECTO
SINCRONICO


.'

.•



92 La Lectura bajo el aspecto sin.crónico

La mejor manera de comenzar el a11álisis de un texto es analizar


tomando como pt1nto de partida inmediato el ·texto qt1e se halla
ante nosotros y las estructuras del mismo. Esto ocurre con el
1
análisis sincrónico

• •

• El modelo de texto J' de comprensión


de la lectura sincrónica

Los n1étodos sincrónicos contemplan el texto como u11a magni-


tud estructurada y col1erente. Los elementos del texto se hallan en
relación mutua. De estas relaciones nace una unidad de forma.
Claro que el texto no es un sisten1a cerrado; puede hallarse en
multitud de relaciones con otras magnitudes, y sobre todo hay que
tener en cuenta la integración del texto en un aconteci1niento de · -
. .,
comun1cac1on.

En el análisis sincrónico, el texto se analiza con10 una magnitud cohe-


rente y estructurada que se halla integrada en un proceso ma)'Or de
comunicación 2•
..
Con este modelo de texto viene dado también un modelo de
comprensión (figura 9) 3 : El sentido del texto no se encierra de
algún modo detrás del texto, sino que se encierra en las relacio11es
(interiores y exteriores al texto) de los elementos del texto.
Pues bien, el análisis sincrónico da instrucciones para hallar las
relacio11es entre los eleme11tos i11teriores del texto y las relaciones
entre el texto y los factores extratextuales. Con ello da instruccio-
nes, al mismo tiempo, para hallar el sentido del texto.

1
Acerca de la primacía de la sincronía sobre la crítica literaria, véase también
M. Theobald, Der Primat der Synchronie vor der Diachronie als Grundaxiom der
Literarkritik. Methodische Erwagungen an Hand von Mk 2, 1-17 I Mt 9, 9-13: BZ
22 (1978) 161-186.
2
E11 los c. 2-4 se expusieron detalladamente los factores del modelo que sirve
de fundamento al análisis sincró11ico.
3
Siguiendo a Fossion, Leggere le scritture, 24.
1
1

1 La lectura bajo el aspecto sincrónico 93

Modelo 1: Modelo 2:
1 Sentido detrás del texto Sentido dentro de las estructuras del texto

b •

e
1


--
1
.1
.,,,., -

L------
d f
e
. .
Figura 9. Dos modelos de comprensión del texto.

• Las etapas de trabajo


del análisis sincrónico

Después de asegurar previamente la forma del texto, y de una


1 primera orientación sob re el texto, )' después de la traducción
(c. 5-7), se aplican al texto elegido los diversos n1étod os d el análisis
. " .
s1ncron1co .

En la lectura desde el aspecto sincrónico se realizan las siguientes


etapas metódicas: el análisis lingüístico-sintáctico, el análisis semántico,
narrativo )' pragmático y el análisis de los tipos de texto.
1

La separación m etódica y la clasificación por su orden de las


1
etapas de trabajo está fundamentada objetivamente y ha adquirido
'
1
1

carta de ciudadanía entre los propugnadores de estos métodos 4 • Se
I

Según C. W. Morris, uno de los fundadores de la sen1iótica moderna, la


semiótica (ciencia de los signos) se divide en los siguie11tes ca-mpos: semántica,
sintáctica y pragmática. Véase, a este propósito, C. V//. Morris, Foundations of the
••
i Tl1eOrJ' of Signs (Chicago 1938), quien sintetiza así su pensamiento: «La semántica
trata de la relación de los signos con las 'cosas'; la sintáctica, de las posibilidades de
combinación de los signos independientemente de las cosas designadas, y trata
asin1ismo de la conducta de los usuarios i la pragmática, de las relaciones entre los
signos y los usuarios, es decir, de los fines y efectos de los signos en la condu cta». La
división en tres ámbitos: sintáctica, pragmática )' semántica, es propugnada entre
otros por Akmajian - Demers - Harnish, Linguistica. Introduzione al linguaggio e
alla comunicazione; Funk-Kolleg Sprache; Kalverkamper, Orientieri!ng zur Text-
lit1g1tistik; Plett, TextwissensclJaft; Sowinski, Textlinguistik (en vez de sintáctica,
prefiere hablar de gram ática y estilística del texto). En el án1bito exegético, y
n1ovidos por razones metód icas y de técnica de trabajo, propugnan tal división en
análisis desde el punto de vista de la sintáctica, de la semántica y de la pragmática: H.
Ritt, Das Reden Gottes im SolJn. Zur textlinguistischen Methodc der neutestament-
lichen Exegese; Schreiner-Dautzenberg, Gestalt itnd Ansprucl1 des Ne1fe11 Testa-
ments; Zimmermann, Methodenlel1re [en edición alemana posterior a la trad. esp.:
1
I


94 la lect11ri1 bajo el aspecto si11cró11ico

basa e11 los planos de referencia er1 los que se hallan los signos
lingiiísticos: la relació11 signos-sig11'os, la relación signos-intérprete,
)'la relació11 sig11os-objetos 5 . Recalquen1os u11a \rez r11ás que, inclu-
so e11 el análisis sincrónico, en todas sus etapas de trabajo, es
absolutame11te 11ecesario te11er en CL1enta el n1undo cultural de los
textos.
.

El a11álisis pro pia111c11te tal co111ie11za co11 el a11álisis li11güístico-


si11táctico. La transparencia del texto en cuanto a los signos lingüís-
ticos en1p]eados e11 él )' la co111binación de esos signos son el pri111er
paso para captar la í11dole del texto, «pues todos los pasos siguien-
tes tie11en con10 punto de partida las obser\racio11es que di1nanan
del análisis lingüístico del texto» 6 .
La scgu11da etapa de trabajo es el análisis se111á11tico. En él se
trata de saber lo que significa t111a palabra / t111a frase I un texto, )' a
qué datos se refiere una palabra I u11a frase/ u11 texto. Forn1a parte
ta111bié11 de la se1nántica el análisis na1-rativo.
La tercera etapa de trabajo es el análisis prag111ático, que investi-
ga la relació11 entre el texto y el lector, es decir, el efecto que el texto
ejerce e11 el lector, tenié11dose en cuenta especialn1e11te la situación
concreta de comunicación )' de acción .
E11 la etapa siguie11te, el análisis de los tipos de texto, hay que
in\'estigar a qué tipo/género de texto pertenece L1n texto determina-
do. Pa1-a ello se utilizan las etapas precedentes de trabajo: inediante
la con1paración de textos (ctl)' ª índole lingüística, semántica, narra-
tiva ·y pragn1ática debe estar exami11ada )'a), se exa111i11a la se111ejan-
za de los textos)' se detei-minan los patrones estructurales que so11

co111t111es a varios textos .
Gracias a estos inétodos, el método 11istórico-crítico ve a111plia-
dos sus recursos de investigación: es verdad que ta1nbién el método
l1istórico-crítico parte de una serie de obser,racio11es efectuadas en
el textó; pero en este 1nétodo reciben a menudo tratamiento privile-
giado dete1-mi11adas observaciones (por eje1nplo tensiones en el
texto), n1ientras que de otras observaciones se hace caso 01niso.

los métodos }Jistórico-críticos ...}; Fra11ken1olle, !(or11n1u11ileativ es Ha11deln, 21s; \'I/.


Schenk, P/Jilipperbriefe, 19-26. En ''arias n1onografías se utilizan los análisis desde el
punt() de vista de la si11táctica )' de la se1nántica, pero sin incluir el punto de vista de
Ja pragmática. Así lo hace, por ejeniplo, Olsso11, Str11ctr1re ar1d 11•1ea11ing; Mínguez,
Per1tecostés; Hauser, Al1sc/Jl11sserzd/;1/1,111g; M. Tl1cobald, lm Anfa11g war das \\'lort.
Texrli11guistiscl1c Srudie zum Joha11nesprolog (SBS 106; Stuctgart 1982). \ léase
Eggcr, Nac/Jfolgc:, 195-207 («Die Kon1n1un ik.ario11s-st:ruk.tur von Mk 10, 17-31 »).
s Plett, Textwissensc/?a_ft, 52.

<• Fohrer, Exegese, 57.



La lect1i.ra bajo el aspecto si11o·ó11ico 95

Pues bien, en los métodos sincrónicos, la obser\ ación sistemática )'


1

l an1plia de los fenómenos del texto co11stituye una etapa explícita


del trabajo. Aden1ás, se sigt1e desa1·rollando la te11dencia a la for111a-
lización, que se observaba)'ª en la l1istoria de las formas. Mediante
esta formal ización n1ás intensa y la obser\1ación sistemática de los
fenón1enos del texto, los métodos más recientes se convierten en
1 i11strL11nc11to a{111 1nás adcct1ado de control para verificar la recta
1 comprensión de los textos,)' con ello en instrumento n1ás ad ecuado
1
para la exégesis 7 .

1
1

7
Sobre Ja integración de los n1étodos, véase el c. 1.
8

Análisis lingüístico-sintáctico

En el diálogo, los interlocutores muestran predilección hacia


detern1inadas palabras y expresiones, enlazan frases de manera
deter1ninada, utilizan detern1inados recursos del lenguaje, etc., para
influir en el interlocutor. Para compre11der un enunciado y ponerlo
en su lugar debido, no sólo hay que tener en cuenta el conte11ido
del enu11ciado, si110 también la índole li11güística individual del
mismo. A ''eriguar la correspondiente índole lingüística de los tex-
tos es u11 paso que está al servicio del análisis lingüístico-sintáctico ..

En el análisis lingüístico-sintáctico de un texto se Ín\restiga la forma


ljngüística concreta de un texto: las relaciones entre los recursos lingüísti-
cos etnpleados en el texto )' las reglas según las cuales se formula lingüísti-
camente lo que pertenece al contenido de un texto.

El a11álísis de los signos lingüísticos y de su enlace es el punto de


partida de todo trabajo ulterior. Sob1-e él se basa el análisis semánti-
co, que se ocupa del significado de los enunciados lingüísticos:
ta111bién el a11álisis pragmático presupone el análisis lingüístico-
si11táctico, ya que mediante la elección de determinados recursos
lingüísticos el hablante/autor prete11de conseguir dete1-minados
efectos en el lector. Lo mismo que para la compre11sión del texto, el
conoci111iento de la índole lingüística es también importante para
reco11struir el origen de un texto.

Lecturas
Con10 iniciación a la índole li11güístico-sintáctica de los textos son
·n1U)' útiles las obras sigt1ie11tes: W. Dressler, Einfül?rung in dz:e Text-
Ling¡,tistile, )' W. Fleischer - G. Micl1eJ (con la colaboració11 de R.
A t1álisis lingii íst ico-sir1 táctico 97

Glascr, W. Hei11emann, U. Kandler y G. Starke), Stilistik der deut-


sclJen GegenwartsspraclJe; en el terreno exegético presta una buena
ayuda la obra de K. Bcrger, Exegese des Ne11e17 Testame;zts, § 3 y 4 8 .

1. Características lingüístico-sin tácticas


de los. textos
Mediante el a11álisis lingüístico-si11táctico, se describe la í11dole
lingüística del texto : sonido, ritmo, léxico, recursos sin tácticos,
cohesión de los elementos del texto, constitu ción )' estructuración.

La índole lingüístico-sintáctica de un texto se caracteriza por un «léxi-


co» de signos lingüísticos (conjunto de palabras)' frases) y una «gran1áti-
ca» que rige el enlace entre los elementos.

1.1. Léxico (vocabulario)

La índole de un texto depende, entr e otras cosas, del léxico de


que dispone un U11 texto no utiliza nunca el léxico entero d e
9
una len gua, sino únicamente una selección . Esa selección caracte-
riza al texto. La extensión del léxico puede ser distinta: así, por
ejemplo, Juan emplea sólo mil palabras diferentes (que, en total, se
utilizan 19.000 veces). En palabras importantes del Nuevo Testa-
mento, llama la atención el empleo caract erístico que se hace de
ellas en los diversos escritos: por ejemplo , « EuayyÉAt.OV» (en los
evangelios, 12 veces; en los Hechos, 2 veces; en las cartas paulinas
auténticas, 4 7 veces); «axoA.ou-Ot:iv» (evangelios sinópticos, 60 ve-
ces; Jn, 19 veces; cartas paulinas, una vez. La visión global del
léxico de un texto, e incluso de u n segmento del texto, nos ofrece
una primera perspectiva de los acentos teológicos del correspon-

Más bibliografía: J. Anderegg, Literat1{rwissenscl1aftliche Stilt/1eorie (Goringa


11

1977); Guiraud-Kuentz, La stylistique; W. Sanders, Linguistiscl1e Stiltl1eorie (Gotin-


ga 1973); Id., Linguistische Stilistik, Grundzüge einer Stilanal)•Sc spracl1/icher Kom-
m11nikation (Gotinga 1977). Consúltense también los capítulos que tratan sobre est e
tema en: De Beaugrande - Dressler, Einfiihrung, 50-87; Egger, Nac/1[0/ge, 60-78;
Fohrer, Exegese, 57-81; G. Michel, Einführung in die Met/Jodik der Stil1{ntersu-
cl1ung. Ein Lehr- und Uebungsbuch (Berlín 1972); Plett, Textwissenscl1aft, 56-79;
Ricl1ter, Exegese, 72-125; Sowinski, Textli11guistik; Z imn1ermann - Kliescl1, Me-
thodenlehre, 282s.
9
Sobre el análisis de frecuencia de palabras, véase Guiraud - Kuentz, La
stylistique, 222-224. En la nota 30 se mencionan estadísticas sobre el vocabulario del
1 Nuevo Testamento.
1
98 La lcct tira bajo el aspecto sincró11ico

die11te texto bíblico (en la que l1abrá que ahondar n1ediante el


a11álisis se1ná11tico ), y nos pe1·111itc aden1ás sacar dedt1ccio11es sobre
la tradición )' la redacción) gracias a la in,restigación diacró11ica 10 •

1.2. Partes)' [01-nias


del discu1·so (g1·amática)
Los textos of1·ece11 luego u11a selección de las partes y for111as
del discurso que son posibles en virtud de la gran1ática. Si te11en1os
c11 CL1enta las partes del discurso, co1110 so11 el susta11tivo/no1nbre,
el artículo, el pro110111bre) el ''erbo, el adjetivo, el adverbio, las
preposiciones, etc., )' las for111as del discurso, por ejemplo -en el
caso del \1 erbo- el tie111po (y el 111odo d e la acción, el inodo verbal,
etc.), er1tonces r1uestra ate11ció11 se orie11ta l1acia los pu11tos esencia-
11
les del texto • Los textos co11 n1l1cl1os i111perativos co11tiene11
i11struccio11es )' órde11es; los textos con mucl1os pronon1bres perso-
11ales ()'O, ''OSotros, él) se ocupa11 predo1ninanten1ente de cuestio-
11es de con1unicación (como, por ejen1plo, Gál 1, 1-5 ). Ha)' qL1e
te11er en cuenta aden1ás la prefere11cia por determinadas clases de
oraciones en el texto (por ejemplo, las proposiciones enunciativas,
los i111pe1·ati,1 os); el empleo de oracio11es de predicado verbal o de
predicado no111inal; la posició11 del st1 jeto y del predicado 12 ; el
empleo de sinó11i1nos (a Le especial1nente le gusta ''ariar de expre-
sión); la frecue11cia de determinados giros; la frecue11cia del carnbio
e11 el e1npleo de los tien1pos (por ejen1plo el cambio de aoristo,
in1perfecto, presente histórico; e11 el bre\1 e texto de Me 1, 40-43 se
l1alla el verbo pri11ci pal e11: prese11te) aoristo, pres en te, tres veces
aoristo )' prese11 te).

1.3. Enlace de palab1-as )'frases


También el enlace de palabras para formar proposiciones de
diversa í11dole ( oracio11es de predicado no1ninal )' oraciones de

10
Sobre eJ ar1álisis del léxico (o vocabulario) co1110 etapa de trabaj o dentro del
n1étodo de Ja crítica de la redacción, veáse más adelante.
11
Véase Richter, Exegcse, 89-92. Guiraud - Kuentz, La stJ1listiq1-te, 214-222,
n1uestra co11 ejemplos ton1ados del francés y del alen1án que los autores alen1anes
cn1plcan por rérn1i110 medio n1ás pro11on1bres y n1cnos st1stanrivos, n1ás co11juncio-
nes subordinantes )' verbos, me11os adjetivos y adverbios que los autores franceses.
11
A unqt1e en ale111án la posició11 de las palabras en la frase obedece a leyes
n1u cho n1ás rígidas que e11 griego, si11 e111bargt.) Ja posición del verbo en alen1án
puede te11er ta111bié11 significación estilística: si en Me 1, 15 se conserva tan1bién en
::dc1ná11 el orde11 de las palabras en la frase: verbo - sustantivo, entonces se ace11túa
111ás intensa111e11te el carácter de suceso que tiene: ese acontecer: «Erfü llr ist die Zeit,
1

1 A11álisis li11giiistico-sintáctico 99

predicado \1 erbal) )' el enlace que se establece entre las proposicio-


nes son características de un texto. El autor, como es natural, está
ligado a detern1inadas reglas de la gramática de su idio1na )', por
t ta11to, en los textos del Nt1evo Testa1nento al griego de la l(oiné )'a
' la i11fluencia de sen1itisn1os, aramaísmos )7 hebraísn1os 13 , pero toda
gramática pern1ite cierta libertad en la manera de enlazar los ele-
111entos. El enlace lingüístico de textos, )' con ello la col1esión
lingüística de textos, puede tener diferente densidad. Hay textos en
los que cada frase está e11lazada lingüístican1ente con la otra, )'
textos e11 los qt1e se an1011tonan los asíndeta (frases )'UXtapuestas ).
Los 1nedios lingüísticos para ge11erar la col1esión de los textos
14
son la repetición y el empleo de proformas )' co11junciones • En la
repetició11 (recurrencia parcial o total) se recoge un elemento (pala-
bra o grupo de palabras) en di, ersos lugares del texto : por ejemplo,
1

en la parábola del hijo pródigo (Le 15, 11-31 ), los v. 18s se recogen,
transforn1ados, e11 el\' . 21; se repite11 también el''· 24 en el\'. 31, y
el \'. 13 en el ' ' . 3C 15 • La repetició11 puede efectuarse volvie11do a
recoger los ele111e11tos en forma literal o e11 forn1a parafraseada.
Entre los medios n1ás in1portantes para el enlace se cuenta el
e1npleo de preformas 16 : por ejen1plo una fi-ase se enlaza con la
a11terior por 111edio de t1n pronombre (\rerbigracia, por n1edio de
«él») ; co11 ello se hace i-eferencia a una persona 111e11cio11ada ante-
riorme11te. Es un hecho característico de los e\ angelios sinópticos
1

el que la n1a) 0ría de las perícopas no comiencen con el 11ombre de


1

«] esús», si110 con el pronombre. Co1no los pro1101nbres no sólo


están en lugar del non1bre, sino que a menl1do están en Jugar de
todo u11 grupo de palabras, por ejemplo «El se fue, y por ello
1 estaban sobresaltados», se habla también de preformas (en vez de

und nahegeko1nn1en isr die Gottesl1errscl1aft» («Se ha cu1npliclo el rie1npo, )' está
cerca el reino de Dios»).
13
\léase K. Be) er, Semitisc/Je SJ ntax i11 Neuen Testan1e11t (SrUNT 1; Gotinga
1 1

1962); J. \ 1oelz, TlJc La11guage of t/Je New Testament, en W. Haase (ed.),

1
Pri11zipat; Il, Band 25.2 (Berlín 1984) 894-977, M. Seniitisms in t/Je New
Testame11t, lbíd., 978-1.029. \ léase tan1bién P.-R. Berger, Z11m der
Eva11gelie11 une/ cler Apostelgesc/Jicl1te: Tl1R 82 (1986) 1-18, )' la respL1esta de M.
1 Black, 1bíd., 18-22.
\léanse las listas en De Beaugrandc - Dressler, Einfiil1r1tng, 51; I.;lciscl1er -
i-1
Michel, Stilistik, 190-207; Plett, Textwisse11scl1aft, 62; Bcrger, Exegese, 13-17; W.
Scl1enk, Die Pl1ilippcrbriefe des Pa1tlus. l(on1n1entar (Stuttgart 1984) 22s.
15
1 Véase Berger, Exegese, 14. Para el a11álisis del texto de Le 15, véase tan1bién
F. Schnidcr, Die verlorenen Sol1ne. und l1istorisch-l\ritische
Untersuchungen zu Lk 15 (Orbis Biblict1s et Orieiitalis 17; Gotinga 1977).
"' Sobre el problen1a de la «refercncia en los textos», ' 'éase Kallineyer, Lek-
tj,irekolleg, 177-25 7.

1
100 La lectura bajo el aspecto sincrónico

hablarse de pronombres). También el artículo definido, cuando


acon1paña a un sustantivo, puede desempeñar tal función de refe-
rencia, )'ª que el artículo definido se emplea únicamente cuando es
conocida ya la persona o cosa de que se habla.
Otro medio importante para el enlace de textos es el empleo de
partículas y conjunciones : por «partículas» se aquellas
palabras que realzan la 111odalidad de una frase, por ejemplo las
partículas modales como av, '/E, las partículas interrogativas como
Jt:Ól:EQOV .. . aga; las partículas aseverativas EL µÉv 17 • Las «COn-
juncio11es>>. son palabras de unión que sirven para enlazar entre sí
diversos miembros de una rnisma frase o bien diversas frases. La
unió11 entre los ele1nentos puede ser coordinante o subordinante.

E11tre las conjunciones coordinantes se cuentan: las copulativas


xaC (con n1uchas subclases: adversativas, consecutivas, introductivas,
etc.), tÉ, o'ÜtE, ouOÉ; las disyuntivas 'fí, - ElTE-El'tE; las ad-
versativas ÓÉ, µÉv, aA..A..á, nA..i¡v; las coordinantes consecutivas, como
o-6v, aga, i;oi,yagoüv, ÓlÓ; las coordinantes causales, como yá.Q .
.
Entre las conjunciones subordinantes se cue11tan: las compara-
tivas, como Ws, wont:Q, xafunEQ, xaitcós; las hipotéticas (o condi-
cionales), como EL, EL µi¡v, El ÓÉ; las temporales, como las
causales, como Otl, E:rtE( y otras 18 •
Las conjunciones que aparecen con más frecuencia en el Nuevo
Testamento son: xa( (empleada 9.164 veces), ÓÉ (2 .801 veces), yá.g
(1 .Q.ft2 veces), aA..A..á (638 veces).
• Falta de col1erencia

En los textos del Nuevo Testamento no sólo hay que tener en


cuenta los factores de coherencia, sino también las referencias a
cesuras en el texto . En varias frases, el enlace con otras frases se
establece por muchos medios lingüísticos; en cambio, en otras
frases falta semejante enlace. Por observaciones de esta índole, se
puede determinar hasta qué punto el ·autor de un texto del Nuevo
Testame11to realizó ya cierta división del texto en secciones 19 • La
falta de cohesión puede ser también una indicación para la historia
20
de la formación del texto .

17
Blass - Debrunner - Rehkopf, Grammatik, § 438-441.
..
18
Ibíd., § 442 -457.
19
Sobre el enlace y la falta de enlace entre las frases en el ejemplo del sermón de
la montar1a, véase Egger, Faktoren der Textkonstitution.
20
Véase la crítica literaria.

I
1
1

1
1


1
1 An.álisis lingüístico-sintáctico 101

1.4. Notas ca·racterísticas del estilo


• En el análisis del estilo en sentido estricto se investigan no sólo


21
«expresiones lingüísticas preferidas y peculiares del texto» , sino
ta1nbién divergencias que se apartan del uso normal del idioma. •

De los empleos divergentes que se apartan del uso normal del


1 idio1na se· ocupa especialn1ente la estilística tradicio11al bajo el con-
cepto de <<tropos» (modificación literaria del significado de una
expresión) )'figuras de estilo. Y asimismo la retórica. Son especial-
mente i1nportantes las figuras de estilo que consisten en la sustitu-
• ción, la adición, la omisión y la disposición 22 •

1 Ejemplos de figuras de estilo consistentes en la sustitución :
1

- Lítotes (en vez de un enunciado positivo, se formula la


negación de lo contrario): <<No quiero que ignoréis» (Rom 1, 13).
- Personificación: «El evangelio no vino a vosotros solarnente
en palabras, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en gran
•'
1 ple11itud» (1 Tes .1, 5 ).
- Ironía (afirmación de un hecho para expresar lo contrario),
1 por ejemplo reprochando: «Porque vosotros, siendo tan sabios,
1
1 con gusto toleráis a los insensatos» (2 Cor 11, 19s ).
1
- Comparación y alegoría.
Empleo del término abstracto en lugar del concreto: <<El
1 ministerio apostólico con la circuncisión», en vez de «Con los
'
1 circuncisos» (Gál 2, 7).
Hipérbole (exageración).

21
Fohrer, Exegese, 68.
22
1 Sobre lo que sigue, véase especialmente: Fleischer - Michel, Stilistik, 151-
l 187. Sobre las diversas figuras de estilo y los correspondientes ejemplos, véase: W.
Bühlmann - K. Scherer, Stilfiguren der Bibel. Ein kleines Nacl1schlagewerk (Fribur-
go de Suiza 1973); L. Alonso Schokel, Das Alte Testament als sprachliches Kunst-
werk (Colonia 1971; publicado originalmente en español con el título: Interpreta-
ción literaria del Antiguo Testamento); F. Rehkopf, Der «Parallelismus» im Neuen
'
1
Testani.ent: ZNW 71 (1980) 46-57; A. Di Marco, Der Chiasmus in der Bibel, III y
IV: LingBibl 39 (1976) 37-85 )' 44 (1979) 3-70; J. Zimijewski, Der Stil der paulini-
schen «Narrenrede)), Analyse der Sprachgestaltung in 2 Kor 11, 1-12, 10 als Beitrag
zur Methodik von Stiluntersuchungen neutestamentlicher Texte (BBB 52; Colonia
1978) . Meynet, Initiation a la rhétorique biblique, estudia bajo el concepto de
«retórica» muchos fenón1enos lingüísticos que aquí se estudian bajo el concepto de
«estilo». Sobre las figuras de estilo de la retórica clásica, veáse H. Lausberg, '
1
Handbuc/1 der literarischef1 Rhetorik. Eine Grundlegung der Literaturwissenscl'laft
'
(Munich 7 1973); Id., Elemente der literarischen Rhetorik. Eine Einfül1rung für
Studierende (Munich 71982). Sobre la retórica bíblica: R. Bultman11, Der Stil der
1

paulinischen Predigt und die ky12isch-stoische Diatribe (FRLANT 13, Gotinga


191 O); N. Schneider, Die rhetorisclJe Eigenart der paulinischen Antitl1ese (Her-
n1 UTI1 11; Tubinga 1970) .

1
102 La Lect¡,1ra bajo el aspecto sincrór1ico

Eje1nplos de figuras de estilo co11sisten tes e11 la adición ( et1 las


que t1na expresión se precisa n1ás con otras expresiones):
- A11títesis : «No somos señores sobre vuestra fe, si110 colabo-
radores de vuestro gozo» (2 Cor 1, 24 ).
- Meris1110 (en vez d·e L111a sola expresió11, se mencionan las
partes qL1e «co1npone11» el todo: «Car11e y sangre» = [según con-
cepción del Antiguo Testame11to] «l1on1bre» (Gál 1, 16).
- Repetición en la estructura de Ja frase )' en paralelisn10: «No
os preocupéis - fijaos en lo que os preocupáis - aprended a 110
preocuparos - buscad» (Mt 6, 25-33), y quiasmo (ordenación cru-
zada de los ele1nentos de la frase).
- Inclusión (repetición al final del texto de las locucio11es que se
l1abía11 e111pleado al co111ie11zo del 111is1no); así, las palabras clave
«bienaventurados»)' «reino de Dios» enn1arcan (inc1L1)1 e11) las bien-
ª''entura11zas (Mt 5, 3-1 O), )' las palabras clave «la ley y los profe-
tas» enmarca11 (inclL1ye11) el i11eollo del sermón de la mo11tana.
- Pleonas1nos (redundancias para añadir belleza al estilo).
Tie11e tan1bién efectos estilísticos la 01nisió11 de ele111entos, así el
a11acoluto (se deja si11 terminar una frase, por eje111plo Gál 2, 4s .6),
o tan1b.ié11 la disposició11 de los ele111 e11tos (por eje111plo Me 1, 15,
donde se pone el verbo al pri11cipio ).
Er1 el aspecto li11güístico-sintáctico, los textos n1uestra11 a veces
te11sio11es, las ll amadas disco11ti11uidades de estilo. Entre tales te11-
siories se cuentan 23 : duplicaciones )' repeticiones perturbadoras,
datos opuestos, diferentes 1101nb1·es para desig11ar a las 1nismas
24
personas )' cosas • Tales discontinuidades de estilo i10 deben
leerse primerame11te como i11dicación que oriente sobre la historia
de la forn1ación del texto, sino con10 n1edio que el autor e111plea
para suscitar la atención.

1. 5. Constitución J' estructu1·a del texto


E11 el a11álisis de la constitución )' estructura del texto se i11,resti-
ga la disposició11 de los elementos. En los textos poéticos, el orden
)' disposición es particular1nente importante, pero tiene también un
papel en los textos e11 prosa.

23
Véase la lista en Srrecl\er - Scl111elle, Ei11fül;rtir1g, 41. \1éase tan1bié11 la
sección sobre el anális

is diacrónico .
24
Claro está que las variaciones de expresió11 puede11 ser tan1bién un recurso
estilístico.
Ariálisis li11g ii ístico-sintáctico 103

Son, por ejen1plo, notas características de la estructuración de


1111 texto :
- la repetició11 de palabras )' orden de sucesió11 de las palabras
en una especie de «estribillo»;
- la inclusión;
- el qt1iasn10, por eje111plo A B A', o, más artística1ne11te at1n, la
estructt1ra co11céntrica, con10 por ejen1plo A B C B' A'.

La estructt1ra de u11 texto la ve111os pri11cipaln1ente por los


25
sigui en tes recursos li11güísticos :
- ca1nbio de la narració11 )' del discurso directo;
- ca1nbio de ten1a (se11alizado a 111ent1do por una fór1nt11a, por
ejen1plo «por lo de111ás» : 1Tes4, 1; 2 Cor 13, 11);
- ca1nbio de lugar)' tie111po r11ediante i11dicacio11es de lt1gar )'de
tiernpo (n1ostradas a 1ne11udo por n1edio de partículas);
- introdt1cción de nue\1os personajes;
- acu1nulació11 de notas sintácticas, estilísticas y se111ánticas,
con10 por ejen1plo el e111pleo frecue11te de vocablos que sorpre11de
en algu11as secciones del texto. Así, por ejemplo, el eva11gelista
Mateo en1plea a m e11 udo e11 Mt 5, 1-11; en Mt 5, 18-48 :
tyw ót /1.Éyw 'Úµi v; er1 Mt 6, 19 - 7, 6, negacion es, etc., )' nos l1ace
\rer así las estructuració11 26 ;
- fórn1 t1las cor1.1 0 frase de i11iciación: «¿ Quié11 de \'OSOtros ... ?,,
(Le 11, 5, e11tre n1ucl1os otros pasajes);
- partículas (Me con1ienza casi todas sus perícopas co11 xa.C;
ad\rerbios e indicaciones de tiempo («en aquel tie1npo»; Mt 11, 25);
la expresión <<por lo de1nás» para introducir un paréntesis (1 Tes 4,
1; 2 Cor 13, 11; 2 Tes 3, 1) 27 ;
- epígrafes y directrices: Mt 6, 1 como introducción a 6, 2-18 ; .
Mt 5, 17 y 7, 7- 14 como u11a especie de epígrafe )7 de síntesis co11fir-
madora 28 •

25
Sobre las notas características de la estructura, véase Bcrger, Exegese, § 4; E.
Gülich - 'Y./ . Raible, Ueberleg1t11ge11 zu einer niakrostrukt¡,irclle11 Textanalyse, en E.
Gi.ilicl1 - I\.. Heger - 'V(! . Raíble, Ling11.istisc/Je Te:i:ta11al.vse. Ueberlegunge11 zur
Gliederu11g von Texten (Papiere zur TextlingLtistik; Hamburgo 1974) 73-126, espe-
cialn1ente 75-99.
2
c' \ Téase Egger, Faktore11 der Textkonstitution, 184.
• 27
"'véase Berger, E-"'egese, 17-27 .
is Egger, Faletoren der Te::i::tkorzstitutio11; sobre los epígrafes, véase ta111bién
Berger, Exegese, 24.
104 La lectura bajo el aspecto sincrónico

2. Realización del análisis


lingüístico-sintáctico
El análisis lingüístico-sintáctico nunca podrá darse por termina-
do. Ningún método garantiza la exhaustividad del análisis, ni pue-
de pretender ser la única vía de acceso al mismo. El análisis no
queda jamás concluido; la 1neta es una descripción cada vez n1ás
exacta del texto.
Como punto de partida, se recomienda también orientarse por
elementos lingüísticos del texto que nos sorprendan. Esto evita de
antemano un inventario esquemático y formalista de todos los
posibles elementos estilísticos 29 •

El análisis lingüístico-sintáctico consiste, entre otras cosas, en confec-


cionar listas sirviéndose de los conceptos gramaticales básicos, en sencillos
métodos estadísticos y en la comparación con otros textos.

Para describir la peculiaridad lingüística de un texto, hay que


confeccionar en primer lugar una lista de los elementos lingüísticos ,
sirviéndose para ello de los conceptos básicos de la gramática, por
ejemplo : sustantivos, artículos, pronon1bres, verbos (tiempo, mo-

do), adjetivos, adverbios, juntivos (preposiciones) partículas, con-
junciones, construcciones de relativo).
E.r general, prestan una gran ayuda las investigaciones estadísti-
cas sencillas 30 • El punto de partida pu ede ser la determinación de
frecuencias de los medios lingüísticos empleados. Las cifras sobre
la fre cuencia de la utilización de palabras (en el texto parcial o en
los escritos del Nuevo Testamento) nos proporciona una primera
aproximació11 a la peculiaridad del texto (véase, por eje1nplo, la
dispersión de expresiones como i:oü ftt:oú o i:wv ou-
ºª''WV, EuayyÉALO'\', 61,xa1,ooúv'Y) en lo s diversos escritos del

29
r:leischer - Michel, Stilistik, 340.
30
Véase, a este propósito, M. Reiser, S_yntax und Stil des Mark r<s-evangeliums
im Lic/Jt der l1ellenistische11 \!olksliteratur (WUNT, R. 2, t 1; Tubinga 1985); P.
Dschulnigg, Sprac/Je, J< edaktion 1.fr1d lnt ention des Markr,¡s-Evangeliums. Eigcn-
türnlichkciten dcr Sprachc des Markus-Evangeliums und il1re Bedeutung für die
Redaktionskritik (StBB 11; Stuttgart 1984) 74-83. Son una valiosa ª)'Uda para las
estad ísticas: R. Morgcnthaler, Statistik des r1eutestame11tlicl1en Wortsc/Jatzes (Zurich
1958); Id., Statistisc/Je S) 111opse (Zurich 1971); K. Aland (ed.), Vollstandige Kon-
kordanz zum griec/Jisc/Jen Ne1-1en Testa111ent (Berlín 1978) II, 1-305; f. Neirynck -
Análisis lingüístz:co-sintáctico 105

Nue''º Testan1ento ). Se puede calcular también la frecuencia de


determinadas introduccio11es a frases, la frecue11cia co11 que se
en1plean las formas de los tien1pos, por ejen1plo - en los relatos- el
i1nperfecto, el aoristo, el presente histórico; puede ser tan1bién
típica de u11 autor la frecuencia con que él car11bia de tiempo, y
asimismo la frecuencia con que aparecen los tipos de palabras
(artíct1los, SL1stantivos, pronon1brcs, \rerbos, adjetivos, etc.).
Los estudios estadísticos ayudan tan1bién a averiguar las pecu-
liaridades lingüísticas de los textos, es decir, aquellas notas caracte-
1·ísticas por las cuales tin escrito se diferencia de otros. 5011 particu-
larme11te importantes las palabras preferidas para la redacción, es
decir, las palabras que en t1n autor aparecen co11 especial frecuencia
1
e11 con1paració11 con otros escritores del Nuevo Testa1nento, y

l1abida cue11ta de la extensión de st1s respectivos escritos 31 •
Un tercer 111étodo, de11tro del estudio del Nue''º Testame11to,
es la co111paració11 sinóptica: método que promete abundantes re-
l
sultados. Mediante la cornparación de textos, se captan rápidan1en -
te las diferencias estilísticas, y con ello tan1bién las peculiaridades
de los correspondientes textos 32 •
Algo parecido puede decirse de la con1paración con la literatura
l1elenística (por eje111plo, de la con1paración de Me co11 la ·novela de
Aleja11dro [Histo1·ia Alexand1·i Magni}) 33 . Para la literatura episto-
lar del Nuevo Testa1nento, es tan1bién ffiU)' inst ructiva la compara-

F . van Segbroek, New Testament Vocabular; A Con1pa11ion Volt1n1e to rl1e Con-


1

cordance (BETl1L 69; Lovaina 1984).


31 Berger, Exegese, 213. Para]. C. Hawkins, Hora.e S)1nopticae (Oxford 2 1909),

3.10.15, son palabras preferidas aquellas palabras que se utilizan por lo menos
cuatro veces (e11 Me, tres veces) )' 110 se encuentran en absoluto en los demás
sinópticos, o en el correspondiente evangelio se encuentran por lo 11"1enos el doble de
veces (e11 Me, más frecuenren1ente) que en los otros dos evangelios juntos; véanse
también los criterios en Dscl1ulnigg, Spracf-1e, 75s .
••
Son especialn1ente numerosas las investigaciones relativas al le11guaje )' estilo
del evangelio de Marcos: H . Cancil\ (ed.), Markus-Philologie. Historiscl1e, literar-
gescl1icl1tliche u11d srilistiscl1e Untcrsuchungen zu1n z'\·v eiten Eva11geliun1 (\XIUNT
33; Tubinga 1984); F. Neiry11ck, Dualit)' in Mark. Contributio11s to rl1e Stud)' of
Marl<an Redactio11 (EThLo'' B. 31; Lovaina 1972); Reiser, S)1ntax uncl Stil des
A1ark11sevangeli1-tms; Dscl1ulnigg, Redaktio11 uncl !ntentio11 des /11arkus-Evange-
li11n1s.
31 La con1paración sinóptica es tan1bién 111U)' fructt1osa, claro está, en los den1ás
planos del a11álisis (sen1á11tica, pragn1ática, tipos de texto, historia de la for111ación).
Para comparar el léxico empleado por los sinópticos, véase Neir)1 ncl( - van Seg-
broek, New Testame11t \locab14.la;J1, 203-436.
33
1\1. Reiser, Der Alexa11dcrroman und das A1arki1sevangelium, en Cancjl<
(ed .), Mark11s-Pl1ilologie, 131-163 .

106 La Lectura bajo el aspecto sÍnC1'Ónico

34
ción co11 la literatura del gé11ero epistolar , teniendo e11 ct1e11ta la
retórica 35 .

RESUMEN E INDICACIONES
PARA EL TRABAJO

Las siguientes cuestiones ª)'Udarán a descubrir el léxico)' la gramática,


es decir, los rnedios li11gliístico-sintácticos que se utilizan en un texto.
Estas obser\ acio11es sir,re11 luego para a\ieriguar el efecto que un autor
1

quiere co11seguir r11ediante los n1edios lingüísticos )' estilísticos.


- A propósito del vocabulario (léxico)
Deter111inar si ha)' expresiones )' frases que se repiten; si existe predi-
lecció11 por deter1ninadas locuciones.
Deterrninar si l1a) palabras que sean típicas del léxico del autor corres-
1

pondiente (efectuar la co111probación con ª)'Uda de estadísticas de ''ocabl1-


lario )', para la comparación entre escritos del Nue\70 Testan1ento, con
ª)ruda de t111a concorda11cia).
- A propósito de los tipos de palabras
J' partes del discitrso ·
Mencionar los tipos de palabras )' partes del discurso más importantes
(en categorías gran1aticales: sustantivo, \rerbo, etc.).
·- A propósito del enlace
Subra)'ar los pronon1bres )' conjuncio11es.
Confeccionar la lista de las conjuncio11es empleadas.
Mencionar los medios más in1portantes de enlazar frases, que se en1-
plean en el texto, )' las forn1as de yuxtaposición ;· subordinación de
proposiciones, especialmente xa(, ÓÉ, yá.Q, etc.
Deterrninar si ha)' predilección por ciertas fórn1ulas de i11troducción de
frases. ·
Registrar el su jeto )' el objeto )', asin1ismo, la repetició11 léxica.

34
H. Cancik, Unters1,tcl?it,nge11 z11 Se11ecas Epistrtlae Morales (H ildeshein1
1969); K. Tl1raede, Grundziige griec/1isc/1-ro111iscl1er Brieftopik (Mu ni ch 1970);]. L.
\Xll1ite, Nei•-' Testament Epistoral)' Literal1tre iJ1 the Fra111ework of Ancie11t Epistolo-
grapl1J', en \XI. Haase (ed.), Prinzipat, 11 25.2 (Berlín 1984) 1.730-1.756.
35
Bultmann, Der Stil der pauliniscl?er1 Predigt ('•éase la nota 22); S. K.
T/Je Diat1·ibe and JJa11l's Letter to tl1e Ron1a11s (SLB DissSer 57; Ann Arbor 1981 );
H .-D. Bctz, Galatia11s.
Análisís lingüistico-si11táctico 107

.
Reunir los verbos que aparece11 )' su e\rentual repetició11.
Deter111inar el orden de sucesión entre st1jeto )' predicado.
Describir el uso de los tiempos.
Deter1ninar las clases de oracio11es que aparecen con más frecuencia en
• el texto qt1.e se investiga .
- A propósito del estilo
Mencio11ar, con ayt1da de la lista prese11tada en 1.4, las figuras de estilo
e111pleadas en el texto.
- A propósito de la const1:t1rtción
J' estr11ctura
Detern1inar si l1a)' repeticiones de secuencias de palabras (estribillos ti
otras cosas por el estilo), inclusiones )' quias111os.
Deter1ninar 11asta qué pu11to se utiliza11 la narración )' el discurso .
Deter111inar dónde ha)' can1bio de tenia, personajes, lt1gar )' tie111po.
Co111parar la estructuració11 del texto en di, ersas ediciones de la Biblia.
1

Tratar de explicar las eve11tuales difere11cias.


Media11te las obser\ acio11es efectuadas, propo11er la estructura gt1e se
1

cree que tiene el texto que se examina.

3. Ejemplos
3.1. Mt 18, 15-17
El análisis de este texto n1uestra que, incluso en textos n1uy
conocidos, el análisis lingüístico-si11táctico ª)'Uda a descubrir n1ás
exactan1e11te el sentido del texto.
36
Al pasaje Mt 18, 15-17 suelen dársele los siguientes epígrafes
ei1 las edicio11es de la Biblia: La responsabilidad con respecto al
l1erma110 (T1-aducción urzida). Acerca de la respo11sabilidad con
respecto al hermano (Die Gute Nacl;ricl?t). La conducta debida con
el hern1a110 pecador (Pescl1, S)1noptisches A 1-beitsbuch ).
El texto, en el aspecto si11táctico-gramatical, se con1pone de la

36
Bibliografía: 'V:/ . Pesch, MattlJa1-ts der SecLsorgcr. Das neue \1erstand11is der
Evangelie11 dargestellt an1 Beispiel von Mt 18 (SBS 2; Stuttgart 1966); W. G.
Tl1ompson, !11attl1eu.-•'s Advicc to a Divided Corrzniunity. Mt 17, 22 - 18, 35
(AnálBib 44; Ron1a 1970).
I
108 La lectura bajo el aspecto sincrónico

repetició11 de una sola estructura proposicio11al en la que se da u11a


instrucción para obrar: u11a oración secundaria introducida por EÚ'\'
y una oració11 principal con el verbo e11 imperativo (con una
excepció11).; la partícula DÉ contribuye al encadenamiento de las
• •
propos1c1011es .

f-av ()f, áµaQt1ía1J 'Ünayt:


eav obu &xo'Ú01J
ea'\ 1 DÉ µi) axo'Ú01J nagáA.a0n
eCT'\1 ÓÉ JLUQUXO'Ú01J '
cLJtOV ·
/

ea'\! ÓÉ xal nagaxo'Úo11

Partie11do pues de esta f orina lingüística, se ve que el texto r10


trata en pri111er lugar de la responsabilidad con respecto al her-
111a110, sino que expresa r11ás que nada la preocupación por la
santidad de la Iglesia. Mediante la exhortación y eventualme11te
n1edia11te la expulsión (tales son las dos instruccio11es para la
acción, que se dan en imperativo), hay que sal,raguardar la santi-
dad de la Iglesia.
Un texto análogo aparece en 1QS 5, 25 - 6, 1. En Qumrán, el
pasaje consiste en una advertencia contra el odio 3' en ofrecer
protecció11 a quien yerra, cuyo pecado no debe ser i1otificado
i11mediata1ne11te a la com11nidad. La comparación del texto evan-
gélic..,o y de la estructura proposicional que lo caracteriza con las
i11strucciones que se dan en 1 QS 5, 25 - 6, 1 nos per1nite
reconocer aú11 rnás clara111ente qué es lo que el texto de Mt quiere
acentuar.

3.2. Mt 28, 18-20


37
La comprensión de Mt 28, 18-20 se hace n1ás profunda, si se
tie11en en cue11ta las peculiaridades lingüísticas del texto. Las tres
proposiciones del texto se hallan ínti111a111e11te nlediante

37
Bibliografía: '«'. Trilling, Das wahre Israel. Studien zL1r Tl1eologie des
Martl1aus-Eva11geliun1s (StANT 1O; Municl1 3 1964 ) ; F. Hahn, Der Sendungsa1,¡,ftrag
des A1"ferstandenen. Matthaus 28, 16-20, en FestsclJrift H.-V:.1. Gens1:c/1en (Güterslol1
1980); G. Friedrich> Die formale S'truktur vo11 Mt 28, 18-20: ZThK 80 (1983)
137-183 (co11 una visió11 detallada del estado de la i11vestigación); H. Franken1olle,
Jal1we - Bund und J(irche C/1risti. Studien zur Forrn- u11d Traditio11sgescl1ichre des
«Eva11geliums» 11ach Mattl1aus (Münster 1984) 42-72.
A 11álisis li11 gii íst ico-si11 Lact icu 109

las conjunciones 01J\ 1


19) )' xui lbou ('' · 20b ). El texto adg uiere
( '' .

principaln1e11te su sello característico por medio de las formas


\ 1 erbales: e11 el'' · 18b, el \1 erbo está en aoristo de indicativo; en los

v. 19 )' 20a ha)' un verbo en aoristo de imperativo,)' tres verbos se


hallan en participio (uno de ellos en aoristo, y dos en presente); en
el v. 20b, el verbo está en presente de i11dicativo. Por el l1echo de
que Ebóft11· (v. 18) esté al principio del discL1rso, se acentúa el
carácter dinán1ico del aconteci111iento mencionado. Por consiguien-
te, el manda to q se da está íntin1amen te relacio11ado con el l1echo
de que al hablante se le ha dado autoridad plena. El 1nandato
rnis1110 se expresa en i1npcrativo, niientras qL1e la ejecución del
n1andato se describe por 1nedio de participios. En una fórrnu la
final, sobre la que se llama la atención media11te la introducción «)'
he aquí», se promete la prese11cia auxiliadora de Jesús.
Según eso, la estructuración del texto es la siguie11te:

Se n1e ha dado autoridad plena


en el cielo )' en la tierra.
1
f
• Yendo, pues,
haced discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre
) del Hijo )' del Espíritu Santo,
1

enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado.
Y he aquí, )'O estO)' con vosotros
hasta la consumación del mundo.

• Mediante una gran abundancia de relaciones con el e\rangelio


total, aparece 110 sólo un interés en la composición, sino tan1bién el
empeño del evangelista por sintetizar el contenido esencial del
evangelio 38 . Tales relaciones son principalmente: las indicaciones
de lugar («Galilea» y el «mo11te» ), los 111otivos de la duda (véase 14,
28-3 l) y de la adoración 39 , la relación objetiva con la promesa
inherente al nombre de «En1manuel» en Mt 1, 23 y con la promesa
de la presencia de JesL1s en Mt 18, 20.
El estudio de la estructura formal del texto es ta1nbién impor-
l tante para determinar el tipo de texto, )' ª que para ello se pueden
1 aducir únicamente textos co11 parecida estructura lingüístico-sin-

A propósito de lo que sigue, vcase especialmente Hahn, Ser1d1-tngsa1-<ftrag,


l>-
29s; J."riedrich, Forma/e Struktt-tr.
vi Mt, 13 veces; Me, 2 veces; Le, 3 veces; Jn, 11 veces; Hch, 4 veces.
,• •
11 o La lectura bajo el aspecto si11cró11ico

táctica. Teniendo esto en cuenta> \1 emos que tanto en el aspecto de


la forma como en el del contenido ha) paralelismo con las palabras
1

egóticas de sa11 ] uan (las palabras del evangel io de] uan con1ienzan
por «Y o SO)'»), y·a que también éstas constan de una au torrevela-
40
ción> de u11a exigencia ) de u n a prom esa .
1

3.3. Me 1
Au11que Me 1 está compuesto en su mayor parte por perícopas
sueltas, sin embargo el redactor ha plas1nado la sección para cor1-
vertirla e11 ur1 todo t1n ifor111e. Así apa rece ya e11 la for111a lingüísti-
co-sin táctica del texto 41 •
Caracteriza a este ca1-1ítulo la predi lección por determinadas
palabras: en Ul1 texto tan breve Se em pJea Ol1Ce veces
ade1nás, ha)' t111a serie de vocablos preferidos de Me: «impuro>
entrar> doctrina> asombrarse, nát.. l.'\1 , nol"/1.(1, pregt1ntar, noto-
rio» ·t.'. Se titilizan preferentemente detern1inadas con1binaciones de
palabras )' frases: duplicaciones de expresiones las en con tramos en
44
1, 14s; 1, 32; 1> 45 ; las frases se uner1 paratáctica1nente por medio
45
de xa( ; i11cluso las nue\ras secciones con1ienza11 por xa[; en el
e1npleo de los tiempos, alternan el aoristo)' el presente l1istórico, )'
a esto se añade el empleo de la conjugación perifrástica. Can1bia la
posición del \rerbo en las frases (verbo delante del sujeto o \1 e rbo
46
después del sujeto) • Por lo que respecta al enlace por 1nedio de
pronombres, nos llama la atención el l1echo de que, al con1ienzo de
las perícopas, el nombre de «] esús » no se halle sino en 1, 9 )' 1, 14.
Forn1an parte también del estilo de Me los detalles pintorescos e
intu itivos (1> 33) y las explicaciones subs iguientes (1, 19).

4
Se csrudi:l esto dctalladan1entc en J.'ricdrich, forn1ale S'tri<kl/lr, 161-170.
:
r:ricdrich hace referencia a estructura5 análogas en el Antiguo Tcstan1ento: Gn 17,
Is; 26, 24; 46, 4; Ex 3, 6 -20; ven el Nuevo Testan1ento, hace referencia a las n1isi,·as
e> mensaje del Apocalipsi5. ·
41
Véanse los co1ncntarios; concrctan1ence, Egger, FrolJbotsc/Jaft f{11d Lel;re,
39-43.
En tota l, 41 ' 'ecc5 en Me.
- 41
r:i1{}ü; (Mt 18; Me 41; Le 7; independienten1ente dC' Jv1 c, 5 veces en Mt, una
vez en Le); núJ,t\' (7-28 -3); Jft)i,i,á (cc)mo adverbi(); 0-9-0).
14
· Véase Neirvnck,
. D11alit¡•,
. sub lc)CO.
A excepción del v. 14, incierto dc5de el punt() de vista de la crítica textual.
4
" La parátaxi5, el orden de las palabra5, el en1pleo de lo5 ticn1po5, el plconas-
1110, la n1on oto r1ía léxica y la técnica narrativa corresponJcn mucha5 veces al libre>
popular helenístic<.) de 1,1 novela de Alejandr(1: f(c.:iscr, A/c).-a11derroma11 11r1d A1ar-
krtSC"i.'ar1geli11111, en Cancik (ed.), A1arkusp/1ilologie; Id., u11d .S'til des /\far-
k1{seva11geli11n1s ir11 Lic/.11 rlcr /Jclle11istiscl.1e11 \lofkslitcrat1-1r.
Análisis lingüístico-sintáctico 1l 1
• •

Como armazón para la estructura del capítulo se utilizan tres


sumarios con la palabra clave X.'Y)QÚOOEL'\ que, mediante la forma
1
,

.1 de la inclusión, l1acen una unidad con todo el material del capítulo:


1 1, 14s - 1, 39 - 1, 45. Por n1edio de los ' '· 1)'14, se precisa que esa
proclamación es la proclamación del «evangelio». También los v. 1,
4s (acti\ idad del bautista: proclamación )' afluencia del pueblo) y 1,
1

45 (proclamació11, aflL1cncia) se puec1c11 ver co1no L111<1 gran «inclL1-


sió11» del capítulo. Por medio de estos su1narios, Marcos designa,
dada la estrL1ctura exterior del texto, el conte11ido del capítulo con10
procla111ación. Aden1ás de este enmarcamiento entre 1, 4s y 1, 45, se
()bser\ a11 otros enn1arcan1ientos menores, por ejemplo 1, 21 s y 1,
1

28 ( <<ense1ianza»); 1, 14s y 1, 39 («proclamación») y un q uiasmo e11


1,32-34.
Las \ ariadas narraciones particulares están t1nidas entre sí de
1

1 di\ Crsas n1aneras. El capítulo muestra la for1na episódica de narrar,


1

que· es típica de -1"' .

'
• ' " 1-8: preparación para 9, 14; el\'. 1 remite al'' · 15;
, .. 9-13: estructurados mediante c.1r&tit;, que aparece dos veces;
\'. 14-39: estribillo en 1, 14 )' 1,Jos''· 21-38, que son la
descripción del <<día de C<:1far11aÚn», se l1alla11 enlazados especial-
mente por verbos de 1n0\ in1ientc> )' por indicaciones de lugar y de
1


tiempo;
\'. 40-45: u11idos de mar1era bastan te libre; el ' ' · 45 es el punto
cul111inante semá11ticamente del capítulo -1x.
La uniformidad ). forma acabada del capítulo aparecen también
en las cinco diatribas que siguen a continuación (Me 2, 1 - 3, 6)> )'
e11 las que \ emos el contraste \ ivo con ese ilin1itado círculo de
1 1

acción ) con esa afluencia de multitudes entL1siasmadas; ahora sigue


1

49
el e11frenta1niento con los adversarios .

' 3.4. Flm


Por St1 brevedad, poden1os analizar e11 .su totalidad, y no sólo en
seccio11es, la carta del apóstol san Pablo a Esta carta es>
4
C. Breytcnbach, Das A1ark1tscva11gcliu111 als cpisodisc/Je Erzá"/;/1111g. Jv1it
-

Ucbcrlcgungen zu n1 vAufbau» de:-. Z\Veiten Evangcliun1s, en r-:. Hahn (ed.), Der


Erz.i/Jler lles E·vangeli11111s. Neuansatzr in dcr Mark.usforscl1ung (SBS
118 1 119; Scuttgart 1985) 137-169, cspccialn1enrr 157-161.

• Ciare> c:stá que Me 1, 45, según la tcrrninología y la sen1ántica de Jvlc, debe


1
tra<lucirsc po r «prc)clamar y difundir la palabra .. ; la traducción que da la Ei11/Jeits-
iilJcrsc1z u11g (Traduccic>11 1111ida ) diferente.
4
'' Sc>brc la peculiaridad !><:mánrica de Me se hablará n1ás tarde.

