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Tribunal de Juicio Oral en lo Penal


Primera Sala

C/ LUIS HERNAN CERNA MELIVILU


HOMICIDIO
ROL UNICO 0100007813-8
ROL INTERNO 017/2001

Temuco, veintiuno de diciembre de dos mil uno.-


VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO:
1°) Que, con fecha 18 de diciembre de 2001, ante esta
Primera Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco, integrada por
los jueces don Juan Ángel Muñoz López, Presidente de Sala, don Óscar Luis
Viñuela Aller y don Félix Vega Etcheverry, se llevó a efecto la audiencia de
juicio oral relativa al Rol Interno N° 17/2001, seguida en contra de LUIS
HERNAN CERNA MELIVILU, natural de Neuquén, República Argentina, 28
años, soltero, jornalero, domiciliado en sector El Escorial de la comuna de
Melipeuco y en Monte Hermoso N° 2149 de Neuquen, República Argentina,
antes condenado por delito en dicho país, Documento Nacional de Identidad
Argentino N° 28.621.363.
El Ministerio Público, parte acusadora, estuvo representado
por el Fiscal adjunto Alejandro Ivelic Mancilla y la abogado asistente Carolina
Suazo Schwencke, domiciliados en calle Aldunate N° 70 de esta ciudad y la
defensa del acusado estuvo a cargo del abogado Fernando Cartes Sepúlveda,
asistido por el abogado Manuel Contreras Lagos, domiciliados en Bulnes 699
oficina 308 de Temuco.
2°) Que, los hechos materia de la acusación, según auto de
apertura de juicio oral de 26 de noviembre último, ocurrieron el 17 de febrero de
2001, alrededor de las 01:00 horas, en circunstancias que el acusado Luis
Hernán Cerna Melivilu, caminaba junto a René Alejandro Ortiz Painevil por calle
Artemio Gutiérrez del pueblo de Melipeuco y sin mediar provocación alguna, el
primero de los nombrados tomó una piedra de aproximadamente 3 kilos de
peso y comenzó a golpear al segundo en la cabeza, cayendo al suelo y
continuando luego golpeándolo con la misma piedra y con los pies, dejándolo
agonizante en el suelo, buscando un elemento de mayor volumen, encontrando
un trozo de concreto de 38 kilos de peso con el cual volvió a golpearlo en el
cráneo y luego al percatarse de que era observado, cruzó a la vereda del frente
se deshizo del trozo de concreto y se retiró del lugar.
Los hechos descritos en concepto de la Fiscalía
constituyen el delito de homicidio calificado, previsto y sancionado en el artículo

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391 N ° 1 del Código Penal, ya que ha sido cometido con alevosía y


ensañamiento, circunstancias calificantes que hace consistir en que el acusado
obró sobre seguro, pues procuró dejar en el suelo a Ortiz Painevil agonizando,
en la imposibilidad de oponer resistencia y solicitar auxilio, aprovechando esta
circunstancia para caminar 80 metros, tomar un trozo de escombro y volver
tranquilamente al lugar para seguir golpeando a su víctima con un elemento de
mayor volumen, asegurando así la efectividad de la comisión del delito sin
riesgo para su persona y en el segundo caso, en la misma conducta, de
golpear a su víctima con un elemento de mayor peso y envergadura,
ocasionándole ocho heridas cráneo encefálicas, todas necesariamente
mortales y vitales, causándole un sufrimiento inhumano e innecesario para
obtener el resultado de muerte.
3°) Que, la defensa efectuada por el letrado Fernando
Cartes, tanto en sus alegatos de apertura como de clausura, señaló que no
discutía la participación de su defendido en los hechos de autos, afirmando en
primer término la ausencia de animus necandi de parte de éste y que la muerte
del occiso era el producto de un hecho ajeno, la ingesta alcohólica previa,
además negó la calificación del homicidio, por estimar que no concurrían en
autos las agravantes de alevosía y ensañamiento invocadas por la Fiscalía,
pues los hechos ocurrieron de un modo distinto al indicado en la acusación, ya
que habría participado una tercera persona, impetrando además para su
defendido la atenuante de irreprochable conducta anterior, por estimar que la
sentencia condenatoria argentina, invocada por el Ministerio Público no se
encuentra ejecutoriada y le favorece en consecuencia a ese respecto, el
principio de inocencia.
4°) Que, las partes acordaron las siguientes convenciones
probatorias, al tenor del artículo 275 del Código Procesal Penal:
1. El hecho de que el acusado Luis Cerna Melivilu, al ser detenido el día 17
de febrero de 2001, presentaba una lesión de carácter leve en la cara ántero
externa del brazo izquierdo, atribuible a una mordedura humana.
2. El hecho de que la lesión que presentaba el acusado Luis Cerna Melivilu
en su brazo izquierdo, el día 17 de febrero de 2001, le fue provocada por una
mordedura de René Alejandro Ortiz Painevil.
5°) Que, el Ministerio Público, con la finalidad de acreditar
sus cargos hizo uso de evidencia material, prueba testimonial, pericial y
documental, deponiendo los testigos:

