Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Abstract— This article aims to address a general analysis of the competitiveness that
sustainable agroecological models have -or represent- in the Colombian agroindustrial
sector. The first part will show some socio-political and economic background, indices and
indicators that account for the current status and prospection of the Colombian agroindustrial
sector, likewise will be addressed some key concepts to better understand the competitive and
associative capacity of agro-industry. The second part will include a conceptualization about
agroecology, sustainable agricultural models that are governed by the principles of ecology
applied to agroecositems, and how these have the potential to be the engine of economic
(endogenous), social -and environmental- development. of the communities that revolve
around this type of economy. Finally, in the third part of the document, the reader will find a
general analysis on the competitiveness that these agroecological sustainable models have -or
could have- in the Colombian agroindustrial sector, where said conception of competitiveness
will be addressed from the theories of Michael Porter
En este sentido, se podría pensar que dadas las anteriores consideraciones, el sector
agroindustrial jugara un papel importante en los diferentes renglones de la economía del
país, y que además se esperaría que pensar en un modelo productivo que dinamice el
desarrollo del mismo, constituiría una tarea de primer orden en las agendas públicas y
privadas. Sin embargo, la realidad que vivimos es totalmente diferente. Y esto ocurre
porque es necesario considerar no sólo la disponibilidad de recursos y el desarrollo lógico
que da lugar a la industria de alimentos y demás desarrollo agroindustrial, sino que además,
de acuerdo a Balcázar, requiere evaluar la condición real de la actividad a lo largo de la
cadena, considerar sus condiciones favorables y aquellas que limitan su consolidación, así
como los demás componentes del sistema industrial, en tanto es evidente que su desarrollo
estará dependiendo de una serie de variables del orden macroeconómico, microeconómico e
institucional.
que en 1945 representaba más del 27 por ciento del PIB industria (DANE, 2002) y que, sin
embargo, registra una progresiva pérdida de protagonismo en la participación del PIB
nacional, siendo su síntoma más evidente el de la progresiva desindustrialización del país.
Basta con darle un vistazo a la Figura 1, la cual representa información aportada por el
DANE y que da cuenta de cómo la participación de la industria en el PIB de Colombia
registra una alarmante y preocupante tendencia a la baja. Claramente se ve evidenciado el
paulatino deterioro de la actividad económica, o por lo menos, de un rezago frente al
conjunto de la economía, lo que conlleva a cuestionar abiertamente las características y
dinámicas del sector industrial –y puntualmente agroindustrial- en diferentes escenarios
productivos y formular nuevas alternativas que permitan ir dando solución a las fallas
existentes en la definición de un modelo de organización productiva, las mismas que no han
permitido que la agroindustria colombiana tenga un crecimiento sostenido, y que, en
general registre serios problemas de competitividad.
La Figura 2 muestra el
esquema básico de una cadena
productiva, y
contextualizándola dentro del
Figura 2. Esquema de una cadena Productiva. Adaptado de Onudi (2004).
Manual de minicadenas productivas, Onudi (Oficina Regional en Colombia), Bogota, 25 p.
sector agroindustrial, es
importante comprender que
esta comienza desde que el campesino adquiere las semillas para hacer la siembra de un
producto determinado, pasando por la transformación de aquel producto, hasta que este es
dispuesto en su presentación final al consumidor. Tener en cuenta que este sector
económico funciona a través de encadenamientos productivos y que depende de la cohesión
sociopolítica de los gremios, cooperativas, asociaciones y otras formas de asociatividad es
fundamental ya que sumado a los rezagos en la actividad productiva, que tienen que ver con
la disponibilidad y uso de los recursos, se suman otros aspectos determinantes como es la
forma de organización de la producción y el marco institucional que soporta su desarrollo.
