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Presidencia de la República
Secretaría de Gobernación
Secretaría de Marina
Secretaría de Economía
Secretaría de Salud
Petróleos Mexicanos
Primera directriz
El Gobierno Federal hace un llamado de alerta a la población.
Segunda directriz
El presidente de la República instruye el auxilio inmediato de la población:
Instruye a las Fuerzas Armadas para que activen los planes DN-III-E y
Plan Marina, y a la Secretaría de Seguridad Pública para que contribuya
en el marco de sus atribuciones a brindar seguridad a la población.
Tercera directriz
El presidente de la República ordena el apego a la legalidad: cúmplase lo
establecido en la Ley General de Protección Civil y en el Programa de
Auxilio del Manual de Organización y Operación del Sistema Nacional de
Protección Civil.
Cuarta directriz
El presidente de la República presenta a la población su estrategia general
de respuesta:
Eje A. Operativo
Eje B. Logístico
Eje C. Administrativo
1. Búsqueda y Rescate
2. Centro de Telecomunicaciones
3. Evaluación de Daños
4. Sanidad
5. Seguridad Pública
Subdirección de Riesgos Estructurales del CENAPRED. (s.f.). Red Nacional de Evaluadores. [Esquema].
En el siguiente esquema se muestran las características generales de los
cuatro niveles de evaluación de vulnerabilidad estructural (para edificios
existentes) y de la seguridad estructural de edificios dañados por la
ocurrencia de un sismo.
Introducción
Existen varias fuentes que dan lugar a los sismos, las de origen natural y
de origen artificial. Las primeras son generadas por fenómenos de tipo
geológico: movimientos tectónicos, actividad volcánica, colapso de
laderas, impacto de meteoritos o derrumbe de cavernas. Particularmente,
los sismos de origen tectónico son los que pueden generar gran impacto
y destrucción.
(s.a). (s.f.). Corte de la Tierra en el que se muestra su estructura Interna. [Ilustración]. Tomada
de https://1.bp.blogspot.com/-
UxHHOylr3_U/WN6zYBTyxoI/AAAAAAAAA4M/_Ld3FPg1xIIb4MndwUAZtw1tKd6f9ytqwCLcB/s640/Capas%2
Btierra%2B1.jpg
La corteza terrestre, junto con la parte superior del manto constituyen la
litósfera, que es la cubierta rígida de la Tierra. La litósfera se encuentra
fragmentada en varias secciones, conocidas como placas tectónicas. Con
base en estudios de sismicidad se han determinado las fronteras entre las
placas tectónicas, que se muestran a continuación.
En el siguiente mapa se muestran los epicentros de los sismos a nivel mundial en un periodo
importante de años; se puede observar la correspondencia entre las zonas generadoras de
sismos y las fronteras entre las placas tectónicas. En particular, existe gran actividad sísmica
alrededor de la placa del Pacífico, que incluye la costa de Sudamérica con países con alta
sismicidad -Chile, Perú, la costa sur de México- y se extiende por la falla de San Andrés en
California, Estados Unidos. También es bien conocida la alta sismicidad de Alaska, y de aquí
continúa la frontera de la placa en una de las regiones más sísmicas del mundo, que incluye
Japón, Indonesia y Nueva Zelanda. Toda esta franja alrededor del océano Pacífico es
conocida como el Cinturón de Fuego o Circumpacífico. Cabe recordar que en los últimos
años se han presentado sismos de enorme magnitud en estos países, como los de Indonesia
de magnitud 9 (2004) y 8.6 (2012); el sismo de Japón de magnitud 9 (2011), o el de Chile de
magnitud 8.8 (2010). Basta decir que el sismo más grande registrado ocurrió también en las
costas de Chile, en 1960, de magnitud 9.5.
(Servicio Sismológico Nacional). (s.f.). Mapa de ubicación de contacto entre placas tectónicas y la sismicidad
asociada a ellas. [Mapa].
Introducción
Las ondas superficiales viajan más despacio que las internas. De las ondas
superficiales, las Love son un poco más rápidas. Debido al componente
vertical del movimiento de las Rayleigh, los cuerpos de agua, por ejemplo
lagos, pueden ser afectados. A causa del movimiento lateral del sustrato
rocoso de lagos y bahías, las ondas Love pueden afectar la superficie de
estos cuerpos de agua.
Ubicación y medición de los sismos Para la medición del movimiento sísmico existen instrumentos
que actualmente son electrónicos y de mucha precisión, conocidos como sismómetros (“aparato
que mide los sismos”), o bien como sismógrafos (si grafica el movimiento del sismo); más
específicamente, si medimos aceleraciones del terreno, tendremos acelerómetros o acelerógrafos.
