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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
● Art. 957 CCyCN − “Definición”: “Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o
más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”.
● Art. 958 CCyCN − “Libertad de contratación”: “Las partes son libres para celebrar un
contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el
orden público, la moral y las buenas costumbres”.
● Art. 959 CCyCN − “Efecto vinculante”: “Todo contrato válidamente celebrado es
obligatorio para las partes. Su contenido sólo puede ser modificado o extinguido por
acuerdo de partes o en los supuestos en que la ley lo prevé”.
● Art. 960 CCyCN − “Facultades de los jueces”: “Los jueces no tienen facultades para
modificar las estipulaciones de los contratos, excepto que sea a pedido de una de las
partes cuando lo autoriza la ley, o de oficio cuando se afecta, de modo manifiesto, el
orden público”.
● Art. 961 CCyCN − “Buena fe”: “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y
ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a
todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con los
alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y
previsor”.
● Art. 962 CCyCN − “Carácter de las normas legales”: “Las normas legales relativas a
los contratos son supletorias de la voluntad de las partes, a menos que de su modo
de expresión, de su contenido, o de su contexto, resulte su carácter indisponible”.
● Art. 964 CCyCN − “Integración del contrato”: “El contenido del contrato se integra
con: a) las normas indisponibles, que se aplican en sustitución de las cláusulas
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incompatibles con ellas; b) las normas supletorias; c) los usos y prácticas del lugar de
celebración, en cuanto sean aplicables porque hayan sido declarados obligatorios
por las partes o porque sean ampliamente conocidos y regularmente observados en
el ámbito en que se celebra el contrato, excepto que su aplicación sea irrazonable”.
Los principios generales del derecho son conceptos fundantes y fundamentales en toda
sociedad, construyendo y condicionando el comportamiento de las personas como sujetos
de derecho en sus diversos roles. Los magistrados poseen en ellos una forma de “medir” los
derechos subjetivos de los contratantes desde la finalidad de su constitucionalización, y con
ello establecer los límites a su ejercicio.
BUENA FE:
● Art. 9 CCyCN − “Principio de buena fe”: “Los derechos deben ser ejercidos de buena
fe”.
Principio general que funciona como límite interno al ejercicio de los derechos. Los derechos
resultan de la norma y deben ejercitarse dentro de límites de razonabilidad social y sin
abusos, de tal forma que simultáneamente, mediante el ejercicio de un derecho propio, no
sólo se resguarde al titular, sino también se contemple al otro y se consolide el sistema
jurídico en sí mismo como algo solidario entre seres humanos. Traspasados esos límites en
donde se genera daño, éste deberá ser reparado integralmente.
● Art. 10 CCyCN − “Abuso del derecho”: “El ejercicio regular de un derecho propio o el
cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La
ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría
los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena
fe, la moral y las buenas costumbres. El juez debe ordenar lo necesario para evitar
los efectos del ejercicio abusivo o de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere,
procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización”.
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imponen en el mercado su posición dominante (precio, condiciones, etc.) por sobre los
consumidores. Este derecho acarrea la obligación hacia éstos de brindarles un trato digno y
equitativo, conforme a los pactos, tratados y convenciones internacionales, CN y LDC.
● Art. 11 CCyCN − “Abuso de posición dominante”: “Lo dispuesto en los artículos 9° y 10
se aplica cuando se abuse de una posición dominante en el mercado, sin perjuicio de
las disposiciones específicas contempladas en leyes especiales”.
ORDEN PÚBLICO:
Principio que implica un límite al ejercicio de los derechos individuales fundado en razones
generales, que comprende el conjunto de principios jurídicos, políticos, morales y
económicos obligatorios para conservar el orden social del pueblo en una época
determinada. De esta forma, se encuentra estrechamente ligado a los distintos principios,
ideas y creencias existentes en la sociedad, las cuales mutan con el tiempo. La autonomía de
la voluntad no es un derecho absoluto, sino que cede ante el orden público, constituyendo
una ratificación de la supremacía de la ley sobre las voluntades individuales.
● Art. 12 CCyCN − “Orden público. Fraude a la ley”: “Las convenciones particulares no
pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden
público. El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga
un resultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se
considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la
norma imperativa que se trata de eludir”.
ANTIGUOS PRINCIPIOS
La primera causa del advenimiento del nuevo orden contractual reside en el debilitamiento
de los principios absolutos sobre los cuales estaba fundado el derecho de los contratos,
producto de la filosofía individualista y del liberalismo económico del CC. El derecho de
contratos reposaba antiguamente sobre la base del principio dogmático de la “autonomía de
la voluntad”, que presupone la existencia de contratantes libres, iguales e independientes. La
libertad e igualdad desde la creación del contrato presuponían necesariamente la justicia y,
como consecuencia, el contrato era impermeable a la intervención del juez. El vínculo
contractual se sustentaba en la irrevocabilidad e intangibilidad del contrato.
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racionalmente la posibilidad de que el juez revisara el contrato, con fundamento en que éste
era el resultado de un acuerdo entre iguales y libres, por lo tanto, justo. Lo acordado sólo era
factible de ser modificado por las mismas partes, celebrando otro contrato. Se consideraba
inadmisible que el contrato fuera revocado mediante una declaración unilateral. El
individualismo consagraba la preeminencia del valor “seguridad” por sobre el de la “justicia
contractual”, la cual estaba dada por el principio de inmutabilidad o intangibilidad de la
palabra empeñada. Tampoco se aceptaba que el contrato se tornara injusto, ya que no era
imaginable que alguien libre autolimitara su libertad al contratar para consagrar una
consecuencia injusta contra sí mismo.