'
112 La lectura bajo el aspecto sincrónico

por tanto, especialmente adecuada para poner en práctica las diver-


sas etapas metodológicas 50 .
Flm n1uestra una estructura clara: dirección con bendición (''.
1-3), parte de acción de gracias (v. 4-7), parte de súplica/exhorta-
ción (v. 15-21), saludos finales y bendición (v. 23-25) 51 • Es verdad
que en la parte de súplica hay una cesura entre el v. 20 y el v. 21; no
obstante, los v. 21 y 22 deben atribuirse a esta parte, ya que el v. 21
hace hincapié en el deseo de la parte de súplica y el v. 22 añad e un
nuevo iinperativo (véa11se los imperativos de los v. 17s.). La direc-
ción y el final de la carta constituyen también u11 paréntesis que
enmarca e incluye a la carta, porque ofrecen el tema de los colabo-
radores y una bendición. Asimismo, la parte de acción de gracias y
la parte de súplica están íntimamente engranadas la una con la otra,
porque palabras y temas importantes de la parte de acción de
gracias se repiten en la parte de súplica, aunque en esta última
aparecen como una con cretización de lo s enunciados ge11erales de
la parte de acción de gracias 52 .
Por lo que respecta a los tipos de palabras, sorprende el que se
empleen muy pocos adj etivos. Pronombres los hay en cada frase, y
entre ellos el uso d e f.yw en varios lugares hace referencia con
marcado énfasis a quien remite la carta: v. 13.19 (dos veces) .20 53 •
Los tiempos de los verbos cambian n1ucho : el prese11te para los
verbos que introducen las partes de la carta; aoristo (epistolar) para
los procesos que se refieren a la acción de escribir y enviar la carta
(v . .21 y 12). Los imperativos no aparecen sino en los v. 17s y luego
en el v. 22.
En la carta, la concatenación está asegurada por m edio de
pronombres, ya que cada frase contiene un pronombre 54 • Las
conjunciones producen también un efecto parecido ; es notable
50
Véanse los comentarios. Estudian la carta a Filemón (Flm) desde el punto de
vista del método: F. F. Church, Rl?etorical Structure and Design in Paul's Letter to
Pl1ilemon: HThR 71 (1978) 17-33; Groupe de Montpellier, L ,építre de Paul a
Philémon: SémBible n. 11 (1978) 7-17; M. M. de Gaulmyn, Réflexion sur l,épitre a
Pl?ilemon: !bid., 18-23; J. Lal1nemann - G. Bohm, Der Philemonbrief Zur didak-
tiscl1e11 Erschliessung eines Paulusbriefes (Gütersloh 1973); J. Z111ijewski, Beobach-
tungen zur Struktur des Philemonbriefes: BibLeb 15 (1974) 273-296.
51
Se discute la estructura del final de la carta. Lohse, Phlm, agrupa los v. 21-25;
lo mismo hace Stuhlmacl1er, Phlm; Gni lka, P/?lm, estructura la carta según los
puntos de vista de la antigua retórica: prescripto (v. 1-3), proemio (v. 4-7), argum en-
to (v. 8-16), epílogo (v. 17-22), postscripto (v. 23-25).
52
Groupe de Montpellier, L,épitre de Paula pJ,ilémon, 19.
53
Una frecuencia sorpre11dente en las cartas de Pablo: Rom, 20 veces; 1 Cor,
30 veces; 2 Cor, 19 veces; Gál, 10 veces; Flp, 6 veces; 1 Tes, 2 veces.
54
\léase Zmijewski, Beobachtungen, 282.
Análisis lingüístico-sintáctico 113

especialmente la conjunción concatenadora ÓLÓ al comienzo de la


parte de acción de grac.ias, y yag en el v. 15. Los v. 20s.23s )' 2 5
causan la impresión de estar menos concatenados.
En la presente carta se crea una concatenación de particular
55
¡ intensidad mediante la recurrencia y paráfrasis de expresiones •
Así ocurre pri11cipalmente con las secciones de los v. 4-7 y de los v.
1
1
8-22, pero. sucede tan1bié11 en los demás versículos : ayán:'Yl : V.
5.7.9.16 y ayan'Yl't:Óc;: v. 1.16; 'I11ooüc;: v. 1.3.5.9.23 .25; Kúg1.,oc;: V.
3.5.16.20.25; Xgto-róc; : v. 1.3.6.8.9.20.23; xotvwvCa : v. 6 y x.otvw-
vóc; : v. 13; orc/"áyxva : v. 7.12.20; avarcaúoµa1., : v. 7.20;
1•
1
• v. 1.7.16.20 )' aOcAcpÉ: v. 2; Oo'ÜAo<; : v. 16 (dos veces); JCQOOE'tJXa( :
56
j v. 4.22; ITaüA.oc; : v. 1.9.19 ; ófoµtoc;: ''· 1.8 y OEoµoC: v. 10;
O'lJ'\'EQyóc;: v. 1.24 y uniones con oúv : o'Uo-rgai:LW1:1'l<;: v. 2; o'Uva1.,x-
µá/"w-roc; : v. 23; nCotL<;: v. 5.6; nagax.aA.fw: v. 8.1 O; EX ELV: v .
7.8.17 y compuestos x.ai;ÉXElV: V. 13; an:ÉXEL'\': v. 15; JCOLELV: v .
14.21; xág1.,c; : v. 3.2s: oc; : v. 9.14.16.17.
Otros medios lingüísticos empleados 57 son: antítesis : v. 11
(<<inútil-útil>>); 14 («por coacción - por libre voluntad»); 16 (<<escla-
vo-hermano»); paralelismo: v. 13 (configuración paralela de las
1
frases); merismo: v. 16 («en la carne y en el Señor>>); precisiones: v .
12 («a él, es decir, a mi propio corazón>>), 19 («por no decir»);
gradación : sobre todo en el v. 16; detenninación más concreta de
las personas por medio de aposicio11es, por cuanto todos los nom-
bres propios que se mencionan en la carta reciben una aposición 58 .
1
1

55
Véase Ibíd., 277-285.
56
Además de e11contrarse en la dirección de la carta, «Pablo» se encuentra
también en 1Cor1, 12.13 (2 veces); 3, 4.5.22; 16, 21; 2Cor10, 1; Gál 5, 2; 1Tes2, 18.
57
Véase Beobacl1tu11gen, 283-285.
58
Más tarde se hablará del análisis semántico y pragn1ático de Fln1.
1

1
.
1
9
'

Análisis semántico

Cuando alguien pregltnta: «¿Qué sig11ifica la palabra que acabas


de decir?», o «¿Qué quieres decir con eso?», entonces está pregun-
ta11do el sig11ificado 59 de u11 sig110 lingüístico o de L111a secue11cia de
sig11os; está i11teresado en la faceta del co11te11ido, en el conte11ido
e11u11ciatÍ\ro de la palabra o de la declaración. E11 la \ ida cotidia11a
1

l1ay di,1 ersos medios para esclarecer el significado de L1na declara-


ció11, por ejen1plo el de l1acer preguntas aclaratorias. En los textos
antiguos, co1no so11 los textos bíblicos, i10 existe esta posibilidad, y,
sin embargo, en ellos, por la dista11cia temporal y cultural, es
especialn1e11te grande el peligro del malentendido. Y, así, la bús-
queda del sentido )' del significado de los textos bíblicos es una
tarea especialme11te difícil. De esta tarea se ocupa la sen1ántica.

La se1nántica es la ciencia que estudia el sig11ificado de los signos )'


secuencias de signos lingüísticos 60, es decir, de las relacio11es entre la forn1a
de los signos y el contenido de los mis1nos en las palabras, las frases )' los
textos. El análisis se111ántico de un texto busca una respuesta a la pregunta
sobre qué es lo que u11 texto quiere decir, )' qué es lo que se quiere dar a
ente11der co11 detern1inadas expresiones )' frases utilizadas en el mis1uo.

·una n1etodología para el est11dio de la se1ná11tica nos e11se11.a


có1no puede averiguarse el sig11ificado de las palabras, las frases )'
los textos. Es verdad ql1e algu11as expresiones 110 i·evela11 su sentido
511
G. Leecl1, SeniaJ1tics (Middlesex 1974) ren1ite a C. K. Odge11 - l. A. l\.i-
cJ1ards» T/Jc A1ea11ing of t/Je lvlcar11:11g (1923) 186s, qu e aducen 22 definicio11es del
«sig11ificado» de significado.
t.r- Ulricl1, Li11g11istisc/Je Gr1111dbegriffe, 138.
1
1 A11álisis semá11tico 115
1


1 si110 dentro del contexto de frases )' textos, pero se pueden exa111i-
1
1
nar por separado ''arios pu11tos esenciales: la semántica del tér1nino
)' del co11cepto )7 la semántica -propiamente tal- del texto, así con10
también la semántica de las estructt1ras 11arrati"\1 as .

La semántica del término se ocupa del significado de una pala-


1 bra; la sen1ántica del texto, del significado de todo un texto. Sin
1
co11ocer el significado de las palabras, no puede entenderse clara-
'
111e11te un texto; y sin e11tender el significado de un texto, no pL1ede
e11tenderse claramente L111a sola palabra aislada. La con1prensión,
• ta1nbién en este caso, se realiza en círculo .
1

1 A·
'

1 SEMANTICA DEL TEXTO


En la primera lectura de un texto, el lector adquie1·e )'ª una
1
determinada idea sobre el contenido )' el sentido del inismo. El
lector es capaz de decir de alguna n1anera de qué trata el texto; es
capaz de sintetizar el texto. El análisis semá11tico de un texto
ª)'Udará a 11acer que sea i11ás profunda esa prin1era co1npre11sión del
sentido de dicl10 texto, a superar cualquier malentendido, y a
fundan1entar la idea que se posee sobre el se11tido del texto.

Lecturas
Ha)' iniciaciones al método del análisis semántico de textos en
\'arios estudios sobre textos concretos: H. J. Hauser, St1·ukturen der
Abscl;lusserzdhlung der ApostelgesclJicl;te, 51-177; D. Mí11gt1ez, Pen-
61
tecostés, 71-150; W. Egger, Nac/1folge, 79-136 •

1. Modelo de texto y modelo de lectura


subyacentes al análisis semántico del texto
El modelo de texto sub;1 acente al a11álisis sen1ántico correspon-
de a la visión estructt11·alista del texto, tal con10 se expuso e11 el c. 2.

1
" Mínguez, Pe11tecostés; Hauser, Str11kt1tre11 der AbsclJl11sserzalJl1111g der Apos-
telgescJJicJJte; Egger, olge. Para la se111á11tica de los textos propian1e11te tal, ha)'
que re1nitir a Grein1as )' su escuela (también los autores mencio11ados recogen
n1uchas sugerencias a Grein1as) : l11trod1!Ctio11 a la sérniotic¡rte narrative et
disc11rsiv c; Grein1as) Se111a11tica str11tl11rale; Id., D11 sens; Cahiers Eva11gile, !11icia-
ció11 al a11álisis estr1,1cl1-tral (Estclla 1985); Grot1pe d'Entrever11es, A11alJ•Sc sémioti-
qi-te fles te,"l:tes (trad. esp.: A11álisis semiótico de los textos); Id., Sig1ies et pariiboles
• (erad. esp.: S'ig12os J' parábolas); 1.:ossion ) Leggerc le S'critttrre .
l •

1

116 La lect1fra bajo el aspecto sincrónico 1

El texto, en el aspecto sen1ántico, es el conjunto de relaciones (estruc-


tura) existe11tes entre los elen1entos de sig11ificado del texto. El texto es un
62
todo, una especie de «microuniverso semántico» •

Los diversos contenidos de significado pueden estar inás o


menos íntimarnente asociados tinos con otros (o. puede11 no estarlo
en al1soluto), como se \ 'C c11 la figt1ra 10. ,

e
a

d---- f 1

I; igura 1O. Estr14-clura de los co11te11idos de significado.

l La acción de leer y de descifrar el sentido está e11 consonancia


1 co11 la producción de un texto. Para la producción de textos, desde
1
el punto de vista sen1ántico, podrá servirnos de modelo el proceso
de hacer una co111posición sobre algo : Ei1 prin1er lugar se tien e sólo
el téma; ese te1na se desarrolla luego, exponiendo uno por uno los
diversos aspectos del mismo, es decir, los contenidos de significado
que se encierran en el tema, y poniendo tales contenidos en una
sucesión determinada. El desarrollo del tema se efectúa principal-
mente por medi o de la redundancia (la repetición) de los elementos
t

! de se11tido; con el fin de aclararlos, se pueden introducir también


oposiciones, etc. La uniformidad del texto, en el aspecto se1ná11tico,
es determinada por la uniforn1idad de los objetos y realidades
designadas 63 • La coherencia semántica de un texto puede ser más o
menos sólida.
En la recepción, el lector recorre el can1ino inverso, tratando de
\ 1 er en su conexión los elementos de sentido dispersos por el texto y

62
R. Lack, Lett1-1re strutturaliste del/' antico testanie11to (Roma 1978) : «uni, er-
1

so semár1tico» (a propósito de Os 4, 1-14); Mínguez, Pe11tecostés, 74, 145-150, l1abla


de un «u11iverso significativo»)' de un «SÍsten1a semántico», que consta de conteni-
dos de significado relacionados n1utuan1ente.
63
Plett, Textwisse11schaft, 102.
Análisis semántico 117

de descifrar de esta manera el n1Ísmo 64 • Con10 la acción de leer se


entiende con10 desciframiento, con10 u11 descubrir las co11exiones
de sentido entre los ele1nentos del texto, resulta que la lectura, por
principio, no se conclu)'e nunca. El lector puede descubrir siemp r e
nuevas conexiones de sentido. Por tanto, según esta concepción, el
texto, tanto en virtud de su estructura con10 en ''irtud de la pecL1lia-
ridad del acto de leer, 110 es portado1· (Íe un se11tido claro y distinto ,
sino «el lugar de posibilidades de sentido».

El texto, con sus elementos de significado, es el «ll1gar de sentido


múltiple» 65 • El texto es tan1bién, en sí 111ismo, el sisten1a de refere11cia:
66
cada elen1ento ren1ite a otro elemento .

Hallar el sentido de un texto no es un procedimiento inecánico,


sino que se encuentra ínti111a111ente relacio11ado con la índole perso-
1
nal y el saber cultural del lector. Sin recurso al saber cultural, no se

pueden descifrar sobre todo los textos del pasado. Las informacio-
nes adicionales, que son necesarias para co111prender, pueden o bien
reelaborarse en cada caso a base de los textos de la correspondiente
cultura, o bien averiguarse (en síntesis) a base de monografías )'
diccionarios. Para trabajar sobre textos bíblicos es necesario tener
en cuenta, por lo menos, los paralelos más i1nportantes to111ados del
1
1
entorno, por ejemplo mediante la comparación con paralelos del •

Antiguo Testamento )' con paralelos del mundo circundante hele-


, .
n1st1co.

'

2. La realización del

l análisis semántico de textos
En la primera lectura, el lector se halla ante un conjunto de
<<lexemas»/palabras 67 • Claro está que, para averiguar el tema y el
.
l
sentido de un texto, uno puede abandonarse también al sentimien-
to. Pero la lectura se hace científica cuando se cerciora de la rectitud

de lo que se lee .

t 64 •
1
Consúltese todo lo que se dijo sobre la lectura.

65
Bartl1es, L 'anal)1se str1-1.cturale, 188: «le lieu des se11s, le lieu des possibles du
texte».
66
Barthes, L'a12al;1se st1·itcl1trale, 185;-véase Egger, NaclJfolge, 81.
67
A las palabras se las llan1a lexe1nas en cuanto so11 elementos que constituyen
el vocabulario: elementos que, con10 entradas de u11 léxico, existen tan1bién ir1d e-
pendienteme11te de los textos.
1

-·-
118 La lectura bajo el aspecto sincró11ico

Pues bien> cornprender u11 texto consiste en clasificar )' ver en


su conexió11 el gran co11j unto de elen1e11tos que constituyen el
68
texto> )' con los que el lector se encuentra . La se111ántica da
instrucciones para reconocer ese conjunto como multiplicidad or-
denada, con elen1e11tos que se hallan en determinadas relaciones
111utuas.
Para averiguar el se11tido de los textos, se enseña un procedi-
111iento detallado de a11álisis )' que reqt1ie1·e mt1cho tien1po, )' varios
procedimientos de a11álisis abreviados, )' se lla1na la ate11ción sobre
la importancia de las infor1naciones adicionales.

2.1. Realización de 1-in inventa1-io seniántico

Un primer procedi111ie11to para averiguar el sentido de un texto


es la realización de u11 Ín\rcntario de las notas características del
69
sig11ificado de un texto • La expresió11 <<inventario » procede de la
terminología econó111ica )' designa en ella el conjunto de los objetos
existentes)' la ordenación de los mis1nos según grupos. Tal inven-
tario, desde el punto de vista del sig11ificado de los conte11idos, se
puede efectuar también en textos. Habrá que hacerlo en varias
etapas 70 •

En una primera etapa se reúnen en grupos los lexemas / palabras afines ..


por su significado.

E11 cada texto aparecen detern1i11adas expresiones )' detern1ina-


dos co11te11idos de sig11ificado que tienen afinidad entre sí por razón
de su significado. Un ejen1plo extremo es un informe meteorológi-
co, que casi no consta más que de una lista de denominaciones de
fenón1enos meteorológicos; algo parecido podría decirse, por
ejemplo, de una composición literaria sobre la primavera. Y lo
mismo hay que decir de todo texto col1erente. Así, por ejemplo, e11

Así describe Marguerat, Strukturale Textlektitren, 64, la idea que tanto


t.ii
acaricia Barthes.
69
Barrhes, L 'anaÍ)'Se str1,¡cturale, expone el método )' lo pone en práctica en
Hch 10-11 ; véase también Grein1as, Sen1a11tica str1ttt11rale, 169-205 ; ade1nás, Grei-
mas, L 'a11al; se struct11rale, 269- 308, nos ofrece un a11álisis del universo semá11rico de
1

Bernanos.
70
Las etapas i11etódicas se exponen en Mínguez, Pe?:Jtecostés, 73- 85; Hauser,
Str11kt11ren, 51-59; Fo!>sion, Leggere le Scr1:ttttre, 67-74; L. Pani er (ed.), Petitc
introductio11 a l'anaÍJ Se des Lextes ... : Sé1nBibl 38 (1985) 3-31.
1
Análisis sen1ár1tico 119

el texto sobre la vocació11 del joven rico e11 Me 1 O, 17-31, ju11to a


otros grLipos de palabras afi11es por su significado, l1a)' u11 grupo de
verbos de ino\1 i111ien to: po11erse en camino, correr, llegar, seguir,
marcl1arse, entrar ( ei1 el reino), alca11zar (el reino), etc.; u11 segu11do
grupo lo co11stituye11 las palabras sobre pobre/rico. Para el «inven-
tario» del texto hay que realizar tal agrupació11. Un examen atento
del texto ·de Me 10, 17-3111os 111t1cstra c11to11ccs que casi todos los
lexemas del texto pertenece11 a una de las tres clases paradign1áticas
siguientes 71 :
-
Hacer Poder \!ida eterna
l1acer algo capacidad huma11a l1eredar la ''ida eter11a
vender a)'uda divina

tesoro ei1 el cielo
dar a los pobres difícil entrar en el reino de DLos
dejarlo todo posible/in1posible ser salvo
Y, así, el prin1er paso consiste en deter111i11ar qué elementos de
un texto se corresponden por su significado. De esta I11anera se
for1na11 grL1pos de expresiones afines ei1 cuanto a su significado.
Esos grt1pos de ele1nentos que se corresponden se deno111inará11 e11
adelante «lí11eas de sentido » 72 . La expresión «lí11ea de sentido>> es
una 111etáfora: tal línea recorre el texto corno u11 l1ilo rojo. En el
caso extre1110, por ejemplo er1 un informe meteorológico o en una
lista, el texto contiene sólo una línea de sentido; pero en la mayoría
de los casos el texto contie11e diversas líneas de sentido.
E] inventario completo de un texto trata de deter1ninar todas las
líneas de sentido de un texto, es decir, trata de 11allar, en relación
con cada elernento del texto, comenza11do por la primera palabra,
,
• 73
los ele1nentos que le corresponde11 . Tal i11ventario completo de
todas las líneas de sentido i1npide que sólo se tenga11 en cuenta
detern1inados elementos, pero su elaboración requiere mucho
tiempo y algunas veces pod1·ía inducir a co11fusión; así que, a los
con1ienzos, es reco1nendable averiguar sólo cuáles so11 las lí11eas de
sentido inás in1portantes. Claro que, con ello, surge al 1nis1no
tiempo la cuestión de saber cuáles son esas líneas.

71
A propósito de Me 10, 17-31, véase Egger, Nachfolge, 84-120.
72
No ha)' u11iformidad en cua11to a la manera de designar a los elen1entos que
se corresponden por stt sig11ificado. En los .estud ios de i11vestigación se habla a este
respecto de «isotopía » o de <(ca1npo léxico» («Worrfeld»), pero con estos términos
no se piensa er1 los n1isn1os aspectos a que nos rC?ferin1os co11 el térn1ino propt1esto
de «línea de se11tido».
73
Traté de confeccionar u11 inve11tario en cierto modo completo a propósito de
Me 10, 17-31: Egger, Nachfolge, 84-120.
120 La lecl1tra bajo el aspecto sincrónico

Para reducir el material de in\restigación, hay que ter1er e11


74
cue11ta deter111i11ados criterios • Tales criterios para la selección de
los portadores de sig11ificado más i111portantes pueden ser: conce-
der privilegio a las expresio11 es autosernánticas (q u e llevan en sí un
determinado sentido), ya que éstas contribuyen más al sentido de
un texto que los lexemas sinse111ánticos (denorr1inados ta1nbién
palabras ele funció11, y que son las preposicio11es, las c,onju11cio11es,
las r1egaciones, etc.) 75 . Con ello, en la ina)roría de los textos, se
aparta rnás o menos del a11álisis u11 grar1 grupo de palabras, a las que
se considera n1enos i111porta11tes 76 • Para la co11stitució11 del se11tido
del texto so11 especialmente i111portantes aquellas expresio11es que
aparecen a menudo en el mismo. Esto se determina efectuando u11a
estadística de palabras que salen en el texto 77 • De esta nlanera se
1
puede averigt1ar ya cuáles so11 los pu11tos ese11ciales en el 111isn10. Su
i111portancia la adquiere11 las palabras (aunque aparezca11 una sola
\rez) por su situación en la frase, por el paralelisn10, etc. 78 • Al
efectuar el a11álisis de los segn1entos de texto, hay que tener en
cue11ta tan1bién, en el caso de un autor determinado, cuáles son los
vocablos preferidos que le caracteriza11 79 • -

En la segunda etapa de trabajo se averiguan cuáles son las oposiciones


sen1ánticas, es decir, las oposiciones que l1ay entre los conte11idos de
significado del texto.

De esta n1anera se hace patente de qué cambio se habla en el


texto. Y esto no se aplica sólo a los textos narrativos. En el caso de
Me 10, 17-31 se observan las siguientes oposiciones:
1
rico - pobre
• • • •
ser rico - 1r en segu1m1e11to
ir en seguirniento - marcharse
ir en seguimiento - afligirse
ser pobre - tesoro en el cielo
adherirse a Jesús - adl1erirse a la riqueza
74
Sobre los criterios: Grein1as, Sen1antica, 169-205; Mí11guez, Pentecostés,
77-85; Hauser, Strukture11, 54s.
75
Mí11guez, Pentecostés, 75; Hauser, Strukture11, 54s.
76
Los «verba dicendi» 110 pertenecen sin más a las expresiones sinsernánticas
(véase el estudio sobre los verbos de decir en el a11álisis 11arrativo).
77
Mí11guez, Pentecostés, 81s; Hauser, 46s.54.
78
Hat1ser, Str1"'kt1,,,re11, 55.
79
Mí11guez, Pentecostés, 78s. •
Análisis se1nántico 121

familia terrena - hermanos


bun1ano - divino
en la tierra - e11 el cielo
el primero - el últin10

En la tercera etapa se ordenan las líneas de sentido )' las oposiciones


para constituir grupos que las abarquen.
80
A propósito de Me 1O, 17-31 , obtendre1nos la siguie11te agrt1-
.,
pac1on:

rico pobre

riqueza
l1umano

primero divino
reino de Dios
afligirse tesoro en el cielo
hermanos )' hern1anas

último· primero
Para tern1inar, l1ay que i11e11cio11ar aquella t111idad de sig11ificado
( «Sen1a») que recorre el texto entero y que explica las tra11sforma-
ciones presentadas en el texto . P ara ilustración, es muy adecuado el
«cuadrado semiótico >>. Se e11tiende por él una representación gráfi-
ca en la que (co11 modificación del cuadrado lógico) se van repre-
sentando las relaciones entre los elementos de significado 81 •
Partiendo de una categoría semántica binaria del tipo de «negro
versus blanco» (s l versus s2), el cuadrado semiótico tendrá las
siguientes formas, que se presentan en la figura 11 82 .

••

¡¡:¡ Véase Egger, Nachfolge, 153s.


81
Greimas, Du sens, 137. \léase la exposició11 que se l1ace ei1 Egger, Nachfolge,
19-27. Para una tende11cia de la escuela sen1iótica, este cuadrado sen1iótico es
instru111ento ese11cial de trabajo: Cahiers E''angile, !t1iciación, 39; Groupe d'E11r r c-
ver11es, A11aÍ')1se séniiotique, 129-135; Id., Sig11es el paraboles, 23-34. A propósito de
Os 4, 1-14, Lack, Lettttre str1-ttt1traliste (véase 11ota 62) 146, ofrece u11 cuadrado así
con las categorías «la vida vers1<s Ja muerte».
82
Greimas, D¡,1 sens, 137 (n1odelo 1), 139 )' 160 (modelo b).
l
122 Lc1 leccurtz /;ajo el aspecto si11crcí11icu

s s = Serna/co ntenido de
a) s 1- - - - - - - - - - - - s2 significado



.. -- -- Relación e11tre contrarios
.

.•


Relación entre
.• contradictorios
..• . . . . . . ... .... Relación de implicación
.•

• .


• •



.•
•• ,
..


s2 ____ ________ s 1
s

p Presuposición

... Contradicción

s2 sl

r:igura 11. El c1"adrado ser11iócico.

Este cuadrado 1nuestra las estructuras de sentido dentro de un


universo semántico. Con10 la aplicación de este cuadrado ex ige un
análisis n1uy exacto y muestra una serie de premisas, no podemos
detener11os aq u í en su estudio. A propósito de Me 10, 17-31, el
83
cuadro semiótico se representa en la figura 12 :

Riqueza Tesoro en el cielo


Apego a la familia Adhesión a Jesús
y a la riqueza Seguimiento

No hay teso ro en el cielo No hay riqueza


No hay adhesión a Jesús Despego de la familia y de la riqueza
'

r:igura 12. El cuadrado semiótico aplicado a Me JO, 17-31.

El inventario de las características semánticas necesita bastante


tiempo, porque algunas conexiones no se desvelan sino después de

to Egger, Nachfolge, 159.




Análisis semá11tico 123

una lectura prolongada. Con10 tal inventario completo exige n1u-


cl10 tien1po, van1os a exponer algunos procedin1ientos abreviados
para el análisis sen1á11tico.

2. 2. Procedimientos ab1·eviados
pqra el análisis semántico
Ade1nás del procedi111iento, que exige mucho tien1po y que 110
ofrece iguales resultados en todos los textos, l1a)' tarr1bién varias
forn1as de procedimiento abreviado que pern1iten cierto control de
la idea que uno se forma del texto.

• \! olve1· a escribir el texto


Se adquiere una visión de conju11to del sentido del texto, cuan-
do se procede a escribir el texto, pero con otra disposición, por
ejen1plo escribiendo unas debajo de otras, en colum11as, todas las •

palabras que pertenecen a una deter1ninada clase: todos los sujetos,


predicados, objetos, circunstancias.

• Jndicación del contenido


Ei1 textos un tanto largos, es recomendable ofrecer prin1era-
mente una sobria indicación del contenido, siguiendo por eje1nplo
la siguiente lista: qué sucede - quién (habla o actúa) - para quién(es)
- cuándo - dónde - por qué, etc.

• Redacción
)' comparación de epíg1·afes
. El epígrafe que se pone sobre un texto tiene la finalidad de
proporcionar al lector su primer acceso al texto . Los textos de
nuestros días llevan, todos ellos, un epígrafe (o título). También las
1 modernas ediciones de la Biblia ponen casi sie111pre epígrafes a las
diversas perícopas. El epígrafe del)iera ser fiel al texto resumiendo
su mensaje y, al n1isn10 tiempo, debiera ayudar al lector ofrecién-
84
dole una especie de fó1·mula • La redacción de epígrafes no sólo es
útil con10 método para el estudio práctico de la Biblia 85 , sino que

84
\7éase Egger, Ueberscl1rifte11 als LeselJilfc.
ii:. Las orientaciones para la redacción de epígrafes (o títulos) so11: «Busca para
un texto bíblico un epígrafe q.ue compe11die el mensaje/ llaman1iento del texto».
Como verificación se pueden discutir en grupo los epígrafes gue a cada uno se le l1an
ocurrido. Sobre el método, véase Egger, Gen1ei11san1 Bibel lesen, 35s.
1
124 La lectitra bajo el aspecto si11crónico •
1

este método ª)'Uda ta111bién en el trabajo exegético propiamente tal,


per111itiendo captar r11ejor el contenido y la intenció11 e11unciativa
de un texto . Los epígrafes pueden ser l{erig1náticos, con1pendiando
el 1nensaje del texto: Jesús, la luz del mundo (para J n 9), o parenéti-
cos (exhortativos), l1acie11do un llamamiento al lector: decisión e11
favor del Hijo del hombre (tan1bién para Jn Asin1ismo, la
co111paración e11tre los epígrafes qt1c se da11 a 'Un texto e11 las
di,1 ersas edicio11es de la Biblia ofrece un primer acceso a la con1-
pre11sió11 del texto. Este 1nétodo, que procede del estudio práctico
de la Biblia, a)1 uda tarnbién a la reflexió11 sobre la prir11era con1-
pre11sió11 del texto.

• Elección del versículo más importante


El n1étodo co11siste en que el lector rnencione el versíct1lo que a
él le parezca ser el 1nás i111porta11te en t111 texto. Luego l1abrá que
dar razones de la elecció11 que se 11a 11ecl10.

• Comparación entre textos afines


Con1parando textos, se ve de manera patente en qué se hace r11ás
l1incapié en los diversos textos. Así lo vemos, por ejemplo, con1pa-
rando los p1·aescripta de las cartas paulinas y cotejando los textos
paralelos de los eva11gelios sinópticos 86 • De esta manera, nuestra
n1irada se aguza más para captar inejor el enunciado del texto que
se examina o de los elementos del mismo.

2.3. Proporciona1·se irzformaciones


adicionales
Tratándose de textos antiguos, que se hallan a distancia tem-
poral y cultural de nosotros, las informaciones adicionales son
absolutamente necesarias para la recta comprensión de dichos
textos 87 • En el caso de los textos bíblicos, esta necesidad es tanto
más imperante por la limitación del «corpus» textual que tene-
n1os a11te nosotros. Las ii1formaciones adicionales, al comienzo
del trabajo cie11tífico, pueden tornarse de la bibliografía especia-
lizada sobre el ten1a. Para el trabajo científico propia1nente tal,
l1ay que tener en cuenta los paralelos de la historia contemporá-
nea, especialmente los paralelos en n1ateria de historia de las reli-

86
Sobre la co111paració11 entre los sinópticos, véase el c. 12.
87
Titzn1an11, St1·1"'kturale Texta11al;1se, 263-322.
Análisis sen1ántico 125

88
giones . Claro está que el sig11ificado sacado del 111is1no texto, y
debidamente probado, no puede confirmarse ni refutarse por lo
89
qt1e se sep a de datos exteriores al texto (datos extra textuales ) .

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


Y DE LAS INDICACIONES PARA EL MISMO

Resumiremos breve111ente las etapas de trabajo que se deducen de la


aplicación del método. -
1 - Realizar un i11ventario semántico
1
1
La realización de un inventario completo de los elementos de significa-
do se efectúa confor1ne a la siguiente regla: En relación con cada elemento
del texto, comenzando por la primera palabra, hay que deter1ninar qué
90
elen1entos ha)' en el texto que se corresponden por su significado .
Pri1neramente, reunir en grupos los lexemas del texto que aparecen en él

, ''arias veces, )' los lexemas afines a ellos por su significado (líneas de sentido).

1
Averiguar luego las oposiciones (explícitas e implícitas) entre los ele-
mentos de significado que hay en el texto.
En cuanto se ha efectuado el inventario de los elementos de significado
que se corresponden )' que están en oposición, reunir en grupos mayores
las líneas de sentido y las oposiciones y mencionar las notas características
1
de significado que aparecen con más frecuencia.
- Procedimientos abreviados
Sobre la indicación del contenido, la redacción de epígrafes y la elec-
i
ción del \7ersículo n1ás importante, se encuentran )'ª en la exposición del
método las indicaciones necesarias para proceder al trabajo. Para la compa-
ración sinóptica de textos, que también es mU)' útil para el análisis semánti-
co, véase la sección sobre la comparación sinóptica.

- Informaciones adicionales
1
Para evitar comprensiones erróneas, las necesarias informaciones sobre
1
los conceptos fundan1entales de un texto deben tomarse de un diccionario
' de conceptos del Nuevo Testamento.

88
K. Müllcr, Die religionsgesc/Jicl:itlic/Je /11 etl:iode. Erwagunge11 zt1 il1ren1 Ver-
standnis und zur Praxis ihrer Vollzüge: BZ 29 (1985) 161-192.
b"JTitzn1ann, Str1-tlcturale Textat1al)1se, 275s: «Lo que pt1edc verse en el 'texto'
111ediantc el suficiente conoci1niento del siste1na de signos)' observa11do las n1i11i1nas
reglas científicas, no puede confirmarse ni refutarse mediante datos extratextuales».
90
Véase también la lista en Bartl1es, L 'a11aLJ1Se struct11rale, 191 -204.


126 La lecti"'ra bajo el aspecto sincrónico

91
3. Ejemplos
3 .1. Le 4, 16-30: Lugar)' tiempo
de la oferta. de salvación 92

El inventario se1nántico de la sección sobre <<] esús es rechazado


en st1 propia patria» contiene las sigt1ientes !íneas de sentido, es
decir, grupos de elen1entos que se corresponden por su significado,
y las siguientes oposiciones :

• Verbos de movimiento: llegar, ir, levantarse, sentarse, levan-


tarse de pronto, echar fuera, pasar por en medio, rnarcharse.
Las oposicior1es más in1portantes son : llegar - marcharse, (estar
en pie) - sentarse, querer arrojarle - pasar por entre la multitud.

• Palabras para designar «salvación» : bue11a nueva, liberación,


la vista, libertad, año de gracia, (palabras de) gracia, médico, gran-
des cosas, (saciar el hambre), sanar (a Naamán).
Las oposiciones: ayuda en Israel o únican1ente fuera de Israel
(para la viuda de Sarepta )' para el sirio Naa1nán).

• Indicaciones de lugar: Nazaret, si11agoga, Cafarnaún, la patria,


(la pagana) Sarepta en la región de Sidón, sirio (de la pagana Siria),
ciudad.


91
Como ejernplo de un análisis sen1ántico de un texto del Antiguo Testa1ne11-
to, realizado con precisión, véase el análisis de Gn 11, 1-9 en Fossion, Leggere le
Scritture. El a11álisis se realiza en cuatro etapas:
- Averiguación de los ca111pos léxicos («inventario de las notas sen1ánticas» ).
Tales campos son: «construir» y otros térn1inos por el estilo (sustantivos y verbos),
lengua, totalidad, personas actt1an tes, lugar, etc.
- Ordenación de las oposiciones en series:

hon1bres el Señor
la tierra el cielo
humano di,rino
abajo arriba

- Intcrpretació11: Fossion propone las siguientes categorías sen1ánticas, que él


considera muy importantes para captar el sentido de la historia: totalidad/falta y lo
mismo/de manera distinta (llamar lo mismo/ser llamado lo n1ismo; en la traducción
italiana de la que yo dispuse: auto-denor11i11arse/denon1inarse).
92
E. Grasser (ed.),}esits in Nazaret/1 (Beil1ZN\X' 40; Berlín 1972); R. Me)1net,
lnitiation a la rl1étoriqr1e bibliq1-te, 28-54; H. Baarlink, Ei11 gniidiges }ahr des Herrn
1-t12d ei11 Tag der Vergeltung (Lk 4, 18-19): ZN\Xl 73 (1982)204-220; R. Albertz, Die
"A ntrittsrede » Jes 1< in1 L 1-1 kasevan geli,,1mª"'f i/1 ren1 allleslamen tliclJ en Hin tergritnd:

ZNW 74 (1983) 182-206; J. N. Aletti, .Jésr<s a Nazaret/1 (Le 4, 16-30). Prophétie,
Ecriture et Typologie, en Festsc/Jrift Dupont (París 1985) 431-451.
Análisis semántico 127

Las oposiciones : N azaret - Cafarnaún, Israel - fuera de Israel


(Sarepta/sitio ) .
.
1 • Indicaciones de tiemp·o: sábado, año de gracia del Señor, hoy,
en los días de Elías, en tien1po del profeta Eliseo.
Oposición : antes-hoy .
o Verbos de decir: leer, (procla111ar), (provocar).
• Palabras de reconoci1niento )' rechazo: aprobación, crítica,
furor, \1 oluntad de destrucción.
• •
Una \rez determinadas las líneas de sentido y las opos1c1ones,
puede procederse a agruparlas:

. Lugares Nazaret/sinagoga/ Presencia de Jesús


ii •
patria fuera de Nazaret
Israel gentiles
1
Tiempos antes 110)'
1
sábado año de gracia
Oferta mensaje profético oferta de sal\ ación
1

sal\'ación (Is 61) •

Reacciones rechazar (aceptar)


destruir (reconocer)

Resultado del análisis semántico: el texto se ocupa de la cues-


tión de si Cafarnaún se convierte en lt1gar de salvació11 y el sábado
en el «hoy» de la gracia y en la i11auguración del año de gracia del
Señor. No ocurre eso; y, así, la salvación se ofrece ahora a los que
93
se cuentan entre los de fuera, como la viuda y el sirio •
l

3.2. Me 9J 14-29:
1 94
El pode1' de la. fe
1

1 Se deduce que las líneas de sentido son:


Verbos de movimiento: llegar, expulsar, etc.

93
1 El a11álisis narrativo que se ofrece a continuación permite ver co.n claridad el
1 carácter de decisión que ha)' en este relato: se ofrece la salvación; la gente de N azaret
1
la rechaza; otros ()' Lucas lo describe extensamente e11 Hcl1) aceptan el mensaje. El
aJ1álisis de los tipos de texto determi11a que la clase de texto es la siguiente: se trata de
1
1
una historia acerca de la decisión, como las que ofrece Lucas con bastante frecuen-
1 cia: los judíos recl1azan la oferta de salvació11; los gentiles la aceptan (Hch 13, 14-52;
idea expresada con especial claridad en 13, 46; 14, 1-7; 17, 1-15; 28, 23-28, con10
final de todos los Hcl1). Sobre el relato final de Hch, desde el punto de vista de la
semántica del texto, véase Hauser, Strukt11ren, 81-11 O.
• F. G. Lang, Sola gratia im Mark11sC'l.Ja11geli11n1. Die Soteriologie des Mark.us
nacl1 9, 14-29 und 10, 17-31: Recl?tjertigurzg, en Festscl?rift Kaseman11 (Tubinga 1976)

128 la lect1fra bajo el aspecto si11cró11ico

Expresiones para designar los fenómenos de la p osesión


1
«poder» i
«creer». j
'

Oposiciones: 1

1nt1chcdumbre discípulos
no poder poder
dcn1 onio Jesús
incredulidad fe
atormentar (hasta: «Como muerto») liberar, hacer que se levante
estar do111inado levantarse
n1uch edumbre solo
La agrupación de las lír1eas de sentido y de las oposicio nes da el
sigl1ien te resu ltad o:

muchacl10 poseso ' salvación


discípulos Jesús

demonio
atormentar alzar
• •
1mpotenc1a poder
incredulidad fe
Como palabra central se revela: Todo es posible para el que
cree. El texto es un desarrollo semántico de esta palabra: todo
(l1asta e] a'lrtóv, x.ai avÉO'tl'J en oposici ón al hecho de ser
atormen tado por el den1onio) és posibl e (óúvao{}aL.) para el que
tien e fe. El poder/la impotencia es el elemento que recorre todo el
texto : creer es tener una fe que obra milagros; la fe se entiende
como un orar lleno de confianza. El poseso se halla bajo el pode,r
del demonio; ese poder es quebrar1tado por J esús. Los discípulos
aparecen· como no creyentes, a quienes no se ha conferido ningún
poder. En el padre está representado el cambio de papeles.

3.3. Gál 1) 1-5:


La acción salvífica de Dios
Desde e] punto de vista lingüísti co-estilístico, Gál 1, 1-5 es una
sola frase. La estructura fundamental que era corriente para las
direcciones de las cartas: «Pablo, a las comunidades de Galacia:

.
321-337; J. Carmígnac, «A IJ, Si Tu peu;i:!... Tout est possible e11 fave1ir de cefui qui
croit » (Me 9, 23 ), en Festschrift Bo Reicke (Macon 1984) 83-86.


Análisis semá11tico 129

gracia)' paz», se amplía co11 muchos elementos: con aposicio11es (v.


1), locuciones preposicionales, construccio11es de participio (v. 1.4)
y oraciones de r elativo (v . 5 ). D esde el punto de vista lingüístico, se
' 'e claramente que quieren aportarse muchas precisiones.
En el aspecto semántico, la agrupación de los eleme·11tos se
puede realizar sin mayores dificultades: la estadística de palabras
muestra que en
los 75 lexe1nas l1ay 32 palabras de fu11ció11 (p1-eposi-
ciones, artículos, etc.), 34 palabras at1tosemánticas y 9 pronombres.
Es digno de tenerse en cuenta sobre todo que 18 sustantivos y los
pronombres se refieren a personas. Hay únicame11te tres verbos.
Las líneas de sentido son las siguientes:
En la línea de sentido «portadores de la acción>> se presenta a :
Pablo, hombres, Jesucristo, Dios el Padre, los hermanos que están
conmigo (los colaboradores), las co1nunidades de Galacia, noso-
tros . En un texto tan corto, ha)' muchas personas .e11 acción, cuyas
relaciones mutuas se aclaran luego .
A la línea de sentido <<acción>> pertenecen las expresiones : resu-
citar, entregarse, voluntad de Dios (sustantivo), (vocación para el
apostolado); se expresan implícitamente peticiones ( e11 la be11di-
ción) y alabanza (en la doxología) .
Junto a estos grupos claramente palpables, hay además elemen-
tos aislados que a primera vista no son tan fáciles de agrupar: gracia
y paz, pecado, el actual mundo perverso, gloria.
La coordinación entre las personas actuantes y las expresiones
de acción nos ofrece la siguiente estructura semántica:


Dios el Padre resucitar
\ 70luntad

(dar: gracia·)' paz)


llamar a ser apóstol
nuestro
Jesucristo llamar a ser apóstol
entregarse
por nuestros pecados
para librarnos del eón perverso.
Pablo (desea gracia)' paz)
(interlocutor del diálogo con las co1nunidades)
los hermanos
,
que (colaboradores de Pablo)

estan con1n1go (interlocutores de las comu11idades)
«nosotros» en sentido amplio
130 La lect11ra bajo el aspecto sincró11ico

las co111unidades (los desti11atarios) ··


(los que recibe11 la be11dición)
Las oposicio11es son n1U)' variac-las :

Pablo los que recibe11 la carta (situación epistolar)


Dios )' Jes{1s Pablo
como los que llan1an con10 el que ha sido lla1nado
Gracia )' paz . pecado )' eó11 per\'erso
Por ta11to, desde el pu11to de ' 'ista se1ná11tico, se ve qt1e el texto
es u11 e11 unciado sobre 111Ll)' variadas 1-e]aciones ei1 tre personas: por
un lado, «Dios el Padre )' Jesucristo»; por otro lado, «nosotros»,
pro11ombre co11 el que P ablo agru}1a a los colaboradores y a las
co111unidades; de11tro de ese «nosotros» ha)' luego diferenciaciones.
Las diversas personas actuantes son descritas 111ás detalladan1ente
i11 edia11 te datos saJ,,íficos : la acció11 salvífica de Dios )' la red e11ció11
de los cristianos 95 .

3.4. Me 1:
La 1·ápida d1f usión del evangelio

El inventario de las líneas semá11ticas más importa11tes del texto


i1os per111ite ver clara111e11te cuáles so11 los pu11tos te111áticos ese11cia-
les del misn10 96 :
- Los ent111ciados cristo lógicos: «] est1cristo, el Hijo de Dios » •

(1, 1); «el santo de Dios» (1, 24); «porque ellos sabían quién era é] »
(1, 34 ), orientan la mirada del lector hacia la esencia de J esús, la cual
luego debe pern1a11ecer oculta (1, 45 ).

95
El análisis pragn1:ítico lo sigue explicando todo: mediante la for111a que se da
al i11icio de la carta, Pablo quiere preparar en1ocionaln1ente a los lectores para la
lectura; los lectores deben acoger la misi,•a con10 una carta apostólica (de al1í la
acenruació11 que se l1ace de la autoridad ),)' deben e11contrar en la carta una respuesta
a la cuestió11 sobre Ja salvación (la le)' o la gracia) por la que 'siente11 inquietud.
El análisis del tipo de texto muestra sen1cjanza con los inicios de las cartas de
Pablo. Apartándose del forn1ulari o epistolar (pero ''éase, a este propósito, Ap 1,
4-6), Pablo d.a al inicio de la carta la for111a de u11a alabanza divi11a. Así que
arn1011iza11 perfectame11te el efecto que se pretende causar, la tra11sformación del
tipo de texto)' las líneas semánticas: todo ello es u11a alabanza de Ja acción salvífica
de Dios, por la cual se e11salza la actttación de Dios )' se exhorta a la co11fianza.
96
El análisis li11gi.iístico-sintáctico se prese11tó )' ª e11 el c. 8. Para el análisis
semántico, veáse \Y/ . Egger, Fro/1botsc/1a_(t 1111d Lel1re. Die San1111elbericl1te des
\Xlirke11s] esu in1 Marl{useva11geliun1 (Frankfu rt del Mai11 1976) 39-4 3 (bibliografía) .

1

1 Análisis sernántico 131


1

- El énfasis que se hace en el «evangelio» (1, 1.14.15) y los


,,erbos que significan procla111ar (1. 4.7.14.38 .45) y enseñanzas (1,
22.28) constittl)'en u11 segu11do punto ese11cial.
- Media11te \ arios grt1pos de ele1nentos semá11ticos, el texto
1

adquiere intenso dinan1ismo: por medio de los verbos de n10\'i-


1 miento (y de la acción de enviar) (v. 2); cami110 (''· 2.7.9.14, etc.);
¡ n1ediante indicaciones de tie1npo (1, 32.35); inmediatame11te (l,
10.12.18.20.21 .23 .28.29.30.42.43); por n1edio de indicaciones de
lugar: Jordán, Galilea (1, 9.14.16.28.39), todas partes (1, 45).

Por medio de las indicaciones de tien1po (especialmente por


• medio del «i11n1ediatamente»), de las indicaciones de lugar, de los
''erbos de 111ovimiento )' de los verbos y susta11tivos que significan
proclamació11, adquiere el capítulo un dinan1is1110 interno: ta11 rápi-
da111e11te se realiza la difusión del e\ angelio, )' ta11 extenso es el
1

círculo de acción de Jes{1s. Y, así, la estructura i11terna del capít11lo


está detern1inada por la idea de la ''enida de Jesús a modo de
epifanía)' de la difusió11 relán1pago del e\1a11gelio. El''· 45 con1pe11-
dia las líneas semánticas: la proclamación sigue efectuándose; Jesús
es conocido en todas partes, l1asta tal punto q11e llegan a él perso11as

procedc11tes de todos los sitios; claro que Jesús tie11e que co11servar
a11ora st1 misterio (lo cual está relacionado con la teoría del 111isterio
mesiár1ico del e\ angelio ).
1

3.5. Flm: La Iglesia doméstica


97
conio f¡,iga1· de i12tegración

1 Los di,rersos lexe111as del texto se agrupan fácilmente e11 series


'
1

de elementos afines por su significado. Las líneas de sentido más


importantes son las siguientes 98 : Jesucristo el Señor : a pesar de la
bre\redad del texto, este elemento aparece once veces. Una serie de
expresiones se corresponden, porque todas ellas poseen como pro-
pia la nota sen1ántica «comu11 ión )' relación»: her111ano, compañe-
1
ro, co111unión por 1nedio de participación, la Iglesia (que está e11 tu)
1 casa. Esta nota característica «solidaridad» aparece también en los
lexe111as colaborador/ con1pañero de milicia/ compañero de cautive-
rio: v. 1.2 (13: <<ser, irme>>). 23.24. El tema de la unión)' solidaridad
1

1 se inte11sifica con la aparición de la palabra «a1nor» (''· 1.5.7.8).

97
Para el análisis lingüístico-si11táctico y las citas bibliográficas, véase el c. 8:
98
\ léase anteriormente la lista de los conceptos que aparecen.
1
'
132 La lectura bajo el aspecto sincró11ico •

Varias designaciones se refieren expresa o implícitamente a lugares :


la Iglesia que está en tu casa (la Iglesia doméstica), el cautiverio;
otras se refiere11 a la ausencia: separado, retener conmigo, hospeda-
.
Je.
Las oposiciones entre los elernentos semánticos del texto per-
miten reconocer que a Pablo lo que esencialmente le interesa es una
transforn1ación de las circunstancias. E11tre las oposiciones rnás
in1portantes que hay en el te.x to 99 , una primera serie se refiere a las
relaciones entre Filemón )' Onésirno:

6crü)1.o; abe)1.cpó;
o·ú·v (colaborador, compañero, etc.)
-
extra110 la comunidad qt1e se reúne en tt1 casa
derechos de Filen1ón re11uncia a esos derechos
deber. algo
,
(v. 18.19) condonar/co111pensar (v. 18-20)
coacc1on voluntariamente
..,

Forma de las siguientes oposiciones que se refieren a Pablo:

. .
caut1ver10 libertad
ausencia
) ,
de Pablo preparar hospedaje
ETCL1aOOEL'\1 rragaxa/,eiv
. {autoridad
. del apóstol) (renuncia a los derechos)

El texto expone los ca·m bios que deben efectuarse: hay que
pasar de la ausencia/separación del esclavo Onésimo y de la culpa
que se ha producido eventualmente por su presencia al lado de
Pablo, a una nueva presencia (que, según Pablo, durará «para
siempre») junto a Filemón y la Iglesia que se reúne en su casa.
La figura 13, al presentar e.s te acontecimiento mediante el cua-
drado semiótico, nos permite interpretarlo como cambio, como
movimiento de un «lugar» a otro 100 •

99
Véase, para ello, especialmente: Groupe de Montpellíer, L'épi.tre de Paula
Philémon.
100
Por contraste con la proyección del cuadrado semiótico relativo a Flm, tal
como lo presenta el Groupe de Montpellier, L 'épi.tre de Paul d Philémon, 14- 17 (y
que no está completamente elaborado) y M. M. de Gaulmyn, Réflexion, 25, el
análisis que aquí ofrecemos emplea únicamente expresiones del texto. Ello acrecien -
ta ·1a precisión del análisis.
Análisis semántico 133

• Hermano/ eternamente
Esclavo en Jesu cristo el Señor,
al servicio del evangelio.
Poder, coacción El amor, como nuevo vínculo,
El debe y el haber renuncia a los derechos
Superioridad/ subordinación xot.vwv(a, ouv-, comunidad doméstica

A------------B
.. •
. .

• •
• •
• •
.

••
.•• •

.. •

• •
• •
• .. •

. •


• •
.• •
..• .

No B - - - - - - - - - - - - No A
1 no hermano Esclavo 'fugitivo
Separación durante
determinado tien1po

1-:igura 13. Relación er1tre los co11te11idos de sigr1ificado e11 Flm .



Así se representa el «transcurso » (parcours) del acontecer: de A
(esclavitud y lo que ella lleva consigo) se pasa a no-A (separació n,
estancia provisional junto a Pablo y servi cio pro\risional en favor
del evangelio) y a B (l1erm ano ). La negación de B en no-B puede
conducir únicamente a A.
La nota característica que recorre todo el texto es «integración y
renun cia a los derechos»: el texto quiere mover a Filen1ón y a la
Iglesia que se reúne en su casa a qu e acepten a Onésimo corno
hermano, integrado en esa Iglesia qu e se reún e en la casa. La Iglesia
doméstica es, por tanto, un lu gar en el que se superan las oposicio-
nes sociales. Pablo puede mediar para que acojan al esclavo,)' ª qu e
1
él tiene lazos que le unen con Filemón. La vinculación entre P ablo
y Filemón debe conducir ahora a la vinculación entre Fil en1ón y
Onésimo. Esta integración será posible úni ca111er1te si Filemón
1
1
renuncia a sus derechos; para fa cilitar esa renuncia , Pabl o el ige
com o estrategia para su carta el renunciar también al ejercicio de su
1 autori dad apostólica. •

B
11
SEMANTICA DE LA PALABRA (CONCEPTO),
1
DEL MOTIVO Y DEL CAMPO LEXICO
Ya er1 la \'ida cotidi ana, la gente se entiende porque las palabras
1
1
se ii1terpreta11 en su co11texto. El sign ificado de una palabra <lepen-
'
t
f
• '
134 La Lectura bajo el aspecto sincrónico

de e11 n1t1chos casos del contexto en que se en1plea. Esto es particu-


larmente importante cuando se utilizan palabras polisémicas (es
decir, que tienen varios significados): cabo puede ser un cabo de •

vela, un grado del ejército, t111 hilo o l1eb1·a, un cabo geográfico, etc .
Pero au11 en palabras n1onosémicas (es decir, con un solo significa-
do), pueden resaltar más detern1inados ace11tos segú11 el contexto;
poi- ejemplo, en la frase : << j No seas i1iño !», rio se hace referer1cia
tanto a la edad cuanto al grado de desarrollo intelectt1al de una
persona. Tan sólo el co11 texto hace que las palabras tengan t1n
sentido claro y disti11to. Co1no las palabras, a este respecto, se
considera11 n1ás que nada como ele111entos del ''ocabulario (o léxi-
co), se deno111i11a11 e11ton ces «lexe1nas)) . Del significado de los lexe-
mas se ocupa aquella parte de la se1nántica que e11 adelante desig-
11aremos con10 se1ná11tica de la palabra, del motivo y del campo
léxico. La sen1ántica de las palabras estudia prin cipalmente el signi-
ficado de los diversos lexe111as (cada u110 de ellos situado, desde
luego, e11 su co11texto); la sen1á11tica de los campos léxicos estudia el
significado de las palabras que se usan en combinaciones fijas. Se
dan lexemas aislados o asociaciones de lexen1as .

En la semántica de la palabra, del motivo}' del campo léxico se estudia


la cuestión acerca de lo qu e un lexen1a significa en general )' luego en un
detern1inado contexto.

el caso de las expresiories bíblicas, y debído a la distancia


temp oral y cultural de los textos, hay que prestar aten-
ción a la semántica, a fin de no caer en compre11siones erróneas. La
iniciación a la semántica nos permite ver también cómo se confec-
ciona u11 diccionario bíblico y qué fu11ciones y aplicaciones tienen
los diccionarios y enciclopedias de la Biblia.

Lecturas
Una primera iniciación a la sen1ántica de las palabras la ofrece la
obra Funk-f(olleg Spracl1e, II, 13-101 . La semá11tica bíblica puede
estudiarse en varios trabajos de E. Nida )' en B. Kedar, Biblische
101
Semantik .

101
Ya se n1encionó la bibliografía sobre la semántica del texto. Las obras
siguientes exponen principalmente la semántica, por cuanto se ocupan de los lexe-
1nas/palabras: R. Barthes, Eléme11ts d11 sén1iologie (París 1964; trad. ital.: Ele1ne11ti
dí semiología [Turí11 1966]); G. Berruro, La semantica (Bolonia s.a.); G. H. Bla11l\e,
Einfü/Jr1-t.ng in die semantisc/Je A11a/J1se (M unicl1 1973); F1111k-J\.olleg Sprac/Je, II,
23-39; Mounin, lntrodttzione alfa sen1a12tica; Kallmeyer, Lektiirekolleg, 97-176; G.
Leecl1, Sema11tics (Middlesex 1974 ); Textlinguistik, 79-106.
-

A11álisis semántico 135

1. Modelo, subyacente al análisis,


1
de la estructura de significado de los lexemas
El análisis sen1ántico de expresiones se basa en una deter111inacla
co11cepción acerca de cón10 se origina el significado de ur1a expresió11.

1.1. SigriifZ:cado - depend1:e1ite


del ca1npo ci1-cuncLante

Cada lexe111a adquiere Sll significado preciso por las relacio11es en que
se 11alla, es decir, por el contexto.

Las relaciones, co1no se ' 'e por la figura 14, son de dos clases:
l1a)' relacio11es si11 tag111áticas )' relacio11es paradign1áticas 102 •

Paradigma 1 Paradigma 2 Paradigrna 3


Sintagn1a 1 a b e
Sintagma 2 a1 b1 c1
Sintagma 3 a2 b2 b3
Figura 14. I?elacior1es sen1á11ticas.

Por si11tagn1a se e11tie11de la u nión lineal de lexe1nas que co11sti-


tLI)1en tina cadena significativa de palabras, por ejemplo : «la casa es
gr-a11de)), «el l1on1bre lle''ª un bastó11» . En muchos casos, la relació11
si11tag1nática 11ace que el significado de una palabr a sea preciso, por
ejemplo: «] ua11 ''ª
al segundo piso», «)'º piso la cola del per ro».
Tan sólo en \1 Írtud de las dos cade11as de palabras, se ''e clara111e11te
!
en cada caso cuál es el significado de «piso».

Sobre la sen1ánrica de la palabra bíblica, véase la crítica que hace del Tb \X' NT J.
Barr, Bibelexegese 1,¡_11d moder11e Seniantik.Theologische und linguistische 1v1et11ode
in der Bibel\\ issenscl1aft (Munich 1965) )' la respuesta de G. Friedricl1, 21,1711
1

Problern der Sema11tik: KuD 16 (1970) 41-57; Id., Z11r \lorgeschiclJte des TlJeologi-
sc/Je11 'Xlorterb1tcl1es 21-tm l\'T; Tl1 \X1N T X 1-52, especialn1enre 5 ls. 1v1.ás bibliografía:
Berger, E.'legese, § 20-22; Kedar, Bibliscl.1e Ser11a11tik; Nida, E."K-plori12g Sen1ar1tic
¡ Str11ct1,1res; Id. , C'o1J1jJor1eJ1tial Ana/J1siso_( A.feaning; Id., Signs - Se11se - Tra11slation.

