Você está na página 1de 13

CAPÍTtfLO VI

LA PSICOLOGÍA S O C I A L : ' C Ó H a . c • T -
DISPOSITIVO DESCONSTRUCCIDNISTA -

. * . • . . • • . • • i'i," ' '- - . f i '

^ _„T.oiTiásylbáfie? Gracia . . ;;,..Í;;-. .


Umv'3tsiUad •Auíórioma de Barcelona .- . ...m--•> ••

Si fuera preciso elegir uri.persohaje ernblemático.para'.simbgl^aTíla-psI;-


cología-sbcial/nQ.dúHáría'en .rescéitar,. desde los .^extos griegosp^a-yeriéra--
ble figura'.de'PENÉLiOPÉ-, émpeñada''en-desbacér'duráríié-lá.i;pc.he.la-lá-
bor que había-realizado durante él dfa. .. • rL-,!p. .
Se podrían aducih muchas"tasopes para jusíiíicar e.staiOpció.h/Pfii'O'me--
limitaré a,formular aquí tres tipos.ele .árgumeptoapiEl primero.es-tlejorden"-
O N T O L Ó G I C O , y'.se basá en.'la'propia haturáléa.a.tic los.íenóme.RbsjSocia-
les. El segundo'es'de ór^dcñ.EPl§Tj5|5ípi:Ó.GICO;.¿ f p . n t e m p l a M.teóráqterís-
t!'cas;del'conoc!mterito qG^/prqduclniQs sobr.e Ip^-^íénómenpsi'sobi^py.' Ei-
tercero-se sitúa en la iñterWccjóp'.-dedósA
peculiar "relación que.:jrjaq.t)s¿§oiGptfé-sí los teqórrienos-sociales'por u n a •
parte, y su conoci'rriiehto'-por^^^ '• \ , •'•.úv. •

1 . E n defensa de Penéiope...... - . . .

Empecemos-por el argyijj0pto.;"bntológico,.,reco/dando.que.defcl2:!os--
liempos'.en que'GiambattIsfa Vico, pusiera el a.ceqtQ-sobre-elip., se-há ido
gonsoiidando prpsresivcjmBnle Isidea de que la fí^alidatl social rio di: In- -
dependiónte d? iq? práclicaá humarias y de que constituye preelsamcníe
q u e la dimensión histórica de los fenómenos sociales tiene unas implica- ;
u n resultado de esas prácticas.
cienes que van m u c h o más allá de una simple cuestión de intervalos t e m - ,
Él réconocimlenio d e que'ln r e a l i d a d social no tiene otro origen, ni otra
porales. En efecto, los fenómenos sociales n o sólo son históricos p o r q u e .
fuertte deproducdón, que la'propia'áGílvldá'd de los seres Humanos, tiene
cambian cón el tiempo y porque son relativos al período histórico en el :
cohseG'tJéndas, c o n i b . y a 16 apu'ntábfi''V¡C0| sobre "el .tipo de conocimiento
que se manifiestan, sino que son INTRÍNSECAtriENTE HISTÓRICOS en el sen- •;
"que podernos construir "acerca" de ella,' Pero sobretodo, este reconocimiento lldo-de que, por decirlo rápidamente, tienen MEMORIA. Las característl- ;
no- deja otra opción más q*ue la d e resaltar la Insoslayable- DIMENSIÓN HIS- cas presentes del fenómeno n o son-independientes de s u genealogía, o í
TÓRICA d e tos fenómenos-sociales, con",lodo lo q u e ello Implica, ToDOS lo q u e es lo m i s m o , su forma actual resulta de las prácticas sociales y de ,
i o s fénóméhos sociales son prbducclonés HlstóVlcamente situadas, y p o r las relaciones sociales que l o fueron constituyendo. Es más, se puede c o n -
ió tanto.són, p o r naturaleza, camelantes con.las épocas. La modificación siderar que todo fenómeno social lleva i n c o r p o r a d a la memoria de la's r e - .-•
de los fenómenos sociales resulta INEVITABLE si se piensa que las prácti- laclones sociales que lo instituyeron-como (al y q u e h a n quedado'sedi- i^
cas.hurrianas q u e los "constituyen préseñtan, precisamente,' la peculiari- mentadas en su seno. C o m o m u y bien lo han visto los post-estruclurallstas, •
dad de ser- U N O S PROCESOS Q U E CREAN EN E L TRANSCURSO DE SU DESARRO- entre otros, no se puede dar cuenta sullsíactoriamehtG de un fenómeno ,
LLO LAS CONDICIONES PARA'áÚ'PRÓPlA'VRANSFORMAClÓN. si n o se dilucida también su proceso d e -constitución.
Es cierto que la modificación da algunos fenómenos sociales es escasa- • El problema, para quienes pretenden apresar los fenómenos sociales í
mGntc.pefceptible,.lncluso_sobre la larga duración,-mientras que las varia- actuales en-formulaclones nomotéllcas, es que n o sólo deberían estar en
ciones de otrosísón .manifiestas, Jhcluíó'^S'bbre la corta.,dura"¿lón. Pero nin- condiciones de incorporar referencias a su GENEALOGÍA, sino que estas re-
guno eS IHííarlahte y atemppfal.'-por Ib.tañtb, e! c o n o c i m i e n t o que elabora ferertcias varían a medida que transcurre la historia. E n efecto, ciertos fe-
la pslcológfá social sobre sus objetos de' estudio no es u n conocimiento nómenos sociales, por ejemplo ciertas determinaciones soclale^, constitu-
q u e cambia, a! Igual que los conocimientos de otras ciencias, únicamente y e n «no-acontccimlentoá» en la n-iedida en que son literalmente ínvísible.i
p o r q u e s e h a c G más precisó, más ricó'o'más-acertado,.sino que es un co- en u n período histórico dado, y estos nno-acontec¡mtentos'>'5Ó!o se Irana-
nocimiento que también-Gs-cambianté p o r q u e cambian las característicos f o r m a n en auléntlcos acontécímientos a la.luz de los desarrollos que ocu-
de los objetos sobre los q u e versa. rren c o n poslerioridad. Este fenómeno es bien c o n o c i d o y no encier'ra en
"Á-senrejanza d e l o q u e d e ocurría a Penélope con la tela que tejía, ei sí ttilsmo ninguna dííicultad, pero .se torna problemático p o r el hecho d e
psicólogd'sbclal'conslruye coñocirñientbs qu'e serápreciso deshacer algún qúe.el curso de la historia social no está estrictamente determinado y q u e
• tÍemp'o--despüés-de-''quc hayan sido construidos". Es conveniente, por lo- t o m a en cada m o m e n t o u n o de-los varios caminos q u e el pasado hace
t a n t o , q u e eUpsicólogó social adquiera",la" mentalidad "de un CONSTRUC- posibles. En cada m o m e n t o existen varios futuros posibles, de los que tan
T O R D E . O B R Á S EHÍMERA'S, mihqu'e.sólo.séa p o r q u e no tiene'sentido'uUltzar sólo u n o se.reallzará. En esta medida se puede decir q u e , al igual de lo
ios mismos'fnáíertoles y Ibsjiftismos métodos pa'ra,realizar una construc- que ocurre con é! futuro, tampoco el pasado eslá «ya escrito» puesto que
ción-á-phiéba;dedbs siglos o "p.a.bár.ealVza^ También sus caracíerísllcas se van actualizando en función de u n o s desarrolles.pos:..
és convehíenfé qüe'sc ücÍIfístTe''en'éí-éJ"érclclo-de deshacer'cdn clerta.pe- . lerlores concréiosque no agotaíi, por definición, e! c o n j u n t o de todos l o s '
r l o d i c l d a d s u s pxoplás obras, .ó.las qué lé;Kan legado, sus-colegas, aunque desárrollos posibles. N o es ya que el futuro dependa en parte de! pasado,
sólo sea-porqué'él hGchó'-'"dG"confiar.en.coñóclmieníos que-.ya s b h cadu- sinó que el propio pasad.o adquiere alguttas de sus caractefíslicas en f u n -
cos tuerce-él.caminó'.dé'"lá ínvesHg'acfóh;'"-óv.L'"..i-;v-"^;^^ . ción del futuro queT^fe'btlvamente se realiza.. De todos lósTVio-aconle-
Se argúrñenta a veces q u e la'amplltud .(í^d'.|\?se^^ que presi- , cimientos» que-están'presentes en una situación histórica dada, sólo se con-
de a la modificación de ciertos feriómenos'só.élafe^hl^'stiflca suficientemen- - cre'tfzarán aquellbs..,gue se puedan ver desde el futuro q u e efectivamente
te la pretensión de traba]ar sobre !os.fenÓi|ie%os;jsoc"lále''s corno,sl;jueran se ;HQ realizado. L o s ' o t r o s .permanecerán ocultos para siempre, puesto
-fenómcnós estables;.y de-clabor"ar p o r l o tá'htd uríte'orioclnilento de tipo qué n i n g u n o de los posibles futuros q u e hubieran p o d i d o ' evidenciarlos
nomotétjco; A l fin y' a l cabo^ ,,aubque-lfl»,leyes que se establezcan estén
se KáTea.llzado. De esta forma, la genealogía de un.fenómGno social cam-
destínadító a dejar de-ser.váíldás'áértlhi) géñja'racIoHes/más vale
bia a'medída que-sc producen aconteLImlcntos posterioresy^^.por otra p a r t e , .
conoGétlas mlehírástantd-..'Lo qife sG"'ólvlda desde e'été planteamiento es
nunca se puede acceder a un cori'dcírñ'i'énio total de.esa genealogía. Las
/
consecuencias son obvias: si para conocer u n fenómeno es preciso cono- m o m e n t o en que se diíuminá la distinción entre el sujeto p r o d u c t o r de
cer su genealogía, y si ésta es cambiante, entonces también debe ser cam- conocimientos y el objeto de conocimiento, es decir, a partir del m o m e n -
biante el c o n o c i m i e n t o del fenómeno. Por oirá parte, 51 la genealogía de to en que se reconoce que el saber sobre la sociedad está E N lo sociedad,
un fenómeno no es nunca totalmente cognoscible, tampoco lo es el fenó- es preciso abandonar la creencia, a todas luces infundado, en uno supuesta
m e n o , con lo cual el conocimiento psicosocial es NECESARIAMENTE I N - «objetividad» de los saberes psicosociaies. El planteamiento n e o p r a g m a -
COMPLETO. tista, que vincula lo aceptabilidad racional de u n conoclmieníb con los cri-
Si añadimos a l o d o esto lo difícil que resulta evitar la I L U S I Ó N S U 5 T A N - terios consensuados en el seno de una comunidad científica particular, co-
C I A L I S T A que nos incita a creer erróneamente que tal fenómeno social ac- bra a partir de aquí una mayor credibilidad.
tual SIEMPRE ha existido, y que nos incita a buscarlo bajo las distintas for- E! hecho de que los conocimientos psicosociaies sean «Interiores» a la
mas de expresión q u e habría supuestamente adoptado a lo largo de la sociedad en la que se formulan, en el doble sentido de que d e p e n d e n de
historia, entenderemos por qué ios objetos que deben dilucidar los psicó- las categorías analíticas que tienen curso en esa sociedad, y de q u e de-
logos sociales no p u e d e n dar lugar más que a un tipo de conocimiento penden de las reglas que rigen el diálogo racional en el seno de u n a co-
i n c o m p l e t o , no estrictamente formalizabie, y a unos contenidos que están munidad particular, produce a su vez dos consecuencias ineludibles. La
marcados con una fecha de caducidad m u y cercana al rnomento mismo primera es que esos conocímíentos son [INTRÍNSECAMENTEPROVISIONALES,
de su elaboración. puesto que ninguna forma socioculíural es invariante. L a segunda es q u e
El segundo tipo de argumento al q u e recurriré para defender la figura esos conocimientos deben ser P E R M A N E N T E M E N T E D E S C O N S T R U I D O S para
de Penélope c o m o patrona de la psicología social es de orden epistemo- poder hacer aflorar las determinaciones socioculturales Implícitas que ve-
lógico. Entre todos los científicos quizá sean los psicólogos sociales, junto hiculan de forma acrítlca. Se puede justificar esta segunda consideración
cpn los sociólogos, los antropólogos y también los historiadores, quienes en términos puramente epistemológicos, pero también se podría justificar
t e n g a n , o debieran tener, una conciencia más aguda del carácter socio- en términos normativos, como lo veremos más adelante cuando aborde-
históricamente situado de las categorías de pensamiento a las que recu- mos la dimensión POLÍTICA de la cuestión. D e ' m o m e n t o hemos visto q u e ,
rren para dar.cuenía de la realidad. Desde los tiempo de M a n h e i m , la so- en el piano de la ontología, los objetos de conocimiento de la psicología
ciología del c o n o c i m i e n t o no ha dejado de aportar evidencias a favor de social son objetos eminentemente históricos, y que, en el plano de la epis-
la tesis según la cual los conceptos, los análisis y las teorías que utilizamos temología, los conocimientos psicosociológicos también son, a su vez, i n -
para dar cuenta de la realidad social f o r m a n parte, ellos mismos, de esa trínsecamente históricos. Dos razones,"por lo t a n t o , p o r las cuales los psi-
realidad. Dicho en otros términos, e! conocimiento que podemos p r o d u - cólogos sociales deberían sentirse permanentemente dispuestos a deshacer
cir en u n período histórico dado es DEPENDIENTE dei entramado soció- minuciosamente los productos científicos que- tanto trabajo les .cuesta
cultural q u e caracteriza ese período. A u n q u e parezca u n truismo, o una elaborar.
trivialidad de base, c o m o se decía antes, la afirmación de que ningún In- Si nos situamos ahora en el p u n t o de Intersección de los dos planos que
vestigador social p u e d e pensar la sociedad en la que vive desde FUERA acabamos de mencionar, es fácil encontrar otros argumentos que a p u n -
de ella misma, es decir, desde un lugar que le sea exterior, tiene unas con- tan en la misma dirección. A diferencia de lo que ocurre en.,ei ámbito de
secuencias que no son en absoluto triviales. Han sido precisos los esfuer- los fenómenos naturales, cuando se entra en el ámbito de los fenómenos
zos conjugados de Goédel, Heidegger, Witígenstein y Gadamer, entre sociales, el nivel epistemológico se convierte en una fuente deproducdón
oíros, para que esas consecuencias se vieran con relativa claridad. Tanto ontológica. En efecto,'Ja.combinación entre la dimensión simbólica de la
la ausencia de un M E T A - N I V E L (Gocdel) desde el cual poder valorar el grado realidad social, por una parte y, p o r otra, la dimensión «agencia!»' del ser
en q u e nuestras explicaciones de los fenómenos sociales se limitan sim- social, se traduce p o r lo que Gergen ha llamado el EFECTO D E . I L U S T R A -
p l e m e n t e a reproducir los PRINCIPIOS E P O C A L E S (Heidegger), así como la C I Ó N » , es dedr, p o r el hecho de q u e los conocimientos producidos acer-
imposibilidad de trascender los límites de la «forma de vida» [Witígens-
tein) o de «la tradición» (Gadamer) en la que esas explicaciones adquie-
ren sentido, contribuyen a acentuar el carácter «provisional» de las expii- 1, Pfl[dái\i c s l K i w o l o g i s m o I f i c n k o , p e r o n o . v e o o t r a f o r m a d e e x p r e s a r e l término a g e n c p uUlfia-
caciones que construyen los analistas de lo social. En efecto, a partir del do p a r a h a c e r leíciencia o l a c a p a c i d a d q u e t i e n e n l o s s e r e s s o c i a l e s d e c o n s t i t u i r s e e n c a u s a s .úlümos

