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COMENTARIO CONCISO SOBRE 1 CORINTIOS

J.M. Davies; Bombay, India; 1960

Traducción de la primera parte del libro


The Epistles to the Corinthians, a concise commentary;
publicado por Gospel Literature Service, Bombay,1975.

Introducción a las dos epístolas

Un análisis de 1 Corintios

Citas del Antiguo Testamento en 1 Corintios


1. Introducción 1.1 al 1.9

2. La asamblea cristiana y su unidad 1.10 al 4.21

3. La asamblea cristiana y su santidad 5.1 al 6.11

4. La asamblea cristiana y la libertad personal 6.12 al 11.1

5. La asamblea cristiana y su ministerio 11.2 al 15.11

6. La asamblea cristiana y el triunfo definitivo 15.12 al 58

7. La asamblea cristiana y su responsabilidad capítulo 16

8. Conclusión 16.22 al 24

INTRODUCCIÓN A LAS DOS EPÍSTOLAS

La ciudad de Corinto está ubicada en el estrecho istmo que une lo que era la provincia
griega de Acaya con el resto de Grecia. Era la capital de Acaya. Destruida en el segundo
siglo antes de Cristo, fue reconstruida por Julio César como colonia romana. Debido a su
ubicación estratégica, era importante en lo militar. La fuerte de Corinto, el
Arcocorintius, estaba a una altura de 600 metros y protegida en todas sus vías de
acceso. Los barcos navegaban desde el este hasta el cercano puerto de Cenrea y desde el
oeste hasta Corinto por su golfo. La fuente de Peirene surtía agua en abundancia.

Corinto llegó a prosperar como centro importante de comercio mediterráneo y contaba


con una población de romanos, griegos y judíos. Los juegos del istmo, a los cuales se
aluden en la primera epístola, atraían a muchos. Eran notorias la idolatría y lascivia. Se
dice que mil devadasis (“vírgenes” o prostitutas del templo) estaban al servicio de los
forasteros en el templo de Apordite. Se consideraba la fornicación como un acto de
consagración a la diosa en vez de uno de profanación del cuerpo. Corinto era la Sodoma
del Mar Egeo.

La ciudad antigua es hoy día una aldea de quinientos habitantes. Al visitarla en 1952, vi
en el pequeño museo los restos excavados de la adoración fálica, parecidos a los que
había visto en Benares en 1950.

Se registra dos visitas del apóstol Pablo a la ciudad, y él alude a una posible tercera
visita, 2 Cor. 13.1. En la primera, Hechos 18.1 al 17, se quedó por dieciocho meses o más.
“Muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados”. La segunda fue por tres
meses. Se dan pocos detalles, pero es evidente que no fue placentera, 2 Cor. 2.1, etc. Es
difícil determinar si se realizó la tercera visita.

En la asamblea en Corinto había judíos, entre ellos Aquila, Priscila, Crispo y Sóstenes,
pero la mayoría eran gentiles o de entre los gentiles. Nombres como Erasto, Quarto y
Gayo señalan antecedentes romanos. Antes de convertidos, se habían extraviado en una
vil idolatría, 1 Cor. 12.2. No había en la congregación mucha gente de cultura; no
muchos sabios según la carne, ni poderosos, ni nobles; 1.26 al 28. En lo moral, muchos
habían sido de los peores, 6.9 al 11.

Con el fin de desinflar su orgullo, el apóstol tuvo que recordarles de estas cosas. Su
soberbia había concebido contienda y un espíritu partidista; véase Proverbios 13.10.
Este estado de cosas impidió su desarrollo espiritual; 3.1 al 4. Además de ser niños y de
orientación carnal, eran fáciles de engañar, 6.9, 15.33, 2 Cor. 11.3,4, y llevados por
dondequiera de todo viento de doctrina, Efesios 4.14, incapaces de discernir los valores
relativos de los dones y su uso, o del mayor valor de la gracia

UN ANÁLISIS DE 1 CORINTIOS

Galión era el gobernador romano cuando Pablo predicó en la ciudad y este hecho
permite fijar la fecha de su ministerio en el año 51 aproximadamente. Él escribió la
primera epístola unos tres años más tarde, estando en Éfeso, 16.8, posiblemente en la
época de la Pascua, 5.7.

En ella se alude a una carta anterior, 5.9. No contamos con ella, pero parece que su
enseñanza versó sobre lo tratado en el capítulo 5. Él escribió la carta que conocemos
como 1 Corintios debido a que le llegaron a través de los del hogar de Cloé ciertos
informes acerca del espíritu faccioso y la licencia moral que prevalecía, 1.11, 5.1.
Además, la asamblea había enviado por medio de Estéfanas, Fortunato y Acaico ciertas
preguntas en relación con problemas que existían, 7.1, 8.1, 12.1, 15.12, 16.17. Parece

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que también había engañadores activos, aunque el apóstol no los nombra
específicamente. Dice en 6.9 y 15.33, “No erréis ...”, o sea, no se dejen engañar. Él
menciona en particular su falsa doctrina en cuanto a la resurrección, 15.12.

El enfoque de la epístola es reprensión junto con los correctivos necesarios. Con todo,
encierra instrucción importante sobre muchos temas que no se encuentran en otras
partes del Nuevo Testamento. Su propósito es gobernar la conducta del creyente en
relación con la asamblea en lo espiritual, moral y didáctico.

Otra manera de estudiar la epístola es la de notar las dos partes principales en que se
divide. En los capítulos 1 al 6 el apóstol trata de lo que había oído de los de Cloé, 1.11, y
de otras personas, 5.1. En los capítulos 7 al 16 trata de los asuntos a que se referían sus
preguntas. Estas respuestas comienzan con las palabras, “En cuanto a las cosas de que
me escribisteis ...”, 7.1.

Es importante darnos cuenta de que se trata primeramente las condiciones que la


asamblea no había considerado como temas de correspondencia con Pablo. Lo que era
de importancia primaria para el apóstol, era solamente secundario para ellos. Esto en sí
era indicio de su estado carnal, de su insatisfactoria condición espiritual e inmadurez,
3.1 al 4.

Es provechoso notar las varias doctrinas fundamentales que se mencionan. La epístola


nos proporciona lo que podríamos llamar la fe de una iglesia apostólica 

su teología; la doctrina acerca de Dios. Hay muchas referencias y alusiones a la


doctrina de la Trinidad, 8.6, 12.4 al 6, 2 Cor. 13.14, y a la soberanía de Dios, 1.27 al
30, 2.10, 3.6, 12.18.
su cristología; la doctrina acerca de Cristo. Se enseña claramente tanto la deidad como
la humanidad de nuestro Señor. El título Señor se emplea casi cien veces en las dos
epístolas, más que en cualquier otro escrito de Pablo. Cristo es “el Señor de gloria” en
el 2.8. A uno como Pablo, quien había sido fariseo de los fariseos, este nombre se
puede entender solamente como el equivalente del Jehová del Antiguo Testamento.
Por otro lado se define claramente su sujeción como siervo del Padre, 3.23, 11.3,
15.28.
su reumatología; la doctrina del Espíritu Santo. El tejido de la Epístola incorpora
referencias ineludibles a la personalidad, deidad e igualdad del Espíritu. El lector
debe encontrar más de veinte referencias al Espíritu Santo.
su eclesiología; la doctrina de la Iglesia. Es un tema prominente, tratado en efecto
como a la epístola a los efesios donde el apóstol instruye sobre el misterio de Cristo y
la Iglesia, Efesios 1.22,23, 5.32.
su soteriología, la doctrina de la salvación. Pablo habla claramente, sin ambigüedades.
Se nota la certeza del lenguaje en, por ejemplo, 1 Cor. 15.1 al 5.
su escatología, la doctrina de las cosas postreras. En cuanto a la consumación y la
venida del Señor el apóstol estaba firme. Véanse 2 Corintios 5 y 1 Corintios 15.
las Escrituras de verdad. En más de una parte Pablo emplea el estilo del “escrito está”
como su tribunal de última instancia.
su demonología, la doctrina de Satanás y los demonios. Tengamos presente que ésta
figura en diferentes partes. Satanás es el dios de este siglo y el Belial, 2 Cor. 4.4, 6.15.

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su antropología, la doctrina del hombre. Figuran la creación, caída y redención; se
definen las partes constituyentes del ser humano: espíritu, alma y cuerpo.

La estructura de 1 Corintios es


Introducción
Salutación, 1.1 al 3
Acción de gracias, 1.4 al 9
La asamblea cristiana y su unidad
En relación con el evangelio, 1.10 al 2.5
En relación con el desarrollo cristiano, 2.6 al 3.4
En relación con el servicio, 3.5 al 4.21
La asamblea cristiana y su santidad
En su relación con Dios, capítulo 5
En la relación del uno con el otro, 6.1 al 11
La asamblea cristiana y la libertad personal
En relación con uno mismo, 6.12 al 20
En relación con el matrimonio, capítulo 7
En relación con el hermano débil, capítulo 8
En relación con el evangelio, 9.1 al 23
En relación con el galardón, 9.24 al 27
En relación con la comunión con Dios, 10.1 al 11.1
La asamblea cristiana y su ministerio
Para Dios: La cabeza, 11.2 al 16
Para Dios: La cena, 11.17 al 34
Para la iglesia: Los dones, capítulo 12
El lírico del amor, capítulo 13
Para la iglesia: El don de lenguas, capítulo 14
Para el mundo, 15.1 al 11
La asamblea cristiana y el triunfo definitivo
La resurrección de Cristo, 15.12 al 19
La resurrección de los muertos, 15.20 al 49
La transformación de los vivos, 15.50 al 58
La asamblea cristiana y su responsabilidad
Para con los creyentes pobres, 16.1 al 4
Para con los que se dedican al ministerio, 16.5 al 21
Conclusión

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CITAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN 1 CORINTIOS

El apóstol cita cada uno de los libros de Moisés y el libro de Malaquías, como también
cada una de las secciones del Antiguo Testamento: la histórica, poética y profética.

1.19: Destruiré la sabiduría de los sabios.


Isaías 29.14: Perecerá la sabiduría de sus sabios.
1.20: ¿Dónde está el sabio?
Isaías 19.12: ¿Dónde están ahora aquellos tus sabios?
1.20: ¿Dónde está el escriba?
Isaías 33.18: ¿Qué es del escriba?
1.20: ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Parece ser una referencia a los falsos profetas del Antiguo Testamento.
1.31: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Jeremías 9.23: No se alabe el sabio en su sabiduría ...
2.9: Cosas que el ojo no vio.
Isaías 64.4: Ni ojo ha visto a Dios fuera de ti.
3.19: Él prende a los sabios en la astucia de ellos.
Job 5.13: ... que prende a los sabios en la astucia de ellos.
3.20: El Señor conoce los pensamientos de los sabios.
Salmo 94.11: Jehová conoce los pensamientos de los hombres.
Job 5.12: Frustra los pensamientos de los astutos.
4.6: “... lo que está escrito”.
Esta no es una cita ni referencia a un pasaje en particular. Es una referencia a la
enseñanza general de las Escrituras en cuanto a los límites impuestos sobre líderes.
Tal vez se refiera a lo que el apóstol había dicho en capítulos anteriores. Nadie tiene
autoridad para introducir lo que la Palabra de Dios no justifica, como intentó Nadab
en Levítico 10.
5.13: Quitad, pues, a ese perverso.
Deuteronomio 13.5: ... quitarás el mal de en medio de ti.
6.16: Los dos serán una sola carne.
Génesis 2.24: ... serán una sola carne.
7.8 al 11: El marido no abandone a su mujer.
Génesis capítulo 2
9.7: ¿Quién planta viña y no come de su fruto?
Deuteronomio 20.6: ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella?
9.9: No pondrás bozal al buey que trilla.
Deuteronomio 25.4: No pondrás bozal al buey cuando trillare.
10.11: “Estas cosas les acontecieron como ejemplo”.
Abarca todos los acontecimientos registrados en cuanto al viaje de Israel por el
desierto: Todos estuvieron bajo la nube, Éxodo 13.21. Todos pasaron el mar, Éxodo
14.22. Todos comieron el mismo alimento, Éxodo 16.5. Todos bebieron la misma
bebida, Éxodo 17.6. Quedaron postrados en el desierto, Números 14.29 al 37. Ellos
codiciaron, Números 11.4 al 34. Idólatras, como algunos de ellos, Éxodo 32.4 al 6,

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Números capítulo 25. Algunos de ellos fornicaron, Números 25. 1 al 18. Perecieron
por las serpientes, Números 21.6. Algunos de ellos murmuraron, Números 14.29 al
37.
10.18: ... los que comen de los sacrificios.
Levítico 3.3, 7.15 al 34
10.20: A los demonios lo sacrifican, y no a Dios.
Levítico 17.7: Nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios.
10.22: ¿Provocaremos a celos al Señor?
Deuteronomio 32.21: Ellos me movieron a celos.
10.28: Del Señor es la tierra y su plenitud.
Salmo 24.1: De Jehová es la tierra y su plenitud.
11.25: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre.
Éxodo 24.8: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros.
Zacarías 9.11: Por la sangre de tu pacto será salva.
13.5: [El amor] no es indecoroso.
Zacarías 8.17: Ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo.
14.25: Postrándose sobre el rostro, adorará a Dios.
Isaías 45.14: Te harán reverencia ... Ciertamente en ti está Dios.
Zacarías 8.23: Hemos oído que Dios está con vosotros.
14.21: Con otros labios hablaré.
Isaías 28.11: En extraña lengua hablará a este pueblo.
15.3,4: Muerte, sepultura y resurrección el tercer día.
Oseas 6.2: El tercer día nos resucitará. Jonás tres días y tres noches en el vientre del
gran pez.
15.20: Primicias de los que duermen es hecho.
Levítico 23.10: Traeréis al sacerdote una gavilla por primicia.
15.21,22: En Adán todos mueren.
Génesis 3.17 al 19: Al polvo volverás.
15.25: Preciso es que él reine.
Salmo 110.1: Siéntate a mi diestra.
Salmo 2 y Salmo 22
15.32: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.
Isaías 56.12: Tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana
como este.
15.49: Hemos traído la imagen del terrenal.
Génesis 5.3: Engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen.
15.54: Sorbida es la muerte en victoria.
Isaías 25.8: Destruirá a la muerte para siempre.
16.13: Portaos varonilmente, y esforzaos.
1 Samuel 4.9: Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres.
2 Samuel 10.12: Esforcémonos por nuestro pueblo.

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1. INTRODUCCIÓN
1.1 AL 1.9

A. Salutación

Estos versículos de introducción contienen la salutación y expresión de gratitud.


Constituyen un resumen breve de lo que se expone en la Epístola.

1.1 Pablo, llamado a ser apóstol ... Pablo afirma su apostolado, como en la
mayoría de sus epístolas. Son excepciones las cartas a los filipenses, tesalonicenses y a
Filemón. Era apóstol por llamamiento, así como los corintios eran santos por
llamamiento, 1.2 al 9. La voluntad de Dios en cuanto a esto le había sido revelada
personalmente en la ocasión de su conversión y de nuevo por medio de sus siervos en
Antioquía, Hechos 13.15. La primera ocasión fue la más importante; la segunda fue
simplemente confirmatoria. La secuencia de las palabras Cristo Jesús indica que fue
constituido apóstol por el Señor ya exaltado en contraste con la manera en que fueron
ordenados los doce.

1.2 a la iglesia de Dios ... La asamblea, o ekklesía, en Corinto se componía de


aquellos que habían sido llamados, santificados (o puestos aparte para Dios) y salvos
por medio del evangelio, 1.24, 2.18. En Cristo Jesús ellos habían sido escogidos,
santificados y enriquecidos, 1.2, 5, 30. El sentido de la palabra ekklesía se desprende de
las dos veces que figura en Hechos de los Apóstoles. En el 7.38 Israel es la congregación
(ekklesía) en el desierto, por cuanto era un grupo que había sido extraído de Egipto por
redención. En 19.32,39, donde se habla de una protesta contra Pablo en Éfeso, leemos
de una turba y de un reunión ordenada, esta última un cuerpo representativo con
responsabilidad de gobernar la ciudad.

La ekklesía en Corinto no ha debido ser una congregación desordenada o confundida,


como lamentablemente llegó a ser en ciertas ocasiones. No era un segmento reducido de
los creyentes en la ciudad, sino incluía a todos, 14.23.* Cuando había varias
congregaciones en una misma ciudad, como en el caso de Roma, cada una se designaba
según la localidad donde se reunía, Romanos 16.5. [* Nota del traductor: Nuestro respetado
hermano puede llegar a conclusión porque, como comenta en su contexto, entiende que en
14.16,23,24 el indocto era creyente pero no formaba parte de “toda la iglesia” en Corinto.]

Aun cuando se dirige la carta a la iglesia de Dios en Corinto, la salutación hace ver que la
epístola es universal y de valor perdurable.

1.2 con todos los que en cualquier lugar ... Estas se llaman iglesias de Dios,
iglesias de Cristo e iglesias de los santos en Romanos 16.16, 1 Cor. 11.16, 14.33. Si bien
cada una es una lámpara distinta, según sabemos por Apocalipsis capítulos 2 y 3, ellas
estaban unidas en un vínculo de fe, esperanza y amor. La unidad era orgánica y no
organizacional. No se formó una unión; no había una federación ni autoridad
centralizada para controlarlas. Leemos de las iglesias de Galacia, de Asia y de Macedonia
[todas ellas provincias], pero no de la iglesia de Asia ni la de Galacia.

En vista de las divisiones existentes en la iglesia en Corinto, se debe notar el uso


frecuente de todos en esta epístola. Todos tenían un mismo Señor. La obediencia a la

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voluntad de este solo Señor ha debido ser el vínculo. Invocar el nombre de Jesucristo
como nuestro Señor es un eco de Joel 2.32, “Todo aquel que invocare el nombre de
Jehová será salvo”. Es un reconocimiento de su deidad.

La unidad de la nación de Israel se señaló claramente en las palabras de Jehová a


Moisés: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo”, Éxodo 3.7, 5.1. Fue ilustrada por la
manera en que cada tribu estaba representada por una piedra preciosa en el efod del
sumo sacerdote, Éxodo 28.29. Fue enfatizada cuando Israel se había multiplicado “como
la arena que está a la orilla del mar” y Jehová le dio a Salomón anchura de corazón en la
misma medida, 1 Reyes 4.20, 29. Fue recordada en los días de guerra civil entre Israel y
Judá por el hecho de seguir con doce panes sobre la mesa limpia y el holocausto
quemado dos veces al día para todo Israel, 2 Crónicas 13.10, 11. En los días más oscuros
para las diez tribus, cuando la apostasía llegó a su nadir bajo Ahab y Jezabel, Elías
construyó un altar de doce piedras (no de diez), 1 Reyes 18.31. Y en los días cuando los
setenta años de cautiverio llegaban a su fin, Daniel el intercesor oró por “todo Israel”,
Daniel 9.7,11, y se identificó con ellos aun en su pecado. De nuevo en la época cuando el
remanente volvió de Babilonia, según la instrucción del escriba y mentor Esdras,
enseñado en la ley de Jehová, se ofrecieron doce becerros por todo Israel, Esdras 8.35.

Estas ilustraciones del sumo sacerdote, el rey, los sacerdotes, el profeta, el intercesor y
el maestro sirven para destacar la importancia de las palabras “con todos los que en
cualquier lugar invocan el nombre de nuestro señor Jesucristo” en el 1.2. Todo líder
entre el pueblo de Dios debe tomar a pecho este mensaje.

1.3 Gracia y paz .... Esta salutación se encuentra en casi todas las epístolas.
Expresa el deseo por su legítima prosperidad espiritual, especialmente en cuanto a su
vida colectiva y testimonio. La gracia nos introduce a todas sus compañeras, como la
verdad, Juan 1.17, súplica, Zacarías 12.10, apostolado o servicio, Romanos 1.9, y gloria,
Salmo 84.12. El Padre y el Hijo se invocan conjuntamente, indicio del reconocimiento
apostólico de la igualdad entre ellos.

B. Acción de gracias

1.4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros ... De esta manera se refiere a
las diversas maneras en que ellos habían sido enriquecidos en Cristo Jesús, 1.4,5. El
testimonio acerca de Cristo, 1.6, es el evangelio acerca de Él, llamado en 2.1 “el
testimonio de Dios” y en 15.1 al 3 “el evangelio”. El cambio efectuado en ellos era una
confirmación del poder de este testimonio; compárese Romanos 1.16 (“el poder de Dios
para salvación”), palabras escritas desde Corinto.

El evangelio no empobrece, sino enriquece. Es, al hablar de Proverbios 8.18, las riquezas
duraderas y justicia. Por lo tanto, los corintios fueron enriquecidos en “todas las cosas”,
a saber:

palabra (lógos), 1.5, o sea, con un mensaje llamado en el 1.18 la palabra de la cruz
ciencia, 1.5, o sea, un conocimiento práctico de Dios y su verdad
don, 1.7, cual es la habilidad concedida por Dios para impartir la palabra y ciencia
esperanza, 1.7, de la venida o manifestación de Jesucristo
confirmación, 1.8, o garantía que serían guardados “hasta el fin” sin ninguna acusación
en su contra.

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La palabra traducida os confirmará era un término técnico para “garantizar” en el koiné,
el griego del pueblo común. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Romanos 8.33. Ellos
serán presentados santos y sin mancha e irreprensibles delante de Él, Colosenses 1.22.

comunión, 1.9, la comunión entre aquellos que han sido llamados a este
enriquecimiento cristiano.
Aunque sus faltas eran muchas, su enriquecimiento le dio a Pablo motivo por alabanza.
Hay una ilustración de esto en Rut, la pobreza olvidada a raíz de su unión con el rico
Booz.

Cinco veces en esta corta introducción el escritor habla del Señor Jesucristo, dándole su
título entero, nombre, igualdad con el Padre, manifestación en gloria, día y comunión. El
contexto en el cual se menciona el día de Cristo señala nuestra manifestación ante Él en
el tribunal. Cristo perfeccionará la obra en nosotros hasta el día de Jesucristo, para que
seamos sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, para que en el día de Cristo se
pueda gloriar, Filipenses 1.6,10, 2.16.

1.9 la comunión con su Hijo ... describe la asamblea en Corinto. Compárese


con 10.16, 17: la copa que es la comunión de la sangre de Cristo y el pan que es la
comunión del cuerpo de Cristo. El llamamiento de Dios, junto con la sangre o muerte de
Cristo, forman la verdadera base de esta comunión. El uso de su título en pleno describe
su carácter. Es la comunión de su Hijo (deidad), de Jesús (humanidad), del Salvador
(Mateo 1.21), de Cristo (el Mesías) y del Señor (su gloria: Dios le ha hecho Señor y
Cristo, Hechos 2.36).

2. LA ASAMBLEA CRISTIANA Y SU UNIDAD


1.10 AL 4.21

A. La unidad en relación con el evangelio

1.10 Os ruego, pues .... No obstante los lazos de unión el nombre del Señor y
la comunión de todos había divisiones y contiendas. Manifiestas son las obras de la
carne: ... pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gálatas 5.19,20.
Ciertamente la soberbia concebirá contienda, Proverbios 13.10. Fue por medio de
diferencia de idioma que el mundo se dividió, Génesis 10.13. Se prohibía sembrar
diversas semillas, Deuteronomio 22.9.

El apóstol les ruega a estar perfectamente unidos, empleando la palabra que en Mateo
4.21 se usa para remendar redes y en Gálatas 6.1 para devolver a su debido lugar un
hueso descoyuntado. La contienda estaba estorbando su obra en el evangelio además de
la actividad espiritual de la asamblea. El ruego de Pablo toca las dos causas de división
en Corinto: diferencias doctrinales e incompatibilidad personal.

1.12 Quiero decir ... Ellos estaban promocionando siervos de Dios como
líderes de partidos. No los tenían como servidores de Cristo, 4.1. Se alude a cuatro
partidos, pero en ningún caso eran responsables las personas que se menciona. Más
adelante en su carta, 4.6, Pablo dice que había usado el nombre suyo y el de Apolos a
título de ilustración. Los verdaderos culpables eran sin duda ciertos líderes

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autonombrados que el apóstol llamará con cierto sarcasmo “ayos”, 4.15, o sea, esclavos
designados para el cuidado de niños.

Los primeros tres partidos erraban al nombrar como sus líderes a los siervos de Dios.
Eran cultos de personalidad. Se imaginaban espirituales; Si alguno se cree profeta, o
espiritual, ...14.37. Parece que nada tiene ver con esto lo que el mismo escritor dice en
2 Cor. 10.7, donde habla de falsos profetas: Si alguno está persuadido en sí mismo que
es de Cristo ... El cuarto partido se equivocó al afirmar que tenía una comunicación
directa con Cristo y por lo tanto no necesitaba la ayuda de siervos de Dios. Era el grupo
más peligroso.

1.13 ¿Acaso está dividido Cristo? ... Las contiendas traían tres consecuencias,
como sabemos por las tres preguntas: Cristo dividido, Pablo crucificado, y bautismo en
el nombre de Pablo. La división y el sectarismo niegan a Cristo como Cabeza y la unidad
del cuerpo suyo. Niegan la importancia céntrica de la cruz y su mensaje, como también
la suficiencia del nombre o la autoridad de Cristo. Tienden a introducir otra autoridad.
El apóstol, entonces, trata las tres preguntas en secuencia inversa a la que figuran.

1.14 al 17 a ninguno de vosotros he bautizado ..., Percibimos que no era la práctica


del apóstol efectuar el bautismo personalmente. En Corinto él había bautizado
solamente a unos pocos. Al haber considerado el bautismo innecesario o de poca
importancia, no hubiera bautizado a ninguno. Pero sí bautizó a algunos y dio enseñanza
importante sobre la materia en Romanos 6.1 al 7, Colosenses 2.11 al 13, etc. Pedro era
otro que delegaba esta tarea a terceros. Habiendo sido el mensajero principal, mandó
bautizar a los de la casa de Cornelio, Hechos 10.48.

Si el bautismo hubiera sido una parte esencial a la salvación, Pablo no ha podido hablar
como hace en estos versículos. Él está enfrentando las semillas del ritualismo, el
comienzo del farisaísmo. Aparentemente aquellos que bautizaban querían tomar como
seguidores suyos a las personas que bautizaron, considerando que los habían
incorporado en su respectivo partido.

1.17 al 25 no con sabiduría de palabras ... El gemelo del ritualismo es el


racionalismo. Lo llama la sabiduría de este mundo, la sabiduría de hombres, la sabiduría
de palabras. Pablo lo tumba como a un Goliat. En Corinto no había empleado la filosofía
ni el oratorio, ya que los consideraba armas carnales, armadura de Saúl, 1 Samuel 17.36
al 39. No quería adornar su mensaje, acaso quedara sin efecto.

Está en juego lo solemne y eternal. Es inútil intentar complicar un evangelio que en sí es


sencillo, pensando complacer a los que se consideran inteligentes. La palabra, o
predicación, o mensaje de la cruz es el gran divisor. Separa a los que se pierden por un
lado y a los salvos por otro lado. La salvación se ve como una experiencia en el pasado:
En esperanza fuimos salvos; Dios nos salvó y llamó, Romanos 8.24, 2 Timoteo 1.9. Se ve
como una condición presente: Por gracia somos salvos, Efesios 2.5. Se ve como un
proceso en progreso: A los que se salvan, esto es, a nosotros ..., 1 Cor. 1.18. Se ve como
una bendición por realizarse: Nos ha puesto Dios para ... alcanzar salvación, 1 Tesa-
lonicenses 5.9.

Las citas en 1.19,20 constituyen un reto. Ellas proceden de Isaías 29.14, 19.12, 33.18. La
sociedad inmoral de Corinto revelaba su impotencia y esterilidad. Pablo exige evidencia
de la eficacia de su filosofía. Se había manifestado en bancarrota, como también la ley

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del Antiguo Testamento consistía en “débiles y pobres rudimentos”, Gálatas 4.9. El
Mesías crucificado era tropiezo a los judíos, ya que podían pensar sólo en función de un
Mesías reinante. Para los griegos, era locura, el colmo de lo ridículo. Pero su mensaje era
más sabio que la filosofía y más fuerte que la ley.

1.26 al 30 mirad, hermanos, vuestra vocación ... Habiendo mostrado lo hueco e


impotente del legalismo judío y la filosofía griega, el apóstol apela a los creyentes en
Corinto a prestar atención a su llamamiento. Más adelante les apelaría a prestar
atención a cómo edifican, 3.10; a cómo se comportan, 8.9; y cómo se jactan, 10.12. Se
menciona tres supuestas evidencias de pertenecer a la aristocracia del mundo: ni
muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.

Al contrario, Dios escogió adrede el material menos esperado y aparentemente menos


apto para desplegar en él su gracia y poder. Él optó por lo necio en vez del sabio, lo débil
en vez de lo fuerte, lo vil y menospreciado en vez de la aristocracia, todo con el fin de
que la carne no tuviera de qué jactarse. Así, el poder del evangelio está en contraste con
la debilidad e incapacidad de la filosofía. La cruz, sabemos, se erigió en el Lugar de la
Calavera.

1.30,31 por él estáis vosotros en Cristo Jesús ... Fue por la soberana gracia y
elección de Dios que ellos estaban en Cristo. Los tres grandes términos de justificación,
santificación y redención se deben considerar como incluidos dentro de la sabiduría y
no como adicionales a ella. Cristo nos es hecho sabiduría de parte de Dios, como si fuera
un cofre que guarda tres joyas de valor infinito. Estas tres son un resumen del mensaje
del evangelio como está presentado en Romanos capítulos 1 al 8. La secuencia de las
palabras indica que la redención es la del cuerpo. (... la adopción, la redención de
nuestro cuerpo, Romanos 8.23)

El pecado crea estos tres problemas. Es debido al pecado que el hombre es culpable,
inmundo y esclavizado. ¿El preso culpable puede lograr su libertad o evitar el castigo a
la misma vez que la justicia quede satisfecha en cuanto a la retribución que exige? ¿El
leproso puede ser hecho apto para entrar en el santuario? ¿El esclavo puede gozar de
libertad? El evangelio resuelve cada uno de estos problemas, y podemos gloriarnos tan
sólo en el Señor.

En el libro de Levítico se proyecta en sombra cada una de estas tres condiciones y su


remedio. En los primeros capítulos se presenta la provisión para perdonar el culpable;
en los capítulos centrales, la provisión para que el leproso sea limpiado; y en los
capítulos finales la provisión para que el esclavo sea redimido por un tercero.

De nuevo, esta vez en el 1.31, se aplica al Señor Jesús el título antiguotestamentario de


Jehová, un reconocimiento importante de su deidad.

2.1 al 5 Así que, hermanos ..., El apóstol se presenta como ejemplo; su servicio en
Corinto había sido muy fructífero. ¿Cómo se logró esto? En toda humildad él repasa su
predicación entre ellos, habiendo rechazado oratorio y filosofía en vista de la comisión
que Dios le había dado. Cristo le había enviado, dijo en 1.17, a predicar sin la sabiduría
de palabras, para no hacer vana la cruz. Consciente de su propia debilidad, estaba entre
ellos con mucho temor y temblor.

¿Acaso tenía miedo en cuanto a lo adecuado de su mensaje? Tenemos que rechazar la


posibilidad. ¿O temía la oposición y persecución que recién había encontrado en Filipos?

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Posiblemente; Hechos 18.9,10. Pero lo más indicado es entender que se refería al temor
de que se rebajara al nivel de los oradores corintios para depender de la habilidad
humana, las palabras persuasivas y los argumentos, en vez de confiar solamente en el
poder eficaz del Espíritu Santo. La demostración del poder del Espíritu resultó en
convicción y conversión, como en el Día de Pentecostés cuando predicó Pedro. Tanto el
mensaje (Jesucristo y éste crucificado, 2.2) como los métodos del apóstol en Corinto nos
proporcionan un patrón para hoy día.

