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UNIVERDIDAD INSURGENTES

PLANTEL CHALCO

EL CONTEXTO SOCIAL Y LOS GÉNEROS MUSICALES COMO INFLUENCIA EN LA


FORMACIÓN PROFESIONAL.

ALUMNOS:
WENDY LIZETH GONZÁLEZ CASTILLO
JESÚS JIMÉNEZ REBOLLO
ISRAEL MONDRAGON GARCÍA
ITZEL SAAVEDRA CORDOVA

GRUPO: LPSMM5

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN I
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Se ha establecido a través del tiempo que la música influye en diferentes áreas en la vida de una
persona, incluyendo conductas, la actitud a la hora de tomar decisiones y en algunos casos, definir
la personalidad en base a diversos géneros, dando paso a diversas clasificaciones de estilo y
carácter. Tomando como referencia la etapa anterior de este proyecto, se pudo observar que
existe una gran diferencia en la manera de pensar con respecto a las perspectivas musicales, así
como la forma en que el ser algún tipo de escucha con respecto a los géneros y el contexto donde
tienen desenvolvimiento, puede ser considerado un factor para que los estudiantes de carreras
artísticas desarrollen un determinado tipo de personalidad de acuerdo con el género musical de
preferencia y los estímulos recibidos del ambiente con respecto al área de interés del sujeto, así
como el tipo de personalidad y el entorno como factores para elegir una carrera artística.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿El contexto social y los géneros musicales influyen en la formación profesional y la constitución
de objetivos de vida?

OBJETIVO GENERAL

Identificar y describir la manera en que el contexto social y los géneros musicales influyen en la
formación profesional y la constitución de objetivos de vida.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Conocer y describir estudios de personalidad en géneros musicales


 Elaborar un instrumento semiestructurado que permita identificar las posibles causas
ambientales para explicar a través de la música los tipos de personalidad artística, así
como clasificar los patrones de comportamiento con base a los mismos.
 Analizar los resultados y describir razones sociales y personales que determinan la
elección de una carrera artística.
 Describir de forma cualitativa las razones que conllevan a elegir un género musical
predilecto (con base al contexto donde se desarrolla el sujeto y a los ideales que persigue
el mismo; así mismo, describir de forma cualitativa la relación que existe entre los tipos de
personalidad identificados por medio de géneros musicales.
 Comprender el tipo de perfilado que cubren las personas que ingresan a carreras de tipo
artístico.

HIPÓTESIS

Existen patrones entre las relaciones de género musical que conforman la personalidad de un
artista, que serán la influencia principal dentro del cambio en conductas y la manera de tomar
decisiones.

LA MÚSICA COMO PARTE DE LA INFLUENCIA EN LA SOCIEDAD

La música desde la antigüedad hasta nuestros días no sólo ha sido diferenciada por la cantidad
sino básicamente por haber planteado nuevos rumbos en las conductas humanas; Ya que hace
2,500 años, la música se ha considerado una fuerza tan potente e influyente en la sociedad "hasta
los principales filósofos y políticos han luchado por su control", incluso a través de la constitución
de su nación. Este fue el caso en Esparta y Atenas. Otras culturas antiguas, como las de Egipto,
India y China, manifestaron preocupaciones similares. Hoy, un control legislativo o gubernamental
de este tipo sería casi inconcebible, pero incluso en este siglo, hay gobiernos que han
implementado leyes para controlar la música.

Uno de los argumentos que predomina a lo largo del siglo XX es: "El libre pensamiento". Por lo cual
ya no se toman en cuenta los estándares de ética; no quiere decir que se incumplan si no que ahora
ya no le tiene tanta importancia sólo se da el tiempo necesario para "digerirlas" y discutirlas. Por lo
cual se hace necesaria la investigación sobre el por qué y el como la música se ha convertido en un
fenómeno de cambio en las sociedades; no solo de cambio sino también de empoderamiento
social.

Decía platón:" Este arte contaba ciertamente con la eficacia del razonamiento que domina la
inteligencia, pero mayormente con el hechizo ejercido en el alma por el elemento sensible, la
música de la lengua.

