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INFIERNOS TAN TEMIDOS

¿Está bien ser un poco cruel con tus personajes de ficción? Por supuesto, en la ficción todo se
puede y, si andamos en busca de un “espacio seguro”, nada más seguro que la ficción para
juguetear con la humanidad. En eso pensaba mientras leía los relatos de la colombiana Margarita
García Robayo.

COSAS PEORES (Premio Casa de las Américas 2014) es un conjunto de cuentos en apariencia
ligero, muy sencillo de leer, escrito con ánimo lúdico y varias pizcas de humor negro. No la pasé
mal, pero en el universo de García Robayo hay tan poca empatía por la grisura y mediocridad de
los personajes que por un momento pensé que la crueldad iba un poco en serio.

El relato que da título al libro cuenta la historia de un niño mórbidamente obeso, cuya enfermedad,
con los años, le impone limitaciones hasta aislarlo del mundo. Madre y padre se adaptan
rápidamente a sus males, lo cuidan, le dan ánimos y lo protegen. Sin embargo, ambos viven ajenos
a la honda depresión que, por dentro, siente Titi. “Esto era lo que la vida les había puesto”, piensa
la madre, “las cosas estaban bien. Relativamente bien. Y que peor sería… Tantas cosas. Había cosas
peores”. Poco sabe ella que, lo que quiere Titi en el fondo, es suicidarse.

El relato no está escrito desde el drama, sino desde cierta ligereza, como si Robayo le rehuyera el
sentimentalismo para abrigar la distancia emocional de la ironía: en efecto, siempre se puede estar
peor. Sucede lo mismo con el relato que abre el libro, “Como ser un paria”, sobre una mujer de
cincuenta y siete años que se recupera de un cáncer severo, pero cuyo cuerpo no puede responder
a las demandas de una dolce nueva etapa de comidas, fiestas y bebida. Al final, la protagonista
exclama que se siente “perfecta”, pero no queda claro si debemos celebrar a una mujer resiliente o
compadecer el patetismo de la negación.

Mucho de lo “peor” que le puede suceder a esta humanidad proviene de los temores sobre el paso
del tiempo, la vejez y la decadencia del cuerpo. Esto es curioso (o quizá no), porque García Robayo
es una autora bastante joven. En “Sopa de pescado” un anciano sufre de extrañas pesadillas en las
que ve a su difunta esposa resucitar para tener una fogosa vida sexual. El final tiene un giro
sorpresivo, pero se entiende que las pesadillas no serán lo peor que le suceda.

Nada de lo anterior va en contra del evidente oficio que tiene MGR, una de las plumas
colombianas jóvenes con mayor proyección hoy en día. COSAS PEORES es impecable como
hechura y hace alarde de una economía narrativa que tiene muy bien aprendidas algunas lecciones
del periodismo: precisión sin regodeos. Una vez que se entra en ritmo, las historias hallan mayor
contundencia. Imperdible “Lo que nunca fuimos”, el tragicómico romance entre una universitaria
posmoderna y un chico tradicional abiertamente manipulado que no entiende nada de lo que dice.
“No puedes pretender que dejemos de ser lo que nunca fuimos”, le lanza ella como si sustentara
una tesis. Y ese es otro de los temas por que quizá valga la pena releer a García Robayo: no es nada
complaciente tampoco en su forma de representar a las mujeres. Vale.

3/5

COSAS PEORES (relatos)


Margarita García Robayo
Alfaguara (2014)
134p.

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