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INSTITUTO PACÍFICO 7
PROVISIÓN DE COBRANZA DUDOSA
1.1. Fideicomisos
En el caso de fideicomisos integrados por créditos u operaciones de arrenda-
miento financiero en los cuales los fideicomitentes son empresas comprendidas
en el Artículo 16 de la Ley N.º 26702, las respectivas provisiones de acuerdo
con lo establecido por el inciso h) del Artículo 37 de la Ley del Impuesto a la
Renta, serán deducibles por el Patrimonio Fideicometido de las rentas brutas
a efecto de determinar la renta neta atribuible proveniente del Fideicomiso
de Titulización, a que se refiere el Artículo 18-A del reglamento de la Ley del
Impuesto a la Renta.
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PROVISIÓN DE COBRANZA DUDOSA
DIRECTIVAS DE SUNAT
Materia:
Precisar la deducción en el Impuesto a la Renta del castigo por deudas incobrables
respecto de la deuda no cubierta con el remate o adjudicación de bienes efectuada al
amparo de la Ley N.º 6565 que regula el Registro Fiscal de Ventas a Plazos.
Base legal:
- Decreto Legislativo N.º 774, Artículo 37, inciso i).
- Decreto Supremo N.º 068-92-EF, Artículo 59, inciso b).
- Ley N.º 6565.
- Ley N.º 10666.
Análisis:
1. El inciso i) del Artículo 37 del Decreto Legislativo N.º 774 permite deducir de la
renta bruta de tercera categoría los castigos por deudas incobrables y las provi-
siones equitativas por el mismo concepto, siempre que se determine las cuentas
a las que corresponde.
2. El inciso b) del Artículo 59 del Decreto Supremo N.º 068-92-EF establece que es
requisito para efectuar el castigo de cuentas de cobranza dudosa, entre otros, ha-
ber ejercitado las acciones judiciales pertinentes hasta establecer la imposibilidad
de la cobranza, salvo cuando se demuestre que es inútil ejercitarlas o cuando el
monto exigible a cada deudor no exceda de una (1) UIT.
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3. La Ley N.º 6565, modificada por la Ley N.º 10666, establece el procedimiento ad-
ministrativo para el cobro de las deudas provenientes de ventas a plazo inscritas
en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos.
Dicho procedimiento no impide recurrir a la vía judicial para el cobro del saldo no cubier-
to con el producto del remate o con su adjudicación.
INSTRUCCIONES:
No procede el castigo de cuentas de cobranza dudosa antes de haber ejercitado las
acciones judiciales pertinentes que establezcan la imposibilidad de la cobranza, aún
cuando se hubiera agotado la vía administrativa prevista para la venta de bienes inscrita
en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos a que se refiere la Ley N.º 6565, modificada por
la Ley N.º 10666, salvo que la acción judicial no pueda ser ejercitada o cuando el monto
exigible a cada deudor no exceda de 1 UIT.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
ADRIAN F. REVILLA V.
Superintendente
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
Materia:
Impuesto a la Renta
Objetivo:
Precisar si uno de los medios para demostrar la existencia de dificultades financieras
del deudor que hagan previsible el riesgo de incobrabilidad, resulta ser la comprobación
efectuada por la Comisión de Reestructuración Patrimonial, o la entidad que haga sus
veces, para efectos de declarar el estado de insolvencia de un deudor, de conformidad
con los numerales 1 y 2 del artículo 14º de la Ley de Reestructuración Patrimonial apro-
bada por Decreto Legislativo N.º 845 y modificatoria.
Base legal:
- Decreto Supremo N.º 054-99-EF.
- Decreto Supremo N.º 122-94-EF.
- Decreto Legislativo N.º 845 y modificatoria.
Análisis:
1. De conformidad con el literal i) del artículo 37° del Texto Único Ordenado de la
Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto Supremo N.º 054-99-EF, se
señala que a fin de establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la
renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, en tanto la
deducción no esté expresamente prohibida por esta Ley, siendo en consecuencia
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deducibles los castigos por deudas incobrables y las provisiones equitativas por el
mismo concepto, siempre que se determinen las cuentas a las que corresponden.
2. Por su parte, el numeral 1 del literal f) del artículo 21° del Reglamento de la
Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto Supremo N.º 122-94-EF,
estableció que para efectuar la provisión para cuentas de cobranza dudosa se
requiere que se demuestre la existencia de dificultades financieras del deudor
que hagan previsible el riesgo de incobrabilidad, mediante análisis periódicos
de los créditos concedidos o por otros medios, o se demuestre la morosidad
del deudor mediante la documentación que evidencie las gestiones de cobro
luego del vencimiento de la deuda, o el protesto de documentos, o el inicio de
procedimientos judiciales de cobranza, o que hayan transcurrido más de doce
meses desde la fecha de vencimiento de la obligación sin que éste haya sido
satisfecha.