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a) César Hernán Sandoval Luengo, quien manifestó que el 16 de


febrero pasado se juntó con René Ortiz Painevil, lo pasó a buscar a su casa a
eso de las 19.10 horas, se fueron a la plaza de Melipeuco, estaban allí cuando
fueron llamados por Marcelo (Marcelo Durán Coñoepán) y Lucho o el Argentino
(el acusado), se pusieron a tomar cerveza, luego de beber unas tres de un litro
cada una fueron a comprar más y continuaron bebiendo hasta tomar unas
nueve o doce unidades, él se retiró como a las 22:20 horas a su casa, pues
debía ir a trabajar, antes había llegado el ”Fabi” (Néstor Fabián Sáez Alvarez),
quedándose el resto del grupo en la plaza, informa que el acusado andaba con
el pelo largo, tenía barbilla, usaba polera y pantalones cortos, no vio ninguna
discusión mientras estuvo en la plaza, desconoce si el occiso tenía alguna
preparación especial en artes marciales, antes había hecho el servicio militar;
b) Néstor Fabián Sáez Alvarez, quien expuso que el 16 de febrero
de 2001 se juntó con René Ortiz en la plaza, éste tomaba una cerveza y lo
invitó a quedarse con él, bebieron varias, allí estaban Marcelo, César y el
argentino o Luis, el que andaba con polera y pantalón corto, tenía barbita y
usaba el pelo largo, no vio discusión mientras estaban en la plaza, tomaban
cervezas y conversaban, él se fue como a las 23:30 a 0:45 horas, en ese lugar
se quedaron René Ortiz (el occiso) y Luis (acusado), Marcelo Durán fue
detenido poco antes de que él se fuera, se enteró de la muerte de René
cuando más tarde conversaba con unas amigas, ya que llegaron dos
Carabineros a hacerle preguntas sobre esto, les dijo que la persona que ellos
buscaban vivía en El Escorial, agrega que César ya se había ido cuando
detuvieron a Marcelo;
c) Marta Sofía Painevil Ortiz, madre del occiso, quien refirió que el
17 de febrero último salió en compañía de su hija a buscar a su hijo llegando
hasta la calle Galvarino, allí vio a un sujeto agachado pegándole a algo en la
tierra, tomaba algo en sus manos y lo dejaba caer, sólo le vio la espalda,
después cruzó la calle para ver que hacía, lo hizo despacio, se paró bajo un
árbol, solo vio al sujeto, ya que estaba oscuro, miró un poco y volvió a donde
estaban antes, luego vio caminar al individuo hacia abajo, traía algo en el
hombro desde la esquina de Prat, ella creyó que era un tronco para hacer
fuego, porque hacía frío, éste volvió a donde estaba y dejó caer el objeto al
suelo, dos veces dejó caer el elemento, el sujeto vestía polera y pantalones
cortos, cuando regresaron el hombre venía hacia el centro, al verlas a ellas
cruzó la calle, le dijo a su hija que iban a ir hacia la plaza, pero primero verían
que es lo que éste hacía, al llegar al lugar vio a su hijo botado boca abajo, tenía

