vilt Presentación INTRODUCCIÓN

Elizabeth Jelin
ramos también que sirva para c^talizar una colaboración continua
entre investigadores que participaron en su preparación y que
permita atraer a comunidades intelectuales más amplias para par-
ticipar en un diálogo abierto. Al hacerlo, esperamos contribuir
a la comprensión social de los conflictos sobre la memoria que
continúan dando forma a la vida social, política y cultural de la
región y del mundo.

Éste es un libro sobre aniv-q¡qa=r,lo;.f-f'elqhqq-1!1cpnmemoración

l,ea&rr-=!aqdi-q¡¿-d@-tcÑs§,;r,-i"s-p?§erd.lb;no§ur.Té
t.rt, ¿. relnas ., qtr. éÍ piirdo se hace pié;;ñ=¿iiiiiuálés pú-
blicos, en que §g-31ivan seltimignlos .y se interrogan sentidos,
cn que se construyen J_Iggglqllrry_e_q 149- ¡¡rgmorlas del pasa{g.
So'n momentos en que dife.entes actores de cada país eligen pira
cxpresar y confrontar, en el escenario nacional, los sentidos que
otorgan a los quiebres institucionales que urio§"iiñpiil§lron y
otro/as sufrieron.
iCuáles son los escenarios donde se despliegan lo¡c_o*qfl_ic!9§
c r tre d i fe ren te s,-i nterp_r-e_t1g§llq i
r
.I*ssry4gl *! p"As¿do ? é C ómo
sc transforman a lo largo del tiempo? Algunas fechas pueden co-
r mr u na i mpo rtanc i a
I
!1gy_g¡e1& If qte_ ."lr:-e_*¡§,e,q1 *g_!pb-lg:
rruiticas para pricticamente toda la población de un país, como
cl 11 dlseptiembre en Chiler o el24 de marzo en Argentina.
( )tras pued-en tgllet qgg_t!d_o,--e-_n*Jq qlv-gl"
lgS-l"l o- "tgeiq¡p!. Para
.l,rr rrrr ejemplo, en Ledesma,Jrjry, se realiza cada año waJornada
,lt' tltcchos humanos y cultura, conmemorando la represión que
o, rrrrió en julio de 1976 (el Apagon del terror en el ingenio azr-
r,ucro local). Finalmente, hay fechas con sentidos personales o
l,rrv;rtlrs: el aniversario de un secuestro, el cumpleaños de alguien
r¡l('yíl rxr cstá.
lin ll
rnedida en que existen diferentes interpretaciones so-
rlcl pasado, las Gchas públicas mism3s sé-Coñviértén én
, r,rlt's
rrl,lcto rlt' disputas y conflictos. ¿Qüé fechas deben ser conme-

I l.rrs irrtcrnrgarrtes sobre los nuevos sentidos de esta fecha, 1l de sep-

rrf nrlu(, .r ¡r:rltir dc los atcntados en Estados Unidos en2001, son planteados
, rr r I rlrll,4¡, :tl r':t¡rítttkr sobre Chile.
 Elizabeth Jelin
moradas? O, en otras palabras, áquiénr,/es quiere/n conmemorar
qué? Poca5 veces. hay-eoasens¡¡.*social -a-l respecto- Y las mismas
fechas t-ienep ;gn,tr_do_1{§9ntes p ara actoreEpolíticos diversos
que enmarcan sus -cmorias en los sentidos de Ias luchas políticas
del ahora, del presente.
Las qrery-grias .sociales se construyen y estahlecen a través de
prácticas'y a; .,-;;eair."Són piáctiéas sociales que se instalan
como rituales; marcas materiales en lugares públicos e inscrip-
ciones simbólicas, incluyendo los calendarios. Los ritmos anuales
y al mismo tiempo cambiantes de un año a otro-
-repetitivos
ofrecen las ocasiones, las fechas y los aniversarios para los eventos
de recordación y de conmemoraciónl"Pero las marcas e inscrip-
ciones no están cristalizadas para siempre una vez que fueron
instaladas. Su sentido es apropiado y resignificado por actores
sociales divérsos, de acuerdo , trt .it.rr.rstancias y al escenario
político en el que desarrollan sus estratcgias y sus proyectos-
En éstó puntó, ié§ultióéátiat iniródutir la dimensión histórica
de las memorias. Las operaciones del recuerdo y el olvido ocurren
en un momento presente, pero con una temporalidad subjep!-v",4
que remite a acontecimientos y procesos del pasado, que a su
vez cobran sentido en vinculación con un horizonte de futuro.
E" il '.d;d; ;i*l;ñ-iéñpóiili¿aa ién.r. ,t á.r,é"'.,;i ü;-
del tiempo y las transformaciones de los procesos sociales a lo
largo de la historia. De ahí la necesidad de «historizar la memoria»,
o sea, analizar las transformaciones y cárñbios en los attoie§-Que
recueiaan y_óJ.ñartl¡,r.-áü"g1grnénto o p-eríodó, en sus sentidos
y en los climas culturales y políticos en que se desenvuelven las
piácticai dé ¿onmemora¿idn. fá§-fedha§ conrriémóratiüas, con iu
=if
i..r.r.rri i, e n ciéItiTñüall"iñn puntos de entrada privilegiados
para el análisis de la tensión entre los rituales que se reiteran
y reflejan continuidades identitarias y de sentido, por un lado, y
las fracturas, cambios y transformaciones en las prácticas y sig-
nificados de la conmemoración, por el otro.
lntroducción
LA CONMEMORACIÓN
Hay un tercer nivel más amplio y abarcativo en el que se expresan
las temporalidades y la historia. Las prácticas conmemorativas,
r,, ?r.rlr-y'§ü§ §éntidoi-iüáón cambiando en la historia de la
larga duración. Como señalan muchos autores que se ocupan
del tema, nos ha tocado vivir en una ¡pg"ca o-"-fEle_d_e_*lA reg-
memoraqión», para usar el título de un trabajo de Nora (Nora,
T998[-Vivimos en un clima cultural en el que el recuerdo del
p as ad o invad e e l p re s e nte,_g** qg_qllr4A.d-f ép-p-p-a" sm-q mpf ral§la»*
(Huyssen, 2000), desde las prácticas individuales y familiares
nunca hubo tanta preocupación por orígenes y árboles genea-
lógicos- hasta las grandes conmemoraciones transnacionales an-
cladas en fechas redondas (quinientos años de la llegada de Colón
a América, el cambio de siglo rememorando el 1900, para dar
algunos ejemplos recientes). La propia existencia de prácticas con-
rnemorativas y de escenarios de su performatividad responde a
csos marcos interpretativos de época, e la vez que. en esa misma
puesta en escena, los actualizan y transforrnan2.
En la historia de Occidente, y América Latina es parte de ese
ruundo occidental, un período especialmente significativo para
ll instalación de la propia noción de conmemoración fue el pe-
r'ír¡do de consolidación del Estado-nación.-L.a-.lm_plaltación del
listado.n?gión""*l*TJ_pjgc*ra*-uta--.mqltlplgldad--dp*!"t."gt,Jrteresan
,rt¡rrí las desarrolladas en el plano simbólico e identitario de la
r'onstrucción de la nación. En ese plano, hubo un período (la
sr'¡¡rrnda mitad del siglo xx y comienzos del >o<) de construcción
'' Piqrre Nora concluye su análisis de la obsesión por la conmemoración
, rr l,r so«:icdad francesa haciendo referencia a que la «era de la conmemoración»
rlr¡xrrrtlc ¡r una dinámica histórica que seguramente llevará en otra dirección
lrr cl firtrlro: «La selección actual tiene sentido solamente para el momento
lrrr'§rnlc. (luando los franceses tengan otro modo de vida colectiva, cuando
,¡r' v{'.ur ( í)nrodarnente ubicados en un marco que ni siquiera se llamará identidad,
l,r trcrt'sirlrrd tlc cxhumar las marcas del pasado y explorar los lugares habrá
,1,'r,rl,;¡rt'r.irkr. [,a cra de la conmemoración habrá pasado definitivamente. La
rr.rrl,r rlc l:r lncr¡loria habrá durado sólo un momento éste fue nuestro
-pero
rruur('nt() » (Nore, 1998:637).
 Elizabeth Jelin
de un pasado común, del armado del panteón de héroes nacio-
nales, de Gchas y símbolos patrios, de una historia «oficial», a
ser compartida y transmitida especialmente en el sistema escolar.
Esta operación presupone un grado considerable de unidad en
el mensaje nacional: estatuas, monumentos y fechas patrias se
instituyen, y la expectativa es que van a ayudar a la consolidación
de sentimientos de pertenencia a la «comunidad imaginada» (jun-
to con la implantación de un idioma nacional, de laslnstituciánes
estatales las militares- y de la prensa, para seguir
aAnderson)-incluyendo
(Gillis, 1994). Cuando las memorias y las identidades
están constituidas, instituidfE ylrnaiiáilás]ofcuesTióñáñienros
que-§á pu§-mÉofiidr son míriimó§ y ñó piovócán ui§elcias
-reórdéñar-ó?ilééstru¿iüiái.'Se-iratá
de de períodos hisióricos
g1l_ryos4-e.a que la memoria y Iá identidad pueden trabajar por
sí solas, y sobre sí mismas, en una labor de mantenimiento de
la coherenciay b unidad (Pollak, 1.992). La hegemonía del relato
y la conmemoración nacional relega a los otros relatos a espacios
locales y a los grupos subalternos.
En una etapa posterior, cuando el Estado-nación está más con-
solidado y menos cuestionado, comienzan a pujar por manifestarse
las memorias de grupos subalternos, que cuestionan y contradicen
I
la memoria oficial. Estos relatos alternativos pueden ser las anclas
I
para elaborar prácticas de resistencia y construir poder opositor
a la versión dominante. Se instala entonces un nuevo espacio de
luchas y cuestionamientos, que provocan la urgencia de reordenar
o reestructurar los sentidos del pasado. Lo; pe-rÍodosde.crisis, sean
internas a un grupo o ancladas enalJ:renazas externas, gerrer-a_lme-,nte
implican reinterpretar la memoria y cuestionar la pr-op_i¿ identidad.
-bstos perío@ompañados o sucedidos por crisis
del sentimiento de identidad colectiva¡z-de.-Ja-:nemoria (Polla(
1992):S¡n-1o9 !?.-olqg_! quiebre institucional y de conflicto,
- rrrrry intcnsas, un golpe militar desplazó a]sAb_eli'-_e¡E como pre-
los que ge ne ran una üie ltaléf, exiva-soEre él pásad-o, provoóando
reinterpretaciones y revisionismos que siempre implican también
cuestionar y redefinir la propia identidad grupal.
Justamente, las conmemoraciones que son analizadas en este
libro corresponden a períodos de conmoción y conflicto en los
Estados y en las sociedades del Cono Sur. No se trata de conflictos
en que el Estado-nación en sí mismo fronteras o su so-
-sus
lntroducción
beranía- esté en cuestión3, sino de conflictos ecerca del modelo
y proyecto de Estado, -q9g jtyg:qs- glUpgr, q"y-i{-"l-imffi ar Se
tiátd ¿Ié §iandds áCóitécimientos de la vida políticá y sóc-ál que,
en el momento en que ocurren, instalan en el mismo evento
su propia determinación de conmemoración. Son actos orien-
tados hacia el futuro, cuyos actores se ven a sí mismos como
portadores de un mensaje, un legado o herencia, que va a cambiar
el curso de la historia. Ese acto de instalación de la dominación
autoritaria en medio de situacion.r *ó"iáGmiá*."t. conflictivas,
sin embargo, no va a ser totalmente exitoso. Las versiones al-
ternativas también se instalan, y*las feg!_ras s9 gonvierle-1.g.1 es-
c_enarigg fu confrsntación 4e
[e_-gr_ial desplegadas y transfor-
madas al calor de la propia disputa_pólítíca posterior.
ALGUNOS HECHOS
El 11 de septiembre de 1973,_las Fuerzas Armadas de Chile derro-
caron al gobierno constitucional presidido por Salvador Allende.
El Palacio de la Moneda fue bombardeado y el presidente Allende
rnurió dentro del palacio presidencial. La dictadura militar inau-
¡¡urada ese día, bajo el mando de Augusto Bt-nocnef, se extendió
rlurante diecisiete años, hasta las elecciones de 1989 y la asunción
tlc Patricio Aylwin en 1990.
Err- ,prygu-1y. las violentas confrontaciones políticas de co-
rrricnzos de la década de los setenta desembocaron en la sus-
¡rcrrsión de las libertades y garantías constitucionales enJ.973-*El
listado dictatorial se prolongó hasta 1985, cuando ganó las elec-
r' ior lcs y asumió como presidente
Jci§lñláiía Sanguinetti.
11,124 de lr:rarzo de 7976, en medio de confrontaciones políticas
rrrk'rrrc d.4ggC[UEu*§e inició la más sangrienta dictadura militar
(
lttc cor.lociera la historia argentina. La dictadura se mantuvo hasta
I I lrrbría que matizar esta expresión, porque en el discurso militar jus-
ttlir ,¡trrrio dc l«rs golpes de Estado está siempre presente la alusión ala amenaza
r'\trrljt tlc la «srthvcrsión» y el «comunismo internacional» que pone en peligro
l,t ¡rto¡ri;r sohrt'vivc¡lcia de la nación.
 6 Etizabeth Jelin
diciembre de 1983*cuando juró como presidenre constitucional
Raúl Alfonsín.
prasil P--araguapcomenzaron sus largas experiencias dicta-
toriales antes. En Paragoay, después de un golpe militar p.n 7l.l!,
Alfredo Stroessner fue «elegido» presidente, y sumó reeiecciánes
du{+nté tté.i. Ja_¡Lg!§g-anos, hasra el golpe que lo derrocó en
1989. Brasil,. por su parte, sufrió un golpe militar en la noche
del 31 de m-ar¿gr. de 7964 y, después de una inacabable transición,
.¡1 i9es"ii.éilgio ffi..rid.rt. iirril. Habían pasado veintiún años.
E stos son c i nco paíse s vec i no s, con
slgq g_ g_e_g3l?_f i--§g¡slgllas
m-uy ".d"ifer-errtes. Además de compariil ;r ñ;to;ñé"-iGToññia-
lismo e independencia,hay varios rasgos que los vinculan en una
«región» política lo cual se necesita una noción de región
más fuerte que la-para basada en la simple proximidad territorial-.
En primer lugar, hay una larga historia de fronteras porosas, que
han incluido movimientos permanentes de exiliados políticos
desde sus comienzos como Estados independientes en la primera
mitad del siglo xx.
Durante las recientes dictaduras, la represión estuvo coordi-
nada en escala regional. La publicidad de los documentos rela-
cionados con el Operativo Cóndor a partir del descubrimiento
de los <«Archivos del Terror» de la policía secreta paraguaya en
1991, que continúa con nuevas revelaciones casi a diario, trans-
forma en evidencia pública lo que muchas víctimas sabían por
haberlo vivido o., .rir. propiar.'Como contrapunto a lo anterior,
durante- las dictaduras se fueron desarrollando redes de solida-
ridad y áenunói, :G üñ"üAóneñ'1osAérectio; h"*;""Jfu;.-
temente intereomuñieadá§" e intégradas, que siguieron existiendo
y trabajando después de las rransiciones (Keck y Sikkink, 1gg8).
La red de derechos humanos es global; es también activamente
regional.
En los años ochenta y noventa, los procesos de transición en
los diversos países también estuvieron interrelacionados, con diá-
logos e intercambios permanentes entre estrategas políticos, ana-
listas y activistas. Hubo mucho aprendizaje de los procesos que
ocurrían «del otro lado de la frontera». Por supuesto, también
hay rivalidades y conflictos. Sin embargo, hay especificidades en
las maneras en que los actorés de cada país introducen y dan
lntroducción Z
sentido a sus pasados recientes en sus luchas y confrontaciones
políticas presentes.
(Jn rasgo que los cinco países comparten en el tema que nos
ocupaesque-elplsadodic!{o¡!a!ry_._t_.¿tpU9_-eslá_c_9lf a{o*slgg..
qg_elj_p-{tgge4!¡3!Sleqgg"rrjsplrg._e_dslpr-._r-§aL.¿_u:._qgl:
tas» con el pasado no están saldadas, ni en términos institucionáIes
ni en térmiñóffique Dasa A-iiemDo v se.-
tófffi;o¡itfá*ñ*t [¡ una distanci, t.-porri entre pasado y pr.-
sente, i¿*tg.¡plgtaciongs contrapuestas y a menudo rivales sobre
qsq p3¡ado= y súq memorias se instalan en el centro del debate
político y cultural, tornándose cuestiones públicas ineludibles del
proceso de democratizeción.
Los trabajos incluidos en este libro dan cU.enta de esos intentos
de instalación de relatos sobre el inicio de las dictaduras y de
-aH;éñtido -Aéló§ -
hr dispud pó;tüñiés;éica solp.' -iliír'e,i
recientes en los cinco países. En cada uno de ellos hay una historia
p;iii¿uñ; actores ióciáIes ffiscursos específi cos que se ecor azeÍr
en «sus» verdades y las reiteran año tras año. Hay también otros
áctores, muchos de ellos nuevos, que van surgiendo en el proceso
social y político de estas últimas décadas y que resignifican las
ftchas, dándoles nuevos contenidos y expresándolos en prácticas
conmemorativas diferentes. Se trata de continuidades y ruptu-
ras conm€mo-r"*lyl! que no se explican €?¡--§í'niismáS.- Sü 1ñté;:
-
¡rretación apgtar a la dfnámica del conflicto pólítico, a
1e_qg.1e-r-9.
Ios proCésos-{e.la i¡stiqu.cionalidad estataly alalógica de Ia acción
rlc m_ovimiéñios sóeiahl
Los cinco capítulos fueron elaborados desde un marco común,
y c:on un diálogo constante entre sus autores en el proceso de
irrvcstigación. Sin embargo, no sólo las realidades estudiadas y
lls fuentes utilizadas son diferentes, sino que cuenta también la
rlivcrsidad de perspectivas y abordajes presente en el grupo de
irrvcstigadore/as..fodo esto hace que cada uno de los capítulos
scir una unidad en sí mismó, y ál misiird-ii-emp-nD6 perñiiitTtá-
l.r lectoi/i;.;lizar;ñ?jéñftófo Ae comparación implícita. La es-
¡rccili«:idad y la complejidad de cada caso, creemos, queda más
tt's;¡ltlcla cn contraste y confrontación con los otros. Se trata de
u¡¡o rlc csos casos en que «el todo es más que la suma de las
Ir.tl l('s».
 REFERENcTAS BtBLtocRÁr¡cas 1. EL DíA INTERMINABLE. MEMORIA E TNSTALACIÓN
DEL I1 DE SEPTIEMBRE DE 1973 EN CHILE
(1974-1e99)
Azun Candina Polomer

