Hace 10 años se inició la grave crisis económica. Entonces ya empecé yo a escribir criticando el sistema corrupto actual, tanto político como financiero.
Si quieres conocer un poco más cuáles serían, desde mi punto de vista, la solución a las crisis y temas tan apasionantes como la banca pública o la no existencia del tipo de interés en un sistema focalizado hacia la economía productiva, sigue mis artículos.
Título original
5.- Historia de La Crisis Económica Como Nadie Se La Ha Contado
Hace 10 años se inició la grave crisis económica. Entonces ya empecé yo a escribir criticando el sistema corrupto actual, tanto político como financiero.
Si quieres conocer un poco más cuáles serían, desde mi punto de vista, la solución a las crisis y temas tan apasionantes como la banca pública o la no existencia del tipo de interés en un sistema focalizado hacia la economía productiva, sigue mis artículos.
Hace 10 años se inició la grave crisis económica. Entonces ya empecé yo a escribir criticando el sistema corrupto actual, tanto político como financiero.
Si quieres conocer un poco más cuáles serían, desde mi punto de vista, la solución a las crisis y temas tan apasionantes como la banca pública o la no existencia del tipo de interés en un sistema focalizado hacia la economía productiva, sigue mis artículos.
Historia de la crisis económica como nadie se la ha
contado 13/12/2008, con retoques
Ahora somos bombardeados continuamente desde todos los
medios de comunicación de los peligros de la economía de mercado. Normalmente los críticos son analfabetos funcionales en terminología económica, frecuentemente son catedráticos en derecho, afamados filósofos o botarates como Pepiño Blanco que un poco más y no sabe hacer la O con un canuto (intentó estudiar varias veces Derecho, pero no pasó de 1º), pero saben propagar la ideología vomitiva borreguil que la gente lee creyéndosela... como que la "derecha" es la responsable del mal funcionamiento del país, cuando ellos practican igualmente una política de "derechas", olvidando que en sus siglas aparece el nombre "obrero", como ocurre en el PSOE.
Nos intentan vender que los políticos son nuestros salvadores,
porque han intervenido en la economía presumiblemente para estabilizarla, pero el fin es otro mucho más simple: financiar a los bancos a costa de robar recursos a los contribuyentes y a las empresas, vía impuestos, cuando el crédito y la liquidez, lejos de aflorar en la economía real, sirve para tapar los agujeros de los no tan abultados beneficios bancarios como en años precedentes. Y esa realidad tiene que ser así, pues si la banca no funciona, no puede funcionar la economía productiva. Ese es el axioma que han seguido (¿?).
Nos engañan con términos como neoliberalismo, un capitalismo que
en las formas defiende el liberalismo clásico pero en el fondo se comporta como un capitalismo plutocrático de Estado, y en verdad, es censurable. Ciertas críticas de los liberales de la Escuela Austriaca sobre la Reserva Federal de EEUU y por extensión sobre todas las bancas centrales, se basan en argumentos expuestos siguiendo a Mises y su "teoría del ciclo económico", donde el auge y recesión económicos tienen que ver con la planificación oscurantista del tipo de interés marcado desde el BC privado del monopolio de banqueros. Esta teoría es incompleta en el sentido que no está bien desarrollada de forma científica. Sin embargo, tiene su lógica: con tipos de interés bajos, los inversores y ahorradores se lanzan a emprender proyectos económicos con ese indicador falso de bonanza artificial. Las empresas siguen generando ganancias hasta que, de repente, los tipos de interés suben, de tal forma que esos inversores y ahorradores ven de repente que los índices de las acciones bursátiles y la facilidad de crédito se ven mermadas de forma súbita, entonces el ambiente varía y sucede el pánico, cierran empresas, se despide a gente, y entre medio la gran banca rebusca entre las gangas despojadas para apropiarse de saldos lo que hace aumentar el poder económico de la banca, concentrar más las empresas transnacionales y sacar del mercado a millares de empresas y millones de puestos de trabajo. Esto dicho aquí se debería haber expresado por parte de la Escuela Austriaca de una forma más científica, ayudados de matemáticas, y entonces los argumentos quedarían demostrados de forma completa. Evaden la ciencia en la economía, son praxeólogos. Así, se podría persuadir a los Estados a abolir el sistema de Reserva Federal (en manos privadas, pues los directores y gobernadores del sistema pertenecen al lobby privado) en EEUU y a todas las Bancas Centrales mundiales por resultar ser agentes disgregadores de primer orden de la economía de mercado, junto con la existencia de banca comercial privada con reserva fraccionaria, que hace obtener dinero de la nada en un espectacular timo de esquema Ponzi institucionalizado por los diferentes gobiernos cuando los grandes clanes plutocráticos se lograron colar en el poder real de los diferentes Estados. El camino debería ser hacia un control estatal de la creación del dinero para evitar el dominio y la perturbación que ejerce en la economía los amos del dinero y su orientación hacia la economía de casino.
