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~IGMAS DE

Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Director
LA SOCIOLOGí
Enriqu e de la Garza Toledo

Subdirector
DEL TRABAJO
Jorge Carrlllo Viveros
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Comité de redacción
llán Bizberg
Mónica Casa let
Agustín Escobar
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Ludger Pries
José Carlos Ramírez
Ma. Teresa Rendón
Carolina Terán

Consejo editorial
[uárez R. Brandao Lopes
Michael Buroway
Juan José Castillo ~. I

Ra iner Dombois '"O el)


Helena Hirata
[ohn Humphrey
Harry Katz
Adrian a Marshall
ª.-o
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·Cir:
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Michelle la Rossa

Administración y suscripciones
Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo, AC.

Apartado postal 55-536, 093 40 México¡ DF .

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Fax: (52 5) 72 4 47 89

E mail EGT @ XA NUM . uarn-rnx

Precio por ejemplar: 25 nuevos pesos

Suscripción anual:
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~r:rJ

México: 50 nuevos pesos

m~
América La tina: 15 US dólares

Resto del mundo : 2 5 US dó lares

Asociación Latinoamericana de
Sociología del Trabajo
_ _ 11 · J
Ins tituciones patr ocinado ras de este número :

SUMARIO

Casa ablerlaalliempo
5
Universi dad A utó noma Metr opolit ana Facultad de Econom ía, UNAM
Edit orial

PARADIGMAS DE LA SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO

13
Juan José Castillo
¿A dó nde va la Sociología de l Trabajo ?
43
[ohn Humphrey
Nuevas te má t icas en Sociología del Trabajo
. 73
Laís Abramo y Cecilia M ontero
La Sociología del Trabajo en América Latin a: Paradigmas teór i­
cos y Paradigmas product ivos
97
Rainer Domboís y Ludger Pries
¿Neces ita Amér ica Latina su prop ia So ciología de l Trabajo?

EL MUNDO DH TRABAJO

135
Revist a La tln oa rnerlca de Est ud ios de l Trabajo Mard'1 de Peuts Leite
A ño 1, núm. 1, 1 995 Novas formas de gesta o de máo-de-obra e sistemas
© Asociación La tino americana de Socio logía del Trabajo particlpat ivos en Brasíl
155
ISSN 1405-1311 Alvaro Díaz
Ajust es est ructurales y actor es sociales en México y Chile
Diseño o riginal: I-ta. Eugenia Vidales Sa lís 193
Prod ucción gráfica y edició n: Hécto r R. de la Vega Jorge Carrillo
Fot o portada: Sergio de la Peña La expe rienc ia lat inoamericana del Justo a Tiempo y el Co nt rol
Prod ucció n: lmpr lmerla Ayot la se Tota l de Calidad

Se per mite la reproducci ón to tal o parcial RESEÑAS


de los artíc ulos de este número mientras se cite
la fuent e y se envíe una copi a a la Revista
su ARIO

5
Editorial

PARADIGMAS DE LA SOCI01.0GíA DEL TRABAJO

13
Juan José Castillo
¿A dónde va la Sociología del Trabajo?
43
[ohn Hurnphrey
Nuevas t emáticas en Sociología del Trabajo
73
Lafs Abretno y Cecilia Montero
La Sociología del Trabajo en América Lat ina: Paradi gmas teóri­
cos y Paradigmas productivos
97
Rainer Dombois y Ludeer Pries
¿Neces ita América Lati na su prop ia Sociología del Trabajo?

EL MUNDO DEL TRABAJO

135
Marcia de Paula Leite
Novas formas de gest áo de máo-de -ob ra e siste mas
participat ivos en BrasiI
155
Álvaro Díaz
Ajust es est ructurales y acto res sociales en México y Chile
193
Jorge Carrillo
La experie ncia latinoamericana del Just o a Tiempo y el Co ntro l
Tot al de Calidad

RESEÑAS
Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Director
Enrique de la Garza Toledo

Subdirector
Jorge Carrillo Vive ros

Comité de redacción
llán Bizberg
Mónica Casa let
Agu stín Escobar
Ludger Pries
José Carlos Ramírez
Ma . Teresa Re ndón
Carolina Terán

Consejo editorial
lu áre; R. ~ rdnddo topes
Michael Buroway
juan)osé Castillo
Rai ner Dornbois

Helena Hirata

lohn Hum phrey

Han-y Katz

Adriana Marshall

Michelle la Rossa

Administración y suscripciones
Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo, AC.
Apart ado postal 55-536, 093 40 México, DF .
Fax: (52 5) 72 4 47 89

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Suscripción anual:

México: 50 nuevos pesos


América Latina: 15 US dólares
Resto del mundo: 25 US dó lares
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Editorial

En noviembre de 1993 se llevó a cabo en la ciudad de México el


Primer Congreso Latinoamericano de Socio logia del Trabajo y se
fundaron la Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo y
la Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo.
En América Latina existe ya una masa critica de investigadores de
los problemas laborales que desde diversas disciplinas requieren de
órganos académicos para el intercambio de resultados de investiga­
ción, y para ia difusión y ei debate de interpretaciones teóricas y
metodologías. El caldo de cultivo actuai de estas reflexiones ha sido

la reestructuración productiva y de los Estados en la región a partir
de la década de ios ochenta. A medida que el interés por investigar
las nuevas realidades del mundo del trabajo ha aumentado conside­
rabiemente en Latinoamérica, la difusión de los grandes paradigmas
interpretativos acerca de la reestructuración productiva, de los
mercados de trabajo y los sistemas de relaciones industriales se ha
producido con gran rapidez. Sin embargo, la tradición intelectual
latinoamericana de exigir de entrada explicaciones globales, el con­
vertirlas en una especie de credos politicos y hasta existenciales ha
contribuido muchas veces a la asimilación acritica de dichas
teorizaciones. Nos hace falta acumular más resultados empíricos de
investigación, recuperar el espíritu crítico que otrora caracterizó
también al pensamiento latinoamericano y, sobre todo, atrevernos a
proponer nuevos conceptos que capten no sólo especificidades de
nuestras sociedades, sino que lleguen a cuestionar a aquellos que con
gran suficiencia se presentan como las nuevas verdades de íos rumbos
productivos para todos los países.
Las economias a nivel mundial han experimentado en la última
década una transformación sólo comparable con la de la Revolución
Industrial o con la del surgimiento del taylorlsmo-fordismo. Hay
diversas explicaciones acerca de lo que entró en crisis, pero hay

, consenso en que se ha producido una reestructuración en las


tendencias de la economía y la producción a nivel internacional.
Para algunas de las teorías en voga se trata de una crisis sobre todo
del Estado (keynesiano, interventor, social); para otros es la parte de
p::"" ....

~.,

6 Revista tsttnosmertcsns de Estudios del trabajo Paradigmas de laSocloJogra delTrabajo


7

un ciclo largo recesívo, Que será seguido por otro expansivo por
2. Para los que piensan que las causas de la crisis son sociales más
medio de la aplicación de los resultados de la tercera revolución
tecnoiógica; hay quienes plantean que ha sido la crisis del fordismo, I que técnicas, la salida a la crisis sería un nuevo consenso en los
procesos de trabajo, con una nueva cultura laboral y nuevas relacio­
entendido como el régimen de acumulación dominante en las ultimas nes industriales, flexibles pero con mayor control obrero sobre su
décadas, y de su modo de regulación. En ia teoria de la regulación trabajo, con enriquecimiento de tareas y cordialidad en Ias relaciones
el fordismo es comprendido en varios niveles: como un tipo de obrero-patronales.
proceso de producción con un sistema de máquinas en linea continua 3. La alternativa de la especiaiización flexible, que combina aspec­
y una organización del trabajo parclallzado, con control de tiempos tos de la opción dos, pero añade un par de elementos: por un lado,
y movimientos, simplificado, estandarizado; también es la articula­ la tendencia hacia la producción en pequeños lotes flexibles mediante
ción entre producción en masa y consumo en masa asociado con formas de organización f1exibies, con recalificación de la fuerza de
formas institucionales que asegurarían su reproducción mediante la trabajo, consenso entre capital y trabajo y uso de tecnología
gestión estatal, los contratos colectivos y ei salario indirecto. microelectrónica reprogramable. Esta circunstancia haría competiti­
La crisis del fordismo implicaría un agotamiento del régimen vas a [as pequeñas empresas respecto de las grandes.
técnico prexistente (costos del gigantismo, amortiguamiento de la Por Otro lado, la creación de distritos industriales que darían a las
productividad, aumento del trabajo improductivo en el interior de la pequeñas empresas una ventaja competitiva adicional: sería el desa­
empresa]; la contradicción entre técnicas productivas rígidas y rrollo de ia idea de solidaridad entre pequeños empresarios, en
prospectivas macroeconómicas inciertas; la disgregación del orden tejidos industriales territorial mente densos, con lazos de solidaridad
económico internacional (Bretton WoodsJ; la elevación de costos mas allá de los mercantiles y con la creación de instituciones
salariales no compensados por la elevación de la productividad, y regionales de apoyo mutuo.
además el crecimiento en la composición orgánica del capital que se Las anteriores visiones de futuro han recibido críticas diversas: a)
estarían traduciendo en la ca ida de la tasa de ganancia y provocando La producción en pequeños lotes flexibles no necesariamente resuel­
una crisis de rentabilidad. ve el problema del volumen de la demanda agregada a nivel de una
Para Piare se trataría de la crisis del modelo industrial de la economia o internacionalmente; b) La producción en pequeños lotes
producción en serie, caracterizado por ei uso de máquinas especiales, de hecho se combina con la producción de insumas en masa. e] Las
trabajadores semicalificados y la producción de bienes estándar. La tendencias hacia [a pequeña producción se combinan en el plano
crisis se daria en dos sentidos: la de la producción en serie, por su internacional con la fusión de grandes consorcios; dl la subcontratación
rigidez e incapacidad pan responder con agilidad a las demandas del impone relaciones de dependencia a las pequeñas y medians empresas
mercado; y de regulación, es decir, de las instituciones que permitían respecto de las grandes. Conformándose para algunos no sólo una
equilibrar producción y demanda. La producción en serie tendría un tendencia en regímenes de acumulación, sino varias dependíendo de
conjunto de rigideces que impedirian su funcionalidad en el nuevo [a rama, país, región, etcétera: producción en masa flexible en la
marco de economía de compradores con demandas fluctuantes: las industria moderna de alta tecnología, y en industrias de tecnología
máquinas especializadas serían restringidas para cambiar de modelo intermedia más antigua; especialización flexible en sectores declinantes
o de producto; rigidez en el sistema de máquinas [las variaciones de que cambian frecuentemente de modelo para poder subsistir; viejos
modelo o de producto; serian un limite para aumentar la productivi­ métodos Iordístas en países menos industrializados.
dad); los límites de la optimización entre tiempos productivos y En América Latina también hay reestructuración productiva, pero
tiempos muertos de transporte entre etapas del proceso productivo; ésta es probablemente más heterogénea que en los países desarrolla­
los límites físicos o síquicos del obrero para aumentar la producción dos: hay polarización de [os aparatos productivos; heterogeneidades
intensificando el trabajo (ausentismo, rotación externa, sabotaje, de las bases sociotécnlcas en el interior de una misma empresa;
«paros locos»); los límites legales y contractuales a la intensificación aplicaciones parciales de la calidad total y, dudas acerca de si hay
del trabajo; los limites fijados por la cultura laboral. Como contra­ tendencias a la especialización flexlble o al posfordismo en la región
parte, las soluciones a los límites del taylorismo-fordismo pueden o más bien hacia neofordismos, neotaylorismos u otras formas
resumirse en los siguientes términos: productivas no teorizadas.
l. Para los que plantean que los obstáculos productivos son De una u otra manera, las teorías que hacen referencia a los
técnicos, la alternativa seria la aplicación extensiva de la informática procesos productivos no resultan convincentes en cuanto a la
y la computación en los procesos de producción. capacidad de articulación entre niveles extrafabriles y los de tecno­
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8 Revista latInoamericana de EstudIos del trabajo Paradigmas de la Soclalogla del Trabaja 9

logia y organlzación. Además, el tratamiento mas amplio, el de la dose estrictamente dentro de límites disciplinarios, sino en interacción
teoría de la regulación, parte de supuestos para armar sistemas que con otros enfoques, sobre todo con las grandes teorías sociales, la
luego en la realidad funcionaron con contradicciones permanentes o metodología y la epistemología de las ciencias sociales, tal como se
con otros componentes no contenidos en su horizonte teórico. Esto presentan después de la gran crisis de los estructuralismos y del
nos lleva a considerar la improcedencia de pensar los modelos de positivismo.
producción de manera descontextualizada. Es decir, las bases En este número 1 de la revista hemos escogido como tema central
sociotécnicas (tecnología, organización, relaciones laborales, fuerza el de los grandes paradigmas de la sociología del trabajo actual.
de trabajo y gestión) no son exitosas en abstracto, síno articuladas Presentamos algunas de las posiciones más importantes, en debate,
con determinadas relaciones industriales (Iegíslación laboral, institu­ ínacabadas como son en la realidad. Esperamos que los artículos que
ciones y prácticas de solución de conflictos, pactos corporativos, incluimos contribuyan a ampliar el horizonte teórico Y a abrir una
sistemas de seguridad social); con ciertas relaciones entre fuerzas fructífera polémica que estamos esperando.
sindicales y políticas, más allá de los sistemas de relaciones industria­
les, y con determinadas culturas laborales, regionales y nacional. En Enrique de la Garza Toledo
otras palabras, el análisis de la crisis de modelos, regímenes de
producción, etcétera, no vale hacerlo en abstracto (sin considerar el
contexto), sino tendría que ser un proceso que avanzara de lo más
abstracto (para el caso de las bases sociotécnicas de un nivel
semejante a la polémica entre fordismo, posfordismo, especialización
flexible, etcétera) pero que no se detuviera ahí, sino que incluyera al
«sistema de relaciones industriales», en particular la política laboral
del Estado y las estrategias empresariales y sindicales. Es decir, existe
la posibilidad de pasar de un enfoque estructuralista de análisis de la
crisis y sus alternativas a otros que incluyan, por supuesto, aspectos
de las estructuras, pero junto a actores que elaboran estrategias,
deciden y actúan, y pensar que de este choque surgen las formas
concretas de producción exitosas o no. Ni estructuralismo ni
funcionalismo serían estrategias de investigación adecuadas. Al
estructuralismo podemos oponerle una visión de actores (en nuestro
caso, productivos) que elaboran sus estrategias con base en estruc­
turas cambiantes, pero también por medio de procesos subjetivos, no
todos ellos dependientes de la ciencia. Al funcionalismo podemos
oponerle la posibilidad de coexistencias de aspectos de la realidad
productiva con contradicciones, discontinuidades, disfuncionalidades,
sin suponer ninguna tendencia a equilibrios, ni a constituirse siste­
mas totalmente coherentes. En esta medida, las estrategias empresa­
riales pueden optar por soluciones de acuerdo con las evaluaciones
en parte cientificas, pero también en parte subjetivas de la situación
y, por supuesto, por la Interacción con otros actores.
Las evaluaciones no sólo comprenden los aspectos abstractos de
los procesos productivos, sino consideraciones acerca de los «siste­
mas» políticos, la cultura de los trabajadores, etcétera.
El debate está abierto en América Latina, los modelos cerrados y
autosullcientes son sospechosos de parcialidad. La apertura de la
discusión acerca de los grandes paradigmas que hoy disputan en la
sociología del trabajo tampoco creemos que se resolverá mantenién­
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a.t;JU,,,· ,
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¿A donde va la Sodología del Trabajo?

Juan José Castillo

Los psrsdtemss, y las teortss formuladas en su contexto, tIenen dos


utlltrsctones fundamentales. entender el mundo {...} y ayudar a los
que actúan en el mundo, Amitai Etztoní, The moral dlmenslon
(1988:237)

l. Presentación

Una ciencia que no se piensa a sí misma, que no intenta aplicar lo que


conoce, corre el riesgo de permanecer en un perpetuo y anquilosante
círculo autorreproductor, sin «ahondar la comprensión reflexiva de
sus propios (presupuestos o) adhesiones»,' lo que le incapacita para
intentar un viaje de expioración de sus fronteras que le permita
aventurarse en tierras incógnitas, para observar, identificar y desme­
nuzar el complejo de «enigmas» que plantean los problemas sociales
contemporáneos (Gouldner, 1978:270-271).
Este texto es una elaboración e intento de refinar y sustantivar
algunos ejes de reflexión que permitan avanzar, justamente, en la
dirección de una suerte de «Sociología de la sociología del trabajo»,
que permitan aportar alguna ilustración o punto de partida para un
redressement, para un balance y punto de partida.
Su pretensión es, utilizando la expresiva metáfora de Geertz, servir
para mirar a la sociología del trabajo, a través suyo, más que para ser
mirado en sí mísrno.!
La necesidad -y casi la urgencia, habría que decir- de una tarea
semejante se planteó, de forma central, en algunas de las ponencias
iniciales del Primer Congreso Latinoamericano de Sociología del

Uru versIón de este trsbsfo fuepresentado en el Pnmer Congreso tstinosmertcsno


de Sociología del Trsbsfo, en la ciudad de México, noviembre 22-26 de 1993.
iss primeras versIones de este texto se distutteron en detalle con S.1nti.Jgo CJstl/lo
y con Alfonso Orti. Los dos me syudsron mucho s la mejor estiliución de los
srgumentos.
En ocasión del Primer Congreso lsttnoemertcmo de Sodotogís del Trsbsfo
[MéxicoJ D.F., noviembre 199.1), pude discutir y recoger taees y sugerencias en
Reyista l.;tinoamt'n"ana de tstuatos d,¡ Trd!»/o, afio 1} núm. 1, I 995, pp. 13-42.
14 Revista latinoamericana de Estudios del trabaJo
,
, Paradlgrras de la Soclolo8la del Trabalo
15

Trabajo: las ponencias de Humphrey y la de Dombois y Pries, por Cuando en 1989 hacíamos un balance de la situación española, la
ejemplo, coinciden en destacar la problemática de una necesaria sociología del trabajo estaba en plena expansión tras diez años de
refundación critica de enfoques, métodos, áreas «olvidadas», o desarrollo titubeante Y voluntarista. El retorno a la democracia no
renovación y enriquecimiento interdisciplinar. 3 supuso una «causa» inmediata de la recuperación de una tradición ya
y ese, como se verá en io que sigue, es el objetivo que nos centenaria Yhubo de esperarse al reto de la Comunidad Europea para
propusimos nosotros mismos [Castillo, 1993cJ. encarar un resurgimiento que ahora esta consolidado.'
La ubicación social, geográfica y científica del autor en Europa es En efecto, si tomamos como indicador de esa vitalidad las ponen­
el punto de partida, el lugar donde la reflexión se lleva a cabo, tejido cias presentadas en el último Congreso Español de Sociología
a base de un conjunto de intereses y preocupaciones que se han visto (septiembre de 1992J, o la difusión e influencia de la revista
enriquecidos [¿o esclarecidos?J y potenciados por la mirada puesta soctotosie del Trebejo, se puede decir que la comunidad cientifica
en América Latina, y por los debates generales en ocasión del española ocupa su lugar en las comunidades científicas europea e
congreso de México, que, sin duda alguna, marcará un hito en la internacional. Que goza de buena salud.'

evolución de la propia sociologia del trabajo' Esa «gran pregunta», recogida en el título de este epigrafe, tiene

otra pregunta que está detrás de estas reflexiones, la cual surge de

11. ¿A dónde va la sociología del trabajo? la experiencia propia de investigación, de preocupaciones desde

España. Preocupaciones que luego se descubre que son muy compar­

No se sabe con certeza la razón de la proliferación de preguntas que tidas por otras comunidades cientificas, casi estructurales.

tienen un cierto aire trascendental, como esa de a dónde valrnos) la


sociología del trabajo, y con ella sus sociólogos. al Por ejemplo, uno se sorprende al ver que en Europa o en

Quizá sea el fin del miienio, quizá la [eternaJ crisis del capitalismo, Estados Unidos el número y la incidencia de los accidentes de trabajo

quizá que las cosas se oscurecen porque, mire uno a donde mire, en aumenta, incluso en los tan elogiados [y poco conceptualizadosJ

el centro o en los países semiperiféricos -como he leído que le «serviciOS)}, y, sin embargo, éste no es ya un tema prioritario de

llaman a España-; en el Norte o en el Sur, esta sociedad que Investigación. Es más, se considera un asunto demodé.

pretende haber llegado al fin de su historia (Fontana, \ 992J, no ha y sin embargo, ahí están los datos de Francia, donde «la parte de
resuelto, en muchos casos, ni siquiera el asegurar un minimo «reino los asalariados afectados por penosidad y daños en el trabajo
de la libertad» sobre la necesidad para la mayoría de sus ciudadanos. aumenta fuertemente entre marzo de 1984 y marzo de 1991». O de
Sea por lo que fuere el caso es que, desde muchos lugares, la España, donde el número de accidentes se ha prácticamente duplica­
sociología, y la del trabajo específicamente, parece preguntarse do entre 1984 y 1990. O de California, donde una reciente encuesta
lacerantemente por su futuro. Desde luego, una forma radical de ha mostrado las altas posibilidades para los latinos de perder la vida
indagar y poner en duda su propio presente, buscando un nuevo en el trabajo, en la tierra de las tecnópolis y los distritos de alta
papel, e incluso un nuevo objeto que la ayude a descifrar <dos tecnología.'
enigmas del trabajo», que ayude a identificar el lugar que ocupan los Se tiene la impresión de que los riesgos no desaparecen, sino que
sociólogos en el debate social.' se hacen social y científicamente invisibles. Un probiema más para la
Aunque la pregunta sea -digámoslo asi-, universal, y uno pueda propia sociología: ¿Qué es lo que en nuestras crecientes sociedades
oírla en cada una de las comunidades cientificas nacionales o de riesgo (Beck, 1992J oculta la distribución desigual de los males
regionales, desde España quizá tenga tonos y acentos específicos, producidos? ¿Cómo Y por qué se ocultan los verdaderos (es decir,
que conviene señalar, aunque sea de forma sumaria, para una mejor generalesJ problemas sociales en estas sociedades de espectácuio?
intelección de lo que sigue. b] Uno se pregunta por qué en España, con más de 3 millones de
parados sobre una población activa de 14, prevalece en el imaginario

aquella sede. En esas mlsmss fechas, y gradas al buen celo org.miudor de Agustfn \En Madn"d, en enero de 1994, he dtsautdo este texto en el Semlnsrio de
Escobsr; del e/ESAS de GuadalajJra (México), tuvets oportunIdad de ons sosegsds Investipd6n «Charles &bbaCe» en CiencIas Soda/es del Trsbsto- con Paloma
tarde de debate en tomo al texto primitivo, el I de didembre de J993, en Ixt1¡xm Csndete» Javier Héndez- Andrés AMS, Victoria J/ménez- [ulto A. Femández- LoM San
de ls Sa¿ en el que psrticipsron uns docena de personas, sntropoloeos y sod6/OCas: RomJn Y HJXi Santos.
Agustfn Escobsr, Mercedes Gonzilez de ls Rocha, Ibúl Nieto, PJtrfd¡¡ Torres TambIén me han transmItido largas notss «reflexivas» Y «fuertes» Juan Manuel
[mextcsnosl: Fernando Urrea {Colombia},. Consuelo Iranzo, HéctDr lucena mnzo Y Rubén B/anco,. de'" Fscutad de Oendss Po/ítias y Socf%gia.
(Venezue/d); Harda Le/te [Bras/O; Beatriz Loves/o [UI1IKl/ay). j: ;1.,"'; : O ( t
r'~

R~"".1ta Latlnoamerk'ana de EstudIos del trabajo Paradigmas de la Soclologfa del Trabalc


16 17

social, en periódicos, en medios de difusión, y quizá en las cabezas


de muchas gentes, que los problemas de esta economía son «el fraude l' Pero, ¿en todos los paises y para todos los sectores falta
formación de trabajadores (o de maridos}? ¿En todos los países y
al subsidio del desempleo», cuando cualquier mfnlmo estudio de la sectores es la producción ligera o los equipos de trabajo el punto que
situación dice que esa causa es literalmente ridícula. y sin embargo, faltaba?
mueve montañas de funcionarios ... 9 Una cosa es una visión «superscciclcglzada», y el polo contrario
el Uno se inquieta por el porvenir de la teoría (económica) si un no darse cuenta de que algo suena a hueco, a desligado de las bases
ministro (socialista, además) de economía, declara como si fuera su materiales, cuando se entona el mismo cántico en Caracas, París,
examen de licenciatura, que los sindicatos son anti-obreros, en Madrid o Los Angeles."
España, porque al no aceptar sus medidas de restricción (o sea f) Muchos se preguntan, en fin¡ si la sociologia del trabajo
reducción real) de salarios, son «los causantes del paro».'? !'...c
atraviesa un momento de «crisis», y de ahí podrían venir esas
d) Mirando la realIdad que nos circunda es evidente que los , inquietudes.
saberes ya consolidados y establecidos de la sociología del trabajo no i Crísls significa emergencia de ideas, novedad, proliferación, frente
se hacen saber común de la sociedad. Que no se aplican, como al dominio de las creencias establecidas, paradigmas consolidados del
1 i «sentido común científico».

li
cualquier conocimiento establecido de otras ciencias.
Parto, por ahora, de la trivializada asunción de proponerle a la Pero más bien se tiene la impresión de que ciertos paradigmas
sociología la tarea de convertir los problemas sociales en problemas interpretativos [ccmodalos», los llaman) se están estableciendo con
sociológicos sorteando obstáculos epistemológicos que le permiten tal exclusivismo, que tienen el aire de un nuevo one best WJy,
1.<
conceptuallz ar. teorizar, encontrar la «interna trabazón de la reali­
dad», para decirlo como el dástco.!'
l~ impuesto por métodos formalmente semejantes, y con consecuencias
parecidas al imperio del modelo taylorlsta y, después fordlsta."
Está claro, en la práctica de investigación de todos nosotros, que
llegados a este punto, encontrada esa «interna trabazón», ya no es
sólo cuestión de crear conceptos, sino más bien de crear consensos,
de cambiar ideas para cambiar prácticas. O viceversa.
1!
J':
.".

111. AlgulloS (Juntos de vista

Esos pequeños (y grandes) interrogantes que son sólo muestra y


En todo caso, esta tarea, desde luego, no es cosa (sólo) de .';;) ejemplo, se condensan en una pregunta fuerte por el porvenir de la
sociólogos. ;',,, sociología del trabajo.
'1'
e) Uno se pregunta, asistiendo a congresos en Venezuela Y {
Francia, donde se reúnen investigadores, prácticamente de todo el a) El futuro de esta ciencia social se puede ver desde la propia
mundo, cómo es posible que en todos esos lugares los sociólogos se
~ organización de la profesión: qué problemas enfrenta, cómo se
t!:
Interesen por temas muy semejantes: la producción ligera, el justo a organiza, qué presencia social mantiene, etcétera.
tiempo, el modelo japonés, la flexibilidad¡ et sinsi de suite Para hacer una carrera socioiógica, según el contexto en el que se
Simultáneamente con el xx Congreso latinoamericano de Sociolo­ halle el corredor o corredora, existen «ternas» poco trepadores, y
gía en Caracas, en junio, la prensa nos avisa de una importante por tanto, la organización de la profesión impedirá su desarrollo.
reunión para divulgar modelos japoneses (con participación de Ese, desde luego, fue el caso de los estudios de la mujer (Acker,
nipones Y españoles). Y hasta un monográfico de El Nacional plantea 1989:71). Pero las cosas cambian que es una barbaridad: hoy en día
como problema número uno la falta de formación de la mano de obra tener presente una perspectiva de la mujer se ha convertido en una
venezolana para llegar a la competitividad (Granell, 1993). o, baza profesional."

f
:.
o
',',
Desde luego, cualquiera tiene hoy bien claro en la profesión¡ en
Europa o en Estados Unidos que si investiga sobre, pongamos por
caso, «los distritos de alta tecnología en Andalucía», tiene la
En San Juan de Puerto Rico~ y gracias a la excelente orcanlaclón del Dr. Carlos AI.i
Santiago~ que nos reunió del 15 al 22 de mayo de 1994 en el Primer Encuentro
lstinoemericsno de Sodología del Trsbsio. hemos continuado algunos filones de
este debate con lo que bien podríamos llamar 1.1 «plana mayor» de los colegas y
amigos que aglutina !J recién nadda Asoasción 13tinaamerfana de SodoloKfa del
Trsbsjo.
'~.

18 Revtsta Latinoamericana de Estudios del trabajo Paradigmas de la Soclologfa del Trabajo


19

«autopista inteligente» por delante. Si se empeña en estudiar el logia económica», que específicamente considera haber enriquecido
trabajo precario y degradado de las mujeres en la trastienda de la a la «vieja sociología de la vida económica», de la que la sociología
fabricación electrónica, lo más que puede conseguir es que le llamen del trabajo era una de sus encarnaciones, ampliando sus temas de
«sesentayochlsta»." trabajo y recordando que producción, distribución y consumo se
Para medrar en la profesión hay que ser cientifista, volver a explican por la inserción de las personas en relaciones sociales. 2O O
modelos fosilizados, copiados antaño de las ciencias naturales, pero la ergonomía, rompiendo (y ampliando) o develando y reconstruyen­
que permiten la (aparente) distancia objetiva del investigador abstrac­ >.F do el objeto mismo de nuestra pasión científica, el trabajo: el análisis
to, no implicado. Nada de mancharse las manos. La mejor sociología ;ji. del trabajo, no sólo supone estrategias de Investigación específicas,
está así a merced de ser seducida por los «modelos limpíos» de la
peor economía."
J marcadas metodológicamente por el estudio directo, la observación
participante, etcétera, sine que devela aspectos del trabajo que lo
y así, la organización de la profesión marcará, tanto en sus focos
de atención, como en la metodología, la orientación de la sociología
del trabajo, como si no existiera más trabajo andaluz que estudiar que
1i amplían. Por ejemplo, los aspectos cognitivos en los sistemas com­
plejos de producción."
Fragmentada, asaltada y enriquecida, la sociología del trabajo
el del parque tecnológico de La Cartuja o El Corredor de Dos .~ amplíará su campo hasta constituirse en una disciplina cuyos objeti­
Hermanas en Andalucía. ~~.. vos son «mostrar el conjunto de relaciones colectivas por las cuales
b) Mirar desde la atalaya de la evolución de «la disciplina» parece
casi un ángulo semejante.
l7'= se realiza la producción de bienes y servíctcs».»
c) Un tercer mirador hacia el futuro .de la sociología del trabajo lo
~.
La sociología del trabajo, como es sabido, es tan antigua como la $--
proporcionan las tendencias, el state of the srt, la historia próxima,
J.c
misma Sociología y está inextricablemente ligada a sus propios ,
n­ y la base de los programas de investigación. Desde ellos y por ellos,
orígenes. :0(­ obviamente, están dándose las condiciones de posibilidad, el futuro.
Recientemente, como se ha afirmado con autoridad, la sociología d) A dónde va el trabajo mismo, «todas las formas de trabajo y
,
• é

del trabajo ha cambiado su posición respecto a otras ramas de la actividad», usando una expresiva caracterización de Ray Pahl, en su
sociología, en la misma medida en que el trabajo, de ser una categoría Divisiones del trabajo, delimita o señala, si se me permite una
sociológica central, ha pasado a ocupar un lugar menos relevante. paráfrasis de una vieja formulación de Lucien Goldmann, el máximo
Pero también, aquella preeminencia y desarrollo la han llevado a su de conciencia posible de la sociología del trabajo.P
".;

fragmentación actual: de ella han surgido muchos hijos que han }}t El futuro del trabajo delimita la evolución posible de su sociología.

querido desarrollar una vida tan autónoma, que parecen, para


afirmarse, necesitar «matar al padre», negándole incluso enjundia
teórica a la rama de la que se desgajaron."
f
-.
;tJ1>
A menos que se haga arqueología, diseño del futuro, utopías,

prescripción en lugar de descripción. y no se piense que esto últímo


es algo insólito en el gremio de los analistas del trabajo. Más de una
Primera característica actual de la sociología del trabajo es, pues, vez le gustaría a uno preguntar a un autor, «éde qué posfordismo me
su fragmentación. hablas?» (Castillo, 1993). y no sólo a futuristas de la enésima ola,
La segunda, en la coyuntura presente, es, sin duda la de ser una sino a académicos de rancio prestigio en el Social Sciences Citation
disciplina «asaltada» por otras disciplinas, con las que discute la Index.
sociología del trabajo, en muchas ocasiones, autoimponiéndose Desde luego, podría afirmarse que a tal trabajo (tal concepción de
problemáticas y puntos de partida, que se plantean como algo s.,
lo que sea considerado trabajo), tal sociología. Basta mirar la historia
novedoso, contra la más trivial evidencia del conocimiento acumulado reciente de la disciplina para detectar cómo el objeto material y
,~ ..
en sociología y otras ciencias sociales. Quizá los más fiagrantes teórico de la misma condiciona métodos, alcance, técnicas de inves­
~~'
vengan de las economías de los costes de transacción o de la escuela tigación ... "
de la acción racional, o de la acción colectiva. Como dijimos antes, ','" Así, basta ampliar el estudio del trabajo, del trabajador colectivo,
algunos se preguntan si la sociología acabará seducida por la al proceso completo de producción de un bien o servicio para
economía. lB generar una concepción de la sociologia del trabajo con un particular
Una disciplina asaltada, pero también enriquecida por el trabajo perfil epistemológico.
realmente interdisciplinar. Un ejemplo entre los muchos que vienen a la memoria. Beneria y
Asi, en el caso de la antropología, incluyendo un estilo de Roldán, para estudiar el trabajo a domicilio en la ciudad de México,
investigación, y no sólo una mirada nueva." O de la nueva «socio- decidieron seguir la cadena de subcontratación insertando ese traba­
-:Ir
"

2.0 ReYfsta LatInoamericana de EstudlaJ dII- ' - _," Paradigmas de la Soclologr> del Trabalo 2.1

jo en el proceso más amplio al que pertenece, recomponiendo la cada sociedad». Cómo se convierten en problemas sociales, «cuando
jerarquía que integra el trabajo a domicilio en una pírámide, en la cual las gentes miran hacia un estado de cosas de una manera determina­
las condiciones de trabajo y empleo «se deterioran a medida que se da».29
baja en la pirámide), afirman. La investigación analiza, además, las Una respuesta, provisional por ahora, es que una buena parte de
trayectorias, las relaciones e intercambios en la casa, el «contrato ello, hoy en dia, depende de la percepción social, de la insistencia,
matrimonial», etcétera, etcétera. La conclusión de esta espléndida de mecanismos de convencimiento, de la fabricación social de
investigación es que no puede entenderse esta punta de la división problemas que, en el caso de la soclologia del trabajo, pasan a ser
del trabajo que es el trabajo a domicilio sin estudiar, conjuntamente dados par hecho, y a partir de los cuales la propia ciencia se orienta.
con los aspectos tradicionalmente analizados por la sociología del Esta construcción ideológica, hecha de metáforas y analogías, plantea
trabajo, la organización productiva. la subcontrataclón, las dependen­ al investigador dificultades de des-montaje con obstáculos
cias de empresas nacionales o internacionales. Por otro lado, tampo­ epistemológicos, duros de pelar. Más difícil. todavía si el pensar
co se puede entender el significado Y funclonamlento del trabajo a metafórico o analógico puede pasar a ser el fundamento de la misma
domicilio sin estudiar los cambios en el papel de la mujer, las explicación científica.]O
relaciones de género en la sociedad, las «ideas hechas» sobre los Por ejemplo, cqué hay detrás de la metafórica palabra f1exibilídad
talentos de las mujeres y jos mecanismos por \os cuales se convierten que ha ocupado en los pasados años ochenta a centenares de
en rasgos de beneficio para las empresas, etcétera." sociólogos del trabajo?
Esta sociología del trabajo está así a mil leguas en sus problemas, Para empezar, y por lo menos, toda una simulación de funciona­
métodos, objeto y objetivos de otras sociologias del trabajo «viejas» miento de la economía y de la sociedad que encadena con otras
o «posrnodernas». metáforas justificadoras dei empobrecimiento de los rasgos centrales
E igualmente lo estará en el futuro una sociología del trabajo capaz del trabajo. Una última es la de que en ese mundo flexible, abierto,
de seguir al trabajo en sus evoluciones, en sus formas cambiantes, y cambiante el trabajo no puede ser ya considerado una carrera, sino
complejas y a veces casi intangibles, como si las aparícnclas hubieran una aventura.
dado la razón a los Píndaros de la «fábrica sin hombres», esa legión Cuando simplemente se trata de nombres «politicos» para realida­
que tiene ya, al menos, \ 50 años de historia. des sociológicamente identificadas, como es frecuente encontrar en
e} Un último punto de vista que permite prospectar hacia dónde la demanda de instituciones internacionales, el problema es menor.
va la sociología del trabajo, es el de la demanda social, concepto que Por ejemplo, que se bauticen como «nuevas formas de trabajo y
'.
está lejos de dejarse ldantlflcar con claridad. ." actividad» lo que es masivamente vivido por los trabajadores como

Emplricamente se puede reducir con aparente facilidad: qué pro­ i


",+: precarización.

gramas, áreas, proyectos, temas, etcétera, se fomentan o financian


por las entidades públicas y privadas. Cuál es ei grado de libertad
.~:~ Cada vez hay más trabajadores psrt-time, tanto en Estados Unidos
como en España contra su voluntad, por irnposlcíón del «mercado».
para el sociólogo en la conversión del problema social en sociológi­ Sin embargo, no dejará uno de oir canciones a la libertad olrecida a
~

(0. 16 los trabajadores y, sobre todo, impuesta a las trabajadoras, en esta


Pero si queremos ir un poco más allá hay que hablar de ideologías, ,. forma de trabajo."
de intereses, de retórica, de repetición, para explicarse por qué, Si se deben construir los conceptos teóricos a partir de las
como ha destacado Daniele Linhart recientemente, muchos de los vivencias, ideas e ideologías dominantes, el esfuerzo por despegarse
conceptos en boga en la sociología del trabajo actual han sido del sentido común, por identificar ios problemas de investigación,
«inventados» por el msnsgement; las dlrecciones de las empresas." debe ser sostenido y vigilante. Porque marca el camino que hay que
En una revisión de la literatura anglosajona sobre «\a cultura de .;;: recorrer con innumerables trampas y obstáculos peculiares, que
empresa y la búsqueda de la excelencia», se ha llegado a la conclusión dificultan la fabricacíón de un sentí do común científico a partir de
de que esas ideologías del management, machaconamente repetidas vivencias y concepciones del mundo generalizados." Pero, también,
en los medios de difusión, acaban influyendo notablemente en lo que porque si se sortean esos obstáculos [cdos escarpados caminos de la
se cree que es la realidad del trabajo. Y, por supuesto, en los temas ciencta»), peligran los niveles de aceptación por los actores sociales
y problemas que parece relevante investigar." de los conceptos construidos. Objetivo éste que, en el horizonte
La pregunta decisiva es, pues, quién [y cómo) se decide qué es táctico, o estratégico, del investigador está presente: para obtener
relevante para la investigación, cómo se articulan <das preferencias de
jt:.
-.L
~c
22 Revista LatInoamericana de Estudtos del trabajo Paradlsmas de la Soclolo¡¡(a del Trabajo 23

más demanda social o para cambiar el marco de la acción y generar la esencia del trabajo más general, para poder así modelarse a sí
así nuevas demandas." mismos y gozar del dispossble time, la mejor medida de la riqueza de
El caso es que algunos de estos temas, como sucede hoy con la las naciones."
«producción ligera», J la que luego se alude, se han convertido en
auténticas «leyendas contemporáneas», a veces en tiempos récord, IV. El malestar de la sociología del trabajo
apoyándose sobre estructuras míticas anteriores, yendo incluso
contra la corriente del senso comune. Procesos que bien merecen en Hemos visto hasta ahora que existen «temas» que no ocupan la
sí mismos un estudio de sociología de la ciencia." primera plana en la academia, siendo asi que las sítuaciones reales de
Un ejemplo llamativo en la pasada década fue el de las llamadas trabajo existen: por ejemplo, intensificación y degradación de las
«nuevas tecnologías», condiciones de trabajo. Se sabe mucho ya sobre estos asuntos, pero
También en este país semiperiférico desde el que escribo esta fue no parecen aplicarse esos conocimientos para terminar con esas
la «fíebre de los años ochenta». No hubo -al menos en España­ situaciones.
palabras más usadas [y mal-tratadas). Desde la demanda política Por otro lado, hemos señalado la generalización de problemáticas
[Planes Nacionales), hasta el morbo periodístico y la «rnodernez» que dominan la Investigación en la sociología del trab]o, sean cuales
académica, todo contribuyó a que, en títulos, JI menos, esas «pala­ fueran IdS condiciones socioeconómicas o los sistemas de regulación
bras clave» inundaran las bases de datos. social nacionales. Estos universales ocultan más que desvelan la
y e[ caso es que aún es un misterio cómo se impuso un paradigma naturaleza del trabajo y la situación de los y las trabajadoras.
explicativo tan ingenuamente monolítico a partir de Un «saber y así hemos llegado a preguntarnos hacia dónde va una sociología
popular» tan crítico como el existente. tt del trabajo que parece no conseguir que sus saberes se apliquen, que
En efecto, casi con el comienzo de «la década socialista» un ,'~~ no se socializa y «muere de éxito» al disolverse como conocimiento
"
rockero español de gran éxito popular, colocaba una canción, «Año científico y pasar a ser sentido común compartido en cada socie­
2000», entre los títulos más escuchados del año en su album «Rcck'n dad."
Ríos». Que el «mícrordenador de tu porvenlr», «por lo pronto te Para abordar la respuesta de hacia dónde va la sociología del
quita el «curro» [trabajo], además de hacerte fichas sin fin», podía trabajo hemos recorrido en el apartado anterior algunos puntos de
parecer una opínión exagerada. Lo que quizá no soñaba este «viejo vista y, sln que ninguno de ellos sea menor, el último presentado, la
rockero» era con encontrarse que su canción era compartida no sólo demanda social nos ha parecido que puede servir de eje central para
por los jóvenes que llenaban sus conciertos en España, sino por el nuestra respuesta.
63 por ciento de la población mayor de 18 años, en cuanto al Reflexionando sobre sí misma, la sociología del trabajo es cons­
incremento del paro inducido por la informática, y por el 69 por ciente de que con lo que sabe y debiera saber todo el mundo hoy
ciento en cuanto al mayor control de [a vida privada de las perso­ mismo sobre el trabajo, la organización de la producción, etcétera,
na5. 35 las opciones políticas (po/icy options), es decir, la aplicación de
El coso es que en los mejores trabajos, la estrategia de investiga­ conocimientos, debiera abrir paso a un nuevo género de problemá­
ción está cruzada por una visión unilineal y no integradora de lo ticas de investígación. 3B Por eso, a veces, vive la reiteración de ciertos
presuntamente nuevo frente a lo viejo: esa modernidad «pos moderna», estudios como obviedades que todo el mundo sabe. Que sólo falta
se enfrentaba tanto a las máquinas como a los y [as trabajadoras, con ponsrso a aplicar.
la idea de que inevitablemente debían ser sustituidos por algo Si como Barnes decía se avanza en las ciencias sociales por
«nuevo», ellos, sus saberes, su experiencia, su saber hacer, su modelos y metáforas, una casi poética podía ser ésta: la sociología
entorno: el mundo de las tecnologías de la información no puede ser del trabajo siente su malestar, Se muere, por no ser parte de [a
asimilado por los trabajadores Ytrabajadoras adultos, pertenece a los sociedad en lo que ya sabe. Quiere trtvlallzarse, convertirse en
nifios, se llegó a escribir. realidad para todos. Quiere política. Quiere ser aplicada. Y se pasma
Pocas investigaciones se apoyaron sobre lo que en cambio parecía de no serlo, como lo fuera en el pasado,"
_y parece- más sensato, económico y generador de riqueza: el De ahí le puede venir a la sociologia del trabajo el afán de
b1ending, la mezcla, la fusión, el desarrollo, a partir de lo existente, convencer, lo reiterativo de muchas masas críticas de conocimiento
de la cultura material, de los saberes tradicionales, de tecnologlas en determinadas áreas. Un ejemplo llamativo de los años ochenta son
capaces de potenciar el dominio de las personas sobre la naturaleza, los estudios (écentenarss o miles?) sobre «consecuencias» de la
,
~~'r_.

24 RevistE Latinoamericana de Estudios del trabaja Paradigmas de la Soclo/ogta del Trabajo


25

introducción de máquinas-herramienta de control numérico, que tamiento, sino un complejo y limitado por sus hábitos, hombre de la
mostraban hasta la saciedad que esas «consecuencias» no estaban calle.
condicionadas por la tecnología, sino por el diseño mismo dei .1/ :
trabajo, por la concepción, el «alma», que quien toma las decisiones
decide imprimir en ella."?
..
I v. La socio logia del trabajo debe recuperar la definición de los
problemas sociológicos
Pero quizá ei ejemplo más expresivo de lo que decimos, y que
además está hoy en la primera página de las agendas de investigación la sociología del trabajo tiene vocación de ser aplicada. Asimilado
y de las ideas recibidas (machaconamente) desde el frente msnseorlst, por la sociedad un mayor nivel de complejidad, al hacerse más
sea el de la participación. Se ie puede llamar implicación de los reflexiva, la sociología del trabajo eleva también el grado y la
trabajadores, consenso, confianza o autonomia responsable, según el elaboración de sus paradigmas o estilos de interpretación y contri­
terreno de donde haya partido el investigador y su estadio de buye así a incrementar la <<inteligencia invisíble» de cada institución,
fabricación conceptual." Pero, tanto para determinar el funciona­ de cada sociedad."
miento de esos «mundos productivos» de excelencia que son los la sociología del trabajo se mueve entre la repetición de lo obvio
distritos industriales, como para optimizar el funcionamiento de los y la penosa desconstrucción de demandas a medio camino entre
sistemas complejos de producción, la confianza entre los «ideas de aeropuerto» y problemas reales de nuestras sociedades:
interlocutores, las relaciones de producción participativas parecen Si acabamos aceptando lo que nos dan como inevitables problemas
consistentemente, dicen algunos, casi inevitables. sociales (y sociológicos), todas las economías productivas, centrales
y sin embargo... Mi propia experiencia, participando en un o periféricas, tienen que ser flexibles y llegar en el momento
programa internacional sobre «la participación directa de los impli­ oportuno, justo a tiempo, claro. la investigación parece dirigirse
cados en el cambio tecnológico», es que, cuando ha terminado la únicamente a verificar si estamos en fa vía de la «producción ligera»,
tarea propiamente de investigación (al menos provisionalmente: si existen cada uno de los componenteslíngredientes de esa milagrosa
nunca se acaba una investigación), se nos pide más persuadir, sopa: un poco de equipos (semi)autónomos, un fondo de máquinas
difundir, socializar, crear consensos que crear conceptos." de control numérico, espolvoreado todo ello con circulas de calidad,
la investigación de los afias ochenta muestra, sin duda, aunque y para que trabe bien, hervirlo en un caldo de participación y gestión
con diferencias y dificultades, que el involvement tiene favorables pianiflcada de recursos humanos.
repercusiones en la puesta en marcha, en conseguir el nivel de la sociología del trabajo habría llegado asi a perder su capacidad
«crucero», en la mayor productividad por menores interrupciones, de explicar el mundo (al menos el del trabajo], dedicándose tan sólo
etcétera, de los sistemas productivos. Incluso por una mayor entrega a confirmar si existe o está en vías de desarrollo lo que las
Je
de trabajo, por el compromiso de los trabajadores, no sólo se -: repeticiones ideológicas han convertido en inevitable, el único cami­
consigue un mejor «clima laboral», sino mayores cantidades de no.
.
~~

trabajo. Por una convergencia ideológica entre lo nuevo para el capitalismo,


Pero la demanda actual a la sociología del tabajo no es más el futuro que alivia de hablar del presente; y por otro lado, lo último
investigación que aclare, perfeccione, muestre los límites de lo ya para los sociólogos, tal como les exige la academia, estar in, ser
demostrado, sino repetir, con la autoridad que puede tener lo cosmopolitas, acabamos en la auténtica ironía o paradoja de que
«cientlfico» en nuestras sociedades, estos hallazgos para convencer quienes debieran abrir el mundo a las 100 posibilidades de la acción
a ios empresarios, o quienes llevan a cabo las funciones de meneeemont, humana terminen postulando que la «opción racional», la Posibiiidad
de que las cosas son asl, que es rentable tratar a los y las trabajadores de los individuos y grupos de decidir y optar, es únicamente aceptar
como personas y ciudadanos. O sea, se trata de incorporarlos, lo inevitable."
temáticamente, a la comunidad cientifica sociológica por medio de '.'. Por ello, parece consecuente proponer que la Sociología del
una retórica perseverante. ~. Trabajo debe, en primer lugar, recuperar una mejor posición en la
Visto desde otro lado, el sociólogo parece perder su elegancia propia deflnlclón de los problemas sociológicos.
distante para predicar la buena nueva del hallazgo. la retórica desde Se dirá ante esta pretensión que es puro voluntarismo o ingenuí­
luego es ahora más eficaz que la iógica. El receptor del mensaje no dad: ¿qué puede Un SoCiólogo, ni una legión de ellos, para contra­

--_...:_­
es en la mente del sociólogo el «actor racional» al que bastaría
suministrarle una información decisiva y clara para variar su cornpor­
. ~
rrestar pongamos por caso, al «MIT Productions lnc.», que alardea en
la contraportada de su lanzamiento mundial de la. «prodUcción
-<......~,."".
26
Revista Latinoamericana de Estudias del trabajo

ligera», que esa máquina que cambió el mundo ha supuesto 5


,
1" ~
,.

1:
1, ",)
ParadIgmas de la Soclologla del Trabajo 27

Cada realidad nacional, y cada comunidad científica, por otro lado,


da a estas problemáticas sentidos muy diversos, a veces incluso
millones de dólares de inversión?"
Con todo el prestigio de <da academia» hoy, La máquina está en antagónicos, en función del contexto del debate social y de las
cada mesa de despacho (y de noche) de msnseers y directivos del prioridades políticas.
mundo entero. Y, por supuesto, también en las mesas de los De hecho el «modelo italiano NEO>, o Terza Italia, para decirlo con
el titulo del famoso líbro de Arnaldo Bagnasco, supuso un ejemplo
sociólogos del trabajo. Qué remedio ...
Sí pueden algo los programas que confrontan punto por punto
casi ideal de socialización de los saberes sociológicos. La Italia del
«argumentos» como el aludido, Y que puedan mostrar o que los
norte asume esos saberes en los últimos 20 años en una especie de
problemas planteados son falsos problemas o que sus conclusiones
círculo investigación-sociedad reflexiva-difusión-aplicaci ón.
Pero para la comunidad cientiflca internacional, (fuera de Italia y
mayores son equivocadas." España) el debate sólo ha llegado cuando la experiencia italiana se ha
Hay casos en que se parte de una asunclón establecida Y que no

se ha puesto en cuestión hasta el presente. Sobre ciertos postulados


contado en inglés, con The second Industria! divide, de Piore y Sabel,
se va edificando, tomando como ctrruentos bases muy débiles que
otro best-sel!er de la «MIT Productions lnc.». Y ha sido entonces, y
basta (?) someter a una crítica interna, o poner en un contexto más
en un primer momento, discutido como un modelo prescriptlvo, de
mundos de posibilidad. El caso de la recepción en el Reino Unido,
real para que comiencen a desmoronarse.
Por ejemplo, la repetición ha;ta la saciedad de que estamos ante por razones complejas que vaidría la pena analizar, es emblcmático en
<da emergencia de un nuevo paradigma dei desarrollo económico que este sentido."
enfatiza los servicios, la producción ñexlble y el consumo persona­ Verdades a medias que pueden reconstruirse con más esfuerzo
lizado»" Y la vía probatoria es el cruce de citas: «ya lo dijo fulano», investigador. Por ejemplo, sobre Silicon Valley. Desde luego, el eje
que a su vez remite al citador. Y todo el peso del argumento es, principal del debate actual sobre las posibilidades de prosperidad de
simplemente, que crecen «los servtcios». todo revuelto. Y, en Sllicon Valley está directamcnte centrado en el papel que en el
funcionamiento del «distrito» puedan tener las redes y relaciones
consecuencia ... o sociales, hasta el punto de que «optimistas» y «pesimistas» hallan ahí
Hay otros casos, como los distritos industriales Y el posfordism
que tienen la piel más dura. Y ello, creo, entre otras, por [as razones su enfrentamiento. Saxenlan (1990) las ve resurgir actualmente,
sobre la base y raíz de las que se erosionaron, mitigaron o desapa­
siguientes.
Primera, porque algunos sociólogos del trabajo están utilizando '~'" recieron en ios úitimos años ochenta, mientras que Florida y Kenney
estos mecanismos retóricos Yargumentativos para propiciar un mejor (1990), creen que aquellas redes cooperativas han sido sustituidas
futuro del trabajo a base de invocarlo, de mezclar descripción con hoy por un clima donde predomina la competencia cruda y dura.
prescripción, de proponer mundos que aún no existen, pero que si Pero donde, a nuestro juicio, se puede aportar más, es en el
se invocan Y repiten -aseguran- acabarán por hacerlo. Hace casi 60 terreno de las investigaciones -que existen, aunque no siempre
años identificaba bien esta posición Ludwik fleck: «el grado más estén publlcadas- que miran también al otro polo olvidado de la
activo de la tendencia a la persistencia de los sistemas de ideas lo situación reai existente. Que sirve para completar el análisis en
~ . términos de procesos de producción. Nos referimos al «cuarto
constituye la ficción creativa, esto es, la realización mágica de las
ideas, el interpretar que se han cumplido los propios sueños cientí­ trasero» de la fabricación electrónica, con condiciones de trabajo
ficos. (... ) Podría citarse cualquier teoría, pero todas contienen un , poco «modernas» o «posfordistas». Antes bien, con condiciones de
cierto porcentaje de ilusiones del investigador>} (1986:79). trabajo enormemente dañinas para los trabajadores dentro de los
Uno siente -Iógicamente- una ambivalente atracción por estos 1 ":,'
centros productivos y, además, con condiciones contractuales poco
.:.¿
argumentos; ¿quién no quisiera ver el próximo milcnlo el mundo adecuadas al «centre». En su inmensa mayoría se trata de mujeres
convertido en una oweniana federadón mundial de «pueblos de unión hispanas. so
Doble confluencia aquí: la perspectiva de ios procesos completos
o cooperación» o distritos industriales?"
Segunda razón de la mayor dureza de estos argumentos: porque de producción y la del género contribuyen a descubrir y completar
cuentan una parte de <da verdad», incluyen, a veces, el lado oscuro ese lado en sombra de la reorganización productiva. Incluso si ello
de la realidad social que otras versiones posfordistas dejan en la presenta «u n cuadro pesimista dei impacto de la reestructuración
sombra. Sólo que lo incluyen de pasada, casi como una vacuna contra capitalista sobre las mujeres trabajadoras» en Estados Unidos."

la critica.
~'"'~

2B
Revista Latlnoamertcana de Estudtos del trahafrJ

Esto por un lado. Por otro hay, a veces, piezas Formidables de


investigación que, aunque puedan comentarse al paso, no se toman
I

~.~

1'­
Paradlerres de la soctologra de{ Trabajo

VI. La sociología del trabajo y el «racionalismo aplicado»


29

Recuperar más iniciativa en la definición de ios problemas sociológi­


en su rotunda significación explicativa. I
En este mismo caso de las «tecnópolls» californianas o de New cos sólo puede hacerse si superamos la más grave limitación y
England en Estados Unidos, ha sido demostrado con contundencia el censura sociológica: utilizar «categorías de pensamiento que impiden
papel jugado por los encargos de la industria de armamentos en el que ciertas cosas sean pensables»."
desarrollo de tales «distritos». El gunbelt, es decir, este conjunto de Aunque parezca obvio en otro contexto, no lo es en éste:
«enclaves regionales dedicados al armamento de la guerra fría», estos necesitamos teorías no triviales y combatir aquellas trivialidades que
«distritos industrio-militares» no deben su desarrollo -aseguran pueden tener consecuencias desastrosas sobre las personas. Por
quienes lo han estudiado a fondo- a ningún proceso endógeno sino «teoría» hoy, en nuestro terreno, pasa cualquier decisión politlca,
que «ha sido profundamente marcado y creado por dólares externos cualquier intervención política de un gobernador de un Banco Cen­
trai, o cualquier discurso de fin de semana de un ministro de
y agencias externas»."
Tercer y último ejemplo de cómo se puede recuperar la iniciativa economía."
en la definición de los problemas sociológicos: yendo a favor de la Pero aquí, obviamente, sólo recomendamos la crítica de las Fuentes
corriente. Desde luego, no hay mejor crítica que la que supone la que constituyen el substrato de las categorías socialmente enraizadas,
encar-nación en movimientos sociales de las acciones teóricas." bajo apariencias «teóricas». Tal el libro-manual de directores que
Un buen ejemplo: la literatura sobre los jóvenes, a mediados de los explica las tendencias del trabajo con esta meridiana claridad: <dos
ochenta, convertidos, por virtud de los mismos mecanismos ideoló­ empresarios están dispuestos a considerar casi cualquier tipo de
gicos en objeto -en Europa y en España al menos-, de centenares arreglo en el trabajo que les proporcione trabajo a costes meno­
de estudios, informes e investigaciones en relación con el trabajo. res»."?
Tanto estudio sobre la Falta de experiencia, los altos niveles de
Mi propuesta positiva podría decirse, casi programáticamente
desempleo, lo bien que les vendría recuperar el «gusto por el trabajo
señalando brevemente tres puntos entrelazados.
bien hecho» (lema socialista en 1982, recuerdo], la «juvenilización»
Necesitamos teorías abiertas. Una soclologla del trabajo reflexiva.
eterna, prepararon el clima, de tal modo que el gobierno español
Una permanente vigilancia epistemoiógica en las investigaciones.
quiso poner en vigor una llamada Ley de Empleo Juvenil que abarataba

el coste del trabajo Y situaba a los jóvenes como el futuro [negro) de


1. Una teoría abierta en más de un sentido. La actual Fragmenta­
ción y especialización, a veces, no es un campo teórico, sino la
la precarización generalizada.

Los políticos juzgaron muy mal lo convencida que estaba la


búsqueda de un predio particular y exclusivo [y lirnitador, claro].
sociedad, aunque los sociólogos nos habíamos volcado en el asunto:
Abierta en sus conceptos y especialmente en su concepto central, el
pocos pueblos hay en Espaiia que no tengan su estudio de los jóvenes
trabajo. Y con ellos, los métodos y las categorías de pensamiento.
Abierta, desde luego, a otras disciplinas en la medida en que ayudan
y el trabajo.

El caso es que cuando ya se iban a piantar las bases del sueño de


a i1umínar caras en la sombra de nuestro objeto, e incluso a recrearlo.
muchos empresarios de tener una fuerza de trabajo fuerte, joven, en
2. En segundo lugar, la sociología del trabajo necesita un compro­
los procesos de producción, y débil, precarizada, en el mercado de
miso radical de reflexividad, aplicarse sus propios conocimientos a sí
trabajo, los sindicatos, con una plataforma reivindicatlva a Favor de
misma, a nosotros mismos. Un aplícate el cuento que no permita
los jóvenes, de los parados, de los jubilados, de la vivienda ...
decir aquello de «en casa del herrero, cuchillo de palo».
convocaron a una huelga general en 1988 que Fue masivamente
3. Y, en Fin, en tercer lugar, Una voluntad de evitar el primer
seguida. El país se paralizó sin que tanto estudio Y propaganda le
obstáculo epistemológico en las ciencias sociales, como si cada
investigación Fuera la primera: evitar la familiaridad con el objeto de
convencieran.
Desde entonces, los jóvenes siguen estando igualo peor en el estudio, muy influido por el bombardeo ideológico: abrir así los
mercado y en el trabajo, pero muy pocos sociólogos se plantean que frentes de la «demanda soclal», pensando e investigando para volver
a pensar. E investigar.
ese es un tema prioritaio de investigación."

~'~
30 RevIsta Lsttnostrertcsru de Estudios del trsbsio ~
Paradjgmas de la Soclclogla del Trabajo
31

VII. Conclusión
T
Cuando, en 1974 se publica Trebsio y Capital /'1onopolista, [os
tiempos que corren podían caracterizarse, para los sociólogos del
¡ Abstraet

trabajo, por ser tiempos en los que -según la contundente caracte­ The «great question» of contemporary sociologists is based in
rización de Alvin Gouldner- teorizamos bajo el sonido de los
disparos, sintiendo aún en nuestros cuerpos [as ondas expansivas de
t
the contrast between work situations, real conditions of work,
and bad working conditions, and the emphasis of research
100 revueltas que asaltan el viejo orden.:" programs, in very different countries, in flelds very similar and
Hoy, casi 20 años después, los ruidos de la resistencia y de los ~ issues quasithe same: lean production, lusr in time, postfordlsm,
nuevos movimientos desde los lugares de trabajo se han atemperado. • etc. Even if these countries have different backgrounds, history
Todo parece presentarse como si la insonorización de esas posibles I and industrial relations.
mil batallas se hubiera colocado en ei origen, como si no existieran, l For an exploration of the possible future of the Sociology of
como si fueran problemas resueltos. Work, the author takes different polnts of view: the organization
Algunos sociólogos del trabajo, atraídos por esta placidez, pare­
cen dedicarse exclusivamente a escribir odas pastorales al trabajo
l

l'
of the professlon, the academic and scientific structure, the
future of work, and the social demando
justo a tiempo, componer serenatas nocturnas a la implicación del For a better futura for the Sociology of Work and of the society
trabajo, sinfonías casi wagnerianas a la flexlbllldad, o mozartianos l itself where this sociology is developed¡ a proposal of better
divertimenti a la producción ligera o los distritos industriales de
«alta» tecnologta." ¡
definition of socioJogical problems, and a theoretical
reconstruction is argued.
Nada parece llamar su atención hacia aquellos que fueron, 20 años
ha, temas centrales de su preocupación, cuando, atraídos por el I
fragor de la baalla, bajaron al campo de [a división capitalista del
trabajo, de la descalificación, del sindicalismo de gestión, de la
I

Notas
intensificación del trabajo. Y que sin embargo aún existen como
problemas planteados y abiertos.
E[ futuro de la sociología del trabajo está en su fuerza analitica,

1 LJ cita es de AMn Gouldner (1 978:360}. AlifO seme/ante il mi srgumento dice

Ludger Fríes, sociólogo alemán que Jctua/mente trafu¡J en PuebIJ, México: «El
conceptual, de diseño epistemológico, capaz de hacer aparecer bajo sociólogo del trabajo [o de la industria) apeñ-:Js -tiene tiempo y oportunidad para
[as capas de apariencias cada vez más densas, duras y espesas, las observar su propio quehacerdesde una distsncis que le permas ejerceruna reflexión
relaciones sociales que están en su base. teoncs y Jl1iJ/íticil... » (Fries, 1994).
El futuro de la sociología del trabajo está en contribuir a la tarea 2 Clifford GeerlZ 11988:29}: «léw-Strsoss doesn 't wsnt the resder to look through
bis text; he wimts him ro look st it».
teórica (y politica] de mostrar la situación del trabajo, de los
J Véilnse Humphrey 11993}; Dombols y fries 11993}. y, como primer bstsnce del
trabajos, y de los y [as trabajadoras, su verdadera y completa
situación. I
congreso y de los problemas abordados, Carrillo, 1993-1994. Estemos preparsnda
una edidón espstiols de las princtpstes ponencias, así como de los «estados de la
Para ello necesita explorar sus límites y fronteras, analizarse a sí cuestton» por países presentados en este primer Congreso, que será publícada en
misma y el lugar que ocupa en, entre y con los actores sociales, en número monogrJfico de la revista Economía y Sociología del Trabajo [Madrid), que
cada concreta sociedad.
Para contribuir a discernir por qué no estamos, aún, en el reino
de la libertad, sino, en muchas situaciones, en el mundo, en América
Latina, en Europa, en España, ante la necesidad de arriesgarse a
,f edtt» el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
4 Véanse, al fina!, los <<Agradecimientos». Esa evaluación, «hito en la evolución»;

es la callflcación que en la «Carta del Presidente» hemos hecho en la Newsletter del


Comité de Investigación «Sociología del Trabajo», 1994, No. 1, de la Asoasaon
lntemectonst de Sociología.
perder la vida para ganársela. 5 Gagnon y Legendre., 1991: un número monogrJfico de Socíologle et Socíétés
sobre el asunto; lo de «entemss» es de MJchel Freyssenet [1992) quIen ha
orgsnlrsdo un conjunto de reflexiones interdisciplinarias sobre el concepto de
trabaio, que reflejan, a mt juido esa situadón. y que, por cierto, suponen un buen
punto de perttds psrs un reddressement. «Los sociólogos en el debet» soda! en
EuroPila fueron unas muy Impomntes jomadas, organizadas en Pans por Sdbine
Erbes del INESCO-CN/?S- en 1991.
32 Revf.'it.l Lsttnosmertcme de Estudios del treteto
Paradlgrras de la Scclclogla del Trabajo
33
6 Vd,1Se el bslsnce de Casal/o, 19B~ ((/.;J Socio/agÍiJ... »,
7Pt1rJ un elenco de los asuntos que preocupan a los sociólogos espetiotes puede ciencias próximas COn un stre de mimesis que «universaliza» los problemas, Induso
bsstsr por ahora con remitirJI indtcegeneralde Sociología del Trabajo. En julio de en la biotecn dogls. Véase Fsntsnt y otros, 1993.
199~ la revista dIfunde 2 mil ejemplares que lIeg'¡¡f1, según las suscripciones fiías 14 Desde luego, algunos sociólogos varones han pasado de la ignorJndJ i/ ser mis

(casi ÓOO), además de suscriptores individuales, prmcipelmente s instituciones que feministas, mujeriegos. Otros, muchos, continúan en el viejo paradigma. Véanse
untversttsrtss¿ instituciones de decisión pohtics: Ayuntsmtentos, Centros de las excelentes criticas dejenson, 1988-1989y McDowe/~ 1991. Para EsfJJña, véase
Nuevas Tecnologtss, Institutode Empleo, Centros de Dessrrolto Local; Instituto de la reseña de P. Candela, 1992.
Seguridad e Higiene en el Trsbsfo, etcéters. Estos dos tipos de suscriptores son ts De te fabula nsrrstut; ¡¡C. Véase, como ejemplo de buen trabajo, Barrera, 1990;
seguidos en lmportsnds por stndicstos: centros de formación, ramas locales; y y Nssh y Fernindez-Kelly, 1983.
empresas: Metro de Madricl Telefónia, Astil/eros, pspelerss, automóvil; el quinto ~ ID Hirsch, Míehaels y Friedman, 1987, «Di!ty hsnds». Un Premio Nobel reciente ha
:"
y último grupo lo constituyen consultores y fundaciones. '~ llegado .1 decir de esa apaddad de «sbstrscaon», que «el objeto de análisis es un
8 Para Francia, la cita es de Cezardy Dussert, 1992, p. 112. Lo refrenda también slstems que existe en !J mente de los economistss, pero no en la realidad» (Coase,
Teiger, 1992, p. 13, para el pertodo snterior .1 1978-1984, «étst d'une sgrsvstlon», 1993:29). Un argumento del mismo tenor; es el elaborado y enseñado en España
Para éspJña los datos se toman delAnuario de Estadísticas Laborales, del Ministerio por Alfonso Ortí, desde principios de los setenta. Mucha de IJ vasta e influyente
de Trsbsjo. Véase también Castillo, 1993, «Distritos y detritos industriales... ». Para obra de Orono ha sido publíada, lo que no mengua para nsds su gran influencia
los pslses de ü OCDE- según el informe Perspectivas de empleo 1989, Madrid, l. en la sociología espstiols.
11 Lo de fragmentlclón es de Reynaucl 1991; un buen ejemplo dels negación estf
Ministerio de TrabJio, 1990, p. 301, se concluye que «de hecho en los años f'~<'
ochenta las tasas globales de accidentes no mortales se tun estancado o han en Crorier; 1991; y en su contribución, más templada, .1 los «30 años» de
aumentado en la mitad de los pslse: snstusdos». Sodologle du Travail. lss disciplinas desgajadas son, en esta srgumentsrion, 13
Para California, vésse 1.1 serie de srticutos pubticsds en Los Angeles Times, 5, " y sociología de las organizaciones, de las relsciones laborales, del mercado de trabajo
7 de septiembre de 1993, «Istmos: dsneer oflife in the line». es el título de la (o del Empleo, véase t-ísrusru y Reynaud, 1993), de la tecnotoets, de la empresa,
primera entrega. ls serie tiene como subtitulo «Swest and blood. lstinos in the etcétera.
tsctories» y es el resultado de uns investigación de seis meses de dursaon. 18 Leo, por ejemplo, con cierta sorpresa (eserá una brotru/'] en el texto presentado

9 Basta espigar la prensa del stto 1993 para halIJr innumerables «perlas». Una: El sl tí/ Congreso EsfJJñol de Sociología (1992) de Gil Calvo: «Los limites de la teoris
País, 11 de octubre 1993, primers pJginJ: «E! Inem retira el subsidio por fraude .1 de la acción racional», que, por lo visto lo melar de la sociologfa emptrics de los
37 mt1ó31 parados». Psrs cumpltr esta hJZJñi/ decisiva en el plan económico del últimos ssios le viene del «fructffero estímulo provocado porlos modelos neoclásicos
gobierno, ha habido que inspecctonsr s 83ó mt1 544 personas. de la acdón racional», Casi nada.
10 ValeJ decir que, en los tiempos de este ministro, de cuyo nombre no qutero Una ealusaon sociológia, que suscribo, en Tr/gllla, 1991
acordarme, los sindicatos españoles ñsn elsborsdo tres distintas plstsformss 19 Véase, por ejemplo, wsttmsn, 1979, que reúne un sugerente abanico de

globJles donde, realmente, los sslsrios ersn un punto menor. ls primera de esas tnvesttgsciones y propuestas. O Burawoy, 1991.
propuestas, «lA propuests sindkst pnorttsrts», puede verse en Politica y Sociedad, 20 Quien dice lo anterior es Mark Grsnovetter; en una entrevista que recoge
No. ó, 1988. ls última, «Sin empleo no hay futuro» (/993) puede verse en síntesis, Swedberg, 1990, po- lOS y 106. Osro esO que estas renovaciones, a nuestro
antes y después del fracaso del ltsmsdo «pscto social» del año 1993, en los artículos juido, no han esperado, como en el caso de la soclologfa del trabajo en Españi/ (y
de Agustín Moreno: «Pscto y coherencia sindical», El Mundo, ó [ulío 1993, p. ó2¡ creo que lo mismo podría decirse de otros países), a 1990. ls revists Sociología
y «lA respuesta de los síndtcstos», El Mundo, 8 octubre 1993, p. 74. Los del Trabajo se ha mostrado no sólo abierta al Influjo de otras disciplinas, sino que
argumentos stndicstes contrs 1.1 tlsmsds eretorms laboral» del gobierno español, ha buscsdo y solicitado colaboraciones y srticulos; realizados desde custquier
que fue ts causa tnmedtsts de ü huelga general del 27 de enero de 1994, pueden dende social, con tal de que permitieran ilumlnsry esclarecer los problemas sociales
consultarse en t-tsnm y Santos, 1993-94. y sodológicos que nos han parecido tundsmentstes. UnJ ojeadJ a su contenido de
/1 Véase Bourdieu, 1992, une especie de puesta al d/J del ofido de sociólogo. El los últimos seis años hJbIJ por sí misma.
clisico es, claro está, Marx. La «ViejJ promess» de reunir lo separado, en el aso de /3 economls y la soclologíal
12 Por supuesto, no se trata de estas compsrsciones Internacionales, cada vez más es una priatcs escasa de «economistas no estindsr» como dice Becattlnl. Pero el

frecuentes, en I.1s que se despliegJ -al contrsrío de lo dicho en el texto- una esfuerzo sigue.

especul sensIbilIdad ante IJS diversas formas nacionales, e incluso regtonsles, de Véanse Bsgnssco, 1992 y SalvaD; 1993. Sociología del Lavoro, No. 45, 1992, se

regulación social. De forma sintéttcs y clara véase, por todos, M. t-tsurtce dedlcs, precisamente a «11 contributo delIJ Sociologia e i rspportt interdlsctphrurt»,

(1992:55), «Soaologte du Trsvsü et Socié/É». editada por M.L. Bisnco y G. Bonsrzt.