3. De otro lado, los numerales 1 y 2 del artículo 14º de la Ley de Reestructuración
Patrimonial aprobada por Decreto Legislativo N.º 845 y modificatoria, prevén que
la Comisión de Reestructuración Patrimonial, o la entidad que haga sus veces,
para efectos de declarar el estado de insolvencia de un deudor debe comprobar
la incapacidad para cumplir con el pago de sus créditos exigibles y vencidos o
que más de las dos terceras partes del total de sus obligaciones se encuentren
vencidas e impagas por un período mayor a treinta (30) días o que tenga pérdidas
acumuladas deducidas las reservas cuyo importe sea mayor que las dos terceras
partes del capital social pagado, según se trate de procesos iniciados a solicitud
de uno o más acreedores o de procesos iniciados a pedido del propio deudor,
respectivamente.
Instrucciones:
Precísase que uno de los medios para demostrar la existencia de dificultades financie-
ras del deudor que hagan previsible el riesgo de incobrabilidad, resulta ser la comproba-
ción efectuada por la Comisión de Reestructuración Patrimonial, o la entidad que haga
sus veces, para efectos de declarar el estado de insolvencia de un deudor, de conformi-
dad con los numerales 1 y 2 del artículo 14º de la Ley de Reestructuración Patrimonial
aprobada por Decreto Legislativo N.º 845 y modificatoria.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
JAIME R. IBERICO
Superintendente
Sumilla:
1. Las deudas garantizadas en su totalidad por una hipoteca que, luego de la eje-
cución de ésta, no son canceladas total o parcialmente con lo obtenido en la
ejecución, podrán calificar como deuda incobrable para fines de la deducción pre-
vista en el inciso i) del artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta,
procediendo la deducción previo cumplimiento de los requisitos señalados para
tal efecto.
2. No existe procedimiento alguno que permita calificar la deuda garantizada total-
mente con hipoteca como deuda incobrable para efecto de lo dispuesto en el inci-
so i) del artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta, con anterioridad
a la ejecución de la garantía hipotecaria.
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INFORMES DE SUNAT
Base legal:
• Texto Único Ordenado (TUO) de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado me-
diante Decreto Supremo N.º 179-2004-EF, publicado el 8.12.2004 y norma modi-
ficatoria.
• Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado mediante Decreto Su-
premo N.º 122-94-EF, publicado el 21.9.1994 y normas modificatorias.
• Código Civil, aprobado mediante Decreto Legislativo N.º 295, publicado el
25.7.1984 y normas modificatorias.
Análisis:
Conforme a lo dispuesto por el artículo 37 del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta,
a fin de establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los
gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con
la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente
prohibida por la citada norma.
En consecuencia, son deducibles, según el inciso i) del citado artículo, los castigos por
deudas incobrables y las provisiones equitativas por el mismo concepto, siempre que
se determinen las cuentas a las que corresponden. Agrega dicho inciso en su acápite
(ii) que, no se reconoce el carácter de deuda incobrable a las deudas afianzadas por
empresas del sistema financiero y bancario, garantizadas mediante derechos reales de
garantía, depósitos dinerarios o compra venta con reserva de propiedad.
Por su parte, el numeral 4) del inciso f) del artículo 21° del Reglamento de la Ley del Im-
puesto a la Renta establece que para efectos del acápite ii) del inciso i) del artículo 37°
de la Ley, se entiende por deudas garantizadas mediante derechos reales de garantía
a toda operación garantizada o respaldada por bienes muebles e inmuebles del deudor
o de terceros sobre los que recae un derecho real. Añade dicho numeral que podrán
calificar como incobrables:
i) La parte de la deuda que no sea cubierta por la fianza o garantía; y,
ii) La parte de la deuda que no ha sido cancelada al ejecutarse la fianza o las garan-
tías.
Ahora bien, de acuerdo con el artículo 1097° del Código Civil, por la hipoteca se afecta
un bien inmueble en garantía del cumplimiento de cualquier obligación, propia o de un
tercero; esta garantía no determina la desposesión y otorga al acreedor los derechos
de persecución, preferencia y venta judicial del bien hipotecado.
