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CAPÍTULO VI

GRUPOS DE ESPECIAL PROTECCIÓN


CONSTITUCIONAL EN COLOMBIA

INTRODUCCIÓN
Los derechos humanos de los grupos especialmente protegidos,
en la moderna concepción, deben estar dirigidos a lograr que la
discriminación positiva, que la Constitución Nacional fue generosa
en otorgar como rango de derechos especiales, ligada a formas de
justicia social, sea una realidad creciente que permita equilibrar
condiciones frágiles y debilitadas en la sociedad.
Los derechos humanos no son solamente aspiraciones de unos,
quizá referentes a las denuncias de otros; son relaciones sociales
establecidas de una manera particular que nos permiten concluir
que entre un individuo y otro, entre éste y la sociedad que lo rodea,
entre las distintas sociedades o entre éstas y el estado mismo se
dan particulares relaciones que responden también, a una particular
manera de pensar en el bienestar y la armonía.
Esta idea se enmarca en el Estado Social y Democrático de Derecho,
que modiica la formalidad de que todos éramos iguales ante la ley,
así en la realidad existieran grandes diferencias, como se observa
especialmente en las minorías culturales, grupos etarios, y en
general grupos marginados y discriminados como lo son los grupos
de especial protección constitucional.
Los derechos humanos de estos grupos de especial protección
constitucional, en la moderna concepción, deben estar referidos a
lograr que la discriminación positiva, que la Constitución Nacional

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

fue generosa en otorgar, como rango de derechos especiales, ligada


a formas de justicia social, sea una realidad creciente que permita
equilibrar condiciones frágiles y debilitadas en la actualidad.
La sociedad colombiana ha estado viviendo graves contradicciones y
conlictos, que han inluido negativamente en los grupos marginados y
excluidos. La posibilidad de pensar a estos grupos bajo la perspectiva
de los derechos humanos, signiica e implica controlar los abusos y
prácticas sociales que de manera cotidiana los transgreden.
Los derechos humanos, como han sido pensados y reconocidos
para los seres humanos en general, en una concepción universal, no
encajan de manera homogénea en los sistemas particulares vividos y
experimentados en los grupos de especial protección constitucional.
Una articulación de los conceptos de los derechos humanos que
no considere la especiicidad de las personas, estaría rompiendo
el principio constitucional del pluralismo artículo 1, asimismo el
principio de diversidad étnica cultural de los pueblos. Principio
que vemos claramente consagrado en los artículos 7 y 8 de la
Constitución Nacional. Igualmente vulneraría el multiculturalismo
de nuestro artículo 70.

A. PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL DE LOS GRUPOS DE


ESPECIAL PROTECCIÓN

1. La Constitucionalización del Derecho a la Igualdad


Luigi Ferrajoli, en el texto citado en la bibliografía adjunta, ha realizado
aportes al tema de las diferencias en el derecho, estableciendo un
proceso gradual de creación de normas positivas, reguladoras del
derecho a la diferencia. Las distintas etapas de ese proceso se pueden
denominar: (Ferrajoli, Luigi 2005)

a. Indiferencia jurídica de las diferencias


En este primer momento las diferencias entre individuos no se
valorizan ni tampoco se desvalorizan; no se protege ni se viola el
derecho a diferir, porque no existe el reconocimiento del mismo como
derecho. Durante este periodo, propio de una sociedad premoderna,

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los individuos son pensados en el marco de un estado o condición


natural, anterior al orden político y al establecimiento del derecho
positivo. Tales individuos sólo cuentan para defenderse, con sus
capacidades físicas y mentales; por lo que viven en una especie de
guerra por la conservación de la vida y los bienes básicos. Bajo este
esquema los individuos no reivindican un derecho a recibir un trato
acorde con su dignidad; porque su preocupación fundamental se centra
en poder garantizar su mera subsistencia, en un ámbito hostil en el
cual el derecho como límite a las conductas individuales no existe.

b. Diferenciación jurídica de las diferencias


Se presenta una jerarquización de las identidades individuales, por
la valorización de unas, en detrimento de otras. Hay ciertos status
privilegiados, que constituyen fuente de derechos y potestades. Esto
es propio del mundo jurídico de los orígenes de la modernidad;
período en el cual la igualdad jurídica solo cobija a los hombres,
blancos, y propietarios. La igualdad formal convive así con la
aceptación social de formas de discriminación hacia la mujer, o de
formas violatorias de la dignidad de ciertas personas, tales como la
esclavitud.

c. Homologación jurídica de las diferencias


En este momento, dado el pleno desarrollo de la modernidad, todas
las diferencias son devaluadas, en nombre de la airmación de la
igualdad formal o abstracta. Hay una represión o anulación de las
diferencias, por la implícita asunción de una identidad entre todos
los seres de la especie humana. Este modelo ha sido propio de los
socialismos realmente existentes y también de los ordenamientos
liberales, comprometidos con la idea de un sujeto universalizado.
Las diferencias culturales, étnicas o de género son enmascaradas en
el ordenamiento jurídico.

d. Igual valoración jurídica de las diferencias


Se basa en el principio normativo de igualdad en el disfrute de
derechos fundamentales: políticos, civiles, económicos y sociales;
y también en un sistema de garantías que asegure su efectividad.