Del éxito oratorio se derivan el honor, la gloria y el poder, que es todo cuanto puede ambicionarse;
el fin inmediato del discurso, el sentido en que ha de mover los ánimos es indiferente. La justicia y
el pudor de que hablaba Protágoras quedan reducidos al nivel de preocupaciones humanas que el
orador debe tener en cuenta para no exponerse a fracasar al contradecir la opinión general de su
auditorio".

Por otro lado suele indicarse que la música tiene el "poder" de manipularnos y controlarnos. Si esto
fuera irrefutable, el determinismo skinneriano estaría en lo correcto al aseverar que no existe tal
cosa como la elección o la responsabilidad personal. La música, junto con los demás "poderes" que
se encuentran en nuestros entornos culturales, recibiría un crédito que no es legítimo.

Gran parte del pensamiento contemporáneo adjudica la culpa del comportamiento aberrante
(mala conducta sexual, rebelión, violencia, etc.) al supuesto poder intrínseco de la música para
orquestar nuestras acciones. Algunos extienden esto al punto de creer que la música es una
herramienta especial de Satanás, de forma que, cuando aparece este tipo de comportamiento, él
es el culpable.

Por ejemplo, Aristóteles enseñaba que la música imita directamente (es decir, representa) las
pasiones o estados del alma -apacibilidad, enojo, valor, templanza, y sus opuestos y otras
cualidades; por lo tanto, cuando uno escucha música que imita cierta pasión, es imbuido por la
misma pasión.

Destaquemos, para responder, varios aspectos de la naturaleza de la música. Primero, la música,


independientemente de la letra, comunica un mensaje. No son necesarias las palabras para que la
música tenga significado.

Segundo, aunque algunos podrían argumentar que la música tiene diferente significado para
diferentes personas, y que su efecto es sólo cuestión de una respuesta condicionada, ésta no es una
premisa aceptada por los productores de películas, pues al incorporar un tema musical a una
película, se da por sentado que tendrá un impacto similar en toda la gente. Si este no fuera el caso,
la música para las películas no tendría ningún sentido en otros contextos culturales. Pero las
investigaciones han demostrado que el condicionamiento no puede lograr que la música que
transmite enojo y odio, o temor y suspenso, a un ser humano, comunique amor o alegría y paz a
otro.

En tercer lugar, los productores de películas obviamente suponen que el impacto de la música
puede (corporales) pueden ser afectados. Y éstos, a su vez pueden influir sobre nuestras emociones
y estado de ánimo, y que en último caso afectar el comportamiento, inclusive la toma de decisiones
Se utiliza para tantas cosas que es casi imposible pensar en todas ellas: en celebraciones,
ceremonias religiosas, ritos y danzas para pedir lluvia o buenas cosechas...; como método para
relajarse; como forma de diversión a través del baile o escuchándola en un auditorio; como ayuda
para enamorar a alguien; para tocar con amigos... Y así hasta el infinito.

Es un arte con el que nos encontramos a diario, desde que nos despertamos hasta que nos
acostamos Sin la música, el mundo sería muy diferente. Ya que es utilizada más como un símbolo
ritualista para expresar un sentimiento; sin la música en la historia no hubieran existido hazañas
humanas, pasiones eternas, alientos de guerra ni tampoco el alejamiento del hombre como animal
racional.

La música es un producto del comportamiento de los grupos humanos, ya sea formal o informal: es
sonido humanamente organizado. (Juan Estupiñan en John Blackingen, 1973)

PSICOLOGÍA DE LAS MASAS

Esta es la época que le toca vivir a Gustave Le Bon, una época marcada por guerras, revueltas y
revoluciones. Una época de cuestionamiento del orden establecido

Le Bon, ante estos cambios, se preocupa por lo que considera que puede llevar a la desaparición
de la civilización europea tal y como se había conocido hasta la época, y se preocupa,
especialmente, por la desaparición de los valores tradicionales, la pérdida de las creencias
religiosas..., y responsabiliza de todo ello al auge de las masas, al ascenso del proletariado al
poder.

Así, el único papel que se le otorga a las masas es el de generar desorden y destrucción,
mientras que sus características básicas son la inconsciencia, la brutalidad, la barbarie. En
definitiva, la mejor caracterización posible de la masa es la de “chusma irreflexiva y criminal”

Pero ¿qué es una masa? ¿qué características tiene? La característica más importante es la
desaparición de las individualidades, la aparición de un “alma colectiva” que presenta
características diferentes a la de los individuos que componen la masa.