● Facultad acordada a los jueces de modificar el contrato a pedido de parte cuando lo
autoriza la ley, o de oficio cuando se afecta el orden público de modo manifiesto.
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es el resultado de la configuración interna de una sola de las partes que, por concentrar
sobre sí el poder de negociación, se autoatribuye la creación exclusiva del contenido del
contrato, dejando a la parte débil la decisión de concertar sobre un esquema predispuesto o,
de lo contrario, no contratar. El rol de la autonomía de la voluntad no puede traducirse en una
supremacía absoluta de los derechos subjetivos contractuales, pues ello sería lo mismo que
admitir la inexistencia de límites impuestos a la libertad contractual. El CCyCN reproduce el
principio vinculante como efecto de todo contrato válido en su celebración, constituyendo la
“fuerza obligatoria del contrato”, reforzándolo al establecer que “los derechos resultantes de
los contratos integran el derecho de propiedad del contratante”; sin embargo, la fuerza
obligatoria del contrato cede por acuerdo de partes, o en los supuestos que la ley lo prevé.
● Las restricciones de lo acordado por las partes resultantes de las normas imperativas,
enunciado como la “publicización” del contrato.
En el CCyCN, los límites a la fuerza obligatoria del contrato son los que provienen de la ley,
del orden público, la moral, las buenas costumbres, y al carácter imperativo de las normas.
Esto significa que el rol de la autonomía de la voluntad no debe ser entendido como una
supremacía absoluta de los derechos subjetivos contractuales, sino como un principio relativo
y subordinado a los límites que le son inherentes.
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deberá encuadrarse. El tercer y último presupuesto refiere al contrato como hecho realizado
con voluntad jurídica, constituyendo en consecuencia un “acto jurídico”.
HECHO ECONÓMICO
Como antecedente del contrato, el núcleo es la conducta humana y su interrelación con otras
conductas. Los individuos deben acceder a bienes y servicios para la atención de sus
“necesidades básicas económicas”. Este “hecho económico” se traduce en la producción de
bienes y servicios y su incorporación como insumo a otras empresas (contratos
interempresarios) o su incorporación a las familias (contratos de consumo).
● Art. 257 CCyCN − “Hecho jurídico”: “El hecho jurídico es el acontecimiento que,
conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción
de relaciones o situaciones jurídicas”.
MARCO JURÍDICO
El “marco jurídico” hace referencia a la normativa aplicable y su orden de prelación en caso
de que 2 normas entren en conflicto (CN, CCyCN, LDC, ordenanzas municipales, etc. ). Para
determinar la normativa aplicable en caso de conflicto, será necesario ante todo encuadrar
jurídicamente el tipo contractual (determinar si se trata de un contrato de negociación
individual, de adhesión o de consumo).
ACTO JURÍDICO
El “acto jurídico” constituye el hecho humano voluntario lícito que tiene en su finalidad
producir determinadas consecuencias jurídicas. Es, de este modo, la base de la “autonomía
de la voluntad” del contrato. Este acto deberá ser ejecutado con discernimiento, intención y
libertad por 2 o más partes que manifiesten externamente su voluntad.
● Art. 259 CCyCN − “Acto jurídico”: “El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene
por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas”.
● Art. 260 CCyCN − “Acto voluntario”: “El acto voluntario es el ejecutado con
discernimiento, intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior”.
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esta forma, los elementos esenciales del contrato son: la “causa”, el “objeto” y el
“consentimiento”.
CAUSA FUENTE:
Elemento externo del contrato, fuente o eficiente del mismo (origen del contrato). Desde lo
económico, la causa de la existencia del contrato se debe al “hecho económico” como
acceso e intercambio de bienes y servicios en la sociedad organizada bajo el sistema
económico establecido en la CN. Desde lo jurídico, el contrato tiene su causa fuente en el
“hecho jurídico, voluntario y lícito” (acto jurídico bilateral).
CAUSA MOTIVO:
Elemento interno del contrato, móvil o “voluntad creadora” del negocio-contrato que se
adelanta a la concreción material de la interrelación económica-jurídica. Aparece
personalizada y concreta para cada uno de los contratantes, pero podría permanecer oculta
para la otra parte y para el juzgador sin ninguna incidencia, por lo que se requiere su
manifestación o inmersión en las circunstancias que circundan la relación jurídica.
CAUSA FIN:
“Razón jurídica”, abstracta, racional y genérica, que la ley presume según la naturaleza
jurídica de cada “tipo de contrato”. Es un concepto único e invariable del sistema de cada
tipo contractual del cual surgen obligaciones.
Según el CCyCN:
● Art. 281 CCyCN − “Causa”: “La causa es el fin inmediato autorizado por el
ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad. También integran la
causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al
acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes”.
● Art. 282 CCyCN − “Presunción de causa”: “Aunque la causa no esté expresada en el
acto se presume que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido
aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera”.
● Art. 726 CCyCN − “Causa”: “No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de
algún hecho idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico”.
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● Art. 1013 CCyCN − “Necesidad”: “La causa debe existir en la formación del contrato y
durante su celebración y subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar,
según los casos, a la nulidad, adecuación o extinción del contrato”.
● Art. 1014 CCyCN − “Causa ilícita”: “El contrato es nulo cuando: a) su causa es
contraria a la moral, al orden público o a las buenas costumbres; b) ambas partes lo
han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si sólo una de ellas ha obrado
por un motivo ilícito o inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra,
pero ésta puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de cumplir lo que ha
ofrecido”.