d e S U S actos,

112 G13
mieníos consíruidos por la psicología sócia!, tanto por razones ligadas al
ca de u n determinado fenómeno social revierten sobre ese fenómeno, mo-
reajuste constante de esos conocimientos, c o m o por razones normativas.
dificándolo. Esto n o p u e d e extrañar a quienes saben,' p o r ejemplo, que
En efecto, sean cuales sean sus opciones políticas, el psicólogo social se
el concepto q u e uno tiene de sí mismo, o mejor dicho, los conceptos que
encuentra en la necesidad de interrogar permanentemente los conocimien-
uno utiÜza para pensar en la p r o p i a identidad, pasan a constituir esa iden-
tos q u e produce para saber cuáles son las formas sociales q u e contribuye
tidad c o m o m u y bien lo ha explicado Taylor. Pero n o és preciso compar-
a reforzar o a subvertir y para saber en definitiva cuáles s o n los intereses
tir lo definición que da Taylor d e l ser social c o m o ser que-se «auio-define»
que está sirviendo.
para a c e p t a r l a tesis gergeniana de la ilustración. Basta con admitir que
En definitiva, parece que existen suficientes argumentos analíticos para
lo que sabemos influye sobre nuestra percepción de la realidad y que, a
dar cuenta de la PROVtSIONALIDAD INTRÍNSECA de los conocimientos psi-
su v e z r nuestra percepción de la realidad incide-sobre nuestras actuacio-
cosociaies y de la correspondiente necesidad de proceder a DESHACER-
nes. A u n q u e la aceptación de la explicación «débil» del efecto de la Ilus-
LOS c o n cierta frecuencia. Pero desearía aludir también a u n argumento
tración sea suficiente'para m i propósito, creo que existen argumentos su-
de tipo trascendental: n o es que el psicólogo social se encuentre simple-
ficientes para defender la versión «fuerte».y'para considerar que n o es
mente ante la necesidad contingente de deshacer lo q u e hace, sino que
únicamente nuestra PERCEPCIÓN de la realidad socláMa que se ve afecta-
DEBE deshacerlo si pretende contribuir a la elaboración de u n a psicología
da p o r los conocimientos p r o d u c i d o s , sino L A PROPIA NATURALEZA de esa
social acorde con los únicos «intereses» que permiten justificarla.
realidad social. En'otras palabras, no es el nivel fenomenológlco sino el
En efecto, a partir del m o m e n t o en q u e se reconoce q u e el interés por
nivel p r o p i a m e n t e ontológlco el que queda parcialmente constituido por
la predicción y el control no puede sustentar el proyecto de c o n o c i m i e n t o
los saberes a los que recurrimos para conceptualiz'arlo.
psicosociológico, tanto por razones ligadas a su objeto de c o n o c i m i e n t o
En cualquier caso, tanto la versión «débil» c o m o lá versión «fuerte» de-
c o m o p o r razones de tipo n o r m a t i v o , queda claro que conviene sustituir
sembocan sobre varios aspectos paradójicos. En primer lugar parece que
la razón instrumental por una racionalidad basada en la'comprensión y
cuanto'más-preclso y acertado consiga ser u n conocimiento, más rápida-
la dilucidación de la realidad social. En este sentido se hace imprescindi-
mente dcberá ser a b a n d o n a d o . En efecto, u n conocimiento «aproxlmatl-
ble establecer c o m o tarea prioritaria el ANÁLISIS CRÍTICO'de todas las EVI-
vo», o que tolere u n cierto margen de imprecisión, seguirá siendo válido
DENCIAS que estructuran el tipo de e n t e n d i m i e n t o de lo social que carac-
a u n q u e el'íenómeno explicado sufra ciertas modificaciones, pero u n co-
teriza a nuestra época, y ¿n torno a las cuales se organiza nuestro funcio-
n o c i m i e n t o m u y precisóse convertirá en conocimiento enóneo en cuanto
n a m i e n t o cotidiano c o m o seres sociales. Es obvio que esta tarea de diluci-
el fenómeno analizado cambie levemente c o m o resultado d e l efecto de
dación de la realidad social que construimos, a la vez q u e nos cons.truye,
ilustración. En.segundo lugar, parece que cuanto mayor sea el reconoci-
encuentra en los procedimientos de desconstrucción u n o de sus instru-
miento científico que se preste a u n determinado conocimiento, es decir,
mentos más eficaces', y que ei psicólogo s o d a ! debe recurrir a la DESCONS-
c u a n t o m a y o r sea su éxito! más rápidamente dejará de ser válido. Estas
TRUCCIÓN SISTEMÁTICA c o m o método básico para p r o d u c i r c o n o c i m i e n -
paradojas deberían incitar a quienes aprecian la «verdad científica» por en-
tos relevantes en el marco de su disciplina.
cima de to_do,'y a quienes sueñan con dejar su nombre eri la historia de
la psicología social, ja no.ser m u y exactos en la.construcción de los cono-
c l m l e n t o s ' q U G p f b p o r i e n y;'a n o .darles üpX.f)ublÍG;idád excesiva!
2. L a a g e n d a de lá,.«riueva psicología social»:
Pero-, bromás aparte, el éfécto'dé ilustraclód'tíépetínaicónsecuencla de
presupuestos eplstérnológicos
O R D E N T O L t n c o , O normativo," que'los psicÓló'^bs sbciale's'no p u e d e n elu-'
dir. Si es ciéríb'que los conocimientos «científicos» qué sé Inyectan en el-
La reivindicación de la figura de Penélope, junto c o n el tipo de argu-
.tejido social'transforman la realidad socÍa'l,''ento'nces él p r o d u c t o r d é esos
mentación que se presenta para justificarla y con las diversas consecuen-
conocimientos ádquie're una .responsabilidad pqlítica evidente. N o queda
otra alternativa para la investigación social.más q u e j a de abandonar toda
creencia e n u n a supuesta «NEUTRALIDAb»'"Mí.'Cbriocimlento científico. La 2. P a r a p i o f u n d i z a r e n los d i v e r s o s ' a s p e c t o s d e s a r r o l l a d o s h a s t a a q u t c o n v i e n e c o n s u l t a r las o b r a s d e :
B a r e ! ( 1 9 7 9 ) ; P o u c a u l l ( 1 9 7 6 ) ; G a d a m e r ( 1 9 6 0 ) ; G c r g c n ( 1 9 7 3 , 1 9 8 2 ) . H a b « r m a s ( 1 9 8 5 ) ; Ibáñez ( 1 9 3 2 ) ;
p r o d u c t i v i d a d oníoióglca q u e caracteriza los conocimieníos sociales nos
Rtcoeur (1986); Rorty (1979); Taylor []9S5a. 1985b); Vico (1725); Wlttgenstein (1953).
sitúa en la obligación de tener q u e deshacer periódicamente los conoci-