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la cabeza enterrada en el pasto, lo levantó lo acunó contra sí, le limpió la cara y


mandó a su hija a buscar una ambulancia, después lo llevaron hasta la posta,
botaba sangre por boca y nariz y a la media hora vino Carabineros, les contó lo
que había visto, al exhibírsele la fotografía N° 29 reconoce al imputado;
d) Alejandro Alberto Ceaz Aránguiz, el cual relató que ese día se
había ido a acostar, estuvo unos 10 minutos, sintió ruidos, se asomó por la
ventana del dormitorio y vio que un sujeto cargaba un bulto, caminaba unos
pasos lo dejaba y luego lo tomaba y caminaba otro poco, lo dejó al frente de su
ventana, fue hasta donde estaban unos árboles y comenzó a lanzar patadas a
otro bulto, volvió a buscar el primer elemento, lo transportó hasta donde había
estado y lo dejó caer unas cuatro o cinco veces, luego pasó hacia el frente,
este sujeto era flaco, de pelo largo, medio ondulado, después llegó la
ambulancia, ahí recién se enteró que el bulto en el suelo era una persona, se
puso a dormir, en la mañana tuvo la curiosidad de saber que era el objeto, le
indicó la piedra a Investigaciones cuando llegaron al lugar, exhibida la
evidencia N° 25, consistente en el trozo de concreto la reconoce, no recuerda a
que hora ocurrieron estos hechos, pero fue pasada la medianoche, él observó
desde la vereda del frente, a unos 15 metros, el sitio no estaba iluminado, pero
había un poste que encendía y apagaba por tiempos, no observó que este
sujeto haya llevado el bulto al hombro;
e) Constantino Edmundo Romero Cárcamo, teniente de
Carabineros, quien refiere el procedimiento empleado en la oportunidad en que
se cometió el delito, se hizo un empadronamiento, se obtuvo la identidad del
agresor y se aisló el sitio del suceso, se lograron antecedentes de aquél, era un
sujeto alto, delgado, de pelo largo que vivía en el sector El Escorial, cuando se
dirigían en el vehículo policial hacia el sector, al llegar al lugar Las Barreras
divisaron un individuo de características similares, el cual emprendió la huida,
usaba pantalones cortos, tenía el torso desnudo y estaba sucio, al acercarse y
detenerlo, luego de encerrarlo con el vehículo, se percató que eran manchas
de sangre, lo detuvieron y lo trasladaron hasta el retén de Melipeuco, allí
estaba la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, al serle
exhibida la evidencia N° 9 reconoce el short que usaba el detenido y también al
acusado como la persona que detuvo en esa oportunidad, precisa que el
acusado fue detenido entre las 04:45 y las 05:15 horas, al llegar con el
detenido al retén había otro detenido al parecer de apellido Durán;
f) Francisco Ariel Candia Yánez, funcionario de Carabineros,
señalando que en la madrugada del 17 de febrero de 2001 concurrió al

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procedimiento de homicidio, hizo empadronamiento de personas, luego fue a la


posta, el colega que estaba allí le dio las características físicas del sujeto
buscado, en la plaza se encontraron con unos menores, uno de los cuales le
dijo que había visto el tipo, era el Argentino y vivía en el sector El Escorial, se
contactó con el teniente, cuando iba en el vehículo policial en el sector Las
Barreras vio un sujeto de iguales características, el cual se dio a la fuga, lo
encerraron con el móvil y lo tomaron detenido, andaba con un pantalón corto,
zapatillas y tenía sangre en el cuerpo, la detención ocurrió aproximadamente a
las 4:45 AM., lo llevaron hasta el retén, ignora si allí había otro detenido, porque
él estaba de franco;
g) Justo Ricardo Cortés Rojas, funcionario de Carabineros,
corroborando las versiones de los dos policías que depusieron antes en cuanto
a la forma en que se produjo la detención del acusado, el modo en que vestía y
como se presentaba, manchado de sangre, agrega que éste tenía hálito
alcohólico, pero no estaba ebrio;
h) Marcelo Antonio Durán Coñepán, quien expresó que el 16 de
febrero pasado salió en la tarde de su casa en el campo al pueblo,
acompañado de Luis Cerna Melivilu para llamar por teléfono a Argentina, luego
fueron a la plaza de Melipeuco a tomar cervezas, allí se les unieron Fabián y
otras personas, estuvieron todos bebiendo, en una de las idas y venidas llegó
Carabineros y lo tomó preso por andar borracho en la vía pública, lo metieron
en un calabozo, habían otras dos personas por el mismo problema, estaba allí
cuando vio ingresar a Luis Cerna Melivilu, le preguntó porque andaba sin
polera, éste se rió y hablaron de otras cosas, después lo sacaron y volvió con
ropa limpia, le volvió a hablar y le dijo que “estaba hasta las masas” y que
había matado a René, es amigo del acusado, lo conocía desde hace unos
cuatro años, éste era el que pagaba las cervezas, lo detuvieron entre las 22:30
y las 23:00 horas y lo dejaron en libertad a las 7 de la mañana, no se dio
cuenta de ningún incidente entre Cerna y Ortiz;
i) Celso Emilio Gutiérrez Hellmich, Subcomisario de la Policía de
Investigaciones, quien manifestó que el 17 de febrero último concurrió a
Melipeuco junto con los funcionarios Ricardo Villegas y Rodrigo Henríquez, en
la posta constaron el fallecimiento de un joven, el cadáver estaba de espalda
en una camilla y presentaba lesiones contuso cortantes en la cabeza y el
rostro, cuando estaba allí escuchó que Carabineros ya tenía al imputado, lo
que aprovechó para hacer un levantamiento de evidencia de manchas
sanguíneas que presentaba el detenido, el individuo era alto, de pelo largo,