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

Algunos teóricos consideran que esta etapa corresponde a una


sociedad postmoderna, porque el pensar de la identidad como rasgo
moderno, es reemplazado por el pensar de la diferencia.
El supuesto de este cambio es el fracaso del proyecto de la modernidad
de considerar a todos los seres humanos como idénticos, en tanto
racionales. Desde esta perspectiva, por el contrario, se enfatizan
las diferencias entre individuos, dándose sin embargo a todas un
igual valor, y considerándolas con igual respeto. Se trata del igual
derecho de todos a la tutela de su propia identidad, constituida por
diferencias que hacen de cada persona un individuo diverso de todos
los otros, y de cada individuo una persona como todas las demás.
Las diversas identidades pesan en las relaciones sociales, como
factores de desigualdad, que no pueden ser removidas por el poder
político. En efecto, aunque ser personas nos hace iguales a los demás,
nuestra identidad como individuos pasa por las diferencias en el
aspecto físico, en el carácter, los gustos, las creencias, las formas
de vida, etc. Estas diferencias son merecedoras de respeto, siempre
que tomemos en serio las libertades individuales como mínimos que
el Estado occidental moderno y en general la sociedad, no pueden
legítimamente desconocer.

2. La Igualdad en el Derecho Constitucional Colombiano


Para el caso colombiano podemos airmar, que a partir de la
expedición de la Constitución de 1991, el derecho subjetivo a
la igualdad y el respeto a la diferencia han adquirido mayores
dimensiones, tanto a nivel legal como a nivel práctico. En términos
jurídicos nos ubicamos en esta última etapa de igual valoración
jurídica de las diferencias; en la cual el derecho a la igualdad se
mantiene como igualdad ante la ley, pero se contemplan además la
igualdad material, y el reconocimiento de las diferencias.
También ha señalado la Corte Constitucional en cuanto a la fuerza
vinculante del valor constitucional del valor a la igualdad, que
según la (Corte Constitucional, Sentencia C-690 de 1996), los
valores constitucionales se caracterizan por su indeterminación y
por la lexibilidad de interpretación, pero no por ello pueden resultar

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indiferentes para los operadores jurídicos, quienes con base en el


principio de concordancia práctica de las normas constitucionales
deben conducir la aplicación del derecho por la metas o ines
predeterminados por el Constituyente, de tal manera que cualquier
disposición que persiga ines diferentes o que obstaculice el logro
de enunciados axiológicos consagrados constitucionalmente, resulta
ilegítima y por consiguiente, debe declararse contraria a la Carta.
En otras palabras, como a la Constitución subyacen las funciones
de legitimación, seguridad jurídica y justicia, el juez constitucional
debe apartar las disposiciones que por acción u omisión nieguen la
esencia misma del ordenamiento superior.
En este orden de ideas, los valores superiores desempeñan un papel
de robustecimiento de la norma constitucional en el proceso de
creación-aplicación del derecho, por cuanto reducen el ámbito de
discrecionalidad de los poderes públicos y los conducen por las
líneas superiores trazadas por el Constituyente. Así pues, los valores
son la cabeza de la Constitución material, son normas jurídicas
básicas de la cual dependen todas las demás normas. Por lo tanto el
valor de la igualdad que establece la Constitución, es un mandato que
conduce el sistema jurídico y, por supuesto legitima la Constitución
económica.
El artículo 13 de la Carta distinguió en tres incisos diferentes, tres
grupos poblacionales diversos: primero, prohibió discriminar por
ocho motivos o categorías sensibles o sospechosas: sexo, raza,
origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o
ilosóica; segundo, ordenó adoptar medidas a favor de dos grupos
más: los discriminados y los marginados y tercero, ordenó proteger
especialmente a las personas que se hallen en debilidad maniiesta
por tres criterios adicionales por su condición económica, física o
mental.
Adicionalmente podemos encontrar a lo largo del texto constitucional
reiteraciones del derecho a la igualdad, que bien desarrollan el
principio de igualdad, la cláusula del Estado Social de Derecho o el
principio del pluralismo y el reconocimiento de nuestra composición
multiétnica y multicultural.

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

Esta regulación constitucional no es muy técnica y no se compagina


con la tendencia internacional de no diferenciar sub-grupos de
poblaciones susceptibles de hallarse en situación de discriminación,
como categorías, marginamiento y vulnerabilidad. Todos esos
subgrupos son tratados por igual en las observaciones generales
de los Comités de la ONU y en la Unión Europea, en donde, en
particular para la ONU, los motivos o criterios discriminatorios
son los siguientes trece: raza, color, linaje, sexo, religión, edad,
nacionalidad, opiniones políticas o de otra índole, idioma, opción
sexual, discapacidad visible, condición económica, social y en
general por otras causas o condiciones (Parra, Carlos 2007).
Destáquese que este último criterio conigura además una cláusula
abierta o de textura abierta o concepto jurídico indeterminado, pues
permite que en el futuro aparezcan nuevas razones sobre las cuales
anclar una prohibición de discriminación.

B. EL DERECHO A LA IGUALDAD EN LA CONSTITUCIÓN

1. La Prohibición de Establecer Discriminaciones


La discriminación exige que se otorgue un trato diferenciado a una
persona o grupo en razón de una característica especíica y cuyo
objeto o resultado sea limitar o anular el reconocimiento y goce de
los derechos humanos.
En palabras de las Naciones Unidas, la discriminación es “toda
distinción, exclusión, restricción o preferencia, basada en motivos de
raza, color, linaje, sexo, religión, edad, nacionalidad, opiniones políticas
o de otra índole, idioma, opción sexual, discapacidad visible, condición
económica, social y en general por otras causas o condiciones que
tenga por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento,
goce o ejercicio en condiciones de igualdad de las diversidades, de los
derechos humanos y libertades fundamentales, en las esferas política,
económica, social, cultural, civil, familiar, o en cualquier otra esfera”.
(Comité de Derechos Humanos del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, Observación General No.18. ONU 1989).
La discriminación en primer lugar puede ser directa o de iure o
bien puede ser indirecta o de facto. La discriminación directa o

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de iure es la que se encuentra contenida en una norma jurídica.