114 115
, das que se desprenden de esta argumentadón, no puede sino resultar bas- ca deben quedar integradas en los nuevos planteamientos, aunque éstos
taníe incómoda para quienes asumen la C O N C E P C I Ó N H E R E D A D A D E L A no tienen por qué identificarse con los desairolios particulares que se rea-
; CIENCIA y para quienes consideran que e! tipo de racionalidad científica lizan en el seno de esas corrientes. Si se me permite otro ejemplo diré que,
: que debe guiar los pasos de nuestra disciplina queda satisfactoriamente si bien se puede discrepar profundamente del análisis realizado p o r M l -
•definido p o r la concepción estándar de la ciencia. Sin embargo, lejos de chel Foucault sobre las relaciones de poder, ya no se puede pensar sobre
. constituir u n a fuente de preocupación, esta Incomodidad aparta más bien el poder como se pensaba antes de que Foucault escribiera sobre este tema.
\ i n a Indicación de que la «nueva psicología social» está c a m i n a n d o en la Sin olvidar en ningún m o m e n t o el sentido restrictivo c o n el cual queda
•dirección acertada. En efecto, hace ya algún tiempo que la concepción planteada la cuestión de los «logros Irreversibles», puede ser útil expücitar
• heredada de !a racionalidad científica, y su traducción específica en el marco a continuación cuáles s o n , a mi entender, los más importantes.
;de las ciencias sociales, ha dejado de ser razonablemente defendible, de- En el plano epistemológico, la fuerza d e los argumentos a favor.de u n a
jando paso a una concepción resuelta y radicalmente POST-POSITIVISTA. concepción N0-REPRESENTAC10NISTA del conocimiento científico parece
: No me detendré aquí en el análisis crítico de las versiones positivistas, nco- hoy p o r hoy difícilmente rebatible. N o sólo está claro que las tesis sobre
1 positivistas y empiristas lógicas de las ciencias sociales; tampoco abordaré la «verdad como correspondencia» son incapaces de resolver la aporía de
! las razones p o r las cuales estas versiones consiguieron imponerse de for- un supuesto acceso independíente a la realidad, sino que tienen serias d i -
ma prácticamente hegemónica durante tres cuartos de siglo-'. N o lo haré ficultades para asumir plenamente las consecuencias de dos cuestiones fir-
• p o r q u e entiendo que, a u n q u e el análisis crítico nunca deba darse por con- memente establecidas: la dimensión C O N S T R U I D A de los hechos científi-
, cluido, ya ha pasado el tiempo en que éste constituía una exigencia priori- cos, p o r una parte, y la osmosis parcial entre enunciados observacionales
Harla. L a batalla contra el positivismo ya está ganada en el plano concep- y enunciados teóricos, p o r otra. Por si esto fuera poco, resulta que las apor-
t u a l y su'derrota en el plano práctico, es decir, en e! plano de la influencia taciones del segundo Wittgensíeín y de Gadamer se refuerzan mutuamente
• real q u e sigue ejerciendo en el ámbito de la ciencia, está asegurada a me- para establecer la imposibilidad de que el conocimiento científico pueda
' dio plazo. En la jerarquía de las prioridades la operación de acoso y derri- trascender en última Instancia las constricciones que le i m p o n e n tanto e!
I b o d e ia epistemología positivista ha q u e d a d o suplantada por cuestiones lenguaje «natural», c o m o las «pre-concepciones» q u e c o n f o r m a n una tra-
; más sustantivas que ocupan actualmente los primeros renglones en la agen- dición cultural determinada. Esto significa que por lo menos algunas d e
da d e trabajo de las otientaciones post-positlvistas. las condiciones de posibilidad y de las condiciones de inteligibilidad del
A u n q u e la «nueva psicología social» se enfrenta con muchos problemas conocimiento científico s o n , en definitiva, de naturaleza social y , por lo
: ; d e difícil solución, c o m o lo veremos más adelante, se han alcanzado ya tanto, histórica. Se justifica de esta manera ia operación d e desconstruc-
ción d e la epistemología que ha operado Rorty, así c o m o la necesidad
• una serie de logros sólidamente establecidos que constituyen otros tantos
de sustituir la filosofía del conocimiento científico p o r una sociología de
•punios IRREVERSIBLES, O SÍ se prefiere, p u n t o s de no-retorno, a partir de
dicho conocimiento. Pero ya no se trata de una sociología del conocimiento
: los cuales pueden y deben desarrollarse las nuevas líneas de investigación.
científico que esté atenta, c o m o lo ha estado tradiclonalmente a los condi-'
Así, p o r ejemplo, se puede decir que el «giro hermenéutica» está consu-
clonantes sociales «externos» que inciden sobre la empresa científica, sino
: m a d o y q u e no permite volver a planteamientos que ignoren este giro,
de u n a sociología preocupada por ¡a naturaleza «intrínsecamente» social
^situándose en u n contexto conceptual anterior a su producción. Esto no
del conocimiento científico y de las prácticas que lo construyen. L a adop-
•significa, p o r supuesto, que no se pueda discrepar de las corrientes her-
ción de una perspectiva no-representacionísta (lo cual no significa ni m u -
1 menéuticas en tal o cual de sus aspectos particulares, o incluso en su glo-
cho menos «idealisfai) sitúa a las ciencias sociales, y particularmente a la
; balidad. L o único que se está afirmando aquí es que ya no se puede igno-
psicología social, en una posición estratégica para dar cuenta de ¡a natu-
.rar la dimensión hermenéutica de los hechos sociales, c o m o tampoco se
raleza de la ciencia. • .
: puede pasar por alto la dimensión hermenéutica de las explicaciones que
' ofrecen las ciencias sociales. Las aportaciones de la corriente irermenéutí- Una de las consecuencias que tiene la'reinserción de la ciencia en el
seno d e los fenómenos sociales es la de hacer insostenible cualquier ten-
tativa de fundamentar la supuesta neutralidad dei c o n o c i m i e n t o científi-
3. S e p u e d e c o n s u l t a r a este respecto e l m a g n i f i c o análisis d e P e t e r Manicas [1987). co. La distinción entre cuestiones de hechos y cuestiones de valores deja