2J Teige/f 1993; Tersssc; 1990.

E! Congreso de París sobre «1.1 emeryencu de nuevos modelos productivos», fue


en junio de 1993, y reunió i/ casi un centenar de investigadores de todo el mundo. 22 Erbes-Seguln, 1988:6; ver también p. 174.

Lo organizó el GERP/~ Red Internacional, dirigido por M. Freyssenet, R. Boyer y 23 Qulzi esta es uns visIón poco utópía: quizá la sodologfa del trabaio, dicen

P. Fridenson. algunos, puede contribuir también a cresr el propio mundo del tri/bajo, actuando

sobre la reaUdad social, abrIendo horizontes que se presenten al espectador como

1
IJ Véase, portados, WI/I/Jms y otros, 1992, <'CAgainsttesn production». 1..1 «blbñs»
de este nuevo one besr way es, sin duds, Womadí- J. y otros, 1990. Volveremos si estuvieran bloqueados. O deSCUbriendoy amp/li/ndo la noción reclbidJ de lo que
sobre esto. Pero valca ahorJ decir que se extienden ategorlas semejJntes a las es trabajo, de lo que lo caracteriza. Ve/f otra ve2j. Teiger, 1993.
24 Un panorama de lo que d~mosl en Pahf, 198~ On work. En Espílña, por
Paradigmas de la SocloloBfa del Trabajo 35
Revista Latinoamericana de Estudios de' trabajo
34
eapltcsdones» del «Estado de bienestar». Alemsnts en los alias setenes es un aso
ejemplOf vil/e la pens destacar el programa de investigación que desarrolla t-ístis ejemplar de realización de este sueño sociológico.
Angeles Durin, quien no duda en escribir: «el reducdonismo del trabajo a una de 40 Un resutnenacertsdo del debste en Adler y Borys, 1988. Véanse algunos de esos
sus formas (el trsbsto monetdrizado) ha sido uno de los errores más gr¡lVeS de la estudios en Csstük» 1991.
sociología del trabajo y de la sodología económIca, y ests invislbJ"ú'cf.:¡d es, en sí 41 Un psr de buenos ejemplos en esa dirección: Bsldissers, 1990 y lmbstt; 1990­

misms, un. fuente continus de desiguaidad» [Durán, i 992, p. 33). i 99i.


25 Vées e el iibro de Beneris y Roidán, i 987 [ei trsbsjo de csmpo es de i 98 i - i 982). 42 Esa Investtgsdán se ha dessrrollsdo ala largo de los últfmos tres años para la CEE,
Ei cspltuto 3, pp. 3 i -56, reconstruye los «5ubcontraetJng Iinks and the dynamics
psrs la Fundación Europes para /J Hejora de las Condidones de Vida y TrabJjo, con
of women ~s employment». Véase tJmbién elartículo de Beneris, «Subcontracting...
sede en Dubiin [iríanda).
t-textco City», en Portes, Csstells y Benton, i 989, pp. i 73- i D8. Ver tsmbtén,
Obsérvense IJS palabras «lmpllcsdán» (Jnvolvement] y dtreas que an sólo se
Femández-Keiiy Y Gsrcis, en e! mismo iugaT, pp. 247­ refiere al «tallen) {Shoptloor] y no a otras resonancias mis radicales, y snttguss, por
264. supuesto.. , [Vésns» Castillo, Itmenes, Santos, 1992)
!'1is propIos trabajos han ido por derroteros semejantes, Véase Csstttlo, 1989, 1 4J Levy, 1990:166 Y 163. Un buen ejemplo de esa vocación, reciente y mexicana,

i99i. en L Pries, 1993: «El conflicto {de la empresa VW" de HexÍCo} reveló la gran
Véase.. Igualmente, Agustín Escobar, Con el sudor de tu frente)" Guadala/ald seducdon que elerce sobre numerosos investigadores e intelectuales, el sentirse
[México], i 986.

\ sutorizsdo para tomar rápidamente postcián, e Incluso para intervenir direasmerüe


u Vées e ia csst distes ar/fUmenCJción de Harcei Doiie De Da!, i 973: i 9-39 y 47­ en el conflicto».
-H Véase la demoledora y sistemitks crines de Etzloní, 1988:7, a los «invasores»
62.

I
27 llnhsrt; 199/. Por ejemplo, cultura de empresa, «concepto» que «strse» hoy s
de la economía neoclásica. Los «nuevos ecanomlstss» explksn «cómo hacer
un buen puñado de sociólogos. Entre tsnto, continúa linturt; la persona en el
opciones» y «la soctologls nos muestra que no hay ninguna». Este argumento, que
trabajo desaparece, dejando una tierra de nadie, como si ya no existieran los
hay que desarrollar, proviene de una charla con Alfonso Otti.
trabJjadores Y trJbiljJdoras.
fS Womack y otros, 1990. Cinco años, 5 mIllones de dólares, y cientos de científicos
28 Gay y Sslsmsn, 1991. Fundsmentstmeote centrada en el Reino Unido.
implicados, que se relsaonsn al final del/lbro como autores de mis de 100 estudios
29 Lo primero es de Bsmes. i 985: i 23; io segundo de Undbiom, i 990:4.
distintos. Un ejemplar de En busca de la excelencia, editado en España en 1984, y
JO HcCioskey, i983:508; Bsmes, i985, esp. 4, "Expertise in Society», pp. 90­ sdquirtdo de rebsjss en El Rastro, dice en su portada: "Hás de í.000.000 de Itbros
t iz. vendidos».
JI Hlchon y Segrestin, 1990:22, osrs los nombres «pollticos» a problemas
Yasí, lo quIera uno o no, se ve obligado, como recoge Fontana para la historia, a
sociales, VéJse Blelens/d y otros: New forros of work, Infratest-Hunich-{Europ8m
discutir sobre el eventual fin de te misma aunque se pregunte como un crítico: «,'Por
Foundstion, Dub/lnJ, 1993. Para Espstis, nuestra contribucfón al informe anterior.
r qué un edItor hs podido emplear tanta energía y capil31psrs lstusr u libro cm pueril
Para Estados Unidos, Harrison y Bluestone, i 99 t, p. 43 Y ss.
y de tan escaso interés?» [Fontana, 1992, p. 8 Y nots],
32 Fiick, i 992:325.

,¡J.' 1& Tal es, en este aso, el progrsms «Emergencis de nuevos modelos productivos»,
33 Ests dialéctica entre especfalfzados (esotérIco) y legos (exotérico), lo discute
puesto en marcha por GERPISA, Red tnremsaotul.
magnifiG/mente Fieck [i 986- i 935). Yes ei fondo de ia crtttcs ¡ramsdan., dásiG/,
~ 47 Asíempieza Noyelle, 1987, p. 1, de quien habíamos conocido textos mis cautos

i
a/Manual de materialismo histórico de Bujsrin.
y menos !Jpidarios en Europa. En Estados UnIdos hay que ser categórico Incluso
11 Lo de «leyendas contemporáneas» lo tomo de un estudio de Woolgar y Russell,
cuendo se duda. Por ejemplo, en la p. 117 se reconoce que no todo es upskllllng,
1990, sobre las abeses sociales de los virus de ordensdor».
que qui.zi hay «algún sedar» con downgrading. Conste aquí el buen trebejo de
]5 «lmps ao del cambio tecnológico en lss democracias industriales», encuesta del
investigación que son los estudios de caso contenidos en el libro. Yel desacuerdo
Instituto Atlántico para Asuntos Intemacionilles, publicada por El País, 30 de mayo

de i 985, pp. 8 Y 9. Ei prmcipsl problenu pald los espstioles en esas fechas es ei

del desempleo: asIlo estima el 89 por ciento de los encuestados.

f
¡;
..
-"
más radical con las «conclusiones» flex-spec.
NI El psrslelismo con las propuestas de Roben Owen lo extrJigo de un trsbsio en
curso de reslusaon [Castillo, en prepsrsaon],
J¿ Para una biblfograffa y documentación remito a mI edición de La automación Yel
Cito ahora, por todos, el espléndido texto de Charles Ssbet, «Hoebnis-stnp
futuro del trabajo, i99i.
orgsniattons», de 1991. •
37 Lo de «mortr de éxito», en hmos, 1992.
Digo «smbivslent« atracción» en el texto porque uno puede Imaginarse al sodólogo
J8 Obvismente, si la sodedad incorpora eSOS conocimIentos, es refiexjv;J, la
dlstrituslal calor de una fogatll en Ocesn Besch, en Lalolla, o en cualquier otro lugar
sociología debe, constentemente/ utützsr msyor sofisticación en el análisis de
del sur de CJllfornia donde se alivian del viento del Padfico un buen puñado de
sociedades cada vez mis complejas. Algo así es la propuesta, Y el desarraigo que
homeless, que le escuchan embelessdos contsr la htstotts del próximo futuro del
destila el texto, de Wilson, 1993, distinguiendo investigación «saturada» de
.'>
c:' cspttsltsmo, donde no habrá sepsrscián entre concepdón y efecucián, todos los
investígadón (mueva».
t· trsbsfedores serán ssbtos en su ofido y en otros muchos porque ahora los mercados

,
Un buen ejemplo de <<saturación» de !J Investigación se puede ejemplificar en
de tramjo serin <<abienos». Los sindicatos serán escuelas de condudr para los
Lojknie, i 992 y Unhart y PerrÍJuiC i 992, de muy .iCJ G/iidad científlG/, pero que

no Jñilden nJdJ nuevo JI corpus de saberes sobre Infonnátia y trJmjo pilra un

1:· trabJ/adores que viviránla aventura deno estarya hjJdos a unJ empresa, y recorrerán
el mundo, «un mundo en el cual las fronteras dentro deyentre las empresas, y entre
experto sodólogo del tramjo.
lo público y lo privado se estin borrando»...
J5' Los Webb, 1932, reivlndlcamn que /J sodología hJbía esado «detris» de I1s

...

';.
36 Revistd.Lsttnosmertcsns de EstudIos del trabajo Paradli!lrms de la Soclologra del Trabajo 37

49 Véansej" como ejemplo)" los textos de Hymsn, 1988J 199/. A ello me he referido para los restos de ese naufragIo.
en dos trabajos anteriores: «Dístritos ydetritos Industrules», y«¿Dequéposfordlsmo

me hsblss?», ambos de 1993.

\, Un ejemplo español Iüerslmente Impreslonsnte de esto en el «conflicto total» de


Remase. Tras una politia de ocupación paramilitar que acaba con la resistencia de
50 Nssh y Ferruindez-Kelly; 1983; Hsyes, ! 989.

la comunidad, el director de Recursos Humanos de la gldn empresa kxst afirma que


51 Esto lo escribe, a finales de 1991, losn Acker (/992:65), Quien se preguntsbs

I su «mayor preocupación» es «incrementar la implicación y motivación de los


por el futuro de la mujer y el trabajo al final del siglo. Para Frsnds dice lo mismo

DanÍ/He Kergoat (/992:78-79J, mostrando el género de las dlsttntss flexibilidades:

r asalariados en su trebejo» [Alas, 1993J.


51 «Hay mitos/ o grupos de mitos, que han sido construIdos como una sonata, una

las mujeres presentsn ststemiticsmente peores condidones de trabajo en las


sintonís. un rondó o una tocata» [levi-Strsuss, 1987:ó8 y 73].
encuestss Irsncesss recientes. En España hapresentado bien este argumentoSusana

Nsrotzky; 1988/ entre arras muchas.


Bibliografia
52 t-tsrkusen, Hsll, Campbell y Deitrick, 1991, The rise of the gunbelt, pp. 246 Y 1
248. Desde 1958 California ha tenldo alrededor del 22 por dento de los prime
contracts de srmsmento: 1.1 tndustris californiana)" dicen los sutores, sin ests
~ Acker, loan, «Maklng gender visible» en Wallace, 1989, pp. 65-81.

- , «The future of women and work: ending the twentleth century» en

oinyecdon» hsbris sido un tercio de lo que fue. Sociologtcs! Perspectives, Vol. 35, No. 1, 1992, pp. 53-68.

5J Uno lee lo de «/.1 corriente» y ya ve venir el irónico comentarlo de los aficionados


al dne/ recordando a Chaplin: si quieres encabezar la nJanlfestadón, corre delante.
y, ¿dónde snunctsn esas manifestaciones?

54 Un análIsIs de entonces y una blbllografía/ en Csstilto ).}./ 1989.1, pero escrito en

\ Adler, Paul S., Borys, Bryan: «Automatlsatlon et travall: le ca, de la machlne­

outll» en Formstton Emploi [CEREQ-París), No. 21, enero-marzo de 1988,

pp, 5-25.

Alas, Andrés, ConflIctividad laboral y restructuración industrial: el caso de

1986. Retnoss, Facultad de CC.P? y Sociología, Madrid, 1993, tesis doctoral.

Como en Nosotros los niños prodigio se me dirá que no hay tsntos ascensores en
reparación en Alemania como nuts «blanqueados». Pero el ejemplo es muy
\, Bagnasco, Amaldo, «Economia e sociologia: una vecchla promessa», en

Sodologis dei lsvoro (Bolonia), No. 45, 1992, pp. 15-36.

Ilsmsttvo de nuestro argumento: la desaparición súbits de una «problemitics» que/ Baldíssera, Alberto, «Consenso di assimilazlone e consenso di cornposlzlone:
al menos en España era entre 1984 y 1988 una repetición inacabable. t
alame deflnlzlont e una proposta» enSociología del Lavoro, No. 41-42,
~.
En este mes de marzo y primeros de abril de 1994, un caso similar ha tenido lugar ¡ 1990, pp. 191-198.
en Francia: el llamado Contrato de Inserción Profesional ha sido retirado por el Barnes, Barry, Saenttttc knowledge snd sociologial theory, Routledge Kegan
gobierno conservador de R311adu~ trss las Intensas [y etlcsces] movilizaciones Paul, Londres y Boston, 1974, X+ 192 p.
luveniles contra esteab.1rat3mlento de su tuerzs de trabajo con el pretexto de fadú'tIr -, About sdence Oxford, [etc.], B. Blackwell, 1985, 163 p.
su incorporación JI mercado de trabajo. E España se scsben de poner en vigor unos - , «How to do the sociology of knowiedge» erlblíliGl y Sociedad, 1984
llamados «Cantrstos de aprendizaje»/ contratos basura los llaman los smdtcstos y (próxima publicación).
los [ovenes con el mismo fin. Y contra ellos no ha podido nsds una [nueva) huelgo
ffenera~ el 27 de enero de 1994.
• Barrera, Dalia, Condidones de trsbsfo en I.1s maquiladoras de Ciudad Iuirer. El
punto de vistI obrero, Instituto Nacíonal de Antropología e Historia,
ss Bourdieu, 1992. Ver tsmblén Réponses, 1992. México, 1990.
5& YJ sé que preocuparse por los mecsntsmos internos de la «csis negts» de slgulen Beck, Ulrlch, Risk society. Iowsrds a new modemity, [etc.], Sage Publicatlons,
que Jfirmll que los sslsrios más bajos no pueden crecer porque Ü «msss salarial Londres, 1992, 304 p.
dIsponible» es Iimusds, es difícil. «Pedro Pérez {secretsrio de Estado de Economis] Benerla, Lourdes; Roldán, Martha, The crossrosds of dsss snd gender: IndustrIal
dice que Ü moderscion salarial comenzará por los empleos menos cuallfiados»/ El homework; subcontrscting; snd household dynamies in Hexico Clty; The
Mundo (t-tsdrtd], 13 de julio de 1993, p. 63. University of Chicago Press, Chicago-Londres, 1987, 204 pp. [Hay edición
57 Coates and Co.. 1990: 117. En la p,igin.:l 411/ por ejemplo/ este manual3dvierte en español por El Colegio de México] .
sl lector interesado que «los llamados dstos estin conformados por los intereses Blsker, Wlebe E.; Hughes, Thomas ?; Pinch, Trevor). (eds.),The social
políticos e Ideológicos». Y recomlends verüicsr la fuente «de cada infol7T7ación». constructlon of technologial systems. New dtrections In che sodology snd
Esto es sociología de Ü ciencia psrs managers. ~ hlstory ot tedtnotogy, MIT Press, Cambridge, Mass., 1987 [Tercera impre­
58 Es traducción personsly literll¿ sunque reordeneds, del principto de The coming
sión de ia psperbsck edition de 1989, 1990), XI+405 p.
crisis ..., 1970, p. VII. Bolle De Bal, t-tarcel, Sociología del Trabajo, Editorial Nova Terra, Barcelona,
V31drá Ü pena/ en un próximo futuro/ explorar la hipótesis expliativa del desarrollo 1973.
monotemitico de la sodología del trabajo en relación con la eventual [mayor) Bourdieu, PI erre, «Thlnkínz about llmlts» enTheor;; Culture snd Sodety, Vol. 9,
subsltemtdsd del movimiento obrero. Del mismo modo que se bs srgumentsdo que " No 1, 1992, pp. 37-49.
la llamada organizadón «aentttks» del trabajo/ el tsylortsmo, tuvo su auge en - , (con Lo'ic J.D. Waccquant), Réponses. Pour une 3nthropologie reflexive,
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worid; Rawson Associares, Nueva York, 1990, 323 pp. [Hay edición en
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Woolgar, Steve¡ Russell, Geof «The social basis of cornpurer víruses», CRICT considera cada vez más como una consecuencia del fordlsmo, que no
D1scusslon Paper, Brunel Unlverslty, diciembre [de próxima publicación en >~
es sino uno de los enfoques de la producción capitalista.
castellano en /blitic1 y Sociedad, Facultad de Ciencias Politicas y Sociología], ¿Por qué se ha puesto en tela de juicio esa perspectiva del proceso
1
Madrid, 1990. laboral? La razón de fondo es que el capitalismo se ha ido reestruc­
Wr1ght. Erlc O., et al, The debate on clssses, Verso, Londres, 1989. turando como respuesta a la crisis. La teoría de la regulación siempre
previó una solución capitalista a esta crisis, empezando con el
«neofordismo» (Aglietta, 1979:342), sobre la base de grupos
semiautónomos en el lugar de trabajo, y de una reestructuración de
las disposiciones sociales del Estado. Esta solución se ha centrado
cada vez más en la automatización Y la recomposición del trabajo
(Kern y Schumann, 1988, Coriat, 1988). La crisis y la reestructura­
ción también han suscitado preocupación acerca de los otros mode­
los y SU aparente capacidad de capotear las tormentas capitalistas de
los setenta y los ochenta. La robustez de la economía japonesa y la

Estetrabajo fuepresenudo en el Prfmer Con¡¡reso lsttnoemertcsno sobre Soclologla

. L. del Trabajo, UI'JAH; auded de HbJco, novfembre 22-26; 1993.


4S
44 Revista Lsttnosmertcsru de EstudIos del trabajo Paradigmas de la Socjologfa del Trabajo

cada vez más extendida aplicación en Occidente de las técnicas de veces más peso por día a cambio de un aumento de 60 por cíento
gestión de la producción han puesto de manifiesto que la empresa en su salarlo.
clásica fordista no constituye la única forma de organizar la produc­ El destíno de Schmidt -el inconsciente, obediente cargador de
ción. Asimismo, el aparente éxito de los distritos industriales, bloques de hierro- tipifica el destino de todos los obreros bajo el
especialmente en la Tercera Italia, han suscitao críticas contra la taylorlsmo. Tal como lo resume Elger U.283:26]: .~
producción en masa como fundamento del éxito capitalista [Piore y El análIsis de Braverman de la d~ación
del traJjo manual s~
Sabel, 1984). centra en dos imPerativos prln'li,ales de la organización capItalista
No cabe duda que se están dando cambios en la naturaleza del del proceso laboral, El primero es la preocupaciórLI2ºr-1hratar la
trabajo, y no sólo en las economías prósperas, como las de Alemania mano de-oJ!rJ: en térmInos marxIstas, reducir el vstoraeleodsc.de
o Japón. Incluso en América Latina se está dando un rápido proceso la fi¡ariO' de obra sustituyendo tra!J4i9s complejos por trAbajo-;
de cambio, impulsado por la demanda de mercados de exportación y simpfij:7'iÚ Braverman, el segunde iJiíperatlvormásJmpartilIlte",J!.s
los procesos de liberalización comercial. Esto plantea preguntas garantIzar el control capitalista efectIvo sobre el proceso laboral
importantes para el estudio del trabajo en nuestro continente. ¿Hay -dlsolviencio aquellas calificaciones esoter7éas que sosteñfan- la
uno o varios modelos de producción?, ¿el ámbito del modelo debe oposición efectIva del trabajador. manual ante la reorganización de la
ser estrecho -centrarse sólo en los procesos de producción- o ser producción en manos del capitaly de sus'agentes (Elger, 1983:26)'.
más amplio y comprender estructuras fijas, mercados financieros,
El capital quiere mano de obrabarata. También quiere mano de obra
reglamentación macroeconómica?, ese implantarán estos modelos en
menos €¡¡.I¡ficada p.;;.q;;el~-··c;]¡ficaclón slgnlflca ..<;QD-o;;irnien1n Y
América Latina? ¿Cuál sería su impacto en las relaciones de trabajo
COllQgmientQ s!j¡niflca.poder. El objetivo final del capitalismo es
y entre la patronal y la mano de obra? Este articulo comienza con una
prescribir de antemano todos los detalles de la producción de modo
discusión de la concepción de Braverman sobre el trabajo en el
que los trabajadores noten¡¡~i1ío-qrre-oqede¡:eLó.rdenes.Esto se
capitalismo. Examina después las alternativas al fordismo y su
logra en parte por ur( análisis de proceso.§...,;...como en los análisis de
impacto en las habilidades y la participación de la mano de obra.
Taylor sobre corte de metales- yen" parte por el desarrollo de la
Finalmente, se plantean los factores que afectan su diseminación en
maquinaria Y los procesos que descartan del todo las calificaciones.
América Latina y las distintas formas que adoptan.
Este fue, de hecho, el éxito del fordismo. Tras la cadena de ensamble
de la Ford estaba el desarrollo de máquinas Y sistemas que permiten
11. Análisis del proceso laboral
la producción de componentes estandarizados, eliminando de esta
forma la necesidad de ensambladores calificados. Como Womack,
En el meollo del análisis de Braverman está la idea de que el
capitalismo degrada el trabajo y al trabajador. La descalificación es Iones y Roos recalcan:
una tendencia fundamental en la producción capitalista, y Braverman La clave de la producción en masa no fue -como se crefa y aún se
explica cómo el sistema de gestión cientifica de Frederlck Taylor fue cree actualmente-Ia cadena de ensamble móvil o continua, sino más
concebido para eliminar las calificaciones y la capacidad de discer­ bien el carácter intercambiable, completo y congruente, de las partes
nimiento de la mano de obra. El análisis que de Taylor nos presenta y la simplicidad de su ensamble, Estas fueron las Innovaciones en el
Braveman se plantea en términos del deseo del capital de prescribir proceso de manufactura que hicieron posible la cadena de ensamble
cada elemento del trabajo por anticipado, anulando de esta forma la (Womack, Jones y Ross, t 990:26-27).
capacidad de discreción del trabajador, restándole poder y reducien­
Esta congruencia de la producción fue el resultado de una revolución
do sus calificaciones. Como resultado, pues, queda un trabajador
en la industria de la máquina-herramienta. El impulso al desarrollo de
descalificado, que trabaja muchisimo, sometido a las órdenes dela
la maquinaria conforme a la teoría de los procesos laborales.. es
gerencia. Braverman cita extensamente el relato de Tayior acerca de precisamente el deseo de descalificar el trabajo Q iR,r¡menta r el
cómo intensificaba y controlaba el trabajo de Schmidt, que consistia control sobre la mano de obra. Braverman [1974:23 t) ridiculiza la
en transportar bloques de hierro colado (Braverrnan, t 974: t 02­ opinión de que la autómmzaaon fomentará tina mayor capacitaciÓn
106); Al separar a Schmidt de la cuadrilla, que frenaba el esfuerzo En el capitalismo, sólo servirá «para ahondar la brecha entre. traba­
que ponían en el trabajo, y al darle instrucciones precisas acerca de jador y máquina y para subordinarlo de manera cada vez más decisiva
cómo trabajar, Taylor persuadió a Schmidt de que cargara casí.cuatro
.' al yugo de la máquina»,
-l-.·~

46 Revists latinoamericana de EstudIos del trabajo Paradlsmas de la Soclologra del Trabajo 47


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Braverman considera que I.(I~ del capitalismo es más s> JR~!I0S­ , , producción capitalista. la critica hecha al fordismo y al taylorlsrno,
universal. No se extiende acerca de las diferencias nacionaJe.s_9_[iL) :"((*: y a los intentos de salir de la crisis del fordismo dentro de un marco
variaciones entre el taylorlsrno en distintos países (como se esboza esencialmente fordista,' es que el conocimiento y la actividad de la
en Hontmcñtn y Pastré, 1984J. las dlferenclas nacion~'le~ -son mano de obra son fundamentales para el buen funcionamiento de la
insignificantes ante la lógica aplastante del capital. De la misma fábrica. la eficiencia no puede lograrse si hay degradación. En otras
manera, no se presta atención al'contexto externo que, consijf~ye [a palabras, el límite de la degradación del trabajo no es sólo la
base de las relaciones capital-trabajo en la planta. la legislación resistencia del obrero sino también las ineficiencias que crea en el
laborar, tos sistemas sindicales nacionales, los moderas de constitu­ proceso de producción.
crén y reconocimiento de caf¡f¡'c~cion~~ -ño's~ examinan en ei estudio El nuevo enfoque sostiene que el conocimiento y la participación
de los procesos laborales.' El interés se centra en la producción. del obrero pueden ser movilizados por la empresa, y dirigidos hacia
El estudio de Braverman fue objeto de criticas desde dentro del metas que son beneficiosas para el capital. El tema de la recalificación
bando del proceso laboral, Sin embargo, la mayor parte de las críticas de la mano de obra aparece ya en muchas publicaciones; todas- ellas
se centraron en la cuestión de laresistencla de la mano- de obra. El comparan la posición de la mano en el fordismo y el posfordismo. Se
estudio de Elger (1983J sobre el debate acerca dél pn:íces~-lib~ral establece la comparación tanto en términos de capacitación y en
subraya este punto: Braverman caracterizó el proceso de la degrada­ términos de la relación entre capital y trabajo. Kern y Schumann
ción de jLmano_Ae obra de una for.ma parcial, sin tomar en debida aseguran que «en lugar de un fomento de la división del trabajo,
cuenta k,-UJrocesos-der;sist-;'ñc-¡;'~han conformado el taylorísmo vimos en muchas partes serios intentos de volver a ampliar el
y el fordismo. Es -evidente que muchos aspectos de los sistemas , contenido de los puestos de trabajo» (1 988:7J, y sugieren que este
fabriles en Estados Unidos y Gran Bretaña en los años cincuenta y hecho otorga poder a fa mano de obra:
sesenta surgieron precisamente de esta resistencia. - ---- -------­
Al necesitar la cooperaci6n -de los trabajadores para la moderniza­
No es mi intención discutir io fundamentado de estas críticas ni la
cián, los industriales tienen que ofrecer algo a cambio. Los emplea­
respuesta que Braverman les dio. lo que importa es' más bien
dos y sus representantes pueden por lo tanto poner su precio (Kern
subrayar lo que esta crítica de Bravsrman del proceso laboral no
impugna. EU.w.iJneL.lJ.lgar, la lógi-(a del capital -descalificación, y Schumann, 1987: 164J.
degradación y control :=:po se plantea. Sólo se habla del éxito que Hoffman y Kaplinsky (1988:54J se refieren a la multicalificación y al
tendfa--el caplfaLil póner en práctica su lógica. En segundo lugar, la hecho de que «el viejo sistema de confrontación en el trabajo ya no
vinculación del control de la mano de obra con la discapacitación puede aplicarse a un sistema en el que la cooperación y el flujo de
tampoco se plantea. No figuran entre los escritos generales sobre el información en ambos sentidos se han hecho esenciales». De manera
proceso laboral los debates sobre formas alternativas de control de análoga, según Piare y Sabel (1984:278J "la especialización flexible
mano de obra, formas no basadas en la fragmentación de la mano de se basa en la colaboración, y los frecuentes cambios en el proceso de
obra, la discapacitación y la prescripción de tareas. En tercer lugar, producción agregan mérito a las habilidades manuales» . También
el impulso de cambios en la proceso laboral permaneció centrado en Coriat (1991 :43-45J subraya el carácter fundamental de la polivalencia
la fábrica. Los cambios en ei proceso laboral -por ejemplo, grupos y la multicapacitación en el sistema Ohno.
'(l'miautónomos- fueron impulsados por la lucha en el terreno de la Estos distintos modeios de cambio poseen elementos clave en
producción entre el capital y la mano de obra. En cuarto lugar, el común, que van más allá del proceso laboral en su sentido estricto. (
desarrollo de la maquinaria se siguió vinculando con la descalificación En cada caso, el modelo expone tres factores: las presiones competi­
y ei control. tivas en favor del cambio, la naturaleza sistémica del cambio y la
necesidad de habilidades y participación mayores por parte de la
111. Un fordismo transformado mano de obra. Se argumenta que la transición hacia un mercado de
compradores ha incrementado la competencia entre empresas Y
Desde principios de los alías ochenta, un número cada vez mayor de acrecentado la Importancia de los factores ajenos al precio en la
estudiosos ha subrayado el hecho de que existe una división entre competencia, como calidad, variedad de productos en oferta, veloci­
fordismo y tayiortsrno, por una parte, y una nueva forma de produc­ dad de entrega de los pedidos y rapidez de llegada de nuevos
ción industrial, por la otra. Tal vez un rasgo común a todas sea la idea productos al mercado. Estos factores exigen a las empresas más
de que la mano de obra es fundamental para la eficiencia de la " flexibilidad Y más eficiencia, más capacidad de controlar costos y a
Á- ,f';"-'/ 5- . . .~----"----~-~-----~--­
46 Rev;sta latinoamericana de EstudIos del trabajo Paradlgmas de la Soclclcgfa del Trabajo 49

la vez, de suministrar mayor variedad de productos en cantidades Los estudios de Kern y Schumann han mostrado cómo la
fluctuantes a un consumidor cada vez más exigente. Como señala automatización flexible ha cambiado los patrones de trabajo en la
Bessant [1990:24-33), este proceso afecta a una amplia gama de industria automotriz alemana. Los robots y otras formas de maquina­
sectores, desde industrias procesadoras hasta pequeñas productoras ria automatizada realizan cada vez más los trabajos rutinarios y
por lotes y maquilado ras. repetitivos, y el operario se dedica al mantenimiento del equipo,
La respuesta a estas nuevas exigencias debe ser sistémica debe vigilancia de fallas, y está alerta para intervenir en caso de imprevis­
implicar toda una serie de cambios interrelacionados con respecto de tos. Los trabajadores no calificados se van eliminando porque
la forma en que las empresas operan. Womack, Iones y Roas (1990) desaparecen las tareas que se les encomendaban. La balanza del
recalcan la importancia de las relaciones entre concepción, produc­ trabajo se inclina del lado del obrero calificado, técnicamente capa­
ción y proveedor; Hoffman y Kaplinsky [1988:49-64) hablan de citado, el facharbeiter. Como señala Jürgens [1993: 12-1 3), estos
organización laboral, automatización electrónica y relaciones son los obreros calificados, resuelve-problemas, que han pasado por
interempresarlales; Boyer y Freyssenet [1993:4) se refieren a orga­ todo el sistema de capacitación vocacional y aprendizaje. Mientras las
nización de empresa, organización de la producción, relación salarial, tareas de producción directa sigan existiendo, las realizarán los
finanzas y la relación de la empresa con ei mercado. Sea como fuere, obreros no calificados, con poca capacitación. La automatización
entonces, el cambio debe ser de gran alcance. La naturaleza sistémica exacerba esta polarización de habilidades, y a la vez inclina ia balanza
del cambio significa, por definición, que el total es igual a más que numérica hacia el lado de los trabajadores calificados. En las etapas
la suma de las partes, y las presiones competitivas antes mencionadas tempranas de la automatización se crean grandes cantidades de
tenderán a forzar un cambio sistémico, ya que los esfuerzos parciales empleos no calificados -como los que se encargan de pasar piezas
resultarán ineficientes. a los robots, por ejemplo Oürgens, Dohse y Malsch, 1984: 15)­
En un proceso de cambio sistémico que tiene como objetivo la pero a largo plazo, también estos empleos pueden desaparecer,
reducción de costos y una mejor calidad, flexibilidad y capacidad dejando sólo puestos de trabajo de más calificación: monitoreo y
innovadora, la mano de obra desempeña Un papel fundamental. reparación. Kern y Schumann muestran cómo la introducción de
La descalificación fue una estrategia adecuada para la producción automatización flexible inclina la balanza del trabajo no hacia el
de artículos idénticos a gran escala, que implicaba un tipo de trabajo trabajo repetitivo sino hacia el trabajo que implica mantenimiento o
rutinario y repetitivo. Los procesos de producción se hacen más control de maquinaria compleja [1988:86-87).
complejos en la medida en que se vuelven más variados, y requieren En este modelo de automatización, la relación entre eficiencia e
más calificaciones si se quiere mejorar la calidad y aumentar la intensificación del trabajo no es la misma que plantea Braverman. Para
velocidad de la innovación. No puede darse una respuesta flexible y Braverman la intensificación del trabajo era la fuente principal de
rápida a la demanda si los puestos de trabajo se definen de manera aumentos de la productividad. El capitalismo estaba obligado a
estrecha y rígida, ya que un trabajo más importante, variado y de alta aumentar el control de la mano de obra y a la vez la intensidad del
calificación constituye la base que garantiza la participación de la trabajo. La automatización rompe el víncuio entre eficiencia e inten­
mano de obra. sidad porque los trabajadores adoptan cada vez más las funciones de
¿Es cierto que estos puntos en común definen un modelo claro, monitoreo y solución de problemas. En los sistemas automatizados,
posfordista, de la producción industrial? Sin duda, según se ha la eficiencia general está caa vez más determinada por la vida útil de
dicho. Piare y Sabel incorporan una gran variedad de experiencias la máquina. Como señala Coriat:
dentro del concepto de especialización flexible, y Carvalho [1993:5) E/ objetivo de la organización del movimiento de materialesy componentes
caracteriza del mismo modo el análisis neoschumpeteriano -existe ya no es /a vinculación de los firmas de trabajo -.» por lo tanto, la
una base común de principios en experiencias tan dispares como las intensificación del trabajo vivo~ sino el manejo del capitalcirculante en sí.
de Suecia y Japón. Los costos de producción ya no se consideran dependientes del tiempo
En este artículo se adopta una línea argumentativa distinta. Se humano, sino de la utilización de la máquina [Coriat, 1988:31).
plantea que existen importantes distinciones entre los análisis que se
centran en la automatización y los que se basan en los métodos Justo En una fábrica automatizada se rompe el enlace entre el nivel de
a Tiempo y Control Total de Calidad. Me referiré a éste como el producción de la planta yla intensidad del trabajo.
Bajo la perspectiva de la automatización, los puestos de trabajo se
modelo lAT/CTC, si bien más adelante discutiré el uso del concepto de
modelo. hacen menos calificados y menos vinculados a la producción. Los
obreros adquieren mayor grado de discreción sobre su trabajo y se
so Revista Latinoamericana de Estudios del trabajo Paradigmas de la Soclologla del. Trabajo SI

encuentran sujetos a menor control directo. La participación de [a equipo y Kstzen son elementos de la búsqueda de mejoras constantes
mano de obra queda asegurada por [as mayores calificaciones de a nivel de fábrica. Sin embargo, la importancia de estas mejoras para
aquellos que tienen la suerte de obtener o de conservar un lugar de la productividad general está sujeta a discusión. Los obreros presentn
trabajo en una fábrica automatizada. En Alemania, esta estrategia ha muchas sugerencias, pero puede que sean de mediana importancía o
sido encauzada por las prioridades de ingeniería que han sido [a marginales. Los ingenieros y el personal técnico pueden desempeñar
fuerza de la industria alemana y que han establecido patrones de uso un papel mucho más importante. Nomura (1933:57) señala que las
de mano de obra -en especial el uso de mano de obra calificada y actividades de los circulas de calidad en el modelo Toyota son
el recurrir a soluciones técnicas que impliquen ascenso de calificacio­ periféricas y se conciben para motivar a los obreros.
nes, cosa que tanto la patronal como los obreros han apoyado. En el modelo jAT!CTC, el vínculo entre eficiencia e intensidad de
El modelo JAT!CTC también proviene' de la industria automotriz. Si trabajo no es como era bajo el fordismo, pero tampoco está roto,
bien surgió originalmente en japón, concretamente en la Toyota, como lo arguye Coriat en el caso de la automatización. Dejando
algunos de sus elementos principales se han adoptado de manera aparte los logros en eficiencia que provienen de la concepción
bastante generalizada fuera de japón. Aunque el modelo jAT!CTC orientada a la manufacturabilidad y a otras características fundamen­
procura también la participación obrera y mayor flexibilidad, existen tales del sistema japonés, incluidas ias relaciones interempresariales,
importantes diferencias en comparación con el modelo de se dan sin duda avances sistémicos a. partir de la reorganización
, misma del trabajo. Estos avances pueden traducirse en la reducción
automatización. En primer lugar, como señala jürgens, no hay
-' de existencias, mayor velocidad de flujos dentro de [a planta, mejores
polarización entre obreros muy calificados y obreros de producción
no calificados, y la capacitación no se limita a «una elite del núcleo
de trabajadores con competencias técnicas especiales» como sucede
en las empresas automotrices alemanas (lürgens, 1993: 13). En el
I~~
;; . -j. tiempos de uso de las máquinas, y el empleo de círculos de calidad
y de Kstzen pueden ayudar a [os trabajadores a «trabajar más
inteligentemente» conforme van mejorando los procesos. Sin embar­
modelo jAT!CTC se proporciona una capacitación menos intensiva a "W
i ... go, se da también un aspecto muy fuerte de intensificación del trabajo
una gama de obreros mucho más amplia. En segundo lugar, la en el modelo Ohno. El concepto de la «fábrica mínima» (Cortar,
reorganización del trabajo adopta una forma muy distinta. Depende 1991 :20-22) implica también minimizar la mano de obra, así como
más de una re-división de las tareas existentes que de cambios en las el trabajo-en-progreso, la maquinaria, etcétera. Ei sistema Oh no fue
tareas mismas. Implica a) la transferencia de ciertas tareas de concebido para hacerlo. La transparencia de la producción que brinda
mantenimiento rutinarias y de verificación de calidad a [os obreros de un sistema bajo en existencias con lineas claras de flujo del producto
producción directa, tareas que pueden realizarse sin necesidad de permite la visibilidad del uso de la mano de obra. Esta inherente
cambios significativos en [a maquinaria y equipo, y b) que [os obreros visibilidad del JAT!CTC se incrementa por efecto de otros elementos
de producción desempeñen una gama mayor de funciones y que concebidos para monitoreo y control del obrero. Resulta claro que
puedan realizar distintos tipos de funciones a distintas horas. La las empresas japonesas utilizan mucho los estudios de tiempo y
automatización puede desempeñar cierto papel en la reorganización movimiento, e intentan también reducir sistemáticamente las conce­
de funciones, pero no es esenciaL' Coriat describe con cierto detalle siones de tiempo. De manera análoga, el CTC puede integrar la
la importancia de lineas en U, concebida por Ohno en la Toyota y sus elaboración de sistemas complejos de supervisión y formas de
efectos en el trabajo. La eficacia de la estrategia de Ohno no reside rastrear las fallas hasta llegar a[ obrero. Sewell y Wilkinson (1992:283­
en la agrupación de máquinas por células, sino en la vinculación de 284) describen los efectos de este sistema en una planta de
máquinas y flujos de producto de forma tal que permita un ajuste televisores en Gran Bretaña:
rápido en los obreros y la gama de funciones que desempeñan ... la capacidad de los sistemas de vigilancia electr6nica de exhibir en
[Corlat, 1991 :62-63). En este caso, [a flexibilidad está vinculada tan corto tiempo a la persona origen de la falla es lo que constituye
mucho más estrechamente a la capacidad del trabajador que a la el poder disciplinaría. Así como el Psnopticon dependía de que los
máquina, y la gama de trabajadores cuya especialización se incre­ sujetos observados fuesen conscientes de esta vigilancia, los opera­
menta es mucho mayor que en e[ modelo de automatización. dores de Kay [nombre flctlcio de la planta} trabajan a sabiendas de
En tercer lugar, el modelo jAT!CTC hace especial hincapié en la que su actividad de trabajo básica está sujeta a constante escrutinio,
adaptación empírica de los procesos de producción en el momento factor que, combinado con la certeza de la humillacl6n pública
de la producción. Los obreros participan más en el proceso de inmediata que seguirá a la exhibicl6n de las fallas, apela a una potente
mejoras. Los grupos de mejoras, círculos de calidad, trabajo en fuerza disciplinaria.
52 Revista Lsnnosmencms de Estoatos del trabajo Par.3digmas de la Sociologfa del Trabajo 53

En esta planta se exhibían los errores colocando una marca negra también tomar decisiones en cuanto a rotación de trabajos. Sin
encima del puesto de trabajo del operario. Más de tres fallas embargo, es perfectamente normal que a la vez se den fuertes
implicaba tener que revisar el lote completo, y luego el jefe del grupo presiones para incrementar la intensidad del trabajo. Bonazzi lo
discutía el «problema» con el obrero en cuestión (Sewell y Wilkinson, explica con toda claridad:
1992:280) .
En conclusión, el modelo lATIere impone nuevas exigencias a la
Obno -inspirador de la revolución Toyota- admite no haberse
mano de obra: el método JAT se suele implantar a través del Kanban
propuesto nunca superar el teylorisrno, SJíl0 «pensarlo al revés». .. .
u otros sistemas incentivadores que actúan por efecto de tiro (pull­ Obno sustituyó el principio tsylorists del one best way por el
system) y que exigen a los trabajadores que elaboren los productos principio de la reducción de las existencias. Mientras elone best way
en un tiempo determinado. El método CTC hace hincapié en la calidad
imponía por vía burocrática los espacios, los tiempos y los gestos del
y en el rastreo de fallas hasta señalar al operario causante. El Kaizen trabajo, la reducción de las existencias se aloja en el interior del
requiere la participación activa de los obreros en la implantación de
proceso productivo como un duende que influye sobre la inteligencia
de los obreros en el juego de eliminar redundancias y tiempos
mejoras, y dentro del sistema se ejerce una presión considerable. El
muertos. De este modo, elone best way no será nunca definitivo ni
trabajo de equipo puede acrecentar este control y disciplina en lugar
de mejorarlas. Dentro de los equipos, el rendimiento de cada
impuesto desde arriba, sino que existirán sólo las etapas de un
individuo está regulado por los demás miembros del equipo. Cuando
indefinido perfeccionamiento buscado interactivamente por todos
(Bonazzi, 1993:10-11).
se vigila de cerca al equipo y éste tiene metas imperativas, los
obreros se vigilan entre sí. Lo mismo ocurre entre equipos. Al combinarse a la vez con la vigilancia y con metas claras y cada vez
El enfoque japonés reconoce y utiliza los aportes de los obrers al más colectivas, un sistema menos definido puede ser más exigente
proceso de producción. En lugar de tener por ideal una planta llevada ~.-
J~~
que un sistema Impuesto desde arriba.
por obreros sin voluntad, ejecutando órdenes al pie de la letra -la ¿Cómo es posible ampliar el trabajo y conservar el control? O más
moraleja de la historia de Schimdt, relatada por Taylor- o el ideal ~,f. bien, si se da a la mano de obra los medios para trabajar colectiva­
ti);,
de una fábrica sin obreros, como Ebel señala y critica (1990), el mente o con una gama más amplia de funciones complejas, écórno
modelo japonés parece procurar una mano de obra activa y partlcipativa puede garantizar el capital que los obreros trabajarán para la empresa
como medio para lograr mejoras continuas y flexibilidad. Sin embar­ y no contra ella?, y ccómo puede imponerse condiciones duras de
go, esta ruptura con aspectos clave del taylorismo y fordismo no trabajo si se requiere una participación e implicación activa del
significa sencillamente una negación de todos los males que señalaba obrero?
Braverman. En primer lugar, aunque se da menos importancia a la En parte, la respuesta nos la da Coriat al referirse a las compen­
prescripción de los procesos, y más a los sistemas de mejoras saciones (contrepartie). Coriat aduce que a los obreros en Japón les
empíricos, de prueba y error, se sigue usando mucho el estudio de favorece el sistema. El sistema de empleo vitalicio y los mercados
tiempos y movimientos, y sigue siendo una forma única y aceptable ínternos de trabajo proporcionan ai trabajador la seguridad y los
de realizar un trabajo (Ludger). Los obreros pueden sugerir mejoras, incentivos para procurarse capacitación y ascensos. El sistema de
pero éstas deben ser aceptadas por ia patronal. En segundo lugar, en negociación salarial brinda niveles de vida en constante mejora
un sistema JAT/cTC, las ocupaciones pueden establecerse de una forma (Coriat, 1991 :78-93). Esto crea un círculo virtuoso no-Iordista de
más amplia, de modo que hasta un obrero de línea de ensamblaje inversión en recursos humanos que lleva a la polivalencia y a la
rápida puede moverse entre distintas funciones dentro de un periodo multifuncionalidad, a innovaciones organizativas y a mayor producti­
de tiempo y asumir otras funciones, como la de solución de vidad que, a su vez, lleva a mayor inversión en recursos humanos
problemas o mantenimiento de rutina. Ello es perfectamente compa­ (1991 :9899). Coriat sostiene que los aumentos en productividad en
tible con ciclos de trabajo bajo presión y trabajo repetitivo. Los las empresas japonesas proviene de ia recomposición de funciones,
ciclos, en muchas fábricas japonesas, son cortos, y los obreros la multifuncionalidad y las economías de alcance. Este aumento de la
trabajan bajo fuertes presiones de horario. En tercer lugar, en algunas productividad constituye la base de auténticos y sustanciales benefi­
formas de línea de ensamble o producción celular, no hay «puestos» cios para los obreros (1991:100-102).
ni lugares Fijos. Se divide una serie de distintas funciones según el Sin embargo, la respuesta que da Corlat en esta discusión de la
nivel de producción y el número de obreros disponibles. La división relación salarial en el modelo japonés no lo es todo. Un elemento
del trabajo puede ser determinada por un equipo o grupo, que puede igualmente Importante es el control que ejerce la patronal dentro de
~.
54 Revista Latinoamericana de Estudios de! trabajo Paradigmas de la Scclologfa del Trabajo 55

la fábrica. El modelo japonés no sólo motiva e implica al trabajador trabajo. Es sabido que el fordismo (en el sentido estricto de la
sino que lo controla y presiona. Parte de este control proviene palabra) en América Latina no tiene relación con las caracteristicas
directamente dei propio sistema de producción, como ya se ha dicho. del fordismo en Estados Unidos o Europa. En Brasil, por ejemplo, las
La visibilidad del trabajo, el empleo de sistemas de vigilancia empresas fordistas en los años setenta se pareclan más a las plantas
tecnificados y la disciplina Impuesta por las relaciones dentro de los automotrices de Estados Unidos en la época presindical que las
grupos y entre ellos pone el poder del control en manos de la empresas transformadas por la emergencia de la United Auto Workers
patronal. Además, hay otros dos elementos importantes en Japón. En en los años treinta (Humphrey, 1982: 105-107). Puede que prevalez­
primer lugar, los sistemas salariales y de evaluación están concebidos can contrastes similares en [os años noventa.
para dar a la patronal el control sobre los obreros. La evaluación del Parece oportuno ahora abandonar el uso del término «modelo».
rendimiento personal se realiza minuciosa y regularmente, y estas Con demasiada frecuencia un modelo se representa como mezcla de
evaluaciones tienen un impacto directo sobre las primas e incremen­ un ideal que debe alcanzarse y una estilización de las prácticas
tos salariales. Ogasawara (1992:5), por ejemplo, examinó las estructu­ vigentes (Hirata, 1993). Resulta útil para los que lo propugnan ­
ras de pago en una serie de empresas japonesas, poniendo de relieve puede representar un conjunto de prácticas interrelacionadas- como
en cada caso el elemento relacionado con el rendimiento -en una algo real y a la vez ideal. El modelo nos ayuda a captar los elementos
planta típica, el elemento de rendimiento afecta, directa o indirecta­ centrales, interrelacionados, de un sistema productivo. Sin embargo,
mente, a 70 por ciento de los salarios- y sugiriendo que este también causa problemas. Un modelo es estático, mientras que un
modelo forma parte de la tendencia a dar cada vez más importancia sistema productivo está en constante desarrollo. Un modelo recalca
al elemento de rendimiento. También los ascensos, uno de los rasgos la interdependencia de las partes, mientras que la transposición de un
principales del sistema japonés, según Coriat, dependen significati­ modelo a un contexto distinto requiere inevitablemente adaptación
vamente de las evaluaciones. -un cambio en la relación entre las partes (Hirata, 1993:5)-. Los
El segundo elemento que incrementa el control de la patronal en problemas llevaron a una gran confusión acerca del alcance del
Japón es la estructura sindical. Los sindicatos de empresa que tienen modelo -en el que se definen las fronteras del sistema- y acerca de
fuertes vínculos con la patronal no se oponen a las políticas de la sus principios fundamentales.
empresa. La ética del sistema sindical consiste en decir que un firme Para salvar estos problemas, hablaré de tendencias. Las empresas
crecimiento de [a empresa es lo que más conviene a los intereses de japonesas están logrando importantes mejoras en productividad,
los obreros. Aunque este apoyo está en cierto modo «comprado» calidad, tiempos óptimos, etcétera, por medio de tres áreas de
por ventajas como salarios en aumento, ascensos y la expectativa de cambio relacionadas entre si: organización de la producción, jerar­
un empleo vitalicio, el hecho es que individual y colectivamente el quías de gestión niveladas y relaciones interempresariales. Los princi­
sindicato no proporciona a los obreros ninguna protección contra [a pios que subyacen a [a organización de la producción son el flujo del
empresa. producto ÚAT), calidad en la fuente (eTC) y Kaizen. Estos principios,
La importancia de este amplio contexto de relaciones industriales al implantarse, permiten lograr reducción de costos, apego a normas,
ha llevado a los estudiosos a distinguir entre los principios organiza­ tiempos óptimos más cortos, etcétera, que son las metas del sistema
tivos estrictos del modelo JAT/eTe y e! contexto más amplio. Se usa productivo dentro de la empresa. La implantación implica selección
el término toyotismo para denotar [os principios organizativos [Wood, de técnicas (Kanban, SMEO, pruebas básicas de calidad), preparación
1992; Durand, 1993) mientras que «japonización» [Wood) o nipo­ de las tecnologias adecuadas, preparación de la mano de obra y
nismo (Durand) se usan para referirse al contexto amplio. Cabe relaciones obrero-patronales. Estas, a su vez, dependen de ciertas
establecer una comparación con el fordismo como sistema de pro­ condiciones institucionales como las señaladas anteriormente.
ducción y el sistema social que lo hizo posible en Estados Unidos. La cuestión del traslado del modelo se convierte entonces en una
Las relaciones laborales son una parte importante de este sistema cuestión de introducir los principios fundamentales y lograr los
amplio, pero los patrones de mercado y de relaciones entre empresas resultados deseados. La medida en que varia la implantación y la
pueden ser igualmente importantes. ¿Qué es lo que cambia y qué es medida en que las técnicas, tecnologías, preparación de mano de
lo que permanece cuando se transfiere un modelo? Estas interrogantes obra y relaciones obrero-patronales difieren también según los
son fundamentales para entender el impacto del modelo IAT/eTc en contextos es ante todo una cuestión empírica. Con todo, hay algo
América Latina y las cuestiones que plantea para la sociología del que sí es cierto: la realidad está siempre llena de sorpresas.

