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Analizar y reflexionar la práctica docente en la formación inicial

(Ruta Metodológica)

Línea temática: Experiencias profesionales surgidas de la práctica docente al interior de


las aulas, como aporte pedagógico
Autores:
Autor Función Adscripción Correo electrónico Celular
Rodolfo Castañeda Investigador Normal de Sultepec rocasta4@hotmail.com 7224266865
Ramírez
Hortensia González Investigador Normal de Sultepec hogoro69@yahoo.com.mx 7226084317
Rojas
Miguel Hernández Investigador Normal de Sultepec mikelhv3@yahoo.com.mx 7223646061
Vergara

Institución que representa: Escuela Normal de Sultepec


Analizar y reflexionar la práctica docente en la formación inicial

(Ruta Metodológica)

…cuando estoy entre locos, me hago el loco.


Diógenes de Sinope
Resumen

En la formación inicial, analizar y reflexionar la práctica docente representan acciones


intelectuales que posibilitan ascender a una docencia con conciencia, valorar situaciones
didácticas que tienen influencia pedagógica en la formación inicial, mejorar procesos
formativos, estar en constante indagación del quehacer docente. Al mismo tiempo que
fortalece la competencia docente en formación, en suma, ambas actividades consolidan su
formación profesional. El diario del profesor representa una herramienta metodológica básica
para lograr el propósito y que tiene posibilidades de iniciar al estudiante en formación inicial
en la actividad de analizar y reflexionar e indagar; actividades que implican capacidad de
observación, descripción, sistematización, organización, análisis y reflexión; son
competencias dignas de atención formativa en el área de acercamiento a la práctica escolar
que se reflejarán en la integración del documento recepcional en el séptimo y octavo semestre
en los que se observan dificultades serias para recuperar la práctica docente que realizan en
la escuela secundaria, de la que han de realizar un ejercicio de análisis y reflexión que
responde a dos propósitos: mejorar la práctica docente e integrar el documento recepcional.
La ponencia es producto de una experiencia que se construye y reconstruye al atender el
problema de las limitaciones para recuperar, analizar y reflexionar la práctica como
dimensiones intelectuales propias de un profesional de la docencia que aspira a revisar de
forma crítica y mejorar la práctica docente.
Palabras clave: Reflexión, descripción, análisis.

El problema que se atiende

El planteamiento que justifica la ponencia señala que el análisis y la reflexión en la práctica


docente representan un ejercicio intelectual del estudiante normalista, que fortalece sus
competencias investigativas, profesionaliza y proporciona elementos para investigar y
mejorar la práctica docente. Con el desarrollo de los programas de especialidad de
Observación y Práctica Docente, se identifican debilidades básicas para una mejora continua
de su formación profesional y en particular de la práctica docente que realizan con
condiciones reales. Las limitaciones se ubican en el analizar y reflexionar, que pueden
fortalecerse con el uso metodológico del diario del profesor. Se identifican confusiones por
las imprecisiones conceptuales y de proceso, por esta razón es necesario realizar una
presentación lo más didáctica posible, en la que se agregan algunos otros elementos que
fortalecen escenarios conceptuales relacionados con el análisis y la reflexión.

La descripción, la reflexión y el análisis. Son categorías metodológicas constantes en el curso


de OPD que demandan rigurosidad en su uso, aunque la descripción no se incluye en el título
de la ponencia, sin embargo, es su antecedente. Un beneficio potencial es el apoyo
metodológico para investigar y mejorar la práctica docente, además contribuye a fortalecer
los estilos de docencia y su consecuente identidad profesional.

Un ejercicio constante en el curso de Observación y Práctica Docente I, II, III y IV (OPD),


es la descripción, el análisis y la reflexión con el apoyo del diario del profesor como propuesta
metodológica. Implica reconstruir, comparar, revisar diversas situaciones relacionadas con
los contenidos, el interés, los procesos de aprendizaje, las actividades, las estrategias, los
materiales, las tareas, la motivación, la evaluación. Este complejo discurso que denomino
escolarizado, demanda una sistematización y descripción en un primer momento de antesala
al análisis y la reflexión; aunque cabe aclarar que el análisis ya inicia en la descripción; en el
ejercicio de la descripción se localizan vacíos conceptuales y de proceder metodológico. Hay
intentos de análisis y reflexión, con la propuesta de Porlán (2000)que sugiere una guía
metodológica para hacerlo, el alumno normalista la desestima y sólo lo considera como una
lectura más del curso, los ejercicios de descripción carecen de rigurosidad y por consecuencia
el análisis y reflexión; realmente es una situación que preocupa por una razón: el verdadero
problema se manifiesta en el séptimo y octavo semestre cuando el alumno necesita un trabajo
de recuperación de la práctica docente que ha de sistematizar información, describir
situaciones didácticas y acontecimientos en el aula, para realizar un análisis y su consecuente
explicación. Aunque de forma paulatina y sistemática se aborda el Diario del Profesor como
herramienta metodológica, para evitar un análisis de la práctica docente de forma intuitiva e
intrascendente, lograr que el alumno fortalezca competencias para la investigación y mejore
su práctica docente.