Y es que precisamente este último punto, el de la “voluntad política”, en un estado cuya
dinámica política funciona a partir del “clientelismo”, es uno de los factores que han
impedido el tan necesario desarrollo económico y social del agro colombiano: es común
encontrar casos de negligencia y corrupción en los organismo estatales encargados de
optimizar los procesos agropecuarios, falta de continuidad en las políticas direccionadas al
sector agroindustrial. Bajo este contexto ha sido imposible que el aparato estatal
colombiano le dé un tratamiento adecuado a problemas estructurales del sector
agroindustrial, como es el caso de la concentración de la tierra y al interior de las cadenas
productivas, de la existencia elementos heterogéneos como la mano de obra cualificada, la
tecnología y los criterios de agregación de valor.
Figura 3. Participación
(%) del Agro y la
Industria Manufacturera
en el PIB de Colombia
2001-2013. Elaborada a
partir de datos tomados
del Banco de la
Republica.
Artículo corto de revisión bibliográfica
Si bien es cierto que el panorama del sector rural resulta bastante desolador y que los
problemas estructurales del sector agro (industrial) están lejos de ser resueltos, existen
algunas iniciativas que surgen como una solución alternativa, modelos “anti-sistema” de
desarrollo socioeconómico endógeno en los que pequeñas comunidades –cada vez más
crecientes- confluyen en espacios que promueven economías alternas que no solo
propenden por el desarrollo económico local, sino que también reivindican prácticas
agrícolas ancestrales y promueven la bio-diversificación del medio ambiente
amplias consultas con científicos y extensas revisiones de literatura, sostienen que los
pequeños agricultores pueden duplicar la producción de alimentos dentro de 10 años en
regiones críticas, mediante el uso de métodos agroecológicos ya disponibles. El reto es
pues, de acuerdo a lo que plantea Godgfray (2010), el producir alimentos usando
tecnologías respetuosas del medio ambiente y con métodos socialmente equitativos, en un
mundo donde las tierras cultivables están disminuyendo (ya sea porque estén siendo
empleadas para la producción de biocombustibles, o en un contexto más local porque se
presenta un fenómeno de acaparamiento de tierras, muchas de las cuales son terrenos
fértiles improductivos), con cada vez menos petróleo y que pronto será muy costoso por su
escasez, suministros cada vez más limitados de agua o falta de acceso a este recurso y
dentro de un escenario de rápido cambio climático, malestar social e incertidumbre
económica. Es así como los sistemas agroecológicos que exhiben altos niveles de
diversidad, integración, eficiencia, flexibilidad y productividad, son los únicos sistemas
agrícolas capaces de afrontar los retos del futuro (Holt Giménez y Patel, 2009).
Tabla 2. Descripción de algunos casos de éxito de la aplicación de modelos agroecológicos sostenibles (económica, social y
ambientalmente) en el territorio colombiano. Casos tomados de la Revista Agricultura Familiar Agroecológica Campesina en la Comunidad
Andina, AFAC. Secretaria General de la Comunidad Andina 2011. Pp 54-57)
Artículo corto de revisión bibliográfica
Es posible inferir a partir de las descripciones de los estudios de caso de éxito en la Tabla 2
que estas familias optimizan el manejo de los recursos mediante la aplicación de procesos
agroecológicos, encontrando además en estos modelos la oportunidad de relacionarse con
su entorno social y económico. También han podido replicar y multiplicar la sensibilización
por mitigar el impacto ambiental causado por sus prácticas agrícolas convencionales,
encontrando nuevas oportunidades de mercado en el proceso. Se encuentra que estas
experiencias/iniciativas agroecológicas se autoabastecen de materia orgánica y alimentos
(humano, animal), y que la mayoría mantienen rendimientos promedio que se traducen en
una capacidad competitiva frente a la agricultura convencional, lo cual constituye un
atractivo para promover la integración de nuevas familias productoras en los procesos
agroecológicos. También queda demostrado que en la medida que las fincas son
diversificadas y productivas generan ingresos y, además, constituyen una fuente de
alimentación para la misma familia.
proveedores, el Estado, los clientes y los distribuidores, entre otros, generan estímulos y
permiten sinergias que facilitan la creación de ventajas competitivas.
