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El Estado de Israel y el Judaísmo

Manuel García Fonseca

30/08/2015

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La política de ocupación militar progresiva por parte del Estado de Israel de


territorios reconocidos por las Naciones Unidas a los palestinos, es una de las
fuentes de luchas armadas y conflictos internacionales más permanentes y
dolorosas del mundo occidental.

Sumado a esto, la concepción del movimiento sionista de Israel como Estado


“ judío” pone en cuestión la consideración de Israel como un estado democrático
y liberal, porque liga ciudadanía a una confesión religiosa, y excluye la posibilidad
de un estado común, en igualdad de derechos, para musulmanes, judíos o
cristianos.

Un dato estremecedor: el 85% de los ciudadanos de Israel estaban a favor de


la expulsión militar de los palestinos de Gaza. ¿Cómo se explica que un pueblo
perseguido se convierta en perseguidor?. ¿Qué papel ha jugado/juega el
judaísmo, la religión judía, en este hecho?.

El sionismo basa su ideología nacionalista para justificar la lógica de la conquista


de Palestina en tres supuestos:

. La mayoría de los judíos modernos son un pueblo étnicamente descendiente de


los antiguos hebreos.

. Los judíos fueron forzosamente exiliados de su Tierra en el año 70 d.C. (o poco


después)

. La Biblia es un texto que justifica historicamente estos supuestos, y por


tanto el derecho histórico, e incluso el deber religioso, de reconquistar su Tierra

El sionismo pretende que todos los judíos están dispersos por el mundo
porque fueron expulsados de su tierra, pero siguen formando un pueblo, la
base de una nación, e Israel es el estado de ese pueblo que recupera su tierra
original.

La respuesta a estos supuestos que dan algunos historiadores judíos no sionistas


es demoledora para doctrina oficial israelí, que identifica sionismo con el judaísmo,
y busca la legitimación en la religión judía del nacionalismo sionista israelí, que
presenta la ocupación de Palestina como la recuperación por parte de la
“ nación” o “ pueblo” judío de la tierra histórica de Israel

Me parece clarificadores, entre otros, los escritos de Shlomo Sand, profesor de


historia en la Universidad de Tel Aviv, y autor de varios libros, algunos de cuyos
títulos son demoledores para el predicamento oficial: “ La invención del pueblo
judío” , y el último sobre los mismos temas: “ La invención de la Tierra de
Israel. De Tierra Santa a madre patria” .

Shlomo Sand hace un meticuloso análisis te los textos bíblicos y de las


tradiciones rabínicas para mostrar que no hay un “ pueblo” judio, ni una
“ tierra de israel” :

- No existe un PUEBLO judío, como no hay un pueblo budista, o cristiano, o


musulmán: hay un pueblo francés, estadounidense o vietnamita…o israelita, pero
no “ judío” . El único elemento común ha sido el religioso: ni componentes
etnológicos, ni lingüísticos, ni culturales.

No hubo un pueblo judío que regresa a su lugar ancestral de origen. Israel es


fruto de la “ intoxicación de la sociedad israelí por la combinación de un poder
militar con una religión nacionalizada” (pg16).

El sionismo falsifica la historia y el judaísmo: pretende borrar cualquier


recuerdo del judaísmo como una religión dinámica y proselitizadora por lo
menos entre el siglo II y el VIII, que buscó e hizo prosélitos en todos los
países y razas. Hubo hasta reinos de confesión judía en Asia, en la India, en
Rusia…Incluso los primeros sionistas, como Ben Gurión “ sabían bien que nunca
se había `producido el exilio y que por ello consideraban a la mayoría de los
campesinos del territorio como los auténticos descendientes de los antiguos
hebreos” (pg19)

- La Tierra de Israel es una invención:

“ Mi principal objetivo, dice S. Sand, en este libro es desmontar el concepto del


“ derecho histórico” judío sobre la tierra de Israel y sus asociadas narrativas
nacionalistas, cuyo único propósito era establecer la legitimidad moral para
apropiarse del territorio” (pg 35)

Las expresiones bíblicas “ tierra prometida” ,“ tierra Santa” , etc de las


tradiciones judías y cristianas nunca tuvieron un sentido nacionalista, de
territorio físico nacional como pretende el sionismo. Para el judaísmo la tierra
bíblica tenía un sentido simbólico, religioso, contrario a la idea nacionalista del
sionismo de una patria. Solamente desde principios del S.XX el sionismo tomo
prestado el término “ Tierra de Israel” para desplazar al de “ Palestina” , que
era el término usado generalmente, incluso por las primeras generaciones de
sionistas. Los colonos cambiaron sistemáticamente los términos, y
convirtieron el término “ tierra de Israel” en el nombre exclusivo de la
región.

