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Neurociencias y Educación

Tema 6: Neuronas, células gliales, sinapsis y potencial de acción

Introducción

En este nuevo tema tocaremos conceptos básico sobre la unidad fundamental celular del
sistema nervioso; la neurona. Así como también sus acompañantes inseparables como son las
distintas células gliales que cumplen diferentes funciones como: manteamiento de las
neuronas dañadas, potenciación de la trasmisión del impulso eléctrico. En cuanto al potencial
de acción podemos decir que es el proceso de transmisión del impulso nervioso. Y claro no
podemos hablar de potencial de acción sin dejar de mencionar la sinapsis.

Neurona:

Unidad básica funcional y anatómica del sistema nervioso, las neuronas se pudieron dar a
conocer gracias a la tinción de Golgi. Mediante el uso del método de impregnación de plata
desarrollado por Golgi (1873), Ramón y Cajal estudiaron las neuronas, y sus conexiones, en el
sistema nervioso de numerosos especies. Basado en su propio trabajo (1888) y el de otros (por
ejemplo, Forel, His, Kölliker y Lenhossék), propuso el concepto de que las neuronas son
unidades aisladas conectadas a unos a otros por contactos formados por sus procesos: “Las
arborizaciones terminales de neuronas son libres y no son unidos a otras arborizaciones
terminales. Ellos hacen contactos con los cuerpos celulares y procesos protoplásmicos de otros
elementos celulares”.

Los seres humanos son inmensamente superiores a otros animales por su capacidad de
explotar su entorno físico. La llamativa variedad de la conducta humana - realmente, la
complejidad del entorno que los seres humanos han sido capaces de crear para sí mismos-
depende de un sofisticado conjunto de receptores sensoriales conectados con una maquinaria
nerviosa muy flexible, un cerebro, capaz de discriminar una inmensa variedad de sucesos del
entorno. El continuo flujo de información de estos receptores se organiza en el cerebro
mediante percepciones (algunas de las cuales se almacenan en la memoria para futuras
consultas) y después mediante respuestas conductuales apropiadas. Todo esto se logra en el
cerebro empleando las neuronas y las conexiones entre ellas.

Cada neurona, la unidad básica del cerebro, es relativamente simple en cuanto a su


morfología. Ya que el cerebro humano contiene una cifra extraordinaria de estas células (del
orden de 1011 neuronas), que pueden clasificarse al menos en mil tipos diferentes, todas ellas
comparten la misma estructura básica. La complejidad de la conducta humana depende menos
de la especialización de las neuronas individuales que del hecho de que un gran número de
ellas forma circuitos anatómicos precisos. Uno de los principios esenciales de la organización
del cerebro es que neuronas con propiedades básicamente similares pueden producir acciones
bastante diferentes según la forma en que estén conectadas entre sí y con los receptores
sensoriales y los músculos. Dado que un número relativamente reducido de principios de
organización determina una complejidad considerable, es posible aprender mucho respecto a
cómo el sistema nervioso genera la conducta centrándose en cuatro características básicas del
sistema nervioso: l. Los mecanismos por los cuales las neuronas producen señales. 2. Los tipos
de conexión entre las neuronas. 3. La relación entre los diferentes tipos de interconexión y los
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distintos tipos de conducta. 4. Los medios a través de los cuales la experiencia modifica las
neuronas y sus conexiones.

Las neuronas constituyen la principal unidad de señalización del sistema nervioso

Una neurona típica tiene cuatro regiones definidas morfológicamente: el cuerpo celular, las
dendritas, el axón y las terminales presinápticas. Como veremos más adelante, cada una de
estas regiones desempeña una función diferenciada en la generación de señales y la
comunicación de las mismas entre las neuronas.

