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Gonzalo Portocarrero, Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de Sendero


Luminoso

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Daniel Iglesias
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
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Gonzalo Portocarrero, Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de S…o Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012, 258 p. 06.03.14 12:21

Nuevo Mundo Mundos


Nuevos
Nouveaux mondes mondes nouveaux - Novo Mundo Mundos Novos - New world New
worlds

Comptes rendus et essais historiographiques | 2012

DANIEL IGLESIAS

Gonzalo Portocarrero, Profetas


del odio. Raíces culturales y
líderes de Sendero Luminoso,
Lima, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica
del Perú, 2012, 258 p.
[10/12/2012]

Entrées d’index
Mots clés : Sentier Lumineux, violence politique, culture politique, hégémonie
Keywords : Shining Path, political violence, political culture, hegemony
Palabras claves : Sendero Luminoso, violencia política, cultura política, hegemonía

Texte intégral

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Gonzalo Portocarrero, Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de S…o Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012, 258 p. 06.03.14 12:21

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1 Los análisis del surgimiento y desarrollo de Sendero Luminoso (SL) han tenido
siempre que afrontar duras críticas fuera del mundo académico peruano. Estas
opiniones negativas son una de las tantas expresiones de las dificultades que existen en
el Perú para reflexionar sobre los años de violencia y terrorismo que sacudieron este
país entre 1980 y el año 2000. Las polémicas y escándalos desatados por la publicación
del libro Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de Sendero Luminoso del
sociólogo Gonzalo Portocarrero vienen a confirmar estos escollos. La publicación de
dicha obra dio en efecto lugar a manifestaciones públicas de rechazo por parte del
Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (MOVADEF – brazo
político de Sendero Luminoso) en distintos ámbitos sociopolíticos o universitarios.
Estos rechazos se hicieron sentir en sonadas oportunidades en el Centro cultural de la
Pontificia Universidad Católica del Perú1, en la Universidad San Marcos e incluso en la
televisión a través de las polémicas intervenciones del abogado del líder senderista
Abimael Guzmán, Alfredo Crespo2. Estas críticas desataron desde luego un fenómeno
mediático que tuvo consecuencias políticas. Pusieron sobre la mesa el tema de la
memoria de la violencia política en la sociedad peruana y reabrieron el debate en torno
a la inscripción del MOVADEF como partido político en el registro oficial del Jurado
Nacional de Elecciones (JNE).
2 Más allá de las polémicas y de los enfrentamientos verbales, cabe la pena mencionar
que poco o nada fue dicho sobre el contenido del libro. Una rápida lectura de las
primeras páginas de este escrito permite inmediatamente descartar cualquier
pretensión del autor a la polémica y pone a descubierto lo equivocados que están los
críticos de esta obra. Permite igualmente ver las dificultades que tienen las ciencias
sociales peruanas para ganar la batalla mediática y responder eficazmente cuando
ciertos individuos trastornan la realidad presentando una propuesta teórica novedosa
como un libro político escrito por “un lacayo del imperialismo”. La lectura de toda la
obra confirma su dimensión académica. Se trata bien de un texto teórico, austero y
lleno de referencias a múltiples autores (Foucault, Arendt, Ricoeur, Nietzsche, Derrida,
Castoriadis, etc.) sumamente ajenos al conflicto interno que golpeó el Perú durante dos
décadas.
3 El trabajo de Portocarrero propone una relectura de SL a partir de una propuesta
interdisciplinaria que indaga las raíces culturales de este movimiento político. A lo largo
de los quince ensayos que componen esta obra donde se mezclan reflexiones teóricas y
análisis empíricos muy detallados (estudio de páginas web, de imágenes, de obras
literarias, de documentos iconográficos, de elementos religiosos, de cuentos, etc.), el
autor examina la cultura política de SL. Basándose en el aporte de la psicología francesa
y en trabajos de filósofos que propusieron interpretaciones de las lógicas de dominación
producidas por las sociedades, relee de manera significativa la sociedad rural y
tradicional donde surgió SL. Explica en particular el peso que tenía el universo mental