B. La unidad en relación con el desarrollo cristiano

2.6 al 8 hablamos sabiduría ... Hemos visto que en la sección anterior el apóstol
tenía en mente el mensaje del evangelio y la manera de presentarlo. Ahora procede a
considerar su responsabilidad, o mayordomía, para este misterio, llamándolo la
sabiduría oculta. En tres epístolas más habla de su responsabilidad doble: “mi evangelio
y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio”, Romanos 16.25:
“anunciar entre los gentiles el evangelio ... y de aclarar a todos cuál sea la dispensación
del misterio”, Efesios 3.8,9; “el evangelio que habéis oído ... el misterio que había estado
oculto”, Colosenses 1.23 al 26.

Dice que fue hecho ministro; no el único sino uno entre varios a quienes se había
encomendado esta responsabilidad doble de revelar y comunicar cierto misterio. Para
las generaciones que vendrían y para la Iglesia en general él cumplió con este deber al
escribir las epístolas a los romanos y los efesios. En contraste notable con las demás
epístolas suyas, no asocia a otro consigo en la redacción de estos dos documentos.
Afirma claramente que el evangelio había sido tema de promesa y profecía: ... el
evangelio de Dios que Él había prometido antes por sus profetas en las santas
Escrituras, Romanos 1.1,2; La Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe
a los gentiles ..., Gálatas 3.8. Pero la verdad en cuanto a la Iglesia, la unión de judío y
gentil en un cuerpo con Cristo como Cabeza exaltada, era un misterio escondido, el cual
se reveló solamente en los tiempos del Nuevo Testamento.

2.9,10 Antes bien, como está escrito ... Se trata de una cita de la sustancia de Isaías 64.4,
y debemos colocar al lado Ezequiel 40.4: Mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu
corazón a todas las cosas que te muestro. La verdad tocante al misterio no era tema de
profecía en el Antiguo Testamento sino de revelación en el Nuevo. Las [cosas] que Dios
ha preparado no se deben entender como el futuro eterno (como hacemos a veces al
hablar en los entierros), sino las cosas que el Espíritu ya reveló. En su último mensaje a
sus discípulos, en el aposento alto, el Señor dijo: Aún tengo muchas cosas que deciros,
pero ahora no las podéis llevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a
toda la verdad, Juan 16.12,13. Esto nos asegura que en el Nuevo Testamento contamos
con toda la verdad, la revelación completa de la mente de Dios. Lo profundo de Dios
equivale la sabiduría oculta, o lo que Efesios 3.9 llama el misterio escondido desde los
siglos en Dios.

En Apocalipsis 2.24 leemos de las profundidades de Satanás, una referencia a la


falsificación satánica de la Iglesia legítima. El apóstol enseñaba esta sabiduría acertada
entre aquellos que habían alcanzado madurez espiritual. Si bien es esencial a una
comprensión de la verdad en cuanto a este misterio, no debemos imaginar que el
apóstol se refiera a algún secreto que el cristiano “común” no puede alcanzar. Toda
verdad divina es para todo hijo de Dios. Sin embargo, es posible que al emplear la

12
palabra madurez, el escritor administraba una reprensión velada a los corintios por ser
inmaduros, cosa que hará abiertamente en 3.1 al 5, llamándoles niños en Cristo.

En esta sección el apóstol sigue una práctica común al enseñar por contrastes.
Obsérvese “ni palabra, sino poder;” “no sabiduría, hablamos sabiduría;” “ojo no vio, Dios
reveló;” “leche y no vianda”. Además del contaste entre la sabiduría de este mundo y la
de Dios, leemos de los príncipes de este mundo con su gloria pasajera en contraste con
el Señor de gloria eterna. Posiblemente Señor de gloria sea el título más exaltado que se
aplica a Cristo en la Epístola; en Hechos 7.2 leemos del Dios de la gloria.

2.11 al 15 nadie conoce las cosas de Dios ... . En estos versículos se enfatiza el
ministerio del Espíritu; obsérvese las siete referencias al Espíritu en el capítulo 2. Hay
una brecha irreparable entre hombre y bestia. En contraste con la bestia, el hombre ha
sido dotado de espíritu, y por esto la bestia no puede saber lo que le corresponde al
hombre. Pero hay una sima todavía mayor entre el hombre y Dios, y por esto nadie
conoce las cosas de Dios. Dependemos enteramente del Espíritu de Dios, no sólo para la
proclamación eficaz del evangelio, 2.2,5, sino para que sepamos lo que Dios nos ha
concedido. Tengamos presentes las palabras de Mateo 11.27: Nadie conoce al Hijo, sino
el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

La comparación entre el espíritu del hombre en relación con el hombre, y el Espíritu de


Dios en relación con Dios, establece la unidad y trinidad de la Deidad, y también la
deidad e igualdad del Espíritu con el Padre y el Hijo. El versículo es fundamental en
cuanto a la personalidad del Espíritu; Él puede penetrar “lo profundo de Dios”.
Claramente, es omnisciente e igual con Padre e Hijo.

En el 2.10 encontramos revelación por el Espíritu. Cosas que el hombre nunca ha podido
conocer o descubrir, se nos han revelado por las Escrituras por intermedio de los
apóstoles y profetas. “... ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el
Espíritu”, Efesios 3.5. Por cuanto las Escrituras ya están completas, no puede haber más
profetas.

En el 2.12 encontramos iluminación por el Espíritu. “... para que sepamos lo que Dios
nos ha concedido”. Por cuanto nosotros es enfático, debe referirse de una manera
particular a los apóstoles. A ellos les fue dada la capacidad de comprender lo que Dios
les había revelado para así enseñarnos a nosotros. Esto está en contraste con lo dicho
acerca de los profetas del Antiguo Testamento, quienes tenían que buscar
diligentemente el sentido de lo que estaban diciendo; 1 Pedro 1.10 al 12. Sin embargo,
es cierto que todo creyente ha sido hecho recipiente del Espíritu Santo. El don del
Espíritu es el sello y las aras de la salvación del creyente, Efesios 1.13, 4.30, 2 Cor. 1.22,
5.5.

En el 2.13 encontramos inspiración. Las palabras empleadas para comunicar la verdad


fueron escogidas por Dios. Hay una forma de palabras sanas que debemos guardar, 2
Timoteo 1.13. Si bien la revelación e inspiración se limitan a los apóstoles, la
iluminación no. Podemos buscar y conocer la iluminación del Espíritu sobre la verdad
ya revelada. El espíritu del mundo en el 2.12 es la actitud de independencia y suficiencia
propia que está en contraste con la del verdadero discípulo. Este último es el de Isaías
50.4,5: “despertará mi oído para que oiga como los sabios”. La exhortación del Señor en
Mateo 11.29 es que aprendamos de Él, el manso y humilde de corazón.

13
Una construcción similar a la del 2.12 se emplea en Romanos 8.15: “No habéis recibido
el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el
espíritu de adopción”. Y también 2 Timoteo 1.7: “No nos ha dado Dios espíritu de
cobardía ...” Puestos juntos, estos tres versículos muestran que hemos sido hecho
recipientes del Espíritu con un propósito triple: saber, orar y testificar.

2.14 el hombre natural no percibe ... Esto se refiere al hombre en su estado de


inconverso, controlado por un alma que no ha sido iluminada por el Espíritu Santo.
Nicodemo es un ejemplo llamativo. Él no podía entender la enseñanza del Señor en
cuanto al nuevo nacimiento. Era recto en lo moral y de capacidad reconocida en Israel,
pero completamente carente de vida y comprensión espiritual. Teniendo el
entendimiento entenebrecido, Efesios 4.18, no comprendía las cosas de Dios.

El libro de Eclesiastés es el comentario que Dios ha dado sobre el hombre natural, sus
objetivos, placeres y problemas. Sus intereses están todos “bajo el sol” y por lo tanto
circunscritos al tiempo. Por esto teme a la muerte, ya que le cortará de la esfera donde
está su tesoro. Busca la satisfacción en placer mundano, sabiduría, riqueza y religión,
llegando a reconocer al final que son un vacío. Todo le resulta vanidad y aflicción de
espíritu. No le agrada lo espiritual, ya que no le hace sentido.

A la luz de esto, el 2.13 se puede entender como, “enseñar cosas espirituales a los que
tienen mentes espirituales”, a saber, los que tienen al Espíritu. O, puede tener los
sentidos que figuran en algunas traducciones: interpretar la verdad espiritual en
lenguaje espiritual, o comunicar cosas espirituales por medios espirituales.

2.15 En cambio el espiritual ... El apóstol emplea expresiones parecidas en


otras partes. Ocuparse del Espíritu es vida y paz, Romanos 8.6. Si alguno se cree profeta,
o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor, 1 Cor. 14.37.
Vosotros que sois espirituales, restaurad, Gálatas 6.1. Sumado el uno al otro, estos
pasajes ofrecen un retrato de lo que es un creyente ejercitado y equilibrado. Posee un
espíritu de discernimiento y es capaz de apreciar las cosas por sus cualidades
espirituales.

A la luz del contexto, y especialmente en contraste con el 3.1, parece que el espiritual en
Corinto (ilustrado en la familia de Cloé) discernía el error de las divisiones y
contenciones. Al no involucrarse en ellas, la tal persona no era juzgada de nadie. Sin
embargo, puede ser que la idea sea la de discernir asuntos en una esfera mayor. A
menudo el hombre natural no puede comprender los motivos que impulsan al
espiritual. El escritor insta a los cristianos a ejercer el examen propio, 11.17, y a los
profetas a someterse al juicio de otros, 14.29. Insta también a la asamblea a ejercer
juicio disciplinario, 5.3 al 13. Sin embargo, insiste en que él es responsable al Señor no
más, 4.3,4.

2.16 ¿quién conoce la mente del Señor Es una cita de Isaías 40.13, repetida en
Romanos 11.34. En esencia es casi una reafirmación del 2.11: ¿quién de los hombres
sabe ...? El hombre natural no puede conocer la mente del Señor, pero el espiritual posee
la mente de Cristo y puede conocerla. Es enfático el vocablo nosotros, y hacemos bien en
recordar que tener la mente de Cristo aplica tan sólo a los que son espirituales al estilo
del apóstol. No era el caso con los de mente carnal en Corinto.

14
Otra prueba de la deidad de Cristo es la aplicación de Isaías 40.13 a la persona del
Señor. Así como el hombre natural nos es presentado en el libro de Eclesiastés, las
características del espiritual se encuentran en la autobiografía espiritual del apóstol en
la carta a los filipenses.

3.1 al 4 yo, hermanos, no pude ... Llegando al final de esta sección, el autor
muestra el efecto de la envidia y contienda entre el pueblo del Señor. Se revierte al
período de su ministerio entre ellos de la manera como había hecho en 2.1 al 5. No le
había sido posible hablarles como a espirituales. A lo largo de año y medio les había
alimentado como niños en Cristo, porque así eran, y parecía ahora que no habían
progresado mucho desde ese entonces. Eran como niños retardos, difíciles de enseñar.

En estos versículos de diagnóstico se señala cuatro síntomas de carnalidad. Las


primeras dos síntomas son negativas y las otras positivas

Su incapacidad de absorber alimento sólido, queriendo decir una falta de comprensión


espiritual para captar algo más de lo elemental de la fe cristiana en una forma
diluida. No podían entrar en la verdad del “misterio”, 2.7.
Su falta de desarrollo espiritual; “ni sois capaces todavía”. Eran pigmeos.
Andaban “como hombres” en el sentido que manifestaban por su envidia y contienda
que estaban bajo el dominio de su naturaleza carnal.
Ponían a siervos de Dios como líderes de partidos, imitando el estilo del mundo en su
ensalzamiento de individuos como fundadores de escuelas de filosofía.
Donde hay celos y contienda, allí hay perturbación y toda obra perversa, Santiago 3.16.
En la historia de Israel hay un ejemplo evidente de la manera en que obra la contienda.
En Jueces capítulo 8 la gente de Efraín se molestó porque Gedeón, de la tribu de
Manasés, fue escogido en vez de uno de la tribu suya, la de Judá. No les agradaba estar
en segundo lugar. De nuevo en el capítulo 12 este espíritu se manifestó y el resultado
fue la muerte de miles de la gente de Efraín en una guerra civil. En los tiempos de
Roboam, otro hombre de la tribu de Efraín, Jeroboam encabezó una división y formó el
reino del norte, con consecuencias desastrosas. Cuando el Señor vuelva en poder y gran
gloria, será reconocido por la nación como su Mesías y, se nos dice específicamente que
Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín, Isaías 11.13.

C. La unidad en relación con el servicio

El apóstol ya había mostrado cómo un espíritu partidario y contencioso hace impacto


sobre el evangelio y los creyentes. Echa sombra sobre el mensaje e impide el desarrollo
del pueblo del Señor. Ahora procede a tratarlo desde el punto de vista de su efecto sobre
toda forma de servicio y especialmente sobre aquellos que asumen liderazgo en la obra.

Cuando Madián (que quiere decir contienda) atacó a Israel, los invasores destruyeron
todas las hortalizas, dejando nada para las ovejas, bueyes y asnos, Jueces 6.4. Estos tres
animales sirven para ilustrar los tres grupos perjudicados por la contienda en Corinto, y
por un espíritu contencioso en cualquier parte. Las ovejas representan al creyente en
general; el buey al que sirve en la obra; y el asno, por cuanto tenía que ser redimido por
un cordero, al inconverso.

3.5 y qué es Apolos? ... En esta sección los siervos se ven como colaboradores
de Dios y la asamblea como labranza de Dios. Por cuanto los corintios estaban

15
envanecidos unos contra otros, 4.6, el apóstol comienza con una pregunta: ¿Qué, pues,
es Pablo, y qué es Apolos? Sabiamente, no hace mención de Pedro, ya que en ninguna
parte se dice que éste haya visitado Corinto. Pablo había sembrado y Apolos regado, de
manera que su ministerio era complementario y había armonía entre ellos dos. Eran
uno en sus metas y deseos.

Muchos hablan de regar la semilla con sus oraciones, pero no es el caso. Se riega con
ministerio, bien sea a un particular o a la asamblea: Como desciende de los cielos la
lluvia y la nieve ... [y] riega la tierra; Si dieres tu pan al hambriento ... serás como huerto
de riego; Isaías 55.10,11, 58.10,11. Spurgeon hablaba de la diferencia entre el riego
productivo y la inundación destructiva.

¿Qué es Pablo? Apolos? No hay nada personalmente derogatorio en la pregunta. El


apóstol quiere enfocar la atención de sus lectores sobre la función y lugar de éstos en el
gran esquema de la obra. Son apenas servidores, ministros o, mejor, diáconos. Dios dio
el fruto, y son de importancia secundaria los que sembraron y regaron. El apóstol quiere
que los corintios quiten la mirada de los hombres, y que la fijen en Dios. Eran como el
ciego que necesitó un segundo toque, por cuanto veía los hombres como árboles. O sea,
tenían un concepto distorsionado de sus líderes. En el 1.27 y de nuevo en 2.10 el
escritor usó esta misma expresión pero Dios en cuanto a la elección y revelación. Ahora
la bendición viene de la única fuente posible: de Dios.

Pablo y Apolos eran colaboradores o consiervos, y Pablo habla de la misma manera de


Timoteo, Tito, Marco y otros. La expresión comunica la idea de comunión en servicio. La
siembra de Pablo se narra en Hechos 18.1 al 18 y la riega de Apolos en el 18.27. Cada
uno tendrá su salario según su propia labor; el Señor reconocerá la diferencia en sus
esfuerzos.

3.9 vosotros sois ... edificio de Dios El apóstol cambia de metáfora, viendo la
asamblea ahora como un edificio y en particular como un templo. En este párrafo no se
menciona a Apolos, pero se introduce una esfera más amplia al incluir a los líderes
responsables en Corinto. Pedro se dirigió a los líderes en Israel como vosotros los
edificadores, Hechos 4.11. Puede haber en el 3.9 una referencia indirecta a los
judaizantes, del partido Pedro / Cefas en particular, quienes cuestionaban el apostolado
de Pablo.

Muy enfáticamente él dice que había echado la base, y esto por la gracia que le había
sido dada y le había hecho apóstol. Hay una nota de advertencia en las palabras, “Nadie
puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Se trata del
fundamento de la asamblea en Corinto. El fundamento de la Iglesia se echó
históricamente en el Calvario y doctrinalmente por los apóstoles y profetas: Pongo en
Sion la principal piedra del ángulo ...; Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas ..., 1 Pedro 2.6, Efesios 2.20.

En Romanos 15.28 Pablo habla de su política de no construir sobre fundamento ajeno, y


es en este sentido que emplea el término al escribir a los corintios. Fue una base
doctrinal. Por cuanto insiste que se puede echar una sola, es importante notar qué dice
de su predicación en Corinto. El solo fundamento, dice, es Jesucristo, pero en dos
epístolas nos relata cuáles fueron las piedras de los cuatro ángulos

16
Jesucristo que entre vosotros ha sido predicado por mí, 2 Cor. 1.19. Parece que fue la
primera nota que tocaba en la sinagoga, mostrando desde las Escrituras que Jesús
era el Cristo. Inmediatamente después de su conversión, él había proclamado que
“éste era el Hijo de Dios”, Hechos 9.20. Al comenzar su exposición del evangelio en la
carta a los romanos, afirma que éste fue declarado Hijo de Dios con poder, según el
Espíritu de santidad, por la resurrección entre los muertos.
Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado,
1 Cor. 2.2. Su mensaje se define en 1.18 como la palabra de la cruz.
La resurrección. Un repaso de sus sermones deja en claro que su trompeta daba
sonido cierto en cuanto a esta verdad.
Predicamos a Jesucristo como Señor, 2 Cor. 4.5.

3.12 si sobre este fundamento alguno edificare Si bien el fundamento puede ser
uno solo, los materiales empleados pueden ser diversos. Los seis materiales se dividen
en dos grupos, los imperecederos y los perecederos. Veamos diferencias entre los dos
tipos. Hay una gran diferencia en su costo; los primeros tres son muy costosos y los
otros baratos. Hay diferencia en su carácter; los hombres no pueden manufacturar los
primeros, mientras que los otros son productos de la naturaleza y representan lo que el
hombre puede hacer. Y, hay gran diferencia en su uso en la construcción; trabajar con
piedras costosas es lento y tedioso, mientras que en poco tiempo se puede levantar una
estructura de heno. La diferencia clave está en su combustión; el fuego no puede
transformar el primer grupo pero acaba rápidamente con el segundo.

No se puede decir que los materiales representan a personas, ni salvas ni inconversas,


ya que la gente no será sometida a fuego. Como es el fundamento de la doctrina en
cuanto a la persona y obra redentora de Cristo, así por analogía los materiales
representan ministerio, a saber, lo que se ofrece para edificar la asamblea. Aquello que
corresponde al primer grupo de tres es costoso, exige sacrificio y absorbe tiempo en su
preparación. Aquello que corresponde al segundo grupo de tres no cuesta ni tampoco
construye algo duradero.

El día es el día de nuestro Señor Jesucristo que se menciona en el 1.8. Se refiere al


tribunal de Cristo, cuando cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí, Romanos
14.12. Aquel día aclarará lo que es oscuro en la noche, a saber, el período actual. No es
tan sólo que el día lo hará evidente, sino que el fuego probará su carácter, ya que la obra
de cada cual será sometida a la prueba de la Palabra de Dios. ¿No es mi palabra como
fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Jeremías 23.29. Juan vio los
ojos del Señor como llama de fuego, Apocalipsis 1.14. Es importante notar que no se
trata de la salvación de una persona, sino del carácter de su obra.

3.14 Si permaneciere la obra de alguno Se contemplan dos clases de obreros.


Recibirá galardón el que construya con arreglo a la Palabra. Por ejemplo: En
conformidad a todas las cosas que Jehová había mandado a Moisés, así hicieron los hijos
de Israel toda la obra [del tabernáculo] ... y los bendijo, Éxodo 39.42. En cambio, hay
aquel que construya sobre buen fundamento, pero con todo verá sus esfuerzos
reducidos a cenizas, sin que su propia salvación sea afectada. No hay nada en el
versículo para sugerir una purificación del individuo en un estilo de purgatorio.

3.16 ¿No sabéis que sois templo de Dios? Para lenguaje parecido, favor de
tomar el tiempo de notar el 5.6, 6.2,3,9,15,16,19, 9.23,24. Note también Romanos 6.16,

17
11.2: ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois
esclavos ...? ¿No sabéis qué dice de Elías la escritura?

Este verbo es óida, saber por percepción u observación, refiriéndose a hechos que han
debido ser obvios a los lectores. El templo de Dios en este versículo es la asamblea, a
diferencia del 6.19 donde es la persona. Es la palabra usada al referirse al lugar
santísimo donde moraba la gloria divina. El Espíritu mora en la asamblea y debe
presidir su adoración y ministerio.

3.17 Si alguno destruyere ... La palabra que figura como destruyere y destruirá
es la misma que figura en 2 Cor. 11.3 como extraviados: ... vuestros sentidos sean de
alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Posiblemente las palabras se
refieran al engañador, como dan a entender las palabras, “Nadie se engañe a sí mismo”,
y también “No erréis” en el 6.9. El tal corrompería el santuario por su mala doctrina,
como en 15.12,33, donde las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Pero en Israel la inmundicia de parte de un individuo corrompería el santuario, y al no
limpiarse el tal era cortado de entre la congregación según Números 19.13,20.
Ilustraciones tenemos en 2 Crónicas 29.16,17, en los días de Ezequías, y Nehemías 13.4
al 9, en el caso de Eliasib. De esta manera corrompía la asamblea de Corinto el hombre
que cohabitaba en pecado y fue disciplinado por el Señor, capítulo 5 y también 11.30.

3.18 Nadie se engañe a sí mismo ... Los versículos 18 y 20 son una advertencia
a los que aparentemente eran líderes en la contención partidista. Son casi un eco de
Proverbios 3.7, No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal, y
de Isaías 5.21, ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante
de sí mismo!

La sabiduría carnal y los métodos carnales que se emplean para lograr los propósitos de
uno en una contienda en la congregación, son el camino seguro al desastre. Las dos citas
son de Job 5.13 y Salmo 94.11: Que prende a los sabios en la astucia de ellos ..., y, Jehová
conoce los pensamientos ... Las palabras la sabiduría de este mundo es insensatez para
con Dios aplican la enseñanza de 1.20 al 25 al tema del ministerio cristiano, pero en el
capítulo 1 está en vista su relación con la proclamación del evangelio.

3.21 ninguno se gloríe en los hombres Hay aquí un nota de advertencia a la


asamblea con respecto de hacer los hombres líderes de partidos o correr detrás de uno
u otro predicador al estilo de los príncipes de Rubén cuando incitaron a Coré a rebelarse
contra Moisés, Números 16.1 al 3. Los siervos de Dios no deben controlar las asambleas.
Todos los siervos de Dios son para el beneficio de todos. “Todo es vuestro”, a saber, para
nuestro bien y provecho espiritual. Por extraño que parezca, son siervos las cinco cosas
mencionadas: el mundo, la vida, la muerte, lo presente y lo porvenir.

3.23 vosotros de Cristo, y Cristo de Dios Todos ellos eran de Cristo, y un


reconocimiento de este hecho en nuestros días pondría fin a cualquier espíritu
partidista. Cristo es de Dios en el sentido que es siervo suyo, y a esto se refieren el 11.3 y
el 15.28.
La Epístola enfatiza tanto la deidad como la humanidad del Señor. Su carácter de siervo
no terminó con su ascensión a la diestra del Padre.

18
4.1 téngannos los hombres ... Es evidente que algunos en la asamblea eran
antagónicos a Pablo. Este grupo se volvió más agresivo y a ellos se refiere 2 Corintios.
Ellos juzgaban al apóstol, 4.3, y se jactaban en pensar que Pablo no volvería.

Él ya había hablado del servicio para Dios como “obra de diácono”, como plantar,
trabajar, construir. Había hablado de sí como un arquitecto. Ahora emplea dos
metáforas más:
(1) servidores de Cristo. Esta no es la palabra para diácono, sino para un subalterno.
(2) administradores de los misterios de Dios. Esta expresión sugiere una posición de
responsabilidad comparable a la de los levitas, quienes tenían la guarda del tabernáculo
de testimonio, Números 1.53.

Semejante responsabilidad en el servicio exige fidelidad, ya que por lo regular no se


supervisa la labor de un mayordomo, aunque, desde luego, él tiene que rendir cuenta,
Lucas 16.1 al 12. La infidelidad de parte de un siervo resultaba en ser quitado del cargo,
y con esto en mente Pedro destaca la importancia de ser buenos administradores, 1
Pedro 4.10.

Los misterios de Dios podrían abarcar todas las verdades relacionadas con el evangelio,
pero lo probable es que se limiten a las verdades llamadas misterios de una manera
específica. Hay por ejemplo el misterio de la piedad, 1 Timoteo 3.16; de la ceguera
parcial de Israel, Romanos 11.25; de Cristo y de la Iglesia, Efesios 5.32; de que no todos
vamos a morir, 1 Corintios 15.50,51, 1 Tesalonicenses 4.13 al 17.

Como había aquellos en Corintio que juzgaban al apóstol, él afirma osadamente que no
tenía conocimiento de nada en su contra, que tenía una conciencia enteramente limpia,
pero a la vez reconocía que su conciencia no es el árbitro de última instancia. El Señor
omnisciente juzga. Ya que Pablo vivía a la luz del tribunal de Cristo, él consideraba como
cosa de menor importancia ser examinado ante algún tribunal levantado por aquellos
señores, o ser evaluado según los valores de hombres: “o por tribunal humano”, a saber,
“en día humano”. Es una expresión empleada aquí no más; significa el período durante
el cual el gobierno del mundo está en manos de hombres. Terminará en fracaso en la
consumación de esta edad, cuando el Señor vendrá en poder y gloria para dar comienzo
al día del Señor / de Jehová.

Pero Pablo se ocupa más del contraste entre el día del hombre con sus tribunales y el
día de Cristo que va a declarar todo. Según el 3.13 la obra de cada hombre será puesta a
descubierta, pero según 4.4,5 el Señor sacará a la luz las intenciones del corazón. Estas
son los consejos secretos que han impulsado el servicio prestado, como también los
celos y las contiendas tan abundantes en Corinto y, posteriormente, en toda localidad. El
único encomio que le merecía atención es aquel Bien hecho, siervo fiel que vendrá del
Señor.

4.6 lo he presentado como ejemplo ... El apóstol había empleado el nombre


suyo y el de Apolos como ilustración, y adrede empleó estos diversos términos para
describir su servicio y su carácter, todo con el fin de que ellos los aplicaran a sí mismos
y a las circunstancias existentes en Corinto. De esta manera serían guardados de poner a
los siervos de Dios sobre un pedestal por encima de lo que las Escrituras sancionan. Es
llamativo que no se encuentre entre estas expresiones la de sacerdote. El Nuevo
Testamento no la emplea al referirse a un siervo de Cristo.

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Pablo no cita escritura alguna. Al decir lo que está escrito, se refiere a lo que él mismo
había dicho en cuanto a los siervos y su servicio. Por consiguiente, cualquiera que había
sido capacitado para servicio ha debido recordar que debe todo a la gracia de Dios, sin
lugar para jactancia. La pregunta en el 4.7, ¿quién te distingue? desinfla toda forma de
satisfacción propia.

4.8 Ya estáis saciados... Les advierte en tonos macizos y severos, como a hijos
amados suyos. Posiblemente sean los más agudos en la Epístola, y son casi un eco de lo
dicho por Moisés a Israel en las llanuras de Moab. En el desierto esa gente habían sido
peregrinos que dependían de Jehová para su sustento diario en la forma del maná. Ya
estaban por entrar en la tierra y sus circunstancias cambiarían de un todo; ocuparían
casas, viñas y olivares, con comida en abundancia. Por esto la advertencia: “Cuídate de
no olvidarte de Jehová ...”, Deuteronomio 6.10 al 12. El consejo se repite y se amplía en
8.10 al 14. La prosperidad traería tentaciones.

Las palabras sin nosotros reináis traen a la mente la parábola de Jotam en Jueces 9.8 al
10. El olivo no podía producir aceite para el santuario y llevar corona a la vez, ni la
higuera producir higos si iba a aceptar corona, ni la viña sus uvas. Pero la zarza aceptó el
honor con gusto, y podría ponerse la corona y seguir produciendo espinos. Es un cuadro
vivo de una vida dominada por la carne, o una asamblea regida por reglas carnales.

Las palabras estáis saciados ... estáis ricos son muy similares a las que nuestro Señor iba
a decir a la iglesia de Laodicea. Los corintios habían reinado como realeza y
aparentemente gozaban de ciertas comodidades, pero sin nosotros da a entender que se
olvidaban del apóstol y de la evangelización.

En 4.8 al 10 se emplea seis palabras para describir el estado espiritual de aquellos


creyentes: saciados, ricos, reináis, prudentes, fuertes, honorables. Habían honrado al
mundo y habían sido honrados por el mundo. Las palabras son por demás irónicas.
El apóstol procede con listar seis figuras para describir la condición suya

Dios nos ha exhibido ... como postreros. Hace pensar en el maltrato que recibió
Jeremías como el último de los profetas antes del cautiverio. Se estaban dando a los
apóstoles el último lugar.
... sentenciados a muerte. La figura es de los certámenes ante un gran público en el
foro, cuando el reo tenía la oportunidad de luchar con el gladiador, o con fieras, en un
intento por salvarse la vida. Pablo asemeja a los apóstoles a aquellos condenados que
tenían todo en su contra.
espectáculo al mundo. Para el teatro mismo, junto con el universo, ante ángeles y
hombres, ellos eran espectáculo, Hebreos 10.33. El teatro en Éfeso era grande,
Hechos 19.29; hoy día está en ruinas, con tan sólo la choza de un guardián en el
centro.
insensatos. “¿Qué querrá decir este palabrero?” dijeron los atenienses de Pablo en
Hechos 17.18. “Estás loco, Pablo”, afirmó Agripa en el 26.24. Él y sus colegas eran
tenidos por necios por la manera en que vivían.
débiles. Compárese con 2 Cor. 10.10: “A la verdad, dicen ... la presencia corporal débil”.
De nuevo se abstenía voluntariamente a ejercer autoridad apostólica.
despreciados. Eran como esclavos, negados sus derechos de ciudadanía.

20
3. LA ASAMBLEA CRISTIANA Y SU SANTIDAD
5.1 AL 6.11

A. La santidad en su relación con Dios

5.1 De cierto se oye ... De manera abrupta el apóstol procede a tratar un caso
muy grave de fracaso moral. Era una transgresión flagrante del código moral, un caso de
fornicación del carácter más serio, y aparentemente cosa bien conocida entre ellos y aun
tolerada. No fue uno de los muchos temas de la consulta que la asamblea había
presentado, pero posiblemente él supo del asunto por intermedio de los tres señores
que le visitaron y, según parece, le entregaron aquella carta. Pero la asamblea no se
afligió a causa de ese pecado y por lo tanto no había tomado cartas en el asunto. Uno ha
podido esperar que el apóstol hubiera tratado este problema antes de los demás, pero
sin unidad en la asamblea hubiera sido imposible tratar con el ofensor, y no habría
pureza.