Según el CCyCN:
Deben ser hechos o bienes que no sean imposibles ni prohibidos por la ley ni contrarios a la
moral y a las buenas costumbres ni al orden público. Tampoco pueden ser los bienes que por
un motivo especial estuviera prohibido que no lo sean.
● Art. 279 CCyCN − “Objeto”: “El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho
imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al
orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco
puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea”.
● Art. 280 CCyCN − “Convalidación”: “El acto jurídico sujeto a plazo o condición
suspensiva es válido, aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si deviene
posible antes del vencimiento del plazo o del cumplimiento de la condición”.
OBJETO DE LA OBLIGACIÓN:
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● Art. 725 CCyCN − “Requisitos”: “La prestación que constituye el objeto de la
obligación debe ser material y jurídicamente posible, lícita, determinada o
determinable, susceptible de valoración económica y debe corresponder a un interés
patrimonial o extrapatrimonial del acreedor”.
Las disposiciones del CCyCN sobre los actos jurídicos son directamente aplicables a los
contratos. Los requisitos enumerados (licitud, posibilidad, determinación y patrimonialidad)
deben concurrir al momento de la celebración. En caso de que no se verifique alguno de
estos requisitos el acto será nulo. Los contratos de objeto prohibido son nulos de nulidad
absoluta. La determinación del objeto del contrato puede ser encomendada por las partes a
un tercero, rigiéndose por las disposiciones del mandato. Si ella no fuese posible por razones
voluntarias o involuntarias, se abre la posibilidad de que las partes recurran a la
determinación judicial. Se consagra la posibilidad de contratación sobre bienes futuros
estableciéndose como regla su carácter condicional. Se regula la posibilidad de contratar
sobre cosas ajenas como tales con 2 modalidades: sin garantizar el éxito de la promesa, con
lo cual el vendedor queda obligado a proveer los medios necesarios para que el dueño la
transmita; o garantizando el éxito de la promesa, con lo cual queda obligado como si fuese el
dueño de la cosa, asumiendo ante la falta de entrega todas las consecuencias
indemnizatorias que deriven del contrato. El objeto de los contratos puede estar constituido
por bienes que están sometidos a litigios, gravados con hipoteca, prenda o anticresis y
sujetos a medidas cautelares. Si se contrató sobre estos bienes como si estuvieren libres,
surge el deber de reparación de los daños causados. La procedencia del resarcimiento
requiere que la parte adquirente haya ignorado sin culpa la situación del bien. La ley prohíbe
los pactos sobre herencia futura o sobre los objetos contenidos en ella, exceptuando a los
que se refieren a entes productivos cuando se persiga con ello la conservación de la unidad
de gestión o la prevención o solución de conflictos (ej: empresas familiares).
● Art. 1003 CCyCN − “Disposiciones generales”: “Se aplican al objeto del contrato las
disposiciones de la Sección 1a, Capítulo 5, Título IV del Libro Primero de este Código.
Debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valoración
económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea
patrimonial”.
● Art. 1004 CCyCN − “Objetos prohibidos”: “No pueden ser objeto de los contratos los
hechos que son imposibles o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la
moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de los
derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean.
Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos
17 y 56”.
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● Art. 1006 CCyCN − “Determinación por un tercero”: “Las partes pueden pactar que la
determinación del objeto sea efectuada por un tercero. En caso de que el tercero no
realice la elección, sea imposible o no haya observado los criterios expresamente
establecidos por las partes o por los usos y costumbres, puede recurrirse a la
determinación judicial, petición que debe tramitar por el procedimiento más breve
que prevea la legislación procesal”.
● Art. 1007 CCyCN − “Bienes existentes y futuros”: “Los bienes futuros pueden ser
objeto de los contratos. La promesa de transmitirlos está subordinada a la condición
de que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos aleatorios”.
● Art. 1008 CCyCN − “Bienes ajenos”: “Los bienes ajenos pueden ser objeto de los
contratos. Si el que promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa,
sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice
y, si por su culpa, el bien no se transmite, debe reparar los daños causados. Debe
también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple. El
que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si
no hace entrega de ellos”.
● Art. 1009 CCyCN − “Bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares”: “Los
bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares, pueden ser objeto de los
contratos, sin perjuicio de los derechos de terceros. Quien de mala fe contrata sobre
esos bienes como si estuviesen libres debe reparar los daños causados a la otra
parte si ésta ha obrado de buena fe”.
● Art. 1010 CCyCN − “Herencia futura”: “La herencia futura no puede ser objeto de los
contratos ni tampoco pueden serlo los derechos hereditarios eventuales sobre
objetos particulares, excepto lo dispuesto en el párrafo siguiente u otra disposición
legal expresa. Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones
societarias de cualquier tipo, con miras a la conservación de la unidad de la gestión
empresaria o a la prevención o solución de conflictos, pueden incluir disposiciones
referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de
otros legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro causante y su
cónyuge, si no afectan la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los
derechos de terceros”.
El CCyCN no aclara ni define cuáles contratos son “de larga duración”. Para la doctrina,
abarca a aquellos de ejecución continuada, periódica o de tracto sucesivo, lo que excluye
aquellos contratos de cumplimiento instantáneo o inmediato. Comprendería entonces
aquellos contratos en los cuales las inversiones de las partes requieren un tiempo para ser
amortizadas, incluyendo contratos particulares como el de distribución, agencia, concesión,
franquicia, suministro, medicina privada y prestación de servicios educativos.
que modifiquen los derechos de las partes ampliando los de una en detrimento de los de la
otra. En estos contratos surge también la obligación de renegociar sus términos de buena fe
como alternativa previa a la rescisión (aunque no aclara de qué rescisión se trata ni en qué
consiste dar a la otra parte “una oportunidad razonable de renegociar de buena fe”). La
renegociación se concreta a través de una obligación de hacer, tendiente a superar la ruptura
de la ecuación económica de lo pactado.