116
117
d e r e v e s t i r l a n i t i d e z q u e s e le s u p o n í a . P e r o si e l c o n o c i m i e n t o científico
e n g e n e r a l p i e r d e s u s a t r i b u t o s d e n e u t r a l i d a d es e v i d e n t e q u e , a f o r t i o r ! . m a l e s , o d e las c o n d u c t a s s o c i a l e s d e los a n i m a l e s . Es c i e r t o q u e p o d e m o s

el c o n o c i m i e n t o científico s o c i a l d e b e ser n e c e s a r i a m e n t e c o n s i d e r a d o e n e n c o n t r a r e n las e s p e c i e s a n i m a l e s t a n t o c o n d u c t a s c o l e c t i v a s c o m o es-


t r u c t u r a s relaciónales, m á s o m e n o s j e r a r q u i z a d a s . T a m b i é n p o d e m o s e n -
sus d i m e n s i o n e s normativas.
c o n t r a r c o n d u c t a s i n t e r i n d i v i d u a l e s , así c o m o a c t u a c i o n e s c o n c e r t a d a s , m á s
N o m e e x t e n d e r é m á s p r o l i j a m e n t e s o b r e las c o n s e c u e n c i a s del aban-
o m e n o s g e n é t i c a m e n t e p r o g r a m a d a s , p e r o N A D A DE T O D O ESTO ES PRO-
d o n o d e las tesis r e p r c s e n t a c i o . n i s t a s , p e r o sí q u i e r o - e n f a t i z a r l a i d e a d e
PIAMENTE SOCIAL e n s e n l i d o e s t r i c t o . P o r s u vinculación c o n la DIMENSIÓN
q u e la a g e n d a d e t r a b a j o d e !a « n u e v a psicología social» d e b e s i t u a r s e d e
SIMBÓLICA y c o n la construcción y circulación d e SIGNIFICADOS, q u e d a c l a r o
l l e n o e n e l p e r í o d o post-représentacionlsta y q u e e s t o c o n s t i t u y e u n a c o n -
q u e c u a l q u i e r cosa q u e d e n o m i n e m o s «social» está íntima y n e c e s a r i a m e n t e
dición n e c e s a r i a p a r a la construcción d e las n u e v a s o r i e n i a c i o n e s q u e es-
r e l a c i o n a d a c o n el LENGUAJE y c o n la c u l t u r a . N a d a es s o c i a l s i n o es i n s -
tán e m e r g i e n d o en'la actualidadN
t i t u i d o c o m o tal e n e! m u n d o d e s i g n i f i c a d o s c o m u n e s p r o p i o s d e u n a c o -
l e c t i v i d a d d e seres h u m a n o s , es d e c i r , e n el m a r c o y p o r m e d i o d e l a IN-
TERSUBJETIVIDAD. Esío i m p l i c a q u e lo s o c i a l n o r a d i c a EN l a s p e r s o n a s ,
3 . La a g e n d a d e l a « n u e v a p s i c o l o g í a s o c i a l » : p r e s u p u e s t o s o n t o l ó g i c o s
ni t a m p o c o FUERA d e ellas, s i n o q u e se u b i c a p r e c i s a m e n t e ENTRE las p e r -
s o n a s , es d e c i r , e n el e s p a c i o d e s i g n i f i c a d o s d e l q u e p a r t i c i p a n o q u e c o n s -
.Pasándo a h o r a a u n p l a n o ontológico, c o n sus evidentes prolongado-;
truyen conjuntamente, c o m o m u y b i e n lo v i o VíGOTSKI, e n t r e o t r o s .
•nes e n c l - p l a n o d e l c o n o c i m i e n t o , se p u e d e n d e s t a c a r l o s s i g u i e n t e s as-
p e c t o s c o m o p u n t o s I n e v e r s l b l e s a p a r t i r d e i o s c u a l e s d e b e a v a n z a r la p s i - Quizá sea sintomático q u e p a r a d e f i n i r la n a t u r a l e z a d e l o s o c i a l m e h a y a

cología social post-positivista: v i s t o o b l i g a d o a r e f e r i r m e a s u s CONDICIONES DE PRODUCCIÓN, es d e c i r , •


a s u GÉNESIS. L o s o c i a l se c o n s t r u y e e f e c t i v a m e n t e , al i g u a l q u e l o s s i g n i -
f i c a d o s y l a iníer-subjeíividad, EN la interacción e n t r e las p e r s o n a s . Pero
a) • RECONOCIMIENTO DE LA NATURALEZA SIMBÓLiCA DE LA REALIDAD SO-
esto n o s i g n i f i c a q u e sea s u f i c i e n t e c o n q u e e x i s t a u n a interacción o u p a
C I A L . E s t o n o s i g n i f i c a , p o r s u p u e s t o ; q u e j a r e a l i d a d s o c i a l se a g o t a e n
relación I n t e r p e r s o n a l p a r a q u e también e x i s t a la d i m e n s i ó n s o c i a l , como
s u d i m e n s i ó n simbólica, s i n o s i m p l e m e n t e q u e e s t a d i m e n s i ó n es i n s o s l a -
y a b l e m e n t e CONSTITUTIVA d e ' l o s f e n ó m e n o s s o c i a l e s . L a tíistintividad de lo ha c o n s i d e r a d o t r a d i c i o n a l m e n t e p a r t e d e la psicología s o c i a l . E n efec-

l o s o c i a l n o p u e d e d e f i n i r s e e n términos d e u n a TIPOLOGÍA d e l o s o b j e t o s to, la INTERACCIÓN es t a n sólo u n a CONDICIÓN, n e c e s a r i a p e r o n o s u f i c i e n t e

c o m o l o h a n p r e t e n d i d o c i e r t o s p s i c o s o c i ó l o g o s . N o es la NATURALEZA d e ! para q u e emerja lo social.

o b j e t o s i n o e l TIPO DE RELACIÓN e n e! q u e e s t e o b j e t o está p r e n d i d o q u i e n A p a r t i r d e l m o m e n t o e n q u e la cuestión d e la d i m e n s i ó n simbólica p a s a


le'CONFtERE s u d i m e n s i ó n s o c i a l , y esta relación es d e n a t u r a l e z a e m i n e n - a f o r m a r p a r t e d e la a g e n d a d e la psicología s o c i a l es o b v i o q u e esta d i s c i -
t e m e n t e s i m b ó l i c a . E n e f e c t o , l o s o c i a l n o a p a r e c e h a s t a el m o m e n t o e n p l i n a se e n c u e n t r a c o n m i n a d a a p r e s t a r u n a a t e n c i ó n p r e f e r e n c i a l al p a p e l
q u e se c o n s t i t u y e u n : m u n d o d e SIGNIFICADOS COMPARTIDOS e n t r e v a r i a s del l e n g u a j e y d e la c o m u n i c a c i ó n e n la p r o d u c c i ó n y e n el f u n c i o n a m i e n -
p e r s o n a s . ' E s e s t e f o n d o c o m ú n . d e s i g n i f i c a c i o n e s el q u e p e r m i t e . a los ín- to d e i a r e a l i d a d s o c i a l . El r e c o n o c i m i e n t o d e l a i m p o r t a n c i a . q u e t i e n e e!
. d i y i d u o s Investir a los objetos c o n u n a ' s e r l e d e . p r o p i e d a d e s que no po- s i g n i f i c a d o e x i g e d e a l g u n a f o r m a q u e la p s i c o l o g í a s o c i a l a g o t e las p o s i b i -
s e e n « d e p o r s í í , s i n o q u e s o n CONSTRUIDAS CONJUNTAMENTE a través d e l i d a d e s d e l e n f o q u e h e r m e n é u t i c o y d i s p o n g a d e u n a t e o n a d e la s i g n i f i -
, la COMUNICACIÓN y q u e s e sitúan, p o r l o t a n t o , e n la esfera d e l o s s i g n o s . c a c i ó n . P e r o d e u n a teoría d c - l a significación q u e c o n o z c a y asUma sus
Una i m p o r t a n t e co.nS.ecuencia q u e se d e s p r e n d e a r n i e n t e n d e r d e la p r o p i o s límites. E n e f e c t o , l o p r o p i o d e l s i g n i f i c a d o es q u e n o p u e d e s e r
a f i r m a c l 0 n . a n t e r t o r . e s q u e l o « s o c i a l » es DlsflNT-ÓIDE ÍIÓ .COLECTIVO», e a p r e s a d o e n u n a íormali'zaclón p r e c i s a y rigurosa, p u e s t o q u e varía e n f u n -
I n c l u s o d e los R E L A C I O N E S I N T E R - I N D I V I D U A L E S , ósí c o m o d e las A C T U A C I O - ción d e l o s c o n t e x t o s e n l o s q u e se c o n s t r u y e ( t n d e x l c a l t d o d ) , y p u e s t o
NES C O N J U N T A S . D e s d e esté p u n t ó d e V i s t a se c o m e t e p o r l o t a n t o u n a b u - que remite a u n conjunto abierto de otros significados q u e lo definen tan-
s o d e l e n g u a j e c u a n d o ' s e h a b l a d e ! carácter s o c i a l d e clcrto's e s p e c i e s a n l - to d e f o r m a diacrítica c o m o d e f o r m a i m p l i c a t t v a . Es Inútil, p o r l o t a n t o ,
soñar c o n u n a teoría d e l s i g n i f i c a d o q u e p e r m i t a u n t r a t a m i e n t o algorítmi-
c o d e los s i g n i f i c a d o s y q u e p e r m i t a d e s e m b o c a r s o b r e m o d e l o s p r e d i c t l v o s .
4 . P a r a U c r f t l c a d e !a c o n c e p c i ó n r c p t c s e n t a c l o n i s t a e s ' c o n v e n l e n l e c o n s u l t a r l a s o b r a s d e B o r n s t e i n
(19831. Putnam (1981). Rod!/ (1979). L a d i m e n s i ó n simbólica d e la r e a l i d a d s o c i a l r e p r e s e n t a c u a n t o menos
un serio problema para cualquier proyecto o r i e n t a d o a c o n s t r u i r u n a psl-
118
119
cología social nomotética. Pero cuidado, al señalar el carácter problemáti- En el plano ontológico esto significa, c o m o ya lo he indicado anterior-
co, 6 incluso la incompatibilidad entre la dimensión simbólica y un plan- mente, que los fenómenos sociales, las prácticas sociales, las estructuras
teamiento nomotétlco, n o estoy sugiriendo que no existe una regulación sociales tienen «memoria», y que «lo que son» en u n m o m e n t o .dado es
del e n t r a m a d o simbólico y que no se p u e d a n detectar en su seno ciertas indisociable de la historio de su producción. En otras palabras, la genealo-
relaciones más o menos constantes. T a n sólo estoy diciendo que estas re- gía de los'fenómenos sociales está presente en ellos mismos.
gularidades n o obedecen a una lógica nomotética. Esta postura no es en Por otra parte,'decir que la realidad social es intrínsecamente histórica
absoluto incompatible con el punto de vista según el cual los elementos es decir que resulta en buena medida de las peculiaridades culturales, de
simbólicos encuentran algunas de sus fuentes de determinación en las es- las tradiciones, del « m o d o de vida» que u n a sociedad ha ido construyen-
tructuras sociales y en las posiciones sociales que ocupan las personas. do a lo largo de su desarrollo. C o m o m u y bien lo había visto H e i d e r , esto
T a m p o c o es incompatible con la atribución d e una potencia causal a los significa que todo fenómeno social es.en cierta medida «su! generis», idio-
factores simbólicos. Es bastante frecuente encontrar formulaciones que es- sincrásico y concreto, referido a una sociedad particular, y , p o r lo t a n t o ,
tablecen u n a clara oposición entre lo real y lo simbólico: si algo es simbóli- inapresable desde las exigencias de la racionalidad positivista.
co entonces n o es real y recíprocamente. Sin embargo, es obvio que no Este último punto enlaza con el segundo de los planos que es preciso
existe tal oposición. L o simbólico es tan real como cualquier otro objeto abordar, es decir, el p l a n o epistemológico. Las consecuencias de una ple-
que p o d a m o s calificar razonablemente c o m o real. Más aún, lo simbólico na asunción de ia historicidad de lo social s o n , aquí también, múltiples.
tiene la capacidad de constituirse en FUENTE-DE PRODUCCIÓN DE LA REALI- En primer lugar, o bien se acepta la ¡dea, sin duda extravagante, de q u e
D A D . Es p o r ello p o r lo q u e se puede afirmar, junto con Peters y Rothe- lo q u e determinadas prácticas sociales p r o d u c e n bajo e! n o m b r e de «co-
buhler ( 1 9 8 9 ) , que uno de los problemas políticos fundamentales en la nocimiento científico» n o forma parte d e la realidad social; o bien tene-
actualidad es precisamente el acceso-a los medios de PRODUCCIÓN SIM- mos q u e aceptar que el propio.conocimiento científico presenta u n a d i -
BÓLICA DE L A REALIDAD. También es por esta razón por la cual los cono- mensión histórica en el sehüdo «fuerte» de la pcvlabra, es decir, en un sentido
cimientos elaborados p o r las ciencias sociales tienen la capacidad de re- •que va más allá de la simple referencia a las modificaciones que aconte-
vertir eficazmente sobre las pi-opias características de la realidad, m o d i - cen a lo largo del t i e m p o . En segundo lugar, el hecho de que los fenóme-
ficándolas. S i la realidad social no tuviera u n a dimensión simbólica, y si lo nos sociales no sólo tengan «memoria», sino que tengari también .un «fu-
simbólico no tuviera la capacidad de generar realidades, no tendría sentido turo», es decir, que experimenten una evolución de sus cíiracterísíicas
hablar de u n «efecto-de ilustración» en el sentido de Gergen. presentes, invalida cualquier procedimiento de conocimiento que no t o m e
en cuenta el carácter P R O C E S U A L de esos fenómenos, o mejor dicho, se
invalida cualquier procedimiento que establezca una dicotomía entre, p o r
b) RECONOCIMIENTO DE LA NATURALEZA HISTÓRICA DE LA REALIDAD SO-
una parte, el fenómeno considerado c o m o u n «producto» en el m o m e n t o
CIAL. L a idea según ia cual la sociedad constituye una producción huma- en que se analiza y, por otra, el «proceso» que sustenta ese p r o d u c t o . Más
na que se modifica a través del tiempo es ella misma una idea que ha sido concretamente, l o ' q u e pretendo decir es q u e la idea d e que'se p u e d e n
p r o d u c i d a e n u n período socio-histórico determinado, y , por cierto, en tratar los fenómenos sociales como productos es u n a simple'ilusión.naci-
u n período relativamente reciente. Pero en la actualidad, la idea de que da de una operación arbitrarla que consiste en «cerrar» la perspectiva t e m -
las sociedades tienen una dimensión histórica ha adquirido un estatus de poral del.fenómeno y en extraerlo artlílciaímente de sus condiciones t e m -
evidencia t a n incuestionable que cualquier científico social q u e emitiera porales de-existenciávErtijerétazo que se da al Hempo permite tratar u n
la más leve duda ai respecto haría inmediatamente el ridículo. Sin embargo, fenómeno social c o m o si fuera un «objeto» estable, u n «producto» o u n a
nos encontramos ante la situación paradójica de unas ciencias sociales que, «cosa», con lo cual se satisface obviamente a las exigencias de! idea! de
aun d a n d o por supuesto el carácter histórico de las sociedades, han desa- inteligibilidad positivista, pero al mismo tiempo se cambia irremediable-
rrollado p o r lo general u n enfoque AHISTÓRICO de la realidad social. mente la naturaleza, o la identidad, del fenómeno investigado.
Reconocer la naturaleza histórica de lo social no se limita a considerar
que las sociedades tienen u n a historia, sino que tienen unas implicaciones El pleno reconocimiento de la naturaleza histórica de la realidad social,
m u c h o más profundas que afectan tanto al plano ontológico c o m o al pla- y por tanto del conocimiento producido sobre esa realidad, es otro de los
no epistemológico. punios quG figuran como postulados de partida en ía agenda de una «nueva