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cristiano sobre los pobladores de la zona de Ayacucho donde la religiosidad era


predominante. Sugiere por ejemplo que la religión alimentó las lógicas de dominación y
el carácter jerárquico de las relaciones entre las personas, así como los imaginarios
populares donde la figura del mesías era muy importante. Este estudio de las raíces
culturales de la dominación en el mundo rural peruano se basa sobre una exploración
de fuentes que revelan las referencias visuales y morales que dictaban los
comportamientos individuales o colectivos. Su interpretación de los cuadros de las
iglesias ayacuchanas como por ejemplo la pintura “Cristo de Viña” del siglo XVI-XVII
del convento de Santa Catalina estudiada en el capítulo llamado “ El relato de la
providencia y la producción del siervo colonial” muestra el vigor de la narrativa del
sacrificio a lo largo de la historia peruana.
4 El libro de Portocarrero no se limita a una interpretación de fuentes a través de la
movilización de autores como Freud o Foucault que permiten comprender el impacto
psicológico de las representaciones del bien y del mal. Explora también los relatos y las
historias que acompañaron la transformación de las imágenes religiosas en un lenguaje
explicativo de la realidad andina. El ensayo “El Jesús Nazareno de Huamanga y los
cristos peruanos” analiza por ejemplo el peso que tenían las tradiciones en la
construcción de los imaginarios ayacuchanos. Este ensayo pone en evidencia la
especificidad de las representaciones del sufrimiento en la zona de Ayacucho,
especialmente en Huamanga donde el Cristo Nazareno, Señor de Huamanga de la
iglesia de esta ciudad es representado a través de una “impronta heroica y compleja”3.
Más allá de este tipo de descripciones, la originalidad del enfoque de Portocarrero
reside en su capacidad de hacer dialogar fuentes, en cierto modo clásicas en los estudios
andinos, con elementos teóricos novedosos para el panorama intelectual peruano. Lo
interesante de esta propuesta es que logra conectar los distintos elementos y secuencias
que conforman cada uno de los ensayos. A pesar de la dificultad del ejercicio, logra
hacer dialogar trabajos teóricos con objetos de estudio muy variados como una
entrevista con la lideresa senderista y esposa de Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre,
dibujos senderistas publicados en un folleto de noventa páginas titulado De la guerra
popular nace el poder, el libro de Guzmán Puño y Letra del 2009 o los relatos visuales
de una niña dentro de una encuesta realizada en el colegio Fe y Alegría de Huamanga.
5 La movilización de herramientas interdisciplinarias (entrevistas a senderistas,
cuadros sociológicos, referencias antropológicas como José María Arguedas, etc.) para
comprender la naturaleza sociopolítica de la violencia senderista constituye el mayor
aporte de este libro al campo de las ciencias sociales. Logra muy bien explicar la
repartición del poder dentro de SL y se acerca a la psicología de su principal líder. En
los ensayos “El pensamiento Gonzalo”, “La conciencia y la vida”, “aprendiz de brujo o
monstruo moral”, “un relato letal : el mito del Presidente Gonzalo” y “Exculpación de
Guzmán y llamado a los héroes del futuro” expone de manera clara y precisa las
motivaciones personales de Guzmán así como su obsesión por el poder. Muestra por
ejemplo que Guzmán se sentía como un “sobre hombre nietzscheano” por encima de
cualquier forma de hegemonía política, moral o incluso temporal. Según el autor,
Guzmán se percibía como un mesías de la lucha revolucionaria mundial, lo que le
permitía adoptar una posición intransigente frente a la sociedad peruana y confortar su
lectura ideológica de la historia nacional. Estaba por ejemplo convencido que él era el
único que poseía la verdad absoluta. De esa manera podía alimentar su poder político
dentro de SL e imponer su visión del progreso social que no era más que una
escatología de origen cristiana que había adaptado a sus ideas y a su obsesión del
tiempo revolucionario : una temporalidad larga que seguía las normas de la ciencia o
marxismo dialéctico.
6 En su ensayo sobre la vida de Guzmán durante sus años como profesor universitario,