•• >0•• _... - 7 n' 'c _ ••


~
Paradigmas de la Soclclcgfa del Trabajo 57
56 Revista Lsttnosrnertcsne de Estudios del trabajo

IV. Transferencia del método IAT/CTC


En la primera opción, el marco institucional fuera de la empresa es
indistinto. En este caso todos los elementos sistémicos pertinentes,
Es sabido que el IAT/CTC ha sido adoptado en muchas partes del necesarios para que funcione el lAT/CTC, caen bajo el control de la
patronal. Las empresas, si así lo desean, pueden introducir el nuevo
mundo, en situaciones en que el marco institucional es muy distinto.
¿Cómo debe interpretarse esto? Una forma de enfocar el problema" modelo. Una variante de este enfoque es la que usan los adeptos del
lAT/CTC que sugieren que los marcos institucionales sí tienen importan­
es considerar el tema en términos de los problemas más importantes
que afronta la industria actual y las soluciones que se adoptan. Según cia, pero que los imperativos del lAT/CTC son tan fuertes que el marco
Boyer y Freyssenet [1993:23-25J: debe ser establecido por los patronos y el Estado. Este es el enfoque
que Boyer y Freyssenet [1993J identifican como el one best way.
En cada periodo histórico importsnte se da un pequeño número de Supone que en todos ios contextos puede darse el mismo modelo,
problemas que captan la atención de los empresarios e ingenieros: puede con el mismo marco institucional Y los mismos resultados -una
que una vezse trate de la estandarización, en otra de mecanización, tal vez japonización universal, como proclaman Womack, Jones y Roos
otra de controldeltrabajo, o más tarde de diversiñcar la producción, luego [1990J.
de me/orar la calidad .., los principios de un modelo industrial definen de La segunda opción es que los elementos sistémicos generales son
manera precisa las cuestiones que deben explorarse y las que deben dejarse importantes pero que no deben reproducirse porque existen equivalen­
de lado. Además, proporcionan dertss indicaciones acerca de los métodos tes funcionales. Como resultado, contextos distintos pueden produ­
que deben emplearse. cir el mismo resultado. Boyer y Freyssenet citan los distintos
Boyer y Freyssenet [1993J sugieren que los estudios realizados enfoques de las plantas Saturn y NUMMI ante la participación de los
proponen cuatro opciones, como se resumen en el cuadro 1. obreros y la eficiencia de la producción. En este caso, los mismos
principios de gestión pueden darse en distintos marcos institucionales,
Cuadro 1. Opciones de nuevos modelos productivos pero los resultados son los mismos mientras existan contextos
funcionalmente equivalentes [Boyer y Freyssenet, 1993:20J.
La tercera opción es cuando se adoptan soluciones sin referencia
Soluciones idénticas Soluciones diferentes al problema que se enfrenta. Es lo que suele suceder cuando no se
diagnostica un problema o cuando se intenta dar una solución
1) El «one beste wa)l» en 3J Adopción mimétrica de «mágica» a un problema de la empresa. A este respecto, Boyer y
un contexto de soluciones que correspon­ Freyssenet citan a los círculos de calidad en Francia, y en América
globalización. Restricciones den a otras situaciones en Latina se señalan experiencias similares.
Problemas y oportunidades el contexto de diferencias En la cuarta opción, el marco institucional general tiene pertinen­
Idénticos convertgen a nuvel interna­ nacionales persistentes. cia, pero no es reproducible. Como resultado, el rendimiento de un
cional. Eiemplo: adopción de modelo nunca puede ser igual en un marco nuevo. Los modelos no
Ejemplo: proyecto del MIT Circulos de Calidad en son transferibles. Según cierta forma de relativismo, los principios
sobre Producción Delgada Francia. comunes de sistemas de producción dan resultados distintos en
diferentes contextos [como sucede cuando se adopta el IAT/CTC en
4J Principio de racionalidad condiciones distintas a las de lapón]: otra forma más extremista niega
2J Concepción situada en un contexto de que existan principios o instituciones comunes, con lo que cada
Problemas evolucionista del pluralis­ transnacionalización. Si el situación es única [Boyer y Freyssenet, 1993:20J.
diferentes mo tecnológico. Un contexto cambia tambIén El debate sobre estas cuestiones tiende a polarizarse en torno a la
problema puede tener cambian las soluciones. primera y la cuarta opciones. Los economistas se inclinan hacia el
distintas soluciones. Ejemplo: los tranasplantes primer enfoque -recalcando los efectos homogeneizadores de la
Ejemplo: Saturno es un japoneses no adoptan las competencia- mientras que los sociólogos favorecen a menudo un
caso distinto del de mismas relaciones salarIales relativismo parcial que hace hincapié en las especificidades nacionales
NUMMI. que en Japón. de las instituciones, que inhiben la transferencia simple de modelos.
Ambos tienen fundamentadas razones para señalar deficiencias en la
FUENTE: Boyer y Freyssen et
[/993:24)
posición contraria. El modelo lATlcTC se difunde con rapidez, y
JL\
.'$"
58 Rev/stil tsttnoemertcsns de Estudios del mosto
t Paradlgrras de la Soclologfa delTrabajo 59

~r
aparentemente con cierto éxito. Al mismo tiempo, el IAT/eTC en , ,;~
significa el IAT/eTe y cómo puede introducirse. Se encuentran muchos
América del Norte y Europa no es una copia exacta de la práctica ejemplos de la tercera opción a que se refieren Boyer y Freyssenet.
japonesa, y está aún por verse si sus resultados se equiparan a los La empresa busca una solución fácil y rápida a sus problemas,
que se dan en Japón. Este argumento implica la posible pertinencia centrándose en una técnica en particular, y sin comprender sus
de la opción segunda -mismos resultados en distintos contextos principios. Los capitalistas son mucho más ignorantes y dubitativos
institucionales-, con adaptaciones al modelo. Sin embargo, no deja
de ser problemático. No puede decirse que los resultados sean los
,.. acerca de los cambios de lo que supone la teoría de procesos
laborales. En el contexto de una creciente competencia en todo el
mismos, y de todas formas, la medición de los resultados es en sí mundo, muchas empresas, incluidas las grandes, avanzan por el
compleja. método de prueba y error, sin saber qué hacer. Las que han aplicado
Boyer y Freyssenet sugieren que en íos años noventa es mucho más con éxito el IAT/eTe lo han hecho después de haber experimentado
probable una convergencia parcial que una convergencia total de los uno o más fracasos (Fleury y Hurnphrey, 1993]. Aprender por medio
sistemas industriales, y aducen que «entonces, la discusión sobre de las caídas parece ser un método muy común para reconocer la
universalidad o diversidad de modelos industriales se convierte en Iimitante de la tercera opción que se señala en el cuadro 1.
una cuestión de carácter esencialmente empírica» (1993:27]. Esto Sin embargo, esta no parece ser la única explicación de la
indica que hay que ser sumamente cautos cuando los nuevos sistemas ~':-",-.
diversidad de aplicaciones que encontramos en América Latina y en
se encuentran en etapas tempranas de implantación. otras regiones. Existen diferencias sistemáticas en las aplicaciones
Este enfoque puede usarse como base para considerar el desa­ '~~' del IAT/eTe en distintos sectores de [a economía, como lo señala
rrollo del IAT/eTc en América Latina y sus implicaciones para el sector
obrero. En primer lugar, examinaremos los factores que favorecen la
convergencia, después, los inconvenientes, y luego, [a posibilidad de
lr;}~'
Roldán (1993a] y Ruas (19931. ¿Cómo, entonces, podemos com­
prender y explicar casos del IAT/cTC que no parecen ni siquiera
moverse en la dirección de adoptar los principios de flujo de
<~i,
soluciones plurales, igualmente válidas. Finalmente, consideraremos ~; productos, calidad en [a fuente, etcétera?
sus implicaciones para eí sector obrero.
i­ El primer impulso del sociólogo, impulso que he seguido a

v. lAT/CTC en América Latina


;t;:~ menudo, consiste en celebrar esta diversidad. No obstante, esta
actitud merece dos críticas justificadas. La primera es que la expe­
~~,
riencia empírica tiene que ser diversa, sobre todo en. las etapas
I$li
En el momento actual existe un enorme interés en América Latina if; tempranas del desarrollo de un nuevo modelo. Las empresas adopta­
hacia el uso de la gestión productiva japonesa, fenómeno muy visible " rán nuevos principios de trabajo con diversos grados de eficiencia y
en las economías de más peso. En el norte de México, las pioneras competencia. Un estudio de la temprana difusión de los principios
en el uso del IAT/eTe han sido [as empresas trasnacionales, pero son tayloristas en la manufactura de bienes de equipo en Estados Unidos
cada vez más las empresas que se integran al sistema (Ramírez, 1993; revelaría probablemente que hubo empresas que entendieron mal los
Carrillo, 1990). En Brasil los métodos japoneses han sido recibidos principios o que fueron incapaces de aplicarlos por problemas en la
con entusiasmo y apasionado interés impulsado por la liberalización s- administración, o por problemas técnicos o de relaciones laborales.
comercial y el apoyo activo dei gobierno central (Ferraz, Miles y Esto no invalidaría los principios taylorlstas ni sugeriría que no
Rush, 1992¡ Fleury y Humphrey, 1993]. Roldán ha realizado amplios podían ser adoptados en la industria de bienes de equipo en Estados
estudios sobre el uso del IAT/eTe en Argentina (1993a; 1993b]. El Unidos. De forma análoga, la comprensión errónea y las falias en la
proceso es mucho más difundido de lo que parece. Murray (J 993] aplicación del lAT/cTC no son prueba de que sea intransferible o
señala que hay gran interés en el CCT en la industria alimentaria i<;r-, ineficaz. La segunda crítica contra el «viva la diversidad» es que en
hondureña. Deming y Juran se han convertido en las nuevas biblias de '~~;;i un medio competitivo no todas las opciones son iguales. Los sistemas
la administración en América Latina. de producción más capaces de producir bienes con las características
Al mismo tiempo, resulta claro que en general, este entusiasmo preferidas por los compradores -bajo precio, mejor rendimiento,
por los métodos japoneses no se traduce en la práctica. Lejos de mayor fiabliidad, etcétera- tenderán a sobresalir. Las empresas que
pensar «de atrás hacia delante» (a I'envers], las empresas están no pueden competir con las mejores tienden a desaparecer a menos
buscando formas de hacer más viables los procesos de producción que adopten el nuevo sistema de producción.
haciendo los menos cambios posibles. En América Latina, como en Estos argumentos tienen alguna fuerza, pero no proporcionan
Europa, existe un malentendido muy difundido acerca de lo que suficientes pruebas en favor de aceptar la postura del one best way.
l
60 Revista Isttnoemertcene de Estudtos del trabajo
: · ~
.
Paradlgmas de la Soclofcgfa del Trabajo 61

- ,oc;
Como aducen Boyer y Freyssenet, una convergencia total de sistemas cumplir con estándares internacionales de precio y calidad si no
industriales requiere hipótesis radicales acerca de la globalización de
los mercados financieros, laborales, tecnológicos y de productos. Las l quieren verse desplazados por la importación de componentes, y la
importación de automóviles armados empieza ya a tener impacto en
prácticas convergerán sólo si las empresas tienen las mismas condicio­ las expectativas de los clientes acerca de sus características y su
nes (económicas y socialesJ para competir en mercados calidad,
homogeneizados. Un resultado más probable es la globalización ,),., En algunas circunstancias, esta presión en favor del cambio es lo
parcial de [os mercados financieros, laborales, tecnológicos y de bastante fuerte para obligar a cambios institucionales, Ha habido
productos, capacidad tecnológica dispar y condiciones sociales dife­ -> .~ reestructuración de modelos establecidos de relaciones laborales a la
rentes. Todo ello restringiría la convergencia, limitaría la competen­ ,ffi:> luz de la nueva situación competitiva -México es un claro ejemplo
cia y posiblemente daría una multiplicidad de formas institucionales
y modos de regulación [Boyer y Freyssenet, 1993:26J. lt T';J.
de ello [Bizberg y col., 1993)- y las relaciones entre empleados y
el Estado también se están reestructurando (como ocurre en Brasil].
El resultado no puede determinarse a priori. Es necesario tomar en Algo semejante se ha observado en los países más industrializados.
consideración las presiones competitivas de que son objeto los ¡i" En el Reino Unido, por ejemplo, los trasplantes japoneses han
/"
industriales latinoamericanos y su capacidad [administrativa, tecno­ tendido a redefinir las bases de las relaciones obrero-patronales en
lógica] de hacerles Frente, asi como los contextos institucionales en vez de aceptar las condiciones institucionales existentes [Oliver y
que se darán estas respuestas. Estos son los factores que determina­ Wilkison, 1992), Aún así, y a pesar de todo, hay fundadas razones
rán el alcance y la naturaleza de la diseminación del JAT/cTC en para dudar de que las economías latinoamericanas, incluso las más
América Latina. ~~\. avanzadas, se embarquen en una «japonización» al por mayor:
:w,
Actualmente, en América Latina los problemas con que se enfrenta -~~>
.'k
la industria son probablemente más similares a los del mudo desarro­ ~
'¡~;,....
a] Los efectos de la liberalización se sentirán sobre todo en los
llado que en cualquier otro momento de su historia reciente. La sectores de bienes comerciables, Desde luego, no todo lo que se
creciente orientación exportadora de la industria latinoamericana manufactura es comerciable. Fuera de ese sector, las presiones en
significa que las industrias están más abiertas a la demanda de las favor de soluciones japonesas serán más limitadas. Sin duda habrá
naciones importadoras. Tres cuartos de las exportaciones manuFacture­ imitaciones, y el efecto de demostración operará hasta cierto punto
ras de estos paises se destinan a naciones que no están en la región -pero la velocidad del cambio será mucho más baja, y el alcance del
de Latinoamérica, sobre todo a los mercados sumamente competiti­ cambio más reducido.
vos de Estados Unidos y Canadá, y a los paises europeos más ricos b] El sector manufacturero en América Latina es muy heterogéneo,
(BID, 1992:237J. En los mercados de las naciones más industrializadas, Existe un gran desfase entre las grandes empresas de los sectores de
sus exportaciones manufactureras también hacen frente a una cada más avance tecnológico y la mayoría de las pequeñas empresas, Este
vez mayor competencia de los países proveedores del sudeste y este desfase puede verse en términos de tecnología de productos y
asiáticos. Este factor imprime una gran presión sobre los exporta­ procesos, capacidad administrativa, tasas salariales, etcétera, Las
dores para que reduzcan costos e incrementen calidad, y también empresas más avanzadas poseen la capacidad necesaria para introdu­
para que produzcan articulas más especializados, no sujetos a la cir el lAT/CTC, pero no puede decirse lo mismo de [as compañías de
competencia de los bajos salarios de países como Chína e Indonesia' '::F tamaño reducido y empresas familiares de todos tamaños, Por este
;1·
Finalmente, la apertura de mercados internos por medio de la motivo, puede que la introducción de innovaciones exhaustivas que
liberalización comercial ha orillado a las empresas que surten al comprenden cambios de productos y procesos, reestructuración
mercado interno a mejorar precios, fiabilidad, calidad, variedad y gerencial y cambios en las relaciones laborales y en las funciones de
tiempo de entrega. la mano de obra se encuentre limitada a las grandes empresas, La
'0-'
No cabe duda que estos factores tienen un gran impacto sobre la '!f.' excepción a ello puede darse en las pequeñas empresas que aprove­
industria latinoamericana. En el caso de Brasil, por ejemplo, no cabe ~­ chan ia circunstancia de encontrarse agrupadas en zonas industriales
ninguna duda de que ia actual obsesión de los gerentes por la calidad $ o que reciben ayuda de empresas más grandes para actualizarse s En
:.~
y el precio se deriva directamente de la liberalización. Los métodos la mayor parte de pequeñas empresas, la opción más adecuada la
japoneses se consideran como un medio para garantizar las mejoras ofrece la adopción de algunos métodos lAT/CTC de alcance limitado,
necesarias que permitan mantener al mercado libre de Importaciones. con Una definición estricta. Esta es la ruta que señalan Ruas (1993)
En el caso de la Industria automotriz, se obliga a los proveedores a y Roldán (1993aJ, que será más viable si hay nichos de mercado
62 Revista Lsttnosrnertcsns de Estudios del trabajo Paradigmas de la Soclologla del Trabajo 63

disponibles. Marx [1993J observa que en Brasil hay pequeñas competitiva es iento y costoso. Puede que los Estados carezcan de los
empresas en el sector de partes automotrices que quieren salir del recursos y de la motivación ideológica para una política industrial
sector o suministrar sólo al mercado de partes como resultado de la adecuada -sobre todo porque las políticas industriales anteriores
creciente exigencia de los ensambladores de que se cumplan estándares están desacreditadas.
internacionales de precio y calidad. Grandes regiones de América gJ No hay garantía de que las empresas logren hacer frente a la
Latina pueden convertirse en nichos para ciertos productos -en creciente competencia internacional. Muchas empresas no generarán
particular si los exportadores de paises desarrollados consideran que la respuesta necesaria ante la situación tan cambiante, y simplemente
no merece la pena penetrar en esos mercados, o si los problemas de pueden dejar de existir.
balanza de pagos conducen a la restricción de importaciones.
e] Como resultado de esta heterogeneidad, la vía de la promoción VI. El impacto sobre la fuerza laboral
de calificaciones y la integración de funciones será adoptada por un
número relativamente pequeño de empresas. En otras, la integración ;~~ El impacto del IAT/CTC en América Latina será muy variado. En grandes
de funciones será más limitada, la aplicación del IAT/CTC será más sectores de las economías no tendrá ningún impacto. Los sectores
desigual, y puede que algunas funciones sean trasladadas hacia ,.'. afectados lo serán de maneras distintas. Hay que puntualizar dos
técnicos y supervisores. Así sucede con el Control Estadístico de ¡ <:_;:. cosas en relación al impacto del IAT/CTC sobre ia mano de obra. La
Procesos (CEPJ en algunas empresas brasileñas. Esta tendencia se irá primera es, simplemente, que no se sabe lo bastante al respecto. El
extendiendo si las Irregularidades en la enseñanza y capacitación }:
argumento de que el IAT/CTC lleva a la multicalificación y a la
limitan la oferta de mano de obra debidamente capacitada (Fleury y promoción de calificaciones se suele basar en una combinación del
Humphrey, 1993:42-49J. razonamiento lógico de que el IAT/CTC debe implicar una multicalifi­
dJ Dada la tendencia hacia elevados niveles de integración vertical cación porque la flexibilidad se lo exige con la información recogida
en las economías latinoamericanas, y también la tendencia a conglo­ en las visitas a las fábricas. En cuanto a fuentes de información, éstas
merarse las grandes compañias, la difusión del IAT/CTC por medio de dependen mucho de la gerencia, y no es frecuente que permitan
cadenas de empresas vinculadas será lenta. A corto plazo, la preocu­ acceso abierto a los archivos o pláticas con ios trabajadores, que
pación por los suministros puede incluso reforzar el verticalismo. En pudieran sustentar lo que se afirma. En ia práctica, la promoción de
parte, las estrategias de Integración vertical se deben a la falta de calificaciones puede que sea limitada. Cuando se hacen estudios
suministros, y las empresas que se preocupan por la calidad de los detallados, los resultados suelen ser poco interesantes. Un estudio
mismos tienden a absorber más trabajo. La preocupación por la sobre el trabajo en una planta de partes automotrices en el Reino
calidad puede también llevar a una marginalización de las pequeñas Unido que había introducido el IAT llegó a la conclusión de que "pese
empresas suministradoras. En general, habrá que ver si las empresas a la mayor flexibilidad y a la erosión de demarcaciones tradicionales,
en Latinoamérica lograrán crear contactos más estrechos entre sí
no existe prueba sistemática de que haya recalificación o promoción
sobre la base de relaciones de cooperación a largo plazo.
de callñcaclones» [Turnbull 1988: 13). Era una planta reconocida por
eJ El rezago en la tecnología de procesos en muchas industrias ser de las pioneras en la introducción de métodos japoneses y una
latinoamericanas favorecerá que haya cambios organizativos más que planta en la que se obtuvieron sin lugar a dudas los resultados usuales
cambios combinados en la organización y nuevas tecnologías. Las de productividad, tiempos óptimos, trabajo-e n-progreso, reservas de
empresas trasnacionales, sobre todo las de nueva planta, serán una existencias, etcétera. [1988: 13J.
excepción a esta tendencia. Este ejemplo llama a la cautela. Los investigadores no deben
f) Dadas la velocidad y gravedad de la reestructuración en algunos dejarse obnubilar por lo que afirma la gerencia; deben procurase
países latinoamericanos -Argentina, por ejemplo- las empresas las pruebas fehacientes que lo corroboren. El que haya buenos
tenderán firmemente a buscar soluciones de aplicación rápida y a resultados en productividad, trabajo-en-progreso, etcétera. no debe,
corto plazo, que se centrarán en la prioridad de reducción de costos en sí, tomarse como prueba de que se ha implantado plenamente el
a corto plazo, como medio de supervivencia, como señala Roldán IAT/CTC, ni de que las calificaciones de los obreros se han promovido.'
[1993a-1993bJ. De manera más general, resulta claro que la liberali­ La segunda cuestión es que el IAT/CTC no es un sistema fijo, y las
zación puede lograrse mucho más rápidamente que la promoción de relaciones laborales pueden afectar la forma en que se desarrolla. En
la industria. El comercio puede liberalizarse casi de la noche a la el caso de Japón, Nomura sostiene que el modelo Toyota es una
mañana. Pero crear mejores condiciones para que la industria se haga variante del lAT/CTC, centrado en la reducción de costos laborales,
64 Revista Lsttnosmertcsne de EstudIos del trabajo
,.
r:i'
Paradjgmas de la Soclologfa del Trabajo 65

«incrementalismo» (Ludger), eliminación de desechos y construcción la capacitación, la estabilidad del empleo, etcétera. Pueden obtenerse
del sistema desde abajo. Sostiene además que este sistema no es buenos logros, especialmente para los obreros de producción semi­
sostenible por la resistencia que ofrecen obreros y gerentes y que la 'Ií' calificados, cuyas perspectivas laborales y estabilidad de empleo

.~
Toyota se verá obligada a prestar más atención a la automatización y pueden mejorar sensiblemente, fenómeno que no se logra con un uso
otros medios de mejorar la competitividad (Nomura: 1993:55-58). más parcial del JAT/eTe, o de variantes del IAT/eTe como la sugerida en
..~
En el mismo orden de ideas, Bonazzi ha sugerido que surge una
el apartado 3.
versión europea de la producción delgada que recurre más a la !' i~ e) La forma en que el obrero perciba los beneficios del IATleTe
automatización, procura acuerdos con los sindicatos y favorece la I ',~,
I /ifJ' dependerá en parte de las condiciones de trabajo y empleo antes de
producción modular [1 993: 17). I ~. su introducción. En la medida en que el IAT/eTe implica capacitación
í,~~
¿Cuál puede ser el impacto del )AT/eTC sobre la mano de obra en , .lt'!.. mayor y mayor estabilidad del empleo será benéfico para quienes no
América Latina? Resumiré brevemente los factores de este Impacto: . '~.
han tenido un empleo estable hasta ese momento. En Argentina,
. ,~,-~,¡:".
,'ti, donde los trabajadores tienen ciertos derechos de estabilidad de
a) El mayor impacto se dará en las empresas grandes y en aquellas empleo, el IAT/eTe puede verse acompañado por presiones de la
que están más directamente afectadas por la liberalización comercial. patronal para disolver estos derechos. En Brasil, en cambio, la
Es importante, por lo tanto, no limitarse a éstas. Las empresas ausencia total de protección al empleo significa que cualquier com­
grandes y sobresalientes, sobre todo las que pertenecen al sector promiso, aunque sea trnpllclto, de la gerencia con miras a estabilizar
automotriz, son el objeto predilecto de estudio de la sociología del a la mano de obra puede verse como una ventaja. Este contraste entre
trabajo. Seguir en esta línea conducirá a interpretaciones tendencio­ la situación antes y después del IATleTe variará también según la
sas. calificación. Es posible que los obreros no calificados o semicallficados
b) Es probable que el IAT/eTe amplíe el desfase entre las empresas sieman que les es ventajoso el trabajo flexible y la reintegración de
que lo adopten y las que no lo hagan. Si conduce a mayor estabilidad funciones, mientras que los calificados pueden considerar que el
del empleo, creará o reforzará aún más los mercados laborales trabajo flexible implica, por una parte, un ataque contra la rígida
duales, ya que la mano de obra en las empresas que lo hayan separación de funciones que había sido un fuerte instrumento de
adoptado será más estable que antes. Una vez más, este hecho apunta negociación y, por la otra, una degradación de sus calificaciones por
hacia la necesidad de estudiar no sólo a las empresas de punta en el hecho de que se mezcle trabajo calificado y no califlcado.?
cada sctor o economía. f) Estos logros vendrán apareados con presiones cada vez mayo­
c) Está muy claro que las empresas japonesas transfieren prácticas res. Si la patronal puede desarrollar los tipos de evaluación y
«japonesas» a occidente en mucho mayor medida en la industria sistemas de control antes mencionados, los obreros se encontrarán
automotriz que en la industria eléctrica para el consumo [Kenney y sujetos a regímenes de gran exigencia y presión. Tuve recientemente
Florida, 1992b). Un gran número de estudios de empresas japonesas la ocasión de ver un claro ejemplo del potencial de control sobre la
en las industrias eléctricas han revelado un uso reducido de los mano de obra que contiene el IAT/eTC en una empresa que establecía
círculos de calidad, grupos de Kaizen, trabajo en equipo o rotación nueva planta en el interior de Sao Paulo. Se evaluaba a los traba­
sistemática de mano de obra. Puede que estas plantas apliquen jadores una vez al año sobre la base de tres factores: cursos de
calidad en la fuente Y)AT, pero dejando algunas de las caracteristicas capacitación, desarrollo de sus calificaciones operativas, y actitud y
asociadas con estas prácticas en la industria automotriz. Esto tiene comportamiento [contribuciones a los programas de sugerencias,
especial importancia para las operaciones internacionales de ensam­ esfuerzo, ausentismo, espíritu de equipo, etcétera). Si la puntuación
blaje, en las industrias electrónica y eléctrica. Se ha observado en el era baja, significaba despido, si era alta, significaba ascenso. Al mis­
norte de México [Kenney y Florida, 1992a; Shaiken y Browne, 1991) mo tiempo, la empresa estaba considerando la posibilidad de delegar
que algunas caracteristicas del IAT/eTc no se aplicaban. La cuestión de en los equipos la responsabilidad de aceptar nuevos miembros del
las diferencias sectoriales en ia operativa del IAT/eTC es de consi­ equipo y despedir a aquellos cuyo desempeño no fuese satisfactorio.
derable importancia, y refuerza una vez más la idea de que no hay que Eso ocurría en un contexto en el que el propio equipo se habia
centrarse exclusivamente en la industria automotriz. propuesto metas claras de calidad y productividad. Era evidente que
d) Los resultados del JAT/cTC dependerán evidentemente de cómo el equipo sufriría grandes presiones para castigar a los trabajadores
se aplique. Aplicando seriamente el trabajo en equipo, el CEP, la de bajo rendimiento, hasta el punto de expulsarlos del equipo, lo que
manufactura celular, la rotación de trabajos, etcétera..•. se potenciará significarla la pérdida del empleo. La severidad de estos castigos
Paradlgrras de la Soclologta del Trabajo 67
66 Rev;sta Latinoamericana de Estudias del trabajo

un caso de este tipo [1993:49), aunque la empresa en cuestión lo


proviene del hecho de que el peso del bajo rendimiento, ausentismo, consideraba como una fase de transición hacia la primera opción.
etcétera, cae directamente sobre los demás trabajadores. Parece menos probable que se dé a hombres y muieres las oportuni­
g) En los países de América Latina que tienen una historia de dades de desarrollar calificaciones y garantizar oportunidades de
regímenes laborales opresivos, las nuevas relacíones a nivel de planta ascenso. Es cosa sabida que años atrás, hombres y mujeres tenían un
pueden presagiar un periodo de participación y democracla. La acceso muy dispar a la capacitación y a las oportunidades de ascenso
inestabilidad del empleo y el autoritarismo de los capataces puede [Humphrey, 1987). ¿Se desarrollarán nuevos patrones de diferencia
que mejore [Fleury y Humphrey, 1993J. Sin embargo, la adopclón del y discriminación, o nacerá un tratamiento más equitativo del predo­
IAT/cTC no llevará a las empresas a establecer mejores relaciones con minio de la capacitación en e! lugar de trabajo y la necesidad de
los sindicatos. En la medida en que el IAT/cTC se asocia con una fomentar el ascenso de nivel de [a fuerza laboral? Es probable que lo
relación más cooperativa entre el obrero y la gerencla, ésta procurará primero ocurra más. lmpllcará, por ejemplo, que las mujeres queden
que la relación sea directa, soslayando al sindicato y adoptando una excluidas del control estadístico de procesos y de las tareas de
ideología de comunidad de intereses que niegue legitimidad al mantenimiento de rutina. Esto puede hacerse en departamentos
sindicato. Asimismo, con el IAT/cre, las empresas son más agresivas enteros -pueden asignarse estas tareas al personal técnico o a los
acerca del «derecho a administrar» de la gerencia que con el supervisores en departamentos mayoritariamente femeninos- o por
fordismo. En la fase inicial de la IAT/cre, si hay resistencia ante nuevas una división de tareas en departamentos mixtos.
formas de flexibilidad, puede desencadenarse una embestida antisindi­ i) Existe considerable margen de adaptación del JAT/cTC ante la
cal. Carrillo [1993) describe una situación similar en la planta Ford resistencia y la negociación laborales. La medida que e! obrero puede
en Cuautitlán. Más adelante, las empresas procurarán limitar la negociar en torno al JAT/cTC depende de factores como la ubicación
intervención sindical en el funcionamiento diario de las plantas. Esto de la planta, de si se introduce este sistema en una planta nueva o
se vio claramente en el contrato firmado en la planta de Hermosillo en una ya establecida, de la fuerza y los derechos sindicales y de la
antes de su apertura [Carrillo y col., 1990). Esta estrategia se ha situación del mercado laboral local [Humphrey, 1993). No obstante,
usado profusamente en Estados Unidos [NUMMI, por ejemplo) y en el existe una clara posibilidad de que en las etapas iniciales de su
Reino Unido (Nlssan, entre otras). implantación, las empresas no ejerzan demasiada presión sobre el
h) El valctt: plantea también importantes cuestiones de género. Se obrero, para atraerlo y así marginar al sindicato [como decíamos
trata sin duda de una cuestión importante, pero que ha recibido poca antes). Una vez desmovilizada [a organización colectiva de la fuerza
atención tanto en el primero como en el tercer mundo. Como lenson laboral, se aplica la presión. Esto presenta un reto importante para
[1989: 141) señala, la mayor parte de las discusiones acerca de ia la organización laboral en América Latina.
especialización flexible son ajenas a asuntos de género, pero los
cambios que conlleva la multicalificación, la multifuncionalidad y el VII. Conclusiones
trabajo en equipo apuntan al meoilo de la división sexual del trabajo,
planteando cuestiones como las de los estereotipos de trabajo El ]AT/cTC se está implantando rápidamente en algunas regiones de
masculino y femenino, competencia técnica de la mujer, acceso a América Latina. Para estudiar su impacto sobre la mano de obra y la
capacitación y patrones de rotación. La transformación del trabajo organizacíón laboral, conviene ir más allá de simplificaciones como la
implica también una transformación de prácticas de empleo. Las dei one best wayy la polarización del debate entre quienes ven el IATI
empresas que adoptan [a multicalificación y rnultlfunclonalldad tien­ ere como un método que mejora la calidad del trabajo y los que [o
den también a cambiar sus patrones de contratación, niveles de ven como un auténtico desastre para el sector obrero. El vale»: se
capacitación y actitud ante la rotación de personal. Si se dan estas implantará con un número limitado de variantes y, en cada caso, su
transformaciones, ese favorecerá al obrero por su supuesta capad­ impacto sobre e[ trabajador será complejo y ambiguo. La sociología
dad técnica y mayor estabilidad de empleo? del trabajo en América Latina debe estudiar estas variaciones,
Pueden señalarse varias posibilidades. En las empresas en las que complejidades y ambigüedades con suma atención, lo cual implica
se introduce el trabajo de equipo y la multicalificación, puede que las investigaciones intensivas, que eviten basarse en los datos de [a
trabajadoras sean sustituidas por varones [como señala Roldán, gerencia o de los militantes sindicales como fuente básica de infor­
1993 :48-49). De manera alternativa, se puede introduclr un sistema mación. Hacen faita estudios del trabajo y de los trabajadores, que
de multlcallñcactón a dos tercios, con varones en los puestos altos requiere grandes esfuerzos no sólo para obtener acceso a ios lugares
y de mediano nivel, y mujeres en los niveles medio y bajo. Roldán clta
.,..,.
68 Reyjsta Latlnoatreric3na de EstudIos del trabajo Paradigmas de la SocIología del Trabajo 69
::;,~,

de trabajo y estudiarlos a fondo, sino también que los investigadores


se muestren abiertos a todas las complejidades del cambio y sus Abstract
impactos contradictorios.
This paper díscusses the new toplcs of the sociology of work
starting with the Braverrnan's conception of work under the
capitalism. It examines the alternatives to the fordism and their
impact on the abilities and the particlpatlon of the labor force.
Special attention has the model of ]ust in Time and Total
Quality Control, and their transplants to latin America. It ls
argued that this model has been implemented rapidly in different
reglons. Also, it adopts different forms and has diverse irnpacts
(cornníex and ambiguous) on the labor force. The goals in
efficiency has been associated with an increase of the
management control. Flnally the author recommends that the
Sociology of Work in Latín Ameríca must study the tendencles
in the industrialization patterns based on the variatlons,
complexities and ambiguities that really exist, trylng to avoid
reconstructing the reality based on exclusively data of mana­
gers or union leadership.

Notas
j Vé.=1se Ü excelente expú'adón de Coriat (/979) sobre IJs condiciones soda/es que

presionaron al capitalismo estadounIdense para que encontrara una solución al


problema de la mano de obra al¡¡¡GJda; lo que posIbilitó la soludón tsytorists,
t Véasela erutes que haceEbe!(1990) de los estudios sobre la «f.ibrla sin obreros»;
que preDgura a la sutomstirsdon como método de elimlnadón del papel del obrero.
J Ests es una d/krenda timdsments entre elJnJlisis de Kem y Schumann y el modelo
japonés. Kem y Schumann aducen que cuando 1.15 funciones se automatizan; las
uress de producdón y de control de calidad tienden él ¡nteerarse; pero su discusión
de I~ trsnstormsaán del trabajo de ensamble en el contexto de equipararse a los
japoneses se centra casi por completo en las posibilidades de automatización
{/988:57-59}.
4 Schmltz {/993} hace una expliadón de larespuesta de laindustria del cslzsdo del
sur de Brasila la competencis de Chtns en el mercado de América del Norte.
s Puede que los dos casos cotnctdsn. L1s empresas grandes pueden desempeñar un
papel Importante en las zonas industriales (Schmitz; 1993].
¡fEs muy común llevar una investig3dón con «plsticss ron la gerencia y un vistsro
a la planta». Yo /;¡mblén lo he hecho; es rápIdo {y; por lo tsnto, barato}ya menudo
es la única forma de entrar 3 una pl3nU. En uns vislts reciente 3 uns pl3nt"l que se
había vtstuao 18 meses antes se pudieron ver lss desventslss de tomar datos sobre
mejoras como lndicsdores del éxito en la apllcadón de/JAT):.Tc. En Id primers visita;
la gerenda mostró logros lmprestonsntes en los indIcadores usuales del JATÁ:TC.
Dledod1o meses después, 1.1 opinión de /J gerenda era que se nablan equlvocsdo
del todo y que habla que empezar de nuevo para enderezar las cosas.

..

7 !elte {/990} plantea una dlscustón scercs de la reststencu de los obreros


aliRados ente 13 neJdb/lidaddel trabajo en une pl.1ntJ metJlúr¡¡fa br3slleñ3.
"
70 Revista Latinoamericana de EstudIos del trsbslo 71
Paradigmas de la Sociologfa del Trabajo

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Wood, Stephen (1992). «Toyonsme el/ou lapanísarton?», en H. Hirata (ed.). tante de trabajos. En momentos en que asistimos a un doble proceso,
Auyour du «Modele» lsponsts. Parls. Hannattan. de reorganización social del trabajo y de globalización de las formas
capitalistas de producción, es pertinente reflexionar sobre la direc­
ción teórica y empírica que han seguido los estudios del trabajo en
la región. La coyuntura actual es propicia, ya que en los últimos años
se ha venido realizando un esfuerzo colectivo de sistematización de
los principales avances y orientaciones de los estudios del trabajo.'
En términos generales se observan cambios en la temática, en los
métodos de estudio y en las formulaciones teóricas. Estos cambios
traducen la forma en que las ciencias sociales han dado cuenta de las
dos mayores rupturas ocurridas en las últimas tres décadas. Por una
parte, la crisis del modelo de industrialización por sustitución de
importaciones y de los regímenes reformistas y populistas, que
sirvieron de base a la formación de los actores sociales en la región.
Crisis que culmina, en algunos casos, con la instauración de regíme­
nes autoritarios, que redefinieron la relación capital-trabajo y el rol
del movimiento obrero en el proceso de desarrollo. Por otra parte,
los procesos más recientes de ajuste, reconversión productiva y
modernización tecnológica asociados a la globalización de la eCOnO­
mía mundial y a la crisis del modelo taylorista-fordista de organiza­
ción del trabajo.
Quiebres mayores tuvieron eco en el pensamiento social. Evidencia
de que la producción de conocimiento no es independiente de la
evolución del contexto histórico nacional e internacional. Así lo
demuestra el análisis sociológico de la producción científica que se
vIene realizando desde hace algunos años en Francia, Estados Unidos
y en varios países latinoamericanos.

brlsQ út/IJo6mlrlao, ó' Estrid/ost/l¡ Taf»Jo, 11\0 1, núm. 1, 1995, pp. 73-U.
~

Paradigmas de la Soclologra del Trabalc 75


74 Revtsta Latlnoamertcana de Estudtos del trabajo
ti;
­'; ... teóricos extranjeros? ¿Fueron los conceptos foráneos adaptados y
")
El enfoque que hemos adoptado aquí es el de proponer una lectura ~:~,- renovados al ser contrastados con la realidad local? ¿Surgieron
de los estudios del trabajo en dos niveles: nuevos conceptos? ¿Surgieron nuevas soluciones a problemas ya
experimentados en otras latitudes?
l. El origen de ias influencias extranjeras y la forma en que los En esta sección proponemos una primera reconstrucción, selectiva
conceptos y teorías foráneos fueron adaptados y/o reformulados al y parcial, de algunas de las teorías y conceptos que han tenido
aplicarlos a nuestra realidad. influencia en el debate latinoamericano. Con tal objeto, recordamos
11. El cambio en los paradigmas productivos y en las formas de el origen histórico de la sociología industrial y de la sociología del
inserción de los actores sociales en el desarrollo, y de qué manera trabajo en Estados Unidos y Francia, los problemas y las preguntas
las ciencias sociales dan cuenta de ello. que buscaban responder. Luego vemos si las mismas preocupaciones
estuvieron presentes en el contexto latinoamericano.'
En la primera parte (secciones 11 y 111) se recuerda el contexto en
que surgen los estudios del trabajo en tanto disciplina académica en f. El enfoque adaptativo
Estados Unidos y Francia. Consideramos que la sociología no es una
disciplina autoreferente, sino que trabaja con criterios de pertinencia Existe consenso en reconocer como hecho fundacional de la socio­
y de legitimidad proporcionados desde afuera, por los actores y logía industrial las investigaciones del equipo de Elton Mayo en la
movimientos sociales. De particular interés es entonces contrastar planta Hawthorne de la empresa Western Electric, entre 1927 y
los vínculos del quehacer sociológico con las hegemonías económicas 1939.' Ellos «descubren» la importancia de la dimensión colectiva y
y politico-culturales que se dieron en esos países en la fase de la presencia de grupos y de relaciones informales en las situaciones
indu strialización.
, de trabajo. Trabajos recientes de historia económica de Estados
En la segunda parte (secciones IV, V Y VI] analizamos la forma en Unidos permiten situar mucho antes la entrada de las ciencias
que la investigación tradujo e interpretó las principales rupturas que p.
sociales en la empresa como parte del proceso de racionalización del
se produjeron en la organización social del trabajo en América Latina. trabajo que impulsaban los ingenieros en las grandes compañías,
El que se haga referencia detallada a ciertos países más que a otros entre 1900 y 1920 (Noble, 1977; Montgomery, 1970].
tiene que ver con la trayectoria de las autoras y con la facilidad de Ei primer cuarto de siglo representó una etapa deci siva pra el
acceso a material bibliográfico. Reconocemos los vacíos que ello desarrollo posterior del capitaiismo, durante la cual se sentaron las
implica. bases sociológicas, tecnológicas y organizacionales de la producción
de masas y de las funciones de administración y gestión de los
11. Sociología industrial, sociología del trabajo: los hechos recursos humanos (Montero-Casassus y Desmarez, 1985]. Según
fundacionales Montgomery, «fue gracias a los ingenieros que la dialéctica de la
producción social, entre fuerzas productivas y relaciones sociales,
En América Latina las ciencias sociales surgen en estrecha relación desaparece detrás de lo que se llamó el management».
con la evolución del contexto social y politico. De ahí la significación En efecto, la sociología industrial y la Escuela de Relaciones
que tuvieron mientras estuvo vigente el modelo de sociedades Humanas surgen como respuesta a la demanda social generada por
Estado-céntricas y el predominio de la matriz sociopolitica (Garretón, los ingenieros. Dicha demanda buscaba soluciones a los problemas
1993). Esta orientación inicial contribuyó también a perpetuar una generados po r la concentración de la producción en grandes fábricas,
cierta debilidad empírica. Georges Friedman, creador de la sociología por la creciente mecanización del trabajo y, sobre todo, por la
del trabajo francesa, veía en ello un riesgo: el de una sociedad llamada «crisis de control» de la fuerza de trabajo [Edwards, 1986].
empeñada en conocerse, pero que, al no tener los métodos para En esos años se diseñaron formas de enfrentar la conflictualidad
lograrlo, termine adoptando nociones y métodos extranjeros a las laboral, de lograr la disciplina industrial de la gran masa de obreros
propias realidades (Friedman, 1966]. inmigrantes, de adaptarlos al american way of life. La Organización
Treinta años más tarde, cuando los paises latinoamericanos luchan Científica del Trabajo buscó recuperar el control gerencial del
por mantener su inserción en el mercado mundial, corresponde proceso de trabajo y aumentar el rendimiento laboral.
examinar la trayectoria seguida por los paradigmas teóricos adopta­ De este acercamiento entre las ciencias sociales y ios problemas de
dos por la sociologia en el esfuerzo por comprender la realidad del la industria surge el enfoque de la empresa como sistema social, que
trabajo y de la empresa. ¿Cuál fue la influencia de los sistemas
l' .1
76 ReY/sta latInoamericana de EstudIos del trabajo Paradigmas de la Soclologfa del Trabajo 77

será luego generalizado por Parsons a toda la sociedad. la empresa funcionalismo es visible en muchos de los estudios de los años
es un dato, no interesa su entorno ni las influencias externas. El taller sesenta. W.F. Whyte realiza una encuesta en el Perú sobre la
es el microcosmos de la intervención social. las ciencias sociales orientación valórica de los jóvenes respecto del progreso económico
forman parte de la ingeniería social propia de la época, cuyo objetivo [Sulmont, 1993). ]. Kahl dirige varios estudios sobre el comporta­
era la adaptación a los requisitos funcionales del sistema. miento político de los obreros en México, Brasil y Chile. En Chile,
Esa problemática, y, en especial, los temas de la racionalización y M. Barrera se inspira en e[ enfoque del conflicto industrial de C. Kerr
su corolario, las relaciones humanas, no figuran sino mucho más para estudiar el caso de la Gran Minería del Cobre (Barrera, 1973).
tarde entre las preocupaciones de los cientistas sociales latinoame­ La perspectiva funcionalista estuvo también presente en los estudios
ricanos, que, en su gran mayoría, no optaron por la orientación sobre los empresarios. Bajo la influencia de D. McClelland, el
adaptativa que considera lo social como el soporte del one best way. sociólogo chileno F. Galofré aplicó una encuesta sobre el need of
Esta postura se debe probablemente a que en América latina la schlevement (motivación al logro) a miembros de la elite del sector
orientación de los cientistas sociales ha sido más política, de público y privado (Galofré, 1970). Un enfoque similar tuvo la
compromiso con los actores sindicales y de crítica a las posiciones encuesta a empresarios industriales en Perú/ Chile y Argentina
patronales. la ausencia de financiamiento privado para la Investiga­ dirigida por Guillermo Briones.
ción contribuyó también a que los sociólogos y otros cientistas En cierta medida, el enfoque evolucionista alejó a los cientlstas
sociales se mantuvieran alejados de la actividad de consultoría y de sociales del estudio concreto de [a producción industrial y de las
asesoría a empresas. . relaciones de trabajo, volcándolos a los problemas macrosociales del
la influencia de la Escuela de Relaciones Humanas tampoco se hizo desarrollo. Se buscó situar a grupos/ comunidades y actores en los
sentir en la administración de recursos humanos en la empresa. eles tradicional-moderno, rural-urbano, agricola-industrial. Las so­
Algunos autores atribuyen esta carencia a que «las propias organiza­ ciedades latinoamericanas fueron escrutadas y clasificadas según la
ciones sindicales veían en ella una corriente al servicio de los matriz dualista. la cultura nacional, las relaciones primarias, las
empleadores» (Rama y Silveira, 1991). En todo caso, el sociólogo prácticas clíentellstas, el popultsrno, etcétera. aparecieron como
estuvo más cerca del actor sindical que del empresario hasta fines de trabas al proceso de racionalización, a la introducción de la ciencia
los años ochenta, cuando, en el marco de la reconversión exportadora, y la tecnología en la producción. La sociología del desarrollo, con G.
las nuevas teorías de la organización y del msnseement han permitido Germani y otros, fue la versión latinoamericana del paradigma de la
un acercamiento de los cientistas sociales a la Intervención en la modernización.
empresa como consultores.
3. El enfoque humanista: el tipo ideal def.homo faber
2. El paradigma de la modernización
La tradición sociológica francesa es en extremo diferente de la
Más importante fue la difusión del paradigma «industrialista» ligado americana, en tanto asume la cuestión de la modernidad, y, por lo
a las teorías del crecimiento económico. Terminada la Segunda tanto, la historicidad, como su foco central. La sociología del trabajo
Guerra Mundial, Estados Unidos proyecta al resto del mundo su heredó de Proudhon la visión de la centralidad del trabajo (simboli­
modelo de desarrollo industrial' las primeras investigaciones empí­ zado por el obrero calificado), en la dinámica social. El trabajo es el
ricas tuvieron por objeto analizar aquellas dimensiones de la sociedad acto básico, el acto libre y generador por excelencia. Los intelectua­
tradicional que podían representar un freno al proceso de desarrollo. les franceses de la posguerra eran portadores de esta cultura, que
Numerosos son [os autores que se abocan al tema de la sociedad ponía al obrero de oficio en el centro del proceso de producción de
industrial (Whyte, 1946; Moore, 1946; Warner, 1947; Kerr, 1960).5 riquezas y de valores.
Al contrario de los sociólogos industriales, los teóricos del creci­ Los primeros estudios sobre el trabajo obrero se insertan en esta
miento no se limitaron a la empresa, sino que prestaron atención al tradición humanista. Por eso Georges Friedman insiste en que no hay
conjunto de relaciones sociales propias de la economía capitalista y que limitarse a estudiar la industria, como los sociólogos americanos,
a sus reglas de funcionamiento. sino que hay que abarcar todas las colectividades de trabajo. A pesar
El enfoque de la modernización se reforzó gracias al aporte del de ello, la figura paradigmática de la sociología francesa fue el obrero
funcionalismo parsonlano, como teoría abstracta del sistema social calificado de la industria. los estudios clásicos se limitaron al taller
en constante adaptación. la influencia teórica del estructural- industrial, ámbito en el que se estudia la relación del obrero con la
78
Revista latInoamericana de EstudIos del trsóeto
Paradigmas de la Sociologra del Trabajo 79

máquina, la división del trabajo y el comportamiento colectivo. No se


estudiaron otras actividades como el comercio y los servicios, ni obrera se hacía partiendo del lugar que ocupaba el trabajador en la
otras categorías laborales, menos aún las mujeres (Colloque de división del trabajo interna de la empresa, orientación que se
Dourdan, 1978). mantuvo en los estudios posteriores sobre los trabajadores de la fase
A esta perspectiva, que podría calificarse de «obrerista», se suma de la automatización [Gorz, Linhart, Coriat]. Actualmente, después
la creencia de que el progreso técnico llevaría al progreso social. La de varios años de convivencia con altas tasas de desocupación, se
sociología del trabajo oscila asi entre el determinismo tecnológico y admite la pérdida de centralidad de la noción de trabajo'
el paradigma de la modernidad (Touraine, 1992)6
El concepto de trabajo como acto fundacional se tradujo a nivel 111. Del proceso de trabajo a la especialización flexible
metodológico y teórico. Según Pierre Tripier, la sociología del
trabajo privilegió el método empírlco de observación y el estudio del /. Proceso de trabajo y figura obrera
acto de trabajo.' También le dio una prioridad epistemológica por
cuanto toda la información recogida es reinterpretada en función de Buscando explicar las razones estructurales de la desocupación y de
lo que se sabe del trabajo (Tripier, 1991). En otras palabras, todos las disparidades en los ingresos, una generación de economistas
los comportamientos tienen sentido si se los interpreta en función de estadounidenses (los radicals)' propone nuevos conceptos que resul­
las condiciones máteriales y sociales que define la situación de taron más adecuados para dar cuenta de la forma en que se vivía
trabajo. Esta es la matriz teórica de los trabajos de los fundadores de polfticamente la relación capital-trabajo en América Latina.
la disciplina (G. Friedman, P. Naville, P. Rolle, A. Touraine, C. Un primer grupo se concentra en el espacio de la fábrica. Los
Durand, J.D. Reynaud) y también de la generación neomarxista (S. antecedentes de este enfoque se encuentran en la relectura que hace
Mallet, A. Gorz, R. Linhart, B. Cortar, M. Freyssenet). Harry Braverman de Marx. El foco es, nuevamente, el tema del
Un expresión típica del paradigma proudhoniano es el concepto de control obrero, pero no desde el punto de vista de los managers, sino
calificación, entendido como el sistema de certificación utilizado por del trabajador. Su tesis central es que el capitalismo monopolista
los empleadores y por los sindicatos para establecer una equivalencia Introduce una polarización en las calificaciones obreras con la
entre las operaciones técnicas realizada por un trabajador y su valor consiguiente pérdida progresiva de la calificación profesional
y reconocimiento social. El concepto adquiere todo su sentido por (Braverman, 1975). Su planteamiento fue pionero en recolocar la
la referencia paradigmática al horno faber, al trabajador que se realiza oposición entre capital y trabajo al lugar de la producción. Con él se
en la transformación de la naturaleza. La importancia del tema en inicia una línea teórica cuya expresión más conocida fueron las
Francia se debería a la defensa corporatista de los sindicatos frente posturas obreristas europeas de André Gorz y Toni Negri.
a los nuevos oficios y a la falta de correspondencia entre educación Una figura importante dentro· de esta corriente es el economista
y empleo (Tanguy, 1986; Tripier, 1991). francés Benjamin Coriat. Sus libros sobre el taylorismo, (El taller y
El enfoque francés del trabajo obrero pudo desarrollarse gracias a el cronómetro), sobre la automatización microelectrónica (El taller y
la existencia de financiamiento público para la investigación científi­ el robot) y sobre el toyotismo (Pensar al revés) fueron traducidos y
ca. Según M. Rose los. sociólogos del trabajo respondieron a la tuvieron una amplia difusión en América Latina.'? Corlat contribuyó,
demanda proveniente del sistema centralizado de planificación, fue­ al igual que CarlotaPérez, a definir los parámetros centrales de los
ron los Servants of Post-Industrial Power (Rose, 1979). Esto no paradigmas productivos y al estudio comparativo de la economía de
impidió un vinculo con la práctica social, ya que los sociólogos se tiempo implícita en el taylorismo, la cadena de montaje y la
vincularon estrechamente con las diferentes corrientes del movimien­ automattzacíón flexible. Este último aspecto ha sido de gran utilidad
to sindicai (CFDT y CGT). En todos los casos, la investigación se para comprender las estrategias empresariales de reestructuración y
mantuvo dentro de los límites de la empresa, de la fábrica y del taller. ha facilitado la critica sindical a esos modelos de organización del
No se consideraba sino marginalmente el contexto económico y trabajo.
social de la empresa y de la clase trabajadora. Al igual que los sociólogos humanistas de la posguerra, los
Algunos investigadores se propusieron anticipar tendencias res­ teóricos del proceso de trabajo no logran deshacerse completamente
pecto de la evolución de la estructura social y para ello se basaron del paradigma del determinismo tecnológico. El mérito de la corrien­
en las figuras obreras de la fábrica. Conocidos fueron los trabajos de te neomarxista del proceso de trabajo fue permitir pasar de los
SergeMallet sobre la nueva clase obrera. La sociologla de la clase análisis estructurales globales a la fábrica como terreno de poder.
.._ ....... KM rtr •

80 Revista Latinoamericana de Estudtos del trabajo Paradlsmas de la Scclclogfa del Trabajo 81

2. Mercados segmentados, mercados duales separación entre el modelo taylorísta-fordlsta Y las nuevas formas de
organización de [a producción que colocaban el trabajo humano como
Un segundo grupo de economistas del trabajo, abocados al tema de aporte central para la eficiencia del sistema. Aunque ambos autores
empleo y salarios, desarrollaron un modelo no competitivo del han repensado crfticamente la Idea original de una vuelta al trabajo
mercado de trabajo, en el que se introducen conceptos como la , artesanal como fuente de competitividad, sus planteamientos apunta­
dualización, la segmentación, la polarización (M. Piare, D. Gordon, ron certeramente a la importancia del involucra miento del trabajador
R. Edwards. S. Bowles y H. Gintls]. Basándose en el estudio de y al compromiso del colectivo de trabajo para lograr los aumenos de
barreras a la movilidad laboral y en el caso de paises con regiones productividad y la flexibilidad sistémica que exigen las nuevas condi­
subdesarrolladas como Italia, ellos desarrollaron un enfoque alterna­ ciones de la competencia global.
tivo a la teoría del capital humano que daba mejor cuenta de la El nuevo paradigma de especialización flexible obliga a sacar la
discriminación en la contratación y en la fijación de salarios. La idea mirada fuera de la fábrica para comprender lo que ocurre en la
básica de estos modelos segmentaristas es que el mercado de trabajo fábrica. Michael Buroway llama a interesarse en las formas de
no funciona según el modelo de la competencia perfecta, que hay regulación (politics of produetionJ y en los regímenes de fábrica
factores institucionales que interfieren y que las propias políticas de (Buroway, 1985). El sistema de relaciones industriales, la relación
empleo de las firmas configuran la diferenciación de los empleos y empresarios-Estado, la calificación de la mano de obra, las presiones
salarlos. competitivas que pesan sobre la producción local, etcétera, son
Este nuevo enfoque del mercado de trabajo fue rápidamente factores que debieran considerarse en forma creciente.
adoptado por los investigadores latinoamericanos, los que sin aban­ Una línea de trabajo similar, más difundida en los ambientes
donar la perspectiva de los movimientos sociales se vuelcan al estudio empresariales, es el enfoque de la competitividad sistémica iniciado
de la exclusión, la precarización y la informalidad en los mercados de por Michael Porter en [os años ochenta, en la Harvard Business
trabajo urbanos (PREALC, 1981). Con ello se produce un desplaza­ School. Los estudios de proceso de trabajo se insertan así en una
miento de la sociología del trabajo a la sociología del empleo," las reflexión que deja de ser puramente académica. La literatura sobre
investígaciones se fundan en una problemática más económica que estos temas es muy vasta, variada y de calidad irregular.
sociológica o política (Iranzo, 1993; Novick y Catalana, 1994). Hay
que señalar aquí dos orientaciones. Por una parte, los estudios de N. Vigencia y resistencia al paradigma evolucionista en América
tipo estadfstico que permitieron la acumulación de información y latina
fueron el sustrato que sirvió de base, entre otras cosas, a la
formulación de programas sociales focalizados, hoy día muy en boga. La retrospectiva histórica que hemos hecho hasta aquí nos permite
Por otra parte, toda una corriente de investigaciones sobre las formas ahora situar la evolución de [a temática del trabajo en la región. La
de inserción en el mercado de trabajo de los sectores sociales más soclologla del trabajo latinoamericana nace muy vinculada a la
vulnerables, en particular mujeres y jóvenes (Montero, 1993). sociología del desarrollo, y de cierta forma subordinada a ella.
Subordinada en parte por los temas, pero principalmente por el tipo
3. Posfordismo y producción flexible de construcción conceptual que termina produciéndose a partir de [a
clase trabajadora. La temática básica de la sociología de la posguerra
A raíz del shock petrolero que sacudió al mundo industrializado en puede ser caracterizada como la transición de una sociedad agraria y
1974-1975 se pone en evidencia la crisis del modelo fordista. La tradicional a una sociedad urbana e industrial." Es a través de esa
preocupación por el tema de la competitividad llevó a aumentar el cuestión que la sociología del trabajo latinoamericana entra en el
interés por el estudio empírico del proceso de trabajo. En forma espacio de la academia y realiza los primeros estudios sobre la clase
ininterrumpida hasta la fecha, ingenieros, economistas, sociólogos y trabajadora y sus movimientos, en un intento de combinar una
administradores de empresas escrutan y comparan sistemas alterna­ reflexión teórica y metodológica con una base empírica de explica­
tivos de producción industrial. La atención se concentra en un primer ción. "
momento en los casos de Japón, Italia y el Sudeste Asiático y más En la década del cincuenta y sesenta, cuando se produce el
recientemente en América Latina (México y Brasil). contacto más Intenso con las ciencias sociales estadounidenses, no
A comienzos de los ochenta, el trabajo de Piare y Sabel, 77Ie el'li relevante en América Latina el problema del control de la fuerza
second industrial divide tuvo una influencia decisiva al establecer una de trabajo. Los problemas de la industrialización tardía, Impulsada
82 Revista Latlno3merlcana de Estudtos del trabaJo Paradigmas de la Soclolcgla del Trabajo 83

desde el Estado, en paises sin tradición fabril, eran de otra índole, b) En segundo lugar, el peso atribuido al Estado, en particular a
entre ellos cómo obtener el capital, la maquinaria y el conocimiento su capacidad regulatoria sobre los trabajadores y sindicatos (basada
técnico necesarios para la producción industrial. en el binomio control! paternallsrno] en la definición del «campo
A su vez, los problemas sociales eran conceptualizados como parte posible» de acción de la clase obrera. Esos factores, debido a la
del proceso de cambio social, de migración y urbanización acelerada, fuerza de su presencia en la sociedad y a su permanencia histórica,
con su corolario, la marglnalidad urbana. La cuestión de la clase terminaron también por adquirir, en esa matriz explicativa, una
obrera derivaba básicamente de un análisis de tipo global, de una naturaleza casi estructural.
cuestión externa a su misma constitución y práctica: la naturaleza de
la sociedad, y, particularmente, de su proceso de transición de lo El problema de la clase obrera y del trabajo aparecía así subordi­
«atrasado» a lo «moderno». nado y determinado por la dinámica objetiva de la sociedad global
Enmarcados por esa preocupación, algunos estudios se dirigen a "": (Paoli, Sader y Telles, 1984J. Eso tendrá dos consecuencias: la
las fábricas, tratando de investigar las actitudes y comportamientos '~" primera, una mayor politización de la sociología del trabajo latinoa­
políticos de los trabajadores, su relación con el sindicato, su nivel de mericana, que, desde sus orígenes, aparece vinculada a los temas del
conciencia (Lópes, 1964¡ Touralne y T. Di Tella, 1967; Rodrigues, cambio social, de la dependencia, del subdesarrollo, etcétera, confi­
1963J¡ otros se dirigen a los sindicatos, privilegiando el análisis de ~, gurando una trayectoria muy distinta a la de la sociología industrial
su relación con el Estado o los partidos (Rodrigues, 1966; Rodrigues, estadounidense.
1967). Por otro lado, se dificultó la visibilidad y la comprensión de una
En Huschtpsto y [ata, por ejemplo, estudio de caso de dos serie de procesos concretos de constitución de la clase trabajadora.
empresas chilenas que se convirtió en un clásico en la sociología del Lo que quedó fueron más bien las caracterizaciones negativas: sus
trabajo latinoamericana, la situación social es el concepto que ausencias, [o que le falta, lo que ella no es. Versiones que en el fondo
permite analizar el impacto de variables de tipo estructural sobre el tenían como parámetro de referencia las formas «clásicas» de orga­
tipo de conciencia obrera (el origen rural o urbano, la posición en nización y acción de la clase trabajadora característica de los países
la estratificación social, el nivel educacional, el salario). Los autores centrales."
incluyeron otras variables subjetivas (la identidad profesional y la En esa matriz explicativa, frente a la debilidad de los sujetos
satisfacción en el trabajo] pero no les brindaron importancia en el sociales, la centralidad del Estado se afirma por dos vías. En primer
análisis. Las diferencias observadas en el comportamiento obrero en lugar, aparece como el sujeto desarrollista y modernizador por
ambas empresas fueron atribuidas a que se encontraban en dos excelencia (Kay, 1991). En segundo lugar, como el agente que «raya
momentos sucesivos de la evolución de la industrialización, en una la cancha» del accionar de la clase trabajadora y sus formas de
transición de una sociedad cerrada a una sociedad abierta, de una organización, configurando límites «objetivos» casi imposibles de
gestión empresarial tradicional a una administración moderna. romper por una clase obrera que debiera ser (en teoria) la protago­
Lo que llama la atención es que, a pesar de la diversidad de temas nista del cambio social y, sin embargo, es débil debido a la misma
y niveles de análisis, los estudios en esa primera etapa se desarrolla­ naturaleza del proceso de industrialización descrito. La argumenta­
ban en un marco interpretativo y analítico relativamente común, ción así vuelve a su punto de partida, en una suerte de circularidad
centrado básicamente en dos aspectos: del modelo analítico.

a) En primer lugar, las características estructurales del proceso de V. Primera ruptura: La recuperación de la perspectiva del actor
industrialización: su carácter débil, poco integrado y tardío, y su
incapacidad de producir los sujetos sociales considerados típicos de A mediados de los años setenta, cambia la cuestión clave que
las sociedades modernas. La clase trabajadora «producida» por la enmarca a la socio logia latinoamericana. La polarización central no es
Industrialización latinoamericana era relativamente pequeña, fuerte­ más aquella entre una sociedad atrasada (rural-tradicional) y una
mente condicionada por su origen rural reciente, muy apegada a los sociedad moderna (urbano-tndustrtal). La polarización ahora se de­
valores tradicionales del campo, con gran dificultad de inserción en fine por la oposición entre democracia y dictadura, y la preocupación
la sociedad industrial. Eso dificultaba y casi imposibilitaba la central del pensamiento sociológico pasa a ser la naturaleza del
estructuración de formas de acción colectivas mínimamente eficaces, régimen político y las posibilidades de cambio a ese nivel. La
así como formas «adecuadas» de conciencia de clase. experiencia societal e histórica que está en ia base de ese cambio en
gzg--r>t z
84 Revtsta LatInoamericana de EstudIosdel trabajo

la trayectoriadel pensamiento es, por cierto, la instauración de


dictaduras militares en varios países de la región.
, "'j\~
.{P,
Paradigmas de la Soclologfa del Trabajo

trabajadores en tanto sujetos colectivos. Entre ellos las grandes


85

huelgas de 1953 en Sáo Paulo (J.A. Moisés), el «cordobazo»


La ruptura con el paradigma estructural-determinista nace básica­ (" argentino (F. Delich, E.Jelin), las huelgas de Contagem y Osasco en
mente de la necesidad de repensar la elaboración anterior sobre la Brasil (F. Weffort).
clase trabajadora a partir de las dos grandes derrotas que marcan a Bajo la influencia de la sociología de los movimientos sociales,
la región en ese momento. En primer lugar, la derrota de los florece toda una vertiente de estudios que va a privilegiar ia dimen­
proyectos popullstasy reformistas, donde el Estado era visto como sión política, el diagnóstico sobre el sistema de dominación, el
un actor central.
¡, estudio de ios sindicatos en su relación con el Estado y los partidos
En segundo lugar, la derrota del optimismo nacional-desarrollista. (Zapata, 1985; CLACSO, 1985; Campero y Cuevas, 1991; Barrera
Esta primera «crisis de la modernidad» estuvo vinculada a los y Falabella, 1990). De esta manera, la sociología del trabajo se vuelca
cambios de modelo económico derivados de los golpes militares, hacia una «sociología del Sindicalismo».
pero también a la evidencia de los límites del proceso de industria­ Con todo, esa ruptura teórica favoreció, en algunos países, un
lización «realmente existente» en el periodo democrático en su regreso de la socio logia a las fábricas. En la derrota, intelectuales (y
capacidad de reducir la pobreza e integrar a las masas populares. En actores sociales) «pasan a buscar nuevos puntos de apoyo para la
ese .ccntexto, la Industrialización deja de ser vista como el gran oposición al orden vigente (... ) atribuyendo nuevos significados a
proceso redentor de las sociedades latinoamericanas." prácticas sociales que antes habían estado ocultas por la Ióglca
Un elemento central de esta ruptura es la crítica al paradigma que t
institucional» (Sader y Paoli, 1986).
postulaba al Estado (y la institucionalidad de él derivada), como ; Lo curioso es que, en una situaci6n sociopoítica más negativa que
campo fundamental de constitución de las clases sociales (positiva y/ la del periodo anterior (desde el punto de vista de las posibilidades
o negativamente). Esa crítica está relacionada con el hecho histórico de acción sindical), se empieza a producir una imagen más positiva
del «cierre del Estado a la experiencia social» a partir de la de la clase obrera; en otras palabras, una imagen que le reconoce una
instauración de las dictaduras militares (Paoli, Sader y Telles, 1984). mayor posibilidad de afirmación en tanto sujeto colectivo.
En contraposición, se pone el énfasis en la autonomia de la
dinámica social (yen especial de los actores sociales) en tanto VI. Segunda ruptura: Reconversión productiva y proceso de
t
factores dotados de poder explicativo. Gana fuerza la idea de que el trabajo
carácter de esos actores no proviene directamente del carácter de la
i
sociedad y/o del Estado. Surgen interpretaciones que atribuyen las
características del movimiento obrero latinoamericano menos a los r
~-e
La crisis de la deuda externa, ia giobalización de la economía y los
cambios en los patrones internacionales de competitividad termina­
«Iírn'tes objetivos» puestos por la naturaleza misma de la sociedad y ,r.: ron con el modelo de desarrollo de la posguerra. La cuesti6n clave,
del proceso de industrialización, y más a factores politicos, tales que pasará a sobredeterminar la reflexión de los sociólogos del
como Ias orientaciones de los sindicatos o partidos y las opciones trabajo, es la crisis de la industrialización por sustitución de impor­
históricas hechas por los sujetos sociales en determinadas coyuntu­ taciones, el impacto social del ajuste y reconversión exportadora, así
ras. Se recupera así una noción menos determinista de la historia, Se como, a nivei micro, la crisis del taylorismo-fordismo y su manifes­
afirma el peso de la contingencia, se extiende el campo de acción tación en las situaciones de trabajo.
posible de los sujetos (y su responsabiiidad en el desarrollo de los La economía vuelve a ganar supremacía sobre la política, aunque
acontecimientos) . ahora en una visión mucho menos optimista y más tecnocrática de la
Entre los autores característicos de esa etapa, se destacan F. que predominó en ia primera fase. El tema ahora es c6mo ajustarse
Weffort (1972a y 1972b), F. Delich (1970), M. Murmis y i.c. a los patrones de competitividad dominantes a escala internacional,
Portantiero (1971), j.c. Torre (1974), M. Barrera (1973), ).A. cómo recuperar alguna forma de inserción en el orden económico
Moisés (1978), G. Campero y J. Valenzuela (1985). Además de los mundial. En ese sentido, ha perdido vigencia la economía política
estudios de carácter sociopoiítico que buscaban analizar la relación característica de la primera etapa, donde, como ya hemos visto, la
del movimiento sindical con determinadas coyunturas o movimientos discusión sobre la industrializaci6n o el desarrollo aparecían fuerte­
políticos (la democratización de 1946 en Brasil, la relación con el -'j
mente marcadas por una idea de cambio social.
peronismo y el varguísrno], surgen una serie de estudios de caso de
¡..
Los nuevos desaflos impuestos por esos procesos llevan a profun­
confiictos y huelgas obreras que trataban de relevar el rol de los dizar la inflexi6n temática y conceptual de la socio logia del trabajo
'1'
86 Revfstd utlno~mer/cana de EstudIos del trabajo o Paradigmas de la soctologta del Trabajo 87

iniciada en la fase anterior. Se amplían los temas y ganan en t -;~,-


importancia los estudios sobre la empresa y los procesos de trabajo. " >
.,r+-'­ caracteristica de los estudios de la primera etapa (Castro e Leite,
1993).
El regreso a la fábrica se hace, sin embargo, en dos tiempos. El . :'-l!.
lf· En Argentina, a su vez, también se produce, bajo la dictadura, una
primero, a mediados de los años setenta, forma parte de la cuestión «vuelta a la fábrica» a través de la temática de las condiciones de
de la democracia y tiene que ver con la reconstrucción del movimien­
to obrero y sindical. - trabajo, analizada con referencia a los puestos de trabaio.!? En la
segunda mitad de los años ochenta, «esta mirada al interior de la
En Brasil se redescubre la fábrica en medio de la dictadura, cuando unidad productiva va a focalizarse en el proceso de trabajo como
la cuestión central no era el proceso de trabajo propiamente como unidad de análisis tanto de las condiciones de trabajo como de los
bf
tal. Se trataba de indagar sobre las manifestaciones posibles de la efectos del cambio tecnológico sobre las mismas» (Catalana y
subjetividad obrera en condiciones tan adversas. La cuestión central Novick, 1992:41).1'
era (reldescubrlr, en la experiencia de los trabajadores, en la vivencia El segundo tiempo se ubica a mediados de los ochenta, a partir de
de sus condiciones de trabajo, en primer lugar, su capacidad de la crisis del taylorismo-fordismo. Lo que se busca en la fábrica, ahora
resistir a los intentos de eliminarlo en tanto sujeto colectivo. En sí, es mucho más claramente el análisis de la naturaleza del proceso
segundo lugar, examinar sus posibilidades de promover cambios en ! de trabajo y de las relaciones laborales en las nuevas condiciones, Ese
las condiciones de trabajo y de recuperar las formas propias de
organización y lucha, tales como el sindicato, ia huelga, las negocia­ f tipo de estudio pasa a ser significativo en un conjunto más ampiio de
países, entre ellos Argentina, Brasil, Chile, México, Uruguay, Vene­
ciones colectivas. En tercer lugar, su participación en una lucha
democrática desarrollada más ampliamente por la sociedad." ! zuela (De la Garza, 1993; De la Garza, Carrillo y Zapata 1993;
Humphrey, 1993; Castro y Leite, 1993J. En algunos, como Venezue­
Ese cambio temático supone a su vez un cambio conceptual: el J~ la, es la primera vez que la sociología del trabajo se dirige
análisis de las prácticas de los trabajadores (su experiencia, según significativamente a las fábricas (Iranzo, 1993J. En otros, como
~
E.P. Thornpson] gana un nuevo estatuto teórico, sustituyendo las
razones de naturaleza estructural en la explicación de la formación y
r Chile, se retoma una trayectoria interrumpida por mucho tiempo.
..~ _i"?
En algunos de esos estudios, el universo de la producción sigue
de la actuación de la ciase trabajadora. siendo visto como un espacio de conflicto (Carvalho, 1987, Leite y
La mirada sociológica se vuelca hacia la vida cotidiana de los t
Silva, 1992, entre otros]. En otros, encontramos el predominio de
trabajadores en la fábrica, recuperando y ampliando la vigencia de un un determinado tipo de pensamiento económico, despolitizado con
nivel de análisis presente en algunos estudios de la fase anterior. Pero
la fábrica será ahora iluminada por otra problemática, interpelada por
I
..
~~ •.
". respecto de las grandes cuestiones del cambio social y del desarrollo

1 nacional de los años cincuenta y sesenta, así como en relación con


:~ ,
' ,-......
otras preguntas. El análisis no estará más centrado en las posibilida­ ~' los estudios de fábrica realizados a fines de los setenta. Resurge el
des de modernización de la sociedad, o en la adecuación de las tema de ia modernización, identificada ahora no con el cambio social,
actitudes y orientaciones de los trabajadores a la vida urbano­ ~- sino con la adecuación necesaria a un nuevo patrón, un nuevo one
industrial, sino en el binomio dominación/resistencia. Algunos estu­ best wayel paradigma posfordista, que supone un «modelo integrativo
dios llaman la atención sobre la forma en que la organización ¡ de empresa, que tiende a desdibujar las oposiciones entre los
capitalista del proceso de trabajo era un factor de individualización intereses del capital y del trabajo» (Cataiano y Novick, 1992:48J, y
y control de los trabajadores, dificultando la comunicación entre donde, en general, el sindicato está ausente.
ellos, y sus posibilidades de acción colectiva (J.S. Leite Lopes, 1976;
V. Pereira, 1979; A. Maroni, ¡ 982; V.M. Durand, 1987J.Otros VII. El debate actual: lFordlsmo periférico o nexlbilidad Perver­
trabajos analizan de qué manera el conocimiento que los obreros .¿ sa?
lograban preservar del proceso de trabajo (en especial los más
calificadosJ podría transformarse en un elemento importante de
resistencia cotidiana (e. Frederico, 1978J e incluso de configuración - Los sociólogos del trabajo latinoamericanos rápidamente absorben y
se insertan en la discusión sobre la emergencia de nuevos paradigmas
de los primeros movimientos colectivos bajo la dictadura (e. Frederico, productivos a partir de la crisis del taylorlsrno-fordisrno.
1979 y A. Maroni, 1982J. Vale señalar que, como bien lo observó De la Garza (1 993:48J, el
El espacio de la producción se configura así como un espacio concepto de taylorismo-fordismo ha sido utilizado por los investiga­
politizado. Se rompe ia dicotomía entre economía (producción) por dores latinoamericanos mucho más para describir un tipo de proceso
un lado y política (partidos y sindicatos) por el otro, disociación

t!' t ~t
ti

88 Revista latInoamericana de Estudios del trabajo Paradlgrras de la Soclologta del Trabajo 89

de trabajo que un modelo articulado de producción en masa-consumo tivos, por ejemplo, están demostrando que el taylorismo-fordismo no
de masas.
Además de posicionarse en el debate internacional (acerca del
iI estaría siendo sustituido por la «utopía posfordista» [De la Garza,
1993: 45J, o que, lejos de implantarse el paradigma de la especia­
significado de las transformaciones ocurridas en Japón, Europa y lización flexible, lo que se difunde son prácticas de precarización del
Estados Ilnldos), la discusión se desarrolla en el sentido de analizar empleo, condiciones de trabajo y salarios, y que poco se ha avanzado
las relaciones entre esos procesos y la realidad latinoamericana:
profundización/superación de formas taylorlstas de producción, ne­
cesidad/factibilidad de aplicación de las «técnicas japonesas»,
viabilidades/caminos de constitución de los modelos de especializa­
,
en términos de una nueva relación capital-trabajo [Carrillo, 1993J,
configurando una suerte de flexibilidad espúrea que, a largo plazo,
puede ser más perversa que virtuosa en términos de la sustentabilidad
del desarrollo.