La historia cuenta que en 1.907 se produjo un pánico
bancario propiciado por alguien que quería arrinconar en el mercado a una empresa para apropiarse de ella. Esto condujo a una crisis bursátil sin precedentes y obligó a la JP Morgan y a varios banqueros a inyectar dinero para apuntalar el sistema, según su versión, pues desde tiempos de Andrew Jackson no había banca central en EEUU. Este presidente, con energía y persuasión, consiguió la no renovación de la 2ª licencia del 2º Banco Central logrando reducir la deuda del país a cero. Después de varios años de estudiar el problema y para evitar repetirse estas nuevas situaciones, se decidió establecer la Reserva Federal, banco central de EEUU. No obstante, se hizo con falacias: la ley de Reserva Federal entró en EEUU para favorecer el interés de la banca sobre las demás empresas, sencillamente porque controlando el dinero, se controla a una nación. Sin embargo, lo que no se dice es que al instalar este modelo de banca central privada lo que se consiguió es realizar una autoprotección del sistema bancario frente al resto de agentes económicos del mercado. Los bancos centrales privados en manos de los monopolistas se erigieron como los todopoderosos señores que manipularon los Estados a su antojo fomentando guerras y socavando de los ciudadanos y empresas su capacidad productiva. Los bancos aún contando con la protección del banco central no pudieron en EEUU escapar de la Gran Depresión y millares de bancos quebraron, exportando dicha crisis al resto del mundo occidental. Por lo tanto, el sistema de Reserva Federal, en 16 años de existencia, lo que consiguió fue generar una grave crisis económica mundial que desembocó en una mayor concentración de poder de los amos del dinero a costa de dejar arruinadas a millones de empresas, bancos y ciudadanos. Esto condujo al Estado a intentar construir un sistema que finiquitara el laissez faire, período económico postmercantilista donde el poder del Estado se sustituye por el poder de los amos del dinero, con mayores regulaciones e intervenciones del Estado para evitar nuevas depresiones económicas.
En la época del laissez faire, los bancos emisores iban sacando
dinero al mercado a un ritmo muy semejante al del aumento de las reservas de oro. Si un banco violaba este principio y emitía demasiados billetes no respaldados por oro, se le retiraba la confianza y, en el peor de los casos, tenía que cerrar. Eso era transparencia de mercado. Los tramposos lo pagaban. Sin embargo era un sistema muy volátil en ausencia de banco central, afirmación irónica desde el punto de vista de los banqueros.
Ahora no, a los tramposos no se les hace nada y las cajas de
ahorro, gobernadas en España por toda clase de burócratas - politicastros que se enriquecen desde sus puestos, sirven para el lucro y estipendio público de riqueza que se diluye a los nuevos ricos de la casta, esos que están ahí para manejar las cantidades de dinero de la caja y esquilmar los balances para su propio beneficio y descapitalizar dichas entidades.