a. Consideraciones teóricas

La práctica docente es por naturaleza una acción, para su mejora se ha de analizar y


reflexionar, es un esfuerzo por reflexivizar la razón didáctica, identificar fortalezas,
problemas y desafíos. Es condición para lograrlo una posición metodológica, que apoye el
ejercicio, hacerlo de forma empírica resulta limitado y poco trascendente. El diario del
profesor como ejercicio descriptivo de análisis y reflexión, que en su conjunto es una
herramienta para la investigación de la práctica docente, en donde se recuperan tres tipos de
actividades: las que realiza el profesor, el alumno y las situaciones didácticas. Como ejercicio
descriptivo el diario del profesor activa sentidos intelectuales, metodológicos y de mejora de
la práctica docente.

La reflexión tiene la fuerza para mejorar, erradicar creencias. Es un punto intelectual que
cuestiona, elimina la especulación y hace de la práctica un ejercicio consciente. El proceso
de reflexión está acompañado ineludiblemente y de forma necesaria por el análisis. Al
reflexionar se cuestiona, hay una especie de desentrañamiento de la totalidad. La práctica
docente a primera vista es una totalidad, para analizarla es sugerente hacer abstracciones,
separar sus dimensiones, es decir colocar parte por parte para mirar sus ejes coyunturales de
articulación.

Como herramienta metodológica, su uso depende del grado de comprensión del docente y
estudiante normalista. Situación que empobrece o enriquece su esencia, porque se omiten
procesos o bien se incluyen otros. Hay un problema conceptual. Para empezar se le cambia
de nombre, toma el nombre de diario pedagógico, diario del maestro, anecdotario de
experiencias; también suele separase diario y registro. Otra confusión se ubica en el proceso
de registro, en las condiciones del registro, en el proceso de análisis, el uso de la teoría y en
sus límites como diario.

Los nombres que recibe el diario del profesor parecieran sinónimos, sin embargo, los hace
diferentes su contenido y proceso. El diario del profesor agrupa todos los registros, de ahí
viene su nombre, se conforma por esta tendencia en un proceso de investigación de la práctica
para erradicar creencias y gestionar mejoras. Se concreta a identificar hechos y experiencias
significativas, más allá de la narración. Es un sistema de registros usado para hacer referencia
a diversas situaciones y acontecimientos que ocurren dentro de la clase, sin focalizar. Tiene
posibilidades de documentar lo no documentado, es un recurso del docente investigador para
reconocer aspectos que se dan dentro de la clase y que no se identifican en el momento en
que ocurren, sino que surgen como parte del análisis de los registros y después de la relectura.
Así se constituye en un ejercicio secuencial y sistemático para identificar situaciones
problemáticas que afectan al aprendizaje y a la propia práctica docente.

El contexto es fundamental en virtud de dar sentido a los eventos didácticos del aula, Porlán
& Martín (2000) recomienda “que el diario se debe realizar de lo general a lo concreto”; el
primer nivel describe situaciones áulicas generales que proyectan problemas y concepciones
que atraviesan la dinámica de la clase. El tránsito de lo general a lo concreto permite focalizar
el objeto problemático o de investigación. Para darle un enfoque con pretensiones de
rigurosidad se han de considerar procesos como: la clasificación, codificación y
categorización de la información, que convierte al objeto de estudio en todo un sistema
completo de investigación del que se pueden obtener fundamentos para el argumento de
propuestas de mejora, generar nuevo conocimiento del objeto de estudio, líneas de
investigación.

Una actividad básica es el registro de lo que se observa, que ha de ser detallada, minuciosa,
entendible para todos, con buena sintaxis, semántica, adecuada. En los primeros registros no
se puede señalar cuál información es más importante, es el ejercicio constante de revisión
frecuencial de eventos para pasar a la focalización de un evento específico. El diario
pedagógico no puede confundirse con un instrumento de control o de repetición de acciones,
la meta es reconstruir para preparar el análisis y la reflexión a partir de la descripción. Son
procesos interconectados, que dependen uno de otro que de forma inevitable conducen a
mejoras de la práctica docente. El diario del profesor permite identificar el sentido
epistemológico de la práctica docente, es decir proporciona las posibilidades de realizar un
análisis de los procesos metodológicos que se instrumentan en el quehacer pedagógico,
además de identificar con facilidad los problemas y sus posibles soluciones.