I
ción flexible o de lean productioo. Sin embargo, pasada esa primera fase de acumulación, esa segunda
Se configuran dos vertientes básicas. La primera de ellas toma las vertiente corre el riesgo de perderse en la singularidad (riesgo que
tendencias consideradas en el debate internacional como un modelo, muchas veces se refleja metodológicamente en la utilización reiterada
posicionándose como si ya estuviera definido un nuevo one best way, ,
r y casi exclusiva de estudios de caso a nivel de empresaJ y en la
radicalmente distinto del fordismo, cuya difusión es inexorable en los ! afirmación (o reiteraciónJ de lo particular. Contribuyendo poco a la
países desarrollados y que tendrá que ser inevitablemente seguido «elaboración de una o varias teorías de nivel intermedio» (Díaz,
por el resto. Las empresas (o países) que no lo hagan, perderán la t
r
1993aJ, que permitan justamente salir de esa «camisa de fuerza» de,
última posibilidad de (rellnserclón en la economía internacional. por un lado, ser incapaz de generalizar y, por lo tanto, de llegar a
La investigación conducida con esta orientación se ha volcado conclusiones (aunque sea provlsorlas] sobre los grandes temas en
hacia el examen de hasta que punto ese modelo se está impiantando debate, o, por otro, de estar subordinado al «deber ser» del enfoque
en América Latina, y de aquello que le falta para alcanzarlo. El modelar.
discurso analítico se mezcla muchas veces con el discurso pro positivo, Conforme lo observado por varios autores (De la Garza, 1993,
o «el intento de aprehender la realidad (se confunde] con el intento Díaz, 1993a, Castro y Leite, 1993, Hurnphrey, 1993J, esos proble­
de formular un nuevo proyecto, que sería superior al que entró en mas podrían hacer que esa vertiente encuentre su límite, lo que
crisis» (Díaz, 1993aJ. evidenciaría la necesidad de- un nuevo salto en la trayectoria iniciada
La conclusión de esos estudios, en general, es observar, en en los años ochenta.
algunos pocos casos, la proximidad de la realidad con el modelo
(cuando se analizan algunas empresas «de punta» de los sectores «de VIII. Conclusiones
punta» -las best prsctices locáles-J, o, en la gran mayoría de los
casos, su distancia, principalmente en lo que se refiere a las nuevas Las ciencias sociales de la región no han sido ajenas a la evolución
formas de organización del trabajo, a la precariedad de la política de de los paradigmas productivos en los países industrializados ni a los
recursos humanos, a la reproducción de relaciones de trabajo enfoques teóricos que dieron cuenta de ello. La trayectoria interpretatia
autoritarias y poco partlclpatlvas. que se observa en los estudios del trabajo permite visualizar un doble
La segunda vertiente es más relativista, y no acepta la ínexorabí­ movimiento intelectual, tanto en la fase de la industrialización
lidad de un nuevo one best way, que, siendo dIscutible en los países sustitutiva como en la de la globalización. Por una parte, la de mirar
desarrollados, mucho más lo sería en América Latina. Su preocupa­ la experiencia de los países industrializados como un modelo paradig­
ción ha sido fundamentalmente buscar la singularidad de las experien­ mático frente al cual no queda sino identificar los vacíos y carencias
cias observadas, enfatizando las diferencias y las particularidades de una realidad «atrasada». La otra también tiene el debate interna­
(entre empresas, sectores y países) de los procesos de moderniza­ cional como referencia, pero toma más en serio las formas y caminos
ción productiva en curso, pensadas no como etapas distintas de un propios de organización de la producción y reconoce el conflicto
mismo proceso cuya direccionalidad ya está dada, sino como dlstln­ social como parte del proceso de definición de los nuevos modelos.
tos estilos de modernización tecnológica. La especificidad de la trayectoria de la sociología del trabajo
Esa segunda tendencia ha sido hasta ahora bastante fértil, produ­ latinoamericana frente a los paradigmas teóricos extranjeros se

ciendo material empírico de buena calidad, que ayuda a avanzar ,explica por muchas razones. En parte porque la realidad de la
mucho en el conocimiento de ia realidad del trabajo en la región. Un industrialización tardía no calzaba con el ritmo y extensión de ese
conjunto de estudios recientes sobre los nuevos paradigmas produc- mismo proceso en los países centrales. También porque los modelos

71" MP"
90 Revista Latlnoamerfcana de EstudIOS del trabajo
Paradigmas de la soctcloara del Trabalc 91

no podían aplicarse en forma sencilla a un contexto productivo la clase trabajadora asociados a los procesos de reconversión
caracterizado por la heterogeneidad estructural y por la precaria exportadora, privatización, introducción de nuevas tecnologías, han
participación de los sujetos sociales en el sistema polítíco. Pero abíerto un campo ímportante para la ínvestigación. El trabajo y a
también porque la inserción de las ciencias sociales en las sociedades empresa son, como nunca antes, un espacio de interés para acadé­
latinoamerícanas ha seguido patrones muy diferentes: distancia entre micos, funcionarios públicos y consultores privados, aunque esto no
el quehacer científico y el mundo de la empresa, compromiso social siempre se traduce en mayores recursos para la investigación.
y político del intelectual, restricción de la investigación social Cuando la formulación de políticas públicas deje de mirarse como un

·t~'· ·
durante los autoritarismos, y repliegue de la reflexión crítica en la problema exclusivamente económico, no se podrá postergar por
fase de liberalización. mucho tiempo la reflexión teórica sobre las bases sociales del nuevo
En este marco no son de extrañar algunos de los rasgos de los modelo de desarrollo. Es ahi donde aparece la riqueza y complejidad
estudios del trabajo que hemos resaltado en este ensayo. En forma " )-; -~ de la realidad del trabajo y la importancia de la investigación en ese
,. ¡,'
sucinta recordemos algunos de ellos: terreno.

a] la llegada relativamente tardía de la sociología a las fábricas;


b] el predominio del enfoque del cambio social; I
I¡.
c] el interés por el actor sindical y el sujeto obrero colectivo;
d] la centralidad del tema del poder (de lo político] por sobre la
tecnología y la situación de trabajo;
d] las paradojas de los procesos de industrialización trunca,
modernización salvaje y flexibilidad perversa. '" .-,'

El principal aporte de los estudiosos del trabajo en América latina


no se sitúa en el mismo plano de lo que fueron la sociología industrial
americana y la sociología del trabajo francesa, en la medida en que
':."
ni la industria, ni las situaciones específicas de trabajo fueron,
durante un largo periodo, su foco central de interés. Como hemos
tratado de demostrarlo en este articulo, las ciencias sociales en la
región estuvieron en una primera etapa muy vinculadas a los proble­
mas del desarrollo y fueron permeables a una estrategia de moderni­
zación social manejada desde el Estado. los problemas centrales eran
la toma de conciencia, la articulación de sujetos sociales, su integra­
ción al proceso de industrialización/urbanización.
los regímenes autoritarios y las políticas neoliberales significaron '"
una ruptura radical en esta trayectoria. Si en la primera fase los
actores se constituían por su referencia al Estado, bajo las dictaduras ,::~
se (re]descubre lo social como campo de configuración de los sujetos
y de su posible autonomía. Después del ajuste, el tema de la
competitividad y de la eficiencia sobredeterminan la reflexión, pasan­
do a segundo plano el tema de los sujetos colectivos. Se podría decir
entonces que se pasó del predominio de lo político al predominio de t;;.mt,·
lo económico. Surge entonces la pregunta: éestamos frente a una
«pérdida de objeto» de las ciencias sociales?
Nos parece que no, ya que en este artículo hemos observado una
fuerte vitalidad de la investigación sobre empleo y trabajo. los
cambios en las situaciones de trabajo y en la misma configuración de
t n
92 Rerlsta Latlnoamerfana d. EstudIOS del trabajo Paradigmas de la Soclolosra del Trabaje 93

8 Ver la reflexión aparecida en !J revuts Aetuel t-tarx, 1992 y 1993.


Abstract 9 CalitiCildos ssl por sus posldones progresIstas; de corte neomsrxlsts.
..,.
., 10 Conodds fue su participación en el primer seminarIo sobre «Revolución
Tecnológica y Empleo», resltzsdo en México en 198S. Sus trabajos fueron
The authors analyze the studies about work in l.atln America at dIvulgados tempranamente por }. e. Neffa en el Cono Sur.
two levels: a) the origin of foreign influences (mainly France JI Para una reseña de ests evoludón ver C. Montero Csssssus, «Le msrchédu trsvsil
and the USA) and the way in which foreign concepts were comme nlveau d'snstyse de la structure de dssses», Sodologie du Travall, París;
adaptad or reformulated when applied to our context¡ b) the 1980.
12 Esa cuestJón teórica correspondía a la <<sensildón colectiva» existente en varios
change in the prcduction patterns, how social actors participate
gropos sodales de que eSJ era !J experienda timdsmentst delperíodo (Sader y Paol(,

in the development model and the way Sociology accounts of


1986:47).

it. 13 Antes de eso las prlndpales fuentes de mtormscton disponibles fueron: a)

The main argument is that the Social Sciences in the reglón documentos político-programátlcos de partídos; b} testímonlos de müusntes

have been connected with the theoretical approaches that sindksles y políticos [prindpslmente srurquistss y comunIstas}. Csrscteristtcs

analyzed the evolution of productive paradlgrns in the común il varios países latinoamericanos; entre ellos Brasil {Sader y Paoll; 1986;

industrialized countries, both in the import substitution phase Castro y Leíte, 1993]; México (De!J Garza, 1993) y Venezuela [Irsnzo- 1993).
14 En dos ensayos sobre los camInos de constitudón de la sodologis del trsbsfo en
and the rnarket globalization phase. However, they have been Brsstt. Sader y Paolí (/986], y Ssder; Paolí y Telles (/984); muestran cómo se
able to develop an original path, characterized, arnong other construye una Imagen de la dese trabajadora que subsiste y se superpone a los
elements, by the predominance of the social change approach, propios conceptos elaborados para describir e Interpretsr su movimiento. Esa
by the interest on the labour mouvement and the collective -~'
i"Mgen es bisicsmente la de su incapacidad de acción colectiva y sutánoms y de su
worker as social actors, and by a relatively late appearance in subordinación al Estado; dadas por las determtnsdones estructurales de la sociedad
the workplace. The current vitality of research on employment 1~ brasileña.
/5 Según lG1y (/991: 103), los teóricos de la CEPA!. prlndpales formu!Jdores del
and work in the region can be a mayor contribution for the
paradigma de ls industrialIzacIón por sustltudón de Importsdones ya a comienzos
much needed theoretical reflection on the social basis of the ~
de los sesena empezaron a publIcar una serie de aittcss a las caracterfStJcas del
new developmental model(s]. proceso de industríalización lstlnosmericsns entsazsndo esos dos aspectos.
1ó Entre el conjunto de trabajos producidos bajo esa preocupsaén, podemos
~.-

~ .. seistsrlos de e. Frederico(/978y 1979};j. Humphrey (/979y 1982),A. MJronl


Notas (/982], v.1'1. Durand (1987]; L Abrumo (/986) Y H. Faria (1986).
J7 Destscsn el trabajo realIzado por CElL-CONICETy por el Grupo de Condldones
....,
-':' y Medio Ambíente de Trabajo de C/ACSO. Entre las prindpales publlcadones
/ Este esfuerzo fue estimulado fuertemente por la resttrsdón del Primer Congreso
lsttnosmertcsno de Sodología del Trabajo (Méxíco, noviembre de 1993) y por el podemos atsr Neffa y otros (/986); Novld<Y otros (/987).

18 Entre los trsbsfos csrscteristicos de esa eape, destscsmost]. Walter (1985);}.

Primer Encuentro lsttnosmertcmo de EstudIos del Traba/o (Puerto Rico, mayo de


1994). Walter;). TestJ y}. lIuffler (/987); A. Gáldlz (/988];}. Neffa (/988); M. Casalet

2 Para ello hemos tomado como reterencts Iss publicaciones de que disponemos y
(/989); M. Novick y E. lsvtgn» (1990); M. Novick (/991).

las reseñas presentsdss en el Primer Congreso Lstmosmertcmo de Socio/ocIa del


Trsbsfo. Ese lJ1JterIJ! se refiere principalmente a Argentina; Brasil; Chile, MéxIco; Bibliografla
Perú y Venezuela.
J No obstante; hasta 1946 se crea una sección de sodologíJ industrial en el Abramo, Lals, O resgate da dlgnídade. As greves de 1978 em S;¡o Bernardo,
Congreso Anual de la Americen Sodo/agica! Society. FFLCH-USp, Sao Paulo, 1986, tesis de maestría.
, Ejemplo de ello fue la reunion en Nueva York, en 1951, de un f!l1JPO de lIderes Arango, Luz Cabríela. Mu/el; religíón e Industria Fsbncsto 1923-1982, Univer­
empresariales y de personalidades académicas para discutir el tema «Creando una , sidad Externado de Colombia, Bogotá, 1991.
civilIzación industrial» (Sldley, 1952). Barrera, M., El conflicto obrero en el endave cuprffero, Instituto de Economía y
5 Elllbro edttsdo por e. Kert; Industrialism and Industrial r-tan, Ilustra muy bien cuál Planlficad6n, Universidad de Chile, (s.l.), 1973.
fue la base teortcs de ests estrategia. Barrera, M. Falabella G., Slndtcstos bajo regímenes mütures, UNRIS-CES,
¿ En su edldón del 20° aniversario; la revista Scclologíe du Travall, reconoce el Santiago, 1990.
predominio del paradigma tecnológico a pesar de que algunos Investigadores; como graverman, Harrs Trabalo y cspust monopolists, Edltorlal Nuestro Tiempo,
). D. Reynsud, P. Dubols y C. Dursnd. habían insistido en la autonomía de la
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latinoamericanos (Colombia, México] nos sentimos seducidos a
Weffort, Francisco, Sindicatos y política, FFLCH-US?, Sao Paulo, 1972, tesis de
Libre DocencIa, discutir la interrogante global y general de «él-lacia dónde va la
-, «Partlclpa~ao e conflito Industrial: as greves de Osasco e Contagerns en sociología del trabajo?» en una perspectiva comparativa. Queremos,
Cedemos CEBRAP No. 6, CEBRA?, Sao Paulo, 1972. por lo tanto, tratar la pregunta «¿Hacia dónde va la sociología del
Whythe, W.F, Industry snd Soaety; MacGraw HIII, New York, 1946. trabajo en América Latina?» y agudizarla al problema que plantea el
titulo de nuestra intervención: «cNeceslta América latina su propia
sociología del trabajo?» Esto nos invita a reflexionar sobre las vías
que esta disciplina ha seguido hasta la fecha, permitiéndole alcanzar
su actual estado de desarrollo, y abordar los rumbos posibles que
puede seguir en el futuro.
Primero trataremos de sensibilizarnos en el problema más general
de la relación entre «universalismo y contingencia», en dos pasos.
Analizamos ios mecanismos de trasferencia de conceptos de polltlca
económica, de nuevas tecnologías y de nuevas formas de organización
del trabajo de un contexto social a otro (capítulo 11) y aplicamos la
pregunta general a la soclologla del trabajo (capítulo 1\1). ¿Hasta que
grado fenómenos reales y la reflección científica correspondiente
sobre ellos se someten a lógicas y reglas generales y universales o,
al reves, estan impregnados y estructurados por las idiosincrasias del
contexto socio-cultural? Después de esto, discutiremos las diferen­
cias entre la situación en América latina y los paises altamente
industrializados basandonos en cuatro campos importantes de la
sociología del trabajo (capítulo IV) y, con base en esta discusión,
regresamos a la pregunta central que da el tltulo de este ensayo
(capítulo V).'

Este srttcuio se bess en una conferends presentada en el Primer Congreso


Latinoamericano de Sod%gia del Traba/o, Héxico, DF, 22-25 de noviembre de
1993. Agradecemos los valiosos comentsrios de los dtasmmsdoms anónimos.
.
-,-~~

b"isU 1.8t/lJ(MlMrfaIJM. ~ '!!'¡~ da 1, IIoÍlm. 1, 1995, PI', 97-132.


98 Revista L3t1no.mJerlcana de EstudIos del trabajo Paradigmas de la Sociología del Trabajo
99

11. Universalismo versus contingencia en la realidad del mundo Friedman y de Alain Touraine- a la sociología general; en este país,
del trabajo que en comparación con otras naciones europeas posee una adminis­
tración estatal relativamente fuerte y centralista, no es casual que el
Partimos de la idea epistemológica general de que, tanto los campos tema de la burocracia haya revestido una importancia destacada y que
temáticos fundamentales de la sociología del trabajo, como la con­ se haya desarrollado posteriormente una «escuela de la regulación».
ceptualización paradigmática de los mismos, no son-el simple fruto En fin, para un país como Espaíia se desprenden otras características
de los problemas sociales y de su importancia para la sociedad. En de la sociolgía del trabajo: una vez terminado el franquismo, a partir
efecto, ia sociología del trabajo, como cualquier otra disciplina de los años setenta nace una casi nueva disciplina que se auto denomina
científica, siempre aprehende y percibe la realidad en forma fragmen­ «sociología del trabajo>)"[como en Fancia o Italia y a diferencia de
taria y selectiva, y permanece apegada, en sus criterios de selección Alemania o Gran Bretaña) la cual experimentó un notable auge con
e interpretación, a determinadas tradiciones [nacionales, ideológicas, una nueva generación de jóvenes investigadores de alto nivel y
paradigmáticas) de investigación y pensamiento. formación y con mucha experiencia de trabajo científico fuera de su
A este respecto y, más bien, como ilustración y sin ningún intento país de origen; allí, se retomaron y desarrollaron ampliamente los
de una comparación sistemática, mencionemos brevemente y a muy principales temas de las distintas líneas del debate internacional, lo
grandes razgos algunas diferencias que pueden observarse en el cual se refleja, por ejemplo, en la revísta del mismo nombre, una
continente europeo. En Alemania, la sociología dei trabajo se ha revista que se caracteriza por su gran vitalidad y su alto nivel
concebido tradicionalmente como socioiogía de ia industria. En este académico.'
país, desde fines dei siglo pasado y más aún a partir dei año de 1920, A pesar de las diferencias que pueden advertirse entre ios distintos
este campo de investigación empezó a desarrollarse en e[ marco de países europeos en cuanto los centros de interés de la sociología del
una «sociología de la empresa industrial», orientada hacia el refor­ trabajo, existen no obstante ciertas vías claramente trazadas, hacia las
mismo socíal. Después de la Segunda Guerra Mundial, esta disciplina cuaies se encauzan la mayoría de las investigaciones. Para decirlo en
se amplió para constituir una «sociología de la industria y de la forma metafórica, existen grandes derroteros, trátese ya sea de «ejes
empresa», se enriqueció con ciertas líneas de investigación proceden­ principales» o de «vías rápidas», que son transitados por la mayoría
tes de otras disciplinas cíentíficas y se ramificó, sobre todo a partir de los investigadores y que permiten avanzar con la mayor rapidez
de ios años setenta, en una sociología del trabajo más específica, en posible, aun cuando no permiten apreciar con toda claridad el paisaje
una sociologia de la técnica, en una investigación del mercado de que los rodea. Estas grandes corrientes, las «vías rápidas» de ia
trabajo desde el punto de vista de las ciencias sociales, etc. Lo que investigación, son trazadas en su mayoría por ciertas compañías de
debe recalcarse, es que a pesar de estas diversas especializaciones, los países altamente industrializados, y su diseño general correspon­
o debido precisamente a ellas, hasta prlncipios de los años noventa de esencialmente -tal es nuestra tesis central- a la topografía social
no ha surgido en Alemania una revista especifica y domi nante en ei de estos países altamente industrializados. Las vías secundarias, en
campo de la socioiogía del trabajo -como ocurrió por ejemplo en cambio, son difíciles de transitar y no posibilitan más que un avance
Francia, Italia o España- y que la sociología alemana del trabajo, sumamente lento; pero ofrecen Un panorama muy ciaro del paisaje
debido quizás a su fuerte especificidad y a su diferenciación interna, que atraviesan, con todas sus características específicas.
posee escasa orientación internacional en comparación con estos En los países latinoamericanos, la sociología del trabajo es una
países. disciplina relativamente joven; los pocos científicos que se han
En cuanto a [os otros países altamente industrializados, aquello especializado en esto en forma duradera, sólo lo han hecho, en la
que llamamos sociología del trabajo posee en cada uno de ellos su mayoría de los casos, en ios últimos dos decenios. Y, hasta donde
específico centro de gravedad. En Gran Bretaña, por ejemplo, no podemos juzgar, carecen ampliamente de líneas teóricas comunes a
existe una disciplina que se llame sociología del trabajo, sino varias nivel de América Latina. Lo cierto es que los sociólogos de los
tradiciones de debate e investigación, entre las cuales destacan las distintos países latinoamericanos suelen apoyarse en debates y
líneas de «working cíJSS culture snd consciousness», la del «indus­ conceptos fundamentalmente europeos [y ccrecientcrnente norteame­
tris! contlict» y la de las «industrisl relstiotts» -temas, éstos, que ricanos?), y mantienen con sus colegas europeos y norteamericanos
reflejan los conflictos políticos y sociales de una sociedad marcada intercambios con frecuencia más intensos que con sus propios
por una fuerte organización de clase-o En Francia, la «sociologle du colegas latinoamericanos. En definitiva, el Primer Congreso Latino­
trsvsil» estuvo muy ligada -por ejemplo en la obra de Georges americano de Sociología del Trabajo de Noviembre de 1993 consti­
100 Revista latinoamericana de Estudios del trabajo Palddl¡¡:m.1s de la SocloloSra del Trabajo
101

tuye el pri mer foro que se abre en forma representativa para el


y el antiguo ordenamiento económico, donde se ve con más claridad
intercambio y la discusión entre los sociólogos latinoamericanos del
las Implicaciones culturales específicas de estas estrategias, así como
trabajo. los riesgos de su aplicación mal dosificada. Así, el caso de los países
En este contexto, el problema que quisiéramos debatir aquí, es el
ex-socialistas nos muestra que la introducción de conceptos
de saber qué pueden ganar y qué pueden perder la sociología del
neoliberales al margen de toda estructura institucional establecida,
trabajo y los sociólogos del trabajo en América latina, en cuanto a la
conduce al caos y a la desindustrialización. En los países altamente
percepción de la realidad social y a la posibilidad de entender y industrializados, el recurso a estas estrategias neoliberales se dio en
conceptualizar adecuadamente los problemas sociales de sus países,
el marco de instituciones y prácticas a la vez complejas y sensibles,
si analizan sus sociedades con «marcos paradigmáticos importados»,
estables y establecidas, y sobre todo no organizadas según la lógica
o, a cambio, siguen con los esfuerzos existentes de desarrollar sus
de mercado, muchas de las cuales no fUeron cuestionadas seriamente
propios instrumentos adaptados a sus realidades sociales. En efecto, por el viraje neoliberal de las tendencias ocurrido en los años
no es un secreto para nadie que los países latinoamericanos importan ochenta.
de los países industriales no solamente productos y tecnologías, sino En América latina, aquellos científicos y políticos neoliberales que
también conceptos científicos Y recetas políticas y, junto con ello, quisieran ver limitado el papel del Estado al control de los datos
determinadas visiones del mundo. Estas importaciones, que siguen macroeconómicos, ignoran con harta frecuencia estas condiciones
generalmente las modas vigentes en los países industriales, suelen ser institucionales poco evidentes de los paises altamente industrializados
recibidas con gran avidez por los políticos, cientiFicos y otros y omiten plantearse una serie de interrogantes: ¿Cuál es el estado de
«consumidores»; además, su uso en conformidad con el modelo los mercados y las compañías industriales; qué redes de interdepen­
original frecuentemente da reconocimiento científico y prestigio dencia hay entre las empresas; qué tipo de relaciones industriales;
social en los países receptores. qué códigos de comportamiento a nivel macro y microeconómico, así
Ahora bien, importa recalcar que estas «grandes corrientes del como en materia de política social y laboral; qué instituciones
norte» sólo evidencian sus condiciones de surgimiento e implicaciones públicas y privadas de formación; qué tipo de fomento a la investi­
socioculturales (lo cual con frecuencia ocurre en forma subrepticia y gación, etc., resultan imprescindibles para que la aplicación de los
a espaldas de los propios actores) una vez que han abandonado su conceptos neoliberales pueda fructificar o, cuando menos, no desem­
contexto de origen y han sido transferidas a otros ámbitos. Pese a las boque en algún colapso Inesperado? De ahí que el thatcherismo, por
reiteradas advertencias en contra de las hipótesis de desarrollo ejemplo -el cual, además de ser «extremista» en el contexto de los
unlversallstas, demasiado simplistas, los años ochenta [y más aún, países altamente industrializados, ha fracasado por lo demás amplia­
quizá, los años noventa) nos ofrecen numerosos ejemplos de esta mente- es mucho menos radical en la Gran Bretaña misma que entre
apertura a las importaciones cientiFicas y polítlcas procedentes de los sus partidarios latinoamericanos y de otras regiones.
países altamente industrializados. En la lucha entre una aplicación
mecánica e indiscriminada de los conceptos teóricos y prácticos
2. Las altas tecnologías de los países industriales suelen conside­
importados, y su adaptación reflexionada y selectiva, ha prevalecido rarse - en América latina y en otras partes del mundo - como la clave
en no pocas ocasiones la primera tendencia. Esto es lo que nos del éxito económico; los países altamente industrializados aparecen
proponemos exponer brevemente en lo que sigue, a través de tres generalmente como los únicos grandes «parques de h/gh technology»,
ejemplos: el de los coneptos económicos neoliberales, el de las altas mientras que las tecnologías obsoletas parecen constituir la expre­
tecnologías y el de las nuevas formas de organización de la produc­ sión más acabada del subdesarrollo latinoamericano. De ahí la
ción y del trabajo. equivalencia que se establece entre la modernización de la economía
y la introducción de las más modernas tecnoiogías. Sin embargo, en
1. Los conceptos económicos neoliberales no hicieron su entrada su proceso de transferencia se hacen patentes ciertas implicaciones
triunfal únicamente en las cabezas de los políticos y economistas de de las tecnologías modernas, que ni los fabricantes ni sus Usuarios
los paises industriales; en los países ex-socialistas y en todo el latinoamericanos hablan advertido y/o deseado: a nivel de la empresa,
continente latinoamericano, las tradicionales concepciones y prácti­ por ejemplo, estas tecnologías sólo son susceptibles de una utiliza­
cas del Estado intervencionista fueron y continúan siendo expurgadas ción óptima si el personal encargado de su operación y mantenimien­
y arrojadas al basurero de la historia. Y es precisamente allf, donde to posee una calificación suficiente, si las piezas de repuesto pueden
es más agudo el conflicto entre tales estrategias políttcas neoliberales conseguirse rápidamente o ser fabricadas por el propio usuario, ..y si
tcevtste Latlnoamerlcana de EstudIos del trabajo ParadleffiaS de 13 Sociolos(a del Trabalo 103
102

las técnicas de producción Y comunicación utilizadas son compati­ asombrarse, pues, que el credo unlversalista de algunos autores del
bles, en cuanto a capacidades Y fiexibilidad, con la organización del t-tassscñusets Institute of Tedmology (MIT], de acuerdo con el cual
trabajo y de los procesos que rigen en la empresa. la «lean productlom podría implantarse en cualquier contexto,
Todo ello pone de manifiesto que la productividad no depende en independientemente de las especificidades de cada país, haya susci­
primera instancia del «estado más avanzado de la tecnología)1 sino tado serias objeciones, no solamente por parte de los científicos,
más bien del conjunto de la organización del trabajo Y de la sino también de quienes están involucrados dírectamente en la
producción que impera a nivel de la empresa Y de la sociedad en práctica en las empresas.'
general. En efecto, las tecnologías no son frias artefactos, simple Estos cuantos elemplos ponen de relieve la problemática que
fruto de la ingeniería Y de las ciencias naturales; las tecnologías son plantea la transferencia de los conceptos de política económica, de
productos sociales, en los cuales también se plasman, entre otras tecnología y de organización, desde el contexto de los países
cosas, las tradiciones del conjunto de la sociedad en materia de altamente industrializ ados hacia el «paisaje social latinoamericano»'
formación Y de trabajo profesional; la valorización o la no-valoriza­
Nos invitan a preguntarnos en qué medida estos conceptos son
ción del trabajo manual especializado Y calificado; las filosofías Y
susceptibles de una aplicación universal o si, ai contrario, están tan
culturas empresariales; las políticas estatales en el campo de la
marcados por su específico contexto sociocultural de origen, que
investigación Yla industria; las orientaciones sindicales en materia de
cualquier transferencia de ios mismos resuita problemática. Esta
poiitlca y de conflictos. Su desarrollo, su aplicación, su reproduc­
interesante pregunta, además de constituir un desafío de crucial
ción, su adaptación o perfeccionamiento adecuados Y adaptados,
importancia para la investigación en el campo de la sociología del
requieren experiencia, conocimientos, procesos de comunicación, así
trabajo, también puede aplicarse -en forma reflexiva-s- a la transfe­
como infraestructuras sociales Y económicas.
3
rencia, arriba mencionada, de los conceptos científicos de análisis, de
los temas de investigación y de las metodologías en la sociología del
3. Pero más aún Que en el campo de la tecnología, es en el terreno trabajo.
de la organizaci6n de la produccián Y del trabajo donde se
evidencian con mayor claridad los problemas que plantea la simple 111. UnIversalismo y particularismo en la sociología del trabajo
importación no-refleccionada de orientaciones Yrecetas cientlficas Y
prácticas. En efecto, mucho más Que las tecnologías, los conceptos los enfoques, temas y métodos de investigación que están amplía­
organizativos encierran ciertos modelos y configuraciones de la mente subordinados a las coyunturas y modas de las grandes
calificación de la mano de obra, de las relaciones sociales e Industria­ corrientes vigentes en los países altamente industrializados, también
les, de [as «culturas de la empresa», etc., modelos y configuraciones se imponen con fuerza a la práctica científica de los paises latinoa­
Que son específicos de determinada cultura y de determinados países. mericanos. Sin embargo, su adopción acritica encierra problemas
las estrategias del «total quslity rootrot» Y del «just in time», particulares, ya que se sustraen, mucho más aún que otros «produc­
procedentes de experiencias japonesas, así como los intentos reali­ tos de Importación», a la posibilidad de controlarlos en cuanto a su
zados para implantarlas en otros contextos socíoculturales, eviden­ éxito y, por tanto, de hacerles correcciones. En efecto, los paradigmas
cian con toda claridad los peligros a los cuales están expuestos no y «escuelas» contienen criterios de selección e interpretación, que
sólo los trabajadores, sino también las rornpafilas industriales, en determinan tanto la imágen de la realidad ajena de los países
esta «vía rápida» de las modernas estrategias gerenciales. altamente industrializados, como la imágen de la propia realidad
En no pocas ocasiones el «control total de calidad» fracasa por las social de los paises latinoamericanos.
políticas salvajes de contratación y despido, por las relaciones En nuestra disciplina, la sociología del trabajo, los conceptos
autoritarias que rigen en las empresas Y por la desconfianza mutua científicos suelen reflejar exactamente aquello Que, en el campo de la
entre capital y trabajo [Weiss de Be\alcázar, 1993a; López, \ 993). realidad social de los paises altamente industrializados -trátese ya
Quienquiera que pretenda implantar cadenas de entrega «justo a sea de la empresa, del trabajo, de la técnica, de la organización, de
tiempo» en un contexto totalmente inestable en materia de política las relaciones industriales, de la industria o de la economia -, se
laboral Y en condiciones totalmente distintas en cuanto a las percibe como un problema digno de investigarse y como tal llega a
infraestructuras existentes, se verá pronto obligado a comprobar ser objeto de debate. Antes que nada, importa recalcar que los
hasta qué punto puede resultar contraproducente la aplicación conceptos paradigmáticos Que dominan el debate en los países
mecanicista de los principias japoneses de fabricación, No es de industriales, son por regla general -en estos mismos países tarn­

~_.
Par.lidl8mas de la Soclolo~fa del Trabajo lOS
104 Revtsts útlnoamerfana de Estudios del trabajo

bién- construcciones altamente discutibles. Esto se desprende cla­ mlcrosociológico- alimentó no solamente numerosos debates teóri­
ramente de los grandes debates que tienen lugar en el «norte» en cos, sino también un sinfín de proyectos empíricos de investigación.
general, o en cada uno de estos distintos paises altamente industria­ Con la misma fugacidad con la que Braverman había sido saludado en
un principio, aún por sus propios críticos, como el representante de
lizados. Mencionemos tan sólo algunos ejemplos extraídos del pasa­
un concepto científico al cual cabía conceder la máxima importancia,
do más reciente.
así también se fue apagando, en no más de un decenio, el interés por
Cuando en ¡ 974 apareció el libro Labor snd Nonopoty Capíta/r de
este enfoque.
Han)' Braverman, esta obra resultó pronto determinante para el
Aquello que, habíendo surgido en los países altamente industria­
debate que se dio entonces entre los jóvenes sociólogos del trabajo
lizados, aparezca hoy día como un nuevo paradigma de suma impor­
en los USA y en los principales países de Europa occidental.
tancia para estos países, puede ser, el día de mañana, una construc­
Ftnalrnents se había encontrado, poco antes de que el capitalismo
ción científica de lo más parcial y cuestionable. Observación, ésta,
Industrial evidenciara los serios problemas estructurales que encie­
rra, la clave que permitía descifrar la historia del proceso capitalista que no deja de aplicarse a ciertas corrientes más específicas dentro
de cada uno de estos países. Cuando Horst Kern y Michael Schumann,
de trabajo y la integración de los trabajadores: el desarrollo técnico­
dos de los más destacados sociólogos del trabajo y de la industria en
organizativo, como medio estratégico que posibilita un control cada
Alemania, presentaron en 1984 su estudio con el título provocativo
vez más fino del capital sobre el trabajo y la fuerza de trabajo. A pesar
«¿El fin de la división del trab~jo?», esta pregunta ejerció durante
de que existen algunas variantes, esto constituye en última instancia
algunos años un impacto determinante en el conjunto de los debates
-según afirmaba Braverman- una lógica universalista de desarrollo,
de la sociología del trabajo en este país; más aún, sus tesis tuvieron
propia del modo de producción capitalista, por io demás, esta lógica
eco en las disciplinas vecinas y, a nivel de las empresas mismas, entre
no tardaría en barrer con las contingencias nacionales y regionales
los representantes del msnsgement v de los sindicatos. Se llevaron a
aún existentes. Naturalmente, no todos los sociólogos del trabajo
cabo amplios estudios, con el fin de comprobar su tesis de una
estuvieron totalmente de acuerdo con Braverman; pero quienquiera
posible revalorización de la calificación en e[ trabajo productivo
que pretendiera pertenecer a la «comunidad científica», debía haber
leido a Braverman para poder opinar; en esa época, casi no había un industrial [véase Pries/Schmidt/Trinczek, 1989 y 1990]; el debate de
la sociología alemana del trabajo -que, por [o demás, poseía escasa
libro o un artículo científico que no se refiriera a Braverman y a la
creciente literatura secundaria que su obra había suscitado. .lit orientación internacional- también tuvo eco en el extranjero.'
Actualmente, a menos de diez años de la publicación de esta obra,
Oponiéndose abiertamente a Braverman y tomando sus distancias
las tesis y los temas de Horst Kern y Michael Schumann han sido
con respecto a él, se desarrolló posteriormente, en los años ochenta,
minuciosamente «disecadas»; la reunificación alemana y los corres­
un debate procedente esencialmente de Gran Bretaña y Estados
pondientes procesos de reestructuración industrial, determinan hoy
Unidos, el Labor Proce ss Debate [LPD]. Centro de este debate era el
día el panorama temático de la sociología del trabajo no solamente
problema del control, es decir, [a cuestión de saber cómo, en las
en Alemania sino en varios paises europeos.
condiciones de la relación capitalista del contrato de trabajo, el
Permítasenos aducir un último ejemplo, concerniente esta vez al
potencial de trabajo comprado por el empresarid puede transformar­
se en un actuar laboral real, productor de plusvalía. En última
instancia, añrmaban los principales portavoces del LPD, Braverman
había subestimado los problemas estructurales del control que, en las
,¡f ámbito internacional. En Francia se produjo, en los años ochenta y
en el marco de la escuela de la «regulación», el debate en torno al
fordismo y a[ neo- o postfordismo; en Alemania se dio un debate

t
similar, bajo el nombre de «nuevos conceptos de producción» [Kernl
condiciones capitalistas de producción, se plantean también fuera del
Schumann, 1984] y de «toyotismo» [Iürgens/Dohse/Nalsch, 1989];
proceso directo de trabajo y los cuales suelen resolverse, entre otras
simultáneamente, en los Estados Unidos, Piare y Sabel presentaron
formas, por prácticas de un manufacturing consent y de relaciones
laborales de high trust; subestimación, ésta, que constituye un error "'. su estudio titulado «The Second Industrial Divide» [1 984]. Todos
estos trabajos giraban en torno a la cuestión de saber si aquello que
perfectamente comprensible en el ambiente de estabilidad que habían
estaba ocurriendo en el modo de producción capitalista y en su lógica
experimentado los países altamente industrializados durante el perlo­
do de prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial. era un radical cambio de dirección o un simple cambio formal, y de
De entonces en adelante, cada quien debía haber leído a Burawoy determinar cómo podían caracterizarse adecuadamente los procesos
[1 979], Littler [1982] y Friedman [1 977]. El enfoque del LPD -mucho de transformación de la producción industrial. 7 Este debate, que
más cercano a una perspectiva de investlll'aclóri de tipo surgió casi al mismo tiempo y, de cierta manera, en forma indepen­
106 Revtsta Latinoamericana de Estudtos del trabaio
Paradjgmas de la Soclologta del Trabajo 107

diente en distintos paises altamente industrializados, se centra en una


problemática especifica y común de estos paises, cortada precisa­ publicaciones había formulado de modo particularmente contundente
mente a la medida y según las tradiciones y condiciones especificas ciertas características casi universales de una burocracia ideal-típica,
de cada uno de estos. como la forma de administración más eficiente. Mediante investiga­
No obstante, estos conceptos y estas grandes corrientes científi­ ciones comparativas a nivel internacional, los científicos de Birmingham
cas a las que hemos aludido se reciben y aplican con frecuencia en lograron controlar ciertos factores contextuales que determinaban la
América latina como si tuvieran virtudes universalistas, determinando contingencia de ias organizaciones, tales como el tamaño de las
en amplia medida, para numerosos científicos de este subcontinente, mismas, sus relaciones con el entorno, la historia de su fundación y
la percepción de su realidad, ladefinición de los temas relevantes para su orientación hacia determinados objetivos, otras tantas variables
sus investigaciones, asi como las estrategias y prácticas de investiga­ que explicaban la especificidad de las estructuras organizativas obser­
ción consideradas como válidas y valiosas, con lo cual se vedan en no vadas.
pocas ocasiones la posibilidad de una conceptualización adecuada y ]ohn Child, quien habia participado personalmente en estas inves­
genuina de su propio mundo. La tesis que quisiéramos plantear aquí, tigaciones precoces, formuló posteriormente una crítica muy precisa
es ía de que el valor de tales teorías y temas aparentemente a este enfoque situativo o «contingency spprosch»: las estructuras
universalistas es cuando menos discutible para el análisis de Jos organizativas se reiacionan, en primer lugar, con las caracteristicas
países latinoamericanos. Lo mismo que en el caso de los conceptos estructurales del conjunto de la sociedad - por ejemplo, con el
de política económica, de ia transferencia de tecnologías o de las hecho de que se trate de lógicas de producción de tipo capitalista,
estrategi as gerenciales en la empresa, en el campo de la socio logia del orientadas hacia la economía de mercado, o de otro tipo-o En
trabajo los «conceptos científicos del norte», lelos de aplicarse en segundo lugar, continúa Child, las estructuras organizativas sólo
forma mecanicista, deben ser objeto de un proceso de selección pueden explicarse y comprenderse en el marco de su especifica
crítica, de adaptación, de ampllactón y de redefinición. Hay que inscripción sociocultural. 8
afirmar que no optamos por un rechazo total de paradigmas surgidos , . A muy grandes rasgos, pueden discernirse dos posiciones extre­
en otros contextos sociales -es obvio que incluso hipótesis luego 1 mas que, precisamente hoy en día, revisten gran importancia (véase
Dubols, ¡ 989J. La primera posición, que calificaremos de relativismo
rechazadas nos ayudan a explicar y entender mejor ia realidad-. Lo
que queremos enfatizar es la necesidad de una reflexión crítica acerca cultural o de particularismo, otorga a la idiosincracia - histórica,
del contexto de origen de estos paradigmas e hipótesis, para poder sociocultural, etc. - de cada sociedad nacional una influencia tan
descifrar sus especificas implicaciones culturales, antes de aplicarlos decisiva y preponderante, que resulta prácticamente excluido, aun a
a otros contextos sociales; estos «conceptos del norte»: deben largo plazo, que pueda darse alguna convergencia de las formas
adaptarse o, si es necesario, rechazarse. En todo caso, no pueden sociales de vida y de producción industrial, de tal suerte que cada
sustituir de ninguna manera el esfuerzo de elaboración de an marco sociedad debe encontrar su propio camino. La segunda posición
teórico-conceptual propio. -universalist~ pretende en cambio que en la actual lógica de la

En reiteradas ocasiones, el problema de la relación entre univer­ economía mundial las especificidades nacionaies se hallan en crecien­
salismo y particulartsmo del desarrollo social ha sido objeto de te recesión y están sometidas a un proceso de nivelación, debido a
acérrimos debates, no solamente en la sociología general, sino ciertos principios funcionales de alcance mundial, tales como la
también en ia sociología del trabajo. Ejemplo de ello es la discusión, lógica capitalista de la economía de mercado. A raíz del fracaso del
muy fecunda y de alto nivel cientifico, que se dio en el campo de la socialismo real, este punto de vista vuelve a contar con un creciente
investigación sobre la organización en torno al tema de la «burocrecy número de partidarios.
and contingency», discusión que se centró alrededor de la «escuela
de Astan». Los pioneros del «Aston spprosch», tales como Pugh, IV. De la necesidad de revisar los conceptos de la sociología del
Hickson y otros, se dieron a la tarea de investigar, a través de trabajo importados de los países altamente industrializados
numerosos estudios empíricos, si existían principios universales,
capaces de asegurar una eficiencia óptima para las estructuras La via de acceso más adecuada para la comprensión de la realidad
organizativas de las empresas, las administraciones públicas, los sólo puede situarse, a nuestro modo de ver, entre los dos polos
hospitales, etc.; punto de partida de sus investigaciones habla sido arriba mencionados. De nuestra propia posición en la controversia
la teoría de la burocracia de Max Weber, quien enall.l!llíIa de sus entre el universalismo y el particularismo depende, en última instan­
,.:¡." cia, la respuesta que demos a la pregunta central de nuestra ponencia:
.. ~,~~ ..
10B Paradlfums de fa socrorosla del Trabajo 109
Revista latinoamericana de EstudIos del Inhalo

¿Necesita América latina su propia sociología del trabajo, o puede del trabajo, como para la elaboración conceptual de la sociología del
retomar, sin mayores cambios, los conceptos elaborados en los trabajo. A este respecto, existe en las ciencias sociales un amplio
países altamente industrializados? Para contestar esta pregunta, consenso para reconocer que el trabajo dependiente [caso de los
partiremos de algunos supuestos generales. obreros, empleados o funcionarios) ha suplantado ias formas rradl­
Primero, más allá de las especificidades de cada país pueden cionales del trabajo independiente [campesinos, artesanos, pequeños
distinguirse, en un mayor nivel de generalización, ciertos grupos de empresarios propietarios). Este patrón de cambio a nivel de las
países y regiones del mundo que poseen ciertas características actividades laborales ha sido establecido de manera tan clara, en
socioeconómicas comunes [por ejemplo, determinado tipo de indus­ todos sus aspectos, para los países altamente industrializados, que ha
trialización y de estructura ocupacional) y se enfrentan actualmente adquirido casi el carácter de una ley universal de desarrollo. 10 Y esto
a específicas problemáticas de desarrollo y a específicas dinámicas de no es menos cierto en el caso de ciertos precursores de la sociología,
cambio, lo cual nos autoriza para oponer los países latinoamericanos como Carlos Marx (1975), para quien la creciente «proletarización»
como grupo -pese a todas las diferencias que median entre ellos­ de la abrumadora mayoría de los trabajadores constituía una ley
a [os países altamente industrializados' histórica. Claus Offe nos ofrece una descripción penetrante del
Segundo, las distintas condiciones contingentes que ímperan en las nuevo tipo de actividad laboral surgido en el transcurso de la
sociedades nacionales, es decir, tanto las condiciones de partida industrialización europea:
como ias condiciones contextuales de estas sociedades, imprimen un «La experiencia sociológica primordial y preponderante del siglo
sello específico a las tendencias de desarrollo más o menos univer­ XIX, fue la constitución y ei rápido incremento cuantitativo del
sales que existen en materia económica y técnico-organizativa. Por lo trabajo en SU forma pura, es decir, depurada de las otras esferas de
tanto, tercero, no es de esperarse, ni siquiera a largo plazo, que se acción y ámbitos funcionales de la sociedad. Este proceso de
produzca alguna convergencia entre los distintos sistemas sociales diferenciación Y depuración, que posibilitó por primera vez en la
nacionales, en particular a nlvel de sus estructuras laborales y historia la personificación del trabajo en el tipo social del obrero, se
productivas. extiende a la separación de la esfera doméstica y de la esfera laboral,
Sobre la base de estos supuestos, nuestro argumento central a la separación de la propiedad y de la actividad laboral, así como a
consiste en afirmar que las categorías y conceptos de la sociología del la neutralización paulatina de las relaciones normativas de asistencia
~--
trabajo elaborados en el norte resultan ampliamente inadecuados
para dar cuenta de la realidad latinoamericana. En consecuencia, hay

't'
1,",
y de compromiso»."
Por lo que respecta a la realidad social de la actividad laboral en
que seguir y ampliar los esfuerzos existentes para desarrollar marcos los países altamente industrializados, podemos puntualizar algunas
paradigmáticos de referencia apropiados y adaptados. Esto es lo que características comunes:
nos proponemos exponer ahora en forma hlpotétlca y a través de • Los hombres se acomodan a [a perspectiva de ejercer un trabajo
algunos ejemplos, recurriendo a ciertas categorias y conceptos clave asalariado durante toda su vida; sus reivindicaciones se orientan
de la sociología del trabajo. hacia la exigencia de poder configurar el contenido de esta actividad
laboral dependiente y de asegurar a largo plazo su reproducción en
l. Trebeto asalariado formal como «trsbslo normal» versus hetero­ el marco del trabajo asalariado.
geneidad de las formas de trebejo y empleo • El mecanismo elemental de regulación de las oportunidades Y
condiciones de empleo, es e] mercado de trabajo. Los riesgos de la
Nuestra hipótesis es: Punto de referencia de la sociología del trabajo reproducción se mediatizan a través de este mercado de trabajo. Así,
en los paises industriales es el trabajo dependiente, regulado a través el que no encuentre una actividad dependiente permanece desemplea­
del mercado de trabajo y las instituciones estatales y de negociación do; quien gane poco en su trabajo dependiente, tiene escasas
colectiva. La sociología latinoamericana del trsbsio requiere, en posibilidades de mejorar sus ingresos; quien abandone el mercado de
cambio, un marco de referencia ampliado, acorde con la heterogenei­ trabajo, por lo general no tiene más remedio que recurrir al subsidio
dad de las formas y condiciones de sustento. público o familiar.
• El derecho laboral y social, así como las negociaciones colecti­
a) En los países industriales europeos, el empleo dependiente vas, estáblecen Y generalizan normas mínimas que deben satisfacer las
como forma de reproducción dominante y generalizada ha llegado a condiciones de trabajo y empleo, asi como seguros mínimos contra
ser el punto de referencia, tanto para la comprensión social y política los riesgos inherentes a la relación de trabajo asalariado; estas
é+ ,é"
110 Paradigmas de la Soclol08fa del Trabajo 111
~evlsta latInoamericana de Estudios del trabajo

normas regulan, por su parte, los procesos de intercambio en el actividad laboral es con frecuencia movediza [piénsese, por ejemplo,
mercado de trabajo. en las múltiples formas del maquilaje) .
• Una densa red social de control vela por el cumplimiento de las Como lo demuestran numerosos estudios recientes, la actividad
normas políticas y culturales mínimas (las «condiciones normales de laboral en su modalidad dependiente no tiene porque ser el único
trabajo»], cuando menos en beneficio de los principales grupos de punto de referencia hacia el cual deberían estar encaminadas las
trabajadores -los trabajadores masculinos, los ancianos y los nacío­ estrategias y los proyectos de los hombres. En efecto, numerosos son
nales-; al mismo tiempo, estas condiciones normales de trabajo los trabajadores que prefieren las actividades independientes al
constituyen el punto de referencia para las orientaciones y reivindi­ trabajo asalariado y que pasan de la condición de trabajadores
caciones de los hombres [véase Mückenberger, 1985). Las condicio­ dependientes a la de trabajadores independientes: una buena parte de
nes de empleo que no correspondan a estas normas, se definen como los empleos «atípicos» o «Informales» ofrecen, además de mayores
«anómalas» o «atípicas». oportunidades de autodeterminación, la posibilidad de percibir in­
b) En América latina, la sociología del trabajo utiliza con frecuencia gresos equivalentes o superiores a los que proporcionan los empleos
conceptos del trabajo asalariado y del mercado de trabajo surgidos dependientes normalmente accesibles (Pries, 1992; Escobar, 1992;
en el contexto especifico de los paises altamente industrializados, Chenery 1986). Para muchos, no solamente para quienes no encuen­
como si estos conceptos cayeran del cielo. 12 El concepto de «sector tren ningún empleo formal en el mercado de trabajo, el trabajo
urbano informal», cuando menos en su versión normativa, lo mismo dependiente no es el único ni el preferido punto de orientación y de
que el de «formas atípicas de empleo», retoma los estandares e las aspiraciones: muchos trabajadores prefieren el autoempleo o el
«condiciones normales de trabajo» que acabamos de mencionar, y se trabajo por cuenta propia y es usual que una persona, tras haber
define -en parte explícitamente- como la negación del empleo ejercido durante varios años un empleo dependiente, opte por
«formal» y «normal». Todas aquellas formas de trabajo autónomo e independizarse (López et sl., 1987; Dombois, 1993bl.
independiente que no corresponden a las condiciones del empleo por I Sin embargo, aun el trabajo dependiente que corresponde a las
tiempo indeterminado y que carecen de garantías legales y contrac­ normas mínimas en materia laboral y social, presenta tal heterogenei­
tuales mínimas, suelen considerarse como informales (véase por I, dad de condiciones, que resulta poco adecuado tomarlo como punto
ejemplo Portes/Benton, 1987, y Marshall, 1987; para una exposición o patrón de referencia para evaluar los empleos «atípicos» o «lnfor­
crítica, véase Dombois, 1993a, y Pries, 1992). Sin embargo, con males». Por regía general, los ingresos mínimos y prestaciones
sobrada razón podemos preguntarnos a qué realidades se refieren sociales establecidos por la ley (ya) no son suficientes para asegurar
estos conceptos en América latina. la reproducción, y las distintas empresas y grupos profesionales
Si bien el trabajo dependiente ha llegado a ser, en los últimos presentan disparidades en cuanto a condiciones de trabajo y empleo
decenios, la forma de sustento predominante en América latina, que han llegado a ser totalmente inusuales en los países industria­
coexiste no obstante en un mismo espacio y tiempo- con otras les."
numerosas y variadas formas de sustento y reproducción, que poseen Finalmente, estas normas mínimas sólo constituyen la base de las
sus racionalidades específicas y encierran sus riesgos no menos aspiraciones y estrategias de una fracción de la población. Para las
específicos, y cuya importancia cuantitativa ha vuelto incluso a obreras de la industria alimenticia, los trabajadores de la indutria
incrementarse desde los años ochenta. Con ello nos referimos no automotriz, los ingenieros de las empresas estatales, etcétera, son
solamente al trabajo de tipo familiar, en la finca o el taller por muy variables los criterios mínimos que debe satisfacer su empleo en
ejemplo, donde las obligaciones recíprocas no son objeto de ninguna cuanto a nivel de vida, ingresos y seguridad social; sus criterios con
regulación contractual, sino también a la actividad laboral indepen­ frecuencia tienen muy poco que ver con las normas mínimas
diente en sus múltiples modalidades y con sus oportunidades y instltucio nalizadas.
niveles materiales de reproduccíón altamente variables. Estas formas Por todos estos motivos, conceptos tales como los de «sector
alternas, lejos de constituir simples residuos históricos, se reprodu­ formal» y «sector informal», o de «condiciones de empleo atípicas»,
cen, amplían y diferencian incluso en los sectores «modernos» de la resuitan poco fructíferos para analizar el sistema ocupacional en
economía. La actividad laboral en América latina no es, por consi­ América latina, pues reposan implicitamente sobre la base normativa
guiente, necesariamente sinónima de trabajo asalariado, y el mercado del trabajo asalariado y de ciertos estándares generales de la actividad
de trabajo es tan sólo una de las múltiples instituciones que se laboral dependiente, base que es válida para los países altamente
encargan de su regulación. La transición entre las distintas formas de industrializados y estructura la realidad de estos mismos países, pero
t,Ócl"fr;"':.
112 Revtsta latinoamericana de EstudIos del trabajo ParadIgmas de la soctotoera del Trabajo 11 J

que difícilmente puede tomarse como punto de referencia dominante del siglo XIX Y del acelerado incremento de una clase trabajadora que
para el contexto latinoamericano. Asimismo, debido a la heterogenei­ reivindicaba derechos políticos Y sociales; es en el transcurso de este
dad de las formas de sustento que allí prevalece, resulta poco proceso que la sociología europea del trabajo se estableció como
adecuado el que las ciencias sociales hagan del mercado de trabajo el disciplina autónoma. En Alemania, por ejemplo, desde finales del
punto de referencia dominante, si no es que único, de su análisis del siglo XIX los estudios y debates de la «Sociedad para la Política
trabajo. Social» se centraron en las condiciones económicas, técnicas y
Por otro lado, la discusión sobre el «sector informal urbano» ha organizativas del proceso de industrialización, así como en sus
sido muy válido porque guió la atención de los científicos (y también consecuencias sociales."
de los políticos y de la opinión pública) hacia la gran heterogeneidad La gran empresa como red de relaciones de dominación, como
de las múltiples formas de empleo que coexisten a lado de lo que, en espacio central de los antagonismos políticos y sociales, y como
los paises altamente Industrializados, conocemos como «relación de «escuela de clase» de .Ios trabajadores; las condiciones laborales en
trabajo normal». A pesar de sus posibles deficiencias conceptuales la industria; la racionalización técnico-organizativa en la producción;
(en el sentido de haber iniciado sus labores a partir de esta idea y el conflicto industrial; la conciencia política y la conciencia laboral de
de este marco analítico de la «relación de trabajo norrnal»], estos los trabajadores industriales, son. otros tantos temas fundamentales
estudios nos presentan un paisaje de relaciones de trabajo y empleo en los cuales tradicionalmente se centra la sociología del trabajo en
empírico 'muy rico y diferenciado que incluso pudiera ser de gran los países industriales. Esto obedece no solamente a la importancia
valor tanto para el estudio, por ejemplo, de los paises ex-socialistas real de la industria, de la clase obrera industrial Y del conflicto
de Europa del Este, como para los mismos paises altamente industrial, sino también al interés político de los sociólogos de la
industrializados. En unos y otros siguen existiendo y estan creciendo industria, que depositan sus esperanzas en el movimiento obrero
ciertos campos de la actividad laboral que no corresponden a las como sujeto de las transformaciones sociales.
llamadas condiciones normales de trabajo, y que no por ello deben La írnágen de los países industriales que transmite la soclología del
pasarse por alto: el trabajo en la empresa agricola de tipo familiar, trabajo, hasta la fecha sigue estando fuertemente marcada por el
los pequeños profesionistas independientes, los «nuevos trabajado­ trabajo productivo en la gran empresa. En cambio, sólo se ha
res independientes», así como la actividad laboral en las empresas prestado escasa atención a los empleados administrativos de la
alternativas y en la llamada economía alternativa. industria, o a las pequeñas empresas, no obstante que éstas siguen
De esta forma, ampliar en América latina el campo de estudios revistiendo gran importancia como fuente de trabajo. Asimismo, el
sobre la heterogeneidad de las condiciones de trabajo y formas de conjunto del sector de los servicios fue} durante mucho tiempo, un
empleo permitiría, asimismo, poner de manifiesto la miopía y unila­ pariente pobre de la investigación Y de la elaboración teórica en la
teralidad que en no pocas ocasiones caracteriza a la sociología del ~" sociología del trabajo.
trabajo en los propios países altamente industrializados y retroalimentar Sin embargo, en los países industriales desarrollados estos tradi­
con sus fructíferos aportes el debate que se da en estos países.

2. b>Sociología del trabajo» o «Sociología de la Industria»?

Nuestra hipótesis es: Lasociología del trabajo en los países altamente


industrislizsdos es, por lo esencial, una sociologla de la industria y
,
~
\
cionales centros de gravedad de los intereses y de la labor de los
sociólogos de trabajo, son cuestionados por distintos motivos. En
numerosas ramas industriales, al mismo tiempo que aparecen nuevas
formas y contenidos de trabajo, se amplían también' cienos grupos
ocupaclonaies que, por su formación Y sus orientaciones, ya no
tienen mucho que ver con el tradicional obrero fabril. Asimismo, las
de la empresa industrial y formal, cuyo interés se centra tradicional­ delimitaciones entre obreros, técnicos y empleados administrativos
mente en los trabajadores industriales y las grandes empresas. No se vuelven cuestionables. Así, el grupo de ios ingenieros Y técnicos
debemos reproducir este esquema en América Istins, porque el que laboran en los departamentos Y compañías de investigación Y
trabajo industrial sólo desempeña un papel relativamente marginal en desarrollo, de los técnicos que trabajan en los laboratorios, etc., se
1,:,
el espectro del trabajo dependiente, Y ias grandes empresas no amplia cuantitativamente y no posee forzosamente, desde el punto de
vista del contenido de sus condiciones de trabajo, características
constituyen los espacios centraies del empleo.

al La sociología europea del trabajo es un producto hIstórico de


I
({
cualitativamente distintas de aquellas que poseen los empleados
altamente calificados encargados de la operación de las instalaciones
la «cuestión social», es decir, ante todo de la ráplda-!Jldustrlallzaclón
~'"'
f o de su mantenimiento en el ámbito de los trabajares, al tiempo que
114
Revi.sb latInoamericana de Estudios del trabajo 'f Palddl8rn.1S de la Sodologfa del Trabajo 115

el sector de los obreros industriales de tipo tradicional ha experi­ raras veces marginalizados dentro de la misma disciplina de la
mentado un fuerte retroceso. sociologia del trabajo.
Simultáneamente, en el transcurso de la «terciarización», la impor­
tancia de la industria como espacio ocupacional ha sufrido una fuerte 3. el.os mismos modelos de producción y tipos de empresas en todo
reducción frente al sector moderno de los servicios públicos y el mundo?
privados. Asimismo, el peso de las pequeñas y medianas empresas se
va incrementando a medida que se producen estas tendencias. Nuestra hipótesis es: El paradigma de la sucesión lines! de los
Finalmente, con la erosión de las antiguas «nuevas izquierdas», el modelos y tipos de organización de la producción industrial
auge de los nuevos movimientos sociales y e[ colapso de los países' [Tsylorlsmo, Fordismo, Toyotismo etcétera], por mis que pueda
ex-socialistas, asistimos también a una transformación de las pers­ poseer cieno valorheuristico, resultaya cuestionable en los propios
pectivas políticas y formas de conciencia de los trabajadores. Todo países industriales. En los países latinoamericanos, este paradigma es
esto se traduce, aunque generalmente con cierto retraso, en nuevas ampliamente insuficiente para dar cuenta de la heterogeneidad de las
orientaciones y centros de interés de la sociología. La sociología de formas de organización de las empresas y reduce indebidamente la
la industria, en los países altamente industrializados, tiende a trans­ gran variedad de los tipos específicos de relaciones sociales que
formarse cada vez más en sociología del trabajo.
b) En América latina, gran parte de la sociología del trabajo t· caracterizan la producción..

reproduce los antiguos centros de interés y las antiguas orientaciones a] Cuando en la sociología del trabajo se habla de ia empresa,
de la sociología europea de ia industria y de la empresa. Los suele referirse con ello a la gran empresa industrial" la cual se
principales estudios, respectivamente, los estudios más conocidos se ;i distingue por una gerencia profesional, por una estructura adminis­
"'.
refieren al trabajo y a los trabajadores del área directa-productiva en trativa burocratizada y por específicos procesos de producción y de
ciertas ramas tales como la industria automotriz, la siderurgia y la trabajo, así coma por ciertas políticas de control del actuar laboral,
petroquimica, ramas ésta, que están estructuradas en forma de que parecen representar determinados tipos históricos de produc­
grandes empresas. Sin embargo, el sector industrial y las grandes ,;;. ción, dentro de un proceso de desarrollo técnico-organizativo con­
empresas que [o componen nunca han llegado a tener en el i cebido como lineaL" La organización tradicional de la producción,
subcontinente latinoamericano una importancia relativa que siquiera
pudiera compararse lejana mente con la que poseen en los países del
norte. Otros sectores, en cambio, poseen una importancia mucho
I.í esto es, la organización taylorlsta-fordlsta en la forma de la gran
empresa, que habria llegado a ser «hegemónica» desde la crisis
económica mundial, se encontraría -si hemos de creer a esta
mayor en materia de empleo; nos referimos, principalmente, a los concepción ampliamente difundida- en crisis desde los años setenta
servicios privados y públicos, así como a la agricultura, que sigue y estaría siendo reemplazada actualmente por nuevas formas
jugando a este respecto un papel destacado. Lo que se 'Observa, es 1" organizativas.
más bien una dispersión de íos trabajadores en el llamado «sector Los recientes debates de las ciencias sociales, particularmente
popular», donde las formas de empleo son muy variadas y con desde los análisis de Braverman, otorgan un sitio relevante a la
frecuencia poco estables, y donde el nivel de vida y de ingresos conceptualización del desarrollo del proceso laboral capitalista.
permanece netamente inferior al de las clases medias de tipo profe­ Taylorismo, fordismo, toyotismo, neo y postfordismo, son tan sólo
sional y administrativo. algunos de los tantos modelos teórico-analíticos usados para tipifi­
Más aún qUe en [os países del norte, la sociología del trabajo en car, desde un punto de vista «estructural», las distintas formas de
América latina debe por lo tanto «desindustrializarse» y dirigir la organización del trabajo en la empresa y las correspondientes relacio­
mirada, de acuerdo con la específica estructura ocupacional de esta nes sociales; asimismo, estos conceptos pretenden designar una
región, hacia otros y nuevos grupos ocupacionales, trátese ya sea de secuencia histórica de los tipos dominantes de producción industrial,
los trabajadores de la agricultura y de la prestación de servicios, de bajo la dependencia de ciertos procesos técnicos, económicos y
los trabajadores independientes, de los empleados o de los técnicos. sociales del desarrollo «capitalista interno».
En este aspecto, las aportaciones al Primer Congreso Latinamericano Estas tipificaciones resultaron muy fecundas para e[ debate euro­
de Sociología de Trabajo muestran la gran riqueza de estudios peo, en la medida en que crearon una especie de parteaguas
existentes, por ejempio en el área del trabajo en el campo, pero no conccpual entre las categorías generales de la organización capitalista
de la producción. por una parte, y las categorías descriptivas
116 Revista L3tinoamerlcana de Estudios del trabajo
!
r· Paradlgrras de la SoclOlogla del Trabajo 117

específicas de determinadas ramas y procesos, por otra; además, mucha ayuda para analizar ciertos ámbitos de las compañías indus­
permiten interrelacionar no solamente ciertos fenómenos sumamente triales que adquieren creciente importancia, tales como el ámbito
complejos que se registran en la empresa, tales como la dominación, administrativo o el ámbito de investigación y desarrollo. Reflejan la
las tecnologías productivas y la división del trabajo, sino también reducción de la sociología de la industria a la sociología de la
ciertas transformaciones históricas que ocurren a nivel de la sociedad producción y a la sociología de los trabajadores, y no hacen sino
y de la empresa. Con todo, aun en el caso de los propios países traducir ia escisión de ciertas disciplinas que, precisamente hoy en
industriales, el alcance conceptual de estas tipificaciones, así como día, deben ser objeto de una mayor (rejintegración en el seno de la
su poder explicativo a nivel empírico, deben ponerse en tela de juicio. sociología del trabajo; nos referimos, por ejemplo, a la sociolcgia de
Un primer punto que es objeto de controversia, es el de saber sí la organización, y especialmente a la sociología del menseement, que
las categorías «estructurales» reflejan también un proceso histórico analiza las condiciones de la acción, las estrategias y los estilos de
lineal de sucesíón de los tipos de producción dominantes. En la dirección de las gerencIas de las compañías industriales (véase
discusión en torno a las formas tayloristas de organización y a las Trinczek, 1993J.
correspondientes relaciones sociales, por ejemplo, se han formulado Por último, una percepción e interpretación fina de la realidad
ya ciertas dudas en cuanto a la difusión general de las mismas (véase social tropieza también con el problema de que las tradicionales
p. ej. Littler, 1982; Prles, 1988J. En numerosos ámbitos producti­
herramientas conceptuales suelen dejar a un lado a los actores. Estas
vos, los principios taylorístas nunca se han aplicado, o sólo lo han
herramientas están constituidas por principios y «lógicas funciona­
sido en forma muy selectiva o de acuerdo con ciertas modalidades
les», relacionadas con procesos económicos y potenciales tecnoló­
culturales muy específicas. Esto no obedece solamente a ciertas
gicos. De ahi que una importante exigencia que deberán satisfacer las
condiciones materiales de la producción y a ciertas condiciones
futuras investigaciones de soclologia del trabajo, sea la de lograr una
específicas del mercado, sino también a determinadas tradiciones y
mayor integración de las perspectivas de análisis orientadas hacia las
estrategias empresarial, así como a ciertas intervenciones en materia
estructuras y la acción.
de política laboral. Lo mismo puede afirmarse del fordismo o
bJ Estos conceptos teóricos de los tipos de producción y de las
neofordismo como tipos de organización. No es casual que estas

elaboraciones conceptuales se refieran siempre a las mismas indus­


I relaciones sociales en ia empresa, desarrollados en los países del
norte y para estos países del norte, con todas sus deficiencias y todas

r~
trias, princípalmente a ciertas complejas industrias de montaje, tales las controversias que ahí mismo suscitan, contribuyen en América
como la industria automotriz, como si éstas constituyeran la pauta latina a distorsionar la percepción de ia realidad, no solamente ajena,
representativa de los procesos de desarrollo que se dan en el sino también propia. En efecto, estos conceptos que reflejan de