Después de la crisis del '29 vino Keynes con su “Estado del
bienestar” que con sus teorías puestas en práctica larvaron a largo plazo unas crisis económicas sin precedentes a finales de los años '70, con acuñación de términos desconocidos como la estanflación, que a punto estuvo de tumbar el sistema de no haber sido por un retorno al abandono intervencionista del Estado protector en países como EEUU y Gran Bretaña, que lograron bajar la inflación de dos dígitos en base a recortar impuestos, pero de eso, nadie se acuerda. El Estado debe existir pero con el menor peso en la actividad económica. Esto favorece la libre empresa, el capitalismo, la prosperidad. La excesiva burocratización del Estado es nociva para la marcha de la economía, pues concentrar los recursos productivos en manos estatales condiciona que se realicen de forma monopolística e incompetente. Por eso, mientras menos peso tenga el Estado en la economía, mejor. Sin embargo, la creación del dinero nunca se debió dejar en manos privadas, porque el dinero es el medio en el que la economía se desarrolla y todo Estado que pierde su soberanía monetaria está expuesta a los caprichos de los amos del dinero, banqueros estafadores que consiguieron su riqueza en base a engaños, artimañas, juegos sucios y chantajes a gobernantes. Hoy en día siguen engañando a los ciudadanos y a las empresas con todo tipo de timos: comisiones, cláusulas, información errónea sobre productos... Son los nuevos piratas que van con traje y corbata.
¿Quién ha originado la crisis actual? Desde mi punto de vista, los
artificios de unos tipos de interés ultrabajos que desde 2001, fomentaron la burbuja que acaba de reventar en 2008 y que era predicha desde hace tiempo. Y esos tipos de interés están regidos por un organismo supuestamente gubernamental, como es la FED, Reserva Federal de los EEUU, epicentro de la crisis mundial actual, donde los tipos de interés no estaban ajustados a la realidad. En una palabra, la crisis no ha sido provocada por el libre mercado, porque el mercado nunca puede ser libre del todo (es imposible, los anarquistas de mercado no tienen razón) y la democracia que estamos viviendo últimamente con una clase política corrupta y entregada al partidismo realizando políticas demagógicas bien podía ser sustituida por una aristocracia (gobierno de los mejores políticos, no los elegidos a dedo, otra de las formas puras aristotélicas) tecnocrática desinteresada comandada por el ciudadano libre, arrinconando la política intervencionista pseudomarxista a las tertulias de gente de letras, iletrados en la conducción de la economía y que nos dirige hacia el desastre y a la hecatombe de la incompetencia. El trasvase de dinero del contribuyente para financiar el desaguisado montado supone un recorte en la renta real que frena el consumo y hace que aumente el desempleo porque las empresas no pueden producir para no vender, mientras que los bancos animados por el ambiente pesimista usan esa financiación pública para alargar el inicio de la liquidez prestataria, que no pueden traspasar al ciudadano ni a la empresa porque no hay garantías, y mientras la desconfianza crece y aumenta, pese a los millones dejados en la cuneta de la inoperancia gubernamental global, la bola de nieve va haciéndose cada vez mayor. Solución: la banca debería ser controlada por el Estado, ser totalmente pública, pero ser un órgano independiente del gobierno de turno. Ningún ente privado debería generar dinero.
El mundo no necesita Estados fuertes, lo que necesitaría es que los
gobiernos intervinieran menos y dejaran de inmiscuirse y que las empresas que triunfasen en el mercado fuesen las dirigidas por hombres de talento y no por el amiguismo de capitalismo de estado vigente. El mundo necesita acabar con la política malsana, para que no se vuelvan a producir ciclos económicos perniciosos. El mundo necesita equilibrio y los políticos crean desorden con sus regulaciones y sus contraregulaciones. Y en eso consiste esta revolución capitalista silenciosa que propongo: el descrédito a la política de partidos tal y como la conocemos, sin separación de poderes real, como institución perversa donde ladronzuelos de guante blanco trepan y reptan para alcanzar cotas de poder y donde el monopolio estatalista incompetente, controlado por la oligarquía bancaria, redistribuye recursos y asigna partidas sin tener una idea clara de lo que maneja, siendo el mercado regulado en su justa medida, fomentando la racionalidad administrativa y construyendo unas naciones donde los gobernantes no se lucren ni sean corruptos. Solo los ciudadanos podemos cambiar esto. Los políticos están atrincherados en sus puestos y no van a desalojar sus sillones ni con agua hirviendo. Para ello es necesario que el ciudadano censure, critique, exija calidad democrática. Y nos deberíamos unir para conseguir que vivamos bien y no solo una cuadrilla de mangantes de lo público.