120 121
p?i?9)9gfa 5oc!a!». Con todas ¡as consecuencias que esto implica para la
«identidad» de la disciplina, y con el estatus privilegiado que se otorga de permanente, e interdependlente, de la persona y de su contexto relado-
nal, según una dinámica y unas modalidades q u e son difícilmente inteligi-
esta manera a los procedimientos «genealógicos» o «arqueológicos», en
bles desde una perspectiva positivista.
él sentido de Mlchel Foucault.
En segundo lugar, la reflexividad debe extenderse a las propias ciencias
sociales. Tanto la psicología^social «qua disciplina» constituida en u n m o -
c) R E C O N O C I M Í E N T O DE L A I M P O R T A N C I A Q U E REVISTE EL CONCEPTO, Y
mento spciohistórico determinado, como los conocimientos q u e produce
E L F E N Ó M E N O , D E L A - R E F L E X I V I D A D » . De todos lós Calificativos con los cua-
y las prácticas concretas de los investigadores que trabajan en su c a m p o ,
les se ha adjetivado la palabra «animal» para designar la propiedad distin-
tiva del ser h u m a n o (animal: racional, político, social, hermenéutico, etc..) forman parte de ¡a propia dimensión social q u e la psicología social se p r o -
entiendo que el más adecuado es el que lo'califica c o m o « A N I M A L REFLE- pone precisamente dilucidar. L a psicología social debe, p o r lo tanto, t o -
X I V O . . En efecto, es la capacidad q u e tiene el ser h u m a n o de ROMPER L A marse a sí misma como objeto d e análisis, .y es quizá porque empezó a
D I S Y U N C I Ó N O B J E T O / S U J E T O y dc fundir ambos térm'líios en una relación hacerlo por lo que estalló ia famosa crisis que la sacudió tan profundamente.
circular Ío que posibilita la construcción de la naturaleza social de ese mis- Ciertamente, la cuestión de la reflexividad no es una cuestión fácil, c o m o
m o ser h u m a n o . Es porque el sujeto es capaz de tomarse a sí mismo c o m o no lo es cualquier cuestión que implique u n bucle autorreferencial, pero
objeto d e análisis p o r lo que puede constituirse u n m u n d o de significados no deja de constituir por ello otro de los puntos básicos a partir de los cua-
compartidos y ün espacio intersübjetivo sin los cuales la dimensión social les cobra sentido la elaboración de una agenda de trabajo para una psico-
no podría "constituirse c o m o . t a l . Verse C O N los ojos de los demás, verse logía social de nuevo cuño.
É N los.ojos"de los demás, anticipar los efectos de sentido, o de otro tipo,
que p r o d u c i m o s en los demás, -entender lo que hacen o lo que pretenden d) R E C O N O C I M Í E N T O D E L A - A G E N C I A . H U M A N A ' . La idea según la cual
los demás, en definitiva, hacer que seamos inteligibles"para los otros y re- la conducía h u m a n a es, en buena medida, de naturaleza P R O P O S I T I V A ya
cíprocamente, t o d o ello sería imposible sin la consciencia de sí mismo que estaba presente en los inicios de la Psicología m o d e r n a (Breníano, 1 8 7 4 ) .
permite la reflexividad. El bucle rccurslvo que cierra el «yo cognoscente» Sin embargo esta idea pasó a ser letra muerta p o r obra y gracia del hege-
sobre el «yo conocido» constituye en última instancia la condición de po- monlsmo conducíista.
sibilidad d e ló social. ,• ' La re actualización de la discusión acerca del carácter Intencional de las
Pero no basta c o n aceptar que el ser humano sea u n ser dotado de re- conductas humanas, iniciada p o r los seguidores de-Wittgensieln, obligó
flexividad, es p'reciso ásurnlr todas las implicaciones que esto conlleva. a profundizar en la cuestión del tipo de causalidad que media entre las
En p r i m e r j u g a r , el'hécho de q u e , gracias a lá reflexividad, el ser h u m a - conductas y las Intenciones, poniendo de manifiesto la relativa A U T O -
n o sea capaz de desarrollar A C T U A C I O N E S E S T R A T É G I C A S , es decir, acíua- D E T E R M I N A C I Ó N de sus conductas p o r parte del.proplo agente q u e las rea-
ciones basadas en el cálculo de los.-cfectos qué'sus'acclónes producen en liza. El reconocimiento del carácter intencional de la conducta dibujaba
IQS demás,' Introduce u n factor intrínseco de ¡mprédictlbilidad de las con- de esta forma un concepto del ser humano c o m o A G E N T E capaz de cons-
ductas. Paradójicamente es porqué,, el sujeto puede-anticipar, o predecir, tituirse en fuente de determinación última de sus propias conducías, es
•los efectos" que sus manifestaciones provocarán crí los-demás por lo que decir, capaz de auiodítigir sus conductas en base a unas decisiones inter-
Se quiebra'él concepto mismo de pfedlctíbiliciad: Si tomamos,'por ejemplo, namente elaboradas.
el'cngaño cOmb una de"las modalidades d c la.aotyeición estratégica, está El hecho de que el ser humanc.puGda actuar en base a «razones» r o m -
claro' que ios efectos q u e deberían producirse «HÍrfnálmentc» a partir de pe (oda posibilidad de formular una explicación de sus conductas desde
cierta-actuación-de u n a persona N Ó se produclrán.'si el otro sujeto intuye el principio del determlnismo causal universal, asumido ppr el positivismo
que la conducta .desarrollada tiene com'o finalidad obtener de él precisa- c o m o una de las condiciones dc posibilidad de la propia explicación cien-
mente esas'réaccíones. A s i m i s m o , los c.onoclmiehtos'que,el individuo va tífica. La relativa A U T O N O M Í A del ser h u m a n o obliga a aceptar ía Idea de
construyendo acerca d c sí mismo en el transcurso dc süs iñíefaccibnes con que pueden, darse casos en que ninguna condición sea oníológlcamentc
los demás, modifica esas interacciones, lo dtial modifica a su vez el cono- suficiente para producir u n efecto, es decir, q u e existen casos en los-cua-
cimiento de sí... Se establece de esta forma un'proceso de reconstrucción ies, estando reunidas todas sus causas, u n efecto puede producirse O NO
(Greenwood, 1 9 8 9 ) . Así pups, el simple reconocimiento de que las inten-
122
123
q dones desempeñan u n papel en la actividad h u m a n a conduce a un re- sual de los fenómenos nos lleva a considerar que, lejos de estar constitui-
; planíeamienfo radical en el plano onfoíógíco y en el plano episíemológi- dos de una vez por (odas, los objetos sociales se encuentran en u n proce-
: co. Dicho m u y rápidamente, e! ser h u m a n o presenta unas propiedades so de constante devenir, de'contlnua creación y recreación, d c constante
: que lo excluyen del tipo de objetos susceptibles de ser tratados desde los reproducción y transformación. Reencontramos de esta f o r m a la d i m e n -
: supuestos d e las ciencias galIleo-ne\ytonianas, es decir, desde el ideal de sión histórica de la realidad social a la que ya he apuntado con anterioridad*.
•, inteligibilidad de la ciencia moderna que ha inspirado hasta el presente El concepto de . D U A L I D A D E S T R U C T U R A L » (Gtddens, 1 9 8 4 ) , . q u e d a
a las ciencias sociales. cuenta del carácter simultáneamente estructurado y estructurante de.la so-
La plena asunción de la agencia humana constituye otro de los puntos ciedad y de las prácticas sociales, debe unirse, en la agenda de la «nueva
, de arranque d e la «nueva psicología social», y la obliga a situarse en la psicología social», a lá concepción según la cual es en el proceso mismo
perspectiva dei ideal de inteligibilidad de las ciencias posmodernas, de su desarrollo donde-se va configurando cualquier fenómeno social de
una forma que no se encuentra enteramente pre-definida p o r las c o n d i -
e) R E C O N O C I M I E N T O D E L C A R Á C T E R D I A L É C T I C O DE L A R E A L I D A D S O C I A L . ciones antecedentes. L o «ya hecho» abre; pero no determina, las posibles
Por las razones que sean, está claro que nos es m u c h o más fácil «ver» líneas de desanroilo de lo que acontecerá {Shotter, 1983).
y pensar en términos de objetos que en términos de relaciones. De ahí
quizá la tendencia que tenemos, c o m o personas y como investigadores, f) R E C O N O C I M I E N T O DE L A A D E C U A C I Ó N D E L A PERSPECTIVA C O N S T R U C -