II
conjunto de la industria. manera tan cuestionable las condiciones de trabajo existentes en los
Sin embargo, tales conceptos difícilmente permiten analizar, tanto países industriales, sirven como referencia para el análisis de las
j
en su génesis histórica como en su forma actual, 1" organización condiciones de trabajo que imperan en los países latinoamericanos.
laboral y las relaciones sociales existentes en otros importantes En tales condiciones, estos últimos no pueden sino aparecer como
ámbitos estructurados también en forma de grandes empresas; nos atrasados, en la medida en que se encuentran muy alejados de los
referimos, por ejemplo, a las industrias de flujo continuo, a las tipos de producción aparentemente dominantes en el norte, como la
industrias tradicionalmente artesanales, como la construcción naval o «especialización flexible» o la «Iesn productiott», para citar tan sólo
aeronáutica, y con mayor razón aún al ámbito de la prestación de 1,' unos ejemplos recientes. Inversamente, el interés de los investigado­
servicios (bancos, telecomunlcacionesJ. Legítimo es preguntarse, por res iatinoamericanos se ha centrado, en sus propios paises, en
lo tanto, si los conceptos dominantes reflejan también las formas aquellas empresas cuyas estructuras y tendencias de transformación
organizativas dominantes, hegemónicas o que poseen valor de mode­ parecen constituir la encarnación más genuina de los procesos de
lo, o si, al contrario, constituyen una simpie abstracción y reducción cambio que ocurren a nivel mundial: las compañías multinacionales,
problemática de una gama mucho más amplia y diversificada de y especialmente la industria automotriz. Para la aprehensión concep­
formas organizativas que coexisten simultáneamente [véase también tual de los tipos de producción y relaciones sociales existentes en las
Blackburn et al., 1985J. empresas latinoamericanas, se recurre a los conceptos de los países
Estos conceptos se hacen acreedores de una segunda objeción: de industriales, con lo cual se agudizan las reducciones inmanentes a
acuerdo con ia tradición que acabamos de mencionar, se refieren a estos conceptos, reducciones a la cuales nos hemos referido ante­
los procesos productivos directos de la empresa, pero no son de riormente. Además, estos conceptos distorsionan la percepción de
_$ F ' ....
r ia Revista útinoamerfana de Estudtos del trabajo Paradigmas de la SocloJosra del Trabajo 119

ciertos conjuntos globales, como son, por ejemplo, las interrelaciones nes iaborales, estructuradas con frecuencia en forma paterna lista,
entre las formas especificas de las relaciones familiares y sociales, suelen ser autornarlas."
que desempeñan un importante papel en las sociedades latinoameri­ Al mismo tiempo, se observa una concordancia entre la organiza­
canas, por una parte, y las formas de la dominación y la organización ción y orientación de la dirección de la empresa, por una parte, Y las
en la empresa, por otra. especificidades de la organización de la producción: el ámbito
En los países latinoamericanos, sín embargo, no son caracteristicas productivo está poco racionalizado y estandardizado; los procesos
de la realidad laboral industrial [y menos aún de los otros ámbitos laborales son más flexibles, menos fraccionados, y requieren frecuen­
económicosJ ni la gran empresa [multinacionalJ con su elaborada
estructura administrativa burocrática y su organización productiva de
tipo taylorista-fordista, ni ia rnaquiladora, esta especie de «empresa
t,
temente de cierta improvisación, tanto por parte de los trabajadores,
como de los responsables intermedios; la planeación y el control de
la producción están organizados a corto plazo, y están sujetos a
truncada» como «prolongación de la cadena de trabajo» en la Nueva frecuentes cambios ad hoc. Los trabajadores se han formado, en su
División Internacional del Trabajo. Las empresas son, por término ~ mayoría, en su mismo puesto de trabajo, aun cuando realizan tareas
medio, mucho más pequeñas que las empresas correspondientes en
~ .. de índole artesanal"
los paises industriales: su volumen de producción es más reducido, ! En una perspectiva de un corte trasversal se nos ofrece un cuadro
su gama de productos es más amplia. Poseen un nivel técnico más de formas muy variadas de organización y dominación a nivel de

,
~
bajo, y una mayor flexibilldad de producción [véase Katz, 1990J. empresa así como de grados muy diferentes de la racionalización y
Debido a tales características de las empresas, así como a ciertos i automatización de los procesos técnicos y organlzativos.P Al mismo
factores de indole material y técnica, resulta imposible implantar en tiempo, en una perspectiva de un corte longitudinal, podemos
ellas los principios organizativos tayloristas-fordlstas, cuya introduc­ observar los procesos de aprendizaje y modernización muy acelera­
ción tropieza, además, con la mentalidad de los empresarios y la dos y comprimidos que viven algunas empresas: en tan solo pocos
racionalidad de las compañías. años se trasforman de un negocio pequeño familiar con una organi­
De gran importancia política, social y económica sigue siendo la
pequeña, mediana e incluso gran empresa de tipo familiar, que con ,

,
I
zación artesanal «empirista» a companias medianas o grandes
burocratizadas y con procesos de planeación, dirección y control
profesionalizados (véase los estudios de Katz et al., 1986). En
frecuencia se compone de un conglomerado de distintas empresas. Si
'.\
es que existen structuras de dirección burocratizadas, éstas se hallan nuestro contexto, cabe destacar que esta transformación no tiene la
supeditadas a redes informales de relaciones personalizadas: redes de misma calidad y dinámica como tenía en los paises ahora altamente
parentesco, de c1ientelismo o de compadrazgo, que intervienen en los industrializados: en América latina, los actores a nivel de empresa,
procesos de decisión. Son los miembros del clan familiar los que por un lado, astan enfrentados con una presión de competencia
asumen las funciones directivas o ejercen su lnfluencla informal; la
,,,I,
internacional muy fuerte y abrumadora y, al mismo tiempo, tienen a
política suele estar fuertemente marcada por una mentalidad de su alcance «remedios» y recursos de acción cualitativamente diferen­
rentista, y en los criterios y procedimientos de decisión tienen tes a sus «colegas de Norte» hace un siglo [como son la
mucho peso las consideraciones extraeconórntcas." Otro rasgo microelectrónica, los conocimientos y estrategias organizacionales
distintivo de la realidad de la empresa que prevalece en América
I
etc.) .21
latina, con respecto a la que se conoce en los países altamente ¡
Estas últimas consideraciones nos invitan a formular una observa­
industrializados, es el hecho de que, excepto en las grandes empresas ción un tanto provocativa: en ia sociología latinoamericana del
multinacionales y nacionales, la presencia de ingenieros es un fenó­ trabajo se dan a veces discusiones acaloradas en torno al post- o
meno reciente. No solamente la investigacíón y desarrollo, sino neofordismo, mientras que en la gran mayoría de las empresas en esta
también la planea ció n y construcción de procesos y, de manera más región los principios tayloristas-fordistas se encuentran apenas en
general, la ingeniería industrial y de procesos, se hallan todavía poco proceso de introducción [en el mejor de los casos], o estan
desarrollados." Entre los obreros, por una parte, Y los técnicos y directamente «brincadas» por la introducción de conceptos
empleados, por otra, media una frontera mucho más marcada, que postavlortstas, o se funden principios prataylcristas, tayloristas y
corresponde más bien a una diferencía de estatus social. Las relaclo­ postaylorlstas en nuevos «tipos híbridos de producción» [véase
Weiss de Belalcázar, 1993a; López, 1993; Herrera 1993).
Pal'3d1lilmas de la Sociologra del Trabajo 121
12D Revista latInoamericana de EstudIos del trabajo

4. ¿Es el slstems de las relaciones industrtsles la forma domlnsnte jurídico que impone restricciones a los contenidos y procedimientos
para la regulación de los conffíetos? del conflicto, e interviene en forma represiva en caso de que se
abandone este marco." Más allá del ámbito organizativo de cada uno
Nuestra hipótesis es: Los conceptos de las relaciones industrietes, de los distintos sindicatos, la negociación colectiva contribuye a la
que otorgan al conflicto industrtsl ya su regulación un papel clave en normalización y estandardización de las condiciones de trabajo y de
la normalIzación de las condiciones de trabajo y empleo, correspon­ empleo.
• Los sindicatos son asociaciones de individuos, con prácticas
den a la tradIción de los países industrisles. En los países Isttnosme­
ricsnos, el sistema de las relaciones Industríales es tan sólo una de 11
democráticas [más o menos) establecidas. Si bien poseen con fre­
las tantas instituciones que regulan las condiciones heterogéneas de 11
cuencia estructuras burocratizadas Y tienen ciertos compromisos
trabajo y empleo, yel conflicto industrisl no es su fuente de origen
y de energía.

a) En Europa y en los Estados Unidos, las relaciones industriales


institucionales surgieron de los conflictos abiertos a través de los
:, internos, los sindicatos representan los intereses y las reivindica­
ciones articuladas de sus miembros; extraen su poder organízativo y
su combatividad del respaldo de sus afiliados y de la disposición de
éstos para movilizarse.
• Los miembros de los sindicatos se definen, a pesar de sus
cuales el movimiento obrero reivindicó cierto número de derechos
soclalesy políticos. Al ser disociado eí «conflicto industrial» del
enfrentamiento sociopolítico de carácter más general y al ser canali­
1I
¡
diferenciaciones internas, como trabajadores dependientes, cuya
existencia y. sustento dependen en su totalidad del trabajo asalariado
como forma de reproducción. De ahi que sean para ellos de vital
zado a través de procedimientos legítimos y legales, se «institucionalizó
It,­ importancia, no solamente las condiciones de remuneración a corto
la lucha de clases» [Geiger, 1949). El derecho laboral colectivo e plazo, sino también la democracia industrial Y las condiciones de
J':'"
individual, así como ciertas instituciones y prácticas autónomas de la reproducción a largo plazo: la estabilidad dei empleo y la seguridad
negociación colectiva, tanto a nivel de la empresa como en ciertos para aquellas fases en las cuales ya no puedan ejercer su profesión.
niveles superiores a ia misma, se conviertieron en las principales • Los sindicatos y las representaciones del personal negocian,
Instancias de regulación de las condiciones de trabajo y empleo, mediante procedimientos de conflicto, ciertos derechos y compensa­
confiriendo a las reivindicaciones de los trabajadores dependientes ciones en beneficio de los trabajadores, a cambio de lo cual éstos se
una base y una expresión normativas. comprometen a respetar y observar los resultados y normas obteni­
Los conceptos de las relaciones industriales giran en torno al dos a través de la negociación. De esta manera, los sindicatos se
conflicto industrial como fuerza motriz de la regulación de las convierten en garantes del orden social; son considerados por las
condiciones de trabajo y de empleo. Las normas resultantes de la compañías industriales como un mal inevitable y necesario, e incluso
negociación colectiva son compromisos entre los intereses del capital como una institución indispensable, que no sólo denuncia precozmente
y los intereses de los trabajadores, definen, por así- decirio, las los conflictos y permite negociarlos ya desde su fase latente, sino
condiciones de la tregua industrial, que alivia la cooperación cotidia­ también impulsa en la empresa la constitución de estructuras y de
na de cierto número de confllctos. Los sindicatos son la unión y formas de cooperación racionales.
representación colectiva de los intereses racionales de los asalariados b] En los países latinoamericanos, los sistemas de las relaciones
dependientes; no suprimen, pero sí mitigan la desigualdad de poder industriales no constituyen tanto el fruto de los enfrentamientos
en la negociación individual y en ias relaciones directas de domina­ políticos y sociales del joven movimiento obrero con las compañías
ción que imperan en la empresa, así como la competencia entre los
"
, industriales Y el Estado, como un elemento constitutivo de ciertas
trabajadores. A muy grandes rasgos, los sistemas de las relaciones 1" poiiticas estatales -populistas, de clientelismo o de moderniza­
industriales en los países del norte pueden caracterizarse a través de ción- encaminadas a comprometer a los trabajadores dentro de una
los siguientes eiementos: 22 especie de pacto: los sectores públicos, base natural que alimenta las
• El Estado reconoce la legitimidad y legalidad del conflicto prácticas del clientelismo, son los centros de la organización sindical.
industrial, de los sindicatos y de la negociación colectiva; debido a El «collective bargaining» se da en el marco de condiciones restric­
su amplia base organizativa, a su poder de movilización y a su 1:
tivas establecidas de antemano por el Estado, de múltiples interven­
ciones administrativas, de un fuerte control político y de una eventual
combatividad potencial, el papel de los sindicatos como legítimos
portavoces de los trabajadores, incluso en la arena socio política, no represión masiva de los sindicatos; suele poseer, en el conjunto del
~
sueie cuestionarse. Al mismo tiempo, el Estado define el marco .a~,
r­ sistema de las relaciones industriales, una importancia menor que el
12.2
"-" .. ~

Re>'!s'" Latinoamericana dé &ludios del trabajo Paradísrras de la Soclologra del trabajo 123

«political bargaining» llevada a cabo por las cumbres dirigentes de los comprensión, el contexto de vida de la gran familia así como ciertas
sindicatos. redes sociales informales, que poseen una complicada estructura de
Por distintos motivos, la aptitud de las relaciones industriales compromisos y relaciones recíprocas de tipo no contractual [véase
institucionales para normar las condiciones de trabajo y de empleo es Dombois/Pries, 1993 y 1994].
sumamente limitada. En primer lugar, en la gran heterogeneidad que A pesar de que en el campo de relaciones industriales prevalece
caracteriza la economía latinoamericana, los sindicatos sólo poseen una tradición de investigación que describe minuciosamente la histo­
un reducido grado de difusión y organización; se concentran en las ria de sindicatos, de conflictos laborales y del movimiento obrero en
grandes empresas, y su fuerza de movilización se limita esencialmente general [véase Zapata, 1989], también hay estudios muy interesantes
a pequeños grupos profesionales o de empresas. El sistema de la e inovadores que sobrepasan este marco estrecho enfocando las
negociación colectiva circunscrita al nivel de la empresa o de un relaciones laborales a nivel de empresa y ubicando el sistema de
ámbito económico reducido, con sus enormes diferencias entre las relaciones industriales como un arreglo tripolar [Estado, capital y
normas mínimas marcadas por la ley y los salarios y prestaciones trabajo) en el contexto sociocultural más global. Un estudio sobre el
sociales negociados en cada uno de los distintos ámbitos, además de movimiento sindical en Colombia aflrrna, por ejemplo, los problemas
reproducir la gran heterogeneidad de la economía y de las relaciones que se derivan de la estructura económica heterogénea y la
sociales, es poco apto para promover la nivelación de las condiciones inmportancia del llamado sector informal: «Es necesario destacar que
de trabajo y empleo, asi como la articulación de los intereses el futuro de las organizaciones sindicales se decide en parte 'fuera'
comunes del trabajo asalariado. Debido a la repartición diferencial de de las organizaciones sindicales y . dentro' del sector informal»
las remuneraciones, prestaciones sociales, oportunidades de califica­ [Cárdenas, 1990, p. 193). Para México, es significativa la base social
ción y estabilidad del empleo, la empresa juega un papel clave e relativamente débil de un movimiento sindical que se formó antes y
incomparablemente mayor que en los países industriales; las políticas creció fuertemente con la revolución [1910-1917] y a la cuál el
paternalistas -que combinan la asistencia autoritaria y los compro­ Estado le concedió espacios de influencia y poder «desde arriba» que
misos de lealtad- dejan un escaso margen de expresión para el formó la base del paternalismo autoritario de los sindicatos oficiales
conflicto industrial y cuestionan intencional o implicitamente la que no tiene mucho que ver, por ejemplo, con la historia de ios ­
legitimidad de los sindicatos para tomar parte en los conflictos. entre sí muy variados y diferentes - sindicatos de los paises altamente
Finalmente, los sindicalistas suelen carecer de la experiencia y las industrializados [leal, 1985; Bizberg, 1990).
estrategias necesarias para defender sus intereses, ya que se trata En este contexto, cabe mencionar los muchos estudios de caso que
generalmente de trabajadores asalariados de la primera generación, describen las interrelaciones complejas entre trabajo formal e infor­
con expectivas de autonornlzaclón, inmersos no solamente en las mal, trabajo doméstico de reproducción, las relaciones específicas de
relaciones sociales autoritarias y personalizadas que privan en la género y, por ejemplo, las orientaciones religiosas-místicas los
empresa, sino también, con frecuencia, en las autoritarias estructuras cuales, en su conjunto, cuestionan fuertemente la importancia del
de control que imperan en el interior del sindicato, y éarentes de sistema de relaciones industriales formal para la regulación de las
tradiciones subculturales de clase. De ahí que el conflicto industrial condiciones de trabajo y empleo.> De esta manera, la empresa está
y el antagonismo entre el capital y el trabajo no constituyan, como considerada no solamente como una unidad técnica-económica­
era tradicionalmente el caso en los países del norte, una Figura social organlzatlva, sino, en un sentido más amplio, como un «cuerpo
de tan capital importancia para orientar la acción de los trabajadores. social» con su vida cotidiana y formas de dominación y legitimación
En términos generales, el sistema Institucional de las reiaciones muy diferenciadas. Seguir en esta línea de estudios y no solamente
industriales en los países latinoamericanos no es sino una de las enfocar los sistemas de relaciones industriales formales, nos parece
tantas formas para la regulación de las condiciones de trabajo, y no permite entender con más profundidad el mundo de trabajo en los
constituye el motor de la regulación de las mismas. EXisten otras paises latinoamericanos.
instituciones importantes a este respecto: el Estado rector, autorita­
rio y paternalista [que, a pesar de todos los conceptos económicos V. Consideraciones finales: Hacia una sociología latinoamericana
neoliberales, sigue predominando hasta la fecha); la empresa, como del trabajo
unidad social en la cual siguen imperando fuertes relaciones perso­

nales de autoritarismo y lealtad; y, más allá de las relaciones laborales A partir de cuatro Importantes campos temáticos de la investigación
directas y formalizadas, pero no por ello menos importantes para su y elaboración teórica de la sociologia del trabajo, nos hemos

~
1
124 Revtsta Latlno¡¡mef'/ca/J:I tÑ EstudIos del trabajo Paradigmas de la Soclologra del Trabajo 125
II I 1

, , esforzado por demostrar que la realidad social del mundo de trabajo


en América latina poseen especificidades muy marcadas con respecto Abstraet
1

a la características estructurales que ostentan en los paises capitalis­ e,


tas altamente industrializados. Si nuestras hipótesis son de alguna Considerlng the recent development and the future of the
manera pertinentes, uno de los principales desafíos que enfrenta la Sociology of Work in Latin America the central question
sociología latinoamericana del trabajo, consiste en reforzar aquella

r
discussed is: Does Latln America need its own Sociology of
tradición de investigación empírica, no siempre plenamente recono­ Work? Thls topic refers to the problem of universalism and
JI .' cida y no raras veces marginalizada, pero muy rica e interesante, la contingency: Are there generalized worlwide tendencies of
cual no busca aplicar forzosa y mecánicamente las «últimas modas» productlon processes, work organization, labor relations etc.
del debate de los paises del Norte sino busca un acercamiento y that could Iustlfy the «applicationx of theoretical frameworks
entendimiento más profundo de las realidades particulares de sus
paises. A la vez, va ser posible realizar decididos progresos en el
desarrollo de marcos de referencia y modelos teórico-conceptuales
que Se adecúen a las características estructurales, tanto sociales !~
t developped in the «North»? or do the Idyosyncries of the Latln
American conditions of production and work require more
«adaptedx conceptual approaches? To answer these interrogates,
cornparlng the Latln American sltuatlon with that one of the

¡<';;t.:,
como históricas y culturales, que determinan la especificidad de este highly industriallzed capitalist countries, four general toplcs
subcontinente. are discussed: [1] the role of wage labor and the heterogeneity
Con este propósito, es de capital importancia que las of employrnent, [2J the significance of direct industrial
conceptualizaciones teóricas posean un carácter más global, que I manufacturing and of other, mainly service activities, [3J
permita ubicar los objetos de Investigación en el marco del conjunto I production models and types of enterprises and [4J industrial
de la sociedad de la cual forman parte. En el contexto de las relarlons and the forms of ernployrnent, labor and conflict
sociedades latinoamericanas caracterizadas por una heterogeneidad regulation. Poiting out the structural differences between the
mucho mayor y la existencia de una amplia gama de formas de «old capltalist North» and the Latin American Subcontinent,
producción y reproducción, cada una de las cuales posee su especí­ finally the efforts and advances in developping genuine and
fica racionalidad, el trabajo asalariado y el mercado de trabajo no approplated theoretícal concepts are.
poseen el mismo peso específico que en los países del Norte; el
trabajo industrial sigue siendo una forma minoritaria de la actividad
laboral, que coexiste con otras formas de ocupación, tanto depen­ Notas
,1 diente como autónoma y por cuenta propia. En el contexto de una
estructura industrial dominada por las pequeñas empresas, de tipo J Es necesario hscer una sdvertenas general: Cuando en este texto nos referimos
i '
1 predominantemente familiar y paterna lista, es preciso relativizar la a Amerlcs LItina o (dos paises latinoamerIcanos» y J «los pslses altamente
importancia, no solamente cuantitativa sino tarnblén'cualltativa, de la I
tndustrtstizsdos» o s (dos paises del Norte»; por supuesto estamos generalizando;
simpllfic1fldo y hssts exagerando us stmüitude: y dIferencias. Estamos conscientes
gran empresa industrial, con sus estructuras administrativas burocrá­ de que -según nivelde sbstrscaon y generJlludón- enAmérica Lstms y en «1os
ticas y sus procesos laborales racionalizados. Finalmente, las relacio­ '; j;: petses del Norte» o «los paises sttsmente tndustrtshzsdos» o odos paises europeos»
nes industriales institucionales poseen, en el contexto de la multipli­ o «1os paises norte-europeos» etc. extste unsinnúmero de diferenci.1s. Porlo tanto/
IJ
1

cidad de las formas de intercambio social y de las complejas redes pedimos al lector juzgar en esas momento si las stmpüttcsciones Que hacemos son
sociales de tipo familiar, un poder de regulación limitado. !I ¡ustifiG1bles o requtersn matices tundementsles.
2 Para el GlSO de Alemania, véase tutz/Sdtmidt; 1977, y Schmlát et al, 1982; para
Si la sociología del trabajo en América latina avanza en la tarea de
Inglaterra Brown, 1992; para España, véase p. ei. Castillo/PrIeto, 198:5; Hlguélez/
enfrentar los retos teórico-conceptuales que acabamos de esbozar a Prieto 1991 sst como la excelente serie de obras publlcsdss por el MinisterIo de
grandes rasgos, y si en vez de aplicar mecánicamente los conceptos
importados del norte, concede mayor importancia a la elaboración de I Trsbejo de Espstis sobre sociología y economis del trabajo.
3 Véase Cstlon, 1991. SIn embargo/ el problema del uso de las altas tecnologías no
sus propios conceptos teóricos, estará en condiciones no solamente se plantea úntcsmente cuando éstss se trsnsplsntsn hacia los países en desarrollo/
de investigar, comprender y explicar mejor su propia realidad, sino sino tambIén en los mismo países industriales: 3111 ambten: la distribución de la
también de retroalimentar con sus fructíferos aportes la sociología tecnologla y la expertenas que ésts supone están sometidas a Importantes
dlspsridsdes, de suerte que la praxis cana-ea de la gran mayoría de las empresas
del trabajo de los países del norte. tfenecon frecTJenda poco Que wr con los folletos mlrlficos Que suelen dIstrIbuir los
wndedores de téallca fY con la representsdán Que de éstJ se hacen algunos

ID 1 te l' _____ 5__ ~


·~,~t¡¿¡,~"::
tZ6 Paradigmas de la Soclologfa del Trabajo lZ7
Revtsta LatJno.,;...._~odlosdtll trabalo

Investigadores excesivamente obses/onsdos por las cuestiones tien/as); a este toda la riqueza de investigaciones Y debates «sutáctonos Y sdsptsaos» [los cuales
respecto: véase p. el et smpüo estudio desmtsttttcsdor /levado a abo por Scbu/tz­ frecuentemente se encuentran en campos no directernente relacionados con la
Wlld ot JI., 1989; véase tsmb/én Atbredu; 1989, y Altmsnn et JI.; 1992. «sodologis del trabajo», como son la antropología, estudios htstártcos etc.],
4- Véase Womack et Jl~ 1991; psrs tms apreciación crtttcs, véase Wililams et Ji, JJ De una empresa a otra, los salarios de los obreros que reslirsn actividades
1992. Acerca de 13 sslmtlscion de los conceptos japoneses en América latina, véase similsres pueden variar entre uno y tres salarios mínimos; una situación análoga
Humphrey, 199:J. Impers umblén a ntve!de las prestaciones sociales. Asimismo, podemos preguntamos
5 Aquí Gibe advertir que este probierns de la trsnspimtsaon de conceptos tsmbtén si la forma de contrstscion -por ejemplo, a través de un contrato por tiempo
se presente entre los pelses sltsmente mdustrtsltzsdos mismos, como muestra el determinado o por tiempo tnaecemnnsdo- sigue siendo realmente slgniDcativa en
debate sobre los «best prsctices» y la aplicabJ1idad de métodos japoneses. cuanto a la estsbitidsd del empleo, ya que la protección -legaly de faeto- contra
D Véanse p. e/. los primeros números de la reviste espsiiot« Sociología del Trabajo, el despido, por ejemplo, es Un relativa, que las empresas pueden despedir a sus
en psrticulsr los números I y 2. empleados en cualquier momento y sin mayores problemas.
7 LJ controversia en tomo J /J{tiean productlon», surgida a raíz de este debate acerca 14 Estss investigaciones, en las cuales Max Weber desempeñó un papel decisivo,
del post o neotordismo, promete estsr destinada a surtir a corto plsro un efecto mis ejerderon tsmbtén, en Alementa. un impscto determInante en el desarrollo de 13
publIcitario aún; sin embarg0 todo parece indksr que el nuevo estudio del MIT sociología en general, como disciplina cientina [vesse lutz/Sdurudt- 1977, pp.
[Womack et .1/.1' 1991J escrito mis con el afán de Isnzsr un omenssfe» pubttdtsrio 107-111). RefiJiéndose a la tmportsnds crucist de la sociología del trsbsto, de la
que de acuerdo con sólidos criterios científicos, reve/JrJ aún más rápidamente que empresa y de la industria para la constitución de la sociología alemana de la
otros trendsetter anteriores, su csricter de otior de un día», posguerra, Dsbrendotf obsetvs: «DifícJ1 sería citar el nombre de un sociólogo
8 Véase Chll~ 1981. En tomo a esta probtemdtics, contamos con los notables alemán que no se haya ocupsdo de problemas de sodotogls de la industria y de la
análisis empíricos realizados por Burkturdt Lutz y el grupo de InvestigJelón dellSF empresa» [1962, pp. 52-53).
de Muních, por una parte, y por t-tsrc Maurice y el grupo del LEST; por otra. De 15 Desde muy tempane fecha, la sociología del trabajo centró su stenaon en aquel
scaerdo con estos investigadores, ü existencia en las empresas francesas y alemanas tipo de compstiis tnaustrtsl que representsbs a sus ojos la encsmsaon mtsms de la
de estructuras organizativas muy diferentes dentro de contextos organlzativos por rsctonsttdsd capitJlista: la sociedad cspitstists anónima, en la cual «el propio
lo demás stm/ures. se explics por las relaciones totalmente dlstintss que en estos dirigente es expropiado y se convierte formalmente en un 'emptesdo'» [Weber,
dos psises guardan entre síel sistema de ls formación y el ststems del empleo [véase 1980, p. 94/.
lutz, 1976, Y MJurlce/Sel/ler/Sllvestre; 1987). UnJ excelente compilación sctusl de 16 Otro tipo de empresa que merecería una exposicion mis detallada, en relación con
importantes contribuciones al debate en torno al problema del universshsmo y del el contexto sodocultural en el cual se Insaibe. es la empresa públiCl; sIn embargo,
psrticulsrtsmo y de la relación entre adaptación yapliClción de estrategias de acción por motivos de espado nos eximiremos de presentarla aquí.
procedentes de otros ámbitos culturales, se halla en Heidenreidt/Schmidt; 1991. /7 Existen también a este respecto considerables disparidades nacionales; en fundón

7 Véase Menzel, 1992, quien luce reposar su tesis provocetivr del «hn del Tercer de la snttgiiedsd de la industrializadón; véase Kst: et .11.1' 1986.
Mundo» en la creciente diferenciación entre las regiones del mundo determmsdes IlJ Psrs Colombis, por ejemplo, véase el estudio de ClSOde una empresa con un fuerte
por su pertenencia a ts! o cual espacio cultural. vinculo entre religión, bmJ1ía y pstemsllsmo de Arengo. 1991 as! como el estudio
/O El desptszsmlento del trsbsto autónomo por el trsbsto dependiente, constituye de Mayor, 1989; psrs México, véase por eiemplo la investigación sobre el contexto
en sí un proceso relativamente etsrdto». lutz ha llegado .11.1 condusión asombrosa de vtds Intrs- y extrstsbrtt de Novelo/UrulfJ; 1979.
de que; en el aso de Europa, no fue slno en los decenios posteriores a la Segunda IV Véanse, por efemplo, los estudios monográficos sobre las transform.ldones de
Guerra Mundíal cuando el «sector trsdiaonsl» del trsbslo independiente fue la organlzadón del traba/o y de las retsciones laborales en la industria colombiana
absorbido por el sector capItalista del trabajo ssstsrisdo [véase Lutz: 1984). [Dombols, 1992; Lópe7/CJsteIIJnos; 1992; We¡ss de BeIJIGÍZJr/CJstdñedJ; 1992).
I/Offe, 1984; p. 14 [subrayado en el texto original). En el transcurso de sus aebstes 20 Para MéxiCo, sobre todo Eortque de la Gsrzs, 1993 hizo muchos esfuerzos por

y de su desarrollo teórico, ü corriente feminista ha ampliado el concepto de traba/o dessrrollsr un marco de referenda para un análisis diferenci.Jdo de tipos de
en una forma en parte muy controvertids, sobre la cual no podemos explayarnos en producción dlscuttendo los conceptosymodelos prevalecientes .J nivelmtemsaonsl:
el marco del presente estudio. 21 Para Colombia, véase Dombois/López; 1993, y, para México, de ts Garza; 1993.
.12 Hay que advertir que el término «sociologis del trabajo» aqui usado contiene sus 22 En el debate en tomo a los sindicstos existen distintas lnterpretsciones de las
propios problemas: cque pertenece a la «sociología del traba/o» en csds uno de los «fundones» que éstos cumplen en la relación cspttst-trsbsjo: ssimismo, se concede
pslses latinoamericanos y quien lo define? Aceptando de que la discusIón de esta una Importencis vsrübte s! contíkto industrial como piedr.1.1ngularde las relaciones
preguntl efectivamente requeriría su propía investigación, para los fines de este Industriales. As¿' ciertos autores conciben los smatcstos como ({OrganilJdones
ensayo tomamos en cuenu to que nos parece ser la «visión dominante» de lo que intermedias», que sirven de medtsaon entre la mutttpüctdsa de intereses de los
es la «sociología del trabajo» [que se expresa, por ejemplo, en las revistas trabajadores dependientes y postbtlltsn la negodadón de los mismos s nivelpolítico
espectstia dos correspondientes, que se plasma en srttcutos de tipo balance del y contractual [Müller-}entsch, 19&5}; otros; en csmbio, condben los sindicatos
«stste oftbe srt» de la disciplina etc.], Para el aso de México, véase por ejemplo como coaliciones de «poseedores de puestos de mbsto» o como (business
los intentos de Curülo 1991 y Quiróz/Héndez 1993;' para Amértcs latina, véase unIons», etc. Estss dlsttntss interpretadones de las fundones sin diales suelen
ZJjJJu 1986. VoUmos por ests definición y dellmlUclón de la dlsclpllnJ jJJrJ poder corresponder a atsttntss tradiciones polltieas y culturales y a dtsttntss formas
agudizilr nuestro argumental' expuesto más smplismente mis abajo; de que, en vez tnstuuaonsles de expresión [védSe CJstillo/Prieto; 1989; FürstenbeT/f; 1975;
de fijarse dem.Jsüdo en las «últimas modas del Notte», es m/.s i/11J}CJl"Qnte recuperar HymJn, 1989; Poole; 1986/ jJJrJ AmérlG1 Lltind; vé.1sebPdU 1989J.

.. ·.·c "oA.l,..,<,:~
~'17
128
Revista útlnoamrrk:MtilM útlIdlos del trabillo Paradigmas de la 5oc10108la del Trabalo 129

2J Aquí lo mismo que /XIriJ los puntos slgulentes~ un aná/lsis mis de~nldo deberid
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Instttuctoruldel Hercado de Trabajo en América Latina, organizado por el
relaciones industria/es, véase p. ei. la bib/iografia citada en la nota anterior.
Instituto Intenacional de Estudios Laborales de ia Oil; Buenos Aires, lullo de
24 Véase, psrs México, Radkau, 1984/ Escobar 1986; Gonzilez, /986; Novelo,
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Novas Formas de Gestao de Mao.de-Obra

eSistemas Participativos en Brasil

Marcia de Pauta Leite

l. Introducáo

Os estudos da Sociologia do Trabalho brasileira sobre os efeitos


sociais da moderntzacáo tecnológica tem sugerido ultimamente que as
novas formas de gestáo da rnáo de obra baseadas na participacáo dos
trabalhadores estariam promovendo urna substantiva modlflcacáo nas
condícóes de trabalho.
Sublinhando tendencias que parecem estar se difundindo
rapidamente entre as empresas mais inovadoras -entre as quals se
destacam as políticas de treinamento e de establllzacáo da rnáo-de­
obra, bem como de enxugamento das estruturas de cargos e salários
e dos níveis hierárquicos- esses estudos tém frisado que tais
políticas implicam em melhorias significativas para as condlcóes de
trabalho, concluindo no sentido de que elas estariam sendo
responsáveis pelo abrandamento do caráter confiitivo que caracterizou
desde seus primórdios as relacóes de trabalho no país.
Estariam as empresas brasileiras se afastando do tradicional auto­
ritarismo que tem marcado as relacóes sociais em seu interior e se
dirigindo a um sistema democrático de relacóes de trabalho? O que
efetivamente está mudando nas relacóes de trabalho e o que perma­
nece de acorde com as tendencias históricas das prátlcas sociais do
empresariado brasileiro? Como os trabalhadores estáo vlvenciando e
reagindo as novas formas de gestáo do trabalho? E, finalmente, se
efetivamente existem tendencias a dernocratrzacáo dos locais de
trabalho, seriam elas suficientes para abrir um processo real de
dernocrattzacáo de nossa sociedade? Essas sao algumas das questóes
I
que buscaremos discutir, a partir da análise das tendencias que as
últimas pesquisas sobre o tema vérn apontando.

"
::1 Texto presentado en el XVlI Encuentro Anual de ANPOCS, Caxambu, 8rasl6
,11, ? r ' h-.
Octubre, 22-25, 199:J.
b ti "d _
136 137
Revtsts LatinoamerIcana de Estudios del trabajo El Mundo del Trabalo

!I'
11. Uma breve dlscussáo teórica: particlpa~ao no trabalho e --\; tecnologla. Isso significa que todo paradigma contém urna heurística
democracia '~ ao mesmo tempo positiva e negativa que dirige os mecanismos de
sele~ao e contém um forte poder de exclusáo [Dosl, 1984, in Gitahy,
Valeria a pena cornecar lembrando que a partlclpacáo no trabalho tem 1992:43). Embora alerte para seu caráter limitado, Dosi considera
sido considerada nao só como uma forma de dernocratlraqáo dos que a analogía entre ciencia e tecnologia tem sua valldade. já que
;"
iocais de trabalho, mas inclusive como um pressupo sto da "e ambas atlvidades representam conjuntos selecionados que incorporam
dernocratlzacáo da sociedade. Con forme esclarece Pateman, para a conhecimentos heurísticos selecionados (Dosi, 1984, in Gitahy,
teoria c1ássica, a democracia exige mais do que a existencia de 1992:44).
instituiróas representativas a nível nacional, já que ela necesslta de Também Perez [1989:3) trabalha com o conceito de paradigma
pessoas trelnadas na prátlca democrática para poder se efetivar. Em tecnológico, entendido como «urna revolucáo global, tanto técnica
consequéncla, «para que exista urna forma de governo democrática é como organizativa que transforma o 'que' e o 'como' da prcducáo
necessária a existencia de urna sociedade participativa, isto é, uma rentável, em geral, e estabelece urna nova fronteira de máxima
sociedade onde todos os sistemas políticos tenham sido democrati­
/
, eficiencia produtiva». De acordo com sua anállse, o comportamento
zados e ende a sociallzacáo por meio da partlcipacáo possa ocorrer das empresas segue tendencias prediziveis para períodos relativamen­
em todas as áreas» (Pateman, 1992:61). te longos, as quais se tornam a base para a construcáo de um tipo
Pateman adverte ainda que de acordo com a teoría c1ássica da ".". ideal de organízacáo produtlva, que define o contorno das cornbtnacóes
democracia partlcipatlva, a área mais importante de ser democratiza­ mais eficientes para um dado período.
da é a indústria, já que «a maioria dos individuos despende grande . A idéia de paradigma tecnológico se relaciona, portante, com a de
parte de suas vidas no trabalho e o local de trabalho propicia urna hegemonia de um determinado caminho, que se afirma a partir do
educacáo na adrnlrustracáo dos assuntos coletivos praticamente sem 'i(
!'.
momento em que as bases em que se apoiava o modelo anterior já
paralelo em outros lugares ... Para que os individuos exercam o nao sao mais suficientes para garantir o crescimento da produtividade.
máximo de controle sobre suas próprias vidas e sobre o ambiente, as Significa, nesse sentido, um novo modelo para a organizacáo ótima
J; tanto da planta como da empresa; um novo perfil ocupacional; um
estruturas de autoridade nessas áreas precisam ser organizadas de tal ,\';

novo perfil de prcduto s, novas tendencias na lnovacáo: noves

Ii"
forma que eles possam participar na tomada de decis6es» [Pateman,
1992:61 ). padrees de localizacáo geográfica dos investimentos; uma onda
Por outro lado, convém considerar que há já várias anállses que específica de lnversáo em infraestrutura; e urna reastruturacáo na
rérn enfatizado a tendencia sistémlca das novas formas de producáo, f; relacáo entre os diferentes ramos de produqáo [Perez, 1989:5-6).
a qual apontaria no sentido de urna democratiza~ao das empresas. Segulndo na mesma Iinha de raciocínio, Weil [1991 :45) também
Muitos desses estudos partern da nocáo de paradigma cientifico e estabeiece urna rela~ao entre o desenvolvlmento recente da ciencia e
tecnológico para propor o surglrnento de noves conceitos d e as novas tendencias tecnológicas, conc1uindo que ambas estariam se
producáo baseados na tecnologia microeletr6nica ern substltutcáo a afastando do paradigma cartesiano-newtoniano «em que o homem é
eletrornecánlca; em novas formas de organizacáo do trabalho apoiadas considerado algo de mscánlco, um objeto aser manipuiado para
na lntegracáo de tarefas e dos trabalhos de planejamento e execucáo, consumir cada vez mais e produzir cada vez mais coisas para
e em novas padr6es de gesráo que buscam a cooperacáo e partlclpacáo consumir». Nesse sentido, Weil considera que as empresas estariam
dos trabalhadores. caminhando em dire~ao á adocáo de urna cultura organizacional
Em um recente trabalho sobre o assunto, Gitahy [1992) sistematiza holistica, entendida como «um conjunto de valores, conhecimentos
4: e costurnes ligados a uma vrsáo nao-fragmentada do mundo em que
algumas contrlbuicóes importantes para a questá o, entre as quais se
destacam as de Dosi e Perez. a organlzacáo é considerada um organismo vivo em constante
Dosi [1984) sugere que em analogia com os paradigmas científi­ movimento, constituindo um sistema de eventos com uma constante
cos, existem paradigmas tecnológicos, que ele define como modelos
ou padrees de solucáo de problemas tecnológicos selecionados, r intera~ao e interdependencia de sistemas maíores ou menores. lsto
leva os homens, mulheres e sistemas que dela fazem parte a se
comportar de modo plenamente consciente e nao-automático, dentro
~:'
baseados em principios selecionados, derivados das ciencias naturals
e em material tecnológico selecionado. Para ele, da mesma forma que de finalidades ligadas ao respeito e ao desenvolvimento de uma vida
um paradigma cientifico determina o campo de lnterrogacóas, os plena sob todas as suas formas, física, emocionai, intelectual e
problemas, os procedimentos e as tarefas, o mesmo acontece com a espirltual. ..» [Weil, 1991 :89).
138
RevIsta Latinoamericana de EstudIos del trabajo El Mundo del Trabajo 139

. Este tipo de cultura teria que ser necessariamente parrtclpanva, A nocáo de paradigma tecnológico se apresenta, dessa forma,
por vários motivos:além do fato de o estilo participativo de decis6es como um conceito útil para a cornpreensáo dos principios norteadores
ser o que dá rnaior resultado, o autor destaca também que ser do novo mod de acumulacáo, na medida em que permite nao só a
holístico significa «ouvir a oplniáo de todos os interessados, a flm de análise da empresa como um todo, mas também em sua ínterrelacáo
integrar na vlsáo que precede o processo decisório o maior número com os vários fatores econ6micos que lnfluern na dinámica empresa­
possível, se nao todos, de aspectos e variáveis, de cada sltuacáo. rial. Mas se, por um lado, ela pode facilitar a cornpreensáo dos
Chega-se assim, a encerrar o todo e as partes, a pensar globalmente .'7" principios do novo modelo, ela deve, por outro lado, ser utilizada
e agir localmente, o que implica um espírito interdisciplinar» [Weil, :¡
com cuidado. Na realidade, nao se pode perder de vista que o
1991,96). Finalmente, lembra ainda Weil, ao se pautar basicamente ~
nos principios da cooperacáo, a cultura participativa permite o
't
.,%
conceito de paradigma tecnológico pode também ser usado de forma
a colocar uma camisa de forca na realidade, encobrindo os diferentes
desenvolvimento de um espirito de confianca mútua e de profundo modos de adaptacáo a estes principios.
entendimento humano entre os participantes. Nesse sentido, é importante ter em mente que tais principios
Uma questáo importante a ser aprofundada nessa discussáo é acabam se revestindo de características diferentes ao se desenvolverem
sobre a estreita correspondencia que essas reflex6es estabelecem em realidades diversas, conformando distintos modos de adaptacáo
entre as novas tendencias tecnológicas e o novo paradigma científico das realidades nacionais ao novo paradigma, conforme vérn
que estaria se desenvolvendo com a atual crise da racionalidade na testemunhando as análises das características do novo modelo Indus­
ciencia. Nesse contexto de crise, o método cientifico que predominou trial nos vários países.' Especialmente no que dlz respeito as formas
até recente mente -que na busca da objetivídade separou o sujeito e de utíllzacáo do trabalho, onde os aspectos culturais das várias
o objeto do conhecimento e baseou seus esfor~os nos principios da sociedades contam tanto, torna-se perigoso raciocinar em termos de
simplifica~ao e da experimenta~ao, apoiando-se na divisao e modelos universais.
compartimentaliza~ao do conhecimento e da realidade- estaría É exatamente essa diversidade do real que explica a crítica que
dando lugar ao método da complexidade. Este, ao contrarío da muitos autores vérn fazendo as tentativas de dar conta da realidade
simplifjca~ao que se constitulu na base do paradigma científico arravés da oposlcáo entre as características do modelo industrial
atomista /reducionista, procura reestabelecer, conforme ensina Morin anterior e aquelas que embasariam o novo padráo de acurnulacáo.
[1982J, a cornunicacáo entre a coisa observada e seu observador, Como já sublinhou Castro [1993:157), «atraído pela torca e
assimcomo a relacáo entre o todo e as partes. Baseando-se mais na simplicidade analítica dos modelos binários, o pensamento académico
observa~ao do que na experimentacáo, o novo paradigma científico produzlu uma exuberante gama de alternativas polares para pensar a
abandona a vlsáo mecánlca de mundo que esteve por trás da lógica nova realidade:fordismo por pós-fordismo, producáo em massa por
de Newton e Descartes e se preocupa centralmente com as relacóes especlallracáo flexível, producáo gorda por producáo enxuta, [lean
entre as várias dimens6es da natureza e do conhecimento, production), maquinofatura por sistemofatura».
reintroduzindo na ciencia as nocóes de sistema e cie totalidade. Embora vise explicitar as diferencas entre os principios que estáo
A relacáo entre esses novos principios científicos e o novo na base das duas formas de producáo, este tipo de pensamento acaba
paradigma tecnológico tornar-se-ia evidente, por exernplo, no esforco empobrecendo a rsalldade ao eliminar as inúmeras comblnacóes
que os métodos modernos de producáo vérn empreendendo para possíveis encontradas na prática. Como bem adverte Castillo
conceber a fábrica como um todo integrado. É esta nova visáo da [1994:56J, ele leva consigo uma série de assercóes dicotómicas que
fábrica que explicarla a rnudanca dos principios de organlzacáo das «obligan a pensar en términos de ruptura [antes y después) en lugar
empresas, que estariam passando no atual momento, do modelo de en términos de procesos complejos. Obliga a suponer la existencia
analítico, baseado na dlvlsáo da empresa em setores e departamen­ de un modelo dominante, o que lo tendrá que ser en el futuro. Impide
tos, para um modelo slstérníco, com enfase nas conex6es e ver realidades organizatlvas [eventualmente) paralelas, simultáneas, la
tnterrelacóss. Conforme explicita Gitahy, [1992:50J «no imaginário extensión de formas organizativas 'en mancha de leopardo', incluso
dos técnicos e engenheiros... a idéia da fábrica, das organiza~óes e en una misma empresa. Y, además, impide ver en qué medida todas
da própria sociedade, inspiradas na máquina mecánrca é substituída y cada una de esas formas organizativas forman parte de la misma
pela de 'sistemas' e 'subsistemas' corn seus mecanismos de 'fee­ realidad, son su cara y su cruz».
dback' e de 'regulac;ao', com origem nas engenharias elétrica e Convém considerar também as críticas que térn se multiplicado á
eletrónlca». visáo otimista do trabalho preconizada por multas dessas anállses ao
140 ReVIsta LatinoamerIcana de Estudios del tra/Jajo El Mundo del Trabajo 141

enfatizarem a tendencia a lntegracáo dos trabalhos de concepcáo e que no intervenieran Ilevsrtsn al equilibrio o a las relaciones funcio­
execucáo, ao enriquecimento do trabalho; a valoriza,ao da rnáo-de­ nales no contradictorias. En estas visiones de futuro, la contradicción
obra que estaria senda incorporada as empresas através dos sistemas es vista qusndo mucho como propia de la transición, el futuro sería
participatlvos. Nesse sentido, vale lembrar um importante conjunto de coherencia, de funcionalidad Y de equilibrio.
de estudcs que tem sublinhado que as novas formas de producáo térn
sido acornpanhadas de novas problemas, sobretudo os relacionados A esta visao, o autor contrapóe urna outra que pressupóe o futuro
ao aumento dos ritmos de trabalho e do controle sobre os nao como a possibilidade de equilíbrios absolutos, mas como parte
trabalhadores, a segrnentacáo do mercado de trabal ha, ao de urna construcáo voluntária «que se mueve dentro de parámetros
aprofundarnento da dlvisáo sexual do trabalho, ao incremento do que restringen la voluntad viable pero que no la determinan
trabalho precárlo, a desestruturacáo dos organismos de representacáo unívocamente». Quando os atores também determinam o curso da
dos trabalhadores, entre outros [Hirata, 1994; Wilkinson, 1993; história através de suas lutas e nsgoclacóes, adverte de la Garza
Wood, 199); Leborgne e Lipletz, 1992J. (1993:52J «ya no hay opción para los determinismos Y uniformida­
Na realidade, o que essa discussáo traz a tona é que embora as des universales, en especial, en configuraciones soclotécnlcas.»
novas tecnologias tenham um potencial integrador, e estejam cnselando Em resumo, talvez o principal problema seja que estejamos frente
um conjunto de transforrnacóes nas unidades produtlvas voltadas a um universo analítico que embora parta de questóes levantadas pelo
para facilitar a partlclpacáo dos trabalhadores, esta potencialidade novo paradigma científico, acaba se desenvolvendo no sentido
pode nao só se concretizar de maneiras muito diferentes, como ser contrário. Com afeito, nao estaría a Sociologia do Trabalho adorando
acompanhada de um conjunto de outros impactos sobre o trablho urna postura teórica positivista ao se apegar aos aspectos mais
que apontarn mais no sentido da precarizacáo do que de seu vtsívels e quantificáveis das transf'orrnacóes em curso -como
enriquecimento. Por um lado, há que Se considerar os Inúrneros prodlitividade, dlrnlnuicáo de custos, lucratlvldade-r- para justificar
fatores que interferem nas decis6es das empresas, responsávels por formas de organlzacáo do trabalho que, ainda que possam significar
escolhas diferenciadas entre os várlos países, setores e empresas. urna melhoria relativa das condicóes de rrabalho para urna pequena
Por outro lado, nao se pode esquecer que as tendencias a segrnentacáo minoria da for,a de trabalho, sao acornpanhadas em geral por um
do mercado de traba/ha" slgnlflcam que, embora pcssarn apresentar processo de segrnentacáo da rnáo-de-obra que vern junto corn a
características menos autoritárias do que os anteriores, os métodos precarlzacáo do trabalho para arnplos setores de trabalhadores? E,
de gestao particlpatívos sao aplicados de maneira distinta para os ncsse sentido, nao estariam essas análises, apesar de toda a aparencia
várlos seto res da rnáo-de-obra, podendo estar possibilitando um de modernidade de seus conceitos, na contrarnáo das tendencias
trabalho mais rico, autónomo e criatívo para alguns, ao mesmo tempo cientificas mais recentes?
que um trabalho mais pobre, destituido de conteúdo e precárlo para Urna importante contrlbuicáo a essa dlscussáo pode ser encontra­
outros, quando nao sua exclusáo do mercado formal de trabalho. da em Roszak [1988J que alerta para os perlgos implícitos no culto
Em sintese, o problema das análises slstémlcas-é que ao buscar ao desenvolvimento tecnológico e na capacidade da informática de
caracterizar os principios gerais do paradigma, elas perdem a riqueza concentrar poder e de criar novas formas de domínacáo. Urna
das análises que se baseiam em contextos nacionais específicos, mais questáo importante levantada por este autor é a relacáo entre o culto
capares de captar as diferentes maneiras como as novas tendencias a lnforrnacáo que comanda em geral a utlllzacáo das novas tecnoogias
váo se ajustando as várlas realidades. Na verdade, o raciocinio e o empirismo doutrinário que sempre supervalorizou os fatos em
determinista presente nessas análises lega-as de volta ao paradigma detrimento das idéias. Chamando a atencáo para a coincidencia entre
reducionista/positivista, ao estabelecer urna única vía possível de a mística que a teoria do conhecimento de Platáo conferlu a
desenvolvimento e eliminar a possibilidade do social enquanto matemática e as teorias da cibernética, Roszak considera que a crenca
construcáo voluntáría dos atores sociais. na certeza dos números e na lógica matemática sobrevive nas teorias
Como já lembrou De la Garza [1993:51-52J, a nao atencáo ao da ínforrnacáo.
contexto nacional na sucessáo de conflguracóes sociotécnlcas: lsso significa que as novas tecnologias térn também urna grande
familiaridade com o paradigma científico reducionlsta e podem multo
Recuerda superadas tormss positivistas de ver a lo social, donde los bem ser utilizadas a partir de urna concepcáo de mundo que se baseia
aspectos determinantes preestsbelecldos (por ejemplo, organlzaci6n) na manlpulacáo e no controle. Na realidade, é para esse tipo de
pueden contamInarse con elementos exógenos, que en la medida en utillza,ao das novas tecnologias que o autor alerta ao lembrar as
142 RevIsta Lettnosmertcene de EstudIos del trabajo El Mundo del Trabajo 143

lmpllcacóes perversas do desenvolvimento tecnológico, tal como vem obra que implicassem uma real partíclpacáo dos trabalhadores nas
senda aplicado: declsóes das empresas.
Todavia, como a adocáo de políticas participatívas de gestáo vem
High tech é, de fato, um exemp/o de socíedade de duas csrnsdes, com sendo reiteradamente apontada pelos estudos mais recentes, passo a
mobllidsde prsticsmente nula entre e/as. No cume, estéo os analisar esse processo, visando discutir se nos encontramos ou nao
empresarios, inventores e engenbeiros, que vivem e se movimentam diante da democratiza~.'io das rela,oes de trabalho no país.
na pista de alta ve/ocídade das Indústriss. No fundo, estéo os Iniciando pela dlscussáo das pesquisas que tem sublinhado o
traba/hadares ds producio, para quem. nas pslsvrss de Everett caráter menos conlitivo das reiacóes de trabalho nas empresas Que
Rogers e Iudith larsen «os va/es de silícío representsm baixos estáo se modernizando, alguns autores podem ser destacados.Silva
satirios, empregos sem perspectiva, traba/ha nao especia/izado e (1991], Gitahy e Rabelo (1993J, Leite, E. (1993) e Humphrey
tedioso, e exposlcio a afguns dos rruis elevados riscos de saúde em (1991,1994).
toda a indústris americana» (Roszak, 1988:54). Silva parte de uma análise comparativa entre a Ford de Sao
Bernardo do Campo, no Brasil e a inglesa de Dagenham para concluir
Destacando também os esforcos antl-sindicals que tem acompanhado que nos dois casos os esforcos empresariais no sentido de aumentar
a lnovacáo tecnológica, Roszak sublinha que algurnas das lnforrnacóes a f1exibilidade, eficiencia e qualidade estlveram associados a mudancas
mais valiosas na economia informacional é o know how de destruidores nas formas de relacionamento entre empregados e empregadores
proñssionals de sindicatos e adverte que a lndústrla da lnformacáo (Silva, 1991 :294). Para a autora, essas tendencias estaríam propi­
permanece quase que completamente sem organlzacáo trabalhista nos ciando a damocratlzacáo das relacóes de trabalho e o sucesso
Estados Unidos. competitivo no mercado externo, embora alerte que estas condlcóes
Isso significa que se a tecnologia mlcroeletrónlca e as novas formas «podem ser perdidas se certas direcóes de política tecnológica e de
de organlzacáo do trabalho tém capacldade de integrar o que a base relacóes de trabaiho nao forem contempladas» (Silva, 1991 :372).
técnica eletrornecánica e a organlzacáo fordista do trabalho dividiram, [á Gitahy e Rabelo (1993) trabalham com o setor de auto-pecas
e criar ambientes de trabaiho mais participativos e menos repressivos, da regláo de Campinas. Sublinhando a importancia que estavam
essa capacldade nao só nao está assegurada pela simples utiliza~ao adquirindo as áreas de recursos humanos, os autores consideram que
das novas- tecnologías, como nem sernpre é suficiente para garantir as empresas tendiam a adorar urna visáo mais estratégica nessa área,
uma efetiva dernocratizacáo das relacóes de trabalho. O fato de que na qual a preocupacáo com o elemento «humano» assume uma
essas potencialidades se realizem ou nao depende de um conjunto de importante centralidade, para concluir que esse conjunto de mudancas
fatores, entre os quais as tradlcóes culturais dos atores sociais estaria relacionado a uma maior autonomia dos trabalhadores na
envolvidos nos processos de modernlracáo e as práticas sociais que execu~30 de seus trabalhos e que as empresas estarlam avancando na
elas informam térn um peso fu ndamental. «dire~ao de um novo padráo de gastáo da rnáo-de-obra baseado em
É isso que explica que as melhorias nas condlcóes de trabalho sistemas mais democráticos e partlclpatlvos» (Gitahy e Rabelo,
propugnadas pelos seguidores das teorias sistémicas multas vezes 1993:226).
nao sejam encontradas na prática. É isso que explica também a Encarnlnhando-se para concluso es no mesrno sentido, o trabalho
heterogeneidade da realidade e a convivencia de tendencias tao de Elenlce Leite destaca as mudan~as na organlzacáo, no processo e
dispares como as que os vários estudos térn apontado. nas rslacóes de trabalho que a nova filosofia de producáo estaria
pressupondo. Enfatizando os efeitos positivos das transíorrnacóes na
11/. A experiencia brasilelra:a «partlclpacáo controlada» quañflcacác dos trabalhadores, a autora chama atencáo para o novo
perfil de trabalhador -participante, consciente e responsável -que
Em dois balances da bibliografia brasileira sobre as tendencias do estaria se delineando no quadro das inova,oes. Embora considere
processo de modernlzacáo tecnológica que realizei recente mente que ainda resta por pesquisar para se saber se de tu do isso vai
(leite, M., 1994a, 1993aJ, minhas conclusóss se encaminharam no emergir um «novo paradigma», seu trabalho conclui que «a exigenc'la
sentido de que, apesar de algumas divergencias entre os autores, de um novo perfil de qualtñcacáo implica várlos tipos de contrapar­
havía um certo consenso sobre o caráter conservador do processo no tida ou benefícios da parte das empresas que expressam melhorias
pais, o qual se expressava sobretudo pela dificuidade do empresariado concretas ero condl,oes de trabalho» (Lelte, E., 1993:9).
em adotar formas de organizacáo do trabalho e de gestao da máo-de-
144 RevIsta Latinoamericana de EstudIos del trabajo El Mundo del Trabajo 145

Embora menos otimista em relacáo as novas tendencias empresariais Ainda que esse conjunto de mudancas aponte efetivamente no
de gsstáo do trabalho, também Humphrey (1991) sublinha as carac­ sentido da crlacáo de ambientes de trabalho menos conflituosos e
terísticas menos autorltárias das novas formas de gestáo, Ressaltando :;0.'
opressivos em relacáo aOS que caracterizara m as empresas brasilelras
o fato de o patronato vlr se mostrando mais dlsposto a desenvolver nurn passado recente, seria necessário analisar melhor a maneira
sobretudo políticas de treinamento e estabillzacáo da máo-de-obra, como elas vérn sendo implementadas antes de se falar em
o autor destaca o caráter menos repressívo das novas formas de damocratlz acáo das relacóes de trabalho.
gestao, quando comparadas com aquelas que predominaram nos anos Iniciando com a questáo do treinamento, seria necessário esclare­
70. cer que embora seja certo que as empresas estáo mais preocupadas
Um ponto comum a esses estudos consiste em evidenciar que as em treinar sua rnáo-de-obra, a quallflcacáo dos trabalhadores parece
empresas que estao na ponta do processo de ínovacáo tecnológica nao ser a única preocupacáo presente nesse esforco empresarial.
vem dedicando esforcos substanciais no sentido de implementar a Em primeiro lugar, convém destacar que urna boa parte do
partíclpacáo de seus funcionários, para o que vérn modificando investimento nessa área refere-se ao que vem sen do denominado de
significativamente suas políticas de gestáo da máo-de-obra. Nesse rrelriarnento comporta mental, que se caracteriza basicamente pela
processo, as gerencias vñrn transformando suas políticas de recursos prsocupacáo em criar nos trabalhadores um espirito cooperativo.
humanos, sobretudo no que se refere aos seguintes aspectos: Nesse sentido, o conteúdo tende a ser voltado muito rnals para
a.Treinamento: As empresas brasileiras vérn aumentando seus quest6es relacionadas ao tipo de atitude que a empresa espera de
gastos nessa área. Tendo em vista que a destreza manual, tao seu s trabalhadores do que para nocóes técnicas, operacionais ou
importante na organizacáo fordista do trabalho, vem perdendo mesmo relacionadas a forrnacáo básica.
importancia para novas habilidades, as empresas vém fortalecendo Isso sugere que esse tipo de treinamento possul também um
seus departamentos de treinamento, passando a considerar a formacáo caráter disciplinador, o cual pode ser explicitado pelo exemplo de
de seus trabalhadores como um dos fatores estratégicos em suas urna empresa de máquinas da regláo de Campinas que vem investindo
propostas de modemlzacáo. pesado em cursos de partíclpacáo no trabalho. Tais cursos térn como
b. Enxugamento das estruturas de cargos e salários: Visando objetivo desenvolver entre os operários o espirito de cooperacáo
garantir ir flexlbillz acáo do trabalho e a lntegracáo de tarefas antes com a empresa e, entre a chefia, um comportamento mais adequado
divididas, as empresas vem adotando uma política de dlrnlnuicáo do ao envolvimento dos trabalhadores, baseado no respeito e na
número e classlflcacóes dentro das estruturas de cargos e salários, conslderacáo, assim como no encaminhamento de su as sugest6es,
assim como vérn tendendo a adorar estratégias de avallacáo e planos queixas e relvlndicacóes. Embora para os operários o curso contem­
de carreira, de forma a facilitar o envolvimento dos trabalhadores ple também urna parte técnica que visa explicar a relacáo do seu
com os objetivos da producáo. trabalho com o produto final, visando facilitar que ele possa sugerir
c. Dlrninulcáo dos niveis hierárquicos: Buscando também a crlacáo melhorias a producáo, seu eixo se baseia na preocupacáo em
de um clima maís favorável a partlctpacác dos 'trabalhadores, as transmitir a importancia de o trabalhador desenvolver um espirito de
empresas mals inovadoras vérn enxugando as estruturas hierárquicas, cooperacáo e parceria com a empresa, partindo do principio de que
diminuindo o número de chefias intermediárias. o crescimento de um significa também o crescimento do outro. O
d. Establlizacáo da rnáo-de-obra: Esse tem sido o aspecto mais conteúdo é, assim, muito mais ideológico do que técnico, o que
sublinhado pelas pesquisas recentes, que térn ressaltado a substltutcáo significa que dlf1cilmente podemos considerar que esteja contribuindo
da utiliza~ao de altas taxas de rotatividade por estratégias de para urna melhoria da quallficacáo da máo-de-obra.
establllzacáo. Essa tendencia, embora nao acompanhada de qualquer Outra questáo importante a ser considerada é que a mensagem
compromisso formal das empresas no sentido de nao demitir, tem transmitida no curso sugere que a nocáo de partlclpacáo está ligada
sido responsável por urna significativa dlrnlnuicáo das taxas de muito mais ao envolvimento do trabalhador com os objetivos da
rotatividade da máo-de-obra. Humphrey (1994: 159), por oxemplo, empresa do que com a forrnacáo de trabalhadores com maior
afirma ter encontrado em 4, entre 18 firmas pesquisadas, urna taxa autonomia e poder de declsáo, como se poderia pressupor. Essa
de rotatividade em volta de 5% ao ano e em 5 outras, de aproxima­ cornprsensáo de partlcipacáo está explícitamente colocada no conteúdo
damente 15%, valores que podem ser considerados como balxos do curso, atrav s do qual os trabalhadores sao incentivados a
frente ao padráo brasileiro. seguirem rlgorosamente as ordens superiores, fazendo o trabalho de
-'"""""!"- .......... -.'L.

