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Metodología
Cada sesión tiene una duración máxima de 30 minutos donde los primeros
4 a 5 son para saludarse, acomodarse, sacarse los zapatos etc. Los
aproximadamente doce niños que participaron se distribuían en
colchonetas en el piso en la sala multiuso de su escuela. Una de las tías,
siempre estaba con nosotros para hacer de intérprete.
3
Mantra o canto en Gurmuki que se utiliza para comenzar una clase de Kundalini Yoga.
Gong. Este siempre fue proyectado con el Mantra4 Ra-Ma-Da-Sa, mantra
de sanación por excelencia.
Primera Sesión
4
Mantra es un canto en Sánscrito, Gurmuki u otra lengua que tiene por objeto proyectar la mente.
amantes de esas nobles almas, cuyo único fin era servirles de la mejor
manera.
Luego a hacer yoga, alguno de los niños habían practicado yoga antes en la
misma escuela, sin embargo, esto no nos eximía de complejidades; sus
edades, pues teníamos niños desde 3 a 15 años, cada uno con una madurez
diferente, una forma de comportarse diferente y como siempre nuestra
limitante, la comunicación.
Explicarles lo que era el Gong, prepararlos para lo que les podría pasar
basados en la experiencia con adultos que oyen a la perfección… Hubo que
ser cautelosos, lúdicos y con la convicción que lo que hacíamos marcaría
precedente para nuevas investigaciones. ¡Vamos!, “...niñas y niños, se van
a recostar mientras vamos a tocar este instrumento que se llama Gong,
proveniente de culturas del oriente” ¡alto! – La tía nos hace callar porque
vamos muy rápido. Todo de nuevo, hasta que de pronto, silencio … ¿Cómo
le explicas a un niño de 3 años que puede experimentar movimientos
involuntarios de sus extremidades, que le puede dar risa, miedo, ganas de
llorar, sentir que su cuerpo se desintegra o que flota sin que quiera salir
corriendo despavorido?. Bastó sólo con invitarlos a conocer este
instrumento y presenciar sentados o recostados, según fuera su gusto, era
sólo una invitación a descansar y observar. Los adultos nos complicamos
más de la cuenta.
Primera intervención con el Gong, cinco minutos, una sorpresa, ¿Por qué?,
muy sencillo, sintieron que volaban, que les hacían cosquillas por todo el
cuerpo, relajo, ganas de dormir, a uno lo tuvimos que despertar, pero hubo
otros que se asustaron que no podían explicar lo que sentían, tampoco
podían identificar si era agradable o desagradable. Conclusión, esto parece
que va a funcionar.
Segunda sesión
Aquí fue un poco más sencillo, ya conocían la rutina, pero algunos pedían
dibujar, sentían que era parte de la práctica, así que resolverlo nos tomó
algunos minutos adicionales. Una variable que nos complicaba era que los
niños no cerraban los ojos durante la relajación y esto se debía a que este
es su único vínculo con el medio, si cierran los ojos no saben lo que pasa, no
olvides que no pueden oír.
Tercera sesión
Nos esperaban para jugar a “hacer yoga”, sin zapatos, todos sentados
ordenados (al estilo niños) y dispuestos. Todo bien, aumentamos de 5 a 7
minutos, los invitamos a conocer el gong de cerca, a tocarlo, darle algunos
golpes con el mazo. Todo marchaba bien.
Fueron pasando las sesiones, los niños cada vez más contentos, uno que
otro sobresalto cuando se subía la intensidad del Gong, pero todo muy
bien.
Última sesión
Les pedimos que dibujaran tal como en la primera, que pusieran sus
nombres a los dibujos y que sería la última práctica que tendríamos, sus
rostros se llenaron de desconcierto, para ellos se había convertido en una
atractiva actividad. Les hicimos una sesión más larga, con amor y nostalgia,
donde la investigación no era el móvil, sino llenar de amor nuestros
corazones y fundirnos con el universo para danzar al son con esas almas en
los más sagrados espacios, volver a la fuente y fundirnos en una sola alma.
Al parecer estaba dando resultado.
Capítulo 3. “Resultados”
No fue complejo darnos cuenta de los resultados posibles, por cada sesión
que pasaba los niños mostraban un innato interés por participar de las
sesiones, sus rostros alegres cuando llegábamos nos hacía sentir que algo
bueno obtendríamos, pese a que nuestro objetivo seguía en la mira,
“Demostrar que la vibración del Gong va más allá del rango audible”,
éramos constantemente abstraídos por las clases, que en un momento
fueron planificadas para 30 minutos, y que se iban extendiendo poco a
poco.
Por otra parte, cabe destacar que de acuerdo a la filosofía yóguica y otras
culturas, el cabello juega un rol muy importante, es como antenas que
captan señales sutiles, es una especie de extensión del sistema nervioso.
Existen muchas historias que señalan el poder del cabello, dentro de las
más conocidas está la de Sansón y Dalila, cuando ella le corta el pelo, él
pierde toda su fuerza. La importancia del cabello Yogui Bhajan lo explicó
así: “tu cabello no está ahí por error. Tiene un propósito definido, el cual los
santos descubrirán y los otros se reirán.” Podemos llenar varias páginas con
la importancia de mantener el cabello largo, sin cortar, pero te dejamos la
invitación a seguir documentándote al respecto con el fin de pasar ya, al
análisis de los resultados. Lo importante que al observar los dibujos de los
niños tengas presente también lo mencionado respecto al cabello.
Cada vez que terminábamos una clase les pedíamos que nos contaran su
experiencia y el asombro fue que sentían lo mismo que manifiesta una
persona con buenos niveles de audición. Por ejemplo, sensación de
cosquilleo en el cuerpo, relajo total, algo en su corazón como presión o
alegría, lo que interpretamos como una liberación emocional.
Pero, ¿qué hay del factor tangible? Los dibujos. Ya debes haber notado
alguna diferencia. En el primero los niños se dibujan sin orejas, mientras
que transcurridas las 12 sesiones de Gong, se vuelven a dibujar, pero ahora
con orejas. ¿Qué sucede?, ¿Por qué aparecieron las orejas? ¿Hubo algún
tipo de sanación o percepción distinta al sonido que oímos siempre?, ¿se
vincularon con el medio de alguna otra forma?
Aún queda mucho por investigar, sin embargo, con sólo este antecedente
podemos decir abiertamente que algo sucedió con esos pequeños al
exponerse a la vibración del Gong que hizo que graficaran un sentido del
cual han carecido, en la mayoría de los casos, desde su nacimiento. Si
hablamos de audición, inmediatamente pensamos en las orejas.
"Los niños son seres muy sensibles, personas completas, con antenas de alta
potencia, que registran cada vibración a su alrededor total y profundamente".
Yogi Bhajan. Efectivamente ha sido así, los niños son seres altamente
receptivos y en este trabajo evidencian que a pesar de carecer del sentido
de la audición, pueden igual sentir la vibración del Gong. El porqué de los
resultados es materia para seguir investigando.
Este trabajo sólo busca abrir una puerta para continuar la construcción de
conocimiento en torno a este maravilloso instrumento, buscar nuevas
aplicaciones e incentivar el aprendizaje del Arte del Gong.
Queda abierta la invitación a estudiar el Gong, a interpretarlo, disfrutarlo y
a descubrir sus efectos.
¡Wahe Gurú!
Bibliografía