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Describir un enunciado como "ideológico" es a menudo un insulto, por lo esta adscripción en sí

misma se vuelve un instrumento de dominación simbólica. He tratado de sustituir el concepto de


ideología por conceptos como "dominación simbólica" o "poder simbólico" o "violencia
simbólica", para controlar algunos de los usos o abusos a los que está sujeto. Mediante el
concepto de violencia simbólica trato de hacer visible una forma de violencia cotidiana no
percibida.

A veces debemos restaurar conceptos para hacerlos más precisos, pero también para hacerlos más
vivos. Estoy seguro de que coincidirá en que el concepto de ideología ha sido tan usado y
abusado que ya no funciona. No creemos más en él, y es importante, por ejemplo en usos
políticos, tener conceptos que sean operativos y eficaces.

El mundo social no funciona en términos de conciencia, funciona en términos de prácticas,


mecanismos, etc. Al utilizar la doxa aceptamos muchas cosas sin conocerlas, y a eso se lo llama
ideología.

Una es que el concepto de doxa le da una gran importancia a la naturalización de ideas. Si bien
esto le permite examinar mecanismos inconscientes, ¿no es demasiado simple sostener que toda
violencia simbólica o ideología es de hecho naturalizada?

A eso me refiero con doxa: hay muchas cosa que la gente acepta sin saberlo. Le voy dar un
ejemplo tomado de nuestra sociedad. Si usted roma un grupo de personas y les pregunta cuáles
son los Factores principales de éxito en los estudios, cuanto más baje en la escala social
encontrará más personas que creen en el talento natural o la aptitud. Estas personas le dirán que
aquellos que triunfan han sido provistos de mayor capacidad intelectual por la naturaleza. Y
cuanto más aceptan su propia exclusión, más creen que son estúpidos, y dicen: "Yo no era bueno
en lengua, no servía para inglés. no era bueno en matemática'. Éste es un hecho que desde mi
punto de vista resulta pasmos y que los intelectuales no quieren aceptar, pero deben aceptar.

Yo diría que mientras se piense en términos de conciencia, falsa conciencia, inconciencia, etc., no
podrán comprenderse los efectos ideológicos, que en su mayor parre son transmitidos a través del
cuerpo. El principal mecanismo de dominación opera a través de la manipulación inconsciente
del cuerpo.

Usted ha expresado lo que siento con exactitud. Intento reunir las dos parres de mi vida, como es
el caso de muchos intelectuales de primera generación. Algunos utilizan un medio diferente; por
ejemplo, encuentran una solución con la acción política, en alguna clase de racionalización
social. Mi problema principal es tratar de entender lo que me ocurrió. Mi trayectoria puede
describirse como milagrosa, supongo; es la ascensión a un lugar al que no pertenezco. Y para
poder vivir en un mundo que no es el mío, debo tratar de entender ambas cosas: qué significa
tener una mente académica, cómo es creada, y al mismo tiempo lo que se pierde al adquirirla. Por
eso, incluso si mi obra es una suerte de autobiografía, es una obra dirigida a los que tienen la
misma clase de trayectoria, la misma necesidad de entender.

Exagerar el alcance del cambio es, en cierto sentido, una forma de populismo. Se desorienta a la
gente cuando se dice "Miren, el rap es muy bueno". La pregunta es si esta música realmente
cambia la estructura de la cultura. Creo que está bien decir que el rapes muy bueno, y en cierto
sentido es mejor que ser etnocéntrico y sugerir que esa música no tiene valor.

Bueno, mis hijos no quieren ni acercarse a un intelectual. Pienso que consideran la educación
como ideología burguesa, lo cual es muy conveniente para ellos. Usted tiene tazón. Hay algo
cierto en lo que dice acerca de no ser una cosa ni la otra, pero no veo por qué eso debería ser
necesariamente una fuente de desesperación. Pienso que podría ser una posición interesante en la
cual estar, no le parece? Una generación así ya no es de clase trabajadora, por su. puesto, ya que
sus padres no pertenecen más a esa clase, pero también han visto a sus padres en acción y tienen
una sospecha propia de intelectuales. En otra palabras, no creen que ser un intelectual sea la
respuesta.

Pienso que la cuestión de la felicidad es muy importante. La acritud dóxica no significa felicidad;
significa sumisión corporal, sumisión inconsciente, lo cual puede indicar una cantidad de tensión
internalizada y sufrimiento corporal. Actualmente, estoy llevando a cabo una encuesta en la que
entrevisto a personas de posición social indefinida, personas que ocupan lugares sujetos a fuertes
contradicciones. E intento ser más socrático de lo que suele ser el caso en estas encuestas
positivistas, intento ayudarlos a expresar lo que sufren. He descubierto una gran cantidad de
sufrimiento que ha sido escondido por la discreta acción del habitus. Ayuda a la gente a ajustarse,
pero causa contradicciones internas.