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usaba bermudas, tenía el torso desnudo y esta cubierto de manchas pardo


rojizas, presumiblemente sangre, se le trajo ropa limpia, aprovechó ello para
ordenar el levantamiento de la evidencia, las bermudas, calcetas, zapatillas,
todas las prendas con impregnación abundante de sangre, luego fueron al sitio
del suceso en calle Artemio Gutiérrez frente al N° 553 de Melipeuco, que
estaba aislado y cautelado por Carabineros, exhibidas por el Ministerio Público
reconoce la polera, el cinturón y demás vestimenta incautada al detenido, se le
exhiben las fotografías del lugar y agrega que había allí una mancha de sangre
aún húmeda, sangre por proyección en la vegetación, se encontró una piedra
que tenía unos cabellos adheridos y al frente del lugar un trozo de concreto,
todo manchado con sangre, al serle exhibida las fotografías presentadas por la
Fiscalía, señala el lugar en que ocurrieron los hechos, el lugar en que se
encontró el trozo de concreto y el lugar desde el cual presuntamente fue
transportado, consistente en un montón de escombros existentes en la misma
calle, pasada la intercepción de calle Arturo Prat, añadiendo que no divisó otro
lugar en el cual existieran escombros apilados;
j) Rodrigo Andrés Henríquez Moraga, funcionario de la Policía de
Investigaciones, quien corroboró lo expuesto por su superior, respecto al viaje a
Melipeuco, el examen del cadáver del occiso, el levantamiento de la evidencia
y la detención del imputado, a quien describe, como alto, de pelo largo y con
barba en la pera, vestía sólo un bermudas claro, zapatillas y calcetines,
presentaba manchas café rojizas, presumiblemente sangre en brazos, manos,
piernas y nariz, de todas las cuales se levantó evidencia, fue al sitio del suceso,
hizo empadronamiento, se recogieron otras especies, una polera, una piedra, el
lugar era una platabanda existente frente al N° 553 de la arteria mencionada,
habló con Alejandro Ceaz que vive en la misma calle, reafirma lo que éste
expuso al tribunal en cuanto a como apreció que ocurrieron los hechos, Ceaz le
indicó el trozo de concreto que estaba frente al sitio y tenía manchas de
sangre, el que también se recogió, entrevistó además a la madre del occiso,
refiriendo lo que ésta le contó y que coincide con lo expuesto previamente al
tribunal por aquella, entrevistó a César Sandoval, Marcelo Durán, Fabián
Alvarez, corroborando sus respectivas versiones de los hechos, agrega que
Durán fue detenido por Carabineros por golpear unas planchas de zinc;
k) Ricardo Carlos Villegas Pavez, funcionario de Investigaciones,
quien ratificó lo expuesto por los dos detectives anteriores, agrega que en las
manos del cadáver que estaba en la posta habían fibras orgánicas, a él le
correspondió personalmente levantar la evidencia, reconociendo toda la que se