El cuerpo celular (soma) es el centro metabólico de la célula. Contiene el núcleo, que almacena
los genes de la célula, así como el retículo endoplásmatico, una extensión del núcleo donde se
sintetizan las proteínas de la célula. El cuerpo celular habitualmente es el origen de dos clases
de prolongaciones: varias dendritas cortas y un único axón largo, tubular. Las dendritas se
ramifican como un árbol y son el aparato principal de recepción de señales procedentes de
otras neuronas. Por el contrario, el axón sale del cuerpo celular y es la principal unidad de
conducción de señales a otras neuronas. Un axón puede transmitir señales eléctricas a
distancias que oscilan entre 0.1 mm y 3 m. Estas señales eléctricas, denominadas potenciales
de acción, son impulsos nerviosos rápidos, fugaces, todo o nada, con una amplitud de 100 m V
y una duración aproximada de 1 ms.

Partes de la neurona

1. Soma o cuerpo celular

La primera parte de la que hablaremos es el soma o cuerpo celular. Tal y como su propio
nombre indica, el soma constituye en centro de la neurona, y es aquí donde se lleva a cabo la
actividad metabólica de esta.

En el soma se generan nuevas moléculas y se llevan a cabo todo tipo de funciones esenciales
que hacen posible el mantenimiento vital de la célula y de las funciones de esta,

Para poder llevar a cabo estas funciones y conseguir la transmisión de información entre
neuronas, cada una de ellas debe producir ingentes cantidades de proteínas, sin las cuales esta
transmisión no sería posible.

2. Proyecciones citoplasmáticas

Axón (cilindroeje): proyección delgada y única que, frecuentemente, se extiende a largas


distancias desde el cuerpo celular. En algunos casos los axones de las neuronas motoras
pueden medir metros en longitud. El axón parte del cono axónico del soma neuronal y
presenta grosor constante para un tipo particular de neurona, relacionado directamente con la
velocidad de conducción, de tal forma que la velocidad aumenta de forma proporcional al
aumento del diámetro axón. Ultraestructuralmente, el axón contiene escasos orgánulos,
principalmente vesículas o gránulos, cisternas del retículo endoplasmático, y presenta haces
de microtúbulos y de neurofilamentos. En las neuronas neurosecretoras el axón contiene
gránulos de secreción, generalmente más grandes que las vesículas sinápticas, que a veces se
acumulan en zonas concretas del axón produciendo ensanchamientos del mismo, que a
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microscopía óptica se denominan cuerpos de Herring y dan lugar a que el axón tenga un
aspecto arrosariado.

Dendritas: prolongaciones de estructura de contenido y estructura semejante al del citoplasma


perinuclear, que en la mayor de las neuronas tienen morfología cónica y son numerosas y
ramificadas. Las dendritas captan información periférica y la conducen hacia el soma. Para ello,
en algunos casos, presentan gran cantidad de excrecencias que recubren su superficie,
constituyendo las denominadas espinas dendríticas, que son áreas donde se establecen
contactos sinápticos

Estructura básica de la neurona. Se describen los principales componentes neuronales:


núcleo; cuerpo celular (soma), dendritas, axón (vaina de mielina), nódulos de Ranvier,
botones terminales.

La estructura coherente de la neurona no se aclaró hasta finales del siglo XIX, cuando Ramón y
Cajal comenzó a emplear el método de tinción argéntica introducido por Golgi. Este método,
que se sigue utilizando en la actualidad, tiene dos ventajas. Primero, de una forma aleatoria
que todavía no se comprende, la solución de plata tiñe sólo aproximadamente el 1 % de las
células en cualquier región del encéfalo, lo que hace posible estudiar una única neurona
separada de sus vecinas. Segundo, las neuronas que captan la tinción se muestran en su
totalidad, incluidos el cuerpo celular, el axón y la totalidad de sus dendritas. La tinción muestra
(con raras excepciones que consideraremos más adelante) que no existe continuidad
citoplásmica entre las neuronas, excepto en la sinapsis entre dos células. Por lo tanto, las
neuronas no forman un sincitio; cada neurona está claramente segregada de todas las
restantes.

