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La Deontología de Kant

Kant, al definir la deontología, hace referencia al deber y a las obligaciones, no nos


habla de una ética relacionada con el porvenir del hombre, de sus objetivos o de sus
aspiraciones en la vida, más bien, enfoca la ética a una ética del deber, la cual establece
pautas de comportamiento que se deben seguir o leyes que regulan a los ciudadanos.
Se podría considerar como una ética independiente y formal si tenemos en cuenta que
no ofrece contenidos, no establece pautas para llevar una vida que se pueda considerar
“buena" o “mala”.
Mencionar por último, su implicación con el criterio de capacidad de universalización,
que posibilita diferenciar entre máximas de tipo moral y las que no lo son.
Al igual que sucede con la teoría de Aristóteles, la teoría de Kant también es objeto de
crítica:
En primer lugar, a Kant se le puede criticar que, al relacionar la ética con cómo deben
hacerse las cosas, está universalizando el concepto, porque presupone que todos
debemos entenderla del mismo modo. No obstante, la ética está ligada a la moral, y ésta
también es particular a cada persona. Por lo tanto, probablemente el deber, no es visto
igual por todos.
En segundo lugar, Kant establece cómo hay que actuar, pero no nos dice si eso es bueno
o no. La ética no se refiere sólo a la forma, sino también al fondo de las cosas.
Por último, Kant olvida por completo el sentimiento humano, según él tenemos que
actuar en base al deber y no sobre la base de lo que de verdad queremos hacer. En este
sentido, actuar conforme al deber nos aleja de la felicidad.
Toda moralidad no sería sino una costumbre, un hábito desde el que juzgamos todas las
acciones conforme a reglas inculcadas por la educación o conforme a la ley dictada por
la autoridad; el hombre ha sido dotado de sensibilidad y de razón. El fin de aquella es la
felicidad, su instrumento, el instinto. La voluntad humana se encuentra, pues, escindida
entre las solicitudes de la sensibilidad y las exigencias racionales.
En Kant, el concepto de buena voluntad contiene la idea del deber, que se explica
respecto a tres tipos de acción: aquellas donde reconoce conflicto entre el yo debo y el
yo quiero, aquellas donde existe acuerdo entre deber y querer, y aquellas que se realizan
únicamente por deber. La conformación del querer se da en la intención, según cinco
posibilidades:
1. por inclinación positiva y conforme al deber (por simpatía hacia sus clientes)
2. por egoísmo, aunque de conformidad con el deber (para aumentar su clientela)
3. por egoísmo y contrario al deber (porque desea enriquecerse)
4. por deber, mas con determinada inclinación (porque, sintiendo simpatía hacia
sus clientes, cobra un precio pues es un deber hacerlo)
5. por deber y contrario a toda inclinación egoísta. (cobra lo justo y vence su deseo
de enriquecerse
La ética Kantiana puede resumirse en una serie de proposiciones:
1. La única cosa que puede describirse como buena sin calificación es un buen deseo,
no como un medio para algo más, sino sólo en sí mismo.
2. El valor moral de una acción descansa en la máxima, de acuerdo con la cual, el sujeto
está actuando y una máxima es moral sólo si está de acuerdo con la ley moral.

"Obra siempre de acuerdo con aquella máxima que al mismo tiempo puedes desear que
se convierta en ley universal". Y eso quiere decir que una persona actuaría éticamente
si está de acuerdo en que su regla de conducta debe ser aplicada por todo aquel que se
llegara a encontrar en una circunstancia similar.
Para Kant todo hombre o mujer posees la capacidad de distinguir el bien y el mal moral,
una acción moral correcta para Kant es cundo se hace uso de esa capacidad para hacer el
bien sin importar las consecuencias, lo único que cuenta es la intención.

De manera práctica se puede expresar con la idea de que das limosna a un vagabundo
para ayudarle pero este se lo gasta en tabaco, tú has hecho lo correcto, aunque supieras
que se lo iba a gastar en vicios, ya que en tu corazón esperas que no sean así, ya que tu
intención era buena es correcta.
En otras palabras es aquella noción que nos corresponde como seres racionales del
DEBER y la VOLUNTAD. El deber para Kant es algo que debe ser obligatorio y la
voluntad es tu convencimiento propio de hacerlo con agrado para cumplir conforme al
deber. Kant resume todo esto que te acabo de decir en algo que llama "Imperativo
Categórico" (hacer las cosas por deber y convencimiento)
La Ética Kantiana destaca por que a pesar de ser de raíz ilustrada tiene connotaciones
religiosas, por lo que fue alabado por los filósofos cristianos, y criticado por los
filósofos ateos.
Los dos puntos fundamentales de la ética Kantiana son los siguientes
Demostrar la falsedad de toda doctrina moral que pretenda a apoyarse en
consideraciones empíricas.
Otorgar a la ética una base exclusivamente racional y apriorística.
Para comprender estos dos puntos hace falta saber que el empirismo consiste en la
adquisición del conocimiento a través de la experimentación, es decir que para saber
algo antes tienes que comprobarlo. Y apriorística se refiere a que sabes algo antes de
comprobarlo mediante una deducción lógica.

IMPERATIVO CATEGORICO
Otro punto fundamental de la Ética Kantiana es el imperativo categórico que consiste en
norma que considera incondicional, necesaria y absoluta, y que debe ser el fundamento
racional de toda conducta moral. Para Kant las opciones morales solo son válidas si
pueden si pueden ser adoptadas por todos y en todo momento, el imperativo categórico
es un mandato que debe ser obedecido como un deber moral por encima de los intereses
individuales pero por propia voluntad.
Kant partía del punto de vista de que la diferencia entre el bien y el mal era algo
realmente real, para Kant todos los seres humanos disponemos de la capacidad de
razonar en cada momento si algo es bueno o es malo moralmente, por lo tanto la
capacidad de distinguir entre el bien y el mal es innata como el resto de cualidades de la
razón.
Para llegar al bien supremo de la razón práctica para Kant hay tres postulados que se
deben cumplir:
1. La libertad. El mundo del fenómeno está regido por la necesidad, mientras que
el mundo de la razón práctica está regido por la libertad.
2. La inmortalidad del alma. Llegar al bien supremo supone la santidad, perfecta
conformidad entre la voluntad y la ley moral, lo que sólo es posible suponiendo
la inmortalidad del alma. Nuestra alma tiene que ser inmortal para que en otro
mundo pueda obtener la recompensa que merece
3. La existencia de Dios. Lograr el bien supremo requiere también llegar a la
felicidad adecuada a la moralidad y para ello tenemos que postular la existencia
de Dios como realidad en la que el bien supremo se cumple. (pues sólo una
entidad Absoluta puede hacer que coincidan las leyes que rigen la
realización de la felicidad con las leyes que rigen la conducta moral

Bibliografía:
 Zamora Álvaro, ¿Deontológia Kantiana?, Rev. Filosofía Univ. Costa Rica,
XLIII (108), 147-151, Enero-Abril 2005
 Cfr. Wyss, Dieter. “Ética y medicina”, trad. S. Kruse y Á. Zamora. En: Zamora,
Á. (comp.), Tecnología: el otro laberinto. Cartago: Libro Universitario
Regional (LUR), 2004, págs. 255-265.
 Kant, Inmanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres, edición
bilingüe y notas de J. Mardomino. Barcelona: Editorial Ariel S.A., 1996, §427,
20 a 25.

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