Gillis, John R. (1994), «Memory and Identity: the History of a Relationship»,

en Gillis,John R. (ed.), Commemorations. The Poliits of National ldentity, Prin-
ceton: Princeton [Jniversity Press.
Keck, Margaret, y Sikkink, Kathryn (1998),Aaiuists Beyonil Borders. Aduocacy Net-
i
worles in International Polifics, lthaca: Cornell University Press.
Me prohibieron salir a la puerta. Unos amigos conuersaban. Dos de
ellos partirían al exilio. Yo, mirando a traués de los uisillos, perxé
Huyssen, Andreas (2000), <<En busca del tiempo futuro», Puentes, año 7, nír.r,.2,
que algún día eseribiría una obra sobre ese día, sobre Allende,
diciembre.
no sabía si para bien ni para mal, algo que diera cuenta de esa heriila.
Nora, Pierre (1998), «The Era of Commemoration», en Nora, Pierre (dir.),
Realms of Memory. The Consfruction of the French Past,
No lo he hecho aún, tal uez ese día no termina.
, vol. 3, Nueva York:
Columbia Universiry Press. (De la Parra, 1998: 69).
Pollak, Michael (1992), «Memória e identidade social», Esrados históricos, vol.5,
núm. 10.

INTRODUCCIÓN

La Unidad Popular (ur), unión de partidos de izquierda, garr6

las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1970 por un
cstrecho margen. Había planteado une (ffía chilena» al socialismo,
siendo Chlg _el primer país latinoamer a
sociali'sta oi d.
El IlAe septrffi, R -"a^ y de orden
chilenas se levantaron contra el gobierno de la up. El golpe de
Estado del día 11 de septiembre fue exitoso. En el transcurso
rlc pocas horas, fue bombardeada La Moneda, el palacio de go-
bicrno, y se suicidó el presidente de la República Salvador Allen-
clc, quien se negó a rendirse y abandonar el palacio. En la tarde

La autora agradece el apoyo y la colaboración de todos los entrevistados

l)lrl csta investigación, y también el apoyo académico y personal de Elizabeth
fclirr, Susana Kaufman, Steve Stern y Gabriel Salazar en lareali3ación y cons-
Itut't'ión de este estudio.
 Azun Candina Polomer
Bombardeo a La Moneda, 11 de septiembre de 1973. (Fotografía: re-
vlsta Ercilla, año XL, semana del 26 de septiembre al 2 de octubre
de 1973, núm.1.991.)
de ese mismo día, y con un discurso similar al de otros golpes
militares en el Cono Sur, laJunta Militar que gobernaría el país1
se dirigió por televisión a la ciudadanía para anunciar el fin de
un gobierno marxista que había «llevado al país al caos, y al cual
habían tenido que derrocar», en su papel de verdaderos guardianes
de los valores de la nación.
Se clausuraron todos los medios de comunicación y las ins-
tituciones ligadas al gobierno derrocado o a alguna «forma de
marxismo», se declaró en receso a todos los partidos políticos
y se clausuró el Congreso Nacional. En los días y años siguientes,
hubo una &,g4g.l9p¡esi0n contra miembros y partidarios del go-
bierno derrocado, que involucró ejecuciones sumarias, desapa-
1 Augusto Pinochet, comandante enjefe del Ejército; César Mendoza, gene-
ral director de Carabineros de Chile;José Toribio Merino, almirante de la Arma-
da de Chile, y el comandante de la Fuerza Aérea, General Gustavo lrigh.
El día interminable 1''
l§g*$-e_q,-d-e"tE,ngiq,n-.9§.-masivas-exilio y estricta censura de medios
informativos.
Se iniciaban diecisiete años de dictadura militar. El «11» quedó
en el centro de septiembre,llamado Mes de la Patria chileno. Antes
quedaría el día 4 de septiembre, tradicional fecha de las elecciones
presidenciales hasta 1970. Tras é1, el día en que se celebra la In-
dependencia de Chile, el 18 de septiembre2, y el día 19 de sep-
tiembre, Día de las Glorias del Ejército y de la Parada Militar
que se desarrolla hasta hoy en el Parque O'Higgins de Santiago.
Sentido de las memor¡as de un 11
Elfin de la historia de lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973
se ha anunciado en varias oportunidades. El mismo general pi-
nochet dijo que ,si gglo-r -qqedarse c_alla r. E:-J"p_úU_rSq_
que debemos hacer. Tenemos que olvidar.J esto no ya a.eeurrir
Nuestros débaié§ mas recientes no confirman ese final. Año
a año, pos 7973, el 11 de sepriembre vuelve a conjurar aquel día
irnpresionante, de quiebre, fuego y muerte, como si el 11 de sep-
ticmbre fuera un largo. día no _aeabado: un drama cuyo poder
rlc impacto impidiera a los chilenos darle un final. Cómo murió
Allende, cómo fue posible que un país que se enorgullecía de
srr larga tradición democrática «cayera» en un golpe de Estado,
t¡rriónes pudieron detener la crisis, quiénes fueron los culpables,
t¡rrióncs fueron las víctimas, qué empezó ese día y qué terminó.
El 11 es un día que parece cumplir a toda cabalidad con esa
t :rrat'terística básica de ser unaJqqha-¡!,e*disfrnta
Folíticr" soci.d....
val(rrica_.d-e**'nuestra memoria, donde «hay una lucha política
.y
,rr'tiva acerca del sentido de lo ocurrido v también acerca de la
lfl
'r lil día de septiembre de 1810 se constituyó en Cabildo Abierto la
l'r rrrrt'r-a-f unta dc Gobierno chilena, iniciándose así el proceso de independencia
,l, l.r ( lorona cspañola.
' S:rrrtiago, 13 dc septiembre de 1995, citado en www.derechoschile.com
' n,r'l)tionrbrc dc'1998.
 El día interminable 13
12 Azun Candina Polomer

memoria misma» $elin, 2000:7)- una fecha que ha sido.parte 1. LA INSTALACIÓN OC LOS DISCURSOS. 1974.1977
importante, como lndicaría Stern, de las «memorias emblemá-
ticás» sobre la dictadura militar en Chile, construidas a partir
de
Los triunfadores. Los 11 de la paz y la libertad
coyunturas históricas especiales, que son sentidas por individuos o
grupos como expert.r.irt personales ligadas a grandes procesos
En este período, lg ed&lwiw:f§llica y-m-asiv-.a".de los días 11 de
á n..no, histórióos de rupfura, que cambian el destino personal
septiembre fue müy clara. La convocatoria venía desde el gobiqtno
y social (Stern,2000).
' Dada la complejidad del tema y los diversos contenidos que y sectores empresariales, giémialé§ y Co-meiciilés simpatizantes del
el «11» ha revelado ibrr."r en el trabajo documental, bibliográfico 4[éyll§ginrgÜfli§§lF§, 11Ñ¡r (Asociación Nacional de Em-
hemos decidido piái?"s F=i;Cálerl, jlirñG rzÁlÁa, la Confederación de Comercio
f testimonial realizado para esta-investigación, Ella se refiere Í)etallista, coDELCo Chile (Corporación Nacional del Cobre), la
írabajar con una_fuipótesis central para el análisis.
Federación Nacional de Taxis, todos los Colegios Profesionales
, .rtlrdir el n1l,i áo*o um instalación teala-?§L,qfi933.!o, en
il"i"J,
par rrivlá{au
tráÍél-d? los años, determ-r¡r¿{-o-¡gru-
¡"- y numerosas empresas privadas de mayor y menor importancia-
A un año del golpe, los periódicos registraron una amplia pro-
fdniííñE téfiéié á Cómó, a
llamados «insertos»- en que empresas pú-
para promover una interpretación paganda pagada
pós tiá5ájáión f organizaron
§é -los
tli.m, empresas y comercios privados y hasta simples particulares
áe ¡*- h¿¿tros y ioñrnemorarlos, mediante las convocatorias.á ac-
Militar en el at'tiversario-En 1975, entre los
tos públicos, ías publicaciones y el debarc político y social' ac-
saludabalr- a la Jurrta
días 8 y 10 de septiembre se anunció la realización de un concurso
trrádo no sólo en la conmemoración de un Nosotros que conoce
de vitrinas en Santiago, y el Sindicato Profesional de Dueños de
la uerdad, sino-páia instalarla en la memoria de los Otros' sean
Establecimientos Comerciales proclamó al 11 el «Día de la Unidad
los indiferentes o los antagónicos.
de Todos los Chilenos» y ofreció iluminar laPlaza de Armas. Tam-
Estas instalaciones tieñen un gran objetivo: convertirse en
la
bién, el Hotel Tupahue y el Restorán La Querencia ofrecieron
interpretación unívoca de la história polítieo-social de' Chile en
cenas especiales con show artístico: «para celebrar el 11 en granders.
t", ,iitir"ól tñiñtá-años, utilizando al 11 de septiembre como La celebración del 11 buscaba destacar los siguientes puntos:
fecha de debate e interpretación de la historia reciente en el
país'
rc c up erac i ó.n dg . lq -paz *inle-tr¡;¡d§! p-4-ís - y d e La I ihe rrad pe rdida
Todos quieren, .o-o .r"r.-os' ser los portavoces legítimos de .

.hrrante el-gobie-.u",4e*l-t U*lidad Po]ular, demostración al país

unChileUnidoyunChileDemocrático.Lamemoriadelll
y il mundo del apoyo de lipó61áciéñál gobierno militar y des-
á. ,.pti.rrrbre y lá interpretación que se hace de ella es central
discurso legitimador, que se apoya V \1)y791a meSgria ,llificación del gobiérno de la UnidáilPópulq Y del marxismo
"r-, "r.
pa-ra apropiarse del.-prc-sen-t-e.:.-{el fury1,o- l fartii dé la' ápi-ó1iiáción rrrcdiante e1"re-ancrffile1o"§Íeédidó en elfa-Íl durante el período
l()70-1973.
d.el pasado.
Los eslóganes convocantes tenían una intención totalizadora,
i'r.rpor,.-os aquí una periodi zación de este proceso de ins-
tlt'ruostrando el mayoritario e indiscutible respaldo al gobierno
talación, a partir de la rwisión del material escrito y los testi-
monios'pcisonales recopilados, que dip-¡¡j?1,9r¡59-fl1149!. pe- I aime GtzmánF,rrán:riiz fue el dirigente más importante del gremialismo
¡l"j-"q OL iuqB,laeión -de-l-af.cha err lii'emórif'chilena'
desde .f
,i, ,['rt't-lra chileno. Fue uno de los autores de la Constitución de 1980; presidente
1974 hasta el año 2000. ,lr I lr.u'tirkr político de derecha uor (Unión Demócrata Independiente) y senador
¡,,,r S;rrrtiego cn 1990. Murió asesinado por el Erl'tR, en abril de 1991, en las
l,u,.rr.rs rlcl Oarnpus Oriente de la lJniversidad Católica, donde era profesor.
'' I:l Mrrarrio, 1l de septiembre de 7975,p.45.
14 Azun Candina Polomer
militar. En el primer año, 1974, el eslogan fue «Chile responde
al mundo», portando banderas chilenas, páñuelos blancos y an-
torchas; en 1975 se encendió la Llama de la Libertad en la Plaza
Bulnes; en 7976 se desarrolló una marcha de la civilidad frente
al edificio Diego Portales, sede del gobierno, con el lema «Chile
trabaja por Chile»6. Todas estas manifestaciones contaron con
.sp.itá.ulos artísticos?é üna «chilenidad» muy tradiliót"l v c"m-
p.si.,r. con conjuntos folclóricos de huasos, tonadas tradicionales
á hi*rrot patrios y de las Fuerzas Armadas.
Lo qué se cgl-ebf3ba era el día de la ConfragJ.l;d4$- -N4-cional,
de la Liberación Naciónifi, !éf Pyoiancilmisnito? (v ¡t9 Colpe)
educacionales v laboralés
-ili;;. $-sññeñáían-Iiliiit"iáraéi
a disposición de los manifestantes. Desde
y se-ponían ómnibus
i977'se .es.tudió la inclusién del 11 de septiembre dentro de las
.ibáé.id.r nacionales, como el 21 de rnayo y las Fiestas Patrias
.ie Séptiémbre lo cual ocurrió ofi ci1,-l-p9nte- g 1 9-81,
8,
"e
Ei 11 era, 11m!ién,9g-4- gpg:!141-dád p-ap-agtadee-el a -l--o¡ mi-
litares poi l, p??-,{-e-9-o.}.IAd+.S-g iry;lglé str 11 d,q septiq;mbre como una
fecha hiiroica, de igeiii mitirar». El siguiente
texto, seleccionado entre
"r.rucho,
qué piiedén .r.ortirtt. en los mensajes presidenciales
del día 1í y én numerosos artículos de prensa y homilías en la
Escuela Miiitar para el día 71., refleja con bastante exactitud dicho
espíritu:
Entre las virtudes militares, características de las Fuerzas Armadas y
Carabineros, debemos considerar la del compañerismo como una de
las primeras
-.,11 [...] e, el fragor del libertario Pronunciamiento militar
del de septiémbre de 7973» que respondió al clamor ciudadano,
los miembror d. lrt Fuerzas Armadas y carabineros {érreamente co-
hesionados en el mismo ideal combatieron hasta el heroísmo en una
verdadcra gesta de salvación nacionale.
(' llcvista Ercitla, 14 al 20deseptiembre de 1.977,p'13'
7 Alnrar-raqrrc dc Reuista del Domingo, 197 4, p. 347 . Se usa esa denominación
er.la cronología dc los principales sucesos ocurridos en el año anterior'
8 El Mercurio,4 de scptiembre de 1977, p.36.
e 1975, «Compañerismo en
Javier Palacios Ruhmann, general de división,
las Fuerzas Armadas y carabineros. "(Jno para todos y todos para uno"», en
Reuista de Carabineros de Chile , nún.247, pp. 72-14'
El día interminable 15
Asimismo, el mensaje dirigido a las mujeres pro régimen mi-
litar fue poderoso. Ellas eran vistas como un sector importante
de la lucha para derrocar a la lJnidad Popular. La ¡NRtr¡t (Empresa
Nacional de Minería) acuñó en 7974 dos mil medallas de plata
como homenaje al 11 de septiembre y «a la participación a la
mujer en el movimiento restaurador»; la medalla tiene grabada
una figura femenina y la leyenda reconstruyamos la paz10.
El mensaje también estaba dirigido a los niños: en 7976, el
suplemento Icarito del diario La Tercera, complemento de los pla-
nes de la educación primaria chilena, dedicó el número a un es-
pecial sobre el 11 de septiembre, con la siguiente introducción:
La comunidad nacional conmemora un día de suprema grandeza. Es
el día en que nuestras gloriosas Fuerzas Armadas y de Orden se coh-
virtieron en los conductores y guías de los destinos de la Patria, cum-
pliendo así lavoluntad nacional de defender la esencia del ser nacionalli.
En esta instalación, la pren;a 9fi_9gl!91i ofrece una clara imagen
de descalificación del sobierno de Salvádor Allende. En una cons-
tante que ,.
-rrrii.r". activi en perióclicos como E/ Mercurio y
LaTerc¿ra-tesdé*dfáño 79T4hasta los años ochenta, desde inicios
dcl mes de septiembre hay secciones diarias para recordar «cómo
cstaba Chile» en septiembre de 7973, antes del levantamiento mi-
Iitar. Fstas p"b|ig+gfgsq gorg.g_b_Ult9_ll_g¡ dos partes: un Chile
lrtrndido en una crisis y en el peligro -=I-Cñile clé 1á Unítla¿f
l'opular- y un ehile poste'ñ% en proéésó de iecüperáCión y
l':rt'ificación¡ el del gobieriro militarr2.
Junto a ello, hay úná ólard iñtención de transformar al 11 (y
,r krs días que lo rodean) en una fecha no sólo de celebración
¡,,rlítica, sino en una ocasión de ejercer nlabor social, y demostrar
l,r vocación de ayuda hacia los más necesitados del gobierno, es-
¡,t'r'irrlrrrente en los llamados operatiuos cíuico-militares, donde Ejér-
r rto, (larabineros y ciudadanía trabajan juntos en tareas médicas,
t" Ilffcrcurio, T de septiemb re 1974, p.
10.
tt I t'llrrcra, [i de septiembre 1976, s/n.
I ' Vcr tarnbién el documental El sonido de la historia, lrp Producciones, que
rr Lrt.r trr 55 ruirrutos cl caos en el gobierno de Allende, en contraste con el
t lrl, ,rrrlt'¡r:rtlo y productivo del gobierno militar.