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Asimismo, según lo dispuesto por el artículo 1112° del Código Civil, las hipotecas ten-
drán preferencia por razón de su antigüedad conforme a la fecha del registro, salvo
cuando se ceda su rango(1).
Del tenor de los citados artículos del Código Civil fluye que la hipoteca es un derecho real
que permite al propietario de un bien inmueble garantizar con éste el cumplimiento de
una obligación, haciendo posible que el acreedor ejercite su derecho de cobro en mejor
situación que otros acreedores que no hubieran obtenido la constitución de una hipoteca
a su favor o que la hubieran obtenido en fecha posterior (derecho real de preferencia).
Así, la constitución de una hipoteca otorga al acreedor mayor seguridad respecto del
cumplimiento de la obligación a su favor, toda vez que ésta se encuentra garantizada
con dicho derecho real. En este contexto, es que la normatividad del Impuesto a la Ren-
ta excluye de la calificación de deuda incobrable a aquella deuda garantizada mediante
un derecho real de garantía, como es la hipoteca.
Sin embargo, teniendo en cuenta que nuestra legislación permite que se afecte un bien
inmueble con sucesivas hipotecas, existe la posibilidad que concurran varios acreedo-
res -todo ellos con hipotecas debidamente constituidas-, en cuyo caso la norma ha pre-
visto un orden preferente (y, en consecuencia, excluyente) para el ejercicio del derecho
de cobro; pudiendo ocurrir que alguno de los acreedores no alcance a hacerse cobro
de la prestación a su favor luego de la ejecución de la hipoteca.
En virtud de ello, y según lo dispuesto en el numeral 4) del inciso f) del artículo 21° del
Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta antes glosado, podrá calificar como in-
cobrable aquella deuda que luego de ejecutarse la garantía no haya sido cancelada(2).
En este orden de ideas, las deudas que a pesar de encontrarse garantizadas en su to-
talidad con una hipoteca, no son canceladas total o parcialmente con lo obtenido en la
ejecución de dicha garantía, podrán calificar como deuda incobrable para fines de la de-
ducción prevista en el inciso i) del artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta,
procediendo la deducción previo cumplimiento de los requisitos señalados para tal efecto.
Finalmente, y en relación con la segunda consulta, cabe indicar que la norma no ha
previsto procedimiento alguno que permita calificar la deuda materia de consulta como
deuda incobrable, con anterioridad a la ejecución de la garantía hipotecaria.
Conclusiones:
1. Las deudas garantizadas en su totalidad con una hipoteca que, luego de la eje-
cución de ésta, no son canceladas total o parcialmente con lo obtenido en la
ejecución, podrán calificar como deuda incobrable para fines de la deducción pre-
vista en el inciso i) del artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta,
procediendo la deducción previo cumplimiento de los requisitos señalados para
tal efecto.
2. No existe procedimiento alguno que permita calificar la deuda garantizada total-
mente con hipoteca, como deuda incobrable para efecto de la norma citada en el
numeral precedente, con anterioridad a la ejecución de la garantía hipotecaria.
Lima, 04 de julio del 2005
Original firmado por
PATRICIA PINGLO TRIPI
Intendente Nacional Jurídico (e)
(1)
Según el artículo 1113° del Código Civil no se puede renunciar a la facultad de gravar el bien con segunda y
ulteriores hipotecas.
(2)
Si bien dicha norma reglamentaria hace referencia a la “parte” de la deuda que no ha sido cancelada al eje-
cutarse la garantía, debe entenderse que si luego de ello no se ha cobrado la totalidad de la deuda, se podrá
calificar al íntegro de la misma como deuda incobrable.
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PROVISIÓN DE COBRANZA DUDOSA
Sumilla:
La emisión de bonos redimibles dentro del marco de la Ley General Concursal para el
pago a los acreedores acarrea que las deudas no tengan el carácter de incobrable para
efecto de la determinación de la renta neta de tercera categoría, al haber sido objeto de
renovación por decisión de la Junta de Acreedores.
Materia:
Bajo el escenario en que mediante un Acuerdo de Junta de Acreedores celebrado con
la intervención de INDECOPI, las obligaciones de las empresas deudoras, reconocidas
como créditos dentro del marco de la Ley General del Sistema Concursal(1), serán mate-
ria de canje por bonos que emitan dichas empresas, redimibles en 7 años con una tasa
anual de 7%, se formulan las siguientes consultas:
1. ¿La aceptación de bonos, en sustitución de los documentos que sustentaron la
deuda, hace perder la condición de incobrabilidad de ésta?
