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(Ruta Metodológica)
(Ruta Metodológica)
a. Consideraciones teóricas
La reflexión tiene la fuerza para mejorar, erradicar creencias. Es un punto intelectual que
cuestiona, elimina la especulación y hace de la práctica un ejercicio consciente. El proceso
de reflexión está acompañado ineludiblemente y de forma necesaria por el análisis. Al
reflexionar se cuestiona, hay una especie de desentrañamiento de la totalidad. La práctica
docente a primera vista es una totalidad, para analizarla es sugerente hacer abstracciones,
separar sus dimensiones, es decir colocar parte por parte para mirar sus ejes coyunturales de
articulación.
Como herramienta metodológica, su uso depende del grado de comprensión del docente y
estudiante normalista. Situación que empobrece o enriquece su esencia, porque se omiten
procesos o bien se incluyen otros. Hay un problema conceptual. Para empezar se le cambia
de nombre, toma el nombre de diario pedagógico, diario del maestro, anecdotario de
experiencias; también suele separase diario y registro. Otra confusión se ubica en el proceso
de registro, en las condiciones del registro, en el proceso de análisis, el uso de la teoría y en
sus límites como diario.
Los nombres que recibe el diario del profesor parecieran sinónimos, sin embargo, los hace
diferentes su contenido y proceso. El diario del profesor agrupa todos los registros, de ahí
viene su nombre, se conforma por esta tendencia en un proceso de investigación de la práctica
para erradicar creencias y gestionar mejoras. Se concreta a identificar hechos y experiencias
significativas, más allá de la narración. Es un sistema de registros usado para hacer referencia
a diversas situaciones y acontecimientos que ocurren dentro de la clase, sin focalizar. Tiene
posibilidades de documentar lo no documentado, es un recurso del docente investigador para
reconocer aspectos que se dan dentro de la clase y que no se identifican en el momento en
que ocurren, sino que surgen como parte del análisis de los registros y después de la relectura.
Así se constituye en un ejercicio secuencial y sistemático para identificar situaciones
problemáticas que afectan al aprendizaje y a la propia práctica docente.
El contexto es fundamental en virtud de dar sentido a los eventos didácticos del aula, Porlán
& Martín (2000) recomienda “que el diario se debe realizar de lo general a lo concreto”; el
primer nivel describe situaciones áulicas generales que proyectan problemas y concepciones
que atraviesan la dinámica de la clase. El tránsito de lo general a lo concreto permite focalizar
el objeto problemático o de investigación. Para darle un enfoque con pretensiones de
rigurosidad se han de considerar procesos como: la clasificación, codificación y
categorización de la información, que convierte al objeto de estudio en todo un sistema
completo de investigación del que se pueden obtener fundamentos para el argumento de
propuestas de mejora, generar nuevo conocimiento del objeto de estudio, líneas de
investigación.
Una actividad básica es el registro de lo que se observa, que ha de ser detallada, minuciosa,
entendible para todos, con buena sintaxis, semántica, adecuada. En los primeros registros no
se puede señalar cuál información es más importante, es el ejercicio constante de revisión
frecuencial de eventos para pasar a la focalización de un evento específico. El diario
pedagógico no puede confundirse con un instrumento de control o de repetición de acciones,
la meta es reconstruir para preparar el análisis y la reflexión a partir de la descripción. Son
procesos interconectados, que dependen uno de otro que de forma inevitable conducen a
mejoras de la práctica docente. El diario del profesor permite identificar el sentido
epistemológico de la práctica docente, es decir proporciona las posibilidades de realizar un
análisis de los procesos metodológicos que se instrumentan en el quehacer pedagógico,
además de identificar con facilidad los problemas y sus posibles soluciones.
a. La descripción
Antes de pasar a indicar algunas condiciones para su integración, conviene incluir qué se
entiende por descripción. No sólo ha de retratar lo que sucede como fenómeno cultural, se ha
de incursionar también en las motivaciones y los sentimientos del grupo que se investiga. Un
hecho no tiene sentido, sino no conoce los sentimientos, los pensamientos Malinowski (1986)
“describir una serie de actuaciones sin referencia al estado de ánimo de quien los realiza no
respondería a las pretensiones de la sociología, cuyo fin no es el de meramente registrar, sino
el de comprender las acciones de los hombres en sociedad. La sociología no puede completar
su tarea sin recurrir, a cada paso, a la ayuda de la psicología”. Los factores psicológicos son
complementarios para dar sentido a una dinámica social que se estudia. La descripción ha de
tener como característica esencial la de ser detallada, limpia y clara.