Estos equipos son montados en lugares de interés donde todo el equipo que conforma el sistema
forma una estación acelerográfica (acelerómetro, baterías y celdas solares, antena y sistemas de
telemetría, incluso la caseta de albergue). De muchos es conocido el tipo de gráfica que se registra
por el movimiento de un sismo, que anteriormente se dibujaba con una aguja que oscilaba sobre
un papel que iba avanzando mientras se registraba la gráfica en él (como algunos
electrocardiogramas). Actualmente se registra digitalmente a una memoria electrónica, pero sigue
siendo útil ver graficar aquellos equipos en tiempo real. Se obtiene así una gráfica que avanza en
el tiempo en la dirección horizontal –las abscisas–, y que registra los desplazamientos o
aceleraciones en sentido vertical –las ordenadas– (como se muestra en la siguiente gráfica).
Normalmente los instrumentos modernos constan de tres acelerómetros que pueden medir el
movimiento simultáneo en tres direcciones ortogonales: una vertical con movimientos arriba y
abajo; y dos horizontales, una se alinea en la dirección EsteOeste; y la otra, Norte-Sur. Los
especialistas identifican en estos registros cuáles son las ondas principales y las secundarias, ya
que se aprecia una marcada diferencia cuando llegan las ondas S, y con esto se puede definir el
tiempo en que llegó cada tipo de onda.
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. 2 Acelerograma y llegadas de ondas P y S [gráfica]. (s.f.). Una vez establecidas las diferencias
entre las velocidades de las distintas ondas sísmicas y, por lo tanto, del tiempo de llegada a un
cierto punto de medición, basta con realizar algunos cálculos para obtener la distancia a la que se
originó el sismo registrado. Si la velocidad se calcula como la distancia recorrida por las ondas
entre el tiempo usado, podemos calcular la distancia (d) como el producto de la velocidad (v) por
el tiempo de arribo (t) (d = v · t); conocemos la velocidad promedio de cada tipo de ondas, y el
tiempo se determina en el registro sísmico medido. Este cálculo se puede hacer con la diferencia
de tiempos de llegada de las ondas P respecto de las ondas S y la diferencia de velocidades. Con
este cálculo se conoce a qué distancia del punto de medición se originó el sismo, pero con una sola
estación no se puede saber en qué dirección ocurrió.
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En efecto, sabiendo únicamente la distancia a la que está el epicentro del punto de medición sólo
se puede trazar un círculo en un mapa, cuyo radio sea dicha distancia (por ejemplo S1 en el mapa)
sabiendo que el epicentro está en algún punto sobre dicho círculo.
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Sin embargo, si se tiene un segundo punto de medición y se calcula su distancia al epicentro (S2 en
el mapa), se puede trazar un segundo círculo. En este caso el epicentro estará en uno de los dos
puntos en que intersectan dichos círculos.
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ESCALAS DE INTENSIDAD
I. Detectado sólo por instrumentos VIII. Difícil conducir vehículos, daño severo en
II. Sentido por personas en reposo en pisos mampostería pobre, daño ligero en
superiores mampostería buena pero sin diseño, grietas
III. Lámparas oscilan en taludes inclinados
IV. Ventanas y puertas crujen IX. Pánico general, adobe destruido, daño
V. Sentido en la calle, objetos inestables severo a mampostería buena pero sin diseño,
desplazados, puertas se abren y cierran daño severo a edificios con marcos
VI. Sentido por todos, vidrios se quiebran, X. Mampostería destruida, edificios dañados o
objetos caen de estantes y libreros, daño destruidos, puentes destruidos, daño en
ligero en adobe presas, rieles deformados
VII. Dificultad para estar de pie, sentido en XI. Daño general en construcciones, rieles muy
vehículos andando, daño severo en adobe, deformados, ruptura de tuberías enterradas
daño ligero en mampostería pobre XII. Destrucción total, masas de roca
desplazadas, objetos lanzados al aire
Sin embargo, esta medición resulta un tanto subjetiva, debido a que la cuantificación depende de
la sensibilidad de cada persona y de la apreciación que se haga de los efectos. También depende
de la calidad de las construcciones en cada lugar en donde se evalúe; necesariamente, en lugares
con muchas construcciones vulnerables habrá más daños que en otros lugares donde se tenga
mejor calidad de las edificaciones. Además existe el problema de que en zonas no pobladas no hay
ni personas que sientan el efecto del sismo ni construcciones que se dañen. Esta escala reviste, sin
embargo, una forma muy útil de catalogar los daños después de un sismo y permite incluso la
elaboración de mapas de intensidades sísmicas para sismos determinados, como el que se
muestra a continuación. Este mapa es del sismo de Oaxaca del 30 de septiembre de 1999, en el
cual se marca con líneas de igual intensidad sísmica (o isosistas) las regiones para cada grado de la
escala MM desde el grado VIII en el epicentro hasta grado II.
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Por último, debe señalarse que hay otras posibles representaciones de la intensidad basadas en
otro tipo de datos más objetivos, incluso medidos por instrumentos, como puede ser un mapa de
desplazamientos máximos o de aceleraciones máximas del terreno, lo que proporciona
información instrumental interesante de qué tan intenso se percibió el sismo en distintos puntos
del país.