2. ¿Es posible considerar los bonos en referencia como provisión de cobranza du-
dosa en el entendido que se mantiene el riesgo de su incobrabilidad?
Base legal:
• Texto Único Ordenado (TUO) de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por el
Decreto Supremo N.º 179-2004-EF, publicado el 8.12.2004 y normas modificato-
rias (en adelante, TUO de la Ley del Impuesto a la Renta).
• Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por el Decreto Supremo
N.º 122-94-EF, publicado el 21.9.1994 y normas modificatorias (en adelante, Re-
glamento de la Ley del Impuesto a la Renta).
Análisis:
Previamente al análisis respectivo, se parte de las siguientes premisas:
a) Se trata de emisión de obligaciones efectuada dentro del marco dispuesto por los
artículos 304° y 305° de la Ley General de Sociedades(2).
b) La emisión de dichas obligaciones no significa la creación de una nueva deuda
sino que representa a la deuda originalmente reconocida como crédito dentro del
marco de la Ley General Concursal.
Al respecto, cabe indicar lo siguiente:
1. El artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta dispone que a fin de es-
tablecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos
necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la
generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente
prohibida por dicha Ley.
El inciso i) del referido artículo señala que, son deducibles los castigos por deudas
incobrables y las provisiones equitativas por el mismo concepto, siempre que se
determinen las cuentas a las que corresponden.
Asimismo, dicho inciso dispone que no se reconoce el carácter de incobrable a:
Las deudas contraídas entre sí por partes vinculadas.
Las deudas afianzadas por empresas del sistema financiero y bancario, garanti-
zadas mediante derechos reales de garantía, depósitos dinerarios o compra ven-
ta con reserva de propiedad.
Las deudas que hayan sido objeto de renovación o prórroga expresa.
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2. El numeral 5 del inciso f) del artículo 21° del Reglamento de la Ley del Impuesto
a la Renta señala que para efectos del acápite (iii) del inciso i) del artículo 37° de
la Ley:
a) Se considera deuda objeto de renovación:
ii) Sobre las que se produce una reprogramación, refinanciación o rees-
tructuración de la deuda o se otorgue cualquier otra facilidad de pago.
iii) Aquellas deudas vencidas de un deudor a quien el mismo acreedor
concede nuevos créditos
b) Cumplido el plazo de vencimiento de las deudas renovadas o prorrogadas,
la provisión de éstas se podrá deducir en tanto califiquen como incobrables.
3. Como puede apreciarse, la Ley del Impuesto a la Renta ha establecido algu-
nos supuestos en los cuales las deudas no tienen el carácter de incobrable para
efectos de la determinación de la renta neta de tercera categoría. Entre estos se
encuentran las deudas que hayan sido objeto de renovación.
Ahora bien, el Reglamento de dicha Ley ha establecido lo que debe entenderse
por renovación, término que incluye a la reprogramación, refinanciación o rees-
tructuración de la deuda y al otorgamiento de cualquier otra facilidad de pago.
4. En consecuencia, en el supuesto materia de consulta, la emisión de bonos redimi-
bles dentro del marco de la Ley General Concursal para el pago a los acreedores
acarrea que las deudas no tengan el carácter de incobrable para efecto de la
determinación de la renta neta de tercera categoría, al haber sido objeto de reno-
vación por decisión de la Junta de Acreedores.
Conclusión:
La emisión de bonos redimibles dentro del marco de la Ley General Concursal para el
pago a los acreedores acarrea que las deudas no tengan el carácter de incobrable para
efecto de la determinación de la renta neta de tercera categoría, al haber sido objeto de
renovación por decisión de la Junta de Acreedores.
Lima, 23 de noviembre de 2006.
Original firmado por:
CLARA URTEAGA GOLDSTEIN
Intendente Nacional Jurídico
(1)
Ley N.º 27809, publicada el 8.8.2002 y normas modificatorias.
(2)
Ley N.º 26887, publicada el 9.12.1997 y normas modificatorias.
SUMILLA: Para efectuar el castigo por deudas incobrables se requiere, entre otros
requisitos, que el contribuyente acredite mediante el ejercicio de las acciones judiciales
pertinentes que la deuda es efectivamente incobrable.
Lo señalado en el párrafo anterior no es de aplicación cuando el importe de la deuda
exigible a cada deudor no es mayor a 3 UIT o cuando se acredita que es inútil ejercitar
las referidas acciones judiciales.