Un análisis sen1ántico concreto lo ofrece M. Ossege, Aspekte z11r Glieder1rr1g des
11e1ttesta111e11tliclJe11 'Xlortsc/1atzes (,zm Beispiel vo11 dikaiOS)'Jle bei 111t): LingBibl 34
(1975) 37-101.
••
ic.? Bartl1es, Ele111e11ti, 53-78; espec. 60; véase tan1bié11 Fr-tnk-J(ofleg Spra-
c/Jc, I, 119-124.
••
136 La lect1-1ra bajo el aspecto sincró11ico •1

Pero las palabras se 11allan> aden1ás> en relación paradigmática>


es decir> detern1inadas palabras pueden agruparse e11 clases paradig- •
1
n1áticas. Se e11tie11de por tal un grupo de expresiones que puede11
i11terca1nbiarse en un lugar determinado de u11a cadena de palabras,
y produce11 no obstante e11u11ciados significativos. Así> po1· ejem-
plo> en la cadena de palabras: «el hombre lleva u11 bastón»> el
lexe111a «bastó11» pL1cde sustituirse por ar111a, etc.». •

El significado preciso de una palabra depende de las relaciones sintag- •


n1áticas )' paradigmáticas que son propias de la palabra.

Pt1es bien, las relacio11es ei1tre expresiones, tanto por que se


'
refiere a los paradigmas co1110 a los sintagn1as, tiene11 difere11te
fijeza. E11 el aspecto paradigmático, las expresiones «\'arón», <<mu-
jer»> «nino » tienen entre sí una afinidad mayor que, por ejemplo,
«varó11» )' <<Casa»; «Varón», «111ujer», «11iño» pertenecen a la clase
paradign1ática «ser 11u111a110»; «Varó11 » y «casa» no pueden reu11irse
e11 el grupo de «cosas», sino ú11ica1ne11te en el grupo de «entes».
Ta1nbién e11 el aspecto sintag111ático l1a)' algunos lexe111as que están
unidos entre sí más estrecl1a y frecuente1nente que otros lexe1nas;
so11, por ta11to, «solidarios»; así, la relación ei1tre «perro» y <<la-
drar» es 1nás estrecl1a que ei1tre «perro>> y <<correr» . «Ladrar» es
una acción característica de perro (a no ser que se 11able en lenguaj e
figurado).
En dos casos, el contexto desempeña un papel especialmente
grande para el significado de lexen1as : e11 los 111otivos y en los
103
campos léxicos. Por «motivo» se entiende un único lexema o
una u11ión de lexen1as que, e11 virtud de su empleo frecuente en
determinados co11textos, ha11 adquirido u11 significado adicional : el
«n1011te», por eje111plo, es u110 de esos 1notivos; el <<rnonte» con10
lu gar donde hay revelaciones )' donde se 11ace ei1trega de la le)' ·
Asimis1no, en el evangelio de Marcos, la <<incomprensión de los
discípulos>> es un motivo: por el contexto total del evangelio de
Marcos, los di,re1·sos pasajes ad quiere11 el sig11ificado de que la fe •

resulta difícil para los discípulos )' de que es necesario iniciarlos


pa11latina1nente en lo que es Jesús. Por <<campos léxicos», denomi-
nados también «can1pos semánticos», se entienden o bien <<uniones
104
de palabras que reaparecen periódican1e11te» , o bie11 clases de
103
El co11cepto, co1110 observa ati11ada111ente Berger, Exegese, 169, se utiliza
casi sien1pre de n1anera n1uy i1nprecisa. Una excepc ión la co11stituye Fohrer, Excge-
se, 99-106.
104
Berger, Exegese) 138.


Análisis se111ántico 137

palabras que se correspo11den paradigmátican1e11te, por eje111plo


<<prudente, sabio, .a stuto, etc.» . Un can1po léxico especialme11te
' n1arcado es el can1po léxico correspondiente que se utiliza e11 textos
apocalípticos. Abarca, entre otras cosas, «tribulación, ira, persecu-
• , •/ 1os
c1on, gozo, tentac1on>> .

1. 2. s·i gnificado - suma de semánticas

Muchos lexemas tienen en con1ú11 con otros lexemas algunos


elementos de sig11ificado: así, por ejemplo, «varón» tiene, junta-
mente con «n1ujer », «niño», «anciano », etc., la nota co1nú11 «hun1a-
no»; apa1·te de eso, el lexen1a «varón» tiene también otras notas,
como se ve en la figura 15 106 , que lo dife1·encian de los de1nás
conceptos n1encionados : por eje111plo, lo difere11cia de «mujer» el
«sexo»; de <<niño>>, la nota de «adulto», etc.

[
El significado de un lexema se compone de elementos de significado
n1ás reducidos. Esos elementos de significado más reducidos se denominan

frecuentemente ·«componentes de significado», «notas semánticas» 107 •

' 'aronil fe111e11i110


, .
adulto va ron n1u1er
.
JOVen 111uchacho cl1ica

Figura 15. Las notas diferenciantes del lexema «Varón)>>etc.

Co1no, segú11 esta co11cepción, el significado de un lexen1a es la


suma de las notas se1nánticas, si se quiere detern1inar el significado
1
exacto de una palabra, l1ay que descomponer un lexe111a en sus
co1npo11e11 tes.

2. Realización del análisis de semántica


de la palabra y de semántica del motivo
Entre las inuchas posibilidades de análisis semántico, se estudia-
rán a continuación aquellas etapas de trabajo que cor1-esponden a
los n1odelos presentados a11teriorn1ente de estructt1ra de significado
de lexemas.
105
1

\ léase Jbíd., 143.
106
Leech, Semantics, 95-125; Berruto, Sema11tica, 77-115; Nida, Signs - Sense -
Translatio11, 47-90.
107
Leecl1, Semantics, 96.
'\


••


138 la Lect1-tra bajo el as¡)ecto sincrónico

2.1. Averiguar el contexto sintagmático


;1 paradigmát1'co
Por de pro11to, para consultar un diccionario es necesario ya
tener en cuenta elementalme11te el co11texto de un pasaje, a fin de
hallar la traducción correcta.
.

E l contexto deci<lirá cuál Je las traduccio11es l1abrá que escoger


entre las que un diccionario dé de la palabra 'Aóyoc;,: palabra, diálo-
go, cuenta o esti111ación de algo, e l principio racional, el Logos
(eterno).
En la n1ayoría de las investigacio11es semánticas se presupone
si11 1nás la competencia lingüística de quien lee. No ocurre así
cuand o se trata de textos a11tig11os. Y, así, ha)' que ser virse de una
concorda11cia y de L111a estadística de palabras para ver en qué
relaciones sintagn1áticas y paradigmáticas puede estar un lexema. Se
puede, pues, detern1inar si determi11adas locuciones son solidari as
entre sí. Por ejen1plo, la expresión 10'Ü -frt:OÜ» está aso-
ciada frecuentemente con verbos de llegar, pero también lo está a
i11e11 ud o con \re rbos que sign ifican «entrar e11 ». Mediar1 te estas
combinaciones fijas, la expresión «reino de Dios» adquiere el signi-
ficado de algo dinámico que hace irrupción, o de una esfera en la
que 11a de entrar el 11on1bre 108 .

2.2 .

El análisis de los componentes
Ei1 consona11cia con la idea de que el significado es la st11na de
los ele111entos de significado está el llamado análisis de los compo-
nentes o análisis componencial. Cuando este método se aplica no
exclusivamente, entonces es un buen m edio heurístico para realzar
109
las notas características de significado de las palabras .
Para poner en claro el sig11ificado de una palabra, l1ay que
clescomponer en sus elementos el contenido de significado de dicha
palabra. Esta «descon1posició11 » se efectúa principalmente valién-

\léase H. Merklein, }rs11 Botscl?a(t vo11 der G'ottesl1errscl1afl. Eine Skizze


(SBS 111; Srt1ttgarr 1983) 23s. Merklei11,· al co rnprobar que «reinó de Dios» esLá
conectado sien1prc con estas dos detcrn1inaciones concretas, deduce de ahí co11clu-
siones para la historia de las tradiciones.
Este mét()dt) es i11tcresante, entre o tras cosas, porque grandes ¡.1r<>yectos de
l:J'I
traducción con1<> [Jie g11ll' Nac/Jricl1l. Das Neue Tcsrarnent in heutigen1 Deutsch
(la Buc•11a Noticia . El Nuevo Tcstan1ento en alen1án actual ) y otros prO)'CCtos
f)arecidos en otras lcngu.is (Dios l1abla al l1on1brr, 1301111es l\1011velles ar1jo1-1rd'l1ui)
trabajan con este n1érodo. Véase, a este pr<.>pósitt), el c. 7 (traducciones).
A 11álisis semá11tico 139

dose de u11 recurso: la comparación cor1 otras palabras. El prest1-


puesto necesario para este t rabajo es la co1npete11cia li11gi.iística de
quien i11vestiga los co11ceptos. Concreta111e11te, el método está i11te-
grado por las siguientes etapas de trabajo: para deter111ir1ar los

co111ponentes de significado de una palabra, se escogen er1 primer
lugar palabras que son afines o que so11 opuestas en cua11to a su
sig11ificaclo. Por ejc111plo, c11 relació11 co11 la palabra «correr», las
palabras: «andar, bailar, arrastrarse, vagar, precipitarse» )' «estar
parado», «estar sentado» 110 • Despu és se for111ula11 proposicio11es ei1
las que aparezca la palabra que se investiga,)' ta111bién proposicio-
11es en las que aparezcan las palabras escogidas para comparación, o
bie11 se pregunta sencilla111ente : <<¿En qué se diferencia correr de
arrastrarse?>>, etc. En relación con las n1encio11adas palabras, se
puede11 coordi11ar deter111inadas i1otas características: lle''ª
la r1ota característica de «111ovin1ie11tO»; «Correr » lleva la nota carac-
terística ele «m0\1 Ír11ientO» )' , ade1nás, de «111ovi111ie11to rápido»;
«arrastrarse>> lle''ª la nota característica de «estar tirado al suelo )'
desplazarse penosa1nente co11 ª)'uda de pies)' n1anos», etc. De esta
manera va111os formándonos una lista de notas sen-iánticas. Para el

análisis de las exp1-esiones bíblicas, la co11corda11cia 11os facilita
ta1nbié11 t1na serie de frases e11 las que se e1n ple a a la vez la expresión •

que nos i11teresa. Ha)' qt1e te11er e11 ct1enta, ade111ás, los tipos de
texto en los qt1e aparece u11 lexema. Esto i1os per111ite )'ªtener una
\ 1 isión de conjunto de las i1otas de sig11ificado de una palabra. El

resultado del trabajo se representa gráfica1ne11te en u11a n1atriz con


ª)' Uda de descriptores sernán ticos 111 • Junto a tal lista de notas
semánticas puede escoge1-se tan1bién una paráfrasis que tra11scriba
el sig11ificado 112 •
Co1110, según el análisis componencial, toda expresión ( concep-
to) consta de una su1na de notas semá11ticas, ha)' que poner de
relieve por lo menos los componentes de significado más in1portan-
tes, a fin de captar el sentido preciso de una expresión.

2.3. Análz:sis de niotivos )' campos léxicos


Para el a11álisis de 1notivos se aplica11 pri11cipios análogos a los
en1pleados para el análisis de lexemas. Para averiguar los campos

11
c Nida, Sig11s - Se11se - Tra11slatio11, 47, 101na con10 punto de partida e11 su
• explicación el cje1nplo: correr, andar, bri11car, bailar, arrastrarse .
111
.
F1111k-l\olleg Spra.cl1e, 11, 26-29, 58-61. \ léase, a propósito de ello, el eje111plo
anterior.
112
I\.alln1eyer, 133.
••

140 La lect1-1ra bajo el aspecto si11crónico •

léxicos que l1ay en el sentido de composiciones de palabras que


reaparecen periódican1e11te> es inuy ventajoso confeccionar una
matriz . En esa matriz se consigna11 aquellas expresiones con las que
está asociado el lexen1a.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


E INDICACIONES PARA EL MISMO

Para deter1ninar los compo11e11tes de significado de una palabra, ha)'


que dar los siguientes pasos:
'
- Confeccionar, con ª)'Uda de una concordancia, la lista de los
pasajes en los que aparece la palabra correspondiente. \

Determinar en qué contexto se emplea la expresión que nos intere-


sa.
-, Agrupar los textos en que aparece la palabra, según tipos de texto
o generes.
- Mencio11ar las expresiones con las que la palabra esté asociada
frecuente111ente.
- Confeccio11ar una lista de palabras con las que tenga un significa-
do afín la palabra que investigamos, o que se opongan a ella en cuanto al
significado.
- Confeccionar una matriz er1 la que se consignen, en relación con
, las palabras cornparables, las notas semánticas comunes )' diferencian-
tes.
- Mencionar ento11ces las notas de significado que corresponde11 a la
palabra que se investiga, )' buscar en nuestra lengua \1ernácula una
palabra que muestre una riqueza análoga en Cl1anto a notas de significa-
do.

3. Ejemplos
3.1. «Apóstol»

Como vemos en la figura 16, el co11cepto de <<apóstol» no está


caracterizado en el Nuevo Testame11to por las mismas notas. En los
diversos escritos aparecen distintas i1otas características.

1
• A11álisis sen1á1itico 141

pasajes Hch 1, 21s Me 6, 7.30 1 Cor 9, 1 Flp 2, 25


Le 6, 13 1 Cor 15, 8
Notas semánticas

enviado + + + +
por Cristo + + +
por las .comunidades
,
+
comun1on COil
el Jesús terreno + +
encuentro con
el Resucitado + + +
idéntico con el
círculo de los doce + +
Figura 16. Notas semánlicas ele • apósto/,,,
'· 1

Por este estudio se explican las diferencias del título de «após-


tol » e11 Pablo y en ]os Hch 113 •

3.2. nalÓLO\' en el Nuevo Testamento


Con la expresión «niño» asocia toda persona determinados conte-
nidos de significado, marcados todos ellos por la experiencia personal
)' el ambiente social y cultural. Para entender la expresión en el
sentido en que la entie11de el Nuevo Testan1e11to, so11 muy útiles las
diversas etapas de trabajo del análisis de la palabra y del análisis del
114
motivo • Desde el punto de vista estadístico, el Nuevo Testa111ento
emplea el lexema naLb(ov 58 veces; el lexema aparece con frecuencia
en los sinópticos: en Mt, 18 veces; en Me, 12 veces; en Le, 13 veces;
en Jn, 3 veces; en Heb, 3 veces; en 1 Jn, 2 veces; en 1 Cor, una vez.

• « Niño/-a» y expresiones afines


'
La figura 17 nos da una primera visión de conjunto del significado
de «niño/-a» y de expresiones de sentido afín. La distribución de las
• notas semánticas en las expresiones que siguen a continuación ser á
distinta según el contexto. El signo + significa que hay que dar una
nota o la nota opuesta a ella (1nasculino-femenino); el signo «p» indica
que en algunos contextos es posible la nota correspondiente 115 •

113
Véanse los comentarios sobre los Hechos de los apóstoles (Hch).
114
El siguiente estudio expone el análisis de semántica de la palabra que sirve
de fundamento al artículo rra1,b(ov: EWNT 3, 9s. Pero las premisas metodológicas
se han puesto de relieve más claramente de lo que lo hace el citado artículo del
diccionario. Véase también el fascículo 29 de Semeia (1983), editado por D. Patte:
Kingdom and Cl1ildren.
115
Véanse los correspondientes artículos del EWNT.

.
142 La lectura bajo el aspecto sincrot1ico

Pasajes .rr a1o(o·v -


, ,
XOQUOl()\' ;TUL:
- lllO(
- &ux<i111;

N()tas sen1ánticas

n1asculino +
- +
- - +
- + -
fcmenino +
- +
- + +
- - +
edad + + + -
.
- -
parentesco +
- - - +
- + +
relación
. .
de
serv1c10 - - -• p - -
n1etáfora - - - p p

• i1 la l11L. del c·ontcxt<J del géner<J

Para con<.)Cer el significado de esta palabra en el Nuevo Testa-


111c11to, dcsen1peiia11 u11 papel eSJ-)tcial l<>s de text<> en
los q ue se utiliza este lexema. U11a \ Ísión global en una concc)r<lan- 1

cia nos n1u estra qL1 c la exp resión aparece cspecialr11 e11te en las
}1istorias de la infa11cia de Mt ) Le: Jesú s es designado con10 «niñ<.>»
1

(l\1t, 9 \ Cces ; Le, 3 \ eces). E11


1 textos, la palabra «niñ o» tie11e
1

a11te t<)do un sig11 ificado c1e edad, por C<.)ntraste con el sig11ificado
de «adulto» . Sin en1bargo, su 111atiz especial lo adquiere la expre-
sión por el tipo de texto en que se utili za: Mt 1-2 )' Le 1-2 so11
«l1istorias de la infancia », es decir, tipos de textos en los que la
significació n de un gran ho111bre se caracteri za )'ª por el hecho de
que i_p cluso la infancia de ese l10111bre aparece especial n1 en te 1narca-
d a por la n1ilagrosa co nducci ón de Dios 111'. Y así la expresió r1
((niño», en \ Írtud del contexto de tipo de texto, adquiere entre otras·
1

cosas la nota de <<ar1ti cipación mil ag rosa de lo que ha de se r la vid a



posterior ».
.La palabra puede adquirir ta111bién deterrninadas no tas de signi-
ficado por el l1 echo de ser utilizada en in1áge11es. Según Mt 11, 16s
par Le 7, 32, la comparación con los niños debe inducir a una nueva
co11d ucta. Los 0)1 e11 tes de J es ús no deben parecerse a los r1iñ os que
no quiere11 participa r en el juego )' que, por desgana, no quieren
q uc se 1es i11vi te 11i a jugar a L1na boda ni a jugar a un entierro. Los
oyentes deben con1prer1der el rnomento propicio de la hora. Por
tanto, «11iñ o» -en este contexto- desig11a una conducta «falta de
decisió11 )' que lo recl1aza todo». En Me 10, 15 ha)' ta111 bién una
bre\1e c<)rnparació11: La entrada en el reino de Di os depende de la

11
St)brc las historias de la infanci:1, véast: cspcci:1lrnente l .. Zani, lr1flusso del
''
genere fetler.zrio t11idras/Jico s11 A1t 2, 1-12: StI)at 19 (1972 ) 257-320.
• A?1álisis

semántico 143

1
co11dición de que <<Se acepte co1110 i1i11o » ese rei110. El pu11to de
com paració11 del <(logion », mtl)' disct1tido ei1tre los especialistas, se
deduce de la forn1a )' del trasfo11do de la l1istoria conte111porá11ea :
1
Me 1O, 15 es tina pr0\1 ocació11 paradójica ..Tesús recoge la forn1a de
las co11dicio11es de ad111isió11 que eran corrientes en el jt1daís1110 de
la época, )' en las que a un obrar de manera determi11ada se le
promete t111 . rest1ltado determinado, pero c11 vez de 1nencio11ar el
cun1plimiento de la ley, que era lo que todos 11abrían esperado,
po11e co1no eje1nplo a u11 «11i11o», es decir, a t111a persona q ue i10
pu ede cu1nplir en absoluto la le)'. Y, así, a pesar de conservarse la
forn1a, se rompe la conexión entre el obrar y el resultado. <<La
proposición 110 inforn1a directa1nente sobre lo que l1a)' que hacer,
sino que prO\'Oca para que se reflexione de nue\ro sobre la conexión
ente las obras )' el resultado, afir1nando que lo decisivo no son las
obras» 117 • Expresiones qu e ei1 Ia tradiciór1 eva11gélica tie11e11 t111
1
sentido co11 orientación parecida so11 «publicanos )' pecadores>):
1
1
ge11te qu e no guarda la le;'.
11 • El tér111ino «11iño» adquiere otra sigr1ificación n1etafórica en Me
!
7, 27s : Sólo los «hijos>} [en griego, la n1is1na palabra significa
<<niño» e «hijo »; lo n1Ísm o que en ale111án <<Ki11d>>], i10 los perros,
tie11en derecho a recibir al in1ento de la mesa del padre de fa1nilia. Y,
así, en este caso, «ni11o» (o «l1ijo») tiene la i1ota de significado :
«aquel q L1e tiene derecho».

• «Niño» en el contexto de tin campo léxico

1
E11 Me 1O, 14 se les promete a los niños el reino de Dios : a ellos
1
les perte11ece ese reino. Con ello se cuenta a Jos i1i11os entre aquel
grupo de perso11as a quienes se les aplican los macarismos. Entre
los receptores a quienes se promete el reino d e D ios> se enumeran
en el Nuevo Testamento : los menores de edad (Mt 11, 25), los
1 . niños)' los pequeñitos (Mt 18, 1-14 ), los pobres, los que lloran, los
no ' 'iolentos, los humildes, los que a1nan la paz, los perseguidos

1
por causa de la justicia (sermón de la i11011taña) . El co11cepto
118
opuesto lo constitU)'en los sabio s (Mt 11, 25) • Los 11iños p erte-
1 necen tan1bién al grupo de aquellas perso11as de quienes se ha11 de

11
C ita ton1ada de E gger, E\X'NT 3, 9s. El luga r paralelo de Mt 18, 4 convierte
-
Ja pro,·ocación en u11a enseñanza, :va que el hecl10 de «ser niñ o» se interpreta con10
l1umildad, y Jas palabras acerca de la con1u nidad de la casa de Dios se sitúan bajo el
signo del niño (Mt 18, 1s).
••:. Sobre el ca111po léxico relativo a esto, ''éase Frar1kc111olle, Die Offe11barung
1
a?1 die Unn1iindigen: Biblische Handlungsanweisunge11, 80-108, especialmente 89s,
99s.
''

144 la lectura bajo el aspecto sincrónico

preocupar los discípulos (Me 9, 37 par). Este grupo abarca a los


pt1blica11os y pecadores (véase Le 15), a los enfern1os, a los que
tienen hambre, etc. (véase Mt 25).
Otro acceso a la comprensión de la palabra <<niño» nos lo
proporciona el hecho de tener en cuenta la estructura narrativa, por
ejemplo en relación con Me 10, 13-16 119 : El texto habla de cam-

bios: los i1iños reciben la be11dición, tienen derecho a entrar en el


reino de Dios; los discípulos son, en un primer i11omento, los que
120
se oponen a ello • Las relaciones entre los personajes ''ªn cam-
biándose en el proceso de la acción. Se ''ence la separación, y se
restablece la cercanía .Y la participación 121 . Por n1edio de este
contexto 11arrativo, se aclara también el significado de «niño».

'
e
EL ANALISIS NARRATIVO

Pertenece también al án1bito de la semántica el llamado análisis


narrativo, que estudia la índole y la función de las narraciones 122 •
El análisis 11arrativo podría estudiarse también bajo el concepto de
«Sen1ántica del texto>>, ya que se oct1pa principalmente de dos líneas
de se11tido, a saber, de las acciones (línea de sentido de las palabras
de <<l1acer») y de las personas que actúan. Por la in1portancia que
tiene para los textos del Nuevo Testame11to, que en an1pli.os secto-
res son textos nar1·ativos, y por los problemas específicos de los
t extos narrativos, será preferible exponer en una sección especial de
la sen1ántica el análisis narrativo. ·
Como el análisis demuestra, está estrechamente vinculado con la
pragmática del texto y se puede describir también en relación con ella.
En las narraciones se relatan cambios de situaciones: un estado
se modifica por la influencia de diversas fuerzas. Se describen
sucesos/acciones que se suceden los unos a los otros en un. orden
determinado y que están vinculados unos con otros. Y se presenta a

119
D. Patte,}esus' Proriou¡1cemer1t about Entering the J(ingdom like a child. A
Structural Exegesis: Semeia 29 (1983) 3-42, especialmente 4-11.
120
Sobre las oposiciones, véase Patte,}esus' Prono11-rice1nent, 22-38, 39.
121
Patte, }esus' Pronouncenient, 24s, determina, basándose en el análisis inter-
no del texto, las oposiciones «unión-separación» . Pero l1abría que investigar n1ás
111i11 uciosan1e11te las oposiciones observadas por él: «Santo-profano» y <<activo-

paSI\'0 ».
122
. Greimas, Semantica strutturale, ofrece estudios muy extensos sobre textos
narrativos.


1

Análisis semántico 145

quienes lle\ a11 la acción )' que actúan para que se produzca11 cambios.
1

Lo mismo qL1e las acciones, los que lleva11 la acción se encuentran


al1ora en relació11 mutua. En la exposición, el narrado1· puede emplear
variados recursos lingüísticos para dar efectividad a las narraciones
conforme a sus deseos (conforn1e a su i11tención «pragmática»).

El análisis narrati''º i11vestiga textos desde el aspecto de las accio11cs/sc-


cuencias de acciones narradas en ellos )' de los que en ellos se presentan
como rortadores de la acción, )' asimis1no desde el aspecto de las relacio-
11es que existen entre ellos. Además, el análisis narrativo pretende destacar
los rect1rsos lingüísticos empleados en los textos bíblicos )' de los que se
sirve el narrador.

A la vista de los intentos recie11tes de la investigació11 sobre las


narraciones por poner de relie\re sus estructuras fundamentales,
será tarea del análisis de las narraciones bíblicas el investigar qué
peculiaridades muestran esas narraciones, tanto por lo que respecta
a la secuencia de acciones como a las fuerzas ql1e Hay que
elaborar, pues, una teoría narrativa adecuada a los textos bíblicos
que corresponda a la índole específica del Nuevo Testan1ento (y de
la Biblia en general) 123 •
Ha)' toda una serie de teorías narrativas elaboradas, pero co1110
éstas muestran frecue11temente alto grado de abstracción, la metodo-
logía que sólo pretenda ofrecer una iniciació11 no podrá hacer referen-
cia si110 a u11 a selecció11 de los 1nétodos existentes a este respecto.

Lecturas
Nos ofrecen una visión de conjunto de los modelos de análisis
narrativos: E. Gülich - W. Raíble, Ling11istisc/Je Textmodelle, 192-314.
Podemos ver análisis narrati,1 os de textos bíblicos en los trabajos de H.
] . Hauser, D. Mínguez )' W. Egger. Sigue siendo una obra fundamen-
tal: V. J. Propp, Mo1pl1ologie des i\1arc/1ens 124 •

En primer lugar, habrá que aclarar la terminología, que no es


123
Egger, Nacl1fofge, 3.
124 Gülicl1 - Raíble, Lingu.istisc/Je Textmodelle, 192-314; V. J. Propp, A101folo-
gia della fiaba. Con u11 interven to di Claude Lévi-Strauss e una replica delJ'autore, a
cura di G. L. Bra''º (Turín 1966). Más bibliografía: R. Barthes, Introduction a
l'a11alJ Se str1tcturale des récits; Bren1ond, Logiq1-te du récit; W. Haubrich (ed .),
1

Erza/J/{orsc/J1t11g. Tbeorien, Modelle und Methode11 der Narrativik (Gotinga 1976 );


C. Kal1rmann e.a., Einführu11g in Gru11dlagen und Verfahre11
(Kronberg 1977); K. Kanzog, Erza/Jlstrategie. Eine Einführung in die Norn1einü-
bung des Erzahlen (UTB 495; Heidelberg 1976); E. La1nmert (ed.), Erzal1lfor-
sc/J1tng. Ein S)1 n1posion (Stutrgart 1982); K. El1licl1, Alltaglicl1es Erza/Jle11, en I\..
1 \Xlegcnasr (ed.), Erza/J/e11 f1¡r f(inder. Erzd/;le11 vo11 Gott (Suttgart 1980). -Estudios
1

1
146 La lect1,1ra bajo 'el aspecto sincró12ico

uniforn1e ni i11u cho 1nenos. ¿Hasta qué punto se diferencia11 la


narraci ón, la l1istoria )' el relato? 125 • En adelante entenderemos p o r
narració11 un texto qu e cue11ta co1110 elen1entos acciones )' p erso11as
que lle\1 an la acció11. D ejare1nos a un lado la referencia a la realidad
( )1 a los problen1as de Ja historicidad).

La necesidad de co1nprender 1nás la índole propia


de las i1arracior1es se deriva ele la i111porta11cia qL1 C les
en mucl1os aspectos : Por Jo que respecta al m e11saje bíblico, es
126
característica· u11a estructura funda111e11 tal narrati''ª • Ei1 el aspec-
to antropológico, narrar es «U11 a acti,,idad fundamental, t1na activi-
dad social, q Lle sirve para la elaboración d e vivencias y que debe
127
constitL1ir id e11tid ad social » • En mucl1as conversaciones de la
,,ida cotidiana 11a)' narraciones. Ha)' n1ucl1as cosas que n o pueden

co111unicarse en absoluto si110 a través d e narraciones. Esto se aplica
especial111e11te a las experiencias )' a la l1istoria de la ''ida de una
p erso11a, así con10 también a la 11istoria de la fan1ilia y de la
, con1unidad en la que la persona vive. Las l1istorias ª)' Udan mucho
para que nos orienten1os en 11uestro rnundo, para qt1e nos con1por-
ten1os ad ecuadamente. Ade1nás, la comunidad de la I glesia se e11-
ti ende a sí inis111a con10 «con1t1nidad narradora» en la que se
tra11sn1i ten por i1arració11 las palabras y los h echos d e Jesús 128 •

1. Los modelos de texto


subyacentes al análisis narrativo
·Tanto el inétodo histórico-crítico con10 las teorías de la narrati-
,,idad propugnan mod elos de textos, es decir, propugnan concep-
cio11es sobre la peculiaridad de los textos narrativos . E n parte, esas

exegéticos: J. Calloud, L 'anal)1se stru.cturale d11 récit. Quelq ues éléme11ts d'une
n1éthode: FoiVie 73 (1974) 28- 65; Id. , Str1tct1-tral Ar1al)1sis o( t/Je l\1arraci·ve (Filadel-
fia 1976); Egger, Nac/1folge, 6-48 (perspectiva de las teoríás sobre la narración); E .
Güttgemanns, Ei11leitc11de Bcn1erk11ngen z14r str11kti1ralerz Erza/-;LforscJJtf.ng: Ling-
Bibl 23/24 (1973) 2-47; Id., Narrative Anal)'Se S)'>1optischer Tc.Y:te: LingBibl 25/ 26
(1973) 50- 73; Margucrat, Str1f.ktMrale._Textleleti-iren; Ha}1n (cd. ), Der Erzal;Ler des
Eva11geli1trns.
I\.re111er, Lazar11s, 28, prefiere para la perícopa de Lázaro Un 11) el tér111inc)
«na rración »,)'ª que la «11arraciór1 >, está caracterizada por u11a estructura n1ás n1arca-
da gue la «historia» .
126
Sobre la estructura f u11dame11tal narratÍ\'ª del n1ensaje bíblico, véase entre
otros E. Are11s, Narrative T/1eologie 1t11d tl1eologiscl1e TJ1eorie des Erzal-J/ens: KBI
110 (1985) 866- 871 (bibl.).
127
Lev.rando•vski, 'V:/orterbuc/J, artículo Erza/;fe11.
12
E11 este aspecto causaron gran sensación los siguientes artícul os: J-i. \Xlein -
¡;
rich , Narrative T/1eologie: Conciliu m 9 (1973 ) 329-334; J. B. Metz, Kleine Apologie
des Erza/,fens: Jbíd., 334-341 .


A11álisis semá11tico 147

1
concepciones se refieren sólo a algt1nos factores que inter,rienen en
1 la co1nu11icación por 1nedio de textos narrativos. Tambié11 los tex-
tos narrativos deben contemplarse en el campo total d e la con1uni-
cación: hay un narrador que escribe un <<texto narrativo» para el
• oyente, para influir en él de 111a11era determinada. Habrá que aclarar
en cada caso concreto l1asta qué punto el texto narrado se refiere al
129
i11u11do real o a un «t11u11do 11arrado>> ;.habrá q uc aclarar tambié11
11asta qué punto coinciden el narrador real y el «11arrador 11arrado»,
o bien el O)' e11te real y el «O)'e11te narrado» 130•
Entre los diversos procedimientos de análisis, y dentro del
n1arco de una iniciación a los n1étodos, no podremos exponer sino
1 unos cuantos 131 • El pri11cipio elegido por V . J. Propp para el
1 a11álisis de los cuentos de hadas 132 ha te11ido a1nplia eficacia históri-
ca. Las narraciones, para Propp, so11 co111binaciones fijas de accio-
nes )' portadores de la acción. Segú11 Propp, ·para los cue11tos de
hadas so11 esenciales las «funciones », es decir, las accion es de los
personajes que aparecen desde el punto de vista de su vinculació11

co11 el tra11scurso de la acció11. Según Propp, el 11ú1nero de las
«funciones» (así denomina Propp a las acciones en el cuento de
1
hadas) es limitado)' alcanza la cifra de 31 133 • Su orden de sucesión
es siempre el mis1110 134 • Todos los cue11tos de l1adas son desarrollos
y variantes de esa misn1a f órn1ula fundame11tal. El nú1ne1·0 de los
personajes que actúan en el cuento de hadas asciende a 7; esos
personajes se hallan en relaciones fijas unos con otros 135 , así con10

1
129
Véase, a este propósito, J. Anderegg, Fiktion 11.nd I\.ommuriikation (Gotinga
1977).
130
Véase, a propósito de elJo, entre otros autores: lser, Der Akt des Lesens,
50-66 (concepto de lectores y co11cepto del lector implícito); R.M. \Y.lho Is
«tl1e Reader,. of Mark's Cospel, 38-49 (véase anteriormente c. 1, nota 1).
131
1vlás extensamente en Egger, Nachfolge, 8-48: a propósito de Propp, Dun-
des, Bremond, Grei111as, Güttgen1an11s y Bartl1es.
132
De ahora en adela11te se citará la edición italiana (nota 124), porque en ella se
aclararo11 algunos pasajes oscuros que había en la edición original, )' la aclaració11 se
efectuó en parte mediante correspondencia epistolar con Propp; véase lo que expone el
editor con respecto al niétodo de la traducción: lbíd. , 229s. La edición original rusa se
publicó en Leningrado (1928); la traducción alemana: A1or·p/7ofogie des Alfiirchens, en
lvl unich (1972). La edición alemana contiene un artículo de colaboración escrito por E.
Meletinskij, Ztfr str11kt11rell-t;1pologisc/Jen ErzaJJlforscl111ng des Volksmarcl1ens, 179-
214. U11a iniciación a la y la obra nos la ofrece: R. Breimeyer, Vladimir}akovlevic
Propp (1895 -1970). Leber1, Wirke11 und Bedeutsarnlteit: Li11gBibl 15/16 (1972) 36-66.
Véase más inforn1ación bibliográfica en Egger, Nacl1folge, 7.
133
Propp, AJ01fologia, 27s.
134
Jb 1'd., -18 s.
Jbíd. , 85s, menciona: antago11ista, generoso, auxiliador, princesa (la
-
l1ija del Zar) )' su padre (tina pareja), mensajero, héroe, falso héroe.
148 La lectura bajo el sirtcrónico

existe también conexión determinada entre las funciones y los


portadores de la acción 136 • Sobre este principio, es decir, sobre el
inventario de las acciones y de los personajes que actúan )' de las
estructuras existentes e11tre ellos, se basa11 muchos análisis moder-
nos de textos 11arrativos 137• Esos análisis se esfue1·zan muchas veces
en efectuar una reducció11 del conjunto de la acción y en determinar

con precisión la relación entre las personas act.L1a11tes 138 •
Vamos a presentar ahora varios modelos qt1e los investigadores
desarrollaron siguie11do a Propp, y que pudieran subyacer a un
análisis de un texto narrativo. Para ofrecer una perspectiva más
clara, distingui111os aquí entre modelos que tienen en cuenta más
bien las secuencias de la acción, y modelos que se fijan más bien en
los perso11ajes que llevan la acción.

1.1. Modelos para el análisis


de secuencias de acciones
• La na11ación como ape1-tura
de posibilidades

C . Bremond 139 , en el análisis de narraciones, dedica especial-


mente su interés a los puntos neurálgicos de la narración. En efecto,
en toda narración habría puntos neurálgicos en los que se abren
alternativas para el transcurso ulterior. Es importante para la com-
prensión de las narraciones el tener en cuenta tales puntos decisi-
vos. Es verdad que en la narración se cue11ta únican1ente una de las
posibles alter11ativas. Sin embargo, en virtud de reflexio11es lógicas
y de experiencias generalizadas, y por la comparación con otras
narraciones, se puede averiguar en qué lugares de la narración se
abren alternativas. El esquema fundamental, representado e11 la
figura 18, es d'e nominado por Bremond <<secuencia elemental» 140 •

136
1bíd., 85s, 105s.
Una aplicación n1inuciosa intenta hacerla P. J. De Pomerol, JI vangelo come
137

racconto. Analisi morfologica del va11gelo di Matteo (Turín 1983; traducción del
francés: Qr-tand u12 évangile nous est conté [Bruselas 1983]).
138
Sobre todo E. Güttgemanns, Ei11leitende Bemerkungen, ha desarrollado
más este enfoque )' ha confeccionado un repertorio de función transformada.
También para el análisis de un texto narrativo bíblico son esenciales las constantes
de una narració11 n1encionadas por Propp, a saber, las acciones )' los personajes qu e
llevan la acción.
139
Bremond, Logique du récit. Véase, a propósito de elJo, Egger, Nac/1folge,
28-34 (bibl. ).
140
Brernond, Logique du récit, 131.
A11álisis semántico 149

Exito
!
1
Actualización

Situación que Fracaso
abre una
posibilidad
No actualización

Un ejemplo concreto
------ curado
llega el médico
llama al médico/ --___no curado
Alguien no llega
está enfermo el médico
l.
no llama .
al médico

• figura 18. La sec1-tcncia elc1ne11tal Bremo11d.


l

Este modelo nos invita a reflexionar sobre lo que l1abría sucedi-


do si u110 de los personajes que lle\1 an la acción hubiera adoptado
una decisión distinta. Esta representació11 gráfica de las alternativas
de acción ofrecidas por el texto se efectúa por medio de u11 «árbol»
de consecuencias. .
Un procedimiento de análisis orientado de esta manera es espe-
cialmente adecua.do para textos que tratan de decisiones. Pone en
claro el significado de las alternativas y muestra las consecuencias
f de una decisión. Como la conexión entre el «hacer» y las «conse-
1
1
cuencias» se cuenta entre las estructuras fundamentales de las na-
1.
• rraciones bíblicas y de las instrucciones que nos da la Biblia, esta
perspectiva es también muy apropiada para los textos bíblicos,
como vemos también por el hecho de que Bremond mismo tome
para el análisis muchos ejemplos de la Biblia 141 •

• La narración como combinación de motivos

La clásica historia de las formas se ocupó ya de la cuestión


acerca del transcurso de la acción, sobre todo en las historias de
milagros. La atención se fija en las pequeñas unidades de acción de
las que están compuestas las narraciones: una narración es una

14 1
Jbíd., 234, 236, 244s, 257 y otros pasajes.

t
1
152 La lect1-1ra bajo el aspecto si11crónico

2. Realización del análisis nar1·ativo


Los 111odelos presentados so11 apropiados para su utilización en
el análisis a 111odo de ci1adro o cuestior1ario para el estudio de
cualquier texto. Natural111ente, no todo cuadro o cuestio11ario vale
para ct1alquier texto . Probando ese cuadro o cuestio11ario, se verá si
pueden adqt1irirse id eas gracias a él. En general, i10 toda for111a de
análisis narrativo será igualmente fecunda para el estudio de cual-
quier texto bíblico. En el a11álisis de textos i1arrativos , lo pri111ero
qu e l1a)' que 11acer es transformar el texto en un objeto de investiga-
ción 1101nogé11eo.

2. 1. La t1·ansformación del texto


en un objeto 1'Jomogéneo de investigación
Co1no el análisis i1arratÍ\ 0 se lin1ita i11etódica111ente a las accio-
1

nes )' a los personajes que llevan la acción, es decir, analiza única-
n1ente las estrt1cturas de la acción y hace abstracció11 de otras
estructuras (aunque, como es 11atural, el texto narrativo debe inves-
tigarse tan1bién con los inétodos del análisis lingüístico-estilístico,
del análisis semá11tico, etc.), el texto r1arrativo debe transfor1narse
en objeto de in, estigació11 adcct1ado p ara se1nejante análisis. La
1

,
transformación en una versió11 ab re\riad a, que es necesaria para el
análisis de textos narrativos largos, no suele ser necesaria en el caso
de ..las narraciones bíblicas, ya que en ellas se tr,ata de textos breves,
en cuyo análisis pueden tenerse en cue11ta todos los ele111entos
narrativos.
., Sin embargo, son necesarias dos formas de transforma-
c1on.

• La t?'ansf01·mación de discu1·sos
di1-ectos e indirectos
Como e11 el análisis narrativo se i11vestigan únicamente accio-
nes, resulta que los discursos directos que se encuentran a inenudo
e11 las narraciones no son objeto directo del análisis narrativo . Sin
e1nbargo, los verbos de decir con que se introduce el discurso
directo no deben elin1inarse del análisis de la acción 146, porqu e esos
\rerbos, con10 n1edios que son de ejercer i11fluencia entre los perso-
11ajes, suponen acción )' por este motivo son importantes para el
análisis narrativo. La li11güística emplea, a este respecto, la expre-

146
Con10 propone Mí11guez, Pen tecostés, 81.


AJ1álisis seniántico 153

147
sió11 <<acción verbal>> • Cua11do alguien dice a otra perso11a: <<¡ Haz
esto! >> , entonces la acción verbal es in1ponerle u11a «exige11cia>»;
cuando le d ice : «Si haces eso, tendrás que cargar con las consecuen-
cias», e11tonces la acción verbal co11sistirá en u11a <<ad\1 ertencia» . Por
consiguiente, para lograr que sea fructífero para el análisis de textos
narrativos el carácter de acción que se encierra en los verbos de
decir, l1ab·rá que sL1stitt1ir por una palabra de «acción» los verbos de
decir ju11tan1ente con el discurso directo (o indirecto) que siga; por
u11a palabra de «acción» -decimos- que exprese la correspo11diente
acció11 verbal. Tales acciones puede11 ser : preguntar, res-
ponder, pedir, 1nandar, no1nbrar, aconsejar, a1ne11azar, pron1eter,
censurar, etc.

• La t1'ansformació11 de la secuencia
de acciones
En la exposición de acciones, el narrador no está ligado a la
¡
secuencia cro11ológica o causal; siguiendo técnicas narrativas, pue-
de narrar con posterioridad las razones qt1e n1ovieron a la acció11 ,
etc. Si11 embargo, para el análisis na1·rativo l1ay que establecer el
orden de sucesión o la secuencia de las acciones según las conexio-
nes cronológicas, causales y lógicas . Esto sig11ifica que los suce-
sos/ acciones debe11 orde11arse de la mis1na n1anera que se sucedie-
ro11 en el tiempo; significa, asimisn10, que las causas debe11 ponerse
antes de los efectos; y que deben realzarse claran1ente las oposicio-
nes contradictorias o contrarias, por ejemplo la oposición entre el
estado inicial y el resultado final .

2.2. El análisis propiamente tal


En el a11álisis propiamente tal, se investiga el texto desde el
aspecto de la secuencia de la acción y desde el aspecto de los
! personajes que llevan la acción .

• Determi1iación de los puntos neu1·álgicos


Son plintos neurálgicos de la narración aquellos lugares en los
que la acción pudo haber transcurrido de nlanera distinta a lo que
• se l1a narrado . Algu11os puntos i1eurálgicos son in1portantes; otros
lo son menos. La exposición del análisis puede representarse ei1
for1na de árbol.

147
Véase más adelar1te (pragn1ática) .

1
150 La lectura bajG el aspecto sincrónico

co111binación más o n1e11os sólida de motivos (así se denon1i11an los


más diminutos ele1nentos de la narración). Según sea la índole de la
con1binación, se podrá distinguir también e11tre los diferentes géne-
ros y subgéneros 142 •

1. 2. Modelos para el análisis de pe1·sonajes


que llevan la acción
Se l1an presentado también diversos modelos para el análisis de
las personas que actúan .

1.2.l. El niodelo de actantes


Continuando el e11fogue esbozado por Propp, vemos que Grei-
143
mas define así más co11creta1ne11te la relación entre las personas
que actúan . Grei1nas habla de «actantes», )' se refiere co11 ello a los
actuantes en sus relaciones recíprocas (a las personas concretas que
actúan, las lla111a él «actores»). Greimas reduce a tres pares el
n(1mero de actantes : sujeta-objeto, emisor-receptor, auxiliador-
adversario. El primer par tiene en común el plano del querer; el
segundo par, el plano de la co1nunicación ; el tercer par se cue11ta
entre las circunstancias de una La figura 19 n1uestra los
pares de actantes y su disposición como tales .

14
Los análisis de motivos en las l1istorias de n1ilagros, tal como los efectuaba la
:?
l1istoria de las forn1as, fueron desarrollados ttlteriormente sobre todo por G. Tl1eis-
sen, Urc/Jristliche Ein Beitrag zur formgeschichtlichen Erfor-
schung der S)' noptischen Evangelien (StNT 8; Gütersloh 1974), y luego por Pesch -
Kratz, So liest man s;1noptisc/J, 3, )' X. Léon-Dufour, Str14.cti1,re et fonctio11 du récit de
miracle, en J. N. Aletti e.a., Les miracles de Jésus (París 1977) 289-353. La lista dada
por Theissen, WundergeschiclJten, 82s, comprende cuatro grupos de n1otivos: entre
los motivos introductorios se cue11tan: 1) la llegada del taun1aturgo; 2) la aparición
de la n1ultitud; Ja aparición de 3) los que están necesitados de ayuda; 4) Jos
representantes; 5) los emisarios; 6) los adversarios; 7) la motivación para que
aparezcan los antagonistas; e11rre los motivos expositivos se cuentan: 8) la caracteri-
zación de la situación desgraciada; la aproximación al taumaturgo con 9) dificultad,
10) postrá11dose ante él, 11) con clan1ores pidiendo ayuda, 12) con súplicas )'
expresiones de confianza; el recl1azo por 13) incomprensión, 14) escepticisn10 )'
mofa, 15) crítica, 16) resistencia del demonio; conducta del taumaturgo con 17)
excitación p11eu1nática, 18) palabras de co11suelo y aliento, 19) argumentación, 20) el
l1echo de st1straerse; entre los n1otivos centrales se cuentan: 21) la preparación
escénica: la acción milagrosa 22) toca11do, 23) pronunciando palabras qu e sanan, 24 )
pronunciando palabras que obran prodigios, 25) la oración, 26) la co111probación del
rnilagro; entre los n1otivos finales se cuentan: 27) la den1ostraciór1, 28) el despedir a
la ge11te, 29) el mandan1iento de n1a11te11er en secreto, 30) la admiració11, 31) la
aclamació11, 32) la reacción de rechazo , 33) la di\ ulgación de lo sucedido.
1

143
Greimas, Sema11t1:ca, 207-232 .


• Ar1álisis semántico 151

dador objeto receptor

r
auxiliador

st11eto
• adversario

f'igura 19. El modelo de actantes segiír1 Greimas .

1.2.2. Modelo de comunicación e interacción


.
Para explicar las relaciones entre las personas actuantes, es
decir, para explicar las interacciones en una 11arración, nos será útil
un m odelo sencillo d e interacción (figura 20).
influye
mediante
Actuante en el otro
influencia
verbal o
no verbal
.,
reacaon

Figura 20. Un modelo de interacción._


La influencia qu e el emisor ejerce sobre el receptor puede


precisarse más \'aliéndose d e una lista de las llamadas acciones
verbales. Aduciremos algunos ejemplos: preguntar, responder,
afirmar, describir, explicar, interpretar, saber, esperar, desear, rnan-
tener en secreto, revelar, mandar, exigir, aconsejar, nombrar, dar
• gracias, etc. 144 • •

Las relaciones entre las personas se explican por medio de
preguntas sencillas: ¿Qué relación 1nantiene a con b? ¿Qué relación
mantien e b con a?, etc. Tal modelo, relativan1ente sencillo, )' tal
cuadro de preguntas ª)' Udan a describir las relaciones entre las
personas actuantes, y a describir las interacciones en las que consis-
145
te esencial111ente la actuación humana •

144
Este análisis tiene por objeto los sucesos narrados (es decir, interiores al
texto). En el análisis pragn1ático se estudiarán de nu evo las acciones consistentes en
hablar.
14
Aquí no podemos sino referirnos de pasada a otro modelo que ayuda a
:.
esclarecer las relaciones entre los personajes actuantes, a saber, el modelo del
«can1po de los personajes•,, propuesto por Gerd Theissen, Urc/Jristliche 'J:l1inderge-
sc/Jic/Jte11, 53-56.
154 /_,¡ leer 1<rtl Íltl/O <'/aspecto szncronico

• Detern1i1z,1ció11 de Las relaciones


entre los personajes t¡ue Llevan la acciór1
Para detern1inar la posicic)11 de los diversos personajes que
llevan la acció11, le> pri111cro que ha)' que l1acer es confecc ionar una
lista de tales personajes. I)ara definir las relaciones entre los perso-
najes actLt antes, 11C)S serán c1 e uti lida el las preguntas consignadas e11
la figura 21.
., .,
•t
,
quien (da) que a quien

busca

., t. .'
quien (a)' Uda) ... q u 1en
'
(obstaculiza) quien

f.'igura 2 1. f)etcr111int1ciá>1 {/l' /os fJl'rSOJltl/l'S (/lfl' f/(!'U t-lJJ Ía tlCCiÓn,


seg1i11 el 111oclelu tic actt1111es.

Este modelo es particular111ente adecuado para 11arraciones que


tratan de que se piden cosas; cua11do en una narraci ón el ace11to
recae sobre las relacio11es in terl1umanas, el esquema difíciln1e11 te
se rá aplicable. Para este último caso es n1ás apropiado u11 inod elo
de con1unicación e i11teracció11.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


E INDICACIONES PARA EL MISMO

Después de haber efectuado el análisis lingüístico-sintáctico )' el análi-


sis semántico del texto que se investiga, l1a)' que dar los siguientes pasos en
el análisis narrativo:
• Establecer un objeto de investigación homogéneo
- Subrayar primeramente las palabras de «acción» que l1a)'ª en el
texto.
- Luego, sustituir los ''erbos de decir)' los discursos directos e indirec-
tos asociados con ellos; sustituirlos por verbos que expresen la índole de la
inflt1encia interl1u1nana y que con1unique11 al mismo tiempo el conte11ido
del discurso sustituido.
- Finalmente, hay que poner las acciones en una secuencia lógica,
cronológica)' causal, e indicar la oposición que exista entre el estado inicial
y el resultado final de la secuencia de la acción 11arrada.
Análisis se1nántico 155

• Aplicación de esquemas
de secuencia de acciones
En la realización práctica del análisis narrativo son particularmente

apropiados el modelo de los puntos neurálgicos de la narración según
Bre111011d ·y el i11ve11tario de i11otivos según G. Tl1eissen .
Qué esquerna sea 1nás adecuado para un texto determinado, eso es algo
que sólo podrá decidirse n1edia11te la aplicación misma.
- Análisis de una narración segií11 el modelo de Bremond. Detern1i11ar
los puntos neurálgicos de la narració11, es decir, aquellos lugares en que se
adopta u11a decisión, )' que influ)ren esencialmente en el transcurso ulterior
de la narración. Mencionar las alternativas que se abren en esos puntos
neurálgicos.
l11tenrar
.,
consignar en eJ esquen1a de Bren1ond los elen1entos de la
acc1on:
• • • • • • • • • • • • • 1 • • • • • • • • • • • • • '

1 • • • • • • 1 • • 1 • • • • • • t • • • • • • • • • •

• • • • ' • • • 1 ' • • • ' • • • • • • • • • • • t • •

1 • 1 • • • • • • • • • • • • • • • • • • ' • • • • • •

1 • • • • • • • • • • • ' • • • • 1 • • 1 • • • • • • •

Narrar la historia en ur1a ''ersión alternati,,a: Si en ese punto de la


acción, uno de los personajes actuantes ht1biera actuado de manera distin-
ta, la l1istoria habría transcurrido así: ...
- Inventario de motivos. \Taliéndose del esquema de motivos elabora-
do por. G. Theissen,. determinar
.
cuáles de esos moti,ros aparecen en la
narrac1on que se 1nvest1ga.
• Aplicación de esquemas relativos
a los personajes que llevan la acción
Por lo que respecta a los esquemas relati,1os a los personajes que lle,1an
la acción, la aplicación de dichos esquemas a un texto concreto n1ostrará si
los esquemas son apropiados para el análisis y e11 qué n1edida lo son.
- Por lo que respecta al niodelo de actantes según Greimas. Confeccio-
nar la lista de los personajes que actúan )' ordenar la lista según los
portadores
. .,
de la acción que actúen coordinadamente o que se hallen e11
opos1c1on.

148
Para la aplicación de los restantes modelos presentados, sería necesaria un a
base teórica n1ás amplia que no pode1nos ofrecer aquí.
156 La lectura bajo el aspecto sincrónico

Tratar de responder a estas preguntas con ayuda del texto: ¿Quié11


busca qué? ¿Quién da qué a quién? (Quién ayuda/quiere obstaculizar? En
caso de que pueda darse respuesta a estas preguntas (cosa que no ocurrirá
necesariamente en cualquier texto), rellenar el esquema de Greimas :
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ' t • • • •
•• •••••••• • • ••••••• ••• • • •• •• • • • • • • • • • • • f • • • • • • ' • • • • • • • • • • • • • • • •

• • •••• •• •• •• • •• •• •• • • •• • •• • •• ••• • ' • • • • • • ' • • • • t • • • 1 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 1 • •

- f orlo que respecta al modelo de interacción. Determinar cuáles so11


las influencias que se narran en el texto)' que se ejercen por acciones y por
«acciones verbales» .
Esclarecer las relaciones entre los personajes actuantes, con ayuda de
las siguientes preguntas: ¿Cómo se comporta a con respecto a b; b con
respecto a a, etc.?

3. Ejemplo: Me 10, 46-52 :


Narración de un milagro
149
como historia de fe
1
1
.¡ El a11álisis narrativo debe ir precedido por el análisis lingüístico-
•1
estilístico y por el a11álisis semántico. A propósito de estas dos

etapas de trabajo, haremos tan sólo unas cuantas observaciones
importantes relativas al texto .
.
Por lo que respecta al análisis estilístico y lingüístico, vemos
que todas las frases están coordenadas paratácticamente por m edio
de xaC; únicame11te los v. 48 y 50 se enlazan con óé. L os verbos se
hallan, todos ellos, en formas finitas, con excepción de algunos
pocos participios (v. 46, 4 7, 49 [dos veces], 50 [2 veces]). En la
11arración, Me pasa dos veces al presente histórico: en la introduc-
ción (v. 46) y en la descripció11 del clamo1· con que la multitud llan1a
al ciego (v. 49). El imperfecto, utilizado en los v. 46, 48 (2 veces) y
52, expresa u11 comportamiento permane11te, una acción duradera.
E11 el discurso directo de los v. 49b y 52 e11contramos dos casos de
asíndeton.
En el aspecto semántico se observan principalmente tres grupos
de expresiones que, como líneas de sentido, recorren el texto y
dejan en él su impronta:

149
Stock, Umgang mit theologischen Texten, 85-93.
f •

1
Análisis semáritico 157
'
,
\1erbos de mo,1imiento ()' de oposición al movimiento):
llegar estar sentado, etc.;
\1erbos de llan1ar ()' oposición)
gritar, llamar callar
Palabras para designar
1 salvación/desgracia:

ciego
1

Las oposiciones 111ás in1porta11tes del texto se hallan for1nuladas


claramente al principio y al final del mismo: estar sentado, ciego,
junto al can1ino -recibiendo la vista, seguir (a Jesús) por el camino.
Por la transición de un estado al otro, transición que se hace posible
t.
por el hecl10 de pedir a gritos, se ve claramente lo qt1e para Me
significa la <<fe». Por consiguiente, Me 1O, 46-52 es una l1istoria del
éxito que tiene pedir a gritos.
Después de la transforn1ación del texto en un objeto de investi-

gación homogéneo, se aplican al texto los diversos esque1nas pro-
• puestos en el estudio de los modelos .
'
3 .1. T1-ansformación del texto
Ape11as ofrece dificultades la transformación del texto en un
objeto de investigación homogéneo : La unión de palabras <<gritar+
discurso directo Qes{1s, Hijo de David, ten misericordia>>) (v. 47s)
debe tra11sformarse en una expresión que enuncie no sólo la con-
fianza en Jesús como hijo de David, sino también la súplica implo-
rando n1isericordia. Parece que la expresión apropiada es «petición
llena de confianza». Ofreceremos en perspectiva la transformación
1
de las demás uniones de palabras:

''· 49: Jesús dice: Lla1nadle hacer venir


'
''· 49: llaman al ciego)' le dicen : llamarle
¡Anímate! ¡Levántate! ¡Te llama!
''· 51: Jesús dice: ¿Qué quieres que preguntar qué deseo

haga por ti? se tiene
''· 51: le dice: Rabbuni, que recobre la responder, orar con

vista plena confianza
\'. 52: dice: Vete, tu fe ... conceder la petición
La secuencia de las acciones es de orden cronológico y causal,
de forma que no es i1ecesario volver a ordenar las acciones para
proceder al análisis. Claro que en este proceso de tra11sformación
quedan sin tenerse en cuenta mucl1os aspectos.
158 La lectura bajo el aspecto sincrónico

3.2. Aplicación de esquemas


Mediante la aplicación de los esquem as desarrollados para el
análisis de sec11encias de acciones y de personajes que llevan la
acció11, se puede describir con más precisión la índole narrativa de
Me 10, 46-52. En los diversos esquemas .se describen las posibilida-
des y los límites de la aplicación.