Los contratos de larga duración se asemejan a los de ejecución diferida, porque en ambos el
tiempo es jurídicamente relevante. La diferencia es que, en los de ejecución diferida, el
tiempo es considerado como la “distancia” que separa la celebración del acto de su
ejecución mientras que, en los de larga duración, el tiempo es esencial para el cumplimiento
y no accesorio. El interés del acreedor no es satisfecho sino a través de una prestación
continua o reiterada en el tiempo. El tiempo se vincula con el objeto del contrato, ya que el
mismo no puede cumplirse sino a través de una prolongación temporal, siendo la utilidad del
contrato proporcional a su duración.
● Art. 1011 CCyCN − “Contratos de larga duración”: “En los contratos de larga duración
el tiempo es esencial para el cumplimiento del objeto, de modo que se produzcan los
efectos queridos por las partes o se satisfaga la necesidad que las indujo a contratar.
Las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de colaboración,
respetando la reciprocidad de las obligaciones del contrato, considerada en relación
a la duración total. La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad
razonable de renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio abusivo de los
derechos”.
CONSENTIMIENTO EN EL CONTRATO
El consentimiento es un elemento esencial del contrato que puede ser definido como la
declaración de voluntad común, que surge del entrelazamiento de una oferta y de una
aceptación, con aptitud para producir obligaciones. Se construye como estructura de
integración, a partir de la conjugación de 2 actos voluntarios, y constituye un acuerdo de
voluntades entre sujetos que, en su autonomía de voluntad, se ponen de acuerdo para
precisar las cláusulas del contrato. El proceso de formación del consentimiento requiere del
envío de una oferta, cuya aceptación puede ser expresada por el destinatario en forma
expresa, por un comportamiento conclusivo que dé cuenta de la conformidad del aceptante
o, en determinadas circunstancias, por medio del silencio. Si se trata de un contrato
celebrado entre presentes, queda perfeccionado por la manifestación de la aceptación, y si
es celebrado entre ausentes, cuando ella es recibida por el proponente durante el plazo de
vigencia de la oferta.
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● ACEPTACIÓN: manifestación expresa o implícita de las partes que negocian, para que
quede estructurada la integración de las voluntades. Para que tenga eficacia
conclusiva del consentimiento, debe expresar plena conformidad con los términos de
la oferta, en grado tal que cualquier modificación introducida a la propuesta original
por el destinatario importa la formulación de la oferta de un nuevo contrato, el que
quedará concluido si el oferente inicial comunica de forma inmediata su aceptación
de la contrapropuesta a su emisor.
● Art. 971 CCyCN − “Formación del consentimiento”: “Los contratos se concluyen con la
recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea
suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo”.
● Art. 973 CCyCN − “Invitación a ofertar”: “La oferta dirigida a personas indeterminadas
es considerada como invitación para que hagan ofertas, excepto que de sus términos
o de las circunstancias de su emisión resulte la intención de contratar del oferente.
En este caso, se la entiende emitida por el tiempo y en las condiciones admitidas por
los usos”.
● Art. 974 CCyCN − “Fuerza obligatoria de la oferta”: “La oferta obliga al proponente, a
no ser que lo contrario resulte de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las
circunstancias del caso. La oferta hecha a una persona presente o la formulada por
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● Art. 975 CCyCN − “Retractación de la oferta”: “La oferta dirigida a una persona
determinada puede ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida por el
destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta”.
● Art. 976 CCyCN − “Muerte o incapacidad de las partes”: “La oferta caduca cuando el
proponente o el destinatario de ella fallecen o se incapacitan, antes de la recepción
de su aceptación. El que aceptó la oferta ignorando la muerte o incapacidad del
oferente, y que a consecuencia de su aceptación ha hecho gastos o sufrido pérdidas,
tiene derecho a reclamar su reparación”.
● Art. 977 CCyCN − “Contrato plurilateral”: “Si el contrato ha de ser celebrado por
varias partes, y la oferta emana de distintas personas, o es dirigida a varios
destinatarios, no hay contrato sin el consentimiento de todos los interesados, excepto
que la convención o la ley autoricen a la mayoría de ellos para celebrarlo en nombre
de todos o permitan su conclusión sólo entre quienes lo han consentido”.
● Art. 979 CCyCN − “Modos de aceptación”: “Toda declaración o acto del destinatario
que revela conformidad con la oferta constituye aceptación. El silencio importa
aceptación sólo cuando existe el deber de expedirse, el que puede resultar de la
voluntad de las partes, de los usos o de las prácticas que las partes hayan
establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones
precedentes”.
● Art. 982 CCyCN − “Acuerdo parcial”: “Los acuerdos parciales de las partes concluyen
el contrato si todas ellas, con la formalidad que en su caso corresponda, expresan su
consentimiento sobre los elementos esenciales particulares. En tal situación, el
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contrato queda integrado conforme a las reglas del Capítulo 1. En la duda, el contrato
se tiene por no concluido. No se considera acuerdo parcial la extensión de una
minuta o de un borrador respecto de alguno de los elementos o de todos ellos”.
Los efectos de la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz de ejercicio o con
capacidad restringida se diferencian de la regla general en materia de nulidad de los actos
jurídicos que establece que vuelven las cosas al mismo estado en que se hallaban antes del
acto. Con sentido protectorio hacia la persona incapaz de ejercicio, la parte capaz, para
obtener la restitución del bien entregado en razón del contrato o el reembolso de lo pagado,
debe acreditar la existencia de enriquecimiento por parte de la persona incapaz. Esta regla
no se aplica a los supuestos de inhabilidades para contratar.