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Portocarrero presenta las raíces de esta imposición de poder personalista. Indica por
ejemplo, que el líder senderista ya leía su entorno de manera dialéctica cuando era un
joven profesor en la Universidad de Huamanga. Llegaba incluso a menospreciar a las
personas que no estaban de acuerdo con él a nivel político o ideológico. Era un hábil
orador que se caracterizaba por un radicalismo doctrinario que lograba a transmitir a
sus jóvenes seguidores. Estos elementos serían anecdóticos en la vida de cualquier
profesor universitario revolucionario peruano de los años sesenta o setenta, recuerda
Portocarrero, si no se tratara de la persona que inició el más sangriento conflicto
armado del Perú contemporáneo. Este periodo de formación intelectual le sirvió a
Guzmán para imponerse como el defensor de una visión intransigente de la realidad
peruana. Sus primeros pasos políticos le sirvieron en efecto a construir su propio mito
dentro del panorama comunista nacional de los setenta donde era percibido por lo más
radicales como el actor más coherente. Según Portocarrero, este radicalismo original se
fue transformando a lo largo de los años para luego dar vida a la figura del Presidente
Gonzalo, es decir un “Profeta del Odio” que “no se considera responsable de la inmensa
mayoría de esas muertes, de los excesos que se habrían efectuado en su nombre”4, que
“justifica matar en medio de una guerra justa de los pobres y explotados”5 y que
“también aprueba los aniquilamientos selectivos, especialmente cuando están
precedidos de un juicio popular, pues implicarían solo el asesinato de gente malvada”6.
7 Otro gran aporte de este libro es su interpretación de la mitología senderista en torno
a Guzmán. A partir de una análisis de fuentes novedosas como la totalidad del video
conocido como “Zorba El griego”7 de 1989 en el que aparecen los miembros de la cúpula
de SL en su primer congreso, explora los elementos discursivos y psicológicos que le
daban fuerza a la mitología senderista. El ensayo “El imaginario senderista” por
ejemplo presenta la relación que tenían los militantes a su líder y como éstos
proyectaban gran parte de sus aspiraciones o frustraciones sobre la personalidad de su
líder que encarnaban la totalidad de los valores morales e intelectuales de SL. Esta
deconstrucción de los elementos visuales de la representación de la lucha
revolucionaria y sobre todo, de la visión que tenían los actores del proceso de cual
formaban parte, insiste sobre dos elementos claves : el lugar del “Presidente Gonzalo”
en el proceso revolucionario y las representaciones militantes de las luchas
revolucionarias llevadas a cabo. Examina para ello, diferentes documentos, como los
regalos que los militantes le hacían a su jefe desde los penales (dibujos, cuadros, textos
apologéticos, poemas) o las relaciones entre los miembros de la cúpula que pone en
evidencia el video incautado por la policía en 1989, donde vemos que la totalidad de los
asistentes a esta reunión le dedicaban cantos, arengas y su total devoción a Abimael
Guzmán. El análisis del video en particular demuestra claramente la actitud de Guzmán
frente al fanatismo dentro de su partido y sus expresiones más visibles a través de
cantos o de llamadas hacia su persona para que sea el centro de atención de la reunión
política. En el video se puede en efecto, apreciar el malestar de Guzmán (en notable
estado de ebriedad en el video) frente a las formas de adhesión y de expresiones de una
devoción cuasi religiosa hacia su persona. Esta actitud, sostiene Portocarrero, se explica
por el grado de distanciamiento que tenía Guzmán frente a la violencia política
(distanciamiento que también tenía el numero tres del Comité Central, Oscar Ramírez
Durand, alias “Feliciano”, entrevistado por el autor), lo que de cierta manera no era más
que una “banalización del mal”8 que le permitía justificar la utilización de la violencia
como método de acción revolucionario.
8 A pesar de poseer grandes virtudes, la propuesta de Portocarrero no logra calificar
precisamente el proyecto senderista. Por otra parte, mantiene una lectura de la
violencia senderista como fruto de los distintos conflictos sociales9 que se desarrollaron
en el mundo andino a lo largo de la historia. Estos dos elementos esconden de cierta

