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CONGRESO DEL ESTADO


SECRETARÍA GENERAL
DIRECCIÓN DEL DIARIO DE LOS DEBATES
Y ARCHIVO GENERAL

LAS SIGUIENTES INTERVENCIONES ESTÁN PRESENTADAS EN FORMA


DESCENDENTE, DE ACUERDO A LA SESIÓN EN QUE SE LLEVARON A CABO
(MAYO–SEPTIEMBRE 2009)

INTERVENCIONES EN SESIONES DE PLENO Y DE


LA DIPUTACIÓN PERMANENTE
1
C. Diputada Laura Cristina Márquez Alcalá
Distrito IV

Última participación: 8 de Agosto de 2009

PARTICIPACIÓN DE LA DIPUTADA LAURA CRISTINA MÁRQUEZ


ALCALÁ, A FAVOR DEL DICTAMEN DE REFORMA EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA PARA EL ESTADO DE GUANAJUATO.

Sesión Ordinaria 8 de agosto de 2009

C. Dip. Laura Cristina Márquez Alcalá: »Se debe considerar a la democracia


no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un
sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural
del pueblo. «

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Con su permiso diputado Presidente. Compañeras y compañeros diputados.

La sociedad guanajuatense exige que los legisladores seamos los primeros en


emprender acciones responsables que fortalezcan a las instituciones y perfeccionen la
democracia. Debo enfatizar que, constitucionalmente, el pueblo mexicano ha decidido
constituirse en una república representativa, democrática y federal; república porque
la soberanía reside en el pueblo, que es el responsable de elegir a sus gobernantes,
quienes deben dirigir los destinos de la nación; representativa porque, mediante el
ejercicio del voto, decidimos quiénes serán esos dirigentes y que, además, deben ser
el eco de la voz ciudadana; democrática porque, mediante ese voto directo, libre y

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Toma de protesta el 8 de mayo de 2009, en virtud de la licencia concedida al diputado J. Guadalupe Vera Hernández.
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secreto, la mayoría determina quiénes son las personas ideales para guiar el estado
hacia el bien común y, federal, porque el país se conforma de estados libres y
soberanos en todo lo concerniente en su régimen interior, pero unidos en una
federación establecida, según los principios de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Todo lo anterior quiere decir que al estado lo hace el pueblo y es a él a quien


debemos responder, es así que la ley se encuentra en un constante proceso de
transformación. Dicho proceso tiene su fundamento en el mejoramiento y
actualización constante de la norma jurídica, conforme a los cambios que exige la
sociedad. A esta dinámica no escapan las normas del derecho electoral, en el
entendido de que la ciudadanía exige, día con día, mayor transparencia, claridad y
certeza en los procesos electorales.

El desarrollo de la actividad electoral debe estar regido por los principios ya


mencionados de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad; y
atendiendo estos principios, es que el sistema de representación política debe
adecuarse, constantemente, precisamente con la finalidad de perfeccionar la
aplicación de esos principios rectores.

Por ello, la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, radicó una


iniciativa que fue estudiada, analizada, discutida y dictaminada para pasar hoy a
consideración de este honorable Colegiado.

Después de debatir al interior de la Comisión, finalmente se aprobó –por


mayoría- un dictamen con cuya reforma se da certeza a la ciudadanía para emitir su
voto respecto a una oferta política que se refleja en acuerdos mínimos de
gobernabilidad cuando dos o más partidos postulen al mismo candidato, así como
condiciones de equidad entre los candidatos contendientes en común, respecto a los
que participan desde la plataforma de un solo partido político. Y es que un partido
político con el que se simpatice o el que se milite, significa que existe conformidad con
la filosofía y principios personales; por eso optamos por tal o cual partido. Ello nos
garantiza que la persona electa es un digno vocero de las convicciones del pueblo que
la eligió y es este el fondo de la democracia. Así, al suprimir la candidatura común,
fortalecemos las coaliciones con las que se pueden sumar voluntades políticas a un
solo proyecto en beneficio, siempre, de la sociedad.