Los momentos metodológicos

a. La descripción

Antes de pasar a indicar algunas condiciones para su integración, conviene incluir qué se
entiende por descripción. No sólo ha de retratar lo que sucede como fenómeno cultural, se ha
de incursionar también en las motivaciones y los sentimientos del grupo que se investiga. Un
hecho no tiene sentido, sino no conoce los sentimientos, los pensamientos Malinowski (1986)
“describir una serie de actuaciones sin referencia al estado de ánimo de quien los realiza no
respondería a las pretensiones de la sociología, cuyo fin no es el de meramente registrar, sino
el de comprender las acciones de los hombres en sociedad. La sociología no puede completar
su tarea sin recurrir, a cada paso, a la ayuda de la psicología”. Los factores psicológicos son
complementarios para dar sentido a una dinámica social que se estudia. La descripción ha de
tener como característica esencial la de ser detallada, limpia y clara.
La descripción viene de la observación, dejarla así es condenarla a su incomprensión,
necesario acompañarla de la información derivada de las entrevistas y la convivencia del
grupo de clase. En el cuerpo de la descripción es indispensable considerar los datos de la
escuela, dirección, fecha de la observación, nombre de la clase observada, horario de la
observación de la clase, número de alumnos.
La descripción es el pilar de la arquitectura del enfoque cualitativo de investigación. Es por
naturaleza sin juicios, densa porque tiene necesidad de recuperar actos de habla, situaciones
de aprendizaje, interacciones intersubjetivas, incidentes en la clase, procesos de aprendizaje;
los objetos de investigación que se pueden describir son muchos, depende del interés
indagatorio. La descripción prepara el paso a la investigación del objeto. Es el principio del
entramado dialéctico, es una forma de explicar y explícaselos, es una llave perfecta para
interpretar, así la investigación no se puede empantanar en la simple descripción como lo
concibió el fenomenalismo.
El dilema de la descripción puede empezar cuando no queda claro en qué términos se puede
estructurar. La incertidumbre inicia cuando se inicia la descripción, si se describe lo interno
o lo externo del objeto, además si se redacta en primera persona o en tercera. El objeto cuando
se focaliza ha de describir la esencia del objeto, con sentido analítico y posibilidades de
interpretación. El ejercicio contiguo es captarlas e interpretarlas. La descripción es un
ejercicio de leer un papel invadido por el polvo, borroso, incoherente, plagado de errores
lingüísticos, así elaborar descripciones desde el punto de vista del actor es un acto de
imaginación. Los hechos se dan como ocurridos, reales que se pueden interpretar. La esencia
de la descripción densa es capturar el material para interpretar, es hacer una radiografía de
las relaciones entre los objetos de investigación.
Geertz Clifford (2003) señala que “la descripción (…) presenta rasgos característicos: es
interpretativa, lo que interpreta es el flujo del discurso social (…) que consiste en tratar de
rescatar "lo dicho" en ese discurso de sus ocasiones perecederas y fijarlo en términos
susceptibles de consulta, la descripción etnográfica también es microscópica”, son dos
procesos que nos e han de perder de vista cuando se realiza el ejercicio de describir.
El análisis y la reflexión
La obligación profesional es pasar de la descripción al análisis y la reflexión, son procesos
interconectados. Cuando ésta está en las condiciones que ya se han señalado, es tiempo de
pasar a los otros dos momentos intelectuales. Aunque cabe aclarar que la descripción ya es
el inicio del análisis en el sentido de identificar los elementos que se han de describir. Insistir
en que la descripción sea detallada, comprensible para cualquier lector, es decir sea
comunicable. Este rasgo hace posible que los procesos de análisis y reflexión se hagan
posibles. Este proceso autoriza para pasar a una identificación de secuencias de sentido. La
descripción ha de ser un material que proyecte escenas, momentos de conductas, lenguajes,
acciones, interacciones, sentimientos, gestos; que en conjunto es posible decir
interpretativamente el sentido o el significado de ese mundo denso.
La pregunta es un dispositivo que activa, es para detener el sin número de pensares, los
reorienta. Dice Heidegger (1982) “la pregunta es una pregunta por el ser”, es el camino justo
a la reflexión; es un esfuerzo intelectual por incursionar en la esencia en las profundidades
del sentido y el significado, así se erradica lo superficial del fenómeno.
Preparada la descripción en sus aspectos, semánticos, sintácticos y gramaticales; se procede
a identificar las secuencias de sentido identificadas por los momentos de la clase: saludo,
pase de lista, abordar contenidos, evaluación, revisión de tareas. A este paso sigue la
pregunta, sólo que tiene una condición indispensable, ha de incluir variables identificadas
con las actividades que realiza el profesor, las que realiza el alumno y las actividades
didácticas. Es importante señalar que la descripción es el momento de la comprensión y la
pregunta es el momento de apertura al análisis. Ésta se responde de acuerdo a lo que el
estudiante investigador observa de los tres tipos de actividades. En el responder se incluyen
los problemas que se generan en el proceso, los descubrimientos, los logros en el aprendizaje,
sugerencias, interpretaciones generales o particulares. Para que el responder no se quede en
el sentido común, es conveniente incluir, apoyar las respuestas con elementos teóricos
pertinentes, es decir que sean adecuados al discurso, que puedan ampliar, explicar. El
estudiante-investigador está en libertad de elegir el concepto, la categoría, el planteamiento
que requiere ser fundamentado.