16 Azun Candina Polomer
sociales y de obras públicas. Año a año,
se inauguran escuelas,
los sectores «más modestos»
canchas deportivas, poblaciones para
(la palabra pobre no existe en estos medios). Desde 1975 en ade-
lante, se llama a actuar con solidaridad hacia los más necesitados,
dado el difícil momento económico que pasaba el país: se pidió
que los fondos destinados para tablados, arcos y espectáculos para
li celebración del 11 se entregaran al pnu13.
Los perdedores. La instalación del miedo
y la desconf¡anza
Paraltoposición al régimen militar, las informaciones documen-
tále, soil áléárár. A p"artir del golpe de Estado salieron de cir-
culación todos los méAIólAé*comümóación pübliéói no oficia-
"
li§rás.
- gn la vida cotidiana,
el fenómeno parecía ser similar. Las dis-
tintas personas pertenecientes a la oposición al régimen militar
que entrevistamos confirman lo que otros estudios existentes so-
bre el tema destacan: el profundo ambiente de desconfianzt y
miedo hacia el nuevo-ñ$men,-y fdesc;nfi-rriá iniátiaa e" ta
interacción ;ó-qlrl14:-Áptiaé dé los actos de represión más graves
y directos, de los que sólo se hablaba a escondidas, el día a día
estaba marcado por un aleccionamiento de guardar silencio.
I-Jna socióloga entrevistadapara esta investigación, que tenía
quince años en el momento del golpe, tiene una memoria difusa
áe las celebraciones, en las que ni ella ni su familia participaban,
pcro sí recuerda con gran claridad cómo «todo había cambiado»:
Es una cosa bien extraña, y yo recuerdo más esa cosa de que se te
va ccrrando como la casa, de que te vas como metiendo para adentro
13 El I'r,,gratna de Empleo Mínimo (eeu) fue una iniciativa social
gobicrno militar clcstinada a paliar la dramática situación de desempleo de los
más pobres. Por un sueldo l-nínimo se los emplcaba en labores municipales
dc orden, asco y construcción.
ra Ver cspecialmcntc Patricia Politzcr, Miedo en Chilc, cólección de entre-
vistas hechas en 1984 quc abarca un amplio y diverso marco de personas tanto
opositoras como proclivcs a la dictadura militar (Politzer, 1998).
El día interminable 17
y si hubieron celebraciones, no sé, quizá gente más grande lo recuerde,
pero además es un paso de una efervescencia política muy grande...
y de repente nada, el silencio, el cierre. Entonces es muy raro, es una
cosa más de irte pa'dentro... [es] como lo recuerdo yo al menos.
Son años negros para los familiares de los presos políticos
y de los detenidos desaparecidos, quienes veían con dolor la ale-
gría de los otros. lJna integrante de la Agrupación de Familiares
de Detenidos Desaparecidos (ar»o) relata:
Es que los primeros años, ellos tenían todo el poder, todo, todo. En-
tonces ellos, ésabes?, que inmediatamente las radios las acallaron.
Después pusieron la gente que ellos quisieron, tomaron los medios de
comunicación en manos de ellos, todos los medios de comunicación,
entonces ellos hacían lo que querían... y, bueno, ellos disfrutaban, ellos
levantaron banderas, el día 11 tomaban champaña, porque eran felices.
El discurso y las imágenes del golpe de Estado como una
aberración, por una pafte, y como una liberación a celebrar, por
la otra, ya aparecen instalados desde los primeros años que aca-
bamos de revisar. El gran cambio de la sociedad chilena, desde
la alta política hasta la vida cotidiana, desde los líderes hasta los
lclolescentes, es percibido por todos los sectores políticos y por
trrdos los testimonios personales. Todos los chilenos que tenían la
«lad suficiente púra recordar esa fecha de 1973 tienen una historia que
tontar. Desde ese punto de vista, el cambio se revela como un
li'ní¡meno claro desde el primer año posterior al golpe. Existen
rkrs (lhiles: un Chile muy público, triunfante, culturalmente con-
st'rv:rdor y políticamente «apolítico» y antimarxista, y otro Chile
rrr;ís privado y susurrado, desconfiado, silenciado y opositor.
del
:, CONSOLIDACIÓN LEGAL Y DISIDENCIA SOCIAL. 1978-1981
l' l ¡,r' r ít xlo que se abre en 19,7-8, hasta 1981, puede ser considerado
,,,ln() uf r pcríodo de,.t¡Aguetag-§ptrs--l-o.5. 11 de celebración mqqlua
1 1,,., ll dc protesta lr:glgdl S_".!t:^ e-l_gobierno, que trataremos
, rr ,'l ¡,t'r íotlr siguiente. El discurso oficialista mantiene con fuerza

18 Azun Candina Polomer
su discurso antimarxista y sus esfuerzos por legitimar al 11 de
septiembre como una fecha de «todos», «de Chile», y «social»;
sin embargo, las inserciones de empresas privadas y las celebra-
ciones de simples particulares van disminuyendo progresivamen-
te. Los sectores no oficialistas, a.su vez, gmpiezan a aParecer con
mayoi fréóüéncia-én la prensa en la oficialista- mos-
-incluso
tráñdo iu déscontento con el régimen imperante-
El Mes de la Patria de l97B se inició mostrando las primeras
fisuras serias a esa anterior celebración aplastante- La fisura vino
de los sectores sindicales y gremiales, que habían sido duramente
golpeados por la represión post golpe.
Asimismo, las manifestaciones en contra de la represión del
régimen y las violaciones a los derechos humanos comenzaron
a hacerse tímidamente presentes en la prensa oficialista. Se in-
formó que, a fines del mes de agosto, el Ministerio de Interior
recibió una lista de 269 presuntos desaparecidos, entregada por un
grupo de familiares que realizí una manifestación en \a Plaza
Bulrer, dispersada sin violencia por Carabinerosls. El 4 de sep-
tiembre de 1978 se registraron incidentes con opositores al go-
bierno en distintos sectores de Santiago, tanto en recintos uni-
versitarios como en la Plaza de Armas de Santiago, en los que
participaron unas 200 personas16. En los medios opositores, esta
cifra sube a 2.000 personas que marcharon alrededor de La Mo-
neda, con 111 detenidos (Hojman, 1988: 42).Un entrevistado,
abogado del movimiento de derechos humanos, lo recuerda:
Si uno recuerda lo que sucede a partir de 1977, 1978, incluso si se
rcvisan las cifras de la represión, uno se encuentra que suceden cosas
en dctcrminadas fechas. Esas fechas son el 1 de mayo y el 4 de sep-
tiembrc; yo recuerdo anecdóticamente el 4 de septiembre, por ejemplo,
debe habcr sido el airo 1.978 en La Alameda, que estaba lleno de gente
en los paradcros dc micro, y en el fondo se suponía que iban a protestar,
pero no sc atrevían a avaflzar por los bandejones centrales, por La Ala-
meda. Entonccs se llenaron (los paraderos). Nunca había habido más
gente.
15 El Mercurio,4 de septiembre de 1978, p. C8.
16 El Mereurio,6 de septiembre de 1978, p. C9.
El día interminable 19
OtrdLentrevistadáI estudiante de la Facultad de Ciencias So-
ciales de'la Universilad de Chile en esa misma época, recuerda
la lenta recuperación de la confianza entre los estudiantes opo-
sitores a la diitadura, y los inicios de actividades relacionadas con
otras versiones de la historia reciente del Golpe.
con la entrada [mía] ala universidad el año 1976,yo entré en la escuela
de sociología y habia sido cerrada y depurada, habían tomado preso
aalu-nos,"profes, delante de los demás. Fue muy perseguida la escuela
antes de ceirarlay después la volvieron a abrir y quedó la gente, los
proGs de derecha [y] tiajeron profes del sur. Yo fui de la segunda ge-
neración q,r. i, 1a apertura. Estuvimos... yo creo que- hasta el
"rrttó
1.976, todo el 1976 y el 1977 [en] un mundo de Bilz y
,ri,
ano, a
Pap. Só1o hablábamos de los libros. Fue un proceso muy lento empezar
a conocer y a tener conftanze en el otro. Bueno, y yo creo que -em-
pezamos a celebrar el 4 de septiembre y a hacer funerales para el 11.
Vo to me acuerdo bien si fue el año 1978 el primero o el a¡.o 1979,
tengo Ia idea que el primero fue el 7979, el que hicimos un grupo
chiJo, no fuimbs mái de 300 personas [...] para el 4 de septiembre,
y después p,al 11 hubo un paseo con urnas con banderas a media hasta,
crespón negro y cantos alusivos al 11 y todo.
El 11 de los opositores apareció en [a arena pública como
un duelo: crespones fúnebres, ataúdes, mujeres vestidas de negro,
visitas a los cémenterios a la sencilla y casi clandestina tumba
de Salvador Allende en Valparaíso y a la de Víctor Jara17 en San-
tiago.
No sólo es un dolor por la pérdida de vidas y la represión
más directa. Se percibe también una extensión del duelo a algo
rnás amplio: h perdida de la democracia y la libertad. previas'
El 4 de septiemtre había sido tradicionalmente la feclia de las
clecciones presidenciales en chile, interrumpidas desde el golpe.
Err el año lglO ArbiO haberse realízado una nueva elección, tras
l¿ cualAllende hubiera entregado el poder. La rrlisma estudiante
rclata una versión que no se menciona con frecuencia en los ma-
17
Víctor Jara, actor, director de teatro y cantautor de izquierda, fue ase-
.,¡r:rcio en el estadio chile, en Santiago, en septiembre de 1973. Su muerte
en figura emble-
l,r¡v6có un fuerte impacto a nivel internacional y se convirtió
rn:itit'r dc las víctimas de la represión ejercida por el régimen militar'
 Azun Candina Polomer
20
teriales de la izquierda acerce del día 4 de septiembre antes del
golpe:
[...] era un hito nacional tan importante como [después] el 11 de-sep-
iie-bre. Se juntaba la familia, con la radio, con los cómputos, se hacía
una comida especial, se juntaba la familia más allá, era muy probable
que tú te juntaras con los abuelos, con los tíos, y había empanadas,
se compraba la chuica de vino, se hacían hojitas con los candidatos e
ibas escuchando tú por la radio, o sea había toda una serie de ritos
[...] S" vivía la fiesta como 18 de septiembre en el fondo, era un poco
éso, ahora yo no sé. Yo te lo estoy contando de la experiencia muy
privada de mi familia [...] entonces me imagino que lo que hacían ellos,
io hacía mucho la gente también. Yo 1o recuerdo como una celebración,
«ah, qué entretenido», cómo que se organiza la familia, se hacen turnos
para que vayan a votar las mujeres, los hombres, y quién se queda con
los cabros chicos.
Ignorando la nueva orgaflización de los grupos opositores, la
p..rri, oficialista insistía en alabar la «despolitizaciín» del país'
Él ucambio de mentalidad» de los chilenos se expresa en el re-
forzamiento de la tranquilidad y el mayor crecimiento econó-
mico:
Algunos observadores destacan que se trabaja más en las universidades,
erilas industrias y el comercio; que hoy se aprecia más el hecho de
trabajar. Orden, limpieza y disciplina desempolvados por Jos
militáres- han creaáo condiciones de-1¡¿16¡s5
trabajo más intensas y fecundas.
Se ha enriquecido el ámbito personal, y la extroversión, que regía an-
teriormenté, ha dado paso a la interioridad y la reflexión. Los sociólogos
aseguran que se ha recapacitado mucho: «Ha habido una reflexión
todo nivcln18.
El discurso gubernamental parece centrarse en aspectos ins-
titucionales: la Consulta Nacional de 1978 y la Constitución Po-
lítica del Estado elaborada por el gobierno militar, a ser votada
por la población el día 11 de septiembre de 1980.
18 Revista Errílla, 6 al 12 de septiembre de 1978, p. 8.
El día interminable 21
La Constitución de 1980
El 11 de septipm-bre de 1,980 fue elegido" por el gohi9.{19 p_?Ie _
la votación de la Nueva Constitución Política del Estado, que
legitimaría la obr.a del ¡(gimen,milita¡,' trqía del general Pinochet
un presidente constitucional y dejaría definitivamente fuera de
ñ ley-á'1é§"pái:tfd"él mañidá1. EI discurso oficial enfaiizó que
el nuwo texto legal eftanzaríl-un proceso pacífico de transición
a la democracia: «transición pretende democracia estable mediante
el progresorle.
Al inicio del mes de septiembre de 1980, el general Pinochet
cornenzó una gira por el país promocionando la votación a favor
de la nueva Constitución. Grupos cívicos como «Nueva Demo-
cracia» y «Frente Cívico 11 de Septiembre» se declararon a favor
del texto20. Otros gremios como la Coordinadora Metropolitana
de Educadores y un grupo definido como «Ex Demócrata Cris-
tianos» (Andrés Zaldívar, Carmen Frei, Raúl Troncoso, Tomás
lleyes yJaime Castillo) afirmaron públicamente que el plebiscito
rrn reunía condiciones de validezzl. Entre ellos, sorprende la de-
claración de León Vilarín, presidente de la Confederación de
l)ueños de Camiones y activo pinochetista al comienzo de la
rli<'tadura, de que voterá en contra del texto, y que nadie puede
,,lificarlo de antipatriota por ello2z.
Mas el miedo a pronunciarse en contra seguía siendo pode-
r oso. (Jna estudiante universitaria, que entonces tenía nueve años
rlt'cdad, recuerda su reacción a las preguntas hechas por la ma-
,lrc dc otras niñas, en 1980:
a
l l ll mamá de esas niñitas nos pregunta de modo bien inquisidor
,r lrxl:rs, una por una, por quién iban a votar sus papás. A mí me parecía
' .i,U,* Guzmán, El Mercurio,2 de septiembre de 1980, p. C5.
'" Iil Mtrrurio,3 de septiembre de 1980, p. C3.
'I
I il M t'ratrio, 4 de septiembre de 1980, p. C2. La calificación de «ex demó-
I r ,rt,r r r isl i:rnos» para todas estas personas, todos destacados militantes del partido
' r¡ r u(.;tr()n, sc cxplica porque los partidos políticos estaban oficialmente en
I rr r'',r,
" l'l [\'|trLttritt,2 dc septiembre de 1980, p. C7.
22 Azun Candina Polomer
obvio que ella sabía que mi papá votaba que No -mi papá no tenía
pelos la lengua y iiempre-hiblaba e., contra de Ia dictadura, inco-
"n
inodando -r.ñrr r"..r-, por tanto, en ese momento no entendí por
qué me preguntaba, talvez para hacerm-e sentir mal, qué sé yo, entonces
, ll".r, áe iereüenra v de miedo de frente a las niñitas más grandes
q,r. yo y la seáora, dije que mi papá votaría que «sír' ^t"']..Io, que era
.. ."iOti.", iba muchda misa' colegio muy cetólico, y familia,muy cre-
vente. me sentí como cuando San Pedro niega tres veces a Jesucristo
á., la'.roche, antes de que 1o vayan a matar y después, se arrepiente'
J.rprre, que dice n.ro, yo no 1o conozco» y después ichutal, canta el
galü y se áa cuenta... Me sentí mal, mal, mal'
Bajo un sistema de control pobrísimo y sin libertad de prensa,
los reJultados fueron favorablei al nuevo texto constitucional: Sí:
67,54 por 100, No: 29,62 por 100. Al menos legalmente, 9l go-
bierno de «metas y no plázos» había fijado sus propios p.lazos'
ese 11 de septiembre de-1980. Flasta 1989 no habría elecciones:
.r, t988, un plebiscito nacional decidiría si el general Pinochet
1980, presidente constitucional- seguíe en el poder du-
-desde
rante ocho añoi más. Asimismo, se autolegalizaba como fundador
de una Nueva Democracia. Las críticas de los sectores opositores,
.o-o .l ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle y el Grupo de
los Z4,..rp..to de la validez de la votación y los contenidos de
la Constitución, no fueron tomadas en cuenta'
como si la victoria electoral legitimara definitivamente al ré-
gimen milirar, en 1981 se declaró feriado el día 11 de septiembre, lo
|ud fr. celebrado por los sectorei de gobierno y fue interpretado
como un llamado a recordar el 11 periódicamente,
lo que significa el primer hito de reconocimiento de ese enlace con
,r,r.r,r, tíadición liüertaria, pero asimismo tendremos, año por -año' la
urscnre necesidad de revitalizar el concepto de patria, libertad, soberanía
. iiá"p"t a.t cia que hacen en conJunto el Mes de la Patria, y que harán
posiblc qtrc el 11-siga'siendo un día feriado, digno de ser un encuentro
con la chilcnidad".
gu almente, e gecesl-dad- de reco rdar, p reci§ am'e
I s
lnvqg§l¿
p"r-i"i l."aeniia áiolvido de los puehlo-s:
Tt Ál.r".o Puga, «Scptiembre comienza en Septiembre», La Tercera,
septiembre de 1981, p. 3. Las cursivas son nuestras'
El día interminable 23
Los pueblos tienen mala memoria. El fenómeno es lógico, si se tiene
en cuenta que ni individual ni colectivamente podría soportarse la con-
tinua repreientación de una desgracia. Todavía más, las nuevas gene-
raciones ni siquiera sufrieron las consecuencias de aquel colapso y, como
alguien d!jo, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con
la misma piedra2a.
Es importante consignar a este respecto que todos los.entre-
uistados y lot prrtorot con las que mantuvimos conuersaciones sobre este
tema no-recoráaban 1981 como el año en que el 11 se hizoJeriado legal:
existe la percepción que el 11 ha sidoferiado «siempre», es decir, desde
1974 adelante. Puede que ello se deba a que desde el primer
ei
aniversario del golpe, las clases y actividades laborales se suspen-
dían, y la televiiión transmitía una programación especial de ce-
lebración.
También, a partir de este año, el intendente de Santiago, ge-
rreral de Ejército Carol lJrzúa, declaró obligatorio izar el pabellón
nacional ét ¿i, tt en todos los edificios públicos de la Región
Metropolitana. A pesar de que había Protestas clandestinas y ame-
,,rrr, á. bombasin Santiago2s, el discurso del Gobierno estaba
tcñido de optimismo: la nueva Constitución estaba aprobada; el
l1 de septiembre se convertía legalmente en fiesta nacional, como
Io eran los días 18 y 19 de septiembre, y el pais gozaba de es-
tlbilidad económica.
II, LOS AÑOS DE LA PROTESTA Y LA MOVILIZACIÓN: LA LUCHA
EN LAS CALLES. 1982-1987
Arrrc la crisis económica que se anunció en'1.982 y se desató en
l,)1.t.), y a los diez años de aniversario del golpe,-el.p-*,19t11-,
,lt. «tr:inquilidad rráCibnálii y ile-úna-iiueva j1¡tfu_éionalidad se
'r Rodríguez Grez, «Ocho años de gobierno militar», La Tercera, 5 de
l,:rl-¡l<r
nte fue uno de los fundadores
,,r
ltr(.Dr[)r(. dc 1981, p. 3. Pablo Rodríguez Grez
,1, I ¡r,vir¡ic¡rto de extrema derecha Patriay Libertad, a comienzos de la déca-
,l,r,L l')70.
3 de
'' Lt'li'ntra, 11 de septiembre de 1981.
 El día interminable
Azun Candina Polomer