El pecado era el de Absalóm, 2 Samuel 16.22. Era algo que no se toleraba ni siquiera
entre los griegos, aun en la relajación moral que había en Corinto. Se encontraban
envanecidos, posiblemente jactándose de una libertad falsa en un régimen de gracia.
Obsérvense otras referencias al envanecimiento en 4.16,19, 8.1, 13.4, y el trozo en
Proverbios 28.25: “El altivo de ánimo suscita contiendas”. Por esto el apóstol les
reprende; su actitud ante el pecado reflejaba su carnalidad y su arrogancia espiritual.

En el 6.9 el apóstol advierte: “No erréis; ni los fornicarios ... heredarán el reino de Dios”.
Parecía que algún engañador se ocupaba de tornar la gracia de Dios en lascivia, en una
oportunidad para gratificar la carne. La libertad se había vuelto licencia. Cabe bien la
posibilidad de que el hombre involucraba era uno que se aceptaba como un líder entre
ellos, un caudillo de partido.

El pasaje hace ver la gravedad que el apóstol asignaba a semejante pecado. Así como el
leproso tenía que ser excluido del campamento de Israel, Números 5.1 al 4, para el bien
del pueblo en conjunto, también es absolutamente necesario tomar medidas
disciplinarias en casos como éste para resguardar la salud espiritual de la asamblea. La
iglesia local es el lugar donde mora la honra de Dios, Salmo 26.8. Es “el templo de Dios”,
3.16. Un pecado del carácter de éste contamina y debe ser enfrentado, así como a veces
es preciso amputar un brazo o una pierna para salvar la vida de un individuo.

El pecado en cuestión era uno claramente prohibido en la ley mosaica, y tenía que ser
juzgado. Se pronunciaba una maldición sobre cualquiera que haya sido culpable del
mismo, Levítico 18.8, Deuteronomio 22.20, 27.20, Amós 2.7; compárese Esdras 9.1, 10.6.
Si la asamblea hubiera lamentado, el hombre culpable hubiera sido “quitado de en
medio” de ellos. Quizás esto puede ser entendido en el sentido de una acción de parte de
la asamblea, o quizás como de parte de Dios como en Hechos 5.1 al 5. En casos como
éste una asamblea debe asumir el lugar y la posición de la viuda pobre en Lucas 18.1 al
3, clamando, “Hazme justicia de mi adversario”.

5.3 he juzgado ... En estos versículos el apóstol da su veredicto y el juicio que


debería ser administrado. Conforme al principio enunciado en 3.17 que el que
destruyere el templo de Dios recibiría juicio de la misma índole, el apóstol decretó que
el culpable debe ser entregado a Satanás para la destrucción de la carne. Esto puede

21
significar bien la destrucción de las pasiones carnales o bien un castigo físico. Si es la
primera, entonces se involucraría alguna forma de enfermedad corporal que le
impediría a la persona satisfacer su naturaleza carnal. Sin embargo, es más aceptable el
segundo criterio. En este caso las palabras, “la destrucción de la carne” son afines a
pronunciar una sentencia de muerte sobre el hombre. El pecado era tan grave que
solamente la muerte resolvería el problema satisfactoriamente y vindicaría la santidad
de Dios, y por ende sería una lección ante los ojos de la asamblea.

Se puede considerar como ilustración de la primera interpretación el juicio pronunciado


sobre la esposa adúltera en Números capítulo 5. Su aflicción corporal la convirtió en
objeto de vergüenza en el campamento. Una asamblea congregada con el fin específico
de ejercer disciplina es en efecto una solemne escena tribunicia, con el apóstol presente
en espíritu y el Señor Jesucristo presente en poder. En el nombre de, o con la autoridad
de, el Señor Jesús el juicio sería pronunciado y efectuado.

Las palabras, “a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesucristo”, hacen ver
que el juicio no incidía en cuanto a la salvación eterna del ofensor. Pero las palabras
dificultan creer que la disciplina era con miras a su restauración. A menudo se sugiere
que se trata del mismo individuo en 2 Cor. 2.5 al 10, pero esto es muy dudoso. La
evidencia parece indicar lo opuesto.

5.6 No es buena vuestra jactancia. La reprensión severa en cuanto a su


envanecimiento daría a entender que aun se gloriaban en su tolerancia del hombre y su
conducta incestuosa, su vida licenciosa. Algunos de ellos han podido pensar que era una
emancipación de las restricciones impuestas por la ley. Pablo les hace recordar que era
preciso purgar la “vieja levadura”, y que se requiere sólo un poco de levadura para
leudar una masa entera, o corromper toda la comunidad.

El hecho de asemejar el pecado a la levadura confirma el criterio que en las Escrituras la


levadura es siempre una ilustración del efecto del mal. Aquí el mal es moral. En Gálatas
5.9 es doctrinal. No sólo se debe excomulgar al individuo, sino también se debe jugar
cualquier descuido en cuanto a lo moral, o de otra manera toda la asamblea se
contaminaría por semejantes prácticas corruptas. El ejemplo perverso sería copiado por
otros. “En Cristo” ellos eran considerados como posicionalmente sin levadura, así como
Israel estaba representado por los doce panes sin levadura sobre la mesa en el
tabernáculo. Si su vida y práctica iban a corresponder a esto, ellos tendrían que
limpiarse de la “vieja levadura”. Solamente así serían una “nueva masa”. A los israelitas
se les mandó quitar toda levadura de sus casas en la época de la pascua. La primera
masa hecha después de esto sería libre de levadura, sería una “nueva masa”. Es de esta
figura que el apóstol toma su instrucción.

5.7 nuestra pascua, que es Cristo ... celebremos la fiesta Esta es una de las
muchas maneras en que se alude a Cristo en la epístola. En 3.10,11 Él es el fundamento.
En 10.4 es la roca, y en 15.20 la primicia. Hay otras, y un estudio de las figuras
enriquece.

La aplicación de la pascua a Cristo evidencia la importancia de estudiar la tipología del


Antiguo Testamento. El Antiguo encierra al Nuevo y el Nuevo explica al Antiguo. La
fiesta de los panes sin levadura se relacionaba con la de la pascua. El apóstol reconoce
su significado típico para la vida cristiana al escribir, “celebremos la fiesta”. De esta

22
manera se percibe la vida cristiana como una fiesta [una santa convocación], como en
otras partes de 1 Cor. es presentada como una carrera y como una lucha.

Se debe quitar la levadura en todas sus formas, sea la levadura vieja, o la de malicia y de
maldad, o la levadura de los fariseos, o de los saduceos, o de Herodes, Mateo 16.6, Lucas
12.1, Marcos 8.15. La medida del gozo del Señor y de su redención en el creyente será la
medida en que respeta la exigencia de quitar de sí la levadura. Esto es cierto tanto en lo
particular como en lo colectivo. Hacemos bien en observar que en las instrucciones
sobre la fiesta de panes sin levadura se prohibía comer pan leudado, Éxodo 12.20, y se
prohibía guardar levadura en las casas y otros sitios, 12.15, 13.7. Además, se exigía
comer pan sin levadura, 12.15, 13.6,7. El creyente no debe estar satisfecho con
abstenerse de lo que es malo, sino debe alimentarse de Cristo, el auténtico pan de Dios,
Aquel en quien no había pecado. El testimonio cristiano debe incluir lo positivo, y no
limitarse a lo negativo.

5.8 de sinceridad y verdad Esto se refiere a la vida del creyente en su carácter


positivo. El corazón debe ser sincero y el motivo debe ser puro. No es aceptable intentar
a tapar una falta con cera, así como se solía hacer en las estatuas de mármol. El corazón
debe mostrase sin defecto a la luz del sol. Todo esto está encerrado en la palabra
traducida sinceridad. El trozo nada tiene que ver con la cena del Señor en sí.

Tan interrelacionadas eran la pascua y la fiesta de panes que casi se percibían como una
sola. Así también lo que ellas representan o profetizan típicamente la redención y la
santificación están estrechamente vinculados en el Nuevo Testamento, como también
al altar y la fuente eran asociados en el tabernáculo.

5.9 he escrito por carta El apóstol se refiere aquí a una carta escrita en una
ocasión anterior, y parece que había un mal entendido en cuanto a su contenido y
propósito. No tenemos esta carta ahora. Se ha sugerido que se refiere a lo que está
diciendo en ese momento, pero no puede ser así porque dice que ya les había escrito
“por carta”, y prosigue con lo que parece ser un resumen de su mensaje. Se prohíbe aun
el intercambio social con uno que se llama hermano, si el tal es culpable de alguno de los
pecados listados en el versículo 11.

“Los que están fuera” es una frase que señala a los irregenerados; compárese Marcos
3.11, Colosenses 4.4, 1 Tesalonicenses 4.14. Dios les juzgará. No está dentro de la esfera
de responsabilidad, ni es una prerrogativa, de la asamblea cristiana pronunciarse en
juicio contra ellos. Aparentemente la mujer involucrada en este asunto era inconversa, o
ella hubiera caído bajo la misma iniciativa disciplinaria que el hombre. A él se le
describe como un perverso, y se manda que sea quitado de la comunión de la asamblea;
compárese Deuteronomio 13.15, 17.7. Hasta allí la responsabilidad de la congregación.

Se precisaba de autoridad apostólica para entregar el tal a Satanás. Leemos de esto una
sola vez más, donde el pecado era doctrinal; 1 Timoteo 1.20. Ya que el mundo es la
esfera donde gobierna Satanás, se puede afirmar que al excomulgar al sujeto se le
asignaba de hecho al poder de Satanás. Satanás puede tocar al creyente solamente con
la voluntad permisiva de Dios, como vemos en el caso de Job y el del aguijón en la carne
que le afligía a Pablo. La persona descrita en Gálatas 6.1 no debe ser tratada conforme a
las instrucciones contenidas en este capítulo.

23
B. La santidad en la relación del uno con el otro

6.1 ¿Osa alguno ...? En el capítulo 5 el apóstol les había reprendido


fuertemente por no reconocer la santidad que conviene a la casa de Dios, al decir de
Salmo 93.5. En 6.1 al 11 se enfatiza la santidad que debería caracterizar al pueblo de
Dios en su trato el uno con el otro. De alguna manera no especificada ellos habían
venido defraudando aun a sus propios hermanos en la fe. La idea no es que se puede
defraudar a los demás, pero los hermanos en Cristo deben tener un cuidado especial
para el bienestar de cada cual. Con el fin de buscar justicia, algunos habían entablado
demandas en tribunales romanos. Cualquiera que resultare ser el fallo, esto de por sí era
una falta, una derrota.

Al condenar estas iniciativas el apóstol insta que se arreglen estos asuntos entre
hermanos. El vocablo injustos en el 6.1 se debe entender como sinónimo con incrédulos
en el 6.6. No hay sugerencia de que la decisión de parte del tribunal sería de hecho
injusta, aunque la justicia sí se sacrifica en tales lugares.

Los santos han de juzgar el mundo

Mateo 19.28 Os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus
de Israel.
Lucas 22.25 al 30 Os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Daniel 7.22 Se dio el juicio a los santos del Altísimo.
A los ángeles también
2 Pedro 2.4 ... los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados
al juicio
Judas 6 ... los ha guardado bajo oscuridad ... para el juicio del gran día
Por lo tanto, ¿se puede pensar que no sean capaces de juzgar asuntos que en el mayor
de los casos son triviales en comparación?

Leemos en relación con el 6.5 que hay dos posibilidades para el creyente defraudado.
(1) Puede presentar el problema a los hermanos, o (2) puede aceptar el abuso,
encomendar el asunto al Señor y esperar su veredicto. En este contexto se les advierte
no engañarse. Los injustos no heredarán el reino de Dios, ya que la justicia caracteriza
ese reino; “No paguéis a nadie mal por mal”, Romanos 12.17.

Los pecados mencionados en el 6.9 son personales y sociales: vicios sexuales e idolatría.
La mención de tantos es indicio del ambiente inmoral en la ciudad, pero una
comparación con Romanos 1.19 al 32 y Colosenses 3.5 al 7 deja entrever que estaban en
bancarrota moral tanto la civilización romana como la griega. No han podido ser más
degeneradas.

Los pecados mencionados en el 6.10 son los que se cometen contra otros (ladrones,
avaros, borrachos, maldicientes, estafadores) y apóstol afirma de nuevo que los tales no
heredarán el reino; véanse Gálatas 5.19 y Efesios 5.5. Se debe insistir en la rectitud
moral como prueba de la legitimidad de la profesión de ser cristiano, así como la
celebración de la fiesta de panes sin levadura era una señal sobre la mano y un
memorial delante de los ojos; Éxodo 13.9. Era evidencia a uno mismo (las manos) y a
otros (la frente).

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En el 6.11 se evidencia la eficacia del evangelio en Corinto. Las vidas de algunos habían
sido como aquellas de los versículos 9 y 10, pero ellos habían sido revolucionados y
transformados por el dinamismo del evangelio. Habían sido justificados en el nombre
del Señor Jesús, santificados por el Espíritu Santo, y lavados. Los verbos justificados y
santificados están en la voz pasiva, pero lavados en la voz media. Se habían lavado, en el
sentido que se interesaron para que fuese efectuado; ellos personalmente tenían una
responsabilidad por el asunto.

Una comparación con Hechos 22.16 (Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y
bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre). conduce a concluir que el apóstol
se refiere aquí al hecho de que en su bautismo ellos habían profesado públicamente que
habían renunciado su antiguo estilo de vida. El bautismo no es solamente un acto en el
cual el creyente confiesa a Cristo como Señor (Hechos 10.48) y expresa su identificación
con Cristo en sepultura (Romanos 6.4,5), sino también un símbolo de haber dejado la
vida de antes (compárese Deuteronomio 21.1 al 6).

Ser santificado por el Espíritu puede referirse a su obra inicial en poner aparte al
creyente, o a lo que se menciona específicamente en el 6.19, donde se habla del cuerpo
del cristiano como un templo propio del Espíritu. Dijo Jehová en Éxodo 29.43: Allí [en el
tabernáculo] me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria.
Se emplea aquí en Corintios un título que no encontramos en otro lugar: el Espíritu de
nuestro Dios. El versículo manifiesta cómo la Trinidad está en la trama y urdimbre de la
Epístola.

Las dos palabras santificados y justificados enfocan la atención sobre los dos aspectos de
la vida cristiana enfatizados en esta sección: la santidad práctica que debe caracterizar
la asamblea (capítulo 5) y la justicia práctica que debe caracterizar la conducta del
creyente ante los demás (6.1 al 11).

Los pecados mencionados en el 6.9 son inmundos (fornicarios, idólatras, adúlteros,


afeminados, los que se echan con varones). Son una negación de la santidad, mientras
los del versículo 10 chocan con la justicia. En los Salmos hay gran énfasis sobre estos
dos aspectos de la vida en Dios. Leemos de la hermosura de la santidad que conviene a
la casa de Dios en el 93.5 y 29.2. Leemos de los sacrificios de justicia y la senda de
justicia en el 4.5 y 23.3. (Leemos de los frutos de justicia en Filipenses 1.11 y Hebreos
12.11). Son apenas unos pocos ejemplos.

4. LA ASAMBLEA CRISTIANA Y LA LIBERTAD PERSONAL


DE 6.12 AL 11.1

A. La libertad en relación con uno mismo en la asamblea

Si bien el apóstol sigue en esta sección en exhortación a una santidad práctica en la vida,
lo hace en el contexto de otro asunto que estaba tomando dimensiones peligrosas en la
asamblea en Corinto. Era el problema de la libertad cristiana.

Aparentemente había dos grupos que tenían criterios diametralmente opuestos acerca
del ejercicio de su libertad. Cada uno parece haber tenido su máxima o slogan. Los

25
libertinos tenían el suyo resumido cuatro veces en la afirmación que “todo me es lícito”.
Lo aplicaban tanto a los alimentos como a la fornicación. Por otro lado, los ascéticos
querían prohibir el matrimonio y el consumo de cualquier alimento que haya sido
ofrecido a ídolos, y esto aun en el hogar.

Al contender con estas dos fracciones opuestas el apóstol no intenta hacerlo de frente.
Él se expresa como de acuerdo en parte con ambas, y luego introduce cláusulas
calificativas que neutralizan su error.

El quiasmo el carácter introvertido de toda la sección se puede demostrar como


sigue

A. todas las cosas me son lícitas 6.12 La cuestión de la


libertad

B. las viandas para el vientre 6.13 La cuestión de los


alimentos y los ídolos

C. el cuerpo no es para la fornicación 6.13 al 20 La cuestión de una


relación sexual prohibida

C. el cuerpo es ... para el Señor 7.1 al 40 La cuestión de una


relación conyugal sancionada
por Dios

B. en cuanto a lo sacrificado a los ídolos 8.1 al 10.22

A. todo me es lícito 10.23 al 30

Exhortaciones concluyentes 10.31 al 11.

6.12 Todo me es lícito ... Se expone primeramente qué es la libertad personal.


Sin duda las palabras “todo me es lícito” eran un slogan favorito de los libertinos. Ellos
estaban dispuestos a aceptar la enseñanza de aquellos que cambiaron la gracia de Dios
en una oportunidad para gratificar la lascivia de la carne. Volvieron la libertad en
licencia. Considérese: “... que no uséis la libertad como ocasión para la carne”, Gálatas
5.13. “... convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios”, Judas 4. Era una perversión
del evangelio de la gracia divina como la enseñaba el apóstol. Ellos afirmaban ser
exentos de todo resguardo ceremonial y moral porque estaban libres de la ley y bajo la
gracia.

El apóstol hace concesión con respecto a los alimentos, dando a saber que lo que
comemos no tiene un significado moral, así como se enseña en Marcos 7.14 al 23 (“Nada
hay fuera del hombre que entre en él, que le puede contaminar”). Más adelante
reconoce que un ídolo no es nada, 8.4, pero incorpora en 6.12 como cláusula calificadora
un punto muy importante; “mas no todas convienen”. Lo repite en el 10.23, como
veremos.

Lo que comemos carece de significado moral, pero no así la fornicación. Sus


implicaciones morales y espirituales son muy graves. Hay un marcado contraste entre la
manera en que él habla del estómago y del cuerpo. El uno, cual canal de sustento, será
destruido por ser innecesario. Pero el cuerpo, contrario a la creencia que se alegará,
tiene un futuro. Una falta de comprensión de esto condujo a las profundidades de

26
degeneración de las prostitutas del templo  “la ramera”. El hecho de citar Génesis 2.24
muestra que la unión sexual con una prostituta no era meramente física. Encierra una
unión mental y moral; es un pecado contra el cuerpo de uno mismo, y uno que puede
dar lugar a enfermedad venérea; véase Romanos 1.26,27.

Se debe notar las varias referencias al cuerpo

es para el Señor
Él es para el cuerpo
será resucitado
es miembro de Cristo
no debe ser contaminado por fornicación
mora en él el Espíritu Santo
el creyente debe glorificar a Dios en su cuerpo
(Varias traducciones omiten del versículo 20, “y en vuestro espíritu”).

También se debe notar en este pasaje los incentivos a la santidad, o a la honra para Dios.
Quizás sea de ayuda verlos en la secuencia invertida, comenzando con una referencia a
la cruz y terminando con una referencia a la resurrección

(1) Habéis sido comprados por precio, 6.20. En el 7.20 se repite la afirmación, pero
con una aplicación diferente.

Quiere decir adquirir mediante la cancelación de una suma, o comprar en el mercado, la


agora. El precio que canceló nuestra compra fue la sangre preciosa de Cristo, 1 Pedro
1.18. Por esto no somos nuestros; somos una posesión adquirida.

(2) Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, 6.19.

Hemos sido hechos recipientes del Espíritu en virtud de la muerte de Cristo. “El Espíritu
de Dios mora en vosotros”, “¿Cómo no nos dará con él todas las cosas?” Romanos 8.9,32

(3) El que se une al Señor, un espíritu es con él, 6.17.

La unión del creyente con Cristo es una característica prominente de la Epístola a los
Romanos en los capítulos 6 al 8 y también en Colosenses 2.9 al 3.4. Es una doctrina de
importancia clave en el Nuevo Testamento. Lea nombró a uno de sus hijos Leví,
queriendo decir unido. Fue una profecía, ya que posteriormente la tribu, “Se juntarán,
pues, contigo [con Aarón], y tendrán el cargo del tabernáculo”, Números 18.2 al 4. Todo
creyente debería ser un auténtico levita, sirviendo al Señor en novedad del Espíritu.

(4) Vuestros cuerpos son miembros de Cristo, 6.15.

Parece que los corintios no se habían dado cuenta de esto, y por lo tanto se formula la
pregunta, “¿No sabéis?” La membresía en el cuerpo se trata en 12.12,27. Aquí el enfoque
es que el cuerpo debe ser guardado de la contaminación, debido al contexto y la
mención de la fornicación. De ella el creyente debe huir, al estilo de José en Génesis
39.12. Hay advertencias en este sentido en Proverbios 6.32,33, 7.21 al 23.

(5) Dios ... a nosotros nos levantará con su poder, 6.14.

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Esto se asegura más allá de toda duda por el hecho de que Él “levantó al Señor”, un tema
tratado extensamente en el capítulo 15.

Es instructivo notar el método del apóstol al corregir el error. Él ofrece enseñanza


constructiva acerca del cuerpo y su lugar en el esquema de salvación, y corrige el
concepto equivocado de la gravedad del pecado bajo consideración con verlo (i) a la luz
de su membresía en el cuerpo de Cristo, 6.15; (ii) la verdadera naturaleza de semejante
unión, 6.16; y (iii) sus efectos sobre el cuerpo mismo, 6.18.

B. La libertad en relación con el matrimonio

El apóstol trata estos puntos en secuencia en 7.25, 8.1, 11.2, 12.1, 16.1.

7.1 bueno le sería al hombre ... Habiendo atendido debidamente a la cuestión


de la fornicación, y la relación sexual ilícita y prohibida, el apóstol se dirige al problema
presentado por los ascéticos en cuanto al matrimonio como está expresado en las
palabras, “bueno le sería al hombre no tocar mujer”.

No lo hace por enfrentamiento directo; la cita era a lo mejor una santa y seña del
partido. Difícilmente podría ser una declaración de parte del apóstol, porque restaría
del propósito de Dios en la creación, “Fructificad y multiplicaos”. La enseñanza clara de
las Escrituras es que el matrimonio es honroso, Hebreos 12.4. La unión conyugal es
simbólica de la unión entre Cristo y la Iglesia, Efesios 5.31,32.

En este capítulo se ve el matrimonio desde siete ángulos

7.1 al 7 Visto a la luz de la inmoralidad en el entorno y la incontinencia

“... a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer ...” Se afirma claramente
las obligaciones del estado de casados. El cristianismo no sanciona ni la poligamia ni la
poliandria, 7.2. En la ocasión de casarse cada cual asume como deuda ciertas
obligaciones a la otra parte, 7.3. Compárese Éxodo 21.10, “Si tomare para él otra mujer,
no disminuirá ... el deber conyugal”.

Cada una tiene sus derechos conyugales y el hecho de no reconocerlos es defraudar,


7.4,5. La abstinencia de la relación sexual debe ser sólo por mutuo acuerdo o sólo un
convenio temporal o una concesión, 7.6, acaso las partes caigan debido a su falta de
continencia, por alguna tentación satánica, alguna trampa puesta por Satanás para
entorpecerles. El lenguaje casi da a entender que algunos de los ascéticos ya eran
casados y deseaban abstener de toda relación conyugal.

El matrimonio guardaba a los cristianos del pecado de fornicación al cual estaban tan
expuestos por su incontinencia, y así su vida en familia sería un testimonio contra la
corrupción que imperaba. Proporcionaba una manera por la cual los hijos nacerían y se
criarían en una atmósfera con la debida actitud al sexo y el estado conyugal.

Sin embargo, el apóstol reconoce que para algunos la soltería o el celibato tenía ciertas
ventajas. Él percibía su propio celibato como un carisma, un don de Dios, 7.7. El estado
de casados, con su compañerismo, consejo y paternidad, es también un carisma, un don
de Dios. “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”,
Proverbios 18.22. En ninguna parte se ordena el celibato ni se sugiere que es de alguna
manera superior o más santo que el matrimonio.

28
7.8,9 Visto a la luz de la ventaja física que ofrece

Si bien es positivo quedarse soltero, tanto en lo físico como en lo demás es mejor


casarse que quemar de deseo sexual. (Lascivia en Romanos 1.27 es quemando en el 7.9).
El instinto o impulso sexual es fuerte y de origen divino, de manera que debe ser
considerado. La conversión no lo anula. Se hace mención aquí de viudas, y de vírgenes
en el 7.25, de manera que los solteros se refiere a los varones sin casarse o enviudados.

7.10,11 Visto a la luz de la enseñanza del Señor

“a los que están unidos en matrimonio ...” Aquí Pablo basa su mandamiento en la
enseñanza del Señor ya registrada en Mateo 19.1 al 6 y Marcos 10.1 al 12. A la luz del
contexto en el cual el Señor dio la enseñanza se puede concluir que los “unidos” a
quienes se refiere el apóstol son creyentes de parte y parte. Él permite la posibilidad de
una falta de compatibilidad, pero no la considera una razón suficiente para la
separación o el divorcio.

7.12 al 16 Visto a la luz de la conversión posterior de una de las partes

“a los demás yo digo, no el Señor ...” No tenemos registrado nada que el Señor haya
dicho en cuanto al problema que Pablo va a tratar. No obstante, lo que expone cuenta
con la misma autoridad, siendo inspirado por el Espíritu. Se pone en su debido enfoque
varios puntos

La conversión del esposo o la esposa no anula el matrimonio. Su estatus no cambia.


Los hijos no son bastardos ni han nacido fuera de un lazo matrimonial.
El esposo no debe querer poner fin al nexo.
La esposa no debe dejar al esposo, aunque en algunos casos en India sería
prácticamente imposible que una señora continuara viviendo con un esposo idólatra.
A lo mejor él no querrá.
Si el incrédulo se va, la otra parte está libre. Sin embargo, el alcance o medida de esta
libertad es discutible. ¿Solamente libertad de la responsabilidad que tenía, o libertad
para casarse de nuevo? Insistir que la parte abandonada se quede sin casar sería
imponer un yugo que a lo mejor no podría llevar; versículos 2, 5 y 9. No obstante,
todo creyente debería hacer lo posible para convivir con su pareja; es una
responsabilidad primaria.
“El marido incrédulo es santificado ..., harás salvo a tu mujer” 7.14,16. Las palabras del
versículo 14 deben ser leídas y entendidas a la luz del versículo 17. La comparación
deja en claro que la santificación no ser entendido a la par de experiencia de
salvación. Las palabras del versículo 16 estimulan a la parte creyente a saber que él o
ella puede ser el instrumento en la salvación de la otra.

7.17 al 24 Visto a la luz de su llamamiento

El creyente debe ser fiel al llamamiento de Dios en cualquier esfera de la vida que Dios
en su soberanía le ha asignado. No se interpreta el texto como para sugerir que uno
nunca debe cambiar de oficio. El apóstol aplica a una esfera más amplia la necesidad y la
sabiduría de permanecer en el lazo conyugal en el cual ellos han sido llamados, 7.20,24.
Este es el vínculo entre estos versículos y los que preceden.

29
El principio que opera en el caso del matrimonio aplica a la circuncisión, 7.18, y a la
esclavitud, 7.20. Habiendo sido comprado con precio, uno es siervo o esclavo de Cristo y
debe proseguir fiel a Dios. Si logra su libertad uno que era esclavo en el momento de su
conversión, bien, pero debe llevar en mente que goza de una emancipación mayor. Es
uno libertado por el Señor mismo. Por el otro lado, el que gozaba de libertad en el
momento de ser salvo era en realidad esclavo de Cristo.

El uso repetido de llamado merece mención. No se refiere a una vocación terrenal sino a
la ocasión específica del llamamiento de Dios. Compárese Romanos 8.28 al 30, “... los
que conforme a su propósito son llamados ...” La exhortación es que se queden fieles al
llamamiento que les sacó de las tinieblas a la luz.

7.25 al 38 Visto a la luz de las circunstancias que se imponían

“la necesidad que apremia”, 7.26; “en cuanto a las vírgenes”, 7.25. Aparentemente
estamos ante otra pregunta formulada por la asamblea. Así como en el versículo 12, él
menciona de nuevo que no hay nada dicho por el Señor al cual podemos apelar. Por esto
expresa su criterio y afirma que habla conforme a la sabiduría que le dio el Espíritu
Santo.

La necesidad que apremiaba era tal que el apóstol consideraba aconsejable abstenerse
del matrimonio. (Véase Jeremías 16.1 al 7 para un mensaje parecido de parte de un
profeta). Qué era el gran problema en Corinto, no sabemos. Se conjetura en vano, pero
no se descarta que haya sido el matrimonio. No sería un pecado casarse, pero hacerlo
traería problemas.

Es probable que las palabras, “el tiempo es corto” se refieran a que la venida del Señor
se acerca y a cómo esta realidad debería tener efecto sobre todo creyente y todo aspecto
de su vida, 7.29 al 31. Debe ser como Urías, un soldado en servicio activo. Las ventajas
de la soltería se enfatizan de nuevo, pero cuidadosamente para evitar la posibilidad de
que sus palabras sean un tropiezo, 7.34. Por esto el apóstol deja en claro que hay entera
libertad para casarse o dar en casamiento.

Surge la pregunta de quiénes son las vírgenes. ¿Son las hijas solteras de creyentes, y
ellas a su vez creyentes? ¿O son las señoritas comprometidas ya para casarse? Algunos
opinan que se trata de varones además de señoritas. J.N. Darby traduce virginidad en
7.36,37 pero es difícil comprender la cosa así a la luz del versículo 37 en particular.

7.39,40 Visto a la luz de la muerte del esposo

Se aclaran tres puntos en estos versículos concluyentes

El lazo conyugal del creyente se disuelve solamente por la muerte.


El viudo está en libertad de casarse, pero solamente con otro creyente en Cristo y
conforme a la voluntad del Señor.
La enseñanza del apóstol se dio por el Espíritu de Dios.

Las siete referencias al Señor en esta sección ameritan atención. Leemos de la


misericordia del Señor en el versículo 25, las cosas que le pertenecen a Él en el 32,
agradar al Señor en el 32, acercarse al Señor en el 35 y “en el Señor” en el 39.

30
El capítulo es un aporte importante al tema del matrimonio cristiano. Establece
inequívocamente su legitimidad y trata adecuadamente su conveniencia para cierta
gente, bajo ciertas circunstancias y con ciertos fines. En su primera carta a Timoteo el
apóstol castiga como “doctrina de demonios” la prohibición a casarse y a comer
determinados alimentos, observando que enseñanza de esta índole produce sólo una
santidad espuria, 1 Timoteo 4.1 al 5.

C. La libertad en relación con el hermano débil

8.1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos ... Es un tanto sorprendente que se haya
formulado una pregunta como ésta. El apóstol había ministrado en Corinto por la mayor
parte de dos años, y cuesta creer o pensar que en aquel lapso el tema no se había
presentada y tratado.

Las palabras “no erráis” (“¡No os llaméis a engaño!” Nueva Versión Internacional) en el 6.9
hacen entrever, como ya hemos comentado, que algún engañador estaba obrando en la
asamblea, buscando corromperla al tornar la gracia de Dios en una oportunidad para
gratificar la lascivia de la carne. La necesidad de usar lenguaje tan fuerte en el 6.12 al
referirse a la fornicación, y ahora al tratar de los alimentos ofrecidos a los ídolos, revela
la senda asquerosa de la serpiente que queda manifiesta en otras partes también. (Como
ejemplos hay Apocalipsis 2.14,20, la doctrina de Balaam y la seducción de Jezabel).