a constituir c o m o C A T E G O R Í A S O N T O L Ó G I C A M E N T E INDEPENDIENTES unas C I O N I S T A P A R A DAR C U E N T A D E L A R E A L I D A D S O C I A L . N a d i e d u d a _en la

: entidades q u e sólo pueden existir en virtud d e sus RELACIONES RECÍPRO- actualidad de que la sociedad constituye u n a producción de los seres h u -
. C A S y a representarnos bajo la forma de objetos lo que en realidad tiene manos. Pero sin embargo sigue siendo difícil resistir a la tentación d e N A -
•• ia forma d e u n entramado d e relaciones. De ahí'también que se hayan T U R A L I Z A R lo que no son sino construcciones culturales. A u n q u e ei rea-
i conceptualizado c o m o realidades ontológicamente independientes el i n - lismo ingenuo ya no sea aceptado por nadie, se sigue cayendo en.las tram-
! d i v i d u o p o r u n a parte y la sociedad por otra, d a n d o lugar al estéril debate pas del lenguaje, y se sigue atribuyendo el estatus d e C A T E G O R Í A S
] entre el individualismo metodológico y el holísmo sociológico. N A T U R A L E S a ciertas entidades por el m e r o hecho de que f o r m a n ' p a r t e
La concepción dialéctica de la realidad social enfatiza especialmente dos de nuestro vocabulario. L a asunción del p u n t o de vista construccionista
aspectos: la naturaleza R E L A C I O N A L de los fenómenos sociales y el carác- exige una actitud de D U D A M E T Ó D I C A ante cualquier atribución de reali-
ter P R O C E S U A L de estos fenómenos. En este sentido no tiene cabida la di- dad a los fenómenos u objetos cuya existencia parece estar sólidamente
cotomía ontológica entre individuo y sociedad, puesto que ninguno de los acuñada en nuestro lenguaje. En consonancia con esta susplcción siste-
mática, se puede afirmar que una de las tareas fundamentales d e la psico-
• dos términos es definible con independencia de) o t r o : la sociedad sólo ad-
logía social consiste precisamente en poner de manifiesto el papel que de-
. quiere u n estatus de existencia a través de las prácticas desarrolladas por
sempeñan las construcciones culturales y las C O N V E N C I O N E S L I N G Ü Í S T I C A S
los individuos, a la vez que éstos no existen c o m o seres sociales s¡ no es"
en la generación de unáserie de «evidencias» que se i m p o n e n a nosotros
; mediante su producción por la sociedad. Se trata de un proceso de MU-
con toda la fuerza de las «cosas mismas». Mlchel Foucault, e n u n plano
T U A CONSTRUCCiÓN, en el q u e las causas y los efectos intercambian con-
más general, y Kenneth Gergen, en el ámbito de las ciencias sociales, h a n
! t i n u a m e n t e su estatus. Por lo tanto, la dicotomía entre un espacio exte-
contribuido decisivamente a disipar el pretendido carácter natural d e cier-
, rior, la sociedad, y u n espacio interior, el individuo, en el que se
tos fenómenos, resltu árido tos en una dimensión histórica y sociocultural
. encontrarían internalizadas las características d e la sociedad, no es de re-
determinada.
. cibo. En este mismo sentido, si bien es cierto que los actos sólo adquieren
sentido en el contexto en qué se expresan, sería erróneo atribuir al con- Esta preocupación por «desnaturalizar» los fenómenos sociales es tanto
texto u n estatus independiente de ios actos: el contexto está construido más importante cuanto que el hecho de q u e todo fenómeno social sea
• p o r los actos q u e resultan de él. Encontramos nuevamente una estructura intrínsecamente histórico implica que todo fenómeno de este tipo resulta,
; .en bucle recursivo que nos recuerda en cierta medida la problemática del
; círculo hermenéutico tal y c o m o la ha desarrollado Gadamer.
Por otra parte, el énfasis que pone la dialéctica sobre el carácter proce- 5 . S o b r e l a o i l e n l a c i b n dialéclica e s c o n v e n l e n i c c o n s u l t a r e l t e x t o d e G e o r g o u d l (1983).