Ramón y Cajal aplicó el método de Golgi a los sistemas nerviosos embrionarios de muchos
animales y también al encéfalo humano. Examinando la estructura de las neuronas en casi
todas las regiones del sistema nervioso y localizando los contactos que establecían entre sí,
Ramón y Cajal fue capaz de describir las diferencias entre las distintas clases de neuronas y
dibujar un mapa de las conexiones precisas entre un buen número de ellas. De esta forma,
además de la teoría neuronal, Ramón y Cajal comprendió otros dos principios de la
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organización nerviosa que se revelarían especialmente valiosos en el estudio de la
comunicación en el sistema nervioso. El primero de estos principios se ha conocido como
principio de la polarización dinámica. Afirma que en una neurona las señales eléctricas sólo
viajan en una dirección: desde los lugares receptores de la neurona (habitualmente las
dendritas y el cuerpo celular) a la región desencadenante en el axón. A partir de ahí, el
potencial de acción se propaga unidireccionalmente a lo largo de toda la longitud del axón
hasta las terminales presinápticas de la célula. Aunque la forma y la función de las neuronas
varían, el funcionamiento de la mayoría de ellas sigue esta regla de flujo de la información. El
segundo principio, el principio de la especificidad de conexión, afirma que las neuronas no se
conectan indiscriminadamente entre sí para formar redes al az.ar, sino que cada célula
establece conexiones específicas, en puntos de contacto concretos, con determinadas células
diana postsinápticas, pero no con otras. Tomados en conjunto, los principios de la polarización
dinámica y la especificidad de conexión forman el fundamento celular del moderno enfoque
conexionista del cerebro. Ramón y Cajal figura también entre los primeros en darse cuenta de
que la característica que más diferencia una neurona de otra es la forma, específicamente, el
número y la forma de las prolongaciones que salen de su cuerpo celular. Basándose en la
forma, las neuronas se dividen en tres grandes grupos, unipolares, bipolares y multipolares.
Las neuronas unipolares son las más simples debido a que sólo poseen una única prolongación
primaria que suele ser el origen de muchas ramas. Una rama actúa como axón; otras ramas
actúan como estructuras dendríticas receptoras. Estas células predominan en los sistemas
nerviosos de los invertebrados; en los vertebrados sólo se encuentran en el sistema nervioso
autónomo. Las neuronas bipolares tienen un soma de forma ovalada que da origen a dos
prolongaciones: una dendrita que transmite información desde la periferia hacia el cuerpo, y
un axón que lleva la información hacia el sistema nervioso central. Muchas células sensoriales
son bipolares, por ejemplo las de la retina ocular y el epitelio olfatorio de la nariz. Los
mecanorreceptores que transmiten el contacto, la presión y el dolor hacia la médula espinal
son variantes de células bipolares que se denominan células pseudounipolares. Estas células se
desarrollan inicialmente como células bipolares; más tarde las dos prolongaciones se fusionan
para formar un axón que surge del cuerpo celular. El axón se desdobla después en dos; una
rama se dirige hacia la periferia (a los receptores sensitivos de la piel, las articulaciones y los
músculos) y la otra hacia la médula espinal.

Las neuronas multipolares predominan en el sistema nervioso de los vertebrados. Poseen un


único axón, y es típico que muchas dendritas surjan de diversos puntos del cuerpo celular. Las
neuronas multipolares varían mucho de forma, en especial respecto a la longitud de sus
axones y al número, longitud y complejidad de su ramificación dendrítica. Habitualmente, el
número y la extensión de sus dendritas guardan correlación con el número de contactos
sinápticos que otras neuronas establecen con ellas. Una neurona motora espinal con un
número relativamente discreto de dendritas recibe unos 10 000 contactos, 2000 sobre su
cuerpo celular y 8000 sobre sus dendritas. El árbol dendrítico de una célula de Purkinje del
cerebelo es mucho mayor y más tupido, y ya puede serlo, ¡porque recibe aproximadamente
150 000 contactos! Las neuronas a menudo se clasifican en tres grupos funcionales principales:
sensitivas, motoras e interneuronas o neuronas intercalares. Las neuronas sensitivas
transmiten información desde la periferia del cuerpo al sistema nervioso con fines de
percepción y de coordinación motora.
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Las neuronas motoras transmiten órdenes del encéfalo o la médula espinal a los músculos y las
glándulas. Las interneuronas constituyen, con diferencia, el grupo más numeroso, y son todas
aquellas neuronas que no son específicamente sensitivas ni motoras. Las interneuronas se
subdividen en dos clases. Las interneuronas de trasmisión o proyección poseen largos axones y
transmiten señales a distancias considerables, desde una región del encéfalo a otra. Las
motoneuronas locales poseen axones cortos y elaboran la información en el seno de circuitos
locales.