La discriminación indirecta o de facto es la que se expresa en la
aplicación o interpretación del derecho o en cualquier ámbito de las
relaciones humanas. Y la discriminación en segundo lugar puede
ser activa o pasiva. La discriminación activa es el trato diferente
injusto, la discriminación pasiva es la ausencia de diferenciación
ante situaciones desiguales, la discriminación está prohibida en los
artículos 5º y 13 de la Constitución.
A su turno, la Corte Constitucional ha determinado que “El acto
discriminatorio es la conducta, actitud o trato que pretende consciente
o inconscientemente anular, dominar, o ignorar a una persona o
grupo de personas, con frecuencia apelando a preconcepciones
o prejuicios sociales o personales, y que trae como resultado la
violación de sus derechos fundamentales. El acto de discriminación
no sólo se concreta en el trato desigual e injustiicado que la ley hace
de personas en igualdad de condiciones. También se maniiesta en la
aplicación de la misma por las autoridades administrativas cuando,
pese a la irracionabilidad de la diferenciación, se escudan bajo el
manto de la legalidad para consumar la violación del derecho a la
igualdad.” (Corte Constitucional, Sentencia T-590 de 1996).
La discriminación entonces es aquel acto o comportamiento que
tiene los siguientes efectos: “(I) rompe la igualdad formal que debe
existir entre todos las personas en materia de aplicación de la ley, al
tiempo que; (II) coloca a la persona o personas discriminadas en una
situación de inferioridad o desventaja, anulándolas, dominándolas o
simplemente ignorándolas”.

2. Adoptar Medidas a Favor de los Grupos Discriminados y


los Marginados
En primera instancia se observan aspectos relevantes en los textos
citados, el inciso segundo tiene por destinatarios de la acción estatal
a los grupos discriminados y marginados; no se reiere a personas
individuales sino a colectivos de individuos. Se asume que la
discriminación y la marginación son prácticas derogatorias que
trascienden la esfera particular que se expresan en medidas, hechos
y normas que afectan a más de una persona.

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

En segundo término, el inciso segundo parece diferenciar entre


los grupos que sufren discriminaciones y aquellos en situación de
marginación; la distinción es importante. La discriminación es, en
el criterio de la Corte, un proceder arbitrario de un poder público o
privado, formal o informal, que tiende a anular, dominar o ignorar a
una persona o grupo de personas, motivado por prejuicios sociales o
personales, que a su turno se apoyan en estereotipos, como resultado
de tales prácticas, se vulneran los derechos fundamentales de los
sujetos pasivos de las mismas. (Corte Constitucional, Sentencias
T-098 de 1994 y T-590 de 1996).
En síntesis, la discriminación es un comportamiento activo carente
de empatía y con efectos censurables no sólo por el derecho sino
también por la ética, cuando se discrimina se iniere daño al
estigmatizar, al privar al otro de acceso a la sociedad y a los demás
hombres, lo que es más grave, se lesiona la estima propia de los
discriminados y su humanidad.
La Corte Constitucional ha reconocido en su jurisprudencia el nexo
entre justicia social e igualdad real. En Sentencia T-533 de 1992, puso
de en relieve a la pobreza como fuente de marginación y debilidad
maniiesta al tiempo que señaló la existencia de una “deuda social.”
(Corte Constitucional, Sentencia T-046 de 1997).
La interdicción de la exclusión empieza donde dejamos la lucha contra
la arbitrariedad del poder, como se ha señalado, se es excluido de algo
sea éste un lugar, un estatuto común, un grupo familiar, profesional o
social; de la función del trabajo y hasta del desarrollo, así como de los
derechos que tales situaciones conllevan. A diferencia de derechos
como la vida, la libertad o la integridad, que se mantienen indemnes
por el mero hecho de seguir vivo, íntegro o libre, el derecho a ser
reconocido, respetado o a estar integrado requiere una acción positiva
que devuelva al individuo al estado de dignidad, reconocimiento y
participación social del que lo expulsaron.
El excluido por la acción de los poderes públicos o privados no
solo es sujeto pasivo del acto de exclusión propiamente dicho, sino
que es objeto de un tratamiento diferencial negativo respecto de los
incluidos; el combate contra la exclusión exige entonces un acto