124 125
posturas críticas m u y firmes acerca de los principios sobre los que se basa-
p o r lo menos parclalrnente, de las convenciones lingüístlcaSj de los juegos
ba la concepción heredada de la psicología social, no implica en absoluto
de lenguaje y.de las tradiciones culturales que c o n f o r m a n una «forma de que no existan serias dificuííades, muchos puntos oscuros y múltiples cues-
vida»-, eñ el sentido de Wlttgenstcln. Dar cuenta de esos-fenómenos exi- tiones problemáticas en la andadura que se ha e m p r e n d i d o .
ge, p o r l o tanto,, que se dé cuenta de tres cuestiones:
Así, por ejemplo, si bien la cuestión de la inadecuación del emplricismo
La p r i m e r a no es otra que la de acotar el papel, más o menos p r e d o m i - y de la concepción rcpresentacionista del conocimiento parece haber sido
nante según los casos, q u e desempeñan las convenclónes lingüísticas en satisfactoriamente resuelta, no se puede decir lo m i s m o acerca d e la t e n -
su producción. sión epistemológica que enfrenta a ía CONCEPCIÓN REALISTA d e l ' c o n o c i -
L a segunda consiste en dilucidar la naturaleza del proceso mediante el miento y a su CONCEPCIÓN NEOPRAGMATISTA. Después de que haya utili-
cual los procesos discursivos tienen la capacidád de engendrar, aunque zado tantas veces la palabra '«realidad» a lo largo de! presente texto se podría
sea parcialmente, los objetos sociales. suponer razonablemente que he optado por la concepción realista c o m o
La tercera pasa p o r especificar el mecanismo mediante el cual confun- la concepción más adecuada para u n a nueva psicología social. Sin e m -
dimos las propiedades dc nuestra forma dc hablar de las cosas con las pro- bargo, la cuestión no es tan sencilla. Tanto el realismo c o m o ei neoprag-
p i e d a d e s ' d e las propias cosas (Shotter, 1987)*. matismo presentan argumentos seductores a la vez q u e consecuencias cla-
Sin d u d a , podríamos mencionar otros puntos de apoyo a partir de los ramente Insatisfactorias.
cuales está t o m a n d o su vuelo la «riucva psicología social», pero no consti- Sin pretender entrar en las complejidades de u n debate que exigiría m a -
tuirían quizá sino ¡mpÜcaciones o derivaciones los.-seis q u e he enunciado yor bagaje eplslemológico del que dispongo, discutiré tan sólo unas c u a n -
hasta aquí. D e hecho, muchos d c estos puntos son tácitamente acepta- tas características del realismo y del neopragmatismo q u e los hacen atrac-
dos p o r el •conjunto de ios psicólogos sociales cuando se enuncian en su tivos a la vez que problemáticos.
f o r m a más general. Pero l o qüe no están dispuestos a asumir ios psicólo-
Con independencia de que el realismo epistemológico constituye la única
gos sociales en su conjunto son las implicaciones que conlleva esa acepta-
postura que implica NECESARIAMENTE u n realismo ontológico, es decir, que
ción y , meños^aún, la necesidad de extraer las consecuencias teórico-
garantiza una tesis cuya negación no puede tomarse seriamente en consi-
prácticas'de esas implicaciones y de ser consecuentes c o n ellas. Una cosa
deración, también presentajla ventaja de ser compatible con u n a creencia
es admitir q u e ciertas dicotomías no tienen una fundamentación suficien-
profundamente arraigada en el sentido común y c u y a verdad práctica se
te, c o m o p o r ejemplo las siguientes: individuo/sociedad, objeto/sujeto,
I m p o n e a un niño en cuanto se q u e m a p o r primera vez:
real/simbólico, proceso/producto, teoría/práctica, exterior/interior, teoría/
las cosas son c o m o son con independencia de lo.que p o d a -
hecho, hechos/valores,, etc..., y otra m u y dlsttnta es poner en consonancia
mos imaginar acerca de ellas.
la p r o p i a actividad teórico-práctlca con ía superación de esas dicotomías.
Esto es cierto y es falso a la vez. El simple hecho d e que no se pueda
Más q u e el mero reconocimiento de las seis características que he e n u n -
sobrevivir si no se actúa de acuerdo con esa proposición es u n b u e n argu-
ciado, ló que'caracteriza a la «nueva psicología social» n o es otra cosa que
mento para considerarla como cierta. Pero'ya hemos visto que en el ám-
'el p r o y e c t o ' d e t o m a r e n serlo sus Implicaciones.
bito de ía realidad social nuestra imaginación tiene u n a eficacia causal, o
si se prefiere, que las cosas SON, en parte, el resultado de la forma en que
las vemos. No sólo porque los efectos que p r o d u c e n en nosotros d e p e n -
4. A s p e c t o s problemáticos d c l a «nueva psicología social» den en parte de la representación que de ellas tenemos, sino m u c h o más
radicalmente, porqué lo que de ellas pensamos y decimos forma parte de
El h e c h o de que u n cierto número d e cucsfióriésf que podríamos califi- lo que son «realmente». Esto plantea u n problema para el realismo, y a u n -
car de fundacionales o programáticas, estén muy. claras'pa/a los que tra- que el realismo es compatible con la afirmación de q u e lo simbólico t a m -
bajan en-'la':construcclón d e una nueva psicología social, así c o m o e! he- bién es real., n o estoy seguro dc que para evitar el p r o b l e m a planteado
c h d ' d c q u e los artífices d c esta nueva psicología social mantengan unas
más arriba se pueda considerar c o m o satisfactoria !a solución que pasa
por restringir el alcance de la proposición inicial mediante la especifica-
ción de una serie de excepciones. Tampoco parece satisfactoria la solu-
6 . S o b r e I s orientación c o n s t r u c c i o n i s t a e s c o n v e n i e n t e coíiiultar l a s o b r a s d e G e r g e n ( 1 9 8 5 a , 1 9 S 5 b ) .

127
126
ción que consiste en multiplicar ios tipos de realidades, diferenciando, por Por su parte, el neopragmatismo también f o r m u l a una serie d e proposi-
ejemplo, la realidad «eficiente en virtud del significado» y la realidad efi- ciones que suscitan una adhesión d e principios. Por ejemplo, la afirma-
ciente c o n independencia del significado. ción según la cual:
Otra de las proposiciones realistas que merecen en principio cierta con- — la producción de conocimientos científicos debe entenderse
fianza es l o q u e afirma q u e : c o m o una práctica social particular q u e presenta las mismas p r o -
piedades sustantivas que cualquier otra práctica social, (historicidad,
— el criterio de aceptabilidad del conocimíenfo científico es que
inserción en un contexto sociocultural particular, etc.). -
dé cuenta d e la realidad tal y c o m o es, p o r lo menos bajo una de
Parece razonable aceptar el Supuesto d c que toda época tiene su pecu-
sus descripciones posibles.
liar ECONOMÍA DE LA VERDAD y q u c la ciencia n o es sino la forma que toma
El realista p u e d e admitir períeclamente que n o tiene ningún sentido ha-
la producción de los «efectos de verdad» en u n período histórico determi-
blar de u n supuesto acceso independiente a la realidad para comprobar
nado. También parece aceptable, e incluso necesario, situcir a la ciencia
si es efectivamente c o m o se la describe, pero seguir afirmando, n o obs-
en .su condición, que es la de ser una práctica social entre otras, que p u e -
tante, que la aceptación de la proposición arriLa mencionada es necesaria
de y debe ser analizada sin más miramientos q u e los que se t o m a n para
para explicar d e forma inieligible el hecho de 'que se pueda Incidir propo-
analizar las otras prácticas sociales. El problema está en saber si el tipo de
sifiva y eficazmente sobre la realidad a partir del conocimiento científico.
racionalidad sobre el que descansa la empresa científica, aun siendo ob-
El problema es q u e esta argumeniación p o n e sobre un pie de igualdad
viameníe una producción h u m a n a , presenta o n o , en lo que tiene de f u n -
las teorías «acertadas» y las teorías que son «falsas» pero que conducen,
damental (no en cuanto a sus justificaciones epistemológicas c o y u n t u r a -
sin embargo, a predicciones acertadas y a consecuencias prácíicas efica-
Ies), unas características que son escasamente sensibles a las variaciones
ces. Más aún, esta argumentación nos conduce a considerar que la reali-
históricas. E n otras palabras, se trata d-z saber si los criterios de la raciona-
dad considerada es NECESARIAMENTE c o m o lo dice la leoría falsa. L a ver-
lidad son susceptibles d e variación histórica o si tienen u n a fundamenta-
sión realista de la verdad como correspondengia con la realidad se enfrenta
ción más básica que radica, p o r ejemplo, en la estructura misma del oére-
a problemas aún más delicados q u e los que asaltan a la versión empiricis-
bro h u m a n o .
ía de la v e r d a d c o m o correspondencia con los fenómenos. Pese a todo
eüo es difícil escapar a la convicción de que la realidad opera c o m o filtro Otro de los argumentos q u e parece ¡nrnediatamente covincente es el
selectivo de las proposiciones científicas válidas y de las que n o lo son. que sugiere q u e :
Una última proposición q u e quiero comentar es la que nos dice q u e : — los criterios de aceptabilidad de u n conocimiento científico se
— u n a concepción realista de la causalidad (poder generativo) construyen mediante el diálogo racional q u e se desarrolla e n u n a
es necesaria para sostener c o n legitimidad que ciertos factores cau- comunidad social particular, la c o m u n i d a d científica.
sales intervienen en una situación, aunque éstos no produzcan nin- Desde esta formulación, los planteamientos epistemológicos quedan des-
gún t i p o d e efecto manifiesto. plazados, c o m o ya lo hemos visto anteriormente, p o r unos planteamien-
Parece que la concepción realista de la causalidad tenga efectivamente tos que se expresan en términos d e sociología dei conocimiento científica.
una capacidad diiucidátoria en relación a ciertas situaciones en las que cual- De hecho, todo parece Indicar que la construcción de los hechos científi-
quier otra concepción produciría efectos enmáscaradores. Es preciso con- cos responde efectivamente a u n conjunto de procesos eminentemente
siderar que las causas tienen u n a existencia rcoi para poder postular su sociales que se fraguan én el contexto de las comunidades cientSicas. Los
presencia, a u n cuando los efectos que generan no alcancen la esfera de análisis de la reiórica científica, y dei complejo dispositivo social que debe
las manifestaciones sensibles. T o d o s sabemos que la supresión d e los efec- movilizar un investigador para q u e los resultados que ha elaborado alcan-
tos no significa que se hayan suprimido sus causas: la erradicación repre- cen el estatus de hechos científicos, dejan pocas d u d a s sobre la naturaleza
siva d e las protestas públicas n o significa que las causas del descontento social del conocimiento científico' (Latour, 1987). Sin embargo, la c o n -
popular n o sigan estando presentes'.
fianza que depositan los neopragmatistas en las virtudes del «diálogo ra-
cional» no parece plenamente consecuente c o n el reconocimiento de la
dimensión intrínsecamente social del c o n o c i m i e n t o científico. E h particu-
7. S o b i n ) a cuestión d e l r e a l i s m o e s c o n v e n i e n t e c o n s u l t a r l a s o b r a s da: D h n s l s f l r ( 1 9 7 5 , 1 9 7 9 ) ; Horré
[1986): Outhwailc (1987).
lar, se subestima de forma considerable cl papel quG desempeñan.laá.re-