"En determinadas circunstancias, y tan sólo en ellas, una aglomeración de seres


humanos posee características nuevas y muy diferentes de las de cada uno de los
individuos que la componen. La personalidad consciente se esfuma, los sentimientos y
las ideas de todas las unidades se orientan en una misma dirección. Se forma un alma
colectiva, indudablemente transitoria, pero que presenta características muy definidas.
La colectividad se convierte entonces en aquello que, a falta de otra expresión mejor,
designaré como masa organizada o,

Aparece, por lo tanto, un nuevo ser, la masa, con características completamente diferentes a las
de los individuos que la forman. Las causas de la aparición de esas características especiales de
las masas son:

 Sentimiento de potencia invencible que adquiere el individuo en la masa, lo que le lleva (o


permite) a ceder a sus instintos, viéndose esto favorecido por el anonimato y la desaparición de
los sentimientos de responsabilidad individual.

 Contagio mental, que implica que todo sentimiento, todo acto, se contagia de un individuo a
otro de una forma similar a como funciona la hipnosis.

 Sugestibilidad, que le lleva a realizar conductas que no realizaría de no ser miembro de la


masa, desapareciendo su personalidad consciente como si se encontrara en un estado de
hipnosis. El contagio no sería sino un efecto de la sugestibilidad.

"Así pues, la desaparición de la personalidad consciente, el predominio de la


personalidad inconsciente, la orientación de los sentimientos y las ideas en un mismo
sentido, a través de la sugestión y del contagio, la tendencia a transformar
inmediatamente en actos las ideas sugeridas, son las principales características del
individuo dentro de la masa. (...). El individuo que forma parte de una masa es un grano
de arena inmerso entro otros muchos que el viento agita a su capricho." (Le Bon en
Muñoz, J & Vazquez, F., 2002)

PSICOLOGÍA DE LAS MASAS Y ANÁLISIS DEL YO

En el libro que mencionamos (Psicología de las Masas), Freud recoge las aportaciones de autores
clásicos como Le Bon o McDougall, con los que reconoce ciertas similitudes en sus
planteamientos, pero con los que manifiesta igualmente mantener ciertas discrepancias.

“Hemos utilizado como punto de partida la exposición de Gustave Le Bon, por coincidir
considerablemente con nuestra psicología en la acentuación de la vida anímica
inconsciente. Más ahora hemos de añadir que, en realidad, ninguna de las afirmaciones
de este autor nos ofrece algo nuevo.” (Freud en Muñoz, J., & Vázquez, F, 2002)

El planteamiento de Freud asume que la persona en la masa experimenta una modificación de su


“actividad anímica”, algo que otros autores han explicado basándose en la idea de “sugestión” o
de “imitación”. Por su parte, Freud pretende explicar el fenómeno introduciendo el concepto de
líbido, es decir la idea de que los vínculos que se establecen entre los miembros de la masa son de
tipo amoroso o, como dice él “o para emplear una expresión neutra, lazos afectivos” (Freud en
Muñoz, J., & Vázquez, F, 2002)

“Nuestra esperanza se apoya en dos ideas. Primeramente, la de que la masa tiene que
hallarse mantenida en cohesión por algún poder ¿Y a qué poder resulta factible atribuir
tal función si no es al Eros, que mantiene la cohesión de todo lo existente?” (Freud en
Muñoz, J., & Vázquez, F, 2002)

Para ilustrar esta idea, Freud, en primer lugar, señala la diferencia entre diferentes tipos de
masas, resaltando la diferenciación entre aquellas que tienen un director y las que no lo tienen.
Los ejemplos que utilizará serán los de dos tipos de masas que cumplen ese requisito: el ejército y
la iglesia, y en los que se puede apreciar la influencia de la líbido.

Se produce por lo tanto, en estas masas, y en otras con estas características, una doble relación
de tipo libidinoso, hacia el jefe y hacia el resto de miembros, que es la que mantiene unida a la
masa. Esto es lo que hace que se observe la desaparición de las características individuales, el
sentimiento de unidad.

