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DERECHO ROMANO.

Introducción al curso. Razón por la cual el curso debe ser estudiado y

explicar su utilidad posterior.

Historia política y fases del Derecho Romano.

Conceptos básicos: Ius, fas, justicia, jurisprudencia, Ius civile, Ius gentium,
Ius publicum, Ius honorio y la

C o n c e p t o d el d e r e c h o r o m a n o .

En su acepción mis lata, se entiende por derecho romano el conjunto de normas y principios
jurídicos que rigieron las relaciones del pueblo romano en las distintas épocas de su historia, es
decir, dentro de los límites marcados por la fundación de Ronia (753 a, de C.) y la muerte del
emperador Justiniano (565 d. de Cristo

En este concepto amplio se comprenden también las llamadas leyes romano-bárbaras que se
sancionaron a instancia de los caudillos o reyes germ anos cuando se asentaron en suelo romano y
que én gran parte se nutren de fuentes clásicas.

Hay romanistas que encierran todavía, dentro dé está amplia acepción, las reinterpretaciones que
del derecho compilado en tiempo de Justiniano "efectuaron los glosadores y postglósadores en la
temprana Edad Media y las que se sucedieron a ellas hasta el siglo pasado, en el que se destaca la
pandectísticá alemana. Es lo que se ha dado en denominar “segunda vida del derecho romano” .

En sentido estricto, la expresión derecho romano designa el ordenamiento normativo contenido en


la compilación do las leyes y jurisprudencia romanas realizada en el siglo "vi)de nuestra era por
Justiniano, emperador de-Qriente

Este cuerpo legislativo, que más tarde fue denominado Corpus luris C.ivilis, está integrado por el
Código (Codex lustinianeus), una compilación de constituciones imperiales; el Digesto o Pandectas
( Digesta, Pancléclue), que contiene el ordenamiento de la jurisprudencia romana; las Instituías
(lnstitution.es), obra que el príncipe legislador destina a exponer los principios básicos de su derecho
con el fin de facilitar su conocimiento p o r las jóvenes generaciones de estudiantes; y las Novelas
(Novellae constitutiones), que fueron las nuevas constituciones dictadas p o r Justiniano entre los
años 535 a 565; es decir, una vez terminada su labor compilatoria.