A mayor claridad, la candidatura común es a una sola persona, mientras la


coalición se concibe en torno a órganos de representación política de una misma
ideología o plataforma semejante y no divergente en propuesta, y hay una
congruencia con el respeto a los derechos políticos de los integrantes de los partidos
políticos coaligados; mientras que, en una candidatura común, se altera el respeto a
la normatividad y, en consecuencia, a los derechos de los militantes.

Estamos convencidos de que con la coalición se asegura a la ciudadanía


certidumbre respecto a la ideología y oferta política de los candidatos y que, a la
postre, se traducirán en niveles reales de compromiso y gobernabilidad, de seriedad y
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de vocación. Con la candidatura común no hay tal. Esta figura ha generado


incertidumbre e interrogantes como las siguientes: ¿Cuál será la ideología y el plan de
gobierno que rija el actuar del candidato electo?, porque si el votante decidió sufragar
por el partido, será representado por alguien con quien no comparte ideología,
principios, valores, sólo porque el candidato le pareció bien que lo apoyaran otros
partidos con los que nada tiene que ver, doctrinariamente. ¿Es esto democrático?
¿Qué puede esperar la ciudadanía del candidato electo en el desempeño del cargo por
el que contendió? ¿Dónde están las diferentes disposiciones estatutarias para normar
la vida partidista, si el solo consentimiento basta para ser postulado? ¿Cómo se debe
entender la oferta política de un candidato común, en el marco de las distintas
filosofías del partido que lo postula? ¿Qué fue lo que la ciudadanía avaló, con su voto
de confianza, dónde queda la certeza, dónde la democracia, la representatividad? Lo
ideal es que un candidato exprese su identidad política, sus convicciones ideológicas
emanadas de los principios rectores del partido político en el que participa, en el que
cree; por lo que en una candidatura común nos encontramos con una encrucijada, ya
que trata de representar los intereses de diversos partidos políticos y debe decidir, sin
mediar consensos entre ideologías y principios doctrinarios de los partidos
involucrados. Y retomamos una serie de argumentos que sustentan el impulso que se
ha dado a este tema, de gran trascendencia para el Estado, no sólo en el ámbito
jurídico-político, sino económico.

Cundo en 1990 el Congreso de la Unión decidió suprimir la figura de la


candidatura común, el principal argumento fue el de transparentar los procesos
electorales, y en aras de esta transparencia, se debe hablar de legalidad, mantener
una figura, cuyos requisitos de formalidad son nulos, no constituye ni transparencia ni
legalidad; porque quedaba en manos de unos pocos y al contentillo del candidato la
decisión de hacer campaña por varios frentes. ¡Claro que ni pensar en la opinión de la
propia militancia de cada partido de los que se adherían a este candidato común!

Por otra parte, si se cuenta ya con una figura que permite que se coaliguen los
partidos políticos para alcanzar un fin electoral perfectamente definido, revestido de
seriedad, dada la trascendencia del caso que se trata; es decir, elegir a las personas
que han de dirigir los destinos de un municipio, de un estado, ¡de un país!, ¿porqué
mantener entonces una figura vana, carente de formalidades? Debemos hablar,
también, de la inequidad que le representaba, lo que tampoco abona a la
transparencia ni a la legalidad, ¡menos a la democracia! Principios del actuar de toda
actividad que constituya interés público.

Las diversas banderas que apoyan al candidato son un gasto innecesario y,


técnicamente, se duplica o triplica la presencia del candidato común, en comparación
con quien contiene, desde la convicción y compromiso, de una doctrina y una
plataforma que lo avala. Asimismo, el nombre del candidato común aparece en más
de una ocasión en la boleta electoral, lo que sí se traduce en una situación de
inequidad, con relación al postulado por un solo partido.

Dado lo anterior, hacemos énfasis en que lo que se establece respecto de la


coalición, institución que, además de contener todas las formalidades, garantiza
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condiciones de equidad entre los contendientes en una elección, favorece la legalidad


y abona transparentar procesos de postulación de candidatos; es decir, la coalición
como única posibilidad de asociación entre partidos políticos en el Estado de
Guanajuato, otorga al elector la seguridad -no solamente jurídica- sino formal, en la
oferta que los partidos políticos brindan a los electores. Se debe pugnar, entonces,
porque las alianzas electorales sean actos entre partidos para unir sus fuerzas y tener
presencia en las elecciones, con el fin único de beneficiar a los guanajuatenses, pero
no debe emplearse para que los dirigentes de los partidos se vayan con el mejor
postor.

