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GALIA THALÍA DELGADILLO

BLANCAS
EDUCACIÓN MUSICAL
MUSICOLOGÍA

EL BOLERO
Símbolo de identidad latinoamericana.
EL BOLERO

INTRODUCCIÓN

En este ensayo expositivo, abordaremos de manera general los orígenes del bolero,
partiendo desde las músicas que lo antecedieron hasta llegar al punto en que éste tomó su
propia forma, tomando en cuenta el contexto sociocultural dentro del cual se gestó. Se
mostrará la estructura básica de su ritmo y forma, así como también la instrumentación y
sus variaciones. Más adelante mencionaremos los principales países que adoptaron al
bolero como parte de su cultura musical, así como los principales exponentes, y también
de forma breve nombraremos algunos de los estilos resultantes de la fusión entre el bolero
y otras músicas. Finalmente, este trabajo será concluido con algunas reflexiones
personales.

El bolero, ha formado parte no sólo de a historia musical del pueblo cubano, sino también
de otros países de Latinoamérica y por supuesto, México no ha sido la excepción, pues es
tan parte de nuestra identidad como lo podría ser el mariachi o los diversos sones; sin
embargo, no se tiene mucho conocimiento de dónde surge, por qué se llama así, cómo fue
que llegó a nuestro país, etcétera. Dado que existe poca bibliografía sobre el tema, decidí
dedicar este trabajo a recopilar los datos más relevantes y concretos, desde mi propio
criterio, para dar al lector un panorama general pero muy claro sobre esta música que
seguramente muchos crecieron escuchando, sin ser conscientes de dónde nació este estilo
y por qué se volvió tan importante.

ORÍGENES

Algunos historiadores dicen que los orígenes del bolero parten del country dance (danza
del campo o país), de Inglaterra a finales del siglo XVII y principios del XVIII.
Posteriormente esta danza se convirtió en contradanza que era un baile popular que los
franceses más tarde llevaron a América. Dada su similitud con las danzas primitivas de
África, este tipo de baile fue del agrado de los esclavos negros de Haití. En la segunda
mitad del siglo XVIII, llegaron el bolero y la contradanza españoles, el bolero español
estaba en compás 3/4 a diferencia del que conocemos actualmente que está en un compás
de 4/4.

A finales de este siglo, los esclavos africanos se rebelaron y se abolió la esclavitud en


Haití, lo que causó que la población francesa buscara refugio en Santiago de Cuba y ahí
fue donde la fusión de la contradanza francesa y la música africana comenzó a difundirse
rápidamente. Ya en 1803 existía la propia versión cubana de la contradanza, dando como
resultado dos tipos de contradanza: La de los franceses y la española que era más lenta y
elegante, de las cuales surgió el danzón, la guajira, la clave y la criolla.

Se cree que el término “bolero” proviene de la palabra volar, pues las danzas españolas
dan esa sensación debido a la ligereza de sus movimientos al bailar. El bolero fue “el
resultado de varios géneros: de la contradanza hereda la percusión; de la habanera, el
canto; del danzón, el estilo de baile abrazado; de la música de Yucatán, el rayado rítmico
de la guitarra prima y el respaldo tonal de la segunda que rasgueaba, y finalmente, la
influencia del bolero español, que, aunque algunos consideran que sólo le da el nombre,
otros sí le encuentran semejanza en el ritmo”. Tapia (2007).

Por cuestiones políticas, hubo una corriente migratoria de Cuba a México, con lo que al
regresar los cubanos a la isla llevaron los corridos, cuyas letras eran largas historias
narrativas compuestas en décimas y por eso la temática de los primeros boleros cubanos
eran descripciones de hechos patrióticos, y no románticos como los que se hicieron
populares y conocemos hasta la fecha.

El bolero surgió a finales del siglo XIX entre los trovadores de la Provincia de Oriente,
en Santiago de Cuba, y debido a las serenatas que eran muy populares en ese entonces,
fue que se popularizó. José “Pepe” Sánchez, un trovador que era conocido como “El Rey
de la Trova”, quien no tenía estudios formales de música, pero tocaba la guitarra con gran
empeño y compuso el bolero llamado “Tristezas”, en 1885 y se dice fue el primer bolero
que existió. La primera bolerista mujer en Cuba fue María Teresa Vera, quien compuso
el tema Mercedes. Eusebio Delfín fue el primer cantante de boleros quien a partir de 1921
hizo algunas grabaciones donde el acompañamiento cambió a lo que se conoce como
rayado o rasgueado, es decir, un acompañamiento con semi arpegios. En cuanto al ritmo,
lo repartió en un compás y medio, mientras que la mitad del segundo permanecía en
silencio. Hasta la fecha estos elementos son los que caracterizan al bolero. Su
instrumentación original era: Guitarra, requinto, bongós, clave y maracas.

