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Puerto Montt, veintiuno de junio de dos mil once.

Vistos:

En antecedentes RUC 1140007355-6, RIT T-9-2011 del Juzgado de Letras del


Trabajo de Puerto Montt, materia tutela de derechos fundamentales, caratulado “
Valenzuela con Farmacología en Aquacultura Veterinaria FAV S.A.”, el abogado doña
Mónica Alvarado Briceño deduce recurso de nulidad en contra de la sentencia de
fecha 26 de Abril de 2011, dictada por la Juez Titular de dicho tribunal doña Marcia
Yurgens Raimann, que rechazó la demanda de tutela de derechos fundamentales
interpuesta por doña Evelyn Marlene Valenzuela Pérez en contra de Farmacología
en Aquacultura Veterinaria FAV S.A. , declarando: I Que no existe la lesión de
derechos fundamentales denunciada. II Que se condena en costas a la demandante
regulándose las personales en la suma equivalente a 3 IMM para efectos
remuneracionales.

Y considerando:

PRIMERO: Que la recurrente funda su recurso en el artículo 477 del Código del
Trabajo, sosteniendo que la sentencia ha sido dictada con infracción de los artículos
184, 211 letras A, B, C, D y E y 485 todos del Código del Trabajo, y conjuntamente,
en la causal del artículo 478 letra c) del Código del ramo, toda vez que se hace
necesaria la alteración de la calificación jurídica de los hechos, manteniendo las
conclusiones fácticas a las que arribó el sentenciador, todo lo cual lo cual ha influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo. En subsidio, la recurrente funda el recurso
de nulidad en la causal prevista en el artículo 478 letra b) del Código del Trabajo,
esto es, que la sentencia ha sido dictada con infracción manifiesta de las normas
sobre apreciación de la prueba conforme a las normas de la sana crítica.

Hace presente que el fallo recurrido incurrió en vicios que ameritan su


anulación, ya que fue dictado con infracción de ley y haciéndose una errada
calificación jurídica de los hechos. En subsidio, señala que la sentencia fue
pronunciada con manifiesta infracción a las normas sobre apreciación de la prueba
conforme a la sana crítica. La recurrente argumenta que los vicios alegados se
consignan en los considerandos octavo a duodécimo; los que reproduce
íntegramente; señalando que respecto de la primera causal para recurrir de nulidad,
eso es, que haberse pronunciado la sentencia con infracción manifiesta de los
artículos 184, 211 letras A, B, C, D y E y 485 todos del Código del Trabajo, con
influencia sustancial en lo dispositivo del fallo, puesto que la sentenciadora
desconoce la existencia de la norma de protección a los trabajadores prescrita en el
artículo 184 del Código del Trabajo, argumentando que el empleador está obligado a
garantizar la protección de la salud y la vida de los trabajadores a su cargo. Esta
obligación, señala, se traduce en un deber de custodia eficaz, el cual se encuentra
incorporado en todo contrato de trabajo. En la especie, argumenta la recurrente, la
protección que debió existir no es ex post, sino que debió ser previa a la ocurrencia
de los hechos de acoso sexual y laboral, tal vez en la contratación de personal
idóneo para desempeñar el cargo de jefatura o gerencia al interior de la empresa,
deber que incumplió o por lo menos no desvirtuó haberse cumplido en forma
fehaciente en los autos.

Respecto a los artículos 211 A, B, C, D y E, del Código del Trabajo, la


recurrente señala que la sentenciadora omite todo análisis. No declara el derecho a
favor de la trabajadora en cuanto a que la empresa, pese a tener conocimiento de
los hechos no desarrolló la investigación a que por ley se encuentra obligada ni
tampoco adoptó alguna medida al conocer de los hechos; ni mucho menos instruyó
e instó a su trabajadora a seguir el procedimiento establecido en el Código del
Trabajo o en el reglamento interno de la empresa; señala que se encuentra
acreditado en los autos que la actora padece de depresión severa por causa del
trabajo, la cual indudablemente afectó su capacidad de decisión para solicitar estas
investigaciones, estimando agotada su solicitud de protección en la denuncia verbal
que realiza frente al gerente de la empresa.

En cuanto al artículo 485 del Código del Trabajo, este habría sido infringido
con la siguiente declaración: “Aun cuando no es materia de tutela laboral, la actora
denuncia acoso laboral…”. El acoso laboral o mobbing según la Dirección del
Trabajo es una conducta abusiva consciente y premeditada, realizada en forma
sistemática y repetitiva, que atenta contra la dignidad o la integridad psicológica o
física de un trabajador o trabajadora. El acoso moral o laboral, señala la recurrente,
constituye una vulneración al derecho a la integridad física y psíquica de la persona
por ende es materia de tutela laboral. Esta vulneración de derechos además
transgrede el deber de protección del trabajador consignado en el artículo 184 antes
transcrito.