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en el mundo andino a lo largo de la historia. Estos dos elementos esconden de cierta


forma la singularidad de los objetivos de SL, como de las formas de violencia empleada.
Sufren de ciertas limitaciones desde el momento en que se plantea la problemática de
los orígenes de SL como una respuesta al contexto institucional peruano de fines de los
setenta y como ruptura total10 del orden establecido. Es ahí donde creemos que reside
uno de los principales problemas que existen en el Perú a nivel explicativo sobre SL
como fenómeno político. La utilización del término “terrorismo” por el autor, los
analistas y la opinión pública, por ejemplo, escamotea la principal motivación que tenía
SL : destruir el Estado y cambiar radicalmente el orden establecido a través de una
imposición radical del poder por la violencia política. La utilización de los términos
“violencia senderista”, “conflicto interno”, “barbarie” o incluso “odio” siguen siendo
muy generales porque se focalizan exclusivamente en las acciones senderistas como si
este movimiento hubiese sido una organización política extremista y violentista
cualquiera. Podemos aquí hacer un paralelo con el trabajo de Annie Collovald11 sobre el
Frente Nacional francés que nos recuerda que la utilización del vocabulario de las
ciencias sociales como por ejemplo el término “populismo” puede llegar a esconder la
naturaleza extremista o la filiación política de un partido. Este tipo de asociaciones
puede incluso influir sobre las lecturas sobre los partidos políticos creando un cerco12
que puede impedir ver las relaciones de poder dentro de las organizaciones políticas o
simplemente su naturaleza sociológica.
9 SL tenía en realidad reivindicaciones, modos operativos y objetivos que
transformaron esta organización en el principal competidor del Estado peruano
durante más de quince años. Con SL no se trataba únicamente de conquistar el poder
por la vía revolucionaria, sino más bien de transformar radicalmente los elementos
constitutivos (sociedad, economía, vida privada, moral, subjetividad, referencia
morales, estructuras de poder, referencias simbólicas, etc.) de un país, un Estado y una
sociedad para instaurar un sistema13 de control total. En lo que concierne por ejemplo
los factores cognitivos que alimentan este tipo de transformaciones hegemónicas14, el
proyecto senderista intentó crear su propio orden moral, político e incluso discursivo.
10 Este proyecto nació a fines de los setenta como fruto de la radicalización de los
maoístas frente a las enormes diferencias de apreciación en la izquierda revolucionaria
sobre el legado del régimen de Juan Velasco Alvarado. Para los maoístas que se
apartaron del Partido Comunista del Perú, la opción de la lucha armada era más que un
simple desacuerdo con los otros grupos revolucionarios o de extrema izquierda. No se
trataba de un mero efecto lateral dentro de los debates teóricos marxistas sobre la
aplicación de un programa revolucionario a la realidad peruana, sino más bien de una
restricción informativa debido a que los maoístas dejaron de usar el mismo lenguaje
que los otros grupos marxistas. Ya desde 1970, los grupos formados por sindicatos
universitarios de la Universidad de Ayacucho habían comenzado a adoptar posiciones
cada vez más radicales con el fin de dotarse de mecanismos simbólicos excluyentes
donde sus adversarios eran expulsados de la sociedad y vistos como los enemigos de
una nuevo proceso irreversible : la guerra popular. Dejando ya de lado una filiación con
Mariátegui que el propio Guzmán expresaba orgullosamente a fines de los sesenta, SL
buscó mejorar y dar luz a fines de los setenta a un movimiento orientado hacía el
modelo insurreccional maoísta clandestino :
11 “La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por
medio de la lucha armada, es decir la solución del problema por medio de la guerra.
Este revolucionario principio marxista-leninista tiene validez universal tanto en China
como en los demás países”.15
12 Estos fragmentos del pasado y de la historicidad de SL aparecen como elementos
periféricos dentro del panorama intelectual que intenta explicar los orígenes
sociopolíticos e incluso culturales de esta organización. Esto se explica por los

