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MODULO 9: SOCIEDAD MEXICANA

CONTEMPORANEA
Unidad 1. Sociedad
Actividad 2. La diversidad en México
Alumno: Candelaria de Jesús Noz Navedo

Profesor: José Luis Barragán Ochoa


Grupo: M9C3G5-087

Matricula: E1505M09157

Clave de identificación:
NozNavedo_Candelaria_M9S1_LadiversidadenMéxico

Agosto de 2016
La diversidad en México. Prácticas de partería

Introducción

Una partera es una persona calificada para: acompañar orientar y atender a una
madre durante su embarazo, parto y postparto desde una perspectiva humana,
segura e íntima. Sigue los modelos de partería y atención humanizada con base
en la más reciente evidencia científica. Honra y aplica los procedimientos
tradicionales como la medicina herbolaria, el temazcal, baños medicinales y el uso
del reboso.

Durante todo el proceso atiende con sensibilidad, responsabilidad y autonomía a


la mamá y al bebé reconociendo las dimensiones espirituales, emocionales y
físicas, aplica medidas preventivas, el cuidado integral de la salud, la detección de
condiciones patológicas y la atención y referencia oportunas en caso de urgencia.

Ellas son “las que recogen bebés”; “las madrinas”; “las que soban”; “la abuelita
que cuida a la embarazada”; “mamá que ayuda a las que están embarazadas”, o
simplemente: “las parteras”. De norte a sur del país, más de 15 mil parteras
tradicionales indígenas acompañan diariamente a cientos de mujeres en el
proceso de dar vida. En 2014, según los certificados de nacimiento de la
Secretaría de Salud (Ss), más de 30 mil recién nacidos que llegaron al mundo
fueron asistidos por parteras.

Desarrollo

Entre las semejanzas que encontramos podríamos decir que están los cuidados
que se le dan a las mujeres, ya que cada mes acuden con las parteras para que
por medio de masajes vayan acomodando al bebe, de igual forma tenemos que
administran un té de hierbas para poder aligerar el trabajo de parto de las mujeres,
en los cuidados del recién nacido, ya que lo bañan, lo pesan, le toman las medidas
y se lo entregan a la mama.

En cuanto a las diferencias que encontramos el tratamiento que se le da a la


placenta, ya en un lado nos dicen que la entierran y en el otro no dice que trato se
le da; para la expulsión de la placenta en un lado comentan que para ayudar a
realizar le dan cerveza a la parturienta, en el otro lado solo hablan de la expulsión
de la placenta; el tratamiento que se le da al curado de la hemorragia, en una lado
indican que la parturienta solo se pone de pie para que salga lo que falta de
sangre mientras que el otro lado indican que con algodón se auxilian para
contener la hemorragia.

En cuanto a mi experiencia con las parteras puedo decir que de 7 hermanos que
somos 6 nacimos con una partera que atendió a mi mama en nuestra casa y en
nuestra mesa, ya que anteriormente se utilizaba más el uso de estas mujeres que
ayudaban a otras para realizar estos trabajos de parto para dar a luz a sus bebes.
De lo poco que comenta mi mama de aquella situación, recuerda que fue un
proceso en realidad rápido, ya que mes con mes la venia a visitar “doña panchita”
para tallarle su barriga y platicar con ella de las situaciones que pasaba en el día a
día, de esta forma ella iba acomodando al nene en cuestión dentro de la panza de
mi mama, después de nacido lo limpiaba muy bien le cortaba el cordón y le curaba
con unas hierbas.

Conclusión.

Si bien los servicios de salud en muchas regiones indígenas son insuficientes para
responder a la demanda de atención obstétrica y más aún para hacerlo con
pertinencia cultural; han primado las indicaciones de alcanzar una cobertura total
de parto institucional, lo cual en la práctica significa una apuesta por la
desaparición de los recursos locales de atención como las parteras tradicionales y
por modificar el lugar social de estas terapeutas propias de los pueblos indígenas,
quienes en muchos lugares han sido relegadas a cumplir funciones de promotoras
o detectoras de riesgos, pero no a ser responsables de la atención del parto.

Está comprobado que una partera con las competencias requeridas puede atender
partos de bajo riesgo, y de este modo ofrecer un servicio más cercano que brinde
mayor posibilidad a las mujeres de ser protagonistas de sus partos. Por otra parte,
hay experiencias concretas de parteras organizadas, como las de las Casas de las
Mujeres Indígenas, varias de las cuales realizan atención de partos y servicios
amplios de salud sexual y reproductiva en zonas indígenas de Chiapas, Guerrero
y Oaxaca, entre otras. En todas estas regiones las parteras tradicionales son un
recurso fundamental para la atención de las mujeres durante el parto, pero sus
posibilidades de acción se van reduciendo de manera sustantiva frente a un
modelo que prioriza las intervenciones médicas y el segundo nivel de atención,
incluso cuando se trata de partos eutócicos o de bajo riesgo.

Es una tarea urgente modificar el modelo de atención que actualmente tenemos e


incorporar en un lugar protagónico a todas estas mujeres que desarrollan el oficio
de la partería, garantizando la vida y la salud para las mujeres y sus recién
nacidos.

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