Aún cuando el deudor tributario se encuentre ante alguna de las situaciones que se
enumeran en la presente consulta y cuente con la documentación que en ella se señala,
debe analizarse el caso particular de cada deudor tributario, por lo que no es posible,
a priori, emitir pronunciamiento sobre si los documentos que se señalan en la consulta
sustentan la imposibilidad judicial de la cobranza o la inutilidad de ejercitar las referidas
acciones judiciales, para el castigo por deudas incobrables.
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Base legal:
- Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado mediante De-
creto Supremo N.º 054-99-EF y normas modificatorias (en adelante, TUO del IR).
- Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado mediante Decreto Su-
premo N.º 122-94-EF y normas modificatorias (en adelante, el Reglamento).
Análisis:
El inciso i) del artículo 37° del TUO del IR dispone que a fin de establecer la renta neta
de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla
y mantener su fuente, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida por el re-
ferido TUO, en consecuencia son deducibles, los castigos por deudas incobrables y las
provisiones equitativas por el mismo concepto, siempre que se determinen las cuentas
a las que corresponden.
De otro lado, el primer párrafo del numeral 1 del inciso g) del artículo 21° del Regla-
mento establece que para efectuar el castigo de las deudas de cobranza dudosa, se
requiere que la deuda haya sido provisionada y se haya ejercitado las acciones judi-
ciales pertinentes hasta establecer la imposibilidad de la cobranza, salvo cuando se
demuestre que es inútil ejercitarlas o que el monto exigible a cada deudor no exceda
de 3 UIT. La exigencia de la acción judicial alcanza, inclusive, a los casos de deudores
cuyo domicilio se desconoce, debiendo seguírseles la acción judicial prescrita por el
Código Procesal Civil.
De las normas anteriormente glosadas, se puede señalar lo siguiente:
• Los castigos por deudas incobrables son deducibles para la determinación de
la renta neta de tercera categoría, siempre que se identifiquen las cuentas a
las que corresponden, se acredite la provisión de las mismas, y se establezca
la imposibilidad de su cobranza mediante el ejercicio de las acciones judiciales
pertinentes.
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Conclusiones:
Para efectuar el castigo por deudas incobrables se requiere, entre otros requisitos, que
el contribuyente acredite mediante el ejercicio de las acciones judiciales pertinentes que
la deuda es efectivamente incobrable.
Lo señalado en el párrafo anterior no es de aplicación cuando el importe de la deuda
exigible a cada deudor no es mayor a 3 UIT o cuando se acredita que es inútil ejercitar
las referidas acciones judiciales.
Aún cuando el deudor tributario se encuentre ante alguna de las situaciones que se
enumeran en la presente consulta y cuente con la documentación que en ella se señala,
debe analizarse el caso particular de cada deudor tributario, por lo que no es posible,
a priori, emitir pronunciamiento sobre si los documentos que se señalan en la consulta
sustentan la imposibilidad judicial de la cobranza o la inutilidad de ejercitar las referidas
acciones judiciales, para el castigo por deudas incobrables.
Base legal:
- Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por el Decreto
Supremo N.° 179-2004-EF, publicado el 8.12.2004 y normas modificatorias (en
adelante, la LIR).
- Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por el Decreto Supremo
N.° 122-94-EF, publicado el 21.9.1994 y normas modificatorias (en adelante, Re-
glamento de la LIR).
- Código Civil, Decreto Legislativo N.°295, publicado el 25.7.1984 y vigente desde
el 14.11.1984.
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PROVISIÓN DE COBRANZA DUDOSA
Análisis:
1. El inciso i) del artículo 37°de la LIR dispone que a fin de establecer la renta neta
de tercera categoría serán deducibles los castigos por deudas incobrables y las
provisiones equitativas por el mismo concepto, siempre que se determinen las
cuentas a las que corresponden.
Añade el acápite iii) de dicho inciso que no se reconoce el carácter de deuda inco-
brable, entre otros, a las deudas que hayan sido objeto de renovación o prórroga
expresa.
A tal efecto, el acápite ii) del literal a) del numeral 5) del inciso f) del artículo 21
del Reglamento de la LIR señala que se considera deudas objeto de renovación
aquellas deudas vencidas de un deudor a quien el mismo acreedor concede nue-
vos créditos.
Como se aprecia de las normas citadas, la LIR ha señalado algunos supuestos
en que las deudas no tienen el carácter de incobrable para efectos de la determi-
nación de la renta neta de tercera categoría, entre los cuales se encuentran las
deudas que hayan sido objeto de renovación, calificando como tales a las deudas
vencidas de un deudor a quien el mismo acreedor concede nuevos créditos.