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sociopolíticos e incluso culturales de esta organización. Esto se explica por los


problemas que existen en el Perú para abordar estos temas y los problemas memoriales
que existen en una sociedad que vive en un “régimen de historicidad”16 que le impide
afrontar su pasado. Estas dificultades se manifiestan apenas se aborda el contexto
sociopolítico en el cual apareció SL. Las publicaciones17 le restan importancia al peso
que llegaron a tener las instituciones de fines de los setenta como horizonte político y
reglas de juego para los actores. Por ejemplo, es importante mencionar acá, que la
radicalización de SL a fines de los setenta intervino en un periodo marcado por una
severa crisis económica, así como un proceso que marcaba la aparición de un régimen
que reconocía la igualdad de derechos para todos los Peruanos a través de un marco
legal (la Constitución de 1979) sumamente ambicioso.
13 La transición política peruana intervino dentro de un proceso histórico que vio las
estructuras de poder heredadas de un régimen militar de índole populista
transformarse en marcos completamente nuevos. Se puede incluso hablar en este caso
de emergencia de una nueva hegemonía, en la medida en que la Constitución de 1979,
así como la elecciones generales de 1980 abiertas a todos los Peruanos, formalizaron la
aceptación del pluralismo político en el país y reconocieron la delegación de la
soberanía popular a organismos elegidos democráticamente. Si nos apoyamos en el
análisis de la separación de los « dos cuerpos del Rey » de Claude Lefort18, este cambio
institucional marcó el acto fundador de una verdadera democracia, puesto que la
desmaterialización del poder en manos de los militares y su remplazo por una soberanía
compartida por todos los ciudadanos modificó simbólicamente las relaciones sociales.
Permitió en ese sentido, la emergencia de un nuevo estatus individual : el ser
ciudadano. Creemos que la transición creó las condiciones para un mayor pluralismo
político (fuera y dentro del juego político de los partidos políticos tradicionales) e
inauguró un sistema donde las personas experimentaron un sentimiento renovado de
pertenecer o no al nuevo sistema de relaciones de poder. La contraparte de este cambio
fue que ciertos ciudadanos comenzaron a experimentar una indeterminación frente a la
repartición del poder, la ley y las relaciones en vigor entre los Peruanos que formaban
parte del nuevo sistema y los « otros ».
14 La transición política peruana no sólo permitió el retorno a la democracia luego de
más de una década de gobierno militar. Marcó en gran medida la desaparición del
orden jerárquico impuesto por los militares (1968-1980) que barrió con las estructuras
de poder anteriores (el orden oligárquico). Ciertamente, creó las condiciones para una
apertura democrática en el país, pero no pudo transformar las reglas constitucionales
en prácticas institucionales. Como lo pone en relieve Chantal Mouffe acerca de las
transiciones democráticas, fue un proceso incompleto puesto que existe una distinción
entre los marcos procedurales y las prácticas concretas. Si uno retoma los riesgos
potenciales que pueden traer estos procesos, esta diferenciación puede ser resentida por
una parte de la población como una traición y hasta transformarse en una amenaza
para la democracia : « El antagonismo no puede ser reducido a un simple proceso de
inversión dialéctica : ellos no es la forma constitutiva opuesta de un nosotros, sino el
símbolo de algo que hace imposible un nosotros. »19. Si uno retoma por otra parte la
interpretación de Lefort que explica los mecanismos de transición de un marco
democrático a un cuadro totalitario, este tipo de desarticulación del poder puede en
ciertos casos producir una fragmentación social y crear las condiciones para la
aparición de nuevas formas de integración o nuevas unidades políticas. Es incluso capaz
de contribuir a la formación de grupos radicales dotados de una identidad hegemónica,
de un cuerpo social y de su propia interpretación sobre la función integradora y
totalizadora del Estado.
15 Tal como lo ha señalado Ernesto Laclau20, para que opere una verdadera
transformación hegemónica, tiene que existir una lógica populista capaz de fomentar
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transformación hegemónica, tiene que existir una lógica populista capaz de fomentar
