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SEMANA N° 02 0111
CAPACIDAD
°
- Documentos históricos.
Compara
Compara los
los momentos
momentos históricos
históricos de
de - Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
reconocimiento
reconocimiento de
de los
los principales
principales
- Generaciones de los
derechos
derechos humanos.
humanos. derechos humanos.
02
CAPACIDAD Selección del tema del artículo de
- Identifica los factores y contexto del opinión.
tránsito del pensamiento mítico al
pensamiento racional en el
desarrollo del saber humano
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El establecimiento de los derechos humanos ha recorrido
todo un largo camino, en el mismo que han tenido que
darse una serie de luchas, en muchos casos sangrientas,
con el fin de poco a poco ir tomando la forma que han
adquirido hoy en la normatividad vigente.
El concepto de Derechos Humanos es un concepto que le
pertenece al mundo moderno, surgió como respuesta a la
obsoleta sociedad feudal, monárquica y absolutista.
Los Derechos Humanos nacen al amparo del surgimiento
de los estados nación y de las ideas liberales que van a
gestar a su vez a la sociedad capitalista contemporánea en
la cual nos desenvolvemos. Justamente la nueva sociedad impulsada por la naciente burguesía,
tomo como premisa de sus luchas a la libertad, en contraposición del absolutismo para quién no
existía el concepto de Derechos Humanos.
Es justamente en el fragor de las luchas desarrolladas por la burguesía liberal en su afán de
edificar una nueva sociedad, que van a surgir los primeros documentos precursores de los
actuales Derechos Humanos. Estos documentos se redactaron al calor de las revoluciones
liberales de Inglaterra y Francia, tales como: Carta Inglesa, Declaración de los Derechos del
Congreso en Filadelfia, Declaración de los Derechos en Virginia, Acta de Independencia de los
EE. UU.; y Francia y la Declaración de los Derechos Hombre y del Ciudadano.
LA CARTA INGLESA
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aceptados corno reyes de Inglaterra a fines del siglo XVII, luego del destronamiento de Jacobo
II. De aquí emergió la idea anglosajona, también existente en los Estados Unidos, de que los
derechos declarados en las cartas y constituciones son ejercidos por los ciudadanos frente a la
violación que de ellos haga su gobierno, y no necesariamente frente a la violación que de ellos
hagan los particulares. Es una forma propia de concebir los derechos, funda da en la historia de
Inglaterra y en la teoría que de ella emergió.
Fue aproada por la Convención de representantes del pueblo de Virginia, con fecha 12 de junio
de 1776. En su primer numeral se refleja toda la concepción Iusnaturalista de los derechos
Humanos y además se consagra el derecho de defensa antes de ser condenado (artículo 8 °),
la libertad de prensa, la libertad de conciencia y religión, el derecho a la vida, a la libertad y a la
búsqueda de felicidad.
Los principales derechos de esta declaración establecen la libertad de elecciones, la
imparcialidad en los jurados, que no se sostendrán ejércitos permanentes en tiempo de paz y
que no se impondrá contribución sin consentimiento parlamentario. Reconocía, asimismo, el
derecho de petición de todos los ciudadanos. Los poderes del monarca, en declinación
constante, se tornaron nominales, debido al ejercicio auténtico de la soberanía por el gobierno
y las cámaras.
La declaración de Virginia proclama que “todos los hombres son por naturaleza igualmente
libres e independientes, y tienen ciertos derechos inherentes, de los cuales, cuando entran en
estado de sociedad, no pueden por ningún contrato privar o despojar a su posteridad;
especialmente el goce a la vida y la libertad, con los medios de adquirir y poseer la propiedad,
perseguir y obtener la felicidad y seguridad”.
Proclamada el 04 de Julio de 1776, como expresión unánime de sus trece Estados; reconoce
derechos esenciales del hombres “cuyo amparo y protección constituye la finalidad del Estado”.
Tomás Jefferson fue el autor del borrador de la declaración, cuyos principios están inspirados
en el Derecho natural. Los aspectos retóricos y prácticos de la independencia norteamericana,
así como sus declaraciones influyeron en la Revolución Francesa.
Ha sido llamada la piedra miliar en la historia del hombre, pues enuncia con sencillez patricia
las verdades eternas en que se funda el estado democrático.
El congreso de Filadelfia proclamó la independencia, y, en el Acta correspondiente, se
estableció: “Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres han sido creados
iguales; que a todos confiere su creador ciertos derechos individuales entre los cuales están la
vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar esos derechos, los hombres
instituyen gobiernos que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que
siempre que una forma de gobierno tiende a destruir esos fines, el pueblo tiene derechos a
reformarla o abolirla, a instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a
organizara sus poderes en aquella forma que a su juicio garantice mejor su seguridad y su
felicidad”.
