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Filosofía de la Ciencia
Los sistemas axiomáticos actuales son sistemas formalizados, lo que permite que un
mismo sistema axiomático pueda tener varias interpretaciones. Cada interpretación se
denomina un modelo. Se dice que se interpreta un concepto primitivo cuando se le atribuye
un sentido, y se obtiene un modelo de un sistema axiomático cada vez que uno de tales
conceptos se ha interpretado de manera que son ciertas las proposiciones que resultan de
los axiomas. Para afirmar que una interpretación dada de los conceptos primitivos de un
sistema axiomático constituye un modelo, se debe disponer de un criterio para determinar
la veracidad de proposiciones particulares formadas por las interpretaciones de los
postulados. Si dos modelos corresponden a un mismo sistema axiomático son isomorfos. Y
si dos modelos son isomorfos, se admite que tendrán las mismas propiedades formales.
Las teorías empíricas pueden interpretarse como cálculos interpretados. Una teoría
axiomática formal puede tener diversas interpretaciones (modelos), siempre que las
entidades del modelo satisfagan los axiomas. Esta condición formal no basta para
considerar como cálculo interpretado a una teoría fáctica; además es necesaria una
vinculación con el mundo empírico. Una teoría empírica está concebida por una estructura
lógica derivativa asimilable a un sistema axiomático y por un puente con la realidad a
través de la experiencia; es un cálculo axiomático empíricamente interpretado.
Por otro lado, las desventajas de los sistemas axiomáticos en lógica y otras ciencias
tienen que ven con la imposibilidad de conseguir todas las cualidades o propiedades
mencionadas anteriormente (completud, consistencia, fecundidad, coherencia,
independencia y categoría). Existen dos limitaciones: de tipo sintáctico y de tipo semántico
para la construcción y validez de los sistemas axiomáticos.
El Historicismo
A partir de los años sesenta, nace una corriente filosófica llamada corriente Historicista,
vinculada a autores como Hanson, Toulmin, Kuhn, Feyerabend y Lakatos, en los cuales se
autoconciben como una rebelión contra la filosofía establecida en ese tiempo, la
Concepción Heredada. El Historicismo afirma que la vida humana, con sus ideologías, sus
instituciones y estructuras, habría de comprenderse en función de la historia y desde una
perspectiva histórica. Una de las características de estos pensadores es su mayor
preocupación por, y su mejor conocimiento de, la historia de la ciencia. El Historicismo, en
la medida en que se ocupan de las teorías o constructos teóricos, lo hace siempre,
consecuentemente con su orientación general historicista, desde una perspectiva
diacrónica, centrándose en los aspectos dinámicos de las teorías como entidades que se
extienden en el tiempo, esto es, que nacen, se desarrollan y mueren.
Ahora bien, el concepto básico que articula esta nueva concepción de la ciencia es el de
paradigma. Kuhn, en su obra “La Estructura de las Revoluciones Científicas”, define un
paradigma como el conjunto de supuestos compartidos por una comunidad que guían su
investigación normal. La ciencia normal es ciencia basada en un paradigma y la ciencia
revolucionaria es el paso de un paradigma a otro. Las disciplinas maduras, aquellas en que
ha surgido ya un primer paradigma, se desarrollan de paradigma en paradigma a través de
revoluciones. Sin embargo, Kuhn no preciso explícitamente lo que realmente es un
paradigma, es por ello que años posteriores introduce un nuevo concepto llamado matriz
disciplinar. De esta manera, Un paradigma como matriz disciplinar es por tanto lo
compartido por una comunidad científica, lo que guía en un momento dado su
investigación normal.
Imre Lakatos fue discípulo de Kuhn y de Popper. Intentó adaptar el sistema de Popper a
la nueva situación creada por Kuhn. Su intención era crear una reconstrucción racional de
la historia de la ciencia, mostrando que ésta progresaba de modo racional. La historia de la
ciencia muestra que ésta no avanza sólo falsando las teorías con los hechos, hay que tener
en cuenta la competencia entre teorías y la confirmación de teorías. Por ello sustituye el
falsacionismo ingenuo de Popper por un falsacionismo sofisticado. Para Lakatos la ciencia
no evalúa una teoría aislada, sino un conjunto de ellas que conforman lo que Lakatos llama
Programa de Investigación Científica”, que según él, es una estructura que sirve de guía a
la futura investigación tanto de modo positivo como negativo.