El problema presentado era doble: participar en una fiesta de alimentos que habían sido
ofrecidos en el templo idólatra, 8.10; y, comérselos en una casa particular, 10.25.28. El
apóstol abunda sobre esto, cuando uno hubiera pensado que lo trataría en apenas un
par de líneas, o quizás citaría la decisión de la reunión en Jerusalén. Hubiera sido fácil
limitarse a citar un par de reglas, pero, al contrario, él va al fondo y expone principios
vitales que aplican a todos los asuntos que pueden provocar conflictos de conciencia en
el creyente cuando no hay un claro Escrito está para nuestra orientación.

Es esto que hace que los capítulos se revistan de tanta importancia en nuestros tiempos.
El problema específico de qué comida se puede comer afecta a relativamente pocos
cristianos ahora, pero los principios expuestos son de aplicación universal. Por ejemplo:
el brindis social, el cigarrillo, el cine, la televisión, la vestimenta). Un cristiano carnal, o
aun el inconverso, puede cumplir con reglas, pero se requiere percepción y poder
espiritual, ejercicio y energía espiritual, para aplicar los principios a la práctica.

8.1 El conocimiento envanece ... Se pone en contraste el conocimiento y el amor. El


uno infla a la persona y el otro construye. En el mejor de los casos el conocimiento es
muy limitado, pero “amar a Dios” es la senda de auténtica sabiduría.

El apóstol reconoce la verdad que lo que los fuertes en Corinto aparentemente


argumentaban, que el ídolo no es nada y que los muchos dioses realmente no existían.
Para el creyente había un solo Dios, el Padre, y un solo Señor Jesucristo, a quien toda la
creación debe su existencia. “... en él fueron creadas todas las cosas”, Colosenses 1.16;
“Todas las cosas por él fueron hechas”, Juan 1.3. Para Él y por medio de Él vivimos, 8.6.
La unidad del Padre y del Hijo en la Deidad se enseña enfáticamente aquí como una
doctrina cristiana básica y fundamental.

Pero no todo creyente ha entrado en una aprensión tan clara de la verdad en cuanto a
las deidades y los ídolos gentiles. Algunos, debido a una larga asociación o costumbre de

31
reconocer al ídolo, encuentran difícil desasociarse de aquel sentimiento. Por esto su
conciencia, siendo débil, se corrompe. De manera que, lo que un creyente podía hacer,
otro no. Al ejercer lo que creía ser su libertad a comer, él en nada se mejoró. Al no
comer, o al sacrificar su libertad tan desplegada, nada iba a perder.

Participar de o abstenerse de determinados alimentos no le acerca a uno a Dios. Por


esto no hay ninguna ganancia o pérdida espiritual de mayor relevancia en hacer el uno o
el otro. Este es un principio importante y tiene una aplicación amplia en todos los países
donde hay costumbres profundamente arraigadas. Debe ser de ayuda en la orientación
del creyente espiritual. Ningún creyente puede preguntar, como Caín, si es guarda de su
hermano.

8.9 Pero mirad que esta libertad ... El vocablo libertad se emplea siete veces en estos
capítulos  8.9, 9.4,5,6,12,18. Encierra la idea de un derecho o una autoridad. El apóstol
advierte que al reclamar sus derechos, su manifestación de libertad para sentarse y
participar en el templo idolátrico, podrían hacer que los mismos recintos del templo
resultasen un tropiezo para el débil. De esta manera ellos pondrían un obstáculo en el
camino de estos últimos, posiblemente con la consecuencia que caigan aun
irremisiblemente, 8.11. A la luz de Juan 10.28, el perder aquí no expresa la perdición
eterna sino un grave desastre espiritual.

Por el otro lado el amor persigue el bien del otro, deseando edificarle o fortalecerle en
su fe cristiana. El ejercicio errado o indebido de sus derechos le animaría, le edificaría
ya que la palabra estimular en el versículo 10 es la misma que edificar en el versículo
1 al débil a actuar en oposición a su propia conciencia. Esto conduciría al naufragio
espiritual, 1 Timoteo 1.19.

El apóstol no se dirige a ellos como “los fuertes”, ni se asocia a sí mismo con ellos en su
postura, como hace en Romanos 15.1, “los que somos fuertes”. Sin duda esto se debía a
que el punto bajo consideración era básicamente diferente, como se muestra
claramente en el capítulo 10. Sin embargo, quien haya profesado un conocimiento
superior debería llevar en mente que (1) el débil era un hermano, (2) era uno por quien
Cristo murió, y (3) pecar contra él era pecar contra Cristo, 8.11,12.

En el capítulo leemos de una conciencia débil, una conciencia contaminada, una


conciencia fortalecida y una conciencia herida. Herir una conciencia es como golpear a
un inválido. Por consiguiente, el apóstol dice en conclusión cuál sería su actitud y cuáles
los principios que le guiarían. Él se abstendría de comer determinados alimentos si
hacerlo pondría tropiezo a su hermano. Andaría en amor, Romanos 14.10. Sería
motivado por amor hacia su hermano débil.

Obsérvese las referencias a hermano en los versículos 11 al 13, y véase la parábola en


Lucas 15.27 al 32. Si en este capítulo la acción se ve en su relación con el hermano débil,
en el 10.21 está condenada claramente como de un todo incompatible con la comunión
entre el creyente y Dios, “No podéis beber la copa del Señor ...”

D. La libertad en relación con el evangelio

32
9.1 ¿No soy libre? ... Habiendo declarado su propia reacción personal, Pablo procede
con la pregunta de que si acaso no era libre y no gozaba de los derechos apostólicos. No
dudamos de que esta sea la secuencia apropiada; a saber, libre y luego apóstol. El tema
principal por delante no es su apostolado aunque lo afirma sino el de mostrar que
por el bien del evangelio él había renunciado sus derechos dados por Dios mismo.

Por lo tanto en este capítulo él insiste en la necesidad de ejercer nuestra libertad de tal
manera que no estorbemos el evangelio en absoluto. Es otro principio muy importante.

Aun cuando no era de los doce originales, en el camino a Damasco él había recibido una
revelación especial de Jesucristo nuestro Señor, y los corintios eran el sello, la evidencia
dada por Dios mismo, de su apostolado. Esta fue su respuesta legal a los que querían
examinarle a él, o a sus credenciales, y ponerle en tela de juicio.

Posiblemente algunos habían concluido que él trabajaba con sus manos, sin cargo a la
asamblea, porque no era un apóstol al estilo de Cefas y los demás. El supuesto era falso,
y por esto Pablo formula tres preguntas. V sobre (1) la libertad de comer y beber por
cuenta de la asamblea, y a casarse y (2) viajar con una esposa como hacían Cefas y los
hermanos del Señor. La manera cómo se emplea la palabra hermanos daría a entender
que se trata de hijos de José y María. La tercera pregunta (3) tiene que ver con el
derecho de no trabajar.

Él abunda sobre esta última, y da una respuesta triple tomada del quehacer humano

el soldado / guerrero. La obra del evangelio se ve como una lucha: 2 Cor. 10.4, “las
armas de nuestra milicia”; “sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”,
2 Timoteo 2.3,4. Como guerreo, debe recibir su jornal.
el labrado / obrero. Cual agricultor, él puede tomar de la cosecha.
el pastor / guardián. El que alimenta la grey participa de los beneficios.
9.8 ¿Digo esto sólo como hombre? En los versículos 8 al 14 se apela a las Escrituras
de tres maneras

(1) El que ara y el que cosecha, obreros en el campo al comienzo y al final del ciclo, 8.10.
No se debe poner bozal al buey que trilla; Deuteronomio 25.4. La cita de parte de Pablo
hace ver que la aplicación primaria de la ordenanza era espiritual más que literal.

Pablo había sembrado y por lo tanto tenía el derecho de cosechar beneficio material, a
saber, que sus necesidades fuesen atendidas. Otros habían ejercido este derecho al estar
en Corinto, pero él no, acaso cortara el camino como si fuera, o derrumbara el puente y
así impedir el progreso el ejército. Obsérvese que dice en el versículo 12, “poner
obstáculo ...”

(2) El levita y el sacerdote, 9.13. El templo o el altar proveían para aquellos que tenían
ministerio allí. Había el diezmo de parte del pueblo para los levitas, y el producto del
altar para los sacerdotes.

(3) El predicador del evangelio, a su vez, debería vivir del evangelio, 9.14. Si bien no hay
registrado un mandamiento específico, hay enseñanza al respecto en Mateo 10.10, “el
obrero es digno de su alimento”, y Lucas 10.7, “posad en aquella casa comiendo y
bebiendo lo que os den”.

33
9.15 de nada de esto me he aprovechado ... Siendo un mayordomo del
evangelio, él estaba en el deber de predicar. Él reconocía que alguna calamidad le
alcanzaría al no cumplir con esta obligación. Habiendo recibido el evangelio como un
fideicomiso, él estaba obligado a todos y su salario era el de cumplir de buena gana y sin
recargo. Por esto, la divulgación del evangelio era su primera meta.

9.19 siendo libre de todos ... Pero no era sólo un mayordomo, sino, según los
versículos 19 al 23, un esclavo. Era un ciudadano libre y se gloriaba en esta libertad que
tenía como romano. Pero voluntariamente se sujetó a la esclavitud para el bien del
evangelio, 9.23. Su meta era alcanzar al mayor número y ver salvos a todos cuanto fuese
posible.

Para no ofender la sensibilidad judía, accedió a que Timoteo fuese circuncidado. Aunque
no estaba bajo la ley, ajustaba sus prácticas al estar entre judíos para que ellos no fuesen
provocados innecesariamente. Entre los gentiles, quienes no estaban bajo la ley, él no
estaba sujeto a impedimentos por perjuicios judíos, pero no por esto era uno sin ley. Su
ley era Cristo; estaba bajo la autoridad suya. Así como en su relación con el débil sea
el débil o el judío convertido, Romanos 14 y 15, o de origen gentil, 1 Corintios 8 al 10
él estaba dispuesto a sacrificar cualquiera y toda consideración propia con tal que no
estaba involucrado ningún principio vital.

E. La libertad en relación con el galardón

9.24 todos a la verdad corren ... Ahora habla como un atleta. El participante en
los juegos se sometía por meses a un riguroso entrenamiento, pero solamente el
ganador recibía un laurel perecedero. Una debida condición física exigía mucha
negación propia y control estricto del apetito corporal. Lo que era lícito en lo demás
tenía que ser puesto a un lado.

Así también el cristiano debe estar dispuesto a prescindirse de cualquier cosa que
podría ser considerada su legítimo derecho si va a recibir el galardón. Sería
enteramente legítimo vestir botas en una corta carrera plana, pero no sería conveniente.
Pablo presionaba cada nervio para ganar la corona incorruptible.

Como boxeador lo suyo no era dar golpes en el aire. Él golpeaba su cuerpo. Algunos
entienden que la idea es la de infligir a otro un ojo morado para someterlo, o quizás
tomar cautivo a un preso en la guerra. Sería legítimo que un boxeador gustara de
alimentos altos en calorías, pero no sería conveniente; le dejaría en malas condiciones
para la contienda.

Y también como un heraldo él llamaba a otros a venir a los juegos y también anunciaba
los resultados. Para él una descalificación sería grave por dos razones. Estaba resuelto a
esforzarse de un todo para no ser rechazado y así perder la corona. Pero le asustaba la
posibilidad de ser puesto a un lado como una vasija cuarteada.

La sección trata del servicio y sus posibles recompensas, no de la salvación. Se debe


notar las referencias al evangelio en los versículos 12, 14, 16, 18 y 23. Se destacan las
palabras “de todos modos” en el versículo 22.

34
F. La libertad en relación con la comunión con Dios

10.1 no quiero, hermanos, que ignoréis ... En estos versículos el apóstol repasa
los privilegios nacionales de Israel. El porque mejor se entiende como por cuanto, ya que
lo que escritor va a decir tiene un paralelo cercano con lo dicho en el 9.27 sobre la
necesidad de guardar el cuerpo en sujeción para evitar ser vencido por la ley del pecado
en sus miembros. La palabra todos se repite en relación con cada uno de los cinco
privilegios mencionados. El bautismo en Moisés los puso de un todo bajo el liderazgo y
autoridad de aquél, así como los separó de Egipto, el escenario de su servidumbre, y de
Faraón, su antiguo amo. Les había sido provista una mesa en el desierto; a saber, cada
día tomaron maná y agua. Pero el Señor no se agradó de la mayoría de ellos, y los tales
murieron en la marcha. De los 603.550 hombres de guerra que salieron de Egipto,
solamente dos entraron en la tierra prometida; Números 14.29,30, Deuteronomio 2.14.

Por cuanto este pasaje registra e ilustra hechos de disciplina de Dios sobre su pueblo
redimido, no hace mención de la incredulidad en Cades-barnea. El caso es que la tribu
de Leví no cayó bajo el golpe de juicio. Había 22.000 de ellos de la edad de un mes
arriba, Números 3.39, y 8.580 de treinta años arriba, Números 4.36,40,44. Se afirma a
menudo que entraron en Canaán tan sólo dos de todos los que salieron de Egipto, pero
no es cierto. Se trata de hombres de guerra, Josué y Caleb. Aun así, fue muy grande el
número de los que perecieron en el desierto.

10.6 estas cosas sucedieron como ejemplos ... Dos veces en esta sección el apóstol dice
que se trata de tipos cuyo propósito es de enseñarnos, y que los eventos sucedieron
precisamente para nuestro beneficio y bendición. Se enumeran cinco casos. Dos de ellos
tuvieron que ver con la primera generación. En el 10.6 se menciona lo narrado en
Números 11.4, cuando Israel despreció el maná. En el 10.7 se asocia la adoración del
becerro de oro con la danza; Éxodo 32.6. Fue de veras una fiesta pagana, una mesa de
demonios, una provisión y tentación de parte de Satanás. Sus consecuencias fueron
graves.

Los próximos eventos tuvieron lugar en el último año, cuando el pueblo había alcanzado
Cades por segunda vez. El 10.8 recuenta el triste encuentro con Moab, cuando una vez
más los israelitas se entregaron a la idolatría, adorando el abominable ídolo Baal-peor,
Oseas 10.9, y a la fornicación. Pablo dice que veintitrés mil murieron un solo día, y
sabemos por Números 25.1 al 9 que murió un total de veinticuatro mil. En el 10.9 el
caso es el triste y solemne episodio de las serpientes de Números 21.4 al 9, mientras que
el 10.10 aparentemente abarca todo el período de la peregrinación en el desierto, con
énfasis en la rebelión de Coré, Números 14.2, 16.1 al 35.

Fueron casos de gran juicio, y quedó evidente su aplicación al problema en Corinto. Las
palabras, “el que piensa estar firme”, aplican a los que deseaban demandar derechos y
ejercer libertad en la cuestión de la comida ofrecida a ídolos. Han debido tener cuidado,
acaso venía la caída. A menudo se habla de esto como caer en pecado, pero el contexto
hace ver que la idea es más bien caer bajo el juicio de Dios, como en el 10.8. ¡Horrenda
cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10.31.

Se les recuerda que no habían sido objeto de ninguna prueba o tentación extraordinaria,
sino a lo que es común a todos, y que podían depender de Dios para una vía de escape,
como Él había proporcionado para Israel frente al Mar Rojo.

35
En estas páginas encontramos cuatro pautas en relación con la libertad cristiana

No ser tropiezo a otro creyente, 8.9.


No poner obstáculo al evangelio, 9.12.
Ponerse uno mismo en servidumbre, 9.27.
Cuidarse de caer en juicio, 10.12.

10.14 huid de la idolatría ... En vista de las solemnes ilustraciones tomadas de la


historia de Israel, los corintios han debido huir de la idolatría así como antes se les
había advertido huir de la fornicación, 6.13. Esta pareja ha sido enemigos del pueblo de
Dios en todo tiempo, sea en el desierto o en la época de los jueces, Jueces 17 al 19, o de
los reyes, como en el caso de Ahab y Jezabel, 2 Reyes 9.22. Se encuentran juntos de
nuevo en las cartas a las iglesias, Apocalipsis 2.14,20. El apóstol apela a la inteligencia
de sus lectores, a su sentido de discernimiento, 10.15, y procede a insistir en una
distinción entre el sistema cristiano y el de la idolatría.

10.16 La copa de bendición que bendecimos ... Se trata de la copa judaica. Fue la que se
usó en la introducción de la cena del Señor, Mateo 26.27. Los judíos emplearon cuatro
copas en su Pascua: la de bendición, de la cual todos los presentes participaban; la de
ira, de la cual nadie participaba, ya que se derramaba su contenido, recontando las diez
plagas; la de salvación, llena hasta rebosar, de la cual todos participaban; y la del reino,
que anticipaba el futuro, Marcos 14.25.

Las palabras la copa se refieren al carácter de la copa, y no deben ser interpretadas


como para decir que necesariamente debe usarse una sola copa al celebrar la cena del
Señor. Todos los creyentes participan de una misma copa de bendición. Que bendecimos
se entiende como el hecho de dar gracias. Una comparación con los pasajes relacionados
en los Evangelios, hace evidente que bendecir se debe entender en el sentido de dar
gracias; Mateo 26.26,27, Marcos 14.22 al 25, Lucas 22.19,20 y 1 Corintios 11.24;
compárense Santiago 3.9, Salmo 103.1.
La idea no es de consagrar los emblemas. “¿No es la comunión de la sangre de Cristo?”
Es una confesión de nuestra identificación con Cristo en su muerte, y la expresión de
una comunión basada en la obra redentora de Cristo.

10.16 El pan que partimos ... Es una comunión, una participación de aquellos que
también son miembros del cuerpo de Cristo. La mención del pan después de la copa
sugiere que, si bien la copa se refiere a la sangre derramada, o la crucifixión de Cristo, el
pan simboliza aquí, como se desprende del 10.17, la Iglesia que es su cuerpo. Este se
formó cuando Él expiró; Efesios 1.22,23. Así la copa y el pan en esta secuencia sugieren
la crucifixión y glorificación del cuerpo de Cristo. “Siendo un solo pan, ... somos un
cuerpo”. El hecho de participar del mismo pan simboliza la unidad de los creyentes
como miembros del cuerpo, y por ende hay una definida secuencia histórica y doctrinal
en los versículos 16 y 17. Obsérvese esta misma relación en Efesios 2.16: “... mediante la
cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades”.
Es por virtud de la cruz que somos aquel “solo cuerpo”.

10.18 Mirad a Israel ... También la familia sacerdotal, al participar del altar, se
identificaba con el altar y con el sacrificio sobre él. La referencia es al sacrificio de las
paces, de la cual los sacerdotes tenían su propia porción, el pecho y la espaldilla,
Levítico 7.19,34, y podían comer también de todo lo que era limpio. Una parte se ofrecía

36
en sacrificio, y por lo tanto el participante de aquel sacrificio gozaba de paz con Dios.
Fueron alimentados a la mesa de Jehová; Malaquías 1.7,12.

10.19 lo que se sacrifica a los ídolos ... En este versículo el apóstol no quita de lo que
había dicho en el 8.4, “un ídolo nada es en el mundo”, sino que llama la atención al hecho
de que lo ofrecido al ídolo es algo que fue ofrecido a los demonios, ya que los demonios
se asocian con el ídolo. De manera que, de la analogía de los versículos anteriores,
participar del alimento ofrecido a los ídolos en el templo suyo, se debe entender como
identificarse con los demonios.

Los demonios son espíritus inmundos, “gobernadores de las tinieblas de este siglo”,
Efesios 6.12, bajo el control del poder único, el del diablo, Satanás. Están de un todo
opuesto los dos sistemas, el cristianismo y la idolatría, y son mutuamente exclusivos; así
que, participar de la copa del Señor y a la vez la copa de los demonios era de un todo
imposible.

10.21 participar de la mesa del Señor ... Esta es una expresión que se encuentra en el
Antiguo Testamento. No se limita a la cristiandad, a diferencia de la expresión cena del
Señor. En Malaquías 1.7,12 se habla del altar del holocausto como la mesa del Señor (de
Jehová). Y en Lucas 22.30 se emplea palabras parecidas en relación con el reino
venidero: “para que comáis y bebáis a mi mesa en el reino”.

Se ofrecen tres ilustraciones en el capítulo

la nación de Israel en el desierto;


los sacerdotes de Israel ante el altar;
en el versículo 21, la ordenanza de Números 5.11, cuando a la esposa infiel se daba la
copa de juicio, el vaso de aguas amargas, para que su vientre hinchara y ella sirviera
de lección para todos. Debido a la idolatría de Israel, ella le había provocado a celos a
Jehová, su esposo; Ezequiel 16.35 al 38, Isaías 54.5, Jeremías 3.20, 31.32. Hoy día ella
- Israel- es objeto de vergüenza.
El cristiano, al participar de lo ofrecido a ídolos en el templo, provoca al Señor de una
manera similar. Cualquier comunión con la idolatría es adulterio espiritual, como lo es
la amistad con el mundo, Santiago 4.4. Para aquellos creyentes, y para nosotros, la copa
de bendición podría tornarse en copa de juicio. Las tres ilustraciones comer el maná y
beber el agua en el desierto, participar al altar, y participar de la mesa del marido
hablan de la comunión diaria con Dios. La cena que se tratará en el capítulo 11 es
aquello que da expresión pública y corporativa de aquella comunión. Seis veces se
encuentran comunión / participar en 10.16,18,20,17,21.

10.23 Todo me es lícito ... En los versículos 23 al 30 se refiere al segundo problema


mencionado en el capítulo 8. Es aquel comer en casa de un amigo el alimento ofrecido al
ídolo. De nuevo el lema es que todo es lícito. El 6.12 había expuesto dos limitaciones:
todas las cosas son lícitas, pero no todas convienen y el apóstol no se dejaría dominar de
ninguna. Ahora una tercera: no todo edifica.

Esto le conduce al escritor a afirmar que cada uno tiene la responsabilidad de fortalecer
al otro espiritualmente. Del Señor es la tierra y su plenitud, y el creyente está libre a
comer lo que se vende en el mercado, ofrecido o no a los ídolos. Pero si un creyente
ejerce su libertad con ir a casa de su amigo, entonces, por cuestión de conciencia de
cualquiera que tuviera problema al respecto, él debería abstenerse de esa comida

37
ofrecida a ídolos, aunque él mismo no tuviera problema en ese sentido. La cosa era no
usar ese derecho de libertad para poner tropiezo ante otro. Mejor abstenerse que
permitir que la libertad fuese censurada, 10.30.

10.31 Si, pues, coméis ... La porción 10.31 al 11.1 inclusive contiene un resumen breve
de los principios que deben guiar al cristiano en el ejercicio de su libertad

todo para la gloria de Dios. Comer o beber, o lo que fuera, que Dios sea glorificado.
nada para ofender a otro, sea aquel otro un creyente o un incrédulo.
buscar el provecho de los muchos, con miras a su salvación. Así fue el ejemplo del
apóstol; 11.1, 8.13, 9.26,27.

Al concluir esta sección, es apropiado llamar la atención a la afirmación que “todo me es


lícito”, la cual figura dos veces en el 6.12 y dos en el 10.23.

Se nota que dos veces Pablo agrega que no todo conviene. Él ofrece pautas para que
veamos si conviene o no

“No me dejaré dominar de ninguna”. El cristiano debe preguntarse si aquello le sujeta


a él o él a aquello.
¿Edifica? Y aun si me edificará a mí, ¿qué de los demás creyentes?
¿Sería para la gloria de Dios?
¿Es según el ejemplo del apóstol según figura en el capítulo 9, o según el ejemplo de
los israelitas según figura en el capítulo 10?

5. LA ASAMBLEA CRISTIANA Y SU MINISTERIO


11.2 AL 15.11

Una de las secciones principales de la Epístola es la que comienza en el 11.2 y termina


en el 15.11. Encontramos en estos capítulos instrucción que no figura en ninguna otra
parte del Nuevo Testamento. Su enseñanza es de una importancia vital si las reuniones
de una asamblea van a cumplir el propósito que Dios tiene para ellas.

El apóstol escribió para corregir irregularidades y para definir la conducta “cuando os


reunís”, o sea, cuando el pueblo del Señor se reúne en carácter de una asamblea.
Primeramente considera su ministerio para Dios, cual compañía de sacerdotes en la
celebración de la cena del Señor. En segundo lugar, su ministerio hacia la propia
asamblea en profecía para el beneficio de la congregación. Y tercero, su ministerio al
mundo en la proclamación del evangelio.

Este ministerio tripartito queda ilustrado en la parábola del siervo en Lucas 17.7 al 10.
Él ara, apacienta ganado y prepara la cena. El arar es figura de la evangelización. Con
esperanza debe arar el que ara, 1 Cor. 9.10. Luego este siervo apacienta la grey en el
campo. Volviendo a la casa de su amo, le prepara comida y le atiende mientras éste
participe de lo que ha preparado para él. Que aprendamos nosotros que la preparación
más importante es la del corazón, de suerte que estemos en condición de ministrar
aceptablemente al Señor mientras Él se sienta a la mesa que es suya.

38
A. Ministerio para Dios: La cabeza

El capítulo 11, a partir del versículo 2, se divide en dos como se ve por dos declaraciones
que van en contraste: “Os alabo”, versículo 2, y “no es alabo”, versículo 17.

11.2 Os alabo, hermanos ... La ausencia de lenguaje como “en cuanto a” que se
usa en 7.1, 8.1 y 12.1 hace entender que los corintios no habían preguntado en su carta
acerca de estos asuntos, y las dos cláusulas ya citadas hacen pensar que habían
afirmado que estaban cumpliendo con todo lo que él les había enseñado o entregado,
designado como “instrucciones” o “tradiciones”.

No se trata de algún rito o ceremonia que él les había enseñado, o algún apego a lo que
hacía una generación anterior. Se refiere a lo que el apóstol había expuesto y se
relaciona con cuestiones de fe y práctica. Hay ilustraciones específicas en 11.23 al 25,
“yo recibí ... lo que también os he enseñado”, y 15.3, “os he enseñado lo que asimismo
aprendí”; otro caso es 2 Tesalonicenses 2.15, “la doctrina que habéis aprendido”.

La instrucción apostólica era autoritativa y a la vez vinculante. El apóstol les elogia por
haber guardado la verdad que les fue impartida; como mencionamos en la introducción
a este comentario, la asamblea era sana doctrinalmente con excepción del error en
cuanto a la resurrección que se menciona en el 15.12.

11.3 Pero quiero que sepáis ... Si bien ellos deseaban dones espirituales y
preguntaban acerca de ellos, a la vez ignoraban lo que era de importancia básica, a
saber, la verdad de la autoridad divina presentada en forma de cabezas, 11.2 al 16.
Tampoco tomaban en cuenta la solemnidad que se exige para la casa de Dios, 11.17 al
34. Este estado espiritual infantil estaba reflejado también en el hecho de no haberse
dado cuenta de los indicios de división entre ellos, capítulos 1 al 4; de no lamentar la
vida licenciosa de uno de sus miembros, y de tolerar litigios entre ellos mismos,
capítulos 5 y 6.

11.3 Cristo es la cabeza de todo varón ... Sin duda cuando el apóstol estaba en
Corinto les enseñó lo dicho en Gálatas 3.28: “No hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Por el evangelio la mujer está levantada a un puesto
de honor totalmente ajeno a lo que se la concede en las religiones no cristianas, y
aparentemente las mujeres en la asamblea abusaban su libertad tanto en cuanto a la
modestia de ropa como en su subordinación al varón. Por esto el apóstol manifiesta que
el orden en la creación impera aún. El evangelio no lo ha modificado.

El pasaje en Gálatas 3 se refiere a la posición judicial del creyente “en Cristo” y no anula
las relaciones naturales. El orden o autoridad y la subordinación o sujeción son
características del universo como leyes orgánicas, y son absolutamente esenciales a su
existencia. Al no ser reconocidas, entonces necesariamente habrá colapso.

En la jerarquía de las cabezas se mencionan tres. La relación bajo consideración no es la


de esposo y esposa, como en Efesios 5.25 donde leemos que el esposo es la cabeza de la
mujer, sino de hombre y mujer, o la relación varón / hembra. No dice que Cristo es la
cabeza de cada esposo, sino de cada varón, a saber, cada varón creyente. Los
inconversos no están bajo consideración en el pasaje.

Relacionada con esta jerarquía hay la representación, la responsabilidad y el gobierno.


Muy independiente del vínculo conyugal, el varón es cabeza de la mujer y debe aceptar

39
la responsabilidad de gobernar delante de Dios. Es debido a esto que el pecado de Adán,
a diferencia de el de Eva, sumergió la raza humana en tinieblas y muerte; “el pecado
entró en el mundo por un hombre”, Romanos 5.12. En las epístolas a los efesios y los
colosenses se afirma que Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo, y de todo
principado y potestad, Efesios 1.22, Colosenses 2.10. Entre el cuerpo y la cabeza hay una
unión de vida indisoluble, y es por medio de Él que recibe sustento espiritual; “... la
Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y
ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios”, Colosenses 2.19.

11.4 Dios la cabeza de Cristo Esto señala el hecho de que el Señor en su


encarnación asumió el lugar de sujeción al Padre. Aquella relación continúa sin cambio.
El Señor jamás se desprenderá de su humanidad; “Cristo es de Dios”, 3.23, “El Hijo
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”,
15.28. Aunque poseído de plena deidad y por ende co-igual con el Padre en poder y
gloria, Él está administrativamente sujeto a Dios el Padre. Él tomó el lugar del siervo,
“He aquí mi Siervo”, Isaías 42.1, y en aquella senda de obediencia siempre perseguía la
voluntad y gloria de Dios.

Este es el patrón perfecto puesto delante del hombre en su senda de sumisión y su


esfera de responsabilidad. ¡Tan alto que es! Y a su vez es el patrón puesto delante de la
mujer en su senda de subordinación y su esfera de responsabilidad. Si asume el lugar de
liderazgo acordado a él, ella está de hecho usurpando la autoridad suya. “No permito a
la mujer ... ejercer dominio sobre el hombre”, 1 Timoteo 2.12. El pecado del hombre fue
un gesto de desafío y un intento a ser Dios. El pecado de la mujer suele ser un desafío
del orden divino y la asunción del lugar del hombre. ¿Acaso no se ve a menudo hoy en
día?

11.4 Todo varón que ora o profetiza ... En los tiempos apostólicos éstas eran
las dos funciones principales del liderazgo espiritual. Las Escrituras todavía
incompletas, se dependía de aquellos que eran profetas y hablaban por revelación, como
se ve del 14.30, “si le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero”.

Los versículos 4 al 7 están en pareados; el 4 y el 7 se refieren al varón; el 5 y el 6 a la


mujer. Parece una inversión, una estructura en quiasmo.

El versículo 7 da la razón por lo que se dice en el 4. El hombre está en la imagen de Dios


y por lo tanto no debe estar cubierto, ya que al estar, él deshonra a su cabeza que es
Cristo. Es posible que algunos varones en Corinto fueran culpables en este sentido, o
quizás el apóstol está echando la base para la instrucción en cuanto al hombre sin velo,
o descubierto.

En los versículos 5 y 6 se gira instrucción a la mujer a llevar velo cuando está orando o
profetizando en público. Por ser ella “la gloria del varón”, debe vestir velo, ya que “la
gloria del varón” debe estar cubierta en la presencia de Dios. Es evidente que esa
anormalidad existía en Corinto, y es ella que el apóstol corrige en este pasaje. Uno
estaría en franca contradicción con el 14.34 y 1 Timoteo 2.8 al 12 al tomar el pasaje
como autoridad para que la mujer intervenga públicamente en la asamblea; “vuestras
mujeres callen en las congregaciones”, “no permito a la mujer enseñar ...”