Una alianza electoral debe implicar entre los partidos políticos, compromisos
reales materializados en acciones en favor de la sociedad. En este orden de ideas,
tenemos que los electores serán beneficiados, ya que al mantenerse, únicamente, la
figura de la coalición en la legislación estatal electoral, tendrán la certeza de que el
candidato que apoya la coalición tiene una plataforma política aprobada por los
partidos; lo que, a la larga, asegura que el gobierno emanado de esa coalición, tenga
un verdadero sustento político, ya que para formalizar la coalición, es necesario que
los órganos internos de los partidos políticos que decidan coaligarse, deban aprobarla.

Con lo anterior se asegura, también, que los gobiernos emanados de una


candidatura por coalición, cuenten con altas probabilidades de gobernabilidad y un
proyecto político viable.

Es así que ahora nos ubicamos en el contexto del 2002, cuando la


Quincuagésima Octava Legislatura reformó, de manera integral, el Código Electoral,
mejorando y fortaleciendo las instituciones jurídico-electorales, la participación
ciudadana y la de los procesos electorales. ¡Sí!, sí aprobaron la inclusión de una figura
que había desaparecido del Código Federal, porque consideraron que se trataba de
una figura sencilla que permitiría que los partidos conservaran su identidad, pero no
consideraron que la identidad del candidato no se salvaguardaba.

Lo anterior significa graves conflictos para quien, de ser electo por los
ciudadanos en candidatura común, deba gobernar ajustado a ¿qué proyecto?, ¿guiado
por qué ideología? ¿proponer conforme en qué principios?

Diputadas, diputados, no es un tema menor, se trata de un tópico de gran


trascendencia para los guanajuatenses, la ciudadanía exige bajar el costo electoral y
eficientar la respuesta y el actuar de quienes hayan resultado electos en el
desempeño de sus cargos. Para ello, cada partido debe postular a sus mejores
hombres y mujeres en una contienda pareja, equitativa, legal y congruente con sus
propios estatutos y principios a la luz de la democracia; en ello va implícita la
responsabilidad con que se deben conducir todos y cada uno de quienes hemos sido
electos mediante el sufragio de los guanajuatenses.

Es por ello que hoy, los insto a emitir un voto a favor del fortalecimiento
democrático. Los propios criterios emitidos por el Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación, en torno a la candidatura común, contravienen la incipiente
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naturaleza de la figura que se propone suprimir, dado que la intención que se


perseguía era la de conservar el nivel de votación de cada partido, para efecto de
proporcionalidad, ¡y ahí está el absurdo!, si cada partido ha de conservar su votación
en lo particular, de qué sirve constituir una candidatura común que, a la larga, genera
más conflicto que beneficio tanto al partido por el choque ideológico, como para la
sociedad que pierde todo eco de voz en su representatividad.

Compañeras y compañeros, el propio Presidente del Tribunal Electoral del


Estado, ha coincidido en que la figura genera confusión. No debemos permitir, en
primer lugar, que exista una duplicidad innecesaria de figuras, cuyo objeto es el
mismo aún y cuyas diferencias sean claras y contradictorias a la democracia. Nosotros
somos quienes tenemos la alta encomienda de mejorarla y fortalecerla. Por otra
parte, debemos ser responsables al dar seguimiento y consolidar una reforma de la
que esta Legislatura fue artífice, el trabajo a medias, es como si no se hubiese hecho.

En virtud de actuar responsable, se deberá impactar la ley secundaria en la


materia, para suprimir la figura que hoy proponemos y fortalecer la de la coalición
que es la institución idónea, estamos convencidos de ello.

Finalmente, la responsabilidad de tener una mejor figura jurídica que permita


tener una oferta política seria y de forma coyuntural, poniendo en riesgo la
gobernabilidad de una demarcación.