• Alternativas de la narración (según C. Bremond)


Me 1O> 46-52 muestra n1uchísimos puntos neurálgicos en los
que la narración l1abría podid o prc)seguir de manera distinta.
1) 2) 3) 4) 5) 6) 7)

. , /seguirle
curac1on
ser /
· a's llamado"'-. segui rle
gritar m ::--- "'-.no
salud
obstáculo no ser
llamado
gritar___.-- no gritar
más fuerte
estar / ""ningún
obstáculo
ciego
'
110 gritar

r:igura 22. Alternativas de la 11arració11 e11 A1c 10, 46-52.

En la figura 22 se han numerado los diversos pasos por los que


avanza la acción. Los correspondientes lugares son tan1bién puntos
r1eurálgicos de la secuencia de la acción, como ve1nos por considera-
ciones generales («aquí la historia podría haber seguido adelante de
u11a man era distinta ») y principaln1ente por la comparació11 con otras
narraciones en las que el hilo de la acción prosigue efecti\ amente de 1

manera distinta (por ejernplo Me 3, 1-6; 7, 27; 8, 11 ; 5> 19).


1) Es la situación inicial (ciego; que está sentad o); frente a esta
situación se hallan 6) (= ,·iendo) )' 7) (= ca1n inar) como oposición.
2) Significa: aprovechar la ocasió n.
3) Los obstáculos que tratan de in1pedir una petición aparecen en
las historias normales de 1nilagros (por ejemplo en Me 3, 1-6).
4) Se su pera el obstáculo; de lo contrario, el ciego volvería a la
posición 1).
5) Reacción de] es ús a la petició11. El hecl10 de que] esús por1ga
objecio11es a una petición aparece en Me 7, 27 ). cuando se le exigen
111ilagros espectaculares (Me 8, J 1s).
1. 1

A?iálisis semá11tico 159

1 6) Es expresión de la fe que Jesús reclarna aquí.


1
l 7) Una alternativa sería que el l1ombre se l1icie1-a misionero
(como e11 Me 5> 19s). ·
Con este n1odelo se captan bien las alte1·nati\ as y las decisiones 1

de las que l1abla el texto : el que elige clamar a Dios y elige la fe,
consigue la_ salud.


• La armazón de motivos
El tener en cue11ta los diversos 111oti,ros que aparecen en el
• 150
texto, tal )' como se expo11e en la figura 23 , nos pern1ite tan1bién
reco11ocer los pasos que va dando la acció11.

1. Indicación localizada de la situación, con la aparición del taumatur-


go, de sus acon1pañantes (los discípulos) )' de una 1nucl1edt1mbre de gente
(\'. 46ab, 111oti\1os 1, 3, 4).
1 •
2. Aparición del necesitado de ayuda (a quien se n1enciona por st1
1101n·bre) con escasa caracterización de la necesidad (v'ariante i1arrati\ a: el 1

taun1aturgo encuentra al necesitado de a;ruda) (\ 46c, 1notivos 2, 11 ).


1


3. Cla1nor pidiendo socorro (\ 47, motivo 14).
1

4. Le mandan callar (lo hace la mt1chedun1bre, moti·vo de los qt1e


obstaculizan) ('' · 48ab, n10tÍ\10 12).
5. Re110\'ado clamor pidiendo socorro(\'. 48cd; motivos 14, 15).
1

1
'
6. Se entabla contacto, se le l1ace venir(\'. 49ab, motivos 7, 10).
7. Palabras de aliento ;r consuelo (\ 49cd, motivo 25).
1

1
8. Preparación escénica (v. 50, moti''º 29).
1
1 9. Exploración (v. Sla, motivo 11 ).
1
1
1O. Súplica pidiendo la curación (,,. 51 b, motivo 15).
1 11. Palabras de curación: en for1na de orden de que se marcl1e )' de
reconocimiento de su fe(''· 52abc, moti, os 32c, 25). 1

12. Comprobación del rnilagro (v. 52d, n1otÍ\ 0 37). 1

13. Demostración (\ 52 d, n1oti\ 0 39).


1

1

Figura 23. La arn1azó11 de n7otivos


c12 el relato de curacióri e11 A1c JO, 46-52.

isc Pesch - Kratz, So liest ma11 sy11optisc/J, II, 79.


160 La lectura bajo el aspecto sir1crór1ico

Seg{1n este 1nodelo, se representan las diversas unidades n1eno-


res de la acció11, pero 110 aparecen muy claras la oposición ) las 1

alter11ativas (es decir, la estrtictura propian1ente tal). El resultado


del análisis es bastante apropiado para comparar este texto co11
otros textos analizados de n1anera análoga .

o El rnodelo de til·tantes
Los personajes que actúan son: .Jesús - los discípulos - el ciego-
la multitud. Las relaciones entre los perso11ajes que actúa11 se
pueden explicar clara1nente, en parte, según el modelo de actantes
que aparece en la figura 24. ·

Jesús - - - - - • la vista - - -- -•.- el ciego

la multitud (v. 49)----•.- Bartimeo ....1 - - - - - - la multitud (v. 48!) ·

Figura 24. Los pcrsor1ajes q1"e acti{a,1 en Me JO, 46-52.


El modelo po11e en claro las opos iciones entre los personajes


que actúan, )' diseña bie11 cómo la i11uchedt1mbre se oponía al
principio, pero después prestó ayuda. Tan1bién la fe presta ª)'Uda.
El modelo no es capaz de describir más detalladamente los proce-
interpersonales que son importantes para este texto .

• Modelo de i12teracción
La relación entre los personajes que actúa11 se indica en palabras
clave.

El ciego ante Jesús: petición llena de confianza


. . .
1r en seguimiento
Jesús ante el ciego: llamar
curar
La multitud ante el ciego: obstaculizar
ayudar
f
1

J
10

Análisis pragmático

El que habla con alguien o le envía un n1ensaj e escrito se


propone influir en el oyente/lector: Pretende sugerirle dete1·n1ina-
das ideas, inducirle a cambiar de opinión, moverle a participar en
sentimientos, co11ducirle a la adopción de determinadas formas de
conducta, etc. El hablante está interesado en <<servirse de su me11sa-
je para inover al oyente a una conducta adecuada a la situación. El
151
oyente debe reaccionar a11te el texto» • La llamada «pragmáti-
ca» 152 se dedica a estudiar los enunciados y textos lingüísticos, en
cuanto tratan de influir en el o;rente/lector.

153
La pragmática del texto estudia la dinán1ica de los textos , es
decir, las instrucciones para la acción y la orientación del lector que se
154
efectúa por medio de textos •

El objeto de investigación de la pragmática lo constituyen rnu-


chas veces textos (orales) encaminados al uso y procedentes de la
actualidad, para lo ct1al existe en los lectores variado saber extratex-
tual. Cuando se aplica a los textos bíblicos la problemática p1·ag-
1
.
1nática, hay que tener en cuenta la circunstancia de que poseemos
t los textos, 1nientras que apenas existe el saber extratex-

151
H. Weinricl1, Komn11-lnikation, lnstruktion, Text: Sprache in Texten, 11-20,
espec. 16.
152
En griego, significa «acción».
153
Van Dijk, Textwissenschaft, 68.
154
La pragmática se entiende aquí de11tro de un 1narco n1ás estricto que, por
ejemplo, en Breuer, Ei11fü.hr14.12g, y en Franken1olle, Kon11n11.nikatíves Handeln.
162 lectura bajo el aspecto si11crór1ico

tt1al o el «saber cotidia110>) sobre la con1unicación> que existía e11 el


n10111e11to de la con1posición. Y, así, la orientación del lector se
155
· averigua única111e11te por inedia del texto n1is1110 .

Lecturas
Nos ofrecen una iniciación a la pragmática la obra Fu.nk-Kolleg
Sprac/Je, II, 113-123, )' la obra de miscclá11ca pt1l)licada bajo la <.lircc-
ción de O. Scl1ober: F1>irtktio11en der Sprac/Je 156 . Ha)'
específicas <::11 tor110 al N ti evo Te.sta111e11to, especialn1c11tc por lo q11e se
refiere a la retórica (partict1larme11te c11 las cartas paulinas) 157 )' al
empleo del lenguaje c11 las parábolas de Jesús 158 .

1. El modelo de texto

para el análisis prag1nático
El análisis prag1nático de textos escritos trata de responder a la
159
pregunta de por qué )' para qué se con1puso t111 escrito . El

155
Puede sernos de cierta ª)'Uda la eficacia l1istórica (V:lirk1t11gsgesclJic/Jte) de
los textos, por cuant<.) ésta nos hace ver el potencial de se11tido que "Se er1cierra en los
textos )' Jos efectos éstos produce11. De esta rnanera se capta tarnbién la función
dii1án1ica de los textos.
156
Ade111:is de los estudios sobre la teoría del texto (en la prcsei1te obra, en los
c: 2-4),, especial1ne11te las a _l_a B!·euer, Ei11fi-i/1r1111g;
1·1t11k-l\olleg SpraclJe, 11, 113-123; Ka11zog, Erzal1lstrategie; Scl1l1eben-Lange, Prag-
niatik, )' las secciones correspondientes e11 las siguie11tes obras: Al<111ajian - De1ners
- Harnisl1, Ling11istica, 299-337; \ 7an Dijl.;., Textwisse11sc/1aft; Leo11i - Pigliaccio,
Retorica e scienze del linguaggio; Plett, Textwissenscl;aft, 79-99. Sobre la pragn1ática
bíblica: E. Are ns, l\.omm14n1:J?.ative H a11tili111ge11. Die paradign1atische Bcdeutung
der Gleichnisse Jesu f ür ei11e ngsth_eorie (Di.issel?orf. 1982); Exegese,
§ 14- 17; D. Dormcyer, Der Si11n des Leidens }esit. H1stor1scl1-lcr1t1scl1e und text-
pragn1atische Anal)1Se der Marl<uspassion (SBS 96; Sruttgart 1979); Egger, Nac/J-
_(olge, 195-203; Franke1110Jle, !{onim1111ikatives Handel11; Lacls., Lett11re str1-t.tt11ralis-
te, 25-28; Meynet, lnitiat1:on a la rlJétorique biblique; Schv.1eizer, lv!etap/,orisclJe
Gra1nmatik, 211 -324; Patte, Pa.14/>s Fait/J ancL tl"Je Power of t/Je Cospel; C. J. Reedy,
R/1etorical Concer11s a1id Arg14me11tative Tec/J11iq11es i11 Matt/1ea11 Proriounceme1zt
Stories (SBL Sen1Papers 1983); Tl1eissen, Urc/Jristlic/Je \Ylit11dergesc/Jic/Jten, 229-297
(trata sobre la funció11 social, histórico-religiosa )' existencial de las l1istorias de
tnilagros en el cristianisn10 prin1itivo); W. H. \Xlucllner, Der}akobi1sbrief in1 lic/1t
der R/Jetorik 1411d Textpragniatik: LingBibl 43 (1978) 5-66; D. Zeller, Z1tr Prag-
1natik der pa1"'li11isc/1e11 ThPh 56 (1981) 204-217; Id., \Xliencler
1.f11cl Bekenntnis. Zu111 Sitz in1 Lcbe11 urcl1ristlicher Wundergesc hichten: BZ 25
(1981) 204-222; Id., Die Hei/r,t11g des Aussdtzige11 (A1k l, 40-45). Ein Beispiel
bel,e11nender und \verbe11der Erzahlu11g: TTbZ 93 (1984) 138-146.
157
Sobre la retórica en Pablo, véase especialn1e11te H.-D. Betz, Galatians
(Filadelfia 1979).
15
Véase especial11)e11te Arcns, l\.onim1r11ikative Ha.ndl1111ge11; Frank.en1olle,
¡¡
J( ommrtn ikati·ves 1-fa11 deln.
159
\léase Schlieben-La11ge, JJragmatik, 97: «Para qué 11ablan1os, )' qué nos
pron1eten1os con ello».

Análisis pragmático 163

enu11ciado lingüístico o el texto se entiende como instrumento


utilizado por el autor no sólo para establecer comL1nicació11 lingüís-
tica, sino tan1bié11 para influir e11 el lector con arreglo a la situación
)' para n10\1 erle a una deter1ninada actuación .
Como por i11edio del hablar/escribir se pueden lograr efectos,
se el hablar/escribir como una acción, comprend ida, eso
sí, en el se11tido más amplio de la palabra: mediante el l1ablar/escri-
bir se quiere qt1e aparezcan actitudes, sentin1ie11tos )' forn1as de

cor1ducta, )' se pretende i11fluir en tales actitudes, sentimie11tos )'
for1nas de conducta, )' rnodificarlos. Hablar/escribir es tan1bién u11
obrar, en cua11to por ello se producen IDU)' a ment1do ca1nbios
incluso de las circunsta11cias, como su cede, por ejemplo, por obra
de la redacción de un testa1nento, por un decreto de non1bran1ien-
to, etc. Para caracterizar este aspecto de acción que tiene el hablar,
se i11trodL1jo la expresión <<acción \'erbal», <<acto verbal ». A este
respecto, se puede decir de la declaración escrita algo parecido a lo
que se dice de las declaraciones verbales: podríamos hablar de
• •
<<acc1011es escritas».

La teoría pragn1ática del texto considera la redacción de un texto co1110


«acción por rnedio del escribir» («acción escrita»), por cuanto se pretende
que el texto influ)'ª en las relaciones entre el autor )r el lector )' en el
co11texto de la situación, para modificar tales relacio11es )' tal situación,
consiguiéndolo así a \ eces.1

1.1. Funciones de los textos


(fines pa1·a los que se utilizan)

El que l1abla/ escribe puede proponerse como finalidad diversas


cosas: unas veces querrá sencillamente expresarse)' hacer partícipes
a otros de sus propios sentimie11tos; o querrá comunicar i11forn1a-
ciones, o mover a la acción. Algunas veces, el escribir (por ejemplo,
cuando se escribe11 unas sencillas palabras de saludo) servirá para el
160
fin de hacer más profunda la unión entre dos personas , etc. Los
fines que se propone el hablar no tienen por qué ser siempre
conscientes; muchas veces se persiguen fines no i11mediatos; preci-

160
\léase la breve carta enviada desde Hermópolis en el siglo I de 11uestra era:
«Filia saluda al n1U)' apreciado Apolo11io. En cuanto e11cuentro personas que ir
de ' 'iajc adonde tú estás, siento la necesidad de enviarte saludos )-. .. » (aquí ter111ina el
fragn1ento de papiro). Tomado de J. He11gstel (ed.), PapJ1ri als Ze11g11is des offentli-
c/Jen 1-1nd privaten Lebens (en griego y e11 ale111án) (Darmstadt 1978) 85.
164 La lect1-tra bajo el aspecto sincrónico

sainen te los fines del hablar son a menudo de naturaleza vaga y,


más bien, etérea 161 •
Así, pues, el análisis pragn1ático parte de la observación de que
las declaraciones li11güísticas y, por tanto, ta1nbién los textos no
deben considerarse sólo desde el aspecto del contenido, sino tan1-
162
bién desde el aspecto de la finalidad con que se utilizan • Seg{1n
sea el co11texto de la situació11 en que acontece una declaración, o a
la qt1e está destinado t1n texto, puede tener efectos difere11tes una
inisn1a y ú11ica declaración. La palabra «llueve» puede ser, e11 un
contexto, la respuesta a una pregunta sobre el tiempo que hace, y
otra vez puede ser la negativa a una invitació11 a salir de paseo.
1
El análisis prag1nático distingue entre el contenido del enunciado (pro-
posición), la finalidad de la utilización (función) y el efecto de un texto.

Para sistematizar las distintas funciones de las declaraciones o


textos, se propusieron diversos n1odelos 163 • En consonancia con el
modelo de comu11icación propuesto en la sección «teoría del tex-
to», y con sus factores : autor, lector, texto (como magnitud estruc-
tL1rada co11 un te111a), código, canal, contexto de la situación, se
pueden distinguir los siguientes fines de utilización, según sea el
factor acentuado nJás i11tensa1nente por el escribir 164 :

- la funció11 expresiva (emotiva), cuando se trata pri11cipaln1e11-
·te de la expresión de los senti1nientos del emisor;

- la función directiva (conativa), cuando se trata de un llan1a-


miento dirigido al receptor;
161
Schlieben-Lange, Pragmatik, 70.
162
Muchas veces se hace diferencia (con can1biante terminología) entre el acto
de la declaración, el contenido del enunciado (proposición), la finalidad con que se
utiliza (il ocución) )' el efecto logrado (perlocución); véase el cornpendio en Ulrich,
Linguistisc/-;e Gr1411dbegriffe, a propósito de «Sprechakt» (acto verbal). La ilocución
(por ejemplo una pron1esa) puede a veces especificarse n1ediante un llan1ado verbo
performativo (por ejen1plo «Te pro111eto» ).
163
Mu)' significativo e i11fluyente fue el n1odelo de órga110 del le11guaje pro-
puesto por Bühler, SpraclJtheorie, 28s: Las funciones del son la expresión
(fuerza sinton1ática de la depende11cia e11 que el lenguaje se halla del emisor, cuya
interioridad exp resa), el llamamiento (co1110 dirección que se quiere dar a Ja co11duc-
ta del O)'ente) )' la representación (en virtud de la ordenació11 11acia Jos objetos).
164
El n1odelo de con1u11icación co11 los diversos factores y las funcio11es del
le11guaje están en conso11ancia con el n1odelo propuesto por R. J akobson, Style a11d
Language, 350-377; se l1an tomado de Lack., Letture strutturaliste, 25-28. La lista
propuesta se confeccionó según Dell H. Hyn1es, EtlJnographie des Sprecl1ens, citado
por Schober, Funktio11, 18. E11tre paréntesis figuran las correspondientes denominacio-
nes en Jakobson, Style and Language, citadas por Lack, Lett1-tre strutturaliste, 25-28.
Análisis pragmático 165

- la función referencial (información), cuando se trata de la


representación de un tema;
- la función contextual 165, cuando se trata de tener en cuenta el
contexto de la situación (por ejen1plo : «Lea usted la siguiente
nota»);
- la f·unción poética, cuando la for111a li11güística halla particu-
lar interés;
- la función de contacto (contacto-fática), ct1a11do el contacto
entre el emisor y el receptor se con\rierte principaln1ente en proble-
ma (\ éase, por ejen1plo, el «¡Oiga !» que se dice al come11zar una
1

conversación telefónica);
- la función metalingüística, cuando el texto mismo se convier-
te en el «tema>> (por ejemplo : «¿Qué sig11ifica esa palabra?>>).

Claro que pueden actuar al mismo tiempo \ arios fines de utili-


1

zación o funciones, pero u11a u otra predon1inará.


En las cartas pauli11as sobre todo se e11cuentra11 ejen1plos de las
diversas funciones del lenguaje :
- función de contacto del le11guaje: el encabezan1ie11to de las
cartas e11 el que se indica a quién van dirigidas, los saludos finales
(con especial intensidad en Rom 16); Gál 4, 20: «Q uisiera estar con

vosotros ahora y hablar con vosotros de otra inanera»;
- función expresi\ra: por ejemplo la emotiva presentación que
Pablo hace de sí n1ismo en 2 Cor 11;
- función directiva : las numerosas y variadas instrucciones que
Pablo da a las comunidades, principalmente en las secciones intro-
• ducidas por: <<Os pido y os exl1orto»;
- función referencial : presentación de hechos;
- función profética : por ejemplo 1 Cor 13; Ro1n 8, 31-39;
habría que mencionar, ade1nás, la
166
función i·etórica, que ap arece pri11cipalme11te en Gál ; y la

165
Jakobson)' Lack consideran en conjunto la representació11 de u11 ten1a )' la
cuenta en que se tiene el contexto de Ja situación.
166
Betz, Galatians, teniendo en cue11ta la antigua retórica, se dedica especiaJ-
n1ente al estudio de los recursos retóricos. •
166 La lectura bajo el aspecto si11c:rónico

- tu11ció11 n1etalingüistica: Gál 4, 24: «Esto es una alegoría


(U./1.A.YJ''l'OQOÚ µEva)».

1.2. Medios pa1·a


(u or·ientar) al Lecto1·

En los actos verbales/ actos escritos ha)' que distinguir e11tre la


i11strucció11 )' la estrategia. P()r i11st1·ucción se entie11de11 las i11dica-
ciones que el texto da al lector para que éste pueda orientarse
de11tro del inis1no y en la situación dada 167 , ) ' asi1nismo aquellas
i11dicacio11es que da el texto para que el lector sepa enct1adrar debida-
111ente el i11is1no (por ejen1plo : «Esto es t1na alegoría»: Gál 4, 24 ).
Con el fin de dar eficacia a la i11strucción, se en1plea u11a
estrategia, es decir, se u tiliza11 determinados medios para alca11zar
el fi11. La palabra oral puede ir aco111pañada ta111bié11 de 111edios
extralingüísticos (gestos, por ejemplo actitlJd es de súplica, etc.) . En
el caso de textos, el autor no dispone n1ás que de 1nedios li11güísti-
cos. La elección de estos n1edios depe11de, entre otras cosas, de la
capacidad de actuación lingüística del autor, de la situación existe11-
te en cua11to a la con1u11icación, de las formas de cortesía, de los
co11ver1cionalisn1os, etc. Y, así, una orden puede forn1ularse co1110
deseo, co1110 petición, como pregunta («¿Podría usted ... ?»).

Se denomina estrategia al en1pleo de los 111edios lingüísticos para lograr


el efecto.

Las i11strucciones está11 clarísin1as cuando se formulan en i1npe-


rativo, por ejen1plo : «¡Cierra la ventana!». Pero una misma)' única
instrucción puede expresarse también de ma11era diferente, por
ejemplo en enunciados (proposiciones) de co11tenido di,1erso, ver-
bigracia como obser\1 ación formulada lingüísticamente: «Ha)' co-
rriente de aire», o: <<La ve11tana está abierta», o bien: «¿No ves que
la venta11a está abierta?». Co1110 la forma li11güística de la i11struc-
ció11 puede. ser n1U)' ' ' ªriada, 11abrá muchas veces en que sean
i1ecesarias inforn1acio11es adicionales para entender el sentido preci-
so de la i11strucció11 . E11 las declaraciones li11güísticas, el contexto es
in1portante : Allá do11de hay una est1·uctur a de autoridad, u11a súpli-

167
\7 éase H. \XIei11rich, Tcxtgra1nmatik der franzosisc/1en Spracl'Je (Stuttgart
1982)213.
167

ca puede ser u11a orden \1 elada, etc. 168 • Como ejemplo de orienta-
ción del lector por medio de recursos lingüísticos, n1encionemos e]
sern1ón de la n1011taña (Mt 5-7) : En él encontra111os provocación,
111a11eras agL1das ele hablar, ejen1plos, alt1sio11es a la experiencia,
forrnación de series 16'' .

1.3. Condiciones pa1·a que se log1·e


la a.cción lir1güística

Para que la acción pueda lograr n1ediante el hablar/escribir el efecto


deseado, debe cL1111plirse sie111pre una serie de condiciones.

U11a orde11 que te11ga sentido presupone sie1npre en el hablante



u11a detern1inada situación, )' lt1 cgo prest1pone que el habla11te está
poi· e11ci111a de aq ti el a g uien se dirige la palabra ( derecl10 a dar
instrL1cciones o at1 toridad para l1acerlo ), y presupon e ta111bié11 el
poder de aplicar sa11cio11es para lograr que se cumpla la orden. Para
dar un consejo qu e te11ga se11tido, hacen falta deter111inadas expe-
riencias, conoci111iento de la acción )' de sus co11secuencias, saber lo
que le co11vie11e al que busca consejo. En u11 auté11tico consejo, el
que lo solicita debe conser\rar st1 libertad de decisión; algt1nas veces
será preciso n1encio11ar expresamente esa libertad de decisión: «Te
aconsejo, pero 110 te n1ando » (véase 1 Cor 7) . Al pron1eter algo, el
hablante debe saber que es capaz de cumplir lo pro111etido; debe
saber ta111bié11 que el 0)7 ente da \1 alor al l1echo de recibir algo (de lo
contrario, la pro111esa sería, a lo sumo, una a1nenaza).

La acción por i11edio del hablar/escribir es u11a acción que depende


decisi\1a111ente del contexto de con1unicaciór1 )' del contexto vital; )1 en esto
depe11de, a su \ ez> especialísin1an1ente de las estructuras de cornunicación
1

que existan entre eJ emisor )' el receptor.

De ahí se deducen consecue11cias para el a11álisis de los textos


bíblicos, textos e11 los cuales no existe mucl1as veces ni11gún <<saber
cotidiano» sobre el fi11 con que se utilizan: basá11dose en la simple
forma de la declaración lingüística, sin co11ocimiento de las estruc-
turas de autoridad )' del contexto de la situación i10 puede deter111i-

Dieciocho variaciones de «¡J\1ón ica, cierra la ventana !», e11 F11.11k-Kolleg


Sprac/Je, JI, l 13s.
16
'' \léase Egger, Ha11df¡.t11gsorie11tirrte A11slegung, 135s.


168 La lectura bajo el aspecto si11a·ónico

narse el acto verbal existe11te e11 u11a declaración. Tan sólo cua11do
se co11oce )' ª toda la estructura de co111u11icació11 y de autoridad, se
ve patenteme11te si una declaració11 formulada co1110 súplica es
real111ente u11a súplica o sí se trata de una orden velada.
El a11álisis trata ta1nbién de dilucidar qué condicio11es sociológi-
cas i11fluyen en el acto de l1ablar y escribir, dentro de la correspon-
die11te situació11 de con1unicación y de acció11. Por esta razó11, el
análisis pragmático presupone el pu11to de vista l1istórico )' el pt1nto
de \ ista sociológico 170 • Y, así, la prag111ática, en sentido amplio, se
1

puede e11tender con10 una perspectiva abarca11te que l1ace justicia a


la ma31 oría de los aspectos de u11 texto y que tie11e en cue11ta la
i11tegración de u11 texto en detern1i11adas estructuras de comu11ica-
ción 171• Al misn10 tie111po, desde esa perspectiva puede11 _trazarse
111ucl1as líneas para el a11álisis de los tipos/géneros de textos.

2. Realización del análisis pragmático


En el caso de n1uchas declaracio11es li11güísticas de la actttalidad,
se capta sin rnayores esft1erzos el efecto que se pretende lograr, ya
.1
que mediante informaciones exteriores al texto se co11ocen las
estructuras de co1nu11icación y de autoridad existentes entre el
hablante y el 0;1 ente, entre el autor y el lector. En el caso de los
1
textos bíblicos no dispo11emos 1nás que del texto. Así que te11e111os
l que dedt1cir del texto n1is1no la idea sobre el acto verbal de que se
ttata, la inte11ció11 que persigue el autor, de qué 111anera utiliza él los
recursos lingüísticos para 11acer reaccionar al lector. Por diversas
1·eferencias qt1e hay er1 un texto puede conocerse la fuerza diná1nica
y la intenció11 de mover que tie11e el mis1110. El 111étodo no puede
aplicarse mecánicamente; no da n1ás que i11dicacio11es sobre la
manera de lograr el objetivo del análisis prag1nático.
2.1. Hay acceso directo a la orientación del lector, cuando el
autor n1ismo se manifiesta en este sentido. E11 los evangelios ocurre
así en Le 1, 1-4 y ] n 20, 30s. Según ] n 20, 30, la reacción del lector
-prete11dida por el autor- ante la lectura del texto es una co11fesión
de fe e11 ] esús, que es el Mesías y el Hijo de Dios. Ei1 los textos
pat1linos se nlenciona a veces la índole misn1a del acto verbal, por
170
H. Fra11ken161le, Sozialet/1ik Ne11en Testament. Neuere Forscl1ungs-
ir11
tende11zen, offene Fragen und l1crn1eneutiscl1e T11Berichtc 14 (Zu-
ricl1 1985) 15-88, es pee. 65. Véase también H.-J. Ve11etz, Der Beitrag der Soz iologie
zur Lektüre des Neuen Testame12ts. Ei11 Bericl1t: Tl1Bericl1te 13 (Zuricl1 1983)
87-121.
171
Véase Fra11k.e111olle, Sozialetl-Jik im Neue11 Testament, 63-68.

Análisis pragmático 169

ejemplo: <<Üs pido, os exhorto, os aliento», como sucede por


eje111plo ei1 las partes paren éticas de las cartas paulinas, en las que
Pablo aduce a nienudo la autoridad del Señor y subraya el carácter
autoritativo de sus exhortaciones.
2.2. La instrucción que da un texto puede verse )'ª por la
forma lingi.iística, ct1ando la instrucción se expresa en imperativos.
En efecto, los imperativos son una instrucció11 partict1larn1ente
clara para la adopción de detern1inadas formas de pensar y de
conducirse 172 : «Haya en vosotros los misn1os senti1nientos que .. . »
(Flp 2, 5); «No os preocupéis ... » (Mt 6, 25). Se entienden muy bien
con10 i11strucciones las a111enazas y las adverte11cias. Y lo n1Ísn10 se
diga cuando se en1plea el esquema hacer/ resultado («El que hace . ..,
ese tal ... »; <<el que no l1ace .. . , ese tal .. »). Aparece ento11ces clara-
1nente el esquema de instrucción.
2.3. La instrucció11 del texto se puede reconocer tan1bién por
los valores qt1e se expresa11 en el mis1110, )' ta111bién por la co11ducta
de aquellas personas CU)' OS actos se p1·eser1ta11 más o n1enos clara-
n1ente como ejen1pla en el texto . Así, J n prese11ta ante el lector
muchas figuras en las que éste podrá ver una fe ejemplar (J n 4 : la
san1aritana que llega a creer en Jesús; Jn 9 : el ciego que fue ct1rado;
véase tambjén Me 1O, 46-52: Bartimeo va en segui1nie11to de Jesús).

2.4. Un problema especial es la función diná1nica de las narra-
cio11es. Es verdad que las narraciones no debe11 entenderse como
instrucción directa. Las palabras que una persona actua11te dirige a
otra en una narración no van dirigidas directamente al lector de la
historia, )' , no obstante, una narración da al O)' ente muchas su ge-
rencias e incentivos para que piense de ma11era distinta. Al1ora bien,
en algunas narraciones, el narrador se dirige directamente al lector a
tra\rés de los perso11ajes mencionados en el texto (por ejemplo e11 Jn
11, 4 .25s ). En una narración se representa la solución del problema,
)' por ella el lector puede apre11der cuál debe ser su conducta, si
desea algo parecido. Asimismo, se representan diversas formas de
conducta)' papeles, con lo cual se hace al lector u11a oferta para que
dese1npeñe aqt1el papel. U 11a histo1·ia presenta ante los ojos del
lector unas posibilidades poi· las que él pudiera decidirse. A rnenu-
do la narración (lo mismo que un drama) incita al oyente a identifi-
. . . .
carse 1nconsc1enten1ente con uno o con varios personaJeS, y en esos
casos no sólo se habla al entendimiento, sino ta1nbién al corazó11
del oyente. Por consiguiente, la función dinámica de las narracio-
nes consiste en que éstas invitan a reflexio11ar sobre la propia

171
\Xfeinricl1, Textgran1n1atik , 213 .


' 170 La lectura bajo el aspecto si¡1crónico

cor1dL1cta, a co11ocer alter11ati\1 as, )' a 11acerle participar en los


st1fri111ie11tos, e11 las alegrías )' en las forrnas de conducta.
2.5. Otro procedi1nie11to para captar los efectos que trata de
producir un texto, desde el aspecto de la acció11 \'erbal, consiste en
establecer u11a coordinación entre las accío11es ''erbales bíblicas )'
las acciones verbales que se producen en otr.o s terrenos. Di,1ersos
autores l1a11 co11feccio11aclo listas de actos verbales que puede11
utilizarse tambié11 para la descripció11 de textos bíblicos. To111ados
de u 11a lista preparada por Jürgen Habermas 173 , 111encionaren1os
los sigu ientes grupos de actos ' 'erbales:
- describir, relatar, cornunicar, narrar, 11acer obser\1aciones,
prese11tar contradiccior1es;
afirmar, asegt1rar, responde1· afi1-n1ativan1e11te, i1egar, in1pug-
11ar;
re\1 elar, desvelar, expo11cr, co11fesar, aparentar, negar;
mandar, exigir, pedir, requerir, exl1ortar, per111itir, aconsejar,
advertir, C()nsolar;
- salt1dar, felicitar, agradecer, etc.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


Y DE LAS INDICACIONES PARA EL MISMO

.• Las siguientes preguntas ª)'Udarán a encor1trar en el texto indicacio11es


de la orientación que el autor pretende dar al lector 174:
- Sobre el proceso de coniun1:cación
¿De qué proceso con1unicati\ 0 se trata?
1

¿Qué normas de comportan1iento lingüístico )r social se presuponen en


el texto?
- Sobre la orielitación del lector
¿Qué indicacio11es expresas sobre la finalidad del hablar/escribir se
encuentran e11 el texto?
¿Qué instruccio11es directas e indirectas para el pensar )' el obrar de los
lectores se encuentran e11 el texto?

173
• Hab er1nas, citado por Scl1li e be11-La11ge, Pragr11atik, 48s .
1 1
.7· Véase, a este propósito, Bret1er, EiJ1fiilJr1tJ1g, 212-220.
Análisis prag1nático 171

¿Hasta qué pu11to se hacen explícitos los proble1nas de la relación entre


el autor )' el lector?
¿Qtié \ialores. prese11ta el texto ante los ojos del lector?
Especialn1ente para la orientación del lector por n1edio de textos 11arra-

t1vos:

¿Con qué personajes que aparecen en el texto sin1patiza el 111isn10?
¿Hasta qt1é pt1nto el texto l1ace patente a qué lector se dirige?
¿Qt1é posibilidades de solución ofrece el texto para deter1ninados
problen1as de la comunidad (o del lector)?
¿Con qt1é personajes sin1patiza (o se identifica) el lector?

- Sobre los actos verbales


Las pregu11tas sigL1ientes sor1 n1ás apropiadas para textos paulinos; en lo
qtie respecta al acto verbal «narrar», se aplican las preguntas expt1estas inás
arriba.
¿Quién l1abla/escribe, )' ql1é credibilidad le corresponde?
¿A qué i1orn1as de conducta se somete el círculo de destinatarios a
quien se qt1iere dirigir la palabra?
¿Qué indicaciones ofrece el texto sobre la estructura de autoridad
existente entre el aL1tor )' los lectores?
Mencionar, con ª)'Uda de una lista (por eje111plo la de Haberr11as ),
algt1nos actos verbales que pudieran ser pertinentes para el texto que se
examina, tales como «mandar, aconsejar, explicar, etc.».
¿Qué condiciones deberán cumplirse para que el correspondiente acto
verbal te11ga éxito?

3. Ejemplos
3 .1. 1 Co1- 7: Un diálogo diferenciado
co12 la comunidad
175
1 Cor 7 es uno de aquellos textos en los que se hace explícita
varias veces la relación entre Pablo con10 autor )' los in ie1nbros de
175
\X'. Egger, E/1e urid ]1tt1gfra1-tlíc/1keit. 1 Kor 7 als Beispiel ethischer Argu-
mentatio11 des Aposrels Paulus: I<.onfere11zblatt (Brixe11) 90 (1979) 89-97; N. Bat1-
n1ert, E/Jelosigkeit 1-f11d El1e im H err11. Eine neue I11terpretation von 1 Kor 7 (FzB
47; \Xfürzburgo 1984).

- -
172 La lectura bajo el aspecto sincrórlico

la comunidad de Corinto, )' en los que Pablo inismo se ma11ifiesta


con respecto a las forn1as elegidas para influir, inencio11ando los
actos verbales que él en1plea ( co11fesión, n1a11dato, súplica, opinión,
consejo, etc.). Así que puede11 definirse con precisión la intención
subyacente al texto, la i11strucció11 de los lectores y la reacció11 que
se desea de los mismos.

• Los destinatarz:os
Pablo hace disti11ción clara entre los destinatarios a quie11es se
dirige en las di,rersas seccio11es de 1 Cor 7: Después de hablar sobr·e
el peligro de i11moralidad (v. 1-7), él se dirige a las personas no
casadas y a los viudos (v. 8s) 17(', a aconseja que no se casen;
lL1ego se dirige a los casados, repitiendo ento11ces a los cristianos
casados la prol1ibició11 del divorcio (v. 1Os), al n1ismo tiempo que a
las parejas en que uno de los cónyuges es pagano, les l1ace una
concesión (v. 12-16); después se dirige a <<todos» (v. 17-24), expre-
sándoles el pri11cipio fundan1e11tal: «Cada uno per1nanezca donde
1
177
l ' Dios le llama» ; luego se dirige a los «herrna11os» (v. 25-35 ),
recome11dando una f orn1a d e ''ida célibe, pero, eso sí, recordando a
los casados la vi11culació11 que tie11en con el cónyuge, y permitie11do
a los solteros el matrir11011io; fi11almente, se dirige a grupos co11
l1 proble111as específicos (v. 36-40).
l
l
¡ • Actos verbales J' papel de Pablo 178

En esta sección, Pablo mis1110 explica el alca11ce de sus afirma-


ciones, precisa11do de qué actos verbales se trata: en el v. 6, Pablo
l1abla de una concesió11 que se co11trapone a un «mandato>>; en el v.
7 habla de lo que él «desearía»; en los v. 1O )' 12 distingue él con
toda precisió11 e11tre la instrucción de Jesús (a la que corresponde
particular auto1·idad) y la norma que él mismo propo11e pa1·a casos
n1atri1noniales difíciles. E11 el v. 17, la inst1·ucció11 de que cada uno
viva según la vocació11· que le ha sido concedida es declarada con10
instrucció11 válida 110 sólo para la con1u11idad de Corinto, sino para
todas las con1u11idades (<<de validez universal para los cristianos»).
Sobr·e la cuestió11 de las «vírgenes» e11 el v. 25 179, Pablo no 11a
176
Según Bau111ert, E/Jelosigleeit, 49-52, Jos v. 6-9 forman un conju11to único.
177
!bíd., 99.
17
Para la explicació11 de Jos diversos actos verbales, véa11se los con1e11tarios
1;

su.b loco )', principalmente, Baumert, Ehelosigleeit.


179
Según Bau111ert, El?closigkeit) 162-164, se trata de u11 grupo concreto dentro
de la co111unidad.
1

1 Análisis pragmático 173


i •

recibido del Señor ningún mandamiento. Como razón para preferir


la vida célibe, Pablo adttce la ma11era en que él mismo vive: él puede
sostener una «Opinió11/idea» como persona calificada con10 digna
1 de confianza por el Señor mismo. Pues bien, con ello, además d e
1
1 los actos verbales <<concesión, deseo, instrucción del Señor, norma
especial», se introduce también el acto verbal <<idea, opinión>>. En el
v. 26 se califica cxpresamc11tc de opi11ión la idea de que debe
preferirse la vida célibe. En el v. 32 se expresa que el deseo de Pabl o
es que las personas a quienes él se dirige estén libres de preoc11pa-
ciones. En el v. 35, Pablo da a entender que su i11vitación a vivir una
vida célibe no debe aplicarse a todo cristiano. Pablo está refiriéndo-
se constantemente a que cada individuo «debe hallar la norma para
la recta conducta en la calidad de su 'vocación ' espiritual, y por
tanto en su propia disposición natural )' en las circunstancias espe-
180
ciales en que vive» • Pablo no desea qt1e nadie corra peligro, sino
que lo que quie1·e es ayudar. En el ''. 40, Pablo se refiere a la
propuesta de vivir célibe (dirigida en este caso a las viudas): idea
que adqt1iere peso por la persona misma de Pablo. Por el contexto
de la carta, la palabra <<idea, opinión» adquiere el sig11ificado d e
«Consejo», porgue se trata de declaraciones en las que Pablo expre- •

sa cómo uno pudiera (no debiera necesariamente) comportarse en


detern1inados casos.
Mediante estas precisiones sobre el carácter vinculante de sus
palabras )' mediante la precisión de los actos verbales, el texto de 1
l
Cor 7 adquiere su in1pronta característica. Se trata de u11 diálogo,
muy diferenciado, de Pablo con su comunidad. Así como Pablo
sabe hacer distinción entre los destinatarios de su carta, así también
distingue él entre el p eso que tienen sus distintas afirmaciones. Por
eso, la idea que él tiene de que debe preferirse la vida célibe no le

lleva a dar carácter absoluto a esta instrucción o a convertirla en
mandamiento.

3.2. Flm: Instrucción sobre


181
la de hermanos
El contexto de la situación y el contexto de la acción, sobre el
que pretende influir la carta a Filemón, es una sociedad que consi-
deraba la esclavitud como cosa obvia. En esa sociedad ha)' personas
que poseen esclavos y, no obstante, se han convertido al cristianis-


l!IO Jbíd., 338 .
1111
Para el análisis lingüístico-sintáctico de Flm, véase el c. 8.


174 La lect1f.ra bajo el aspecto sincrónico

n1o, )' ha)' <<Iglesias do1nésticas» o Iglesias que celebra11 sus reunio-
nes et1 una casa particular.

• lnst1·14cciones del texto


Las instrucciones las da Pablo, en parte, en imperativos (v. 17s) :

las relaciones personales q L1c existen c11tre I:;iler11ó11 y Pablo deben
extenderse tarnbién a Onésin10. La instrucción no pretende la
supresión de la esclavitud, si110 establecer t111a relació11 de l1ern1a11os
ta11to e11 las condiciones sociales como en la prese11cia del Señor 182 •
Además de darlas en i111perativos, Pablo da ta111bién instruccio11es
expo11ie11do el nuevo siste1na de valores que tie11e vigencia en ese
• grupo 183 • Se ponen e11 claro las nue\1as relaciones)' cstrt1cturas de
co1nu11icació11 l1aciéndose referencia a la relació11 Pablo-Onésin10 )'
niencio11ando tan1bié11 a Jesucristo. La instrucción de que Onésin10
sería al1ora un her111a110 a111ado 110 debe entenderse co1110 c11u11cia-
do pura111ente religioso en el sentido de que todos los l1ombres son
igt1ales ante Dios, si110 co1no instrucción para introducir cambios
sociales. 1\1.ás detalles sobre los cambios sociales que se pusieron en
nlarcha gracias al 111ensaje cristiano, podemos verlos e11 Gál 3, 28; 1
Cor 7, 21-24 )' 12, 13: ya no l1a)' judío y griego, ya 110 l1a) escla''º )'1

libre, )'ª no hay 1101nbre y i11ujer. Mientras que la co11cepción de


Pablo sobre la integración entre judíos)' ge11tiles aparece claramen-
te con10 st1peración del tabique de separació11 qt1e impedía la comu-
nión de mesa (Gál 2, 11-20), )' , a través de la superación de las
diferencias e11tre ricos )' pobres (1 Cor 11, 11-20), aparece clara-
n1ente como superación de abusos sociales, )' la superació11 de los
papeles sociales atribuidos estereotipadamente al hombre )' a la
inujer se ''e en el papel asignado a las nlujeres en las comunidades,
11ay poco que decir. con respecto al car11bio social e11 las relaciones
con los esclavos cristianos. El co11texto de la carta a Filemón nos
hace \ er que Pablo ve la solución del problema e11 la integración de.
1

todos en la comunidad doméstica (e11 la Iglesia q tle se reu11ía en tal


o cual casa) y en la vinculación personal entre el amo de esclavos )'
"
estos.

181
«En la carne )' en el Señor>1 debe traducirse, seguramente, de la manera más
adecuada por: «En las relaciones sociales de la vida y en el nue''º ámbito de la vida
abierto por la fe». Lingüística1nente se trata de lo que se llan1a u11 111erismo: la
totalidad se expresa por n1ed io d e dos partes.
183
Sobre el sisten1a de valores que l1a)' ei1 las cartas paulinas en lo concerniente
a la esclavitud, véase R. Gayer, Die S'tellung der Sklaven in cien pa1-t-linischen
Gen1eir1den. Zugleicl1 ein sozialgescl1icl1tlich vcrgleicl1ender Beitrag zur Wertu11g
der Sklaven in der Antil(e (Berna 1976).
Análisis pragniático 175

• Las «accio1ies esc1-itas»


1
Los «actos escritos» que Pablo realiza en este texto están des-
critos por Pablo n1ismo: se trata de una súplica. Pablo re11uncia
expresa111ente a po11er en juego su propia autoridad apostólica (\r.
8-1 O). Es ' 'erdad que Pablo puede invocar la «autoridad» que le
• correspond.e corno a11ciano qt1e se halla en prisió11 por Cristo. La
súplica \'a acompañada por tantas razo11es, que el destinatario de tal
carta dificiln1ente podrá resistirse. Con ello, el acto ve.rbal se acerca
a la índol e de súplica con me11ció11 de numerosas razones convin-
centes. Este acto verbal I escrito adquiere especialme11te su índole

propia )1 su vigor por el hecho de que se realiza a11te la <<co111u11idad
don1éstica » (a11te la I glesia que se re(111e ei1 una casa particular) y de
que, por tanto, es, e11 cierto sentido, un acto público. Con ello le
l 1
rest1ltará a{1n más difícil a Filen1ón i10 acceder a la súplica.

¡ Para qt1e el acto verbal se logre «C01110 súplica prese11tada


públican1ente con menció11 de lo adect1ado que sería acceder a ella»,
tienen qt1e darse las siguientes condiciones : deseo de Pablo, dispo-
sición de Filemó11 para escucharle, apoyo de la súplica por parte de
la comunidad don1éstica, razones con,1i11ce11tes (basadas en relacio-
nes perso11ales o en determinados l1echos) qt1e l1agan sentir lo
conveniente qt1e es acceder a la súplica.
La carta adgL1iere sobre todo un gran encarecin1iento y una gran
eficacia por las refere11cias que se l1acen a la vinculación «cordial»
que existe entre Pablo, Filemón )' Onésimo.
La estrategia utilizada en la carta para orie11tar al lector convier-
te a esta carta en una peque11a obra maestra para convencer al lector
l
de que deje de co111portarse con10 <<amo».
1

1
l

'
l
t


11

Análisis de las clases


(tipos) de texto

Toda c9munidad li11güística desarrolla detern1inadas reglas


• para las situacio11es de diálogo y de comunicación que se produ-
cen frecuentemente: reglas según las cuales se efectúan las decla- •
raciones lingüísticas. Así, por ejemplo, ha)' en general formas
fijas para la ton1a de contacto con el fin de entablar una conversa-
ció11 (verbigracia los saludos iniciales). Las cartas se escriben con
arreglo a un modelo determinado . Los tarjetones que comunican
la próxi1na celebración de una boda y las esquelas que notifican
un fallecimiento se redactan según determinados esquemas. De
esquemas se pueden sacar conclusiones sobre el contexto
sociocultural de los textos (por ejemplo las costumbres en caso
de celebración de nupcias, etc.). «En todos estos casos, experien-
cias e intenciones análogas crean formas lingüísticas parecidas
dentro del i11isn10 án1bi to lingiiístico (del mismo en el espacio y
en el tien1po): formas lingüísticas que son típicas de la corres-
pondiente situación» 184 .
En la lingüística, a los grupos de textos con notas característi-
cas comunes se los denon1ina <<clases de texto>>. Ei1 la literatt1ra,
los problemas correspondie11tes se estudian bajo el concepto de
«géneros» y en la exégesis histórico-crítica, bajo el concepto de
<<formas y géneros», «historia de las formas e historia de las
tradiciones>>.

184
Fohrer, Exegese, 83.


1
1

1
1
Análisis de las clases (tipos) de texto 177

f
; El análisis de las clases de texto o géneros se propone clasificar los
f• textos que aparecen e11 el Nuevo Testamento)' reunirlos en grupos de
textos estrl1cturados análogamente, determinando su índole propia )'
tratando de comprender el entorno social)' los á1nbitos de interacción
185
en que se halla11 integradas las clases de texto .

Co1110', a pesar de las diversas relaciones)' de algu11as cuestio-


nes en litigio que ha)' en el estudio de las clases de texto o de los
gé11eros, se trata esencialme11te de los n1ismos problemas 186 , no
se hará diferencia en lo sucesivo e11tre los dos conceptos de clase
de texto y de género, y para sin1plificar las cosas se empleará el
concepto de <<clases de texto ». Las clases de texto se estudiarán
187
primera1nente bajo el aspecto sincrónico • Mientras que ei1 la
historia tradicional de las forn1as 110 se distingue a inenudo con
1
precisión entre «forma» y «género» 188 , en adela11te entendere-
mos por «forma» la configuración individt1al de t1n texto partict1-
lar, y por <<clase de texto/género » lo que varios textos posee11 en
comun.
/

Lecturas
Estudian las clases de texto K. W. He111pfer, Gattitngsti1eorie, )'
1
1 E. Gülich - W. Raible, Textso1·teri; y los problemas de la teoría

t
18
s Lohfink, }etzt versteiJe ic/-J die Bibel (véase la i1ota 189), 29, describe con
1 otras palabras (y otra tern1inología, en la que «Crítica de las forn1as» significa algo
1
1 parecido a lo que designa1TlOS por «análisis de las clases de texto») el mismo objeto:
«La crítica de las for111as no es más que descubrir, describir )7 , finaln1ente, definir en
su intención lingüística )' en su situació11 vital las formas fijas de la índole descrita
que se dan en la ,,ida cotidiana o en la literatura, en los ent1nciados orales)' escritos
del ser humano». Claro está que, con10 acentúan con razón Strecker - Sch11elle,
Einfüi1rung, 70, en la coordinación e11tre textos y géneros i10 deben desate11derse los
elementos típicos del género que constituyen lo pecuLar de t1n fragn1ento único.
186
1 Sobre la equiparación entre clases de textos y géneros, véase Raible -
Lockmann, Textsorte11 vers1"'s Gattungen: GermRon1Mo11atsscl1rift 55, NF 24, 284-
304. El hecl10 de que se trata de los n1isn1os problemas, aparece tan1bié11 en el
estudio de las clases de texto que 11ace He1npfer, GattungstlJeorie (véase la 11ota 189), '
c. 4; véanse también las listas en Berger (véase la nota 189).
1 187
E11 algunos libros de metodología no se disti11gue esto clarame11te; )', así, los
géneros en Zim1nern1a11n, Jvlet/Jode11lehre, c. 3, se estudian bajo el epígrafe de <<el
método de la historia de las for1nas»; en Strecker - Schnelle, Ei11führung, 67, bajo el
epígrafe de «historia de las formas».
18
¡¡Zin1111er1nan11, Jvf et/Jodenle/Jre, 133, entiende por «género» la forn1a qt1e
1 tiene n'lás exte11sión y es n1ás abarcadora, y por «forn1a» u11a unidad literaria nl.ás •
pequeña -fijada oralmente o por escrito-, clasificando e11to11ces entre los «géneros»
1 a los e\•angelios, Jos Hechos, las cartas )' los apocalipsis, y entre las «for111as» a la
1• tradición doctrinal )' a la tradición histórica .

í
178 la lectu.ra bajo el aspecto sincrÓJ1Íco

acerca de los géneros bíblicos los estL1dian K. Berger, Formgescl?icl;te )'


F. Lentzen-Deis, M etl1odische UeberlegJ-tngen zrtr Besti1nmung litera-
189
riscl1er Gattu11gen im Ner1en Testa1nent •

1. El modelo de texto
y el modelo de lectura subyacentes
al análisis de las clases de texto
En consonancia con la teoría de] texto aqt1Í propuesta, se
estudiará11 ]as clases de texto/géneros en relación íntima con la
teoría de la comu11icación y de la acción. La perspectiva histórica
trad icio11al l1abía ace11tt1ado )'ª la depe11de11cia general o influe11-
- ciación de los hablantes/esc1·itores y de sus ideas teológicas por
la correspondiente sitt1ación y por el correspondiente grupo de
190
comunicación .

189
K. W. Hen1pfer, Gatt11-11gst/-;eorie. lnforn1ation u11d S)'I1these (UTB 133;
Munich 1973); E. Gülich - Raible, Textsorte11. Differenzieru11gskrirerien aus
Jinguistischer Sicht (Wiesbaden 21972); K. Berger, H ellenistisc/Je Gattu11ge11 1111d
Ne11es Testan1ent; W. Haase (ed.), Aufstieg und !Y'iederga11g der ¡·omiscJJe11 Welt ,II,
25, 2 (Berlín 1984) 1.031-1.432 )' Reg. 1831-1885; Id., Formgesc}Jic/Jte des Ne11 er1
(Heidelberg 1984 ); G. Lohfink., }etzt versteJJe 1:cJJ die Bibel. Ein Sach-
buch zur Formk.ritik (Stuttgart 13 1986); G. Lentzen-Deis, Methodische Uebcrlegu11 -
gen zur Bestimn1ung Literarisc/-;er Gatturzgen i1n Neuen Testament: Bib 62 (1981)
1-20. Los clásicos de la l1istoria de las forn1as son: Bultma11n, Dibelius )' J(. L.
Sch1nidt.
Más bibliografía: E. Gülich - W. Raíble, Textsortenproblen1e: ling1-tistisc}Je
Probleme der Textanaf)ise («Spracl1e dcr Gcgenv.•art» 35; 1975); W. Raíble, Gatt11r1-
ge11 als Textsorten: Poetica 12 (1980); H. Ise11berg, Gru11dfragen der Textt)1pologie,
en Danes - Viehweger (eds.), Ebenen der Textstruktur (Berlín, RDA, 1983; Ak.ade-
mie der Wissenscl1aften der DDR, Zentralinstitut für Sprachwissenschaft, Linguis-
tische Studien Reil1e A, 112) 303-342; Id., Textt.)1pen als l11teraktionstypen: Zeir-
scl1rift für Gern1a11istik (Leipzig) 5 ( 1984) 261-270; Kalverka1nper, Orientierung z11r
Textlinguistik. -Trabajos exegéticos: G. Fohrer e.a., E.xegese, § 7; D. Hellholn1, Das
\lisior1enbi1ch des Hermas als ApoleaÍJ1pse. Forn1geschichtlicl1e ur1d texttheoretiscl1e
Studien zu einer literariscl1e11 Gattu11g, I: Metl1odologische Vorüberlegunge11 und
niak.rostrukturelle Textanal)' Se (CBib NT 13, 1; Lund 1980) ; K. Koch, \,\'las ist
FormgescJ1ic/Jtc? Neue ege der Bibelexegese (Neukirc}1e11 .;1981 ) ; V. McKnight,
is For1n Criticism? (Filadelfia); Richter, Exegese, 75-152 (Die Forn1 ; die
Gattu11g); G. Schcll1ert, '\.\'lo ste/Jt die For1ngesc/Jic/Jte: A1et/Joden der Eva11gelien-
Exegese: Tl1Berichte 13 (Zurich 1985) 11-39; Strecl(er - Sch11elle, Ei11fid/Jrung,
67-90; Zimmer1nann, A1ethoc.Le11/el-Jrc, c. 3; Id., Forme11 uJ1d Gatt11ngen in1 NT, en].
Scl1reiner (ed.), Ei11fii}Jr11ng i11 die A1etl1ode11 der biblisc/Je11 Exegese, 233-260.
19
\léase franl\emolle, So'l.ialct/Jik (véase c. 10, nota 170), 65. Berger, Exegese,
::
134, exhorta a te11er cierta prudencia en la clasificación sociolé>gica.

Análisis de las clases (tipos) de texto 179

1.1. El modelo de texto:


clases de texto
y actos vitales de la comunidad

Por clases de textos se entienden grt1pos de textos que tienen e11


191
común determinadas notas •

Co1no en toda con1unidad lingüística, l1ubo e11 la Iglesia


primitiva situacio11es que se repetían con frecuencia )' que con-
• dt1jeron a la formación de patrones lingüísticos fijos . Determina-
das situaciones exigían dominio del lenguaje. Y, así, en la con-
frontación con el judaísmo, determi11adas formas de argumenta-
ción demostraron ser adecuadas y se convirtieron de esta manera
en «for111as» fijas.
Los textos del Nt1evo Testan1ento, en virtud de la semejanza
no sólo de contenido, si110 también de configuración lingüística,
de la intención de producir un· efecto)' del entorno social del que
nacían, se pueden clasificar en grupos y reunir en grupos, ei1
todo lo cual ha)r q ue tener en cuenta, para la descripción precisa,
no sólo puntos de vista i11ternos al texto, sino tambié11, en conso-
nancia con el enfoque de la teoría de la con1u11icación, pu11tos de
\ 1 ista externos al texto )' relacionados con la situación de la
. .,
comun1cac1on .