Aunque el derecho justinianeo, por haber sido el elemento básico de formación del derecho privado
de los distintos países de E u ro p a continental, y aun de los ultramarinos influidos por los derechos
europeos, deba ser base de nuestro estudio, éste no se 'limitará a esa fa se del desarrollo del
derecho romano, sino que habrá de realizarse atendiendo también al derecho privado ante
justinianco, para seguir así las distintas transformaciones de la legislación de Roma en el curso de
su más que milenaria progresión histórica. Es q u e el derecho-romano-lo vamos a repetir con
reiteración- es; un auténtico producto histórico. No es fruto de unos intensos años de elaboración
ni de un período de esplendor máximo, sino resultado de una pausada pero constante labor, de una
auténtica decantación de siglos.
U t i l i d a d a c t u a l d i í l e s t u d i o d e l d e r e c h o r o m a n o , r Ha v en id o constituyendo un
tópico de todos los estudios históricos que tratan de explicar la significación del derecho rom ano y
ja trascendencia actual de su cultivo'(-escribe Álvarez Suárez-^- la afirmhción de que no existe en
toda la historia universal fenómeno más sorprendente ni más admirable que el de la permanencia
y subsistencia de jas.ii*tituciones jurídicas romanas, fuera de los límites espaciales y temporales de
su_vigencia. Razón tiene, en e fec to , el ilustre romanista español al. puntualizar la efectividad del
hecho. Una abundante literatura jurídica se ha esforzado en destacar las motivaciones de esta
siempre reverdecida ¿gifanfa román tstica, así com o los fundamentos que vienen prcgoñañclo'Tá
supervivencia ejemplar del derecho romano. Cuando el espíritu de un derecho supervive á través
de la historia no obstante los cambiantes avatares de ella, es porque callosas esenciales consagran
su prosapia y su valor.:, Conocerlas en sus conexiones sustanciales, en su problematismo histórico,
es labor fundamental. Por ello pasaremos a explicar las razones que en los tiempos actuales
justifican el estudio de una disciplina tan incuestionablemente. Histórica como es la del derecho
romano. Poderosas causas, motivos culturales e históricos de importancia, nos inducen en la
actualidad a sostener la necesidad del estudio de la legislación romana, pues, además de sus valores
formativos y pedagógicos innegables, posee un interés práctico evidente por constituir el elemento
informador de casi todas las legislaciones de derecho privado del actual momento histórico. Los
grandes preceptos que sirven de base al mundo jurídico moderno son siempre los que los romanos
establecieron y, con toda razón se ha sostenido, a nadie le es permitido repudiar esta herencia sino
al precio de romper con el pensamiento de los juristas, de reemplazar el derecho por |a
arbitrariedad o la violencia. Pensemos sin más en todos aquellos principios, de indudable abolengo
romanística, que en los sistemas jurídicos actuales pregonan su ascendencia originaria. Así, los
conceptos de acción y de excepción, de capacidad jurídica y de capacidad de obrar; los lineamentos
fundamentales del derecho sucesorio; los elementos informantes del derecho contractual e incluso
de los derechos reales; la doctrina de la libertad de las partes contratantes;- los vicios de la voluntad
en la teoría de! negocio jurídico,etc. Sabemos que en la actualidad, con excepción de las regiones
de derecho musulmán e hindú. El mundo-está repartido en dos grandes sistemas jurídicos: el
anglosajón y el romanista. Nuestro país pertenece al segundo. Recibió el derecho romano por
conductos diversos. Por el derecho español, si recordamos la influencia del Fuero Juzgo, las Partidas,
etcétera. Por el derecho napoleónico, si tenemos en cuenta el, influjo del Código Civil francés
de.1804. . Directamenfe7"si pensamos en la fuente de inspiración que significó el Corpus Iuris Civilis
para la redacción del Código Civil argentino, e indirectamente p o r la autoridad científica de grandes
expositores del derecho romano, como Savigny, P othier y Serrigny, o (je los comentaristas del
Código Napoleón, como Molitor, Zachariae y Toullier, que nutrieron con sus doctrinas los principios
del derecho civil nacional. v J En efecto, nuestro Código Civil de 1869, que redactó P almario Vélez
Sársfield, jurista de neta formación romanística, resultó una obra de contenido esencialmente
romano. A través de su articulado y de sus notas se aprecia que una gran masa de conceptos
romanos se halla consagrados en dicho ordenamiento. Así, la teoría de las personas jurídicas, la de
las cosas, la teoría del hecho y el acto jurídicos ‘y la de la declaración de la voluntad / la de la
condición y hasta la de la representación y, de manera prepon- ,.

C o n c e p t o d e l d e r e c h o e id e a s r o m a n a s . - Se ha dicho que el derecho tiene ciertas


funciones únicas y especiales. Noes, principalmente, una ciencia social tendiente a describir la forma
en que tienen que funcionar ciertas instituciones. Tampoco es, solamente, un instrumento para
determinar cómo resultarán las transacciones, ni para pronosticar qué harán los tribunales; Esos
son servicios importantes, pero subsidiarios en cuanto al objetivo primordial de! derecho, que es el
de elaborar conceptos y_ mantener y poner en vigor procedimientos que permitan que una
comunidad soberana sea gobernada por reglamentaciones que propicien el bien común, la
realización de los valores húrtanos y la aplicación. ésos reglamentos en forma eficaz

.a) El “ius”. Los romanos, maestros en el arte de hacer el derecho, comprendieron la realidad
viviente de su pueblo y supieron poner su ordenamiento normativo al servicio de la sociedad a la
cual debían regir. No lo expresaron con pomposas frases, ni entraron a desentrañar su esencia.
Hostiles a toda elucubración teórica y pragmáticos por excelencia, designaron al derecho colija voz
latina ius comprensiva de! derecho en sentido objetivo entendido éste como norma que regula con
carácter, obliga torio las_ relaciones sociales, y en sentido subjetivo, como facultad o pode que el
ordenamiento jurídico reconoce a un sujeto.