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le exhibe, tales, como la ropa que vestía el occiso, la que se encontró en el


lugar de los hechos, la ropa del imputado, las gasas con sangre, los elementos
contundentes utilizados en la comisión del delito, pelos, como también su letra
en los respectivos rótulos de los envoltorios de las evidencias, el sitio del
suceso ubicado en la platabanda Norte de la calle Artemio Gutiérrez era un
terreno blando y húmedo, allí se levantaron evidencias de un charco de sangre
aún húmedo, una polera, una piedra con manchas café rojizas y al parecer
pelos adheridos, agrega que toda las muestras sanguíneas se recogieron para
ser comparadas con la sangre del occiso.
6°) Que, además la fiscalía presentó los siguientes peritos:
a) Eduardo Ariel Herrera Soto, planimetrista de la Policía de
Investigaciones, quien expuso que le correspondió la fijación del sitio del
suceso, determinando tres puntos principales, el lugar de los hechos, el sitio en
el que se encontró el trozo de concreto y el lugar desde el cual fue
presumiblemente transportado, en el que existe un montón de escombros,
levantando un plano de todo ello, indicado como Informe Pericial N° 044-2001,
que corresponde a la calle Artemio Gutiérrez de Melipeuco, ubicando el primero
a 39 metros de la intersección de Galvarino en la platabanda Norte, el segundo
a 31 metros del mencionado cruce, en la vereda Sur y el último a 96 metros de
distancia hacia el Poniente, en la vereda Sur de la misma arteria, transpuesta la
intersección de Arturo Prat, unos 16 metros, añade que en el primer lugar se
encontró una polera, un cinturón, una piedra manchados con sangre y existía
un charco de esta, la calle Artemio Gutiérrez es ripiada y no tiene más
accidentes que los desniveles normales de una vía de ripio, en ambas veredas
existen casas habitaciones;
b) Alberto Miguel Kris Farías, bioquímico, refiriendo que examinó las
muestras de un charco de sangre, un bermudas azul, dos poleras, un cinturón,
calcetas, gasas y un slip blanco, todas las cuales correspondían a sangre
humana, pudiendo asegurar de acuerdo con la pericia realizada con más de un
99% de certeza y con los valores que refiere en el Informe Pericial Químico N°
372, son sangre humana del mismo individuo de sexo masculino, el occiso,
reconociendo el informe pericial emitido por él, correspondiendo las respectivas
muestra a las tomadas desde las ropas y el cuerpo del acusado.
c) Nubia Agustina Riquelme Zornow, medico legista que practicó la
autopsia del occiso, señalando la existencia de ocho lesiones provocadas con
un objeto contundente en la cabeza de la víctima, las que describe al serle
exhibidas las fotografías del cadáver, todas las lesiones son coetáneas, las que

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pueden haber sido provocadas por la piedra que se le exhibe, la más grave de
estas lesiones es la última, ocasionada en la región témporo parietal derecha,
que produjo fractura de cráneo y contusión cerebral grave y es la única que
pudo ser provocada por el trozo de concreto que se le muestra, siempre que
hubiere sido soltado desde una distancia menor de 60 centímetros y sin
impulso, además de estar la cabeza en una superficie blanda, sólo esta lesión
es necesariamente mortal, no existe más de un golpe propinado con dicho
elemento, el cadáver no presenta lesiones defensivas, las de los nudillos por su
extensión y ubicación parecen producidas por golpes recibidos, la resistencia
del cráneo es mayor en un sujeto joven, como el occiso, todas las heridas le
fueron inferidas en vida, lo que se desprende de la infiltración sanguínea
provocada por estas, reconoce el Protocolo de Autopsia N° 66 –2001, emitido
por ella , que indica como causa de muerte un traumatismo encéfalo craneano
abierto con contusión cerebral grave, en una muerte de tipo homicida;
d) Viera Nadiezda Barrientos Orloff, médico legista que practicó el
examen de las lesiones del imputado, diciendo que le correspondió examinar
una herida por mordedura que presentaba en la cara ántero externa del brazo
izquierdo, era de carácter leve, por mordedura de origen humano, además
recuerda que presentaba escoriaciones lineales atribuibles a roce con espinas
vegetales, la mordedura es de corto tiempo, las escoriaciones lineales pueden
ser de una persona que se revuelca por el piso.
7°) Que, el Ministerio Público aportó además la siguiente
evidencia material: 1. Una polera marca Tricampani, con manchas café rojiza,
rota adelante y atrás; 2. un cinturón de cuero café sin hebilla con manchas
pardo rojizas; 3. un trozo de gasa con manchas del mismo tipo; 4. una piedra
de forma alargada con manchas similares; 5. una tórula de algodón con sangre;
6. set de pelos encontrados en la mano derecha del occiso; 7. set de pelos
encontrados en la mano izquierda del occiso; 8. escasa cantidad de fibras
encontradas en la mano izquierda del occiso; 9. un pantalón bermudas azul,
talla 44, con manchas pardo rojizas vestido por el occiso; 10. un calzoncillo
blanco con manchas pardo rojizas vestido por el occiso; 11. una polera negra
desgarrada con manchas similares vestida por el occiso; 12.; y 13. zapatillas
que vestía el occiso; 14. ;15. ;16. ;17.; y 18. trozos de gasa con sangre
tomados al imputado; 19. un pantalón corto, talla 48 con manchas pardo rojizas
vestido por el imputado; 20. ; 21. ; 22:, un calzoncillo, una polera y una
camiseta deportiva vestidas por el imputado, todas con manchas pardo rojizas;
23. un sobre blanco con manchas de sangre del occiso; 24. un sobre blanco