La plasmación de los Derechos Humanos tuvo su origen en el Acta de la Independencia de los
Estados Unidos del 04 de julio de 1776, en la que se dejó establecida la igualdad de todos los
hombres, el reconocimiento de los derechos individuales y la garantía de estos derechos por
los gobiernos constituidos, cuyos poderes los confieren los gobernados. Al Acta de la
Independencia siguió la Constitución de los estados Unidos, promulgada en 1787, que
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consagró la libertad religiosa, de expresión, de reunión y las garantías de la inviolabilidad del
domicilio y del derecho de propiedad y otras garantías.
La Revolución Francesa de 1789 se llevó a cabo enarbolando políticamente en las lu chas los
derechos de libertad e igualdad (la fraternidad, que normalmente es añadida a estos dos, fue
proclamada más bien a partir de las jornadas revolucionarias de 1848). Reclamar libertad e
igualdad en el Antiguo Régimen era subversivo, porque este se fundaba en la desigualdad y en
que no todos tuvieran garantizada debidamente su libertad. Por eso se dice que la libertad y la
igualdad fueron una transformación profunda del orden social francés.
Es importante anotar que la Revolución Francesa estalló en junio de 1789, y que ya el 26 de
agosto del mismo año, es decir, tan solo dos meses después, se dictó la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano. En sus 17 artículos, estableció en esencia los siguien -
tes derechos:
a) La libertad.
b) La igualdad ante la ley.
e) La seguridad, que consistía en diversos derechos específicos, entre los que destacan el no
poder ser considerado culpable y penado sin ley, y la presunción de inocencia hasta que la
culpabilidad haya sido formalmente declarada.
d) La resistencia a la opresión, que era el derecho a enfrentarse al tirano y a derrocarlo del
gobierno.
e) La propiedad, que era el único derecho que se declaró como sagrado, estableciéndose que
a nadie podía privarse de los bienes de los que era propietario sin el debido proceso de
expropiación, con pago justo y previo.
La declaración francesa fue muy importante durante los siguientes decenios de vida liberal en
el mundo, porque sirvió de modelo para muchas declaraciones de derechos, principalmente
para aquellas contenidas en los textos constitucionales que empezaron a proliferar en el mundo
occidental de entonces. Fue una declaración liberal en el sentido estricto de la palabra: se
preocupó por establecer los principios de organización de la vida política y social que eran más
importantes para la burguesía que lideraba la revolución. No fue igualmente propicia para los
sans-culottes, los pobres del París de aquel entonces. Dice Eric Hobsbawn que la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano constituye un manifiesto contra la sociedad
jerárquica basada en los privilegios nobiliarios, pero no uno a favor de una sociedad igualitaria
y democrática.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fue muy conocida en los
países de lo que hoy es América Latina, y específicamente en el Perú, Inspiró la Constitución
de 1823 (junto a otros textos, entre los que destaca la Constitución de Cádiz de 1812, de
tendencia también liberal).
Si bien, como hemos visto, desde los albores de la sociedad capitalista contemporánea los
derechos humanos se fueron plasmando en diferentes documentos redactados por la
burguesía revolucionaria de países como Inglaterra, los EE.UU, Francia entre otros, entrado al
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siglo XX no se tenía un documento de validez universal que instara a la protección y defensa
de los derechos humanos.
Tuvo que pasar dos guerras mundiales y observar el horror de las mismas, para que recién los
seres humanos, a través de los gobernantes de los diferentes estados, tomen conciencia de la
necesidad de proclamar e instar a la defensa de los derechos humanos con un carácter
universal.
Fue justamente al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el ser humano occidental
experimentó una de las más grandes humillaciones de la historia, cuando entró en los campos
de concentración, donde todavía las cenizas de los hornos crematorios cubrían el suelo de gris,
y las montañas de cadáveres humanos mostraban como unos seres humanos habían sido
capaces de prostituir el nombre de la humanidad. La lección fue muy fuerte. Unos pocos podían
practicar genocidios de ese calibre contra otros.