146 Revista latinoamericana de Estudtos del trabajo


ElMundo do! Traba)o .> 147

acorde com as instrucóss e nao segundo seu julgamento. (Leite, M., urna relvlndlcacáo dos trabalhadores. Convém ressaltar, ainda, que
1993b) face a demanda da empresa de discutir a flexlblllzacáo interna da
Finalmente, voltando rnaís urna vez a questáo da dívísáo sexual do máo-de-obra, a cornlssáo retomou uma antiga proposta de reducáo
trabalho, cumpre considerar alnda o fato de que o investimento em da estrutura para 9 cargos.
treinamento tem impactos totalmente distintos para a rnáo-de-obra Finalmente, quanto a questáo da establllzacác da rnáo-de-obra,
masculina e feminlna. Conforme vem sendo sublinhado pelos estudos seria importante destacar a maneira autoritária como o processo vem
dedicados a questáo da rnodernlzacáo tecnológica e divísáo sexual do ocorrendo, se se leva em conslderacáo as dernissóes massivas que
trabalho (Hirata, 1994; Liedke, 1992; Abreu, 1993), as mulheres vérn sendo feitas, em geral antes dos programas de moderntzacáo
continua m se dedicando a trabalhos destituidos de conteúdo e terem Inicio, nas quals as empresas buscam expulsar todos aqueles
realizados em ternpos impostos e térn sido multo menos chamadas a que sao vistos como poucos adequados, como os trabalhadores de
participar de programas de treinamento. balxa escolarldade e de mais idade que térn mais dificuldade para se
Também no que se refere as questóes da dirninuicáo dos níveis reciclarem e se adaptarem aos novos conceitos de producáo". Urna
hierárquicos e do enxugamento das estruturas salariais, vale notar outra categoría de trabalhadores que tem sido sacrificada nesse
que embora essas tendencias estejam realmente sendo encontradas processo sao os ativlstas sindicais e líderes operários, especialmente
nas empresas mais modernas, o processo vem se dando de maneira os representantes dos trabalhadores em grupos e comlssóes de
limitada, sendo importante lembrar que há rnultos casos em que as empresas, numa tentativa das gerencias de eliminar d fábrica todas as
rnodlflcacóes no conteúdo do trabalho nao sao acompanhadas por formas de organlz acáo coletiva dos trabalhadores. Isso significa que
adaptacóes correspondentes das estruturas de cargos, ou ainda em a partlclpacáo buscada pelas empresas se basela numa incorporacáo
que as empresas preferem ter que enfrentar os limites a flexibilidade individual, que exclui do processo todo e qualquer canal de
provocados pelas complexas estruturas de cargos e salárlcs do que representacáo dos trabalhadores enquanto categoría social. 1sso
strnpllflcá-las, conforme explicita o exernplo que se segue [Leite, M., significa também que a particlpacáo que as gerencias estáo buscando
1993b:21-22): nao se refere ao conjunto das decis6es do empreendimento empre­
sarial, mas apenas aquetas que dizem respelto aos problemas cotidia­
Existe ums idéia de que o fundonirio deve saber sempre msis de ums nos da producáo relacionados com custos, qualldade e produtividade.
operscéo, msis de urna fun,ao. Has isso complica as vezes a nivel dos Essa questáo nos remete á discussáo da relacáo entre as políticas
operérios por causa da diterencs de sslirios entre eles. Porque aS de mcderntz acáo, as novas formas de gestáo da máo-de-obra e as
vezes um operário é retificador e o outro é torneiro e os ssiirios sao relacóes industriais, que é exatamente onde o caráter limitado e
diferentes. Entéo vocé nao pode pssssr uma pessos prá cá e outrs pri autoritário do processo emerge com toda a forc;a. Antes de passarmos
li que di problema. Eu sebo que isso nao é tanto problema de RH, a ela, contudo, seria importante refletirmos um pouco rnals sobre a
mas da prápris legisla,ao, que ficou muito pesada. E eu nao sdto que questáo das ínovacóes e a dernocranzacáo das empresas.
a empresa tenbs obrigatoriamente que mexer na grade de ssldrtos. Eu Ainda que o conjunto de modificac;6es que estáo se processando
sebo que slnds di pri Isrer ums série de coisss' porque dentro de nos locals de trabalho estejam colaborando para a crlacáo de
ums mesms secéo vocé tem sempre squeles trsbslbos msis ou menos ambientes menos autoritários, tudo indica que ainda é prematura a
semelhantes entre os ousts vocé pode mexer com o pessosl. 2 conclusáo de que as empresas estariam se democratizando. A anállse
[Gerente de producáo de empresa mecánica de Campinas) mals cuidadosa do que vem acontecendo aponta, na realidade, para
um processo de partlcipacáo parcial, limitado e, sobretudo, contro­
Na realidade, a resistencia das empresas nessa área é tao grande que lado, muito distante da «participacáo plena» que urna real
em alguns casos es se tipo de rransforrnacáo se encontra mais demccratlzacáo exlglria" , ou da cultura participatlva tal como
relacionado as lutas sindlcals, o que sugere que, ao menos nos entendida por Weil, como camlnho para a cultura organizacional
setores de ponta do sindicalismo, ele vem sendo impulsionado mais holística.
pela atuacáo do movimento operário e sindical do que pela iniciativa Na realidade, concluir que as formas de gestáo participativas que
empresarial. O exemplo da Autolatina é elucidativo a esse respeito: estáo se difundlndo nas empresas brasileiras estariam levando a urna
a atual estrutura [que passou de rnals de 100 cargos e salários democratizacác das relacóes de trabalho é nao levar em conslderacáo
diferentes para 30 posslbilidades] foi fruto de um longo processo de que se, por um lado, as novas políticas térn significado algumas
negociacáo entre a empresa, a corníssáo e o sindicato, a partir de melhorias importantes nas condlcóes de trabalho, há também um
148 Revtste Laflno3mer/c.m3 de Estud/os del trebefo El Mundo del Trabefo 149

conjunto de aspectos negativos que nao podem ser desconsiderados. Nesse contexto, nao é de estranhar a resistencia que os sindicatos
É nao levar também em conta o fato de que o poder continua ,,~,····! mais combativos vem fazendo aos programas participativos, chegando
concentrado nas máos da geréncla das empresas, assim como a t inclusive a ignorar o conteúdo de valortzacáo do trabalhador que eles
podem encerrar. Nao é de se estranhar, também, as constantes

I
resistencia das firmas em permitir a particlpacáo dos trabalhadores
em qualquer tipo de declsáo que extrapole as relativas as atividades denúncias sindlcais a maneira autoritária como o processo vern se
produtívas de rotina. Isso sugere que o conceito de democracia dando e aos inúmeros problemas que ele vem gerando para os
parece estar sendo utilizado nesse caso exatamente da forma critica­ trabalhadores.
da por Pateman, qual ssla, para designar mais o clima geral que existe
na empresa, criado pelo tipo de abordagem ou pelo estilo dos V. Sistemas participativos e novas formas de gestáo da máo-de­
supervisores e dos gerentes, do que um tipo particular de estrutura obra a partir da vivencia operarla
de autoridade [Pateman:1992:98).
A experiéncia brasileira de difusáo das formas de gestáo Analisando a maneira como os trabalhadores vém vivenciando o
participativas parece, assirn, estar apontando para um conjunto de processo de mudancas em curso, Humphrey (1994) sugere que
controles e límltacóes que tém pouco a ver com um processo real de especialmente os náo-quallflcados, para quem as transforrnacóes
dernocratlzacáo das rela~óes de trabalho, assim como para um 1~
teriam impactos mais positivos, estariam satisfeitos e se mostrando
processo de exclusáo e de desartlculacác das entidades representa­ Iavoráveis as mudancas nas formas de gestáo da rnáo-de-obra, ao
tivas dos trabalhadores que, na realidade, caminha no sentido contrário da postura crítica que encontrei em pesquisa anterior entre
ccntrário a um processo de dernocratiracáo da sociedade. trabalhadores qualificados de uma empresa situada na base do
Sindicato dos Metalúrgicos de Sao Bernardo [Leite, M., 1993c e
IV. Sistemas partlcipatlvos, novas formas de gestáo da máo-de­ 1994).
obra e relac;óes industriais: a exclusáo dos suleltos coletivos" O «achado» de Humphrey é importante e parece correto. Também
em pesquisa mais recente realizada numa empresa mecánica da regiao
Conforme já explicitei anteriormente, é quando se atenta para as de Campinas, encontrei muitos trabal hadores favoráveis as rnudancas
propcstas de relacóes industriais das empresas que vem a tona com na forma de gesta o (Leite, M., 1993b:27].
toda a forca a fei~ao autoritaria do processo. Espelhando-se no Gostaria de destacar, contudo, que embora Humphrey tenha razño
exemplo japonés de quebra da coluna dorsal dos sindicatos, as no sentido de que é entre os trabalhadores menos qualificados que
empresas brasileiras parecem estar apostando aito num modelo se pode detectar uma postura mais positiva em relacáo as rnudancas,
nitidamente anti-sindical, envidando inúmeros esforcos para alijar o o conjunto de minhas pesquisas sugere que os elementos
sindicato do processo de mudancas, bem como para eliminar as diferenciado res da vivencia operaria deveriam ser buscados menos na
formas de organlzacáo operária dentro das fábricas. qualiflcacáo do que na cultura operária e sindical. Com efeito, já em
Na verdade, trata-se nao só de um proieto de incorporacáo minha pesquisa anterior, eu alertava para percepcóes diferenciadas
individual, no qual nao há espaco para qualquer for~a de rspresentacáo entre os trabalhadores de uma empresa situada na base sindical de
dos traalhadores enquanto categoría política e social, mas, rnals do Sao Bernardo e outra situada no interior do Estado, embora nao
que ísso, no qual a lncorporacáo individual é vista inclusive como houvessem dlstlncóes tao significativas no nivel de quallñcacáo dos
forma de distanciar os trabalhadores dos sindicatos. Os exemplos trabalhadores das duas fábricas. Esse tipo de conclusáo vem sendo
nesse sentido sao inúmeros, e essa questáo vem sendo sublinhada corroborado pelas pesquisas que venho desenvolvendo mals
por várias análises sobre o processo de modernuacáo das empresas recentemente.
brasileiras (Humphrey, 1994; Ruas, 1993; Castro, 1993¡ Franzói e Na realidade, o que parece decisivo para diferenciar a rea~ao dos
Rodrigues, 1993). coletivos operários é fundamentalmente a cultura sindical e o exemplo
As tendencias em curso parecem indicar, portanto, que o ponto de do Sindicato de Sao Bernardo é elucidativo a esse respeito. O fato
honra das empresas é solapar o processo de constitulcáo de um deste sindicato ter logrado constituir, através de urna longa e intensa
sujeito coletivo que alguns sindicatos e categorias de trabalhadores prática de lutas, urna cultura sindical baseada na nocáo de direitos é
conqulstararn ao longo dos últimos 15 anos, buscando eliminar que explica a vivencia de psrda por parte dos trabalhadores e
qualquer oposlcáo a sua manelra de compreender e implementar a sindicalistas ao se defrontarem com práticas empresartaís que Ignoram
modernlzacáo. suas conquistas anteriores, ellmlnam seus empregos, transformam
ISO Re~rlsta l.stlnoemertcsns de EstudIos del trabajo El Mundo del Trabajo 151

profundamente a realidade da producáo sem consultá-los e investem VI. Cenclusáo


firmemente contra suas organtzacóes, tao duramente conquistadas.
A diferenca da percepcáo operária em duas outras fábricas (urna o conjunto de considera~6es que tecemos ao longo deste texto
situada na regiáo de Camplnas e outra em Sao Bernardo do Campo) difícilmente poderla nos levar á conclusáo de que as formas de gestáo
estudadas em minha pesquisa mais recente é evidente, embora as participativa que vérn sendo assumidas pelas empresas brasileiras
duas trabalhem com máo-de-obra pouco qualificada. Enquanto na estariam promovendo urna dernocratlzaráo das relacóes de trabalho.
empresa de Carnpínas há um predominio da percecáo positiva das Também se se pensa em termos da sociedade como um todo, é difícil
rnudancas, na empresa de Sao Bernardo predomina o sentimento de encontrar Indicios de dernocrattzacáo em uma estratégia que investe
perda. Seja porque a empresa vem se negando a discutir e negociar claramente contra os mecanismos de reprcsentacáo dos trabalhadores
as mudancas com a cornissáo e o sindicato, seja porque nao se dentro e fora das fábricas, desorganizando importantes seto res da
sentem recompensados monetariamente pelo aumento da produtividade sociedade civili que eleva os niveis lá históricos de desemprego do
e pelos ganhos que elas vérn proporcionando á empresa,' seja ainda país: e que marginaliza arnplos setores de trabalhadores do processo.
porque a tentativa empresarial de isolar o sindicato e a cornissáo do Na realidade, o caráter excludente e autoritário do modelo de
processo e ganhar os trabalhadores individualmente acaba acirrando desenvolvimento tecnológico que vem sendo seguido e suas írnplicacóes
a disputa entre o coletivo operário e a empresa, o sentimento negativas sobre os trabalhadores e a sociedade em geral, coloca de
predominante entre os rrabalhadores é de que eles vivem um processo maneira relevante a questáo de se este é o modelo que nossa
de perda generalizada. Na realidade, o fato de a empresa pedir a sociedade necessita para poder se modernizar.
colaboracáo dos trabalhadores nas declsóes relativas ao processo Nesse sentido, seria interessante lembrar a contrlbuicáo de lander
prcdutivo, ao mesmo tempo que se nega a negociar com eles a (1993), para quem o modelo de desenvolvimento tecnológico segui­
maneira como as mudancas sao implementadas é vivido com profunda do tradicionalmente pelos paIses centrais nao pode ser desvinculado
desconftanca, e as inovacócs sao identificadas muito mais com uma de seus objetivos de domínacáo. Quesrionandc a idéia de um modelo
possibilidade de dsgradacáo das suas condícóes de vida e de trabalho objetivlsta e universalista do desenvolvimento da ciencia e da
enquanto categoria profissional do que com uma possibilidade de tecnologia, que levaria inexoravelmente ao progresso da humanidade,
melhoria. Ao que tudo indica, a arneaca que es se processo significa o autor proclama que nao existe um único caminho, ou urna única
ao sentimento de pertencimento a um coletivo que se sente valoriza­ opcáo teórica ou técnica que seja melhor para todos os casos, mas
do e tem orgulho de si próprio parece sobrepujar para esses que, pelo contrário, isto depende dos valores e das opcóes explícitas
trabalhadores as vantagens que as melhorias relacionadas a maiores o irnpllcltas no processo de conhecer.
oportunidades de treinamento e ao atenuamento das pressóes das lsso significa que o progresso técnico que tém trilhado os paises
chefias pode m pressupor. industrializados nao pode ser entendido como o modelo tecnológico
É, portanto, o caráter limitado e controlado da parttcípacáo que tem que ser seguido necessariamente pelos países periféricos.
proposta pelas empresas que os trabalhadores denunciam em sua Diferentemente desta vísáo tecnocrática e universalista do modelo
critica aos programas partlclpatlvcs, embora a postura de boicote tecnológico dos países centrais, lander propóe um esfor,o para se
ao s grupos, adotada no início do proccsso, venha sendo paulatina­ encontrar respostas tecnológicas adequadas a realidade social lati­
mente substituida por um comportamento menos agressivo. É noamericana, marcada por problemas profundos de iniquidade, de
necessário, portanto, a clareza desse conjunto de fatores para que se altas taxas de desernprego, de crise da saúde, educacáo e alímentacáo,
possa entender a prática ao mesmo tempo crítica e propositiva de para cuja resolucáo as opcóes tecnológicas intensivas em recurso,
alguns sindicatos. Ainda que em geral a postura crítica suplante a poupadoras de rnáo-os-obra e acentuadoras das desigualdades sao
propositiva e que rnuitas vezes possarn ser detectadas pcsicóes nao só inefícazes. Mais que isso, elas Sao parte do problema, na
pouco condizentes com as necessidades que as empresas enfrentam medida em que o fato de nossos países terem seguido historicamente
para poderem se modernizar, é necessário destacar que a lura o modelo tecnológico hegernónlco na sociedade ocidental se apresenta
vigorosa que os sindicatos vérn realizando para nao serem alijados do como um dos fatores responsáveis pelos problemas que assolarn
processo tem logrado importantes vitórías, conforme exemplificam nossas economías nos dias actuals.
os acordos do setor autornotlvo".

(trt'li g <
152 Revista Latinoamericana de EstudIos del trabajo El Mundo del Trabajo 153

vohmtsrtsts] que sería livre de todas JS dete!7l1ina~óes extemss, mas JQuele que
3p.1Z de reelsboré-lss em funpo dsquilo que deñne como sus vantede (S3der¡
Abstract 15'88:56j.
" Esse tipo de percepcio, que íá destsquei anteriormente (15'5'4b)
By analysing recent trends of changtng labor management in como um elemento lmportsnte da v/véncía operarla em outrs fibria da reglio,
Brazil, this text discusses the transformations wich are taking relsdoru-se, contarme busauei demonstrsr suauete estudo, dlretamente COJn iJ
place in labour relations and their possible relation to a cultura síndtal de S10 Bernardo. A enfase que o slndksto vem dando desde o
democratization process in flrrns. The text seeks to understand prime/rosurto grevistJ em 1978 j responssbüidsde dos trsbsttudores no processo
de desenvoMmento dss empresas e, portantes na necesstdsde de Que etss os
to what point Brazilian companies are moving away from the
respeitem e levem em constdencio seus dlreitos e stus necessidsdes, já destscsds
autoritarianism wich has traditionally characterized social por virios estudos (Humphre)'; 1982; Abrsmo, 15'86; Ssder; 15'88) parece
relations within firms toward a democratic system of labor continuar exercendo ums forte influénciJ sobre os trsbslhsdores da regiJo
relations. In this dlscussion, special atention is given to new tndepenteamente dos niveles de qU3/iOcafio.
policies of labor stabilization, training programs, reducing job 7 Ver a esse respelto. Ol/veira et slli (15'5'3) e Csrdoso e Comln (15'5'3).
and pay structures, as well as downsizing the Firm hierarchy.
Bibliografta

Notas Abrarno, Lais t1986), O Resgate da DIgnidade, dlssertacáo de mestrado,


Departamento de Soclologla/lf Sk
J As anállses comperstivss de distIntas realidades tero sido ricas no sentido de
Abreu, Alice (1993), «Mudan~a tecnológica e genero no Brasil»Novos
evidendsr JS dlferenas existentes entre elss. Ver" por ejemplo; Arndt e WJmer Estudos Cebrsp 35, maree de 1993, pp. 121 a 132.
(I5'86); Legorgne e lipietz (I5'5'2) e Hmts et al (15'5'2). Arndt, S. e Warner, M., (1986), Compsrstive Fsctory Organlzation, Gower
2 Sem dúvtds, o gerente está se reterindo j garantia; estsbeledds por let de igual
Publishing Company, England.
sslirto para Igual trsbslbo. Nao deix» de chamar 3ten)io; contudo. SUd resistends Cardoso, A. e Comin, A. (1993], «Camaras setoriais, modemiza~ao produtíva
ero admItir a ilJJdequayio da estructura de cargos e salárlos da empresa a e dernocrarlzacáo nas relacóes do trabalho no Brasil: A experiencia do setor
DexibifjzafJo da mío-de-obra e SUiJ tentativa de buscar rora da poltttc» da empresa, automobllistico», I Congresso t.attnoamertcano de Sociologia del Traba]o,
as causas das dificultades relacionadas a questio. México, 22 a 26 de novembro.
.1 Vale notar aqui que t.Jmbém as mu/heres psrecem estsr senda atengldas por esse
Castillo )orge t1994) «De qué (post)fordismo me hablas? Más sobre reorganl­
tipo de exdusio. tendo em vists que hi Indidos de que empresas trsdtdonslmente zadón productiva y organización del trabajo», SocIología del Traba/o 21,
femeninas vem tendendo a disminuir proporciona/mente o númerode mulheres na Madrid, pp. 49 a 78.
producio a medida em que se modemiam. Cabe citar como exemplo una empresa Castro, Nadya (1993J, «Modernlza",o e trabalho no complexo automovlvo
e/eClrónia situadanareg;io de Csmptnss quesolongo do processodemodemizscio brasileiro: Reestrururacáo industrial ou lapanlzacáo de ocasiao»,Novos
psssou de ums poecentJgemmde 40% de mulheres no tlnst de 15'5'1 para 12% em Escudos Cebrap 37, Sao Pauto, pp. 155 a 173.
1993. Nesse período/ em que a empresa vem contratando um grande número de De la Garza Enrique (1993), «Reestruturacíón del corporativismo en México:
novas operirlos (tendo aumentando em msts de 100% o total de trsbslhsdores da siete tesis», El Cotidtsno 56, Mexico, pp. 47 a 53.
produyioJ, nenhuma mulher foi sdmlttds: , Dosí, Giovanl [1984], Technia/ Ch3nge snd Industrial Irsns/omuttoo - The
4 Num esforco de predsáo desses conce/tos Pstemsn vai buscara defin/po que
Ibeory and an Appllation to the Semiconductor Industry, London,
French, Israel e Aas (15'60) utilizam das formas parcials de paJticipayio: "" M,cMillan Press.
parti~ipado parcial é um processo no qual duas ou maís partes !'nnuencíam-se Franzoi, N. e Rodrigues, M. (1993), «Beyond Qualily», in John Humphrey
recíprocamente na tomada de decisóes/ masonde o poder final de decidirpertence editor, IDS 8ul/etin, vol. 24, ng 2, Londres, pp. 53 a 57.
3pen3sa urna deJas» (Pateman/ 1992:94). Essa forma de particípafJoseriJbastante Gltahy, Leda (1992), «Na dire",o de um novo paradigma de organlza,"o
diferente do que a autora ch3ma de (qJarticíp.1fJo plen3)) que consistiría «11um industrial?», XVI Encontro Anual da ANPOC5, Caxambu.
processo no qU31 cada membro isolado de um carpo dellber3tivo tem Igual poder Gltahy, Leda e Rabelo, F. (1993), «Educa~ao e desenvolvimento tecnológico: O
de determinar o resulC1do Onal das dedsóes»/ seja no n/vel das dedsoes re!Jtivas caso da Indústria de auto-pe",s», Eduayio se Sociedade 45, C,mpinas, pp.
30 controle daatlvídadeprodutÍva rotineira/ seia no níveldas quese relacíonam com 225 a 251.
o gerenciamento da empresa como un todo (Pateman, 15'92:5'7-5'8). Hirata, Helena (1994), «Da polariza~o das qualifica~óes ao modeio da compe­
s A nodo de sujeito co/eavo émpregada aquí no sentido utilizado por S3der; p3ra tenda», In Ferrettl, Zlbas, Madeira e Franco [orgs)NovJs TecnoloqiJs.
designarurna «coletlv/dade onde se elabora uma Identldade e se org-anlzam pritias Trabalho e Eduayio. Petr6polls, Vozes, pp. 124 a 138.
através das qUr1JS seus membros pretendem defender seus interesses e expressar Hlrata, Helena et al (1992), «Alternativas sueca, Italiana e Japonesa ao
suas verdades, constituindo-senessas lutas» (Sader, 1988:55). Confo!7l1e destaca po,radlgma fordlsta: Elementos para uma dlscussao sobre o caso braslleiro»,
.linda o Jutor; «nesSJ concepcJo, su/eito autónomo nio é aqueJe (pur;¡ CTf"a)io )
154 Revista Lsttnosmertcsne de Estudtos del trsbeto

in Soares, R. (org) Gestio da Ousttdsde: Iecnologts e !'Jrtieipayio, Brasilia,


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l.eborgne, Danlele e Lipletz, Alaln (1992), «Ideas falsas y cuestiones abiertas
sobre el posfordismo», Revista Trabaío n" 8, Mexico, pp. 17 a 31 >
l. Introducción
Leite Elenlce (1993), «Trabalho e Qualificac;.io: A dasse operarla vai a escota», I
Reunláo do GT «Cambio Tecnológlcc, Calificación Y Capacitación» da Red Durante la década de los años ochenta, tanto México como Chile
Latinoamericana de Educación Y Trabajo, UNICAMp, Campinas. vivieron intensas transformaciones estructurales económicas, cuyos
Lelte, Marda (1993a), «Innovación Ternológica y Relaciones Industriales en
orígenes se remontan a los años setenta. La literatura tiende a
Brasil», Revista Nueva Sociedad 124/ Caracas.
___ ~_ (1993b) «Novas tecnologlas, quallficacáo e capacltacáo coincidir en que son tres los procesos que han generado estos
proftsslonal: tendenclas e perspectivas da indústria mecánica». Relatarlo de cambios: la internacionalización, la desregulación y la privatización de
pesquisa apresentado a Red Latinoamericana de Educación Y Trabajo. empresas públicas. Pero, si los cambios estructurales ya fueron
" (1993c]¡ «Innovación tecnológica y subjetividad obrera», gigantescos, existe amplia evidencia de que se acelerarán en el
Soctotogis dei TrabJio 19, Madrid, pp, 3 a 26
transcurso de la década siguiente, debido al impacto de los procesos
_____ (1994a) «r-íoderntracáo ternológica e relacóes de trabalho» in

de apertura a la economía mundial -favorecida por el nuevo acuerdo


Ferrettl, Zibas, Madeira e Franco [orgs] Novas TecnologíasI Irsbalño e

GATT- y la integración regional de estas economías, especialmente


Educscio. Petrópolis. Editora Vozes pp, 36 a 53.

_ _ _ _ _ [1994b], O Futuro do Irsbslho: Novas tecnologías e


con Estados Unidos. En este sentido México, que comenzó sus
subjetívidJde opersris, Sao Paulo, Editora Scritta
reformas más tardíamente, se encuentra actualmente en una fase más
liedke, E. [1992], «Inovacáo tecnológica e ac;ao sindical nas indústrias metal­
avanzada, puesto que ya ha sido ratificado el Tratado de Libre
mecanica e eletro-eletrónlca no Río Grande do Sub), RevistaEdua,S7Jo s:
Comercio [n,c]. Sin embargo, Chile aceleró entre 1990 y 1993 su
Socledade 41, Carnplnas, pp. 28 aSO.
integración con las economías latinoamericanas y está más próximo
Morln, Edgar [1982J, Science avec Coasctence París, Librairie Artheme Fayard.

Ollveira Francisco et allí (1993), «Quanto melhor, melhor: O acordo das que cualquier otro país del continente a integrarse al nc.' En un
montadoras», Novos Estudos Cebrsp 36, sao Paulo, pp. 3 a 7.
contexto de expansión capitalista, el impacto de estos procesos de
Paternan, C. (1992), f'Jrticipayio e Teoris Demoa.itics, Sao Paulo, Paz e Ierra.
apertura está modificando radicalmente la asignación de recursos y la
Pérez, Carlota (1989), «Revoluciones tecnológicas v-transformaciones socio­
orientación sectorial de las inversiones, pero además está impulsando
Institucionales» in A. Cragnollnl (edJCuestiones de Po/ícla Científica y nuevas oleadas de reorganización de diversos sectores y ramas
Iecnologk». Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas económicas, particularmente agrícolas e industriales, pero también
Roszak,1. [1988J, O Cullo da /nformafÉo, S50 Paulo, Brasiliense. de servicios.
Sader¡ E. (1988), Quando novos personsgens entrsrsm em cene, sao Pauto, Paz
Este ensayo es parte de un estudio comparativo más global, que
e Tetra.

Silva, E. [1991 J, RefJzendo a Fábrica Fordista, Sao Paulo, Editora Hudtec,


pretende conocer la dinámica y los factores que determinan el
Weil, P. [1 991), Organizaf6es e Tecnologirs para o Terceiro Mi/enio, Rio de
comportamiento de actores y movimientos en periodos de transición
laneíro, Editora Rosa dos Tempos.
política y económica. El propósito especifico de este ensayo es llamar
Wilkinson, B. (1993), «Reglmenes 'justo a tiempo', 'control de calidad' y la atención sobre los cambios estructurales como referencia impor­
retactones Industriales en Gran Bretana», in Dombols e Prtes [editores], tante para entender los cambios en el comportamiento social, en los
ModernizJc!ón empressrisi: tendencias en Amértcs lstms y Europa, Caracas,
actores y en los movimientos sociales.
Editorial Nueva Sociedad.
Wood, S. (1991], «O modelo japones ern debate: pós-fordlsmc ou [apotracáo El concepto de <<transiclón» utilizado en este texto no está
do fordlsrno», Revista Brasileíra de Ciencias SOd3/S 17. PD. 28 a 43. asociado a la referencia común de transición política, sino a transfor­
maciones históricas en las estructuras económicas, sociales y estata­

_1lI...~ utk1oalM~an. d~ ~~dÑ~:r J• ..... ~I, 1995, pp. 155-192.


156 Revista latinoamericana de Estudios del trabajo El Mundo del Trabajo 157

les, que se condensaron en el transcurs de la década de los ochenta Cabe destacar que en ambos paises los partidos populares y
y que se acelerarán en los noventa. En México y Chile estas organizaciones sociales se asientan predominantemente en los secto­
transformaciones tienen una misma orientación general, pero no una res más golpeados por la reestructuración capitalista. Y aunque
réplica similar en sus sistemas políticos. Si bien Chile vivió desde cuenten con elites con afán de modernización, sus bases políticas
1988 un periodo de transición democrática que, a pesar de ser mantienen culturas, identidades y formas de organización donde
inconcluso,' ha reconstituido el sistema de partidos, México no ha perdura la tradición y la memoria histórica relacionadas con las
variado sustantivamente su régimen político, aunque las presiones aspiraciones de categorías sociales hoy en proceso de desaparición.
para liberalizarlo tienden a crecer con el tiempo. Considerando las perspectivas pa ra la década de los noventa, pa­
Ciertamente, estudiar el impacto de los cambios estructurales reciera que esta situación podría transformarse rápidamente, puesto
sobre ios sujetos sociales genera el riesgo de incurrir en sesgos que está en marcha un proceso de expansión capitalista y las nuevas
analíticos de tipo estructuralista. Sin embargo, aunque la conciencia categorías sociales que emergieron en los setenta están cristalizándo­
y la acción social no se determinan en lo que se llamó la «infraestruc­ se, emergiendo nuevos sujetos sociales. En Chile, este fenómeno
tura», no es menos cierto que aquí reside una de las claves para parece reflejarse por ahora más en el sistema político que en los
descifrar los procesos de constitución de identidades, así como de movimíentos sociales. En efecto, en un contexto de fuerte debilidad
actores y movimientos populares. de los movimientos sociales, a excepción del lento fortalecimiento del
La tesis central de este ensayo es que tanto en México como en sindicalismo, las elecciones de diciembre de 1993 equilibraron las
Chile hubo grandes transformaciones en las estructuras económicas, relaciones Demócrata Cristiano-Partido Socialista-Partido Popular
sociales y estatales, cuya cristalización definitiva culminará en esta Demócrata, en favor de la izquierda. En el caso de México, donde los
década. Ello generó procesos simultáneos de desestructuración y procesos sociales tienen un alto grado de complejidad e incertidum­
reestructuración social. Es decir, por un lado, hubo procesos de bre, parece existir mayor simetría entre el comportamiento de
declinación de grupos sociales y disolución de relaciones sociales, actores sociales y partidos pollticos de identificación popular (Par­
que se expresaron en procesos de marginación y exclusión social. Sus tido de la Revolución Democrática]. En todo caso, está por verse si
consecuencias iniciales podrían ser descritas -aunque no explica­ en las próximas elecciones esta simetría se mantiene, dado el éxito
das- por conceptos tales como anomia social. Por otro lado, están político de la gestión económica del Partido Revolucionario
surgiendo nuevas categorías sociales, por ejemplo, nuevas fracciones Institucional.
de la clase trabajadora o quizá nuevas clases trabajadoras, que se Nuestro análisis considerará tres dimensiones y se concentrará en
expresan en nuevas figuras como la dlgitadora, el ternporerov el la década de los ochenta. Primero, el proceso y dirección del ajuste
controlador de procesos, el trabajador de ia informática, los traba­ estructural en ambas economías, destacando el rol del Estado.
jadores de las maquiladoras en México, los trabajadores de la Segundo, el impacto en las estructuras sociales. Tercero, la relación
celulosa o la pesca en Chile. Estas categorías sociales se constituyen entre Ajuste Estructural (AE], transformación de estructura social y
en espacios donde la hegemonia empresarial es más vasta que en el actores sociales (o movimientos sociales]. Se culmina el ensayo con
resto de la sociedad. Estos nuevos sectores reciéll están iniciando una reflexión sobre el tipo de capitalismo que se estaria constituyen­
procesos de construcción de identidades colectivas y de acción do en ambos países.
social, que son más silenciosos que abiertos.
Es decir, tal como salieron expulsados del sistema inmensos 11. Diferencias estructurales entre México y Chile
segmentos sociales, también se integraron otros nuevos. Lo impor­
tante de los casos de México y Chile es que se ha producido una Para hacer viable una aproximación a un estudio comparativo de
inmensa asimetría entre los sectores más dinámicos del patrón de ambas experiencias, se hará abstracción de las enormes diferencias
acumulación y los sectores más dinámicos de los actores y movimien­ de historia política, económica, social y cultural que existen entre los
tos sociales ya constituidos. Como contrapunto a esta asimetria dos países. Sin embargo, es importante destacar que la experiencia
puede presentarse el pasado histórico de ambos países, y más neolíberal en Chile tuvo una duración mayor y por tanto las reformas
recientemente la experiencia brasileña de los ochenta, donde el que implantó tuvieron más tiempo para ser internalizadas por los
sindicalismo más poderoso se asentaba en las ramas más dinámicas . agentes económicos y actores sociales. Considerando esta diferencia,
de la economía. En los casos de México y Chile no ocurrió así en los
ochenta y está por verse lo que ocurrirá en la presente década.
~,.d;.+i y 1 rK': l. 1l>~~"
158 Revtsts Letlnoemertcens de Estudios d~1 trabajo El Mundo del Trabajo 159

existen además tres grandes rasgos estructurales que de alguna forma pacto social constituido con el reparto agrario de 1917-1934
dan cuenta de historias diferentes, y permitirán por tanto abordar la [Mackinlay, 1992), se inició un proceso de reforma ejidal práctica­
relativa similitud entre los procesos de ajuste estructural, tan pare­ mente por la vía de un golpe de Estado, cuyas consecuencias en e[
cidos como fueron entre 1930 y 1970. contexto de la integración con Estados Unidos y Canadá serán
ciertamente difíciles para el agro mexicano, especialmente para los
!. Continuidad versus ruptura campesinos.'

Hay contraste entre la continuidad del sistema politico mexicano 2. Proximidad con Estados Unidos
versus la ruptura autoritaria que se manifestó en Chile entre 1973 y
1990. En México, el neoliberalismo se combinó con un corporativis­ la proximidad de la economía estadounidense determina enormes
mo en crisis, aunque todavía con bastante poder, y ha estado diferencias en la modalidad espacial de inserción internacional.
marcado por los intentos de la oposición de izquierda y de derecha México es un país abierto y de dos mares. Por el sur es bordeado por
por diversificar y democratizar el sistema político de partido único, pequeños países centroamericanos, cuya importancia para el comer­
así como por elementos populistas [también presentes en Argentina) cio exterior mexicano apenas supera el 0.7 por ciento. Por ei norte
desplegados desde la Presidencia. En Chile, el neoliberalisrno se tiene una extensa frontera con Estados Unidos, que todavía es la
apoyó en el autoritarismo dictatorial. Estas diferencias son sustantivas mayor potencia económica del planeta. Con este país, México realiza
y no pueden desconocerse. Si en México [a violencia, la represión y 65 por ciento de su intercambio comercial. Como se sabe, por esta
el fraude electoral siempre estuvieron presentes, no cabe duda que frontera circulan no sólo mercancías y capitales, sino varios millones
los compromisos con fracciones empresariales vinculadas a la indus­ de personas. De allí la obvia importancía del TLe.
tria más tradicional, con capas medias y con sectores burocráticos El caso de Chile es diferente. Es un país austral, delgado,
fue mayor que en Chile. relativamente cerrado, rodeado por el Pacífico, el desierto de Atacarna,
Cabe destacar también que la continuidad del sistema político por la antártida y por la Cordillera de los Andes. Solamente 3.1 por
mexicano tiene sus elementos simbólicos y constitucionales cuyo ciento y 8.1, respectivamente, de SllS exportaciones e importaciones
origen se encuentra en la Revolución de 1910. Por ejemplo, la se realizan con sus países vecinos (Argentina, Perú y Bolivia). Estados
reforma al régimen ejidal en 1991 fue una de las culminaciones de un Unidos representa no más de 21 por ciento de su comercio exterior.
proceso que se inició hace una década, luego de que entró en crisis lo cierto es que 56 por ciento de su intercambio comercial se realiza
el modelo de subsidio generalizado al sector agrícola. Es por ello que con Europa y lapón. El TLC que eventualmente se celebraría entre
en el terreno agrario, la diferencia con Chile es radical. En efecto, la Chile y Estados Unidos no tendría el mismo impacto que el de
dictadura militar en Chile fue precedida por dos gobiernos que México. Es posible aventurar que el impacto mayor vendría de una
impulsaron una reforma agraria mediante la cual se modificó la integración de Chile al Mercosur.
propiedad de más de la mitad de las tierras arables. Entre 1973 y
1979, el gobierno militar devolvió un tercio de estas tierras a sus 3. Diversidad de tamaños
antiguos propietarios, mientras que [os otros dos tercios fueron
solicitados o asignados a pequeños parceleros. Con ello, el gobierno la diferencia -en términos internacionales- es entre una economía
de Pinochet estaba creando un mercado de tierras antes inexistente, de tamaño medio y la de Chile que es una economía de tamaño
liquidando definitivamente la gran propiedad latifundista y abriendo pequeño. la diferencia de tamaño entre Chile y México es notoria,
paso a otras formas de centralización y concentración más típicamen­ pero es menos desigual en lo espacial que respecto de su población.
te capitalistas. Históricamente, este radical neoliberalismo en el En efecto, México tiene casi 1.97 millones de kilómetros cuadrados
plano agrario fue posible sólo porque radicales fueron los Intentos y es 2.6 veces mayor que Chile [0.75 millones de kilómetros
que le precedieron; el resultado fue el debilitamiento de la vieja cuadrados).' Sin embargo, México tiene casi 87 millones de habitan­
oligarquía terrateniente [Díaz, 1992). Es decir, con setenta años de tes y por tanto es 6.6 veces mayor que Chile [13.1 millones).
atraso, Chile realizó una reforma agraria que al final tuvo una salida Obviamente, ello implica una densidad poblacional mayor en México
neoliberal. En México, después de medio siglo de vigencia de un que en Chile.
Otra diferenci\eS la importancia del comercio exterior y el grado
de especialización de ambas economías. Para 1990, la relación [X+M/
,....__....~.~-t:: _
158 RevIsta LAtinoamericana de Estudtos del trabajo El Mundo del Trabajo 159

existen además tres grandes rasgos estructurales que de alguna forma pacto social constituido con el reparto agrario de 1917-1934
dan cuenta de historias diferentes, y permitirán por tanto abordar la (Mackinlay, 1992), se inició un proceso de reforma ejidal práctica­
relativa similitud entre los procesos de ajuste estructural, tan pare­ mente por la vía de un golpe de Estado, cuyas consecuencias en el
cidos como fueron entre 1930 y 1970. contexto de la integración con Estados Unidos y Canadá serán
ciertamente difíciles para el agro mexicano, especialmente para los
l. Continuidad versus ruptura campesinos. J

Hay contraste entre la continuidad del sistema político mexicano 2. Proxlrnidsd con Estados Unidos
versus la ruptura autoritaria que se manifestó en Chile entre 1973 y
1990. En México, el neoliberalismo se combinó con un corporativis­ La proximidad de la economía estadounidense determina enormes
mo en crisis, aunque todavía con bastante poder, y ha estado diferencias en la modalidad espacial de inserción internacional.
marcado por los intentos de la oposición de izquierda y de derecha México es un país abierto y de dos mares. Por el sur es bordeado por
por diversificar y democratizar el sistema politlco de partido único, pequeños países centroamericanos, cuya Importancia para el comer­
así como por elementos populistas (también presentes en Argentina) cio exterior mexicano apenas supera el 0.7 por ciento. Por el norte
desplegados desde la Presidencia. En Chile, el neoliberalismo se tiene una extensa frontera con Estados Unidos, que todavia es la
apoyó en el autoritarismo dictatorial. Estas diferencias son sustantivas mayor potencia económica del planeta. Con este país, México realiza
y no pueden desconocerse. Si en México la violencia, la represión y 65 por ciento de su intercambio comercial. Como se sabe, por esta
el fraude electoral siempre estuvieron presentes, no cabe duda que frontera circulan no sólo mercancías y capitales, sino varios millones.
los compromisos con fracciones empresariales vinculadas a la indus­ de personas. De alli la obvia importancia del TLe.
tria más tradicional, con copas medias y con sectores burocráticos El caso de Chile es diferente. Es un país austral, delgado,
fue mayor que en Chile. relativamente cerrado, rodeado por el Pacífico, el desierto de Atacama,
Cabe destacar también que la continuidad del sistema político por la antártida y por la Cordillera de los Andes. Solamente 3.1 por
mexicano tiene sus elementos simbólicos y constitucionales cuyo ciento y 8.1, respectivamente, de sus exportaciones e importaciones
origen se encuentra en la Revolución de 1910. Por ejemplo, la se realizan con sus países vecinos (Argentina, Perú y Bolivia]. Estados
reforma al régimen ejldal en 1991 fue una de las culminaciones de un Unidos representa no más de 21 por ciento de su comercio exterior.
proceso que se inició hace una década, luego de que entró en crisis Lo cierto es que 56 por ciento de su intercambio comercial se realiza
el modelo de subsidio generalizado a[ sector agrícola. Es por ello que con Europa y Japón. El TLe que eventualmente se celebraría entre
en el terreno agrario, la diferencia con Chile es radical. En efecto, la Chile y Estados Unidos no tendría el mismo Impacto que el de
dictadura militar en Chile fue precedida por dos gobiernos que México. Es posible aventurar que el impacto mayor vendría de una
impulsaron una reforma agraria mediante la cual se modificó la integración de Chile al Mercosur.
propiedad de más de la mitad de las tierras arables. Entre 1973 y
1979, el gobierno militar devolvió un tercio de estas tierras a sus :J. Diversidad de tamaños
antiguos propietarios, mientras que los otros dos tercios fueron
solicitados o asignados a pequeños parceleros. Con ello, el gobierno La diferencia -en términos internacionales- es entre una economía
de Pinochet estaba creando un mercado de tierras antes inexistente, de tamaño medio y la de Chile que es una economía de tamaño
liquidando definitivamente la gran propiedad latifundista y abriendo pequeño. La diferencia de tamaño entre Chile y México es notoria,
paso a otras formas de centralización y concentración más típlcamen­ pero es menos desiguai en lo espacial que respecto de su población.
te capitalistas. Históricamente, este radical neoliberalismo en el En efecto, México tiene casi 1.97 millones de kilómetros cuadrados
plano agrario fue posible sólo porque radicales fueron los intentos y es 2.6 veces mayor que Chile (0.75 millones de kilómetros
que le precedieron; el resultado fue el debilitamiento de la vieja cuadrados).' Sin embargo, México tiene casi 87 millones de habitan­
oligarquía terrateniente (Diaz, 1992]. Es decir, con setenta años de tes y por tanto es 6.6 veces mayor que Chile (13.1 millones).
atraso, Chile realizó una reforma agraria que al final tuvo una salida Obviamente, ello implica una densidad poblacional mayor en México
neoliberal. En México, después de medio siglo de vigencia de un que en Chile.
Otra diferenci\es la importancia del comercio exterior y el grado
de especialización de ambas economías. Para 1990, la relación (X+M/
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160 Rf!ristl útlnoa¡mrfana de Estudtos del trabajo El Mundo delTrabaje 161

PGB) representaba para México 26 por ciento, mientras que para El ajuste estructural en México y en Chile se realizó con ei enfoque
Chile superaba el 55 por ciento.' Estas diFerencias son estructurales dominante del neoliberalismo, aunque con un elevado protagonismo
y tienen que ver con ia importancia relativa del mercado interno. del Estado en la aplicación de las grandes reformas que modificaron
Otro factor relevante es el grado de especialización relativa entre estructuralmente ambas economías. Esto se había advertido anterior­
ambas economías. México tiene una estructura industrial mayor y mente para el caso chileno (Díaz, 1989) y se confirma plenamente
más completa que la chilena, y [a diversidad de sus exportaciones es para el caso mexicano. Ambas experiencias indican que las clases y
mayor -si se excluyen de los cálculos el petróleo y el cobre. elites dominantes de los dos países tuvieron éxito al impulsar
Las diferencias relativas se hacen más evidentes al comparar las 20 cambios y ajustes estructurales, lo que contrasta notablemente con el
mayores empresas de ambos países. Las 20 empresas más grandes de caso brasileño.
Chile agrupan a casi 92 mil trabajadores, mientras que en México Ambos países ya entraron en la fase histórica posterior a las
suman medía millón de trabajadores. Sólo Pemex, la empresa estatal grandes reformas neoliberales. Las privatizaciones se han agotado en
mexicana de petróleos, tiene ventas superiores en 50 por ciento lo esencial, las desregulaciones de los viejos controles de mercado
superior y sus utilidades son casi iguales a las que obtienen las 20 también. Lo que seguirá impactando a ambos capitalismos es su
mayores empresas chilenas; la paraestatal mexicana agrupa a 120 mil proceso de apertura e integración a la economía mundial. En México,
empleados, 20 por ciento más que la suma de las 20 mayores el modelo neoliberai se impuso completamente en los años ochenta,
empresas chilenas. pero su integración con Estados Unidos y Canadá generará nuevas
Si se considera la compiejidad de lo productos, entre las 20 tendencias, donde si bien la apertura externa será un componente
mayores empresas mexicanas hay cinco en el rubro automotriz estructural decisivo, ello no significa la pérdida de márgenes de
(motores y automóviles), cuyas ventas son de casí 9 mil millones de maniobra del Estado mexicano. En Chile, el modelo neo liberal Fue
dólares y tienen cerca de 108 mil empleados. En cambio, las 20 integrante aplicado y puede afirmarse que este país está entrando a
empresas mayores de Chile están todas concentradas en commoditties la época del posneoliberalismo, opacándose progresivamente ante e[
(cobre, celulosa, etcétera) venden en total cerca de 13 mil millones avance de la transición democrática y los nuevos problemas econó­
de dólares y sus empleados no llegan a 100 mil. micos que esta economía comienza a confrontar.
El grueso de las 20 empresas mayores de Chile se concentra en Vistas las diFerentes estructurales procede entonces analizar ias
procesamientos de productos primarios. Entre las 20 de México, hay semejanzas entre las grandes reformas neoiiberales de México y
dos siderúrgicas (Altos Hornos e Hylsa). Las ventas totales son de Chile.
1.8 millones de millones de dólares, con poco más de 25 mil
empleados. En Chile sólo existe CAP que vende 574 millones de !. La apertura externa
dólares, con casi 9 mil 900 empleados.
La apertura externa en Chile y en México fueron procesos similares,
111. El ajuste estructural y el rol del Estado aunque con ritmos diferentes e inserciones internacionales distintas.
En el caso de Chile, implicó un proceso -que duró 15 aíios- de
Las de México y Chile se reconocen como experiencias exitosas de diversificación de mercados, en el que Estados Unidos no abarcaba
AE, si se les compara con la evolución del resto de las economías en 1991, más de 22 por ciento del comercio exterior de Chile.
latinoamericanas' El AE es un término prestado de la jerga del Banco También se amplió la estructura de exportaciones: aunque se mantu­
Mundial, pero en este texto tiene un sentido más amplio y va más allá vo el carácter predominantemente primario de las exportaciones,
de determinados programas financieros de esta entidad, abarcando el éstas se diversificaron, eievándose la importancia de los productos
conjunto de politicas económicas que acumuladas a lo largo de un forestales, pesqueros y frutícolas. En el caso de México, la apertura
periodo histórico (1975-1990 para Chile y 1982-1994 para Méxi­ implicó un proceso de aceleración de una integración con Estados
co), modificaron estructuralmente ambas economías. En este sentido, nidos, en marcha desde los años sesenta y que en 1990 representaba
el AE debe ser entendido como un cambio en e! régimen de acurnu­ más de 64 por ciento del comercio exterior de México. Consideran­
laclón, en el modo de regulación y en el modo de inserción do la estructura de las ventas al exterior y sin tomar en cuenta el
internacional de dos economías que vivían periodos de crisis estruc­ petróleo, hubo un notable aumento de las exportaciones manufactu­
turales. reras e industriales.

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El Mundo del Trabajo 163
162 Reyjsta latinoamericana de Estudios del trabajo

céutica y electróníca-, en forma temporal. En el caso de Chile,


Hubo tres cambios que no siempre se desarrollaron en forma después de 1983 se instalaron las bandas de precios de sustentación
simultánea o concurrente: para productos agricolas tradicionales, no así para el resto de los
a) El desarrollo de las exportaciones, que implicó la definición de bienes negociables.
políticas de fomento. En el caso de Chile, ello operó inicialmente por c) La llamada apertura de la «cuenta de capitales», que permite la
medio de subsidios (como ocurrió en el CJSO forestal), el reintegro entrada de inversiones extranjeras y de créditos de corto y mediano
simplificado Y especial de exportaciones (que es otra forma de plazos. En el caso de Chile, después de una desregulación salvaje
subsidio) y después de 1983 mediante un tipo de cambio real entre 1976-1981 que profundizó la crisis del periodo 1981-1982,
creciente, que aumentó en 100 por ciento entre 1981 y 1991. En se pasa a un régimen más regulado, pero con creciente apertura ­
el caso de M éxico, el tipo de cambio también jugó un rol importante, a medida que se consolidaban las cuentas externas-o En el caso de
pero sólo durante ciertos periodos, dada la necesidad de estabilizar México, después de la fuga masiva de capitales en los años setenta
la economia. Los mecanismos principales fueron la exención de la crisis de 1981-1982 y la consiguiente estatización, se procede a
aranceles e impuestos a los bienes importados para ser procesados una privatización del sistema financiero con mayores grados de
por las industrias maquiladoras, así como facilidades crediticias y regulación estatal pero permitiendo la entrada de capitales e
sistemas drsw-bsck:' inversionistas extranjeros, que se hace masiva con motivo de los
El fomento de las exportaciones en ambos países tuvo ritmos y procesos de privatización.
características diferentes no sólo por sus contextos macroeconómicos Los dos procesos inicialmente descritos tienden a generar una
diferentes, sino también por el tipo de exportaciones y la inserción nueva asignación de capitales inter e intrasectoriales, que en el
internacional espacial de cada uno de ellos. En efecto, la base mediano plazo implica una especialización de las economías en su
competitiva principal de las exportaciones chilenas era inicialmente la inserción internacional, cuyo grado es necesariamente mayor en una
alta disponibilidad de recursos naturales renovables y no renovables economía pequeña como la chilena que en una economía de tamaño
que tenían una demanda dinámicas en la economía mundial. Este medio como la mexicana. El tercer proceso supone una mayor
factor, sumado a la presencia de tecnologías productivas modernas inserción de las economías nacionales en los circuitos financieros
con alta relación capital/trabajo fue y sigue siendo más relevante que internacionales, proceso que se fue ampliando en México y Chile en
los bajos salarios que aún tiene el sector exportador. 8 En el caso de la medida en que disminuyó el problema de la deuda externa.
México, la base competitiva era la presencia de una fuerza de trabajo
disciplinada, flexible y con salarlos más bajos que los que rcgularrnen­ 2. Privatización y desregulecián
te se perciben en Estados Unidos; asimismo, laboraban en plantas
igualmente modernas, pero con procesos que fabrican productos más Una de las políticas más conocidas fue la privatización de empresas
estandarizados. y servicios públicos, es decir, no sólo de empresas estatales del área
b) La apertura de la economia a las importaciones, tuvo su fase productiva (acereras, centrales de energía eléctrica, telecomunicacio­
principal en Chile entre 1974 y 1980 en forma acelerada y sin nes, etcétera), sino también de instituciones que aseguraban el
anunciar a los empresarios sus ritmos y propósitos. En México fue llamado «salario social», como los fondos de previsión, servicios
desarrollada a partir de 1984 en forma gradual y más negociada, médicos, seguros. La privatización fue acampanada por la
posiblemente considerando la experiencia chilena. Esta tuvo dos desregulación. En el caso de Chile, la privatización fue de gran
dimensiones parecidas. Por un lado, la reducción y homogeneización magnitud y tuvo varias fases, la última de ellas entre 1985 y 1990.
del sistema arancelario; y por otro, la eliminación de cuotas y El resultado fue que si en 1973 el Estado controlaba 500 empresas
permisos especiales de importación. Sin embargo, en ambos países el y 25 bancos (sin considerar 3 mil 700 haciendas), en 1990 sólo
tipo de cambio jugó un importante rol proteccionista (1983-1991 en controlaba 25 empresas y un solo banco. En el caso de México, la
Chile, 1984-1990 en México). Además se mantuvieron ciertas privatización implicó que más de mil empresas fueron licitadas, aun
medidas proteccionistas que cobijan, temporalmente al menos, a cuando se crearon 76 nuevas paraestatales (la mayoría como resul­
algunos sectores. Por ejemplo, aunque en 1986 México se incorporó tado de la fusión de las ya existentes). El resultado fue que de mil
al GATT, comprometiéndose a sustituir los controles cuantitativos por 155 entidades Y empresas que el Estado controlaba en 1982,
aranceles y continuar la reducción de estos últimos, mantuvo el quedaron sólo 223 en mayo de' 1992.
sistema de permisos de importación en aquellas actividades sujetas a
regímenes especiales de promoción -agricultura, automotriz, farma­
~.
1.14 Revista Lettnasmntcens de EstudIas del trabajo El Mundo de! Trabajo 165

Es menester diferenciar ambos procesos de privatización. En La privatización y desregulación son parte de procesos simultá­
México, el proceso duró ocho años, fue gradual y su mayor impacto neos:
se dio al finai, cuando ya se había realizado el aluste fiscal, se había aJ La creación de nuevos mercados, como el de la tierra y el de
alcanzado cierta estabilidad en ios precios y se había iniciado una capitales. En el caso de Chile la reforma .lgraria precedió la creación
cierta recuperación, las etapas fueron tres: 1J 1983-1985 se de un mercado de tierras. En el caso de México, la reciente reforma
liquidaron empresas públicas no viables; 2J 1986-1988 se privatlz a­ del ejido generará también las bases para un mercado de tierra. la
ron empresas medianas y pequeñas; 3J 1989-1992 se privatizaron privatización de bancos, fondos de pensiones y seguros, también
las grandes empresas mineras y siderúrgicas, la empresa telefónica, crearon las bases de un marcado de capitales altamente desarrollado.
así como los bancos que habían sido esta tizados en 1982. la b] La eliminación de controles directos que se aplicaban en forma
perspectiva del TLC y el haber ya realizado el ajuste fiscal-financiero, extensiva, como es el caso de los precios fijados por el Estado
permitió que la venta de activos no tuviera como propósito cuadrar -ileneralmente en forma negociada con el sector privado-s- para
las cuentas fiscales, lo que permitió vender los paquetes accionarlos avanzar a una nueva forma de regulación basada en la fijación o en la
a precios superiores a ios valores de mercados de 1988 de las regulación indirecta de un número reducido de precios estratégicos,
empresas estatales. En Chile, hubo un primer periodo (1973-1978J .corno el del tipo de cambio, la tasa de interés, el salario medio y
de reprivatlzaclón de 257 empresas y 3 mil 700 haciendas interve­ mínimo, las tarifas públicas y los precios de los i1amados monopolios
nidas entre 1971 y 1973. El valor total fue equívaiente a 6 por ciento naturales.
del pcs con un subsidio irnplíclto de 30 por ciento. En la tercera fase cl El realineamiento de precios relativos por lo menos en tres
(1985-1990) se vendieron las grandes empresas de servicios que relaciones básicas: el crecimiento del tipo de cambio real, el aumento
tradicionalmente habían estado en manos del Estado. El valor total de los ingresos fiscales y la disminución y diferenciación de los
fue equivalente a 18 por ciento del PCB y el subsidio implicito salarios reales. El proceso para lograr estos propósitos no fue fácil,
promedio fue del orden de 30 por ciento. A diferencia del caso especialmente en lo que se refiere al tipo de cambio, ya que este
mexicano las privatizaciones sí tuvieron como fin equilibrar las rubro está en permanente tensión en las tasas de interés y la inflación
cuentas fiscales (Marcel, 1989). media. Dada la presencia de altas tasas tnflaclonarias, una fuerte
Cabe señalar que en ambos países la privatización es un proceso deuda interna y mercados de capitales inestables, ambos países se
que ha finalizado en lo esencial. lo notable es que tanto Petróleos vieron obligados a recurrir a diversos tipos de regímenes carnblarlos
Mexicanos (Pcmex) como Corporación del Cobre (Codelco) queda­ en un proceso permanente de negociación con los grupos económi­
ron fuera de los programas de privatización. Actualmente ambas cos, bancos y grandes empresas que dominan las transacciones en
empresas están en proceso de racíonalización y modernización, estos mercados.
aunque en el caso de la primera avanza más rápidamente. En efecto,
el gobierno mexicano pretende establecer un control presupuestario 3. Ajuste en las empresas y mercados de trsbsio
más riguroso y elevar los ingresos tributarios, una estrategia orien­
tada a asegurar autosuficiencia en el consumo del petróleo, elevación Este ajuste microeconómico y del mercado laboral fue impulsado por
de los precios nacionales nivelándolos con los internacionales y la determinantes rnacroeconómicas como son la apertura externa y el
restrueruración de PemeX. En el caso de Codelco, se ha iniciado un fomento exportador. Su expresión más importante fue la profundización
programa de expansión para la explotación de nuevos yacimientos, la de los procesos de racionalización que ya se habían realizado en las
reducción gradual de sus costos de producción, asegurándose para empresas (México 1982-1983; Chile 1975- i 980). En el caso de
un futuro próximo la posibilidad de convertir a Codelco en un Chile la historia comienza antes de 1982, desde la «desregulación
holding de empresas estatales --conformadas como sociedades anó­ salvaje» del mercado laboral entre 1973 y 1979, que fue sucedida
nimas- (volviendo así a ia estructura del periodo 1971-1976]. En por una legislación laboral impuesta en 1979, la cual garantizó un
ambos casos no se excluyen privatizaciones de las llamadas activida­ alto grado de uso flexible de la fuerza de trabajo hasta ser regulada
des perifóricas, pero en el caso de Codelco existen propuestas que moderadamente con la reforma laboral de 199 i, aprobada por un
buscan elevar su capacidad de acceso al capital -a través del sistema Parlamento donde la derecha tiene la fuerza «indebida» gracias a las
financiero- a la vez que eliminar la disposición constitucional que distorsiones heredadas del régimen militar. En el caso de México
obliga a esta empresa a entregar 10 por ciento de sus ventas para (l,982-1992J no se verifica una reforma de las normas constitucio­
gastos militares. nales y legales que reglamentan el funcionamiento del mercado de
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166 Revista L3t1noamerlcana de Estudios del trabajo
El Mundo del Trabajo 167

trabajo, pero sí operan modificaciones en los contratos colectivos de


trabajo que, para íos propósitos de la política económica, tuvieron una legislación altamente permisiva, además de que el sindicalismo
efectos similares al del caso chileno. era y sigue siendo débil.
A pesar de las enormes diferencias, hubo propósitos explícitos e
implícitos de políticas laborales similares: tanto en México como en 4, la roorgsnizecion del Estado
Chile, se entendía que era indispensable elevar la competitividad de
las empresas, aunque ello implicase procesos de racionalización con Una de las características de Chile y México, ha sido y sigue siendo
desempleo y reemergencia de formas tayloristas de organización del la centralidad de sus estructuras estatales. Este rasgo histórico
trabajo. Además, era necesario reasignar recursos desde sectores determinó el resultado de las políticas neoliberaies que, lejos de
menos competitivos a otros más competitivos, en el contexto de debilitar al Estado, construyeron un cambio para su refortalecimiento,
economías más abiertas. Estos dos propósitos se consiguieron vía la vía reformas radicales que intentaron desvincular la gestión económi­
ampliación de [os poderes de la empresa y vía 1" flexibilidad de los ca de las presiones del sistema politico y la sociedad civil no
mercados de trabajo. Las dimensiones más relevantes fueron: empresarial. Los casos de Chile y México evidencian que el
a) La ruptura de [os modelos de contrato colectivo y el fomento neoliberalismo real -más allá del discurso- no debilitó al Estado
del modelo de contratos flexibles. En el caso de Chile se dio como fuente de orden y hegemonia. En el marco de la crisis
tempranamente (1973-1978) con la excepción notoria de los casos económico-politica, lo que' se intentó realmente fue constituir un
de la minería estatal del cobre y el Banco del Estado. En el caso de Estado más autónomo de las presiones sociales y más comprometido
México, ello ocurrió entre 1982-1990, Como lo señala N. García con el ernpresarlado, sea éste nacional o extraniero.
(1992) los propósitos de tales reformas fueron: Es importante considerar la problemática macroeconómica a la que
l. Aumento de los poderes de [a empresa para imponer cambios en se enfrentaron la elites gobernantes en ambos países. En el marco de
la organiz actón del trabajo. una crisis de deuda externa, ia reducción del déficit fiscal fue
11. Reducción de la escala de funciones y categorías, y el aumento considerado un imperativo ciave que exigía una drástica racionalización
de la capacidad de decisión en materia de selección de personal. del gasto público; junto a una elevación de la eficiencia de la
111. Aumento de ia libertad de la empresa para ampliar la recaudación tributaria. El éxito de estos esfuerzos no es un mero
subcontratación de terceros. dato económico, sino un hecho polltico. Demostró la capacidad de
IV, Aumento de la posibilidad de contratos temporales o por autonomización de la gestión de las elites tecnocráticas del Estado
tiempo fijo. respecto de la sociedad civil. Subyacente estaba un nuevo compromi­
v. La dimensión de la parte fija de ios salarios y el aumento de su so social con el ernpresarlado: la disminución de protecciones y
componente variable. manejo de precios, pero compensada con la liberalización financiera,
En ambos países la suma de estos procesos determinó una la f1exibilización del mercado de trabajo y el fomento exportador.
reducción del empleo medio por establecimiento y el desarrollo Paralelamente, la regularización de los estados financieros de los
creciente de eslabonamientos productivos entre pequeñas y medianas bancos centrales era otra señal ciave (por ejemplo, para el capital
(Pymoss) y grandes empresas en el caso chileno. extranjero) orientada a demostrar la capacidad y holgura del Estado
b) Paralelamente, las reformas laborales disminuyeron los márge­ para enfrentar los desequilibrios constantes que una economia
nes de acción del sindicalismo, sea por vias represivas (especialmente periférica y abierta confronta. Esto ha sido más evidente en el caso
en el caso chileno) sea por vías de disciplina corporativa (especial­ de Chile que en el de México. En términos de organización del
mente en la gran empresa mexicana), sea por vlas de diferenciación Estado, ello supone tres grandes movimientos:
del mercado de trabajo, que debilitó notablemente las condiciones de , a) Un avance del Estado en cuanto a la capacidad de implantación
negociación de trabajadores en ramas clave de la economía, así como coherente de políticas macroeconómicas, lo que supone la simplifi­
en la mediana y pequeña empresas. cación y unificación de los mercados cambiarios y de capitales en
e) También se fue reduciendo la importancia de los salarios función de establecer señales únicas y coherentes a los agentes
mínimos. económicos. Como ya se indicó, ello implicó una fuerte reducción del
Es importante decir que ello afectó esencialmente a las grandes déficit fiscal no sólo vía reducción de los gastps sino también vía
empresas privadas y/o públicas. Las nuevas actividades (maquiladora
en México, nuevas exportaciones primarias en Chile) contaban con

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168 Rf?Y!stil lsttnosmettcens de Estudios del trsbefo El Mundo del Trabajo 169

reforma tributaria y aumento de la efectividad para aumentar ingresos a] La privatización de la seguridad social se concentra en trabaja­
fiscales' dores activos, pero difícHmente puede incorporar a {Os. pasivos.
b] Un retroceso y abandono del Estado en cuanto a políticas b] La privatización de los servicios de salud y educación, sólo
industriales y tecnológicas, o estrategias de fomento productivo, lo abarca a la población de ingresos medios-altos y altos.
que no impidió políticas compensatorias para sectores o regiones c] Los programas de pobreza vía gasto social focalizado, están
que sufren agudos rezagos competitivos o retrasos estructurales. orientados a problemas más complejos, debido a que la concentra­
Considerando al sector público, cabe destacar que, por un lado, ción del ingreso se mantiene y la presencia de grupos vulnerables
el Estado mantuvo y mantendrá -al menos durante la década de los requiere de programas más completos.
noventa- la Codeleo en Chile y Pemex en México, que son las d) los casos de conversión de áreas o ramas rezagadas se hacen
mayores empresas de ambos paises, ya que representan un porcentaje cada vez más frecuentes. Ello obliga a recurrir a problemas con fuerte
significativo de sus exportaciones y financian una proporción impor­ actlvlsmo público.
tante de sus ingresos fiscales. Asimismo, el peso del gasto fiscal, En ambos países ocurrió inicialmente -dentro de un marco de
incluso el social, se ha mantenido en relación con el PIB de ambos ajustes estructurales- una disminución relativa del gasto público
países. Por otro lado y al contrario de lo que se supone, los social; en México se concretó por medio del Pronasol, y en Chile a
programas de estabílización macroeconómica, de ajuste fiscal, de través de instltuciones regulares pero con programas focalizados. Sin
privatizaciones, de focalizacián del gasto social, después de la crisis embargo, a finales de los ochenta el gasto social creció
de la deuda externa de 1981-1983 que se abatió duramente sobre significativamente y prosiguió en afias recientes.
ambos países, son ejemplos exitosos de fuertes intervenciones Habría que preguntarse, entonces, si se abandonó el modelo de
públicas cuyo propósito fue superar drásticamente no sólo la debi­ «Estado de bienestar» copiado de mala manera a los países desarro­
lidad fiscal sino también las así llamadas «fallas de coordinación» de llados, ca qué se debe el fenómeno de crecimiento del gasto social?
los mercados financieros. Su éxito no fue tanto resultado de las El problema es que ninguno de los dos países ha logrado construir
virtudes intrínsecas de los mercados, sino del grado de centralismo un nuevo modelo de prastación de servicios sociales, que sustituya
y fortaleza de los estados, que lograron imponer esquemas de efectivamente al anterior. En efecto, el modelo anterior que perduró
regulación consistentes. Inversamente, los problemas macroeconómicos durante varias décadas, tanto en México como en Chile se basó en
que sigue enfrentando Brasil, no residen en la falta de dinamismo del la estatización y el crecimiento del gasto de los servicios sociales
sector privado o de sus mercados internos y externos, sino en la (previsión, salud, infraestructura, telecomunicaciones), cubriendo las
crisis del Estado. demandas de las capas medias para intentar después extenderse hacia
los sectores populares. El modelo de legitimación del Estado operó
S. Estado y servicios sociales: el modelo incompleto por esta vía. El ritmo de expansión fue acelerado y el modelo de
financiamiento determinó la acumulación creciente de déficits finan­
La reformas neoliberales dejaron su mayor vacío en el campo de los cieros y, peor aún, la lnmovilizaclón de fondos de acumulación de
servicios sociales. En el caso chileno, el modelo que constituyeron capital. Con las reformas neoliberales los propósitos fueron varios.
fue incompleto y no logró resolver por vía del mercado este aspecto Primero, la privatización de empresas de servicios públicos y el
que es uno de los campos fundamentales de compromiso social. En ofrecimiento a las capas de ingresos altos y medios-altos de mecanis­
el caso de México, las reformas tuvieron un grado de avance bastante mos privados de acceso a servicios de mejor calidad que los que
menor, y el Pronasol se convirtió en uno de los sucedáneos más recibían del sector público. Segundo, la disminución del gasto social
efectivos de las debilidades que arrastra el modelo neoliberal de y su focallzación hacia sectores o propósitos específicos [por
servicios sociales. Es cierto que el viejo modelo de «Estado benefac­ ejemplo, la disminución de la mortalidad neonatal en Chile]. Los
tor» -aunque fuese una mala copia del de Estados Unidos y resultados fueron la disminución y/o empeoramiento del acceso de
Europa- ha retrocedido, especialmente a la pesada herencia de la sectores populares a los servicios sociales; la liberalización de
crisis fiscal y a la pérdida de consenso y compromiso que permitieron capitales, el desarrollo de un nuevo modelo de legitimación que opera
procesar las demandas de clases medias y populares durante décadas. por vía de la «eficiencia» de las empresas privadas -como crítica del
Pero en los casos de México y Chile, se han acumulado problemas modelo burocrático anterlor- y la focalización de los sectores de
crecientes que evidenciarían (os límites a los que llegaron las refor­ extrema pobreza.
mas neoliberales:
El Mundo del Trabajo ,4_.- '" .ij!!J#t+ +'~,,-
171
~~-'V,,,,r:
170 Revista latinoamericana de EstudIos del trarejo

La evidencia acumulada es que el «chorreo» no elimina la pobreza Los cambios institucionales se han opacado por las transforrnaclc­
y que ésta más bien se reproduce y renueva; los problemas de salud nes más visibles (apertura externa, desregulación, privatización) que
y educación se acumulan, se amplian los de urbanismo e infraestruc­ Invitan a una lectura fácil pero equívoca de lo que está ocurriendo.
tura, y se acumulan nuevos problemas (medio ambiente, tercera edad, En efecto, existe consenso en la literatura económica de que estos
niños, mujeres). Todo eilo dificulta que los problemas puedan tres procesos marcarían la transición de economías altamente prote­
resolverse por vía del mercado. Y si bien el sector público no está en gidas, estructuralmente rígidas, intervenidas y reguladas por el
condiciones de cumplir un rol similar ai del viejo «Estado benefac­ Estado hacia economías abiertas, más flexibles, con Estados «subsi­
ton>, cada vez se hace más patente que el sector privado y los diarios» y desreguladas. De esta forma, se estaría avanzando hacia
mercados son factibles sólo en ios segmentos de alta rentabilidad, economías de «libre comercio» con bajo grado de regulación, que se
pero no así en la mitad más pobre de la población. aproximan más al modelo anglosajón que al europeo o asiático. Hás
Ambas economías no han resuelto estas tensiones ni han logrado allá de las discusiones sobre las consecuencias positivas o negativas,
perfilar nuevos mecanismos de compromiso social. Es evidente que el acuerdo sobre este diagnóstico es general, no importando si
la fuente de conflicto es grande y las necesidades crecientes. Y el quienes comparten el consenso están a la derecha o a la izquierda del
problema es que ya no existen modelos claros, porque aunque entró espectro político, no importando si están en el campo de los
en crisis el «Estado de bienestar», también lo hicieron los modelos vencedores o de los vencidos. Pero este enfoque no satisface. Si la
de mercado, como lo evidencia el intento de reformas que la mirada se agudiza y se superan los espejismos, es evidente que el
administración Clinton pretende introducir en los sistemas de salud brillo de los cambios más visibles opacó a aquellas transformaciones
y educación en Estados Unidos. que recurrieron a las sombras y fueron olvidadas por el debate miope
«Estado versus mercado», donde el capitalismo es igual J mercado,
IV. Las transformaciones institucionales no a aquellos realmente existentes, sino a modelos idealizados por la
corriente neoclásica.
Las sección anterior se concentró en demostrar dos tesis básicas. El diagnóstico antes citado no es falso pero tiene fuertes sesgos
Primera, que las reformas neoliberales de México y Chile sólo fueron ideológicos. Describir el proceso de transición ocurrido en México
posibles porque existieron Estados fuertes. Segunda, las consecuen­ yen Chile, como lo es pasar de una economía cerrada a una abierta,
cias de estas reformas no debilitaron 31 Estado sino que lo fortale­ o de una economía intervenida por el Estado a una de «libre
cieron en ciertas dimensiones (por ejemplo, en política mercado», contiene fuertes sesgos reduccionistas, porque describe
macroeconómica) mientras que se retiraba de otras (por ejemplo, de inadecuadamente sólo parte de ias transformaciones, desconoce
las empresas públicas). otras igualmente importantes y no es capaz de captar los procesos de
Esta sección tiene el propósito de comprobar la hipótesis de que innovación institucional que están en marcha.
los cambios institucionales de los capitalismos en México y Chile no Los vacíos de este diagnóstico residen en el lastre del debate
pueden estar concentrados exclusivamente en el Estado. Un enfoque antinómico de «Estado versus mercado», que impuso la identidad
más sugerente consideraría que los cambios ocurridos en las institu­ capitalismo=mercado, simplificando exageradamente ia historia y
ciones económicas fundamentales de ambos países, no sólo abarca­ estructura de los capitalismos en el siglo XX. En el campo teórico,
ron al sector público, sino que también implicaron transformaciones es como si Hayek hubiese vencido a Lange y de paso a Prebisch. Pero
institucionales en el sector privado, como es el caso de grupos la victoria del neoliberalismo fue pírrica, porque una vez que logró
económicos y empresas, así como de mecanismos de coordinación de imponer sus reformas se inició un proceso de desgaste, tanto en su
agentes vía mercados y otras formas de coordinación que se realizan diagnóstico como en sus propuestas, que ya se está observando en
a través de contratos formales e infomales. varios países latinoamericanos, entre ellos Chile.
La hipótesis de este capítulo es que al igual que lo ocurrido en las Los principales consensos se reducen a afirmar que Méxicoy Chile
estructuras sociales entre 1980 y 1990, las instituciones económicas son la avanzada de un proceso que se está generalizando en América
de ambos países vivieron procesos simultáneos de desestructuración Latina y que se sintetiza en dos tendencias, mismas que a continua­
y reestructuración. Cabe advertir que esta problemática aún no ha ción se describen y analizan críticamente:
sido explorada ni verificada por imestigaciones empíricas. Por tanto,
lo que aquí se presenta intenta abrir una nueva perspectiva que
necesariamente debe ser multidlsciplinaria.
-"rYr1Sf j w f
172 Ré'VfSt.3 LatInoamericana de Estudtos del trabajo El Mundo del Trabajo 173

l. ¿Transición hacia economiss de libre comercio? de tierras, de capitales, la ampliación de los externos y la creación
de nuevos en aigunos servicios privatizados. Sin embargo, cabe hacer
En otros términos esto significa que los mercados -modos de dos consideraciones. Primero, las transacciones no se realizan nor­
coordinación descentralizados que se basan en sistemas de precios-­ malmente en mercados «puros» y competitivos, sino en mercados
se expanden. Paralelamente, ias jerarquías -modos de coordinación organizados Y regulados privada y públicamente. En este mercado
basados en la autoridad y el comando- se debilitan. Este razona­ realmente existente no sólo se negocian precios y construyen códigos
miento tiene una premisa que es parcialmente correcta y una conclu­ de conducta similares y no pocas veces operación directa. Segundo,
sión esencialmente errada. muchas de las privatizaciones no dieron origen a mercados compe­
Consideremos la premisa. Es cierto que los mercados crecen titivos sino a cuasi mercados, «monopolios naturales» altamente
debido a l., apertura de las economías, la privatización de empresas controlados por empresas de gran tamaño y escala.
públicas y el desmantelamiento de viejos sistemas de control estatal.
Sin embargo, en toda economía capitalista ia coordinación entre 2. ¿El fin de la regulación estatal? •
agentes económicos no se realiza solamente por vía de lo s mercados,
sino mediante mecanismos de jerarquía y comando. El ejemplo de Es sabido que hasta prlnclplos de los ochenta -a excepción de
comando privado es lo que ocurre dentro de las empresas privadas; Chile-, en toda 1,] región latinoamericana no estaban generalizados
un ejemplo de jerarquía en la coordinación de agentes económicos los controles,' protecciones y mecanismos unilateralmente puestos
son los grupos económicos. por el Estado, sino verdaderos sistemas de negociación entre la
La historia reciente de diagnóstico es notable en este sentido. En tecnoburocracia y grupos de presión empresariales y/o laborales,
forma simultánea al desarrollo de los mercados se han fortalecido administrados desde diferentes reparticiones públicas no coordina­
conglomerados y grandes grupos económicos. También han reapare­ das entre sí. Actualmente en toda la región estos mecanismos están
cido otras formas de coordinación entre empresas, por ejemplo, desmantelando, proceso que continuará en los próximos años.
nuevas cadenas productivas donde la subcontratación asimétrica ­ Si bien esto se traduce en un proceso de desregulación, la premisa
formal y/o informal- es un mecanismo muy común. Los casos de es parcialmente cierta, y la conclusión que se extrae errónea.
México y Chile son interesantes en este aspecto. Si bien la apertura Discutamos la premisa. Las reformas neoliberales apuntaron a
a los mercados internacionales ha sido y seguirá siendo muy impor­ liberalizar los mercados y a aumentar la eficacia de la política
tante, el crecimiento de ios grupos económicos ha sido igualmente macroeconómica, no sólo reduciendo los déficits fiscales y de la
significativo. Al contrario de lo que se podría suponer, los grupos balanza de pagos, sino también tratando de alcanzar el objetivo de
económicos no desaparecen sino que se fortalecen, se modernizan y regular los precios relativos estratégicos [tipo de cambio, tasas de
logran innovar sus formas de organización y gestión, al punto de interés, salarios mínimos, tarifas). Los resultados han sido variados
convertirse en puntales dinámicos dei nuevo padrón de desarrollo y los éxitos parciales -a excepción de Chile-. Sin embargo, este
capitalista. esfuerzo aumentó y la estrategia macroeconómica básicamente pre­
Considerando al sector privado, cabe destacar que en ambos tende resolver las denominadas «fallas» de coordinación de merca­
países se está consolidando una nueva generación de grupos econó­ dos.
micos -nuevos o renovados- que, en relación a los años sesenta, En una perspectiva microeconómica y más allá del frenesí neoliberal,
revelan mayores grados de profesionalismo, diversificación e la desregulación de mercados encuentra dos limites objetivos. Prime­
lnternac'onaliz aclón. En Chile, los grupos tienen presencia dominante ro, rápidamente se hizo evidente que existen actividades donde la
en las exportaciones de recursos naturales, así como en los servicios. producción de bienes y servicios públicos puede realizarse sólo
En México son más diversificados y han entrado en negocios antes parcial e incompletamente por la vía del mercado [salud, educación,
restringidos para las empresas latinoamericanas, como el de TVI lyD, medio ambiente). Esto supone que los ámbitos de actuación del
video. Dominan lrnport.inte s cadenas internas de producción y «Estado subsidiario» son bastante superiores a los supuestos
cornerclallzaclón y son de los principales agentes de los mercados de neoliberales. Segundo, y más allá de que la gran mayoría de los
capitales. Todos son organizaciones poderosas que se rigen pOI" mercados reales no se aproximan a las idealizaciones neoclásicas, se
jerarquías que realizarán planificación estratégica. hizo evidente que después de la privatización de empresas públicas se
Considerando los mercados propiamente dichos, cabe destacar presentan rápidamente problemas de regulación, especialmente en el
que efectivamente hubo creación de nuevos mercados, especialmente caso de monopolios naturales y mercados con grandes asimetrlas de
"<"=~,...