La semejanza característica de textos de una misma )' única clase


textual, en virtud de notas características comu11es, debe darse no sólo
en el plano lingüístico-sintáctico del texto, sino también en el plano
semántico )' de contenido )' en el plano pragmático. Los textos de tina
misma clase textual están integrados en una situación vital («Sitz im
Leben») semejante.

Los textos pertenecen, además, a una misma y única clase


textual, cuando son semejantes entre sí bajo el siguiente aspecto 192 : '

191
Stammerjohann, \'>Vorterbttc/;, 496, define así la clase de texto: «Co11junto

parcial de textos que pueden describirse)' difere11ciarsc de otros conju11tos parciales
de textos mediante determinadas notas comunes relevantes »; véase Fol1rer, Exegese,
84: «Prescindiéndose de la impronta individual de las unidades, se determinan e11 un
proceso de abstracción las 11otas estructurales típicas que les son con1unes )' se
describen como caracterización de un género».
192
Véanse las correspondientes listas. Como eje1nplo mencionaremos la lista
que ofrece Zin1mern1ann, A1et/JoclenlelJre, c. 3, III B:


180 La lect1-tra bajo el aspecto sincrónico

M uestra11 t111 a estructura li11gi.iístico-sin táctica parecida:


esto puede referirse a elementos lin güísticos parecid os, por ejen1-
plo: «Quién de \1osotros ... », y tie11en parecida secu encía de ele-
n1e11 tos y estructura parecida .
- Tienen una estructura semántica y narrati''ª parecida, por
ejemplo son relatos de curació11 o de expt1lsión de demonios.
- Tienen una intención parecida en cuanto a producir un
193
efecto .
- Muestra11 una situac.ión \1 Ítal parecida, es decir, han nacido
de un entorno social parecido, de una parecida s ituación de
comunicación, acción y vid a, y así lo refleja11; mediante la i11ten-
ción de producir un efecto, a su vez a la consolida-
ción/n1odificación de ese entorno o campo circu nd ante . Los
textos pt1eden llegar a ser eficaces en una serie de situaciones
típ icas . Tales son, por eje111plo :
Misión .
Confrontación con los demás grt1pos judíos o independi-
zación del judaís1110 .
Situación de minoría.
Discutidos puntos con1u11es entre judíos y ge11tiles .
Necesidad de organización y de conservación de la unidad
dentro del grupo.
Grupos cristianos en con1petencia.
El escánd alo de la igno1niniosa muerte de J esús en la cruz.
Aceptación de la estructura de la diáspora judía.

- Los diversos gé11eros de los escritos deJ Nuevo Testan1ento comprenden: los
evangelios, los Hechos de los apóstoles, las cartas )' el apocalipsis.
- Las «formas» compre11den: 1) los evangelios: a) la tradición de palabras :
palabras ptoféticas, palabras de sabidL1ría, palabras sobre leyes, parábolas, palabras
egóticas («yo ... »), palabras que habla11 de seguimiento, composiciones de palabras;
b) la trad icié)n de historias: paradigmas, litigios, relatos de n1ilagros, i1arracio11es
11istóricas, la l1istoria de la pasión, co111posicio11es 11arrativas; 2) las cartas: a) n1ate-
riales de las tradicio11es litúrgicas: l1i1nnos, co11fesio11es de fe, textos eucarísticos; b)
materiales de las tradicio11es parenéticas: catálogos de vicios)' de virtudes, tablas de

deberes do111ésticos, catálogos de obligaciones; c) las fór1nulas: hon1ología, fórmula
de fe, fórmulas de loor )' alabanza.
193
K. Berger, FormgesclJicl1te, 18s, clasifica los géneros según las funciones de
los mismos: «textos si1nbuléuticos: se proponen n1over al lector a la acción o a la
on1isión; textos epidéil(ticos: se quiere i11fluir en el lector para que muestre ad-
n1iración o aborrecimie11to; se habla a su sensibilidad 11acia los valores en el ámbito
pre-rn oral; textos dikánicos: su finalidad consis te e11 lograr que se ll egue a una
decisió11 o e11 sugerir la decisió11 en una cuestió11 discutida».
r

Análisis de las clases (tipos) de texto 181

Problemas con los carisn1áticos itinerantes.


La relaciór1 con la opi11ión pública del paganisn10.

La santa cena .
El bautismo.
194
de neófitos, etc. •

1. 2. La lectu1·a co1no diferenciación


de las clases de texto

El lector de un texto realiza ya en la primera lectura cierta


diferenciación de los textos por sus clases. Por lo que respecta a
los textos inodernos, el saber cotidiano proporciona n1ucl1as
\reces las necesarias condiciones para clasificar adecuadan1e11te e]
texto, y esta clasificación se realiza n1uchas veces de ma11era
espontánea. La cuestión es distinta cua11do se trata de textos
antiguos: como las clases de texto se desarrollan sien1pre a partir
de determinadas situaciones y se utilizan para el dominio de las
mismas, hace falta un amplio saber cultural como condició11 para
agrupar los textos de la antigüedad según clases textuales.

• En el caso de textos de la antigüedad, la clasificación de los textos en


clases de texto presupone de n1anera especial un determinado saber
cultural.

Para una diferenciación científicamente fundada, hay que


mencionar los criterios qt1e co11ducen a la mis1na. Al1ora bien, las
clasificaciones de los géneros realizadas por la historia de las
formas y por la historia de las tradiciones nos hacen echar de
menos, muchas veces, la aplicación de criterios u11iforn1es de
diferenciación. En consonancia con ello está también n1uchas
• veces la manera de designar a los géneros : ju11to a denominacio-
nes que se refieren al contenido (como «relato de un n1ilagro»,
«historia de la pasión»), se utilizan tan1 bién denomi11acio11es que
se refieren a la forma («parábolas», <<aclamación », <<cántico»).
Para la diferenciación de las clases de texto no basta un solo
criterio, por ejemplo la agrupación de todos los textos segúr1 su
longitud o su sem ejanza, como tampoco basta una mera adición
de criterios. Más bien, lo que hay que tener en cuenta es la
194
La lista está ton1ada, co11 ligeras n1odificaciones, de Berger, Exegese, 1 l 3s.
182 La lectrira bajo el aspecto sincróriico

relación entre los criterios 195 • Tan sólo cua11do se tengan en


cuenta, en su relación mutua, las peculiaridades lingüístico-sin-
tácticas, se111ánticas )' pragmáticas, )' la relación de las mismas
co11 el campo social circundante, se podrá )'ª efectuar t1na dife-
renciación de los textos. En todo ello le corresponde particular
importancia a la función prag1nática de los textos y a su relación
con la <<sitt1ación vital» ( «Sitz i1n Leben·»); pues en ellas se
expresa con especial claridad el carácter de acció11 del hablar/es-
cribir 196 .

Para diferenciar las clases de texto, l1a)' que tener en cuenta, además
de las peculiaridades lingüístico-sintácticas y semánticas, sobre todo la
· fl1nción pragn1ática del texto co1110 instrucció11 para la acción (en el
sentido más amplio))' la situación vital como situación de comunicación
)' ámbito de interacción. Ha)' que poner en claro la conexión entre la
instrucción para la acción )' las situaciones típicas .

1.3. Denominación de las clases de texto


)' listas
virtud d e la gran variedad existe11te, ape11as será posible
E11
establecer siste1nática1nente una «tipología del texto» e11 la que
todas las clases de texto queden catalogadas según puntos de
vista t1niformes. Promete más éxito u11 procedin1iento que regis-
197
tre sencillan1e11te las clases de texto • En conso11ancia con ello ,
la mejor manera de denominarlas será fijarse en los aspectos en •

que puede determinarse la semejanza entre los textos, por ejem-


plo «Series» (secuencia seriada de frases parecidas), <<histori a de
un milagro» (aspecto semántico y de contenido, con diferencia-
cio11es con10 «historia de curació11», «historia de expulsión de
demonios», etc.), <<palabras de exhortación» (función pragmáti-
Berger, Formeeschic/Jte, 19; Hempfer, Gattungstheorie, 137-139. Ha)' que
195
tener en cuenta los criterios i11ter11os al texto )' los criterios externos al texto; véase
Gü licb - Raible, Textsorte11, 151.
196
La configuración lingüística y el contenido semántico no tienen la misma
. ., para la determi11ación del género, que la func ión pragmática · y la
s1tuac1on.
197
En contra de Isenberg, lo sostiene así E. Gü lich, Textsorlen der Komn1uni-
kationspraxis, en W. Kallmeyer (ed.), f(ornni¡,1nikationstypologie. Handlungsn1uster,
Textsorten, Situatio11st) pen. Jal1rbuch 1985 des lnstittttes für deutsche Spracl1e (=
1

Sprac}1e der Gegen\\1 arr 67; Düsseldorf 1986) 15-46; H. Aust, Lese11. Ueberlegungen
zun1 sprachlicl1en Verstel1en (Tubinga 1979); Frank Kern1ode, T/Je Genesis of
Secrecy. On the Interpretative of Narrative (Cambridge MA/ Londres, Harvard
Un iversit)' Press 1979).
'

Al1álisis de las clases (tipos) de texto 183

ca), «111acarismos » (fó rmula de introducción). Las denominacio-


nes, ctaro está, no debieran ser den1asiado generales, y, siempre
que sea posible, deben dar a co11ocer cuál es su e1npleo típico de
Ja situación 198 .
Una visión de conjunto de los géneros que aparecen en el
Nuevo Testan1ento, tal co1110 los l1an detern1i11ado los estudio-
sos, puede verse en las obras que tratan sobre esta 111ateria 199 •

2. Realización de la determinación
de la clase de texto

Los procedimientos tradicionales para determinar las clases de texto


se orientan, en último térn1ino, a i11\ estigar en un grupo de textos los
1

elementos que son comunes a todos los textos de dicho grupo 2º:i.

La determinació11 de las clases de texto utiliza la con1pa1·ación


entre ·textos semeja11tes. Tal comparación exige, claro está, que
primero se ha)'ªn investigado los textos que luego se van a
co111parar, )' que se los ha)'ª i11vestigado en el aspecto sintáctico-
estilístico, en el aspecto semántico (de contenido), (en caso dado)
en eJ aspecto narrativo )' en el aspecto pragmático 201 . Una vez
determinadas las peculiaridades que tienen a este respecto los
diversos textos, pueden determinarse, n1ediante la cornparación
de los textos elegidos, los ele1nentos que son comunes a todos los
textos. Esos elementos comunes que se han determinado entre
los textos constitu)ren luego las notas características de la corres-
pondiente clase de texto. Por consiguiente, para definir la clase
de texto, se saca la suma de las obser, aciones efectuadas median-
1

te el análisis lingüístico-sintáctico, sen1ántico, r1arrativo y prag-


n1ático de los diversos textos. En ocasiones, la definición de las
clases de texto contribuye a que se comprenda n1ejor la función
prag1nática de un texto particular 202 .
J'.ls Véase, a este propósito, Fol1rer, Exegese, 92s.
199
Remitin1os especial111ente a Bultn1ann, Gescl1icl1te der S)'noptischcn Tradi-
tio11; Zimmern1ann, A1etl1ode11lehre; Berger, Forrngesc/1ic/1te des Neuen Testaments;
Id., Hclle1zistische Gatt1t.11gen im Netfen Testame11t; K. Berger - H. D. Preuss,
Bibelku12de des Alten u1id Ne1ie11 Testan1ents, II (Heidelberg 1980) 475-502.
20
: Véase Hempfer, Gatt1t11gstheorie, 136s.
201
Richter, Exegese, 138; Fohrcr, Exegese, 86.
202
No ha)· que pasar por alto, 11i mucho rnenos, las desviaciones con que un
texto particular se aparta de la índole propia de la clase de texto.
184 La lect14ra /Jajo el aspecto sincró>1ico

Es relati\1amente fácil observar los elen1entos con1unes que


existe11 entre los textos en el aspecto sintáctico-estilístico, de
co11te11ido )' semántico, narrativo y prag1nático; más difícil es
deter1ninar la «situació11 vital» ( <<S itz im Leben» ), es decir, el
ca111po circundante social del q11e ha nacido la clase correspon-
diente de text o, y las interaccio11es para do111inio quiere
e111plea1-sc el texto. I-Iabrá pt1ntos de apoyo para
detern1i11ar la «situación vital», cu ando en el texto se me11cione11
deter111i11adas institucio11es o actos vitales de u11a con1unidad, por
eje111plo, e11 las cartas paulinas, los proble111as relativos a la auto-
ridad apostólica (Gál 1-2), a los colaboradores (Flp 2, 19-30), )'
203
otros problen1as , o cuando e11 los e\1 angelios se ine11cio11e el
círculo de los discípulos 204 .
La mejor 1nanera de designar a las clases de texto, mient1-as
que no haya obser\racio11es que 11ablen e11 contra, es atenerse a las
listas de clases de texto y géneros que se ofrecen en las obras de
investigación 205 •
Por razones de eco110111ía de trabajo, habrá que propo11er
ordi11ariamente al principia11te q t1e siga otro carnino para deter-
1ninar las clases de texto: después del análisis de la estructura
lingüístico-s intáctica, se1ná11tica, ( eventual1nente 11arrativa) y
pragmática, se intenta asignar el texto a u11a de las clases de texto
detern1i11adas l1asta ahora por la i11vestigación 206 • Claro está que
en tal asignación existe el peligro de que se desatiendan detern1i-
peculiaridades del texto por precipitarse en hacer la asigna-
ción. Precisamente en la determinación del gé11ero, el aferrarse a
c1-iterios rígidos de clasificación puede conducir a que se e11tien-
da erróneamente el texto en cuestión.

203
W.-H. Ollrog, Pa1,,L1-1s 1tr1d sei>ie A1itarbeiter. Untersucl1u11gen zur Thcorie
u11d Praxis der pauli11isch en Mission (WMANT 50; N eukirchen 1979); A. Fu11l<..,
Stat14s l"-nd Rollen i11 den Paul11sbriefe11. Ei11e inhaltsa11al} tiscl1e Untersucbung zur
1

Religionssoziologie (Innsbruck 1981); 'V/./. Egger, Die Mitarbez:ter des Pa14-l11s. Hin-
weisc auf die Ordnung der Ge1neinden i11 den Briefen des Apostels Paulus: Ko11fe-
re11z.blatt (Brixen) 92 (1981) 12- 17.
204
A propósito de Me: N. R. Peterscn, Litera1J' Criticism for New Testament
Critics (Filadelfia 1978) 49- 80.
20
=- Fohrer, Exegesc, 92s; de manera distinta pie11sa lsenberg, Textt)1
pc11 (véase
la nota 189) 265s.
206
Fohrer, Exegese, 92.
1
A11álisis d e las clases (tipos) de texto 185

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


Y DE LAS INSTRUCCIONES PARA EL MISMO

Condición previa para co1nparar textos es que el lector logre prin1e-


ro una visión de conjunto de las estructuras sintáctico-estilísticas, se-
1nánticas· y de contenido, narrativas }' pragmáticas de cada L1no de los
textos. Para determinar a qué clase textual pertenece un texto, ha;' qL1e
realizar las siguientes etapas de trabajo :
- Buscar un texto que sea seinejante del que se exan1ina. Lo i11 ás
fácil, al principio, es buscar textos parecidos porque sea parecido su
respecti\ 0 contenido, por ejen1p1o relatos de milagros (especialn1ente
1

relatos de curación y de expulsión de demonios), historias de \rocación


1 •
(Me 1, 16-20 par). Las referencias a textos sen1ejantes.pueden l1allarse en
las referencias a textos paralelos, en las ediciones de la Biblia, )' sobre
todo en los con1entarios a los diversos escritos del Nue\ 0 Testamento .
1

l - Detern1inar, primeramente en el plano lingüístico-sintáctico )' en


'
el sen1ántico, los puntos comunes que ha; en los textos parecidos. Esos
1

elementos con1unes pueden referirse a fórmulas de introducción y fór-


mulas finales, secuencia de elementos, personajes que actúan, etc. Con-
feccionar una lista de los elernentos con1unes qt1 e ha)' en textos pareci-
dos.
- Luego hay que an1 pliar la co1nparació11 (que sigue situándose en el
plano lingüístico-sintáctico }' en el sen1ántico )' el narrativo) a otros
textos parecidos. De esa comparación dimana el esquema característico
de la correspondiente clase de texto.
- Mencionar la función pragrnática propia de esa clase de texto .
i Pueden ser mU)' útiles las siguientes preguntas : «¿Quién es el que habla?
¿Quiénes son los o;rentes? ¿Qué estado de ánimo domina en la situa-
207
ción? ¿Qué efecto se trata de conseguir?» .
- Mencionar cuál es la «situación ''ital », es decir, el entorno social
' en el que ha nacido el texto, y mencionar la situación en que ese texto se
utilizaba )' en la que debía ejercer su eficacia. Las siguientes preguntas
orientarán para enco11trar la «Situación vital» : ¿Qué .instituciones se
mencionan en esos textos y que desempeñaron un papel en la Iglesia
prin1iti\1a? ¿Qué actos \ itales de la comunidad se presupo11en para
1

semejante texto?

.
1

207
Fohrer, Exegese, 94, aduce estas preguntas a fin de compre11der la «Situ ación
vital » ( «Si tz im Lebe11»); estas preguntas son tan1bién apropiadas para co111 prender •
la fu11ción pragmática .

1
186 La lect11.ra bajo el aspecto sincrónico

3. Ejemplo: Los sumarios


de la actividad de Jesús
208
en el de Marcos

Marcos ofrece en varios lugares de su evangelio breves con1-


pend ios de la acti\ridad de Jesús . Semejantes textos narrativos,
gue co1npendian varias cosas y presentan de n1anera gene ral
determinados rasgos de la actividad de J esús)' los destacan co1no
característicos de él, se denominan, desde K. L . Schmidt, «Suma-
rios» (Samnielbericl;te) 209 . La lista de los su1narios que aparecen
en el evangelio de Marcos es : 1, 14s; 1, 21s; 1, 32-34; 1, 39; 1, 45; '
2, ls; 2, 13; 3, 7- 12; 4, 1s; 6, 6b; 6, 30-34; 6, 53-56; 10, 1. Estos
textos, en forma compe11diada y gen eralizadora, hacen referencia
a una extensión grande, grande en el tie111po )' en la geografía, de
la acti,1idad de Jesús, y mayor d e Jo g u e en las narraciones
particulares puede ofr ecerse.
Por una serie de peculiaridades, esos «sumarios» se disti11-
gt1e11, con10 grupo de textos de índole especial, de las di,rersas
perícopas )' de las breves noticias sobre los caminos recorridos
por J esús: les falta, por un lado, la indi vidualidad de las dive1·sas
. .
perícopas, y se distinguen, por otro lado, de las rn eras introdu c-
cio11es o p alabras fi n ales de transición a otro tema, por poseer
cierta form a acabada y co111pleta )' por el contenido que es
con1prensible e11 sí mismo.

• La índole lingüístico-sintáctica

La generalización se co11sigue et1 primer lugar por medio de


recursos li11güístico-sintácticos 2 10 : con frecuencia se utilizan las ex-
presiones náALV, no/1.Ao(. El verbo se halla frecuentemente en
imperfecto, es decir, en aquella forma verbal gue expresa repetición y
acción duradera. El deseo de ofrecer descripciones que sirva11 de
sumarios se traduce estilística1nente e11 el hecho de que los sumarios

208
Bajo el aspecto de las clases de texto se estudian tambiér1 en el c. 13 ejemplos
de textos en el marco de la crítica de las tradiciones.
209
Para u11 estud io detallado de los «sumarios», véase W. Egger, Frol;botscl'Jaft
f{,nd Le/;re. Die Sa1n1nelberichte des \X'irl\ens Jesu im MarkusevangeJium (Frankfurt
del Main 1976). Observaciones básicas sobre los sumarios pueden verse en l(. L.
Scl1midt, Der Rahmen der Geschicl1te }es11.
21 0
\léase Egger, Frohbotscl1aft, l s.
Análisis de las clases (tipos) de texto 187

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188 La fect1tra Í?ajo el aspecto sincrÓl1Íco

causan una sensación de mayor pesadez que las historias aisladas, ya


que en aquéllos se acun1ulan los enunciados.
Por lo que respecta a la estru ctura 211 , cada su111ario, co1110
puede verse en la figura 25, contiene por lo general tres elementos:
una indicación sobre la llegada de Jesús a un lugar n1encionad o con
precisión; la descripció11 de cómo la 1nultitud se congrega e11 torno
1 '
1 a Jesús; la descripció11 de la actividad de Jesús.
Estos tres elen1entos se prcse11tan casi sien1pre en el 1nisn10
orden de Sl1cesió11. A las tres partes corresponde ta111bién un crn-
pleo diferenciado de los tien1pos verbal es: en la noticia breve sob re
la llegada de J esús, el verbo SL1ele l1allarse en aoristo (o en presc11te
l1istórico: Me 1, 21 ; 1O, 1); la conducta del pL1eblo se describe en
distintos tien1pos verbales (presente, aoristo, i111perfecto, co nstruc-
ción perifrástica); la activid ad de Jesús se describe en imperfecto (o
er1 un participio equi, ale11te al i111perfecto).
1

• la índole semántica
Por el co11tenido )' la ser11ántica 212 , los «su111arios» ofrece11 u11a
generalización de la actividad de ]es{is. So11 niuy 111arcadas las
se111ejanzas entre los «Su111arios» en cua11to a los co11te11idos (y al
correspondiente. vocabL1lario): se l1abla de la prese11cia de] esús e11
un lugar; se l1abla sien1pre de la llegada de Jesús, utilizá11dose los
vocablos EA{}cL\' (1, 14.39) , c:tot:A.{}t:l.v (l, 21; 1, 45; 2, 1), t:í.crn:o-
(1, 21 ), (2, 13: 6, 54 ). Para describir la afluencia
d el pueblo se utilizan verbos de movimiento, y se designa a J esús
con10 Ineta a la que se dirigen las muchedun1bres: n:go; au1:Ó'\1 (2,
13; 3, 8; 4, 1; 6, 30; 10, 1). Según sea la actividad de Jesús que se
narre, los «sumarios» se pueden reunir en los siguientes grupos:
«Sumarios» sobre curaciones (Me 1, 32-34; 6, 53-56); «sumarios»
sobre la predicación (1, 14s; 1, 39); «Sun1arios» de enseñanzas (1,
21s; 2, ls; 2, 13; 4, l s; 6, 6b; 6, 30-34; 10, 1); enunciados de carácter
general sobre el hecl10 de que Jesús se mantuviera oculto (1, 45; 3,
7-12).

• La f unc:ión pragmática
Los «Sumarios» no logran su función pragmática si110 por el
contexto global 215 • En primer lugar, esos resú1nenes tienen la fu11-

.?ll Jbíd., 27-31. ,


• 212
Véase Jbid., 27-31.
213
Véase ibid., 162s.

-
Análisis de las clases (tipos) de texto 189

1
11
ción de continuar la marcha de la acción: los «surnarios» de Me 1,
1 14s.21s.39.45 exponen la rápida difusión del eva11gelio. Los «St1ma-
rios>> de Me 3, 7-12 y 4, ls muestran qué dialéctica de revelación)'
1 ocultamiento recorre todo el evangelio. Los sun1arios de enseñan-
1
zas tienen las funciones de hacer que el lector no ol\ ide el carácter1

per1nanente de la actividad de Jesús.


f
Para ef evangelista, los «Su111arios>> son u11 i11edio in1porta11 te
para estructurar su obra; esto se aplica especialn1ente a los su111arios
de Me 1, 14s; 3, 7-12 y a los dos sumarios de 6, 6b ), 6, 30-34. La
estructuració11 se efectúa principaln1ente porgue estos su1narios son
transiciones entre los bloques de materiales de la tradición. Son, al
rnis1no tiempo, una mirada retrospectiva a lo que se ha dicho antes
)' una \1 isión panorá1nica de lo que va a segu ir; proporcionan al
autor la posibilidad de hacer reflexiones: de esta manera, Marcos
1 214
recobra la visió11 de conjunto de la acción •
La función prag111ática inás importante de los sumarios consiste
1
1 en que el evangelista, 1nediante la repetición de los sun1arios y de
1
sus palabras clave XYlQ'ÚOOcL\' y ÓLbáoxcL\1 , presenta al lector la
suprema)' más abarcante interpretación de la actividad de Jesús 215 •
La actividad de Jesús es <<buena nueva>> )' enseñanza. Y así es corno
el lector debe entender el evangelio.

1 • La «situación vital>> (Sitz im Leben)


1

1 C . H. Dodd 11abía supuesto que los sun1arios que aparecen e11 el


evangelio de Marcos eran un esbozo tradiciona1 de la vida y obra de
Jesús: ese esbozo habría te11ido una función kerigmática y una
216
«Situación vital» correspondiente • Ahora bien, los sun1arios (co-
mo lo demuestra el análisis basado en la lustoria de la redacción)
son esencialmente una creación redaccional 217 • Se hallan anclados
en la totalidad del evangelio, y no en un contexto de comu11icación
de la comunidad primitiva. El campo circundante social, la «situa-

214
Claro está que esto no se aplica en ig11al manera a todos los sumarios; véase
Jbíd., 162s.
215
Jbíd. , 165-167. Sobre el complejo temático de la enseñanza en Me, véase
también Dschulnigg, Sprache, 359ss.
216
C. H. Dodd, The Fra1nework of the Cospel Narrative: ExpT 43 (1931-
1932) 396-400. Sobre Dodd )' sobre la discusión suscitada e11 torno a su tesis, ''éasc
Egger, Frol1botsc/Jaft, 13-17.
217
\1 éase Egger, Frol1botscl1aft, passirn; de la tradición proceden los st1n1arios
de n1ilagros en Me 1, 32-34 }' 6, 53-56. A propósito de Me 3, 7-12, véase n1ás
adelante, c. 14 .


190 La lectura bajo el aspecto sincrónico

ción vital» de los sumarios debe contemplarse en relación íntima


con la totalidad del evangelio. Su lugar debe verse en aquella
• situación de comunicación y de vida, en la que el evangelio global
dirige su mensaje al lector. Al evangelista lo que le interesa es
asociar la tradición acerca de Jesús con el mensaje sobre la muerte y
t•
la resurrección. El án1bito de interacción y la «Situación vital>> del
i

evangelio son una comunidad en la que, a 1a luz del kerigma de la
i muerte y la resurrección, se profundiza en la tradición acerca de
l1 Jesús. Esa profundización la proporciona Marcos ofreciendo una
profundización «kerigmática» )' «didáctica».

1 1

!

'

¡
1


1
1

.
1

IV
LA LECTURA BAJO
EL ASPECTO DIACRONICO

1

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¡:
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192 la lectura bajo el aspecto diacrónico


1
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•1
1
1
Los procedimientos sincrónicos de análisis abren el ca1nino
para llegar al sentido del texto mostrando las estructuras existentes
t en un texto; en cambio, los de análisis diacrónico
!
abrc11 el acceso al texto dilL1cida11do la prel1istoria i11tcrna del n1is-
l
¡
mo . Si se tienen en cuenta las relaciones dialécticas e11tre los fenó-
1
menos del texto )' las fue11tes del mismo, se logrará un profundo
1
conocimiento del texto: un conocin1iento del que el hon1bre no
puede prescindir 1• Aden1ás, si nos adentrarnos en la historia de la
for1nació11 de los textos del Nuevo Testamento, lograren1os u11a


1 •,
visión honda de la vida de fe de las prin1eras con1unidades cristianas
' y del esfuerzo de las n1ismas por interpretar la buena nueva del
1
1
eva11gelio para situacio11es nuevas .
L '1
" Las i11for111aciones sobre la prehistoria de los textos del Nuevo
¡1
• Testamento hay que co11seguirlas ese11cialmente con ayuda de los
textos mis1nos. Es verdad que ha)' también otras noticias sobre ella
(desde Papías de Hierápolis, etc.), pero esos testimonios plantean
¡
•, 1
n1uchos problemas y necesitan, sobre todo, una revisión atenta con
1
ayuda de los textos bíblicos 2 • El acceso metódico a la historia de la
1

formación de los textos del Nuevo Testamento consiste en reunir


observaciones de las que pueda11 deducirse luego conclusiones
,.,. sobre la historia de la formación de dicl1os textos.
1' •


¡•

• El modelo de texto
¡ del análisis diacrónico

Mientras que los procedimientos de análisis sincrónico contem-


pla11 el texto bajo el aspecto de que el texto es parte de un proceso
de comunicación dado en un momento determinado, y parte de
una red múltiple de relaciones (dadas simultáneamente), los proce-
1
1 1
1
:1
di1nientos de análisis diacrónico consideran el texto bajo el aspecto
'" de su formación.
r

'

1
\Y/. Babi las, Tradition und /11terpretation (M u11icl1 1971 ) 60.
2
Véa11se las obras de introducción al Nuevo Testan1e11to.
t
1 La lectura bajo el aspecto diacrónico 193

Los textos del Nuevo Testamento son resultado de un proceso, que


3
duró bastante tiempo, de reelaboración y transmisión de textos •

Los diversos métodos del análisis diacrónico corresponden,


l como vemos en la figura 26> a las etapas de la formación de los
textos:

Transmisión oral
(antes y después de pascua)
Logia de Jesús Crítica de las tradiciones
Narraciones sobre Jesús
Fórmulas de fe y fórmulas
de confesión de fe
Crítica literaria
Composición por escrito (en etapas) Crítica de la redacción

r:igura 26. Etapas de la formación de los textos


)' 111étodos exegéticos.

• Los métodos del análisis diacrónico


Los propugnadores del método histórico-crítico elaboraron las
etapas del método que hO)' día se consideran clásicas: crítica tex-
tual, crítica literaria, historia y crítica de las formas y de las tradi-
ciones, historia y crítica de la redacción 4 • Claro que la exposición
que vamos a ofrecer a continuación (y a diferencia del método
histórico-crítico corriente) se limitará estrictamente al aspecto dia-
crónico, es decir, a la reconstrucción de la historia de la formación
de los textos del Nuevo Testamento 5. Algunas etapas de trabajo
que se exponen en el método histórico-crítico, y que son más bien
de naturaleza sincrónica, se estudiaron ya al exponer el análisis
sincrónico. L-a crítica textual, por el lugar especial que ocupa, se
estudió ya en la segunda parte.
Por lo que respecta a la terminología técnica, que no sien1pre es
uniforme, hay que tener en cuenta lo siguiente: el objetivo del
• análisis sincrónico es la reconstrucción del transcurso histórico a
3
Véase el c. 4.
4
Indudablemente, sería posible una integración mayor del método histórico-
crítico en los procedimientos modernos del análisis; sin embargo, por razones
didácticas, se estudiarán aparte los métodos tradicionales del método histórico-
crítico, a fin de hacer practicable para el principiante el acceso a los estudios que
tienen que ver con ese método. El método histórico-crítico distingue entre los
aspectos sincrónicos }' los diacrónicos en cuan to hace distinción a menudo entre
crítica de Jos géneros e historia de los géneros, entre crítica de la redacción y
composición e historia de la redacción.
s El aspecto sincrónico de las clases de texto se estudió aparte.

1
...
194 La lect11ra bajo el aspecto diacróriico

tra\rés del cual los textos alcar1zaron su forn1a defi11iti''ª· Las expre-
siones <<historia de las tradicio11es e 11istoria de la redacción» desig-
11a11 este tra11scurso histórico. Con el fin de reconstruirlo, l1a;r que
l1acer obser,1aciones «críticas>> co11 respecto al texto. A ellas se
refieren las expresiones, favoritas hoy día, de «Crítica literaria,
crítica de las tradiciones )' crítica de la redacción» 6 . Como en los
estudios de investigación las diversas deno111inaciones no sien1pre
significa11 lo rnis1no, dilt1cidare111os de la sigt1iente n1anera las ideas
que soste11en1os en la prese11te 111etodología.
Con arreglo al 111odelo de teoría de] texto, habrá que recorrer
las siguientes etapas de trabajo:
La crítica literaria investiga la versión existe11te del texto, con el
fin de ·determi11ar eve11tualmente las fuentes literarias (escritas).
La crítica de las tradiciones investiga la prel1istoria de los t extos
bíblicos, er1 cua11to éstos se basa11 e11 tradicio11es orales . L as co11clu-
siones a este respecto )' las deducciones sobre la «situación ''ital»
' ( «Sitz in1 Lebe11>>) de las unidades textuales transmitidas original-
mente de manera aislada se basan en obser,1 acio11es relativas al
contexto, la forma y la clase textual de los textos del Nuevo
T estam ento .
La crítica de la redacció11 i11vestiga có1110 el redactor creó u11a
obra uniforme a base de los 111ateriales que te11ía a st1 disposición.
La estin1ación del e\1angelista co1110 at1tor era escasa al principio de
la l1istoria de las forn1as, ya que se consideraba al e\1a11gelista como
simple compilador de tradiciones; no obstante, se conte1npló tam-
bién la labor teológica de los eva11gelistas.
Por lo que respecta al orden de sucesión de las etapas de trab ajo,
lo cierto es que no puede recorrerse u11a sola etapa sin.ir acon1paña-
da de las d emás . La crítica de la redacción puede considerarse n1ás
analíticamente y constituir así el comienzo de las etapas, o puede
considerarse más de 1nanera sintética)' compendiadora : entonces se
halla (como en la presente obra) al final de los procedimientos
diacrónicos.

6
Esta reglamentación de la 1nanera de l1ablar ton1a con10 punto de partida la
sigt1ie11te base (que se entiende po r el lenguaje corriente) : «Por n1edio de obser'lacio-
nes críticas efectuadas en el texto, se puede reco11struir la historia de las tradiciones y
de la redacción del texto». Por tanto, la «l1istoria de las tradicio11es / l1istoria de la
redacció11 » no es, según esta manera de hablar, la designación de un n1étodo; desde
el pu11to de vista del le11guaje, so11 posibles las de11ominaciones: 1nétodo de crítica de
la redacción /método de historia de la redacción. Esta reglan1entació11 de la 111a11era
de l1ablar no prete11de resolver los proble111as que se suscitan a este respecto, si110
que lo ú11ico que quiere es exponer la tern1inología elegida en la presente obra.

12

La crítica literaria
Búsqueda de la prehistoria escrita
de los textos

El autor de una obra literaria puede utilizar para la composición


de su obra di,rersas fuentes )' n1odelos. Cuando, al 11acerlo así,
ofrece los datos sobre el origen del inaterial utilizado, como se hace
hO)' día por ejemplo en las obras científicas, en las qt1e en notas se
r •
n1encio11an
.
las fuentes, e11to11ces el lector atiende a esta realidad . Sin
embargo, existe tambié11 una utilización )' reelaboración de n1ode-
los, que no es co11ocible si11 más. Claro que, aun en las obras que n o
indican las fuentes y modelos utilizados, hay a me11udo algu nos
indicios que señalan la utilización de modelos.
Las observaciones efectt1adas principalm ente en los evangelios
sinópticos, y también en el evangelio de Juan y en algunas cartas
sugieren la idea de que una serie de «incongru encias>> se
debe a que en la con1posición de esos escritos se utilizaron fuentes
l escritas ()' tan1bién orales).
t.
La crítica literaria m\1estiga los textos del Nue\10 Testamento para saber
si, en su composición, se t1tilizaron fue11tes escritas, )' se propo11e la tarea
de reconstruir esas fuentes )' dilucidar los acentos de las mismas )' su
«situación vital».
l

La tarea de la crítica es muy diversa: en los evangelios sinópti-
1
• cos trata d e aclarar las relaciones de dependencia entre los sinópti-
cos)' de reconstruir las fuentes; en el evangelio de Juan, lo que ha)'
que aclarar son las etapas de la redacción (reelaboración de fuentes,
niveles de tradición y modelos); en las cartas que se nos ha11

t
'
[

1 196 La lectura bajo el aspecto diacróriico

11
1 transmitido con el nombre de Pablo, l1ay que investigar, por un
lado, la cuestión de si algunas cartas son en realidad compilaciones
1,
' de cartas que originaln1ente estuvieron separadas (así ocurre, por
ejemplo, en relación con 1 y 2 Cor; 1 Tes; Flp ), y, por otro lado,

11ay que investigar la cuestión acerca de una eventual dependencia
de las cartas más tardías con respecto a las cartas anteriores (Ef con
respecto a Col; 2 Tes con respecto a 1 Tes). Lo que es verdad con
respecto a la crítica de Juan, se aplica también a otras investigacio-
nes: «La crítica literaria 110 es fin en sí n1is1na, sino que es única-
mente un medio que ayuda para ver cuál es el proceso de formación
de esa obra, y con1prender al misn10 tiempo la historia teológica de
las co1nunidades joánicaS>> 7 •
La diferencia entre la crítica literaria y la crítica de las tradicio-
nes está en qué duda cabe, con el modelo teórico de la
formación del texto; pero, en la práctica, n o siempre se puede
establecer separació11 entre an1bas etapas metódicas. La crítica lite-
raria se aplica más fácilmente a textos un tanto largos, redactados

• 1• •
coherente111ente. Esto está relacionado con el hecho d e que, en
textos un tanto largos, se determinan más fácilmente las notas
• 1 características de la fijación por escrito. Las notas características de
la fijación por escrito son : menor sujeción de un texto a una forma
rigurosa, y con exión de un texto ·breve con una unidad más extensa
(por ejemplo referencia a la muerte de Jesús, que puede verse ya en
·' 8
1 Me 3, 6 etc.) •
1
'1
! Lecturas
Una iniciación a Jos métodos de la crítica literaria con ª)'Uda de
' 1 muchos ejemplos puede verse en M. E. Boismard - A. Lamouille, Aus
der Werkstatt der Evangelisten. La siguiente obra está destinada a un
11
' estudio intenso)' n1inucioso de los evangelios sinópticos: R. Pesch - R.
Kratz, So liest man synoptisch 9 •

7
J. Becl\.er, Aus der Literatur zum johannesevangelium (1978-1980): ThR 47
(1982) 294-301 (sobre la crítica literaria de Jn), especialmente 301.
8

El problema de la transmisión oral ! fijación por escrito está todavía por
1


'1 '

resolver; véase, a propósito, Güttgema11ns, Offene Fragen.
9
Boisrnand - Lan1ouille, Aus der Werkstatt der Evangelisten; Pesch - Kratz, So
liest man synoptisc/J. Véase también Richter, Exegese als Literaturwissenschaft,
50-72; Fohrer e. a., Exegese des Alten Testaments, § 5. Sobre las cartas pauli11as,
l .i
1 véase entre otros H. Merklein, Die Einheitlichkeit des l. Korintherbriefes: ZNW 75
1•
(1984) 153-183; J. Murphy - O'Co11nor, lnterpolations in 1 Corir1thians: CBQ 48
(1986) 81-94; R. Pesch, Die Entdeckung des a/testen Paulusbriefes. Die Briefe an die
• Gemeinde der Thessalo11icher (Friburgo 1984). Una reflexión sobre los métodos,
basándose en un texto concreto, la· ofrece también H.-J ., Klauch., Die Frage der
1 1
Sündenve>·gebung in der Perikope von der Heilung des Gelahmten (Mk 2, 1-12 par):
BZ 25 (1981) 223-248.

l
!

La crítica literaria 197

1. Los modelos de texto


y de lectura subyacentes
al análisis de crítica literaria
El problema de la utilización de fuentes escritas afecta, como ya
se dijo, a numerosísimos escritos del Nuevo Testamento. Para los
diversos .escritos se han desarrollado diversos modelos que tratan
de explicar el devenir literario de tales escritos.

1.1. Modelos de texto


Las teorías más importantes sobre la cuestión sinóptica son
conocidas )'ª por las obras de introducción al Nuevo Testan1ento.
La teoría clásica de las dos fuentes es considerada por muchos
autores como un·a teor1a " tan segura, ·que esos autores no tratan

siguiera de enfrentarse concretan1ente con otras teorías. Pero exis-


ten también otras teorías: la teoría de las fuentes múltiples, la teoría
10
de la <<conflatiO>> de Marcos a base de Mateo y Lucas • Hay,
además, teorías especiales sobre la formación del evangelio de
Marcos, y conviene tenerlas en cuenta 11 • Por lo que respecta al
evangelio de Juan, suele suponerse de n1anera casi universal qt1e
hubo varios estadios de desarrollo literario del texto . En cua11 to a
las fuentes utilizadas, se cuenta generalmente con una fuente de
12
<<semeia» y un i·elato de la pasión •
Por lo que respecta a las cartas paulinas, hay muchísimos auto-
res que hace ya bastante tien1po consideran 2 Cor y quizás también
1 Cor como una compilación de varias cartas 13 • Algo parecido se
piensa también muy recientemente acerca de Flp )'de 1 Tes 14 • En
el caso de 2 Tes, hay que contar, e\}identemente, con que esta carta
depende literariamente de 1 Tes 15 •
Las mencionadas teorías del texto ofrecen también muchas
• precisiones sobre los modelos correspondientes. Las diferencias

10
Véanse, a este propósito, las obras de introducción.
11
Por ejemplo, R . Pescl1, Markus.
12
Visión de co11junto del estado de la investigación: Becker, Au.s der Literatu1·
zum ]ol1annesevangelium.
13
U11 resumen de los problemas relativos a las cartas prin1era y segunda a los
Corintios: G. Bornkamm, Paul11s (Stuttgart 1969) 246-249.
14
Ultimamente, R. Pesch, Er1tdeck11-ng, nota 9.
15
Véase \Xf. Trilling, Unters11.chungen z11.m zweiten Thessalonicherbrief (Leip-
zig 1972).

- --
198 La lectura bajo el aspecto diacrónico

'

entre las teorías consiste11 en que se atribuye di,,ersa importancia a


algu11os elen1e11tos observados en el texto.

1.2. El modelo de lectu1-a


La reconstrucción de las fuentes utilizadas para confeccio11ar un
texto 110 sólo es útil porque proporciona ideas sobre la historia de
la for1nación del texto de que se trate, sino tan1bién porque tal
reconstrt1cció11 da i·cspuesta a J.) roble111as que se suscita11 al lee1· un
texto: algu11as veces, el lectoi· recibe la impresión de que un texto
está sobrecargado de repeticiones; de que es difícil seguir el curso
de las ideas, y de que no es fácil con1pre11der si11 111ás la lógica del
texto, o de que al texto le falta cohere11cia. Con10 ocurre sien1pre e11
la exégesis, la lectura ate11ta resulta luego ser n111y útil, porque co11
ella se reúnen las observaciones efectuadas al respecto, y de ellas se
pueden sacar conclusiones.
El 111odelo de lectura de la crítica literaria 110 es de por sí el
' niodelo de lectura de un lector, porque 110 es n1tl)' posible qt1e
diga111os leer a distintos 11iveles. U11 111odelo adect1ado de lectura
parte, 111ás bien, de la experiencia del lector que siente las dificulta-
des mencionadas )' anda pensando luego sobre ellas 16 .

2. Realización del análisis


de crítica literaria

Para averiguar con precisión las fuent_es escritas utilizadas por
un autor, los acentos teológicos que se dan en esas fue11tes, y la
.
'
1
<<situación vital» de las n1ismas, con,riene principalmente leer el
texto con el fin de descubrir en él «tensiones>>, es decir, repeticio11es
perturbadoras, discontinuidades en el estilo, contradicciones inter-
nas con respecto al contenido, etc.
Cuando se observa que en el texto hay falta de col1erencia, ello

puede deberse a las fuentes utilizadas·. Y, así, los criterios de crítica
literaria son plenamente criterios de incoherencia 17 • Claro está que
la <<colección de criterios que hablan co11tra la uniformidad del
texto» 18 no debe hallarse al principio del trabajo einprendido con

16
Frankemolle, Komn21t11ikativcs Ha11deln, 23, siguiendo a B. ''ªn Iersel, Der
Exeget u11d die Ling1tistik: Concilium 14 (1978) 313-318, espec. 317.
17
Merk:lein, Ei1iheitlic/Jkeit, 157.
18
Así describe Ricl1ter, Exegese, 48, el primer paso del métodcl de crítica
literaria.
La crítica literaria 199

'
un texto. Porque, en virtud de tal «disposició11 del ensayo», existe
el peligro de que únicamente se descubran tensiones en el texto.
Hace falta una instancia de control. Y esa instancia es el hecl10 de
tener e11 cuenta también los factores de cohere11cia del texto 19 •

En los estudios de investigación se n1encionan como criterios que


per1niten deter1ninar la existencia de fuentes: la interrupción de la cone-
xió11 cr1 ttn texto, las duplicacio11cs y rcpcticio11cs, las tc11sio11es )' co11tra-
dicciones 20 • •

Estos criterios son reglas e1npíricas que permite11 sacar u11a


conclusión. Claro que, por regla ge11eral, un solo criterio no basta;
tan sólo la concentració11 d e indicios permite forn1ular u11 juicio.
Así con10 la coherencia de textos está producida por factores de
í11dole diversa (a saber, por la col1erencia en el plano lingüístico-
sintáctico, en el plano semántico )' en el plano pragmático, así como
ta111bién por la conexió11 dada e11 \rirtud de la clase de texto), así
ta111bién la incoherencia puede existir en distintos planos. La sin1ple
falta de col1erencia en un plano no basta toda,ría para suponer que
en u11 texto l1a)' falta de u11ifor111idad 21 •
-
t 2.1. Observaciones sob1-e la interrupción de la
., •
conexion
«Cuando un texto, col1erente en sí, es interru111pido por las
i11serciones de una temática que le resulta extraña, e11tonces pode-
n1os deducir con alguna probabilidad que la primera versión del
texto fue reelaborada» 22 • Ejemplos de tales interrupciones son:
Hch 5, 12b-14- interrumpe la conexión con Hch 5, 12a.15s; Hcl1 4,
33 rompe la conexión con Hch 4, 22.34s; Jn 13, 34s rompe la
t conexión co11 J11 13, 33.36-38. Tal interrupción tiene a veces la
• consecue11cia de que, después de la parte i11serta, \ruelva11 a repetirse

l" A esta exigencia de 1vlerk:lein, Ein/Jeitlicl1keit, 157s, responde nuestra 1neto-


dología, )'ª que co11sidera que el pri1ner paso del análisis co11siste en deter111inar los
f factores de coherencia. Ricl1ter, Exegese als Literat1frwisse11sc/1a_ft, )' Fol1rer, Exege-
r se, 25, creen que la crítica literaria es condición previa de todo análisis. Claro está
que el análisis que busque los factores de coherencia no debe pasar por alto las
tensiones )' las repeticiones perturbadoras.
J
2
c Véase Jv1erklein, Einl1eitlic/,keit; Pcsch , E11tdeck1t11g, a propósito de 1 Tes)'
Flp, y véanse tarn bién las obras de n1etodología.
21
Merl<lein, Ei11/1eitlic/1keit, 158.
22
Boismard-Lan1ouille, A1-1s cler Werkstatt, 34.


t
-
'
1
1 ¡
1 200 La lectura bajo el aspecto diacrónico
1

l 1
1 las últi111as palabras del texto original que preceden a la comple-
mentación 23 . Ejemplos de tal <<repetición» son J n 18, 33 .3 7: <<Pilato
dijo: ¿Tú eres el rey .de los judíos? / ¿Así que tú eres rey?»; Me 7,
24
1.5: «Los fariseos y algunos I los escribas» • Un papel n1uy
destacado dese1npeñó e11 la investigación la interrupción que existe
1'
entreJn 14, 31)' 18, 1. Jn 14, 31 aparece como el fi11al del discurso;
no obstante, el discurso prosigue 25 .

2.2. Duplicaciones)' repeticiones


Por «duplicación y. repetición>> se entiende la aparición repetida
1
de unidades de texto, porciones de texto y composiciones de pala-
'
1 bras que son parecidas por su le11guaje )' su contenido 26 • Esos
I'
l 1 ' textos que aparecen varias veces son especialmente adecuados para
1
t
• esclarecer las relaciones literarias entre los textos. Desde el punto
' de vista del método, lo primero que ha)' que hacer es determinar en
cada caso las concordancias )' las diferencias . La determinación de
' .. ' las concordancias entre los textos sirve para de111ostrar la existe11cia
+·.. de fuentes: las grandes concordancias entre los textos de la 1nulti-
plicación de los panes no se explican sino en el caso de que ha)'ª

conexión mutua entre ambos textos. Las diferencias entre los textos
ayuda e11to11ces a conocer las relaciones de dependencia, para lo
cual se aplica una regla empírica: será más recie11te aquel texto que,

' 1 por razón de las correcciones estilísticas y de la interpretación de
los enunciados que contiene, deba considerarse como modificación
,... del otro texto . Hay que hacer ver qué texto inuestra modificaciones
intencio11adas: debe co11siderarse co1no más reciente (co1110 com-
puesto más tarde) aquel texto en el que pueda mostrarse que hay
• trasposición intencionada de las secuencias (por ejemplo, en Le 4,
16-30 con respecto a Me 6, 1-6) o intencionadas modificaciones del
lenguaje o del conte11ido (intencionadas quiere decir: realizad as en
i11terés de la redacción global) . Así,' por ejen1plo, Mt 13, 58: <<y 110
hizo muchos milagros allí a causa de la incredulidad de ellos» puede
entenderse como u11a corrección de fondo de Me 6, 5 .6: <<Y Qesús).
' llj no pudo 11acer allí 11i11gú11 milagro; sólo sanó a unos pocos e11fer-
mos sobre los cuales puso sus manos. Y se maravilló d e la incredu-
' . Una refundición en sentido inverso sería difícil de
lidad de ellos>>


23
Jbíd., 29-34.
24
!bíd., 29-31 .
•• 25
Véanse, a este propósito, los comentarios .
26
Richter, Exegese, 51-55; Boisn1ard-Lamouille, Aus der Werkstatt, 36-40.
'

La critica Literaria 201

concebir. De manera parecida, Mt 19, 17 es un texto en que se l1a


27
pulido el contenido de Me 1O, 18 •
Por ta11to, en los textos paralelos, denominados aquí «a» )' <<b>>,
ha)' que investigar cuál es la modificación del texto que n1ás
clara: si la modificación del texto <<a» para convertirlo en <<b>>, o la
modificación del texto «b» para convertirlo en «a>».
.
Cuando textos enteros aparecen duplicados, eso es indicio de
que se ha11 utilizado fuentes; cua11do se repiten porciones más
pequeñas o expresiones dentro de un texto, eso no es siempre
necesariamente un indicio de que se han utilizado fuentes, porque
todo texto lleva co11sigo cierta redundancia en la nlanera de expre-
sarse.

2.3. Tensiones J' contradicciones

Un medio importante para probar la utilización de fuentes son


las «tensiones y contradicciones en el texto» 28 , es decir, la falta de
coherencia dentro de un texto. En la hipótesis de que un autor se
haya esforzado por logra1- la mayor col1erencia posible de su texto,
la falta de coherencia se atribuye a la circunstancia de que la
reelaboración de una fuente deja a veces l1uellas, ya que el redactor
no logró o no pretendió la completa reelaboración del texto.
Ahora bie11, es propia de todo texto, especialn1ente de los textos
narrativos, cierta tensión, lo mismo que en todos los textos suele
haber repeticiones. Por eso, las tensiones y repeticiones del texto
son únicamente un indicio de fuentes cuando se trata de «tensiones
incompatibles y de repeticiones perturbadoras» 29 • Semejante ten-
sión en el texto y una contradicción en virtud de dato.s que no
concuerdan entre sí 30 existe, por ejemplo, en Me 6, 45 y 6, 53: los
discípulos navegan l1acia Betsaida y llegan a Genesaret. Me 6, 53-56
es un <<Sumario», es decir, una resu1nida de la
actividad de Jes{1s. Por de pronto, la circunstancia de que Me, en
este sumario (y a diferencia de lo que suele hacer en otras ocasio-
nes), dé una localización exacta, está indicando ya que se trata de
'

1 27
Véase W. G. Kürnmel, Einleitung in das Neue Testament, § 5, 3.6, )' los

corn en tar1os.
r 28
Richter, Exegese, 55-59; Fohrer, Exegese, 45s; Boismard-Larnouille, Aus der
Werkstatt, 24-27, 40-45.
29
Fohrer, Exegese, 46.
30
Véase Richter, Exegese, 56.
t

-----
202 La fect¡,rra bajo el aspecto diacrÓ>2ico

una tradició11. Y lo que, sobre todo, señala la existencia de una


tradició11 es la circunsta11cia de que la refere11cia geográfica se l1alle
en co11tradicción co11 la n1eta del viaje indicada en 6, 45 31 •
En el texto se ge11era otra clase de tensiones por el hecho de que
e11 el inismo se yuxtapone11 ele111e11tos dispares . Te11e1nos un eje111-
plo de ello en Me 10, 23-27 : aquí enco11tra1nos prin1eramente una
<<Í11co11grue11cia y u11 duplicado», porgue la afir111ación. de que es
i111posible qt1e un rico «er1tre er1 el reino de Dios» está asociada con

la afir111ación de qt1e absolutame11te i1adie podrá «Ser· salvo>> 32 • La
primera afirn1ació11 está formulada n1edia11te una imagen; la segun-
da se enuncia e11 le11guaje teológico técnico 33 • La afir111ación sobre
el sal\1 arse tiene un paralelo objetivo e11 Le 13, 23-24: es difícil para
34
cualquiera llegar a salvarse •
Las tensio11es e11 e] texto se origi11an por co11tradicción en st1
co11 te11ido (por eje111plo, Jn 13, 36: «Señor, ¿a dó11de vas?», a
diferencia de Jn 16, 5: «Ninguno de vosotros n1e pregu11ta a dónde
' 'º)'>>) )' también por obser,racio11es fi11ales a las que el autor r10 se
atie11e (por ej en1plo Jn 14, 31 ; 20, 30s ).

r
1

SINTESIS E INDICACIONES
PARA TRABAJAR EN EL
1
••
ANALISIS DE CRITICA LITERARIA

A propósito de esto, ha)' qt1e l1acer una observación preli1ninar: el


prin1er paso es hacer una verificación exacta; para la i11 terpretación de los
datos que se ha11an \1erificado, ha)' que prescindir de momento de un
detern1inado modelo de texto.
Son medios para el trabajo una sinopsis, una concordancia )' una
i
estadística de palabras.
Condición previa para la reconstrucción de fuentes es el análisis sincró-
nico de los textos correspo11dientes; l1ay que determinar la índole li11güísti-
co-sintáctica, la índole semántica )' la índole pragmática de los textos, así
- como tan1bién el tipo de texto al que correspondan (sie111pre a reserva de

'•

31
Véase e11 particular Egger, Fro/,botsclJaft ur1d Le/Jre, l 35s (bibliografía).
32
Boismard-La111ouille, A11s der \'Klerkstatt, 80-82.
33
Véase Egger, Nac/Jfolge, 191s.
34
Boismard-Lan1ouille, A1{s der \V'erkstatt, 82s.
1

l
La critica literaria 203

l

que se introdt1zcan las 111odificaciones necesarias en ''irtud de la ad-


quisición de nue,·as ideas). Este análisis ad,rierte sóbre las rupturas )'
tensiones en los textos.
• El trabajo con los evangelios sinópticos
r
Para determinar los ele111e11tos co111u11es de los textos que se estudian,
1 puede ser muy í1til come11zar n1arcando co11 colores las diversas palabras:
- subra}'ªr de azt1l todo lo qt1c es con1ún a los tres sinópticos;
- st1bra) ar de amarillo lo que es con1ún a Me )' Mt;
1

l
1 - subrayar de verde lo qt1e es común a Me )' Le;
- subra) ar de rojo lo que es común a Mr )' Le.
1

. Lt1ego ha)' que averiguar las diferencias entre los textos: ¿Se trata de
l
- diferencias sin1plemente de lenguaje;
- o ha)' también diferencias de contenido?

Ahora pueden describirse )'ª los acentos de los correspondientes pasa-
1es :
- e11 11c se trata más bie11 de... ;
- e11 Mt, de ... ;
- en Le, de .. .
Fi11almente, se sacan conclusiones: ¿En qué texto se sospecha 111ás bien
que ha habido reelaboración de otro texto? Pt1lir el lenguaje)' desplazar los
acentos en las afirmaciones son indicio de ello.
1
t • EL trabajo con textos no sinópticos
i
i Después del análisis sincrónico, ha;' que exarninar el texto para des-
cubrir eventuales faltas de coherencia. Y ha;' que hacerlo en los di,,ersos
planos:
f E11 el plano lingüístico-sintáctico:
1 - Interrupciones del texto )' reanudación del n1ismo.
- \1 oca bulario que el autor, por lo demás, no utiliza, pero que se
encuentra en otros textos.
En el plano semántico :
- Cambio abrupto e infundado de tema.
- Temas que, por lo demás, son extraños para el redactor, pero que se
encuentran en otros textos .