Y es que, precisamente a través de la generación de valor agregado en cualquier punto de la
cadena de valor es donde se empieza a establecer una ventaja competitiva de los productos
ecológicos agrícolas. Ello se debe en gran medida a que los consumidores cada vez se han
sensibilizado más sobre temas como hábitos de vida saludable y el cuidado del medio
ambiente, por lo que productos que ofrezcan calidad, inocuidad y garantía de que fueron
procesados con la menor cantidad de químicos o sin ellos, y además que promuevan buenas
prácticas agrícolas, sostenibles y sensibles al cuidado de los (agro)ecosistemas están cada
vez más en auge y tienen una gran proyección de ser comercializados a nivel local e
internacional.
Esta realidad está aún lejos de ser alcanzada dado que una de las grandes falencias que
explica la poca competitividad del sector agrícola, sobretodo de ese subsector que
promueve prácticas ecológicas de cultivo, siembra y transformación, es la falta de acceso a
un sistema justo de certificación. La difusión, expansión y desarrollo de la agricultura
ecológica pasa también por la flexibilización de la certificación "formal" para permitir que
muchos productores se incorporen al sistema exportador, tengan posibilidad de acceder a
mercados internacionales y no sean discriminados (Ahumada, M, 2002). Y es que, aunque
el modelo agroecológico busque en primera medida la soberanía alimentaria y abastecer
una demanda local, en términos de competitividad, es necesario buscar que los productos
agroecológicos nacionales alcancen mercados extranjeros y que también puedan competir
de una forma más justa en los mercados nacionales.
Sin embargo este proceso de certificación ha constituido una barrera de entrada grande para
que los productos agroecológicos, producidos por cooperativas, asociaciones formales y no-
formales, pequeños y medianos productores, familias campesinas, puedan entrar a
mercados formales, a precios justos y condiciones iguales que las grandes multinacionales.
La situación se agrava aún más si se piensa que la mayor cantidad de agencias
certificadoras que operan en américa latina son de origen europeo o norteamericano, y la
normativa unilateralmente adoptada en el norte hace bastante difícil la aparición de
empresas nacionales de servicios de certificación.
Aun así, ello no ha constituido en un impedimento para que muchas economías familiares
que giran en torno al modelo agroecológico sigan construyendo espacios donde se gesta el
desarrollo económico local, la sostenibilidad ambiental y se promueve la cohesión y el
bienestar social y comunitario.
Conclusiones
Los modelos agroecológicos sostenibles solo podrán ser competitivos en la medida que
exista una adecuada organización al interior de las diferentes formas de asociación,
formales e informales, de las que se componen las comunidades rurales que basan su
modelo de producción en una agricultura biodiversa, resiliente, sostenible y socialmente
Artículo corto de revisión bibliográfica
justa. Esta cohesión social en las comunidades rurales es sumamente importante porque es
precisamente a partir de estas interacciones sociales que se empiezan a crear redes de
cooperativismo, de intercambio –justo-, de activismo político, de emprendimiento, lo cual
es fundamental para que esta forma de agricultura ecológica y sostenible pueda ser
competitiva dentro del sector agroindustrial colombiano. De otra parte es menester que las
personas que conforman estos grupos y comunidades de productores puedan tener acceso a
instrumentos políticos que les permitan articular la actividad productiva bajo este modelo
alternativo de producción agrícola con mecanismos que les coadyuven a acceder a rubros
del estado (por ejemplo a través de proyectos y convocatorias) destinados al mejoramiento
del desarrollo de su actividad económica y por tanto hacerla más competitiva; también el
conocimiento de mecanismos legales que les permitan defender sus intereses y pedir
reivindicaciones por parte del estado (como el acceso a los recursos naturales, tales como la
tierra y el agua, para su explotación y sustento económico).