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CARLOS PARRA DUSSAN

de justicia y equilibrio para deshacer las relaciones asimétricas que


crea la exclusión. Es por esto que el artículo 13 de la Carta Política,
ordena al Estado promover “las condiciones para que la igualdad sea
real y efectiva” y le exige adoptar “medidas en favor de los grupos
discriminados o marginados”.
La Corte Constitucional ha destacado en su jurisprudencia el hecho de
haber reconocido el Constituyente de 1991 la existencia de sectores
débiles y discriminados y de un estado de desigualdad que debe ser
cambiado. (Corte Constitucional, Sentencia C-074 de 1993).
El artículo 13 de la Constitución da un paso fundamental al admitir la
presencia de sectores, personas y grupos marginados y discriminados
en lugar de partir de la igualdad hipotética de los sujetos. Es por así
decirlo, la carta de ciudadanía de la exclusión y al mismo tiempo el
mandato para su erradicación dentro de las posibilidades del Estado
social de derecho, mediante acciones que restauren el equilibrio a
favor de los débiles, de los discriminados y de los marginados en el
(artículo 13 incisos segundo y tercero Constitución Política).
El (inciso segundo del artículo 13 de la Constitución Política), incluye
asimismo a los grupos marginados como destinatarios de la acción
de equilibrio que le atañe al Estado. Esta categoría, a diferencia de
los discriminados, se encuentra en situación de necesitar la defensa
de las autoridades como resultado de circunstancias infortunadas
tales como la pobreza, la enfermedad, la falta de movilidad social, la
edad, la vulnerabilidad y las calamidades inligidas por la naturaleza,
o la mano del hombre, estas circunstancias constituyen el punto de
partida de un proceso de decadencia.
La Corte Constitucional se ha pronunciado sobre el tema de la
marginación alrededor de grupos en situaciones extremas como es el
caso de la miseria crónica y de los indigentes. (Corte Constitucional,
Sentencias T-533 de 1992; T-046 de 1997 y T-376 de 1993).
En palabras de la (Corte Constitucional Sentencia T-533 de 1992)
“Existen miembros de la comunidad desfavorecidos en la repartición
de los recursos económicos, marginados de la participación política
y condenados, por su situación menesterosa, a una vida de penurias
y necesidades que ofende la dignidad de la persona humana.

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

Los indigentes son personas que carecen de recursos económicos


mínimos para subsistir dignamente y se encuentran incapacitados
para trabajar, debido a su edad o su estado de salud. Las más de las
veces no cuentan con una familia que les prodigue apoyo material
y espiritual.
La pobreza sin duda, atenta contra la vigencia de los derechos
fundamentales. Sus causas estructurales son combatidas mediante
políticas legislativas y macro económicas. Sus efectos en cambio
exigen de una intervención estatal directa e inmediata cuyo
fundamento no es otro que la naturaleza social del Estado y la
efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la
Constitución” (Corte Constitucional, Sentencia T-533 de 1992).
La (Corte Constitucional, en Sentencia SU-225 de 1998) afrontó
el tema de la miseria al momento de proteger el derecho de una
colectividad de marginados económicos a la salud y la prevención
médica y concretamente, de evitar que se propagara una epidemia de
meningitis infecciosa en los niños de Puente Aranda en la ciudad de
Bogotá. En esa ocasión el alto Tribunal acuñó el término “cláusula
de erradicación de las injusticias presentes” en referencia al inciso
segundo del (artículo 13 de la Constitución Política), que dicho
sea de paso es coincidente con el principio de interdicción de la
exclusión que se postula en el presente trabajo.
En la sentencia comentada la Corte hizo una lectura económica de
la marginación: “En la medida en que las instituciones del mercado
y de la competencia se arraigan en la sociedad, la satisfacción de un
número creciente de necesidades se articula a través del sistema de
oferta y demanda.
Sin embargo, varias causas, entre ellas, la miseria extrema, ponen
a muchas personas por fuera del circuito económico, la escasa
cobertura de los servicios del Estado, además, puede determinar, en
que casos estos sujetos terminen por perder todo nexo signiicativo
y valioso con la sociedad, aquí se plantea a la sociedad y al Estado,
el desafío constante de corregir la discriminación y la marginación,
pues aunque en si mismas pueden ser tema de la organización
existente, la Constitución las toma en cuenta sólo con el objeto

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CARLOS PARRA DUSSAN

de conigurar una competencia enderezada a combatirlas” (Corte


Constitucional, Sentencia SU-225 de 1998).
El bloque de normas que consagran la eliminación de la exclusión
puede subdividirse en tres grupos generales a saber:

a. Derechos intrínsecos de la persona


Se resalta el hecho de tratarse de garantías sin las cuales no puede
hablarse de un tratamiento o una consideración del sujeto como ser
humano, incluye al derecho al reconocimiento de la personalidad
jurídica (artículo 14 constitucional, y el libre desarrollo de la
personalidad artículo 16 de la carta, y la prohibición de la esclavitud y
cualquier otra forma de servidumbre artículo 17 de la Constitución).
(Constitución Política, artículo 13, Pacto de San José, artículos 12 y
24 Protocolo de San Salvador, el derecho a la igualdad entre hombre
y mujer artículo 43).
Como se aprecia, el hilo conductor de tales garantías fundamentales
es la persona humana como entidad intangible, reconocida por el
derecho, susceptible de ser moldeada a voluntad del sujeto titular y
protegida de aquellos atentados que pretenden degradarla.

b. Derechos civiles
En un segundo grupo que abarca algunos derechos civiles y políticos
que se han juzgado relevantes en el contexto bajo examen por el hecho
de estar asociados a prácticas inveteradas de exclusión, menciono el
derecho a la igualdad formal ante la ley (artículo 13 constitucional),
el derecho a la igualdad entre el hombre y la mujer (artículo 43
constitucional), la garantía del libre culto (artículo 19), el derecho
de circulación y residencia (artículo 24), la prohibición del destierro
y de penas absolutas como la prisión perpetua o la coniscación
(artículo 34). A contrario sensu, la garantía del derecho de asilo
(artículo 36 de la Constitución), la garantía de participación cívica y
política (artículo 40 constitucional), y el derecho a la nacionalidad
(artículo 96 constitucional).
Cada uno de estos derechos ha sido precedido por luchas históricas
contra las prácticas discriminatorias que ellos pretenden impedir.