Fue entonces, producto de este golpe en lo más profundo de la conciencia humana, que los
gobernantes de los estados reunidos en la recién creada la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), decidieron redactar y promulgar en el año de 1 948, la famosa Declaración de
los Derechos Humanos. Pero hubo un error de principio. Nunca se definió, quien es este ser
humano para conocer realmente cuáles son los Derechos que le corresponden. La Declaración
se convirtió en un listado de Derechos, a los que la
mayoría de los firmantes se sentían inclinados a
aceptar por sentido común. No se tuvo el coraje de
definir el ser humano para evitar mayores problemas
a las ideologías que habían triunfado: el marxismo y
el liberalismo capitalista. Se veía al hombre desde
perspectivas muy distintas. Evitar esos problemas
tuvo como consecuencia legarlos al pasado.
Esta declaración de los derechos humanos del año 48
constituye de manera objetiva la concreción positiva
de los derechos del ser humano con carácter de
universalidad. Dicha declaración es la que ha
orientado hasta la actualidad la redacción de la Aun hoy en día, para miles de personas de las clases
desposeídas, los derechos humanos son letra
normatividad jurídica de la mayor parte de los estados .muerta
existente en el mundo contemporáneo.
Las limitaciones que tiene esta declaración, han sido superándose con el pasar de los años, y
hoy en día la lista de los Nuevos Derechos Humanos sigue cambiando: el aborto como
derecho, la no discriminación por la orientación sexual, con todas las consecuencias que ello
tiene, etc. Actualmente todos estamos preocupados por dar una fundamentación creíble a los
Derechos Humanos. El sentido común en el Tercer milenio conduce a opiniones muy distintas.
Y si no fundamentamos los Derechos Humanos, ¿quién los podrá exigir que se respeten con
autoridad?
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asumido inicialmente por los países en aquel entonces miembros de la ONU, pero que
posteriormente ha sido refrendado por casi todos los Estados del mundo.
Claro, no ha bastado redactar los derechos en documento tan importante como este para que
en adelante los derechos automáticamente sean respetados. El respeto a los derechos es una
cuestión de actitud, por eso el respeto de los derechos humanos contenidos en esta
declaración han sido y son motivo de lucha con el fin de salvaguardarlos y sancionar y castigar
a quienes osan desconocerlos, ya sean individuos, grupos de individuos o estados.
La DUDH como Pacto que es, es fruto del diálogo, la cesión y el compromiso. Es, por tanto,
además, modificable. Tal vez dentro de unos años estaremos inmersos en un proceso de
cambio de alguno de sus enunciados. Tal vez las sociedades nos obliguen a reconsiderar
determinados aspectos de su contenido. Tal vez tendremos que añadir algunos artículos. Su
universalidad, interculturalidad y atemporalidad son discutibles. No están en absoluto
garantizadas. Es más: es posible que su revisión permanente sea la mejor garantía de su
continuidad. Las condiciones del Pacto son mutables, es cierto, pero no su necesidad.
El filósofo español Jesús Morterín, señala al respecto: "Los derechos no son algo que exista ya
en la naturaleza y que nosotros nos limitemos a descubrir, como los cromosomas o los
continentes. Los derechos los creamos nosotros mediante nuestras convenciones. Por tanto la
pregunta relevante no es "¿qué derechos tiene tal criatura?", sino "¿qué derechos queremos
que tenga?".
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un gran documento, pero no
inmejorable. Pero es acertado no tocarlo, y en cambio irlo completando con convenciones o
pactos. Hay que mejorar las garantías del cumplimiento de los derechos humanos y denunciar
las violaciones. Sin la declaración, la humanidad estaría mucho más desamparada.
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occidentales, especialmente de EE.UU y Gran Bretaña, violando así uno de los más
elementales derechos, el de la vida.
No es que se justifique los delitos cometidos por el ex dictador irakí, el cual también asesinó y
torturó indiscriminadamente a la población kurda, sino que un estado que se jacta de ser la
mayor democracia y muestra de nación civilizada, no puede rebajarse a los niveles de un
tirano, pero los gobernantes de los EE.UU y sus aliados han descendido hasta ese nivel. No
podemos pretender aplicar justicia frente a la barbarie, rebajándonos al mismo nivel de
barbarie, pues la época de la “Ley del Taleón”, dista del presente en muchos siglos y pertenece
a la época en que la civilización humana aun se estaba gestando.
Frente a lo expuesto, es pues tarea de todos los ciudadanos del mundo, el luchar por la
defensa e irrestricta vigencia de los derechos humanos, desde cualquier punto o espacio de
carácter social en el que nos encontremos, pues solo así contribuiremos a la construcción de
un mundo más justo y en convivencia pacífica.