Un conocido pasaje de las fuentes (Dig. 1, 1, 1, pr.) define:.el derecho, contemplando su aspecto
objetivo, como “el arte de’ lo bueno y lo equitativo” (ius est ars boni et aeqdi)'. \E1 célebre
fragmento de Ulpiano que atribuye al jurisconsulto Celso la definición del ius, ha sido objeto de
críticas porque ha entremezclado los conceptos ^de derecho y de moral y'que son valores
completamente diferentes. Sin embargo, la confusión resulta comprensible si se tiene en cuenta
que Celso fue uno de los jurisprudentes romanos que más sintió la influencia del estoicismo griego,
doctrina filosófica que entendía qué el derecho era una moral restrictiva .

b) Los preceptos del derecho. La falta de deslinde entre el campo del dereco y el de la moral, se
percibe igualmente en los tres famosos preceptos del derecho (iria iuris pracepta) cqn los que se
han pretendido resumir los deberes que el derecho objetivo impone a los individuos: ^.Vivir
honestamente no dañar a otro y dar a cada cual lo suyo”. “Honeste vivere, alterum non laedere,
súiim cujaue tribueré” son los preceptos o postulados que según ' otro fragmento de Ulpiano (Dig.
1, 2, 10, 1), determinan el contenido del derecho). La identificación entre deberes éticos y deberes
jurídicos no era, empero, absoluta, ya que los romanos supieron señalar, como lo expresa un pasaje
del jurisconsulto Pauló (Dig. 50, 17, 144), “que no todo lo que era jurídicamente lícito

correspondía a las norm as m orales” (non omrte quod licet hónesliun cst). íntima conexión existía
entre el ius en sentido subjetivo y la ucdo, ya que ésta era concebida por los romanos como el
instrumento procesal por cuyo intermedio el ordenamiento legal aseguraba a las personas físicas o
abstractas, la tutela de los derechos subjetivos. Así, gran parte de los derechos subjetivos se fueron
croando por medio del reconocimiento de acciones. Como ejem plo más que elocuente podemos
citar las clásicas categorías de derechos patrimoniales, los derechos reales y personales, que fueron
un derivado de las actioncs in rem V de las actiones in personarn. ' Rn esto radica ja importancia
capital que alcanza en el derecho privado de los romanos el régimen procesal y sus formas procedí*
mentales, lo que ha llevado a sostener a Schulz que una parte considerable del derecho clásico es
un.derecho de accione^: (cy^El “fas" ... A s í como {os .romanos designan con e término itis a la
norma jurídica,.denom inan fas a la norm a religiosa. D erecho y religión aparecen en épocas
primitivas como ideas que guardan entre sí un nexo 8e unión evidente que hace que no haya una
antítesis- entre el derecho humano y el derecho divino. Se explican -los puntos de contacto* no
.sólq\porque en-los primeros . tiempos de R o m a ;e ra difícil concebir; un proceso de abstracción
...que deslindara ambos campos, sino también p o rq u e ro s primeros intérpretes del derecho
fueron los pontífices romanos, que entendieron que los actos o comportamientos humanos
tendrían la nota de licitud cuando se conformaran con la voluntad de los dioses.,. Fue sólo en la
República tardía cuando se abrió paso la jurisprudencia laica y se oper^ el-proceso de secularización
del tus, con lo-cual viene a producirse la diferenciación entre el derecho y la religión. Desde esa
época, pues ,(¡as equivale a ius diyinum\ es la norma religiosa, el derecho revelado por los dioses,
que regula las relaciones de los hombres con la divinidad, en tanto que f ius.¿s el derecho hum ano,
constituido por-normas creadas p o r el hombre para regular las relaciones de éstos éntre sí y con
el Es- ,tado. * .............. * . ! ' * f ' " r í *■*»■«■*" ( d^ Justicia. No tenía en el derecho rom ano la voz
justicia una acepción muy distinta de la actual. lustum es lo que se conforma al ius, y si la adaptación
es constante, se llega a ese valor

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