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Dedos en martillo

El dedo martillo o dedo en martillo se produce cuando la articulación


interfalángica proximal de un dedo del pie se deforma en flexión mientras
la interfalángica distal se mantiene neutra o extendida. Frecuentemente
se hiperextiende también la articulación matacarpofalángica (la que une
el dedo con el pie). Suele afectar al segundo y tercer dedo, y
ocasionalmente al 4º dedo. Estos dedos afectados se doblan en la
articulación media, asemejándose en la forma a un martillo.
Si la deformidad es flexible, es decir, si puede reducirse y colocar en su
forma natural, entonces podrá corregirse con tratamiento conservador.
Por el contrario, si el dedo en martillo permanece rígido al intentar
manipularlo, precisará de tratamiento quirúrgico.

Dedos en garra
La deformidad de los dedos en garra ocurre cuando se da una
hiperextensión de la articulación metacarpo-falángica, que se acompaña
secundariamente de flexión de las articulaciones interfalángicas proximal
y distal. Cuando esta deformidad afecta a varios dedos se produce lo que
se llama pié en garra.
Existe también una tercera deformidad, conocida como dedo en mazo,
que se produce una deformidad en flexión localizada de forma aislada en
la articulación interfalángica distal.
Causas

Calzado
El dedo martillo se origina habitualmente por el uso calzado que no se
adapta de manera adecuada a la estructura del pie, normalmente en
combinación con uno o más factores adicionales, como el daño de los
tendones extensores. Suele aparecer entre los 50 y los 70 años.
El calzado estrecho en la parte anterior del pie, usado para que el pié
parezca más pequeño, también empuja a los dedos más pequeños hacia
una posición flexionada (doblada). Los dedos modifican su superficie de
apoyo y rozan contra el calzado, lo que produce la formación de
callosidades, que deforman más el pié y empeoran la afección. Los
tacones más altos hacen que el pie cargue más peso en la punta y
empuje los dedos contra el calzado, lo cual aumenta la presión y la
deformidad del dedo.
La causa de los dedos en garra no está tan bien definida. Se cree que
inicialmente se produce la hiperextensión de la articulación metatarso
falángica, primero de forma reversible; pero con el tiempo y el
mantenimiento de la deformidad se produce una subluxación de la
articulación que la hace irreductible. Es importante señalar que el dedo
en garra puede aparecer tras un daño neurológico o un déficit
neuromuscular.
Normalmente estas deformidades van asociadas a otras lesiones en el
pie, como el juanete o hallus valgus y la metatarsalgia.

Otras
Otros factures que facilitan la aparición de deformidades en los dedos del
pie son:

 Desequilibrio muscular en pacientes neurológicos


 Poliomielitis
 Traumatismos
 Artritis
 Factores hereditarios

Por último, la asociación de las deformidades del antepie con la diabetes


también merece una consideración. En primer lugar, porque estas
deformidades son más frecuentes en pacientes diabéticos. Y en segundo
lugar, porque en los pacientes diabéticos la aparición de callos por
presión en la planta de los pies y en los dedos puede facilitar el
desarrollo de úlceras diabéticas, por lo que el tratamiento tiene que ser
particularmente delicado.

Diagnóstico
Dolor o disminución en el movimiento de los dedos son los síntomas de
los dedos en garra y en martillo. Una exploración física basta para poder
confirmar la lesión.

Tratamiento
El tratamiento de los dedos en martillo y dedos en garra depende de dos
factores:

 Si el dedo es flexible: se pueden realizar técnicas conservadoras.


El tratamiento conservador comienza por el uso de calzado nuevo
ortopédico con puntera suave y que tenga espacio para los dedos.
El calzado debe ser un centímetro más largo que el dedo más largo
del pie.
 Si el dedo es rígido: el tratamiento indicado es el quirúrgico. La
forma clásica es empleando las agujas Kirchner. Para evitar
molestias y complicaciones postquirúrgicas, utilizamos implantes
intramedulares. De este modo, el paciente una vez operado, no
lleva ningún elemento por fuera de la piel y tenga una recuperación
precoz.

Tratamiento conservador de las


deformidades de los dedos
Existen una serie de recomendaciones para los pacientes con dedos en
garra y dedos en martillo:
 Caminar correctamente sin contraer los dedos.
 Usar calzado de tamaño apropiado, zapatos amplios y cómodos, y
evitar aquellos donde los dedos queden apretados.
 Evitar tacones altos -en la medida de lo posible.
 Usar plantillas acolchadas y suaves para amortiguar la carga en las
plantas de los pies.
 Las sandalias pueden ayudar, siempre que no pellizquen o rocen
con otras zonas del pie
 Se pueden utilizar almohadillas, tiras o cojinetes ortopédicos para
disminuir la presión y las molestias de las callosidades.
 Es recomendable realizar ejercicios diarios para aumentar la
flexibilidad general del pie. Por ejemplo, puede estirar suavemente
los dedos de manera manual.
 También es recomendable realizar ejercicios de relajación para la
fascia plantar (la membrana que recubre la musculatura del pie).
 Si padece diabetes, mala circulación o falta de sensibilidad en los
pies, hable con su médico antes de intentar realizar cualquier auto
tratamiento.