12S 129
láéiófláá dé péáé'í él futléiónámíenfo d e las comunidades cieniífícas. psicología social debería enmarcarse en una perspectiva que supere la ten-
Es difícil pensar en u n «diálogo racional» que sea efectivamente p u r a m e n - sión entre la atención prestada preferencialmente al objeto o al sujeto del
te racional y que no se encuentre mediatizado por argumentos que se ex- conocimiento, y formular un planteamiento q u e n o se limite a postular
presan én términos d e colegios invisibles, de grupos de, presión o d e estra- la «interacción sujeto/objeto», sino q u e consiga disolver la dicotomía e n -
tegias d c control de u n d o m i n i o científico particular (Lubeck, Apfcíbaum, tre.ambos términos. Provisionalmente, entiendo que u n a situación de tran-
1 9 7 9 ) . En cierta m e d i d a , parece q u e el p u n t o de vista neopragmatista no, sición bastante aceptable pasa por una integración ecléctica d e algunas d e
acaba d e asumir plenamente su Interesante'«resociaíización» de la activi- las proposiciones realistas y algunas de las formulaciones neopragmatis-
dad científica, excluyendo ia «raclonalidads.luera del campo de su funcio- tas. En particular, parece conveniente preservar c o n seguridad el criterio
n a m i e n t o social concreto y situándolo e n u n m'eta-nivel-que escapa a los del REALISMO O N T O L Ó G I C O y recoger la CONCEPCIÓN REALISTA DE LA CAU-
determinantes sociales. . - - . SALIDAD, pero sin que ello nos obligue a asumir otras proposiciones, c o m o
" Esto'nos conduce a u n a tercera proposición neopragmatista que pare- por ejemplo la idea del conocimiento c o m o «correspondencta» c o n la rea-
ce difícilmente rebatible. Consiste en rechazar toda pretensión ,de «funda- lidad, o.la tentativa de fundamentar el conocimiento científico en u n p r i n -
mentar» el c o n o c i m i e n t o científico e n principios o en categorías q u e tras- cipio último. Así mismo, no cabe d u d a de que conviene asumir la crítica
c i e n d a n el ámbito d e las prácticas sociales concretas; neopragmatista a toda pretensión FUNDAMENTA USTA y seguir esta corriente
' — toda pretensión dé descubrir u n principio fundacional último en su esfuerzo por anclar el conocimiento científico en sus condiciones so-
para áai cuenta a j a naturaleza.del conocimiento científico consíi- ciales de producción.
tiiyé üna operación de poder orientada a.rGstrlngir la capacidad de
" • • decisión d e j a s comunidades sociales. •
En efecto; la formulación de una fundamentación última de la «verdad» 5. A d e n d u m a la agenda d c l a «nueva psicología social»
científica implíCa q u e los criterios de aceptabilidad 'del conocimíenfo se si-
túan p o r encima de las decisiones racional y consensualniente elaboradas V o l v i e n d o ahora a la agejida de trabajo de la n u e v a psicología social
p o r esas cqmunídádes sociales que. son las comunidades científicas. La quisiera apuntar a u n planteamiento q u e debería figurar eh sus páginas
única vía practicable es entonces la d e ia sumisión y el acatamiento a un dc manera m u c h o más acentuada de lo q u e lo ha hecho hasta el m o m e n -
' p r i n c i p i o q u e nos trasciende*. to presente. Se trata concretamente del reconocimiento d e que la reali-
Este repaso esquemático de algunas d e las proposiciones que me pare- dad social constituye u n SISTEMA AUTOORGANIZATIVO c o n todas las c o n -
cen más interesantes t a n t o en .el marco del realismo c o m o en el del neo- secuencias que esto implica a nivel ontológico y epistemológico.
pragmatismo ha dejado entrever algunos aspectos-que no acaban de ser C o m o es conocido, los sisteiYias auíoorganizativos se caracterizan bási-
plenárñeñtc convincentes. Per.o' hay u n problema que n o deja de preocu- camente por su propiedad de eludir e! segundo principio d e la termodiná-
p a r m e . E n efecto, no deja de ser inquietante qué el realismo por una parte, mica en base a una serie de mecanismos internos q u e generan p o r sí mis-
'y el neopragmatismo p o r otra, reproduzcan.en cierta medida el movimiento mos procesos ncgantróplcos. Estos procesos conducen hacia incrementos
cícllcb quc.caracteriza desde la época^griega hasta h o y el pensamiento so- dc complejidad interna aulogenerada. Esto significa q u e se trata d e siste-
bre e l conocimicntó. M e estoy refirieñ'do'a la alternancia histórica entre mas dotados, entre otras cosas, de la suficiente redundancia, o variabili-
él éníasls puesto sobre."él « O B J E T O , d e ' c o n o c i m i e n t o , y el énfasis puesto dad Interna, para transformar los inpuis provenientes del entorno én p r o -
sobre el ?SUJETO» del conocirhlenfo. Es pbyío.igúe^el realisrrio se enmarca cesos estructurantes. Esto, significa también que se trata de sistemas q u e
en la tra'dlción-que privilegia el papel desefin'peñ'ádoipor las cáraderfsticas mantienen" su estructura y la complejifican gracias a las propias fuerzas y
del objeto "én la conforma'clón del conócimié'nío «válido», mientras q u e energías que actúan EN CONTRA del.mantenimiento del sistema. En efec-
el neopragmatismo acentúa el papel "desempeñado p o r el otro polo. A u n - to, aunque esto pueda parecer paradójico, n o hay autoorganlzaclón posi-
que nñe sería difícil ser, más e,xpjfclto y más preciso,'intuyo que la nueva ble si no es a través de la presencia simultánea de fuerzas antagonistas
y de elementos m u t u a m e n t e incompatibles, es d e d r , q u e u n sistema q u e
8 . S o b r e l a cuestión d e l n e o p r a g m a t i s m o e s c o n v e n i e n t e c o n s u l t a r l a s o b r a s d e ; B c m s t e l n ( 1 9 3 3 ) ; R o r t i ; no produce ERRORES en su funcionamiento, que no expenmenfa «ruido»,
[1979; 1982). • . y q u e no pueda nutrirse precisamente de esos errores y d c ese ruido es

130 131
incapaz ds realizar por sí mismo carrj'oios internos negantrópicos. U n sis-
cesos sociales q u e investiga la psicología social, p o r e j e m p l o , b s fenóme-
lema que no p r o d u c e errores, o que n o puede alimentarse de ellos, sola-
nos de conflicto social, de control y de cambio social, de acdón socJaJ (Ibá-
menie puede modificarse en dirección a una mayor compiejificaclón o a
ñez, 1985), a la vez que permiten reenfocar una serie d e cuestiones, tales
una readaptación hacia las características cambiantes del entorno, por me-
c o m o los efectos sociales de las huevas tecnologías, o, e n u n p l a n o más
dio de la actuación de agentes exteriores al sistema, o por medio de un
directamente político, el funcionamiento d c las estructuras de p o d e r y las
• programa de cambio» incluido en su seno desde el m o m e n t o mismo dc
condiciones de posibilidad de mutaciones sociales emancipatorias';
su constitución.
Hasta el m o m e n t o , la Importación h a d a el c a m p o de ¡as ciencias s o d a -
Una de las características más interesantes de los sistemas autoorganl-
Ies de conceptos que provienen d e las ciencias naturales n o ha resultado
zalivos radica en la Impredictibílidad d c los cambios efectivos que experi-
ser m u y fructífera. Es comprensible p o r lo tanto que se manifiesten ciertas
mentará el sistema.
reticencias ante la idea de inspirarse ahora en la dinámica de los sistemas
Esta ímprevisibilidari n o resulta de un conocimiento insuficiente de los méta-estables para desarrollar una nueva psicología social. SIn-cmbargo,
i procesos sufridos p o r esos sistemas, de un dominio insuficiente de sus le- estoy convencido de que estas reticencias n o están justificadas. E n p r i m e r
: yes de [unciDnamienlo, o de una imprecisión en cuanto a la definición lugar, porque no es el hecho en sí mismo de haberse inspirado en las cien-
• de sus condiciones Iniciales, sino que proviene dfe su sensibilidad a las In- cias naturales lo que ha sido negativo para las ciencias sociales, sino el
üusncias aleatorias y de la existencia de evoluciones que responden a ecua- hecho de que las analogías que se h a n utilizado estuviesen construidas
^ r t j i o n e s no lineales con distintas soluciones igualmente posibles. a partir de conocimientos naturalistas de corte positivista. Las cienclas.de
: Si tenemos en cuenta las características de los sismmas autoorganlzatl- los sistemas autoorganlzaíivos han nacido en clara oposición a ía c o n c e p -
vos parece bastante obvio que las sociedades presenten a nivel ontológico ción positivista de la ciencia y de la naturaleza. En segundo lugar, son las
! una serie de propiedades que las instituyen comó sistema autoorganizati- propias ciencias naturales posí-positivistas las que p u g n a n hoy en día p o r
! v o . Citaré algunas d e ellas: I una superación de la absurda separación entre ciencia y filosofía, o entre
; ' — la sociedad ni es diseñada ni es regulada p o r arte y magia d c ciencias de los objetos naturales y ciencias de los objetos sociales. Es p r e -
; u n agente o de una voluntad que le sea exterior (es evidente que ciso establecer una nueva alianza, n o sólo entre el h o m b r e y la naturaleza,
' v [ a figura del coloniallsrno no constituye u n contraejemplo). sino también entre las ciencias del h o m b r e y las dónelas d e la naturaleza.
: La sociedad tampoco se encuentra dotada desde sus inicios de La psicología social post-positivista debe situarse en el corazón mismo dc
un programa que encierre las instrucciones para su funcionamien- esta nueva alianza, y el estudio de los slsícmas a uto organizativos puede
to y evolución; constituir el mejor camino para conseguirlo. ' ;
• — la sociedad se mantiene, por deiinición, en un estado aleja-
No quisiera concluir sin aludir de nuevo a la figura de Penélope. En efec-
' d o del equilibrio, es decir alejado de la entropía máxima.
to, la única forma en que la nueva psicología social p u e d e ser consecuen-
; No hay .sociedad sin diferenciación social, sin estructuras socla- . te consigo misma consiste en aplicarse a desconsíi'ulr sin tregua sus p r o -
' les. Es nTS's, las sociedades modernas se caracterizan pov unaduer- pios postulados. C o m o decía Edgar M o r l n hace unos años; «El único
te diferenciación interna con u n alto grado de redundancia o dc pensamiento vivo es el que se mantiene a la temperatura de su propia
variabilidad estructural y funcional; destrucción.»
— Ia sociedad evoluciona históricamente, hacia una mayor com-
plejidad, y esta evolución social constituye 'un proceso irreveislble
(salvo, evidentemente, que se produzca en algún momento una
destrucción material dc la sociedad y se inicie otro proceso distinto);
.; , — c o m o ha argumentado Karl Popper (1957), existen razones
; de principio q u e imposibilitan el conocimiento preciso de la evolu-
: ción de la sociedad.
9 . S o b r e l a cueslión d e l o s s i s t e m a s «uto-organkativos e s co.nvetiíanlc c o n s u l t a r Ua O W M d g : A t l a n
{ El reconocimiento de que los sistemas sociales constituyen sUemas auto-
{1979): Dumouche), Dupuy DüpL'll (19B2); Fofíé W\: Aiflosbw. 5 t . n a m
\s c o n d u c e a una reconceptualización de muchos de los p r o -
(1979. 1983}.

- ;132
J33

Você também pode gostar