El recurso formal que utiliza Suppes para definir la clase de modelos es el lenguaje
semiformal de la teoría intuitiva de conjuntos, completado con todos los recursos
matemáticos necesarios propios de la teoría que se está axiomatizando. El lema de Suppes
es: el instrumento para axiomatizar las teorías científicas no es la metamatemática sino la
matemática. En esta propuesta se distinguen dos contribuciones, ambas importantes pero
diferentes. Una es la propuesta de caracterizar una teoría definiendo una clase de modelos.
Otra es la precisión de la noción de modelo en términos de secuencias de entidades
conjuntistas de cierto tipo y la estrategia vinculada de determinar los modelos mediante el
lenguaje conjuntista adecuadamente enriquecido. En la perspectiva clásica, el recurso
formal para la axiomatización es exclusivamente la lógica de primer orden, por lo que, si
se observa estrictamente tal constricción, la axiomatización de una teoría física
matematizada contiene como parte la axiomatización de toda la matemática que presupone.
Por ello, los ejemplos de axiomatizaciones que se manejan casi siempre en la Concepción
Heredada son maquetas muy simples y poco interesantes, que no se corresponden con
teorías científicas usadas realmente por los científicos.
a) Las entidades que componen x, esto es, que x es una estructura o secuencia de
conjuntos y relaciones y funciones sobre ellos.
b) (i) Los tipos lógicos de las entidades componentes de x, esto es, si se trata de
dominios de objetos, de relaciones o de funciones; (ii) su constitución relativa, esto
es, los dominios y contradominios de relaciones y funciones; y (iii) sus propiedades
matemáticas más generales, como que ciertos conjuntos son finitos, o infinitos
numerables, o que cierta función es continua, etc.
c) Condiciones restrictivas no puramente constitutivas o lógicas. Esto es, se trata de
axiomas en sentido propio que tienen un efecto constrictivo.
(5) m es una función de P en el conjunto de números reales tal que para todo p ∈ P: m(p)>0
La insuficiencia que Adams atribuye a la propuesta de Suppes tiene que ver con algo
que se ha hecho al presentar el ejemplo y que Suppes mismo hace, y que sin embargo no es
claro que se pueda hacer desde sus presupuestos. Una vez presentado el predicado
conjuntista, se ha indicado cuál era la interpretación pretendida de las entidades
componentes de los modelos, esto es, partículas físicas, sus masas, posiciones espaciales,
fuerzas incidentes, etc. La cuestión es, ¿quién dice eso?, ¿cómo dice eso la teoría?.
experiencia. Un modo de presentar la objeción a Suppes es mostrar que su caracterización,
sin elementos adicionales, no permite distinguir las teorías empíricas de las teorías
matemáticas. Para Suppes eso no es un problema tan grave, pues piensa que en realidad la
diferencia entre unas y otras no es siempre tan clara como se pretende, y que una ventaja
de su enfoque es justamente que hace explícito ese hecho. La diferencia radica en que, las
teorías empíricas (matematizadas), la determinación-medición de algunas de (o todas) sus
magnitudes vincula dicha magnitud con situaciones empíricas cualitativas que
fundamentan la medición.
Una teoría tiene, como en la versión de Adams del programa de Suppes, una parte
formal y otra aplicativa. Pero ambas partes se articulan a su vez, como en Kuhn y Lakatos,
en diversos niveles de especificidad. Esta idea de los diversos niveles de especificidad se
expresa mediante la noción de red teórica, que describe en toda su riqueza la estructura
sincrónica de las teorías, su imagen congelada en un momento dado de su evolución. Las
redes están formadas por diversos elementos estratificados según su especificidad. Cada
uno de estos elementos tiene una parte formal y otra aplicativa. La parte formal global de
la teoría-red queda expresada por el conjunto de las partes formales de los elementos
constituyentes; su parte aplicativa global por el conjunto de las partes aplicativas de sus
constituyentes. A estos elementos constituyentes se les denomina elementos teóricos. La
parte formal de los elementos teóricos se denomina núcleo y su parte aplicativa, dominio
de aplicaciones pretendidas (o intencionales).
1. El núcleo K
El núcleo, al que se denota mediante la letra K, expresa la parte formal de la teoría, las
tradicionales leyes. Como en la familia semántica en general, las leyes no se expresan en
términos lingüísticos sino modelísticos, entendiendo los modelos, siguiendo aquí a Suppes,
como estructuras conjuntistas definidas mediante la introducción de cierto predicado. El
núcleo K contiene entonces una serie de modelos, las estructuras que satisfacen los
axiomas del predicado.
2. Aplicaciones intencionales