En la Biblia se dieron muchos nombres a ese territorio, y bajo ese nombre no


incluía Jerusalén, Hebrón o Belén, es decir la tierra del reino norte de Israel.

“ En otras palabras, concluye Sand, en todos los libros de la Biblia, la tierra de


Canaán nunca sirvió como patria para los hijos de Israel, y por esa razón entre
otras nunca se refirieron a ella como la “ Tierra de Israel” (91)

“ En resumen, dice este autor, los judíos no fueron exiliados a la fuerza de la tierra
de Judea en el S.1 d.C, y no “ regresaron” a la Palestina del S.XX, y
posteriormente a Israel, por voluntad propia…y soy plenamente consciente del
riesgo que tomo lanzando la hipótesis de que el mito del exilio y del regreso – un
tema tan caliente durante el S.XX debido al antisemitismo que impulsó el
nacionalismo de la era – podría enfriarse durante el S.XXI. Sin embargo, eso solo
será posible si el Estado de Israel cambia su política y pone fin a las acciones y
prácticas que levantan la judeofobia de su letargo y aseguran al mundo nuevos
episodios de horror” .

¿Qué relaciones tiene el sionismo con el judaísmo?. ¿Es lo mismo sionismo


que judaísmo?. ¿Ser crítico con el sionismo, con el nacionalismo sionista,
es ser antijudío?

“ Desde el inicio de su empresa de asentamiento, dice Slomo Sand, el sionismo


secular necesitaba unas vestimenta formal religiosa” , tanto para considerar a los
judíos de hoy como los descendientes de un pueblo bíblico, como para asignar a
este pueblo su antigua tierra.

“ La expansión territorial de Israel (después sobre todo de la guerra de 1967),


junto con la desaparición del sionismo socialista, hicieron que esta vestimenta
formal fuera todavía más esencial, reforzando hacia finales del S.XX el estatus de
los componentes ideológicos etnorreligiosos de Israel dentro del gobierno y de los
militares.”

“ Pero no debemos engañarnos por este proceso relativamente reciente. Fue


la nacionalización de Dios, no su muerte, la que levantó el velo sagrado de la
tierra transformándola en el suelo sobre el cual la nueva nación empezó a
caminar y a construir de a forma que consideró conveniente” (35)

- El sionismo versus judaísmo:

Para el judaísmo histórico Palestina, Jerusalén, era tierra santa para visitar,
para conocer, y para algunos un lugar privilegiado para vivir y morir. Pero para la
inmensa mayoría esta ilusión no significaba desapego se su tierra y país
donde habitaban desde generaciones, y eran españoles, franceses,
alemanes etc que profesaban la fe de Moises (ver cita de Mendelson pg 187); y
si fueron expulsados por razones etnoreligiosas su afán era la vuelta a su patria de
nacimiento, no buscar refugio en Palestina.. Valgan como ejemplo los judíos
sefardíes que guardaron durante siglos las llaves de su casa en España. De
hecho una de las causas de la emigración de judíos a Israel fue las leyes
antiinmigración que Gran Bretaña o Estados Unidos establecieron para evitar la
entrada masiva de judío a partir de la persecución nazi. Un dato significativo: a
finales del SXIX vivían en Palestina menos de 5000 judíos, y más de 250.000
cristianos y musulmanes. En ese periodo vivian en el mundo 2,5 millones de
judíos, principalmente en Europa del este. Nunca existió, concluye Sand, el
anhelo de establecerse en la Tierra Santa.

Esta transformación del judaísmo en una ideología nacionalista, que considera


Palestina como la Tierra de una nación y un estado judío, no solo no tiene
fundamento sino que es profundamente contraria al judaísmo histórico .El
judaísmo histórico no era nacionalista, sino universalista. La salvación que Dios
anunciaba a Israel debería extenderse a todos los pueblos.

Para Sand existe “ una profunda brecha metafísica y psicológica entre el


nacionalismo judío y el judaísmo histórico” . Cita al respecto a Gudeman, uno
de los rabinos más relevantes de finales del SXIX, que en su libro “ National
Judaísm” hace una crítica demoledora del judaísmo nacionalista. Para él incluso
aunque aun que los judíos hubieran sido un pueblo en la antigüedad , desde la
destrucción del templo no eran más que una comunidad religiosa que tenía la
finalidad de extender por todo el mundo el monoteísmo y convertir a toda la
humanidad en un gran pueblo.
“ El carismático rabino, dice Sand, no ocultaba su temor a que un día
un “ judaísmo con cañones y bayonetas invirtiera los papeles de David y de
Goliat para constituirse en una ridícula contradicción de sí mismo” (191)

El sionismo y la opción ultraortodoxa del judaismo

El sionismo me recuerda al nacional-catolicismo: instrumentalización


política ultraconservadora del catolicismo, con el pacto tardío, básicamente
después de ganar la guerra de 1967, de mutuo interés con una de las ramas más
excluyentes del judaísmo.