Para explicar esto último, Freud recurre nuevamente a un concepto elaborado en otras obras, el
de “identificación”, que hace que aspiremos “a conformar el propio yo análogamente al otro
tomado como modelo” (Freud, 1974, pág. 2585), concluyendo que

“Tal masa primaria es una reunión de individuos que han reemplazado su ideal del ‘yo’
por un mismo objeto, a consecuencia de lo cual se ha establecido entre ellos una
general y recíproca identificación del ‘yo’.” (Freud en Muñoz, J., & Vázquez, F, 2002)

TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL.

La teoría de la identidad social (TIS) tenía una dirección muy interesante ya que pretendió integrar
la conducta intergrupal con los procesos individuales, motivacionales y cognitivos de los miembros
de los grupos y las características del contexto social en el que los grupos se interrelacionan. Para
Tajfel la sociedad debería ser concebida como una colección heterogénea de categorías sociales
que mantienen relaciones de poder y estatus entre ellas. La homogeneidad que emerge en la
conducta intergrupal haría necesaria la introducción de determinados conceptos que permitirían
explicar la convergencia de los procesos individuales.

"esa parte del autoconcepto del individuo que se deriva del conocimiento de pertenencia a grupos
sociales, junto con el valor significativo otorgado a esa pertenencia" (Tajfel en Canto. J y Moral. F,
2005 ) por tanto la identidad social que adquiera cada individuo dependerá de cómo se perciba a sí
mismo, es decir, de su autoimagen que tiene origen a partir de los grupos sociales a los que este
pertenece, así que de este modo se estaría incluyendo el rol social. Una sola persona tiene una
gran variedad de roles dentro de la sociedad, ya sea en su empleo, en el hogar o con sus amistades,
con cada uno de estos grupos deja a relucir un comportamiento diferente, no fingido si no que el
individuo se va a expresar según como lo perciba el resto del grupo y a partir de ahí creara un
concepto de sí mismo conformado por cada uno de los fragmentos sociales de su vida. En otras
palabras, La identidad social estaría constituida por aquellos aspectos de la autoimagen de un
individuo que proceden de las categorías sociales a las que pertenece.

El punto de partida de la TIS es el proceso de categorización, este proceso no sólo permite ordenar
el ambiente social, reduciendo la complejidad estimular del medio social, sino que además da un
sentido al individuo al funcionar como un sistema de orientación que crea y define el lugar del
individuo en la sociedad. Por otra parte el mecanismo de categorización como un proceso que
acentúa las diferencias entre estímulos que son percibidos como pertenecientes a categorías
diferentes y la similitud entre estímulos que son percibidos como pertenecientes a una misma
categoría. Pero esta categorización no solo se centra en estímulos sino que también engloba
estereotipos sociales, el parentesco entre los miembros de un mismo grupo o diferencias entre
estos, clases sociales etc. A partir de esto las personas son selectivas con respecto a que grupos
sociales prefieren pertenecer es por eso que por lo general los individuos se rodean de quienes
comparten sus intereses e ideologías ya que se obtiene un sentimiento de identificación con el otro.
Se postuló que un grupo social tiene lugar cuando dos o más individuos comparten una identidad
social común y se perciben a sí mismos como miembros de la misma categoría social.

Hay importantes diferencias entre la identidad social y la identidad personal. La TIS asume que
cualquier individuo se caracteriza, por un lado, por poseer rasgos de orden social que señalarían su
pertenencia a grupos o categorías que representan la identidad social y, por otro lado, por poseer
rasgos de orden personal que son los atributos más específicos del individuo, más idiosincrásicos,
que representan la identidad personal. Los aspectos personales y sociales de la identidad se
pueden articular de forma que mientras que la identidad social se refiere a un sentimiento de
similitud con otros, la identidad personal se refiere a otro sentimiento que lo diferencia de esos
otros.

Según Tajfel (1978 en Canto. J y Moral. F, 2005), la interacción social se sitúa en un continuo,
estando situada en uno de los extremos la conducta interpersonal y en el otro se situaría la
conducta intergrupal. La conducta interpersonal equivale a la interacción entre dos o más
individuos y está determinada por las características individuales y sus relaciones interpersonales.
En la conducta interpersonal no influiría la pertenencia respectiva de los sujetos a distintos grupos
o categorías sociales. Por otro lado, se sitúa la conducta intergrupal, en este caso las interacciones
entre los individuos están determinadas totalmente por su pertenencia respectiva a diferentes
grupos y en ella no influyen las relaciones personales entre los individuos. Es importante saber que
la construcción de un individuo es correlacional.