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

(Derecho de circulación y residencia, artículo 24 Constitución


Política; artículo 22 Pacto de San José; la prohibición del destierro
y de penas absolutas como la prisión perpetua o la coniscación,
artículo 34 Constitución Política).

c. Derechos económicos, sociales y culturales


Este grupo de derechos, constituye la respuesta a los excesos y
las carencias del liberalismo político y económico, dan cuerpo a
la noción de justicia social sin abandonar un ideal de armonía que
se expresa en el derecho a la paz de que trata el (artículo 22 de la
Constitución Política).
La variedad de derechos económicos, sociales y culturales que
corresponden a la exclusión en esos dominios es grande; pueden
enunciarse el derecho al mínimo vital, que es un desarrollo
jurisprudencial de las cortes italiana y colombiana, el derecho al
trabajo (artículo 25 Constitucional) y a la profesión, ocupación u
oicio lícitos (artículo 26 constitucional), el derecho a la seguridad
social (artículo 48 de la Constitución Política), a la salud (artículo
49 constitucional), el derecho a la familia y la procreación (artículo
42 constitucional), el derecho a la educación artículo 67 y 68
constitucionales),el derecho a la cultura (artículo 70 constitucional)
y de manera preeminente, el derecho de los individuos y grupos
vulnerables o débiles a la protección del Estado: (artículos 13 incisos
segundo y tercero, 44, 45, 46 y 47 de la Constitución Política).

3. Proteger Especialmente a las Personas por su Condición


Económica Física o Mental
El (inciso tercero del artículo 13 de la Constitución Política),
incorpora dos mandatos al Estado que tienen como verbos rectores
aquellos de proteger y sancionar, el primero de ellos esta cualiicado
la protección debe ser “especial” es decir, singularizada, hecha a
la medida de la situación de las personas evidentemente débiles el
carácter especial de la protección también hace referencia a que no
es una especie de protección que el Estado deba a los ciudadanos en
general.

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CARLOS PARRA DUSSAN

El verbo sancionar se predica de aquellas situaciones en las cuales


los débiles por razones económicas, físicas o mentales son presa
de personas que se aprovechan de esa debilidad para socavar los
derechos de los desvalidos; el Estado deberá asumir entonces uno de
sus cometidos esenciales consistente en impedir las vulneraciones,
poniendo todo su peso a favor de quienes tienen menos elementos
para defenderse, es un cometido de justicia elemental.
La protección estatal que pregona el artículo 13 se extiende
a la población vulnerable; por vulnerabilidad entendemos la
predisposición a sufrir un daño; se es vulnerable por motivos
intrínsecos de la persona que la hacen frágil ante circunstancias
externas. Así, los débiles en términos económicos son vulnerables a
la pérdida del empleo o de la vivienda.
Las personas con discapacidad mental son vulnerables a presiones
y engaños de los demás; las personas con discapacidad física son
propensos a la exclusión forzada que le impone la arquitectura
sin accesibilidad o las exigencias laborales y de productividad.
La vulnerabilidad factor interno y la amenaza factor externo se
conjugan para plantear el riesgo eventualidad con potencial de daño,
que puede materializarse en el daño.
La (Corte Constitucional, en la Sentencia SU -225 de 1998), enfatizó
cómo,el marginado y el débil no tienen los recursos personales para
afrontar su vida como tampoco para neutralizar los riesgos que ésta
conlleva.
Igualmente airmó la Corte “… la pobreza o indigencia reducen hasta
grados extremos la posibilidad de resolver de manera autónoma
las necesidades vitales de las personas que las padecen” (Corte
Constitucional, Sentencia SU-225 de 1998).
Las diferencias entre discriminación, marginación y debilidad
maniiesta que se insinúan en el texto del (artículo 13 de la
Constitución Política), no impiden que la situaciones fácticas tengan
un poco de cada una de tales categorías. Las personas de la tercera
edad sin recursos económicos y los minusválidos son a la vez
marginados y débiles en grado maniiesto; los indigentes al tiempo

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

que caliican como discriminados “desechables” son marginados y


se encuentran en situación de debilidad maniiesta.
La Corte ha entendido que se trata de deberes y derechos de
prestación cuya efectividad está vinculada a la capacidad impositiva
y presupuestal del Estado, pero cuyo cumplimiento a cargo de éste
hay que enfatizar por tratarse de un mandato superior, este último
implica que el Estado debe acometer “la erradicación de las injusticias
presentes” desde ahora, sin darle largas al cumplimiento de ese deber.
También ha dicho que en caso de mora o indiferencia del legislador o
el ejecutivo, el juez constitucional puede intervenir para hacer efectiva
la protección estatal que pregona el artículo 13, previa veriicación
de los siguientes extremos: “(i) la identiicación del grupo en estado
de marginalidad y debilidad maniiesta; (II) la demostración de la
existencia de necesidades básicas insatisfechas; (III) el examen de la
conducta estatal que demuestre la inatención”. (Corte Constitucional,
Sentencias SU-111 de 1997 y SU- 225 de 1998).
El carácter progresivo de los derechos sociales, económicos y
culturales fue resaltado en la (sentencia C-251 de 1997 de la Corte
Constitucional),que declaró exequible el Protocolo adicional a la
Convención Americana de Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales conocido como protocolo de San
Salvador”. Este fue incorporado a la legislación interna en la ley 319
del 20 de septiembre de 1996, la cual también fue declarada exequible
por el fallo.
El carácter escalonado y progresivo que reviste la aplicación de
los derechos económicos y sociales no es óbice para que el Estado
emprenda el esfuerzo de manera inmediata, dice al respecto la Corte
Constitucional: “(...) resulta claro que el carácter progresivo del deber
de realización de estos derechos no implica que los Estados pueden
demorar la toma de las medidas necesarias para hacerlos efectivos.
Por el contrario, el deber de adoptar todas las medidas posibles
es inmediato, ya que los Estados tienen la obligación de iniciar
inmediatamente el proceso encaminado a la completa realización
de los derechos contenidos en el Pacto.” (Corte Constitucional,
Sentencia C-251 de 1997).