A nivel mundial los principales culpables de las situaciones de ruina
a sus ciudadanos son los gobiernos socialistas-comunistas: Cuba, Venezuela, Corea del Norte, China (ya no tanto), etc... donde no existe libertad para deponer a esos gobernantes mediante elecciones democráticas y existe coacción política dirigida desde un partido único, en ocasiones, encubierto como en Venezuela.
Y dentro de nuestras democracias occidentales, España e Italia
(ejemplos cercanos) cuentan con bastantes casos de gobiernos que han traído crisis agudas mediante corrupción, personas incapaces y mala estructura del Estado. Padecemos de falsa democracia y aparente libertad; nos guste o no, es así. En definitiva, la crisis no es por culpa de que el capitalismo no funcione, sino que el sistema capitalista actual está centrado en el banquerismo, en lugar de focalizar la economía en producir bienes y servicios para dar trabajo, sin mecanismos centrales reguladores de corte socialista como es el tipo de interés de las bancas centrales y la banca comercial privada con reserva fraccionaria, que hace que el dinero signifique deuda, reducción de renta, aumento de impuestos y que cuando los ciudadanos y las empresas necesiten crédito no existe, pues el dinero real es mucho menor al dinero en apuntes contables en los bancos.
Concluyendo, es una gran falla del sistema capitalista que
banqueros privados controlen la emisión y creación del dinero y concesión de préstamos al Estado a interés. Eso conduce a los siguientes perjuicios:
a) Los banqueros no tienen porqué actuar de acuerdo a los
intereses nacionales, pues el mismo banquero internacional que actúa en EEUU posee el banco central de Argentina, por ejemplo. Eso es muy grave para el Estado, que somos todos los ciudadanos. Esto hace, por ejemplo, que un flujo grande de capital de inversión se haya ido de EEUU hacia China, hecho que comenzó con el pacto de Mao Zedong y David Rockefeller en 1973, éste último alabando los logros de la economía china, que era el producto de la revolución comunista iniciada por un asesino de masas que mató a más de 70 millones de chinos y donde hoy en día los chinos no tienen derechos ni libertades. Eso es lo que nos espera si confiamos en los grandes hipócritas banqueros internacionales. Allí instaló su entonces Chase Manhattan Bank en lugar de haber censurado dicho régimen del terror. Rockefeller no era un diplomático, sino un banquero (así se autodefinió). Por lo tanto, buscaba instalar su banca allí. Le dio igual pelotear a un multihomicida. Buscaba beneficio. No le importaba en absoluto el padecimiento de los chinos en aquella época y alabó su régimen pues “peloteando” consiguió ganar dinero. Eso es un banquero: alguien sin escrúpulos.
b) La labor de hacer dinero de un Estado no debe confiarse a
banqueros privados. Ésa es una tarea que debería hacer la propia tesorería del Estado. Kennedy, siendo presidente de EEUU, se preguntó esto y decidió emprender una reforma mediante ley para emitir el Estado el dinero, respaldado en plata, y no realizado por cárteles de banqueros privados. Eso haría que el sistema de Reserva Federal se fuera por los aires. No voy a afirmar que el motivo de su asesinato fuera ése, pues nadie lo sabe. Pero posiblemente podía ser uno de los móviles para su desaparición, pues Johnson, su vicepresidente y sucesor en el cargo, derogó la orden ejecutiva sobre el asunto mencionado nada más acceder al cargo. Había prisas.
c) El Estado no paga por las cantidades prestadas sino por los
intereses de los préstamos, pues el monto se devuelve íntegro más esos intereses (como en todo préstamo a particulares o a empresas). Eso es obvio. Pero sin monopolio cartelizado de bancos, si un Estado necesita financiación en un mercado libre podría obtener el préstamo en mejores condiciones. De esta forma el Estado está amarrado a un interés, que es el que hay, sin poder de negociación. Eso es un abuso que luego lo pagan los contribuyentes mediante impuestos. La mejor forma de que el Estado deje de pagar intereses a los prestatarios bancarios, (que los pagan los ciudadanos y en mayor medida, las clases medias), es que el Estado creara el dinero y fuera el banco. Si un ente es dañino para la economía, lo mejor es suprimirlo. Pero si los gobernantes son sobornados por los amos del dinero para perpetuar este gran fraude a la economía, el sistema seguirá. Solo una masa crítica de personas que sepan cómo funciona el dinero podrá hacer una revolución pacífica para que el dinero sea soberano de cada estado y anular a los amos del dinero, que han esclavizado a la humanidad desde hace siglos con embustes, conspiraciones, intrigas, secretismos, mentiras y corrupción.
