¡Qué malinchista!
Mailinalli se añade el sufijo reverencial tzin, Malitzin,
Probablemente has escuchado la expresión, “qué
malinchista! O ¡”somos bien malinchistas!” Son frases
que se emplean para designar a alguien que desprecia lo
propio, que reniega de su propia identidad cultural. Lo
que entendemos por malinchismo tiene su origen en una
interpretación de la historia de doña Marina, también
conocida como la Malintzin, Marinita o la Malinche.
Personaje clave en la conquista de México, Malintzin fue
convertida en el siglo XX en símbolo de preferencia por
lo extranjero, de su nombre se derivó incluso la palabra
malinchismo, definida como “menosprecio por lo
propio” e incluso como sinónimo de traición. Malintzin
es tan importante en la historia de México que sobre ella
se han enfrentado versiones contradictorias, las
feministas chicanas por ejemplo, la reivindicaron como
ejemplo de liberación contra el sistema patriarcal;
quienes escribieron la historia de México en el siglo XIX
dicen que traicionó a la patria, y otros la usan para
argumentar a favor del mestizaje. La leyenda y la
literatura han envuelto a Malintzin. Se requiere,
entonces, ubicar los hechos en diversas fuentes para
comprender a la Malinche histórica; para ello, utilicemos
la guía que nos ofrece José Antonio Flores Farfán en su
artículo “La Malinche, portavoz de dos mundo”.
Vayamos respondiendo preguntas: ¿Dónde nació? El
soldado de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, en su
libro Historia Verdadera de la conquista de la Nueva
España, una fuente directa y primaria para el estudio de
este período, dice que Malintzin nació en Painala, región
de Coatzacoalcos, Veracruz (Díaz del Castillo, 1960: 61-
62). ¿Cuándo nació y cuando murió? Hasta el momento,
no lo sabemos con precisión. Se estima que cuando fue
regalada a Cortés, junto con otras veinte mujeres, en
marzo de 1519, Malintzin tenía 15 años
aproximadamente, por lo tanto, en su biografía se pone
como fecha de nacimiento circa de 1505. También se
sabe que al morir, no había cumplido los treinta años de
edad y que su último esposo, Juan Jaramillo, volvió a
casarse en 1527, después de la muerte de Doña Marina.
Por eso en sus biografías la fecha en que murió la
Malinche se escribe c. 1527.
¿Qué pasó en la vida de Doña Marina y por qué fue un
personaje clave en la conquista de México? Díaz del
Castillo dice que Malintzin era de origen noble y las
fuentes indígenas coinciden en que pertenecía a la
aristocracia indígena. Prueba de ello es que a su nombre,
Doña Marina, aunque tzin también se aplica como
diminutivo cariñoso, Marinita. Según Díaz del Castillo, el
padre de Malitzin, que era cacique murió, la madre volvió
a casarse y tuvo un hijo, al cual se heredaría el cacicazgo.
Para ello había que deshacerse de la niña, que fue
entregada a los mercaderes de Xicalango en calidad de
esclava. Pero en esta parte no tenemos confirmación en
otras fuentes. Lo que sí sabemos de cierto es que
Xicalango era un centro de comercio ubicado en los
límites de la zona nahua y la maya. Malitzin aprendió
entonces una lengua de la familia maya, el chontal.
Luego de ser vencido en la batalla de Cintla, el cacique de
Tabasco entregó a Cortés, para apaciguarlo, veinte
esclavas. Entre ellas estaba Malitzin. Cortés las mando a
bautizar y las entregó a sus soldados. Marinita se
convirtió en la mujer de Alonso Hernández de
Puertocarrero. Los conquistadores siguieron avanzando.
Entre los soldados de Cortés esta uno, Jerónimo de
Aguilar, que había vivido entre los mayas después del
naufragio, en 1511 de su embarcación. Algunos cronistas
dicen que fue él quien se dio cuenta que Marinita podía
hablar en náhuatl con las mujeres que hacían tortillas
para los enviados de Moctezuma. Otros dicen que fue la
propia Malinche la que irrumpió al darse cuenta que
Aguilar no podía hablar náhuatl con los enviados de
Moctezuma. El caso es que, a partir de entonces, Doña
Marina decía a Aguilar en maya lo que escuchaba en
náhuatl para que Aguilar dijera a Cortés en castellano lo
que escuchaba de la Malinche.
Lo que sigue, está bien documentado: Cortés despachó a
Hernández de Puertocarrero a España con una de las
primeras Cartas de Relación para el rey Carlos V y se
quedó con Malintzin como intérprete, guía, consejera y
amante…
Texto extractado de: José Antonio Flores Farfán, “La
Malinche, portavoz de dos mundos” en Estudios de
Cultura Náhuatl, Vol. 37, Instituto de Investigaciones
Históricas de la Universidad Autónoma de México, 2006,
pp. 119-139.