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De manera simplemente enunciativa mencionamos las siguientes


garantías:
A la seguridad social (artículo 48 Constitución Política), a la salud
y el saneamiento ambiental (artículo 49 Constitución Política); a la
vivienda digna (articulo 51 Constitución Política); a una remune-
ración mínima vital, a la estabilidad en el empleo, al pago oportuno
y el reajuste periódico de las pensiones (artículo 53 Constitución
Política); al acceso a la propiedad (artículo 60 Constitución
Política); al acceso progresivo de los trabajadores agrarios a la
propiedad de la tierra (artículo 64 Constitución Política); a la
educación (artículo 67 Constitución Política); a la cultura (artículo
70 Constitución Política); a servicios públicos (artículo 365 Consti-
tución Política y en especial, a los domiciliarios (artículos 366, 367
Constitución Política).

C. REITERACIONES ESPECÍFICAS DEL PRINCIPIO DE


IGUALDAD
El principio general de la igualdad irradia el equilibrio que le es
intrínseco sobre ámbitos diversos en la Constitución de 1991,
que coinciden con sectores tradicionalmente excluidos de una u
otra forma, por lo que encontramos un eco del artículo 13 en los
siguientes artículos de la Carta Fundamental:

1. Igualdad Religiosa
En el (artículo 19 Constitución Política): (...) Todas las confesiones
religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”.

2. Derecho a la Familia
El (artículo 42 de la Constitución Política), señala (...) Las relaciones
familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de la pareja
y en el respeto recíproco entre todos sus integrantes. Cualquier forma
de violencia en la familia se considera destructiva de su armonía y
unidad, y será sancionada conforme a la ley”.
Los (artículos 40 inciso inal, 42 inciso tercero y 43 de la Constitución
Política), deben ser entendidos como el reconocimiento de una lucha

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prolongada a favor de los derechos de la mujer en el mundo y en


Colombia y también como un indicador de cambio social decisivo.
Ha sido una lucha histórica lenta y obstinada contra prejuicios y
usos sociales arraigados que redundaban en la discriminación de
género. La (Corte Constitucional, en sentencia T-098 de 1994), hizo
un recuento de los hitos principales de la emancipación de la mujer
colombiana hasta 1932, se la consideró incapaz y por ende, sometida
al fuero paterno o conyugal; se le concedió el status de ciudadana
en 1945 pero tuvo acceso al voto únicamente hasta 1957 y vino a
compartir el ejercicio de la patria potestad con el esposo sólo hasta
1974. Por su parte, en 1981 se reconoció legalmente su igualdad
con el hombre y en 1988 se suprimió la expresión “de” en la cédula
de las mujeres, que señalaba su pertenencia al marido.
Como puede apreciarse, el reconocimiento de la mujer como sujeto
pleno de derechos se logró de manera gradual en un proceso que
la llevó desde la situación de incapaz, privada de toda autonomía,
hasta la condición de ciudadana en paridad con el hombre que es
precisamente el estado de cosas que releja la Constitución vigente.
La sentencia comentada resume el tratamiento que le deparó la
constituyente a la mujer:
“Los hijos habidos en el matrimonio o fuera de él, adoptados o
procreados naturalmente o con asistencia cientíica, tienen iguales
derechos y deberes. La ley reglamentará la progenitura responsable.”
(Corte Constitucional, en sentencia T-098 de 1994)

3. Derecho de los Trabajadores


Podemos airmar que el segundo fundamento del Estado social de
Derecho es el trabajo, que se expresa como un derecho y una obligación
social, que goza en todas sus modalidades de especial protección del
Estado, y busca que todas las personas tengan derecho a un trabajo en
condiciones dignas y justas. (artículo 1 Constitución Política).
El trabajo está explícitamente consagrado en la Constitución de la
siguiente manera:
a) Al prever principios mínimos fundamentales (Art. 53).

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CARLOS PARRA DUSSAN

“Igualdad de oportunidades para los trabajadores, remuneración


mínima vital y móvil, proporcional a la cantidad y calidad del
trabajo; estabilidad en el empleo.”
b) Al incorporar a la legislación interna los 54 convenios
internacionales del trabajo ratiicados por Colombia (Art. 53).
c) libertad sindical (Art. 39).
d) Al establecer la negociación colectiva
e) Al mantener el derecho de huelga, excepto en los servicios
públicos esenciales como mecanismos de auto tutela de la sociedad.
f) Al introducir la concentración para fomentar las buenas relaciones
laborales y contribuir a la solución de los conlictos colectivos. Se
adopta para la comisión permanente de concentración la estructura
de la OIT, ya que participaran en su integración los empleados, los
empleadores y el gobierno (Art. 56).
Este valor estaba implícito en nuestro ordenamiento constitucional
a partir de la reforma de 1936, y en el derecho constitucional
comparado aparece explícitamente consignado como fundamento
de la Constitución Italiana. Mortati lo comenta en su obra “Cons-
titución, Principios Fundamentales”, al decir “que la referencia
al trabajo pone de relieve la dimensión comunitaria, como factor
necesario a la reconstrucción de una nueva unidad espiritual italia-
na”. El trabajo está igualmente consignado en el preámbulo de la
Constitución Francesa de 1946 y en la declaración de los derechos
del hombre de Naciones Unidas (artículo 23).