Los diversos enfoques frente a los derechos humanos, la evolución de la sociedad misma, y la
maduración frente a su percepción de lo que significa la persona humana, y la necesidad de su
protección, ha dado lugar al surgimiento de lo que se denomina generaciones de los
derechos humanos, que no es otra cosa que la diversidad de lecturas a las que están abiertos
los derechos humanos y que traducen las diversas sensibilidades desde las que son leídos.
La propia inserción de los Derechos Humanos en el contexto de las transformaciones
económicas, en los cambios derivados de los desarrollos científico-tecnológicos y
socioculturales y en las nuevas concreciones de las aspiraciones de los individuos y de los
pueblos, favorecen y exigen nuevas aproximaciones a la manera de interpretar el desarrollo de
los mismos en tanto que catálogo de referencia.
LA PRIMERA GENERACIÓN:
LOS DERECHOS DE LA LIBERTAD
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iusnaturalismo racionalista, en el contractualismo
social y en la filosofía con la que arranca la
modernidad, es decir, en la Ilustración. Más
próximo a nosotros, el liberalismo político fue
introduciendo todos estos 'valores' en los
La seguridad social permite otorgarles una vida digna a preámbulos de todas las Cartas Magnas sobre
miles de personas en el mundo, y constituye un derecho las que se asientan los estados modernos,
de segunda generación.
prototipo de los estados nacionales del siglo XIX.
Todos estos derechos van a ir percibiéndose según una óptica política como los garantes de la
ostentación del ejercicio del poder y, por lo mismo, como referentes de legitimación del ejercicio
del poder.
El Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que la ONU proclama en 1966 es un
ejemplo de compendio de estos derechos, a la vez que clausura una etapa de los mismos.
Entre los principales derechos que se reconocen como de primera generación, tenemos:
Toda persona tiene derechos y libertades fundamentales sin distinción de raza,
color, idioma, posición social o económica.
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad jurídica.
Los hombres y las mujeres poseen iguales derechos.
Nadie estará sometido a esclavitud o servidumbre.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes, ni se le podrá ocasionar daño físico, psíquico o moral.
Nadie puede ser molestado arbitrariamente en su vida privada, familiar, domicilio
o correspondencia, ni sufrir ataques a su honra o reputación.
Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia.
Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
En caso de persecución política, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a
disfrutar de él, en cualquier país.
Los hombres y las mujeres tienen derecho a casarse y a decidir el número de
hijos que desean.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de pensamiento y de religión.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión de ideas.
Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacífica.
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Toda persona tiene derecho a formar sindicatos para la defensa de sus intereses.
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure a ella y a su
familia la salud, alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y los servicios sociales
necesarios.
Toda persona tiene derecho a la salud física y mental.
Durante la maternidad y la infancia toda persona tiene derecho a cuidados y asistencia
especiales.
Toda persona tiene derecho a la educación en sus diversas modalidades.
La educación primaria y secundaria es obligatoria y gratuita
LA TERCERA
GENERACIÓN: LOS DERECHOS DE LA SOLIDARIDAD
El inicio histórico de la misma, puede situarse en la segunda mitad del siglo XX como
consecuencias de la situación de las minorías en el contexto de los países desarrollados y de
amplias capas de población - tercer mundo - que, en absoluto, puede disfrutar de nada de lo
que los derechos humanos apuntan.
Precisamente, este carácter de demandas de colectivos - minorías o sectores
- les convierte en declaraciones "sectoriales" en tanto en cuanto se van
decantando respecto de colectivos marginados o minorías privadas de estos
derechos. La consideración más amplia y su incidencia en la concreción de
dichos colectivos en zonas geográficas determinadas les hacen bascular
hacia demandas de solidaridad entre países pobres y ricos, superación de la
desigualdad Norte-Sur y una incidencia en la protección del medio ambiente
como exigencia de solidaridad universal. (cfr., texto de la Comisión
Internacional de Derechos Humanos de 1968 reunida en Teherán para
analizar los 20 años de la proclamación de la ONU).
Esta peculiar lectura desde la solidaridad toma un nuevo rumbo con la
El derecho a vivir en un mudo de paz, incidencia social, económica y cultural de los cambios producidos por las
garantiza el pleno desarrollo del ser humano. nuevas tecnologías, en la medida en que tales cambios nos hacen realidad
que vivimos en un 'mundo común y compartido' lo que acentúa las
situaciones de in solidaridad visualizadas como pobreza, desarrollismo, devastación del
territorio, invasión cultural. Derivados de esta lectura, esos derechos son son:
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I. ACTIVIDADES DE APLICACIÓN:
II. BIBLIOGRAFÍA