El individuo comienza a formarse por sí solo de manera personal pero a medida que este va
adquiriendo mayor edad la necesidad de pertenecer a un grupo social va en aumento por lo que
comienza a adoptar comportamientos, actitudes y expresiones del resto y si bien su identidad no
es transformada del todo, la influencia del entorno es evidente, esto se puede observar con mayor
claridad en los adolescentes ya que están en proceso de identificarse consigo mismos y conocer
sus fortalezas, debilidades y por su puesto definir sus gustos, por ejemplo en la música, muchos
niños crecen con la música de sus padres pero conforme crecen se identifican con un género o
artista en específico, digamos rock, por lo tanto las personas con quienes busque relacionarse
inconscientemente serán las que disfruten de este tipo de música o por otro lado puede ocurrir
que por influencia de sus amistades adquiera el gusto de la música pop, eliminando el rock de sus
gustos o solo añadiendo el pop a su esquema, contribuyendo en cierta medida a la conformación
de una determinada como podemos ver la influencia para definir una identidad social es un tema
muy flexible e interesante que sencillamente se puede observar día a día en nuestra sociedad.

Música e Identidad colectiva

La música se relaciona con las identidades colectivas de dos formas. Una es la que la convierte en
un aspecto accesorio de una identidad colectiva. La música expresa una identidad colectiva, es
parte del reflejo de esa identidad en los terrenos artístico y cultural. Desde esta perspectiva la
música es una expresión de una etnia, de una clase social, de un pueblo, de una nación, una
cultura, etcétera.

De acuerdo con diversas teorías sociales, la entidad colectiva formada por los grupos de individuos
supone en gran medida algún tipo de influencia dentro de las elecciones ya sea musicales o de
grupos de pertenencia, en este caso se refiere a la necesidad del individuo de pertenecer y de
identificarse con un determinado género musical, ya sea por ser parte de algo que el sujeto
considere importante para sus ideales o simplemente por el contexto donde se desarrolla y las
exigencias del mismo.

Dicho así, los sujetos y su entorno tienen impacto en la conformación de la personalidad del
mismo, asintiendo a ciertos rasgos que existen de acuerdo con el género musical en que decida
identificarse, así como hacerse participe de los objetivos sociales propios y grupales que existan.

TEORÍA DE INTERACCIONISMO SIMBÓLICO

El contagio ha sido defendido por Blumer, quien lo explica como una “reacción circular” en la que el
contagio tiene, además, un efecto reforzador, puesto de que el hecho de que una persona
reaccione de la misma forma ante un determinado acontecimiento lleva a que la conducta de la
primera persona se vea a su vez reforzada. Es un contagio de ida y vuelta.

El principal apoyo de la obra de Blumer fue el pragmatismo que aplicó Mead a la psicología social.
Como Mead, a quien sucedió en la cátedra de psicología social en la Universidad de Chicago,
Blumer daría importancia central al valor de la experiencia social interactiva. Las tres premisas del
interaccionismo simbólico, según él, serían:

1. “Los seres humanos actúan hacia cosas sobre las bases de los significados que esas cosas
tienen para ellos”.
2. “El significado de tales cosas emerge de la interacción social que uno tiene con los
asociados a uno.”
3. Los “significados dependen y se modifican a través de un proceso interpretativo usado por
la persona en su trato con las cosas que encuentra”

Los psicologistas y los sociologistas, dice Blumer, “tratan la conducta humana como producto de
factores que juegan sobre los seres humanos... [mientras] el interaccionismo simbólico... ve el
significado como emergiendo del proceso de interacción de las personas”. En otras palabras, los
actores no son sujetos de un mundo que los sobredetermina, no actúan por actos reflejos frente al
mundo, como una pierna que se levanta cuando recibe un golpe en la rodilla. Por el contrario, los
actores son sujetos de su propia historia bajo las reglas de su propia interpretación.