4. Derecho a la Cultura
El (artículo 70 de la Constitución Política). (...) La cultura en sus
diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad. zEl
Estado reconoce la igualdad y dignidad de todas las que conviven
en el país. (...).

5. Categorías de Especial Protección


Los (artículos 43 inciso segundo, 44, 45, 46 y 47 de la Constitución
Política), que tratan respectivamente de la protección especial a la
mujer cabeza de familia, los niños, los adolescentes, las personas de
la tercera edad y los disminuidos físicos y mentales son la esencia

125
EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

del inciso tercero del artículo 13 ya comentado, en la medida en


que erigen salvaguardias a los derechos de categorías vulnerables,
propensas a constituirse en un estado de debilidad maniiesta.

a. La mujer cabeza de familia


La mujer cabeza de familia merece el apoyo especial del Estado
por la elemental razón de faltarle la solidaridad económica de
un compañero. La Comisión Colombiana de Juristas destaca la
posición de la mujer cabeza de familia cuya aparición atribuye a
la violencia continuada que ha dejado “un sin número de mujeres
viudas”, a la patología social de la deserción por parte del hombre
y a la más reciente aparición del fenómeno de madres solteras, que
“han obligado a la mujer a incorporarse a los roles de la producción,
adquiriendo la responsabilidad de ser la base de su hogar, sin haber
llegado a desprenderse de los patrones culturales que la coninaban
al espacio doméstico y al cuidado de los hijos”.
Estas mujeres deben ejecutar un acto de equilibrio económico y
emocional para desempeñar todas las funciones que corresponden
a la pareja, desde una posición desventajosa como lo resalta la
Comisión, a no dudarlo son merecedoras del apoyo estatal.

b. Niños y adolescentes
Los niños, que encarnan el futuro, son altamente vulnerables como
se iniere de la lectura del (artículo 44 de la Constitución Política),
extrapolado al 45 (los adolescentes). La existencia de esas normas
constituye prueba de las prácticas abusivas que se ejercen contra ellos:
abandono de hecho, repudio formal, violencia física, mental y moral,
abuso sexual, venta y esclavización, explotación laboral y económica,
puede decirse que la norma delata las iniquidades que se cometen.
Surge de esta manera la obvia razón de incluir a los niños y en general
a los menores dentro de la categoría de vulnerables, pues lo son por
su incapacidad para descifrar y enfrentar el mundo de los adultos,
donde se imponen las reglas y de donde nacen las condiciones que
rigen sus vidas, son sujetos pasivos de ese contexto adulto que no
pocas veces los trata con desconsideración y hasta crueldad.

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CARLOS PARRA DUSSAN

c. Las personas de la tercera edad


La Corte Constitucional trató in extenso el tema de la tercera
edad alrededor de la falta de protección pensional para ancianos
indigentes.” La Corporación identiica el papel disminuido que la
sociedad moderna le asigna al anciano, señala sus carencias y no duda
en caliicarlo como “un grupo en circunstancias de marginalidad y
debilidad maniiestas.” (Corte Constitucional, Sentencias T-426 de
1992 y T-578 de 2000).
La solución que prescribe el máximo Tribunal constitucional es
aquella de reconocer un derecho fundamental a la subsistencia
o al mínimo vital (Parra, Carlos 2007), que se construye por la
interacción de los derechos a la vida (artículo II C.P.), la seguridad
social (artículo 48 C.P.), la salud (artículo 49 C.P.) y el trabajo
(artículo 25 C.P.), en procura de la dignidad humana (artículo 1°
C.P) y de ese orden justo de que hablan el Preámbulo y el artículo
2° de la Carta Fundamental. Se trata pues, de una manifestación
jurisprudencial del Estado Social de Derecho.

d. Personas con discapacidad


El (artículo 47 de la Constitución Política), plantea un trato especial
para una población especíica que se encuentra en condiciones de
debilidad maniiesta, como una obligación constitucional que se
impone al Estado y que debe traducirse en un compromiso para su
atención, así como en una política permanente.
La atención de las personas con discapacidad en lo referente a previ-
sión, rehabilitación e integración no es ya una facultad discrecional
del gobierno, sino un mandato de obligatorio cumplimiento. (Parra,
Carlos 2002).
La Corte Constitucional, en sus sentencias, ha tenido en cuenta
las condiciones de debilidad en que se encuentran las personas
con discapacidad y que hacen necesario un trato especial, o
discriminación positiva, que las coloque en una situación de igualdad
de oportunidades en relación con las demás personas y las lleve a la
realización efectiva de sus derechos.