d) La política monetaria debería ser el 4º poder del Estado,
separado e independiente, llevado a cabo por personal del propio Estado y deberían abandonarse progresivamente las bancas centrales como instrumento desestabilizador y que contribuye a descapitalizar la economía mediante la banquerización y deuda de los recursos productivos del Estado.
e) El hecho de poseer un Estado banca central hace que el
propio cártel bancario conceda excesivos préstamos al Estado, pues en ello va su ganancia. ¿Cómo? Impulsando a ese Estado a la inestabilidad, el desempleo, el malestar. De esa forma, el Estado necesitará más recursos. ¿Y eso se hace? Los amos del dinero pueden desestabilizar un país de la noche a la mañana. Ya vimos, como George Soros hundió la libra esterlina en 1992 y afectó tanto a Reino Unido como a España e Italia. En concreto, en nuestro país sufrimos 3 devaluaciones de la peseta que luego achacamos exclusivamente al gobierno socialista con Carlos Solchaga al frente, cuando era ministro de economía. Con un Estado sin banca central en manos de usureros, esto no ocurriría, y los presupuestos serían más saneados y no se incurriría en tanto gasto superfluo e inútil que conlleva a que los Estados se arruinen y consigan que los ciudadanos cada vez paguemos más impuestos. Por tanto, ya vemos como no solamente la banca debería ser pública y que el dinero fuera hecho por el Estado, sino que ciertas operaciones especulativas deberían prohibirse. De esta forma, todos los activos financieros que rigen esas operaciones se tornarían en activos en la economía real para producir empresas, por lo que ganaríamos en riqueza y no en especulación acaparadora de agentes enemigos de la humanidad.
f) Se debe conseguir una banca comercial estatal con mayor
coeficiente de caja o reserva fraccionaria. De esta forma, el banco del estado tendría siempre, ante crisis, reservas como contrapartida de los depósitos de los clientes. El nivel de reserva se debería ajustar de forma transparente para conseguir optimizar los recursos de una economía nacional persiguiendo la estabilidad, el pleno empleo (que era uno de los objetivos en la época de Bretton-Woods) y el crédito a personas emprendedoras que no dispongan de recursos que lo devolverán en forma de trabajo, reteniéndose en parte de lo cobrado. Además, la reserva fraccionaria se revisaría de acuerdo a la marcha de la economía. Con un sistema de banca estatal, los tipos de interés por préstamo no tendrían por qué darse pues el Estado saldaría el importe del préstamo con el ciudadano o empresa en caso de impago, obteniendo la diferencia en base a salarios, propiedades, pero sin dejarle en la calle como actualmente hace la banca usurera y ladrona. Al no existir interés bancario en préstamos, la economía alcanzaría un alto grado de estabilidad, y los precios no sufrirían la continua inflación pues se autorregularía mediante la no emisión de más dinero del debido. El Estado no se beneficiaría de un dinero-valor que es aportado por todos mediante los depósitos y que genera riqueza, pero no por el propio dinero en sí, sino por la capacidad de generar bienes y servicios. Es decir, para frenar las crisis económicas y lograr una economía saneada, el dinero no puede generar dinero, sino valor. Si los ciudadanos poseen sus depósitos de dinero en el banco estatal (no existiría dinero en metálico ni papel moneda y los pagos se harían mediante tarjeta electrónica), los ciudadanos no recibirían interés por esos depósitos y, a cambio, como ya se ha dicho, tampoco sufrirían intereses en préstamos del Estado hacia el ciudadano. El dinero estaría esterilizado de especulación financiera. El Estado garantizaría coyunturas de inflación cero, o en caso contrario, al finalizar cada año contable, sus depósitos aumentarían exactamente a cómo lo ha hecho la inflación, tomada con un indicador transparente para todos. El interés bancario ha sido la forma de enriquecimiento de los demonios banqueros a costa de socavar la economía productiva para esparcir miseria en todas partes. Se debe acabar con el interés bancario. El dinero debe ser tomado como valor - trabajo y no como medio financiero especulativo que se concede si hay de donde quitar, como hoy en día hacen los bancos. Dado que un banco privado no tiene por qué buscarte trabajo o concederte un período de carencia, pues su máximo beneficio es tu perjuicio, un Estado social con una banca pública central sería la solución a millones de personas que no cuentan con vivienda, trabajo, dado que la coyuntura económica que se construiría fomentaría la empresa, el empleo y no la especulación ni el monopolio del sector bancario para parasitar la economía.