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con un tubo de plástico conteniendo un líquido rojo; 25. un trozo de concreto


con manchas café rojizas, de 50 centímetros de largo, por 27 de alto y 18 de
fondo.
8°) Que, la parte acusadora adjuntó además la
siguiente prueba documental incriminadora: Un set de 38 fotografías tomadas
en el sitio del suceso; Certificado de defunción del occiso René Alejandro Ortiz
Painevil; además de los respectivos informes periciales emitidos por el
planimetrista, el protocolo de autopsia del éste y su ampliación, el informe de
lesiones del imputado y el informe pericial químico a los que antes se ha
aludido.
9°) Que, la defensa del acusado no rindió prueba
alguna tendente a acreditar sus descargos.
10°) Que, las declaraciones de testigos y peritos
presentados por el Ministerio Público, provienen de personas que presenciaron
los hechos a que se refieren, que impresionaron a los jueces como capaces de
percibirlos y apreciarlos por sus sentidos, demostrando los peritos dominio de
su respectiva ciencia o arte; por lo que, en general, aparecen como veraces y
creíbles, razón por la cual este tribunal acogerá la prueba rendida por la parte
acusadora en la forma en que se expresará, como quiera que no fue
controvertida por prueba alguna durante la audiencia por la defensa, prueba
que se encuentra acorde con la documental y la evidencia material presentada
por la Fiscalía.
Por lo que, apreciando la prueba rendida con
libertad, según lo permite el artículo 297 del Código Procesal Penal, pero sin
contradecir los principios de la lógica, las máximas de experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados y en virtud de los hechos no
discutidos de que dan cuenta las convenciones probatorias acordadas por las
partes, se tiene por acreditado, más allá de toda duda razonable, que en el
atardecer y la noche del 16 de febrero de 2001 un grupo de personas se instaló
en la plaza de Melipeuco a beber cerveza en forma desmedida y abundante,
retirándose sucesivamente por diversos motivos los integrantes de dicho grupo,
permaneciendo finalmente el acusado Luis Hernán Cerna Melivilu y el occiso
René Alejandro Ortiz Painevil, los que se retiraron conjuntamente en hora no
precisada, que alrededor de la 1:00 horas de la madrugada del día 17, cuando
Ortiz Painevil, en completo y total estado de ebriedad y Cerna Melivilu
presumiblemente ebrio, transitaban por la calle Artemio Gutiérrez de ese
pueblo, a la altura del N° 553 se produjo un altercado entre ambos, como

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producto de su mismo estado en el que Cerna Melivilu resultó con una