Otro elemento central del interaccionismo simbólico es el concepto de objeto, el concepto de


mundo exterior. Para la conciencia humana todo es un objeto, tanto los componentes del mundo
externo como los del propio individuo. En consecuencia, como advertía Mead, los individuos
pueden vivir en diferentes ambientes de representación, dependiendo de la situación específica en
que se encuentren.

La interpretación de los objetos y la creación de mundos no es resultado, sin embargo, de la mera


reflexión o contemplación de los individuos. Los mundos y su interpretación son producto de la
acción colectiva, de la acción social en términos comunicativos. Por eso los mundos, las reglas y las
estructuras son producto del proceso social y no su causa determinante. Este proceso es
evidentemente dinámico y cambiante, generando por ello de manera permanente
transformaciones en las reglas y en las estructuras. La historia es así la historia de los procesos
sociales, y lo que en un momento dado es la “objetividad” de una determinada situación o
estructura social es resultado del mismo proceso interactivo.

Se trata de un mecanismo flexible, lo que “no significa que no hay dirección en la pregunta,
significa que el foco original es afinado y revisado, [producto] de una observación directa”

Blumer lleva hasta sus últimas consecuencias el método pragmático de conocimiento de la


realidad, un método basado en lo que aporta la experiencia humana. No sostiene que el
investigador no tenga premisas de análisis, simplemente señala que éstas deben ser reformuladas
en función de la percepción.

La forma en que la experiencia humana resulta una interacción social será igualmente definitiva en
la valoración de Blumer de la sociedad y de la acción social. Sus cuatro concepciones centrales
sobre los grupos humanos y la acción social son:

1. La gente, individual o colectivamente, está preparada para actuar sobre las bases del
significado de los objetos que comprenden su mundo.
2. La asociación de la gente tiene necesariamente la forma de un proceso en el cual las
personas hacen las indicaciones de uno a otro e interpretan cada una de las indicaciones.
3. Los actores sociales, individuales o colectivos, son construidos a través de un proceso en el
cual los actores notan, interpretan y evalúan las situaciones confrontadas por ellos.
4. El complejo de interrelaciones de acciones que comprende la organización, las instituciones
y las redes de interdependencia, es móvil.

La acción social y, en consecuencia, los movimientos sociales, se convierten en procesos dinámicos,


libres de cualquier sobredeterminación conceptual, incluyendo toda visión de corte teleológico. No
se va hacia una historia determinada, se construye día con día un tipo de historia.
Consecuentemente, las personas no tienen una forma de actuar, tienen diversas formas de acción,
dependiendo de la interpretación del momento y del mundo de que se trate. La gente “algunas
veces coopera, algunas veces contiende, algunas veces es tolerante, algunas veces es indiferente,
algunas veces sigue reglas rígidas, algunas veces tiene un libre juego”

Con Blumer, algo que puede ser un problema para una sociedad puede no serlo para otra, como lo
advertía Smelser, pero ese algo depende de la complejidad de la acción social. Tal conducción, que
ha permitido desmitificar la complejidad de intereses que están en juego desbaratando el concepto
del problema, de la prensa, del plan y de la misma movilización, mantiene nexos con el origen del
empirismo de Mead y puede fácilmente ligarse con los ecosistemas de la Escuela de Chicago.

La especificidad de los intereses en juego aparece como parte de un sistema de dominación,


sucesión y heterogeneidad, sin engancharse con la crítica política o histórica. Los planes y la acción
colectiva, los medios masivos y la opinión pública resultan integradores de intereses que aparecen
como neutros. Hay intereses en juego, pero no se sabe aún de cuáles se trata. (Blumer en A.
Cisneros, 1999)

Función social de la música

Con la evolución humana se ha ido definiendo de manera específica el significado de la “música” y


todo lo que ello abarca, llegando a formar una pieza primordial en la forma de vida social de la
humanidad. De ahí que, sea relevante analizar la conformación de la música en sus funciones
sociales en la vida humana, y entender de qué manera es utilizada para lograr ciertos objetivos
dentro de ciertos procesos sociales.