El judaísmo ha tenido y tiene muchas tendencias, o sectas (como el


cristianismo, el islamismo…y otros ismos incluso laicos). Señalo dos tendencias
fundamentales:

La teología de la elección: los judíos son un pueblo elegido, la salvación y la


Tierra de Israel es para los judíos. Los demás pueblos son infieles, etc).

La tendencia universalista, profética, que es abierta y se dirige a todos los


humanos, que son igualmente llamados por Dios frente al odio y la injusticia

(Las teologías de la elección, o del Deuteronomista, es una de las


instrumentalizaciones de las tres religiones monoteistas. “ En lugar de hacer
de Dios, como hacen los profetas, un símbolo que desafía nuestros prejuicios, y
nos obliga a observar nuestros propios defectos, se sirven de él para confirmar el
odio humano egoísta y para hacerlo absoluto” . (Karen Armstrong 82-83)

Las tres religiones monoteístas han elaborado teologías semejantes para justificar
sus guerras de dominio y ocupación: las cruzadas, la colonización de América, la
conquista del Oeste o la guerra de Iraq …España, Estados Unidos…se consideran
pueblos

El sionismo del Estado de Israel ha optado por la versión más ultraortodoxa


del judaísmo, y utilizan la literatura deuteronómica, la más excluyente, como
referencia política y moral. Se puede ver la actitud de la mayoría de la población
israelí que victoreaba la explosión de sus cohetes en Gaza, en paralelo con
algunos textos de la ultraortodoxia religiosa:

En Deuteronomio 20,16 Moises insiste: “ Pero de las ciudades de estos


pueblos quue el Señor tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida a nada que
respire” . Borrar, destruir y quitar a vida “ de cualquier cosa que respire” son
claros imperativos de estos textos, y el más usado para indicar la erradicación
global de los habitantes es “ destruir por completo” .

Así en el libro de Josué que narra la conquista de la Tierra Prometida se dice


literalmente: “ destruyeron por completo al filo de la espada, todo lo que había en
la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y
asnos” (Josué 6, 21). (S. Sand 79).
Hechos y textos así los hay en todos los imperios, desde Roma, a USA, pasando
por España o el Congo cuando era belga.

Lo novedoso y terrible es que el libro de Josue era hasta hace poco el texto
favorito de muchos círculos sionistas y de Ben Gurión. A pesar que judaísmo
talmúdico es contrario a una interpretación histórico literal de la Biblia, todavía hoy
los escolares judíos de nueve y diez años estudian en las escuelas israelíes las
campañas militares de Josué, sin ninguna explicación.

Esta ideología ultra es una opción del sionismo israelí, y supone una selección
absolutamente sesgada frente a los textos posteriores de la Biblia y el
judaísmo profético. A lo largo de los siglos Yahvé se convirtió en una idea que
ayudó a descubrir al judaísmo el respeto hacia los demás seres humanos, a
considerar la humanidad como algo sagrado. Para la tradición rabínica “ las
ofensas contra otro ser humano eran una negación del mismo Dios que había
creado a hombres y mujeres a su propia imagen. Equivalían al ateísmo, que era
un intento blasfemo de negar a Dios. Por eso el asesinato era el mayor de los
crímenes, porque era un sacrilegio” (Karen Armstrong , 107)

Hans Kung dice que apenas hay otro pueblo que disponga de una aportación
a una ética común de la humanidad como el judaísmo con sus diez
mandamientos.

Slomo Sand afirma en consecuencia de todo su largo análisis documental que a


Biblia no es un texto patriótico (…). Las masas de conversos al Judaísmo y sus
descendientes consideraban a Palestina como un lugar sagrado, “ pero nunca
consideraron seriamente trasladarse allí y nunca lo hicieron. El sionismo no era en
absoluto la continuación del judaísmo sino su negación, y por esa razón el
judaísmo rechazó al sionismo en un periodo anterior de la historia. A pesar de todo
esto, el mito ha calado en una cierta lógica histórica, que a su vez ha contribuido
a su parcial realización” (256)

La ocupación militar de Palestina por el Estado de Israel no tiene ninguna


legitimación ética, y la acusación de antijudaísmo a la crítica de la política de
ocupación del Estado de Israel es pura falacia: es Israel quién contraviene
las mejores tradiciones de los judíos.

Manuel García Fonseca, “ Pole” , sociólogo, profesor de filosofía y ex diputado


nacional y autonómico de IU por Asturias, es co-fundador del Comité de
solidaridad con la causa árabe (CSCA). Este es el guión utilizado por el autor para
una charla sobre el tema.

Fuente:

www.sinpermiso.info, 30 de agosto 2015

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