También se pueden clasificar las neuronas Según la longitud del axón, indicativa de la función
que desempeñan, se distinguen dos tipos de neuronas:

Neuronas de axón largo, o de tipo Golgi I, que median la información entre regiones cerebrales
(p. ej., neuronas piramidales de proyección de la corteza cerebral), o que proveen un tono
basal de excitación a amplias áreas cerebrales (p. ej., neuronas monoaminérgicas del tronco
encefálico).

La diferencia entre estos dos subgrupos de neuronas Golgi I es el grado de ramificación del
axón. En las neuronas de proyección, las ramificaciones se limitan a pocas zonas cerebrales,
mientras que en las neuronas monoaminérgicas presentan una profusa arborización "en
telaraña", conectando con numerosas áreas cerebrales.

Neuronas de axón corto, o de tipo Golgi II, que cumplen la función de interneuronas en
circuitos locales.
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Las neuronas también pueden ser clasificadas por su función:

 Neuronas Sensitiva o Aferente Son aquellas que conducen el impulso nervioso desde
los receptores hasta los centros nerviosos.
 Neuronas Asociativas o Interneuronas Aquellas que comunican neuronas entre sí. Este
tipo de neurona se encuentra exclusivamente en el sistema nervioso central.
 Neuronas Motoras o eferentes Aquellas que llevan el impulso nervioso desde los
centros nerviosos hasta los órganos efectores

Células gliales: Las células gliales son células de sostén

Las células gliales superan con mucho en número a las neuronas, hay entre 10 y 50 veces más
células gliales que neuronas en el sistema nervioso central de los vertebrados.

El nombre de estas células deriva de la palabra griega que designa el pegamento, aunque de
hecho no es frecuente que la glía mantenga unidas las neuronas. Más bien, rodean los cuerpos
celulares, los axones y las dendritas de las neuronas. Hasta donde se sabe, la glía no participa
directamente en la elaboración de la información, pero se piensa que desempeña al menos
otras siete funciones vitales:

 Las células gliales sostienen a las neuronas, dando estructura al encéfalo. También
separan y a veces aíslan grupos neuronales y conexiones sinápticas entre sí.
 Dos tipos de células de la glía (oligodendrocitos y células de Schwann) producen la
mielina empleada para aislar los axones, las prolongaciones celulares de las neuronas
que conducen señales eléctricas.
 Algunas células gliales son fagocitos, que eliminan detritos tras las lesiones e impiden
la muerte de las neuronas.
 Las células gliales realizan también importantes tareas domésticas que favorecen una
señalización eficiente entre las neuronas. Por ejemplo, parte de la glía capta también
transmisores químicos liberados por las neuronas durante la transmisión sináptica.
 Durante el desarrollo cerebral, algunas clases de células de la glía («glía radial») dirigen
a las neuronas que emigran y el crecimiento de los axones.
 En algunos casos, como en la sinapsis entre el nervio y el músculo de los vertebrados,
las células gliales regulan activamente las propiedades de la terminal presináptica.
 Algunas células gliales (astrocitos) ayudan a formar un revestimiento impermeable de
los capilares y vénulas del encéfalo -la barrera hematoencefálica- que evita que las
sustancias tóxicas de la sangre penetren en el cerebro.
 Otras células gliales aparentemente liberan factores de crecimiento y ayudan de otras
formas a nutrir las neuronas, si bien esta función ha sido difícil de demostrar de forma
concluyente.

Las células gliales han sido clasificadas en macroglia y microglia.