“Un elemento clave en la imaginación sociológica es la capacidad para observar nuestra propia
sociedad como lo haría un extranjero, y no solo desde la perspectiva de las experiencias
personales y los sesgos culturales. Veamos algo tan sencillo como los eventos deportivos. En las
universidades de Estados Unidos, miles de estudiantes aclaman a los jugadores de fútbol
americano bien entrenados. En Bali, Indonesia, docenas de espectadores se ubican alrededor de
un ruedo para animar a gallos bien entrenados en las peleas de gallos. En ambos ejemplos, los
espectadores discuten los méritos de sus favoritos y apuestan por el resultado de los juegos. Sin
embargo, lo que se considera un deporte normal en algún lugar del mundo, en otra parte se ve
como algo inusual. La imaginación sociológica nos permite ir más allá de las experiencias y las
observaciones personales para comprender asuntos públicos más amplios. Por ejemplo, el
divorcio es, sin duda, una difícil prueba personal para la pareja que se separa. No obstante, C.
Wright Mills abogó por aplicar la imaginación sociológica para ver el divorcio no solo como un
problema personal de un individuo, sino como un problema social. Con esta perspectiva,
podemos ver que un aumento en el índice de divorcios de hecho redefi ne la principal institución
social: la familia. En los hogares de hoy en día por lo general habitan padrastros y hermanastros
cuyos padres se han divorciado y se han vuelto a casar. A causa de la complejidad que constituye
la mezcla familiar, este asunto privado se convierte en un problema público que afecta las
escuelas, las agencias gubernamentales, las empresas y las instituciones religiosas.

La imaginación sociológica es una herramienta de empoderamiento. Nos permite ver más allá de
una comprensión limitada del comportamiento humano para apreciar el mundo y su gente de una
nueva forma y a través de un lente más amplio que podríamos usar de otro modo. Puede ser tan
simple como comprender por qué un compañero de habitación prefi ere la música country al hip-
hop, o puede abrirse a una manera completamente distinta para comprender otras poblaciones en
el mundo. Por ejemplo, como consecuencia de los ataques terroristas en Estados Unidos el 11 de
septiembre de 2001, muchos ciudadanos deseaban comprender cómo los musulmanes en todo el
mundo percibían su país y por qué. De vez en cuando, este texto te dará la oportunidad de
ejercitar tu propia imaginación sociológica en diferentes situaciones.”

“La sociología se centra en el estudio del comportamiento humano. Sin embargo, todos tenemos
experiencias con el comportamiento humano y al menos algún conocimiento sobre el mismo. Por
ejemplo, todos podríamos establecer teorías sobre por qué la gente se queda sin hogar. Nuestras
teorías y opiniones casi siempre proceden del sentido común, es decir, de nuestras experiencias y
conversaciones, de lo que leemos, de lo que vemos en televisión, y así sucesivamente.

En nuestra vida diaria, nos fiamos de nuestro sentido común para asumir muchas situaciones
desconocidas. Sin embargo, este conocimiento, aunque algunas veces es preciso, no siempre es
confiable porque por lo general se basa en creencias establecidas y no en el análisis sistemático
de los hechos. Alguna vez se consideró sentido común aceptar que la Tierra era plana, un punto
de vista cuestionado acertadamente por Pitágoras y Aristóteles. Las nociones incorrectas de
sentido común no solo forman parte del pasado remoto; estas permanecen en la actualidad.

Por ejemplo, contrario a la noción común de que las mujeres tienden a ser más habladoras que los
hombres, los investigadores han encontrado pocas diferencias entre los sexos en términos de su
locuacidad. Durante cinco años colocaron micrófonos ocultos a 396 estudiantes de distintas
carreras, en varias universidades de México y Estados Unidos. Encontraron que tanto hombres
como mujeres hablaban cerca de 16,000 palabras por día (Mehl et al., 2007). Asimismo, el
sentido común nos dice que actualmente en Estados Unidos existe mayor probabilidad de que los
matr monios entre militares terminen en separación o divorcio que en el pasado, debido a la
tendencia a largos despliegues a Irak y Afganistán. Sin embargo, un estudio divulgado en 2007
no muestra un incremento signifi cativo en el índice de divorcios entre soldados estadounidenses
en la década pasada. De hecho, el índice de disolución marital entre militares es comparable con
la de familias civiles. Lo interesante es que este no es el primer estudio que refuta la noción
ampliamente difundida de que el servicio militar deteriora el lazo marital. Dos generaciones
antes, durante la guerra de Vietnam, investigadores llegaron a la misma conclusión (Call y
Teachman, 1991; Karney y Crown, 2007). Al igual que otros científi cos sociales, los sociólogos
no aceptan algo como un hecho porque “todo el mundo lo sepa”. Por el contrario, cada dato se
debe verifi car y registrar, y luego se debe analizar en relación con otros datos. Los sociólogos se
basan en estudios científi cos para describir y comprender un entorno social. A veces, los
hallazgos de los sociólogos pueden parecer sentido común porque abordan facetas familiares de
la vida diaria. La diferencia radica en que tales hallazgos han sido comprobados por
investigadores. El sentido común nos dice ahora que la Tierra es redonda, pero esta noción en
particular se basa en siglos de trabajo científi co que comenzó con los adelantos de Pitágoras y
Aristóteles.

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