174 ReV/std latinoamericana de EstuiJlos del trabajo El Mundo del Trabajo 175

información. Esto es claro en el caso de empresas bancarias, telefó­ estricto sentido neoclásico), sino que involucran contratos que van
nicas y de energía eléctrica. Otro ejemplo es lo que ocurre después más allá de precios y cantidades.
de la apertura externa. Los paises desmantelan sus mecanismos de Lo anterior se puede reconocer, pero aún es más importante
protección y se ven rápidamente obligados a montar sistemas de considerar el orden de causalidad. El desarrollo de los mercados en
vigilancia para evitar la competencia desleal. México y Chile no fue anterior sino simultáneo con dos procesos:
Uno de los grandes cambios es que la nueva regulación no tiene primero, con la expansión del comando privado, es decir, con el
como objetivo sustituir o suplantar mercados sino corregir sus aumento de la influencia de organizaciones privadas jerarquizadas,
distorsiones y fallas, fomentando la concurrencia. Esto hace inevita­ como son los grupos económicos.'o Segundo, con la renovación del
ble que crezcan las agencias reguladoras, instituciones cuya preten­ comando público, es decir, con el reordenamiento de las funciones
sión inicial es regular «técnicamente», con ia mayor autonomía y formas de intervención de un Estado que conservó su elevado grado
posible, respecto de las presiones corporativas. Sin embargo, en de centralismo en ambos paises.
aquellos países que han consolidado los nuevos modelos económi­ En apariencia, resulta paradójico constatar cómo estas economias
cos, los problemas clásicos y ya conocidos de las agencias reguladoras cada vez más abiertas a los mercados mundiales y regionales, han
se hacen rápidamente evidentes: debilidad institucional frente a fortalecido Y no debilitado sus organizaciones jerárquicas internas.
grupos económicos poderosos, ausencia de sistemas de información Pero, éno será que la inmensa rnayoria de los mercados funciona con
adecuados, fuertes presiones políticas y sociales. Esto es evidente en base en empresas Y grupos cuya competitividad depende en gran
los casos de medidas de protección frente a lo que se considera una medida de su poder y eficacia organizacional? Esto deberia hacer
competencia desleal. En este ámbito, México ha sido más radical y meditar sobre las transformaciones que realmente están ocurriendo
flexible que Chile. en el subcontinente latinoamericano."
Las nuevas formas de regulación contienen un gran potencial de El hecho de que prosiga el debate dualista mercado versus Estado
conflicto. Esto determina que la vieja utopía liberal de separar lo evidencia que aún no se superan los encasillamientos teóricos del
económico del ámbito de la política no parezca estarse realizando. neoliberalismo y del marxismo más primarios. La historia dei capita­
En conclusión, en la región latinoamericana la regulación no está Iismo no se reduce a la de los mercados y de los Estados, sino que
desapareciendo, sino que se está suplantando por otra nueva. Lo que es un proceso más complejo de instituciones, agentes y actores que
OCurre es que la expansión de Jos mercados y el desmantelamiento de coexisten combinando el conflicto y la cooperación. La coordinación
viejos mecanismo de regulación han opacado ei surgimiento de entre agentes económicos privados no se realiza en mercados idea­
nuevas formas de regulación pública e incluso privada que se mani­ lizados sin poder ni sujetos, sino en mercados asimétricos, influidos
fiesten en esferas de la actividad económica, donde existen monopo­ por regulaciones públicas, la acción de grupos económicos y coexis­
lios y oligopolios. tiendo con múltiples formas de transacciones realizadas mediante
Destacar la importancia renovada de Estados, grupos económicos contratos formales e informales que superan los límites del mercado.
y mercados organizados no significa desestimar el rol que tuvo y Esta nueva perspectiva se aparta de la corriente principal en
sigue teniendo la creación y desarrollo de la competencia y el libre ciencjas económicas, y sin olvidar el necesario rigor de la disciplina,
comercio. La recuperación y expansión económicas de ambos países busca activamente una nueva alianza con otras ciencias sociales como
se explica porque se abrieron nuevos espacios de crecimiento y la historia, la ciencia política y la sociología, para salir de las casillas
acumuiación, es decir, mercados nuevos, especialmente en el ámbito y etiquetas que ha impuesto una división positivista del trabajo
externo, de escalas muy superiores a las del pasado. Sin embargo, el teórlco.!"
acceso a éstos se concretó principalmente vía grupos económicos
nacionales y trasnacionales que dominan jerárquicamente -directa o V. Las grandes transformaciones sociales
indirectamente- importantes segmentos de ambas economías. Para
que esto ocurriera debe aceptarse que hubo innovaciones Ambos países han sufrido enormes transformaciones sociales en el
institucionales -en el sentido más amplio del término- que no se periodo 1980-1990, aunque un balance más aproximado sólo es
reducen a la creación o acceso a nuevos mercados! sino a interna de posible si se considera un periodo mínimo de 20 años (1970­
organizaciones jerárquicas, tales como el Estado y los grupos econó­ 1990). Durante este lapso, en México fue evidente una gran expan­
micos, así como a nuevas cadenas productivas que son formas de sión de los sectores terciario y manufacturero en el norte del país
coordinación que no se limitan a las transacciones de mercado (en su (industrIa maquiladora), mientras que por el contrario se producía
El Mundo del Trabajo 177
176 Revista Lsttnosmettcsna de Estudios del trsbeto

setenta con la creciente autonomización del capital financiero que se


una declinación del empleo agropecuario y la industria en el centro mueve casi libremente por las fronteras. Ambos procesos -a los
del país. En Chile, considerando sólo el balance de los cambios y sin cuales deben agregarse los flujos ilegales de mercancías, mano de
analizar las fuertes variaciones de la composición del empleo entre obra y capitales- indicaban una creciente presión empresarial por
1975 y 1983, puede afirmarse que hubo una gran expansión del liberarse de la tutela estatal y de los viejos compromisos que ataban
empleo en los sectores asociados al procesamiento y exportación de sus movimientos y posibilidades de ganancia.
productos primarios [madera-celulosa, fruticultura de exportación y El auge petrolero de los setenta, en el que se apoyó el intento de
pesca), así como del empleo en el sector terciario moderno; se reedición de políticas de fomento productivo [por ejemplo, el SAM
produjo además la declinación del empleo industrial no asociado al para la agricultura), fue en realidad un proceso de masivas transfe­
procesamiento de recursos naturales. rencias de excedentes desde el sector público hacia el sector privado,
Las diferencias son más evidentes si se consideran las disparidades sin que el Estado pudiese sostener su capacidad de regulación
entre las magnitudes absolutas que hay entre ambos países. En económica. La crisis de 198 j -1982 evidenció claramente este fenó­
efecto, entre 1980 Y 1990, el empleo en el sector terciario urbano meno. y las políticas neoliberales implantadas a partir de entonces,
en México creció en 4 millones de personas, mientras que en Ch i1e intentaron liberar y/o redinamizar al empresariado, recreando de esta
sólo fue de medio millón. forma una sociedad civil burguesa más autónoma del Estado.
Sin embargo, las transformaciones fueron igualmente intensas en En ambos países, la prlvatlznclón, la desrsgulación y la apertura
ambos países, generaron procesos de desestructuración social y por externa constituyeron nuevos espacios para la expansión de los
tanto de desintegración de identidades; mientras que estructurar mercados hacia el Estado, hacia el agro y hacia los mercados
nuevos sectores generó, también, nuevos procesos de construcción internacionales. Todo ello amplió la fuerza y legitimidad de las clases
de identidades, que en ambos paises están en su fase inicial. empresariales, pero esto no quiere decir que el Estado se "debilitó"
más de lo que ya estaba [en Chile antes de 1973 y en México antes
l. La reconstrucción de la sociedad civil burguesa" de 1981]. Lo cierto es que disminuyó su capacidad de acción en
ciertos terrenos -por ejemplo, en las políticas industriales y tecno­
Se afirma frecuentemente que los Estados autoritarios y especialmen­ lógicas-, pero resolvió su crisis fiscal y elevó su capacidad de
te las políticas neoliberales tienen como consecuencia el aplastamien­ incidencia en la regulación de mercados estratégicos. Lo que se
to o la desarticulación de las ciudades civiles. Esto fue cierto en el constsaye es por tanto una nueva relación Estado-clases empresaria­
caso chileno, especialmente durante el periodo más salvaje de la les cuya configuración no ha terminado de cristalizarse.
dictadura [1976-1981), pero es una verdad a medias. Primero,
porque la díctadura chilena no se limitó a aplastar a la sociedad civil 2. El aumento de las desigualdades socíaies
de las clases populares y medias, sino que recostruyó el mundo de
los negocios, el mundo del empresariado, la sociedad civil burguesa. Las reformas neoliberales generaron en ambos países un aumento de
Es decir, a la vez que destruia y desarticulaba relaciones sociales del las desigualdades sociales, expresadas principalmente en la disminu­
mundo popular, liberaba e impulsaba un nuevo tipo de empresariado, ción de los salarios medios y mínimo. No se dispone de estadísticas
un nuevo mundo de las clases altas que, a diferencia del pasado y de uniformes para ambos países, por lo que sólo es posible una
los esquemas corporativos, Se autonomizaba cada vez más del Estado, comparación aproximada. En el caso de México, entre 1984 y 1989
aunque siempre estuvo estrechamente articulado con el poder aumentó la concentración del ingreso por hogar: ellO por ciento
tecnocrático y militar. más rico elevó su participación de 33 a 38 por ciento; mientras que
En este proceso no sólo se reconstituyeron el gran capital y los el 40 por ciento de los hogares más pobres disminuyó su participa­
grupos económicos, sino que se extendió socialmente la burguesía y ción de 14 a 13 por ciento. En el caso de Chile, entre 1978 y 1988
se consolidó la ganancia como cálculo económico en importantes también aumentó la concentración del ingreso. Sin embargo, la
sectores de la sociedad. El empresario, el mercado, la competencia, información sólo está disponible para la distribución del ingreso
la especulación y el individualismo posesivo, fueron legitimados ante personal: el 10 por ciento más rico aumentó su participación de 42
toda la sociedad. a 50 por ciento, mientras que el 40 por ciento más pobre disminuyó
En el caso de México, las reformas neoliberales del perlado 1982­ su participación de 11 a 9 por ciento."
1992 consolidaron e intentan regular un proceso largo que proviene
desde los años sesenta con la tndustrra maqutladora, y desde los años
178 Revtsta Lstmosmertcsns de EstudIos del trabajo El Mundo del Trabajo 179

Durante el periodo 1980-1990, se incrementó la pobreza en abierto. Primero, en el caso de Chile hubo una fuerte disminución del
ambos países, pero en el caso de Chile no se manifiesta solamente empleo público, que entre 1972 y 1985 decreció de 12 a 6 por
en e[ sector informal de la economía, sino también en el forma!. Para ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Esto no parece
entender esta idea, recordemos que la inmensa mayoría de la haber ocurrido en México. Durante la década de los ochenta hubo un
población chilena vive en zonas urbanas y que la mayor parte de la aumento del empleo público. Segundo, el AE en Chile, realizado entre
pobreza se sitúa en esas zonas. Lo anterior, junto con el aumento del 1975 y 1979, combinó apertura externa y disminución del tipo de
gasto social durante el actual gobierno democrático, determinó que cambio real, con suspensión de la instituclonalidad laboral vigente, lo
la pobreza extrema disminuyera en aproximadamente medio millón de que fomentó que las empresas realizaran fuertes procesos de
personas entre 1990 y j 992 (el Ministerio de Planificación y racionalización por la vía de despidos masivos. En el caso de México,
Desarrollo, Mideplan, dice que 700 mil personas habrían dejado su la baja de los aranceles estuvo compensada con un aumento del tipo
condición de pobreza). Sin embargo, mantuvieron esencialmente de cambio, sin suspensión de la institucionalidad laboral, aunque
iguales los grados de concentración de riqueza, ingrese, poder e flexibilizándola y fomentando acue rdos corporativos que redujeron la
información. No ocurre asi en el caso de México, donde la población tendencia a realizar racionalizaciones por la vla de despidos masivos.
en condiciones de pobreza sigue creciendo. Tercero, a diferencia de México, el sector informal urbano (SIU)
Otra forma de analizar los cambios en la distribución dei ingreso en Chile no constituyó una fuente significativa de absorción de los
en México y Chile es analizando la distribución funcional del ingreso. despidos masivos generados en el sector formal. La información
En México, para el periodo 1980-1990, la participación de IDs disponible para el caso de México sugiere que hubo un aumento del
salarios en el PIB (precios de mercado) disminuyó de 44 a 37 por SIUI7 entre 1979 y j 988, el cual creció a una tasa media anual de
ciento." En Chile, para ei periodo 1975-1990, la participación de 6 por ciento, aumentando su peso de 18 a 24 por ciento de la PEA
los salarios en el PIB [precies de marcado) disminuyó de 39 a 37 por urbana. En el caso de Chile, el SIU aumentó entre 1970 y 1980 a una
ciento, pero la caida se hace más evidente si se considera que en tasa media de 5 por ciento anual, hasta llegar al 21 por ciento del
1970, los salarios tenían una participación del 44 por ciento.!" PEA urbana. Sin embargo, entre 1980 y 1990 su tasa de crecimiento
El aumento de [a desigualdad en [a distribución del ingreso es una anual fue de 2.8 por ciento y su importancia en la PEA urbana declinó
medida relativa que podria ser mejor evaluada si se dispusiera de hasta llegar a 19 por ciento.
estadístícas respecto de la evolución en [a dlstrlbuclón del poder y Esto indica comportamientos del SIU bastante diferentes que están
de los derechos ciudadanos, del acceso a la educación, a [a salud y correlacionados no sólo con evoluciones temporalmente distintas de
a [a previsión, de acceso a la información y al conocimiento. Un las economías de México y Chile, sino también con diferencias más
análisis comparativo rebasa las pretensiones de este texto, especial­ estructurales entre los sectores informales de ambas economías.
mente considerando que existen diferencias significativas en las a) A diferencia de México, la forma mercantil de la informalidad
condiciones de vida promedio entre ambos países. Sin embargo, en (trabajadores por cuenta propia) en Chile no se expandió durante los
términos generales los estudios disponibles de ambos paises permi­ años ochenta debido a la fuerte intervención del Estado en el
ten observar procesos de deterioro de la calidad de vida en [os mercado de trabajo, mediante programas de empleo de emergencia
sectores medios populares, que en el caso de Chile, estuvieron (PEE). Estos surgieron entre 1974 y 1975 Y llegaron a ocupar a más
presentes por lo menos hasta 1987, y en el de México siguen de medio millón de desempleados en el año 1982-1983. 1' En el caso
perdurando en la actualidad. de México los programas compensatorios de empleo tuvieron escaso
alcance, puesto que las políticas del Estado descansaron implícita­
3. La evolución del desempleo y del sector Informal mente en la expansión del empleo Informal."
b) Lo anterior determinó que en México el empleo informal
Un tema particuiarmente relevante es [a enorme diferencía estadística manifestara una evolución anticiclica, a diferencia de Chile, que
entre [as tasas de desempleo entre México y Chile. Para el periodo presenta una evolución prociclica.
1980-1990 la tasa oficial de desocupación abierta en México nunca c) A diferencia de México, en Chile a partir de la recuperación
superó el 6 por ciento, mientras que en Chile llegó hasta el 19.6 por económica después de 1982, hubo un gran desarrollo de la micro y
ciento en 1982. pequeña empresas -esencialmente en el sector servicios y comer­
Mas allá de los problemas de medición estadística, existen tres cio-. Se trata de una nueva informalidad que asume un carácter
causas que explican las grandes diferencias en las tasas de desempleo capitalista y que tendió a consolidarse entre 1986 y 1992. Esto
~ __ ,,__ f· t
IBa Revista Lsttnosmertcsns de Estudios del tramlo El Mundo del Trabajo 1Bl

determinó un cambio en la composición del SIU, lo que no ocurre en no producir bienes materiales, lo que implica agrupar en un conjunto
México. altamente heterogéneo a todas aquellas ramas no clasificables en los
d) A diferencia de México, en Chile se profundiza la articulación sectores primario Y secundario. Lo cierto es que este sector -si
entre los sectores Informal y formal. Es decir, la informalidad va más alguna vez existió como tal- tiene «subsectores» con dinámicas
allá de las estrategias de sobrevivencia de las familias populares y se diferenciadas, movidas por factores de distinta naturaleza. Tampoco
constituye en una articulación productiva entre el SiU -definido en es adecuado definir un sector terciario solamente determinado por
forma ampliada- y el sector formal, mediante cadenas productivas factores exógenos, es decir por las dinámicas de los otros dos
que vinculan empresas formales con pequeñas y micro empresas. Esto grandes sectores de la economía. Este enfoque supone que el sector
ocurre en numerosos sectores de la economía chilena (Diaz 1989). terciario es una especie de balsón donde se concentran los «exceden­
En este sentido, puede afirmarse tentativamente que la economía tes» de fuerza de trabajo no captada por los sectores llamados
urbana en Chile está menos dualizada que en las ciudades de México «productivos». Lo cierto es que las dinámicas de empleo del sector
-especialmente la capital-, donde sí parece haberse consolidado un están también determinadas por varios factores, algunos de ellos
SIU mercantil autónomo y desvinculado de la economía formal. endógenos al propio sector, otros por la acción del Estado, y otros
por la expansión del capitalismo hacia nuevos servicios y mercancias
4. La evolucíón del sector tercíario imaginarias.
Para intentar la comparación entre las diversas dinámicas por las
Entre 1960 Y 1990 el empleo terciario en Chile creció de 50 a 55 que atraviesan los sectores terciarios de México y Chile, el análisis
por ciento, mientras que en México creció de 29 a 52 por ciento. considerará cuatro subsectores:
Considerando el periodo 1980- i 990, el empleo del sector terciario
en México creció de 44 a 52 por ciento, mientras que en Chile al El empleo terciario espurio. Según Aníbal Pinto, la «terciarización
decrecíó de 58 a 55 por ciento. Esto evidencia que si en la actualidad espuria» engloba a la cesantía disfrazada y a las diversas modalidades
existe similitud global entre ambos países, el desarrollo histórico de servicios informales de baja productividad.t? Como se analizó en
muestra trayectorías disímiles. Si en el Chile de los sesenta ya existía la sección anterior, en el caso de México durante los años ochenta
un elevado grado de terciarización del empleo, en México éste era hubo una gran expansión del llamado sector informal, que se
comparativamente bajo pero su crecimiento se aceleró entre 1960 y concentró en el sector terciario. El término «espurio» es sinónimo
1990. Si se profundiza el análisis comparando los cambios en la de contrahecho, deformado, bastardo, en suma, nos remite a una
composición del empleo terciario, también existen significativas patología que se desvía de lo «normal». En este sentido, la noción
diferencias entre ambos países. de empleo terciario espurio (ETE] aunque imaginativa es ambigua y
La diferencias se acentúan al considerar que las tasas de crecimien­ tiene dos posibles interpretaciones: una, que entiende al empleo en
to demográfico y de la fuerza de trabaje fueron sustantiva mente servicios de bajo productividad como disfuncional en relación COIl el
superiores en México. En efecto, entre 1970 y 1990 el empleo tipo ideal de economía; otra, que entiende el ETE como una hipertrofia
terciario en este país creció de 3.2 a 11.6 millones, es decir, se respecto de las tendencias históricas «normales», un fenómeno
multiplicó por 3.6 veces; mientras que en Chile creció de 1.4 a 2.6 propio de un periodo de crisis y transición de un régimen de
millones de personas, es decir, se multiplicó por 1.8 veces. No se acumulación a otro.
puede dejar de adelantar que estas magnitudes absolutas tan diferen­ El primer enfoque es bastante discutible. Los pequeños talleres que
tes, cuya analogía sería lJ diferencia que existe entre lagos y mares, reparan autos y camiones, los vendedores de helados, los gásfiter, los
establecen fundamentos' estructurales dispares para las sociedades electricistas, así como también el pequeño comercio ambulante que
urbanas, configurando espacios diferentes para la acción del Estado vende productos fabricados por grandes y medianas empresas forma­
y el sistema político sobre movimientos y actores sociales. les, son complementarios de la gran producción y comercio capita­
Antes de profundizar el análisis sobre el empleo terciario, convie­ listas y SOIl indispensables para asegurar las condiciones materiales
ne establecer algunas precisiones. La terciarización de las economías de existencia de familias de altos, medios y bajos ingresos. Lejos de
es un tema recurrente en 1" literatura sobre tendencias del empleo en ser «dlsfunctonal», ia mayor parte del empleo terciario informal es
América Latina. Sin embargo, es inadecuado hablar de un sector necesario para la dinámica económica del capitalismo.
terciario homogéneo determinado por las mismas tendencias estruc­ El segundo enfoque es de tipo histórico. El ETE se entiende como
turales y coyunturales. L.YiÍnica homogeneidad de este sector es la de una hipertrofia del empleo terciario de baja productividad, que tiene
lO'
1 1 El Mundo del Trabajo
182 Revlst3 latinoamericana de Estudios del trabajo
1111 ;1
1

11
ciento, comparado con el -3.1 por ciento para el caso chileno (1976­
11
tres orígenes diferentes. Primero, factores coyunturales que provie­
1111 ' 1990), [Garcia, 1992].
nen del ciclo económico o de ajustes estructurales de tipo neoliberal:
Lo anterior es indicativo de una de las grandes diferencias del AE
'1;\
1,
factores estructurales, relacionados con el cambio del padrón de
neoliberal entre México y Chile, y tiene que ver con la continuidad
acumulación, que están presentes tanto en México como en Chite;
o no del sistema político. En Mexicot tos requerimientos. de consenso
11 1

1
factores de larga duración, originados por fenómenos como la
respecto de las estrategias del Estado obligaron a definir políticas

metropolización acelerada o por situaciones de estancamiento pro­ clientelistas o populistas, las que ciertamente no eran parte de la

longado. La combinación de estos factores determina dos perspecti­ cultura política de ia dictadura militar en Cbile.

1' vas posibles para el ETE. Una, su consolidación como un sector c] El empleo del sector financiero. En ambos países, hubo un

1 1
" 1, específico, con dinámica propia y a rtlculaclones peculiares con el fuerte crecimiento del empleo en el sector financiero, que comenzó

1
resto de la economia. Otra, su reducción progresiva debido a que desde mediados de los setenta, precisamente cuando se JutonomizJ

'1
1,
deja operar como refugio de la fuerza de trabajo no absorbida por la dinámica del capital financiero respecto del capital productivo. La

11 otros sectores de la economía, incluyendo el resto del sector expansión del empleo en el sector financiero se debió a una causa

'111 terciario.
1 '1

típica: la acumulación de capital marchó a un ritmo más rápido que

1 1, En Chile hubo una fuerte expansión del ETE entre 1976 y 1983,
el del incremento de la productividad del trabajo.
1
'1\11
111 1 que luego atravesó por un periodo de declinación entre 1983 y En Chile, entre 1976 y 1990, el empleo financiero se multiplicó
11
I1
1988. Es decir, el HE no se consolidó estructuralmente, ello se debió por más de tres veces, superando en importancia al empleo minero.
11 I a la recuperación y luego expansión económica, 3 ia disminución de De un sector con importancia marginal en el empleo terciario, pasó
1 1
1111 '1 la tasa de crecimiento demográfico en la capital y a la expansión de a tener una significación social creciente. Para los años noventa, la
las llamadas «ciudades intermedias» y al hecho -ya citado- de que tendencia hacia la disminución en SU ritmo de crecimiento, a medida
Ir los empleos de emergencia que el Estado impulsó entre 1974 y
11",1,1
Que los requerimientos de productividad se hagan cada vez más
1986, ayudaron a impedir que se consolidara un subsector con grandes. En México, entre 1982 y 1989 sólo el empleo financiero
cultura y tradición propias. del sector público -con la banca estatizada- creció en casi 100 por
En México, la expansión del [~E durante los años ochenta parece
Ilq haber consolidado tendencias estructurales y de larga duración. Por
ciento. Sin embargo, con la privatización de la banca y la diversifica­
ción creciente del sistema frnanciero, es mucho muy probable que en
~
1 '

un lado, el crecimiento de la capital-aunque menor que entre 1950 este país el sector mantenga ritmos acelerados de crecimiento en los
y 1970- aún mantiene una dinámica de crecimiento. Por otro lado,
1
'1 1,
la crisis, el ajuste estructural neoliberal y la creciente integración con
años noventa.
d] El desarrollo del sector terciario moderno. Bajo este título se

1'~,1'
Estados Unidos parecen haber aumentado la heterogeneidad estruc­ agrupan tres subsectores. Primero} las empresas del sector terciario
tural de la sociedad mexicana, abriendo espacios para la consolida­ que dependen de la dinámica de los sectores agropecuario e indus­

~I~
ción de este sector. Sin embargo, aún es temprano para augurar una trial. Este incluye a todas las empresas de servicios de reparación Y
evidencia definitiva. Todo depende del dinamismo que el capitalismo mantenimiento, las de comercio exterior Y las de transporte. En
mexicano exprese en [os años noventa. México, el crecimiento se dio básicamente en la frontera norte,
b] La evolución del empleo público. En el caso chileno, el AE mientras que en Chile se propagó por todo el territorio, asociado a
I nooliberal implicó que el empleo público fuera disminuyendo progre­ Jos núcleos exportadores. Segundo, las ramas del comercio moderno}
~ sivamente desde 1973. En efecto, entre 1972 y 1990 se redujo de que incluye a shopping centers, restaurantes de comidas rápidas,
~ 12 a 6 por ciento de ia ?EA, que en cifras absolutas significó una supermercados, hoteles y turismo en general. Este sector da origen
, 1
disminución de 360 mil a 28U mil empleados. Esto se debió tanto a e incluso domina cadenas que se articulan con las ramas del transpor­
,
las privatizaciones como a la racionalización del Estado, te y la producción, induciendo un proceso de cambios en las
II En el caso mexicano, entre 1979 y 1988, la tasa promedio anual tecnologias de producto Y proceso en numerosas empresas de los
~ de crecimiento el empleo público fue de 4.3 por ciento, mayor a la sectores primario Y secundario. Tercero, servicios modernos como
I, que mostraron el resto de los sectores formales de Id economia son la producción de software, asi como servicios eminentemente
mexicana. Sin embargo, entre 1989 y ¡ 992 hubo una drástica caída, necesarios para la reproducci6n del capital (pubiicidad, comercio,
considerando Id privatización de empresas públicas y de la banca etcétera) La dinámica de este sector depende de una demanda general
(esratizada en 1981]. Con todo, durante el periodo 1979-1992, la Que surge de diversos sectores de la economia.
\ tasa de crecimiento anual promedio del empleo público alcanzó 3 por
I
185
184 Rcvf!tJ Latinoamericana de Estudios del trabajo El Mundo del Trab3)o

Aunque no se dispone de información estadística que permita 6. Cree/miento del empleo precario
estimar dlrect arnente la evolución del empleo terciario, existen
numerosos antecedentes indirectos que sustentan la idea de su gran Existen cada vez más evidencias de que el empleo precario en
expansión, tanto en México corno en Chile, especialmente después América latina no puede considerarse como un «empleo atipicos ni
de la crisis de 1982-1983. como una suerte de anomalla o excepción en el mercado ni como el
resultado del estancamiento, o como una situación que sólo existe en
S. Evolucion y composición del empleo ssalsrisdo empresas tradicionales o pequeñas. Pareciera que el arnplco precario
no constituye una forma tradicional de comportamiento empresarial,
En el caso de Chile, hay claras evidencias de que existió un proceso sino que es resultado de un estilo de modernización capitalista que
de «resalarlzación» del empleo durante el periodo 1983-1992, se asentó tanto en México como en Chile, y que se manifiesta en las
después de vivir un proceso de «desalarización» entre 1975 y 1982. industrias rnaqulladora y procesadora de recursos naturales renova­

En este país, entre 1980 y 1990 el porcentaje de asalariados bles (fruta, pesca, madera), respectivamente, es decir, en sectores de

respecto del empleo total, creció de 66 a 69 por ciento; asimismo, «punta» de ambas economías.

un cambio de composición espacial y sectorial del empleo asalariado: El empleo precario tíene un origen sistémico de carácter básica­
la asalarización creció fuertemente en el sector agropecuario y en mente institucional. Por un lado, fue asegurado por los cambios en
varias regiones del país. Si se considera el proceso de urbanización la legislación yen la regulación de los mercados laborales de ambos
en Chile, se observará la expansión pero también la descentraltzación países, y el resultado ha sido el aumento de la flexibilidad empresarial
de [os asalariados urbanos. En 1970, 48 por ciento de ellos se en el uso de la fuerza de trabajo. Por otro lado, es producto de los
concentraban en Santiago, cifra que descendió hasta 40 por ciento en cambios en ios slsternas productivos Y en el modelo imperante de
1990. Dos factores explican este proceso: el rápido crecimiento de empresas que se ha constituido tanto en México como en Chile, bajo
las ciudades intermedias y pequeñas, donde se agruparon en forma paradigmas similares. (Díaz, 1989, De la Garza, 1990).
creciente trabajadores asalariados que laboraban en el sector prima­ El empleo precario expresa una relación capital/trabajo inestable e
rio. También creció la masa de trabajadores asalariados en el sector informal. E.n las ramas Y zonas que viven periodos de expansión con
de la mediana y pequeña empresas. Incremento de la demanda de trabajo, el empleo precario se rransfcr­
En el caso de México, para el periodo t 982-1992 no existe mará en estable sólo si se manifiesta escasez prolongada de fuerza de
evidencia de un proceso global de «desalarización», pero sí especi­ trabajo y si las condiciones institucionales cambian en favor de una
fico de ciertas ramas y espacios geográficos concentrados en el relación capital/trabajo más regulada. En el caso de Chile, que entre
centro del país. Esto indicaría un cambio en la composición sectorial 1988 y 1992 vive un periodo de expansión, esta situación aún no se
y espacial. Es evidente el crecimiento del empleo asalariado en el manifiesta, pero de acuerdo con la tendencia si puede ocurrir en el
norte del país, cuyo personal ocupado casi se cuadruplicó entre futuro. En este país sí ha ocurrido un cambio significativo en la
1980 y 1992. También parece "vidente el crecimiento del empleo composición interna del empleo precario: disminuye la proporción de
público asalariado que, a pesar de las privatizaciones, creció en un trabajadores del sector informal e incluso de asalariados con empleo
millón de empleados entre 1980 y 1992. parcial en el año, mientras que aumenta la de aquellos asalariados que
Por tanto, la descentralización del empleo asalariado es un fenó­ logran tener empleo todo el año o durante gran parte de éste,
meno común en ambos países. Se manifiesta la declinación de ciertos mediante el pluriempleo o a través de varios contratos temporales
segmentos de la clase trabajador" a la vez que la expansión de nuevas (león, 1991, Diaz 1992]. Es decir, la trayectoria individual de un
camadas de trabaladores, que operan en empresas donde el dominio trabajador sería pasar de tener trabaio esporádico en una empresa a
empresarial es más completo y donde las contrataciones de trabaja­ contar con un empleo más regular por medio de contratos de breve
dores están lelos del centro del poder político. Otro proceso similar duración en varias empresas o en diferentes labores (y condiciones
es la reducción del tamaño promedio de las empresas, lo que de trabajo) en una misma empresa." En las estadísticas esto se
ciertamente disminuye las posibilidades objetivas de acción sindical. manifiesta corno un aumento en el número de horas trabajadas.
la diferencia entre México y Chile, es la evolución del empleo En el caso de México, existen evidencias de que hay un importante
público, cuya significación politico-social ya ha sido destacada ante­ aumento del empleo precario, cuyo componente informal se incrementa
riormente. significativamente, pero ahí también existe un aumento del empleo
asalariado temporal Y del subcontratado.F Puesto que este país aún
..
'--~ ~"

186 187
Revi'.tJ Latinoamericana de Estudios del tr3b3jO El Mundo del Trabajo

no vive un periodo de expansión sino aún se encuentra en la etapa acelerará tendencias de cambio productivo que ya están en marcha,
de AE -cuyo resultado definitivo astá aún por verse-, el empleo pero también generará otras nuevas, puesto que ya no será sólo la
precario todavía tiene espacio paca reproducirse. frontera norte, sino que también se internacionalizarán las grandes
concentraciones urbanas e industriales del centro del país, e incluso
VI. A modo de conclusión afectará al sureste. En el caso de Chile, la década de los noventa
también generará nuevas formas de inserción internacional, de resul­
Desde 1987-1988 Chile vive una fase de expansion capitalista tar las estrategias en marcha. En eFecto, en un lapso de entre tres y
exportadora con alta estabilidad macroeconómica, que no ha genera­ cinco años, Chile tendrá acuerdos bilaterales con varios paises del
do más igualdad ni más sustcntabllldad, pero que es algo diferente de continente, incluyendo a Estados Unidos, Venezuela, Colombia y
los periodos de recesión y crisis que Chile experimentó durante Bolivia. En este mismo periodo, la integración con Argentina tendrá
décadas. La expansión se sustenta en profundas transformaciones cada vez mayor importancia económica y social. Más lejana aparece
estructurales realizadas a lo largo de un cuarto de siglo [1964-1990) la posibilidad de una mayor integración con Brasil o de la inclusión
y especialmente en un periodo de acumulación capitalista «origtna­ de Chile en el Acuerdo Cono Sur.
ría» [1973-1983) donde hubo una masiva transferencia de propie­ Dados estos procesos de internacionalización que recién han
dad, de poder excedente del Estado y del conjunto de la sociedad iniciado su marcha, cabe nterrogarse sobre el Futuro del neoiiberalismo
hacia el empresariado y los grandes grupos económicos. Es importan­ como modelo de politica económica en países cada vez más abiertos.
te destacar que la radicalidad del neoliberalismo chileno fue posible Nuestra tesis es que el enfoque neoliberal fue y es coherente con
sólo porque radicales fueron los modelos que le precedieron. periodos de apertura económica, des regulación Y privatización. Pero
A diferencia de Chile, México aún está en un proceso de ajuste no constituye un modelo de largo alcance, dados sus efectos poten­
estructural de su economía y aunque su grado de estabilidad cialmente desestabilizadores Ydisruptivos. En efecto, paises periféricos
macroeconómica interna se ha incrementado, persiste un grave déficit con economías abiertas en el marco de una globalización creciente,
en la balanza comercial que puede generar nuevas situaciones de competitiva, irregular y a veces salvaje de la economía mundial, no
crisis en el proceso de reestructuración que se acelerará en los años pueden construir sistemas capitalistas con suFiciente estabilidad
noventa. Este proceso, al igual que en Chile, tiene sus raíces en los política y social.
cambios que se fueron desplegando desde los años sesenta. Y, al La hipótesis central de este trabajo es que las economías abiertas
igual que en Chile [1975-1990), se han profundizado las grandes -aunque complejas social y politicamente- no son compatibles con
desigualdades sociales. el ideal neoliberal de Estados mínimos o «substdlartos», ni tampoco
En ambos países, durante los años ochenta, hubo varios procesos con el ideal de mercados libres y desregulados.
de transFormación radical de sus estructuras sociales, que en Chile Por un lado, las economías abiertas de estos dos países periféricos
han culminado en lo esencial y que en México continuarán por el se enfrentan a continuas irregularidades Y fluctuaciones dei mercado
resto de la década. Sus rasgos comunes son la reconstrucción de ia mundial. Esto determina la combinación de ramas de fuerte expansión
sociedad civil burguesa, el aumento de las desigualdades sociales, las y ramas con grandes rezagos e íncluso situaciones de declinación de
modificaciones intersectoriales y espaciales de la estructura del algunos sectores o subsectores (particularmente bienes transa bies)
empleo, la descentralización del empleo asalariado y el crecimiento que se manifestarán más rápidamente que cuando eran economías
del empleo precario. Las diFerencias más relevantes son: el crecimien­ cerradas." Por ejemplo, México y Chile se enfrentan a situaciones
to del empleo inFormal en México versus su estancamiento en Chile; difíciles en el sector agrícola tradicional. Algunos subsectores agrí­
el aumento del empleo público en México, versus su disminución en colas ya están en franco rezago, mientras que otros se encuentran
Chile; el aumento de la «terciarización» del empleo y especiaimente ante una situación de decaimiento. Además, estos paises tienen
del empleo «terciario espurio» en México versus su declinación en varias ramas industriales que tarde o temprano pueden caer en
Chile. situaciones de rezago o crisis. Esto será inevitable, aún suponiendo
México y Chile han iniciado en los años noventa un periodo de que en los próximos cinco años ambas economías presenten tasas
transición hacia una nueva Forma de inserción en la economía mundial positivas y elevadas de crecimiento (de entre 5 y 6 por ciento).
y, por lo tanto, hacia una nueva estructura productiva. En el caso de Como dirían Marx y Schumpeter, la internacionalización de estas
México, la puesta en marcha del TLe con Estados Unidos y Canadá economias acentuará su desarrollo desigual.
188
Revist3 Últinoametic3na de Estudios del trabajo
El Mundo del Trabajo 189

Por otro lado, la expansíor, de los mercados no debilitó la


presencia de grandes grupos económicos nacionales, sino que los
fortalece y les abre nuevos horizontes. Las jerarquías y las formas de Abstract
coordinación económica que no operan vía mercados, lejos de
desapJrecer, se extienden por medio de múltiples formas (por This papar is a cornparative srudy between Mexico and Chile.
ejemplo, los nuevos sistemas de subcontratación). It search for the dynarnlr and the factors which determined the
Las consecuencias sociales y politicas de este tipo de desarrollo attitude of social actors and social movements, in policy and
son potencialmente desestabilizadoras para la coalición de fuerzas economic transition periods. The transition is understood like
gobernantes. Las presiones -de empresarios, grupos económicos y historic transformations in the economy, social and stat~
trabajJdores_ se incrementarán. Las resistencias también, por lo que structures.
no debe destacarse la emergencia de bloques pluriclasistas sectoriales The article analyses the 80's years and concentrated in three
o regionales. La presencia sorpresíva de la guerrilla en el estado aspects: the process and direction of the structuraI adjustment,
mexicano de Chiapas -r-aunque no es un tendencia generalizable_ sí with emphasis on the role of State¡ the írnpact of social
evidencia que la conflictividad social es potente. En consecuencia, la srructures: and rhe relation between structural adlustment,
propia dinámica política y social, aumentará la conflictividad social social structure transformation, and social actors and social
generará coyunturas de nuevas crisis, presionará a los gobiernos rnovernents.
hacia la búsquedJ de mecanismos de compensación, sea vía políticas The central thesis is the following: Mexico like Chile have been
de ingreso, sea vía políticas de reconversión o reestrUcturación affected by deeply transformations, characterized by
productiva; y por ello puede introducir continuJs modificaciones en simultaneous process of social restructuration and social de­
los sistemas políticos y en los Estados. restructuration. In the end of the present decade will Finísh this
La historia no ha terminado. Está recién COmenzando una nueva process of transltlon.
era, más compleja, pero no menos conflictiva.

Notas
I NAFTA en inglés.

2 Es evidente Que el régimen rnilltsr concluyó en 199a pero sún perdurm enasves

y mecsrusmos sutorttsrtos.

J Ello requtná una modittcscton del artículo 27 constltucionsi: medunte une

retorms que dio térmIno JI reparto JgrJno.

4 Los censos recientes evidendsron que ambos países redujeron sus ritmos de

creamiento demográfico .1 taSJS mayores que 1.15 proyectsdss sntertormente. En

efecto: los censos de ambos pdíses dieron sOl]JreSJS. En ClJilef 13 estimación otids!

erJ de 86.9 mJ1lones y el censo dio cera de 81.0 millones.

s [X+M}fte, ~ [Exportsaones + lmportsdonesj/Producto CeoerJfico Bruto.

¿ Aunque !J ittugen mexicsru se hJYJ empstudo un tsnto. después de 1.1 ofensiva

/JUenillerJ en el estufo de Ch!J{JJs.

7 ReIntegro de los aranceles de los insumas importados urüasdos pdrJ tsbrtcsr

bienes exportados.

8 Ello se debe .1 la ruturstezs del proceso para tsbrtcsr cobre, harina de pesado
f

cetuloss, que son commodittles. Se requieren tecnologías de proceso contInuo muy


intensivas en 1.1 capltJl, cuyo rItmo de producción no depende del ritmo de trawjo.
En este sentido; no pueden compsrarse con las industrias sutomotrices donde el
ritmo de producdón sí depende del ritmo de tr<1hJjo, por sutomstirsdss que estén
las fJbrías.
'. En Chile, /J refomlJ lisal fue rállZJd" entre 1974 y 1975 Y tuvo anca
componentes: Introducdón del Impuesto al valor JgregJdo [IVA}, que es un
Impuesto IndIrecto; ellminJd6n del Impuesto directo .1 !J ríquers y tss gJnJndJs de
CilpltJl¡ reducdón de los Impuutos dIrectos i/ lss empresas, tndexaaon tríbutsrts
b n'
¡z :q. _oc-o
190 191
Revista wfinoamer1cana de EstudIos del tramjo ElMu'ndodel Trabajo

y slmplifiC1c1ón del sistema tmposttivo. En México la primers reforma ttscst se InicIó evoludón en un qulnauento- truentrss que en Chile se compara 1.1 evolución de una
en 1978/ pero la crisis de 1982-/983 motivó una segunda reforma en 1987 que diada.
impuso iJ indexación tributanJ/ redujo las tasas margin.Jles de trtbutectón, niveló el IS Infonnes anuales Banco Mundial.
impuesto el 1.15 empresas en 3S por dento. y e/imínó los créditos trtbutsrios " M/nlsterio de Planifiación y Desarrollo [Hldeplan).
[CEPROFl's} que tsvo-edsn J un grupo pequeño de grandes empresas. Se eliminó 17 Estss estimadones del SIU excluyen !J mkroempress y sus traba/adores.
también la exención tributaria que de facto tenisn los sectores aglicola {lo que en /8 Entre 1981 Y 1988, los intelectuales de oposición a la dktsdurs n"litiJr en Ch/le
Chi/eaún no ocurre], exceptuando los eftdos. y de transporte. En general hubo une eontlbllf:taron a los que trabajaron en progremss de empleo de emergencía [PEE]
reducción de los impuestos directos e tnd/reaos, aunque se elevó la eficlenciJ en como desocupados. Más alM de su valor instrumental para el debate/ nuestra
Id receudscton. Ello determtná que los ingresos trtbututos {Incluyendo Pemex) se opinIón es que ello no era estrktsmente derto, porque el empleo de emergencia era
mantuvieran en torno dI 17 por ciento del rGB. una forma de ocupsctón, aunque ésts fuera temporsi, precsrls: pésimamente fJ.1gada
lO Estos grupos pueden ser prlce takers en la economts mundlat pero son price y de bajísima productividad Más correcta es la noción de subempleo sbierto o
makers en ü economía lnterru, Ylos precios relativos tntertuctonstes no determinan subempleo tortrut, tst como el empleo informal es también une forma de subempleo.
Ilneelmente Id estructurs relsttr» de precios en la economu nacional debido a Id '9 En 198~ elgobierno de México Inicia un plan contra el desempleo que tenía como
impoitsnte presenda del sector no-trsnssble. mea generar entre 500 y 700 mil puestos de trabajo. Entre 1984 y 1985 se
11 ((Despite the doubts whJch both Schumpeter sna Galbralth have tried to tmptsnt implantaron programas regionales de empleo que ten/sn como meta generar 350 mN
in the minds of their collesgues, econonnsts -wIJatever they omer differences-­ puestos de trsbeio. Se carece de Infonnación fidedigna acerca de la eficacia de estos
are sall incllned to view tñe megacorp snd Its accompanying oligopolistc trutket programas/ pero no parecen haber tenido impsao, dada su corts duración y escaso
estructure as depsrture from the Ideal of multitudinous enterprises competliJg in tncremento en la tasa oficial de desempleo eóterto: {N. Garda/ 1992}.
stomtstic nurket. The megJcorp rernslns the bsstsrd ctüld of economJc theory... »~ 10 Ver «Metropolización y terdarízación: msttornuciones estructurales en el
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lnstttuttonsltst theory.;.;/ Mac/'1i1!Jn~ USA/ 1985/ p. 23. 39, diciembre 1984, Santiago de Chile.
12 Desde hace dos décsdss se da un trstsrniento teóríco mis adecuado J /.1 21 El caso de li1 construcción es muy ilustrativo al respecto. El pluriempleo tiene un
slmultsneidsd entre coordinación vfa mercados y coordtructon vid jerarquías comportsiento proddico. Sin embargq las empresas no se arriesgan .1 snmentsr e/
prtvsdss o públicas. Espedslmente inspiradores para este trebejo son los sportes personal con contrato permanente/ en previsión de eventuales situaciones recestvss
de.At/redChsndler[J 962, /97/, /977] btstonsdors: económicos; Oliver W/liiamson en el mercsao. Esto constituye una sttusaon estructural que derivó del csmbto en
{197~ 197~ 1985} que sienta lss bases de la teoría neoinstttucionst de los costos 13 regulación delmerado de trabajo {fin deltsrttsdo} ylos procesos de racionalizaCÍón
de trilnsacción/ y Alfred Eichner {197ó/ 1985} poskeynestmo que trata la nueva que se Iniciaron en los años setents {Montero/ 1988}. Un estilo reciente (León/
nücroeconomu como fundamento de nuevos enfoques macroeconómicos. Sin 1991) ofrece antecedentes sobre esta tendencia para el aso agrícola en el Vd/le
embargof no existe un enfoque uniforme. Por ejempk» el tratamiento neocüstco de Centrsl. Este sector vive un periodo de expansión y diversifiaoón de su estructura
estos fenómenos conslders que la existencia de coordinación vía tersqutss ocurre productiva. que tiende a atenuar las dIferencias estsciorutes de demanda de traba/o.
por «fallas de mercado» que eleViln los costos de transacción. Se retorne asíuna larga Esto implia que la msss de trabajadores agrícolas con empleo ocssionsl puede
trJdldón que ilnaliza los merados realmente exlstentes como «desvteaones» dol haber sIdo ¡randemente sobreesttmsds. por la confusión existente entre contrato
modelo ideal. Un enfoque alternativo plantea que en toda economu capit.alista se temporaly trabajadoroGJsional. lss cncuostss de empleo del INE parecen contlmur
desarrollan simultáneamente ambas formas de coordinación. Parafraseando aAlfred esta sseversctán, puesto que las diferencias estscionsles del empleo agricola no
Chsndler; podría dearse que «/J mano invisible.;) acompaña a la «meno visIble». Lo sobrepasan los SO mi¿ mientras que se habla de 400 mil remporslcros.
que puede considerarse una (ifalla de mercado» también podría considerarse un 22 L1 pobJadón ocupada que laboraba menos de 34 horas semanales pasó de 15,5
«éxito orssmrsctoru¡» y viceversa {Lazonick 1991]. Una perspectiva mis radical ha por ciento en 1979
sido planteada por Ssmue! Bowles N Herbert Gint/s en el srttcnlo «The revenge oh 21 En este texto se establece una diferenda entre «rezsgo» y «dectmsción». En el
Homo econom/cus; constested exchange snd thc revivs! of Folitical Economy» en primer oso/ se trata de un atraso competitivo del sector; que se mamnestiJ en l/na
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tendendJJ perder p.1rtJcipaCÍón en el merado. En el segundo casof se trata -como
13 El concepto hegeliano oriJ'inal de «sociedad civlb) se refiere al mundo de los
el propio térmIno lo indio- de una situación no definitiva.
negocios/ al mundo de /J burguesi.1. En las sociedades modernas existen varios

((mundos civiles)) que los medios masivos de cOllJuniCición sólo logriln unificar
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81e1Bkld, juiio 18-23, i 994.
194 Rf'Vlsta latinoamericana de Sstudtos del trsosto

por cualquiera» [1990:9J. Fuertes presiones externas por elevar la perlados de controlar el trabajo, o más tarde de diversificar la
competitividad aseguran su adopción, tomando en cuenta que están producción, después de Implantar cafídad... los principios de un
amplia y universalmente disponibles [Hoffman, 1989:99 citado por modelo industrial definen precisamente aquellos sspectos que pueden
Kaplinsky, 1992:40). Si esta premisa es correcta, se puede esperar ser explorados y, en contrsste, aquelfos que queasn msrstnedos de
encontrar usos similares del ur y del TQC en distintos contextos un lado. Elfos proveen, en complemento, ciertas indicaciones acerca
nacionales en América Latina, en donde las diferencias institucionales de los métodos que deben Usarse.
entre regiones y paises no jugarian un importante papel en la forma
y contenido de las prácticas del ]lT y del TQC. Bajo' esta perspectiva, las firmas sigue de manera muy particular'
Tercera perspectiva: Adaptación segmentada. Un enfoque alterna­ objetivos similares (por ejemplo, dando prioridad a la calidad, a la
tivo menciona que este debate desarrollado en los paises industrial­ flexibilidad y a los servicios al cliente), comparten principios genera­
mente avanzados [IAC por su nomenclatura en inglés) no es apropia­ les acerca de cómo alcanzar estos objetivos [como calidad en la
do para los de América Latina. Señala que los problemas clásicos de fuente, mayor involucramiento de parte de los trabajadores, eficiencia
la sociología del trabajo han sido abandonados por dicha discusión en los flujos de producción a lo largo de las plantas), pero el
y cuestiona si dichos fenómenos son realmente prioritarios para esta contenido y forma de operacionalización de estos principios puede
región. Castillo [1994) llama la atención de las modas actuales como variar considerablemente entre ellos. En este caso, el tovotlsrno no
el posfordismo y el involucramiento en el trabajo, y con ello el es un «modelo» en el sentido de un sistema que debe ser imitado,
abandono de problemas clásicos de la sociologia que siguen siendo sino más bien un conjunto de asuntos y problemas centrales que
de gran envergadura, como las condiciones de trabajo, la precarización deben enfatizarse en el tiempo. Incluso la firma Toyota puede tener
y la seguridad industrial. Prles y Dombois [1993) van más lejos al la necesidad de variar su camino al tratar de alcanzar sus objetivos
señalar que estos esquemas analiticos gestados en y para los IAC no ante los cambios en los mercados del trabajo y del producto -como
son aplicables a la realidad latinoamericana, por lo menos no sin Nomura [1993J ha argumentado-o La evidencia internacional, par­
pasar por un examen critico. Para estos autores es una cuestión de ticularmente la investigación sobre la industria automotriz, señala que

pertinencia. Sostienen que el mercado de trabajo y el trabajo no hay mejor camino [the one best w~>1 en el marco de diferentes

asalariado permanente no son tan importantes en la regulación del limitaciones de ios recursos y cambios en los mercados laborales y

trabajo en América Latina, como en los paises europeos o en Estados de los productos. Lo que hay son principios que pueden ser

Unidos. Por el contrario, mencionan que los trabajos «atípicos» son explorados y operacionalizados en caminos posibles para circunstan­

precisamente lo normal en estas sociedades. Otro tanto sucede con cias particulares [Humphrey y Carrillo, 1994).

el sistema de relaciones industriales que no es la forma dominante de Diversos análisis más profundos realizados a partir de mediados de
regulación de los conflictos, sino una de tantas instituciones que los ochenta sugirieron que el proceso de implantación del IIT!TQC era
regulan las condiciones heterogéneas del trabajo y del empleo. La mucho más dificil de lo que al principio parecia, y dependía
sociología del trabajo industrial -sustentada en modelos de produc­ crecientemente de su naturaleza social [Oliver & Wilkinson, 1988
ción y tipos de empresa- se basa en grandes empresas e importantes citado por Kaplinsky, 1992:46J.
sectores como el automotriz, situación extremadamente marginal en La introducción de ios principales elementos del nr y del TQC es
el contexto productivo latinoamericano, ya que aquí prevalecen los vista más claramente cuando las nuevas plantas se ubican en las zonas
negocios pequeños; además, los modelos propuestos son lógicas nuevas o «virgenes» [greenfiel sites). En estos casos, el éxito de
funcionales que dejan fuera a los actores [Pries y Dombois, 1993). implantación deIIlT!TQC está facilitado por un número de factores. El
Cuarta perspectiva: Adaptación híbrida. Para enfrentar le cuestión caso de la Ford-Hermosillo en el norte de México es un claro ejemplo
de la difusión de los modelos industriales, Boyer y Freyssenet de ello (Humphrsy y Carrillo, 1994):
(1993:23-25) sugieren que en un periodo determinado la cuestión
central que domina la producción industrial está dada de la siguiente IJ Fuerte inversión en squlpo moderno y automatizado flexible;
manera: 11) desarrollo de cadenas de proveedores usando la calidad como
garantía, nacional e internacional;
En cada gran periodo histórico, un número pequeño de problemas 111) uso de equipos de trabajo y trabajo flexible, conjuntamente con
captura la atención de gerentes de empresas e Ingenieros: puede ser arnpíías categorías ocupacionales y sistemas de promoción basados
una cuestión de estandarización y otras de mecanización, yen otros en la capacitación, desde el inicio de las actividades de la planta;
ft;l t t"'
196 Revlst¡¡ latinoamericana de Estudtos del tr.;¡!Jajo El Mundo del Trabajo 197

IV) negociaciones de un acuerdo de trabajo que garantice la TQC en zonas nuevas y tradicionalmente industrializadas para el sector
nexibilidad y límite [a capacidad y los derechos sindicales en la planta; automotriz [Ramírez, 1 994j Carrillo, 1 993a), así como en zonas
v) localización en una región con una amplia oferta de trabajo y francas para la exportación tanto en México (Carrillo, 1993b1 como
con instituciones de capacitación y educación que permitan respon­ comparativamente entre México, Estados Unidos, Corea y Taiwán
der a las nuevas demandas en el trabajo, (Karníyarna, 1994). Un amplío estudio sobre la difusión de este
VI) compromiso gel'encia[ con el ur y el TQC y con recursos que sistema en Argentina, Brasil, México y Chile fue realizado por un
provean su implantación; equipo multidisciplinario con sede en este último país, constituido
vn) selección de trabajadores con habilidades y capacidades para por Lais Abrarno, Lucio Geler y Leonard Mertens. Se analizan los
trabajar con el JIT y el TQC. sectores metal mecánicos y de alimentos (Proyecto Regional PREAlCC­
OIT!ACDI, 1993 a-g).
Finalmente, aunque existan diferentes perspectivas acerca de la
difusión de JIT/TQC y del papel que puede tener, la evidencia muestra 11. Proliferación del IIT/TQC en América Latina
que se presenta una amplia difusión, como se verá en eJ siguiente
apartado, aunque es importante subrayar que falta mucha investiga­ La evidencia en varios países sugiere la existencia de una gama de
ción todavía, como señaló Humphrey [1993a). Kaplinsky [1992:36) industrias que han adoptado los principios de JIT y del TQC, pero
menciona que la literatura, hasta principios de los noventa, sugiere también la presencia de una amplia variación en la operacionalízación
que la difusión del )IT/TQC es pobre pero que se trata análisis muy de ambos, dentro y entre países (Fleury y Humphrey, 1993 a,b,c;
hipotéticos, por lo que, de hecho, aún no se ha rnedido dicha Carrillo, 1993 a,b; Shaiken, 1990¡ Proyecto PREALCC-OlT!ACDI, 1993
difusión. Por lo tanto, las evidencias que serán mostradas fortalecen a-g; Urrea, 1992¡ Karntyarna, 1994, entre muchos otros -véase la
la Idea de una amplia, aunque segmentada y heterogénea difusión de bibliografía-). Algunas de las variaciones que sobresalen son: a)
las nuevas prácticas organizacionales. diferencias de competitividad entre firmas, b) diferentes estados de
desarrollo de las firmas en los sistemas nr YTQC, Yc) gran experimen­
2. iAdopción sistémica o pardal del jlT;tQC? tación acerca de cuáles son realmente las nuevas ideas (Humphrey y
Carrillo, 1994). No obstante lo anterior, también parece ser claro
En diversos estudios empíricos, asi como en las hipótesis en ellos que la transferibilidad de modelos de producción procede a través de
formuladas, se subraya, al contrario de la idea de homogeneidad y un proceso de recreación más que de imitación [según comentarios
universalidad del modelo del lean productton para las grandes de ingenieros de calidad en Kia Car en Corea o de la Ford de
empresas, una amplía heterogeneidaden cuanto a la configuración de Herrnoslllo}, y de manera más conspicua, mediante un proceso de
los modelos mísmos y su impacto en el trabajo. Estos ha dado pie a hibridación en el que nuevos y viejos modelos son fusionados (Boyer
que actualmente la diversidad de casos sea el centro de atención de y Freyssenet, 1993 y 1994).
gran parte de la investigación sociológica y económica sobre la El primer y principal aspecto que distingue la evolución del JIT!TQC
transformación en las grandes firmas. Nuevas perspectivas analíticas es el régimen político en que se desarrollan las economías nacionales
surgen orientadas a la realización de estudios comparativos y y el comportamiento macroeconómico de las diferentes naciones. Los
longitudinales que permitan conocer el grado de difusión del JIT/TQC balances sobre la sociologia del trabajo, realizados en 1993, espe­
y las adaptaciones que toman. Por ejemplo, el análisis de trayectorias cialmente aquellos que versan sobre la reestructuración industrial Y
laborales (Domboís, 1992; Pries, 1992; Contreras et al., 1992), de su impacto en los procesos de trabajo en países latinoamericanos,
trayectorias de firmas [Proyecto Regional PREALC-OIT/ACDI, 1993; dan cuenta de ello (véanse 1993: Pérez Salns; De la Garza, Carrillo
Montiel, 1992; Carrillo, 1993b; Leite, 1994) y de trayectorias de y Zapata; Neffa; Ruiz Tagle; Castro y Leite; Iranzo [a); Urrea¡
sector [Humprhey y Carrillo, 1994; Dombois y Pries ¡ 9941, son un Sulmont).
claro ejemplo de esta nueva etapa en los estudios de América Latina. Durante las décadas de los sesenta y setenta se fortaleció en
Una pregunta central en la investigación que cobra relevancia se distintos países el modeio de desarrollo económico hacia adentro,
refiere a la posibilidad de transferir en forma sistémica los modelos caracterizándose dichos periodos por el establecimiento de una
organizacionales desarrollados en los IAC hacia América Latina o, polltica de Industrialización por sustitución de importaciones. El
por el contrario, /a adaptación sólo es parcial. Recientemente se han desarrollo de ésta tuvo lugar tanto en regímenes democráticos como
realizado comparaciones empíricas que analizan la adaptación del lIT/ en rnllltares, y en situaciones económicamente muy diversas.
198 Revista isttnosnertcens de Estudios del trabajo
El Mundo del Trabajo 199

Tres fenómenos de gran envergadura en la región se presentaron cambio tecnológico y su impacto en las relaciones industriales, que
en la década deles ochenta y representan un parteaguas, práctlcarnen­ fue la característica de los ochenta, dará un giro hacia el análisis de
te en todos los estudios: [a Intensificación de las crisis económicas la adaptabilidad de la fuerza de trabajo y de los mandos medios y
nacionales, la gestación de un nuevo modelo de desarrollo y la gerenciales, hacia las nuevas formas de organización del trabajo [TQC)
globalizaclón de [a producción. Desde e[ inicio de dicha década se de [a producción [jIT) y de la gestión de la mano de obra [jerarquías
presentó [a crisis de la deuda externa, el deterioro del Intercambio y categorías mínimas), y el impacto de éstas en los procesos de
comercial, la poca capacidad de Inversión, las devaluaciones de las fíexibilización laboral y en los mercados de trabajo.
monedas, [a hiperlnflaclón, en fin, toda una crisis estructural que Si bien la amplia difusión de la automatización rompió el vínculo
acompañó al deterioro del modelo de Industrialización por sustitu­ entre intensificación del trabajo y productividad [Humphrey, 1993a),
ción de importaciones. Paralelamente, y como consecuencia se el nuevo modelo posfordista cuestiona la polarización en el trabalo
empieza a conformar un nuevo modelo que no es sólo apertura y brinda un rol central al performance de los trabajadores y empre­
económica y polítlcas ncoliberales [Rulz Tagle, 1993), sino e! sarios -al menos hipotéticamente para la región-, y permite
establecimiento de políticas de ajuste estructural, la implantación del incrementar la productividad a partir de una nueva intensificación en
proceso de reestructuración industrial y la configuración de nuevos el trabajo [Humphrey, 1993b). El involucramiento requerido de
actores sociales [nuevos sindicatos, nuevos contingentes de trabaja­ trabajadores y sindicatos lleva d plantear, en algunas empresas,
dores, nuevos movimientos sociales). El nuevo modelo de industria­ nuevas demandas y aspectos de negociación contractual, como en el
lización para [a exportación se va gestando paralelamente al abandono caso de Brasil [Castro y Leite, 1993) y México (De la Garza, 1993a).
relativo del «Estado benefactor» y a [a privatización del sector Los trabajos de PREAlC-OIT/ACDI (1993 a-g) señala que el involucramiento
público. Hnalrnente, la globalización de la producción se presenta, en ei trabajo es uno de los principales retos. Lo mismo se ha
primero a través del establecimiento de fábricas para el mercado encontrado en el caso ejemplar de Ford Hermoslllo en México
mundial en zonas francas para [a exportación [México, República [Carrillo 1993b¡ Cotoñeto et el., 1992).
Dominicana, Puerto Rico, por ejemplo) y posteriormente, en grandes Pasemos ahora a ver diez aspectos centrales en la difusión del liT/
empresas y en sectores de punta que reorientan su producción y se TQC en América Latina derivados de la investigación empírica.
reestructuran profundamente [como el metalrnecánlco y el electrónl­
ca) . l. Su amplia difusión
Todo indica que en [os años noventa cristalizará el nuevo modelo
de desarrollo nacional en la gran mayoría de los países de América La modernización industrial hoy en día significa cada vez más la
Latina, mismo que se caracterizará por ser abierto y fuertemente redefinición del proceso organizacional [Kaplinsky, 1992:2¡ Fleury,
competitivo (Ruiz Tagle, 1993J. Humphrey (19933) resalta [a impor­ 1990). Kaplinsky [1992:3), en su estudio sobre la implantación del
tancia de la apertura económica: tres cuartas partes de [as exporta­ IIT/TQC en países subdesarrollados, concluye que la experiencia en
ciones de América Latina se dirigen afuera de [a región. Para este y ellos sugiere que las nuevas formas de organización, relaciones
otros autores 1-1 evidencia empírica de la proliferación del nuevo interempresas y relaciones firma-Estado, están teniendo impacto en
modelo de producción flexible basado primordialmente en e] lIT/TQC un amplio rango de países.
marca el hita de la presente década. Un estudio comparativo del PREAlC-OIT/ACDI sobre la difusión del
Procesos corno la paciflcacíón en América Central, la democrati­ nuevo modelo productivo en cuatro países, basado en un cuestiona­
zación en algunos países y una cierta recuperación económica, rio aplicado a 185 empresas metalmecánicas, encuentra una regula­
ciertamente polarizada, son e[ marco de [os estudios sobre la ridad entre ellos: en los últimos tres años el énfasis se ha puesto en
producción fiexible en América Latina. Pero mientras que los ochenta la implantación de nuevas tecnologías de producto y proceso [en
se caracterizaron por el cambio tecnológico, principalmente en los Argentina y Chile) y de gestión de la producción [en México y en el
sectores modernos y exportadores, y por 1:1 reestructuración inten­ sector de máquinas en Brasil) (véase cuadro 1) [PREAlC-OIT/ACDI,
siva en estos y otros sectores tradicionales, ahora toca el turno a las 1993a:6).
modificaciones organizaclonales en el trabajo, en la gestión de la Diversas investigaciones nacionales dan cuenta de este proceso de
mano de obra, en la producción y [as redes interempresas, esto es, difusión. Algunos ejemplos son Brasil, República Dominicana y Méxi­
al nuevo modelo de producción flexible, generalmente denominado co. En Brasil se encontró una Importante implantación del nr en la
en la literatura como posfordismo. De esta manera, el énfasis en el metalmecánica [Meyer-Stamer, 1991) .. Posthuma (1991: 129) obser­
El Mundo del Trabalo 201
200 Revtsts lettnosmertcms de Estudios de! trab3jo

va una amplia difusión de prácticas del lIT/TQC particularmente del situación de la industria automotriz del norte de México también, la
Control Estadístico del Proceso (src] [citado por Kaplinsky, 1992J. competitividad estratégica adoptada incluye como elemento central la
adopción del jrr y del TQe. Hay una gran evidencia empírlca sobre
Guimaraes (1992) menciona que todos los estudios en Brasil,
esto, relacionada con plantas ensambladoras y proveedoras [De la
después de 1986, encuentran cambios organizacionales del tipo liT/
Garza, Carrillo y Zapata, 1993; Carrillo, 1990, 1993; Ramírez,
TQC [Leite, 1990; Fleury, 1990; Fleury y Salerno, 1989; Salerno,
1993; Fleury y Hurnphrey, 1993a). La región norte del país es la que
1987J. En la República Dominicana, estudios sobre las zonas de
mantiene la más amplia implantación de los programas de calidad
producción para la exportación reportan la adaptación de varios
total, no sólo en los sectores manufactureros de punta, sino también
elementos del lIT!TQC [World Bank y Mathews en prensa, citados por
en los servicios y en las empresas agrícolas [Covarrubias y García
Kaplinsky, 1992: 156). En Venezuela, lranzo [1993b) encontró que
Figueroa, 1993), así como en los grandes grupos industriales
45 por ciento de las empresas en el sector químico están introdu­
nacionales del área de Monterrey [Pozas, 1993). Todas las principa­
ciendo innovaciones en materia gerencial. Viana y Avalas (1"993)
les Firmas automotrices Y del sector electrónico en el terreno
encuentran amplia difusión del TQC en la industria manufacturera de
internacional, como Ford, Xerox, Hewlett Packard y muchas otras,
ese país. han insistido en que sus proveedores deben moverse hacia lIT/TQC
[Kaplinsky, 1992:38), lo cual representa una importante fuente de
Cuadro 1. Gestión de la calidad (1989-1992)
presión para su adopción en los países latinoamericanos.
Bra'iil
Finalmente, un indicador significativo de la importancia de los
Argentina Chile México­ nuevos principios organizacionales es que, en las 185 empresas
Autoparres Máquinas
estudiadas por el PREALe-oIT/AeDI [1993g: 1O), tres de los cuatro
indicadores más importantes para evaluar internamente la gestión de
(n=26) (n=27) (n=52) (n=30) (n= 150) productividad de los establecimientos son resultado del lIT/TQe [«ín­
dice de calidad del producto», «cumplimiento de los plazos de
entrega» y «lesd-time del producto»). El cuarto indicador fue
SPC/Ceco defectos MI 25 14 13 44 producción ñslca por hora/persona.