La microglia está constituida por fagocitos que se movilizan después de la lesión, la infección o
la enfermedad. Surgen de los macrófagos del exterior del sistema nervioso y fisiológico y
embriológicamente carecen de parentesco con los restantes tipos celulares del sistema
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nervioso. No se sabe mucho de la actividad de las células de la microglia en reposo, pero se
activan y son reclutadas durante la infección, los traumatismos y las crisis epilépticas. La célula
activada tiene un apéndice que es más robusto y ramificado que el de las células inactivas, y
expresa una gama de antígenos, lo que sugiere que puede actuar como la principal célula
presentadora de antígenos en el sistema nervioso central. Se piensa que la microglia se activa
en cierto número de enfermedades, como la esclerosis múltiple y la demencia relacionada con
el SIDA, así como en diversas enfermedades crónicas neurodegenerativas como la enfermedad
de Parkinson y la de Alzheimer.

La macroglia se subdivide en los elementos que se detallan a continuación.

Astrocitos

Han sido considerados células de soporte trófico, estructural y metabólico de las neuronas. Sin
embargo, en los últimos años, numerosas evidencias sugieren un papel más activo de los
astrocitos en la fisiología neuronal. Intervienen en el procesamiento de información del SNC,
modulando la actividad eléctrica neuronal y la transmisión sináptica (alm acenam iento de
glucógeno y transporte de material crudo para los procesos energéticos y sintéticos de la
neurona, aislamiento a través de sus prolongaciones, envolviendo las sinapsis y las membranas
neuronales, transferencia de iones y neurotransmisores inactivados en la dirección reversa,
etc.).

Astrocitos protoplásmicos (satélites neuronales y satélites vasculares)

Son grandes, de forma estrellada, con muchas prolongaciones, algunas de las cuales se
proyectan hacia los vasos sanguíneos en forma de pedículos llamados pies terminales, o bien
se unen a la lámina basal bajo la piamadre, constituyendo la llamada zona pial-glial. Estas
células poseen abundantes filamentos citoplásmicos y microtúbulos, y están presentes, sobre
todo, en la sustancia gris.

Astrocitos fibrosos (sustancia blanca e hipófisis, «pituicitos»)

Son semejantes a los astrocitos protoplásmicos, con la salvedad de que poseen más filamentos
y glucógeno y se localizan en la sustancia blanca. Los astrocitos fibrosos poseen prolongaciones
muy extensas, conexiones estables entre uno y otro, y muy escaso citoplasma. Podrían estar
implicados en la función de soporte mecánico. Los oligodendrocitos y las células de Schwann
son células pequeñas provistas de un número relativamente escaso de apéndices. Ambos tipos
desempeñan la importante tarea de aislar los axones, formando una vaina de mielina tras
enrollar alrededor del axón una apretada espiral con sus prolongaciones membranosas. Cada
oligodendrocito, una célula que se encuentra en el sistema nervioso central, envuelve un
promedio de 15 espacios intermodales axónicos. Por el contrario, las células de Schwann, que
se encuentran en el sistema nervioso periférico, sólo pueden envolver un único espacio
intermodal de un solo axón por célula. Los tipos de mielina producidos por los
oligodendrocitos y las células de Schwann difieren hasta cierto punto en su composición
química.
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Los principales tipos de células gliales en el sistema nervioso central son los astrocitos y los oligodendrocitos
y, en el sistema nervioso periférico, las células de Schwann.
A. Los oligodendrocitos son células pequeñas con prolongaciones relativamente escasas. En la sustancia
blanca (izquierda) proporcionan la mielina, y en la sustancia gris (derecha) los oligodendrocitos perineurales
rodean y sostienen los cuerpos celulares de las neuronas. Un único oligodendrocito puede envolver sus
prolongaciones membranosas en torno a muchos axones, aislándolos con una vaina de mielina.
B. Las células de Schwann proporcionan las vainas de mielina que aíslan los axones en el sistema nervioso
periférico. Cada una de las distintas células de Schwann, situadas a lo largo de la longitud de un único axón.
Forma un segmento de vaina de mielina de aproximadamente 1 mm de longitud. La vaina adopta su forma
cuando la lengua interna de la célula de Schwann da varias vueltas en torno al axón. Envolviéndolo en capas
concéntricas de membrana. Los intervalos entre segmentos de mielina se conocen como nódulos o anillos de
Ranvier. En las células vivas las capas de mielina son más compactas de lo que se muestra aqu1. (Adaptado
de Alberts y cols., 1994.)
C. Los astroc1tos, las células gliales más numerosas del sistema nervioso central. se caracterizan por su
forma con aspecto de estrella y el ancho pie terminal de sus prolongaciones. Debido a que estos pies
terminales ponen en contacto al astrocito tanto con los capilares como con las neuronas, se piensa que los
astrocitos tienen una función nutritiva. Los astrocitos desempeñan también una función importante en la
formación de la barrera hematoencefálica.