2. Al respecto, en la exposición de motivos del Decreto Supremo N.° 134- 2004-EF1
se indica que “dentro del concepto de renovación se incluye a las deudas ven-
cidas de un deudor a quien el mismo acreedor concede nuevos créditos, debido
a que se considera que la deuda vencida pierde su carácter de incobrable si el
acreedor renueva su confianza en el deudor otorgándole nuevos créditos”.
Sobre el particular, la doctrina señala que el crédito es definido “como un
acto de confianza o como un acto de crédito cuya condición es la confianza y
cuyo elemento constitutivo es el tiempo interpuesto entre las prestaciones
(...). Evidentemente, gran parte de la teoría destaca el aspecto intertemporal,
sosteniendo que el elemento constitutivo y esencial de una operación de crédito
es la presencia de un “término”, el que corre desde el momento del nacimiento del
derecho del acreedor hasta el vencimiento de la obligación del deudor2.
Por su parte, en relación con las operaciones de crédito y al contado, esta ad-
ministración ha manifestado anteriormente que en las primeras intervienen un
acreedor y un deudor frente a cuyo débito se manifiesta el correspondiente crédi-
to, es decir, el derecho del acreedor a una contraprestación futura, supuesto que
no se aplica en las segundas donde la prestación y la contraprestación se dan en
forma simultánea y sincronizada, es decir, en un solo acto3.
Nótese que si bien el elemento constitutivo del crédito bajo análisis es el tiempo
interpuesto entre las prestaciones (el que corre desde el momento del nacimiento
del derecho del acreedor hasta el vencimiento de la obligación del deudor), aquel
es, esencialmente, un acto de confianza; por lo que no solo se debe verificar lo
primero (el elemento temporal) para determinar la existencia de la concesión de
un crédito, sino también, y fundamentalmente, que este se haya concedido por la
confianza depositada por el acreedor en su deudor.
En ese sentido, a fin de dar respuesta a la presente consulta, debe determinarse
si es que, tratándose de contratos de ejecución continuada, el solo hecho del
establecimiento de una fecha de vencimiento para el pago, posterior a la fecha de
cierre del periodo al que corresponde la prestación del servicio, supone la conce-
1 Que modificó el Reglamento de la LIR, publicado el 5.10.2004, y que estableció el texto vigente del inciso f)
del artículo 21 del Reglamento de la LIR bajo análisis.
2 RIVAS GÓMEZ, Víctor. Elementos de Técnica Bancaria. Ediciones ARITA EIRL, Lima-Perú, 1988, pp. 123 y
125. El resaltado es nuestro.
3 A tal efecto, véase el Informe N.° 163-2015-SUNAT/5D0000, disponible en el Portal SUNAT (http//:www.
sunat.gob.pe).
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sión de un nuevo crédito; salvo que el contrato sea, en sí mismo, una operación
de financiamiento, en cuyo caso, sí califica, por su naturaleza, como una renova-
ción de crédito según lo previsto en el acápite ii) del literal a) del numeral 5) del
inciso f) del artículo 21 del Reglamento de la LIR.
3. Pues bien, siguiendo a los autores Max Arias-Schreiber y Manuel de la Puente y
Lavalle, los contratos se pueden clasificar, entre otros, por el tiempo, y siguiendo
este criterio, los contratos pueden ser de obligaciones de ejecución inmediata,
diferida, instantánea, de tracto sucesivo, entre otras4 5
De acuerdo con dicha clasificación, en los contratos de ejecución diferida, se sus-
pende la ejecución de las prestaciones por el plazo acordado; en estos contratos
si bien la ejecución puede ser inmediata, su ejecución se posterga por decisión
de las partes, por ejemplo, “el comprador está obligado a pagar el precio, pero la
ejecución de este pago no le es exigióle durante la vigencia del plazo”.6
Por su parte, en los contratos de tracto sucesivo “existe reiteración de actos eje-
cutivos, debidamente distribuidos o repetidos”7, y su esencia es “prolongarse en
el tiempo, pues esta prolongación es lo que permite alcanzar su finalidad”8; sub-
dividiéndose en contratos de ejecución continuada y periódica o escalonada9. Es
de ejecución continuada “cuando se produce sin interrupción pero desplazada en
el tiempo (...) sucede, para citar algunos ejemplos, en el arrendamiento de bienes,
el suministro de energía, el depósito y otros contratos típicos o atípicos”10. Será
de ejecución periódica o escalonada cuando “existen varias prestaciones distri-
buidas en el tiempo, generalmente expresadas mediante obligaciones de hacer,
que se dan en fechas determinadas o intermitentemente, es decir, con intervalos
iguales o desiguales, respectivamente”.11
De lo antes señalado fluye que en los contratos de ejecución continuada, las
prestaciones deben ser cumplidas o ejecutadas sin interrupción; vale decir, que
los actos ejecutivos de tales contratos se distribuyen ininterrumpidamente en el
tiempo, siendo ello su carácter relevante o esencial.