El apóstol parece seguir un método similar en 6.4,7 y 8.10. Lo que permite en el 6.4,
“poner a juzgar a los que son menor estima”, queda virtualmente anulado en el 7.7, “es

40
ya una falta entre vosotros”. Y del 8.10 uno podría entender que él no tendría objeción a
que un cristiano aceptara una invitación de un amigo pagano a comer en el en templo
idolátrico, cosa que honraría la deidad del amigo. Pero en 10.20 al 22 se destaca la
gravedad de semejante conducta.

11.8 el varón no procede de la mujer ... En 11.4 al 7 el velo o cubierta de la


mujer es simbólico de su sujeción al orden cristiano, pero en 11.8 al 12 es simbólico de
su sujeción en el orden de la creación. El versículo 8 corresponde al 12, el versículo 9 al
11, con el versículo 10 como el centro. Los versículos son importantes por cuanto
establecen que el apóstol consideraba las palabras de Génesis como históricas y por
esto ajustadas a los hechos.

Ya que el velo, o la cubierta de la cabeza, es el símbolo de la sujeción de la mujer al


varón, los ángeles aprenden de esta manera la multiforme sabiduría de Dios, por cuanto
ella es ilustración de la sujeción de la Iglesia a Cristo, Efesios 3.10. Si bien el varón fue
creado primero, y ella es de él, en el proceso de la procreación ellos son mutuamente
inter-dependientes. El hombre es por la mujer; la maternidad es su corona y gloria,
“pero todo procede de Dios”. En 2 Cor. 5.18 se predice lo mismo de la nueva creación,
“todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación”. Aquí no hay cabida para una teoría de evolución.

11.13 Juzgad vosotros mismos ... En estos versículos se simboliza su sujeción por la
naturaleza misma y por la provisión de la naturaleza que es su cabello largo. Mientras
que la calvicie alcanza la mayoría de los varones, y algunos cuando jóvenes, las mujeres
por regla general son bendecidas con pelo largo. El apóstol apela al sentido de decoro en
estos versículos. La masculinidad en las mujeres y la feminidad en los varones son
ambas repulsivas. Se dice que D.L. Moody oró en una ocasión, “De hombres con pelo
largo, y de mujeres con pelo corto, que el Señor nos libre”.

Uno anula el sentido y propósito de los versículos 5 y 6 al interpretar las palabras, “en
lugar de velo le es dado el cabello”, con la sugerencia que el velo artificial es innecesario.
Allí leemos que si ella no se cubre, que se corte también el cabello. Que sea rebajada al
nivel de una prostituta, o de una mujer de baja moral, cosa que sería vergonzosa. Tales
mujeres no vestían cubierta para la cabeza, y a las esclavas se les rapaba la cabeza.

11.16 si alguno quiere ser contencioso ... Este versículo puede significar que Pablo
estaba enfatizando la importancia de lo que había venido considerando al declarar aquí
que él y sus colaboradores o las iglesias no acostumbraban debatir cosas de ningún
valor. Las iglesias no eran sociedades de debate. O más probablemente quiere decir que
Pablo quería silenciar al “amante de debate” con decir que lo que había enseñado era la
enseñanza autorizada y aceptada en las asambleas de Dios.

B. Ministerio para Dios: La cena

11.17 al anunciaros esto que sigue ... Las palabras “al anunciaros esto que sigue” se
refieren a lo que el escritor había declarado en 11.2 al 16 en cuanto a las cabezas y las
irregularidades en la cuestión de cubrirse la cabeza. Prosigue con decir que no podía
elogiarles debido a ciertas cosas que había oído eran mucho más graves. Él las creía en
parte. Estaba dispuesto a aceptar estos informes como verídicos en cierta medida,
aunque uno nunca puede aceptar a valor facial todo lo que oye. Los informes acerca de
problemas como éste tienden a ser exagerados y el apóstol quería seguir con la

41
confianza de ellos al protegerles de sospecha. Él estaba dispuesto a elogiar donde fuese
posible, 1.4 al 7, 11.2, así como el Señor hace en Apocalipsis capítulos 2 y 3.

Su conducta marcadamente inaceptable hacía imposible alguna recomendación. En vez


de que sus reuniones fuesen para la gloria de Dios y la edificación mutua, eran en
realidad derogatorias al Señor y perjudiciales para ellos mismos. Había facciones entre
ellos, agrupaciones o partidos basados en diferencias raciales y sociales. Los ricos
avergonzaban a los pobres. De esta manera se perdía el afecto; como la iglesia en Éfeso,
ellos habían dejado su “primer amor”, Apocalipsis 2.4.

Esto no es exactamente lo que el apóstol había condenada en el 1.12, “Cada uno de


vosotros dice, Yo soy ...” Además de las facciones (cismas) había herejías. Hoy día el
vocablo herejía se aplica a lo que es fundamentalmente erróneo en cuestiones de
doctrina. La palabra da a entender una elección, una preferencia, un estilo de vida
escogido, o una secta, escuela de pensamiento u opinión. Se traduce secta en Hechos
5.17, 15.5, 24.5, 28.22. En 1 Cor. 11.19 y Gálatas 5.20 figura como disensión.

Estas “herejías”, dice Pablo, eran necesarias para que fuesen manifestados los
aprobados. Este fue el propósito que Dios tuvo en mente al permitir tal cosa; “Jehová
vuestro Dios os está probando”, Deuteronomio 13.3. Por ellas es decir, por escoger
doctrina errónea ellos crearon facciones, circunstancia que a su vez fue una prueba de
fidelidad. La apostasía es siempre una prueba de lealtad; Éxodo 32.25,26 (el becerro de
oro), 2 Samuel 15.7 al 23 (la sublevación de Absalón).

La discriminación contra los pobres y el desorden por la ebriedad de los ricos hacían
moralmente imposible para ellos participar de la cena del Señor, pero muchos pensaban
que lo estaban haciendo. Cada cual comía lo suyo. Probablemente esta es una referencia
a las fiestas de amor mencionadas en otras partes: “... mientras comen con vosotros, se
recrean en sus errores”, 2 Pedro 2.13; “manchas en vuestros ágapes”, Judas 12. Estos
“ágapes” eran comidas corrientes antes de la cena del Señor; cada cristiano contribuía
en especie y no en dinero, conforme a su capacidad. Pero ellos eran realizados
vergonzosamente. No habían sido ordenados por el Señor. Posiblemente guardaban
alguna relación con la vida comunal que caracterizaba la iglesia en Jerusalén según se
lee en Hechos 2.4.

La pregunta, “¿no tenéis casas en que comáis y bebáis?” hace ver que Pablo no quería
que los ágapes continuaran. La ebriedad de algunos nos recuerda de los hijos de Aarón
en Levítico 10.1 al 11. Fue castigado severamente su pecado cometido inmediatamente
después de su consagración y la inauguración de la adoración en el tabernáculo. Esto
estaba siendo repetido en Corinto, ya que algunos habían muerto, 11.30.

En vista de sus divisiones, disensiones y profanación de la cena del Señor, y su rechazo


de la asamblea de Dios al dejar de reconocer su santidad y unidad, el apóstol pregunta
indignadamente, “¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo”.

“La iglesia de Dios” en el versículo 22 denota la congregación local; obsérvese el plural


en el versículo 16.

El vocablo traducido del Señor es la forma adjetival del sustantivo Señor. Se encuentra
en el Nuevo Testamento solamente aquí y en Apocalipsis 1.10, donde leemos del Día del

42
Señor. Puede ser expresado por dominical o imperial. El primer día de la semana y la
cena pertenecen al Señor como vinculados con su resurrección.

El hecho de que haya en los capítulos 11 al 14 siete referencias a su reunión como


asamblea  11.17,18,20,33,34, 14.23,26 señala que la reunión para celebrar la
cena del Señor y para la edificación mutua eran ambas una parte integral del hecho de
congregarse como asamblea. O sea, la cena del Señor era una reunión semanal así como
era el ministerio. Era en realidad la única reunión, así como es en muchas partes hoy día
donde los creyentes tienen que caminar larga distancia para congregarse. Esto, por
supuesto, no excluye la posibilidad o conveniencia de reunirse específicamente con el
fin de hacer memoria del Señor o para el ministerio. Pero es lamentable que los dos
fines hayan sido separados y demarcados tanto, la cena del Señor relegada a un lugar de
importancia secundaria y a veces hasta el extremo de ser celebrada una sola vez al mes
o con aun menos frecuencia.

11.23 yo recibí del Señor ... Los versículos 23 al 25 registran la revelación dada
especialmente al apóstol en cuanto a la institución de la cena del Señor en contraste con
las fiestas de amor, los ágapes. Así como en la sección 11.2 al 16 se enfatiza el señorío de
Cristo, en ésta se destaca su dirección, su cualidad de Señor. La palabra Señor figura
unas siete veces. Como se ha notado ya, el uso del título de parte del apóstol señala
claramente cómo reconocía sin reserva la plena y esencial deidad de Cristo.

El pasaje es de un interés peculiar e importante porque fue la primera mención de la


cena a ser registrada y circulada. La Epístola fue escrita antes de los Evangelios.
Además, echa luz sobre la historia en los Sinópticos y nos permite discernir con cierta
exactitud dónde tuvo lugar en el ministerio del Señor en el aposento alto que Juan narra.
Pablo ya había entregado la enseñanza sobre el tema a los corintios, y aquí les revela
que lo había recibido como una revelación directa del Señor. Fue una de varias
revelaciones que Él le dio directamente: Hechos 18.9, 22.18, 23.11, 27.23,25, Gálatas
1.12 (su conversión), 2.2. 1 Cor. 2.10, 2 Cor 12.7 y Efesios 3.3.

11.23 el Señor Jesús ... tomó pan Sucedió la noche en que se le estaban traicionando, a
saber, mientras Judas consultaba con los enemigos acerca de los arreglos finales para su
entrega. Por esto sabemos que fue después de, “cuando él, pues, hubo tomado el bocado,
luego salió”, Juan 13.30. Al ser así, es llamativo que probablemente las primeras
palabras pronunciadas por nuestro Señor después de la salida de Judas fueron, “Ahora
es glorificado el Hijo del Hombre”. Este hilo de oro se puede trazar a lo largo de su
ministerio a los once aquella noche.

11.23,25 tomó pan ... asimismo tomó también la copa ... El Señor escogió
dos emblemas, el uno para representar su cuerpo y el otro para representar su sangre,
su sangre derramada. Es evidente que Él conceptuó su muerte como un hecho
consumado, ya que es imposible que el cuerpo y la sangre estén separados, como el pan
y la copa simbolizan, sin que la muerte haya tenido lugar. En espíritu Él estaba en
resurrección al instituir la cena. No hay significado sacerdotal en la expresión “tomó
pan”, ni hay la idea de haberlo levantado o mecido.

11.24 habiendo dado gracias ... La palabra eucaristía, como está aplicada a la cena, está
en la forma sustantiva del verbo en su uso en este versículo. En los Evangelios según
Mateo y Marcos se emplea la palabra de la cual conseguimos elogio. Lucas emplea el
mismo término que Pablo, traducida en Mateo y Marcos como bendecir. Por cuanto en

43
Corintios la acompaña lo en, por ejemplo, la Reina-Valera (pero no en el griego), algunos
opinan que el Señor impartió alguna bendición al pan. Pero la idea es de un todo ajena al
pasaje, aun cuando de ahí algunos hablan de “consagrar los elementos”. Para el Señor
era una ocasión de gratitud, para adoración sacerdotal, y así debería ser para nosotros.
Cuán puro era el incienso, Éxodo 30.34 al 38, 37.29, y era aquella expresión de gratitud,
y cuán agradable fue para el Padre. Fue ordenada para los suyos como un recordatorio
de Él, y esta es su propósito en primer lugar; es un llamado a responder afectuosamente.

11.24 esto es mi cuerpo ... Estas palabras sencillas han sido usadas como la base para la
falsa y blasfema teoría llamada la transubstanciación, que afirma que una vez
consagrados por el sacerdote (¿) ¡los emblemas son la esencia del cuerpo y la sangre del
Señor! Lutero inventó la idea de la consubstanciación, que afirma que se convierten en
el cuerpo y la sangre del Señor cuando el individuo participa de ellos. Ambas son
igualmente falsas.

Es preciso tener muy claro que el pan y el vino son solamente emblemáticos. Es no
significa llega a ser, o se convierte en, en ninguno de los pasajes donde se emplea. Se
debe entender literalmente en pasajes como “... es nuestro hijo”, Juan 9.20, y
metafóricamente o sea, en representación de otra cosa en pasajes como “el campo
es el mundo”, Mateo 15.38, y “la roca era Cristo”, 1 Cor. 10.34. Cuando el Señor dijo,
“Esto es mi cuerpo”, Él estaba presente corporalmente con sus discípulos, así que mal se
puede entender las palabras como refiriéndose al pan en un sentido literal. Además, de
la copa y su contenido el Señor dijo, “Esto es mi sangre”.

11.25 en memoria de mí ... No se trata de un mandamiento carnal, sino como el reflejo


de un anhelo del corazón. Entonces la presencia del creyente allí no es el mero
cumplimiento con un deber o la respuesta a una exigencia, sino la manifestación de su
devoción a una persona, el Señor mismo. Cuando David “dijo con vehemencia*: ¡Quién
me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!”, dio expresión a
su anhelo. No se trataba de una orden militar ni un mandamiento real. Los tres valientes
que salieron y la buscaron lo hicieron por devoción a David, 2 Samuel 23.15,16. [*
“sintió un gran deseo, y dijo ...” Biblia de las Américas]

11.25 es el nuevo pacto ... Este es un recordatorio a aquel que participa del antiguo
pacto ratificado en el Sinaí, Éxodo 24.1 al 8. Ha sido abrogado, anulado. El nuevo pacto
profetizado por Jeremías ha sido ratificado. “Haré nuevo pacto ...”, Jeremías 31.31 al 34.
Es el “mejor pacto” de Hebreos capítulos 8 al 10. La cena conmemorativa está en agudo
contraste con los sacrificios que requerían ser repetidos vez tras vez; “cada año se hace
memoria de los pecados”, Hebreos 10.3.

11.26 todas las veces que comiereis ... En la cena aquella noche cada uno de los once
tomó del pan y de la copa. En cuatro versículos explicativos, 11.26 al 29, hay cinco
referencias a comer y beber. Los cristianos en Corinto, no menos que los once, y los
cristianos de nuestros tiempos, deben participar de ambos emblemas.

11.26 la muerte del Señor anunciáis La participación colectiva de la asamblea es una


manera de proclamar la muerte del Señor. La palabra traducida anunciáis en todos los
demás casos comunica la idea de proclamar, y esta idea natural es la que aplica aquí.
Compárese Éxodo 13.8, “Lo contarás en aquel día a tu hijo ...” En ninguna parte el
término expresa la idea de presentar algo a Dios. Es una manera de anunciar a todos los
presentes el carácter redentor y el propósito de la muerte el Señor.

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De este aspecto de la cena la pascua conmemorativa es una ilustración. Así como era tan
sólo para los israelitas, Éxodo 12.42 al 48, y sólo conmemorativa, también la cena,
porque solamente los suyos la celebran, y lo hacen en memoria. Ningún israelita fue
redimido por la pascua, y nadie hoy día puede ser salvo por participar de los
memoriales, el pan y la copa.

hasta que él venga, 11.26 En la cena nuestros corazones son dirigidos al amor de Dios
desplegado en la cruz, y a la paciencia de Cristo mientras Él esté en la expectativa de su
regreso para recibir a los suyos. “Si me fuere ... vendré otra vez”, Juan 14.1 al 3.

11.27 cualquiera que comiere ... Aquí se enfatiza la responsabilidad individual:


“cualquiera”. También en los versículos 28 y 29 se emplea el verbo en el singular:
“pruébese cada uno”, “el que come”. No hay insinuación de una confesión a otro, y
menos a sacerdote. Nada se dice de alguien administrando la cena, ni coordinándola. El
cristiano debe participar dignamente, a saber, de una manera digna del Señor y su obra
redentora. La vida y conducta de uno debería ser limpia. Actuaba indignamente el
sacerdote que ministraba en el tabernáculo sin haberse lavado las manos y los pies, y
por esto estaba sujeto a la pena de muerte; Éxodo 30.21. “¿Quién subirá al monte de
Jehová? ... El limpio de manos y puro de corazón ... Juzgadme, oh Jehová, porque yo en mi
integridad he andado”, Salmo 24.3,4, 26.1. Para el israelita que tomaba de la ofrenda de
paces en una condición contaminada, las consecuencias eran graves; Levítico 7.20.21.

11.29 sin discernir el cuerpo ... Posiblemente el trozo se refiera a no lograr discernir el
verdadero carácter de la cena y el sentido de los emblemas como está señalado en los
versículos 24 y 25. O, posiblemente se refiera a no discernir la unidad de la Iglesia como
el Cuerpo de Cristo como está señalado en los versículos 21 y 22. Compárese lo que dijo
Pablo a Pedro en Gálatas 2.12 al 14.

11.30 Por lo cual hay ... Debido a que muchos de los cristianos en Corinto dejaron de
discernir la verdadera naturaleza y las demandas de la cena, y a examinarse o juzgarse,
ellos cayeron bajo la mano del Señor en disciplina. “Así que, el que piensa estar firme,
mire que no caiga”, 10.12; “Una gran multitud ... no se habían purificado, y comieron la
pascua no conforme a lo que está escrito ...”, 2 Crónicas 30.18 al 20. Pero esto, por
solemne que sea, no debe ser entendido como lo mismo que el juicio de los impíos. Es
un castigo disciplinario y temporal; no es eterno.

11.33 Así que, hermanos míos ... Se traza una línea clara para distinguir entre la
cena del Señor y una comida cualquiera. Si uno tenía hambre, el tal debía comer en casa.
Ellos debían considerar el uno al otro en vez de comer lo suyo propio egoísta y
apresuradamente. Había también otras cuestiones en relación con la cena que el apóstol
aclararía al llegar.

C. Terminología de la cena

El mucho uso del título Señor en este pasaje exige consideración adicional

(1) “Yo recibí del Señor lo que también os he enseñado”, 11.23. Por cuanto Pablo era el
apóstol a los gentiles y tenía encomendada una mayordomía especial en cuanto a la
Iglesia, el hecho de que haya recibido una revelación especial sobre la materia hace ver
la importancia que ésta tenía. Pablo se quedó siete días en Troas para estar allí en el
partimiento del pan, Hechos 20.7.

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(2) “El Señor Jesús, la noche que fue entregado ...”, 11.23. El título dual llama la
atención, enfatizando su naturaleza dual de deidad y humanidad. La referencia a la
noche de su entrega agrega una nota de ternura a su llamado.

(3) Es para “el pueblo del Señor”, aquellos que le han reconocido como Señor. Es una
expresión que no se encuentra en el Nuevo Testamento, pero que figura varias veces en
el Antiguo; por ejemplo, “Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta”, Números 11.29;
“... marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová”, Jueces 5.11. Sin embargo, la epístola
se dirige a “todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo”, 1.2.

(4) Se observaba la cena el primer día de la semana, en el Día Señorial. “Cada primer día
de la semana ... ponga aparte algo”, 1 Cor. 16.2; “El primer día de la semana, reunidos los
discípulos para partir el pan ...”, Hechos 20.7; “Yo estaba en el Espíritu en el día del
Señor”, Apocalipsis 1.10.

(5) Es una expresión corporativa de la comunión de la mesa del Señor; 1 Cor. 10.16
al 22.

(6) Se llama la cena del Señor, o la cena dominical; “comer la cena del Señor”, 11.20.

(7) Es una proclama de la muerte del Señor en su carácter propiciatorio y en su


carácter expiatorio, “la muerte del Señor anunciáis”, 11.26. Compárese la propiciación
por el macho cabrío en Levítico 16.11 al 20 y la expiación en 16.21,22.

(8) Es un recordatorio semanal de que el Señor viene; “hasta que él venga”, 11.26.

(9) La honra del Señor está vinculada con la celebración de este cena; 11.27 al 30. “el
lugar de la morada de tu gloria”, Salmo 26.8.

Una consideración de las expresiones empleadas hace ver sus variados aspectos y
destaca su importancia subyacente

(1) Es el “partimiento del pan”, Hechos 2.42, 20.7.

De esta manera se habla de la cena en Hechos de los Apóstoles, y sin duda se relaciona
con una costumbre corriente entre los judíos y mencionada en el Antiguo Testamento:
“... ni partirán por ellos en el luto”, Jeremías 16.7. Después de la muerte de un ser
querido, los amigos se reunirían en el hogar de los dolientes y expresarían sus
condolencias mediante el partimiento de pan y la participación de una copa de consuelo.
Era una conmemoración sencilla de aquel a quien amaban. El lamento y la tristeza sería
mucho en el caso que el difunto fuese un varón joven, un hijo de quien dependía la
familia.

Sin duda fue eso que iban a hacer los dos discípulos en Emaús. Pero la resurrección lo
cambió de ser ocasión de lamento a uno de regocijo y comunión con el Señor resucitado.
En el carácter de Melquisedec Él dio gracias, y les era conocido en “el partimiento del
pan”, Lucas 24.30 al 35.

El Señor dijo, “Haced esto en memoria de mí”. Pero tenemos que recordar que la
conmemoración en la Escritura siempre conduce a acción, como por ejemplo, “Dios se

46
acordó de Noé”, y “Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la
destrucción”, Génesis 8.1, 19.29. El jefe de los coperos dijo, “Me acuerdo hoy de mis
faltas”, Génesis 41.9. El uso de la memoria debería tener una consecuencia práctica.

(2) Es “la cena del Señor”, 11.20.

Esto sugiere una relación con la cena pascual observada por el pueblo de Israel. No era
en conmemoración de Moisés, sino de su redención por el sacrificio pascual de Éxodo
capítulo 12. De manera similar, pero con mayor significado, la cena del Señor es el
anuncio de la muerte del Señor, la base de nuestra redención. Es una conmemoración de
su muerte y por esto se debe destacar la cruz en la cena del Señor.

(3) Es “el nuevo pacto en mi sangre”, 11.25.

Estas palabras son la contraparte de Éxodo 24.8, “He aquí la sangre del pacto de Jehová
...” Por aquel pacto Israel había sido introducido a una nueva relación con Jehová, la cual
Ezequiel 16.8 simboliza como un matrimonio, “... extendí mi manto sobre ti ... y te di
juramento y entré en pacto contigo”. Por consiguiente, Moisés y los ancianos celebraron
una fiesta; comieron y bebieron, porque les había sido dada una visión de la gloria de
Dios.

Por la sangre del nuevo pacto nosotros hemos sido introducidos en una relación mucho
más estrecha con el Señor, y la cena del Señor es una fiesta de regocijo, una ocasión para
dar gracias, una auténtica eucaristía. Es una primicia de la cena de las bodas del
Cordero.

(4) Está vinculada con “la mesa del Señor”, 10.21.

Las palabras del 10.18, “partícipes del altar”, aluden a la familia sacerdotal en su
participación de la ofrenda de paces como acción de gracias. Aquellos sacerdotes
recibían como porción suya el pecho mecido y la espaldilla elevada, Levítico 7.34, y de
esta manera eran partícipes del altar y estaban en comunión con Dios. En Malaquías
1.7,12 se habla del altar como la mesa de Jehová. La cena de 1 Corintios 11 es la
expresión corporativa y semanal de esta comunión.

(5) Admite la figura de Melquisedec y Abraham en Génesis 14.17 al 24.

El relato en Génesis cuenta la primera ocasión en la Escritura que se menciona el pan y


el vino juntos. Celebraron un triunfo. Para Abraham aquel día le fue concedida una
nueva revelación de Dios como el poseedor de cielo y tierra, y ella le guardó de la
trampa puesta por el rey de Sodoma. Se ve que fue tanto una celebración de una victoria
como un medio de preservación. Así en la cena del Señor celebramos el gran triunfo del
Señor sobre nuestros grandes enemigos espirituales, y esto debería guardarnos de un
compromiso con el mundo.

También figuran el pan y el vino en el incidente del copero y el panadero. Luego, en el


trato de José con sus hermanos se enfatiza la copa. Al participar nosotros de la copa,
hacemos bien en tener presentes, y en aplicar, las palabras de José: “Aquel en quien se
hallare [la copa] será mi siervo”, Génesis 44.10.

Lamentablemente Josué fue engañado por los gabaonitas debido a, o por medio de, su
pan y vino, Josué 9.3 al 5. Y aun el levita inmoral contaba con su pan y vino. Cuán fácil es

47
alimentarnos de las algarrobas, la forma hueca, carente de realidad. Todo gabaonita
carga su pan y vino.

D. Ministerio para la iglesia: Los dones

12.1 acerca de los dones espirituales ... El vocablo traducido “espirituales” es


neumáticos en el plural genitivo y puede ser entendido como masculino o como neutro.
Al ser entendido como masculino se refiere a las personas espirituales, aquellos que
ejercen el liderazgo por haber sido dotados de dones espirituales. Claramente este es el
caso en 2.15, 3.1, 14.37 y Gálatas 6.1. Su interpretación como masculino o neutro
depende del contexto. Es un término post-pentecostés y por ende no figura en el
Antiguo Testamento ni en el Pentateuco.

Conviene notar el uso de esta palabra espiritual en el Nuevo Testamento

personas espirituales, 1 Cor. 2.13, 3.1, 14.37, Gálatas 6.1 Obsérvese la diferencia entre
las naturales, carnales y espirituales. Hebreos 4.12 habla de “partir el alma y el
espíritu”. Gálatas 5.16,25 hablan del carácter personal del hombre espiritual y su
comunión con otros.
bendiciones espirituales, Efesios 1.3 El cristiano no está bendecido con una herencia
terrenal como era Israel. Aquellos tenían la promesa de prosperidad material en el
caso de ser obedientes, aunque esto no quiere decir que no tenían una bendición
espiritual, porque sí tenían.
comprensión espiritual, Colosenses 1.9; compárese Lucas 24.45 La inteligencia
espiritual es muy apetecible. La comprensión abierta es una gran cualidad.
una casa espiritual, 1 Pedro 2.5a Más adelante el apóstol habla de ella como “la casa de
Dios”, 4.17, Hebreos 10.21. Esta casa espiritual está ilustrada en la familia de Aarón y
en la nación de Israel, Hebreos 3.3. Los creyentes constituyen un sacerdocio santo y
real.
sacrificios espirituales, 1 Pedro 2.5b Esto está en contraste con los sacrificios de
animales y, por ejemplo, la cesta de frutos; Deuteronomio 26.1 al 11.
dones espirituales, 1 Cor. 12.1,4,7,28,30,31 Se dan estos dones a personas
particulares para el beneficio de otros, para el bien común y para la edificación
mutua. Son dones que involucran gracia de parte del dador.
cuerpo espiritual, 1 Cor. 15.44 al 46 El cuerpo resucitado del creyente será parecido al
cuerpo glorificado del Señor.

12.1 No quiero, hermanos, que ignoréis .... Los primeros tres versículos son un
recordatorio y una advertencia

(1) su ignorancia “No quiero que ignoréis ...” Estas palabras se encuentran en otras
partes de las cartas de Pablo y abarcan varios temas; Romanos 1.13, 2 Cor. 1.8, 1 Cor
10.1, 1 Tesalonicenses 4.13 y Romanos 11.25.

La asamblea en Corinto no carecía de dones y ellos eran celosos de dones especiales.


Pero no entendían su propósito y carácter, ni discernían sus valores relativos. Ellos
sobrestimaban el valor de los dones más espectaculares y subestimaban la importancia
de la gracia y el amor. Tampoco se habían dado cuenta de que la santidad debería
caracterizar la casa de Dios.

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El desagrado de Dios se había manifestado por medio de la disciplina; “hay muchos
enfermos y debilitados ...”, 11.30. Es un eco de lo que sucedió con Nadab y Abiú, Levítico
10.1 al 10. En relación con esto se debe notar las advertencias solemnes acerca del
fuego extraño, Levítico 10.1 al 10, que habla de la naturaleza inflamada o el celo carnal;
el incienso extraño, Éxodo 30.9, que habla de una imitación de lo auténtico, como las
oraciones de los fariseos; y el aceite extraño, Éxodo 30.33, que tipifica un simulacro del
Espíritu Santo, una consagración falsa; compárese 1 Cor. 2.1 al 5, “demostración del
Espíritu y de poder”.

(2) su pasado Cuando idólatras gentiles ellos habían caído bajo el poder
demoníaco en sus fiestas idolátricas. “Se os llevaba”. Habían sido títeres, víctimas de su
propio éxtasis; sin duda hablaban en lenguas conforme se practicaba y se practica en
religiones no cristianas. Se les hace recordar que en las reuniones de la asamblea ellos
no deberían ser arrastrados por semejantes tempestades emocionales. Todo debería ser
realizado decentemente y con orden, 14.40.

(3) su peligro Satanás estaba activo y su meta era simular la obra del Espíritu
de Dios, 12.3. El distintivo del ministerio del Espíritu es el reconocimiento y la
exaltación de Jesús como Señor. Este fue el mensaje de Pentecostés, Hechos 2.33. Es
también el distintivo de la auténtica teocracia, la forma original de gobierno dado a
Israel; “Jehová señoreará sobre vosotros”, Jueces 8.23. Fue seguido por la anarquía y a
su vez por la monarquía; “Cada uno hacía lo que bien le parecía”, Jueces 20.25; “... a mí
me han desechado”, 1 Samuel 8.7.

En vista de la actividad de Satanás en intentar imitar los dones del Espíritu tanto
lenguas como profecía había el don del discernimiento, llamado aquí el
discernimiento de espíritus, el cual debería ser comparado con 1 Juan 4.1, “probad los
espíritus si son de Dios”. Este don les permitía distinguir entre lo falso y la verdadera
fuente de revelación supernatural dada por medio de la profecía o las lenguas.
Compárese 14.29, “los demás juzguen”.

Robert Baxter, un abogado de perfil en Londres, se identificó con el movimiento de


Irving en 1830-33. En su libro Narrative of facts, de unas 150 páginas, describe sus
experiencias cuando bajo el poder de profecía y también al hablar en lenguas. Después
de relatar cómo el poder le vino en una reunión de comunión, prosigue

De veras es misterioso, pero si fui infiel a Dios en olvidar el mandamiento de mi


Señor de velar además de orar, y cedí a las demandas del espíritu sin probarlo
estrictamente por las doctrinas, como se nos manda hacer, fue obra de gracia de
Dios mostrar que yo era de un todo incapaz por otro medio de probar los
espíritus, sino por Dios en la Palabra. Dios nos ha mostrado la regla de probar por
doctrina, y si yo hubiera sido celoso por el santo nombre de mi Dios y si hubiera
inquirido en las doctrinas, hubiera sido guardado del poder, como
posteriormente, al indagar y el Señor me abrió los ojos y me libró.

Viendo atrás a todo lo que sucedió, cuando quiera que el poder reposara sobre mí,
conduciéndome a oración o testimonio o acciones de gracia, yo pensaba
experimentar el gozo y la paz del Espíritu Santo. Aun ahora no puedo discernir
sólo por el sentir que no era así.

49
Ciertamente toda la obra es una mímica de los dones del Espíritu, las profecías, las
lenguas ... Y así también las profecías y todas las otras obras de poder. Es Satanás
como un ángel de luz, imitando en lo que le es permitido el Espíritu de Dios
conforme al grado de infidelidad en los individuos o las congregaciones donde
opera.

Entre especulaciones el creyente se vuelve inquieto, ansioso y excitado; está


dispuesto continuamente para nuevas vistas que pueden alimentar la inquietud
de una mente excitada.