g) No todos los Estados podrían quizás conceder préstamos en
grandes proyectos empresariales internacionales, dado que, aunque un Estado haga el dinero, no lo puede hacer indefinidamente pues entonces fomenta la inflación y la pérdida de valor de su moneda (problema que padecemos con la deuda infinita hacia los Estados por parte del banquerismo parasitario privado) y lo debe hacer de forma coherente, desde un funcionamiento tecnocrático. En estos casos debería mancomunarse el total de la cantidad prestada entre varios bancos nacionales de diversos países. No habría ningún problema pues la moneda sería la misma y estatalizada, totalmente aséptica a los amos del dinero, que ya habrían dejado de serlo a perpetuidad. Pero eso es preferible a un sistema de crédito cortocircuitado por abuso de la banca, propiciado por el compás del tipo de interés de la BC, que en el período recesivo paraliza totalmente la economía.
En definitiva, ¿quiénes son los culpables de la crisis?
El neoliberalismo, por haber sustituido un sistema económico
capitalista social que se orientaba al pleno empleo, al estado del bienestar, promocionando a las clases medias, por un sistema que solo favorece a los lobbies económico- financieros, lo que ha producido una mayúscula desproporción entre los sectores inmobiliario, seguros y bancario (propicios a burbujas) frente a la industria, en total declive en occidente.
Presidentes orientados a los intereses de la banca y de los
amos del dinero. No se libra nadie en EEUU desde J.F. Kennedy.
Banqueros corruptos y avariciosos que expusieron, con
mentiras, a la economía mundial al inicio de una grave crisis financiera. Los ciudadanos, si reciben un préstamo por una hipoteca, no tienen por qué saber nada de economía o finanzas. Pero el empleado bancario que se la concede, sí tiene que conocer el ratio de seguridad a la hora de prestar. Si se hizo dejación de las funciones era, simplemente, por la avaricia de la comisión salarial de estos trabajadores (reciben pluses) que, ante el tipo de interés tan bajo, para ganar el dinero de antes, tenían que conceder más préstamos. Los ciudadanos y empresas ven que existe una buena coyuntura y se endeudan, pero la economía es teledirigida desde órganos opacos como la FED de EEUU a través de un tipo de interés bajo que es la antesala de la crisis.
La casi inexistencia de regulaciones sobre el control bancario
por parte del Estado.
La ideología “liberal” de “el que tiene éxito es porque se lo
merece”. Eso es una falacia. ¿Tiene mérito alguien al que le toca un buen premio de lotería? Pues también se hace rico. Existe en el mundo gente muy preparada y no tienen “éxito”. Sencillamente, no le dieron la oportunidad, no era “hijo de papá” o por múltiples razones. Por lo tanto, es falso que las personas y empresas normales hayan fracasado por sí mismas y que “el capitalismo hace una purga y quedan los mejores cuando existe una crisis”, que es una falacia suprema. Más bien es porque a un grupo de locos avariciosos que se creen dioses, dado que tienen mucho dinero, nos han catapultado hacia esta crisis para recoger beneficios y forrarse con ello. Siempre habrá alguno que se haga rico con una crisis (Onassis se enriqueció durante la Gran Depresión del ‘29), pero no quita que la mayoría de personas, no. También a alguno le toca la lotería, pero a ti, no.
José Manuel Gómez Vega, es ingeniero industrial y máster MBA. Estudioso de
problemas políticos estructurales del Estado y de soluciones a los problemas económicos derivados de la crisis del sistema capitalista.
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