La recurrente hace presente que las infracciones denunciadas son de tal


magnitud, que en la sentencia no se ha considerado el derecho que se aplica a todo
contrato de trabajo, el hecho que el estándar de responsabilidad se encuentra
elevado al de custodia eficaz y por ende es carga del empleador acreditar ante el
juez de la instancia que desarrolló conductas que van más allá del simple deber de
protección, sino en lo que se traduce como suma diligencia o cuidado. Esta conducta
de suma diligencia, según la recurrente, no ha sido acreditada en estos autos, por lo
que las declaraciones efectuadas en la sentencia sin tener presente el parámetro
legal que en la especie es aplicable, ha influido en lo dispositivo del fallo, toda vez
que debió acogerse la denuncia.

En subsidio de lo anterior, la recurrente fundamenta el recurso en la causal


del artículo 478 letra b) del Código de Trabajo, esto es, el haber sido pronunciada la
sentencia con infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba
conforme a las normas de la sana crítica, argumentando que el fallo se aparta del
elemento lógico, específicamente de la regla de la razón suficiente, toda vez que la
sentenciadora falla dando por establecido los hechos del acoso laboral y sexual, y a
uno lo desecha por no ser materia de tutela laboral, y al otro lo desecha por no haber
seguido la denunciante con el procedimiento de denuncia, sin desarrollar el
respectivo raciocinio de por qué llega a esa conclusión. Además, de acuerdo a la
recurrente, el fallo recurrido vulnera las máximas de la experiencia, al considerar que
los hechos invocados no revisten la gravedad necesaria para dar por acreditadas las
vulneraciones de los derechos fundamentales de su representada; y se omitió el
análisis de la prueba, dándosele mayor valor al testimonio de algunos testigos en
desmedro del de otros. En consecuencia, no ha operado la sana razón o la recta
razón puesta en juicio sino que ha operado el sistema de libre convicción o de fallo
en conciencia por parte del juez de la instancia.

Todo lo anterior ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

SEGUNDO: Que concluyendo su presentación el recurrente solicita que se anule la


sentencia dictando sentencia de reemplazo con arreglo a derecho por haber sido
dictada la sentencia definitiva con infracción de ley de las norma que en el cuerpo
del escrito se invocan y errónea calificación jurídica de los hechos y, en subsidio de
manifiesta vulneración de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las
normas de la sana crítica, en la que se declare que se acoge la denuncia de autos,
declarando que existe lesión de derechos fundamentales específicamente el
derecho a la integridad física y psíquica, con expresa condenación en costas

TERCERO: Que el recurso de nulidad constituye un medio de impugnación de


carácter extraordinario y de derecho estricto, lo que obliga al recurrente a ajustarse a
la normativa que lo regula e importa que en el escrito de interposición deben
respetarse estrictamente las formalidades que la ley contempla, y especialmente
señalarse con claridad, precisión e inequívocamente las peticiones concretas que se
someten a consideración del tribunal.

CUARTO: Que revisada la parte petitoria del recurso y en lo que respecta a la


primera causal invocada, la recurrente solicita que “se anule la sentencia dictando
sentencia de reemplazo con arreglo a derecho”; petición que a la luz del artículo 380
del Código del Trabajo, resulta para estos sentenciadores insuficiente y obsta a la
certeza y precisión que su naturaleza de derecho estricto hace necesaria, puesto
que la sola petición de anular la sentencia y dictar la de reemplazo con arreglo a
derecho, en sí no contiene petición concreta que deban resolver en el evento de
considerarse que concurren las exigencias que permitirían acoger el recurso de
nulidad propuesto, y aún más, no satisface siquiera el objetivo esgrimido por la
recurrente ni las peticiones que se formulan en su demanda, como son las que se
declare la vulneración de derechos fundamentales con motivo de la relación laboral,
se ordene el cese de los actos vulneratorios y se ordene le pago de las
indemnizaciones legales. Asimismo, la petitoria en comento, no permitiría cumplir
con las exigencias contempladas en el artículo 495 del Código del Trabajo.

De esta manera, el recurso de nulidad respecto de la causal señalada, carece de la


petición concreta establecida en la ley, formalidad que obligatoriamente produce el
rechazo de éste.

QUINTO: Que, en relación con la causal subsidiaria, esto es la del artículo 478 letra
b) del Código del Trabajo, se ratifica que esta Corte no está habilitada jurídicamente
para volver a apreciar la prueba rendida, puesto que el recurso de nulidad que
mantiene características de derecho estricto, no es el vehículo procesal destinada
para ello, salvo infracción a las reglas de la sana crítica.

SEXTO: Sentado lo anterior, corresponde analizar las razones que motivan el


recurso; al respecto la recurrente señala que el fallo se aparta del elemento lógico,
específicamente de la regla de la razón suficiente, toda vez que la sentenciadora
falla dando por establecido los hechos del acoso laboral y sexual, y a uno lo desecha
por no ser materia de tutela laboral, y al otro lo desecha por no haber seguido la
denunciante con el procedimiento de denuncia, sin desarrollar el respectivo
raciocinio de porque llega a esa conclusión.