!1
1i
• 1
t 204 La lectura bajo el aspecto diacrónico
; '
j

'
1 1
'
- Repeticiones perturbadoras.
'
i l - Contradicciones en el texto.
1 1
1 1• 1
En el plano prag1nático:
! - Tensión en la intención pragmática del texto.
(•
Tipo de texto :
1t 1
- Elementos extraños al género.
:111
r '
1• - Tensiones con respecto a la «situación vital» presupuesta.
1

3. Ejemplo: Jn 13, 34s:


El mandamiento nuevo


Una serie de observaciones lleva a la conclusión de que Jn 13,
34s no se encuentra en un contexto original, sino que fue ii1sertado
con posterioridad en un texto ya existente 35 .
En prin1er lugar, Jn 13, 34s interrumpe la conexión entre 13, 33
y 13, 36. Los v. 31-33 y 36-38 l1ablan de que J esús se marcha )' de
que Pedro está al lado de Jesús. El v. 36 enlaza d irectamente con el
v. 33. Asi1nismo, los v. 36-38 no hacen referencia alguna al manda-
miento nuevo de que se habla en los v. 34s 36 • Lingüísticamente, la
·"' expresión "lt,VWCTXEl,'\1 f.v, que por lo den1ás no aparece en J n, remite
a 1 J n 2, 7 37 • Tambié11 la expresión de <<mandamie11to 11uevo»
apar§ce únicamente en 1 Jn 2, 7. Por su contenido temático, el
' • •
significado de €v-ro/1.ij, como instrucción moral, se diferencia del
uso que por lo demás se hace de esta expresión en Jn 14, donde el
.. contenido de la instrucció11 es guardar la palabra o las palabras de
Jesús 38 . E l tema del amor domina hasta tal punto 1 J n, que este
te1na, juntamente con la fe, se convierte en la exhortación funda-
mental 39 • Así que Jn 13, 34s se diferencia, por la <<tendencia» y la

r
35
' Esta opinión la sostienen: R. Schnackenburg,Joh, III, 59-61; ]. Becker,Joh,
• 447s; F. F. Segovia, The Structure, Tendenz, and Sitz im Leben of]ol1n 13: 31-14,
31: JBL 104 (1985) 491-493.
36
Scl1naclce11burg, ]0/1, III, 59.
37
1 Jn 2, 3. 5; 3, 16. 19. 2 4; 4, 2 .1 3; 5, 2.
38
Schnacl<enburg, ]0/1, III, 59; Segovia, Structi-tre, 491.
39
Scl111acl<.enburg, ]oh, III, 59 .


La critica literaria 205

intención pragmática, del discurso de despedida de Jesús en Jn


14 40 .

Hay, pues, incol1erencia en el plano lingüístico-sintáctico, en


el plano semántico y en el plano pragmático. Esta observación
lleva a la conclusión de que Jn 13, 34s es un fragme11to insertado
posteriorn1ente. Por su procedencia, el mandamiento del amor
nos señala hacia el grupo de la comunidad descrita en 1 Jn. E l
hecho de que el frag1nento pudiera insertarse allí sin rnayores
dificultades depende estrechamente del tipo de texto <<discurso
de despedida», tipo en el que encuadran muy bien las exhortacio-
nes a amarse unos a otros .

"º Segovia, Structure, 492.


l

1

l •
1

13
1
t
Crítica de las tradiciones
Búsqueda de la prehistoria oral
de los textos
1 •

' Las observacio11es efectuad as e11 los textos del Nuevo Testa-
• 111ento, especial1nente e11 los e\rangelios sinópticos, sugieren la idea
de qu e, antes de st1 co1nposició11 por escrito, circulaban )'ª oral-
n1e11te fragmentos aislados de diversa í11dole, por ejemplo narracio-
nes sobre ] esús, palab1·as de ] esús, f ó rn1ulas de fe, etc. Esos frag-
mentos sueltos se r ecogieron primero en grandes compilaciones
(por ejen1plo evangelios) o se integraron co1110 citas en u11 co11texto
ma)'Or (por eje1nplo el de las cartas paulinas).
,.,

La crítica de las tradiciones intenta lograr una visión de la prehistoria


oral de los textos del Nuevo Testa1nento. Para ello l1a) que con1prender las
1

modificaciones que experin1entaron los textos que originalmente circula-


ban de manera aislada, en el transcurso de la transmisión oral, )' ha)' que
saber los círculos de tradentes que fueron responsables de la inodificación.

Por «c1·ítica de las tradicio11es» se entiende el método, y por


<<historia de las tradiciones » se ei1tiende 110 sólo la historia de las
tradiciones en cua11to se trata de la transrnisión de textos, sino
también la historia de la tradición en cuanto se trata de t1na activi-
dad d e determinados círculos de trade11tes 41 •

41
A propósito de la tern1inología, ''éase s11pra. En las obras de n1etodología
suele asociarse la crítica de las for111as y la crítica de los gé11eros co11 la l1istoria de las
for1nas )' la historia de los gé11eros. Aparece una separación entre ellas, según el
aspecto sincrónico )' el aspecto diacrónico del problema, en Ricl1rer, Exegese,
152-164; Fol1rer, Exegese, 118-136; Berger, Exegese, do11de Berger, por


r

1

Crítica de las tradicio11es 207

1
i La tarea del análisis de crítica de las tradiciones consiste en
reconstruir en su forma más antigua las diversas perícopas y t extos
breves que original1nente circularon aislados, y en reco11struir ta1n-
bién los cambios que experimentaro11 en el curso de la tra11smisión,

describiendo su índole propia )' las notas características de su
género en las distintas fases, mostrando las situaciones vitales y de
con1unidad en las que se fuero11 utilizando los textos en las diversas
etapas, determinando los círct1los de tradentes que se ocuparon de
la trans1nisión )' 1nostra11do las reglas según las cuales esos textos se
plasmaron )' modificaron.

Lecturas
La realización del método )' las reflcxio11es sobre el 111is1no, a base
de u11 texto concreto, pueden vese e11 la obra de L. Schenl(e, Brot-
• verniehrr-tng 42 •
l
f}
' 1. El modelo de texto subyacente
al análisis de crítica de las tradiciones
Según el modelo sub)racente al análisis de la historia de las
1 tradicio11es, al pri11cipio del desarrollo de u11 texto hay siempre u11a
l L111idad textual breve, relativamente uniforn1e, arn1ónica y co here11-
f te en sí. Esa unidad textual está relacionada con una situación
concreta de la comunidad. Por tanto, los breves textos sueltos co11
• los que comienza la tradición neotestan1entaria son <<textos para el
uso», es decir, textos que se utilizaban en determinadas situaciones
de comt1nicación y de interacción de la comunidad, con el propósi-
to de lograr deter1ni11ados fines. Esos textos breves se van modifi-


razones históricas)' siste1náricas, asigna a la l1isroria de las tradiciones el ámbito del
Antiguo Testamento, judaísmo, Nuevo Testamento e historia de la Iglesia incipiente
y de las sectas, n1ientras que la comparación con textos de grupos que están fuera la
l as igna como tarea a la historia comparada de las religiones. Fohrer, Exegese, 99-116,
espec. 101 )' 11 O, emplea la expresión «tradición» en relación con la crítica de los
1
l' motivos y la crítica de las tradiciones, es decir, bajo el aspecto, n1ás bien, del
l conte11ido: la tradición es un fondo de ideas)' temas acuñados que está a disposició11
de determinadas situaciones de enunciación, y en cuya transn1isió11 está interesado
un círculo de tradentes. Para la historia de las tradiciones son tan1bién importantes
1
una serie de obras que se citaron ya en el capítulo sobre los tipos de texto (véase el c.
11, nota 189).
42
L. Schenke, Die wunderbare Brotvern1ehrung. Die neutestamentlic11en Er-
zal1lt1nge11 u11d ihre Bedet1tu11g (Würzburgo 1983). Las obras clásicas en 1nareria de
l1istoria de las tradicio11es son: R. Bultmann, Die GesclJicl1te der s11noptischen
Traditio11; M. Dibelit1s, Die formgesc/Jic/Jte des Eva11geli14.1ns; K. L. Scl1n1idt, Der
1
1
Ra/J11ier1 der Geschic/Jte }es1f. Sobre el estado de la investigació11, véase G. Scl1elbert,
Wo steht die Formgeschicl;te: Tl1Bericl1te 13 (Zurich 1983) 11-39.
l•
'

lj
' 1 .
1! 208 La lectura bajo el aspecto diacrónico
¡1
li
i .
ca11do, e11tre otras cosas, por inflt1encia de las situaciones de la
comunidad, por los i11tereses de determinados círculos de traden-
tes, por el contacto con otros géneros>> 43 •
l1

La tradición de las prin1eras comunidades se va sedimentando en


«textos para el uso». Esos textos se desa.rrollan )' modifican. Los textos
lle,ran en sí las huellas de su historia.

Las modificacio11es y el desarrollo se efectúan por influencia de


diversos factores 44 • Valiéndose de las parábolas de Jesús, J. Jere-
mias determinó ciertas reglas que regían la reelaboración de tex-
tos 45 • Según él, en la tradición de las parábolas l1abría11 influido los
siguie11tes factores : ·
la traducción de las parábolas al griego;

- las 1nodificacio11es del inaterial intuitivo;


• - los adornos;
la influencia del Antiguo Testamento )' de los temas narrati-
vos populares;
el cambio de auditorio;
el empleo de las parábolas para la parénesis de la Iglesia;
la influencia de la situación de la Iglesia (la de1nora de la
parusía, la Iglesia misionera, las normas de la dirección de las
comunidades);
. - la alegorización;
- las colecciones de parábolas y la fusión de parábolas;
el marco.

2. Realización del análisis


de crítica de las tradiciones
Para comprender el desarrollo de un texto y las modificaciones
por las que ha pasado, y para establecer así una relativa cronología
de los diy.ersos niveles de la tradición, se buscan primero las tensio-
nes que hay en el texto . Cuando se comprueba la existencia de

43
Ricl1ter, Exegese, 164: modificación en sí o por contacto co11 otros gé11eros.
44
Véase anteriorme11te c. 4.
45
J. Jeremias,
Die Gleichnisse }esu (Gotinga 6 1962) 19-114. (Trad. española:
Las parábolas de jesús [Estella 1970] 29-142).

1 ,,

• ''
Critica de las tradiciones 209

tensiones en un texto, especialmente por lo que respecta a la


uniformidad del género y a la orientación de los lectores (finalidad
del texto), entonces este hecho permite deducir .que hay niveles en
la reelaboración del texto.
La determinación de los niveles (o estratos) que ha)' en un texto
se puede efectuar luego mediante la comparación con otros textos,
en todo lo cual habrá que tener en cuenta no tanto los aspectos de
co11tenidos cuanto los aspectos de forn1a . La co1nparació11 de textos
con estructuras lingüístico-sin tácticas, semánticas y pragmáticas
parecidas puede ser muy interesante y aleccionadora para la histo-
ria de las tradiciones 46 •
Otro camino para ir trazando la historia de la formación de un
texto es el intento de contemplar la formación del texto en relación
íntima con otros diversos factores. De esta 1nanera se pueden sacar
conclusiones sobre la formación o la fisonomía característica de un
texto :
- en virtud de una imagen global acerca del origen y el desarro-
• llo del mo,rimiento de renovación desencade11ado por Jesús 47 , o
(por lo que se refiere a los escritos joánicos) en virtud de la imagen
global de una escuela joánica 48 ;
- te11iendo en cue11ta los grandes temas teológicos)' los círculos
de la tradición (e\rangelios, literatura epistolar) de los escritos del
• Nuevo Testamento;
- a veces pueden desempeñar también un papel las reflexiones
de índole histórica (por ejemplo sobre los doce en los evangelios).
Para mayor claridad, se exponen por separado las etapas metó-
dicas encaminadas a investigar los evangelios y a investigar los
escritos paulinos.

• Investigación de crítica de las t?'adiciones


relativa a los evangelios
La comprobación de tensiones sirve aquí, en pri1ner luga1·, para
«aislar» las u11idades que antes fueron independientes, es decir, para

46
Berger, Exegese, 168, menciona los siguientes elen1entos comparables entre
sí: campos semánticos, formas retóricas y literarias, todos los demás criterios de
género (por ejen1plo historias de la infancia), tradjciones que pueden fijarse en el
tiempo y en el espacio.
47
Véase, por ejemplo, G. Theissen, Soziologie der}esusbewegung. Ein Beitrag
zur Entstehungsgescl1ichte des Urchristentums (TEH 194; Munich 1977).
48
Véase, por ejemplo, R. E. Brown, Ringen um die Ge1neinde. Der Weg der


1 1
1
11
1

f 210 La lectura bajo el as¡>ecto diacrónico

desligarlas del co11texto ma)' Or en que fuero11 insertadas. El primer


paso, al menos por lo que a los evangelios se refiere, es la llamada
«destrucción del marco de los evangelios». En efecto, los eva11ge-
lios r11uestran clar as sutu ras entre las diversas perícopas : la unión es
bastante floja y está hecha, por ejemplo, por «y», «)' entonces»; a
veces falta la conexión cro11ológica y de lógica causal; con frecuen-
cia ha)' fór1nulas que sirven de introducción, o también datos por
los que el fragmento st1elto se integra er1 la estrt1ctt1ra total del
1
evangelio. (Tales peculiaridades de dicción y de contenido, qt1e
1
1

l 1
1

aparecen con frecuencia, sobre todo al comienzo y al final de las


perícopas, pt1eden atribuirse, en el curso de la i11vestigació11, al
estado de la redacción, y por tanto no dese1npeñan )'ª ni11gún papel
para la 11istoria de las tradiciones). Med ia11te esta «destrucció11 », se
49
logra por de pronto aislar los fragn1entos de textos •
Para la reco11strucción de la forma gue el texto tenía origi11al-
1ne11te )' en el curso de la tra11s111isió11, 'I1ay que exan1i11ar el texto
para descubrir las te11siones interiores al mismo. Hay que pregu11-
tarse, sobre todo, si el texto sigue u11 patró11 uniforme de género )'
I si la finalid ad del texto (la ft111ció11 prag1nática) es uniforn1e.


• La crítica de las tradiciones
en la lite1·atu1·a epistola1·
1 ,.•
Por lo que respecta a la literatura epistolar, podemos servirnos
de los siguie11tes criterios para sacar conclusiones sobre la utiliza-
ción de fuentes: los textos con las siguientes peculiaridades indican
una tradición prepaulina so:

- la observación expresa de Pablo de que se trata de tradicio-


nes, por ejemplo en 1 Cor 11, 23; 15, 1;
- la introducció11 de u n pasaje por el vocablo «creer>> o «Confe-
sar» (estos vocablos son típicos como introducción a-fórmulas de fe
y de confesión de fe);
- el paralelismo, los enlaces de relativo, la construcción de

Kirche nach den johanneischen Schriften (Salzburgo 1982).


49
Se aplican tan1bién principios parecidos al análisis de la crítica de las tradicio-
nes e11 Hcl1 y Ap.
50
La bibliografía se menciona más adelante, a propósito de] a11álisis de Ron1 l,
3s.


Crítica de las tradiciones 211

participio que sirva para introducir, el ritmo, por eje1nplo Rom 4,


25; 1 Tim 3, 16;
- el contexto no mt1y ligado y las tensiones en el texto, por
eje1nplo Ron1 1, 3s; Flp 2, 6; 1 Ti111 3, 16;
- el lenguaje no pauli110 (esa manera de l1ablar no p auli11a se
puede comprobar mediante una estadística de palabras);
- paralelos de real id adcs ·y de palabras, expresiones estereotipa-
das que se utilizan también e11 los den1ás escritos del Nuevo T esta-
1ne11to, es decir, una especie de testificación múltiple en los escritos

• neotestame11 tar1os .

RESUMEN E INDICACIONES PARA EL TRABAJO


DE ANALISIS EN CRITICA DE LAS TRADICIONES

- Aislamiento de las diversas perícopas


Detern1inar lo intensamente unidos que están el comienzo )' el final de
la perícopa con lo que precede y lo que sigue, es decir, con el contexto.
Una vez que, teniendo en cuenta la estilística)' las líneas teológicas, se han
detern1inado los toqt1es redaccionales, tendremos el estado del texto en su
etapa pre-redaccional. El análisis de crítica de la redacción es necesario ya
aquí para separar la tradición de la redacción.
• •

- Reconstr1Jcción de la f ornia original


J' de las distintas versiones de un texto
Ha)' que determinar, en primer lugar, cuál es la versión más antigua
desde el punto de ''ista de la crítica literaria. Detern1inar luego las trans-
formaciones del texto mediante el tenor interno del mismo )' la compara-
ción con textos temática )' estructuralmente se1nejantes, haciéndolo, por
ejemplo, con arreglo a la lista propuesta por J. Jeremias )' a listas generali-

zadas.
J

- Las líneas teológicas


de las versiones del texto
en sr¡,s distintos niveles (o estratos)
¿Qué acentos de contenido teológico aparecen claramente en las diver-
sas \ ersiones del texto?
1

¿Qué cristología se expone en las diversas \ ersiones del texto?


1

- Conclusiones sobre el efecto


que se preten.de causar (la función pragmática)

--
1 i
1

212 La lectura bajo el aspecto diac1·ónico


''
¡
l

¿A qué n1anera de pensar )' conducirse quería llevar el texto en las
diversas versiones reconstruidas a aquellas comunidades en las que dicho
texto se utilizaba?
¿Qué función pudo tener el texto, en las diversas etapas de su desarro-
1 1 llo y transmisión, por lo que respecta a la vida de fe )' a la forma de vida?

t
1¡ - Conclu.siones sobre la «situación vital»,
11
f 1

,,1 el ambiente sociocultural


1
¿Qué indicaciones dan las diversas versiones del texto sobre el desarro-
llo de la vida de la comunidad, de la constitución de la misma,)' sobre los
actos de vida comunitaria?
¿Qué indicaciones contiene el texto sobre los diversos trader1tes de la
tradición )' sobre el cambio en el círculo de los destinatarios?
'
¿Qué situaciones del entorno)' de la historia contemporánea se trans-
parentan en el texto?

3. Ejemplos
)
Veremos en dos ejemplos la h istoria, el <<destino», de textos .
j. 1 '

! 1
¡

l 3.1. Me 14, 3-9:


'f '•
!
Confesión de fe en la dignidad de Jesús

1 • L a aplicación a ·M e 14, 3-9 del modelo de texto para el análisis


de la crítica de las tradiciones m u estra cómo un texto originalmente
1
1 uniforme y compacto en sí, con estructura y fi11al idad claras, se fue
1
m odificando y ampliando por múltiples razones en el transcurso de
1 la transmisión 51 •
. ,.'·
. El an álisis de crítica de las tradicion es presupone el análisis
.
l
;

s1ncron1co.r
1

51
Para conocer bibliografía, véase C.-P. Marz, « ... mich /1abt il1r nicht alle-
zeit». Sobre la historia de las tradiciones de Me 14, 3-9 )' sobre los lugares paralelos,
véase Studien z1.tm Ne1./.en Testament und seine1· Umwelt: 6-7 (1981) 89-112 (con
bibliografía); F. Schnider, Christusve1·kiindigung und }esuserzdhl1,¡,ng. Exegetische
Ueberlegung

zur Mk 14, 3-9: Kairos 24 (1982) 171-180. Véanse tan1bién los comen-
tar1os.

'
'

1
Crítica de Las tradiciones 213

• Análisis sincrónico de Me 14, 3-9


La estructuración del texto es clara:
t

i v. 3: narración (introducida por x.aC);

t v. 4s: palabras que pronuncian algunos (aparecen clararne11te


con10 objeción por el OÉ)
v. 6-9 : réplica de Jesús (otra vez con óé.)
La narración cuenta detenida1ne11te los detalles del suceso; lue-
r go los elementos narrativos ' 'ªn queda11do cada vez más relegados :
l las palabras de los v. 4s tienen todavía dos verbos narrativos; la
f réplica de Jesús no tiene ya más verbo narrativo que «él dijo» 52 •
l Mientras que la objeción contra la mujer está for1nulada de manera
bre\1e y coherente, las palabras de Jesús se l1allan estructuradas de
manera complicada desde el punto de vista li11güístico-sintáctico : es
verdad que ha}' una estructura paralela en 4b.5a (pregu11ta y razo-
namie11to anexo introducido por yág) y 6d.7 (enunciado y razona-
n1iento introducido por yág) 53 , pero luego la frase intermedia (v.
7b) interrumpe el razonan1iento del v. 7a.c.; 8a es t1na continuació11
no del todo acorde; 8b ofrece una nueva justificación de la n1ujer y
causa la sensación de ser un apéndice a los v. 6s; todo el conjunto va
'f
seguido por las palabras introducidas por el «amén» en el v. 9 s-1.
Algunas trayectorias que recorren todo el texto son. característi-
cas de la estructura semántica del texto: <<perfume» (y de la des-
cripción del perfume), <<bue11a obra», <<hacer». Sobre todo, el texto
está marcado. por oposiciones 55 : •

despilfarro buena obra / sepultura


dar a los pobres «Conmigo»
• •
siempre no s1e1npre.

l
l Es característico de la estructura narrativa el que muchos ele-

l mentos se refiera11 al caso concreto. Sin embargo, algunos elemen-


tos rompen el marco de un suceso concreto y presentan una se-
¡
l
cuencia de acción mucho más extensa: la unción con perfume hace
referencia a la sepultura; la narración del suceso se convertirá en
parte de la predicació11 evangélica.

52
Marz, Traditionsgeschichte, 91.
53
Ibíd.
54

Pesch, Mk, sub loco, r10 ve, en cambio, ninguna clase de tensiones ni de
t duplicaciones perturbadoras.
J• 55
Menos clara es la contraposición: uno - muchos, de la que habla Scl1nider,
Christusverkündigung, 176-178 .

..•

. - ---------
rf
f
1
'
'
¡ 1 214 La lectura bajo el aspecto diacrónico
1 '

La fu11ción pragn1ática del texto es múltiple : la acción de la


mujer es presentada con10 una buena obra, )' de esta manera se
describe a la muj er como ejen1plo para el lector. Al misn10 tiempo ,
se procla1na el mensaje acerca de la n1uerte de Jesús. Se dice,
además, expresa1nente que la 11istoria es digna de ser narrada.
Por lo que se refiere al tipo de texto.en el que ha)' que encuadrar
el texto en cuestión, debemos aducir co1no lugar paralelo L e 1O,
38-42. Ta111bién en este caso se trata de u11a co11ducta que suscita
objecio11es y 1·éplica. Desde el punto de vista lingüístico-si11táctico,
la estructura es sernejante: descripción de una co11ducta - objeción
(introd u cida, co1no en Me 14, 4, por un bÉ) - réplica de Jesús
(introducida otra vez, co1no en M e 14, 6, por un 6€) 56 • Por lo que
l
1
respecta al conte11ido, en los dos textos se trata de algo parecido:
l1a)' dos formas de conducta, de las cuales una se desig11a como «la
parte buena>> (L e 1O, 42) o co1no «obra b uen a» (Me 14, 6 ). Por
tanto, no ocurre con10 en los litigios, en los que se hace una
contraposición entre lo que es <<lícito - ilícito», si110 que la contra-
posició11 aquí es entre «bueno - m ejor» .

• Análisis de c1·ítica de las t1-adiciones


"
M e 14, 3-9 )' paralelos se consideran como caso para poner a
57
prueba la indagación aclaratoria de la crítica de las tradiciones •
Para el análisis, es in1portante la comparación co11 Jn 12, 1-8 y Le 7,
36-38. Por lo que respecta a la historia de las tradiciones relati\ras a
estos dos textos, se sostienen las siguientes opiniones acerca de la
<<Cronología relativa» 58 : a) según Marz, Me 14, 3-9 es una historia
que antiguamente se transmitió, evidentemente, aislada : una histo-
ria co1npleta en sí que confiesa la dignidad d e Jesús; en la tradició11
se estableció ya la conexión con la historia de la pasión; Jn 12, 1-8
incorpora u11 estadio 1nás tardío de la tradición; en Le 7, 36-50, la
unción con perfume es una adición posterior 59 ; b) según Brown, la
tradición joánica se acerca e11 varios puntos a la tradición más
antigua 60 ; e) según Daube y Holst, el hecl10 de ungir con perfume

56
Frente a los litigios, se trata aquí de una estructura lingüístico-sintáctica
distinta; véanse los textos Me 2, 1 - 3, 6.
57
Marz, Tradition sgeschichte, 89.
58
Presentamos tan sólo algu11as opini o nes de especial rel ieve.
59
Marz, Traditio11sgescl1icl1te, 104, 106.
60
Brown, ]0/1, 45 ls.


c,·itica de las tradicio11es 215
1

los pies es anterior, desde el punto de vista de la 11istoria de las
tradicio11es, )' se halla más cerca del suceso l1istórico 61 •
1 La concepción que se tenga sobre la l1istoria de las tradiciones
en relación con este texto depe11de de las observacio11es que se
t ha)1 an l1ecl10 en el texto y del e11juicia1niento de las realidades
apreciadas por parte del investigador. El cuadro de la figura 27, en
• el que· se establecen las coi11cidencias y las diferencias, perrnite sacar
conclt1siones sobre la historia de las tradicio11es 62 . .

A1c 14, 3-9 }11 12, 1-8 Le 7, 36-38



Dos días antes de Seis días antes de
(v. 1) paSCU?
Betan1a Betan1a (e11 Galilea)
Sin1ón el leproso el fariseo S1mó11
Lázaro
Marta
Una n1ujer in11on1inada María una pecadora
un frasco de alabastro una libra u11 frasco de alabastro
perfume perfun1e perfume
\
1
áQÓO; 1Cl01:lXlÍ ·vágóo; riega los pies
los seca con sus cabellos
derrama sobre unge los pies unge los pies
la cabeza los seca
con los cabellos
Ju das
mas de 300 denarios 300 denarios
Jesús defiende Jesús perdona
Jesús defiende
«Dejadla» «Déjala»
<<A los pobres siempre « ... sepultura»
los tene1s con vosotros»
« ... sepultura» «A los pobres siempre
los tene1s con vosotros»
«... eYan gelio»

Figura 27. Esq11enia si11óptico de Me 14, 3-9; ]n 12, 1-8; Le 7, 36-38.

El cuadro muestra una extraña coincidencia de estos textos


hasta en los detalles; pero luego ofrece ta1nbién diferencias y tras-
posiciones entre los elementos. La afinidad entre éstos es manifies-
ta. Para remontarnos de las versiones del texto que tenemos ante
nosotros hasta una versión anterior del texto, desempeñan un papel.
las reflexiones de crítica de la redacción, crítica literaria y crítica de
los géneros. Y con todo ello hay que entreverar también reflexiones
11istóricas.

61
Un juicio crítico de Daube )' Holsr puede verse en Marz, Traditio11sgescl1ic/1-
te, 105.
<>:? Véase Broi;vn, ]ol1, 450.

------

216 La lectura bajo el aspecto diacrónico

Por las reflexiones de crítica de la redacción (que l1ay que


i11tegrar ya aqt1í), sabe1nos que Me 14, 9 debe atribuirse a la
redacción, porque el vocabulario y la temática corresponden ei1 tan
· gran ri1edida a la peculia1-idad del evangelista 63 , que este versículo
fue insertado seguran1ente por él. Igualmente, e11 la versión joá11ica,
los elementos que establecen la conexión de esta narración con la
11arración de Lázaro deben atribuirse ·a la redacción joánica. Para
J n, la t1nción con perfume y la entrada tr.iunfal en J ert1salén so11
repercusión de la l1istoria de Lázaro y se l1allan en el l1orizonte de la
decisión adoptada por los judíos de dar muerte a Jesús n 11, a
49-53) 64 • La relación íntima con la pasión se había establecido ya
a11tes de Me y antes de Jn.
Desde el punto d.e vista de la crítica literaria, es difícil admitir
que Jua11 dispusiera co1no fue11te del texto de Me; es ve1-dad que
hay n1ucl1as coi11cidencias asombrosas, pero las difere11cias son
tambié11 muy importa11tes. Hay que supo11er, por tanto, que hubo
u11 tnaterial con1ún de tradición, pero de índole oral, en el que
hallaron acceso, ei1 el curso de la trans1nisión, las diferencias con1-
probadas 65 •
Por lo que respecta a la critica de los géneros, tanto Me 14, 3-9
con10 J n 12, 1-8 se caracterizan por no referir ambos textos u11
suceso acabado en sí, sino que u110 y otro coloca11 este st1ceso en el
,,'
l-1orizonte, más amplio, de la pasión de J esús. En virtud del presu-
1
•• puesto, aceptado universalmente en la i11vestigación de crítica de las
'
tradiciones, de que al principio se transmitieron sólo perícopas
breves y completas en sí mis1nas, que no se hallaban incluidas aún
en un contexto mayor, se deducen las siguie11tes conclusiones para
la historia de la unción con perfume: pudo ocurrir mu;r bien que al
principio hubiera una narración breve sobre la acción de una mujer
que, al ungir a Jesús con perfume, le honrara. En esta versió11
original se relata la acció11 de la mujer, la objeció11 de algunos )' la
réplica de Jesús. El texto así reconstruido es <<una historia completa
e11 sí misma, que de manera primitiva enseña cristología, porque en
el trasfondo confiesa la peculiar dignidad de Jesús: una dignidad
que rompe todas las barreras del usual modo de comportarse» 66 .

Por lo respecta al género, este texto perte11ece al mismo género

63
Marz, Traditionsgeschichte, 102, refiriéndose a Strecker, en FS Cr.{,llmann,
f • 1972, 91-104.
1
¡ 64
Marz, Traditionsgeschic/1te, 107.
t1 65
Brown, ]oh, 451; Schnacke11burg, }oh, II, 465s.
66
Marz, Traditionsgeschichte, 104.
1

Crítica de las tradiciones 217

1

que se halla atestiguado tambié11 en Le 1O, 3 8-42 67 • A la estructura
sencilla del género, que consta de narración, objeción relacionada
con ella y réplica, tal con10 aparece en Me 14, 3-7, se añaden en Me
14, 8s algunos elementos extraños a esa estructura se11cilla: la
referencia a la muerte de Jesús y a la predicación del eva11gelio.
Cuando en u11 texto aparecen diversos patrones estructurales, ello
es indicio de que ha habido una an1pliación en el curso de la
tradición 68 . Tal reconstrucción explica bien qt1e en Me el filo de la
narració11 se 11alle en las palabras de J esús : <<A los pob1-es siempre
1 los tenéis con vosotros, ... pero a mí no siempre n1e tenéis». La
forma intrincada de Me 14, 8 se explica tambié11 bien dentro de esta
hipótesis. En el texto pues no l1abría habido originalmente ninguna
69
referencia a la pasión . Claro que la vinculació11 con la historia de
la pasión fue establecida ya por Me, de lo cual son indicio la forma
lingüística de Me 14, 8 70 )' la circunstancia de qt1e también Jn
co11ozca esta referencia (y que haga de la referencia a la pasión el
filo de la narración). L a narración de Le 1O, 3 8-42 tuvo entrada, en
el curso de la transn1isión, en la tendencia narrativa recogida por Jn.
Originaln1e11te, la figura de Marta no estaba asociada C011 la historia
r de la u11ción con perfume. De otra narración con tema parecido
l
t
procede en Jn la observación: «Ella secó con sus cabellos los pies de
Jesús» (Jn 12, 3), observación que sí es acertada e11 Le 7, 38, pero no
[ en Jn 12, 3.
Las relaciones entre Me 14, 3-9; Jn 12, 1-8 y Le 7, 36-38 se
enjuician de manera distinta en los estudios de investigació11: según

J
algunos, la mención de la unción de los pies en Le 7, 38 no tiene
significado constitutivo para la narración y se puede desligar fácil-
mente de ella; es considerada, por tanto, con10 adición posterior 71 •
Otros juzga11 que Le 7, 36-50 es la versión que más se acerca al
suceso histórico 72 .
En el análisis de crítica de las tradiciones hay que reflexio11ar

f¡ 67
Sobre las notas características del género, véase anteriorn1ente.
68
f•
1
Sobre este pri11cipio n1etodológico, véase Richter, Exegese, 161. Es verdad
que la referencia a la pasión es )'ª anterior a Marcos, pero 110 es necesariamente
l
r
original, ya que la creación de un contexto narrativo más amplio es seiial de que
hubo ampliación.
69
Según Brown, ]oh, 454, no hay indicio de que la narración se haya contado
'
r'
alguna vez sin referencia a la historia de la pasión.
70
Véase, a propósito de ello, Marz, Traditionsgeschichte, 101, quien remite a J.
Jeremias, Salbuligsgesc!?ichte, 109.
71
Marz, Traditionsgescl?icl?te, 105.
72
Bibliografía en Marz, Traditionsgeschichte, 105.
r
- J
¡¡ 1

11 1

. 1
1•
1 1
218 La lectura bajo el aspecto diacrónico
••

73
ta111bi é11 sobre la probabilidad 11istórica . En. la tradición se obser·
''ª la te11dencia a presentar la figura de Judas a una luz mu)
desfavorable. Esto se observa principalmente en Jn. La tradiciór
sabe qu e Judas era el depositario del dinero que todos te11ían er
con1ú11 (Jn 13, 29), y así pudo ser él perfectamente el que protestar<
a
contra la conducta de la mujer n 12, 4); en el curso de la transmi·
sión, este detalle se perdió.
El a11álisis 111 ues tra la co11fl L1e11cia de traclicio11es y la de
u11 contexto I1arrativo más an1plio con10 te11dencias q11e actúan er
la transmisión de tradicio11es. Por de pronto, la tradició11 con oce y<
la co11taminación, es decir, la influencia múltiple de las ''ersiones dt
1 los textos : Le 10, 38-42 influye en la historia de la unción cor
1 perfume recogida por .Jn; en Jn influ)'e tan1bién la escena de le:
unción de lo s pies y del secar los pies con los cabellos, qu e
t
en Le 7, 38. La co1nprobación de conta1ninacio11es es válida tantc
en el caso de qu e Le 7, 36-50 deba considerarse como versiór
¡ original ju11to a u11 relato sobre la unción para la muerte, con1c
ta111bién en el caso de que Me 14, 3-7/8 sea la \'ersión original. Le
tendencia a crear u11 contexto narrativo n1ás amplio 1nediante le
asociación con la l1istoria de la pasión es una tend encia que se
con especial claridad en J n.

3.2. Rom 1, Js:


• Confesión de fe

El «p raescriptun1 » de la carta a los Romanos (Ro1n 1, 1-7:


qu eda evidentemente, en los v. 3-4, por una afirma-
ción sobre el co11tenido del evangelio propug11ado por Pablo. Una
serie de observacio11es hablan en favor de que Pablo haya utilizadc
en los v. 3s una fórmula procedente de la tradición. En adelanté
vamos a mostrar los motivos que abogan por ello, aplicando los
criterios que se mencionaron antes para la reconstrucción de los
materiales de la tradición 74 •

'
73
Véase,
., . . . Brown, jo/1> 453s. BrO'\\'n, Ibíd., 451s, cree que la
. , . a este ,propósito,
vers1on 1oan1ca es n1as pr1m1t1va.
74
Entre la extensa bibliografía, mencionen1os únicarnente: Zimn1er1nann, /11e-
t}Joder1Le/1re> 193-203 (Ha)' trad. española, pero h ecl1a sobr e la primera edición
alen1ana, no sobre la séptin1a, que es la que se cita aquí: Los métodos l1istórico-
críticos en el Nuevo Testaniento [Madrid 1969] 206-218 ); Kasemann, Romerbrief,
sub loco; Schlier, Romerbrief, sub loco; Wilckens, Romerbrief, sub loco. E11 la
exposición trataremos únicame11te de los problen1as centrales de Rom 1, 3s.

• •
'
1
C'rít ica de las tradiciones 219
1
1

t • La reco11st;·11cción de la
I 1 . fórmula pre-paulina dC:· fe
l
)
El con1i enzo de la carta a los Romanos causa la impresión de

estar sob recargado,}'ª que el «evangelio » del \1 • 1 se 11alla detern1i-
nado más precisamente por una oración de relativo en el v. 2 }'
!Liego por un a indi cación qL1e se hace de su co r1tenido. La construc-
1
ción de pa·rtici pio de los \'. 3b.4a podría desligarse perfecta1nente
si11 qLt c sufriera ci,111os la estructura J el «praescriptun1» 75 . E11 vir-
l tud de la int errupción del texto, qu e vemos en los \'. 3b.4a, )' de la
l reanudació n de la co nexi ón en el v. 5, pueden desligarse, por tanto,
los\'. 3b.4a.
l
Ha)' toda u11a serie de palabras )' expresiones en esta fórmula
')
l que Pablo no utili za nunca en otros pasajes: ulo; .6.au Cb aparece
únican1en te c.:11 la tradic ión de los evangel ios )' en la Ji teratura
)
episto lar que no procede de Pabl o (2 Tim 2, 8; véase también A p 5,
l
5; 22, 16); "{Í"'VEO&it EX aparece también única1nen t e en Gál 4, 4
)
(q ue es tan1bién una fórn1ula de la tradición); OQLSEL'\' 110 aparece
l
en ningún Otro lu gar deJ «CO rpUS » paulino. ayt.WOÚV'Y);
l
(ge11 itivo hebraico, correspondie11te al «espíritu de santidad» atesti-
)

gL1ado en QL1n1rán) 110 aparece en ningún otro lugar del «corp us»
paulino, aunque rrvEüµa }' :rc:vEüµc1(iyLov se emplean con mucl1ísi-
ma frecuencia. Como Pablo, por lo demás, u ti liza a rnen udo la
oposición - rrvEüµa, sería mu}' posible que él hubiera inse rta-
d.o, frente al trad icional :rc:vcü µa la oposición xata
oágxa. tv Óu\1áµEL aparece con frecuencia en Pablo (11 veces).
«Este examen estadístico demuestra que, fuera de la expresión
)
E\' todas las demás palabras y giros no las usa Pablo, y
naturalmente no las encontramos en sus cartas» 76 • Pued en conside-
l rarse como redaccionales las expresiones E'\1 bu\iáµEL y quizá tam-
1
bién xa1a oágxa.
.•

Como nota distintiva de las fórmulas de confesión de fe o de las
' fórmulas literarias puede considerarse tambié11 la forma del parale-
.

lismo 77 . La falta de artículo en las palabras es un fen ómeno que
78
aparece en rr1uchos frag1n entos de la tradición , así como también
la estilización denota un carácter arcaico 79 •

7
; Zim mermann, M et}1ode11/ehre, 194.
71
' lbíd., 196; de manera análoga Wilckens, Romerbrief, 57s.
1
77
Schlier, Romerbrief. 24; Wilckens, Romerbrief, 56s.
7
x Zimmermann, Metl1ode11lehre, 199 .
••
7

'1 Schlier, Rornerbrief, 24 .

...•
1
220 La lectura bajo el aspecto diacrónico

' Desde el punto de vista del contenido de la confesión de fe,


diremos que para Pablo la institución de Cristo como Hijo de Dios
es cosa extraña. Y la descendencia del Jesús terreno no es nunca un
1 tema paulino (con excepción de Rom 9, 5). En otros diversos
á1nbitos de la tradición se encuentran paralelos con un conten ido
parecido: la cristología del hijo de David (Mt 1, 1.20); la institución
com o rey mesiánico (Hch 13, 32s y Heb 1, 5; 5, 5). El en unciado
sobre la rest1rrección y la cristología del mesías se hallan también
asociad os e11 2 Tim 2, 8.

l Por consiguiente, la fórmul a de fe de Rom 1, 3s no está en la


lín ea de Pablo ni lingüísticamente (se utiliza un léxico no paulino)
f ni semánticamente. Pero se halla atestiguada en otros ámbitos de la
1

tradición. Esto nos permite concluir que aquí encontran1os un
material procedente de la tradición . La fórmula original podría
l1aber sido de este tenor 80 : (In troducción de Pablo: JtEQl 1o'Ü u toü
au1o'Ü). Fórmula: 10Ü ''¡'EVOµÉvov EX anÉgµai:oc; (quizá
l plural: X(X"CÓ. oágxa) 1o'Ü uloü -0-eo'Ü xai:a :rr:vEüµa
aytWOÚVY)t; avaa1áaccut; VE'X.Q(DV.

• El sentido de la fórmula tradicional


En Rom 1, 3s vemos una antigua cristología : la resurrección, en
una relectura de textos del Antiguo Testamento, especialmente de 2
Sm 7; Sal 2 y 11 O, se entiende como institución de Cristo corno rey
mesiánico, y así se proclama. Con ello, «Se hace distinción entre un
primer estadio del camino de Cristo como hijo terreno de David, y
otro segundo estad io, subsiguiente a él, que consiste en que el Hijo
de Dios es entronizado celestial y escatológicamente en todo su
po der ... » 81 .
U na paráfrasis del texto podría decir así 82 : « .. . nacido de la
simiente de David en cuanto a su existencia terrena, entronizado
(no : revelado) como rey mesiánico (en el sentido de las ideas y
concepcion es del Antiguo Testamento, véase 2 Sin 7; Sal 2 y 110),
en poder (en . el ámbito de la 1uz de Dios) según el espíritu de
santidad (genitivo de cualidad) desde/por la resurrección (de) entre
los muertos».
r

xo Las reco11strucciones difieren.


si Wilckens, Ron1erbrief, 60. Wilckens ve atestiguado en 2 Tim 2, 8 el cornien-
zc> de la tradición hon1ológica con u11a etapa inmediatan1ente posterior en Rom 1,
1

3s. Zimn1crn1ann, A1ethode11le/Jre, 201 s, considera Rom 1, 3s como una agrupación


de dos fórn1ulas breves que originaln1ente se habrían utilizado por separado.
82
' Tenic11do en cuenta lo discut ido que es el origen de la tradició11 de los
diversos clcn1entos, prcfe rimos expresarlos todos ellos en paráfrasis.
-
Crítica de las tradiciones 221

1 Una concepción parecida acerca de un can1ino de Cristo con


distintos estadios la vemos propugnada tambié11 en Jn 7, 39; Flp 2,
5-11, y también, aunque en la forma narrati''ª del misterio del
mesías, en el evangelista Marcos.

• Origen de la fórmula
)' <<situación vital» de la misma
.

Esta fórmula de fe lleva esencialmente la impronta de ideas del


Antiguo Testame11to. La cristología mesiánica remite a círculos
judeo-cristianos que hicieron de tradentes. Hay que st1poner como
«situación ' 'ital» aquel ámbito en que se reconocía a Jest1cristo
como rey mesiánico. Este ámbito r10 tiene que ser necesaria1nente
83 84
el culto divino o una confesión bautismal de fe • Es más obvio
suponer que la <<Situación vital>> fue aquel ámbito de interacción en
el qt1e era especial1nente significativa la cuestión acerca de ] esús
como mesías: el ámbito de la confrontación entre cristianos y
judíos acerca de la dignidad mesiánica de Jesús. ,1-

83
Zimmerma11n, MetlJoderilehre, 202.
84
1vlicl1el, Romer, 31.
,


-
14
Crítica de la redacción
• •

Los textos del N ue''º Testame11to recorrieron e11 su forrnación


una larga l1istoria 11asta alcanzar su for1na definitiva. Se recogieron
1nL1ltiples tradicio11es )' se las reunió en una unidad. La versión final
1

de los textos se debe a ll11 reelaborador, quien en1prendió - como


«redactor» - la nueva versión de tales textos.

El análisis de crítica/ l1istoria de la redacción, en los escritos del Nuevo


Testamento, trata de reconstruir el proceso de redacción )' el papel del
redactor.

.... H ay que deter111inar, e11 concreto, cómo adquirió el texto su


forma definitiva, qué materiales se l1allabar1 a disposición del redac-
tor, y desde qué pun to de vista escoge él, reelabora y ordena ese
i11ateria] ; qué elementos aport a él n1ismo y qué medios utiliza para
orientar y dirigir al lector, y ei1 general por qué factores se ve él
influido en la realidad.
Por medio del redactor, el t exto adquiere la fo rma en que se
presentará al lector que venga después. El texto, en su forma final,
es objeto también del análisis sincrónico 85 .
1


Lecturas
86
E11 la obra de H. Evangelist und Ge1neinde pode-

85
Los problemas relativos al análisis sincró11ico se estudiaron en la tercera
parte.
se. H. Frankemolle, EvaJ1gelist utzd Gen1eiJ1de. Ei11e methodenk.ritische Besin-
nung (111it Beispiele11 aus dem Mattl1auseva11oeliun1): Bib 60 (1977) 153-190; este
artículo se cita según su rein1presión en l-Ja11dr,JJ1gsaJ1weisur1gen, 50-79. Más biblio-
grafía: Berger, Exegese, § 29-30; Co11zeln1ann-Linden1an11, Arbeitsb1-1c/J, 94-99;
l

1
Critica de la redacció11 223

r mos ver una reflexión mu)' profunda, de crítica de los n1étodos, sobre
t los problemas asociados con la redacción: una reflexión que tiene en
r cuenta el aspecto sincrónico y el de la teoría de la coml111ícación .
1
l
¡

1. El modelo de formación del texto,


subyacente al análisis
l•
i
de crítica de la redacción
'
t El proceso de redacción de los escritos del Nuevo Testamento
1 se cor1ten1pla, conforme al enfoque qL1e se da e11 la presente meto-
doJ·ogía, dentro del marco de un 1nodelo de interacción y comuni-
cación 87 : El n1odelo universal de con1u11icación por n1edio de
textos es así i;ii :
Fuer1te de inforn1ación - autor - texto - lector - empleo de la
t información.
i
La redacción, según la figura 28, debe entenderse como «reco-
dificación» de los textos que proceden de la tradición con10 fuente
de información, i11fluyendo di\'ersos factores en la 111encio11ada
89
recodificación .

Fuente de
Autor
J

Reelaboración del texto


(«recodificación»)
1 influida por
Recepción del texto: ....-- la finalidad fijada
Recopilar )' escoger
/el
situación de la comunidad
Reelaboración del texto: entorno
ordenar, completar, refundir,
crear una nue\•a unidad de forma
(Re)producción del texto .. Texto ---•Lector
---lllo

Figura 28. La redacción como recodificación.

Fohrer, Exegese, § 9; N. Perrin, \Y/hat is Redaction Criticism (Londres 1970); J.


Rohd e, Die redaktionsgeschicl1tliciJe A1rthodc (Han1burgo 1966);
Eil1fül1r11ng , § 9; Zimmern1ann, A1 etlJodenlel1re, § 4. Los siguientes trabajos abrie-
ron nuevos derroteros: H. Conzelma11n, Die Mitte der Zeit (Tubinga 1954); W.
Marxscn, Der Eva11geiist Markus. Studien z.ur. Redaktionsgeschicl1te des Evange-
liums (FRLANT 67; Gocinga 1956); G. Bornkan1m - G. Barth - H. J. Held,
Ueberlieferung und Auslegung im (\XIMANT 1; Neukircl1en
1959); W. Trilling, Das wal-1re 1srae!. Studien zur Theologie des Matthausevange-
liums (StANT 10; Munich 3 1964).
7
1> Véase Franken1olle, Handl1-tngsa11iveisungen, 59, 75.
,
· V case e1 e. 3.
:-:•i Sobre el modelo de reelaboración, véase anteriormente, c. 4.

,
¡
---- -- --- --
[
f l 1 .

1
224 La lectura bajo el aspecto diacrónico

·¡r
1

l1 No sólo a los evangelios, sino también (aunque no en la misn1a


medida) a todos los escritos del Nuevo Testamento, se aplica
aquello de que el redactor es recopilador, escritor, teólogo)' «evan-
gelista» 90 • El tiene que recopilar· y elegir el n1aterial necesario; lo
reelabora estilística y temáticamente; se preocupa de orde11ar y
estructurar la materia; en ocasiones con1pl_eta el n1aterial con textos
más breves o más largos 91 • Mediante ·este trabajo, surge un nuevo
92
texto qt1e constituye una t111idad de forma • L9s frag1nentos,
originalme11te separados, adquieren una nueva cohesión, y de esta
n1anera un se11tido an1pliado 93 •
E11 la redacción, el redactor está influido por i11ucl1os factores:
por la índole ()7 también por la dignidad) del material transmitido,
por los puntos de vista y las 111etas que el redactor se ha propuesto,
por los problen1as y las necesidades religiosas de la(s) co111unidad
(es). No sólo la comunidad ii1fluye en el redactor, sino que ta1nbién
el entor110 marcado por tradiciones escritas ejerce su influencia: «El
Antiguo Testa111ento, el entorno judío y el l1elenístico, sobre todo
1
1 las primitivas tradiciones cristianas pre-evangeliarias y evangelia-
'1
rias, etc., fueron configuradoras para el evangelista, por lo que a la
extensión de la n1ateria se refiere, y lo fueron en grado mucho
inayor que la con1u11idad ... >> 94 •

9
° Claro está que esta manera de ver las cosas se fue desarrollando poco a poco.
Para la 11istoria de las formas, en sus comienzos los evangelistas fueron si1nplemente
recopiladores de tradiciones.
91
Siguiendo a Zimmermann, M ethodenlehre, 226-234, poden1os caracterizar
concretamente la forn1a de trabajo del redactor mediante los siguientes conceptos:
mejoras estilísticas, aclaración del texto previan1ente existente, omisión de una
expresión o frase difícil de ente11der, transposición de in1ágenes )' de fragmentos de
la tradición, i11versiones de11tro de la misma perícopa 1 adición e inserción de otros
frag1nentos de la tradició11, complen1entación con otros fragn1e11tos de la tradició11,
co1nposición sirviéndose de palabras clave, enlace de fragmentos sueltos de la
.. tradición qt1e originalmente estuvieron aislados .
92
r
Frankemolle, Handlungsanweisungen, 63. Esto lo había ace11tuado princi-
paln1ente E. Güttgemanns, Offene Fragen zur Formgeschichte (Munich 1970) 184-
188. U11 esqt1ema metodológico de la problemática de los fu11damentos, de la
l1istoria de las formas )' de la redacción.
' • 1
1

93
La teología del redactor no ha)' que averiguarla extrayéndola de la tradició11
reelaborada, sino dentro de ella y en ella: Dscl1t1lnigg, Sprache (véase el§ 8, nota 30)
297s. Véase tan1bién Franke1nolle, Haridlungsanweis1,¡,11ge11, 66.
94
Fra11kemolle, Har1.dlungsanweis11nge11, 71.
Crítica de la redacción 225
1

2. La realización del análisis


de crítica de la redacción
El método para el análisis de crítica de la redacción consiste en
un procedimiento de sacar conclusiones.

En virtud de las observaciones efectuadas con respecto a las peculiari-


dades lingüístico-estilísticas, semánticas y pragn1áticas y, asin1ismo, e11 lo
que respecta al tipo de texto de una obra, se pueden sacar conclusiones
sobre la redacción. En lo referente a las perícopas sueltas, tales conclusio-
nes se pueden sacar únicamente teniendo en cuenta la obra total.

Las conclusiones se refieren a la persona del redactor y a su


1 forma de trabajo (recepción del texto y reelaboración del mismo), a
los destinatarios)' su mundo, y al lugar)' tiempo de aparición de la
obra.

2.1. Conclusiones sobre el redactor


J' su f arma de tJ·abajo
Los textos, aunque se trate de composiciones integradas por
tradiciones, per1niten sacar conclusio11es sobre su redactor y sobre
su trabajo literario y teológico.
2 .1.1. Con respecto a la persona del redactor, las indicaciones
l aparecen con diversa claridad: Mientras que Pablo, en sus cartas,
habla frecuentísi1namente de sí mismo, los evangelios apenas hacen
manifestación alguna acerca de su autor. Enunciados sobre el autor
los encontramos en Le 1, 1-4 (por lo menos en cuanto a su manera
de proceder y a sus intenciones) y en los enunciados del evangelio
de Juan acerca del discípulo amado que fue testigo. De los evange-
lios se p11eden deducir indirecta1nente algu11os rasgos de la inten-
• ción y de los centros de interés teológico del redactor. Hay indica-
ciones sobre los autores en las obras de los pad1-es apostólicos y de
los escritores eclesiásticos, sobre todo en Papías de Hierápolis, en
Ireneo y en los prólogos anti1narcionistas de los evangelios. Claro
que se discute hasta qué punto esos testirnonios se basan en infor-
95
maciones que dependen de los e'rangelios mismos . Con resp ecto
a los escritos pseudoepigráficos, hay que aplicar un procedimiento
para sacar conclusiones, en el que, por las observacio11es efectuadas
en el texto, se determine la situación presupuesta en la carta, la

9
s Véanse las obras de introducción.

--

226 La Lect11ra bajo el aspecto cliacrónico

constituciór1 de la co111u11idad )' el desarrollo del pensamiento


teológico. Y ento11ces se pueden sacar )'ª co11clusiones sobre el
autor 96 •
2.1.2. Por lo qu e respecta a la for1na de tr<lbajo , te11dremos las
i11dicacio,11es más claras cuando el redactor expo11ga explícita111e11te
st1 procedimiento, con10 ocurre por en Le 1, 1-4. Pero
ta111bién ha)' otras observacio11es qt1e permite11 sacar co11cl11sio11es
sobre la forma de ·trabajo del redactor, a saber, basándose en la
1 pect1liaridad li11güístico-estilística del evangelio, e11 los ce11tros
' •
ese11ciales de st1 co11te11ido y en la disposición de la materia, en el
efecto qt1e el e\'a11gelio prete11de causar co1no totalidad )', con
especial claridad, basándose e11 la co111paració11 sinóptica. El lugar
preferido de la actividad rcdaccional es el comie11zo ) el fi11al tanto 7

de u11 pasaje aislado co1110 del libro e11tero 97 •



• - En ''irtud de la peculiaridad lingüístico-estilística de un escri-
to del N11e\ 0 Testa111e11to 98 , se pu ede conocer la forn1a típica d e
1

l1ablar del redactor )', con ello, su forma de trabajo. Por eje1nplo,
c11a11do e11 un e\ angelio l1a)' 1111 \rersícu lo que co11tiene de ma11era
1

especial n1uchas peculiaridades lingü ístico-estilísticas de u11 e\ a11ge- 1

lista, 11abrá qu e dedt1cir que ese versículo se debe 111ás a la redacció11


99
que otros \ ersículos ; por el contrario, un vocab11lario no típico
1

per111ite deducir sobre todo que se l1a recogido 11na tradición.


Especialme11te, las palabras redaccionales preferidas so11 u11a clave
1 i
'
' para la historia de la redacció11. Claro está que los i11dicios li11güísti-
. cos 110 bastan por sí solos; tan sólo cua11do se hallan asociados con
puntos de ''Ísta relati,ros al co11tenido )'cuando se tiene e11 cue11ta el
contexto global, se pt1eden llegar a conocer form aciones redaccio-
11ales 100 •
- Tan1bié11 la disposición/con1posición de la materia en un
e\1 angelio es indicio importante de los intereses teológicos del

96
Véase, ader11ás de las obras d e introducción al Nuevo Testan1ento, F. Laub,
FalsclJe \le1fasserangaben in ne11testanientlic/1en Sc/1riften. Aspek.te der gege11\\ arti- 1

gen Diskussio11 t1n1 die neutesta111entlicbe Pse.udoepigrapl1ie: TThZ (1980) 228-242.


97
Bergei·, Exegese, 205.
9
¡; Para el vocabulario, ver c. 8.
9
.., - Scl111elle, Ei?1fü l1rung, 11.
100
Sobre los vocablos preferidos, véase anteri orn1ente, c. 8. Dscht1l11igg, Spra-
che, 293ss, n1erece nuestro asentin1iento, cua11do te11ie11do e11 cuenta la co11stante
uniforn1idad lingüística -por eje111plo- del e' ·angelio de Nlarcos, afirn1a que 110
bastan las 111eras obser1:aciones lingüísticas para concluir que ha habido redacción. A
las observaciones li11güísticas tiene11 qu e ai1adirse Jas obse rvaciones re111ático-sen1án -
ticas. Claro que, cuando se acumula11 las peculiaridades lingüísticas )' semánticas,
l1ay que concluir que l1a habido redacción. Sobre la problemática de la estadística de


r
Crítica de la ,·edacción 227

e\1angelista 101 • 1\tfediante la prese11tación )7 la estructuración de st1


obra, quiere él transn1itir una determinada imagen de Jesús, por
eje1nplo mediante la re\1 elación paulati11a de la esencia de] esús en el
evangelio de Marcos 102 • Y, así, \1 ersículos qt1e se hallan en relación
íntin1a co11 la disposición total del e\1 angelio, permiten sospechar
que ha intervenido en ellos la n1ano del redactor.
1 - Cada evangelio tiene, aden1ás, centros esenciales de interés e11
SLI conte11ido. Ct1ando en algt1nos 1L1gares st1rgen esos te1nas in1por-
tantes para el evangelista, por eje111plo la teoría sobre el secreto
mesiánico en Marcos, el ten1a de la justicia en Mateo, la bondad de

] esús )' su an1or a los hombres en Lucas, hay que sacar la conclu-
1 sión de que ello se debe al interés redaccional del evangelista. Es
1
verdad que se1neja11tes textos 110 l1a11 sido creados r1ecesarian1ente
i por el e\ angelista, pero la frect1e11cia de los 111isn1os es i11dicio del
1

l interés qL1e siente el e\1angelista por el tema.