continuaba con una tiago, general carol l)rzúa, y dos de sus escoltas fueron asesi-
enrareció. Mientras en televisión el gobierno ,rráor."L6 represalias por el asesinato se dejaron sentir al día si-
paloma
p..prg;"¿, que llamab a.alapaz-uáa.niña que lanza unaochenta guiente: fueron 5 militantes de izquierda asesinados en un «en-
déc1da del
blanca al aire y sonrís26- los días 1-1 {e }a ierrtrmierrto» entre la cxr (Central Nacional de Informaciones)
y violento-!.delper-iodó (Salazar' 1989)' La
rá"-i"t -at "ji,rdo, y' el um (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) en Santiago2T'
iJ.tai¿?lai¡ltafaaidel1i án la politica nacional fue callejera,
F.l oobierno v ]a oposición convocaron a actos de conmemo-
dura v abiéita.
-"';¿;;r.,
a.la proresta conrra la"celebración del «11» fueron
,r.iá,-,-f;r' liámádo

b' ;;:,il'' ;ñ ; í' ja-ü"-1' :lu";;' I - gyi

Tl' i :: 9' j::*"'
á"sociaEloñes. sindicales y gremtales'
a untprotesra nacññilTtfAlianza Democrática con el
Abierá» que homenajeó al general Pinochet en la Municipalidad
«Cabildo

huáanos y-?é mr!érés, lal de Santiago, donde lá fue.ón entregadas las llaves de la ciudad.
s y b t t::1t t- -
lo s e sttid iantes unive f Sitailót f 19-Sp¡j 4¡io
-

-u:i6-ariof "Esfos gl'utós aparecen con un drscurso:. " ryX "

puDllco Se creó li condecoración «Décimo Aniversario de la Liberación
iáres Nacional»,28, término que se venía usando oficialmente desde la
.tgr"irraa y §istemátifo: 'o " t"t' de actos aislados y observados declaración del 11 de septiembre como día feriado, en 1981'
.oí -i.Ao y distancia, sino de una verdadera y masiva m.ovi- Las protestas continuaron en los días siguientes. Hubo dis-
lizaciin social en *rr.hr. El 11, durante estos años,
se convirtió.en
de la sociedad chilena turbios L, el ce-et terio general y en el cementerio católico, en
itn i, nr¡a y de coÁmtación de que el quiebre rnarchas que se realizaron hacia el Patio 292e y la tumba de Victor
era profundo,
-s
na .[ara. El gábi..ro, ante la protesta,
movilizó a sus fuerzas y llamó
ehilq-qlgi fi c ab?. ql -t-'!1 L ":í99 "' i9 I 9L[
ái l, i..U a e n
l la «unidad nacional» que pretendía representar'
"í,
i^iA: ;{,;,' fecha se Jr¿-bia c-o-¡1v9441s en
"Lrr".t., eJ 11.. Larncluso
posibiéñ éhra re¡Pgg¡g3!*!!
i".iüi" en las generaciones jó- El día 11 de septiembre, el diario El Mercurio publicó una
referenóii para la propia Postura, 91-g:g:tl:',1:"Yf'l; scparata preparada po. »r*acos, la Dirección Nacional de Co-
;Á--" qué de lo ocurrtoo
personal oe
ftñ¿s -ñ;fficuerdo de sí mismos y de su postura
apenas guardaDan
,,,i rri...iorás del Gobierno, titulada «10 años: Chile cumple con
;'óit;;i.t. firur,t Política
( llrile». En ella se mencionaron «momentos estelares» del gobier-
lo que.el «11»-había sido para sus familias'
"*l*i..á",r"¿o rr«r militar, entre los que estaban el bombardeo de La Moneda,
,migos y su infancia (Candina, 1996)' ('n llna de las pocas ocasiones en que así se lo llama en la prensa
olicial; visitas del general Pinochet y su esposa a España y y"-
lrirrgton; la constitución de 1980, y el éxito en la mediación fron-
Los diez años del golpe militar' La disputa
r,.r.l).a con Argentina30. Todas las e6mérides están referidas a dos
i; q¡ié, defiendá la'*lJnidad Nacional" chileno en
ll,rrtos: t.rtri d. mostrar la aceptación del gobierno
1983 tuvo preludios trágicos Ut-,11' ,'l t'xtcrior, que se sabía minoritaria, y destacar la obra de re-
El mes de septiembre de r,rrrstntcción del país llevada a cargo por el gobierno militar'
protesta nacional
12 ¡, agosto de ese rRo, p"" unajoinada de
había sacado 18'000 efec-
lánl o."?, por la oposicián, el gobieino .l/ 'l.ras e I asesinato de orlando Letelier en'washington, en 1976, el gobierno
El saldo fue de27 muet-
,ir"t ¿"iE¡lrcito aias calles de Santiago' p"l t|rlllr;rr tlisolvió su aparato de inteligencia y policía poiítica, la »lNa, para reem-
tos, entre los que r..o"t"o" 8 mujeres y 4.niños'
1b1l" 1,, por la c;Nt'
cru- l,l.u,tt
p".didr» de la iepresión en barrios populares de las grandes San- 't' lil Mrrurio, g de septiembre de 1983, p. C5'
i988, 55)- El30 de igósto, el intendente de
á"á.r iu":-rrr, ", lirr cl ltatio 29 del cementerio general de Santiago se encontraban los

pronunciamiento Militar rr ',rr¡,, tlt' t icctttlclos políticos. Los 11 de septiembre los grupos opositores mar-
-Gl-op^ganda telcvisiva de los diez años del , lr.rl,,ú¡ r'tt rot¡tcría hacia allá, además de hacia las otras tumbas ya mencionadas'
reproducidaeneldocumentalLaVictoríadelaDignidad,ProducciónCESoC\,lTEl,t "' l'l MLrtttrio, 1 1 de septiembre de 1983, suplemento especial'
Santiago de Chile, 19U8.
 Azun Candina Polomer
Asimismo, se publicó en un in;-e.¡L9-iu)¡en§¿-Ul nlleg¡dq -4-l+
Unidad Naci,onal,i, Zóñira éI?aos y la viole-ncia de ml49{3¡ irres-
ponsables, que incTüíá un'éitenso listado alfabético de 13.071 fir-
*ar, de un iotrl de 60.000 recopiladas con ese fin31.
En el país, la protesta nacional del día B de septiembre dejó
un saldo áe al menos 9 muertos y centenares de heridos, re-
gistrándose quema de neumáticos y árboles en las calles, desfiles
ópositores y enfrentamientos con Carabineros en las principales
ciudades del país32. Emilio Filippi, ex direcror de la revista Ercilla,
escribió un sentido editorial en su nueva casa de prensa, ana-
lizando los hechos. Reflexionando sobre los hechos de la semana
del 11, opinaba:
LoS acontecimientos recientes muestran que este divorcio casi irrever-
sible entre dos sectores de chilenos se ha ahondado fuertemente entre
la gente más acomodada y los núcleos populares [...] Para resolver esta
diüsión tan profunda entre los chilenos se ha buscado el diálogo. Pero
debe ser para un cambio real, único medio de impedir que se produzca
,rr, ,...iió, espiritual de proyecciones insospechadas, que es el mayor
peligro que se cierne sobre el país en la hora presente. Todavía estamos
a tiempo33.
Mientras el gobierno militar intentaba salvar el valor de su
I
t,
I Obra de Unidad y Paz,la oposición destacaba cómo ese mismo
gobierno no gozaba de legitimidad interna y dividía cad-ave-z más
I
I á la ciudadarir, ., total contradicción con su discurso de Unidad
Nacional, por su negativa a abrir espacios de diálogo con los opo-
sitores, abandonar el poder y terminar con la censura a la prensa
y las prácticas represivas.
Como ejemplo, pueden citarse las reacciones producidas por
el ascsinato del sacerdote católico francés André Jarlan, el 4 de
septiembre de 7984. El padre Jarlan murió en el interior de su
.ri, la población popular de La Victoria, Santiago, de un balazo
".,
en la cabcza (atribuible a los carabineros que reprimían la protesta
"32 ft Ur"urio, g13 dc septiembre de 1983, p. C7.
El Mercurio, de septiembre de 1983, p. 41.
33 Emilio Filippi, «El peligro de una secesión irreparable», Hoy, 14 al 20
de septiembre dc 198J.
El día interminable
del día 4 en la población). Su asesinato impresionó profunda-
mente al movimiento opositor de los pobladores pobres de La
Victoria, y también a la lglesia Católica. Las calles de los sectores
populares se llenaron de velas encendidas por el padre Jarlan.
Los pobladores salieron de la periferia urbana y marcharon a la
catedral de Santiago, donde se realizaron sus funerales:
Optó por los pobres y fue asesinado. Por ello el grito de dolor entre
los pobladores de La Victoria fue tan fuerte el martes 4: <<,André, André,
te han asesinado. iMátennos, mátennos, ya no tenemos miedo!r34.
La muerte del padre Jarlan se transformó en uno de los ase-
sinatos emblemáticos de la represión en los años ochenta. Dio
origen al vídeo documental <aAndrés de La Victoria», que relata
las circunstancias de su muerte. Hasta hoy su casa es un santuario
cn la poblaciónLa Victoria, donde cada año, los días 4 de sep-
tiembre, se realiza un acto en su memoria, que no es registrado
t'n los medios de prensa masivos.
En los años siguient€-s, ¡asta 1987, los mele! de septiembre
registraron ,n, .ié.i..rié gmbién qi ,u*.n-
"ioG;¿;'iéprés-ivá f
to de*argmxlos coñIra áffiñcIáillif ¿C áobie."o. Los llamados a
e paz-de* ambó§ "báridó§,-déñosláñAiila fioGñ¿ñy pid iendo la
I
«convivencia pacíftca», no parecieron encontrar mayor eco. La
tradición de un «septiembre rojo» se afianzó año a año, afirmada por
ld protesta callejera y por los crímenes contra la vida: eI asesinato de
Arrdré Jarlan en septiembre de 1984, el descubrimiento de ar-
scnales clandestinos en 1985 en Carrizal Bajo, III Región, y el
:rt.cntado hecho por la organizaciín armada de izquierda Frente
l)ltriótico Manuel Rodríguez contra el general Pinochet y su es-
t'olta, en septiembre de 1986 (Lünecke, 2000: 137 y ss). Como
srlclo, la violencia de los meses de septiembre entre 1983 y 1987
rlt'j(r aprodmadamente 47 muertos, decenas de heridos de gra-
vcrlad, miles de detenidos y millones de pesos en daños a la pro-
¡ricclad pública y privada.
\'t Apsi, 70 al 23 de septiembre de 1985, p. 2. Las revistas Cauce, Apsi y
lrrt'yio lri rcvistaHoy fueron los principales magazines de la oposición a la dic-
Lrrlur':r rlttrentc los años ochenta.
28 Azun Candina Polomer
Es entonces cuando, ante la inestabilidad provocada por la
protesta social, ._l |l_lpefció como ame\?T1 lg u11.ryge_1c1ón
correctiva. nsepañ [ós poliiiéói qüe, si ei necesáiló, a-ñaéer
"imés
orró ft de septiembre», declaró el general Pinochet a fines de
agosto de 198435. Las reacciones que provocó muestran con cla-
ridad el sentido que la fecha tenía para opositores y partidarios
del gobierno y, especialmente, para personas que, habiendo sido
parte del gobierno dictatorial, estaban ya en la disidencia.
En un editorial partidario del gobierno se afirmó que no se
trató de una amenaza para los opositores sino de que «reavivar
el espíritu del 11 de septiembre, que sin lugar a dudas aglutinó
poderosamente a {uerzas políticas bastante diversas, podría ser
un medio de recuperar el dinamismo moderntztdor y el ánimo
fundacional que caracterizaron al gobierno militar durante buena
parte de su período [...]». La meta del 11 debe ser restituir los
valores tradicionales de la Patria y resguardar la identidad his-
tórico-cultu r al, amenazada por una ideolo gía destructora 36.
La prensa opositora, sin embargo, reaccionó con fuerza ante
las declaraciones del general, denunciando el uso del 11 como
amerrazay la debilidady faka de legitimidad histórica del régimen
dictatorial:
Más que fuerza (es) abuso de poder intimidatorio [...] qu. el propio
-jefe de Estado amenace con un nuevo 11 de septiembre, presentado
antes como una gesta libertaria y ahora como un correctivo sangriento
para toda aquella civilidad presumiblemente contraria al orden impe-
rante. Se trata de contradicciones flagrantes37.
El argumento histórico de una «segunda independencia na-
el 11 de septiembre estaba siendo dura-
cional» llevada a cabo
mente rebatido. La legitimidad del 11 de septiembre de 1973
como €testa libe;tadóf?:y-.§áIv-ái1óia aé dilüíá. Inclüsó se recórdó
que el mismo Allende había nombrado al general Pinochet como
35 Cauce núrn. 20, 28 de agosto al 3 de septiembre de 1984, p. 4.
, '8 Genaro Arriagada, 1984, «Once años en la Comandancia enJefe», Cauce,
36 El Mercurio, 1 de septiembre de 1984, p. A3.
37 Editoral «La razón de la fuerza», Cauce, n(tm. 20, 28 de agosto al 3 de
septiembre de 19U4.
El día interminable 29
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, cosa que por esos
días el general no parecía registrar3s.
La oposición también deslegitimaba las aspiraciones del ge-
neral Pinochet de mantenerse en el poder por una vía electoral,
recurriendo precisamente al significado real del mes de septiem-
bre en Chile y a la manipulación que la dictadura estaba tratando
de hacer con él:
Septiembre está íntimamente vinculado a hechos trascendentes de la
historia de nuestro país. Es el mes de nuestra independencia; la fecha
cn que cada seis años acudíamos a las urnas para elegir presidente de
la República [...] Esta fecha ha sido elegida por el actual jefe de Estado
para proclamar su aspiración de continuar en el poder, bajo el eslogan
cle representar el futuro3e.
El quiebre en la oposición
l'.." g4bién tendría otras consecuencias. La
b1,19!g+:j, I9UUAA
tl ivisión profunda, la-gr@bbtarica-.marcada- p.or,el 1 1 y bañ-ada _
crr sáñ§re-éncadf septiembre de lo¡ año.g ochenta fire parte im-
portantJdá lá-divl¡ton de la oposició4 a la.dist?dlua--El tema
tlc lá violeñcíá'Comó alter:ñátiva legítima de oposición al régimen
f rrc rechazada por las elites político-partidarias de centro-izq.uier-
rla. La uía insurreccional armada y la autodefensa de los pobladores
:rplastados por la represión tenía arraigo en sectores populares
y estudiantiles, pero no en los partidos políticos que deseaban
conducir pacíficamente la vuelta a la democracia.
El día 4 de septiembre de 1986,la Asamblea de la Civilidad,
t¡rrc reunía a los partidos opositores y movimientos pro demo-
r'rrcia, convocó a un acto nacional que terminó con más de 300
tlctenidos en el centro de Santiago, con el paro de la locomoción
r olcctiva y cierre de locales comerciales y con los ya esperados
.¡ll:ruamientos y enfrentamientos en sectores populares de San-
rurrrr. 20, p.21. E\ general Pinochet había sido nombrado por el presidente
\.rlv:rrltrr Allende comandante en jefe del Ejército e¡ 7973.
\') Apsi,8 a\21. de septiembre de 1986, Editoral «Septiembre 1986».
 31
Azun Candina Polomer El día interminable
30
Acercándose el día 1L, se anunció la formación de nuevos
tiago. La violencia de la jornada de protesta arrojó un saldo- de
grupos de apoyo al general Pinochet, la formación de un Frente
4 -,crtos, todos ellos báleados en confusos incidentes el día 4
prlr la noche.
Ór*.o de Muieres, integrado por 200 mujeres, y 1a Asociación
Nacional de Einpleados Municipales42, mientras Fabiola Letelier,
También el hallazgo en la localidad de Cartízal Bajo, en 1'986'
hermana y abogada en la causa del asesinado ex canciller, junto
dc armamento ingresádo clandestinamente al país por el Frente
un núrnero similar de mujeres de oposición se vestían de luto
Patriótico Manuel Rodríguez (nerran) motivó una baja en la mo- "cn los escalones de la Iglesia de la Divina Providencia, con un
vilización popular de las protestas contra el régimen, según al- letrero de letras negras que decía: «ÉIoy es 11 de septiembre»'
gunos op*iát.t, «sus efectos políticos se notaron más mani-
ñ.rtr-e.tte en la jornada del 4 de septiembre, que fue baja ["']
Ese mismo día, ei la semana, mientras el turop (Movimiento
De-
mocrático Popular) llamaba a protestar, dirigentes de la Demo-
4.ELCOMBATEPORLAHISTORIA,PRIMERAPARTE.LAPRIMAVERA
cracia Cristiana, por la radio, insistían en que la jornada era
de
DE LA REPARACIÓN. 1988-1990
*reflexión,,y que no debían hacerse manifestaciones callejerasr40.
pobres
r- Fue el momento en que la movilización callejera de los lrntre 1988 y 1990se produjo un fenómeno transicional complejo,
I ,rbrrror, de los estudiantes y de los grupos más a la izquierda
tlónde septíem6iá y'sü ,iI1;; Qüedaron directamente implicados.
fue directamente combatida por las cúpulas políticas opositoras.
Itúr I..n él-méffi-de ñ *-O¡ar póIíricas cleT plebiscito de 1988,
rbogrdo del movimiento de derechos humanos, entrevistado llamado para vorar por 1a continuidad del rÉgimen militar (al- ]
para esta investigación, oPina: rcrnativa sÍ) o por el rechazo a la continuidá y la realización (
,lc elecciones litres en diciembre de 1989 (alternativa No), el sí '
yo diría que lo que hay a partir de 1986 es la I'uelta de la política al
sc jugó por una defensa de la memoria positiva del régim-en,mt-
te- hablo
escenario politico de los chiienos y cuando hablo de 1a política' tirar,vó-#ounperf odudeptzl*oril-eny'llbtrtád,contrasta-do_con
á. l, políiica de las El afio 1984 yo llegué a Chile' o-el 1985
E!-rqGrencia al 11 de
que
elites.
me encontré con uno de los hijos de [Patrkio]'
r'l p.ñs.ffi§.
debe haber sido, ^muy
vinculado a los derechos humanos, le pregunté ','ptié-ñb;Fsq1óepe$stjgj}-\*s§!t*!!yy!!!e\"t!"de!eP:
i,-i, n6re l. I ;ü,
Áylwin que estaba #ffi¿Éñ;tiér";ii* efiitüio 41." E I m mo is