ESCALAS DE MAGNITUD
Con el objetivo de comparar el tamaño de los terremotos en todo el mundo, era necesaria una
medida que no dependiera –como la escala de intensidad– de la densidad de población ni del tipo
de construcción. La manera de evaluar el tamaño real de un sismo está relacionada con la cantidad
de energía liberada, que es independiente de la ubicación de los instrumentos que la registran. Es
decir, se determina un único valor de magnitud para cada sismo independientemente de “cómo se
sintió” o los daños que pudo haber ocasionado.
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En 1932, Charles Richter desarrolló una escala estrictamente cuantitativa, aplicable a sismos
ocurridos en regiones tanto habitadas como no pobladas, utilizando las amplitudes de las ondas
registradas por un sismógrafo en particular. Calibró su escala de magnitud usando la medida de
“amplitud” máxima de la onda S en un periodo de 20 segundos; registró los datos en un
sismómetro Wood-Anderson, altamente sensible a este tipo de ondas, con lo que precisó la escala
de magnitud (que se denomina con una letra M mayúscula) y lo calibró con sismos registrados en
el sur de California. El cálculo numérico que propuso Richter es el siguiente:
Mapas de sismicidad
Sismos en México En los mapas que están a continuación se muestra una reconstrucción de las
áreas de rompimiento de varios de los más importantes sismos que han ocurrido en México en el
siglo XX. Si se comparara el área de rompimiento con la magnitud, se vería una correlación clara,
ya que a mayor área, mayor magnitud del sismo. Se incluyen los macrosismos del 19 y 20 de
septiembre de 1985. Cabe aclarar que el sismo del día 20 no fue una réplica, sino otro más, si bien
la zona de fractura se “continuó” de la del día anterior. En cambio, las réplicas ocurren en las
vecindades del foco del sismo principal y en la zona de ruptura de este; se deben probablemente
al reajuste mecánico de la región afectada, que no recupera su estado de equilibrio
inmediatamente después del suceso. El estudio de las réplicas de un gran sismo se ha
aprovechado para estimar las dimensiones de la zona de ruptura y otros estudios científicos.
También se puede notar que el área mayor representada es la del sismo del 3 de junio de 1932, en
las costas de Jalisco y Colima; es el de mayor magnitud, pues registró 8.2 grados en la Escala de
Richter.
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Una utilidad de la ubicación de regiones de fallas que originan sismos es identificar las zonas en
donde no ha habido sismos importantes en muchas décadas. Este es el caso de una región entre el
puerto de Acapulco y la población de Tecpan, por lo que es conocida como la Brecha de Guerrero,
de la cual los sismólogos consideran que podría producirse un sismo de hasta 8.2 grados de
magnitud, al cual se le ha estado esperando desde hace veinte años sin que ocurra todavía. La
estimación de la magnitud se hace en función del área de posible ruptura. Basados en los estudios
sobre sismicidad, en México ha sido posible identificar geográficamente zonas con diferentes
características de peligro sísmico. A esta clasificación gráfica se le conoce como regionalización
sísmica y tiene como objetivo principal proporcionar a los diseñadores y constructores la
información necesaria para el cálculo de valores para el diseño de obras, de tal manera que
resulten suficientemente seguras y cuyo costo no sea excesivo. Uno de los más conocidos
documentos en donde se han definido estas regiones desde hace varias décadas es el Manual de
diseño de obras civiles de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En sus versiones, hasta la de
1993, se dividía el país en cuatro zonas sísmicas (véase el siguiente mapa). La zona A es de baja
sismicidad, ya que no se tienen registros históricos de sismos ni de sismos en los últimos 80 años y
no se esperan aceleraciones del suelo mayores a un 10% de la aceleración de la gravedad. En la
zona D se han reportado grandes sismos históricos, la ocurrencia de sismos es muy frecuente y las
aceleraciones del suelo pueden sobrepasar 70% de la aceleración de la gravedad. Las otras dos (B
y C) son zonas intermedias, donde se registran sismos no tan frecuentemente o son zonas
afectadas por altas aceleraciones, pero que no sobrepasan 70% de la aceleración del suelo.
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A continuación se muestra la versión del mapa de aceleraciones para el terreno que publicó la CFE
en su manual de 2008. En esta versión el mapa se consulta en un programa de cómputo que viene
con el manual; ya no hay zonas delimitadas, sino que, según en cada coordenada donde se
consulte, se proporciona la aceleración del terreno (en roca) y datos para poder ser usado para
diseño sísmico de estructuras. Por los colores que se aprecian, es notorio que la zona de bajas
aceleraciones (en verde) se ha acercado más a la costa del golfo de California, mientras que la
zona con aceleraciones intermedias (anaranjado) ahora cubre la parte sur del golfo de México en
el Istmo de Tehuantepec y llega a Tabasco y gran parte de Veracruz. Este mapa representa lo más
reciente de los estudios de sismología y peligro sísmico con fines de diseño sísmico de obras
civiles, para lo cual se usó la colección más actualizada de sismos hasta los años recientes, así
como las metodologías, criterios de optimización y estudios e ingeniería sísmica de vanguardia en
el mundo.
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(Gobierno del Distrito Federal). (2004). Espectros para diseño sísmico de la ciudad de México. [Esquemas].