127
EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

La Corte ha planteado claramente que el Estado, a través reacciones


airmativas, debe garantizar un equilibrio que supere las diferencias
iniciales y logre la igualdad real. (Corte Constitucional, Sentencias
T-067 de 1994 y T-093 de 1997).
La protección especial que ofrece el artículo 47 de la Constitución
a las personas con discapacidad, tiene una aplicación especíica en
el campo laboral; el artículo 54 del mismo ordenamiento ordena al
Estado colombiano “propiciar la ubicación laboral de las personas
en edad de trabajar y garantizar a los minusválidos el derecho a un
trabajo acorde con sus condiciones de salud.” (Corte Constitucional,
Sentencia C-072 de 2003).
La Corte planteó el tema de la discriminación pasiva de los
discapacitados que resulta de un trazado urbano y arquitectónico
que no los tiene en cuenta. Airma que “Las ciudades son diseñadas
bajo el paradigma de la persona sana, en pleno uso de sus
capacidades, son estructuras físicas de negación y discriminación
para los discapacitados que, al no ser tomados en cuenta en el diseño
y funcionamiento de los espacios, ven agravada su situación de
aislamiento y de rechazo, así como reforzados los prejuicios sociales
en su contra.” (Corte Constitucional, Sentencia T-288 de 1995).
En el fallo se reconoce el carácter “histórico” de la marginación
y discriminación de las personas con discapacidad y además
se esboza la fuente de ellas, se trata de “los prejuicios, actitudes
rediscriminación” que experimentan los individuos sin discapacidad
al encararlas personas con discapacidad.

6. Indígenas
El balance del proceso constituyente es favorable a las comunidades
indígenas; obtuvieron en primer término, el reconocimiento del
principio fundamental a la diversidad étnica y cultural artículo
7° C.P, piedra miliar del articulado constitucional favorable a las
minorías étnicas; también la aceptación de sus lenguas y dialectos
como idioma oicial en sus respectivos territorios artículo 10 C.P.
Se garantizó la intangibilidad de los resguardos indígenas y las
tierras comunales de grupos étnicos (artículo 63 de la Constitución

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CARLOS PARRA DUSSAN

Política), y los derechos especiales de los grupos étnicos asentados


en lugares de riqueza arqueológica (artículo 72 constitucional). Estos
cánones deienden el arraigo de los indígenas y otros grupos étnicos
a la tierra que les da razón de existir, también se les garantizaron
ciertas instituciones penales propias.
En materias administrativas y judiciales, la Asamblea Constituyente
fue pródiga con los indígenas, es así como el (inciso primero
del artículo 286 de la Constitución Política), elevó los territorios
indígenas a la categoría de entidades territoriales, que leído en
consonancia con el (artículo 287 constitucional), implica que
las comunidades indígenas tienen autogobierno con autonomía
administrativa y iscal. Igualmente fue consagrada la autonomía
jurisdiccional de esas comunidades, en el (artículo 246 de la Carta
Fundamental), otorgó a los indígenas una autonomía relativa en
materia judicial. Como se verá adelante, algunas decisiones de las
autoridades indígenas han chocado con el ordenamiento jurídico
colombiano.
Para terminar la enunciación de las garantías concedidas a los indí-
genas, es necesario comentar el (inciso quinto del artículo 68 consti-
tucional y el inciso segundo del artículo 70 del mismo ordenamien-
to). El primero concede a los grupos étnicos el derecho a escoger la
formación que mejor se acople a sus creencias y el segundo eleva las
culturas originarias al mismo rango de la cultura nacional. De esta
manera se protegen las cosmovisiones de los pueblos aborígenes,
que como se vio al comentar la sentencia T 510/98, son requisito de
la cohesión y supervivencia de esos grupos humanos.

7. Participación política
La Constitución de 1991 abandonó la enunciación cerrada de los
actores políticos válidos (partidos tradicionales), que aparecía en los
actos legislativos mencionados atrás, en favor de una fórmula abier-
ta que contempla partidos, movimientos políticos y organizaciones
sociales (artículo 107 inciso segundo constitucional. Además, se eri-
gió a la categoría de derecho la posibilidad de organizar y desarro-
llar partidos y movimientos políticos (artículo 107 inciso primero
Constitución Política).

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EL DERECHO A LA IGUALDAD EN NUESTRO ESTADO SOCIAL

La Corte Constitucional expresó al respecto lo siguiente: “El


contenido y alcance del derecho a constituir partidos y movimientos
políticos, corresponden a algunas de las múltiples concreciones de
las características sustanciales del Estado social de derecho como
Estado democrático, participativo y pluralista. El fortalecimiento de
la democracia participativa fue el designio unívoco de la Asamblea
Nacional Constituyente (...)” (Corte Constitucional, Sentencia
C-089 de 1994).

CONCLUSIONES
El derecho a la igualdad es una conquista de la humanidad en el
laboratorio de la historia, pues durante muchos siglos fue concebida
como propia de la naturaleza.
El logro de la igualdad, ha representado distintas luchas de los
grupos marginados, por lo que en la realidad jurídica encontramos
desarrollos normativos asimétricos.
La Constitución de 1991, garantizó el derecho a la igualdad con
diversas maneras de protección jurídica, como la igualdad formal
y real, prohibición y sanción de la discriminación, y distintas
reiteraciones al derecho a la igualdad.
Se puede airmar que pese al esfuerzo normativo de la constitución,
la realidad social es que persiste la discriminación, subsistiendo
diversos grumos discriminados, marginados y excluidos de la
sociedad.
Es importante señalar, que la protección constitucional de los
distintos grupos de especial protección, no es taxativa; el artículo 13
constitucional, permite la inclusión de otros a ser una lista abierta.

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