Como hemos observado ya, una de las evidencias del ministerio del Espíritu es que nos
conduce al reconocimiento de Jesús como Señor. Ni una vez se registra que uno de sus
discípulos se haya dirigido al Señor por el nombre de Jesús. La noche de su entrega cinco
de ellos le formularon preguntas, y cada uno siguió el mismo patrón al comenzar con
“Señor ...”, Juan 13.25,36,37, 14.5,8,22. Él les había dicho, “Si yo, el Señor y Maestro ...” En
contraste con esto, en círculos que enfatizan los dones carismáticos, las lenguas, etc., se
dirigen a Él como Jesús, pero rara vez como Señor o por su título entero, Señor
Jesucristo. Hemos comentado ya que este título figura cinco veces en la introducción
que es 1 Cor. 1.1 al 9.

La experiencia de estos excesos no tiene un efecto duradero, como se ve en lo que ha


sucedido en las vidas de sus promotores. E.B. Rockstad cuenta en su libro de un grupo
de misioneros en Japón

A mediados de los años 1950 aproximadamente treinta misioneros de varias


juntas se involucraron en un movimiento que enfatiza el hablar en diversas
lenguas y conseguir los dones del Espíritu. Diez años más tarde solamente dos de
los treinta estaban todavía en servicio misionero, y ellos se habían alejado del
énfasis en lenguas. La mayoría de los demás habían dejado el servicio a tiempo
completo para el Señor y se ocupaban en actividades nada vinculadas con el
ministerio del evangelio.

En su contacto con aquellos que hablaban en lenguas él descubrió que algunos actuaban
bajo poder demoníaco al hacerlo, entre ellos una mujer que había sido misionera en
África por veintisiete años. Al ser librada del demonio, ella ya no podía seguir hablando
en lenguas.

12.4 hay diversidad de dones ... Los versículos 4 al 6 tratan de los recursos de la
asamblea. Se menciona cada una de las Personas de la Deidad en la misma secuencia
que en Efesios 4.4 al 6, “un Espíritu, un Señor, un Dios y Padre”. Es un trozo importante
que establece la doctrina y creencia trinitaria; hay también 2 Cor 13.14, Mateo 28.19,20
y 1 Pedro 1.2,3. Así como cada una de estas Personas está activa en la salvación del
individuo, de la misma manera el Dios Trino está muy interesado en el bienestar
espiritual de la asamblea.

Estos versículos forman la base y son un resumen de lo que se desarrolla en los


capítulos 12 al 14. En 12.7 al 11 se enumeran los dones del Espíritu; es Él que los
distribuye. En 12.12 al 31 es Dios que incorpora en el cuerpo al individuo así dotado,
versículos 18, 24 y 28. En 14.26 al 40 este individuo está colocado para ejercer su
ministerio en sujeción a los mandamientos del Señor, versículo 37. De esta manera se

50
reconoce claramente la trinidad de la Deidad además de la personalidad, igualdad y
soberanía de cada Persona, versículos 11,18,28 y 14.37.

Por el uso de las cláusulas “el Espíritu Santo es el mismo”, “el Señor es el mismo” y “Dios
... es el mismo” el apóstol señala que el origen es uno solo aun cundo son diferentes los
dones y su ejercicio. Por esto no deben conducir a división ni ser usados con ese fin.

12.7 la manifestación del Espíritu ... Ahora habla de la responsabilidad y el


propósito de todo don. Por diversos que sean, han sido dados con un mismo fin, que es
la edificación o el fortalecimiento de la asamblea. No son para la satisfacción personal o
la preeminencia de quien los tenga.

12.8 a éste le es dado por el Espíritu ... Esta es uno de tres porciones que
enumeran los dones. Los otros son Romanos 12.3 al 8 y Efesios 4.11 al 16. En la Epístola
a los Romanos se presentan como dones de Dios, mientras que en Efesios figuran como
dones del Señor ascendido, y la persona en particular que cuenta con el don es vista
como un don a la Iglesia.

Es provechoso comparar las tres listas a la luz de su orden histórico

En Corintios, la lista escrita antes de las otras y en algunos aspectos la más amplia, se
destaca lo milagroso y espectacular, a saber, los dones que son señales. Los nueve
dones son distribuidos por el Espíritu.
En Romanos hay siete y los dones de milagros y de señal no figuran.
En Efesios encontramos solamente cinco y de nuevo no se incluyen los milagros.
No se debe pasar por alto estas diferencias; revisten de mucho significado. Temprano en
la historia de la nación de Israel las evidencias visibles de la presencia de Dios la
columna de nube y la provisión diaria del maná cesaron cuando ellos entraron en la
tierra, y así también en la Iglesia primitiva. Los primeros dos dones mencionados eran
esenciales mientras las Escrituras estaban incompletas.

Nada se dice en cuanto a la continuidad de estos dones. Al contrario, en la epístola a los


Efesios se especifica que dos, los de apóstoles y profetas, pertenecen al fundamento,
2.20, 4.11. En aquella epístola y la de Corintios se habla de dos maneras de los dones.
Son dados en primera instancia a personas particulares y estas personas a su vez son
dadas a la Iglesia. En Efesios 4.13 se dice que los dones mencionados allí continuarán
hasta la venida del Señor.

Pero no así en 1 Corintios capítulos 12 al 14, donde los dones figuran varias veces y
ameritan comparación

12.8 al 11 Lista número 1. Un estudio de esta lista destaca ciertos hechos


importantes

(1) Los dones anotados son supernaturales y por lo tanto no exhaustivos. Esto es
evidente si los comparamos con las listas en Romanos y Efesios. En Romanos, por
ejemplo, leemos de la exhortación y el don de dar, y en 1 Cor. 12.28 de maestros, ayudas
y gobiernos, y en Efesios de evangelistas y pastores. Estos ministerios dependen por
igual de un don impartido divinamente.

51
(2) Cada don es distribuido por el mismo Espíritu, un hecho que se destaca por siete
referencias al Espíritu en los versículos 7 al 11. Cuatro veces leemos del “mismo
Espíritu”.

(3) Cada uno es igualmente una manifestación del Espíritu. Ninguno está señalado como
una manifestación mayor que otro.

(4) Ningún individuo recibe todos ellos, y ningún don es dado a todos por igual.

(5) Es evidente que los dones se presentan en un orden de valor descendiente, los más
valiosos figurando primero. Esto se confirma al estudiar todas las otras listas en esta
epístola y otras.

(6) El uso dos veces del término éteros para “otro” es llamativo. Divide naturalmente la
lista en tres. Los primeros dos dones forman una pareja, luego los próximos cinco y
finalmente los últimos dos. El don número 3 [fe] se presenta con éteros y también el
número 8 [lenguas]. La palabra sugiere una persona de una identidad diferente, o un
tipo diferente de persona. Esto da a entender que los dones se distribuyen conforme a la
naturaleza y el temperamento de los individuos. Sin duda Dios capacita a un hombre por
su naturaleza para el don que Él va a asignarle en gracia en su conversión. [Nota del
traductor: En los demás casos “otro” no es éteros sino álos  uno adicional de la misma
naturaleza.]

(7) Los dones son distribuidos según la voluntad soberana del Espíritu, lo cual da a
entender deidad.

12.28 Lista número 2 Los ocho dones aquí se refieren a personas dotadas de
dones. En esto la lista se asemeja a la de Efesios 4.11 al 13.

(1) Las palabras primeramente, luego, lo tercero y después indican muy claramente que
los dones se listan según su importancia.

(2) Los apóstoles eran aquellos que habían visto y habían sido comisionados por el
Señor. Pablo le vio y fue comisionado directamente por el Señor, 9.1, 15,8, y fue llamado
por Él, Gálatas capítulo 1. También había realizado señales que eran credenciales
esenciales de un apóstol, 2 Cor. 12.12, Hebreos 4.3,4.

(3) Así como los profetas del Antiguo Testamento, Agabo el profeta habló por
revelación. En la iglesia en Antioquia había profetas y maestros, pero no se ha
registrado su ministerio. Por esto fue provisto por el Señor para atender a una
emergencia hasta completarse la Palabra de Dios. De manera que los apóstoles y
profetas eran dones en el fundamento. Lo echaron y lo formaron. Es evidente que nadie
puede decir ser profeta o apóstol hoy en día. Pablo fue el último en ver al Señor, aunque
por medio de los apóstoles el Espíritu nos ha guiado a toda la verdad.

(4) Los maestros figuran en la tabulación de dones en Efesios 4.11 al 13. En tiempos
apostólicos los apóstoles eran apóstoles, profetas y maestros a la vez. Por cuanto había
profetas y maestros en Antioquia, es evidente que la enseñanza profética y el don de
enseñar podrían ser ejercidos por un solo hombre, mientras que los apóstoles contaban
con los tres dones.

52
(5) Después hace ver que los primeros tres eran de importancia primaria y los otros
eran secundarios. Esto se confirma por las palabras “los dones mejores” en el 12.31.

12.29 al 30 Lista número 3 De nuevo el apóstol sigue el mismo orden descendiente


en cuanto a valor e importancia. Se introduce cada una de las siete preguntas por el
negativo griego que exige una respuesta negativa. Pero no basta una mera respuesta
negativa, como se ve por las primeras preguntas formuladas. ¿Son todos apóstoles? No,
pero había muy pocos. ¿Son todos profetas? No, también eran una minoría. ¿Todos
maestros? No, en aquel entonces como ahora ellos escaseaban, eran demasiado pocos.
¿Todos hablan en lenguas? ¿Todos interpretan? La respuesta a todas estas preguntas
retóricas debe ser la misma como para las primeras preguntas.

También se debe notar la palabra todos en 12.13,30. Mientras que todos fueron
incluidos en el bautismo del Espíritu en el versículo 13, no todos hablaban en lenguas.
Esto destruye de un todo la afirmación que la sola evidencia de haber sido bautizados en
el Espíritu es el hecho de hablar en lenguas.

13.1 al 3 Lista número 4 En este capítulo el apóstol muestra que el amor, cual
fruto del Espíritu, es más importante que cualquiera o todos los dones del Espíritu. En
esta lista el orden de importancia está invertido; se emplea un orden ascendiente.

(1) Las lenguas, sean humanas o angélicas, si están divorciadas del amor, son como
metal que resuena, como el bramido de las olas de Lucas 21.25, como el llanto de las
endecharas a sueldo en Marcos 5.38, simplemente una molestia irritante.

(2) En el versículo 2 se menciona la profecía, la comprensión de todos los misterios, la


ciencia y la fe, la gran fe. ¡Cualquiera poseyendo todas estas cualidades sería
considerado un gigante de veras! Pero aparte del amor, el fruto del Espíritu, él sería un
cero, ¡lo cual es poco menos que ser una molestia!

(3) En el versículo 3 el apóstol escala la cima de la benevolencia y devoción humana,


pero si no están motivadas por el amor, no traen galardón. El versículo describe lo que
es de mayor valor que lo dicho en los dos versículos anteriores.

13.8 Lista número 5

Ahora la lista se reduce a tres: las profecías, las lenguas y la ciencia. La primera se
refiere al don de profetizar, el cual dependía de la revelación. La ciencia es también el
don de tener conocimiento, de saber. Estos dos dones serían reemplazados. Se acabarán
quiere decir “anulados” o “hechos redundantes”, ya que los respectivos dones [las
profecías y la ciencia] serán inoperantes como habiendo dejado de ser necesarios. Está
en la voz pasiva, tratando de algo dado para atender a una emergencia. Pero la palabra
aplicada a las lenguas, cesarán, es otra. Está en la voz media futura, dando a entender
que cesarán por su propia cuenta en vez de ser hechas inoperantes. [Nuevo Testamento
Interlineal: El amor nunca caduca, pero ya sean las profecías, serán abolidas; ya sean las
lenguas, cesarán; ya sea la ciencia, será abolida.]

13.9,10 Lista número 6 En esta lista los dones se reducen a dos, las profecías y
la ciencia. Se nota la ausencia de las lenguas, ratificando la conclusión que las lenguas
cesarán. “Esta distinción, valida contextual y gramaticalmente, echa a perder la tesis que
las lenguas son permanentes”. (Gromaki) Los versículos tratan de lo que es parcial y lo
que es perfecto. Lo parcial sería hecho redundante una vez presente lo perfecto.

53
Es de notar que la cesación de las lenguas no dependía de la llegada de lo perfecto; cual
don de señal, cesó cuando se implementó el juicio de Dios sobre Israel. De que cesó
después de, o en, la finalización de la era apostólica es evidente de la historia. Habrá más
comentario sobre este punto al llegar al capítulo 13.

13.12 Lista número 7 Ahora sólo la ciencia; véase el comentario sobre 13.12,13 a
continuación.

E. El bautismo del Espíritu

12.12 así como el cuerpo es uno ... Se trata de una nueva relación. Pablo es el único
escritor novotestamentario que emplea el cuerpo como una metáfora de la Iglesia. En
este versículo se enfatiza su unidad esencial. En la sección 12.12 al 27 se emplea el
término el cuerpo doce veces, un cuerpo cuatro veces y cuerpo una vez en el versículo 27
[a saber: “vosotros sois cuerpo de Cristo”]. La figura se emplea en Romanos 12, Efesios
capítulos 1 y 2 y Colosenses 1.18. En estas últimas epístolas se emplea el término en
relación con la Iglesia en su totalidad, pero en Corintios en relación con la iglesia en su
aspecto local además de su totalidad.

12.12 ... así también Cristo ¿Cómo debemos entender la unidad del cuerpo con la
palabra Cristo? Obviamente no puede ser explicada como refiriéndose al Señor en su
carácter personal o histórico como en “Cristo murió por nuestros pecados”.

En Hebreos 11.26 leemos que Moisés tuvo por mayores riquezas el vituperio de Cristo
que los tesoros de los egipcios. De esta manera se identificó con Israel considerándolo
como el pueblo mesiánico, aquel pueblo por quien vendría el Mesías, el Ungido, el Cristo.
El Mesías era uno con el pueblo suyo. En todas sus angustias Él fue angustiado. De una
manera mayor y más maravillosa el apóstol está refiriéndose la unidad orgánica entre
Cristo la Cabeza y la Iglesia su cuerpo. Después de formada Eva, leemos que Dios “llamó
el nombre de ellos Adán”, Génesis 5.2. Un solo nombre identificaba a ambas personas. El
soplo de vida no fue soplado en la nariz de Eva, pero ella participó de la misma vida que
Adán. Eran uno porque participaban de una vida en común.

Así es con la Iglesia; ella es una con Cristo y participa de la vida suya. La unión entre la
cabeza y el cuerpo es el inquebrantable vínculo de la vida. Es la unión más estrecha en el
Nuevo Testamento. Es más estrecha que el nexo de lealtad que une los súbditos del
reino al rey, o el de semejanza que une una familia, o el del amor entre el esposo y la
esposa, ya que la unión entre la cabeza y el cuerpo no puede ser rota sin que muera la
persona.

12.13 por un solo Espíritu fuimos todos bautizados ... Es evidente que se trata del
Espíritu Santo, como en el versículo 11. Las siete referencias al tema en el Nuevo
Testamento pueden ser tabuladas y comparadas para mayor instrucción

Las referencias proféticas son Mateo 3.7 al 12, Marcos 1.7,8, Lucas 3.7 al 17, Juan 1.33 y
Hechos 1.5, “seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Los
pasajes en los Evangelios son las declaraciones registradas de Juan el Bautista y la de
Hechos fue dicha por el Señor inmediatamente antes de su ascensión. Admiten cinco
conclusiones

54
Las palabras de Juan no fueron cumplidas durante el ministerio del Señor, pero lo
serían “no muchos días” después de su ascensión. Las palabras del Señor deben ser
entendidas como referentes a lo que iba a suceder en el día de Pentecostés.
El Señor efectuaría el bautismo, como dijo Juan, pero Hechos 1.5 puede leerse “por el
Espíritu Santo”.
El bautismo en fuego se asocia con el bautismo en el Espíritu solamente en los dos
pasajes donde Jesús se dirige a los fariseos y saduceos como una “generación de
víboras” y les insta a arrepentirse. Cuando Juan se dirigió a aquellos a quienes había
bautizado, Marcos 1.7, él no alude al bautismo en fuego. La otra mención de fuego en
los mensajes de Juan se refiere claramente a juicio; el árbol sería lanzado al fuego
como leña.
El bautismo “en el Espíritu” no sería limitado a los discípulos del Señor. Las palabras
de Juan dan a entender que todos a quienes él había bautizado serían bautizados en
el Espíritu.
No había ninguna insinuación en ninguno de los pasajes proféticos que el bautismo en
el Espíritu sería acompañado de alguna señal externa o evidente.
Hay una sola referencia histórica, y es Hechos 11.15,16 donde Pedro traza un paralelo
entre la experiencia única en la casa de Cornelio con la de los apóstoles en el día de
Pentecostés. Las palabras de Pedro dejan en claro que lo que sucedió no fue la
experiencia normal cuando se había predicado el evangelio, sino que en esta primera
ocasión de predicar el evangelio a los gentiles Dios lo autenticó con una repetición de lo
que había sucedido en Pentecostés.

Y hay esta sola referencia doctrinal: “Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un
cuerpo, ... y a todos se nos dio a beber de (o en) un mismo Espíritu”. Por cuanto ambos
verbos están en el tiempo pasado aorista, los dos se refieren a una experiencia inicial o
introductoria. Todo autentico creyente y no apenas unos pocos selectos participan.

Esta experiencia tuvo su contraparte en la historia de la nación de Israel, 10.1 al 4.


Sucedió al comienzo de su historia nacional como un pueblo redimido. Dos de los seis
privilegios o bendiciones mencionados en el capítulo 10 son relevantes a una
consideración de lo dicho aquí en 12.13: “(1) Todos en Moisés fueron bautizados en la
nube ... (2) todos bebieron la misma bebida espiritual”. Una consideración de las
diferencias entre las dos proporcionará ciertas pautas que nos permitirán comprender e
interpretar las palabras del 12.13. Se debe observar algunas que son evidentes por sí
mismas

El bautismo fue un evento histórico, nunca repetido, mientras que el beber fue una
experiencia inicial y también continua.
El bautismo en Moisés fue corporativo y nacional, mientras que el beber fue particular
de cada cual.
El bautismo fue posicional. Les introdujo a una relación nueva y muy específica con
Moisés como su gobernante y libertador. El beber fue experimental; fue para
satisfacer su sed.
En el bautismo ellos eran pasivos pero en el beber activos.
Ellos realmente no estaban conscientes de ser bautizados en Moisés, pero del beber sí.
Hay muchas cosas que sabemos solamente porque Dios se las reveló a nosotros y las
aceptamos como hechos sobre esta base. La historia registra la muerte de Cristo,
pero es revelación que declara que Él murió por nuestros pecados,

55
Las palabras del Señor en Hechos 1.5 indican claramente que el bautismo en el Espíritu
tendría lugar “dentro de no muchos días”, una referencia obvia al día de Pentecostés.
Pero por cuanto no se emplea las palabras “bautizados en el Espíritu” al describir los
acontecimientos de aquel gran día, algunos consideran que se debe entenderlos como
sinónimo con el término “llenos” en Hechos 2.4  “todos llenos del Espíritu Santo”. Sin
embargo, un estudio comparativo de las porciones donde se emplea las palabras no
permite esta interpretación. Véanse las nueve referencias donde se emplea lleno en
Hechos de los Apóstoles, y también Efesios 5.18.

Es un sano principio de interpretación que los símbolos empleados en un mismo pasaje


deben ser interpretados de una misma manera. No se puede interpretar el uno como
ceremonial y el otro como espiritual. Si se acepta el bautismo [en 10.2 al 4] como el de
ser sumergido en agua, entonces el beber debe entenderse como una referencia a tomar
de la copa en la cena del Señor. Pero sólo un ritualista empedernido aceptaría aquello.
Entonces el hecho de que el verbo beber figure en el aoristo no permite esta
interpretación del versículo. Es más bien un eco de Juan 7.37 al 39 y Juan 4.10 al 15.

Entonces el bautismo en el Espíritu es la explicación doctrinal de Hechos 1.5  “seréis


bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” y se refiere a la formación
de la Iglesia como el cuerpo de Cristo en el día de Pentecostés. Volviendo a 1 Cor. 12.13,
las palabras “sean judíos o griegos” confirman esta interpretación y establecen que en la
membresía del cuerpo de Cristo no hay diferencias de raza, género, etc. Considérese
Hechos capítulos 2, 10 y 19. El uso repetido de todos enfatiza esto y hace ver cómo las
divisiones y la contienda niegan esta unidad esencial. La verdadera comunión como
miembros del solo cuerpo se basa en la posesión de una vida en común y la sumisión a
una autoridad común, la sola cabeza. Se ve que el pasaje trata de la formación, comunión
y operación de la asamblea cristiana.

12.14 al 27 el cuerpo no es un solo miembro ... El tema es el reconocimiento de otros.


Así como los versículos 12 y 13 enfatizan la unidad del cuerpo, esta sección subraya su
diversidad, o la diversidad entre sus muchos miembros, dando una ilustración de la
diversidad entre los varios dones mencionados. La idea de un cuerpo que depende de o
consta de un solo miembro es algo enteramente ajeno a lo que se encuentra en la
naturaleza.

Estos versículos muestran cuán interdependiente son los miembros del cuerpo. Se
mencionan cinco: el pie, la mano, el ojo, la oreja y la nariz. Ellos están siempre delante
del público. Cada uno está diseñado para desempeñar su propia función y por esto no
debe haber envidia entre, por ejemplo, el pie y la oreja. Es triste cuando una persona
intenta desempeñar una labor para la cual no ha sido adaptada por Dios. Pero si no debe
haber envidia, tampoco monopolio, porque si todo fuera ojo, ¿qué de oir? ¡Un cuerpo al
estilo de aquel que se imagina en el versículo 17 sería para exhibir en un museo!

Las preguntas en estos versículos tienen que ver con cinco parejas: dos pies, dos manos,
dos ojos, dos orejas y dos ventanas de la nariz. Son como diez diáconos cada uno
sirviendo al cuerpo. William Cowper compuso un poema inédito acerca del caso delante
del tribunal que debía establecer quién era el verdadero dueño de los anteojos, o
monóculos. El abogado por la nariz presentó un alegato tan contundente que el juez
sentenció a favor de su cliente. Por ello los ojos optaron por estar cerrados cuando el
hombre tenía los anteojos puestos, y la triste consecuencia fue que se cayó y los
anteojos se partieron.

56
Entonces no debe haber independencia, ya que el ojo no puede decir a la mano, “No te
necesito”. Y en vista de que los miembros aparentemente más débiles también son
necesarios, no deber haber superioridad. La parte menos prominente se viste y recibe
mayor honra, y así el creyente que posiblemente carezca de don puede ser adornado de
gracia. Los corintios y también muchos en estos días tienen que aprender la lección. La
gracia es más importante que el don; el don es temporal pero la gracia es eterna. El
mejor de los dones, como el maná, puede criar gusanos, pero la gracia nunca. La cabeza
tiene que consultar con el órgano maestro que es el cerebro, el asiento de la autoridad
que controla a los demás miembros por igual.

12.28 a unos puso Dios ... La inclusión de los apóstoles y profetas en la lista daría a
entender que la palabra iglesia debe ser entendida en el sentido de la iglesia local.
Entonces no hay referencia a un oficio sacerdotal, cosa que fue inventada
posteriormente. Los dones enumerados corresponden a cuatro categorías. Hay los
dones del fundamento, apóstoles y profetas al estilo del Nuevo Testamento. Hay los
dones temporales como la profecía, lenguas y ciencia. Y hay los dones que son señales
como las lenguas y la sanidad, Marcos 16.17,18. También hay los dones permanentes
como evangelistas, pastores y maestros, Efesios 4.11 al 15.

12.31 Procurad, pues, los dones mejores ... Aunque la distribución de estos dones
inclusive la corrección y la exhortación es soberana, se exhorta al creyente a
procurar los dones superiores. Son ellos que edifican y construyen una asamblea y la
vida espiritual de sus miembros. “... anheláis dones espirituales, procurad abundar en
ellos para edificación de la iglesia”, 14.12. Pero por encima de todos los dones, y
absolutamente esencial a su operación, es el camino más excelente, el del amor que se
nos presenta ahora en el lírico que es el capítulo 13.

F. El lírico del amor

Este capítulo 13 es una obra maestra. Es de carácter un tanto parentético pero no puede
ser considerado un paréntesis, por cuanto es un vínculo esencial entre el capítulo 12 y el
14. Además, su enseñanza se relaciona con la Epístola entera.

El apóstol insiste en la suprema importancia del amor como un requisito absolutamente


esencial para el ejercicio de los dones. El amor bajo consideración es “el amor de Dios
que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo”. Es la primera
mención de las nueve gracias que constituyen el fruto del Espíritu en Gálatas 5.22,23. El
término empleado no es el eros, el amor entre hombre y mujer, ni el fileo, el amor y
afecto humano, sino el agape, el amor divino.

13.1 al 3 Si yo hablase ... En estos versículos se resume muy gráficamente


el valor relativo del amor. Se enfatiza su valor sin par que puede ser comparado con las
reservas de oro de una nación. Sin la moneda en circulación aquellas reservas no
tendrían valor en la práctica.

Obsérvese siete elementos mencionados en estos versículos y la conclusión que está en


tres partes. Y, obsérvese que hay grados. Las lenguas, sean humanas o angélicas, se
menciona en primer lugar y las dos ilustraciones del ejercicio de este don sin amor, o no
impulsado por amor, lo coloca en el grado de más abajo. Véase la lista número 3 arriba.

57
Aun los cuatro dones principales son ineficaces si no se ejercen por el poder gobernante
del amor. La computadora del Espíritu les asigna un cero

profecía: Se refiere al don de profetizar o hablar por revelación.


comprensión de misterios; a saber, aquellos mencionados en el Nuevo Testamento,
como el misterio de la piedad, 1 Timoteo 3.16; el misterio del llamamiento de la
Iglesia y la ceguera de Israel, Efesios 3.3 al 9, Romanos 11.25; y otros.
ciencia: Se refiere a la auténtica gnosis con la cual los corintios habían sido
favorecidos. “En todas las cosas fuisteis enriquecidos en él ... en toda ciencia”, 1.5.
fe: Se trata del don de la fe que realiza grandes cosas y mueve montañas. Es más que la
fe salvadora que ejerce todo creyente y es esencial a la salvación. “Sin fe es imposible
agradar a Dios”, Hebreos 11.6.
El versículo 3 hace mención de dos cosas que uno vería como actos de gran devoción:
repartir bienes y entregar el cuerpo. La prueba ácida del discipulado exigida por el
Señor en Mateo, Marcos y Lucas fue: “Anda, vende todo lo que tienes ...” Si doy mis
bienes a los pobres y pongo mi cuerpo a ser quemado, como los compañeros de Daniel,
parecería ser el súmmum de la consagración. Pero si el impulso no es el amor, no habrá
ganancia ni galardón.

13.4 al 7 El amor es sufrido ... En estos versículos leemos de las virtudes


sin par del amor. Está cristalizado y visto contra el trasfondo de los conflictos de la vida,
tanto particulares como comunales. Es amor en medio de los problemas y las
perplejidades. Es activo en ambientes inhóspitos y circunstancias difíciles. Conforme
figuran los versículos en la Reina-Valera y otras traducciones, hay siete afirmaciones
positivas y ocho negativas. Ellas pueden ser concebidas como dos tablas de la ley del
amor.

Todo el capítulo es un estudio de ganancia y pérdida. La ganancia, o provecho, es


importante en la sección; el 14.6 pregunta, “¿qué os aprovechará?” Los fracasos de los
corintios como están divulgados en capítulos anteriores se debían al hecho de que estas
virtudes, que son inherentes en el amor de Dios derramado en los corazones de los
creyentes, no se manifestaban en sus vidas.

El amor es paciente y humilde, no es imponente. No se jacta ni se hincha; tampoco siente


envidia ni se ofende fácilmente. No guarda un diario de ofensas personales. No se
comporta indecorosamente. De esta manera parece que todos los capítulos anteriores
pasan revista; considérese 3.3, 4.8,18, 5.1, 6.1 al 10, 10.23 y 11.17 al 22. El amor,
entonces, no es algo blando y sentimental, sino muy práctico en su aplicación. No siente
satisfacción ante malas noticias, sino se regocija en el evangelio, la verdad.

13.8 a 13 El amor nunca deja de ser ... Se destaca en estos versículos la


superioridad sin par del amor por encima de todos los dones y gracias. Es
permanente. Se extiende a la eternidad. Los tres dones mencionados en el versículo 8
eran temporales; cesarían las lenguas y serían anuladas la ciencia y la profecía,
quedando inoperantes. Eran operaciones provisionales del Espíritu, limitadas a los días
apostólicos. El amor, en cambio, cual fruto del Espíritu, continuaría.

En contraste con los tres dones temporales del versículo 8 tenemos las tres gracias
permanentes del versículo 13. En 9 y 10 se menciona lo que es parcial y lo que es
perfecto. Las lenguas no se incluyen, ya que está dicho claramente que cesarán. No
habría por qué señalar las lenguas en particular como algo que iba a descontinuar si la

58
terminación coincidiría con la venida del Señor, porque en el arrebatamiento todos los
dones perderán relevancia. Por cuanto ellos conocían sólo en parte, podían profetizar
sólo en parte. Pero la ciencia parcial iba a ser reemplazada por una perfecta o completa.

El pasaje es muy controversial, y conviene considerar tres sugerencias

(1) “Lo perfecto” se considera ser el estado perfecto en la consumación, cuando el


tiempo será fusionado en la eternidad en la venida del Señor. Hay por lo menos dos
objeciones importantes a esta interpretación del versículo.

Perfecto no se emplea en relación con el estado eterno, ¿y por qué entender el término
en este sentido aquí? Lo perfecto no está presentado en contraste con lo imperfecto,
sino con lo parcial. Una ciencia parcial no es necesariamente imperfecta o errónea,
aun cuando sea limitada o incompleta.
Si la ciencia parcial va ser reemplazada por la ciencia perfecta, ¿qué va a reemplazar la
profecía parcial? ¿Habrá profecía en el estado eterno? La respuesta tiene que ser
satisfactoria para el problema de la profecía además de la ciencia.
(2) La consecución de la perfección cristiana. El vocablo se emplea por lo menos dos
veces en el Nuevo Testamento en este contexto. En Hebreos 6.1 se nos exhorta a
proseguir a la perfección, a saber, entrar y vivir en el disfrute de la perfección que es
nuestra en virtud del sacrificio perfecto de Cristo; “... hizo perfectos a los santificados”,
10.14. Y también Pablo dice que no ha alcanzado una perfección de vida, sino que la
proseguía todavía, Filipenses 3.12.

Tampoco es satisfactoria esta explicación, aun si el apóstol traza una comparación entre
el niño y el adulto más adelante en el capítulo. Compárese 2.16, “tenemos la mente de
Cristo”, y 14.20, “maduros en el modo de pensar”. Pero las palabras “en parte” no
pueden ser explicadas como referentes a un estado inmaduro.

(3) Cuando el canon de la Escritura sea completo. El doctor Gromaki escribe

Por lógica las palabras “lo perfecto” deben referirse a lo completo en la misma esfera
que lo referente a “en parte”. En vista de que “en parte” se refiere a la transmisión de
la verdad divina por revelación, “lo perfecto” debe referirse al Nuevo Testamento en
su totalidad. Perfecto quiere decir algo que está aquí en parte y está en desarrollo
pero algún día va a estar completo. Esta palabra encaja con el concepto de una
revelación progresiva, Juan 14.26, 16.13.

Las dos ilustraciones que ofrece Pablo concuerdan con esta conclusión:

(a) La infancia y la madurez, versículo 11.

