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EN BUSCA DE LA FELICIDAD

“Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y tomando él la
palabra, comenzó a enseñarles diciendo:” (Mateo 5:1-2)

Ser feliz es cuestión de uno mismo, por un lado, pero es una paradoja serlo ¿Por qué? Porque el
mundo enseña que es feliz quien tiene éxito, dinero, placeres... Según el Señor Jesucristo, hay nueve
maneras de ser feliz. Note usted estos principios. Considere lo que el Señor Jesucristo, enseñó a sus
discípulos, en el famoso Sermón de la Montaña, o Sermón de la felicidad. Hay principios éticos que
considerar.

Ahora meditemos en esta ilustración: Una tarde, hace muchísimo tiempo, Dios convocó a una reunión.
Estaba invitado un ejemplar de cada especie. Una vez reunidos, y después de escuchar muchas
quejas, Dios soltó una sencilla pregunta: "¿Entonces, qué te gustaría ser?” Cada animal respondió sin
tapujos y a corazón abierto: La jirafa dijo que le gustaría ser un oso panda, el elefante pidió ser
mosquito. El águila, serpiente. La liebre quiso ser tortuga, y la tortuga, golondrina. El león rogó ser
gato. La nutria, carpincho. El caballo, orquídea. Y la ballena solicitó permiso para ser zorzal... Le llegó
el turno al hombre, quien casualmente venía de recorrer el camino de la verdad, hizo una pausa, y
esclarecido exclamó: "Señor, yo quisiera ser... feliz."

Viví García, Me gustaría ser. Citado por Jorge Bucay. Edición Aloce.

Es interesante notar que el ser humano es infeliz, porque está insatisfecho con lo que es y lo que
tiene, quiere ser otra cosa y tener más. Es obvio, que debemos aspirar a más, pero sin ansiedad y
codicia. Es clave mirar la gente y darle un mensaje de felicidad, de esperanza, de ánimo. Sea usted
feliz, porque es un hijo(a) de Dios, porque tiene vida en Cristo, porque tiene sentido adorar y servir al
Señor. Ore a Dios a favor nuestro.

Veamos el primer paso para ser felices:

FELICES LOS NECESITADOS DE DIOS

"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” Mateo 5:3

Que ironía, cuando uno cree que ser feliz, es tenerlo todo, salud, dinero amor y nada de Dios. Ser
feliz, es sentirse satisfecho, es tener una meta terminada. En la Biblia ser feliz, es reconocer su
necesidad de Dios.

Las bienaventuranzas, o los dichosos, son aquellas personas que, han hecho o tomado la decisión de
seguir e identificarse con el Señor Jesucristo para ser obedientes a sus mandatos.

Pregunté a un grupo de conocidos que es la felicidad, y dijeron: Tener una profesión, tener una
familia, tener una casa, un coche, es tener un logro alcanzado. Que dice, la Biblia: “Felices los pobres
en espíritu...” ¿Qué es esto? Es feliz quien reconoce su necesidad de Dios.

Ser feliz es reconocer que uno necesita a Dios, que necesita su amor, paz y esperanza, es identificarse
con el Señor mismo, la razón, porque de ellos es el Reino de los cielos. Entonces, que debemos
hacer, buscar a Dios de corazón para obedecer su Palabra y servirle.

Ser pobre en espíritu, es reconocer su calamidad de Dios, es poner primero al Señor y no los bienes
materiales, estos tienen su lugar. Reconocer que cada creyente necesita la Palabra para ser guiado, la
oración, meditación y el servicio al prójimo para crecer en santidad.

“Porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Por los méritos de Jesús, por el logro de la cruz, y la
obediencia es que llegamos a su Reino, de justicia y de paz, para amarle, adorarle, servirle, como
humanos formadores de vida.

Siga orando a favor nuestro e invierta para seguir edificando como proceso de vida. Sea feliz, más allá
de las circunstancias adversas. Dios lo ayude.

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