mordedura propinada por Ortiz Painevil en su brazo izquierdo, en
circunstancias no aclaradas, luego de esto Cerna Melivilu agredió a Ortiz
Painevil con una piedra alargada de unos tres kilos de peso repetidas veces,
botándolo al suelo, que estando ya en el suelo, Cerna Melivilu caminó hasta un
lugar donde se encontraba arrumados escombros, tomando un pesado trozo de
concreto de aproximadamente 50 centímetros de largo y transportándolo hasta
el lugar donde había dejado a su víctima lo soltó sobre su cabeza,
ocasionándole una lesión contusa témporo parietal derecha, con contusión
cerebral grave y fractura de cráneo, la que le provocó la muerte, después de lo
cual el homicida se deshizo del trozo de concreto y se fue del lugar siendo
detenido por la policía todo cubierto de sangre y vestido sólo con unos
bermudas en el sector Las Barreras de la comuna de Melipeuco, algunas horas
después.
11°) Que, los hechos anteriormente referidos tipifican
el delito de homicidio simple de René Alejandro Ortiz Painevil, previsto y
sancionado en el artículo 391 N° 2 del Código Penal, con la pena de presidio
mayor en sus grado mínimo a medio y en el que corresponde al acusado Luis
Hernán Cerna Melivilu, una participación culpable y penada de autor, por haber
intervenido de manera inmediata y directa en su comisión..
12°) Que, en efecto, una persona con manifiesto
ánimo homicida dio muerte a otra, agrediéndolo con elementos contundentes,
puesto que son hechos no discutidos de la causa que el acusado golpeó con
una piedra y un trozo de concreto al occiso, en la cabeza, lo que se desprende
claramente de la exposición de la madre de la víctima, Marta Painevil Ortiz y
del testigo Alejandro Ceaz Aránguiz, aún cuando difieran en las circunstancias
de la agresión, de la médico legista Nubia Riquelme Zornow y el respectivo
Protocolo de Autopsia y su ampliación que señala la existencia de ocho heridas
en la cabeza del occiso, la última de las cuales se provocó con el aludido trozo
de concreto y fue necesariamente mortal; por las evidencias materiales,
relacionadas con la sangre del occiso encontrada en las vestimentas y el
cuerpo del acusado, relación debidamente establecida por el informe y la
deposición ante el tribunal del perito bioquímico Alberto Kris Farías, el ánimo
homicida se trasparenta de manera absoluta de la propia relación de los
hechos establecidos y de la circunstancia de haber buscado el homicida un
elemento de mayor entidad para culminar su tarea y la muerte del occiso

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acreditada con el respectivo certificado de defunción y la autopsia que le fue


practicada al cadáver.
13°) Que, sin embargo en concepto del tribunal en el
hecho establecido no concurren las calificantes de alevosía y ensañamiento,
invocadas por la Fiscalía, por cuanto también son hechos de la causa la
copiosa ingesta alcohólica previa de víctima y victimario, establecido
categóricamente respecto del primero por la alcoholemia post mortem a que se
refirió la tanatóloga y que el informe precisa que es de 2,36 g. 0/00 de alcohol
en el torrente sanguíneo, que el hechor golpeó no menos de siete veces al
occiso con una piedra ocasionándole siete lesiones en el cuero cabelludo y que
luego de esto buscó un elemento de mayor volumen y peso y se lo dejó caer
ocasionándole la lesión mortal, lo que se desprende de la misma exposición
referida, ya que la facultativa señaló claramente al ser interrogada por el
tribunal que la lesión causada por este elemento fue sólo una, la última, que así
las cosas y en el marco de un altercado provocado entre dos personas ebrias,
de lo que es revelador la mordedura del acusado, en la que el occiso recibió la
peor parte, ya que su estado etílico de por sí casi anulaba su posibilidad de
defenderse, fue ultimado a golpes, por lo que no resulta posible establecer
como lo refiere el Ministerio Público en su acusación que el acusado buscó
dejar agonizante a su víctima y sin posibilidades de defensa, para luego sobre
seguro rematarlo con varios golpes con el trozo de concreto, además es un
hecho de la causa que la agresión ocurrió en la vía pública y de la existencia de
varas viviendas en el sector, lo que indican que tampoco se buscó algún lugar
especial para la agresión y obrar sobre seguro, ni hubo un propósito frío y
deliberado de buscar estas circunstancias de parte del autor, sino que son el
producto de la misma embriaguez en que se encontraba y respecto del
ensañamiento no se aprecia algún propósito de aumentar en forma deliberada
el sufrimiento de la víctima para ocasionarle la muerte, puesto que al no poder
lograrla con el elemento utilizado primero, buscó uno que sí sirviera y culminara
su intención homicida, terminando con un solo golpe con la vida del agredido y
su sufrimiento.
14°) Que una reflexión aparte merece al tribunal el
atestado de Alejandro Ceaz Aránguiz en esta parte, quien aparece poco
verosímil en cuanto refiere la forma en que fue transportado el trozo de
concreto por el acusado, el hecho de haberlo dejado en la ventana, haber ido a
“luchar” con un bulto que estaba en el suelo, patearlo y luego volver a buscar el
trozo de concreto para lanzarlo cuatro o cinco veces sobre el bulto, ello por