Por todo lo anterior, somos los primeros responsables de velar por el


cumplimiento de las garantías de certeza y seguridad jurídica; somos, los diputados,
los encargados de hacer valer la voz de nuestros representados; está en nosotros
tomar la decisión porque somos sus representantes, por eso votaron por nosotros,
porque confían en nosotros.

Compañeros legisladores, por la democracia en la que creemos y que día a día


construimos los guanajuatenses, es que les pido un voto a favor del dictamen que hoy
tienen en sus manos. Gracias diputado.
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LA DIPUTADA LAURA CRISTINA MÁRQUEZ ALCALÁ, INTERVIENE EN


TRIBUNA PARA HABLAR SOBRE »LIBERTAD DE EXPRESIÓN«

Sesión Ordinaria 28 de mayo de 2009

C. Dip. Laura Cristina Márquez Alcalá: Con su permiso diputado Presidente.

Diputadas, diputados, compañeros. Por ser esta la última sesión del período
ordinario, no podemos pasar por alto hablar de un tema de relevancia trascendental,
no sólo en la vida del Estado, sino del país y del mundo entero.

La libertad de expresión es el primer vínculo para la libertad de prensa; ambos


derechos fundamentales se complementan y traducen en el ejercicio de una garantía
individual en aras de un desarrollo colectivo.

Así, todo Estado Democrático de Derecho, como lo es el estado mexicano, es


responsable de proteger y garantizar el pleno goce y ejercicio de estos derechos.

Por ello, en el marco de la celebración, el próximo 7 de junio, del »Día de la


Libertad de Expresión«, a todos aquellos profesionistas de la comunicación, a aquellas
voces que buscan contribuir en la construcción de un Guanajuato más próspero y
transparente, a todas aquellas personas responsablemente comprometidas con la
patria, a nombre del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, nuestro más
profundo agradecimiento, nuestro más sincero reconocimiento por hacer de este
estado y de este país, un mejor lugar; un lugar de respeto y congruencia, de
coordinación y colaboración, de propuesta y compromiso social en aras de un
fortalecimiento democrático. ¡Enhorabuena!
H. CONGRESO DEL ESTADO
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PARTICIPACIÓN DE LA DIPUTADA LAURA CRISTINA MÁRQUEZ


ALCALÁ, PARA DESAHOGAR SU RESERVA DEL ARTÍCULO 78 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA PARA EL ESTADO DE GUANAJUATO.

Sesión Ordinaria 22 de mayo de 2009

C. Dip. Laura Cristina Márquez Alcalá: Con su permiso Presidente.

En virtud de la división de poderes, considero que el texto del tercer párrafo


del artículo 78 de la Constitución Política del Estado, contenido en el dictamen que
está puesto a consideración de esta Asamblea, no es el más adecuado; dado que
atenta contra la propia independencia de poderes consagrada desde la Carta Magna y
recogida en la Constitución particular del estado; por lo que se hace necesario ajustar
el contenido de dicho párrafo, en el entendido de que no debe un Poder soslayar la
autonomía de otro, en detrimento de su propia naturaleza, rompiendo así con el
equilibrio que debe existir entre ellos; para ello deben mediar mecanismos y
facultades propias de cada Poder, en virtud del control constitucional y del equilibrio a
que me he referido, encontrándose ya determinados dichos mecanismos en la
legislación correspondiente.

En atención a lo anterior es que me permito hacer la siguiente propuesta de


modificación al tercer párrafo del artículo 78 de la Constitución Política para el Estado
de Guanajuato, en los siguientes términos:

»Artículo 78. (El primer y segundo párrafo queda en los términos del
dictamen)

Tercer párrafo: El Congreso del Estado, a efecto de ampliar la información,


podrá solicitar la comparecencia de los Secretarios de Estado, así como del Procurador
General de Justicia y los directores de las entidades paraestatales.«

Propuesta para la cual solicito un voto a favor y que entrego a la mesa


directiva para los efectos conducentes.2

2 Transcripción: Martina Trejo López

Supervisó: Lic. Alberto Macías Páez, Director del Diario de los Debates y Archivo General

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