Sinapsis

El sistema nervioso requirió, adicionalmente, algunos procesos más puntuales para teñir las
células del cerebro, por lo que, gracias a los trabajos de Camilo Golgi en Italia y,
posteriormente, al refinamiento desarrollado por Santiago Ramón y Cajal en España, fue
posible identificarlas con mayor detalle. De esta forma nació la teoría neuronal, que dejó de
lado el concepto antiguo, y se configuró un nuevo escenario para explicar la comunicación de
las neuronas entre sí. Las discusiones que se desarrollaron posteriormente con Charles Scott
Sherrington permitieron acuñar el término de sinapsis, que deriva de la palabra griega
sinapteina («unidos con firmeza», «enlace»). Hallazgos posteriores permitieron identificar que
no existía, en realidad, un contacto directo físico entre una neurona y otra, ya que se
identificaba un espacio intermedio entre esas uniones que se definió como espacio sináptico.
A la neurona que llevaba la información (a través del axón) se la denominó presináptica, y la
que recibía la información (por medio de la dendrita) se llamó neurona postsináptica.

Se abrió entonces un nuevo panorama, al identificar la manera en que las neuronas se


comunican entre sí y la interacción que guardan con otras células no neuronas, que se
encuentran en mayor proporción en el cerebro humano. De este modo, la teoría neuronal se
complementó con un sistema de redes de comunicación, que se conocen como circuitos
neuronales específicos.
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El conocimiento de este microespacio, con sus neurotransmisores y sus acciones de
estimulación e inhibición, domina ahora el panorama funcional del sistema nervioso central y
sus acciones. Resulta imprescindible conocer las bases de la señalización neuronal para
comprender las funciones más complejas del encéfalo, sus interacciones, los mecanismos de la
disfunción cerebral, el sustento de muchas patologías neurológicas y psicopatológicas, y hasta
la fundamentación de algunas propuestas de la farmacoterapia y los efectos de distintas
modalidades terapéuticas.

El número de sinapsis en el sistema nervioso humano ha sido calculado en 10 15. Como


promedio, una motoneurona del asta anterior de la médula espinal recibe unas 10.000
conexiones sinápticas, la mayoría de ellas a nivel de su árbol dendrítico y sólo una fracción en
el cuerpo neuronal. Una célula de Purkinje del cerebelo recibe unas 500.000 sinapsis, casi
todas provenientes de las fibras paralelas. Según el mecanismo empleado para la transmisión
de la información neural, las sinapsis pueden dividirse en los siguientes grupos:

a) Sinapsis químicas. b) Sinapsis eléctricas. c) Sinapsis mixtas.

Las sinapsis se pueden clasificar en eléctricas y químicas, en base a sus características


estructurales y funcionales. La mayoría de las sinapsis existentes en los vertebrados y las más
estudiadas, son de tipo químico, es decir, requieren de una sustancia química que medie en la
transmisión sináptica. Sin embargo, en invertebrados y en determinadas estructuras del
sistema nervioso de los vertebrados existen sinapsis eléctricas. Concretamente, este tipo de
sinapsis es común tanto en circuitos que requieren la acción sincronizada de sus neuronas
como en circuitos implicados en respuestas cuyo retraso debe ser mínimo.