una nueva lógica de movilización social. Partiendo de la idea de que el universo
simbólico constituye las identidades, este autor examina la manera a través de la cual el
sujeto se identifica a un orden de significados. Para Laclau, puesto que el lenguaje es un
sistema de signos articulados, son los significados los que le dan sentido a la realidad.
Aplicado al campo democrático, esto se traduce a nivel del estatus social de la
democracia y de su capacidad para imponerse como significado. El sistema político
debe por lo tanto inventar discursos y prácticas hegemónicas suficientemente fuertes
para lograr dicho cierre del horizonte político. Esto corresponde a un universo
simbólico donde el ciudadano percibe la sociedad como un sistema del cual forma parte
como elemento constitutivo del pueblo. Si volvemos al caso peruano, esto nunca tuvo
lugar. Ya que a pesar de mantener institucionalmente el nacionalismo heredado del
velasquismo, la democracia naciente no pudo lograr la tan prometida integración
nacional de todos los ciudadanos, cuál sea su color de piel, origen geográfico o grupo
étnico, etc. A pesar de haber elaborado un texto que buscaba responder a las demandas
sociales por el marco constitucional, la democracia liberal falló en su pretensión
hegemónica de aportar respuestas y mecanismos de inclusión social a aquellos que
vivían al margen del espacio público. Esto acentuó el sentimiento de exclusión social
entre las poblaciones marginadas, lo que más tarde favoreció la violencia política de SL
que fue elaborado como un proyecto anti hegemónico :
16 « En la Sierra, la promesa de la modernización no tuvo inversiones ni ejes viales ni
gigantescas represas ; allí, la modernización, o sus pedazos, se operaron a través de la
Reforma Agraria y la ampliación de la cobertura educativa. Todos estos programas
tuvieron desiguales efectos y desiguales grados de concreción en las regiones, aunque
alteraron, por cierto, la vida de la mayoría de las personas y sus expectativas. La
violencia que se inició en 1980 encontró en los espacios de modernización inacabada,
de expectativas altas pero no logradas, un lugar privilegiado para enraizarse y
desarrollarse. »21
17 Es interesante recalcar, para terminar, la actualidad que tienen ciertos temas
abordados por el libro de Portocarrero, en particular la fascinación que logra ejercer la
figura de Abimael Guzmán sobre algunos jóvenes estudiantes de ciencias sociales de las
universidades públicas peruanas. El crecimiento del MOVADEF en las universidades
peruanas y la incapacidad de la sociedad peruana para dotarse de instrumentos que le
permitan afrontar su pasado reciente atestiguan de la fuerza que sigue teniendo la
politización senderista. Este trabajo de reclutamiento en las universidades nacionales o
en ciertos barrios populares de Lima logra aún proveerle a ciertos jóvenes una nueva
identidad y una nueva autoestima. En un país históricamente dividido, con una clase
política desprestigiada y con partidos políticos ausentes del espacio público, esta
politización logra convencer centenares de jóvenes que ven en el proyecto de cambio
radical de SL la solución frente a los problemas que atraviesa el Perú. Así como la
actividad de propaganda jugó un papel decisivo en la estructuración de SL como
organización pero también como comunidad durante más de quince años, es
interesante ver cómo las luchas pasadas de este movimiento se han transformado en
componentes importantes de una nueva identidad y cultura política en el país. No
podemos olvidar que las visiones anti hegemónicas de SL acompañaron siempre sus
discursos y su acciones en tanto la violencia cumplía una función regeneradora para
una sociedad que debía pagar su “cuota de sangre” antes de ser transformada. El
acaparamiento de estas reivindicaciones por estudiantes universitarios que no vivieron
el conflicto armado que dejó el saldo de más de 69 000 muertos representa sin lugar a
dudas uno de los mayores desafíos para la joven democracia peruana y para una
sociedad que no podrá cerrar los ojos en el caso de que MOVADEF se transforme en un
nuevo grupo armado y anti hegemónico que hará todo para destruir el Estado peruano
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nuevo grupo armado y anti hegemónico que hará todo para destruir el Estado peruano
como lo intentó Sendero Luminoso.