Son dos etapas. Algunos ven en los tres términos hablaba, pensaba, juzgaba una
referencia velada a los tres dones temporales del versículo 8. Más adelante, en el 14.20,
se exhorta a los lectores a no ser niños en el modo de pensar (“niños” / “maduros”). El
cambio de la infancia a la madurez es un proceso que requiere tiempo y es progresivo.
No es repentino, como se visualiza en 1 Cor. 15.51 en la venida del Señor (“... seremos
transformados”). En los días de Israel como una nación infante en el desierto no había
mucha evidencia de lo milagroso.

59
(b) El espejo, o ventana oscura, y cara a cara.

J.N. Darby escribe acerca de espejo: “Es decir por algún medio que impide la visión en
alguna medida. La palabra también quiere decir un espejo, pero se emplea de una
ventana por la cual se veían objetos fuera de la casa. No era de vidrio transparente como
ahora, sino de algún material semitransparente”. Si la palabra se entiende como un
espejo, sería uno metálico que no daría un reflejo claro, sino distorsionado. La palabra
“oscuramente” enfatiza esto. En la Versión de los Setenta se emplea en Números 12.8,
“por figuras”, y Proverbios 1.6, “dichos profundos”.

En 1 Cor. 13.12 es la palabra enigma que se usa. Sugiere algo hecho oscuramente o en
clave. Este fue el propósito de las parábolas, Mateo 13.33 al 35. Cara a cara se emplea en
Números 1.28 de la manera en que Dios habló a Moisés, en contraste con la manera en
que hablaba a la nación, Éxodo 33.11, Deuteronomio 34.10. No se emplea la expresión
en el Nuevo Testamento con respecto a la venida del Señor, ni hay en este versículo, el
13.12, una referencia directa o indirecta a su venida.

En estos versículos tenemos por todo tres contrastes: lo parcial y lo perfecto o


completo; la infancia y la madurez; la visión oscura y la clara. Es muy relevante la
analogía entre Israel en el desierto y la entrada de Josué en la tierra. En el desierto había
la dirección de la columna nube, pero Josué fue exhortado a meditar en y ser guiado por
el libro, Josué 1.8.

13.12 Ahora conozco en parte El versículo se refiere sólo al conocimiento, y el apóstol


emplea el término para “ciencia perfecta”, habiendo antes empleada el que denota sólo
la ciencia. El término sugiere un conocimiento personal de Dios en vez del don de la
ciencia del 12.8. Nuestro conocimiento de Él es limitado, no por una revelación limitada
sino a causa de nuestra capacidad limitada. En el futuro conoceremos como hemos sido
conocidos.

13.13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor Esta triada de gracias se


menciona varias veces en el Nuevo Testamento

Justificados, pues, por la fe ... la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha


sido derramado, Romanos 5.1 al 5
... soportándoos unos a otros en amor ... en el vínculo de la paz ... llamados en una
misma esperanza, Efesios 4.2 al 5
... el trabajo de amor ... imitadores de aquellos que por la fe ... para plena certeza de la
esperanza, Hebreos 6.10 al 18
Acerquémonos ... en plena certidumbre de la fe ... la profesión de nuestra esperanza ...
estimularnos al amor, Hebreos 10.22 al 24
una esperanza viva ... guardados mediante la fe ... 1 Pedro 1.1 al 3
Puede haber una correspondencia entre ellas y los tres dones permanentes
mencionados en Efesios 4.8 al 13. El evangelista apela a la fe, el maestro infunde
esperanza y el pastor intenta cultivar el amor. Pero las tres están muy relacionadas
entre sí. Son como las tres hijas de Job de quienes leemos en el 42.18 que no había tan
hermosas como ellas en toda la tierra.

Es correcto decir que la fe cederá a la vista y la esperanza a la realización, pero


aseguradamente continuará la fe en el sentido de la confianza en Dios, y habrá para
siempre una anticipación de todo lo que las edades interminables desplegarán a nuestro

60
asombro y adoración. El amor es la mayor de las tres porque es el desbordamiento del
corazón de Dios, ya que Dios es amor. En contraste con los tres dones temporales, las
tres gracias la fe, la esperanza y el amor perdurarán para siempre jamás.

G. Ministerio para la iglesia

14.1 procurad los dones espirituales ... A la luz de lo dicho en el capítulo 13, se
perseguirá siempre el amor. Es superior a todo otro don. Los dones espirituales eran de
desear ardientemente, en particular la profecía por su valor superior, en vez de las
lenguas que el apóstol muestra eran de valor inferior. En el capítulo se señalan estos dos
de entre los dones y se los ponen en comparación y contraste. Ellos difieren en sus
valores relativos. Salvo que fuese interpretado, el don de lenguas carecía de valor para
el individuo, 14.13,14, y para la asamblea, 14.5,6,13, y también sería perjudicial al
evangelio por sus efectos negativos sobre los inconversos, 14.23.

Si bien no se definen los dones, suficiente se dice para permitirnos llegar a una
definición. El don de lenguas era un tanto enigmático, pero de lo que está dicho en este
capítulo y en Hechos de los Apóstoles se puede afirmar que es la capacidad dada por el
Espíritu Santo para hablar, orar o alabar en un lenguaje desconocido al individuo. “...
cada uno les oía hablar en su propia lengua”, Hechos 2.6; “el que habla en lengua
extraña, pida en oración poder interpretarla”, 1 Cor. 14.13. Sin embargo, no era
galimatías ni disparate incoherente.

El don de profecía, en contraste, era una capacitación especial que permitía comunicar a
los hombres una revelación recibida del Señor, no necesariamente acerca de algún
acontecimiento futuro. Véase por ejemplo 11.23 al 25. Era provechosa para la
edificación, la exhortación y el consuelo de la asamblea, 14.3, y para la conversión del
individuo, 14.24. Tanto Moisés como Aarón eran profetas, pero de características
distintas. Moisés recibió revelaciones directamente de Jehová mientras que Aarón era
portavoz de Moisés, Éxodo 7.1. Él divulgaba lo que Moisés había recibido, y solamente
de esta manera puede uno profetizar hoy por hoy. Esta profecía se distingue de la
enseñanza, aunque esta última debería revestirse de un carácter profético en el sentido
de traer un mensaje de Dios apropiado para la necesidad de la ocasión.

14.2 el que habla en lenguas ... Las lenguas eran de un valor limitado para la
asamblea. Así como con los problemas y las facciones tratados anteriormente, el apóstol
no se enfrenta directamente a los celosos de la glosilla, sino razona con ellos
primeramente; luego les reprende fuertemente, 14.20; y finalmente regula el ejercicio
de los dones en la asamblea, 14.26 al 40.

Él ve las lenguas positivamente y luego negativamente. De manera positiva cataloga tres


valores, que son la comunión con Dios, versículo 2; la comunicación de misterios ante-
riormente desconocidos, versículo 2; y la edificación personal, versículo 4.
Negativamente, éstas no podían edificar a la asamblea salvo que fuesen interpretadas,
versículos 5 y 13, y no habría provecho al no ser canalizadas para la comunicación de
una revelación profética, o una enseñanza basada en ciencia.

Las cuatro palabras en el versículo 6 figuran en dos parejas, la revelación con la profecía
y la ciencia con la doctrina. Este versículo explica el uso de las expresiones “misterios”,
“edificar a la iglesia” y “el otro es edificado” en los versículos 3 al 5, 12, 17 y 26. La

61
iglesia no es el lugar para el despliegue de un talento natural, sino para el ejercicio de un
don espiritual.

En contraste con el valor limitado para la asamblea de las lenguas, la profecía cumplía
un propósito triple y llenaba una necesidad triple: la edificación, el estímulo y el
consuelo, versículo 3. A los cristianos les hace falta ser fortalecidos en la fe, y tienen que
ser exhortados a poseer sus posesiones. “... la casa de Jehová recuperará sus posesiones”
Abdías 17; “¿Hasta cuándo seréis negligentes para poseer la tierra ...?” Josué 18.3.
Adicionalmente, requieren ser estimulados en sus días de tristeza y adversidad. Isaías
40.1, “Consolaos, consolaos, pueblo mío ...;” 1 Tesalonicenses 4.13 al 18.

14.7 al 13 las cosas inanimadas ... Se mencionan tres instrumentos inanimados: la


flauta, el arpa y la trompeta. Los primeros dos pueden producir diversos tonos al ser
tocados por uno diestro en el arte, y la trompeta, al ser usado eficazmente, puede
despertar y alarmar, pero en manos de uno inexperto sólo produce sonidos raros y
notas discordantes. El apóstol aplica esta ilustración al ejercicio del don de lenguas y al
peligro sutil involucrado en su uso.

Los corintios eran “muy celosos en espíritus” (“anheláis dones espirituales”, versículo
12). En el 14.1, se emplea un vocablo distinto para “dones espirituales” a aquel del 12.1,
y como gentiles ellos estaban en peligro de confundir las actividades de demonios con
aquéllas del Espíritu Santo. El enemigo sagaz se aprovechó de su celo combinado con su
ignorancia y el resultado fue una imitación del don de lenguas, un hablar
incomprensible, un mero galimatías. Por esto el apóstol les advierte que toda voz o
lengua tiene ciertas características lingüísticas que son comunes a todos los idiomas.

De nuevo se les exhorta a dar preferencia y precedencia a la edificación de la


congregación. Con este fin cualquiera que posea el don de lenguas debería pedir en
oración el don de interpretación, 14.13.

14.14 al 20 si yo oro en lengua desconocida ... (El vocablo desconocido figura más de
una vez, pero no está en el texto. Sin embargo, sirve para dar la impresión acertada que
se trata de una lengua desconocida a quien habla).

Se habla de orar, cantar, bendecir y dar gracias en un idioma desconocido, pero la


comprensión queda sin entendimiento aunque el espíritu está funcionando. No puede
haber edificación espiritual al individuo si no comprende lo que está diciendo. Esto
necesariamente califica las palabras del versículo 4; es decir, “a sí mismo se edifica” será
cierto sólo en la medida que él comprenda lo que está diciendo.

En la parábola del sembrador el Señor subrayó la importancia de que el oyente entienda


el mensaje; Mateo 13.22 con Efesios 5.11, Tito 3.14, Judas 12 y 2 Pedro 1.8. En su estado
de irregenerado el hombre tiene el entendimiento entenebrecido, Efesios 4.18. El
hombre que oraba, o bendecía o daba gracias, conducía la congregación como
representante suyo, y por esto los demás decían Amén por estar de acuerdo con él, pero
el cristiano no iniciado, como si fuera, o el que no entendía la lengua, no podían decir
Amén.

Las palabras “el que ocupa el lugar de simple oyente” no tienen que ver con las personas
que no estaban en la comunión de la asamblea. Se refieren a una condición espiritual y
no a una posición física.

62
Por cuanto Pablo hablaba en lenguas, los celosos no podían acusarle de envidioso.
Difícilmente podría ser más impactante la comparación entre las cinco palabras con
entendimiento y las diez mil en una lengua desconocida. El valor de un mensaje
dependía de la instrucción que comunicaba. Habiendo razonado con ellos y habiendo
mostrado el valor del don, él administra una reprensión fuerte en el versículo 20. En el
entendimiento espiritual ellos no deberían ser niños pequeños, sino adultos. Pero en
malicia deberían ser bebés.

14.21 al 25 En la ley está escrito ... El don de las lenguas está limitado en su valor
como señal. En esta epístola el término ley se emplea de una manera general para
referirse al Antiguo Testamento; 7.39, 9.8,20, 14.21,34, 15.55.

La cita en el 14.21 es de Isaías 28.11 y es un eco de una profecía anterior en


Deuteronomio 28.29, referida también en Jeremías 5.15, “... gente cuya lengua ignorarás,
y no entenderás lo que hablare”. Por cuanto Israel no escuchó la voz de Dios, ellos
caerían bajo juicio, y las “otras lenguas” serían una señal de este castigo, una señal de
que la nación sería consignada a cautiverio en Asiria y Babilonia. Los pasajes proféticos
dejan en claro que la señal era para Israel y que trataba de juicio; hacía saber que la
nación sería castigada y puesta a un lado. Tuvo su cumplimiento en los días de
Salmanasar y Nabocodonosor, pero el apóstol lo aplica al don de lenguas como un don
de señal, una señal al Israel incrédulo y una señal del desagrado divino del presente en
su diáspora entre las naciones.

Se afirma específicamente que “las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los
incrédulos”, versículo 22. Por lo tanto es falso afirmar o enseñar que son una señal al
creyente que él ha recibido el Espíritu o ha sido bautizado en el Espíritu. Cuando las
lenguas eran una señal a los incrédulos, la profecía era una señal a los creyentes, una
señal que Él les estaba hablando todavía. Triste fue el día cuando Dios cesó de levantar
profetas en Israel. Mientras que las lenguas eran una señal de juicio, la profecía era una
de bendición, y evidencia de su misericordia vigente aún.

14.23 entran indoctos o incrédulos ... Las lenguas eran un estorbo al evangelio. Se habla
de los gentiles en 2 Tesalonicenses 1.8 como “los que no conocen a Dios” y aquí en los
versículos 21 y 22 se habla de los judíos como incrédulos. En el 14.16 el “simple oyente”
es claramente un cristiano, pero en el 14.23 ambos grupos de personas son
irregenerados.

14.26 al 40 ¿Qué hay, pues, hermanos? Los dones eran regulados y restringidos en
cuanto a su ejercicio en la asamblea. En esta sección importante se giran instrucciones
en cuanto a la conducta de las reuniones de la asamblea cuando toda ella se reunía en
un solo lugar, versículos 23 y 26. En el espacio de quince versículos hay catorce verbos
en el imperativo, o sea, catorce mandamientos en siete grupos. No se designaba a
ningún individuo para encargarse de la reunión.

14.26 Hágase todo para edificación. No había control humano y nadie debía asumir la
responsabilidad total. Pero tampoco se trataba de un ministerio para cualquiera o para
todos, como queda ilustrado en la iglesia en Antioquia, Hechos 13.1. Por cuanto había
libertad para que los hermanos participaran, lamentablemente a veces se abusaba del
privilegio, y por consiguiente el pueblo del Señor estaba expuesto a ministerio sin
provecho. Por esto el apóstol es muy enfático que la edificación debe ser la meta de todo
ministerio.

63
Este principio de importancia fundamental debería guiar a todos los que iban a
intervenir. Ya se ha señalado el mucho uso del término en el capítulo. De los cinco
elementos señalados en el primer versículo uno se refiere a la enseñanza o el que
enseña, uno a las lenguas y uno al profeta sin revelación. Con semejante variedad de
don, cuán esencial era reconocer el control del Espíritu y la importancia de estas
exigencias, ya que la carne está activa siempre.

14.27,28 Si alguno habla en lengua ... Deberían hablar sólo dos, o tres a lo
sumo, y por turno parece que estaban hablando simultáneamente y sólo si había
intérprete presente. Al no haber intérprete, uno debería guardar silencio. No debería
jugar el papel de víctima inútil de sus emociones, participando en contra de su propia
voluntad. Debería regir un entero control propio. Es un espíritu maligno que desplaza la
voluntad y se posesiona del individuo. El Espíritu Santo llena y de esta manera controla
a la persona.

14.29 al 33 ... los profetas hablen ... Se repite la misma restricción en el versículo 29;
dos o tres, pero con una calificación en el versículo 31. Los demás probablemente los
otros profetas pero posiblemente el término se refiere a otros también tenían que
juzgar si lo dicho estaba de acuerdo con la analogía de la fe. “... si el [don] de profecía,
úsese conforme a la medida de la fe”, Romanos 12.6. Por esta clase de profecía ellos
aprenderían y serían fortalecidos.

Los profetas también deberían ejercer pleno control propio. Ningún siervo de Dios debe
abdicar su voluntad, cosa que daría lugar a confusión, una pérdida de paz y armonía. Es
instructivo notar que nada se dice de profetisas. Al haber existido algunas, ciertamente
hubieran sido mencionadas.

14.33 al 36 Como en todas las iglesias de los santos. Estos versículos se relacionan con
el lugar y la conducta de las mujeres en la asamblea. La instrucción en cuanto a no serles
permitido hablar, y a guardar silencio, quedan confirmadas por la enseñanza impartida
posteriormente por el apóstol en 1 Timoteo 2.5 al 15. La palabra silencio se emplea de
los profetas en el versículo 30 y aquí debe interpretarse de la misma manera. No debe
ser entendido como una prohibición de chacharear o platicar en el culto, un sentido que
sería contrario a su uso en los versículos 2 al 6, etc. Además, ¿por qué prohibir a las
mujeres tal cosa y no decir nada a los varones? ¿Acaso los hombres pueden parlotear en
la reunión?

Las palabras “en todas las iglesias de los santos” se entienden mejor al relacionarlas con
los versículos 34 y 36. Sugieren las prácticas comunes en las asambleas cristianas de los
días apostólicos; compárese 4.17, 7.17, 10.16. Aquellas asambleas novotestamentarias
se designan como “iglesias de Dios”, 10.32, e “iglesias de Cristo”, Romanos 16.16, y aquí
“iglesias de los santos”. No se trata de una etiqueta denominacional.

Aparentemente las mujeres en la asamblea de Corinto estaban ejerciendo una libertad


inusual, precursoras de “la liberación de la mujer”, dejando de reconocer su lugar de
sujeción ordenada por Dios. Las palabras, “como también la ley lo dice”, están referidas
a Génesis 3.16, el juicio impuesto sobre la mujer por su parte en la transgresión. La
reprimenda fuerte del versículo 36 sugiere que la asamblea en Corinto les estimulaba en
esto, y por lo tanto tal censura. Como asamblea, no estaba en libertad de formular
doctrina. Esto es importante a la luz de la pretensión de Roma y la tendencia de muchas
denominaciones protestantes a promulgar credos propios como autoritarios.

64
Veamos en resumen cinco restricciones sobre las lenguas

solamente una, o dos a lo sumo


solamente en secuencia, o uno por uno
solamente al estar presente un intérprete
solamente bajo un entero autocontrol, con capacidad de guardar silencio
solamente a ser ejercidas por varones

14.37 al 49 Si alguno se cree ... En Corinto había aquellos que no reconocían a Pablo
como un apóstol. Algunos entre ellos decían poseer dones y espiritualidad superiores,
de manera que el apóstol afirma que lo que enseñaba era por mandamiento del Señor.
Esto no se refiere a algo que el Señor había enseñado, sino al carácter autoritario de lo
que Pablo estaba enseñando. Es una afirmación clara de inspiración.

Así como un don se valora según la medida en que edifica, también la espiritualidad se
tasa por la medida en que el individuo se somete al señorío de Cristo como está
expresado en estos mandamientos. El que es ignorante deliberadamente debe ser
dejado a su ignorancia orgullosa. ¡No hay ninguno tan ignorante como aquel que rehúsa
ser enseñado, y aquellos que no escuchan la instrucción por creer que lo saben todo!

Se enfatiza de nuevo en el versículo 39 el valor relativo de los dos dones, el de profecía y


el de lenguas. El uno era de ser deseado pero el otro no era de ser prohibido. Este
instructivo era pertinente en aquel entonces, pero no ahora; véase 13.8 al 10.

14.40 hágase todo decentemente Hágalo con decoro, sin confusión. Hay evidencia
amplia en la epístola que esta palabra de exhortación hacía mucha falta. La conducta
modesta y el orden divino deberían caracterizar la asamblea como casa de Dios.

16.14 Todas sus cosas sean hechas con amor. Se puede añadir esta exhortación aquí
para completar la serie. El amor debería ser la fuerza motor. El amor busca el bien de los
demás.

H. El don de lenguas

En años recientes ha habido un renovado interés en los dones más espectaculares,


y especialmente en el de lenguas, pero es significativo que ha habido menos interés en
el don de profecía. Es necesario, pues, prestar atención adicional al don de lenguas y la
relevancia del capítulo 14 a la manera de realizar las reuniones de una asamblea
cristiana hoy en día.

Limitaciones impuestas sobre el don de lenguas en el Nuevo Testamento

(1) Era limitado en cuanto a su manifestación. En Hechos de los Apóstoles se mencionan


solamente tres ocasiones cuando fue manifestado: capítulo 2, en los doce apóstoles;
capítulo 10, en casa de Cornelio; capítulo 19, en los discípulos griegos en Éfeso.

No está mencionado en el contexto de la conversión de los tres mil en el día de


Pentecostés, ni en la obra en Judea, ni en la en Samaria, ni en la conversión del eunuco,
ni en la de Saulo. Tampoco leemos de este don en la visita a Filipos, o a Tesalónica, o en
el grupo espiritualmente viril en Antioquia. Si bien es cierto que apareció

65
posteriormente en la asamblea de Corinto, nada se dice de este don en el comienzo de la
obra en aquella ciudad como un acompañante a la predicación del evangelio.

Las ocasiones donde sí está mencionado revelan un propósito especial al ser


consideradas a la luz de la referencia a judíos y griegos, de esclavos y libres en
1 Corintios 12 y 13. Le plugo a Dios dar una ilustración tomada de cada caso para
mostrar que en la Iglesia los judíos y los gentiles son miembros por igual en el cuerpo de
Cristo.

La ley de mención única debe ser tomada en cuenta. Una sola vez cayó fuego del cielo
para destruir ciudades. Considérese también Nadab y Abiú; Acán; el hombre que violó el
sábado; Ananías y Safira. Son hechos únicos para establecer e ilustrar principios divinos.

(2) Es limitado en las referencias a él en las listas de dones. Figura solamente en la


epístola corintia. No hay referencia a él en las cualidades requeridas de un anciano en
Timoteo y Tito.

(3) Era limitado en su distribución. Las lenguas fueron repartidas según la voluntad
soberana del Espíritu Santo. No fueron dados a todos por igual, 1 Cor. 12.9 al 11. Una
consideración de las preguntas retóricas de 12.29,30 deja en claro que los receptores
fueron una minoría reducida, así como los apóstoles eran una minoría muy reducida.

Dos autores Brunner y Hoekema relatan que en el pentecostalismo moderno la


primera persona a buscar y recibir la capacidad de hablar en lenguas como una prueba
de haber sido bautizada en el Espíritu fue una joven llamada Agnes Oozman. De allí en
adelante éste ha sido el eje de la enseñanza del pentecostalismo. Se ve que la
experiencia de una mujer está en el fundamento de esa secta, así como en la Ciencia
Cristiana y el adventismo.

(4) Era limitado en su propósito. Era uno de los dones de señal, una señal a Israel, y una
señal de juicio sobre la nación, y una señal que el evangelio sería predicado
universalmente. Esto quedó demostrado a aquellos que estaban con Pedro en la casa de
Cornelio.

(5) Era limitado en su duración. “Cesarán las lenguas”, 1 Cor. 13.8. Era un don pasajero.
En el desierto Israel tenía el maná y la columna de fuego; no tenía un libro como
directorio, pero al contar con el libro, lo milagroso cesó. “Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley ... para que hagas conforme a todo lo que en él está escrito”, Josué 1.8.

(6) Era limitado en su valor. En comparación con los demás dones, era el último en ser
nombrado y el de menos valor, 1 Cor. 12.9 al 11, 29 al 31. Al no ser interpretado, carecía
de valor para el individuo y a la asamblea, 14.14. Era negativo en sus efecto sobre los
irregenerados, 14.17.

(7) Era limitado en su ejercicio. Véase lo que hemos comentado sobre 1 Cor. 14.26 al 40.

Pertinencia del capítulo 14 para las condiciones post apostólicas y actuales

Por cuanto los dones milagrosos estaban restringidos a los días apostólicos, y por
cuanto las instrucciones del capítulo 14 tenían el fin de regular la realización de las
reuniones de la iglesia en los días cuando se repartían los dones espectaculares,
convendría preguntar qué relevancia ellos tienen en las condiciones que han

66
prevalecido desde aquel entonces. ¿Aquellas instrucciones encierran principios básicos
que siguen vigentes? ¿O debemos prescindir del capítulo como irrelevante a los tiempos
actuales?

El pasaje no puede ser visto como bagaje sobrante; toda Escritura es inspirada por Dios,
y es útil para enseñar, para redargüir y para instruir en justicia. Los principios
expuestos aplican hoy día y forman un patrón para todas las reuniones de una asamblea
cristiana.

(1) La importancia del amor, 14.1. Como se desprende del capítulo 13, sin el amor
cualquier don y todos los dones no sólo carecerán de valor, sino generarán corrupción
como hacía el maná al ser almacenado.

(2) La importancia de la edificación. Obsérvese el número de veces que se emplea el


término en el capítulo, y especialmente en el 14.26. Tanto el ministerio como las
acciones de gracias deberían edificar. El valor de un don se determina con base en la
medida en que edifica a los creyentes.

(3) La importancia del entendimiento, 14.9,14,15,16,19,20. El mensaje debe ser


entendido si va ser una ayuda y bendición.

(4) La importancia de la consideración para con los demás; a saber, los indoctos y los
inconversos. Se debe llevar en mente siempre las necesidades espirituales de los tales, y
por esto hay una variedad de dones.

(5) La importancia de la libertad para el ejercicio de tanto el ministerio sacerdotal como


de la palabra a los santos, 14.17,26.

(6) La importancia de una libertad controlada por los mandamientos del Señor
encerrados en 14.26 al 40. Esta es la verdadera teocracia.

(7) La importancia de la espiritualidad, 14.37. Donde no la hay la anarquía tomará el


lugar de la teocracia, como fue el caso en Israel en los tiempos de los jueces, y ésta será
seguida de un gobierno por monarquía, el gobierno humano.

I. Ministerio para el mundo

15.1 os declaro, hermanos, el evangelio ... Por cuanto algunos en Corinto


habían viciado el evangelio, o lo habían robado de su gloria, al negar la resurrección de
los muertos, el apóstol registra qué es el evangelio, las buenas nuevas que había
anunciado entre ellos.

La declaración paulina es el patrón o el evangelio en su plenitud. El pasaje no está


conectado directamente con la instrucción en los capítulos precedentes, el 12 al 14,
acerca de los dones. Sin embargo, en vista del énfasis antibíblico que muchos están
asignando a las lenguas como el sello ordenado de Dios de haber recibido al Espíritu
Santo, o el bautismo en el Espíritu, es importante notar la libre sencillez de fe, o la
recepción del evangelio, como la base única de la posición del creyente ante Dios en
Cristo.

La salvación es por medio de Cristo y solamente Cristo. No es Cristo más algo, sea la
circuncisión, el bautismo o las lenguas. El evangelio coloca el creyente en una posición

67
santa ante Dios en Cristo. Cristo es el fundamento de roca impregnable que apoya al que
es salvo. “Conforme a la gracia que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el
fundamento ...”, 3.10. “Me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”, Salmo 40.2.

15.2 el cual también recibisteis ... Es provechoso notar los varios tiempos del
verbo salvar en el Nuevo Testamento. Ellos expresan cuatro aspectos de la salvación

El tiempo pasado simple se refiere a la ocasión cuando uno es salvado. “Nos salvó y
llamó con llamamiento santo ...”, 2 Timoteo 1.9.
El tiempo pasado perfecto se refiere al efecto permanente, duradero de aquel hecho
en el pasado. “Por gracia sois salvos por medio de la fe ...”, Efesios 2.8. Este tiempo y
el anterior tienen que ver con la salvación de la pena del pecado por medio de la
muerte de Cristo.
El tiempo presente continuo se refiere a una experiencia diaria de la salvación. “... a los
que se salvan es poder de Dios ... sois salvos, si no creísteis en vano”, 1 Cor. 1.18, 15.2.
Esta salvación es del poder seductor del pecado y se relaciona con el ministerio
sacerdotal de Cristo y el del Espíritu Santo.
El tiempo futuro del verbo se usa también: “Por él seremos salvos de la ira”, Romanos
5.9. “Jesús, quien nos libra de la ira venidera ... para alcanzar la salvación por medio
de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Tesalonicenses 1.10, 5.9. Esta salvación se asocia con
la venida del Señor y la redención del cuerpo.

15.3 si no creísteis en vano ... Aquellos en Corinto que negaban la resurrección


no se daban cuenta de la gravedad de su postura. Habían recibido el evangelio, pero la
conclusión evidente de su negación sería que su fe no era auténtica o genuina, sino
superficial, a saber, vana.

Hay tres palabras en el capítulo, relacionadas con el evangelio, traducidas como vano

Si Cristo no hubiera resucitado, el mensaje del evangelio no tendría valor, como un


pagaré que no se honra, 15.2.
También carecería de fruto; no tendría poder o dinamismo para cambiar vidas. “Vana
es entonces nuestra predicación”, 15.14.
Además, no se revestiría de sentido; sería un mero supuesto, una fábula. “Vuestra fe es
vana”, 15.17.

15.3 primeramente os he enseñado ... Primeramente, o primera en


importancia. En otras partes el apóstol afirma que lo había recibido como una
revelación del Señor. “... por revelación de Jesucristo”, Gálatas 1.12. No era algo que le
vino de hombres. Él consideraba que lo había recibido como una encomienda, una
mayordomía, como la mina en la parábola de Lucas 19.12,13. Los siervos en aquella
parábola recibieron el dinero como un compromiso. A la luz de esto haríamos bien en
preguntarnos si lo estamos escondiendo bajo un almud o una cama. ¿Permitimos que
nuestras ocupaciones o nuestros pasatiempos tomen precedencia sobre las demandas
del evangelio? “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de
la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz”, Lucas
8.16.

68
Se especifican cuatro elementos del evangelio: Cristo murió, Cristo fue sepultado, Cristo
ha resucitado y Él fue visto. Dice Hechos 10.41 que se manifestó “no a todo el pueblo,
sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano”. Los primeros tres son hechos
históricos, básicos, fundamentales; el cuarto es de carácter probatorio.

15.3 Cristo murió ... Dos verdades importantes figuran en la breve declaración
del evangelio de parte de Pablo. Fue una muerte vicaria, sacrificial por decirlo así, en
cumplimiento de profecías tanto figurativas como directas del Antiguo Testamento.

Fue una muerte propiciatoria por cuanto pacificó la ira de Dios al exonerar la ley y
satisfacer las demandas de la justicia. Esto fue su aspecto hacia Dios. “Cristo Jesús, a
quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús”, Romanos 3.25.

Fue expiatoria por cuanto quitó nuestros pecados; esto es su aspecto hacia el humano.
Y siempre se debe llevar en mente que fue una muerte voluntaria en el sentido absoluto
de la palabra. Él puso su vida. Nunca era un hombre moribundo, ni pasó por el proceso
de estar muriéndose. La muerte para Él fue una acción. Él entregó, despachó su espíritu.

Muchas profecías directas fueron cumplidas en su muerte, como por ejemplo los de
Salmo 22 y 69, e Isaías 53.5 al 12. Se ha calculado el número en veinticinco. De esa
manera su muerte fue una ratificación de las profecías antiguotestamentarias.

15.4 fue sepultado ... La sepultura certificó el hecho de su muerte y enfoca la


atención sobre el hecho de su resurrección. Isaías había profetizado acerca de la manera
y las circunstancias relacionadas con su sepultura, 53.9.

15.4 resucitó al tercer día ... En la predicación de los apóstoles se enfatiza la


resurrección, y así también en las Epístolas. Es un hecho, no una falacia; no un mito, sino
un milagro.

El hecho de que Él sería resucitado fue profetizado en Salmo 2.7, “yo publicaré el
decreto;”16.10, “no dejarás mi alma en el Seol;” Isaías 53.10,11, “verá linaje”. De que
tendría lugar el tercer día fue proyectado en figura al mecer la gavilla de primicias en
Levítico 23.10 y en la experiencia de Jonás como la relató el Señor en Mateo 12.40.