4 ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984. Tomo I - Contratos: Parte
General. Noviembre 1995. Gaceta Jurídica Editores S.C.R.L. Lima - Perú. pp. 46,47 y 68.
Cabe indicar que para Manuel de la Puente y Lavalle, conforme a este mismo criterio de clasificación, los
contratos pueden ser de ejecución inmediata, diferida e instantánea y de duración, siendo que esta última
modalidad comprende los contratos de ejecución continuada y los de ejecución periódica, así como los de
duración determinada, determinable e indeterminada. DE LA PUNTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en
general - comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código Civil. Tomo I. Segunda Edición. Mayo
1993. Fondo Editorial 1993. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima - Perú. pp. 209, 233 y 239.
5 Cabe indicar que Max ARIAS SCHREIBER agrega los contratos a plazo fijo o a plazo indeterminado, pero
para efectos de este análisis no resultan necesarios.
6 DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. Cit. Págs. 234 y 235.
7 ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit. Pág. 70.
8 DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. Cit. Pág. 238.
9 ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit. Loc. Cit.
10 ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit. Loc. Cit.
11 ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit. Loc. Cit.
INSTITUTO PACÍFICO 23
PROVISIÓN DE COBRANZA DUDOSA
Ahora bien, el que en tales contratos se haya establecido una fecha de vencimiento
para el pago, posterior a la fecha de cierre del periodo al que corresponde la prestación
del servicio12, no supone necesariamente que dicho plazo se haya concedido por la
confianza depositada por el acreedor en su deudor.
Tal es el caso de aquellos contratos en los que el monto o cuantía de la contrapresta-
ción debe determinarse según la naturaleza de la obligación o las circunstancias del
caso de que se trate, y que requiera para ello de una liquidación previa efectuada por
el prestador del servicio.
En tales casos es evidente que el plazo en cuestión que se establece para el pago de la
contraprestación no obedece a que el acreedor confía en que su deudor cumplirá con
su obligación, sino a que al tratarse de una deuda ilíquida (incierta por desconocimiento
de su cuantía) no podría establecerse una fecha de pago anterior o simultánea a la
prestación misma del servicio.
En consecuencia, no puede establecerse a priori si califican como una renovación de
créditos según lo previsto en el acápite ii) del literal a) del numeral 5) del inciso f) del
artículo 21° del Reglamento de la LIR, los contratos suscritos por el contribuyente y
terceros que - a su vez - son sus deudores con acreencias pendientes, en los que:
(i) la prestación es de ejecución continuada; y,
(ii) la contraprestación es pagada en la fecha de su vencimiento, que es una posterior
a la fecha de cierre del periodo al que corresponde la prestación del servicio.
Ello por cuanto dicha determinación solo puede efectuarse en cada caso, pues depen-
derá de si el establecimiento de tal plazo es una concesión que el acreedor otorga a su
deudor por la confianza que este le genera.
No obstante, los contratos de prestaciones de ejecución continuada que en sí mismos
constituyan operaciones de financiamiento, califican como una renovación de créditos
según lo previsto en el acápite ii) del literal a) del numeral 5) del inciso f) del artículo 21
del Reglamento de la LIR
Conclusiones:
1. En general, no puede establecerse a priori si califican como una renovación de
créditos según lo previsto en el acápite ii) del literal a) del numeral 5) del inciso f)
del artículo 21° del Reglamento de la LIR, los contratos suscritos por el contribu-
yente y terceros que - a su vez - son sus deudores con acreencias pendientes, en
los que:
(i) la prestación es de ejecución continuada; y,
(ii) la contraprestación es pagada en la fecha de su vencimiento, que es una
posterior a la fecha de cierre del periodo al que corresponde la prestación
del servicio.
Tal determinación solo puede efectuarse en cada caso, dependiendo de si el esta-
blecimiento de dicho plazo es una concesión que el acreedor otorga a su deudor
por la confianza que este le genera.
2. Los contratos de prestaciones de ejecución continuada que en sí mismos consti-
tuyan operaciones de financiamiento, califican como una renovación de créditos
según lo previsto en el acápite ii) del literal a) del numeral 5) del inciso f) del artí-
culo 21 del Reglamento de la LIR .
