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teBama do Citods " El. Fakela, Bacon 15
INTRODUCCION
EL PROBLEMA ACTUAL DE UNA TEOLOGIA DEL LAICADO
Ej Cardenal Gasquet relata esta anécdota: Un catectimeno pre-
gunté a un sacerdcte catélico cudl era la posicién del laico en su
Iglesia. La posicién del laico en nuestra Iglesia — respondié el sacer-
dote — es doble: ponerse de rodillas ante el altar, es la primera ;
sentarse frente al piilpito, es la segunda. El Cardenal Gasquet afiade :
Olvidé una tercera: meter la mano en el portamonedas *
En cierto modo, nada ha cambiado ni cambiara jam4s. Los laicos
estardn siempre arrodillados ante el altar, sentados frente al pilpito
y por mucho tiempo seguirén metiendo la mano en el portamonedas.
Sin embargo, ahora, hacen todo eso de una manera diferente 0, al
menos, haciendo todo eso, sienten de distinta forma su situacién de
conjunto en la Iglesia. No es tener una condicién subordinada lo que
hace al proletariado ; es, segtin Toynbee, el hecho de formar parte
de una sociedad con el sentimiento de no ser orgénicamente un miem-
bro activo y un sujeto de derecho. Los laicos siempre formarin en
la Iglesia un orden subordinado, pero estarin encontrando de nuevo
una conciencia més clara de que constituyen organicamente sus miem-
bros activos, con pleno derecho y ejercicio.
Las sefiales de este cambio surgen por todas partes. Baste recor-
L FA. Card, Gasguer: The Layman tn (re Pre-Reformation Parish, Londres,
i De Leck in de Kerkgeschiedenis, en Annaten van
fy8 JALONES PARA UNA TEOLOGIA DEI, LAICADO
dar el Congreso Mundial del Apostolado de los Laicos, que tuvo
lugar en Roma del 7 al 14 de octubre de 1951 y en el que tuvimos el
placer de tomar parte en calidad de «experto», junto con los represen-
tantes de setenta y dos paises y de treinta y ocho organizaciones
internacionales. Casi no podiamos imaginar una prueba ms elocuente
del hecho de que durante estas filtimas décadas ha pasado algo: un
verdadero redescubrimiento de esta verdad decisiva: los laicos son
plenamente Iglesia.
Fijar las etapas de este redescubrimiento equivale a escribir la
historia interna de la Iglesia durante el {tltimo siglo. Tenemos, pri-
mero, los grandes jefes de fila del siglo xrx, con una idea vaga de
lo que ser la Accién Cat6lica. Ms cerca de nosotros, el doble movi-
miento, litargico y apostélico o misionero, que afin esta en plena
expansién. En la Iinea de un retorno a las fuentes litargicas se ha
desarrollado prinieramente en las clases directivas el sentimiento de
que los laicos son verdaderamente esta plebs sancta, este pueblo
sagrado del que habla el Canon de la Misa, y de que tiene una parte
activa en el acto central de la vida de la Iglesia, que es la Liturgia.
El movimiento litargico ha sido el primer foco de una toma de con-
ciencia remozada acerca del misterio de la Iglesia y del caracter ecle-
siolégico del laicado, Esto condujo a una renovacién de la teologia
y de la espiritualidad del matrimonio cristiano, gracias a la cual, mas
alla de las disposiciones juridicas que lo reglamentan, el matrimonio
aparece como la constitucién de una célula de la Iglesia.
En la linea de una expansién apostélica, los fieles volvian a des-
cubrir, al mismo tiempo, la grandeza y las exigencias del compromiso
cristiano; escuchaban al Santo Padre y a los obispos invitandoles a
«participar en e! apostolado jerarquicon, es decir, a esta actividad
sagrada — y no otra -~ que define la competencia y la misién de la
Iglesia. Volvian a tener conciencia del deber, también a ellos enco-
mendado, de anunciar a Cristo al mundo, de cooperar por su parte
2 Ja obra de Cristo y de ia Iglesia.
Podriamos recordar otros datos si quisiéramos ser completos: la
resurreccion de los estudios misticos, cl éxito de los libros religiosos,
Ja revalorizacién de la santidad vivida en el mundo, la restauracién
biblica ; en fin, por parte de los sacerdotes, un comienzo de conver-PROBLEMA DE UNA TROLOGIA DEL LAICADO 9
sién muy’ interesante acerca de! clericalismo y de las actitudes cle-
Ticales. | Son tantos los componentes de una historia que vivimos
¥) Por consiguiente, también, que hacemos...! Pero mAs all4 incluso
de esta historia interna de ta Iglesia hay todo un complejo hist6rico
y humano que harfa falta evocar, tan cierto es que los movimientos
en la Iglesia, e incluso en Ja teologia, no son independientes del
empuje general y de las ideas del mundo. Nos disgustan ciertas
frases como ios laicos han alcanzado su mayorfa de edad», cacceso
de masas» ; revelan campos diferentes del que nos interesa, no tienen
deinasiado sentido en la Iglesia y no las emplearemos. Hay, sin
embargo, entre un aspecto y otro, analogias e incluso alguna conexién.
En todo caso, el desarrollo de la accién cristiana de los files y las
investigaciones teoldgicas correspondientes, son hoy un hecho general
en el mundo cristiano, incluso no catélico ?.
Partiendo de todo esto y de un amplio contexto de renovacién
eclesiolégica, se ha ido afirmando, poco a poco, el deseo de una teo-
logia del laicado. Por haber hablado o escrito algo en algunas oca-
siones sobre el tema, el autor de estas paginas se ha visto solicitado
de todas partes para hablar y escribir todavia ms. Lo cual no quiere
decir que falten buenos trabajos. En los: dltimos treinta o cuarenta
afios han aparecido algunos excelentes sobre la vida litrgica, el
matrimonio cristiano, la Accién Catélica, la Iglesia y el Cuerpo
Mistico, Ja. responsabilidad cristiana de los laicos *. Sin embargo,
2, Ver, por ejemplo, en el informe de Ja Conferencia de Amsterdam del Consejo
Eeuménico, Désordre de i'homme et dessein de Dieu (Neuchitel y Paris, 1949 s.),
t. 1, p. 172 6.; t. 2, p. 21, 893; t. 3, passim. El mismo afio que el Congreso, Ro-
mano del Apostolado de los Laicos, se celebra en Bad: Boll (Alemania), bajo los
auspicios del Consejo Ecuménico, un Congreso Ruropeo de Laicos, Conocemos tam-
bién el desarrollo que en In Iglesia ortodoxa de Grecia han tomado movimientos
como el Zo? y el Apostoloki Diiakonia
3in cuanto a Ja labor teolégica: pensamos en estudios como los de J. R. Mort
(LAberating the Lay Forces of Chvistinity, New York, 1982), de la «Geemeentelid»,
comisién interconfesional que se ocupa del trabajo de los Inicos; de G. D. Hepan
SON (The Wilness of the Laily, en The Scottish Journal of Theology, junio 1019)
Cassel, 1940; de K, Bias (The Christian Laity, en The Frontier, abril 1950); -de
de W, ‘Stkuttan (Das amt des Laien in Gottesdienst und kirchlicher Unterweissung,
J, Euuun (Présence an monde moderne, Ginebra, 198), etc,
ideas, al nivel de las pu-
Revue des Sciences
781; 1936,