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cuanto la herida ocasionada con este elemento es una sola como


categóricamente lo refiere la médico legista Nubia Riquelme Zornow al tribunal,
demostrando así que tal testigo no es absolutamente veraz, encontrando en
este punto más consistente la forma en que se refiere a ellos la madre del
occiso Marta Painevil Ortiz, que dice que el acusado transportó lo que ella creía
que era un tronco sobre el hombro para luego dejarlo caer dos veces hacia
abajo sobre el bulto que estaba en el suelo, lo que desvirtúa toda situación de
ensañamiento.
15°) Que, no favorece al acusado la atenuante de
irreprochable conducta anterior, invocada por su defensa, puesto que consta de
la copia de sentencia incorporada como prueba documental N° 4 autorizada y
debidamente legalizada de 15 de febrero de 2000, por la cual se condena a
Luis Hernán Cerna por los delitos de robo con armas en grado de tentativa en
concurso real con robo simple a la pena de dos años y seis meses de prisión,
de ejecución condicional, por hechos cometidos el 28 de febrero y el 4 de junio
de 1999, en Neuquen, Argentina; y del oficio agregado como prueba
documental N° 5, que el acusado fue condenado por el tribunal penal de
Neuquen por delitos contra la propiedad cometidos en el curso de 1999 y que
la resolución que se acompañó es la final que recayó en la referida causa y fue
enviada para su anotación por el Director del Registro Nacional de Condenas y
Estadística Criminal de la República Argentina.
16°) Que, en la especie no existen circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal que ponderar, encontrándose el
tribunal en condiciones de recorrer toda la pena asignada al delito, la que
impondrá en su grado inferior en la forma en que se determinará, por estimarse
la más condigna con el quehacer delictivo del acusado.
17°) Que, atendida la gravedad de la pena corporal
que se impondrá al acusado no resulta posible concederle ningún beneficio
alternativo, debiendo por tanto cumplirla en su integridad.
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los
artículos 1, 5, 7, 14 N° 1, 15 N° 1, 18, 21, 22, 26, 28, 50, 68 y 391 N° 2 del
Código Penal; 1, 45, 46, 47, 166, 259, 281, 282, 295, 296, 297, 323, 325, 326,
328, 329, 338, 339, 340, 341, 342, 343, 344, 345, 346, 348 y 484 del Código
Procesal Penal, se declara:
Que se condena al acusado LUIS HERNAN CERNA
MELIVILU, ya individualizado a la pena de OCHO AÑOS de presidio mayor en
su grado mínimo, a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para

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cargos y oficios públicos y derechos políticos y de la inhabilitación absoluta


para profesiones titulares mientras dure la condena y al pago de la costas de la
causa, en su carácter de autor del delito de homicidio simple de René
Alejandro Ortiz Painevil, perpetrado en Melipeuco, en la madrugada del 17 de
febrero de 2001.
El sentenciado deberá cumplir íntegramente la
condena impuesta por no ser acreedor a ningún beneficio, la que se le contará
desde el día 17 de febrero de 2001, época desde la que se encuentra privado
ininterrumpidamente de libertad, según consta del auto de apertura del
presente juicio oral.
Devuélvase a la Fiscalía la documentación
acompañada como evidencia documental.
Ejecutoriada la presente sentencia, dése
cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 468 del Código Procesal Penal,
oficiándose a la Contraloría General de la República, Servicio de Registro Civil
e Identificación y al Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco,
adjuntándole, en su oportunidad, copia autorizada de esta sentencia con el
atestado de encontrarse ejecutoriada.
Redactada por el juez don Félix Vega Etcheverry.
Regístrese, comuníquese, en su oportunidad, al
Juzgado de Garantía de Temuco para su cumplimiento, hecho archívese.
R.U.C. 0100007813-8
R.I.T. 017/2001
(Código 00703)

Dictada por los jueces señores Juan Ángel Muñoz López, Presidente de la
Sala, Óscar Luis Viñuela Aller y Félix Vega Etcheverry.

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