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Neumatología

Introducción

La teología significa simplemente pensar acerca de Dios y expresar esos


pensamientos en alguna manera. La frase sana doctrina, que Pablo usa,
significa doctrina saludable (2 Tim. 4:3; Tito 1:9). La doctrina saludable, o la
teología saludable, siempre se espera que resulte en una forma santa de vivir.
La teología saludable se expresa no sólo en un credo, sino en un vivir
fructífero; y una vida santa tiene que basarse en una teología saludable. Pero,
el conformar nuestras vidas a la imagen de Cristo es la meta definitiva al
estudiar la teología. Sin embargo, a fin de cuentas, ningún libro puede hacer
esto; solamente lo pueden hacer usted y Dios.

La Doctrina del Espíritu Santo (Neumatología)

I. La Personalidad del Espíritu Santo

La personalidad del Espíritu Santo contiene en sí misma los elementos de


existencia personal. Se puede decir que existe personalidad cuando se reunen
la inteligencia, la emoción y la voluntad (o conciencia del yo) y
autodeterminación en un individuo en particular.

A. Características personales atribuidas al Espíritu Santo:

1. Inteligencia (I Co. 2:10-11)

2. Voluntad (I Co. 12:11)

3. Amor (Ro. 15:30)

4. Bondad (Neh. 9:20)

5. Tristeza (Ef. 4:30)

B. Acciones personales atribuidas al Espíritu Santo:


1. Escudriña las cosas profundas de Dios (I Co. 2:10)

2. Habla (Ap. 2:7), clama (Ga. 4:6) y da testimonio (Jn. 15:26)

3. Intercede (Ro. 8:26)

4. Enseña (Jn. 14:26; 16:12-14; Neh. 9:20)

5. Conduce y guía (Ro. 8:14)

6. Llama y comisiona a hombres (Hch. 13:2; 20:28)

II. La Deidad del Espíritu Santo

Por la deidad del Espíritu Santo quiero decir que Él es uno con Dios, y uno en
la deidad, coigual, coeterno y consustancial con el Padre y el Hijo. Creo en los
nombres divinos que se le otorgan al Espíritu Santo los cuales son “Dios” (Hch.
5:3-4) y “Señor” (2 Co. 3:18).

III. Los Atributos Divinos del Espíritu Santo

Los atributos divinos que se le atribuyen al Espíritu Santo le pertenecen


solamente a Dios: eternidad (Hch. 9:14), omnipresencia (Sal. 139:7-10),
omnipotencia (Lc. 1:35), omnisciencia (I Co. 2:10, 11; Jn. 15:26; 16:12, 13) y
creación (Job 33:4; Sal. 104:30).

IV. La Igualdad del Nombre del Espíritu Santo

Creo que el nombre del Espíritu Santo está unido en igualdad con el de Dios y
el de Cristo en la comisión apostólica (Mt. 28:19), en la administración de la
iglesia (I Co. 12:4-6) y en la bendición apostólica (2 Co. 13:14).

Dios en Su Palabra, de muchas maneras inequívocas, proclama


distintivamente que el Espíritu Santo no sólo es una persona, sino una persona
divina.
V. La Obra del Espíritu Santo

Creo en la obra del Espíritu Santo. Al considerar la obra del Espíritu Santo,
necesitamos tener en mente la verdad de que todas las personas de la Trinidad
están activas en la obra de cada persona en el aspecto individual.

A. En relación con el universo material:

1. En la creación (Sal. 33:6; Job 33:4)

2. En la restauración y preservación (Gén. 1:2; Sal. 104:29, 30; Is. 40:7)

B. En relación con los hombres no regenerados. La obra principal del Espíritu


Santo es la de convicción.

1. Les testifica (Hch. 5:30-32)

2. Les convence y condena (Jn. 16:8-11; Hch. 2:36-37)

C. En relación con los creyentes:

1. Regenera (Jn.3:3-6; Tit.3:5)

2. Bautiza en el cuerpo de Cristo (Jn. 1:32-34; I Co. 12:12, 13; Hch.1:5)

3. Mora en ellos (I Cor. 6:15-20; Rom. 8:9)

4. Sella (Ef. 1:13, 14; 4:30)

5. Da seguridad (Ro. 8:14-16)

6. Fortalece (Ef. 3:16)

7. Llena (Ef. 5:18-20; Hch. 2:4; 4:8)

8. Liberta (Ro. 8:2)


9. Dirige (Ro. 8:14)

D. En relación con las Escrituras:

1. Es el autor de las Escrituras (II P. 1:20, 21; II Ti. 3:16)

2. El intérprete de las Escrituras (Ef. 1:17; Jn. 16:13-16; I Co. 2:9-14)

Las Escrituras fueron dadas mediante la inspiración del Espíritu Santo, y la


verdadera interpretación de ellas es posible solamente a través de la
iluminación del Espíritu Santo.

La espiritualidad significa una relación madura con Dios, lo cual todavía está en
progreso. Esto requiere por lo menos tres cosas: (a) la regeneración, (b) los
ministerios de Dios en la vida del creyente y (c) el tiempo para crecer en
madurez. La llenura se expresa en la frase griega pimplemi pneumatos agiou y
subraya el evento de estar lleno. Ocurre en Lc. 1:15 (Juan el Bautista), 1:41
(Elisabet), 1:67 (Zacarías), Hch. 2:4 (el grupo del Día de Pentecostés), 4:8
(Pedro), 4:31 (los creyentes), 9:15 (Pablo) y 13:9 (Pablo).

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