La descripción viene de la observación, dejarla así es condenarla a su incomprensión,
necesario acompañarla de la información derivada de las entrevistas y la convivencia del
grupo de clase. En el cuerpo de la descripción es indispensable considerar los datos de la
escuela, dirección, fecha de la observación, nombre de la clase observada, horario de la
observación de la clase, número de alumnos.
La descripción es el pilar de la arquitectura del enfoque cualitativo de investigación. Es por
naturaleza sin juicios, densa porque tiene necesidad de recuperar actos de habla, situaciones
de aprendizaje, interacciones intersubjetivas, incidentes en la clase, procesos de aprendizaje;
los objetos de investigación que se pueden describir son muchos, depende del interés
indagatorio. La descripción prepara el paso a la investigación del objeto. Es el principio del
entramado dialéctico, es una forma de explicar y explícaselos, es una llave perfecta para
interpretar, así la investigación no se puede empantanar en la simple descripción como lo
concibió el fenomenalismo.
El dilema de la descripción puede empezar cuando no queda claro en qué términos se puede
estructurar. La incertidumbre inicia cuando se inicia la descripción, si se describe lo interno
o lo externo del objeto, además si se redacta en primera persona o en tercera. El objeto cuando
se focaliza ha de describir la esencia del objeto, con sentido analítico y posibilidades de
interpretación. El ejercicio contiguo es captarlas e interpretarlas. La descripción es un
ejercicio de leer un papel invadido por el polvo, borroso, incoherente, plagado de errores
lingüísticos, así elaborar descripciones desde el punto de vista del actor es un acto de
imaginación. Los hechos se dan como ocurridos, reales que se pueden interpretar. La esencia
de la descripción densa es capturar el material para interpretar, es hacer una radiografía de
las relaciones entre los objetos de investigación.
Geertz Clifford (2003) señala que “la descripción (…) presenta rasgos característicos: es
interpretativa, lo que interpreta es el flujo del discurso social (…) que consiste en tratar de
rescatar "lo dicho" en ese discurso de sus ocasiones perecederas y fijarlo en términos
susceptibles de consulta, la descripción etnográfica también es microscópica”, son dos
procesos que nos e han de perder de vista cuando se realiza el ejercicio de describir.
El análisis y la reflexión
La obligación profesional es pasar de la descripción al análisis y la reflexión, son procesos
interconectados. Cuando ésta está en las condiciones que ya se han señalado, es tiempo de
pasar a los otros dos momentos intelectuales. Aunque cabe aclarar que la descripción ya es
el inicio del análisis en el sentido de identificar los elementos que se han de describir. Insistir
en que la descripción sea detallada, comprensible para cualquier lector, es decir sea
comunicable. Este rasgo hace posible que los procesos de análisis y reflexión se hagan
posibles. Este proceso autoriza para pasar a una identificación de secuencias de sentido. La
descripción ha de ser un material que proyecte escenas, momentos de conductas, lenguajes,
acciones, interacciones, sentimientos, gestos; que en conjunto es posible decir
interpretativamente el sentido o el significado de ese mundo denso.
La pregunta es un dispositivo que activa, es para detener el sin número de pensares, los
reorienta. Dice Heidegger (1982) “la pregunta es una pregunta por el ser”, es el camino justo
a la reflexión; es un esfuerzo intelectual por incursionar en la esencia en las profundidades
del sentido y el significado, así se erradica lo superficial del fenómeno.
Preparada la descripción en sus aspectos, semánticos, sintácticos y gramaticales; se procede
a identificar las secuencias de sentido identificadas por los momentos de la clase: saludo,
pase de lista, abordar contenidos, evaluación, revisión de tareas. A este paso sigue la
pregunta, sólo que tiene una condición indispensable, ha de incluir variables identificadas
con las actividades que realiza el profesor, las que realiza el alumno y las actividades
didácticas. Es importante señalar que la descripción es el momento de la comprensión y la
pregunta es el momento de apertura al análisis. Ésta se responde de acuerdo a lo que el
estudiante investigador observa de los tres tipos de actividades. En el responder se incluyen
los problemas que se generan en el proceso, los descubrimientos, los logros en el aprendizaje,
sugerencias, interpretaciones generales o particulares. Para que el responder no se quede en
el sentido común, es conveniente incluir, apoyar las respuestas con elementos teóricos
pertinentes, es decir que sean adecuados al discurso, que puedan ampliar, explicar. El
estudiante-investigador está en libertad de elegir el concepto, la categoría, el planteamiento
que requiere ser fundamentado.
Conclusiones
Referencias bibliográficas