- El n1étodo de historia de la redacción es relativan1ente fácil de
aplicar, cuando ha)' textos de los cuales u110 es la reelaboració11 del
otro, co1110 se prueba por n1edio de la crítica literaria. E11 este caso
se puede determinar claramente de qué manera el redactor reelabo-
ró su material 103 •
- Se pueden desligar de la redacción algu11os textos q Lle de110-
tan la presencia de la tradición por l1allarse e11 cierta tensión con las
líneas principales de la obra 104 .

palabras, véase]. H. Friedrich, \"rlortstatistik als Methode am Beispiel der Frage einer
Sonderquelle im Mattha11seva11gelium: ZNW 76 (1985) 29-42.
101
- Schnelle, Ei11führu11g, 111; Zimmermann, M et/Jodenlel1re, 225.
102
A propósito del secreto mesiánico corno linea directriz del evangelio de
Marcos, ' 'éase Egger, Fro/Jbotsc/,aft ur1d LelJre (véase c. 11, 11ota 209) 85-91.
103
Y, así, los e''angelios sinópticos son especialrne11te apropiados para el prin-
cipiante en análisis de l1istoria de la redacción. Claro qt1e, por lo que respecta a la
teoría de las dos fuentes, ha)' que tener en cuenta que a veces hay también e11 Mt o en
Le material más antiguo, desde el punto de ' 'ista de la historia de las tradiciones, qu e
en el modelo literario de ambos, que es Me.
104
Claro está que esas tradiciones, corno acentúa co11 razón F ra11ke111olle,
Handlitngsanweisungen, 66, i10 queda11 sustraídas a la respo11sabilidacl del redactor.
Ha)' que tener en cue11ta plenamente el interés del redactor en la selección de las
tradiciones que están a su disposición )' en la decisió11 de recoger detern1inadas
tradicio11es.
Sobre todo Berger, Exegese, 202, considera la l1istoria de la redacción bajo el

1 •

l
¡1 t
l .

f 228 La lectura bajo el aspecto diacrónico


¡

i 1
11
• • co11oce1nos a través de los textos del Nuevo Testamento; por
·1 ¡ 1j co11siguiente, las comunidades existen sólo n1ediatan1ente para el
1 lector,)' existen como <<comunidad( es) i11terpretada(s) y textualiza-
\
da(s)» to6 .
En primer lugar, el análisis semántico permite también sacar
• conclusiones sobre la situación de la comunidad : cuando el redac-

' tor dice con insistencia a la comunidad ciertas cosas (puntos esen-
ciales del contenido), eso tendrá que ver algo con la situación. Es
verdad qt1e, e11 todo ello, quedarán algu11as cosas por aclarar.
El análisis prag1nático nos ofrece más indicaciones sobre los
I' destinatarios: por la orientación que el autor quiere dar al lector,
pueden sacarse algunas conclusiones sobre la situación de la con1u-
nidad. Claro está que la situa.ción no es sencillamente el negativo de
,, la película de las exhortacio11es ·)' afirmaciones del autor 107 • La
exhortación a la fidelidad puede servir, por ejemplo, para fortalecer
a una comunidad (que se esfuerza ya por ser fiel), o puede ser
¡ 111 • también una genuina exhortación )' advertencia para la comunidad
• •
re1n1sa.
1 .,.. El co11tenido de la obra nos proporciona, además, otras indica-

cio11es: cuando se mencionan, por eje111plo, detern1inados proble-
1r: mas, verbigracia sobre las relaciones entre judíos y cristianos.
En la reconstrucción de la situación de los destinatarios, no
1 pueden utilizarse de la misma manera los evangelios, los Hechos de
1
los apóstoles)' las cartas : en efecto, 11ay diferencia en que un autor
1 quiera transmitir textos para mantener vivo el rect1erdo de J es{1s o

de la historia de la Iglesia primitiva, a fin de que esa <<tradición» no
. ! se pierda, o en que el autor quiera influir concretamente en la
conducta de una comunidad. Y, así, de las cartas de Pablo podemos
t sacar una imagen más concreta de la co111unidad que sirviéndonos
de los evangelios. Verdad es que también los evangelistas se hallan
influidos por las situaciones de su(s) comunidad( es); pero esa situa-
ción no se recoge claramente en su texto. Por ser así las cosas, las
j
1 1
«comunidades de los sinópticos>> no se pueden definir con la misma
seguridad que, por ejemplo, las comunidades de Pablo; e11 ca1nbio,
Juan da algunas indicaciones concretas sobre la situació11 de los
oyentes: s·egún Jn 9, 22; 16, 2, los discípulos se l1allan bajo la

pu11to de vista de la innovación a que el texto tiende.


106
Frankemolle, Handlungsanweisungen, 67.
107
\léase principaln1ente K. Berger, Die impfi¿iten Gegner: Zur Metl1ode des
Erscl1liesse11s von «Gegner11» in neutestamentlichen Texte11 , en Festschrift G. Born-
kan11n (Tubi11ga 1980) 373-400.
Crítica de la redacción 229

l amenaza de ser expulsados de la sinagoga a causa de su confesión de


1 fe, lo cual permite concluir que se l1a producido un detern1inado
desarrollo de las relaciones entre judíos y cristianos, tal y como
l
;.
debió de darse en los años 80-90 de nuestra era 108 •

2.3. Conclusiones sob1-e el lugar


i
J' tiempo de la composición

Como en los textos, aunque traten de tiempos anteriores, se


reflejan problemas del tiempo, problemas entre los que vive el
autor, de los textos podrán sacarse co11clusiones no sólo sobre el
tiempo al que se refieren, sino tambié11 sobre el tiempo en que se
compusieron los textos .
Por lo que respecta a los textos del Nuevo Testamento, son
principalmente de extraordinaria in1porta11cia los siguientes temas :
a) la destrucción d e Jerusalén; b) la transición del mensaje cristiano,
que pasó del judaísmo a la gentilidad; c) el desarrollo de la constitu-
ción de la Iglesia; d) la demora de la parusía, y e) (refiriéndonos
ahora a la historia de los textos mismos) la cuestión de la dependen-
cia literaria, por eje1nplo en los sinópticos o ta1nbién en las relacio-
nes 1 Tes/2 Tes 109 y Col/Ef 110 •
Las referencias a los mencionados l1echos l1istóricos pern1iten
111
sacar algu11as conclusiones para la datación de los escritos :

- Si se describe con detalles la destrucción de] erusalén, e11ton-


ces se trata de un escrito posterior al año 70 de nuestra era.
- Si en los escritos del Nuevo Testamento se presenta como
obvio el camino de la Iglesia hacia los gentiles, entonces ello
presupone que ya e·s taba plenamente en marcha la misión entre los
gentiles.
- Por la presentación que se hace de las relaciones entre el
1
judaísmo y la comunidad cristiana (en J n vemos que los cristianos
1

t 108
K. Wenost, Bedrangte Gemeiride und verherrlichter C/Jristus. Der histori-
sche Ort des Johan11esevangeliurns als Schlüssel zu seiner Interpretation (Neul{ir-
che11 1981 ).
lf 109

zig 1972).
Véase W. Trilling, Untersucl1ungen zum zweiten Tl1essaLonicl1erbrief (Leip-

110
Véase, a propósito de ello, R. Sclmackenburg, Ep/J (EKK X; Zuricl1 1982)
26-30.
111
Para la datación: R. Wegner (ed. ), Symposion: Die Datierung der Evange-
Lien (Paderborn 1982).

--
ll
1 •1
1

1
230 la lecti1ra bajo el aspecto diacrónico

so11 expt1lsados de la si11agoga 11 2 ; en Mt ha)' polémica contra lo:


judíos), podrán sacarse conclusio11es sobre el tien1po y el lugar del<
t
redacción .
Para sacar correcta111e11te las co11cl11sioncs, l1abrá que te11e1· er
cue11ta las i11for111aciones· ext1·abíblicas sobre el desarrollo del jt1·
daís1110; aden1ás, 11abrá que aportar cierta idea sobre e
. tra11scu rso de la más te111prana historia de la Iglesia. Aparte de eso
e

i' l1abrá qt1e estt1diar ta111bién los testimonios n1ás antigt1os sobre e
' 1
tier11po y el lugar de la con1posición de los eva11gelios.

RESUMEN E INSTRUCCIONES
PARA EL TRABAJO

1
1
Como el método de la crítica de la redacción tiene que sacar conclusio-
nes de las observaciones efectuadas e11 el texto, en las instrucciones que se
j
den para el trabajo habrá que señalar qué obser\raciones efectt1adas en el
t
• texto, 1nás allá del análisis de crítica literaria, serán especialn1ente impor-
tantes para el análisis de historia de la redacción, )' cómo de esas obser\ a- 1

ciones se pueden sacar conclusiones. Para los comienzos ayudan 111ucho las
... •'
listas de peculiaridades li11güísticas )' ten1áticas que se ofrece11 en los
• n1anuales e introducciones al Nue\'0 Testamento .
.
Se deducen las sigui en tes tareas para el análisis:
1

Por lo que respecta a La redacción


- Hallar en ese texto ele1nentos que sea11 característicos del léxico )' de
la peculiaridad lingüística del correspondiente redactor, o temas que sea11
característicos del correspondiente autor. ¿Es posible hallarlos?
- ¿Có1no encaja la perícopa en el contexto total de la obra )' en la
intención pragn1ática de la obra total?
'
Por lo que respecta al autor
- ¿Se hallan indicaciones directas de quién es el autor?
1
' 1
Por .lo. , que respecta a los destinatarios, al lugar J' al tiempo de la
composicion
- Reunir las referencias directas a los destinatarios;
- Describir el efecto que pretende lograr la obra, y sacar co11clusiones
sobre la situación de la com11nidad.

112
We11gst, Bedréir1.gte Ge1neinde 1-t11d verl:Jerrlicl1ter Chríst1-1s.
1

r
1• C'rítica de la reclacción 231
l
s 'l
l
l
l - ¿Qt1é actitud delata el texto con respecto a los problen1as judíos/ cris-
l
¡
l
tia11os> constitución de la Iglesia> de1nora de la parusía?
l 1 - ¿Qué conclusiones se puede11 sacar de ahí para la cuestión relativa al
i tien1po de la co1nposició11?
1 l :--- Mencionar los problemas de la comunidad de los que habla el texto
r y sacar conclusiones sobre la situación de la comunidad a la que el autor
1

]
excribe.
- ¿Qué datos proporcionan los testin1oniós más antiguos (Papías,
Ireneo> los prólogos a11tin1arcionistas)? ¿Se co11firn1an tales afirmacio11es
t
. por los correspondientes escritos del Nue''º Testan1ento?
l
t
3. Eje1nplo: Me 3, 7-12:
El ocultamiento de Jesús
t 113
El pasaje de Me 3, 7-1 2 pertenece a los llamados «su1na-
114
rios» • Este texto desem peña un papel i111portante en la constit11-
cjón )' e11 la estructura del evangelio de Marcos. En ' 'arias propues-
tas de estructuració11 se co11sidera el texto co1110 introd11cción a una
115
gran porción del evangelio de Marcos o como final de una gran
116
porción • En el e11ju ician1iento sobre l1asta qué p tLnto el texto se
deri'' ª de la tradició11 o de la r edacción, las opiniones so11 diverge11-
1 tes, )' va11 desde la opinió11 de q ue todo el texto es una tradición
recogida por Marcos hasta la opinión de que el texto es una simple
f orn1ación redaccional 117 •
El análisis de crítica de la tradición)' de crítica de la redacción se
basa en obser\1aciones relativas a la estructura lingüístico-sintáctica,
semántica y pragmática, y al tipo de texto .
113
La siguiente exposición se basa en los estudios de Egger , Frol-Jbotschaft und
Lehre, 91-111. Se hacen precisio11es metodológicas detalladas. Para n1ás bibl iografía,
• co11súltense los comc11tarios .
11 4
Sobre eJ gé11ero de «sumario» , véase anterior111e11te, c. 11.
11 5
Según Schweizer, Mk, sub loco, Me 3, 7-12 es la introducción al pasaje 3, 7-6,
6a; asirnisrno, segú11 l. De la Potterie, De compositione eva11gelii A1arci: VD 44 (1966)
135-141; según Pesch, Mk, sub loco, la sección es Ja i11troducció11 para Me 3, 7-6, 29.
116
Así en Gnilka, Mk, sub loco.
117
Pesch, A1k, l, 201, considera el texto co1110 u11a formació n (claro está,
secundaria) procedente de la tradición, y qt1e se creó en virtud de historias de
n1ilagros que existía11 y a con anterioridad; L. E. I\.eck, Mk 3, 7-12 and A1ark's
C/Jristolog)': JBL 84 (1965) 341 -358, considera trad icionales los versículos 3, 7.8a. 9s,
p ero cree que el r esto procede de la redacción; Egger, Fro/JbotscJJaft itnd Le/Jre,
1OOs, cree que el texto es puran1ente redaccional .



1

232 la lectura bajo e:/ aspecto diacrónico

1'
'
1
• Peculiaridad Lingüístico-sintáctica


El texto n1uestra una serie de 11otas li11güísticas que son típicas
de Me. Se aplica esto especial111ente a la oración causal que sigue a
contin ti ación e11 el v. 1Oa )' a las oraciones enlazadas por las
partículas C\ a, r,,a· µi], ¡1ág, 0)01:c 118 • Para la co1nprensión del
1

1
texto es importante la obscr\1ación de que ffic:gánEuoEv en el ''. 1O
f
1
se añade sólo co1no fundamentación.
t 1

• Estructura semántica
'
1

1
Es verdad que, co1110 tenia del «Sun1ario», se indica a menudo:
1

' «G ran afluencia de pueblo y curaciones» 11 '', u otras expresiones


1 por el estilo. Pero el análisis detallado 111uestra que no se trata de un
1
1
sumario de cu raciones, sino qu e el ten1a es el ocultan1 ien to de
1
] esús 120 : en efecto, 110 se 11arra una expulsión de de1non ios, si110
únicame11te qu e Jesús impone a los demonios el mandamiento de
callar; asimis1no, la mención de las curaciones se hace en una
•. I! .. , .... j o raci ón secundaria que explica qu e ya estaba preparada la barca. El
1
l1echo de tener lista l_a barca expresa determinada distancia entre
] esús )' la multitud de gen te. El te1na exacto del texto es: gran
' 1 aflue11cia de pueblo y retirada de Jesús I mandamiento de callar que
l
él impone. Y, así, basá11donos en los datos estilísticos y temático-
semán ticos, veremos que el texto ofrece la siguie11te estructura:
.•

• 1
1
1' I (v. 7-8)
a) ] esús se retira;

1 .
b) la n1ultitud le sigue.
II (v. 9-12 en estructu ra quiástica)
f' •
a) Jesús busca distancia; hace que le tengan lista una barca,
i f
1' ,•,
b) para qu e r10 le apretujen los que quieren tocarle.
1

j b) Por los gritos de los espíritus,


a) ] esús impone el manda1niento de callar.

f
118
Sobre las peculiaridades del lenguaje: Gnilka, Mk, sub loco, cree que el
texto, incluso li11güísticamente, es obra de Me; Pesch, Mk, opina que partes esencia-
.' les del vocabulario re111iten a tradición pre-1narquina. Pesch se basa para ello en la
estadística de vocablos, según la cual los vocablos correspondientes aparecen tam -
bién en fragmen tos de la tradición.
119
Gnilka, Mk, sub loco; Pesch, Mk, sub loco: gran afluencia para ver al
1 terapeuta y exorcista Jesús.
1
120
1
Egger, FrolJbotsclJaft und Lehre, 93 -95.

1
Crítica de la redacción 233

Para el problema de la tradición o la redacción, de estas obser-


vacion es sobre el ten1a del texto se deduce que ha)' una gran
proximidad temática entre este texto (con el tema del ocultan-iiento
de Jesús) y la idea fundamental (típica de Marcos) del secreto
mesiánico. También este texto expresa la dialéctica de revelación y
encubrimiento. Y tal comprobación habla en favor del carácter
redaccional del texto 121 •

• Función del texto e intención pragmática

El sumario t iene claramente una función narrativa en relación


con la totalidad del e\iangelio: el texto, en muchos aspectos, es una
síntesis de lo que precede, ya que recoge muchos motivos de la
narración precedente: cu raciones (Me 1, 32-34 ); demonios (Me 1,
23ss.34); fórn1ulas de co11fesión de fe (Me 1, 24 .34); retirada de
Jesús (Me 1, 38.45). El pasaje, al mis1110 tiempo, es una visión
anticipada )' sintetizadora de lo que''ª a segu ir: está especialn1ente
marcada la conexión con Me 5, 1-20; 5, 21-34. Sen1ejante enlace de
un texto breve con el contexto que lo rodea indica la for1nación
redaccional del texto. Este pasaje, en for111a 11arrati\•a, prosigue
tan1 bién aquella línea de la historia de la revelación, propugnada
por Marcos principaln1ente a través de su teoría del secreto mesiá-
nico: frente al endurecimiento de los fariseos y a la incomprensión
l de la n1ultitud, se halla la iniciación de los discípulos en el misterio
112
de Jesús •

1•
En el aspecto prag111ático, este texto correspo11de a la intención
pragmática que Marcos persigue a tra\1 és de toda su obra : quiere
conducir al lector a comprender la esencia de] esús con10 el Mesías
1
)' el Hijo de Dios 12 -1. Por tanto, también e11 este aspecto el texto
corresponde al interés redaccional de Marcos .

t • La formación del texto

El '' Ocabulario ernpleado en esta sección rnuestra clarísiman1en-


te que el texto es una generalización de di\1ersas l1istori as. La
estadística de las palabras nos hace ver la conexión que hay entre

121
En virtud de estas ol)servacioncs, n<) puede considerarse el texto, sin más,
intrt)ducción gcncraliz.ac.l()ra a un cicl<) tradici(>nal dr
1
C <Jncrctan1cnr<: Eggcr, fro/1botscl1c1ft 1t11d Le/Jre, 109s.
12 1
Véase el ar<.:() tie tcnsi()l1Cs cntr<.' 1, 1 l<)S centrales - inclusL) narrati-
va111cntc- 8, 27-29 •,. 15, .39 .
r
- .
1
1
1
1

234 La f ect 1frt1 Í;.,ijo el aspecto


1

este texto }' la historia particular de la curación de la niujer que


padecía l1e111()rragias de sar1grc (Me 5, 21.24-34): e11 a111L1os ¡..1asajes
se utiliza11 palabras que 110 aparecen)'ª o qL1e sólo aparece11 una \ ez 1

124
en los e\ angelios: {}/1.Cí1<tJ, CTlJ'\ -frAí.í)ü),
1 1
E1tl1tLJL1:EL.V • Tan

sólo en Me 3, 1O )' 5, 28 ha)' personas que tocan a Jesús, mientras


que er1 todos lt)S casos es Jesús quien toca a personas. Con
esto que<.1a suficie11te111e11tc aclarado q·ue el su111ario universaliza
u11a historia ¡)articL1lar. Lo r11ismo hay que afir111ar cor1 respecto a
1
1
Me 5, 1-20: el vocabulario co11cuerda a111plia1ne11te: rt\1cúµa1c.t
u.xcí{}ct.g-i:u (Me 3, 11; 5, 2), XQ(ÍSEL'\' (Me 3, 11; 5, 5.7), ngoonCn-
1:cL\' - Jtf_)<)OXlJ'\1 Ei'\1 (3, 11; 5, 6), -&coiJ (3, 11; 5, 7). Sin
en1bargo, la universalizacié>n de historias particulares no se efectúa
prosiguie11do los ten1as de las historias particulares hasta constituir
con ellas un solo sun1ario de CL1ración )' expulsió11 de demonios,
sino u11 sL1111ario sobre el <>cultamiento de Jesús. Marcos da a los
diversos n1otivos orden )' CO()rdi11aciór1 recíproca, en tramá11dolos
de tal 111anera que aparezca la tensión «re,1elación }' ()culta111ie11to».
Y, entonces, al servicio de la idea de revelación se hallan los
n1otivos de la congregación del gentío)' de l()S gritos de los de1110-
: nios; al servicio de la idea del ocultan1ie11to se hallan de 111a11era

especial los n1otivos de la barca y del n1anda1nie11to de callar. Y este
' sumario correspor1de e11 el aspecto lingüístico-sintáctico, en el as-
pecto sen1ántico y en el aspecto pragmático, a la peculiaridad de
Marcos. Ha)' que suponer, por tanto, que esta for111ación se deriva
1
de Marcos )' no de la tradición.
't
Así, pues, las estructuras si11tácticas, sen1á11ticas )' pragmáticas
que acaban de observarse, sugieren la idea de que Me 3, 7-12 es una
formación redaccional debida a Marcos .

1
- 1
,

124
F:reeueneia: ),(rw: Mt, una vez; Me, una vez; Le, nunca; Jn, nunca; Hch,
nunca; at1v únicamente en Me 5, 24.31; Mt nunca; en Me única-
n1ente aquí y en Me 5, 29.34; Le, una vez; Jn, nunca; 1-ich, una vez; ErrLrc:CJrt:ELV: Mt,
9 veces; Me, 11 veces; Le, 13 veces; Jn, una vez; Hcl1, una vez.

V
LA LECTURA BAJO
EL ASPECTO HISTORICO

1 •

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...

236 La lectura bajo el aspecto histórico

!.
1
1

Cuando se leen textos bajo el aspecto histórico, se trata de saber


qué enraizan1iento tie11en e11 la historia las afirmaciones de esos
textos . Hay qt1e esclarecer la relación entre el texto y el suceso que
• 1 e11 él se e11u11cia. Esta relació11 entre el texto y el suceso es, junto a la
• cuestió11 de las relaciones «Antiguo Testame11to - Nuevo Testa-
n1ento» y las 1-elaciones <<palabra de Dios - existencia del hon1bre>>,
t• u110 de los proble111as centrales de una hermenéutica bíblica 1 • Se
1 '

trata de saber có1110 ha transcurrido la lenguajización (y escrituriza-


2
ción) del suceso y qué interpretaciones se han dado con ello . La
p1·egunta aclaratoria de carácter histórico está n1arcada por la co11-
vicción de que la 11istoria )' los sucesos. l1istóricos son rele,ra11tes
pa1·a la fe 3 •

r

1
a
P. IZ.icoeur, Préface BuLtnzann, en Le conflit des interprétations. Essais de
l1erméneutique (Paris 1969) 373-392, espec. 377-380.
2
R. Schnackenburg, Der geschichtlic/;e Je sus in seiner std1idige11 Bedeut1,¡,r1g für

T/Jeologie 1-ind Kirc/;e, en· K. Kertelge (ed.), Rückfrage nac}; ]csu.s, 194-220 .

3
A propósito de ello, véase pri11cipaln1ente E. Kasemann, Das Problem des
historisc;lJen .fes1,¡,s: ZTl1K 51(1954)125-153 -también en Id., Exegetisc/Je \lersuche
1-t1i.d Besinnz,¡ngen (Gotinga 1965) I, 187-214-, por quien volvió a plantearse la
pregunta reprír11ida por la teología del «l{erigma».
f

15

La pregunta aclaratoria
acerca de la historia

Por la sin1ple circunstancia de que un incide11te o una palabra se


transn1ita, no puede inferirse todavía que ese suceso ocurrió o que
esa palabra fue pronunciada de hecho por aquel a quien se le
atribu)1 e. De esta sospecha, a la que están expuestas todas las
narraciones y tradicio11es, no se hallan exentos tampoco los escritos
del Nuevo Testamento. De la cuestión acerca de l1asta qué punto se
puede trazar, con ayuda de los textos del Nuevo Testa1nento, una
imagen de los sucesos históricamente acertada, se ocupa la pregunta
aclaratoria acerca de los sucesos históricos.

En la pregunta aclaratoria acerca de los sucesos históricos se in\ estigan


1

los textos del Nuevo Testamento (que, según su intención principal, son
testimonios de fe), para ver si sucedieron realmente los acontecimientos
referidos en ellos.
J
En la exégesis del Nuevo Testamento, la pregunta aclaratoria
1
tiene que contar con la peculiaridad de los escritos neotestamenta-
rios como testin1onios qt1e son de fe: esos textos no se compusieron
como protocolos, no tienen interés primarian1ente histórico. El
objetivo de esos escritos es la proclamación de ] esucristo: una
t proclamación que lo que pretende es conducir al lector hasta la fe.
t Y, así, la imagen de Jesús se presenta a la luz de la fe pascual. En
l
1
virtud de esa peculiaridad, los textos del Nuevo Testamento no
l
1
ofrecen todas aquellas informaciones que un historiador desea
recibir. Sin embargo, gracias a ellos se proyecta una imagen históri-
camente cierta de Jesús y de la I glesia primitiva.
1

t1
l
238 La lectura ba_io el aspecto lJistórico

La pregu11ta: ¿Qt1é st1cedió real1nente ?. es una pregunta n1oder-


11a qlJe resultaba extraña para los trade11tes y escritores del primer
4
tie111 po • La pregu11ta aclaratoria acerca de los hecl1os l1istóricos se
desarrolló especialísin1a111e11te en la pregur1ta acerca del Jes{1s histó-
rico )' d e los ipsissima ve1-ba )' fa.eta. de Jesús, pero tie11e ta1nbié11
por objeto todos los fenómenos del prin1iti''º·

Lectt1ras
1\.. Kertelge (ed.), Die Rückf·rage nach ]esus. Esta obra colectiva
fa111iliariza con los proble111as 111ctodológicos 111ás i1nportantes, siendo
de especial i11terés los artíct1los de F. Le11tzen-Deis )' F. Muss11er 5 .

La pregt111ta aclaratoria de carácter histó1·ico se difere11cia de los


pL111tos de vista de c1·ítica literaria, de crítica de las tradicio11es y de
crítica de la redacció11, )' se diferencia porque al1ora 110 se i11vestiga
)'ªel clesarrollo de los textos, sino que se exan1ina la relació11 de los
n1isn1os co11 la realidad. La pregu11 ta, al1ora, dice así : «¿ Cón10 se
logra, de inanera inetódica1ne11te recta, dar un salto hacia atrás,
desde el texto hasta la historia?» 6 .

1. El 1nodelo de texto
en la pregunta aclaratoria
acerca de los hechos históricos
La pregunta aclaratoria acerca de los l1echos 11istóricos 110 lee
los textos del Nue''º Testame11to co1110 testi1no11ios de fe, sino que
los utiliza con10 fue11tes. E11 la ciencia l1istórica se considera11
«fuentes» «aquellos textos, objetos o hecl1os por los que se ad-
quiere co11ocimie11to de la antigüedad>> 7 . Hay que disti11guir entre

Sobre la aparición del plantean1iento 11istórico> véase W. G. Kü1nn1el> Das


.i

Neue Testa1nent in1 20. JalJr/?14.ndert. Ein Forscl1ur1gsbericl1t (SBS 50; Stuttgart
1970); Id., 30.falJre}esusforscl?ung (7950-1980 ) (Konigstein 1985). Para la aplicación
de los criterios, véase Larnbiasi, L'a1J.te11ticita, 21-134.
5
Entre la extensísin1a bibliografía, mencio11aren1os única111ente trabajos gue
ofrece11 11na visión de conjunto sobre los proble111as de los criterios: Kertelge (ed.),
Ri-i.ckfrage nacl1 ]esus; F. Lentze11-Deis, ](riterien fiir die historiscl?e Beurteilu11g der
] en R1:ickfrage nac!?Jes14s, 78-117; F. 1vluss11er, M etl'Jodologie der
11acl? der11 l?istoriscl?e11 Jes1J.s: l bíd., 118-14 7; J. Dupo11t (ed . ),]ésus au>.· origines
de la cl1ristologic (Ge111bloux 1975); Lambiasi, L'autenticita; R. Latourelle, A
attraverso i va11geli. Storia e er111eneutica (Asís 1979; traducción del fra11cés).
6
Muss11er, M etl?odologie, 122.
7
P. I\.irn, citado por A. vo11 Brandt, Werkzeug eles 1-fistorikers. Eir1e Ei11füb-
ru11g i11 die historiscl1e11 Hilfswisse11scl1aften (Stu ttgart 1958) 58.
1 La preg11nta aclaratoria acerca de la /Jistoria 239
'

restos, es decir, «todo el i11aterial que sirve de fuente, pero que


quedó de los acontecimie11tos - por ta11to, si11 el n1edio
l de un i11tern1ediario que lo refiere con el fi11 de proporcionar
1 conocimiento l1istórico- (utensilios, edificios, i11sti tt1cio11es ), )' las
1• tradiciones, es decir, «todo lo que ha quedado de los acontecin1ien-
1 tos, pero pasando a tra\rés de la concepción l1un1a11a )' refl ejado por
!
ella» Los restos no muestran conexión alguna e11tre las cosas que
l1an q Ltedado; en ca1nbio, no lle''ªº la tara q Lle hace que pesen sobre
el los las te11dencias de la cxposició11; las tradicjo11es ofrecen los
sucesos de11tro de u11a co11exión, pero lo l1 ace11 seleccio11á11d olos y
\ alorándolc>s 9 .
1

2. Realización de la pregunta aclaratoria


La realidad efecti\•a de lo relatad o no se puede den1ostrar i1i por
la sola crítica de las fue11tes i1i por la sola crítica de los géneros)' de
la redacción. Todos esos 1nétodos sir,1 en para conocer la índole de
los textos, pero e11 cada caso l]e,·an únicamente hasta un texto, 110
11asta el st1ceso 10 •

Para demostrar la historicidad de t111os Sl1cesos, ha)' que leer los textos
te11ie11do e11 ct1enta deter1ninados criterios encaminados a averiguar las
i11formaciones l1istórican1e11te fidedignas que contienen.

Para ello, aden1ás de te11er en cuenta la pecL1liaridad de los textos


del Nue''º Testamento como textos qL1e hablan de la fe, ha), que
fijarse ta111bién en que se trata de textos antiguos en los que actúan
mucl1os factores condicionados por el tien1po )' el entor110 11 •
E11 la investigació11 se elaboró una serie de criterios que pt1eden
aplicarse para ''erificar la fidelidad histórica de los textos. Claro
está que la aplicació11 de uno solo de esos criterio? difícilmente será
st1ficie11te; tan sólo la aplicación conjunta de los diversos criterios
perrnitirá un juicio, e11 cierto modo, segL1ro. Tales criterios son:

\1011 Bra11dt, \>;l erkzei1g, 66, 71.


9
1bíd., 67, 72s.
ic Aunque para la pregunta aclaratoria acerca de Jesús se desarrolló un 111étodo
especial, ese método 110 obtuvo acogida e11 los textos de n1etodología. El l1ccl10 de
que se trata de t1n método independiente, lo acentúa F. Hahn, A'1etf;odologiscl1e
Ueberleg1t11ge11 zur Ri-ickfrage 11acl1 }es1ts, en K. Kertelge (ed.), Rii.ckfrage nac/J
}es11s, 11 -26, espcc. 27, do11de se hace referencia a M. Dibelius: Tl1R NF 1 (1929)
1 214: con ello «Se l1a penetrado en un ca1npo que queda fuera del trabajo de l::i
historia de las forn1as».
11
Lc11tz.c11-Deis, Kritcrie11, 95.
1

l
1 -

(

• • 240 La lectura bajo el aspecto histórico

• El c1-iterio de la antigüedad de las fu entes


«Hay que tomar como pu11to de partida las fuentes que sean lo
más antiguas y seguras que sea posible» 12 . Y, así, las fue11tes más
antiguas desct1biertas por la crítica literaria, la historia de las for111as
y la 11istoria de los géneros, son de ordinario inás fidedignas l1istóri-
>
• camente que los textos redaccionales, que son más tardíos; nos
t

aproxi1nan al ipsissimu1n verbum 1esu los textos que, por su forma
1
13
•' l li11güística, de11otar1 un lugar de origen en Palestina •
1 1

• El crite1-io del testimonio múltiple


1 1 •

1
Este criterio es conocido y aceptado en la investigación históri-
1
'
ca y en muchos otros án1bitos (por ejen1plo la crimi11alística). Dice
i¡ así : Los sucesos ha11 acaecido, y las palabras se derivan de Jesús,
1 cuando están n1últiple1nente atestiguadqs, es decir, cuando están
1 ¡
atestiguados en varias fuentes, independie11tes las u11as de las otras,
'
1. 1
1 esto es, cuando se halla11 atestiguados por Me, por ft1e11tes de
<<logia», por Pablo, etc. 14 • Claro está qt1e, e11 el Nuevo Testan1ento,
r +-,
l

la independe11cia de las fuentes representa un problema (cuestiones


1
de los sinópticos, relaciones de Jn con los sinópticos). Hay también
l: testimonio múltiple, cua11do un tema se halla atestiguado en diver-
l
1
, sos géneros, es decir, en relatos de 1nilagros, en parábolas, en
j '
f 1 «logia» . Este criterio se basa en la reflexión de que los hecl1os o las
¡ .'!
f'i'" palabras que son referidos por varias fuentes independientes o que
t : !
..r se han sedimentado en varios géneros, difícilmente serán del todo
inventados. Este criterio es particular1nente in1portante para deter-
11 1
minar las maneras de conducirse que tenía Jesús 15 , y para las
1 narraciones: «Por sí sola, no hay práctica1nente ninguna narració11
sobre Jesús que pueda justifica1·se como histórica. Hay que aducir
la tradición de 'logia' ... » 16 . Un ejemplo de aplicación de este crite-
rio es la conclusión sobre el tema del amor de Dios a los pecadores
17
como objeto de la predicación y actuación de Jesús • Este motivo

12
Jbíd., 94.
13
Lambiasi, L'autenticita, 175; véanse especialn1ente los trabajos de J. Jere-
1
1
mias, por ejemplo Theologie des Neuer1 Testarnents (trad. esp.: Teología del Nr.ievo
Testamento) .
.
14
Latourelle, A Ge su, 249-252; Lambiasi, L 'autenticita, 141-153.
! is Mussner, Methodologie, 135.
16
Lentzen-Deis, /(riterie12, 101.
17
A propósito de lo que sigue, véase Lambiasi, L'autenticita, 145 (donde hace
referencia a H. K. McArthur; W . Trilling).

¡ ·'
¡
La pregunta aclaratoria acerca de la historia 241

f se halla atestiguado e11 algunas parábolas (Le 15, 11-32: la parábola


del 11ijo pródigo), en un litigio (Mt 21, 28-32: «Los publicanos y las
prostitutas se os anticipan en el reino de Dios»), en el relato de un
n1ilagro (Me 2, 1-12), en una historia de vocación (Me 2, 13-17).
Con10 este tema se halla atestiguado e11 diversos géneros y también
l en distintas fuentes, es probable que deba co11siderarse como parte
auténtica de la predicación de ] esús.

18
• El crite1-io de la falta de analogía
Un hecho o una palabra de Jesús es auténtico cuando no p uede ·
deri\ arse ni de las concepciones del judaísmo en otros testimonios,
1

ni de las co11cepciones de la primera co1nunidad cristiana 19 • Este


criterio se basa en la reflexión de que la comunidad pone rnás bien
en labios de Jesús palabras que corresponde11 a sus p1·opios in tere-
ses. Este criterio de la falta de analogía (i1nposibilidad de una
invención) se basa, por tanto, en la demostración de la dife1-encia
existente entre las palabras y formas de conducta de Jesús y las
palabras / forn1as de conducta del judaísmo de la época )' de la
p1·imera co111t1nidad cristiana. El inconvenie11te de este criterio es
que, mediante su aplicación, se puede averiguar sólo un mínimo·de
datos. Ejemplo de la aplicación de este criterio es la prueba de la
autoridad singularísima y única de Jesús que se expresa en las
palabras: «Pero yo os digo» 20 , y en la vocació11 que l1ace de sus
discípulos 21 •

22
• El criterio de la continuidad )' la coh.erencia
En determinadas circunsta11cias, partiendo de lo que se l1a· con-
cluido que es material que se deriva de Jesús, por los criterios de la
testificación múltiple y de la falta de analogía, se puede deducir
también que hay otros materiales, también auténticos, que se deri-
van de J esús. En efecto, cuando hay palabras o actos de Jesús q ue se
hallan íntimamente ligados con el material que se ha revelado como
auténtico en virtud de esos criterios (por razón de las conexiones
que ha)' en materia de crítica literaria, historia de los géneros, etc.),

18
Lentzen-Deis, Kriterien, 97-99; Lambiasi, L'autenticita, 155-164.
19
Latourelle, A Gesu, 252.
20
Véase a11teriormente, nota 3.
21
Véase más adelante.
21
Lentzen-Deis, Kriterie11, 100; Lambiasi, L 'a1,¡,tenticita, 164-173 .


242 La lect1-era bajo el aspecto histórico

entonces ese n1ateria1 puede considerarse también como auténtico.


A este respecto l1a)' que tener también en cuenta el entorno de
Jesús; en algunas cosas de impo1-tancia, la actuación de Jesús con-
cue1-da con la que era corriente ento11ces; en otras cosas de impor-
tancia, la actividad )' condL1cta de Jesús son nue\ras . Los co11oci-
mientos alcanzados por la arqueología, la judaística, etc., ayudan a
captar la imagen con n1ayor 11itidez. ·

• El crite1·io de la ?'azón suficiente


Debe co11siderarse corno l1istórico un l1echo o una realidad,
cuando, al no adn1itirse st1 realidad efectiva, no puede explicarse
23
una serie de l1ecl1os distintos .
;
En general l1abrá que decir: con ayuda de los criterios de
historicidad puede trazarse cierto marco global )' , l1asta cierto
punto, una in1agen global del ] esús histórico 24 • E11 algunos casos,
estos criterios no bastan para log1-ar una prueba. E11tonces, la 110
l .
posibilidad de probar 110 debe equipararse con la no realidad efecti-
va. El ca111i110 del texto al suceso presupone un enorn1e co11oci-
1niento del entorno de Jes{1s.

RESUMEN DE LAS ETAPAS DE TRABAJO


E INDICACIONES PARA EL MISMO

La pregu11ta aclaratoria acerca de los hechos históricos se basa siempre


en la circunstancia de tener en cuenta ''arios textos. Y, así, el primer paso
de la pregunta aclaratoria lo constÍtU)'e la compilación de textos que tienen
que ver con el mismo hecho, co11 la misma conducta o con una palabra
semejante. Claro está que la solución de estos problemas es posible única-
mente cuando se procede a un estudio detenido de la literatura secundaria
que trata de este aspecto.

- Edad de las fuentes


En prin1er lugar, ha)' ql1e detern1inar ql1é texto que trate de u11 determj-
11ado te1na és el n1ás antiguo (esto se hace con ayuda de la historia de la
redacción, la crítica literaria )' la 11istoria de los géneros).

23
Lambiasi, L 'a1tte11ticita, 191 - 194. •

24
a este propósito, las obras sobre Jesús de Nazaret )' las exposiciones
de la teología del Nuevo Testamento.
r
l

La prcgtf)Jla adaratori,1 acerca de la /Jistoria 243


. •
1

1
1
- Tcst1ficació11
1

1
¿En gúé fuentes, i11dependie11tes L1nas de otras, se halla atestiguado el
hecho / la palabra?¿ En qL1é tipos de texto / géneros se halla atestiguada la
correspondiente conducta u otra semejante?
1
- Falta de a11alogia
l ¿Qué actitud acloptan los textos paralelos procedentes del entorno
judío )' de las comunidades cristianas acerca del hecho o de la palabra que
. . "'
se
1
1
1
- Continuidad)' coherencia
1

1 ¿Cón10 encaja L1na palabra o un acto de] esús en el n1arco del entorno )'
en el n1arco total de su actividad?

- C'riterio de la raz ón s1"ficiente


l
¿Hasta qué punto se explica la aparición del texto, sin suponer la
!. historicidad de lo relatado?
1
1

l
l
1

3. Ejemplo: El motivo del seguimiento
La aplicación de los criterios de historicidad muestra que la
1
palabra de Jesús «¡Sígueme!», con la que J esús llam ó a determina-
das personas a que le siguieran, pertenece al n1aterial auténtico de
las palabras de Jesús. En lo siguiente , aplicaremos los criterios de
1 historicidad no a un solo texto, sino al moti''º del «seguimiento » 25 •
El signifi cado conceptual del moti''º hay que averiguarlo mediante
estudios es tadísticos, diferenciación por razón de los tipos de texto
y consid eración de los temas asociados con el «seguimiento» .

l 15
De los problen1as de la historicidad relativos a este aspecto se ocupa princi-
palmente R. Riesner, jesus als Lel1rer. Eine Untersuchung zum Ursprung der
Evangelien -Ueberlieferung (WUNT 2, 7; Tubinga 2 1984) 408-440 (con datos biblio-
gráficos); véase también W. Egger, /\1ac1Jfolge als Weg z1<m Leben, 86-89, 9?-107;
Id., Der R1,f ir1 die Nachfolgc als ln1¡Ju/s für das Ordensleben: Ordensnachr1chten
21 (1982) 215-226. El motivo del seguimiento se menciona como
ejemplo para la aplicación del criterio de falta de analogía: l. de la Potter1e, Come
1
in1postarc il problema del Gcsú storico: CivCatt 120 (1969) fase. 2.855, 447-463,
espec. 458; Lambiasi, L 'autenlicita, 221-224.
1
i
1

l

1

l.
244 La Lectura bajo el aspecto histórico

• Utilización de la palab1·a <


<seguir»

en el Nuevo Testamento

El verbo «seguir» axoA.ou-&civ se emplea en el Nuevo Testamento


90 veces; además, y co11 significación análoga, se emplea 35 veces la
expresión Ón(ow EQXt:o-OaL. La expresión aparece casi excl usivamente
en los evangelios (4 veces en Hch; una vez en 1 Cor; 6 veces en Ap),
así con10 también la expresión «d iscípt1lo/alumno» está atestiguada en
225 casos de los 271 con que aparece en el sentido de seguir al Jesús
terreno. Por consiguiente, en su utilización de esta palabra, el N uevo
Testamento ha reservado el verbo <<seguir» para la descripción de la
actividad terrena de] esús. El in1perativo «j Sígueme!» es, aden1ás, una
1
nota característica de la manera de hablar d e Jesús 26 • La palabra puede
1
significar el ir físicamente en pos de una persona; pero, en la mayoría
d e los casos, esta palabra se emplea en el Nuevo Testamento como
1
término técnico)' significa el constante acorhpa11an1iento de Jesús por
sus discípulos 27 •

• Grupos de textos

H ay dos grupos de textos qL1e tratan especialmente del segui-


miento: narracion es de vocaciones y palabras d e seguimiento. Las
' 11 i1arraciones de vocaciones (M e 1, 16-20 par; Me 2, 14 par; M e 1O,
'
17-22 par) narran una acció11 propiamente tal, y está11 construidas
'
1

1 de manera estereotipada : Al principio hay u11a breve introducción


• - narrativa col) las palabras clave : «pasar por allí, ver, llamar»; viene
lu ego la vocación para el seguimiento con las palabras: «Sígueme I
ven en pos de mí »; después, con las palabras clave: «abandonar y
seguir », se narra la ejecución (o en Me 1O, 22, la no ejecución) del
acto de seguir el llamamiento 28 • En estas narraciones se acentúan la
autoridad de ] esús y la obediencia incondicional de los que son
llamados. La intención parenética d el texto es manifiesta. En Le 5,
1
11 aparece una reelaboración especial , al conectarse el m otivo del
1
seguimi ento con una historia de milagro 29 , y en Jn 1, 35-51, donde
• r
26
H. Schürma11n , Die Sprache cles CIJristus. Sprachliche Beobachtungen ari den
sy noptiscl1en Herren,vorten: BZ 2 (1958) 54- 184, espec. 105.
27
Véase, en concreto, Egger, Ruf, 216s.
:!x Sobre los elen1cncos del género interesantes a este respecto, véase Lambiasi,
L 'a11 te11ticita, 222.
29
R. Pesch, Der rcic/Je Fisc/Jjang. Lk 5, 1-11/}n 21, 1- 14. Wundcrgeschichtc,
Berufungserzahlung, Erscbeinungsberich t (Düsseldo rf 1969).
La. pregunta aclaratoria acerca de la historia 245

se hace ver que el camino en seguimiento de Jesús es el can1ino que


conduce a la fe y a la comunión con él 30 •
.
Los <<logia» del seguin1iento (Le 9, 57-62 par) ofrecen en cada
caso una palabra que Jesús dirige a quien está dispuesto a seguirle,
t! en todo lo cual se utiliza sólo una introducción i1arrativa. Tema de
estos textos son las condiciones radicales del seguimiento.

o Notas caJ·acte1·ísticas del «segi4Í1nie11to»


y del «círculo de disdp1-ilos»
Jesús reúne en torno suyo un círculo de discípulos, cuya con1-
posición carece, a ojos vista, de hon1ogeneidad (pescadores galileos,
a11tiguo publicano, a11tiguo zelota) 31 • Las r1otas características del
círculo de discípulos son la vocación de los discípulos por Jesús, la
vinculación personal con Jesús, el ser\ icio a Jesús, la participació11
1

en la vida itinerante y en las actividades de Jesús,)' la vida comuni-


taria en un círculo de discípulos 32 •
1

• Aplicación de los crite1·ios de historicidad


Al tema del «seguimiento>> (no tanto a los textos en particular)
se aplican principalmente los criterios de la testificación múltiple y
de la falta de analogía.
El tema del <<seguimiento» aparece, como ya dijimos, e11 varios
tipos de texto: en una historia de vocació11 (Me 1, 16-20 par), en •

1
relación íntima con la 11istoria de un milagro (Le 5, 11 ), en la
reelaboración joánica de la vocación como camino para la fe (Jn 1,
35-51), en los <<logia» (Le 9, 57-62).
A este propósito, tiene especial éxito la aplicación del criterio de
la falta de analogía: la diferencia entre Jesús)' la comunidad cristia-
na primitiva consiste en que la palabra <<seguir» aparece únicamente
en los evangelios; en que, por tanto, el seguimiento se consideró
1
como algo típico del tiempo de la vida terrena de J esús. Este
empleo del lenguaje nos pernute conocer que, ya para el cristianis-
mo primitivo, el círculo pre-pascual de los discípulos co11stituía
33
u11a sociedad irrepetible • Más importante aún, en la cuestión de la
1
3
° F.Hal1n, Die ]üngerberuf1-tng }o/J 1, 35-51: Ne1,¡,es Testament und Kirche,
• Festschrift R. Scl1nackenburg (Friburgo de Brisgo,ria 1974) 172-190 .
.¡ 31
Riesner, ]esus als Le/Jrer, 408-414 .
32
Ibíd., 414-419; Egger, Ruf, 219-222.
1
33
Ries11er,]esus als Lehrer, 421s; de la Potterie, Problema, 457, llama tan1bién
la ate11ción sobre esta diferencia con respecto al cristianisn10 prin1itivo.
t
i1

1

246 La lectura bajo el aspecto histórico

vocació11 y del círculo de discípulos) es la diferencia entre Jesús y el


34
judaísmo : según las narracio11es sinópticas de vocación) la inicia-
tiva pa1·te de Jesús) n1Íe11tras que en el caso de los rabinos el
discípulo se buscaba u11 1naestro. Los discípulos de J esús y los
alumnos de los rabinos se disti11guen, además, porque para el
alun1110 de un rabino la iniciación a la ley co11stituía el centro del
interés) al misn10 tiempo que se consideraba conveniente buscar el
co11oci111iento de la ley en más de t1n rabí. Jesús vinct1la consigo a
los discípulos, y lo l1ace para u11 aprendizaje que ha de durar toda la
vida (véase Mt 23, 8-1 O). El discipulado con ] esús -y esto es otra
nota característica que diferencia al discípulo de Jesús del alun1no
de un rabino- está n1arcado por el l1echo de no te11er patria) cosa
que no se exigía nunca entre los doctores de la ley 35 •
Y, así, el lla111a1nie11to de Jesús para que le sigan es un n1aterial
auténtico que procede de él. En los textos que se refieren a esto
(narraciones, <<logia»), la mirada se orienta hacia la autoridad de
J esús y hacia los títulos que él ostenta.

'


r

Las diferencias que siguen a continuación, aparecen con especial claridad en


Riesner, .fesus als Lehrer, 415-419.
35
Sobre las palabras de vocación especialmente «escandalosas», en Mt 8, 21 s,
véase M. Hengel, Nachfolge itnd CIJarisma. Eine exegerisch-religions\vissenschaft-
licl1e Studie zu Mt 8, 21 s und Jesu Ruf in die N acl1folge (BZNW 34; Berlín 1968).

1

1

1 •

!1
1
1 VI
1
LA LECTURA
1
BAJO EL ASPECTO
1 HERMENEUTICO
1

l
1
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• •

l
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1

t
\

f

1
1

248 La lectura bajo el aspecto /1erme11é14tico

«Las ciencias del Nuevo Testamento tienen la tarea de cond ucir


a una comprensión más profunda de la palabra de Dios, tal con10
ésta se p1·esenta en la figt1ra -u11a figura ligada a la historia- del
Nuevo Testa1ne11to, y de pe11etrar en su co11te11ido teológico y
1
lograr que su mensaje 11able a los hombres de 110)' día» • En una
reflexió11 l1er111e11éutica l1ay que aclarar qué es lo que quiere decir
con1pre11der el texto bíblico )' captar el significado que ese texto
tiene para l1oy día. Así con10 para leer rectamente, es condición
2
i1nporta11te reflexionar sobre ello , así ta1nbié11 la reflexión l1er111e-
néutica es indispensable para la recta comprensión.
• /

Lectu1·as
E. Coretl1, G1·undfragen der Hermeneutik, )' P. Stul1ln1acher, Vom
' •
Verste/1en des Ne u en Testamentes ( co11 la exposición de las n1ás i111por-
tantes concepciones l1ermenéuticas). Los inanuales recientes para el
estudio del Nuevo Testan1e11to ofrecen ta1nbién reflexio11es para la
in terpretació11 y la l1ern1enét1tica 3 .

1
La co1nprensiÓ11 de los textos bíblicos tiene que tener e11 cuenta
una doble peculiaridad de los textos. Los textos bíblicos son textos
del pasado. El texto, en virtud de su le11guaje, de su lógica interna y
de la i11tegración en un contexto de la historia del tiernpo, resulta
extraño para el lector 4 • El lecto1· se halla e11 una situación distinta
de compre11sión : él vive en circunstancias de vida distintas )' posee
u11a actitud de espíritu disti11ta a la que poseían los primeros
lectores del texto. Esta dista11cia ten1poral )7 cultural puede ser un
i1npedin1ento para el comprender: pero, al mismo tien1po, ofrece
también una posibilidad positiva, ya que en determinados textos
11ace falta una distancia te1nporal para descubrir su pleno sentido y

1
Zimmern1ann, M etl1odenlel?re, 17.
2
\1 el c. 1. La reflex ión sobre la lectura no es sino u11a l1erme11éutica
especial. La reflexión sobre la lectura l1a)' que integrarla al1ora en la reflexión general
sobre el comprender.
3
Fol1rer, Exegese, 148-171; Strecker-Schnelle, Einfiihr1-t11g, 122-151 (con pre-
sentación de \1arios proyectos l1ern1enéuticos). Berger, Exegese, 246-249, ve la
u11idad de los diversos métodos en el concepto 11erme11éutico de la «eficacia históri-
ca» (\Xlirk11ngsgescl?icl1te).
4
El método histórico-crítico consolida aún más esta extrañeza.
' •

La lectura bajo el aspecto hermenéutico 249

significado. La subjetividad con que comienza toda lectura y con1-


prensión es tan1bién, a un 111isn10 tien1po, ayuda e impedimento
para la con1prensión de lo leído. Indudablen1ente, hace falta una
reflexión sobre la con1prensión previa que todo lector aporta, ya
que una recepción espontápea del texto dificulta su comprensión 0
incluso la impide por completo.
La segunda peculiaridad del texto consiste en que, en el caso de
la Sagrada Escrit111·a, se trata de textos que, para el lector cristiano,
poseen validez nor111ativa como «palabra de Dios». Leer la Biblia
como «palabra de Dios>> presupone la fe e11 la revelación )' la
disposición para aceptar la palabra con10 directriz para la interpre-
J tación )' configuración de la propia vida.

f
De esta doble problemática se deriva11 para la lectura de la
Biblia bajo el aspecto her1nenéutico dos tareas: la de la interpreta-
1
1 ción y la de la actualización. La <<interpretación» a\rerigua el sentido
que el texto tenía en su situación original, es decir, lo que el autor
f1
¡ quiso decir a sus oyentes de entonces.
La «actualización>> expone el sentido que el texto, como texto
de la antigüedad y como palabra de Dios, tiene en la actual situa-
ción concreta social, eclesial y personal. Tal actualizació11 puede
efectuarse de muchas maneras, pero se rige por determinados crite-
. ríos. Y esos criterios son objeto de reflexión científico-1netódica.
La <<n1ediatización>> es la exposición del sentido del texto y lo de
sus exigencias en la predicación, la catequesis, la lectura en público,
etc. Las formas específicas de mediatización no constitu)1 en ya el
objeto de la presente rnetodología.

\
1


•'

1
'

!
16

Interpretación de textos

La ii1terpretación de un texto 5 se propone averiguar se11tido


que el texto tiene e11 su situación original.

t •

1. Modelo de <<interpretación>>
en teoría de la comunicación
1
Además de los variados puntos de \'Ísta bajo los que se expone11
!


las actividades hern1e11éuticas, la interpretación puede estudiarse
1f
1 también en el marco de un enfoque de teoría de la con1unicació11. El
!
1
intérprete, que por su trabajo es testigo de un proceso de cornuni-
... cación de tiempo pasado, es u11 lector que reflexiona sobre el texto
f '
i y su integració11 en el suceso de comunicación, y transmite esa
comprensión suya al hombre de hoy .

1.1. Interpretación)' mi1·ada a la «cosa»


Para la interpretación es esencial que la cosa que le interesa al
texto penetre en el campo visual. La comprensión parte primera-
mente de los enunciados del texto y se esfuerza por «comprender lo
j más exactamente posible los enunciados de un texto, tal y co1no
6
debía comprenderlos el oyente o lector de entonces» • Claro está
que con eso no se puede dar por terminada la interpretación.

5
Fohrer, Exegese, 148-156; F. Mussner, Geschicl1te der !-! ermeneutik. Von
Schleiermacher bis zur Gege11"\vart (Friburgo 2 1976); P. Stul1lmacl1er, Vom Ver-
stehen der H eiligen SclJrift; Id., M ethoden- und Sachprobleniatik einer interko71fes-
sionelle1i. Auslegung des Neu.en Testaments: Vorarbeiten EKK fase. 4 (Zurich 1972)
11-55.
6
Fohrer, Exegese, 150.
.
1

lnterpretació11 de textos 251


1

No se da la adecuada comprensión de un texto si110 cuando el interpre-


1 tante ha divisado la «cosa» que interesaba al autor )' a sus primeros
'• oyentes .
l
!
!•
A ui1a persona que n1e 11abla, no la podré comprender sino
cuando yo 1nire y vea lo que ella me dice, cua11do )'º deje que n1e

muestre la cosa y cuando <<mirando, yo mismo, con la visión y la
7
interpretación de ella, n1e confronte con ello » • En efecto, com-
prender i10 significa trasponer sencillamente lo que fue dicho en-
tonces por el at1tor, sino que quiere decir que uno mismo tiene que
entender la cosa 8 . Sería de1nasiado poco escucl1ar ú11icamente la
1 palabra del autor; la «cosa» podría tener más sentido y un sentido
1
más permanente que el sentido que el autor consigu ió exponer. Y,
l
1

así, la interpretación reconstruye el proceso de la mediatización
-comt111icación- lograda sólo en parte 9 • Y, así, a veces será posible
1
entender n1ejor un curso de ideas que lo que el autor pudo enten-
1 10
1
der , o tambié11 -por eje1nplo, con a la actividad de
1
t
J esús- captar aquel excedente de sentido que no pudo sedimen tarse
en los textos 11 • Tomando como punto de partida la mirada a la
cosa, sería tan1bién posible distanciarse de la visió11 propia del at1tor
e intentar, uno 1nisn10, una interpretación 1111eva, actual y conc1·eta
de la cosa, aunque haciéndolo siempre en confrontación con quien
12
hizo posible la primera mi1·ada a la misma •
De semejante comprensión, a la «cosa», son caracte-
rísticas algunas estructuras fu11damentales 13 • Con arreglo a la es-
tructura del horizonte, el co11tenido particular se capta sólo dentro
de la totalidad del contexto de sentido : lo particular adquiere su
1
sentido por la totalidad,)' la totalidad lo adquiere por lo particular.
1
.Las afirmaciones bíblicas aisladas y los aislados deben enten-
lJ
1 7
1 E. Coreth, Grundfragen der H ermeneutik (Friburgo 1969) 64.
1 8
Coreth, Hermene1-1tik, 67.
1. 9
1 K. Niederwimmer, Unmittelbarkeit 1J.nd Vermittlung als /Jermerieutisc/Jes
1'
• Problem: KerDogma 17 (1971) 97-112, espec. 103.
1
i
10
E. Betti, Allgemeine Auslegungslehre als A1ethodik der Geisteswissenschafterz
1 (Tubinga 1967) 601; Coretl1, Hcrmeneutik, 135s.
1• 11
R. Scl1nackenburg, Der geschicl?tlicl?e ]esus in seiner standigen Bedeutung
1
1 für Theologie JJ.nd Kircl1e, en Kertelge (ed.), Rückfrage nach ]esus, 194-220.
12
1 Coreth, H errriene11-tik, 132s.
!1 13
• Las siguientes reflexiones 11ermenéuticas siguen casi literalmente a Coretli,
H ermeneutik, 115- 118. Se 11an añadido las aplicaciones a la labor de estudio de los
textos bíblicos.
!
1
252 La lectura bajo el aspecto herme11é14tico

derse, por eso, dentro de un contexto mayor de sentido; y las


diversas perícopas, de11tro del contexto del texto en su totalidad .
E11 virtud de la estructura de círculo del con1prender, el compren-
der es un acontecer progresivo en forn1a de espiral, un acontecer
que parte de u11a co111prensión previa, pe1·0 que, no obsta11te, tiene
que abrirse a la cosa n1is1na y desarrollarse l1asta ser u11a co1npren-
sión de la cosa. Y, así, se logrará únican1ente la comprensión de los
textos bíblicos, CL1ando el lector esté abierto a 11uevas intuiciones.
De la estructura dialogal del comprender se deduce que el con1-
prender sólo es posible cuando se mira a la cosa; pero que no l1ay
cosa sin mediatización lingüística. Para el estudio de los textos
bíblicos se deduce de al1í que de lo que se trata en últin10 término
no es de una <<comprensión del texto», sino de una «comprensió11
de la cosa con ayuda de textos bíblicos». Entonces, la interpreta-
14
ción, ente11dida en este sentido, se acercará a una teología b)blica •
Dentro del espacio de la Iglesia como con1unidad de tradición y
de comprensión, son posibles formas abreviadas de comprensión
con10 camino a la <<Cosa» .