El contrato será nulo de nulidad relativa y su declaración tiene por efecto que deba
devolverse al incapaz aquellos bienes que entregó en razón del contrato o las sumas que
pagó. En cambio, la parte capaz no tendrá derecho a exigir la devolución de aquellos bienes
que entregó al incapaz o de las sumas que pagó, salvo el supuesto de que el contrato haya
enriquecido al incapaz. Los casos de incapacidad de ejercicio para la celebración de
contratos incluyen a las personas menores de edad, las personas con capacidad restringida
por razón de padecer alguna adicción o por alteración mental permanente o prolongada, y a
las personas inhabilitadas por prodigalidad.
● Art. 1000 CCyCN − “Efectos de la nulidad del contrato”: “Declarada la nulidad del
contrato celebrado por la persona incapaz o con capacidad restringida, la parte
capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo que ha pagado
o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad
restringida y en cuanto se haya enriquecido”.
En resguardo del orden público y para evitar que determinados sujetos puedan aprovecharse
de las ventajas que puede darle una posición pública o privada con relación a intereses
ajenos, se establecen supuestos específicos de inhabilidades para contratar.
Persigue evitar que determinados sujetos que se encuentren en una posición que les da
alguna ventaja concreta frente a otros intereses con los que se encuentran vinculados o por
los que deben velar, se aprovechen de la situación para obtener una ventaja particular. El
acto se verá privado de efectos si sus consecuencias resultan finalmente imputables a un
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sujeto de derecho que no podría realizarlo por estar alcanzado por una inhabilidad legal.
Comprende así la inhabilidad de los progenitores respecto de bienes de los hijos, de los
tutores y curadores en cuanto a bienes de sus representados, o la situación del fallido
respecto de bienes desapoderados.
● Art. 1001 CCyCN − “Inhabilidades para contratar”: “No pueden contratar, en interés
propio o ajeno, según sea el caso, los que están impedidos para hacerlo conforme a
disposiciones especiales. Los contratos cuya celebración está prohibida a
determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por interpósita persona”.
INHABILIDADES ESPECIALES:
Las limitaciones establecidas en este precepto comprenden todos aquellos actos idóneos
para la transmisión de la propiedad de un bien (compraventa, cesión, cesión de la posición
contractual, leasing, fideicomiso, donación, renta vitalicia, etc.), y presupone la posibilidad de
aprovechamiento de una determinada posición de ventaja o de poder.
MODALIDADES DE CONTRATO
La estructura contractual es la distribución y orden del comportamiento de las partes en un
contrato, como sistema de interrelación. Conforme a su estructura, el contrato puede
caracterizarse en 2 categorías:
● Contrato de adhesión, dentro de los cuales podemos ubicar a los contratos de
consumo.
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CONTRATOS DE ADHESIÓN
El contrato se celebra por adhesión cuando las partes no negocian sus cláusulas, ya que una
de ellas, fundada en su mayor poder de negociación, predispone el contenido y la otra
adhiere. No existe verdadero consentimiento, sino asentimiento, ya que no hay injerencia de
los adherentes, ni incidencia en la formulación de los términos o contenidos contractuales.
● Art. 984 CCyCN − “Definición”: “El contrato por adhesión es aquel mediante el cual
uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente,
por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su
redacción”.
CONTRATOS DE CONSUMO
Dentro de los contratos de adhesión podemos identificar los contratos de consumo de bienes
o usuarios de servicios, que hoy conforman las “relaciones de consumo”. La diferencia con
los contratos de adhesión se da en que la compra o uso deberá ser para consumo personal.
El contrato de consumo determina los límites dentro de los que el sistema brindará
protección a los consumidores en el marco de los acuerdos que éstos celebren con los
proveedores. El proveedor, referente a todo el sector oferente de productos y servicios,
constituye la relación de consumo junto con el consumidor o usuario. El consumidor es toda
persona humana o jurídica que compra o usa bienes o servicios como destinatario final.
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● Art. 65 Ley 24.240 (Act.) − “Disposiciones finales”: “La presente ley es de orden
público, rige en todo el territorio nacional y entrará en vigencia a partir de la fecha de
su publicación en el Boletín Oficial (...)”.
La Ley 26.361 es la primera modificación importante que sufre la Ley 24.240 de Defensa del
Consumidor, incorporando la figura de consumidor expuesto o “bystander” (eliminada con la
modificación de la actual Ley 26.994).
El CCyCN modifica la LDC en sus artículos 1092 a 1095, pero estos no son de orden público,
por no serlo el mismo CCyCN (con excepción de algunos artículos). Modificaciones más
importantes:
● El art. 1094 CCyCN y el art. 1095 CCyCN explicitan la postura pro-consumidor en
cuanto a la interpretación normativa y la interpretación del contrato.
Otra modificación importante fue la sufrida por el art. 4 LDC referida al “deber de
información”. El primer cambio fue con la Ley 26.361, cuyo texto es coincidente con lo
establecido actualmente por el art. 1100 CCyCN. Posteriormente es modificada por la Ley
27.250 (más tuitiva del consumidor), con la cual se incorpora el deber de proporcionar la
información en formato físico, salvo que el consumidor solicite el soporte informático. El
Decreto 27/2018 deroga esto y establece el soporte electrónico, con fundamento en que la
Ley 27.250 contradice el art. 1106 CCyCN (relaciones de consumo por la web). La Ley 27.444
deroga este artículo del Decreto pero no lo reemplaza con ningún artículo, con lo cual el
deber de información ya no está regulado en la LDC, quedando receptado sólo en el CCyCN,
con el agravante de que es más amplio, no especifica el soporte y no es de orden público.