La música ha alcanzado un nivel de masificación y propagación mayor que cualquier expresión


cultural, lo que le permite constituirse como un canal que va más allá de la apreciación valorativa y
la diversión, convirtiéndose en un medio de propagación de ideas e ideologías que dotan de sentido
al mundo social actual. Si bien la sociedad humana ha evolucionado históricamente, con ella
también lo ha hecho la música. Y es que la música y los géneros que la componen adquieren mayor
o menor importancia de acuerdo al contexto social que predomine, que además está
predeterminado por factores económicos, culturales, políticos y hasta religiosos. Por lo tanto, su
concepción y la importancia que esta pueda tener en la vida del hombre varían en torno a los
valores de la sociedad.

Por otra parte, presentando otras funciones sociales de la música; se puede decir que esta también
genera un sentido de nacionalismo. Esto referido a lo que expone Hormigos (2008) en su trabajo
“Música y Sociedad. Análisis sociológico de la cultura musical de la posmodernidad”, donde explica
que la música forma parte de la tradición de un país, constituyéndose como una expresión cultural
propia de una región dotada de un alto valor simbólico para quienes habitan dicho país. Tal es el
caso de la samba en Brazil, o de la música tradicional de la región de los Andes. Este hecho deriva
en la conformación de una identidad de la cual los individuos se equiparan a partir de los gustos
musicales colectivos que predominen en la sociedad. Por lo tanto, se puede decir que la música
tiene una función social primordial en la conformación de las identidades a través del uso simbólico
de la misma, en este caso, en prácticas nacionalistas.

De igual manera, podría atribuírsele una función informativa en cuanto se utiliza como medio
propagandístico, transmisor de ideas; además de la capacidad narrativa encontrada en algunas
líricas que permiten el conocimiento de realidades diversas a través de la exposición de hechos y
anécdotas característicos de dicha realidad. Asimismo, se ha hecho el uso de ciertas piezas
musicales de corte protestante con las que se identifican grupos civiles y políticos defensores de
ciertos ideales que pretenden manifestar una diferencia ideológica ante cualquier orden social o
político.

La música también se constituye en una función formativa al ser acatada como una disciplina. En
este sentido, esto podría influir directamente en la construcción de las relaciones sociales, ya que
las acciones de aquellos individuos socializados en un mundo de significados musicales, estarán
dirigidas a tomar en cuenta las acciones de los demás con respecto a la acción propia; tal como lo
expone Schutz (en Ruiz, C., 2017) en su capítulo “La ejecución musical conjunta. Estudio sobre las
relaciones sociales”. Schutz propone que en una ejecución grupal, cada ejecutante debe tomar en
cuenta lo que el otro tiene que ejecutar de manera simultánea, a la vez que interpreta su parte.
Con esto se quiere explicar la gran influencia de la música con una función formativa en aquellos
individuos adeptos al mundo musical, al punto que determina su acción y las relaciones sociales
entre ellos.

Es evidente el significado social que tiene la música para el hombre, más allá de fines lucrativos. La
música es una creación humana. El hombre determinó el significado de la música para sí, pero
parece ser que ahora es la música misma la que determina un significado para el hombre; y esto
sucede a través de las situaciones antes citadas dentro de la concepción social de funcionalidad.
(Hormigos en Ruiz, C., 2017)

RASGOS DE LA PERSONALIDAD EN LA MUSICA FAVORITA,

Un neurocientífico alemán que comprobó cómo el cerebro humano ha desarrollado una gran
sensibilidad para escuchar y producir música. Sin importar que un individuo nunca haya tenido una
educación musical o esté interesado en tocar un instrumento, su experimentó demostró que
cualquiera puede realizar sencillas composiciones de manera innata debido a la herencia genética
musical que inició millones de años atrás.
De este modo se dejó en claro que la música es un lenguaje universal que influye en el proceso de
maduración de todos los seres humanos y que empieza durante la adolescencia. Si aún queda
alguna duda en el aire, la investigación también dio a conocer que el 72% de las bandas y artistas
modernos en los Estados Unidos comenzaron a tocar entre los 10 y 15 años. El 89% de sus fans son
jóvenes de entre 12 y 18 años.

Rock y metal

Se tiene la imagen que estas personas tienden a consumir drogas y a buscar experiencias fuera de
lo normal, por eso pueden pasar de un estado pasivo a uno agresivo en tan sólo unos minutos. Esas
características no son una ley, aunque sí se puede decir que no les gusta estar bajo presión y les
cuesta un poco el trabajo en equipo. En las relaciones personales son amables, pero no los hagas
enojar porque la furia se desata.