Como se mencionó al inicio del presente artículo, las deficiencias del sector agroindustrial
en Colombia obedecen en gran medida a la falta de sinergia que existe entre el sector
agrícola y el industrial, pues la escasa competitividad del sector agrícola como primera fase
de la integración vertical de procesos de transformación, ha obligado a abastecer la
demanda de la industria por medio del mercado internacional. Aspecto que no sólo le
imprime mayor incertidumbre a la industria, también limita las posibilidades de establecer
un modelo claro de desarrollo agroindustrial. Es por ello que se deben proponer políticas
publicas claras y contundentes que empiecen a dar solución a fallas estructurales y le
impriman una mayor importancia al sector agroindustrial, que estimulen el desarrollo rural
endógeno, que permitan un acceso justo a recursos naturales como la tierra y el agua, que
busquen brindar una extensión agropecuaria (asistencia técnica) de calidad, que le brinden
mayor autonomía a las regiones para establecer estrategias de desarrollo económico desde
lo local.
Es en este contexto sociopolítico y económico donde podríamos afirmar que los modelos
agroecológicos podrían tener una mayor oportunidad de ser competitivos dentro de nichos
de mercado especializados. El valor agregado que se le otorgue a los productos obtenidos
bajo este modelo agrícola (donde la implementación en si ya implica un valor agregado en
sí mismo, al incluir principios de la ecología dentro de sus técnicas de producción,
percepción de valor añadido en los productos que se relaciona a su vez con hábitos
saludables de vida y con el cuidado del medio ambiente) juega un rol muy importante ya
que se convierte en el factor diferenciador que facilitara la competencia y competitividad,
no solo de estos modelos agrícolas sostenibles, sino de todo el sector agroindustrial
colombiano.
Artículo corto de revisión bibliográfica
Referencias Bibliográficas
Altieri, M.A. (1995). Agroecology: The Science of Sustainable Agriculture. Boulder CO: Westview
Press.
Altieri, M., Funes-Monzote, F., Petersen, P. (2012). Agroecologically effi cient agricultural systems
for smallholder farmers: contributions to food sovereignty. Agronomy for Sustainable Development
32: 1-13.
Altieri, M., Nicholls, C. (2012). Agroecologia: Unica Esperanza para la soberanía alimenraria y la
resiliencia socioecological. Department of Environmental Science, Policy and Management,
University of California, Berkeley. Agroecología 7 (2): 65-83, 2012
Castro, J.G. (2008). Cadenas Productivas. Enfoques y Precisiones Conceptuales. Metodologías para
la caracterización de cadenas productivas. Observatorio de Entorno de los Negocios de la Facultad
de Administración de Empresas de la Universidad Externado de Colombia
Gliessman, S.R. (1998). Agroecology: ecological process in sustainable agriculture. Ann Arbor
Press, Michigan.
Godfray, C., Beddington, J.R., Crute, I.R., Haddad, L., Lawrence, D., Muir, J.F., Pretty, J.,
Robinson, L., Toulmin, S.M. (2010). Food security: the challenge of feeding 9 billion people,
Science 327: 812–818
Gliessman, SR. (1998). Agroecology: ecological process in sustainable agriculture. Ann Arbor
Press, Michigan.
Holt-Gimenez, E., Patel, R. (2009). Food rebellions: the real story of the world food crisis and what
we can do about it. Oxford, UK: Fahumu Books and Grassroots International.
Knowledge, Science and Technology for Development Global Report. , Washington DC: Island
Press.
Michael Porter. (1990). La ventaja competitiva de las naciones, Javier Vergara (ed.), Buenos Aires.
Onudi (2004). Manual de minicadenas productivas, Organización de las Naciones Unidas para el
Desarrollo Industrial, República de Colombia: Ministerio de Comercio, Industria y Turismo,
Bogotá. Disponible en: www.unido.org/doc/29104?language_code=es