.árno .ri.b, el papá, y me contestó que el papá estaba muy' pero muy
r
"
deprimido, potqté,r.í" .rt, protesta, veía que la cosa no llegaba.a,nin-
"
,lir.u j*,á]üq"qt'tr.E1úUp?1¡¡i,3l,L¿r-t-Ne:-«I-;propaganda
go.r, p..r.. bt ,^n" 1986, Aylwin, que todos crcían que estabajubilado' .t"l *o .. ,l.gt", buáI, reconciliación y su crítica al ré-gimen
(.s scria v biá fundada»; en cambio, la del si «sólo puede ofrecer el
ír.t,rá a la presidencia del Partido yse comienzan a vislumbrar las salidas
negociadas a la crisis Política. lttts(ldo y sus traumasrraa.
' iriunfo del No en el plebrsc,ito- {-e 19BS fu9-¡9c9qg9!do
El
El día 9 de septiembre de !9}6,la ya convocada marcha del ¡,,,i él'go6ie.ro*mtlitat. §e iáá-lizaron elgcciojes l-ible-s -e-u=-1-989-,
gobierno se realiz^ó con gran éxito de público, especialmente de- ,¡,," diÉion-te-vietoriz-t1á-Cónóériáóión de P_artidos por la
I )crn<rcfaóia: tT1I-dé mafzi dé 1990, Patricio Aylwin. de la De-
Éido la respuesta de los sectores pinochetistas al atentado contra
" Asistieron todas las autoridades del país y persona-
el general. La Tercera, 11 de septiembre de 1987, p' 15'
't:t
lidídes de la televisión y el espectáculo adherentes al régimen .rr
Discurso presidencial en reunión del 3 de septiembre del comando por
militaral. .l Sí cn Las Condes, citado por El Merrurio,4 de septiembre de 1988' pp' A8
* Aptí,8 al 21 de septiembre de 1986' p' 7'
)4 oauce, 12 al 18 de septiembre de 1988, p. 15. La cursiva es nuestra.
a1 La Tercera, 10 de septiembre de 1986, p' 4
 32 Azun Candina Polomer
mocracia cristiana, asumió la presidencia de la República repre-
sentando a la Concertación de Partidos por la Democracia'
A q-ol1!n¡,1¿pi-ó--rr.,.. lSs- . qpgsitores a la dictadura §-e - p-repararon
para organrzar sus actos ág-conlnemor?ció¡r:* t-:fHIU.qS
tg9[. potfticos de izquierda y centroizquierda manltestaron su
éspeiáñza en el Y de versiones
dc la histori, r..Fññ. Como ejemplo, citamos a Luis Guastavino,
conocido dirigente comunista, quien declaró en 1989 que, para
el siguiente aáo, las Fuerzas Armadas y Carabineros desfilarían
en liomenaje a Salvador Allende en los actos por el 11 de sep-
tiembreas.
Asimismo, el día 11 de septiembre de 1989 se organizaron
actos de conmemoración en el Patio 29 del Cementerio Nacional,
en la Pláza Artesanos y en el Estadio Nacionala6' En el Te Deum
de Fiestas Patrias de ese año hubo un claro llamado de parte
del consejo de Pastores de chile a la reconciliación, dirigido
principalmente a quienes ostentarían cargos públicos en el futuro
gobiernoaT.
" Los sectores pinochetistas iniciaron la deGnsa de sus valores
y su memoria, ahora representados más por los partidos políticos
yez
áe derecha que por xts frentes ciudadanos, rechazando .ofla
más a la UnidadPopulai y exaltando a Pinochet como símbolo
de éxito. En septiembre de 1989, poco antes de la entrega del
poder, las celebraciones del pinochetismo cambiaron algo' Por
primera vez, el almuerzo ofrecido por el Rotary Club al- pre-
,id.rrt. Pinochet fue «con morivo de Fiestas Patrias y las Glorias
del Ejército», y no por el 11 de septiembre.
PLro no trt to. Pitto.het declaró allí que el gobierno «ha cum-
l
plido en forma amplia lo establecido en el acta firmada el 11
t; be septiembre de 1973148. El día 7 de septiembre se. realizó un
tl
Homcnaje a los Caídos en el atentado del Cajón del Maipo de
19U6, coá una misaae. El día 9 de septiembre hubo un homenaje
a Pinochet en el Teatro Municipal de Santiago, convocado por
a5 El. Mercurio, 12 deseptiembre de 1989, p. C9'
a6 El Mercurio, 12 de septiembre de 1989, p. C9.
ai El Mercurio, 18 de septiembre de 1989, portada'
a8 ElMeru,rrio, T de septiembre de 1989, p. C1'
ae El Mercurio, B de septiembre de 1989, p. 41.
El día interminable 33
cmpresarios partidarios del gobierno, donde se le entregó al ge-
ncral la Medalla al Mérito, «Protector de la Nueva Institucio-
nalidad»so.
Pueden detectarse en la prensa y en las declaraciones de los -l
políticos de derecha el surgimiento de dos nuevos discursos: uno I
sobre el legado político de los diecisiete años de gobierno militar: l
l)inochet era el forjador de la nueva democracia que se ponía I
cu marcha. Segundo, el de los «errores humanos» en el tema de f
clcrechos humanos, los cuales había que comprender, perdonar i
y olvidar.
El general Pinochet, entrevistado en La Moneda por los pe-
riodistas, declaró que «es cierto que no todo ha sido bueno, que
sc han cometido algunos errores, pero ello se debe a que somos
llumanosrsl.
Recordando para olvidar meior
lll funeral de Salvadol Allende en 19-90-hajo la presidencia de Pa-
rricroTylñiñl márcó-a nuestro criterio -dé á¡ gt* acto final de la
ya deteiiorada unf-ü-a!,{q qFósiiorei- centro, de centro-
rzquiéida, de izquierda y de los grupos ligados al movimiento
dc derechos humanos en los temas que hasta ese momento habían
t-racterizado al 11: criticar a la dictadura, pedir justicia por las
violaciones a los derechos humanos y terminar con la división
tlc la sociedad chilena. Por primera vez, el acto proscriPto se rea=
liz¡ría con todos los honores.
El día 4 de septiém'baett1990, los restos de Salvador Allende
fircron trasladados del Cementerio Santa Inés de Valparaíso al
( lcmenterio General de Santiago. Los funerales fueron multi-
trrdinarios y convocaron al conjunto de las fuerzas políticas de
l;r (loncertación y de [a izquierda no concertacionista. Parala ma-
yoría, el funeral de Allende fue -eon é1, se
-tln -reto-simbólico:
;cchazffa:viffin de los co4fligtos y se valoró
r r n a iritéñáónaii&{rcro;, a¡aily. Aunqu e ori ginal mente
stt El Mercurio, 10 de septiembre de 1989, p. C4.
st El Mercurio, 11 de septiembre de 1989, p. C3.
" J.L. Acevedo, «Sentido de un funeral», La Época,5 de septiembre de
lr)()0, p. 5.
 Azun Candina Polomer El día interminable 35