Características de la sinapsis eléctricas y químicas

Características de las sinapsis eléctricas y químicas

Sinapsis eléctricas

Las sinapsis eléctricas son escasas en el sistema nervioso de los mamíferos. Consisten en
uniones comunicantes entre dendritas o somas de neuronas contiguas, donde existe una
continuidad citoplásmica a través de canales de 1,5-nm. No participan transmisores ni hay
retardo sináptico. Permiten que los cambios electrotónicos pasen de una neurona a otra. Al
estar estrechamente acopladas, no hay modulación posible. Su función es la de asegurar la
actividad sincrónica de las neuronas que presentan una acción común. Un ejemplo es el centro
inspiratorio en la médula oblongada, en donde todas las células exhiben una descarga
sincrónica durante la inspiración. Un segundo ejemplo son los circuitos neuronales que
controlan las sacudidas oculares, en donde la mirada pasa rápidamente de un objeto de
interés a otro.
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Se denominan sinapsis mixtas a ciertas sinapsis en las que se encuentran, en el sector
presináptico, zonas de vesículas (características de la sinapsis química) contiguas a zonas de
aposición de membranas (características de la sinapsis eléctrica).

Sinapsis químicas

Las sinapsis convencionales son químicas, dependiendo su efecto de la liberación de una


sustancia neurotransmisora. Las típicas sinapsis químicas constan de una membrana
presináptica, una hendidura sináptica y una membrana postsináptica. La membrana
presináptica pertenece al botón terminal, mientras que la membrana postsináptica pertenece
a la neurona diana. La sustancia neurotransmisora es liberada por el botón mediante
exocitosis, atraviesa la estrecha hendidura sináptica y activa los receptores en la membrana
postsináptica. Subyacente a la membrana postsináptica se encuentra la red subsináptica; en
ésta la activación del receptor desencadena numerosos cambios bioquímicos. El botón
contiene las vesículas sinápticas cargadas con la sustancia neurotransmisora, junto con
numerosas mitocondrias y sacos de REL.

En los métodos de fijación convencionales se aprecian las proyecciones densas presinápticas y


los microtúbulos parecen guiar las vesículas sinápticas a las zonas activas en los intervalos
entre las proyecciones. Otra característica diferencial de la sinapsis química es la existencia de
un retraso en el potencial postsináptico. Este aumento en la latencia se debe a que este tipo
de sinapsis implica la transducción de la señal eléctrica en una señal química.

Así, la sinapsis química se inicia con la llegada de un potencial de acción al terminal axónico
presináptico. Esta señal eléctrica determina la liberación de un mensajero químico
denominado neurotransmisor al espacio sináptico. A continuación, el neurotransmisor se une
a los receptores específicos que se encuentran en la membrana postsináptica denominados
receptores postsinápticos. La unión del neurotransmisor a este receptor induce una
modificación en los canales iónicos, alterando la conductancia y el potencial de membrana de
la neurona postsináptica. De esta manera se genera un potencial postsináptico. A diferencia de
lo que ocurre en la sinapsis eléctrica, en la sinapsis química una despolarización en la neurona
presináptica que supera el umbral de excitación (potencial de acción) puede provocar en la
célula postsináptica una despolarización (PPSE) o una hiperpolarización (PPSI), dependiendo
del tipo de receptor postsináptico al que se une el neurotransmisor. Cuando el cambio en el
potencial de membrana de la neurona postsináptica sea una despolarización que supere su
umbral de disparo se generará un potencial de acción.

En la sinapsis química el mensaje sináptico:

a) Es unidireccional (siempre va desde la pre- a la postsinapsis).

b) Implica un retardo (retardo sináptico), comprendido en su mayor parte por el proceso de


liberación del transmisor, y en menor proporción por el pasaje del transmisor a través de la
brecha sináptica. Tal retardo es de aproximadamente 0.5 mseg.
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Tipos de sinapsis en el SNC. Las de vesículas claras son excitatorias y


contienen aminoácidos o acetilcolina como transmisor; las aplanadas son
inhibitorias (GABA o glicina); las de centro denso son minérgicas
(vesículas pequeñas) o peptidérgicas (vesículas grandes).

Impulso nervioso, potencial de acción

Para este apartado les dejo un video donde lo explican detallada y claramente para que no sea
tan tedioso.

https://youtu.be/9DB_QUhvTMA

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