DIFUSIÓN DEL GÉNERO

Hubo varios factores que contribuyeron al auge de la era dorada del bolero, como la caída
del tango a partir de la muerte de su máximo representante que fue Carlos Gardel; poco
después de la primera guerra mundial hubo un gran aislamiento por parte de los países de
Latinoamérica donde, donde no querían que otros países influenciaran con su música, a
excepción del vals, el pasodoble o el fox-trot, venidos de Europa o los Estados Unidos, y
esto dio paso al desarrollo del bolero. Otro factor fue la influencia de regímenes militares,
pues a estos gobiernos les interesaba ver a la población entretenida en sus gustos, para
que olvidaran la política, por ello la era dorada del Bolero está asociada en gran parte al
periodo de las dictaduras de la década de los cincuenta. También fue muy importante la
difusión de ídolos del cine donde esta música se tocaba en la mayoría de las películas. La
radio y el disco fueron dos factores importantes para la difusión del bolero y para que éste
se extendiera fuera de Cuba. La industria fonográfica al principio fue accesible sólo para
sectores con poder adquisitivo, especialmente en países industrializados. Más tarde
después de la Primera Guerra Mundial llegan a países de América Latina las primeras
grabaciones hechas en Estados Unidos, que en muchas ocasiones tenían sus títulos en
inglés, a pesar de estar cantadas en español; ejemplos de ello son boleros como Perhaps,
perhaps, perhaps (Quizás, quizás, quizás) o Green eyes (Aquellos ojos verdes).

En otros países Latinoamericanos también floreció el bolero, pero no con la fuerza


de México y Cuba; sin embargo, ha constituido un símbolo de identidad que ha
hermanado a los habitantes al sur del Río Bravo, y aún más allá, ha servido como punto
de contacto entre los migrantes latinos en los Estados Unidos.” Tapia (2001).
El bolero llegó a Puerto Rico donde su máximo exponente fue: Rafael Hernández, autor
de “Lamento Borincano” o “El Jibarito”. En Venezuela el pionero del bolero fue el
cantautor Lorenzo Herrera quién además de interpretar géneros folclóricos y
pasodobles, hizo popular el bolero mediante la radio que fue, como en toda América
Latina, la principal impulsora del bolero. En Ecuador el máximo representante, sin duda
alguna fue Julio Jaramillo, quien también es recordado como el pionero del pasillo
ecuatoriano, “Nuestro Juramento” fue una de las canciones más famosas de este
músico. En Argentina los máximos exponentes fueron Don Fabián y Mario Clavell, el
primero autor de “Dos Almas”, “Sin ti”, el segundo compositor de algunos temas, pero
el más famoso y cantado por diferentes intérpretes fue “Somos”. En Colombia, Chile,
República Dominicana también hubo representantes, aunque el auge no fue tan grande
como en México y Cuba.

MÉXICO Y EL BOLERO

A finales del siglo XIX, el bolero llegó a México gracias a la cercanía entre la península
de Yucatán y Cuba, y fue a través de Yucatán que el bolero entró a nuestro país. No sólo
el bolero, sino también los danzones, las habaneras y los sones fueron llegando y teniendo
una gran aceptación por parte de los yucatecos. El primer bolero mexicano se llamó
“Presentimiento”, compuesto por Pedro Mota y Emilio Pacheco e interpretado por Guty
Cárdenas, famoso cantautor yucateco y gran exponente de este género y la trova yucateca,
la cual fue influenciada por el bolero. Otros compositores prolíficos del bolero fueron
Agustín Lara, Consuelo Velázquez, María Grever, Álvaro Carrillo, Vicente Garrido,
Gonzalo Curiel, etc. Dentro de las agrupaciones más reconocidas estaban: Los Panchos;
orquestas y sonoras como la de Pérez Prado. Emma Elena Valdemar, María Alma, Amalia
Mendoza, Javier Solís, Pedro Infante, etc., fueron algunos de los grandes intérpretes del
género.
Como en otros países, el bolero en México tuvo su difusión gracias a la radio y al cine de
oro.

El bolero se fusionó con otras músicas y dio como resultado algunos subgéneros
como: bolero rítmico, bolero cha-cha-chá, bolero mambo, o inclusive la bachata (bolero
dominicano), el bolero ranchero (mezcla de bolero y mariachi mexicano) y el bolero
moruno (bolero con mezclas gitanas e hispánicas).
¿ES EL BOLERO UN SÍMBOLO DE IDENTIDAD MUSICAL?

Una de las principales características del bolero es la exaltación del sentimiento amoroso,
dándole protagonismo a éste dentro de la vida del ser humano. Esa evocación del ser
amado, a través de canciones que hablan de añoranza, amor, desamor, necesidad de ser
amado y correspondido, necesidad de que el mundo sepa que nos corresponden, goce,
alegría, éxtasis, tristeza, rabia, resentimiento, idolatría, todos esos sentimientos tan
nuestros, tan de Latinoamérica, que representan nuestra historia, esa que compartimos
como hermanos de la misma lengua, del mismo continente, sentimientos que representan
la realidad del hispanohablante, que lucha día con día y siente cada emoción de una
manera tan desbordante, tan apasionada y cálida. El bolero representa a través de la lírica
y las líneas melódicas, a través de su ritmo y su armonía, todo el sentir que forma parte
de nuestra cultura y de todas las culturas de América Latina. El bolero es algo más allá
que un género musical, es un símbolo de identidad que nos une. El bolero tuvo su época
dorada y también su período de decadencia, sin embargo no ha pasado de moda, sigue
latente en el imaginario colectivo, en la tradición oral de los pueblos de América, continúa
siendo parte de las reuniones bohemias, del repertorio del músico que estudia en la
academia, de la memoria de nuestros abuelos y padres y es uno de los pocos estilos de
música que pueden unir a distintas generaciones, que pueden gustar a chicos y grandes,
porque el bolero tiene ese encanto que endulza el oído y envuelve el alma de cualquier
persona que lo escuche.
BIBLIOGRAFÍA

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