de la dictadura: la separación entre la p_Q!_tl11a_c_o_!-qr.ljadora y de

hubo la intención de detenerse en la puerta de Morandé 80 «día triste y de refléñAn»-dotgobñrnlcoñcertacionista y la pos-
se había instalado allí una tribuna para la prensa- se
-hasta en parte tqra de luq_!aj)_o1 ,encarcelar a los culpables de las violaciones
pasó de largo: «finalmente, se optó por obviar este paso'
no está más, fue suprimida a;los derechos humanós, que ieiündica abiertamente y confronta
ya
;;ñ". U fr,r.rr, de Morandegobierno áo
militar'54' Estuvieron pre- con Ia dérec1iá h obra y las figuras emblemáticas de los caídos
i" fát ,.r"ilo, que dispuso el cn 1973 y los años siguientes: Salvador Allende, VíctorJara. Mi-
sentes todás lai áel recién elegido gobierno' e in-
"rtoiidrd.t guel Enríquez, y el óonjunto de los ejecutados políticos y los
internacionales como el premier francés Michel Rocard
"ii"i"t
y la primera dama francesa Danielle Mitterand'
detenidos-desaparecidos.
' É.ro esta iniciativa no fue compartida por la derecha' y taT-
p".o-i" sería en los años siguientis. En las mismas fechas del
'fur.r"l de Salvador Allende, Jo aqrÍn Lavín' de la uol' entregó
la u»t
5. LOS COMBATES POR LA HISTOHIA, SEGUNDA PARTE. MEMORIA,
;i;r%rr-a de celebración dál día 1'1: mil militan*s de Armadas
oLVTDO Y JUSTTCTA. 1991-1999
,rr..iü'i.ron la «Carta de Reconocimiento a las Fuerzas
una campaña comunicecional cuyo
f á. Ora."», y el inicio de l)csde 1,991, en adelante, se confirmó el reordenamiento del mapa
íem, sería: Giacias por la democracia... lo sabrán nuestros hiios tam- tlc los actores que se disputan la memoria del 11. Tuvo (y tiene)
iliniu. ¡""t" a ello, criticó al Banco Central por haber suspendido trcs características centrales: la voluntad dg-lar*"-."1¡_.C p-o!í1ig-a-9*g¡
la leyenda .'1g"p1gry-rgr jl*ansl?r!e-d{ j-1J*'*liliis,iia-§emój.;ird.
la acuáción de las monedas de 5 y 10 pesos que tenían
J.i ;ii de septiemb*, t un" muje.^liberándose de cadenas56- rurcionaly__c_og_o-.&Sla.ds-ldry-u:9¡dslo§shilenos»;"la-dela.iz--
Ári*ir*o, Renovación Ñacional déchró que la Unidad Popular r¡rrierda_n_o-g j+cgjs5lnst?I_]9i_lr1_of_r¡niggg_:..1"--qi"algqdeseguir
fu" l, culpable de lo ocurrido en t973 y clamó por el recono- rt'i'ordando !-U*b_enor-y ie-b-u-s-car-.la j-usticia-para los atropellos
cimiento de esa verdad histórica' ,ornetidos de allí efr a_d-elante, y la de la defensa del 11 como
El mismo 11 de septiembre del año del regreso de la demo- Ir', I rr heroice po{"p1I!9*4el.pinoqhqtismo más convencido.
pública y
cracit, en 1990, cqlqg-lzalqt§*-t""tli-ttos en la vía
en el Cementerio GeneñI, que-irfan a-gudizándote en los años
qure-Ufé-s de las Los veinte años del golpe y después
siguientes, y que marcan uño de ffiiirñipat&
-"e-o.ia, v trs]ueh,§ qg:trp-a{id§ P9l!1o*ggsicióq-.en la época
lirr l()93, al cumplirse veinte años de la fecha, estaban en campaña
clausurada en la remodelación de La Moneda hecha
" P"t ,quella puerta, de
l.ri t':rndidatos para la segunda elección en democracia. La Con-
por la dictaiura, habían salido detenidos por los militares los
partidarios
r lr t:rr;ión se presentaba con Eduardo Frei Ruiz Tagle, hijo del
l, ,,, q.r. lucgo serían, en su gran mayoría, detenidos-desaparecidos' f
,rt'sirlcnte Eduardo Frei Montalva (1964-1970); la derecha le-
5a La Época,S de septiembre de 1990, p' 6' r'.rrr(ti la candidatura de Arturo Alessandri Bessa, miembro de otra
55Estclemacitalasegundaestrofadelhimnonacionalincluidaporlos ,,l,rrrulirr de presidentes»: Arturo Alessandri Palma (L920-1.925;
rnilitarcs y rctirada en democracia: «vuestros nombres valientes
soldados / que
/ lo sabrán l') l.l- f ()38) yJorge Alessandri Rodríguez (1958-1964).
habéis sido dc Chile sostén / nuestros pechos los llevan
grabados
lf:rjtr la presidencia de Patricio Aylwin se había realizado y
nucstros hijos tambión». ,lrlrrrrrlitkr cl Informe Rettig, sobre los abusos a los derechos hu-
56 La Época, 2 de septiembre de 1990, a'quí agtegar que clr
p' 10' Cabe
de 1'999' los miembros nr,¡n()s r'«rn rcsultado de muerte bajo la dictadura; se había cons-
la observación de campo que realizamos en septiembre
partidario del gobierno militer' Irurrkr t' irraugurado el Memorial del Detenido Desaparecido y
de la Corporación 11 dc Septiembre, grupo
, I li¡t'r ut;rrl«r Político, en el Cementerio General de Santiago, y se
lucían dicha moneda de $10 como prendedor'
 Azun Candina Polomer
36
había realizado el funeral y entierro oficial del fallecido presidente
Salvador Allende. Flasta allí, entonces, parecían llegar los gestos
y actos del oficialismo frente a esos'difíciles temas político-so-
.irl.t. El candidato del oficialismo, Eduardo Frei R., declaró no
estar preocupado por el 11 de septiembre, sino por el 11 de di-
ciembre, fecha de las elecciones- «Más bien debe ser un día de
recuerdo, de reflexión. Es un día que evidentemente divide a
la sociedad chilena», opinó, agregando que: «los jóvenes nunca
me plantean lo que pasó en Chile hace veinte -años, sino que
ellos hablan del futuró, de lo que vamos a hacer»57. Cabe agregar
que desde el año siguiente, ya presidente de la República, Eduardo
Frei no pasó ni un 11 de septiembre en Santiago
La tendencia gubernamental a distanciarse de esa «fecha triste»
llegó a su máximá expresión en 1998, con la votación parlamen-
trrí, qr. aprobó el fin del 11 de septiembre como feriado nacional
y la instauración del primer lunes del mes de septiemhre como
bi, d. la Unidad Nácional. La presencia del general Pinochet
en el Senado jugó claramente a favor de la iniciativa5E'
Pinochet [...] tomó la iniciativa, se acercó a Zaldivar [senador por la
y aceptó la fórmula propuesta por éste con.al-
Democracia'Cristiana]-[áerogación
gunas modificaciones en 1.999 del día 11 y _denominación
áel día de la «Unidad Nacional» para el nuevo feriadof . Siendo el «dueño
del 11», pudo Pinochet convencer a la oposición, así como a sus colegas
ex militaresse.
El senador vitalicio Pinochet llegó incluso a declarar, en en-
trevista a Radio Cooperativa, que ellos habían hecho ya un gesto
de reconciliación, y que la izquierda debía hacer lo propio:
ya hicimos nosotros el gesto, borramos el 11 y lo dejamos para l9s primeros
tlías de septiembre, p..o .llor no han hecho ningún gesto. Todo lo con-
57 El Merrurio, 2 de septiembre de 1,993, p. C3.
58 El gcncral Pinochet dejó su cargo de la Comandancia en Jefe del Ejército
y asumió como senador vitalicio en marzo de 1998, amparado en la carta cons-
titucional de 1980.
se Edgardo Boeninger, senador, artículo editorial en El Metcurio, 1 de sep-
tiembre de 1998, p. A2. La cursiva es nuestra. con los colegas ex militares
se refiere a los senadores desigrrados por el gobierno anterior, uno de los enclavcs
autoritarios más discutidos de la Carta Constitucional de 1980'
El día interminable
trario, todos los días están atacando a alguien, hay senadores o diputados
que no paran de estar acusando a las instituciones armadas@.
Las Fuerzas Armadas, siguiendo la postura del senador vi-
talicio, por primera vez desde el inicio de la democracia no ha-
blaron de la «celebración» del 11 sino de una conmemoración
privada. El nuevo comandante en jefe del Ejército, teniente ge-
neral Ricardo Izurieta, señaló que la institución no celebraría
cl 1 1, sino que sólo haúa rna misa de conmemoración, sin prensa:
«creo que no tiene nada de malo porque misas hay todos los
clías y en todas partes»61.
Pero ni el mismo general Pinochet tenía gran fe en que las
c¡uerellas y problemas terminaran. Entrevistado extensamente el
rnismo día 11, declaró, a propósito del día de la Unidad Nacional:
f
rue positivo para todos. Porque lo que interesaba ahora era terminar
tlc una vez por todas con ese tema, pero no crea que con esto van
:r r:ambiar demasiado. iYa va a ver la fie§ta que habrá ese día|62
Aunque su liderazgo político paulatinamente fue aceptando
('ntrar en el juego de «borrar el 11», la derecha chilena mantuvo
('n parte su deGnsa de la Gcha. Salvo el repliegue del Ejército,
rro se advierte un cambio significativo en el tipo de conmemo-
r;rciones durante el año 1998. En 1999, con Pinochet preso en
l.rrrrdres, se realizó un acto privado organizado por la Corporación
I I de Septiembre, grupo de simpatizantes del gobierno militar,
t'rr cl Teatro Oriente de Providencia63.Habíavarias personas en
l;r urtrada, con prendedores de la antigua moneda de diez pesos
,¡rrc llevaba la leyenda «11 de septiembre», y otros prendedores
,,,n la figura de Pinochet y la leyenda «la patria está primero».
Al¡¡unos manifestantes salieron gritando consignas contra Ricardo
Lr¡1«rs y el socialismo, y también dando gracias a Pinochet, «ahora
trr;is clue nunca». Algunos subieron a una camioneta que se di-
'' J¡lMercurio,4 de septiembre de 1998, p. C3.Lacursiva es nuestra.
"t I)l Mercurio,6 de septiembre de 1998, p. C3.
") Iil Mercurio,6 de septiembre de 1998, p. D6.
*,, prrdimos ingresar al recinto por ser sólo para quienes tenían invi-
,,,,,:,:
 Azun Candina Polomer
rigiría a la Escuela Militar. lJno de los pocos panfletos lanzados
p.!, l.r, manifestantes tenía la segunda estrofa del Himno Na-
lional, incluida durante la dictadura y suprimida en democracia,
que habla de ,,vuestros nombres, valientes soldados»'
En el acto del 11 fue notoria la ausencia de personas o au-
toridades de gobierno, y también de representantes de relevancia
de partidos políti.ot de oposición, como RN o uDI' Algo similar
ocurrió en los dos años siguientes, durante la presidencia de Ri-
cardo Lagos. Por último, los atentados terroristas en Nueva York
y Washington DC en el año 2001, ocurridos también un martes
i t de ,eptiembre, evidentemente opacaron la presencia de la con-
medios de prensa; tanto en los
-.-o.r.ión del día 11 en los como también en los nacionales.
internacionales, evidentemente,
La memoria negra del 11
Durante la décadade 1990, el movimiento de derechos humanos
y la izquierda no concertacionista se han distanciado de la actitud
á. l^ elites político-partidarias, a la vez que han registrado un
descenso en las actividades del 11, en las que antes todos paJ-
ticipaban. El 11 sigue teniendo un significado claro, pero quienes
con
se manifestaban hán perdido ese punto de encuentro público
Democracia Cristina relata:
sus pares. Una socióio ga cercana a la
Aver: durante muchos años el 11, 1o clásico era ir al cementerio. Mar-
chábamos por Avenida LaPaz, etc. Al principio del gobierno de Aylwin'
se siguió haciendo. En el primer año de Aylwin todavía era una
cosa
-rriír, pero a medida que fue pasando el tiempo, como que cada vez
te encontraste con menos gente, y tú mismo empezaste a no ir' Y' Por
1o tanto, cse espacio, en el cual tú decías: «a ver, aquí hay un tema
que siguc sicndo, que es doloroso, que habemos muchos que 1o sen-
t^i-os áoloroso y, por lo tanto, vamos a lograr superarlo, somos tantos
que de alguna manera vamos a encontrar el camino para resolverlo»'
.ho., ,igu. estando sin solución, y lo vives individualmente y ya no
te queda" claro que lo vayas a resolver, justamente porque estás solo'
en el fondo, no hay canales y cuando te encuentras con otro es como
individuo, no como actor social.
El día interminable 39
Los sectores sociales ligados a la reivindicación de los de-
rechos humanos, y especialmente de la Asociación de Familiares
cle Detenidos-Desaparecidos, se sintieron y se sienten fuerte-
rnente decepcionados por lo poco que se ha logrado en los go-
biernos democráticos. La hermana de un detenido-desaparecido
que participa de la Agrupación opina:
Lo que pasó es que después tuvimos mucha desilusión con el gobierno,
porque el gobierno no ha podido hacer más también, pienso yo. Pero
nosotros esperábamos mucho, nosotros esperábamos... cómo no íbamos
a esperar, si nosotros queríamos que saliera la dictadura, pero lo que
pasa es que la dictadura, como te decía endenante, no ha salido, la dic-
tadura dejó muchas ataduras. Mira que a comPrometerse de que fuera
senador [Pinoehet], iqué infame!, y dicta normas, y su Constitución que
hizo, de 1980, fraudulenta y todo, y ahí está la Constitución, no se
le ha podido echar abajo, no se ha podido hacer un plebiscito para cam-
biar la Constitución.
El 4 de septiembre de 1998, un grupo de ex ministros de
Allende y dirigentes y militantes del Partido Comunista depo-
sitaron una ofrenda floral en La Moneda, recordando su elec-
cíóne,y se desarrollaron una gran cantidad de actividades. Avein-
ticinco años del golpe, el cooepu (Comité de Defensa de los
Derechos del Pueblo), la AFDD, miembros y simpatizantes del mo-
vimiento de los derechos humanos y federaciones universitarias,
junto a artistas de la izquierda concentran la mayoría de los actos
y seminarios celebrados.
La muerte no dejó de golpear ese 11. En manifestaciones de
repudio al golpe en Santiago murió de un balazo la estudiante
universitaria Claudia López, y de un ataque cardíaco al parecer
desencadenado por las bombas lacrimógenas Cristián Varela, mi-
litante comunista. Las declaraciones de la Agrupación de Familiares
muestran 1o completa que ya era la distancia entre la Concertación
y la izquierda comunista e independiente. La Agrupación declaró
ante los hechos del 11:
Este 11 de septiembre, Santiago fue sitiado por miles de efectivos de
Carabineros preparados para reprimir cualquier manifestación que rei-
6a El Mercurio,5 de septiembre de 1998, p. C5.
 Azun Candina Polomer
40
vindicara la memoria de nuestros caídos que no se ajustara a lo es-
trictarnente establecido por las autoridades. Autoridades que desvergon-
zada y permanentemente olvidan que este pueblo al que reprimen
es
q,r.,'.rp.ranzado en los cambios sociales que se realizarían-tras la
"l
tt.g.a, de un colorido arcoiris, los legitimaron con sus votos en el poder
y {u. hoy, con justa raz6n, ,exige que se respete su innegable derecho
a homenajear a sus muertos65.
Más que un cambio en un panorama antes calmo y «recon-
ciliado», la sorpresiva detención de Augusto Pinochet en Londres'
el 16 de octutre de 1998, acentuó las posturas que se estaban
fijando durante los siete años anteriores. El gobierno decidió apo-
yár l, portura de la derecha y los sectores militares, quienes, -en
ío-bi" de la soberanía nacional, desconocieron la legitimidad
de los tribunales ingleses y españoles pata juzgar a Pinochet' Las
organízaciones de derechos humanos, la izquierda no concerta-
ciJnista, movimientos étnicos y populares, el Partido Humanista
y las federaciones universitarias celebraron la detención con en-
tusiasmo.
Casi el mismo alineamiento se mantuvo ante la formación
de una Mesa de Diálogo entre militares y representantes d9l mo-
vimiento de derechot h,r*rt ot e intelectuales, con el objetivo
de que los militares entre,garan información sobre el paradero de
66.
detenidos desaparecidos
El2 de septiembre de \999, una protesta en la lJniversidad
Ancrs arrojó un saldo lamentable: un carabinero sufrió quema-
duras en sus manos y en su rostro provocadas por una bomba
molotov lanzada desde las ventanas de la universidad. La prensa
publicó informaciones que citaban supuestas fuentes de inteli-
gcr.ia policial, bajo titulires como «Temen septiembre más vio-
r's lrrti>rrrr¿tivo a-ro», núm. 54, septiembre,1998, p' 2'
("' lttr¡rulsacla por el ministro de Defensa Edmundo Pérez Yoma' la Mesa
fuc duranrctrtc criticacla por la aroo, el Partido Comunista y otras organizaciones
de base dc izquicrtla, ccologistas y étnicas, mientras ha recibido el apoyo
dc
los partidos políticos dc dcrecha y del gobierno, y de abogados de derechos
humanos como Pamcla Pereira y Roberto Garretón. ver los texlos de los abo-
gados e historiadorcs invitados a la Mesa de Diálogo en su página
en Internct:
www.mesadedialogo.cl
El día interminable 41
lento de la década», reavivando la tradición del «septiembre rojo»
venida de los años ochenta6T. Se destacaba la presencia de los
«encapuchados» (manifestantes de rostro embozado). Presentes
desde las protestas de los años ochenta en las calles de Santiago,
en los últimos años han tenido un papel protagónico en las in-
formaciones de prensa sobre «la violencia del 11». Se registró la
aparición del rrn (Frente de Estudiantes Revolucionarios), ori-
ginario del ex Pedagógico, el raER (Frente Amplio de Estudiantes
Revolucionarios), el Motor Rebelde y el Colectivo Marginal de
la Ljniversidad de Humanismo Cristiano6s.
En las manifestaciones de repudio al 11 de septiembre de 7973
realizadas los días 4 y 11, de septiembre de 1999, la crítica a lo
que siempre se había criticado dictadura, las desapariciones
y las muertes de la dictadura--la y las consignas contra la Mesa
ile Diálogo fueron claras. Juitio y no Negociación es lo que piden
los familiares. También se gritaron consignas en recuerdo de los
nluertos: André Jarlan, Jécar Neghmeu'y Salvador Allende. Un
t'lcmento interesante fue la presencia de un grupo juvenil anar-
quista en la marcha. Con una bandera rojinegra, chaquetas de
('uero negro y cabellos pintados de colores, acompañaron la mar-
clra y repartieron sus propios panfletos. Los volantes entregados
por el Colectivo fueron panfletos contra el Servicio Militar. Pe-
t¡rrcños y numerosos grupos de manifestantes con sus banderas,
¡rcndones y volantes se reunieron en el bandejón central de La
Alrrneda, para dirigirse a calle Agustinas, antes de avanztr al ce-
nrcnterio. Entre las organizaciones presentes estaban: Partido Co-
rrrrrrrista, Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez, Partido So-
t rrrlista y Partido Alternativa Socialista, portando imágenes del
t llrc Guevara, banderas chilenas con la imagen del presidente
Allcnde y claveles rojos. La candidatura presidencial de Gladys
M;rrín, del rc, estaba muy presente en la propaganda y los pan-
llt'tos circulantes.
"/ Ln Terrcra,4 de septiembre de 1999, portada.
"' l,rt Tercera, 4 de septiembre 1998, p. 19. El surgimiento de «colectivos»
luv('nil('s 1-x;blacionales y universitarios es un tema complejo y aún poco estu-
,lr,r,l,r: st' trata de organizaciones autónomas de izquierda con un fuerte rechazo
l"'r ('l iu('l-l() político tradicional de los partidos.
'"' Militantc del rr¿In asesinado en septiembre de 1,987.
 Azun Candina Polomer El día interminable 43

de lucha largamente ahogada por la historiografía, la prensa y

la política aliada a las elites gobernantes en el siglo >o<.
El debate de los historiadores

