CaptruLo
CONSERVACION, RUPTURAS Y RESURGENCIAS
Se puede considerar que el espacio mental del pen-
samiento clasico esta ya totalmente constituido en el
siglo xin. Sin representar una ruptura absoluta, 1258
es un hito muy significativo para la historia politica y
social. Este aifo, los mongoles se apoderan de Bagdad
y ponen fin a la ficcién del califato abasida. Un proce-
30 de diferenciacién, comenzado mucho tiempo antes,
entre un islam iranio y un islam arabe desemboca en
una separacién: el islam chiita triunfa en Irdn, el islam
arabe es acogido en Siria y en Egipto por una dinastia
de esclavos emancipados, los mamelucos (1250-1517). En
Occidente, el islam andalust se refugia en el reino nas-
ri de Granada (1230-1492), mientras los benimerines con-
servan a trancas y barrancas en Marruecos (1196-1465),
como los hafsfes en Ifriqiya (1228-1574), un islam mali-
kita rigorista que rompe mas y mds con el pensamiento
clasico. Desde el siglo xv1 al xrx, los turcos otomanos
se hacen cargo, principalmente en el aspecto politico,
del islam arabe y mediterraneo,
Se suele describir este periodo con el nombre de de-
cadencia. En realidad, sélo es licito hablar de decaden-
cia cuando se piensa exclusivamente en grandes «ge-
nios» creadores y en las obras «originales». Pero en
historia es importante permanecer atentos a los fend-
menos de discontinuidad tanto como a las continuida-
des. Ahora bien, durante el perfodo que nos ocupa, los
casos de ruptura y de resurgencia son de tal monta que92 EL PENSAMIENTO ARABE
modifican las condiciones de ejercicio del pensamien-
to arabe. Estos casos, negativos para una historia-relato
empefiada en ilustrar la continua ascension de la glo-
Tia nacional (considérese el tratamiento nacionalista de
la historia en el contexto del arabismo) merecen ser es-
tudiados tanto como los intentos de algunas personas
por conservar ciertos valores acumulados durante la
fase de florecimiento.
1. Conservacién de los valores
La actividad del pensamiento para perpetuar cier-
tas formas de vida intelectual se desenvuelve en tres
niveles, correspondientes a grupos sociales diferen-
ciados:
1) Una minoria de kuttdb o escribas, indispensable
para la administracion central, y de empleados (udaba,
ms atentos a conservar el Estado del que dependen sus
carreras que a indagar la verdad, siguen intereséndo-
se en el adab. En las viejas enciclopedias encuentran
los conocimientos necesarios para la practica de su ofi-
cio y para las exigencias de la vida cortesana. Estas en-
ciclopedias retinen, clasifican, ordenan, simplifican tex-
tos escogidos de las grandes obras clasicas. Estos textos
se citan o reutilizan de una manera més bien propia de
Ja antologia. Tales el caso de las obras de Nuwayri (m.
1332), Ibn Fadl Allah al ‘Umari (m. 1348), Qalqashandi
(m. 1418). No se encuentra en ellos ni una teologia, ni
una filosofia, ni siquiera una doctrina ética minimamen-
te sistematizada. Pero, igual que en las antologias de
Ja época clasica, un orden implicito riguroso domina
los pasos y las opciones del pensamiento, asi como la
forma de los discursos elegidos, o reescritos. Gracias
aestas enciclopedias nos es posible determinar el con-
‘CONSERVACION, RUPTURAS ¥ RESURGENCIAS 93
tenido de un humanismo arabomusulman tal como po-
dia funcionar en los medios urbanos cultivados poste-
riores al siglo xi. ¢Qué desvio manifiesta este huma.
nismo respecto al de las elites homélogas de la época
clasica? ¢Favorece, como en los siglos tt y 1v de la Hé-
gira, la actitud racionalista o bien ofrece un sistema sen-
cillo de seguridades a sociedades aisladas de las co-
rrientes exteriores y mas o menos replegadas sobre si
mismas? Estas cuestiones, que son esenciales, atin no
han sido objeto de averiguaci6n cientifica seria. Obsér.
vese, como ejemplo, la distancia epistemolégica que me-
dia entre el Libro de los animales de Jah'iz de la Vida
de los animales de Damiri (m. 1405): el primero sigue
la linea de Aristételes y da muestras de un sentido crf.
tico, de una preocupacién por verificar, que le permi-
ten corregir errores; el segundo se contenta con reunir
conocimientos ya antiguos en resefias clasificadas por
orden alfabético. Sin dejar de conservar la preocupa-
cién por lo concreto en el conocimiento del mundo y
de la condicién sociopolitica del hombre, gedgrafos
como Ibn Battiita (m. 1377), historiadores como Maq.
rizi (m. 1442) y Maqaari (m. 1632) siguen dominados por
los modelos clasicos.
2) El segundo nivel de actividad intelectual es el de
los ‘ulama’—ensefiantes que pueden ejercer al mismo
tiempo funciones oficiales, principalmente la de cadi,
Esta linea es ilustrada por una literatura de manuales,
de comentarios y de glosas para estudiantes. Estos son
relativamente numerosos, pues desde el siglo x1, con el
visir seléucida Nizam al-Mulk (m. 1092), las institucio-
nes de ensefianza (médersas, khanga en Egipto, zawiya
en el Magreb) se han multiplicado en apoyo de la ex-
Pansion del sunnismo. Cada una de las cuatro grandes
escuelas sunnitas tiene una o varias instituciones ade.