Pop

Son personas con una alta autoestima que siempre están buscando nuevos retos que pongan a
prueba su carácter extrovertido, eufórico y excesivamente responsable. Su problema es que
carecen de creatividad y son influenciados por la primera tendencia que aparezca en la cultura sin
poner alguna resistencia.

Electrónica y dance
Su personalidad es una tormenta de emociones. Tienen un temperamento muy enérgico y se refleja
en su trabajo arduo, que combinan con una vida social llena de eventos y fiestas. Gracias a todas
esas salidas de noche son amigables, risueños y extrovertidos. Su problema es que entre tantas
actividades que ellos mismos organizan, pueden llegar a cargar mucha tensión y convertirse en
personas déspotas.

Blues

Las personas que gustan de las melodías del blues generalmente son muy creativos, extrovertidos y
cuentan con una alta autoestima, sin caer en la exageración. Saben cuándo es el momento para
hacer un chiste o soltar una carcajada, y en el caso contrario, tienen muy en claro que hay
momentos en los que la gentileza y la tranquilidad son la clave para encajar en ciertos ambientes.

Jazz

Al igual que su género predecesor, el blues, los amantes del jazz son creativos y con una gran
autoestima. Su diferencia radica en su espontaneidad y desorden. Los jazzistas saben que la
improvisación es una técnica esencial para el género y lo aplican de igual manera en su vida diaria.
En ocasiones, su falta de planeación puede otorgarles momentos mágicos y únicos, aunque
también existen los momentos caóticos que pudieron ser evitados pensaran un poco antes de
actuar.

Música clásica

Quien gusta del género clásico sabe muy bien que tiene una sensibilidad peculiar ante la vida, por
lo mismo tienen una gran autoestima. Sus problemas inician cuando se sienten fuera de lugar ante
la modernidad y como resultado se vuelven introvertidos y demasiado tranquilos. Son personas
calladas, pero que guardan grandes secretos en su mente. Si gustan de Beethoven, pueden ser muy
duros en sus relaciones. Si prefieren la época barroca con Bach, todo va a parecer un cántico
angelical.

Rap y hip-hop

Algunos estudios dicen que las personas que se inclinan por este género tienden a ser violentas y a
consumir drogas, además de ser tímidos y volátiles. Es muy seguro que estos resultados estén
influenciados por las trágicas historias que inundan la televisión, porque sabemos que actualmente
el rap une a las personas extrovertidas.

Reggae

Su alto grado de creatividad se pierde en su pasividad y su gusto por no trabajar de más. Estas
personas prefieren un ambiente relajado, reflejo de su cálido temperamento. Les gusta mucho
hacer nuevos amigos sin importar sus gustos musicales, porque ellos siempre tienen en mente que
lo importante de la vida es la felicidad y estar tranquilos con uno mismo.

Indie
Se dice que los fans de la música independiente pueden tener una baja autoestima y tiene un
problema de identidad propia, por eso siempre están buscando nuevos modelos que adoptar para
sentirse parte de un grupo establecido. También se piensa que estas personas no son amables y no
les gustan los trabajos difíciles.

Soul

Son muy sentimentales, al grado que pueden ser asfixiantes. Su principal objetivo en la vida es el
amor y no parar hasta triunfar. Son empáticos y razonables.

Neurociencia e Inteligencia musical

Las investigaciones surgidas desde la neurociencia nos permiten comprender por qué algunos
individuos presentan una especial habilidad para cierta actividad musical mientras que les es
imposible realizar otra. Es usual, en el campo de la música, comentar la gran destreza que logran
los pianistas para leer partituras o la imposibilidad de algún músico destacado para entonar una
serie de notas. Habilidades que se piensan están estrechamente relacionadas, como discriminar
melodías o cantarlas, pueden depender de la activación de diferentes zonas de nuestro cerebro.

En el área de la neurociencia es usual estudiar casos reales en donde los individuos presentan
alguna anomalía en la competencia musical o estudios longitudinales que miden los cambios
morfológicos y/o en la organización cerebral, en una persona, a través del tiempo.(Martínez. M,
2009)

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RECURSOS RELACIONADOS
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