● Art. 4 Ley 26.361: “Sustitúyese el texto del artículo 4º de la Ley Nº 24.240 de Defensa
del Consumidor, por el siguiente: ‘Artículo 4º: Información. El proveedor está obligado
a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con
las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las condiciones
de su comercialización. La información debe ser siempre gratuita para el consumidor
y proporcionada con claridad necesaria que permita su comprensión’”.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
● Art 169 Decreto 27/2018 [Cap. XXII]: “Sustitúyese el artículo 4° de la Ley N° 24.240,
por el siguiente: ‘ARTÍCULO 4º.- Información. El proveedor está obligado a suministrar
al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las
características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las condiciones de
su comercialización. La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y
proporcionada en el soporte que el proveedor determine, salvo que el consumidor
opte por el soporte físico. En caso de no encontrarse determinado el soporte, este
deberá ser electrónico’”.
● Art. 134 Ley 27.444: “Deróganse los capítulos I, II, III, VII, VIII, IX, X, XII, XIII, XIV, XVIII,
XIX, XXI, y XXII del decreto de necesidad y urgencia 27/18 del 10 de enero del
corriente”.
● Art. 1106 CCyCN − “Utilización de medios electrónicos”: “Siempre que en este Código
o en leyes especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se
debe entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario contiene un
soporte electrónico u otra tecnología similar”.
El Derecho del Consumo no se limita a la Ley de Defensa del Consumidor. En materia de
Derecho de Consumo será necesario tener en cuenta, entre otros: art. 963 CCyCN; arts. 1092
a 1095 CCyCN; art. 42 CN; art. 1 Protocolo San Salvador; Ley 19.511 (Metrología Legal); Ley
25.156 (Defensa de la Competencia).
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
o social. Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de
consumo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o
servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social”.
● Art. 1094 CCyCN − “Interpretación y prelación normativa”: “Las normas que regulan
las relaciones de consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el
principio de protección del consumidor y el de acceso al consumo sustentable. En
caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales,
prevalece la más favorable al consumidor”.
● Art. 1095 CCyCN − “Interpretación del contrato de consumo”: “El contrato se
interpreta en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existen dudas
sobre los alcances de su obligación, se adopta la que sea menos gravosa”.
● Art. 42 CN: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la
relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos;
a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de
trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos,
a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma
de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de
la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de
consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos eficaces para
la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios
públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las
asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los
organismos de control”.
CONSUMIDOR
El consumidor (contratante) es aquella persona humana o jurídica que adquiere por contrato
de consumo un bien o accede a un servicio de forma gratuita u onerosa, como destinatario
final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
● Art. 1 Ley 24.240 (Act.) − “Objeto. Consumidor. Equiparación” / Art. 1092 CCyCN −
“Relación de consumo. Consumidor”: “(...) Se considera consumidor a la persona
humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o
servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo
como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en
forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo
familiar o social”.
PROVEEDOR
El proveedor es aquella persona humana o jurídica que provee algún bien o servicio a
consumidores o usuarios, quedando excluídos los profesionales liberales que requieren para
su ejercicio título universitario habilitante y matriculación en Consejos o Colegios
Profesionales (ej: abogados; médicos; ingenieros).
● Art. 2 Ley 24.240 (Act.) − “Proveedor”: “Es la persona [humana] o jurídica de
naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aun
ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción,
transformación, importación, concesión de marca, distribución y comercialización de
bienes y servicios, destinados a consumidores o usuarios. Todo proveedor está
obligado al cumplimiento de la presente ley. No están comprendidos en esta ley los
servicios de profesionales liberales que requieran para su ejercicio título universitario
y matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente o autoridad
facultada para ello, pero sí la publicidad que se haga de su ofrecimiento. Ante la
presentación de denuncias, que no se vincularen con la publicidad de los servicios,
presentadas por los usuarios y consumidores, la autoridad de aplicación de esta ley
informará al denunciante sobre el ente que controle la respectiva matrícula a los
efectos de su tramitación”.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
Es conveniente en primer lugar iniciar el reclamo ante el Centro de At. al Cliente de la
empresa. De no prosperar, podrá acudirse al COPREC. El mismo tiene sede en CABA, y la ley
invita a las provincias a adherir y adecuar sus procedimientos internos a la ley. En CABA, el
trámite puede iniciarse por web (ingresando los datos personales y la explicación detallada
en concreto de los hechos y lo que se pretende monetariamente). En Pcia. de Buenos Aires,
el trámite es personal, en la sede correspondiente de “Consumo Protegido”.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
El art. 1092 del Nuevo CCyCN, al regular las relaciones de consumo, elimina la figura del
consumidor expuesto o “bystander”. De todas formas, podrá argumentarse la vigencia de la
misma mediante el principio de progresividad / no regresividad de los derechos (art. 1 PSS), la
prelación de la LDC como ley especial de orden público que no puede ser derogada por una
ley general que no es de orden público, y lo estipulado en el art. 1096 CCyCN (similar al
concepto de “bystander”, aunque sólo se incluye en la sección “prácticas abusivas”, dentro
del capítulo “formación del consentimiento”). A su vez, la figura de consumidor expuesto
puede justificarse a través del deber de seguridad, del deber de no dañar y del principio de
reparación plena.