Cirugía de las deformidades de los dedos


La operación de los dedos en martillo y dedos en garra se recomienda
cuando el dedo es rígido (la deformidad ya no se reduce), y el paciente
presenta molestias al caminar y con el calzado, al existir un roce y una
callosidad en el pié. Se debe acudir a un especialista, y este decidirá si
es necesario realizar una cirugía percutánea o abierta para corregir la
deformidad.
Las deformidades del antepié (dedos en martillo, dedo en garra,
juanetes) coexisten con frecuencia, esto hace el abordaje quirúrgico más
delicado y exige una planificación más precisa. Entre los tratamientos
quirúrgicos hay más de 150 técnicas distintas descritas en la literatura,
con distintas indicaciones según la edad, las características del paciente,
el tipo de deformidad y la patología asociada. Por estos motivos, la
experiencia del cirujano es fundamental para decidir y ejecutar la técnica
más adecuada.

Post operatorio
La recuperación postoperatoria de la cirugía del dedo en martillo y dedo
en garra:

 Generalmente, el paciente se opera y se va a su domicilio en el


mismo día
 Puede apoyar desde el inicio con un calzado especial que se retira
a las 3 semanas
 En general, hay una recuperación total al mes de la cirugía.
 Entre el mes y medio y los dos meses tras la cirugía, se puede
retomar la actividad deportiva o de impacto.

Es frecuente que las deformidades de los dedos se asocien a otros


problemas del antepié, como juanetes o metatarsalgias. Si es así, suelen
abordarse en la misma intervención, por lo que los tiempos de
recuperación y el postoperatorio cambian.

Recomendaciones
Algunas recomendaciones para prevenir el desarrollo de deformidades
en los pies:

 Nuestros especialistas aconsejan a las personas con ligeras


deformidades de los pies, sobre todo a las mujeres por encima de
los 50 años, que cuiden una serie de factores para evitar el
desarrollo de dedo en garra y dedo en martillo:
 Usar calzado de tamaño apropiado, zapatos amplios y cómodos, y
evitar aquellos donde los dedos queden apretados.
 Evitar tacones altos -en la medida de lo posible.
 Intentar no contraer los dedos al caminar.
 Usar plantillas acolchadas y suaves.
 Realizar ejercicios para la flexibilidad general del pie.
 Realizar ejercicios de relajación para la fascia plantar (la
membrana que recubre la musculatura del pie).
 Si padece diabetes, mala circulación o falta de sensibilidad en los
pies, hable con su médico antes de intentar realizar cualquier auto
tratamiento.
GENU VARO y GENU VALGO, Son cuadros patológicos que afectan la alineación de las rodillas, y
cada uno es contrario al otro, provienen de las palabras tomadas del latín en que “Genu”, significa
rodilla, en tanto que “Varo” es al alejamiento de los miembros de la línea media del cuerpo, y
“Valgo” es el acercamiento de los mismos. Genu varo: “Rodillas Arqueadas” o que se alejan de la
línea media, y Genu Valgo “Rodillas que chocan” o rodillas juntas, en “X”. Esta alineación se puede
presentar normalmente en distintas etapas del crecimiento del niño. Por lo que debe vigilarse el
desarrollo natural de la alineación de las piernas en el plano coronal (de frente), estimado por el
ángulo femoro-Tibial (ángulo que se forma entre el eje longitudinal del fémur y la tibia). Al nacer,
el niño tiene de 10 a 15 grados de varo (separación) en la rodilla y piernas arqueadas persisten en
la mayoría de los niños hasta los 14 a 18 meses, a veces hasta los 24 meses de edad, sin que se
considere ser patológico (una enfermedad). Cuando el ángulo fémoro-Tibial se neutraliza en una
línea recta, convierte en punto muerto la alineación de los fémures y tibias, entonces avanza hacia
la línea media del cuerpo, o sea al valgo (choque de rodillas), como un rebote o sobre-corrección
del arqueamiento que inicialmente tenía, esta es una posición de las piernas normal entre los 3 o 4
años de edad y luego gradualmente, se realinean en un valgo fisiológico o normal del adulto
(alrededor de 7 grados) a la edad de 8 años. El examen físico de los niños que presentan
deformidad de la alineación de las piernas en el plano coronal en general, se basa en la medición
de la distancia entre los cóndilos femorales mediales (rodillas) del niño, para la deformidad en
varo, y la distancia entre los maléolos mediales (tobillos) en la deformidad en valgo. Esta distancia
es poco real, y no se considera una medición científicamente aceptada, o útil para su tratamiento
por lo que se le llama pseudo-cuantificación de la alineación macroscópica de la piernas del niño,
sin embargo, pueden ser utilizada con fines de vigilancia. Es más útil realizar una radiografía
panorámica de ambas piernas con el paciente de pie, con apoyo de ambas pies, en posición
antero-posterior (de frente), para el seguimiento documentado, midiendo los ángulos que forman
los ejes del Fémur y la Tibia. Diagnóstico En primer lugar hay que hacer la diferenciación entre la
presentación fisiológica o normal durante el crecimiento y desarrollo del niño y las verdaderas
alineaciones patológicas. Pero se realiza con el examen físico que realiza el Ortopedista Pediátrico
y la toma en su momento de radiografías panorámicas de miembros inferiores con apoyo bi-
podálico. Principios de Manejo La gran mayoría de los niños tienen las piernas “arqueadas” o
rodillas que “chocan” que se resuelven espontáneamente, ya que son resultado de su crecimiento
o del sobrepeso. Existen variaciones fisiológicas o normales que deben registrarse con fotografías
periódicas, o revisando al niño en la consulta cada 3 a 6 meses aproximadamente, registrando su
seguimiento. No son indispensables tomar radiografías en cada consulta, pero si la alineación cae
en límites patológicos, hay que encontrar que lo causa y atacarla, se deben consideraran todas las
opciones de tratamiento.

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