1.2. La interpretación como objetivación


y mediatización de la comprensión del texto

En la interpretación, llega en cierto modo a su termi11ación la


1
1 •
labor sobre el texto como docun1ento 11istórico.
••
l La interpretación se entiende como objeti, ación de la comprensión del
1

texto alcanzada por medio del análisis. Claro que esta objetivación queda
abierta a nue''ª comprensión.

En el análisis se abrieron por medio del texto multitud de


l can1inos; en la interpretación se registran los resultados del recorri-
do por los textos. Por tanto, la interpretación es la síntesis de las
i11tuiciones con respecto al texto que son posibles para el exegeta en
un deter111inado n1omento . La forma más breve de i11terpretación es
la confección cle una buena traducción 15 • En la etapa denominada

14
G. Strecl(er (ed.), Das Problem der Theologie des Ne1+en Testamentes (Wege
der Forschung CCCLXVII; Darn1stadt 1975).
15
Propia1nente, la traducción no es posible sino con10 final )' remate del
estudio científico de los textos. Sin e111bargo, como el conocin1iento de los proble-
mas de la traducción es ya necesario al comienzo de u11a labor científica, se trataron
ya los problemas correspondientes e11 el c. 7.
lnterpretació11 de textos 253

habitual1nente <<interpretación», se da a 'los resultados una exposi-


ción coherente. Se trata de «una rígida presentación de sus ideas (de
las ideas del texto) )' de la coordinación y secuencia de las mis-
mas» 16 .
El intérprete, que se ha convertido en testigo de un proceso de
co1nunicación de tien1pos pasados, se convierte ahora en el mediati-
zador para el lector actual, cuando expone a éste qt1é es lo que
st1ccdió cnto11ces, de qL1é «cosa» se trataba, qt1é «n1ensaje» ei1vió el
autor a sus destinatarios por inedio del texto, )' a qué pensar- y
obrar deseaba él conducirles» 17 •

Interpretar significa presentar la oferta de sentido contenida en un


proceso de comunicación de tien1pos pasados, como oferta de sentido para
los hombres de nuestro tiempo.

«Interpretar no es un fin en sí misn10, sino que está orientado a


los destinatarios -lectores u oyentes-, y depende por tanto de las
- circunstancias en que se encu entre>> 18 •

2. Realización de la interpretación
La interpretación de un texto presupone el análisis de dicho
texto e intenta ofrecer al lector ayudas para la comprensión del
. ,.
• texto en cuest1on .

El problema n1etódico de la interpretación consiste en plasmar la


interpretación con arreglo al texto y con arreglo a los 0) entes.1

Esto se puede realizar de maneras di,rersas.' Para lograr que el


texto sea comprensible para el lector actual, el intérprete tiene que
exponer primero el contenido, las peculiaridades formales, las for-
mas de narración y de argumentación y el efecto que el texto se
propone causar. Ahora bien, como el lector de hoy día no posee ya
algunas informaciones que estaban a disposición del p1-in1er lector
(por ejemplo los co11ocimientos del entorno social, etc.), el intér-

1
'· Fohrer, Exegese, 158.
1 17
En concreto, son Jos resultados del anális.is lingüístico-sintáctico, sen1ántico,
pragmático )' de crítica del tipo de texto, y los resultados, asimisn10, de la recons-
trucci ó n de Ja l1istoria de la formación del texto.
Schlingmann (cd.), MetlJode11 der lnterpretatio11, 9.
1

l
r
1

254 La lectura bajo el aspecto /7ern1ené11t1:co

prete tendrá que aportar tan1bién el saber que se presupone en el


texto, pero que l1oy día no es co11ocido por todos. La m edida de las
infor1naciones adicionales a este respecto dependerá de las condi-
ciones prc\rias que el lector, a quien uno pretende dirigirse, aporte a
la interpretación . Como se trata de procesos y acontecimientos del
pasado, el narrar es una forn1a adecuada de interpretació11.
La interpretación abarca no sólo la exégesis de
textos bíblicos, si110 ta111bién exégesis por111enorizada que co11sis-
te en la explicació11 de in1portantes expresiones teológicas del texto
y e11 el esclarecimiento de cuestiones objeti\ras 19 •
La f or111a en q Lle se coordinan los 1·est1ltados del análisis )' se
ofrece la interpretación de u11 texto es ITIU)' variada : un comentario
de corrid o 20 , u11a perspectiva de teología bíblica, una n1onografía
científica, i11troducción a la con1prensión del texto (por ejen1plo
para la preparación exegética de los sern1011es ).
Con10 la interpretación de textos bíblicos tiene la finalidad de
;
hacer con1pre11sible para el hon1bre de hoy e] texto de la Biblia
'
•' co1no palabra de Dios, habrá que reco1·rer ta111bién otros can1inos,
además del de la interpretación más bien teórica, basada en el
análisis de los textos.
1

'

1:
11
1
11

1
'

• ,

19
Fohrer, Exegesc, 149-151.
20
G. J{onimentarals Gatt1111g: BibLeb 15 (1974) 7-16; L. Panier, Le
Cornmentar:re: expansion figurative et sélection sémique: SémBibl, fase. 31 (1983)
43 -75; W. Schenk, U'l as ist ein Kon1mentar?: BZ 24 (1980) 1-20.
17

Actualización de los textos

El estudio d e la Sagrada Escritura no llega propiame11te a u11


final sino cuando se logra u11a co111prensión existe11cial d e la misma,
es decir, ct1ando la Escritura se ha convertido en la <<palabra de
Dios)' en la fuente de vida espiritual » 21• El texto, en ese caso, no se
lee y a con la distancia que es propia de la lectura h istórica, sino
co1n o L1n texto «actual » que prese11ta hoy día sus exigencias al
lector, dando 01·ientaciones, instrucciones e impulsos para nuestro
ti ernpo, y a)ruda11do a interpretar y don1i11ar la p1·opia vida )' las
tareas de nuestro tien1po . En el encuentro co11 el texto, el intérp1·ete
debe experimentar «1) qt1ién es él frente a los textos, y 2) quién
debiera ser él en confrontación co11 los mis1nos » 22 •

La lectura actualizadora busca en el texto bíblico orientación para


interpretar e i111pulsos para dominar la ''ida. El texto bíblico, que procede
del pasado, es percibido por un lector que está mo,rido por los problemas
de nuestro tiempo )' que bl1sca en la Biblia respuesta a las cuestiones de la
''ida e instrucciones sobre la manera de obrar.

La actualización de la Escritura se logra de m u ch as maneras : en


los sern1ones, en la enseñanza, en la lectura personal de la misma.
La exégesis científica apenas refleja la significación. de un texto para
los tiempos actuales. Esta exégesis, «en virtud de sus princip ios
metodológicos, sitúa primeramente los textos a dista11cia del pre-
sente y no ha considerado hasta ahora como tarea suy a el dar por sí
misma o preparar el siguiente paso, que consiste en la nueva actu a-

21
Concilio Vatican o II, DV 21 .
.
21
LttZ, A1t, 79.

1
-
256 La lectttra bajo el aspecto l?ermenéutico

lizació11 de los textos» ? 3 • Frente a esta re11uncia fáctica 24 , se l1alla,


claro está, la aspiración n1uy difundida de leer «sencillan1ente» un
texto bíblico, renunciando al instrun1ental de la exégesis científica,
)' de aplicar ese texto a la vida 25 • Sobre todo en el estudio práctico
de la Biblia, en los círculos de estudio bíblico, se for111ula hoy día la
exigencia de esta actualizació11 de la Escritura: tan sólo cuando se
haya cerrado la sima que separa el estL1dio ácadén1ico de la Escritu-
ra y los problemas de la vida cotidiana, es decir, la sima qt1e ha)'
entre el cuarto de estudio y la lucl1a cotidiana por la existencia, el
26
estudio de la Sagrada Escritura habrá alcanzado su meta •


Lecturas
Las orientacio11es para el estudio práctico de la Biblia en círculos
bíblicos las ofrece11, ade111ás de las instrucciones para este trabajo
práctico, r11últiples reflexiones sobre las relaciones del texto bíblico
con la vida. Sobre la asociació11 entre la exégesis y la apropiación
existe11cial', véase principalme11te Barth-Schra111n1, Selbste1fahrung mit
27
t • • der Bibel .

r No obsta11te, para los cristia11os que reconocen el texto bíblico


co1no palabra norn1ativa de Dios, es tarea irrenunciable continuar
el trabajo científico con el fin de «traducir» lo.s ei1unciados de la fe

23
,¡r- Bartb-Schram111, Selbsterfahrung mit der Bibel. Ein Scl1lüssel zum Lesen
und Verstehe11 (Municl1 1977) 9. De manera parecida se expresa Lu z, /11 t, 79: «Por
mí1ltiples razones, la interpretación 11is.tórico-crítica no ha cu111plído l1asta al1ora
sino Ínsuficienten1ente, a mi parecer, el segundo aspecto de su doble tarea » (quiere·
decir: no ha conseguido hasta ahora si110 insuficie11temente hacer consciente al
intérprete de Sll propia con1prensió11 previa y enseñarle algo sobre sí n1Ís1110 ).
24
Claro está ql1e l1ay algunas obras que hacen indicacio11es más extensas o n1ás
breves sobre el significado de un texto para la propia \ ida, por ejemplo J. Kren1er,
1

1 •
Die Osterevangelie11 - Gescl-Jicl-Jter1 um Geschichte (Stuttgart 21981); Id., Lazarus.
Die Geschichte einer Auferstel1ung (Stuttgart 2 1985).
' 25
J.
Kremer, Die Bibel - Ein Bucl; für alle. Berechrigung und Gre11zen einfa-
cl1er Schriftlesung.
26
Wink., Bibelarbeit (véase la nota 27), 21 s; véase, a propósito, Barth-
1
Scl1ramm, Selbsteifa/Jr11ng mit der Bibel, 14-18.
27
H. Barth-T. Scl1ra111m, Selbste1fa.hrurzg mit der Bibel; W. \x:fink, Bibelausle-
gung als lnteraktion. Ueber die Grenzen l1istorisch-kritischer Methode (Urban TB
622; Stuttgart 1976); Id., Bibelarbeit. Ein Praxisbucl1 für Theologen und Laie11
(Stuttgart 1982). En las n1odernas obras de i11etodología se estudia bajo denomina-
ciones diversas la .etapa de trabajo de la actualización: Fohrer e.a., Exegese, 156-171:
«crítica teológica»; Berger, Exegese, 242-268: «l1e rmen éutica de la eficacia históri-
ca»; Streck.er-Schnelle, Einfü/1rung, 122-151: «hermenéutica». En la labor práctica
de los círculos de estudio bíblico, esta etapa es especialme11te importante, y en las
metodologías se reflexiona bastante sobre las características de esta etapa de trabajo.

1

Actualización de los textos 257


y de las exigencias que ellos contienen a un lenguaje distinto: el


lenguaje y el mundo de ideas de nuestro tiempo 28 .

1. Modelos de lectura y de comprensión


para la lectura actualizante
de la Escritura
Si el texto bíblico 11a de convertirse en orientación para la existen-
cia )' la acción en los tiempos actuales, ello no sólo presupone
conocimiento del texto bíblico, sino también reflexión sobre el hom-
bre actual, es decir, t1na conciencia de su situación l1ermenéutica 29 •

El texto ª)'Udará únicamente a interpretar)' plasmar la actual situación


del mundo en transformación, si se integran en el proceso de comprensión
las nuevas experiencias con respecto al inundo, la sociedad y la Iglesia
(experiencias que, entre otras cosas, se manifiestan en el correspondiente
estado de las ciencias naturales, la psicología y las ciencias sociales.

Así, pues, para la comprensión de la Escritur a es esencial tina


<<estructura dialogal» 30 • El texto y el exegeta se convierten en
interlocutores de un diálogo, pero, eso sí, en interlocutores de
índole mU)' especial, ya que hay que salvaguardar la ventaja y
31
eminencia que la Escritura tiene por su autoridad • A este diálogo
se le aplican determinadas reglas: el texto quiere que lo tomemos en
• • • •
serio como texto que tiene un mensa1e que comunicar, un texto que
es del pasado, pero que quiere hablarnos hoy. Toda actualización
tiene en ello su razón de ser, y comienza por tanto cuando se
escucha el texto para percibir supre1namente, por medio del texto y
en el texto, la «palabra de Dios>> que afecta a nuestra vida. Según la
doctrina, rectamente entendida, de la inspiración, Dios mismo, en
último término, se dirige por medio del texto al lector, para comu-
nicarle su palabra. Por eso, <<palabra de Dios», en el pleno sentido,
no lo es el texto por sí mismo, sino por el mensaje de Dios que llega
hoy día a través de él ; 2 • .

28
Véase, a propósito de ello, Strecker - Schnelle, Einfü/Jrung, 123 y 150;
Barth-Scl1ramm, Selbste1falJrung mit der Bibel, 48.
29
H. G. Gadamer, JI problema della coscienza storica (Nápoles 1969) 82.
3
° Coreth, Hermeneutik, 101s, 116s.
31
Co11súltense las observaciones críticas de Berger, Exegese, 243, 251.
32
Kremer, Die Bibel - ein B1"c/J fü1· alfe, 36s.

258 La lect11ra bajo el aspecto /Jermené1.ttico

Los siguientes n1odelos de lectura actualizante proceden de


círcu los de estudi o bíblico, pero resisten perfecta111e11te un exame11
h erme11éutico 33 . En lo ese11cial, la actL1alización, en esos i11odelos,
se e11tiende co1no a111plificació11 del texto: el lector a1nplía su con1-
prensió11 del texto, en riqu ecié11dola co11 nue,1 os elen1entos. Por
tanto, la actualización consiste en leer Jos textos bíblicos en t111
nuevo contexto. PL1eden ser conexiones que el texto r10 te11ía aún)'
no podía tener ei1 el tien1po de SLl for111ación. Co11cretamente, tal
«a111plificación» pu ede llevarse a cabo de distintas n1a11eras.

1.1. Te1ie1' en cuenta


1-tna t1·adición eclesial viva

La primera rnanera de a111plificación es característica de la co1n-


prensió11 católica y ortodoxa de la Escritura, pero encuentra tan1-
bién aplicació11 e11 la lectt1ra práctica de la Bi8lia e11 n1ucl1as co111u-
nidades protestantes 34 •
Para la lectura
. católica de la Escritt1ra es co11stitutivo el ten er e11
ct1enta u11 contexto bíblico )' un contexto eclesial-extrabíblico.

Los textos bíblicos se l1allan integrados en u11 proceso de recepción )'


transmisión eclesial.

" La co11stitució11 Dei \!e1·bum sobre la divina re\1 elación, del


Concilio Vaticano II, en su n. 12, resun1e las ideas a este respecto:
«La Escritura se l1a de leer e i11terpretar con el n1ismo Espíritu co11
que fue escrita : por tanto, para descubrir el verdadero se11tido del
texto sagrado ha)' que tener e11 cue11ta con no menor cuidado el
co11tenido y la u11idad de toda la Escritura, la Tradición ,,¡,,ª de
toda la Iglesia, la a11alogia de la fe» . Este r11odelo <<normativo» de
lectura de11tro de u11 co11texto mayor corresponde al modelo de u11a
her1ne11éutica de la eficacia histórica, según la cual la tradición es la
que hace posible en absoluto la con1pre11sión 35 • Correspo11de sobre

33
Sobr e la l1 erm e11éutica, véase especialmente H. G. Gadamer, \)í!ahr/Jeit ¡4.nd
A1ct/Jode (trad. esp.: \lerdad J' niétodo); Id., JI proble1na della coscie11za storica; E.
Betti, Allge1neine A1tsleg14ngsle/Jre als /11 et/Jodik der Geisteswisse11schaften (Tubinga
1967); Corerl1, !--!er1nene1ttik.
34
J(ren1er, Die Bibel - ein B1-1cJ.1 fi{r alle, 51.
35
Véase, a propósito, Bei·ger, Exegese.
Actualizació11 de los textos 259

todo a la tradición eclesial, que nos ofrece la Biblia como «palabra


l de Dios», la ct1al sólo se puede leer )' entender rectamente a la luz
1• del Espíritu Santo.
1
E11 concreto, esto significa:
l
- el texto particular se lee e11 el contexto de toda la Escritura;
- los textos se leen teniendo en cue11ta otros enunciados de la fe
)' la tradición viva de la Iglesia total (la Ilan1ada a1ialogia fidei), en la

cual las confesiones de fe, los textos litúrgicos y las definiciones de
1
la Iglesia son puntos de orientació11 incluso para la experiencia
propia de la lectura )' para la exégesis científica;
l1 - los textos se leen e11 el co11texto de la litt1rgia;

- los textos se leen teniendo en cue11ta la historia y experie11cia


1 ''ital de u11a persona, de una sociedad, de la Iglesia, )' se leen
también a la lt1z de la eficacia l1istórica.
1

-l
Los teólogos niedievales compe11diaron en unos versos de mne-
n1otecnia sus procedin1ie11tos basados e11 esta concepció11 y qt1e

hablan de los cuatro sentidos de la Escritura:
1
t
Littera gesta docet, quid credas allegoria,
1
l
moralis quid agas, quo rendas, anagogia.
1
1
1 La letra / el sentido literal enseña los sucesos,
1•
1 la <<alegoría>>, lo que has de creer,
el se11tido n1 oral, lo que has de hacer,
la <<anagogía». (elevación), aquello a lo que l1as de tender.
1 También este procedin1ie11to es una amplificación, ya que sitúa
1 un texto bíblico en múltiples conexiones: en la conexión de la fe, en
1
1 la de la vida, en la de la experiencia de la vida y en la de la
esperanza 36 • Es verdad que algunos propugnadores de esta manera
1

de interpretación desacreditaron el método por sus excesivas sutile-
zas, pero, en sus mej ores representantes, el método tiene extraordi-
naria profundidad)' está lejos de caer e11 sutilezas e inge11iosidades.
1

! <<Gracias a las cuatro interpretaciones, se despliega 1nás el conteni-
do de re,relación de la Escritura en todas las esferas imagi11ables de
37
la experiencia )' de la vida» •
1
36
La obra clásica sobre el cuádruple sentido es la de .H . de Lubac, Exégese
médiévale. Les quatrc sens de l'écriture (París 1959). Un con1pendio de la teoría del
cuádruple sentido puede verse en Stuhl1nacl1er, \lom \lerstel1en, 83s.
37
Stul1ln1acher, \ l on1 \' erstelJe11, 83.


1
1

1
260 La lectura bajo el aspecto /Jermené11.tico '

1
1
1. 2. Tener en cuenta la eficacia l?istórica
1
1
Guarda afinidad con la an1pliación de la comprensión del texto
en la tradició11 eclesial otro m étodo: el de la amplificación en virtud
38
de la eficacia histórica del texto .
.
«La historia de la interpretación y la eficacia histórica recuerdan la
plenitl1d de potencial de sentido que se encierra en los textos bíblicos. Nos
f recuerda que los textos bíblicos no tienen sencillan1ente un sentido fijo y
39
acabado, sino que se encierra en ellos una plenitud de posibilidades>) .

• Los textos bíblicos experimentaron muy variada recepción: n o


sólo tienen una historia interpretativa en textos escritos, com9 son
los comentarios, etc., sino qu e poseen también u11a eficacia históri-
40
ca en el hacer y padecer de la Iglesia • La l1istoria de la Iglesia se
definió ya como l1istoria acerca de las relaciones de la Iglesia con la
41
palabra de Dios • La eficacia histórica muestra cómo 11ay textos
que, de repente, vuelven a adqt1irir ''italidad )' ejercer influencia. Y,
así, principaln1ente los santos son un comentario vivo del e\1ange-
lio. Para el lector moderno, la con1prensión de la eficacia histórica
le transmitirá i1uevas ideas sobre el significado del texto. Esta visión
de la l1istoria de la interpretación y de la eficacia histórica <<a31 udará
a trasponer al prese11te los textos bíblicos» . Las experiencias que los
cristianos l1an tenido con el texto, en situaciones distintas, son un
. correctivo importante para la lectura hoy día 42 •

1.3. Tene1- en cuenta la experiencia del lector


1.3 .1. Tene1· en cuenta los aspectos emocionales
1. El método de estudio bíblico propuesto por Walter Wink de-

searía ayudar al lector a asimilarse los textos bíblicos de una manera
subjetivo-emocional. Semejante actualización tiene que ver más

38
Sobre la eficacia histórica: H.-Tl1. Wrege, WirkungsgesclJicl?te des Evange-
..
liums (Gotinga 19'81 ), espec. 11-31 (ideas fundamentales); Berger, Exegese, § 35-37 .
1 39
Luz, Mt, 81. La eficacia histórica de Me 10, 17-31 en Francisco de Asís se
halla expuesta en \Y/. Eg()"er, Nachfolge als Wleg zum Leben, 237-284; sobre la
influencia de los textos bíblicos en Francisco de Asís, véase W. Egger, Franz von

Assisi. Das Evangelium als Alternative (lnnsbruck 1981) .
40
.1
Véase, a este propósito, Luz, Mt, 78-82; 'V:'rege, Wirku11gsgescl?icl?te .
• 41
G. Ebeling, Kirchengesc/Jichte als Ar"slegung der 1-Jl. Scl?rift.
42
Luz, M t, 82.
'

' • •

fl
Actualización de Los textos 261

1
bien con los problemas subjetivos de los lectores. Wink asocia las
1 reflexiones los lí1nites del método histórico-crítico 43 con un
l
l alegato en favor de la utilización de métodos psicológicos de estu-
.l dio bíblico. Como elementos para el estudio de los textos, princi-
It palmente en trabajos de grupo, Wink propone, adernás de la d iscu-
sión del texto bíblico, la amplificación y los ejercicios prácticos.
l Como irnportante.instrumento de tr·abajo, Wink establece un catá-
1 logo de cuestio11es con las que los participantes pueden adqt1irir
por sí misn1os ideas profundas. ·
1
1 En la discusión del texto bíblico, además de aplicarse el método
l1istórico-crítico, se estudian con ayuda de él los problernas que
1 surgen. El método propuesto por Wink ton1a e11 serio el texto
1
1 como texto y toma igualn1e11te en serio al lector con10 sujeto, pero
l
no pasa por alto ni la distancia ni la cercanía del texto con respecto
al lector. Al mismo tiempo da instrucciones sobre la manera de
captar la distancia del texto )7 asimilárselo subjetivamente. El méto-
1

f do to1na n1uy en serio la convicción: «Una cosa no existe sub-


44

-1
i

jeti,1amente sino cuando está asociada con una en1oción» •
El diálogo se logrará únicamente cuando en los dos interlocuto-
res del diálogo 11a)'ª conciencia y experiencia; el método propuesto
1 por Wink, que reclama intensísimamente la au_toexperiencia del
1
1
lector y la traspone en la lectura, podrá ayudar a supera1· «la
¡
deficie11te conciencia y el déficit de experiencia por parte nuestra en
1
1 el diálogo» 45 •
1

\ 1.3.2. Preguntas que el l1ombre hace al texto


1
Este segundo modelo de actualización refleja, que aparece en la
1
i
figura 29, se basa en el modelo propuesto por Carlos Mesters para
46
el estudio de la Biblia • El modelo parte de que el hombre actual
busca una respuesta a sus preguntas. Como cristiano, el hombre se
dirige, entre otras cosas, a la Sagrada Escritura.
1

43
Así lo hace principalme11te en su obra: Bibela1,t,slegung als lnteraktion.
4
1 • MacLean citado por W ink., Bibelarbeit, 95.
45
Así, Barth-Schramn1, Selbste1falJrung mit der Bibel, 74, sig1tie11do la idea
expuesta en \Xf ink.
46
El 1nodelo está tomado de C. Mesters, lncontri biblici (Asís 1974), fase. 1,
30.

1
1

1
262 La lectura bajo el aspecto l1ermer1éutico

Nuestra vida

???-:>
• • • •
Biblia
?

1 1 1
• • •

I,'igu ra 29. A1otlclos sobre las rc:lclC1oncs


e11trc c1testíones vitales}' el tc.x·10 /Jíblico.

A pesar de su sencillez, este 1noc!elo 11os permite conocer clara-


n1ente la concepción her1nenéutica sub) acente: la actualización de
1

los textos se lle''ª a cal)o 111ediante la a111p lia,ción del l1orizonte )'
presupone 110 sólo la co11ciencia de la propia situaciór1, sino ta111-

bié11 la de la extrañeza del texto. La representación gráfica n1uestra
,. el proceso de con1prensió11 como ampliació11 del l1orizo11te: las
perso11as que se n1ue\1en dentro de la rueda de la vida tienen que
enfrentarse cor1 los proble1nas de la n1isma. Esos proble111as son de
índole intelectual, emotiva )'práctica. Un prin1 er presupuesto para
recibir, a partir de la Biblia, u11a orientación para la existe11cia )' la
acción, es la conciencia de las co11diciones de la propia ,,ida )' de la
47
propia situación . Esta conciencia de la propia situación sig11ifica
para el exegeta no sólo u11a co11cie11ciación del propio pL1nto de
vista teológico o confesio11al si110 ta1nbién una co11cienciación de
los problen1as del inundo actual, )' por cierto en forrna tal qu e se
conten1plen los aspectos más importantes de un can1po de proble-
r11as. Claro está qL1e existe el peligro de que el exegeta reflej e los
problen1as del inundo actual, pero «l1aciéndolo sólo en conoci-
111ie11tos de segu11da 111a110 )' con la sin1plificación de un profano»;
no obstante, el exegeta tiene que dar un primer paso en un proceso
que, propia111e11te, es interdiscjplinar, preguntando a los textos
desde las proble111áticas rnodernas, pero sin l1acer violencia los
111 i s111 os .¡ t.I •
Los cristianos, para resol, er detern1i11ados problemas, busca11
1

ª)' Uda e11tre otras cosas er1 la Escritura, hacie11do preguntas a la

4
1'vler<)dcJlógican1c.:ntr se aplicará el n1t>del() de Mcsrcrs cu::u1dc) en cada ca:;()
' Sl'
narre un incidente concreto que llan1c la at<.:nci t'>n prtiblcn1as actuales.
4
:-. Así lt> acc.:nrúa principaln1cnte r:ohrer, [.tcgese, 166.
41
' O . H. Stcck, \\icft 1t11<l lJ1n·c.;:clt (Stut tgart 1978) 17, 44.
Act1ializació11 de los textos 263

Biblia. Claro que la Escritura es un interlocutor i11u; especial e 11 el 1

diálogo,)' ª que <<sólo de 1nanera es capaz de dar infor11ia- ,

ción» 50 . Y, así, las p1·eguntas que se le 11acen a la Biblia i10 debe11


estar fo r111uladas de n1anera excesivan1ente estricta, y deben ser
ta111bién preguntas adecuadas 51 • La Escritura no existe para r esol-

ver e11 sentido fu11da1ne11talista cualquier problen1a. P ero, eso sí, la
Escritura nos da u11a especie de plano de orientación. El lector le
hace al texto st1s preguntas, )' n1ira a ver si el texto puede dar
1
respt1esta. E11 \rirtud de la dista11cia ten1poral y cultl1ral e11tre el •

texto bíblico )' los problen1as de hO)', l1abrá que bt1scar prin1e1-o, en
muchos casos, una perspectiva que permita relacionar entre sí las
afirn1aciones bíblicas y los problemas actuales, )' relacionarlos con
1 sentido 52 . De esta n1anera se va desarro llando un diálogo e11 t re el
lector )' el texto. Este 111étodo satisface la exige11cia de qu e se
desarrolle un inétodo que in te1-rogt1e l1oy día i10 sólo al texto, si110
también al s11jeto que l1a de co111pre11der 53 •

!
2. Realización de la actualización
La actualizació11 de textos es subjetiva en la 111edida e11 q L1e el
lector está integrado expresame11te e11 el proceso de con1pre11sió11.

Un n1étodo de actualización qt1e se acomode al texto )' a la situación


actual tiene que dar instrucciones sobre la n1anera de ret1nir el texto )' la
experiencia del lector (es decir, el conoci111iento del texto bíblico, basado
en una exégesis precisa, ) el saber reflejo acerca de la sitt1ación )' de las
7

co11diciones ''itales del hornbre actual).

Va111os a prese11tar ahora algunos métodos que corresponden a


los modelos de texto )' de lectura aducidos . La dificultad de 11na
actualizació11 científica consiste en que la actualización de textos se
• cue11ta entre las llamadas forn1as creativas de abordar los textos . La
actualización no es una deducción que se saque del texto bíblico,
sino qL1e sucede e11 el e11cuentro entre el texto bíblico )' el lector de
l1oy . La actualizació11 i10 puede l1acerse «a como caiga», con10 si

se Fohrer, Exegese, 158. \léase ta111bié11 lo que se dijo a11terior111ente sobre la


lectura en el c. 1.

51
Fol1rer, Exegese, 160s.
51
Véase O. H. Steck, i1nd Umwelt, 17s.
53
Bartl1-Schran1111, Sclbste1fal1r11ng 111it der Bibel, 48.
1

l
1

264 La lectura bajo el aspecto her11ie12éutico


1
l
cualquier aplicación se ajustara ya a la Escritura; pero 110 se puede
planificar un fructífero e11cuentro con el texto i1i la adquisició11 de
nuevas ideas ni el éxito de la actualización. No obstante, se puede
crear un 111arco favorable para u11 encuentro fructífero . Aden1ás,
toda actualización debe ir aco111pañada por la pregunta crítica que
trate de averiguar 11asta qué pu11to las r1uevas ideas se hallan en la
n1isma línea que las afirn1aciones de la Escritura.

1'
2.1. Visión conjunta de los textos bíblicos
1
y de los problemas actuales
1'
l Un primer p1·ocedimiento de actualizació11 en el sentido ex-
t ¡
puesto podría ser el siguie11te : A u11 texto bíblico co11 deter1ninado
1
1 ten1a se le agrega11 prin1era111e11te palabras clave relativas a proble-
'
1 n1a·s del inundo actual. Luego hay que esclarecer los problemas
l mencionados en las palabras clave, para que no se trate11 de 111anera
pre-científica problemas del 1nu11do actual, mie11tras que el texto I

bíblico se trata de n1anera científica. Claro que el ocuparse de los


proble1nas actuales no puede hacerse a me11udo sino a base de
si1nplificaciones. El caso ideal sería el diálogo interdiscipli11ar.
Mencio11e1nos u11os ejen1plos de tal ma11era de ocuparse del
texto: en la actualizació11 de la l1istoria de la· pasión, habría que
reflexio11ar sobre la 11istoria del sufri1niento de los l1ombres en
general; en la cuestión acerca de ley y el eva11gelio», habría que
estudiar el problen1a de la libertad, la autoridad y la sujeción e11 la
sóciedad n1oderna. Aduciremos ta111bién palabras clave relativas a
la lectura de Flp: si se concibe la carta co1110 u11a 111isiva en la que
Pablo hace que la comunidad sea partícipe de su expe1·iencia del
'
sufrimie11to y de su experie11cia de Cristo, y transn1ite a dicha
comunidad el sentido que él l1a descubierto hallándose en prisió11,
entonces pueden mencionarse con10 palabras clave que sinteticen
problemas actuales: el sentido de la vida, la voz de los perseguidos,
las formas de co111unicación que se inspiren e11 el eva11gelio 54 •

2.2. Comparación del texto con sus efectos


r

Es evidente que algunas personas significadas toman de la Biblia
los i1npulsos para Sll actuación. La n1irada puesta en la vida y en la
obra (;r, e\rentualmente, en los escritos) de tales hon1bres )' mujeres
puede dar11os nuevas intuicio11es en el sentido del texto:
'

4
' W. Egger, Philipperbrief, 47-51.

·'
Act1,aLización de Los textos 265

- ¿Qué palabras de la Escritura dieron a tal hombre o a tal


niujer el in1pulso para la vida y la acción?
- ¿Cómo se entendieron determinadas palabras de la Biblia, )'
qué efectos ejercieron?

2.3. Buscar los c1"atro sentidos

En versión moderna, el tener en cuenta los cuatro sentidos de la


Escritura prop.orciona un modelo de lectura que abarca muchos
pasos particulares de la actualizació11 científicame11te refleja.

1
Los diversos pasos:
.
- Atendiendo al sentido literal (litte1·a), el texto se lee como
texto del pasado. Tal lectura es co11dición indispensable para seguir

estudiando la Escritura. En el estudio científico de los textos, hay
que integrar en este paso los métodos sincrónicos y diacrónicos.
- •

- La visión de fe (así se traduce la palabra allegoria, que a


menudo se presta a malentendidos) trata de ''er el suceso o la
palabra en el contexto de toda la Escritura, de la fe (con arreglo a la
llamada analogía fidei) )' de la vida cultual de la Iglesia (sin tratar de
descubrir con ello en un texto bíblico toda clase de afir1naciones).
Se esfuerza por dar este paso, al que pudiera llamarse amplificación
<<teológica» o •<<cristológica» del texto, la captación de la eficacia
histórica, y por cierto con10 historia de la interpretación e historia
de los dogmas· y, asimismo, como eficacia histórica en el sentido
I

propiamente tal. En la for111a cristiana de los cuatro sentidos es
decisivo que, como segundo paso, no llegue una aplicación n1oral
(que pudiera hacerse en todo texto, incluso en el de un cuento,
etc.), sino lectura sea cristo lógica. Esta lectura cristiana, que

• halla en el texto un testimonio <<de Cristo y su cuerpo», es luego el
fu11damento para los demás pasos.
- La instrucción para la vida (sensus moralis) no se puede
deducir únican1ente de las partes parenéticas de la Esc1·itura; hay
también muchos otros textos de la Escritura que pueden ayudar a
interpretar )' plasmar la vida. El texto se convierte ahora en un
espejo en el que el 11ombre puede cbnte1nplarse a sí mismo . Aquí es
donde se llega a una confrontación entre el texto y el hon1bre de
hoy día.
- En el sentido de dirección (anagogia), el lector descubre
1
266 La lect1:ra bajo el aspecto /Jern1e11éutico

1
indicaciones para la consun1ació11 )' perfecció11 de la historia )' de la

propia \1ida. Se pregu11ta al texto bíblico cuál es su sentido. Y se
l1ace así sobre el trasfo11do del problen1a actual acerca del sentido y
del futuro .

2.4. Actualización mediante


modelos est1·14ctu1·a.listas

Algunos r11étodos estructl1ralistas se11cillos se puede11 aplicar si11


gra11des dificultades a la actualización de textos. Prese11taren1os
como eje111plo la aplicación del n1odelo de actantes a los relatos de
milagros 55 .

INSTRUCCIONES PARA EL TRABAJO

En este texto se mencionan los siguie11tes personajes:


••• •• •••• • • • ••••• • • • • • • • • •• •••••••••••••• • ••••••••• • ••• • •• • ••••••• ••••••••••••• • ••••••••

! Para averiguar qué es lo que se desarrolla ei1tre los personajes de


f
quie11es trata la historia, pode111os ser\ ir11os del siguiente esql1en1a: 1

1 dador don
1
receptor del don
••••••••••• • •••••• •••••••••••••• • ••• • •• •• ••• • •••••• •• • • •••••••• •

•••• •• • ••• • •••• • • • •• ••• •• •••••••••• •• •••••••••••••• • •• •• ••• • ••• •• •••••• • ••••••••••••••••••••• • •••• • ••••

al1xiliador sujeto que busca



••••••••••••• • • • •• • •••••••• • •• • • • •• •• • • ••• • •••••••••• • •• • •••••••

••• • ••• • ••• •• •• • •• • •••• • • • • • •• •• • •• • • ••• • •••••• • •• ••••• • ••• •• •• ••••••• • ••••• •• •• •• ••• ••••• •• ••• • •• • ••••

¿En qué lugar de este esque1na situarías a los personajes mencio11ados


• en el texto? Describe qué relaciones guardan entre sí los personajes del
texto.
¿En qué lt1gar de este esque111a se l1alla el l10111bre/el cristia110 actual? (o
bi e11):
(
. 1

¿Dónde puedes/quieres/debes integrarte tú a ti n1isn10? Razona la


respuesta.

55
To111adc1 Egger, Das Prograrr1111./es11. Ei11 Arbeitsl1eft zu1n Luk:ase\•an-
gcliu111 1976) 35. •

A ct¡,talizacÍÓ1"1 de los textos 267

2. 5. Métodos psicológicos de actualización

2. 5.1. Ap1·opiación e11iocional de textos

El rnétodo de estudio bíblico prop11esto por W alter \Xfi11k da


i11str11cciones pri11cipal111ente para la apropiació11 afectiva de textos .
.
Para ·fon1e11tar en el lector la co111prensión, <<ha)' que percibir y
l1acer valer dcbidarnc11te el n1ayor n{1111ero posible cie asociaciot1es,
pensamie11tos, se11tin1ie11tos )'preguntas que s11rge11 en el enc11entro
co11 ur1 texto co1110 expresión de un proceso de l1acerse eficaz, )' no
sólo los de carácter histórico-crítico, )' precisamente ésos quizá
fue1:a preferible que no f11esen los prin1eros, po1·que de lo co11t1·ario
los den1ás enmudecen por ello» 56 .

En este r11étodo se trabaja con ayuda de pregu11tas. Con arreglo


a los tres pasos, \Xfinl\. pro}1011e tres grupos de pregu11tas 57 :

- Preg1111tas que, co11forme al método 11istórico-crítico, abren


el acceso a la peculiaridad del texto, por eje1nplo: ¿Q11é se reprocha
a Jesús? ¿Por q11é J esús no podía tener trato co11 pecadores?

En este paso l1a)' q11e l1acer justicia al texto. El inétodo históri-


co- crítico «concede al texto el derecho a ser disti11to de lo que
nosotros qt1isiéra1nos, y en caso dado a ser ta111bién pro\rocati-
vo» sR_ Es verdad que la confrontació11 no se realiza por n1edio de
u11 infor111e del dirigente del grupo, si110 con ª)'Uda de las pregu11tas
p1·eparadas por él (lo cual supone u11a buena preparación).

- Preguntas para la an1plificación: ¿ Quié11 es en nosotros el


l
fariseo, el pecador?

En la llan1ada amplificació11 se trata de <<Íncorporar11os a i1oso-


tros mis1nos a la l1istoria>> 59 • El texto tiene que aparecer a11te
nuestros ojos con la n1ayor viveza posible, siendo las realidades
11istóricas )' literarias las co11traserl.as que nos libre11 de caer en la
especulación 60 . Luego 11a)' que experi1nentar la resonancia del

;¡, Bartl1-Scl1ra1nm, Selbste1fa/-Jrur1g mit der Bibel, 75.


57
\Xfink, Bibela11slegung, 43-47: las preguntas se for111ulan a propósito de Me
2, 13-17.
58
Wi11I-., Bibelau.sleg1/.11g, 39. E11 esto se difere11cia Winl\. de diversos intentos
por actualizar textos bíblicos si11 tener ei1 cuenta el sentido origi11al del texto, porque
\\l i11k sale por los derecl1os del texto.
S'> \Xfi11k, Bibelarbeit, 40.
60
\Xfink, Bibela11slegung, 43.

-----
268 La lectura bajo el aspecto herrrien.éutico
1

texto en el sujeto que lee. Las preguntas para este paso dicen así:
por ejemplo, con respecto a Me 2, 1- 12 : «¿Quién es en ti el
61
paralítico?» ; a propósito de Me 2, 13-17: «¿Quién es en i1osot1-os
el fariseo y el pecador?» 62 •
- lndicacio11es para el ejercicio. Escribe, por eje1nplo,-un diálo-
go con el fariseo que hay dentro de ti. ejercicios prácti-
con ayuda de rnúsica, inovimiento rít1nico, la práctica de la

' 1 pin·t ura, el arte de inodelar, escribiendo diálogos e intercambiando
experie11cias en grupos reducidos, el texto actuará profundamente
en el lector.
Un ejemplo para esta «confrontación», más bien individual, es
el siguie11te 63 : a11tes de la lectura de Mt 7, 1-5; Le 6, 37s.41s, que
f
1
1
escriba11 el 11on1bre de Lln «enemigo » (de una perso11a a la que
1 1
1 aborrezca11, a la que i10 quiera11 o que les irrite) y que anoten en
1 palabras cla,,e todo lo que i10 agua11ta11 en esa persona. Después se
"
deja la lista a un lado. Una vez que se ha examinado el texto bíblico,
1

los participantes deben reflexionar para ver cuá11tas de las cosas que
! han esc1-ito se les puede11 achacar ta1nbién a ellos.
t .¡
¡ l
ll 2.5.2. Sob1-e la ÍJ1terpretación de textos
f ' valiéndose de la psicología profundá
r: ¡
tt t La aplicación de ideas de psicología profunda, siguiendo espe-
cialn1ente la doctrina sobre los arquetipos elaborada por C. G.
t 1
1 Jyng, ha conducido a lo que se co11oce como interpretación de los
textos valié11dose de la psicología profunda 64 • Dentro de esta inter-
¡I pretación, se considera a los textos bíblicos en la fu11ción que tie11en
t como energías que ª)'Udan e11 el proceso psíquico de maduración,
l l

de una manera parecida a como tienen también esas energías los
sueños y los cuentos, etc. Y, así, los textos bíblicos sirven como una
especie de espejo en el que el lector puede leer etapas del p1-oceso
1
l1un1ano de n1aduración. «El método permite identificarse con
diversos personajes y sucesos de u11 texto y percibirlos como
aspectos psíquicos propios, que son aceptados o rechazados. En la
i111aginación se traduce una palabra bíblica a una afirmación del
r

61
1 Winl<., Bibelauslegttng, 44.
l
62
\Xfink:, Bibelarbeit, 112.
" 63
Wink, Bibelarbeit, 49.
64
Ultiman1ente: E. Dre\vern1ann, Tiefenpsychologie und Exegese (Olfe11
1984); M. Kassel, Biblische Urbilder. Tiefe11psychologiscl1e Auslegung oacl1 C. G.
Ju11g (Munich 21982).

1

i
1

Actualización de Los textos 269
1
1 6
)'O» Este método, que sirve para el desarrollo de la pe1·sona, se
'.
1 66
atiene a detern1inadas reglas •
El texto bíblico tiene indudablemente la fu11ción de ser,,ir al
lector de espejo de sí mis1no 67 . Claro está que una aplicación
exclt1si''ª de este método 110 corresponde a la índole propia de los
textos El interés del método histórico-crítico por lo que
sucedió se halla tan íntimamente asociado con la índole del n1ensaje
cristia110 en general, que te11dría n1ucl10 que objetar el querer
prescindir de esta problemática 68 • Prescindir de lo histórico puede
ser útil, en lo esencial 69 , como procedimiento terapéutico. Pero,
para una utilización justa y objetiva de los textos bíblicos, habrá
que destacar bie11 la referencia cristológica de esos textos (por
1 ejemplo de la historia de la infancia), antes de proceder a la amplifi-
1
.,
cac1on.
No debiéramos renunciar a la aportación d e la interpretació11 de
los textos bíblicos con arreglo a la psicología profunda: en efecto,
1
este m étodo orienta la mirada hacia componentes importa11tes de la
-1 comprensión hun1ana, al significado de los se11tin1ientos. Y, de
hecho, el estudio de los textos bíblicos no puede renunciar a ello.
Algunos métodos de actualización, que pueden utilizarse ta1nbién
sin aceptar la doctrina de los arquetipos, como son la libre asocia-
ción, la asociación dirigida, la amplificación, la identificaciór1 es-
pontánea y dirigida, se exponen en las instrucciones para el estudio
práctico de la Biblia 70 . ·

1 2. 6. Reglas para la lectura espiritual


1
l de la Escritu1-a
'i

1 En muchos libros de ayuda para la lectura de la Biblia y para
l

diálogos sobre la Biblia, se dan reglas breves para la lectura espiri-


¡ tual de la Escritura. Esas reglas están inspiradas en n1ultitud de
1

65
M. l\..assel, Biblísche Urbilder - Begegnung mit vergessenen M enschheitse1fahr-
ungen in der Bibel: Bibel und Kirche 38 (1983) 105-112, espec. 11 O.
Consúltese el canon que compendia las reglas en Drewermann, Tiefen-
66

PSJ'CJ1ologie 1end Exegese, 376-383.


67
Véase el sensus moralis según los cuatro sentidos.
s Véase J. H. Schroedel, RemJ1t/Jologisierung der Bibel? Bemerkt1ngen zu
6

einer ·Situationsanalyse Eugen Drewermans: HerderKorr 39 (1985) 275-279.


69
Drewermann, Tiefenpsycl1ologie, I, 381 .
70
Véanse, a este propósito, los libros de metodología para el estudio práctico
de la Biblia.


270 La lect11rn bajo el aspecto /Jcrrr1ené1,1tico
1
1

principios tradicion ales )' modernos para la labor exegética. Por


«lectura espiritual de la Escritura» 110 se entiende, contra lo que se
opina a m enudo, una lectura orie11tad a ú11icamente a la edificació11,
sino una lectura de11tro del seno de la Iglesia, una lectura a la que

está prometida la asistencia del Espíritu Santo 0 n 16, 13 ) .

2.7. La Sag1·ada Escrit1,tra en la lit11rgia

En su utilización litúrgica, los textos bíblicos se sitúa11 dentro


del contexto d e otros textos bíblicos y litúrgicos )' dentro también
del contexto de las fiestas)' de la co1nunidad que las celebra. Bajo el
aspecto hern1e11éutico, el texto adquiere así i11te1·pretación y actua-
lización. <<(Cristo) está presente en su palabra, pues cuando se lee
en la Iglesia la Sagrada Escritura, es él qui en habla>> 71 •

'
1
l
1
1

. [ ,.

,.

71
Concilio Vaticano II, SC 7; véase, además, Sc/Jriftgebra1-tcl1 und -si1111 i11
gottesdienstlicl1e11 Feiern: Co11ciliu1n 11 (1975) fase. 2.
1

'


Bibliografía::·


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Novum Testamentum Graece et Latine. Textus graecus, cum apparatu
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Biblia de Jerusalén. Nue''ª edición totalmente revisada y aumentada
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Biblia de Refere11cia Thompson, con versículos en cader1a temática
(versión l\.eina-Valera 1960) (Miami, E. U.A. 1988).

::· Adaptada por el traductor .


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Die Apokry1phen und Pser"'doepigraphen des Alten Testaments. Ed. por
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relació11 con Ja revista Bib ), l11tcr11ationalc Zeitscl1rift f\.1r Bibel,,1 isscn-
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2. Repertorio bibliográfico
sobre lingüística y ciencias bíblicas
1 E11 las 11otas del libro se cita11 las de 111a11era abreviada: at1tor )'
'
1 parte del tÍttilo. Aqt1Í se da la refcrc11cia bibliográfica co1n}1lcta.
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Co11súltese también el í11dice de a11tores.

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Autores citados

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nish 30 93 162 Brcir11eyer 147 Drev. ern1ann 268
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Aland 56 58 59 60 61 104 Brcn1ond 145 14 7 148 Dscbulnigg 104 105 189


Albcrtz 126 Breuer 38 161 162 170 224 226
Alcrti 126 150 BrC)' tenbach 111 Du11des 147
Alonso Schok.el 75 101 Brown 208 214 216 217 Dupo11t 238
•• Althaus 82 Bryson 45
Alrpeter 39 Bühler 164 Ebeling 260
Anderegg 97 147 Bühln1ann/Scl1erer 101 Eco 14 30
Arens 146 162 Bultn1ann 101 106 178 Egger 19 21 34 35 68 72
Assn1ann 14 182 207 73 94 97 100 103 110
Ausr 182 Bussemann/van der Sluis 115 117 119 121 122
69 123 130 143 145 146
Baarlinl( 126 Buzzetti 75 80 86 147 148 162 167 171
Babilas 192 184 186 189 202 227
Barr 135 Calloud 146 231 232 233 243 244
Barrb 233 Cancik 105 106 110 245 260 264 265
Barth/ Schran1m 18 256 Carmignac 128 El1lich 40 145
257 261 263 266 Carreter 66 Erl/ Gaiser 21 72
Barthes 24 32 37 117 118 Cl1urch 112
125 134 135 145 147 Fages 32
Conzeln1ann 223 Fleischer/Micl1el 96 99
Baun1ert 171 172 Conzelmann/Linde-
Bausch 82 1nann SS 56 59 222
101 104
Becker 196 197 204 Fohrer 24 36 70 94 101
Coreth 14 15 248 251
Berger K. 24 97 99 103 136 176 182 183 184
257 258
105 135 136 162 177 185 196 201 206 223
178 180 181 182 206
Courtés 115 248 250 253 254 256
209 222 226 227 228 Crossan 14 262
248 256 257 258 259 Fossion 32 34 92 115 118
Berger P. R. 182 Danes/Vieh"\\ eger 178 .
1
126
Berruto 134 137 Daube-Holst 214
De Beaugrande/Dressler Fo,·vler 14 147
Betti 251 258 Frank:e111olle 11 24 36 38
Betz 106 162 165 32 34 97 99
39 40 75 80 82 84 94
Be)1 er K. 99 De Gaulmyn 112 134
108 143 161 162 168
Black M. 99 De la Potterie 231 243 178 179 198 222 223
Blanke 134 245
224 227 228
Blass/ Debrunner / Rel1- De Pon1erol 148 Friedricl1 G. 108 109 11 O
kopf 71 100 Detweiler 14 135
Bois1nard/ Lamouille 196 Dibelius, 178 207 239 Friedricl1 J. H. 226
199 200 201 20? Dijk, van 30 161 162 Funk 184
Bornkamn1 197 223 Di Marco 101
Brackcrt/Lamn1ert 14 19 Dodd 189 Gadamer 257 258
40 Dorrne)'Cr 162 Ga)rer 174
282 Autores citados

(JLl . . :--l'.r 97 l\.asen1a1111 218 236 1vlíngue:z. 94 115 116 118


(; 1i11 z J 3 19 2 l 2. 6 42 6 6 I\.assel 268 120 145 ] 52
72 73 I\.assül1lke 75 76 78 Mc.)1«h1 cnthaler 104
G ni JI" a 64 112 231 232 Keck 231 Morris 93
Gnilk.a l lZüger 75 76 83 l\.cdar 134 135 .Nlou11in 134
84 Kern1ode 182 Müller K. 125
G rasser l 26 l\.crrelgc 46 +8 238 239 Müller I).G. 75 79 80 84
Grein1:is 115 118 ·120 121 I\.irn 238 88
144 14 7 150 J<.laucl< 196 . 196
Grin1111 14 Knoch 82 MuG11er 46 51 64 238 240
Grin1111inger 19 40 42 43 Koch, K. 179 250
1
1, 30 J\.ollcr 74 75 76 77
' 1
G rou pe d 'En trcvcr11cs Kre111er 11 21 24 69 146 Ncir\. nck 105
1

32 115 121 256 257 258 104


Grc>u¡)c de M<.>ntpellier l\.ün1n1cl 56 201 238 105 11 o
112 134 Nida 75 76 77 79 84 86
G uiraud / l\.ucntz 97 98 Lack 11 6 12 J ·1(,2 164 134 135 13 7 139
G ü 1i e h I H e ::>(' e r / JZ :i i b 1e 165 Nida/Taber 75
103 Lacucva, 71 N iedc:r,vin1n1cr 251
38 103 Lahnc1rlan11/ Boh111 1J2
14 5 177 1 78 l 81 182 La 111 b i as i 2 3 8 2 4 o 2 4 1 Odocnl"I
114
Gi."1rtgen1a11ns 30 49 146 242 243 244 C)ll rc> :-->0 184
Lan11ncrt 145 9-1
147 148 196 224
Lang l 27 Ossegc 135
Haasc: 99 106 178 Latourelle 238 240 241
Hal)crn1;1s 170 Laul) 226 Panicr 32 118 254
' • .' Hahn 48 50 108 109 111 Lausberg J 01 J>arisi/Castelfranchi 32
1
t
146 239 244 Leecl1 11 i 134 13 7 I'attc: 32 141 144 162
1 I>crrin 223
Hard111cier 14 24 38 39 Lcntzen-l)eis 178 1 38
46 49 239 240 241 I>csch I\. 65 196 197 213
Hau brich J45 Léon-Duft)ur 150 231 232 ?44
Hauser 94 115 11 8 120 Leoni/Pigliaccio 162 Pcsch/ l\.ratz 150 159 196
127 145 LC\\'and0\\ Sl<i 45 146
1
Pesch 'V:/. 107
t
Ha'''k.i11s 105 Linden1a11n 64 Pctersen 184
¡1 Plctt 34 39 93 94 97 99
• Heine111ann 97 Li11k 14
t 116 162
I-JeJd 223 Lol1fi11J;; 177 178 254
H ellholn1 178 Lol1se 83 112 Ploocr/ Knoch 83
H e n1 p fer 1 7 7 17 8 1 8 1 Lubac 259 Propp 145 147
11 183 Luz 255 256 260 Raiblt 178
•1
¡i He11gel 246
.l'v1.ac Lean 261 Raible/Lockn1ann 177
Hengstel 163 Reed,· 162
• He11ne 82 14
Marguerat 24 118 146 101
Henning/Huth 30 38 Reiscr 104
Holz 83 Marír1 66
1 75 76 77 78 105 110
Hyn1es 164 Marci11i 56 59
Marxse11 223 Richards 114
1
Iersel, va11 198 Marz 11 212 ?13 214 215 Richter 24 36 70 98 179
1 Ise11berg 178 184 216 217 183 196 198 199 200
lser 14 147 Me Artl1ur 240 201 206 208
1
Me Ki1igl1t 179 Ricreur 24 25 34 236
•1 ' Jaltobson 164 165
Jeren1ias 208 217 240
Meleti11skij 147
MerkJei11 36 138 196 198
71
Riesner 48 243 245
1
Ju11g 268 199 Ritt 75 76 79 93
Mesters 80 261 262 Rol1dc 223
l\.al1r111ann 38 145 Metz 147 Rorl1kegel-Sandig 40
Kalln1e) er 30 34 39 99
1
Metzger 56 58 59 61 64
134 139 182 Meurer 75 80 Sa11dcrs, 97
Kalverl<.a111per 30 93 178 Me)'net 1O1 126 162 Scl1arbcrt 83
l\.andler 97 M ichel G. 97 Schelbert 179 207
I\.anzog 145 162 i\1icl1el O. 221 Scbenk 94 99 254

A1ttores citados

Scl1cnke 207 Sto"\\ ers 106


1
\\i' egenast 145
Schliebc11-La11ge 16') 164 Screcl\.er 215 252 \XI eg11er 229
Scl1lingn1ann 253 Si:recker/Schnelle 36 56 \Xi ein1ar 13 14 15 16 19
Scl1li cr 64 1 18 '19 59 102 177 179 223 226 39 66 70 72
Schn1idt K. L. 178 186 227 248 256 257 \Xleinrich 14 67 147 161
207 Stul1l111achcr 48 112 248 166 169
Schn1idt S.]. 39 250 259 "V::engst 229
64 69 Sulei111an/Crossan 14 \Xfhite 106
204 21 (¡ 22 9 236 25 1 \\' iegand 82
Scl1ncidcr 101 Theobald M. 92 94 \Xlikenl1auser/Scl1111id 56
Scl1nitlcr 99 2 12 213 Theil1en 150 151 162 209 \Xl iJcl\.ens 218 219 220
Sclll)l)cr 13 162 164 1'ho111pson 107 \X'ilcox 99
Sch re iner 179 'fhracdc 106 \X1ink 18 256 260 261 267
Scl1 rc i nc:1·/Da u tzen bcrg Titzn1an11 124 125 75 76
?4 93 Ton1pkins 14 \X1rege 259 260
Scl1rt)c<lcl 268 TriJling 108 197 223 229 \\1ucllncr 162
Schi.ir1T1 an n 47 48 244 240
Türk 14 Zani 142
Scl1 \vcizcr E. 231
Zcllcr 162
ScJ1,vciz.cr l-l . 14 69 162
Ulricl1 114 164 Zer,vicl\ 71
Sc1:!,<>,·ia 204
So\\'inski 30 93 97 134 Zin1111ern1ann/Kliescl1 11
Stan1111criohann 179 \ 1cnctz 168 22 24 56 93 177 179
\'<lel:z. 99 218 219 220 221 223
Starke 97
224 227 248
Sttck 262 263
\X'aard, de 84 Zn1ije\\•sk.i 101 112 113
Steincr 82 83
\Xlarning 14 Zu rro 75
Stock 'J 56


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LOS I)ROFETAS DE ISRAEL


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•1 l)ANORAMAS DEL NUE\10 TESTAl\1ENTO
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