● Art. 8 Ley 24.240 (Act.) − “Efectos de la publicidad”: “Las precisiones formuladas en la
publicidad o en anuncios, prospectos, circulares u otros medios de difusión se tienen
por incluidas en el contrato con el consumidor y obligan al oferente (...)”.
● Art. 37 Ley 24.240 (Act.) − “Interpretación”: “(...) La interpretación del contrato se hará
en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existan dudas sobre los
alcances de su obligación, se estará a la que sea menos gravosa (...)”.
● Art. 40 Ley 24.240 (Act.) − “Responsabilidad por daños”: “(...) Sólo se liberará total o
parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena (...)”.
● Art. 1096 CCyCN − “Ámbito de aplicación”: “Las normas de esta Sección y de la
Sección 2a del presente Capítulo son aplicables a todas las personas expuestas a
las prácticas comerciales, determinables o no, sean consumidores o sujetos
equiparados conforme a lo dispuesto en el artículo 1092”.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
construcción, con límite en el valor real de la prestación al momento de su liquidación, más un
interés puro del 6% anual desde la mora fijada en la sentencia apelada.
Se hizo lugar parcialmente a la demanda promovida por José Antonio Álvarez y Delia Susana
Más de Álvarez contra Manos a la Obra S.R.L. por cobro de indemnización por daños y
perjuicios que los actores adujeron haber padecido a causa de las deficiencias que había
presentado la obra realizada por la demandada, condenándosela a pagar la suma de
$62.918,48 en concepto de daño material y $20.000 por daño moral. Se rechazó la acción
promovida contra Blaisten S.A., Cerámica San Lorenzo S.A. y Parex-Klaukol S.A, fundado en
que ninguno de ellos había sido parte del contrato concertado con Manos a la Obra S.R.L., y
en que no existía prueba que permitiera atribuir vicios o defectos a los elementos y
cerámicos empleados, los que se desprendieron por la mala praxis en su colocación. En
cuanto a las costas, se juzgó que las devengadas del rechazo de la acción contra Cerámicas
San Lorenzo S.A. y Parex-Klaukol S.A. debían ser asumidas por los actores en su calidad de
vencidos, mientras que las generadas por la intervención de Blaisten S.A. debían distribuirse
en el orden causado (vencido y vencedor pagan sus costas/abogado y ½ de las costas
comunes), por estimar poco clara y displicente la actitud de ésta respecto de su publicidad.
RECURSOS:
La sentencia fue apelada por los actores y por Manos a la Obra S.R.L.
Los actores se quejan de que Blaisten S.A. haya sido absuelta, estimando que también debe
ser condenada por aplicación del art. 40 LDC (“Si el daño al consumidor resulta del vicio o
riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, responderán el productor, el fabricante, el
importador, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la
cosa o servicio (...) La responsabilidad es solidaria (...) Sólo se liberará total o parcialmente
quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena.”), ya que no fue ajena al perjuicio
padecido por los apelantes, siendo que acudieron a Manos a la Obra S.R.L. por sugerencia de
Blaisten S.A. También se agravian de los montos fijados por el sentenciante para cuantificar
los daños, considerando que debe añadirse un 20% más al de daño material ($75.500) y
$20.000 más al de daño moral ($40.000); además de agraviarse del rechazo del daño
punitivo y de que se les hayan impuesto las costas de Cerámicos San Lorenzo S.A. y
Parex-Klaukol S.A.
Manos a la Obra S.R.L. se queja de que el sentenciante haya rechazado la excepción opuesta
por su parte a fin de cuestionar la legitimación de Delia Susana Más de Álvarez, sosteniendo
que la coactora no acreditó haber tenido interés alguno en la obra que dio origen a este
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
pleito, ni demostró haber trabado con su parte ninguna relación contractual, ni ser titular del
inmueble. Cuestiona también el rechazo de la excepción de prescripción, y se agravia del
importe tomado por el juez para fijar la indemnización por daño moral, por considerarlo
elevado.
SOLUCIÓN:
La recurrente sostiene que el plazo que preveía el art. 1646 CC (1 año) fue incorrectamente
aplicado al caso, considerando que debe resolverse según el art. 1647 bis CC (60 días). Se
considera que el agravio carece de consistencia por encuadrarse las relaciones de las partes
dentro del Derecho de Consumo, por lo que las reglas previstas para la regulación de tal
derecho (de orden público) desplazan a toda otra normativa que se le oponga, debiendo
aplicarse el art. 50 LDC (3 años).
Las dos se agraviaron de los rubros que el juez de 1º instancia incluyó o desestimó como
integrantes de la condena. En cuanto al daño moral, los agravios de las partes sólo
conciernen a su monto, que la demandada cuestiona por elevado y los actores por
considerarlo bajo. Se le reconoce razón a estos últimos (fijando el monto en $40.000 para
c/u), por considerarse el sufrimiento de los actores frente a la pérdida de un valor
económicamente importante, seguido de la incertidumbre propia de todo juicio, al que
tuvieron que someterse frente a la reticencia de las demandadas a hacer frente a la
indemnización reclamada. Se reconoce también el monto requerido por daño punitivo (25%
del monto total de la condena), y el monto por daño material ($75.500), por considerarse que
el incumplimiento de la obligación por el proveedor debe colocar al consumidor, como
mínimo, en condiciones de obtener otro producto o prestación de servicio equivalente.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
FALLO TELECENTRO (TELECENTRO S.A. C/PUENTE HNOS. SOC. DE BOLSA S.A. S/ORDINARIO)
RESUMEN:
Telecentro S.A. promueve demanda por cobro de facturas impagas contra la sociedad de
bolsa Puente Hermanos. Ambas empresas se encontraban vinculadas comercialmente en
virtud de un contrato en el cual la actora le brindaba sus servicios a la demandada, quien
había adoptado un sistema pospago sin límite de crédito, lo que implicaba abonar las
llamadas por mes vencido.