El análisis se logra con el planteamiento de la pregunta, la reflexión es el momento muy


ligado al análisis. Es posible señalar a la pregunta como apertura a l análisis y como principio
de la reflexión, en donde se refleja duda que merece ser investigada. La pregunta es el
momento cuestionador de lo que se realiza didácticamente. Al respecto Dewey (1989, p. 21)
plantea que el pensamiento reflexivo se caracteriza por realizar un ejercicio de “darle vueltas
a un tema en la cabeza y tomárselo en serio con todas sus consecuencias” es ser metódico,
proceder a un “examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de
conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende.
Partir de estas ideas de reflexión es una posición básica para entender que ser docente es
hacer de ella una práctica profesional liberada de un pensamiento instrumental que la condena
a su aislamiento y negación de mejora. No hacerlo es vivir en creencias que hacen de la
práctica docente un tema estereotipado, en mínimo innovado y sin posibilidades de ser un
acto pedagógico.
Dewey (1989), se refiere al pensamiento reflexivo como a) un estado de duda, de vacilación,
de perplejidad que origina el pensamiento; y, b) un acto de búsqueda, de caza, de
investigación, para encontrar algún material que esclarezca esa duda, que disipe la
perplejidad. Dudar es acto intelectual, de sospecha. La actitud del profesor reflexivo es
fundamental en el proceso reflexivo. Ha de ser paciente para identificar coyunturas
sintomáticas del proceso didáctico, además de tener apertura para escuchar los juicios u
opiniones de los otros. El profesor reflexivo interroga su práctica, tiene capacidad para
integrar soluciones derivadas de la realidad que a la vez lo compromete con su quehacer
pedagógico.

Conclusiones

 La tarea del profesor no es sencilla, es multidimensional. Esta es una buena razón


para no darla por supuesta. Ha de ser objeto de un proceso de investigación riguroso
que aporte los elementos suficientes para diseñar proyectos de intervención con
propósitos de mejora. Iniciativas que tienen su origen en resultados que han sido
objeto de procesos de investigación.
 Promover la cultura del análisis y la reflexión en los estudiantes normalistas garantiza
formar profesores en el horizonte de la innovación y mejora constante de sus prácticas
docentes.
 La descripción, le análisis y la reflexión utilizados con seriedad metodológica
representan una herramienta básica para que los estudiantes normalistas
paulatinamente vayan logrando su identidad profesional.
 Los procesos metodológicos fortalecen en los estudiantes normalistas las
competencias básicas para la investigación permanente de su práctica docente, esta
es una forma de incluir elementos básicos de investigación educativa.
 Formar en la investigación es logra erradicar en los estudiantes normalistas ciertos
estereotipos o imaginarios docentes que son perjudiciales en su formación
profesional.
 Conveniente que el grupo de profesores que participan en el desarrollo de los
programas de curso consideren actividades que incluyan acciones indagatorias, en
especial ejercicios de análisis y reflexión de diversas situaciones escolares o
cotidianas.

Referencias bibliográficas

Porlan, R. (1997 ) El diario del profesor. Diada.

Dewey, J. ( 1998 ) ¿Cómo pensamos? España: Paidós

Clifford, G. (1973) Interpretación de la Cultura. España: Gedisa.

Heidegger, M. ( 1971 ) El Sr y el tiempo. México: Fondo de Cultura Económica

Malinowski. B. (1986) Los argonautas del pacífico occidental. Barcelona: Planeta-Agostini.

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