Lima, 11 JUL. 2016
12 Tal como señala Arias-Schreiber “nada impide que en un contrato la prestación sea continuada y la contra-
prestación periódica. Así sucede, por ejemplo, con el arrendamiento”.
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Op. Cit. Loc. Cit.
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STAFF REVISTA ACTUALIDAD EMPRESARIAL
Base legal:
- Texto Único Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por el Decreto
Supremo N.° 179-2004-EF, publicado el 8.12.2004 y normas modificatorias (en
adelante, la LIR).
- Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobado por el Decreto Supremo
N.° 122-94-EF, publicado el 21.9.1994 y normas modificatorias (en adelante, Re-
glamento de la LIR).
Análisis:
1. El inciso i) del artículo 37 de la LIR dispone que a fin de establecer la renta neta
de tercera categoría serán deducibles los castigos por deudas incobrables y las
provisiones equitativas por el mismo concepto, siempre que se determinen las
cuentas a las que corresponden.
Añade el acápite iii) de dicho inciso que no se reconoce el carácter de deuda inco-
brable, entre otros, a las deudas que hayan sido objeto de renovación o prórroga
expresa.
A tal efecto, el acápite ii) del literal a) del numeral 5 del inciso f) del artículo 21°
del Reglamento de la LIR señala que se considera deudas objeto de renovación
aquellas deudas vencidas de un deudor a quien el mismo acreedor concede nue-
vos créditos.
Como se aprecia de las normas citadas, la LIR ha señalado algunos supuestos
en que las deudas no tienen el carácter de incobrable para efectos de la
determinación de la renta neta de tercera categoría, entre los cuales se encuentran
las deudas que hayan sido objeto de renovación, calificando como tales las
deudas vencidas de un deudor a quien el mismo acreedor concede nuevos
créditos.
2. Atendiendo a lo anterior, corresponde ahora dilucidar si efectuar operaciones al
contado con el mismo acreedor genera un nuevo crédito que convierte a las deu-
das vencidas en deudas objeto de renovación.
Al respecto, en la exposición de motivos del Decreto Supremo N.° 134-2004-
EF(13 14) se indica que “dentro del concepto de renovación se incluye a las deudas
vencidas de un deudor a quien el mismo acreedor concede nuevos créditos,
debido a que se considera que la deuda vencida pierde su carácter de incobrable
si el acreedor renueva su confianza en el deudor otorgándole nuevos créditos
Sobre el particular, la doctrina señala que el crédito es definido “como un acto de
confianza o como un acto de crédito cuya condición es la confianza y cuyo ele-
mento constitutivo es el tiempo interpuesto entre las prestaciones(...). Evidente-
mente, gran parte de la teoría destaca el aspecto intertemporal, sosteniendo que
el elemento constitutivo y esencial de una operación de crédito es la presencia
13 Norma que modifica el Reglamento de la LIR, publicado el 5.10.2004, y que establece el texto vigente del
inciso f) del artículo 21 del Reglamento de la LIR bajo análisis.
14 RIVAS GÓMEZ, Víctor. Elementos de Técnica Bancaria. Ediciones ARITA EIRL, Lima-Perú, 1988, pp. 123 y
125.
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PROVISIÓN DE COBRANZA DUDOSA
de un “término”, el que corre desde el momento del nacimiento del derecho del
acreedor hasta el vencimiento de la obligación del deudof”(2).
De lo anterior se puede inferir que en las operaciones de crédito intervienen un
acreedor y un deudor frente a cuyo débito se manifiesta el correspondiente crédi-
to, es decir, el derecho del acreedor a una contraprestación futura, supuesto que
no se aplica en las operaciones al contado(15) donde la prestación y la contrapres-
tación se dan en forma simultánea y sincronizada, es decir, en un solo acto.
En mérito a lo expuesto, se puede afirmar que las operaciones celebradas al
contado con el mismo deudor no generan un nuevo crédito que convierte a las
deudas vencidas en deudas objeto de renovación.
Conclusión:
Para efectos de lo previsto en el acápite ii) del literal a) del numeral 5 del inciso f) del
artículo 21 del Reglamento de la LIR, las operaciones celebradas al contado con el
mismo deudor no generan un nuevo crédito que convierte a las deudas vencidas en
deudas objeto de renovación.
15 Con pago inmediato en moneda efectiva o equivalente [Diccionario de la Real Academia Española (http://
lema.rae.es/drae)].
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