La sepultura y la resurrección están presentadas juntas por la expresión “conforme a las


escrituras”. En relación con esto conviene llevar en mente la señal triple dada a los
discípulos la mañana de la resurrección; a saber, la apertura del sepulcro cuando los
soldados huyeron, el sello de la tumba estaba roto y la piedra había sido rodada; el
sepulcro vacío; y las vendas en su lugar debidamente ordenadas, Juan 19.1 al 9. Se ve
que la obra redentora de Cristo y la Palabra de Dios divulgada están enlazadas
inextricablemente en el mensaje del evangelio.

15.5 apareció a Cefas ... Los versículos 5 al 11 tratan de evidencias y testigos.


Lucas 24.34 narra que los once decían: “Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha
aparecido a Simón”.

69
Las manifestaciones post-resurrección del Señor son importantes por cuanto confirman
la verdad de la resurrección. Por esto la credibilidad de los testigos es esencial. Sus
apariciones son varias y tuvieron lugar a lo largo de posiblemente cuarenta días. Los
testigos fueron muchos y variados, ninguno habiendo anticipado la resurrección. Al
contrario, ellos habían desacreditado la posibilidad, y no creían las noticias hasta recibir
evidencia específica de su veracidad. Todos salvo uno le habían conocido íntimamente a
lo largo de tres años, y uno, Jacobo, le había conocido en su mocedad. Otro, Pablo, había
sido enemigo acérrimo. Habiéndole conocido muy de cerca, los apóstoles le
contemplaron, examinaron cuida-dosamente sus rasgos cada vez que le vieron, le
tocaron y escucharon su voz, 1 Juan 1.1.

Él no se presentó sólo a particulares, sino a los doce como un grupo y también a


quinientos hermanos a la vez. Cuándo, no se registra. La mayoría de los quinientos
vivían aún cuando la Epístola fue escrita. En los tribunales las mujeres no eran
aceptadas como testigos, y por esta razón no había necesidad de mencionarlas en este
contexto en las Epístolas. Esto está de acuerdo con la enseñanza de la Epístola y del
Nuevo Testamento acerca del lugar asignado a las damas en el testimonio público.

El apóstol no deja laguna o escapatoria a la cuestión de la credibilidad de los testigos,


enfatizando la unanimidad de su testimonio. Compárese con Mateo 26.60, “Al fin
vinieron dos testigos falsos”, y Marcos 14.59, “Ni aun así concordaron en su testimonio”.
Además, en estas ocasiones Él continuó hablándoles acerca del reino de Dios, Hechos
1.3. La referencia a los doce y luego a todos ellos como apóstoles deja en claro que Pablo
reconocía a Matías como uno de ellos. La mención de Jacobo es de especial valor, ya que
hasta la crucifixión ninguno de la familia había creído que Él era el Mesías. Jacobo y
Judas fueron convertidos posteriores a la resurrección.

15.8 al 11 me apareció a mí .. El apóstol se extiende acerca de su propio testimonio,


y por razones obvias. Él no era uno de los doce; no había acompañado al Señor ni había
estado presente en sus manifestaciones posteriores a la resurrección. Sin embargo,
pone su propia experiencia en paralelo con las de ellos como igualmente objetivas y del
mismo valor.

Habla de sí como un “abortivo”, o como uno que nació inoportunamente. Job 3.16 reza:
“¿Por qué no fui escondido como abortivo ...?” ¿Por qué emplea una descripción tan
despectiva? ¿Será que algunos de sus detractores, que cuestionaban su apostolado,
hacían comparaciones injustas entre él y los doce? ¿Será que su sentido de vergüenza
por haber perseguido la Iglesia le impulsó a aceptar esta comparación denigrante?
Posiblemente, pero sin duda su conversión y la manera cómo se realizó es un patrón de
cómo la nación será convertida en el futuro; Zacarías 12.9 al 14.

Sin embargo, su sentido de indignidad propia era enorme e iba en aumento con el correr
de los años. Pablo se consideraba “el más pequeño de los apóstoles”, y años más tarde
hablaría de sí en Efesios 3.8 como “menos que el más pequeño de todos los santos”.
Luego, en sus años finales, al escribir a su hijo en la fe, asume el lugar del primero entre
pecadores, 1 Timoteo 1.12 al 15. De esta manera se deleitaba en magnificar la gracia de
Dios, en relación tanto con su conversión como su llamado al servicio. Aquella gracia,
dice, no era en vano, o sin fruto, en el caso suyo. Podía decir acertadamente que había
trabajado más abundantemente que los demás juntos, o de cualquiera de ellos  y esto
es decir mucho. Había trabajado en Galacia, Macedonia y Acaya, y estaba escribiendo
desde Éfeso, capital de aquella parte de Asia. Él reconoce que fue debido a la gracia de

70
Dios con él. No alegaba mérito propio. En Romanos 7.20 escribe, “no lo hago yo”, y en
Gálatas 2.20, “ya no vivo yo”.

Al concluir su testimonio breve y sucinto, él afirma que, cualquiera que fuera la


diferencia en su experiencia y servicio, su mensaje era uno mismo. Era el mensaje
apostólico; el evangelio único. Aparentemente él adquirió su conocimiento de las
manifestaciones del Señor resucitado a través de Pedro y Jacobo en los quince días que
estuvo con Pedro en Jerusalén, Gálatas 1.18, 2.9.

Nótese la confesión de indignidad de parte de

Jacob, Génesis 32.10: “Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que
has usado para con tu siervo”.
Juan, Juan 1.27: “... del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato”.
el centurión, Lucas 7.7: “Ni aun me tuve digno de venir a ti”.
el hijo pródigo, Lucas 15.19: “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo”.

6. LA ASAMBLEA CRISTIANA Y EL TRIUNFO DEFINITIVO


15.12 AL 58

A. La resurrección de Cristo

15.12 al 19 si se predica de Cristo que resucitó ... Los saduceos negaban la


resurrección, Hechos 23.8, y algunos en Atenas se habían burlado de la enseñanza,
17.32. Posiblemente el error encontró entrada en la asamblea por contactos con esa
gente. Se expone ahora la implicación solemne de semejante doctrina.

Por cuanto la resurrección de entre los muertos está vinculada inseparablemente con la
resurrección de Cristo, negar la una es negar la otra. Si Cristo no ha resucitado, tanto la
predicación como la fe se quedan sin fruto, versículo 14; también, el testimonio de un
apóstol es falso, siendo apenas un cuento de viejas, versículo 17. Es todo una ilusión
falsa, dejando al creyente en sus pecados y culpas todavía, ya que la resurrección de
Cristo y nuestra justificación están en pie o se caen juntas, y a la vez los muertos en
Cristo han perecido sin esperanza alguna, versículo 18. Si solamente en esta vida hay
esperanza en Cristo, y nada hay más allá del sepulcro, entonces la suerte de los
cristianos es la que más se debe lamentar. Al ser éste el caso, el cristiano está viviendo
en una utopía falsa, víctima de una feliz alucinación como son muchos enajenados
mentales.

B. La resurrección de los muertos

15.20 al 22 Mas ahora Cristo ha resucitado ... En su declaración autoritaria del


evangelio el apóstol había citado testigos para enfatizar la resurrección de Cristo.
Basándose en la certeza del hecho, enfatiza sus consecuencias, tanto universales como
eternas. Las palabras “ahora Cristo ha resucitado” afirman que Él no sólo resucitó de los
muertos al tercer día, sino que sigue cual Señor Resucitado. Su resurrección tiene
carácter permanente, y como tal Él es primicias de aquellos que durmieron. Es decir, es

71
aval y prueba, es patrón de la resurrección de los redimidos. El término primicias se
refiere a la gavilla (o puño) mecida ante Jehová el primer día de la semana (“el día
siguiente del día de reposo”) según Levítico 23.10,11.

En los versículos 21 y 22 se enfatiza la auténtica humanidad de nuestro Señor al repetir


las palabras “un hombre”. Esta comparación entre Adán y Cristo se desarrolla más en
Romanos 5.12 al 21. De la manera que una transgresión de parte de Adán resultó en una
sentencia de muerte sobre todos los hombres por igual, así la “resurrección de los
muertos” en estos versículos debe referirse a todos los que están vinculados con Él en
muerte y resurrección; Romanos 6.6,7, 7.4, Efesios 1.1 al 4. Para ellos está asegurada la
resurrección de vida. Sin embargo, si se toma la preposición en como instrumental
como en Lucas 22.49, “viendo los que estaban con él lo que había de acontecer”
entonces el versículo 22 podría ser una ampliación del 21, e igualmente universal. La
posición de la palabra todos parece favorecer este criterio, ya que no se dice que en
Adán todos mueren, ni que en Cristo todos serán vivificados; se dice, “por cuanto en
Adán todos mueren, así en Cristo todos serán vivificados”.

Sin embargo, “pero cada uno en su debido orden” clara y resueltamente guarda contra el
universalismo, la doctrina falsa de que a la postre todos serán resucitados, o salvados,
para vida eterna. El vocablo orden es uno de muchos términos militares empleados en el
capítulo; denota un cuerpo o determinado conjunto en el ejército. La declaración
confirma otras escrituras en el sentido que no habrá una resurrección todo inclusive de
los muertos. “Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y
los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a
resurrección de condenación”, Juan 5.28,29. “... resentidos de que enseñasen al pueblo, y
anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos”, Hechos 4.2. Cristo es las
primicias; en esto está solo.
Su resurrección es única.

“... los que son de Cristo” es el segundo cuerpo, o grupo. Es una expresión que abarca
mucho. No admite fraccionamiento. En la venida de Cristo serán vivificados todos
aquellos que son suyos por virtud de la redención. Se trata de los suyos del Antiguo
Testamento y del Nuevo. “...todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la
fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para
que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”, Hebreos 11.40.

La venida a la cual se refiere es aquélla para los suyos, Juan 14.3, pero da a entender el
transcurso del período entre el rapto y la revelación. De esta manera formarán parte de
esta compañía los santos que hayan sufrido el martirio en la tribulación, denominada la
primera resurrección; “Vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús
y por la palabra de Dios ... y vivieron y reinaron con Cristo mil años ... Esta es la primera
resurrección”, Apocalipsis 20.4,5.

La venida se expone más ampliamente en los versículos 52 al 56 y en 1 Tesalonicenses


4.13 al 18.

15.24 Luego el fin ... “Luego”, eita, no significa inmediatamente sino después de un
intervalo, como en Marcos 4.17,28 (“cuando viene la tribulación ... luego tropiezan”) y
1 Cor. 15.5,7 (“después apareció a Jacobo”). El intervalo que está a la vista es el reino del
cual se habla en los versículos 24 al 28. “El fin” se refiere al evento final, la resurrección
del resto de los muertos, Apocalipsis 20.5.

72
Cuando Cristo vuelva, será inaugurado el reino, tema de tanta profecía en el Antiguo
Testamento (“para justicia reinará un rey”, Isaías 32.1; “se volverán a Jehová todos los
confines de la tierra”, Salmo 22.27). “Es preciso” dice el 15.25. Se emplea la expresión en
relación con la muerte de Jesús, Juan 3.14; su resurrección, Juan 20.9; y su exaltación,
Hechos 3.21. En el gran programa profético de Dios todos estos acontecimientos son
precisos, necesarios. Deben suceder, y Él debe reinar.

Todos sus enemigos serán enteramente subyugados. Éstos incluirán los impíos poderes
satánicos además de los hombres malvados como la bestia y el falso profeta el cual es el
anticristo, el hombre de pecado y el hijo de perdición. Cristo “destruirá con el
resplandor de su venida”, 2 Tesalonicenses 2.8. “Herirá la tierra con la vara de su boca, y
con el espíritu de sus labios matará al impío”, Isaías 11.4. El postrer enemigo, la muerte,
se verá obligado a entregar su presa, y en la nueva creación no habrá muerte,
Apocalipsis 20,5,12, 21.4.

Este reino, con el Hijo del Hombre como Mediador, existirá por mil años conforme se lee
en Apocalipsis 20. “Todo dominio, toda autoridad y potencia”, versículo 24, denotan una
autoridad universal y se cita de Salmo 8 para confirmar esto. Una vez entregado el reino
a Dios, e introducida la edad eterna, o la dispensación del cumplimiento de los tiempos,
“entonces también” el Hijo estará sujeto al Padre, así como cuando estaba aquí en la
tierra. Este es el punto más lejano en el horizonte que la profecía alcanza por su
telescopio. El versículo deja en claro que será eterno en su duración el carácter de
deidad con humanidad asumido por nuestro Señor en su encarnación cual Hijo en
humanidad.

15.29 al 34 De otro modo, ¿qué harán ... Después del pasaje profético muy importante
de los versículos 20 al 28 el apóstol se revierte al problema de la resurrección. El pasaje
parentético abarca toda la historia humana desde la caída del hombre, 15.21, hasta el
estado eterno, 15.28, cuando Dios será todo en todo.

15.29 los que se bautizan por los muertos ... Este es un versículo difícil, y quizás no sea
posible una explicación satisfactoria. Sin embargo, se puede sugerir

(a) Puede referirse a una práctica de bautizar personas por cuenta de otros que habían
muerto sin bautizarse. No hay evidencia de que se haya observado esta práctica en
aquel entonces, aunque algún hereje ha podido hacerlo, y ciertamente no se encuentra
base bíblica para hacerlo. Se debe observar que Pablo no dice nada que se puede
interpretar como aprobación de la práctica. Pero si no habrá resurrección, no hay por
qué hacerlo. Posiblemente el apóstol está enfrentado a los herejes en su propio terreno.
Ellos negaban la resurrección, pero realizaban un rito que carecería de sentido si su
postura era acertada.

(b) Algunos opinan que se trata de lenguaje militar, dando a entender que en su
bautismo los recién bautizados estaban tomando el lugar de creyentes que habían
muerto en el conflicto, como si fuera. ¿Qué beneficio habría en reemplazar los soldados
en una batalla, si el único desenlace va a ser la derrota y muerte?

(c) Puede referirse al sentido simbólico del bautismo. El bautismo manifiesta la muerte,
sepultura y resurrección con Cristo, Romanos 6.1 al 7. Pero si no hay resurrección,
entonces el bautismo pierde algo de su significado. En tal caso podría significar

73
solamente la muerte y sepultura. ¿Qué harán aquellos que se bautizan como personas
muertas si no hay resurrección?

La (a) es aceptable gramáticamente pero la (c) parece la más aceptable doctrinalmente.

15.31 cada día muero ... Pablo caminaba las calles de Éfeso cada día con la posibilidad
de ser víctima del cuchillo de algún asesino. Su vida estaba a riesgo hora tras hora. ¿Qué
fin había en todo esto si no había una resurrección por delante?

Nada se dice en Hechos de los Apóstoles de algo como lo descrito en el versículo 32


acerca de batallar contra fieras, pero puede haber allí un eco de 2 Cor. 1.10, “el cual nos
libró, y nos libra ...”

Al visitar yo en Éfeso, el guía me llevó a lo que se dice era la cárcel del apóstol Pablo,
ubicada a una cierta distancia al oeste de las ruinas sobre una pequeña colina. En Izmir
conversé con algunos arqueólogos que se ocupaban en la excavación de cerámica y me
contaron una tradición de que Pablo había sido encarcelado con fieras. ¿Será ésta “la
gran muerte” de la cual fue librado? Sea como fuere, es evidente que Pablo no está
hablando metafóricamente aquí al considerarse muerto al pecado. Sin embargo, la
referencia a fieras sí puede ser metafórica.

15.33,34 No erréis ... No se engañen. Una doctrina errónea en cuanto a la


resurrección les haría mal moralmente, conduciendo a un concepto materialista de la
vida. Por esto en el versículo 34 él habla “para vergüenza vuestra”. En 4.14 había dicho
que no escribía para avergonzarles y en 6.5 para sí hacerlo. Con el sonido cierto de una
trompeta, 14.8, les llama a despertarse. Fue un día triste para Sansón cuando durmió
con la cabeza sobre las rodillas de Dalila, Jueces 16.19,20, y se despertó sin saber que
“Jehová se había apartado de él”. Fue un día triste cuando Jonás tuvo que ser despertado
por marineros que no conocían a Dios. Fue un día triste cuando las vírgenes insensatas
supieron que no les quedaba tiempo para salir a comprar aceite.

Encontramos tres razones para despertarse. Son la venida del Señor, el interés por los
que no conocen a Dios y el peligro de conformarse al mundo

Es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos, Romanos 13.11
Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios , 1 Cor. 15.34
Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo, Efesios
5.14
Aquellos que niegan la resurrección habían hecho ver su ignorancia de Dios y de su
poder. Fue para su vergüenza. “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”,
Mateo 22.29. Vemos el enlace vital entre la doctrina y la práctica, o, como lo expresa la
epístola a Tito, entre la doctrina y la piedad.

En la sección de la Epístola que hemos repasado hasta aquí el apóstol condena la


levadura de los fariseos, o el modernismo; la levadura de los fariseos y su idea de contar
con alguna prioridad en el arrebatamiento, versículo 23; y finalmente la levadura de
Herodes, que es el materialismo, versículo 32.

15.35 al 49 ¿Cómo resucitarán los muertos? Los versículos 35 al 44 tratan de la


naturaleza del cuerpo resucitado y la analogía de la naturaleza. El escéptico piensa que
su pregunta y problema, “¿Con qué cuerpo vendrán?”, no admiten respuesta. Él quería

74
dejar en lo ridículo la enseñanza acerca de la resurrección de los muertos. De una vez
Pablo tilda semejante razonamiento como insensatez, y el que pone tal objeción como
un necio.

Él apela a la naturaleza para una analogía, y pide que se considere el maravilloso


proceso de muerte y resurrección al sembrar una semilla. Después de la muerte ella
recibe vida y un cuerpo, 15.36 al 38. “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere,
queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”, Juan 12.24. Ellos sabían esto, pero
estaban ciegos a su significado. Del reino vegetal él pasa al animal y luego al celestial.
“Lo que tú siembras”, versículos 36 y 37, tiene a la vista el reino vegetal y hay tres
ideas

Es sólo después de muerte que Dios vivifica.


El cuerpo que se siembra es mero grano y se disuelve. Una vez vivificado, no es el
mismo cuerpo que se ve; los dos cuerpos son idénticos pero diferentes.
En el ejercicio de sus propios poderes soberanos, Dios da a cada semilla su propio
cuerpo. La comparación entre esto y la resurrección del cuerpo se hace en los
versículos 42 al 44.
15.39 No toda carne ... Él procede a considerar el reino animal. Hay una diferencia
esencial entre los cuatro tipos de carne mencionados. Incidentalmente, esto hace ver la
falsedad de la evolución. Dios ha hecho de una sangre todas las naciones, de manera que
no es posible diferenciar entre la sangre de una raza y otra, pero la de bestias, peces y
aves es de otra índole. Cada cual ha sido dotado de un tipo de carne apropiada a sus
propios requerimientos y su respectivo reino en esta creación. De la misma manera Dios
le dará al creyente un cuerpo apropiado al reino divino en la resurrección.

15.40,41 hay cuerpos celestiales ... Se hace un contraste entre el reino terrestre y el
celeste a la luz del hecho de que cada cual participa de un tipo particular de gloria. La
diferencia entre la gloria de la una y de la otra no es una de grado sino de género. La
misma diferencia la hay en las estrellas; la gloria de la una difiere del tipo de gloria de la
otra.

15.42 al 44 Así también es la resurrección Sepultar el cuerpo del creyente se asemeja


a sembrar una semilla. Cuatro veces leemos “se siembra” y se ofrecen tres descripciones
gráficas de la condición del cuerpo en muerte. Se siembra en corrupción, deshonra y
debilidad. Además, se siembra cuerpo natural, a saber, un cuerpo apropiado para la
presente existencia terrenal. Todos estos detalles están en contraste con lo que habrá. El
cuerpo resucitado será incorruptible, será levantado en gloria y en poder, un cuerpo
espiritual adaptado al reino celestial y espiritual. Todo esto amplifica las palabras del
versículo 37, “lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir”. Es una realidad gloriosa.

15.45 también está escrito ... Aquí el apóstol traza una analogía de la Escritura. De los
argumentos basados en el proceder soberano de Dios en la creación él hace un
contraste entre Adán y Cristo.

Adán es el primer hombre, así que nunca hubo una raza pre-adánica. Habrá un tercer
hombre, el hombre de perdición, pero en la misericordia de Dios él no encabezará una
raza. Cual postrer Adán, Cristo es la cabeza de una nueva creación.

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Se debe notar el contraste

Adán fue creado. Dios sopló en sus narices el soplo de vida; hasta ese momento él no
había existido pero ahora era un ser.
En su creación él fue hecho alma viviente.
Era terrenal, hecho del polvo y destinado a volver al polvo una vez que había pecado.
Habiendo sido hecho alma viviente, y su cuerpo formado de la tierra, se habla de él
como “natural”.
Cristo, en cambio, es

Del cielo, no de la tierra, terrenal. Era eternamente preexistente. Su nacimiento no fue


el comienzo de su existencia; Él era de lo eterno.
En humanidad es espíritu vivificante. “Como el Padre levanta a los muertos, y les da
vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. El pan de Dios es aquel que
descendió del cielo y da vida al mundo”, Juan 5.21, 6.33,39, etc.
Dijo, “Me preparaste cuerpo”, Hebreos 10.5. Él estaba en semejanza de carne de
pecado, pero su cuerpo libre de la ley del pecado en sus miembros, y por esto su
cuerpo no vio corrupción.
Se habla de Él como espiritual en contraste a natural. Esto se refiere a su estado en
resurrección.
Toda la humanidad participa de estas características de Adán; llevamos su imagen. De la
misma manera aquellos que son de Cristo están destinados en el propósito de Dios a
llevar la imagen suya. El orden histórico es muy claro; primero, lo natural en creación y
luego lo espiritual. Es Cristo en resurrección que introduce la nueva creación.

C. La transformación de los vivos

15.50 Pero esto digo ... Él reconoce que ni los vivos ni los muertos pueden heredar el
reino de Dios. Aquí “el reino de Dios” se interpreta como una referencia al estado eterno
de gloria mencionado en los versículos 24 y 28. “La carne y la sangre” se refiere a los
vivos y “la corrupción” a los muertos. Los cuerpos que tenemos ahora, adaptados a
nuestra existencia en la tierra, no son aptos para una existencia en la esfera celestial.

Él no intenta resolver el problema por una analogía, ni de la naturaleza ni de la


Escritura, sino que divulga un misterio, a saber, una verdad antes desconocida;
compárese 1 Tesalonicenses 4.15, “os decimos esto en palabra del Señor”. Esto está en
contraste con la cena del Señor, 11.23, y el evangelio, 15.1, que dice haberles entregado.
Compárese con otros misterios, en particular la ceguera de Israel en Romanos 11.25 y la
Iglesia como cuerpo de Cristo en Efesios 3.3 al 9.

15.51 No todos dormiremos ... O sea, todos no van a morir. El sueño es la manera
normal por la cual él habla de la muerte del creyente. Es evidente por Daniel 12.1,2 que
el término aplica al cuerpo y no al alma. No es bíblica la teoría del sueño del alma. El
creyente va a estar con Cristo, lo cual es marcadamente mejor, Filipenses 1.21 al 23.

15.51 todos seremos transformados Esto abarca tanto a quienes viven como a quienes
han muerto, aunque la palabra transformados se emplea más específicamente con
referencia a los vivos. El acontecimiento que marca un hito y efectuará este cambio es la
venida del Señor, 1 Tesalonicenses 4.13 al 16; “Gemimos dentro de nosotros mismos,
esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”, Romanos 8.23. “La final

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trompeta” es la misma que se menciona en 1 Tesalonicenses 4.16 como “trompeta de
Dios” y no es de confundirse con las trompetas de Apocalipsis 8.6 y Mateo 24.31, las
cuales harán sonar ángeles.

15.52 los muertos serán resucitados En el versículo 23 estos se limitan a “los que son de
Cristo”, y 1 Tesalonicenses 4.16 habla de “los muertos en Cristo”. Entonces los creyentes
vivos serán transformados. Este evento y este orden fueron previstos en las palabras de
Jesús a Marta, “Yo soy la resurrección y la vida”, Juan 11.25,26. Para los unos Él será la
resurrección y para los otros la vida.

Las palabras en Juan, “el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá", y “todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente”, prevén la revelación dada a través de Pablo.
Pero el Evangelio de Juan fue escrito mucho antes de esta epístola; las palabras de Pablo
corroboran las del Señor. “El que cree en mí” dejan en claro más allá de duda que una
genuina fe en Cristo es el único requisito para participar en el arrebatamiento.

15.52 en un momento ... Será el lapso de tiempo más breve posible, “un átomo” de
tiempo. Será apenas un abrir y cerrar de ojos. Esta transformación no será sólo en un
momento, sino en el mismo momento para todos los afectados, a la final trompeta.
Compárese Números 10.5,6, “Cuando tocares alarma, entonces moverán los
campamentos ...” Esto deja afuera de un todo la teoría de un rapto parcial, a saber, la
idea que algunos cristianos tomarán precedencia sobre otros en el arrebatamiento,
logrando algo más que ellos.

Será el cumplimiento de escrituras proféticas, como Isaías 25.8, “Destruirá a la muerte


para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros”; y Oseas
13.14, “Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol”. Ahora en el
versículo 55, “¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” puede ser la exclamación triunfante de
los resucitados, y “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” puede ser la de los que han sido
transformados. Ambos grupos se unirían al proclamar, “Sorbida es la muerte en
victoria”.

Lo corruptible y lo mortal representan las mismas dos compañías, los muertos y los
vivos. Nada se dice en el sentido que los muertos sean de un determinado período
histórico, de manera que entendemos que se incluye a aquellos de Hebreos capítulo 11.
Ellos y nosotros seremos perfeccionados juntamente, “proveyendo Dios alguna cosa
mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”,
Hebreos 11.40.

La muerte es un enemigo malicioso y maligno, como una culebra viciosa. Su picadura


dolorosa es el pecado. Es por sus colmillos envenenados que se teme tanto a la cobra, y
si no fuera por el pecado, la muerte no guardaría ningún terror. Para el creyente la
picadura ha sido quitada, y lo que le da su potencia, la ley, ha sido satisfecho plenamente
en la muerte de Cristo. En su muerte la pena ha quedado satisfecha, “porque el fin de la
ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”, Romanos 10.4. “Cristo nos redimió de
la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición”, Gálatas 3.13.

Por lo tanto el creyente se regocija con el don de la victoria sobre tanto el pecado como
la muerte por medio de Jesucristo. El versículo 57 emplea su título entero, “nuestro
Señor Jesucristo”, en reconocimiento del triunfo. Obsérvese que se hace mención del

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último que le vio en resurrección, versículo 8; del postrero Adán, versículo 45; y de la
trompeta final, versículo 52.

15.58 Así que, hermanos míos ... El lenguaje es cariñoso. Él insta a una estabilidad de
corazón, un ánimo único y un servicio proactivo, sabiendo que a la luz de la gloria futura
su labor no carecería de fruto; compárese el versículo 14. Más bien, ella daría fruto
ahora y traería galardón más adelante.

7. LA ASAMBLEA CRISTIANA Y SU RESPONSABILIDAD


CAPÍTULO 16

A. Responsabilidad hacia los creyentes pobres

Compárese la ofrenda a Jehová en Éxodo 35.21 al 24.

16.1 la ofrenda para los santos ... La colecta para los santos es la misma que la
de Romanos 15.26, 2 Cor. 8.1, 9.1, Hechos 24.17. Fue realizada en beneficio de los
pobres en Jerusalén, Gálatas 2.10. El apóstol recogía de esta manera para los
necesitados, pero nada leemos de hacer saber sus propias necesidades ni de una colecta
organizada para los predicadores o la obra del evangelio.

La mención del “primer día de la semana” es evidencia significativa de que los cristianos
observaban aquel día, o se reunían en aquel día.

El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, Hechos 20.7
Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, Apocalipsis 1.10
Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, ... los discípulos
estaban reunidos ... Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, Juan
20.19,26
Era distinto al sábado judaico, y nunca se describe como el sábado. El primer día de la
semana conmemoraba la resurrección de Cristo y el día de Pentecostés.

El principio rector de su aporte sería la medida de su prosperidad. “... de la abundancia


voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido”,
Deuteronomio 16.10 al 17. Para un ministerio en cuestiones materiales como la
disposición de los fondos, la asamblea debería escoger hombres que ha conocido como
fieles. El apóstol no aceptaría la responsabilidad solo. “Buscad, pues, hermanos, de entre
vosotros a siete varones de buen testimonio ...” Hechos 6.1 al 6. “... evitando que nadie
nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos”, 2 Cor. 8.20,21.
Pero, al ser necesario, él estaba dispuesto a acompañar a otros.

B. Responsabilidad hacia los que se dedican al ministerio

Todo este capítulo parece ser como una posdata a la carta. Es a la vez una introducción a
la segunda epístola.

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16.5 al 9 Pablo y sus viajes: En esto la asamblea tenía una
responsabilidad, y los planes del siervo del Señor deben ser siempre “si el Señor
permite” y a la luz de las puertas abiertas.

16.10,11 Timoteo: No deberían tenerle en menos; posiblemente se alude


aquí a su juventud. Él debería estar entre ellos sin temor. Pablo le da muy buena
recomendación.

16.12 Apolos: Aparentemente la asamblea había consultado con Pablo acerca de


Apolos. Parece que se estaba usando el nombre suyo como si fuera dirigente de un
partido, y él no deseaba visitarles por el momento pero lo haría después de un lapso. Él
no quiso que su presencia diera apoyo a algún grupo; Apolos no buscaba lo suyo propio.
Las palabras de Pablo hacen ver que tenía plena confianza en este hombre y que le
consideraba un consiervo, no un subalterno.

16.13 al 18 Estéfanas, Fortunato y Acaico: Los santos deberían someterse a


Estéfanas y a todos de su timbre. Los otros dos tenían un ministerio refrescante, como el
rocío y la lluvia. La asamblea debería reconocer esto.

16.19 Aquila y Priscila eran una pareja fiel. Estaban en Corinto en la primera visita de
Pablo y gozan de un lugar envidiable en el registro del Nuevo Testamento

Halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila
su mujer ... después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y
Aquila, Hechos 18.2,19.
Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, Romanos 16.3
Saluda a Prisca y a Aquila, 2 Timoteo 4.19
La asamblea en Éfeso, de donde Pablo escribía esta carta, se reunía en el hogar de ellos.
De esta manera se resolvía el problema de lugares de reunión en los días apostólicos. La
práctica tiene ventajas evidentes; evita la centralización y la erogación de sumas
grandes en edificios prestigiosos.

8. CONCLUSIÓN
16.22 AL 24

Antes de poner su pluma a un lado Pablo expresa una advertencia solemne. La prueba
ácida de la experiencia cristiana es un amor verdadero y genuino por el Señor
Jesucristo. Quien no lo tenga, que sea maldito, anatema.

Maranata es otra palabra que figura sin traducción, aparentemente parte del
vocabulario de los cristianos primitivos. Significa, “Que venga el Señor”, o “El Señor
viene”. Es la última referencia en esta epístola a la venida del Señor. Desde el comienzo y
en relación con todo tema que trata el apóstol él ha puesto la venida ante la atención de
la asamblea. Sería aceptable decir que ocupa un lugar céntrico de importancia en 1
Corintios. Para el inconverso es un acontecimiento a ser temido, un día de
remordimiento. Ser maldito en su venida significará ser consignado al lago de fuego.

El escritor concluye con una oración de gracia sobre los creyentes corintios, y una
afirmación de su amor para todos ellos. Este hilo también se encuentra a lo largo de la
epístola.

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