Sinembargo,lasdiscusionesresucitadasporladetencióndelge-
que su- caso
neral Pinoihet han continuado, con alcances mayores
in-telectual por CONCLUSIONES
¡"Ji.iA. fg*!¡9t se ha intensificado :l -dt!q::
i, irt.rpi.ir;6n Ae mS-ne@rirOS. sociales y.económicos
A casi treinta años del golpe de Estado de 1,973, y a más de un
J¿'r¿;atü;¿s tiéintl ánó-l-en'--ta pren,s-a esc-riqa y audiov-isual' En decenio de recuperación de la democracia, el 11 de sept-iembre si-
¿LAIS-A mes de septiém6rá ie 7999' se lanzaron en Chile
pu-
que ver con gue siendo tn dies irae de l1¡ggigd3d chilgn.a--El 11 de septiembre
blicaciones que de una u otra manera tienen
esa
pre- c:s'lfléóñlque,?e§áé-Iá memoria, convulsiona uno de los valores
lucha, dondé el término memoria ha estado especialmente
rnás caros del juego político chileno y de su imagen de país: la
sente.
Unidad Nacional, laPaz, la ConvivenciaPacífi.ca, que al parecer
Los documentos que mayor impacto provocaron fueron
las
flégar por el general detenido involucran una nación donde la diversidad, la intolerancia y las
dos «cartas a los chilenos, héchas
el gol- «'t¡nfrontaciones son inaceptables.
en Londres. La primera de ellas, reivindicando plenamente
prorlgcó la reacción Las instalaciones de las distintas memorias del 11 de septieql-
pe de Estado y iitt ningún tono conciliatorio, rrc', cadá'üriá e páftif"dd'sü§"piópios-ái§üméntos, se han dirigido
á; ;" grupo áe historiádores chilenos, quienes publicaro.rt'EJ Ma-
I

-los
H istoriadores,-gg§-9"9. §§gqi-dg p",f
nifiesto de "" ¡1l1gqt*9, .q'
liurnÁtpg¡sl"t,"agiet;-ói1"i-etit"4o1Y-PoI-ulaenrendida
r.ró"étt, ."ñ-srgllaq -*'Lh)ttoriador Gonzalo Vial' El día 9
com-
de septiembre de 1lgg, liáitorial LoM lanzó un volumen
pilanáo ambos manifiestos, la respuesta del grupo de historiadores
.hil..rot a Vial y otros textos de comentario'
.- - Este manifiésto tuvo como
puntos centrales denunciar el cuasi
,, ;;;;"ii; de los medios indrmativos por «algunos secto¡es de
lnver-
. la ,o.i.drd nacional», tendentes a «manipulal y.':"-."dar
Llp,iUrica sobre el último medio siglo de la historia de Chile,
i,i ,l oɡ.to de justificar determinados hechos' magnificat ciertos
i rcsrrliados v ácallar otrosl casi siempre con el afán de legitimar
{ ;i;; quc dihcilmenre es legitimable y tornar verdadero u objetivo
' iü". tro lo es, o es sólo l-a autoimagen de algunos grupos» (Sa-
l^ruyOrez,1999:7).Detalmanera,techazalasinterpretaciones
qt..ir.rrrtcriben la crisis desatada el 11 de septiembre de 7973
ai período 1964_1973 (los gobiernos demócrara-cristiano
y de la
social'
Urri¿r¿ Popular), ,tb.ryr,áo Ia existencia de un conflicto
político y económico dé largo plazo en la superación de una so-
ii.¿ra dlsigual y en las iniciativas reaccionarias a esos cambios,
y queriendá así unir esa crisis a una memoria social y popular
.r cse objetivo: acabar con el disenso, acabar con imágenes diversas
ilcl país-real y el país-futuro. El 11 se convirtió en una fecha
l)rrra poner en el tapete público y cotidiano temas como la Unidad
Nlcional, la Reconciliación, laJusticia y los Derechos Humanos,
.r ¡rrrtir de 1o ocurrido en 1,973. Pero ninguna de las instalaciones
l)irrc)ce ser la vencedora.
El duelo pendiente
lrl ll
cs ulld-n_dS-d-g_e-19 ng ?§?-b4d"_g.El fin del duelo, entendido
nr r ( orno el olvido de los hechos pasados sino como el momento
' il (luL'se.superan los sentimientos, de odio, agresión y euforia
y ,,t ;rccpti ta exñt¿nóiá d.l Otto para perdonar y convivir en
1,,r7, n() ha llegado al conjunto de la sociedad chilena (Capponi,
lr)()()). Al duro 11 de septiembrc de 197j, donde una de las en-
trrvrstldus dijo que «había sentido ganas de no ser chilena», se
lr,rrr srrrnlrdo capas de frustraciones, de momentos en que se es-
cl fin de la injusticia y de la mentira, y que terminaron
I'r'r.rl):r
I rr nu('v()s fracasos. Incluso, frente a la detención de Pinochet
¡ rr lorrrlrt's, otra entrevistada manifestó que esa alegría «no al-
 Azun Candina Polomer
44
canz(t a llegar a este 11»: el gobierno democrático defendiendo
a l)inochet dejó a todos perplejos.
Si «el perdón supone arrepentimiento, voluntad de reparar
cl mal cauiado, acercarse a la parte agraviada, que el creyente se
vuelva avergonzado hacia Dios y -también el proclamar que no
se volverá lactuar de esa manerarTo, alaluz de lo analizado aquí
no resulta tan dificil entender por qué (aparente paradoja) el dis-
curso de la necesaria reconciliación y del perdón se repite cada
año para los días 11, y por qué cada año parece fracasar' Aun
en e[ interior de la misma Iglesia Católica, la institución que más
ha impulsado el perdón y la reconciliación de los chilenos, la
mi smá p alabra «reconciliacióry tigttg t:ryl!.dgt t§f-nte-s' Para
algunos, la reconciliación sólo puede venrr tra§ el ¡utcto a los
culpables, tras un perdón que implique pedir-perdón, y tras un
rectnocimiento dslas gr"rrét faltas cometidasTl. Para otros, la re-
conciliación debe ser i, g.rto gratuito, de bondad cristianaTz.
Para que el concepto de reconciliación tenga sentido debió.ha-
be, co,¡cili¡ción (Loveman y Lira, 1999). Es decir, debe
"nte,
haber un qii lrt vínculo perdido, que antes existía y que ahora
no está, pü., ,. ha quebrado) y, podríamos agregar, también debe
existir rtn quién: como expresara la hiia de un detenido desapa-
recido, ella no puede reconciliarse con alguien que no conoce
y que no le ha dicho nunca si se arrepiente o no de lo hecho'
il,r..l crro chileno parece faltar el 4ué, Y también el quién' No
había coneiliaeión-aule¡-de1--d! 4g 1923, LaApqqo la hubo des-
pués. Tampoco llegó en democracia-La reconciliación, entonces,
ie ievela .o*o ,.t deseo, como un lugar común necesario, pero
con contenidos contradictorios'
70 Scrgio Micco, «Mes de la Patria: tiempo para pedir perdón», La Hora,
23 de septicmbrc dc'1999, artículo editorial.
Enrrcvista al sacerdote Percival Cowley en Verdugo (1,994: 102-103).
71
Orozimbo Fuenzalida, obispo de San Bernardo, «Perdón Gratuito y
72
Reconciliación. Reflexiones de un obispo», El Mercurio, 23 de junio de 1999,
p. D2j.
El día interminable
El combate por la historia
Ello lleva a reflexionar sobre un segundo punto, también cons-
tante en la memoria que aflora los días 11 de septiembre: labatüa
por lig igtgfp-r,e-t?sleires de la historia de Chile recienté. Térmi-
iá diclad"., *itiirilñ1990; ;f dbjétivo político específico
"rd,
de recurrir a Ia memori1a_Al3-lssr.ry"e-tar-la-d-e-usga._la, g_ p1¡a
t;cll!!3{@ilitares, finatizé en éñir---
torio político formal. La democracia ya estaba aquí. Lo que había
que hacer era solucionar temas «pendientes» (las violaciones a
los derechos humanos, lapobrezay la injusticia social).
Sin embargo, la lucha sobre la democracia posible y la deseada,
y sobre hasta dónde llegaría la salida de la clase política militar
del poder político era muy compleja y distaba de cerrarse. éEra
cl «11» la fecha en que nos salvamos del marxismo totalitario
y se inició la reconstrucción democrática de Chile, o era la fecha
rregra donde la democracia murió, \ ahora podía resucitar? Lo
que dq14§ ]ergos años fue r¡rl?_ lerpretlc|ó-g ¡nás bien ma-
niquea, donde sectores enfrentados acusaban a la Unidad Popular
,, ilá-al&ra*á'militái-¿éf qüi.bi., iJhá óompte¡izado. Así lo
rnuestrán el Manffiesto-trtosMores:rotros textos, que buscan
¿hondar en las razones del quiebre, más allá de la política co-
yuntural del período 1,970-1,973 (Moulian, 1997; Jocelyn-Holt,
1998; Lovem any Lira, 1999; Salazar y Grez, 1999; Salazar y Pinto,
1999, passim).
También nos enfrentamos a una lucha política e histórica pro-
fnnda, que en parte se expresa los 11 de septiembre: una lucha
por lo que quedará de nosotros- Círculos militares han reconocido,
apoyados por el mismo general Pinochet, que luchan y lucharán
para que sus hijos y nietos jamás los vean como asesinos sin ho-
rror. La oposición democrática en los años de dictadura, y hoy
la izquierda no concertacionista, también estuvo y está decidi-
clamente empeñada en que no se olviden sus muertos, sus de-
saparecidos y la figara de sus líderes. Las víctimas y los líderes
no son negociables.
46 Azun Candina Polomer El día interminable 47

Internacional de la Mujer, han sido progresivamente ocupados

La distancia entre discurso oficialy memoria social por esos grupos distanciados y críticos del poder establecido, y
han registrado a su vez :una presencia decreciente de las elites
Otro hecho central en el 11, fuertemente perceptible en nuestros políticas.
días entre quienes se unen a su conmemoración Este desgarramiento, menos visible o menos conocido que
-especialmente
repudiando la fecha-, es que se ha convertido en un espacio la lucha contra la dictadura de los setenta y los ochenta, ayuda
a entender la declaración de Sol Serrano, historiadora, en su in-
para quienes rechazan el sistema político instalado, sea de derecha,
tervención en la Mesa de Diálogo:
centro o centro-izquierda. Es significativo que aquellos que par-
ticipan hoy como grupos en las marchas repudiando el 11 de El pasado se ha transformado en una dolorosa cargz para la sociedad
septiembre son los mapuches, los jóvenes anarquistas, los colec- chilena porque hay aspectos que no terminan de concluir. El pasado
tivos de izquierda poblacionales, el Partido Comunista, el Partido está siempre presente a través de la memoria, pero el pasado no está
Humanista y los estudiantes universitarios. De conmemoración siempre pendiente. No terminamos de hacernos cargo de la crisis de
en contra de Pinochet y la dictadura, es también, hoy, conme- 1973.
moración contra el modelo neoliberal, el gobierno de la Con-
certación y la marginación social, económica y étnica. En esa lucha, la memoria juega el papel de nuestro Catón
El discurso público de las cúpulas políticas del Poder Ejecutivo el Viejo. La memoria es, en este caso, el señor porfiado e in-
y el Parlamento fue olvidar el 1,1, tratar de reemplazarlo: en gran sobornable, que frunce el ceño ante los cambios «necesarios», y
medida, desinstalarlo como fecha de celebración y también de que acaso no es sino otro nombre del deseo de justicia, y del
lucha política. estupor ante los engaños y la muerte instalada como sistema de
Sin embargo, la rebelde--:nemnria social sizue escapandg a-las Estado, que la sociedad chilena no asume, sino que carga.
ideas de renovación de los liderazgos de las elites políticas- Así,
.r po-rlbl. postular que la -.-oii3¡gg14l -y una de sus ex-
presiones: el 11 de septiembre- se ha conveltido en- la nueva
6¡rr4.f¿ de lucha d.e.los di,stintos seátoñi sociales que hoy no
se sienten representados por la clase política civil. Hablar de me-
moria en Chile actual se ha convertido en hablar de frustraciones
acumuladas, procesos incompletos, impunidad pendiente y mie-
do a que la historia abominable se repita.
La lucha por instalar una memoria histórica unívoca por parte
de la Alta Política (con sus «consensos», desde 1987 en adelante)
sc ha complejizado y ha rebasado ese marco fáctico específico
día 11, el bombardeo de La Moneda, el fin del gobierno
-cl
de la Unidad Popular- convirtiéndose en un lugar o un «do-
minio» para protestar contra el sistema político en su conjunto,
y también en un lugar para defender la legitimidad de una mul-
tiplicidad de proyectos alternativos y combatidos desde ese Arriba.
Fechas como el 11 de septiembre, o la muerte de Miguel Enríquez
el 5 de octubre, o el cumpleaños de Augusto Pinochet, o el Día