SEPTIMO: En lo relativo al acoso laboral, en cuanto a que, según la recurrente, el


tribunal del fondo lo da por acreditado y que solo lo desecha por no ser materia de
tutela laboral, tal aseveración no resulta efectiva puesto que basta con revisar el
considerando duodécimo del fallo recurrido para entender que la sentenciadora,
pronunciándose sobre el fondo del asunto y haciendo un análisis y ponderación de la
prueba, concluye que no se tienen por acreditadas tales conductas de acoso laboral.

OCTAVO: En lo relativo al acoso sexual, el recurso señala que éste es desechado


por el sentenciador de fondo por no haber seguido por parte de la actora con el
procedimiento de denuncia, sin desarrollar el respectivo raciocinio de por qué llega a
esa conclusión. Tal aseveración, tampoco resulta efectiva, puesto que el fallo aparte
de señalar que la actora no hizo denuncia por los hechos en tiempo y forma y que
comunicó verbalmente al nuevo gerente tres meses después; y que a ese tiempo
Carlos González ya no era trabajador de la empresa; por lo que no resulta posible
exigir al empleador tomar medidas preventivas o correctivas respecto de una
persona con quien no le une vínculo contractual; circunstancias que se encuentran
establecidas en los autos y cuya consecuencia jurídica es la que le da la
sentenciadora del grado, también, la sentencia en sus motivos noveno y décimo, da
por establecido que de los antecedentes aportados no surgen indicios suficientes
para estimar que estamos en presencia de una vulneración de garantías
constitucionales, cuestión que en conformidad con lo establecido en el artículo 493
del Código del Trabajo es de carga de la denunciante, argumentado y razonando en
dicho sentido y fallando en consecuencia. De esta manera, la sentenciadora,
ponderando las pruebas aportadas por las partes en el juicio, y que dan cuenta los
motivos décimo a duodécimo, dio íntegro cumplimiento a la norma del artículo 456
del Código del Trabajo, en cuanto le ordena expresar las razones jurídicas y las
simplemente lógicas, científicas, técnicas o de experiencia, en cuya virtud les asignó
o restó valor, dejando en claro que el examen de aquellas pruebas le condujo
lógicamente a la conclusión que le otorgó convicción, aspecto éste que no resulta
posible cuestionar por medio de la vía del recurso de nulidad.

NOVENO: Además, la recurrente, reclama que el fallo recurrido vulnera las máximas
de la experiencia, al considerar que los hechos invocados no revisten la gravedad
necesaria para dar por acreditadas las vulneraciones de los derechos fundamentales
de su representada; y se ha omitido el análisis de la prueba, se le ha dado mayor
valor al testimonio de algunos testigos en desmedro del de otros. En consecuencia,
no ha operado la sana razón o la recta razón puesta en juicio sino que ha operado el
sistema de libre convicción o de fallo en conciencia por parte del juez de la instancia.

DECIMO: Que, en este capítulo, la recurrente pretende revisar el análisis de la


prueba rendida en autos, cuestión como dijimos precedentemente, le está vedada a
esta Corte, puesto que el ejercicio de ponderación de la prueba no resulta ser
controlable por esta vía, a menos que se haya infringido en forma manifiesta las
reglas de la lógica y máximas de experiencia, situación que, en la especie, no se
divisa: En efecto, como dijimos precedentemente, de la lectura de los motivos
noveno, décimo, décimo primero y duodécimo del fallo, es posible extraer que la
sentenciadora recogió y ponderó los elementos probatorios que consideró idóneos
para la decisión, como ocurre con la prueba aportada por ambas partes, viéndose
satisfecha de este modo la exigencia legal que el recurrente considera omitida.
DECIMOPRIMERO: Que de lo relacionado precedentemente se entiende que no
existe la pretendida infracción a las normas de apreciación de la prueba conforme a
las reglas de la sana crítica, razón que impulsa a estos sentenciadores a desestimar
el recurso por la causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, invocada en
forma subsidiaria por la abogado de la parte demandante.

Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en los artículos 477, 478


b), 481 y 482 todos del Código del Trabajo, se declara que se rechaza el recurso de
nulidad deducido por la abogado doña Mónica Alvarado Briceño en contra de la
sentencia de fecha 26 de Abril de 2011, dictada por la Juez del Juzgado de Letras
del Trabajo de Puerto Montt doña Marcia Yurgens Raimann, sentencia que en
consecuencia no es nula.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del abogado integrante don Mauricio Cárdenas García.

Pronunciada por el Presidente don Hernán Crisosto Greisse, Ministro don


Leopoldo Vera Muñoz y abogado integrante don Mauricio Cárdenas García.

Rol 94-2011 TRAB.

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