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5. Educacién liberadora 5.1, La fractura ontolégica 1, La conciencia E] fenémeno de Ia conciencia, en cuanto fenémeno, es incontrovertible. Lo discutible, lo perennemente discutible, es la conciencia misma; es decir, la explicacién y lectura del fenémeno en cuestién. Incluso no falta quien ha me- nospreciado descaradamente la conciencia. Asi Nietzsche, en 1882, publicaba en La Gaya Ciencia. “La conciencia es la tiltima y més tardia evolucién de la vida or- génica y, en consencuencia, es io menos logrado y lo ms frégil de la evoluci6n”. Aun suponiendo con Nietzsche que el hecho de la conciencia constituya una degeneracién y un menoscabo en el seno del proceso evolutivo, lo ines- quivable es que la conciencia est4 ahi y no parece que vaya a eclipsarse en breve. Ya no resulta nada facil volver al monte y sumergirse en la beatitud zoolégica. Lo urgente y precipuo es averiguar qué dependencias se establecen ~en caso de que las haya— entre cultura y conciencia; y esto no porque si, sino con dnimo de escrutar si naturaleza y cultura forman un continuum o bien si entre la una y la otra aparece una fractura o quebranto. El hombre es natura- leza -encéfalo-, cultura -habla—y conciencia ~vete a saber qué-. ¢Cémo se re~ lacionan estos tres pilares?, las respuestas resultan fundamentales para la educacién, ya que son fundamentantes de la misma y también son esenciales para delimitar el discurso filos6fico sobre la educacién. Procedamos con so- siego. El ser y el tiempo de Heidegger, La situacién espiritual de nuestra época -segunda parte— de Jaspers, y Fl existencialismo es un humanismo de Sartre forman tres muestras de un andlisis fenomenolégico que concibe al hombre, no como un ser, sino como un poder-ser. El hombre no esta jamés hecho -a lo. sumo queda brutalmente “per-fecto” cuando fallece-. El ser humano es mori- turus ~“el-que-tiene-que-morir"- y cuando le alcanza la muerte empirica deja de ser moriturus —que es lo suyo— para mudarse en cadaver; es decir, en algo que ya no puede morirse -cosa que no le cuadra-. Si inicamente fuera mor- 198 OCTAVE FULLAT talis -mortal-, el finamiento constituirfa la perfeccion o acabamiento huma- to, pero no es asf porque el hombre es moriturus en contra del perro que © precisamente mortalis. El ser que consiste en “tener-que-morirse” es tal por- Phe su muerte no esta prefabricada como la de la paloma toreaz; su Sbito cs Suyo, le pertenece dada su constitucién de consciente. El hombre se encam Sen a muerte construyéndose la vida biografica desde la conciencia. Sin és- ta, aparece impensable la estructura del moriturus. Seguin Sartre -I'Etre et le Néant—+ “La caracteristica fundamental de la conciencia consiste en ser descompresion del ser. En efecto, resulta imposible definirla como coincidencia consigo misma”. La conciencia es distancia con respecto a aguello de Jo que se tiene con cientin Cuando me doy cuenta de que veo mis dedos escribiendo, el me doy Siena estriba, al pronto, en no-ser “veo mis dedos escribiendo”; es nada, pre” cere te, de esto; es nada de, Bl acto de conciencia es un mirar lo mirado, y bor tanto, no serlo. La conciencia subsiste como intersticio, hendedura, res Puicio, alcjamiento, disparidad, discrepancia, separacién. El dfa en aue un Gedazo de naturaleza dijo la naturaleza aconteci6 algo ins6lito. Lo de menos, para el fildsofo, es Ia cronologia de este primer decir consciente: lo grave Para él es el acontecimiento. Decir la naturaleza, apercibirse de ela, es no pare Ta conciencia de la naturaleca es, para comenzar, nada de naturaleza. La seenciencia se nos convierte en extravagancia y excentricidad con respecto a Io natural y compacto. No sélo esto; la conciencia puede ser también concien ea de los productos culturales, no coincidiendo jamés con ellos. La concien- Cia aida sempre sola; es huérfana de nacimiento, es retraida, incomunicada, recoleta y hasta hurafia. No hay color azul sin ojo que lo contemple; tampoco tiene sentido referis- sea objetos de la naturaleza y a objétos de la cultura sin una conciencia orB= Sc zadora, Qué son los valores de la cultura griega o de la cultura cristiana 0 aes cultura marxista sin relacién a una conciencia que los valore? Tener Sonciencia de algo, eg. de la materia fisica —de un 4tomo- o de la materia so- Sfal de la lucha de clases-, es conferir sentido a dicho algo: hasta el extremo Sarece esto asi que podria definirse la conciencia como el drgano det sentido, Pemo la capacidad de hermenetitica o interpretacién. La conciencia se nos fransforma en protofenémeno en vez de ser un vulgar epifenomeno. Ta conciencia acompafia nuestras representaciones y las unifica. Tener conciencia, no sélo es tener conciencia de mi vida, mas también tener con: coe de mi mismo. La conciencia ges homogénea con respecto al ser del cil ee conciencia?: he aqu{ una pregunta inesquivable y al propio tiempo ca: Sekte de respuesta segura y definitiva, La descripcin fenomenoldgica que hemos iniciado conduce sin embargo a la heterogeneidad La heterogeneidad radical entre ser y conciencia forma un dualismo irre ductible. La historia de la filosoffa ofrece muchos pensadores inscritos en cota concepeién metafisica. En nuestro tiempo, Sartre y Laing son dos repre- PAIDEIA. FILOSOFIAS DE LA EDUCACION 199 Conelencia Imperative categsrico moral “cogito” cespiritu alma = libertad ‘ser natural creatividad ser histérico (isico-quimico- ‘persona ee, Sergio) ne (socio-cultural) sentantes de tal ontologia. Pero, no todos han optado por tan intransigente heterogeneidad. Los materialistas niegan la irreductibilidad de la conciencia presentindola como un fenémeno totalmente reducible a bioquimica del ce- rebro. Marx y Engels entienden por conciencia los contenidos representativos de la misma perdiendo de esta guisa a la conciencia misma. No pocos psic6- Jogos la reducen a fisiologia. Watson negé la existencia de la conciencia por- que no se la podia mostrar en una probeta. Los behavioristas han proseguido en esta direccion. No han faltado filésofos como Leibniz por ejemplo que han admitido algo que parece, por otra parte, una ‘evidencia: no todas las representaciones de Ibs hombres son conscientes, aunque esto no implica que no puedan serlo. Freud, en nuestro siglo, ha ido mas lejos, sosteniendo que existen representa- ciones que nunca alcanzarén el nivel de la conciencia. Y no sélo esto; Freud dualismos explictos 1. heterogeneidad “el, Descartes) dela conciencia ‘con respecto.al | qualismos implicitos ser (ej. Sartre) Interpretaciones ‘ontologicas entomoala concioncia 2. homegeneidad | _materlalismos de la conciencia yedee socioléaico (6. Mans) espirtualismos (ej. Hegel)

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