Bibliographie
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Notes
1 http://www.youtube.com/watch ?v =fLbH9oyje5s
2 http://www.youtube.com/watch ?v =6l6JWDIdQqc&feature =related
3 Op.cit., p. 110
4 Op.cit., p. 45
5 Op.cit., p. 45
6 Op.cit., p. 46
7 Congreso PCP-SL (1989) video recuperado de: http://www.youtube.com/watch ?
v =YjSr7VqQXSI&feature =related
8 Hannah Arendt, Les origines du totalitarisme. Eichmann à Jérusalem, Paris, Gallimard,
2002.
9 Carlos Aguirre, Charles Walker (éds), Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y
violencia en el Perú, siglos XVIII-XX, Lima, IAA, 1986. Linda Seligmann, Between reform and
revolution. Political struggles in the peruvian Andes, 1969-1991, Stanford, Stanford University
Press, 1995. Olga González, Unveiling secrets of war in the peruvian Andes, Chicago, Chicago
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10 H. Arendt, op.cit.
11 Annie Collovald, Le populisme du FN: un dangereux contresens, Bellecombes en Bauges,
Editions du Croquant, 2004.

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12 Daniel Iglesias, « El cerco populista en las ciencias sociales latinoamericanistas. El ejemplo


de los partidos populares apristas », in David Dubesset, Lucia Majlatova (dir.), El populismo en
Latinoamérica. Teorías, historia y valores, Pessac, PUB, 2012.
13 H. Arendt, op.cit.
14 Ernesto Laclau, La Razón populista, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2005.
15 Bandera Roja, n°46, 1976.
16 François Hartog, Régimes d’historicités. Présentisme et expériences du temps, Paris, Seuil,
2012.
17 Carlos Iván Degregori, Qué difícil es ser Dios : ideología y violencia política en Sendero
Luminoso, Lima, El Zorro de Abajo Ediciones, 1989 ; Nelson Manrique, El tiempo del miedo :
la violencia política en el Perú, 1980-1996, Lima : Editorial del Congreso del Perú, 2002 ; Lewis
Taylor, Shining Path : guerrilla war in Peru’s northern highlands, 1980-1997, Liverpool,
Liverpool University Press, 2006.
18 Claude Lefort, L’invention démocratique, Paris, Fayard, 1981.
19 Chantal Mouffe, La paradoja democrática, Barcelona, Gedisa, 2006.
20 E. Laclau, op.cit.
21 “El despliegue regional”, in Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación,
http://www.cverdad.org.pe/ifinal/index.php

Pour citer cet article


Référence électronique
Daniel Iglesias, « Gonzalo Portocarrero, Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de
Sendero Luminoso, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012,
258 p. », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Comptes rendus et essais
historiographiques, mis en ligne le 10 décembre 2012, consulté le 06 mars 2014. URL :
http://nuevomundo.revues.org/64380

Auteur
Daniel Iglesias
Articles du même auteur
A propósito de Alberto Vergara, Ciudadanos sin República ¿Cómo sobrevivir en la
jungla política peruana?, Lima, Planeta Editorial, 2013, 297 p. [Texte intégral]
Comprender y criticar la democracia peruana: otra perspectiva
Paru dans Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Comptes rendus et essais historiographiques
Articulaciones relacionales y redes transnacionales: Acercamiento critico para una
nueva historiografía del Aprismo continental [Texte intégral]
A critical rapprochement towards a new historiography of Continental Aprism
Paru dans Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Débats

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