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EPILOGO
Elizabeth Jelin
§eptiemb+ede9000 marcó un cambio en la conmemoracÉn dgl- _-._-
rr11». Los actos en Santiago repitieron los rituales anteriores
lnisa en Palacio y una marcha hacia el cementerio-, pero hubo
dos cambios significativos: por primera yez, el gobierno lutorizó
a los organizadores de la marcha a hacerlo por la calle Morandé
y dejar su ofrenda floral en la que fuera la entrada de Palacio
antes del golpe (La Tercera, 11 de septiembre de 2000). Hasta
r:se año, ese itinerario estaba vedado a los manifestantes sim-
bolismo de pasar por ese lugar era visto por el gobierno -elcomo
demasiado conflictivo-. En segundo lugar, por primera vez des-
d e la transición, el pre s idente Ricardo,LagosdelP+rtido Socialista,
qu ien_ _!{Q -as*U-IU-r*d g e.n _q[gf o _d§ qse -a.ño, pafi icipé-en los ¿ctos
_
conmemorativos. Por su parte, los militares realizaron su habitual
.,¿ió i mlra .n l, Br.r.ü Militar, mientras que, ironías aparte,
los partidarios civiles de Pinochet organizaron una cena en el
restaurante «Los buenos muchachos».
L.qt* qgg!]d-o¡, il»talados a- loJarg-o*dc más, de dqs década-s
- -n-o
ca_mbia1_o_g._Los actole§,Lo_c-iales,-dE un lado.. y del otro, Ilevaron
adelante sus rituales conmemorativos reiterando así sus interpre-
tacione§ de1 pasado. I-a novedad estuvo {a{a por la postura gu-
beiñámGñtal, úarqada.par u¡3,a aqtblgüedad básicai por qLlqdo,
el presidente socialista y algunos ministros no pudieron dejar de
participar en la conmemoración, {gco-qgg¡e,ndo la*identidad- y
ffáAi¿ión pólíticá a 1a que pertenecen. Por otro lado, sus decla-
'racionés estuvieron dirlgidas a quitar protagonismo a la fecha,
señálándo qüe hTy quE óóniiitlérarla como un díá ¿Ié tfabajo orien-
tado al futuro. Simultáneamente, se escucharon voces de líderes
socialistas y funcionarios de gobierno pXLg_f-taldo- a. todos, inclu-
yendo a los militares y al mismo Pinochet, a asumir sus respon-
 50 Elizabeth Jelin
sabilidades por el pasado y pedir perdón, como condición para
la «rcconciliación».
l
La confrontación de sentidos, instalada y reforzada a lo largo
dc los años, volvió a manifestarse en las calles, con marchas y
actos contrapuestos. Historia que parecía destinada a repetirse al
año siguiente, en el que la marcha al cementerio fue adelantada
un par de días, con los habituales enfrentamientos y represión
policial. El grado en que en la sociedad chilena se habían instalado
las versiones contrapuestas de la fecha puede verse en la manera
en que el diario La Tercera definía las opciones en la encuesta
que presentaba en su edición en Internet del 10 de septiembre
de 2001. Las opciones y «resultados» eran:
áQué razones existen para reponer el 11 de septiembre como
feriado, como plantean algunos sectores?
' Debe celebrarse, ya que es una fecha histórica que recuerda
el día que Chile se liberó del yugo marxista. 24,2 pot 100-
. Debe ser feriado y conmemorarse como unajornada de luto
para los chilenos. 19,5 por 100.
. No debe ser feriado. Esa fecha desune a los chilenos y con-
memorarla sólo sirve para provocar muerte y destrucción.
56,3 por 100.
Como en años anteriores, pero esta vez adelantándose un par
de días a la fecha para conmemorarla durante el fin de semana,
hubo marchas y hubo represión en las calles de Santiago y de
otras ciudades. También hubo actos militares y la «cena de ca-
maradería» organizada por la Corporación 11 de septiembre- Pero
el día de I aniversario del golpe, el 11 de septiembre, estos sentidos
iban a verse trastocados. Mientras en medios de comunicación
como radio y televisión se preparaban o estaban en el aire pro-
gramas alusivos a la fecha, la conmoción de los atentados en Es-
tados Unidos interrumpió y obturó toda referencia al sentido de
la fecha para Chile. Otro acontecimiento ocupaba el centro de la
escena.
Las coincidencias están a la vista y fueron señaladas por ob-
servadores y analistas chilenos: un día martes por la mañana, con
El día interminable 51
veintiocho años de diferencia, «tanto en Chile como en Estados
lJnidos, el terror descendió desde el cielo para destruir símbolos
de la identidad nacional», como escribió Ariel Dorfman en ese
momento.
Es posible ver a los dos acontecimientos como casualidades
y coincidencias de procesos no relacionados entre sí. Pero el grado
de interconexión en el mundo no permite tomarlo de esta ma-
nera. -Estados lJnidos estuvo involucrado en el derrocamiento
del gobierno constitucional chileno en I 973. Y las experiencias
e imágeñás de los desapareéidos'látiloamericanos y los peregri-
najes en búsqueda de alguna noticia se repitieron en las calles
de Nueva York. Si en Chile la coincidencia de Gchas fue ex-
plícitamente tratada en los medios, inclusive con humor, las re-
flexiones en Estados Unidos no hicieron ninguna reGrencia al
golpe chileno.-El 11 de sgptiembre se convertía en una «fecha
propia¡¡ -de- los Estados -IJnidos.
La pregunta abierta hacia el futuro es cómo y paraquién estos
dos acontecimientos quedarán vinculados entre sí o estarán ais-
lados uno del otro en las conmemoraciones del futuro. Dada la
ce¡¡tralidadde-l,os Estados "lJnidos, en la gecpolítiqa internacional
y ,la¡ fuerza5 chiletas (in"qluye-qd.o ¿l p¡_opio gobierno) que im-
pulsan un «olvido,r o mirada hacia el futuro antes que hacia el
pasado,_posr_b l_eq1é¡ gg-la éónmemórr¿idn ¿hiléna Quedáiá eii ma-
nos de la generació-ñ deTos lüg tüni n éxpériénóias péisonáles
cn é§é prlme¡o- it á. i.p;ñ,nbi. ae iqi6.Y, cüándo ellos
no é§tén-é1para llevar adelante sus disputas por el senrido, la fecha
seguramente pasará, lenta pero inexorablemente, al archivo de
la historia del pasado.
244 Alessandra Carvalho y Ludmila da Silva Catela 6. LOS SENTIDOS DE LA CONMEMORACION
Elizabeth Jelin
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en su continuidad. Ya las proclamas iniciales y la manera cómo
Folha de Siro Paulo, 1974. 1984, I q94, I 995 y 1997 '
el sentido
el acontecimiento es presentado a la población expresan
O Globo, 1974,1984,1994,1995 Y 1997 '
Este ev-errto'§'nLQnces'
que se pretende instalar, !a -vi¡iórytl"naclora'
O Dia, 1974,1984,1994,1995 Y 1997 '
Esndo de SáoPaulo, 1974,7984, 1994, 1995 y 1997 ' i".¡.talp- gU*plgrc
igt.rminación de conmemorarse' y es en ese
presente que se p.oyffiIpffiientido
de la
Veja, 1,97 4, 1984, 1994'
'acción (Ntra, 19^98; Rousso en Feld, 2000)' En los grandes acon-
Is¡o É, 1984,1994.
ela-
tecimientos, la temporalidad se comprime: pasado y presente
boran el libreto pára la r.-.-o"tión futura' Sin embargo' el
HOME PAGE éxito no está asegurado, y ese discurso con vocación fundacional
depen-
se irá revisando y resignificando en períodos siguientes'
http ://www. torturanuncamais-rj'org.br'
 Elizabeth Jelin 247
Los sentidos de la conmemoración

diendo de la configuración de fuerzas políticas en los espacios dando en espacios más privados o familiares' o en
acciones de
de disputa que sc generan en distintas coyunturas económicas protesta que son reprimidas, silenciadas y-ocultadas noief 1e-
en Brasil' sólo retle¡adas
y políticas. gi-.rr, como lrs p.át.ttrt estudiantiles
Cuán público y amplio es su mensaje, o cuán cerrado a la án lo, informes iescatados en los archivos de la policía secreta'
interpretan esas fechas'
.orpora.ión militar y a lás cuarteles, depende de las circunstancias Víctimas y opositores, por su parte,
de maneras álf...rt"t. Sui canalés de expresión pueden estar
y d" 1, correlación á. fu".rrs políticas' En Chile, la convocatoria
muy cerrados al principio, pero poco a poco' con mayol o
á" lo, militares para la conmemoración de los primeros 11 de Telor
los caminos para llevar sus actuaclones
septiembre era participativa, dirigi da a la población ofreciendo repiesión, encontrarán
un.sprcio de festejo yde fiesta. En lJruguay, Ia conmemoración ,i'.rpr.lo público. La performatividad expresiva j""91 un papella
central en esta etapa, convirtiéndose en señal o guiño
para
,r.ro, festiva peio igualmente orientada a la participación' mujer
"r, .árrt.,-r..ion de identificaciones colectivas: a ninguna se
En Argentina, por el contrario, la conmemoración era mucho o por.Ir a un
más cárada, ,á1.-r. y austera, dirigida de manera prioritaria la puede reprimir solamente por usar ropa negra
protesta y en-señal' como
a la propia institución militar, para fortalecer su unidad (nunca ..á."i.ti", y hacerlo se convierte en
bien^lograda) y su espíritu de cuerpo' F'n Brasil, la conmemo- ocurrió en Santiago durante los priméros años de la dictadura'
ración iguió áo, .^..il.r: el interno a las Fuerzas Armadas, re- TambiénhubounaactividadConmemorativasignificativaenlas
que reper-
plegadas iobre sí mismas, y el énfasis en el «milagro económico» comunidades de exiliados en otros países' actividad
cutió en el propio país. Y con el tiémpo, estas fuerzas sociales
.orio de la memoria social, alejando así los componentes au- de manera
"j. comenzaron a ocupar el escenario público' a veces
toritarios del discurso público masivo' en Chile)' otras ela-
Con la transición y el repliegue de las fuerzas armadas' el .árrni.,iva con la derecha y el podei(como
fe-
por otros actores qué borrrdo su propia ritualidad áot'-t-ot'tiva (inclusive con
lusarffi;a'"e "cupado chas alternativas, como en Uruguay)'
dñ; l' fb¿h'1é"f13"' ;üi di&renrqi"v cónrr+iüestói siempre
Llegamos entonces a otra constante en esta historia
comparada
iA q"éA;, l"t "nntriái"ii .tpr.io institucional propio pata rca- derechos
y comp"a.tida: el protagonismo del movimiento social de
firmar sus identidades y su auto-justificación' ír;;;, | .l prp.l sécundario que rienen los partidos políticos
El caso paraguayo es diferente en este punto' El grado de per- gtt"á" democrático en las conmemoraciones' Cla-
sonalización dei poder es extremo, y la figura de Stroessner.en-
v .iltápit
ramente,nosonactorescentralesenlaelaboracióndememo-
carnando el podár combina todas las formas de conmemoración: rias sociales o en el intento de dejar ulegados»' Son
más b.ien
desde lo sole-ne de los saludos protocolares hasta la fiesta
po-
los actores sociales en el movimiento de derechos
pular. La institucionalidad, en este caso' es muy baja' Más quc -organizados
l. fot-^ de protestas populares'.hete-
hr*rro, o dispersos .ñ
.orr-.-orrciones encaradas a través de canales institucionales rogéneas y diversas- quienes intentan presentar memorias al-
ligados al poder, se condensa la acción en el homenaje a la en- ;;r?;;r;t', irt a. los militatts, reclamando por una versión-del
cínación áel poder. La fecha privada y personal del cumpleaños pasado que rescate y denuncie.la represión y el sufrimiento' Son
se transforma en fecha pública y política. No hay institucioncs itto, ,"áUi¿n quieáe, demandan justicia y protestan por la.im-
del Estado, hay un hombre todopoderoso a quien adorar' de un sentido alternarivo al mrhtar
punidad. La insialación societal
Así como los triunfadores de los golpes instalan una memoril i, prodr.to de esta acción, y depende de la persistencia e in-
o opaque la con-
en el propio acontecimiento, también las controvcrsias sobre
los se
sistencia de estos agentes que se mantenga
sentidts áel pasado se inician con el acontecimiento conflictivtr memoración con este sentido alternativo'
mismo. Sólo que esas otras versiones y sentidos pueden estar §; podría decir, entonces, que mientras que los militares su con-
reprimidas, .ensu.rdat y prohibidas durante mucho tiempo, qttc- arr.rrtrn con los recursos institucionales para mantener

248 Elizabeth Jelin
memoración aún después de haber dejado el poder, las fuerzas
democráticas necesitan llevar adelante mucho esfuerzo y energía
para mantener en la esfera pública su mensaje. En cuanto estas
énergías decaen, la conmemoración misma pierde fuerza, como
o.rr.iió en Argentina en los primeros años de los noventa. Ade-
más, a pesar de numerosos intentos y presiones, en general el
movimiento de derechos humanos ha fracasado en el propósito
de impulsar su mensaje a través de las instituciones del Estado'
El aparato estatal parece muy poco permeable, 1o cual indica la
continuidad del poder de grupos ligados al discurso salvacionista
militar. Sólo cuando hay presidentes que han sido afectados per-
sonalmente por la dictadura Ricardo Lagos en Chile o
-como
Fernando H. cardoso en Brasil-, se encaran iniciativas políticas
tales como abolir la fecha del golpe del calendario oficial o hacerse
presentes en las conmemoraciones sociales.
Como reflexión final, se pueden plantear tres cuestiones- Pri-
mero, está claro que, en momentos públicos significativos como
las fechas de conmemoración, no todos comparten las mismas
memorias. La memoria se refiere a las maneras en que la gente
construye un sentido del pasado, y cómo relacionan ese pasado
con el presente en el acto de rememorar o recordar. Quienes
vivieron personalmente el evento o período que se recuerda tie-
nen sus propias interpretaciones, teñidas por sus identificaciones
y comunidades políticas de pertenencia. Están también quienes
participan como parte de un cuerpo colectivo que comparte una
6rse dé saberes culturales a través de complejos procesos de iden-
tificación, pertenencia y transmisión. En tanto estamos hablando
de circunstancias traumáticas, éstas pueden dejar vacíos, huecos
y fracturas en la posibilidad de expresarse y de transmitir relatos.
Én el límite, lo traumático implica que no se encuentren las pa-
Iabras, y en consecuencia que no haya memorias narrativas, blo-
queando la comunicación y la transmisión. Solamente hay re-
petición de síntomas y silencios. Lo indecible se dice entonces
en fragmentos y mensajes quebrados.
En este punto de la posibilidad de transmisión, una cuestión
necesariamente abierta sL refiere a las visiones y a la participacióh
de las cohortes más jóvenes, que no han vivido personalmentc
los eventos que son conmemorados. Hay ocasiones en que los
Los sentidos de la conmemoración 249
jóvenes manifiestan una total falta de interés por reconocer y ha-
p.opio, ciertos eventos del pasado. Otras veces, algunos jó-
"ce.
venes se comprometen totalmente y manifiestan posiciones mi-
litantes en reiación con esos eventos, como si el discurso y el
sentido de los mayores les hubiera llegado a través de una «cadena
de transmisiónr, literalmente entendida. Pueden entonces ser mi-
litantes activos de esa metnoria, aunque corren el peligro de no
haber elaborado el mensaje, de no haberlo resignificado en tér-
minos de su propia subjetividad. Las consignas se repiten, -pero
no como prrie di un slntido del pasado en términos de la si-
tuación presente y cl lrorizontc de futuro, sino como repetición
rittsalizada, más como rciteración del síntoma que como apren-
dizaje, dificultando la claboraciírn y la ampliación de la mirada
(Toáorov, 1998; Jelin, 2002)| .
Las diferencias entre cohortcs quienes han vivido la
-sn¡..
represión en distintos momentos de sus vidas pcrsonales, entre
.lio, y los muy jóvenes que no ticnen memorias personales del
período de represión- y las relaciones y diálogos que se esta-
t1.."., entre generaciones y cohortes producen una dinámica so-
cietal específiia en lo referente a las cuestiones de las memorias-
La infoimación y el conocimiento, los silencios, sentimientos,
ideas e ideologías son los bienes simbólicos que pueden ser trans-
mitidos. Sin ómbargo, queda siempre y necesariamente abierta
la cuestión sobre cuáles serán las nuevas interpretaciones, tanto
en el plano individual como en el grupal.
En segundo lugar, las fechas de conmemoración, como parte
de la mÁoria misma, sufren transformaciones a lo largo del
tiempo, visiblcs cspecialmente en las manifestaciones públicas y
en lót discursos políticos, cuando sc los compara año tras año'
áSe puede entonces separar pasado y presente? áEs posible que
1 Desdc la perspectiva dc la participación en los evcntos conmemoratlos,
una cucstión abicrta es el grado en quc está presentc un «deber de memoria»
quc lleva a una participación ritualizada, anclada en un automatismo de la pre-
sencia, justificado por una normatividad no reflexiva («no se puede no
ir»).
La conmemoración y la participación puedcn, sin cmbargo, incorporar una
dimensión propiamcntc política de la acción, donde la acción pcrfon'nática cs
en sí un gesto político. La mclnoria del pasado, en ese caso, está ligada a la
confront¡ción cntrc pr()ycctos políticos orientados hacia el ftlturo'
 El¡zabeth Jel¡n
ZSO REFEHENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

el significado de un evento cambie tan profundamente que la

raz6Á inicíal de su existencia se torne solamente un «prete\to»
o una ocasión para desplegar las luchas políticas y sociales que
siempre están relaciorrárr-.o, el presente? Las actividades que
se llevan a cabo áson conmemoraciones de acontecimientos
pa-
sados o vehículos de una lucha política coyuntural, semejantes
a la propaganda electoral o a denuncias de enemigos políticos?
Excepto^.i Prtrgrry, donde el sentido.de homenaje persona-
lizado se mantiene y ,"rrr..r, y no hay discursos alternativos' las
conmemoraciones parecen ofrecer un escenario para el despliegrre Fcld, Claudia (2000), «Entrcvista con Llenry Rousso. El duelo es imposible
á. ,r, multiplicidad de sentidos -algunos claramente anclados y necesario», Puerttes, airo 1, núm' 2, diciembre'
de la memoria, Buenos Aires y Madrid:
en la expresión y actuación de Ia memoria social, otros con un Jelin, Elizabcth (2002), Los trabajos
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u-e-o.i, ejemplar» (Todorov, 1998)' El balance y diálogo entre Columbia lJniversitY Press'
estas diversár .,iiioner es lo que hace de cada evento conmemo- Stern, SteveJ. (2000), «De la memoria suelta a la memoria cmblemática:
hacia
rativo un evento único. .l ,".o.ár. y el olvidar como proceso histórico (chile, 1973-1998)», cn
En tercer lugar, queda abierto el tema de la relación entre Garcés,Mario,efal.(eds.),Memoriaparaunnueuosiglo:Chile'miradasal'a
los proceso, ,ocirl., y el Estado, o más bien los procesos de le- segundamind del S(lo xr, Santiago: r-ou, 2000'
gitimación y...oro.i'*iento de las responsabilidades por las vio- Todoiov, Tzve tan (199U), Lcs abus ¡le la mémoire, París: Arléa'
ir.ior". paárdrs. ya fue recalcada la ausencia del Estado en las
.o.rrr.-t.rciones. Ahora bien, si el Estado fue el represor' ácómo
el
se lo puede volver a traer al escenario de la acción? áAsume
Er"dá la responsaUiiaa-A por el pasado? áO alternativamente
rompe con ese pasado, como si no le fuera propio? El equilibrio
entri legitimidad, responsabilidad y acciónestatal es siempre ines-
table. EI claro que eliema está abierto y las aguas están revueltas'
porq"" los Estados posdictatoriales de la región-no han.logrado'
''hrrt,
,horr, encontrar un lugar legítimo para dar sentido a.los
conflictos áel pasado, porqré no han incorporado a la institu-
judiciales,
cionalidad democrática, especialmente a las instancias
justicia
la resolución de las demandas sociales en este campo. La
es, sin duda, la parte más sólida de Ia memoria: ) su ausencia
se siente en el espacio de las luchas por la conmemoración'