2. Su difusión reciente
Células de producción
46 29 4 7 14
de U.
La implantación de principios y operaclonallzaclón del TQe se inicia
en los setenta en América Latina, pero no es sino hasta los ochenta
Kaizen 42 25 15 10 26 cuando se adapta en forma intensiva, así como el jrr. Todos los
estudios coinciden en que la entrada del lIT/TQe en América Latina de
manera más amplia, fue a mediados de los ochenta, y en forma más
Justo a Tiempo 35 25 6 10 24 intensiva, desde el inicio de los noventa. Veamos algunas experien­
cias nacionales.
En Argenti na se difunde a fines de la década pasada en la
NotJ: lss dtrss tndtcm el porcentste de empresss que aplicaron cada programa metalmecánlca [Gatto, 1990). En Brasil se presenta, a mediados de
FUENTE: Tonudo de PREALC-oIT/ACD& /993>:/3. Cuadro 9-A. la pasada década, la modernización tecnológica en sectores como la
petroquímica y la metalmecánica [Guimaraes, 1992: 119), y una gran
En. el caso de México, es evidente la amplia difusión de dichos difusión de los círculos de calidad [Kaplinsky, 1992). En Colombia
pricipios desde mediados de los ochenta en el sector electrónico las nuevas tecnologías duras y sociales entran en el mismo periodo
exportador [Partida Rocha, 1993; Wilson, 1992; Palomares y Mertens, en diversas industrias [artes gráficas, papel, textil, cemento y alimen­
1988), en las maquiladoras de autopartes [Carrillo, 1990; Koido, tos) y servicios (telecomunicaciones y sistemas financieros) [Urrea,
1992; Ramirez, 1994) y en maquiladoras japonesas [Kamiyama, 1992:131). En particular se desarrollan los sistemas automatizados
1994). Las industrias automotrices de la zona central de México y de de supervisión, control, diseño, ejecución y registro. Así como los
Brasil están haciendo rápidas implantaciones con la perspectiva de círculos de participación en los ochenta (Dávtta, Guillén y Zarruck,
mejorar la competitividad internacional. En ambos casos, y en la
Ke~sta LaC(noamerteana de saoatos ael rriJD8jo El Mundo del Trabillo 203
;lU""

1985, citado por Urrea, 1992). Según Ogliastri (t 993J las grandes Otro resultado general que marca variaciones en la adaptación del
empresas colombianas están actualmente en una fase «funcional» que nuevo modelo productivo son las culturas corporativas que se han
implica una profunda reestructuración en la búsqueda de una mayor convertido en factor clave de la definición de ias tecnologías
adopción del nuevo paradigma organizacional. organizacionales (Kaplinsky, 1992: 3 8J.
En el caso mexicano, por ejemplo, los acuerdos nacionales para
3. Sus actuales fuentes de adaptación eievar la productividad han permitido esrablccer convenios particula­
res en telecomunicaciones, energía y otros sectores. Las nuevas
las fuentes que originan la adaptación del ]IT/rQC, según Kaplinsky alianzas Estado-sindicato-empresa han facilitado, desde ia cúpula, las
(1992) son las cambiantes condiciones internacionales del mercado modificaciones en las relaciones laborales y el incremento de la
y la creciente intensidad de la competencia. Fleury (1990) y Guimaraes nexibilidad laboral de manera particular en cada empresa (De la
[1992: 119J coinciden en que las presiones internacionales para Garza, Carrillo y Zapata, 1993).
elevar la productividad y calidad son las fuentes del cambio en Brasil. Acerca de los programas de calidad se han encontrado resultados
El estudio de PREALC-OIT/ACDI (1993aJ encuentra orígenes semejantes diferentes en su implantación de acuerdo con los contextos regiona­
del nuevo modelo productivo en América latina: un significativo les de relaciones sociales (Buonfiglio, 1993J. Reygadas (1993J
aumento de las presiones competitivas, particularmente de la concu­ resalta los encuentros entre las culturas corporativas y las culturas
rrencia de productos importados en los mercados internos y la regionales en la adaptación de los programas de calidad en las
dificultad de penetrar o aumentar su presencia en el mercado maquilado ras en el norte de México. El estudio de PREALC-OIT/ACDI
internacional. En el caso mexicano, por ejemplo, o: ... la competencia (1993g: 1BJ para la metalmecánica concluye que «la estrategia de
en el mercado Interno con productos importados aumentó para el 76 productividad de los establecimientos ... está pasando por una trayec­
por ciento de la muestra» (n=50) (PREALC-OIT/ACDI, 1993g:2J. Cábe toria de menor a mayor' cornplelldad e intensidad». Con lo cual ­
mencionar que este proceso de innovación depende grandemente de señala el reporte- aumentarán los programas innovadores en áreas
las corporaciones trasnacionales (Kaplinsky, 1992: 1J. de tecnología de proceso y producto, organización del trabajo y
El origen externo y las presiones crecientes llevan a considerar a gestión de la producción. Al igual que los programas en cada una de
Kaplinsky (1992:44J que si no se adopta el JIT/TQc, los países menos estas áreas de instrumentación. El cambio principal es el área que se
desarrollados no serán capaces de alcanzar los requerimientos de los priorizará COIllO estrategia de productividad. La estrategia durante
mercados internacionales para dar una respuesta rápida y lograr alta 1989-1992 estuvo basada en la área de gestión de la producción, y
calidad. para el periodo 1993-1995 se ubicará en la tecnología del producto
y proceso. Esto, hipotéticamente, debiera fortalecer la politica de
4. Su heterogeneidad {factores institucionales} recursos humanos, pero no está prevista por las empresas (PREAI.C-OIT/
ACDI, 1993g: 18J.
A pesar de la amplia difusión de varias prácticas organiz aclonales en En Colombia no hay patrones fijos o lineales de los nuevos
la mstatrnecánica en Argentina, Brasil, México y Chile, los resultados procesos organlz acíonales debido d la importancia de ios factores
del estudio comparativo del PREALc-oIT/AcDI (1993aJ encuentran im­ institucionales (Urrea, 1992]. Además se encuentran tanto sectores
portantes y frecuentes diferencias tanto en lo implantado en los líderes como rezagados en función de los nuevos métodos
últimos tres años como en lo que las empresas consideraron que organizacionales (Zerda Sarmiento, 1993J.
aplicarán. Resalta al respecto en este estudio la amplia difusión de En Brasil la introducción de máquinas-herramienta de control
programas en la gestión de la calidad y, particularmente, la amplia­ numérJco en la meta/mecánica, por ejemplo, ha estado acompañada
ción de dichos programas durante 1993-1995 y, al mismo tiempo, de máquinas convencíonales (Guimaraes, 1992: 120J. En el sector
la baja prioridad de los programas dirigidos a la organización del automotriz la adaptación deIIIT/TQC está restringida a las necesidades
trabajo como enriquecimiento y atribución de tareas en el control de particulares que no involucran la autonomía de las actividades en el
inventarios y programas de equipamiento Y su mantenimiento (ibid. s/rop l1oor(Meyer Starner, 1991; Posthurna, 1991: 129J. El SPC, por
p. 17).
ejemplo, es utilizado como instrumento para reducir defectos y
Los programas más directamente dirigidos a la calidad, con desperdicios Y no como reducción continua de niveles aceptables de
excepción del SPC/Cero defectos, muestran un bajo grado de difu­ calidad (Posthuma, 1991, citado por Kaplinsky, 1992: 140). Mien­
sión en los cuatro paises considerados (PREAL:-OIT/ACDI, 1993a: 1 1). tras que los círculos de calidad se han difundido ampliamente, no han

-tílírjES" tti·
El Mundo del Trabajo 205
20"1 Revista isttnosrnertcsns de Estudtos del trabajo

implicado la participación e involucramiento de los trabajadores 1990). Un gran número de empresas de la metalmecánica menciona­
[Kaplinsky, 1992:141). La adopción ha sido más intensiva en los ron que habían tenido progresos en sus indicadores globales de
primeros años de los noventa cuando el gobierno brasileño elaboró productividad. Por ejemplo, 80 por ciento de ellas tuvieron mejoras
un programa para estimular la calidad y la productividad (Neves, en la calidad del producto (concordancia con especificaciones), 64
1993). Finalmente, en cuanto al nr pocas empresas han logrado por ciento en la producción física por persona, 60 por ciento en el
progresos sustanciaies (Kaplinsky, 1992). lesd-ttme del producto y 52 por ciento en el cumplimiento de
pedidos de clientes en los plazos acordados. El porcentaje promedio
5. Su segmentación para ocho indicadores globales medidos en el estudio comparativo
internacional fue de 49 por ciento y de 37 por ciento en los 13
En Argentina el aprendizaje tecnológico se presenta en regiones muy indicadores parciaies (PREALC-OIT/ACDI, 1993g:9).
industrializadas como el Gran Buenos Aires, Rosario y el Corredor En Colombia la productividad aumentó asociada con la Introduc­
Industrial de la Plata, por ejemplo [Gatto, 1990). No en todas las ción de tenologías sociales (Urrea, 1992: 144). En República Domi­
actividades modernas, como la electrónica exportadora en Tierra del nicana un estudio reciente (Mathews, en prensa, citado por Kaplinsky,
Fuego, entran .11 )IT/TQC (Ciccolella, 1988 citado por Gatto, 1990). 1992:156) encuentra un sustantivo mejoramiento productivo en
En Colombia predominan las nuevas tecnologías en procesos indus­ empresas exportadoras que utilizan estos sistemas: entre 1989 y
triales más continuos (Urrea, 1992). Por su parte, el TQC se 1990 el through put time cayó de 5 horas a 20 minutos¡ las tasas de
desarrolla más en empresas lideres en las regiones del Valle del defectos de lOa 4 por ciento; la productividad del trabajo (partes/
Cauca, Cali y Medellín (Oligastri, 1988, citado por Urrea, 1992). personas/mes) de 2 mil 982 a 4 mil 692¡ y el leed time de 12 meses
Respecto a 8rasil, la difusión de los nuevos métodos se presenta a 2-6 semanas.
en puntos críticos y en sectores específicos como la petroquírnlca
[Guimaraes, 1992: 121). Según Antunes Lima (1993) la adaptación 7. Su impacto laboral
del modelo japonés es extremadamente pobre y restringida en el país
y, en las más de las veces se dirige solamente a los programas de Dentro de la cuestión laboral se observan algunas regularidades. En
calidad total. Sobrihno y Assumpcao Bastos (1993) verifican, por Colombia se presenta mayor número de trabajadores temporales
ejemplo, una elevada polarización de calificaciones en las empresas (Echeverria, 1990 citado por Urrea, 1992)¡ lazos más estrechos
productóras de equipo en Rio Grande do Sul. entre trabajadores Y empresas sin mediación sindical (Urrea,
Por último, en México, aún en sectores exportadores en áreas 1992: 148). El actor sindical está claramente debilitado (Urrea,
green field se presenta gran heterogeneidad. La adopción del modelo 192: 152). Algo muy semejante ocurre en México (De la Garza,
japonés de organización es sistémica en Ford Hermosillo y Ford Carrillo y Zapata, 1993).
Chihuahua, al igual que en G.M. Ramos Arizpe, y muy reducida y Por su parte, en la metalmecánica brasileña, hay menos trabajado­
parcial la adaptación en las maqulladoras japonesas del norte del país res de producción ocupados, pero la mano de obra es cada veZ más
(Shaiken y Browne, 1991). Carrillo [1993b) encuentra tres trayecto­ estable y formalmente calificada dentro de las empresas (Fleury,
rias de adaptación de Ford con una misma filosofía organizacional. 1990). Asimismo, se evidencia que hay mayor compromiso de los
Covarrubias y García Flgueroa (1993) encuentra en empresas indus­ trabajadores, mayor escolaridad y mayor simplificación jerárquica
triales, agrícolas y de servicios en el estado de Sonora que no se han (Gitahyy Rabelo, 1988). Igual sucede en el caso automotriz (Carvalho,
conformado «bases Integradas y perdurables de productividad-cali­ 1989) (ambos casos citados por Guimaraes, 1992).
dad» como en los países desarrollados. Finalmente, en México, aun en una empresa muy productiva como
la Ford HermosIllo, se ha presentado una resistencia significativa de
6. Su impacto productivo los trabajadores hacia las nuevas prácticas organizacionales. Mientras
que en sus primeros tres años de operación la Ford Hermosillo
En México las empresas que han adoptado en forma sistémica el ]IT/ alcanzó la más alta productividad de \a firma a nivel internacional, se
TQCmantienen un elevado performance en productividad y calidad, presentaron altas tasas de rotación voluntaria en el trabajo y de
como es el caso de Ford Hermosillo (Carrillo, 1993b¡ Shaiken, ausentismo (Carrillo, 1993b¡ Shaiken, 1990).
"2l'J6
Revista latInoamericana de Estudios del trabaio
El Mundo del Trabajo 207
8. Sus limitaciones
y en la industria de máquinas en Brasil). Kaplinsky [1992:40)
Existen un sinnúmero de limitaciones para la adopción coherente del menciona que los gerentes medios han visto trastocado su papel
modelo. En términos generales, su principal problema es que el I central que mantenían en el fordlsmo-taylorlsrno. Y en cuarto lugar,
modelo tiene como característica central la naturaleza sistémica del la necesidad de aumentar la autonomía individual y grupal de los
J'T/TQC y su optimización es colectiva [en todos los niveles: trabaja­
trabajadores [Argentina, Chile y México).
dores, máquinas, plantas y firmas) y está basada en la En referencia a los problemas prioritarios en las relaciones de
autorretroalimentación [Kaplinsky, 1992:39). Esto cuestiona seria­ trabajo se mencionan los siguientes: a) insatisfacción de los trabaja­
mente las adaptaciones parciales observadas en los países latinoame­ dores con el sistema de remuneración [los cuatro países), b) falta de
ricanos. identificación del personal con los objetivos de las empresas (con
En términos generales, se observan diversas limitaciones naciona­ excepción de la industria de máquinas en Brasil); y c) insuficiente
les. En Argentina, Gatto [1990J menciona la existencia de region'es capacidad empresarial [de establecimientos o de asociaciones] para
con bajo nivel de proveedores y difusión de subcontratació'n, así negociar la ínnovación [Brasil y Argentina) [PREAlC-OIT-ACDI, 1993a:27­
como un fuen:e poder sindical centralizado. En Brasil, el SPC, que ha 29]. En el caso de Argentina, por ejemplo, resalta que no se tienen
sido tan difundido, tiene obstáculos que impiden su utilización previstas respuestas ante los problemas en la gestión de recursos
debido al alto analfabetismo de la mano de obra y a que esta práctica humanos [PREAlC-OIT/ACDI, 1993e:16).
requiere SPC en toda la cadena de proveedores y a la resistencia de
9. Sus potenciaiidades
los gerentes medios y de los propios trabajadores al develar las

intenciones de las gerencias [Kaplinsky, 1992:141). Guimaraes

[1992) menciona como obstáculos el acceso restringido a las nuevas


Pero no todo son limitaciones a la implantación del ]IT/TQC, también
tecnologías, el alto costo de los equipos y el bajo costo de la mano
existen factores nacionales y regionales que impulsan su adopción y
de obra. Meyer Stamer [1991) encuentra que los problemas
optimización. En términos generales, una de las principales ventajas
macroeconómicos son el principal obstáculo en este país [en parti­
comparativas es la existencia de ¡rreen fifed sites en varios países
cular el rol negativo de las altas tasas de interés, y el endémico
latinoamericanos derivada de la ausencia de la producción masiva y
problema de la falta de calidadJ [citado por Kaplinsky, 1992: 136­
de movimientos sociales y laborales -como ios existentes en los IAC
138). Aunado a ello se encuentran factores internos como la
[Kaplinsky, 1992:40)-. Esto es congruente con lo que encuentra
percepción de tas compañías sobre la necesidad de la adopción de las
Gatto [1990:83-85), quien seiiaia que en Argentina el perfil de
nuevas prácticas en el marco de un amplio mercado doméstico con
aparato industrial está lleno de rasgos idiosincrásicos que favorecen
baja calidad de los mismos. Finalmente, en México un estudio
ciertas prácticas del nuevo paradigma organizacional.
reciente sobre las maquiladoras japonesas concluye que hay obstácu­
La nueva tecnologia organizacional es intensiva en trabajo y
los significativos para que esta industria aumente su valor agregado
requiere poca inversión [en contraste con la automatización). Ade­
e introduzca nuevas tecnologias de producción. Kennoy, Romero y
más, puede funcionar con escalas reducidas, disminuye costos y es
Won Choi [1994:22) argumentan que en la medida que quede
funcional con el mercado doméstico [Kapllnsky, 1992:43). Todo ello
atrapada la maquiladora japonesa en trabajo intensivo y barato dentro
facilita enormemente la adopción, y explica en parte su difusión
de la cadena del producto, su crecimiento e innovación tenderá a
actual en los países latinoamericanos.
desaparecer ante la entrada al siguiente estado de desarrollo tecno­
A pesar de que hipotéticamente se requiere en el modelo una mano
lógico en dicha industria. de obra calificada y con alta y mediana escolaridad, se ha comproba­
Otras limitaciones no menos importantes que se han destacado en do que en casos particulares, como las maquiladoras en el norte de
la literatura se refieren al ámbito social. El estudio comparativo de los México [Carrllo, 1'993a) y en algunas empresas de Brasil, no es un
cuatro paises muestra claramente que en todos los casos el principal obstáculo la baja escolaridad [Fleury y Hurnphrey, 1993; Kaplinsky,
1992). El estudio deKarnlyarna [1994) acerca de la evaluación del
problema de recursos humanos es la ausencia de motivación y
performance en la írnplantadón del sistema japonés de producción en
compromiso con el trabajo. En segundo lugar la falta de cooperación
las maquliadoras japonesas en México en contraste con plantas
y comunicación entre mandos medios y trabajadores [Chile, México
japonesas en Estados Unidos y en los países asiáticos, concluye que
yen autopartes en Brasil). En tercer lugar la resistencia de los jefes
las condiciones externas de la sociedad mexicana son muy buenas
intermedios a la innovación técnica y organizacional [Chile, México
208 Revista utlnoamertcana de EstudIos del trabajo EIMundoa.~ 209

para el desarrollo del sistema japonés. lo mismo se ha encontrado en sectores modernos, particularmente en aquellos con necesidad de
las empresas maquilado ras coreanas en México. penetrar en los mercados de exportación, de acuerdo con priorida­
des y estrategias diferentes -según países, regiones y firmas-o los
10. Su futuro modelos de producción y organización implantados en América
latina, en los nuevos exportadores, los ritmos de adaptación, y las
El estudio comparativo entre Argentina, Brasil, Chile y México, nos trayectorias industriales y laborales, parecen tener diversas pautas.
brinda información acerca de las tendencias en la adopción del lIT/TQC la difusión de principios japoneses como el lIT/TQC y programas
en un futuro cercano (1993-1995]. Un resultado importante es que estadounidenses de relaciones laborales [Milkman, 1992; Carrillo,
las empresas mencionaron que habrá una gran difusión de la 1994] apoyan la tesis de la existencia de modelos hlbridos [Boyer y
«terclarlz aclón», principalmente la subcontratación de producción Freysennet, 1993 y 1994]. En tercer lugar, las variaciones de
(PREALC-GIT/ACDI, 1993a: 12]. Reduciéndose con ello el volumen de intensidad y contenido de la implantación del IIT/TQC están asociados
personal en el caso de Argentna (PREALC-OIT/ACDI, 199 3a: 14]. Un gran con las políticas particulares de cada firma, en especial de las
énfasis se dará a la gestión de calidad (SPC, Células U, Kstzen y ur) trasnacionales. En este sentido, las culturas corporativas tienen y
en los cuatro países durante los próximos tres años. «En la industria seguirán teniendo un rol trascendental.
brasileña de autopartes un porcentaje igual o superior a 60 por En cuanto a la difusión amplia o polarizada del lIT/TQC, se constata
ciento de las empresas muestreadas aplicará los cuatro tipos de que aún es marginal su difusión, pero se verifica que las presiones
programas. En la industria de máquinas ese porcentaje oscllará entre externas de competitividad impulsan una mayor adopción del sistema
25 y 38 por ciento ... y en México, entre 28 y 58 por ciento» (PREALC­ en un futuro cercano (PREALC-OIT/ACDI, 1993a].
OIT/ACDI, 1993a: 14]. Otro resultado importante es que en los cuatro A manera de conclusión se pueden proponer las siguientes hipó­
países considerados en dicho estudio las empresas aumentarán su tesis de trabajo sobre la difusión y adaptación del JIT/TQC en América
énfasis en los programas de capacitación de la mano de obra (ibid. latina (Humphrey y Carrillo, 1994]:
p. 19].
Según dicho estudio, en los próximos tres años se fortalecerá la Hipótesis 1: Hay un menor énfasis en equipos de trabajo,
tecnología de procesos debido a que se requiere incrementar el valor polivalencia y rotación sistémica del trabajo en plantas con operacio­
agregado y disminuir los costos. Si a esto le sumamos la situación nes simples, en contraste con las plantas que involucran procesos
inestable económica y politica de varios países y lo poco claro -en complejos de producción.
términos de su éxito- del modelo seguido de apertura, reestructu­ Hipótesis 2: las firmas trasnacionales y las grandes empresas
ración industrial y privatización, podemos pensar en un escenario nacionales tienen mayores recursos gerenciales con los cuales im­
con mayor incertidumbre. plantar internamente el JIT!rQC de manera más sistémica y efectiva.
Hipótesis 3: las firmas trasnacionales son más efectivas para
111. Conclusiones desarrollar el nr externo -integrando redes de calidad e implantando
la frecuencia y veracidad de tales proveedores-o Estos cuentan con
Dos debates actuales de enorme importancia para América latina más asistencia técnica y con mayores castigos o multas para las que
empiezan a perfilarse: a] ces factible adoptar en forma sistémica el no cumplen con los requisitos prestablecldos, en contraste con las
Justo a Tiempo y el Control Total de la Calidad en los países empresas nacionales.
latinoamericanos o sólo modelos híbridos?, y b] da difusión de estos Hipótesis 4: Un gran obstáculo en el desarrollo de las redes
principios es amplia y gradual o polarizada y marginal? internas jrr, es la limitada capacidad de las empresas locales para
los estudios en y sobre América latina desafortunadamente aún alcanzar las demandas de los innovadores líderes de la calidad y la
no permiten responder en forma cabal a estas preguntas, en parte por entrega.
lo novedoso del proceso, en parte por los ambientes económico­ Hipótesis 5: Una gran limitación en el desarrollo del TQC es la falta
institucionales tan disímiles en varios países y regiones. Sin embargo, de involucramiento de los trabajadores y la resistencia a los sistemas
la investigación existente brinda evidencias que nos permiten acercar­ de trabajo por las bajas remuneraciones.
nos a la formulación de escenarios en uno u otro sentidos. Hipótesis 6: Donde los sindicatos o las fuerzas laborales estén bien
En primer lugar, no es clara la adopción sistémica del IJT/TQC. En organizadas, las concesiones y los trsde offs serán necesarios para
segundo, si es evidente una amplia difusión de elementos parciales en asegurar aceptación con las nuevas prácticas organizatlvas. Habrá
2.10 Revista latInoamericana de Estudios del trabajo 2.11

también menos flexibilidad en los mercados internos de trabajo.


Donde los sindicatos son débiles o están ausentes serán más radicales Abstract
los cambios hacia la multicalificación, la interacción de tareas y el ,
trabajo en equipo. En este caso, la flexibilidad numérica será mayor The discussion about the new flexible production models,
y la garantia dei empleo menos protegida. postfordism or lean Production, from industrialized advanced
Hipótesis 7: la difusión y el desarrollo del uso sistémico del liT! countries, has presented a contradictory assumptlons for
TQC variará de acuerdo con la profundidad de la exposición de las latinamerican cases, such as Neo-Taylorism or tendencies
empresas a los estándares internacionales de competencia y a la toward Japanization at work. The arguments from impossible
naturaleza de los desafios que las empresas adquieran. transferability ot the new concepts because the cultural and
social context, to universal adoptlon of lean production, has
been misunderstanding the national and regional context whlch
adapted the systern or speclflc technics, and limited or potential
the modeJ.
The paper attempt to present the state of the art of new
technologies in the lndustry in different countries since the last
decade. It is fundamentally based on the paper presented at 93'
First Latín American Congress on Sociology ofWork celebrated
in Mexico and on recent research reports and literature.
It is argued there is major diffusion of [ust In Time and Total
Quality Control but in specific sector such as motor and in­
bond industries, and with different adaptations in new or
traditional sites, provoking upgradlng skills and productivity,
but with unclear better working conditions. It suggest the
necessity of make trajectories studies and put in a regional
framework the case studies.

Notas

I Las principales csrsctertsticss de/lIT y delTQC Que se han tomado en cuente en la


Iitersturs son: al reorgsnlrsctán gerencial -reducción de las dtvislones
depsrtsmenates. relocalizadón detss funciones deservtdo s lasáreasdepn;ducdón,
reducdon del número de niveles jerirquicos-,;' b} introducción de flujos y de los
ststemss de «jaleo» -cssillss, ksnbsn, etcétera-,' el Kalzen, cfrculos de csltdsd) d)
equipos de traba/o, rotscton de tsress y programas sistemáticos de apadt3dón
psrs la msyori» de los trabajadores de producdon: e} sistemss para deteasr
problemss de csltdsd, y resolverlos en las fuentes, responsabIlIdad del opeTador
sobre la cstkisd: f] reducción en número de proveedores, y estsbledmtento de
sIstemas en los proveedores que aseguren la cslidsd de las [provedariss; de los
componentes o tnsumos Integrados}; g) reducción en el número de ocupedones Y
niveles, amblo hada la educsaon, formadón y evaluación como aiterlo para la
promoción, éntssts en la poliviJlencld,. y h} derechos gerendales para conduar la
empresa /inanagmenl ri¡th lo manage} (sobre los slndicstos] (Humphreyy Camilo,
1994).
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Reseñas

Reestructuración productIva y respuesta sindical en México


De la Garza Toledo, Enrique, UAM-I, IIEC-UNAM, 1993. (Primer
lugar en el concurso de investigación económica, «jesús Reyes
Heroles», 1993j.

Este ensayo es resultado de un programa de investigación iniciado


hace diez años, y ha tenido también otros productos, como libros,
articulos en revistas especializadas y un programa de posgrado. En
este texto se intenta dar cuenta de los cambios productivos en
México desde la década pasada, así como de algunos de sus efectos
sobre los trabajadores y los sindicatos. Se trata, además, de buscar
un diálogo entre la economía, la sociología y la ciencia política.
1. Primero, se parte de la complejidad de los cambios en el plano
internacional desde la década pasada: transformación en la forma del
Estado; de las relaciones entre las clases sociales; en la economía; en
la producción, incluyendo de manera principal dentro de ésta a la
tecnología, la organización del trabajo y las relaciones laborales.
2. Además, se reconoce la crisis de los paradigmas que fueron
importantes hasta la década de los setenta: marxismo y keynesianismo
como ejemplos.
3. A diferencia de lo. que pasaba hasta los setenta, se considera
que la nueva ciencia social no puede ser reduccionista, por el
contrario, asumirá la no estricta traductibilidad entre discursos
teóricos. Pero a diferencia de la fragmentación posmoderna, consi­
dera que las relaciones entre discursos teóricos son posibles, aunque
no reducibles a la deducción. Las relaciones entre discursos aparen­
temente inconmensurables pueden ser duras o laxas, con continuida­
des y discontinuidades.
4. En esta medida, en esta obra no se considera tampoco que los
antiguos conceptos han perdido sin más su vigencia (la crisis de un
paradigma se sabe hace tiempo que no es función exclusiva de su
falsabilidadj. Es el caso de los conceptos de la economía politica.
Pero, a diferencia de ortodoxias mal entendidas, es inútil intentar
operaciones de reducción de las ciencias sociales o de los diversos

Rerisu l,¡tfnoJmeJ1ana de E5tudio5deJ Tn/;ujo, año 1, núm. 1, 1995, pp. 219-230.


220 Revista Lettnosmericsru de Estudios det trabajo Los Libros del Trabajo 221

ámbitos de la realidad social a la economía política. Por el contrario, -Está basado en el bajo salario.
el discurso' abstracto de la economía política debería buscar -Está fundado en la flexibilidad unilateral de las relaciones labora­
complementariedad con otros discursos teóricos (sin eclecticismo). les [flexlblldad en el sentido de eliminar trabas contractuales para el
De esta manera, en este texto se busca relacionar algunos de estos reajuste de trabajadores, el uso de trabajadores dentro del proceso
conceptos abstractos de la economía política con aquellos que de trabajo, con limitados incentivos por productividad).
provienen de las teorías actuales acerca del cambio tecnológico, de d) Frente a la reestructuración, los sindicatos han emprendido
la organización del trabajo y de las relaciones laborales. diversas estrategias:
Asimismo, coincidiendo con las nuevas perspectivas en las ciencias -El viejo corporativismo ha Intentado no perder posiciones presio­
sociaies que han roto con el estructuralismo, el funcionalismo y el nando a través de sus canales estatales tradicionales, sln tener una
positivismo, se considera que las estructuras (aun las económicas) no . propuesta propia de reestructuración.
determinan, síno presionan a los sujetos; dichas estructuras en todo -El neocorporatlvlsrno (Hernández ]uárez), construyendo un dis­
caso abren espacios para la acción viable de los sujetos voluntarios. curso productivísta e intentando intercambiar productividad por
De esta manera, el proceso de reestructuración emprendido en bilateralidad e incentivos con las empresas, pero de cualquier manera
México no tiene que ver estrictamente con leyes semejantes a las no menos sometido a la voluntad estatal.
naturales, aunque sí con condiciones que no dependen de la volun­ -El sindicalismo independiente tradicional buscando y logrando el
tad, pero que se complementan con las acciones de ios sujetos para enfrentamiento, que en la coyuntura desfavorable para los sindicatos
producir socialmente cierta direccionalidad en el proceso de cambio. en los últimos diez años, le ha significado importantes derrotas y la
Finalmente, el reto que en esta obra se plantea a la economía pérdida de muchos de los reductos que poseía.
política es el de intentar salír de su estancamiento por dos vías no -Eí nuevo sindicalismo independiente, tratando de negociar la
necesaríamente contrapuestas: primero, por la inclusión de niveles productividad, con dificultades por la resistencia de las empresas,
propiamente económicos poco desarrollados en la economía política; pero manteniendo al menos independencia con respecto del Estado.
pero, también, mediante el diálogo momentáneamente despreciado Sin embargo, a diferencia de las visiones estructuralistas se
con las otras ciencias sociales. Se reivindica aí mismo tiempo un considera que las tendencias antes apuntadas no son unilaterales ni
concepto de totalidad abierta (diferente del de modelo teórico) en las soiuciones adoptadas desde el poder del Estado son estrictamente
tanto reconstrucción de las relaciones pertinentes al objeto, sin inevitables, al menos en las formas específicas que hemos conocido.
cortes disciplínarios a priori; como alternativa a las visíones que Síno que, presionados por las estructuras los actores pueden acuñar
reducen la acción sóio a lo racional y consideran a lo que no es dentro de ciertos límites diversas estrategias viables de desarrollo y
disciplinario en economia como exogeneidades. que las soluciones para la economía también .se deciden en el terreno
5. Pero, Reestructuración productiva y respuesta sindical en de la política.
México, no es un libro puramente teórico, porque en él se aborda la
reestructuración productiva y la respuesta sindical en México. Alejandro Espinosa
a) En contra de anticuadas resistencias doctrinarias, se considera
que la modernización del aparato productivo es una realidad que ya
tiene más de diez años.
b) re ro que esta reestructuración es muy heterogénea, aunque es
importante (medida por lo que las grandes empresas aportan al
producto) se limita a un número pequeño de grandes empresas,
principalmente.
c) Que la reorientación económica del Estado, la apertura al
mercado externo y la reestructuración productiva son los terrenos
principales en los que se está acuñando el nuevo patrón de acurnu­
iación de capital en México. Hasta ahora, dicho patrón se caracteriza
por los siguientes rasgos:
-Es polarizante de la estructura productiva: tienden a separarse las
condiciones productivas y de' mercado de las grandes, medianas,
222
l?eY!st.1 LatInoamericana de Estudios del trabajo
Los LIbros del Trabajo 223

los trabajadores por cuenta propia del Gran Buenos Aires: Sus
estretegiss educativas y ocupaciollales Mujer, rehgián e industria. Fsbricato 1923-1982
Gallart, María Antonia; Moreno Martín; Cerruti, Marcela. Cuaderno Arango, Luz Gabriela, Ed. Universidad Colombiana, 1991, 339 pp.
del Cenep (Centro de Estudios de Población), Buenos Aires, 1991. (Colección Clío de Historia Colombiana).

La publicación presenta el informe final de un amplio estudio Luz Gabriela Arango Gavina, socióloga de la Universidad Paul Valery
empírico sobre el trabajo por cuenta propia en [a zona metropolitana en Montpellier, Francia, obtuvo su doctorado en Sociología en la
de Buenos Aires, Argentina. Se basa en dos fuentes diferentes: Escuela Práctica de Altos Estudios de Ciencias Sociales en París. Es
primero, en un análisis cuantitativo-descriptivo del mercado de profesora e investigadora de la Universidad Externado de Colombia.
trabato en el Gran Buenos Aires [con base en la «Encuesta Permanen­ Su investigación, MujeJj religión e industria... fue realizada con
te de Hogares» de 1985) y, segundo, en un análisis cualitativo­ apoyo de la Fundación para la Promoción de la Investigación y la
interpretativo de más de 60 historias de vida de un grupo de Tecnología del Banco de la República. Ella nos permite tener una idea
trabajadores por cuenta propia, varones y mujeres, de niveles inter­ de las vidas y los sentimientos de las obreras.
medios de lnstrucctón (cornerclantss y oficiales). Un resumen general Su estudio es de carácter monográfico y trata sobre el caso de la
del estudio es: «Los cuentapropistas en su conjunto no -aparecen empresa textil Fabricato -localizada en Antioquia, Colombia-¡ esta
como un grupo marginal dentro de la población ocupada: sus niveles empresa se presentó como una comunidad religiosa su! generis, ya
educativos y de ingresos no son sustancialmente diversos de los Que dentro de ella se daban prácticas religiosas, e incluso el recurso
correspondientes a los asalariados en general pero, sí se introducen «religión» constituia el mecanismo de control disciplinario entre las
como variables intervinientes el género y el tamaño del establecimien­ obreras, quienes practicaban una castidad casi absoluta desde que
to (en el caso de estos últimos), Se pueden apreciar diferencias ingresaron -en su rnayorta-e- en las décadas de los veinte y treinta,
relevantes» (pág. 121).
permaneciendo allí toda una vida. Se pretendía conservar una socia­
A pesar de que las fuentes de datos no son las más actuales, e! bilidad tradicional puesta al servicio de la rentabilidad capitalista, es
trabajo de Gallart y otros sigue siendo muy interesante, sobre todo decir, la tradición -reinterpretada- en beneficio de la producción.
por dos razones: Prlrncro, combina métodos cuantitativos y cualita­ Entonces la empresa no sólo produce tejidos industriales, sino que
tivos para analizar este fenómeno tan importante del trabajo por se ufana de fabricar «tejido social" a precio del sacrificio individual.
cuenta propia, y, segundo, más allá de la conclusión general propone Para la investigación se determinaron cuatro etapas: Primera, el
una tipología de tres segmentos diferentes del trabajo por cuenta «paternalismo cristiano» (1923- 1944); segunde, implantación de la
propia que puede ayudar mucho a matizar ios debates. Estos rres ingeniería industrial (1945-1959); tercera, relaciones humanas (1960­
estratos son: un grupo de bajos ingresos, baja calificación e inesta­ 1973); y cuarta, crisis econórnica y derrumbe de la empresa [1974­
bilidad en el empleo, que comparte los rasgos de los llamados 1982). Después se recurrió a información heterogénea, obtenida
trabajadores marginalizados; un segundo grupo con estudios más mediante diversos procesos de recolección y utilizando métodos
avanzados y de origen urbano, que se ubica en nichos de específicos para cada etapa: archivos de la propia empresa con el
comercialización o de servicios y que tiene acceso a la clase media; objeto de establecer las políticas generales Que Fabrlcato tuvo con las
y un tercer grupo Que, aparte de una preparación mayor y un obreras, y entrevistas que se hicieron a personas con el fin de recoger
dinamismo en la movilidad, Se encuentra en núcleos de servicios de rasgos esenciales de su «trayectoria de vida» para situarlas en el
alta tecnología o en comercios para sectores de fuerte poder contexto de la vida de la historia familiar en Que se desarrollaron
adquisitivo y donde predominan los varones. [primera etapa). Se retomaron las nóminas antiguas y con base en mil
525 hojas de vída de las mujeres obreras [archivo personal de la
Ludger Pries empresa) y teniendo en cuenta su situación, se les clasificó en:
jubiladas, activas y retiradas [segunda etapa). De estas últimas, se
obtuvieron datos como: año de ingreso, estado civil, antigüedad,
municipio de origen, nivel de escolaridad y las causas de retiro de
cada una de las trabajadoras. Además, se definieron cuatro genera­
ciones históricas de las obreras (1923-1924,1945-1959,1960­
Los Libros del Trabajo
225
224 Revista tsttnasmertcsns de EstudIos del trabajo

1973, 1974-1982) según la periodización de las polítlcas ejercidas


por la empresa. Se hizo una revisión bibliográfica con la intención de
localizar la historia de Fabricato dentro del desarrollo económico, Trabajadores Y condiciones de trabajo
legislativo y cultural, fundamentalmente de Antioquia, con escasas Prieto, Carlos (dir. y coord.) Ediciones HOAC, Madrid, 1994.
referencias al contexto nacional. Cabe señalar que no queda muy
claro qué materiales se emplean en la tercera y cuarta etapas, pero El esfuerzo colectivo de este texto plantea como punto de partida
suponemos que se deduce de la información obtenida. considerar las condiciones de trabajo en una perspectiva más amplia
Dentro de las características esenciales de la investigación pode­ que la usual. El análisis sociológico que se hace de las condiciones
mos mencionar: a)el trabajo exclusivamente femenino, b) la moral de trabajo en España supone tomar e-n cuenta una dimensión poco
ejercida por las trabajadoras veteranas o religiosas que dirigían el empleada para el análisis: la de las condiciones de empleo, sobre
«patronato», c) el ingreso como obreras desde muy jóvenes a la todo a partir de dos sujetos concretos, los jóvenes y las mujeres. Se
empresa y d) la práctica de castidad por parte de las mismas para incluyen las condiciones de empleo pues éstas hacen ahora una
comprometerse con la empresa toda una vida. diferencia importante, ya que en ei contexto de la reestructuración
Según la autora, el análisis está articulado bajo dos aspectos: 1) productiva se han modificado las situaciones de empleo; entre otras,
explorar la interacción entre estrategias patronales y estrategias el crecimiento de la población no ocupada, la disminución de
familiares y las consecuencias en la definición de las existencias de las empleos fijos y la existencia de trabajos de tiempo parcial. Es decir,
obreras industriales antioqueñas. 2) Determinar el papel de la han hecho su aparición condiciones que dificultan la seguridad del
identidad regional en la formación de la población obrero femenina empleo.
en Anticqula. Como parte del marco general, se hace una crítica de los modelos
De lo anterior se desprende que las estrategias familiares y económicos que se han puesto en práctica en España, además de
patronales concuerdan con la exigencia a las obreras de un trabajo referirse al papel del Estado, al comentar el conjunto de la regulación
prolongado que requiere, a su vez, la preservación del celibato y la pública sobre las condiciones de trabajo. Un tercer aspecto es el
castidad. Mientras en el hogar una o varias hijas esperan ser planteamiento de la segmentación dentro de las condiciones de
aspirantes, concibiendo previamente una disponibilidad absoluta para trabajo.
asumir una maternidad sustituida hacia sus sobrinos huérfanos o Una característica presente a lo largo del texto es la crítica al
abandonados, además de asumir el sostén económico. Empresa y modelo neoliberal; en ese sentido, ei mercado de trabajo más que
familia se encargan de vigilar la virginidad y la moralidad de las entenderse como una relación entre individuos, se entiende como
obreras, esperando preservarlas de cualquier Intento de autonomla cualquier fenómeno social, como una construcción sociohistórica.
sexual o económica. En cuanto al trabajo, tanto la unidad farnlllar Esto, porque puede verse que en la práctica se discrimina entre
como la empresa tienen el interés de asegurar la estabilidad de la fuerzas de trabajo de capacidad similar, además de que el acceso al
trabajadora, lo que le permite a la familia beneficiarse con el trabajo mercado está condicionado por la posición social. Más todavía si
de la hija durante un largo tiempo. tomamos en cuenta la presencia del Estado, cuya huella se observa en
Se definen básicamente cuatro aspectos fundamentalmente dentro el derecho del trabajo. Ello implica que junto con la lógica del
de la empresa: a) la selección de la mano de obra; b) la relación que mercado sea necesario considerar la acción de los agentes sociales.
se da entre la empresa y mercado de trabajo; c) criterios sociales: ¿Cuáles son los cambios que remiten a la consideración de las
edad, sexo, origen rural o urbano, nivel de escolaridad; y d) criterios condiciones del empleo como un elemento primordial en el análisis
técnicos, específicamente capacitación. de las condiciones de trabajo? Para el caso de España, se habla de
grandes cambios en un espacio pequeño de tiempo, cambio compri­
Maria JoseRna Gómez Ramlrez mido le llaman. Entre esos cambios se encuentran: la composición
sectorial, donde se observa un fuerte desplazamiento de la población
ocupada hacia los servicios; asi como el tamaño de las empresas, las
cuales cuanto más pequeñas mayor es el crecimiento de su empleo.
Por otro lado, el nivel de formación de la población ocupada ha
aumentado, su promedio de edad se concentra en las edades
centrales y existe mayor presencia de las mujeres.
227
226 Revista tstmoamertcsns de EstudIos del trsbsto Los LIbros del Traba]o

Para hablar de los jóvenes y su acceso al mundo del trabajo, se


recupera la idea de que hay varias juventudes relacionadas con varias
transiciones laborales. Para ello, se propone considerar el contexto Modernización Empresarial: Tendencias en América Lstin» y
histórico laboral, y luego el poder de negociación de mercado, Europa
definido a partir del origen de clase, fracción o estrato social. De ahí Dombois, Rainer y Ludger Pries, Fundación Frledrich Ebert de
se deriva la distinción entre dos tipos de juventudes [la del pleno Colombia [FE5COLJ y Editorial Nueva Sociedad, 1993.
empleo y la del paro de masas], y dos transiciones diferentes
[temprana, rápida y segura, la primera; lenta, dificil e incierta, la La transformación de la economía mundial durante los ochentas, es
segunda). considerada por múltiples analistas como un hito en la historia
Otro de los aspectos tomados en cuenta en el análisis es el económica y social. Este proceso estructural, denominado por algu­
referente al trabajo de las mujeres, que en España ha ido en ascenso nos de los autores del libro en cuestión, como Modernización de la
desde los años sesenta. El crecimiento del sector de servicios ha Producción. Empresarial [Dombois, Pries 1993, 14J, abarca episodios
hecho posible la incorporación mayor de las mujeres al mercado de comúnes en América Latina y Europa derivados de [os cambios en el
trabajo; sin embargo, en esos empleos formales se tienen como tipo predominante de producción.
características el subempleo, la segregación, el trabajo a tiempo Estas transformaciones, que algunos definen como tránsito al
parcial y la discriminación salarial. post-fordismo Y neo-fordismo [Leborgne y L1pletz, 1991 J, otros
Junto al análisis de los jóvenes y de las mujeres, se hace referencia como un nuevo paradigma tecno-económlco o especialización flexible
también al empleo derivado de la economía oculta o informal, donde [Piaré y Sable, 1984J, así como la posibilidad de una segunda
ías condiciones laborales son mucho más desventajosas que en el «encrucijada industrial», han acarreado novedades adicionales al
mercado formal. En este tipo de economía vuelven a aparecer jóvenes campo del trabajo en el proceso de introducción de nuevas tecnolo­
y mujeres, junto con trabajadores de escasa calificación, es decir, gías, en las formas de organizar el trabajo, en las políticas de personal
justo aquelios que tienen serios problemas para ingresar al mercado y en los cambios en el protagonismo del Estado y los sindicatos.
formal, por lo cual deben aceptar mayores jornadas de trabajo sin Los cambios, aunque en apariencia globales, están permeados de
pago extra, carencia de prestaciones y ausencia de organizaciones de matices. En el libro Modernización empresarial: tendencias en Amé­
defensa. rica Latina y Europa se muestran aspectos de tipo teórico y empirico
Finalmente, se hace un análisis del tiempo de trabajo y sus que constituyen un conjunto de reflexiones sobre distintas experien­
implicaciones para la vida de los trabajadores. Más que describir la cias nacionales en México, Brasil y Colombia, así como de ocho
historia de la reducción de la jornada de trabajo, se plantea primero países pertenecientes a la Comunidad Económica Europea, a lo largo
entender la concepción de tiempo en la sociedad moderna, que de tres apartados. En la primera parte del texto Dombois y Pries,
supone como rasgos específicos: la fragmentación, el sometimiento plantean e[ análisis de áreas de interés en el proceso de moderniza­
a una cronometría rígida, [a definición de pautas laborales muy ción productiva: el sistema de relaciones industriales, las estrategias
estructuradas y su organización en ciclos recurrentes. A esa rigidez de modernización empresarial y [as relaciones contractuales y labo­
cuantitativa en el estudio del tiempo de trabajo se le agrega una rales de la empresa en sus diferentes dimensiones Y desde una
dimensión cualitativa, cuya importancia se deriva no únicamente de perspectiva comparativa.
conocer las horas de trabajo, sino del qué hace en esas horas y en Este apartado tiene una gran unidad temática: hace referencia a ios
qué contexto lo realiza. Es decir, debe entenderse el tiempo no sólo actores de las relaciones industriales centrándose en ios ámbitos de
desde la perspectiva de la empresa, sino también desde la percepción la empresa. Además es interesantes observar cómo a través del
de los trabajadores. análisis comparativo de las relaciones industriales, se puede relativizar
Puede decirse que el conjunto de problemas descritos aquí, el supuesto de una difusión simultánea Y equitativa de procesos de
permiten una visión más amplia del estudio de las condiciones de modernización empresarial en países de Latinoamérica Y Europa,
trabajo y muestran la necesidad de conocer aquellos sectores de la como se muestra a lo largo del libro, a través de [as diferencias en
realidad que frecuentemente son abandonados por ser poco atracti­ el proceso de industrialización, en las estructuras sectoriales econó­
vos para la lógica del mercado de los sociólogos. micas, en la relación del sistema de educación y empleo, así como de
las estructuras del mercado laboral y de ias relaciones de trabajo de
José Refugio Muñoz Nava cada país.
228 Revista L3tinoamer!cana de Estudtos del trabajo Los LIbro'> del Trabajo 229

En este primer trabajo se plantean una cuestión importante: modernización, en donde los caminos son poco claros y sujetos a los
el-lasta dónde pueden establecerse tendencias comúnes sobre las comportamientos de los actores sociales más importantes.
formas en que las relaciones industriales responden a procesos de Ei ensayo igualmente, revela impactos importantes del proceso de
moderntzactón? Bajo estas interrogantes los autores finalizan este restructuración productiva en el modeio de desarrollo nacional, así
apartado planteando ocho posibles escenarios de actuación de la como los principales cambios a nivel tecnológico y de formas de
modernización, desde la posibilidad más conflictiva hasta la más organización del trabajo en México. Los autores Finalizan mostrando
concertada. tres ejemplos de ampliación de nuevas formas de organización del
En la primera parte del texto, se encuentra también un trabajo de trabajo en el sector automotriz y de manufacturas para la exporta­
corte teórico planteado por [ohn Humphrey cuya reflexión se centra ción, en donde identifican la confrontación entre las normas tradíclo­
en la investigación comparativa de las nuevas formas de organización nales y las nuevas formas de organización del trabajo, la desregulaclón,
del trabajo y su relación con las posibles transformaciones en las' el delibilitamiento de los sindicatos y un proceso de flexibilización
políticas laborales y las relaciones obrero-patronales, analizando autoritaria por parte de empresas.
especialmente la llamada organización japonesa del trabajo. Los artículos de Urrea y Weiss de Belalcázar sobre el caso
A través del texto, el autor logra captar los principales debates y Colombiano muestran un escenario ya común en América Latina de
estrategias de estudios comparativos, enfatizando la necesidad de crisis y fuerte endeudamiento externo, lo que generó en Colombia
estudiar los procesos de modernización empresarial, tanto como la una política de apertura de ios mercados internos, el retiro del
forma en que esta modernización cambia y es determinada por Estado como gestor de la economía, así como la desregulación del
patrones de utilización de mano de obra y relaciones industriales. mercado de trabajo como consecuencia de las reFormas laborales.
Finalízando con una propuesta de orden metodológico en relación a Urrea muestra en su trabajo el proceso de incorporación de
la investigación empírica comparativa, en donde ésta puede ser una nuevas tecnologías, modernización empresarial y estilos de relaciones
mejor alternativa, que tratar de predecir las tendencias con base en industriales gestadas a partir de la década de los ochenta.
generalizaciones de casos específicos o comparativos inmediatistas Específicamente en este último punto el autor encuentra una práctica
de sistemas nacionales contrastantes. [p.S8] empresarial autoritaria junto a un sindicalismo históricamente repri­
La segunda parte del libro está dedicada a las distintas experiencias mido y una fuerte heterogeneidad de relaciones contractuales, lo que
de modernización en América Latina, en donde se analizan los casos lleva a diferenciar cuatro estilos de relaciones de trabajo: paternalismo
de México, Colombia y Brasil. En el primer ensayo orientado al sin sindicatos, autoritarismo empresarial con sindicatos débiles;
análisis de México, Francisco Zapata ofrece una amplia visión del tolerancia conflictiva que acepta la negociación con sindicatos con­
desarrollo de los sindicatos y la política estatal en América Latina en flictivos y la concertación negociada. El autor concluye enfatizando la
contextos específicos de ruptura y democratización, en donde es urgencia de redefinir el contexto y las estrategias de acción de los
posible identificar cambios en las formas de acción sindical, así como trabajadores.
elementos de su actual crisis. El ensayo de Weiss de Belalcázar enfatiza las tendencias del cambio
Este trabajo concluye con una posición sugestiva respecto al organlzatlvo, como son la burocratización del régimen empresarial
sindicalismo de hoy en día: la necesidad de desarrollar nuevas tradicional, la profesionalización de la gestión y la taytorlzaclón de
estrategias de afiliación y reivindicativas, las cuales deberán ser los procesos productivos, a los que se les sobreponen, en ocasiones,
acordes al nuevo modelo económico. nuevas estrategias de organización. Se destaca en el análisis de la
Por otra parte, el ensayo de Bizberg, De la Garza y Montiel, introducción de los circulas de control de nuevos conceptos
muestra la compleja situación de la modernización empresarial y participativos y los estilos de gestión tacnocráttco-aurorltarlos, que
sistema de relaciones laborales en México.En donde el papel del dificultan la aceptación o éxito de las nuevas formas de organización.
Estado ha sido determinante por su carácter corporatívlsra-aurortrx; Por otra parte, los tres ensayos dedicados al análisis de Brasil, nos
rio en el sistema de relaciones industriales. ofrecen un amplio panorama del proceso de modernización industrial
Los autores nos ofrecen una reconstrucción histórica del rol del y de relaciones industriales, asi como del importante papel protagónico
Estado en ia definición de las relaciones laborales en México, así del sindicato como un movimiento social independiente desde 1978.
como su peso a través de las distintas estructuras sindicales y El trabajo de De Oliveira muestra una visión global del desarrollo
sistemas de negociación colectiva. La actual disyuntiva se encuentra histórico de las reiaciones industriales, enfatizando tres líneas estra­
en la incompatibilidad entre el corporatiVismo y los proyectos de tégicas de regulación de los conflictos: el populista, ei paternalista y
230 Rovtsts Lsttnosmertcsns de Estudios del trsbsto

el conjunto de leyes laborales. Encontrando un avance relativo en el


PRÓXIMOS TEMAS CENTRALES
ámbito institucional-legal para los sindicatos y los trabajadores, pese
a la prevalencia de situaciones precarias. Mercados de trabajo

El trabajo de Guimaraes por su parte, presenta una visión crítica Distritos industriales

respecto a las perspectivas de la modernización productiva a princi­


pios de los años noventa, en donde evidencias de nuevos modelos de
producción no son elementos suficientes para suplir el fordismo INSTRUCCIONES ALOS/LAS COLABORADORAS
como modo de organización productiva. Por lo que una tarea central
sería distinguir entre los casos aislados o núcleos avanzados y La Revista acepta colaboraciones de investigadores lndependlente­
posibles pautas de desarrollo en el futuro industrial de Brasil. mente de su nacionalidad que aborden problemas laborales perti­
Finalmente De Paula Leite presenta un estudio de caso sobre" nentes para América Latina. Los artículos errpíricos pueden ' ser
empresas de máquinas herramienta, en donde muestra la comblnacíón balances nacionales y regionales o estudios de caso siempre y
parcial de los nuevos modelos de producción sin abandonar los cuando sirvan de ilustración para reflexiones teóricas o metodológicas
esquemas tradicionales, dando lugar a la coexistencia de un estatismo más amplias.
paternalista con un autoritarismo empresarial, en un amplio contexto Las propuestas deberán llenar los siguientes requisitos formales.
de desigualdad social.
En la tercera y última parte del libro, se encuentra un conjunto de 1. Los trabajos deberán ser enviados en diskette (word o word
articulas orientados al análisis de la difusión de la modernización de perfect 5.1) acompañados de una copia impresa en láser.
ocho países de la Comunidad Europea. Arndt Sorge se centra en la 2. Se admitirá una extensión máxima de 30 cuartillas, incluyendo
introducción de 1" tecnología en distintos contextos sociales y bibliografTa, notas} cuadros, gráficas y anexos (27 renglones por
económicos de la región, en tanto Wilkinson analiza los regímenes de página} 64 golpes por renglón).
justo a tiempo y de control total de calidad en las relaciones 3. En una hoja aparte deberán incluirse los siguientes datos: el
industriales en Gran Bretaña. Finalmente, el texto de Trinezek analiza nombre o nombres de los autores, su afiliación Institucional y
el sistema de relaciones industriales y el cambio tecnológico­ la dirección donde pueda localizarsele(s), teléfono, fax, correo
organizacional a partir de la comparación de los casos de Alemania electrónico.
e Inglaterra, presentando seis sugestivas tesis sobre los modos de 4. Se debe buscar el menor número posible de notas de pie de
implementación de los nuevos sistemas de relaciones industriales y el página. El contenido de éstas deberá ampliar o precisar elemen­
papel de los sindicatos. tos importantes del texto. De ninguna manera se deberán
El libro: Modernización Empresarial: tendencias en América Latina colocar sólo citas o referencias bibliográficas en [as notas de
y Europa constituye un trabajo bien realizado, además de tener una pie.
gran virtud, no plantea juicios definitivos y en cambio ofrece múlti­ 5. Las citas bibliográficas deberán estar integradas al cuerpo del
ples interrogantes. Ei tema de la modernización es visto desde artículo, usando el formato (Autor(es), Año, páginas). En el
diferentes ópticas y perspectivas conceptuales, lo que nos lleva a caso en que existan varias referencias correspondientes a un
cuestionarnos sobre el significado real de estos conceptos, asi como mismo autor(es) y a un mismo año, se distinguirá cada texto
de su contenido «novedoso». La lectura de este libro resulta acon­ usando la técnica siguiente:
sejable para todo aquel interesado en el actual panorama de moder­ Primer texto (Autor(es), Año, página);
nización. Segundo texto (Autor(es), Año a, páginas);
Tercer texto (Autor(es), Año b, páginas), etc.
María Eugenia de la O. 6. Las citas bibliográficas deberán aparecer al final del texto y
contener los siguientes elementos.
Autor(es), (Año de edición) "Título", Editorial, Lugar de
edlclón.. páginas citadas.
Autor(es), (Año de edición), "Título", en: compilador o editor
(Ed.), Editorial, lugar de edición, páginas citadas.
Autor(es), (Año de edición), 'Título", Revista, volumen, núme­
ro, lugar de edición, páginas citadas.
7. Los cuadros y gráficas deberán estar impresos en hojas aparte,
I señalando en el texto su ubicación aproximada. Colaboran en este número

Se deberá añadir un archivo de hoja de cálculo con los datos

i
originales que permitan reconstruir los cuadros o gráficas si
esto es necesario para la impresión de la revista.
8. Los artículos deberán ir acompañados de un abstract de no
más de media cuartilla en inglés.
9. La revista acepta también reseñas de libros de 5 cuartillas así
como notas críticas de congresos o seminarios importantes...
Juan José Castillo: Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universi­
dad Complutense, Madrid. Correo: FCPS, Soc.lll, Despacho 2213,
U. Complutense, Sornosaguas 28223 Madrid, España. Te!. (33-1)
10. Todas las propuestas enviadas a la revista están sujetas al .~
dictamen de expertos. Todos los números de la revista tienen 394- 2872; Fax (33-1) 394-2876
3 secciones: tema central; artículos varios y reseñas y notas John Humphrey: The Instltute of Development Studies, Sussex
críticas. El terna central es anunciado con anticipación; en University, Brighton. Te!. (44-273) 60-6261; Fax (44-273) 62-1202
ternas varios cabe cualquier artículo sobre el trabajo en América y69-1647
Latina. Laís Abramo: Organización Internacional del Trabajo [Ol'I], Comisión
Latinoamericana de Ciencias Sociales. Mail Casilla 16637 Correo 9
Santiago, Chile. Te!. (56-2) 248-6500; Fax [56-2)228-7079, E-mail
oitchile @ asear. puc.cl.
Cecilia Montero: CNRS, París. Mail Casilla 16637 Correo 9 Santiago,
Chile. Te!. (56-2) 248-6500; Fax (56-2)228-7079. E-mail cieplan
@ lascar. puc.cl,
Rainer Dombois: Universitat Bremen, ZWE Arbeit und Region, Postfach
d
330440,28334 Bremen, Tel: (49-421) 21883292; Fax: (49-421)
2182680, E-mail: rdomboiskua-bremen.de.
Ludger Pries: Maestría en Sociología del Trabajo, Universidad Autóno­
ma Metropolitana; Av. Michoacán y La Purísima sin, lztapalaps.
09340 DF; Tel: (525) 7244794, Fax: (525) 7244789
Marcia de Paula Leite: Professora-investigadora; Universidad Estadual
de Campinas; 13081-970 Campinas SP; Brasil, Tel: (55-192)
397512, Fax (55-11) 8537403; E-mail: mleite ccvax, unicamp.br
1 Alvaro Díaz: Ministerio de Economía de la República de Chile, Mail
~
Casilla 16637 Correo 9 Santiago, Chile. Te!. (56-2) 248-6500; Fax
i . (56-2)228-7079, E-mail cytec@huelen.Reuna.c!.
Jorge Carrillo: El Colegio de la Frontera Norte, Tüuana. Correo: P.O.
Box L, Chula Vista, CA 91912 USA. Te!. (52-661) 3-3535; Fax
(52-661) 3-3065; E-mail i. carrillo @bestsd.sdsu.edu

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