La relación entre ambas partes se venía desarrollando con normalidad hasta el mes de abril
de 2009, cuando la demandada desatendió la factura correspondiente al mes de marzo y
luego la de abril (ascendientes a $337.310 y $494.826 resp.). Puente Hermanos, al contestar
la demanda, alegó que el promedio mensual de facturación no superaba los $1.432, por lo
que era materialmente imposible registrar esos consumos, invocando el art. 13 del
Reglamento General de Clientes del Servicio Básico Telefónico que consagra el deber de la
empresa prestadora del servicio de detectar e informar inmediatamente al cierre del aumento
súbito y desmesurado del consumo, y el art. 31 LDC según el cual cuando una empresa de
servicio público domiciliario con variaciones regulares estacionales facture en un período
consumos que exceden en un 75% el promedio de los correspondientes al mismo período de
los 2 años anteriores, se presume que existe error en la facturación.
RECURSOS:
Apelada la sentencia, la Cámara Nacional en lo Comercial consideró que era indiferente para
la solución del pleito que la demandada hubiera omitido referir a la existencia de un trámite
ante la autoridad de contralor, ya que logró acreditar que cuestionó las facturas de modo
fehaciente. Era necesario entonces que Telecentro S.A. demostrara el normal funcionamiento
del servicio prestado, con fundamento en la superioridad técnica y el carácter profesional que
reviste frente al profano (careciente de experiencia o conocimiento), no pudiendo perderse
de vista el estado de indefensión del consumidor que se encuentra en la imposibilidad de
controlar la medición, por lo que la verificación del consumo es siempre unilateral.
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
SOLUCIÓN:
La Cámara entendió que aplicaba el art. 31 LDC en esta relación entre 2 empresas en virtud
de la superioridad técnica y del carácter profesional que reviste una por sobre la otra, a quien
considera profano en lo que respecta a la actividad que desarrolla aquella. Las relaciones de
consumo presuponen una asimetría en el poder de negociación entre las partes contratantes,
habiéndose reconsiderado los principios del derecho contractual clásicos (fuerza obligatoria
del contrato, efecto relativo y libertad contractual) no sólo en los contratos celebrados entre
empresas y consumidores, sino también en los celebrados pura y exclusivamente entre
empresas. La ley (en su redacción originaria y en la actual) hace mención a personas jurídicas,
sin distinguir entre ellas, por lo que si se incluyó a estos sujetos de derecho de corte
netamente comercial, se entiende que el propósito del legislador en cierta forma fue también
proteger a los empresarios como consumidores en ciertos supuestos.
FALLO CUCCHIARO (CUCCHIARO, N. L. VS. AUTOCRÉDITO S.A. Y/O RESP. - REC. INCONST.)
RESUMEN:
Las partes se vincularon por un contrato de consumo, por adhesión a cláusulas generales. Se
condenó a Autocrédito S.A. por incumplimiento del deber de información.
RECURSOS:
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
SOLUCIÓN:
M.A.A. reclamó el cumplimiento de contrato de locación de servicios que celebró con la
demandada. Sostuvo en su demanda que es escribana pública, y que M.C.B. concurrió a su
escribanía y le manifestó que por decisión judicial acababa de perder un campo que había
adquirido años atrás ubicado en Sgo. del Estero. Le dijo que la adquisición se había hecho
libre de gravámenes por escritura pública, pero que luego la inscripción no pudo hacerse
porque el inmueble registraba un embargo por ejecución hipotecaria, con origen en una
hipoteca cancelada en forma apócrifa. Indicó que la accionada decidió consultarla como
experta en derecho notarial y registral a fin de que buscara el modo de revertir dicha
resolución judicial adversa que la privaba de todo derecho sobre la fracción de campo. Tras
el estudio de la cuestión advirtió que existía la posibilidad de que se le reconociera su
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CONTRATOS CIVILES Y COMERCIALES — GHERSI-FRANCESCUT
RESUMEN 1º PARCIAL
RECURSOS:
La actora apeló la sentencia, cuestionando en primer lugar que el magistrado haya declarado
oficiosamente la nulidad del acuerdo en que basó su reclamo. Se fundó en el principio de
congruencia, el cual limita las facultades de los magistrados impidiendo que se pronuncien
sobre aspectos que las partes no han sometido a consideración.
SOLUCIÓN:
En primer lugar, se concluyó que no existía violación alguna del principio de congruencia que
invocó la apelante, por reconocer esta regla la excepción contenida en el art. 1047 CC para el
caso en que el vicio aparece de manifiesto en el acto, provocando nulidad absoluta. La
sentencia de la anterior instancia argumentó que la vinculación contractual entre las partes
consistía en la realización de una tarea judicial que permitiera a la demandada revertir a su
favor la situación dominial de la fracción de campo, mediante lo que el convenio denominó
“dirección jurídica”. De acuerdo a los propios términos en que la actora describió su tarea en
el escrito de demanda, no cabía duda de que el objeto del convenio cuyo incumplimiento
motivó el reclamo importaba el vedado ejercicio simultáneo de las profesiones de abogada y
escribana, por lo cual esa contratación de servicios tenía un objeto ilícito, transformándolo en
nulo de nulidad absoluta. Por esta razón, se confirma la sentencia apelada en cuanto decretó
la nulidad del convenio celebrado por las partes y se rechaza la demanda en todas sus
partes, con costas de la alzada a la actora vencida.
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