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Colonización Alemana.
Motivos de la ocupación.
Uno de los principales motivos de la emigración extranjera al Sur de Chile fue la necesidad de
expandir el territorio habitado por chilenos a fin de protegerlo ante cualquier intento de
ocupación (conquista de ese territorio).
Además los chilenos rehuían esta zona, por tener mejores perspectivas de vida en la minería
del Norte y carecer del empuje necesario para vencer una naturaleza tan hostil, por lo que fue
necesario buscar gente que trabajara esas tierras.
Otro factor, tal vez no tan relevante, es el referido a la mejora de la raza, trayendo habitantes
blancos (alemanes), se busco aminorar la presencia de indígenas en el territorio chileno.
Desde fines del siglo XVI estos parajes habían sido abandonados por los españoles luego de
la rebelión indígena de 1598, donde había muerto el gobernador Martín García Oñez de
Loyola en el desastre de Curalaba y habían sucumbido todas las ciudades fundadas al Sur del
Río Bíobío. Sólo en 1645 se había refundado Valdivia como defensa contra los ataques de
corsarios de holandeses e ingleses y 1793 se había refundado Osorno, como un poblado
destinado a asegurar la comunicación terrestre con Chiloé.
Luego de la llegada de los colonos alemanes, el 12 de febrero de 1853 se fundó Puerto Montt.
Comenzó con sólo 50 vecinos, para aumentar rápidamente después, a medida que llagaban
más inmigrantes germanos.
Se ha estimado que hacia 1860, terminada ya la primera colonización de toda la región, sólo
habían llegado 3.200 inmigrantes alemanes, los que habían tranformado el paisaje, pues en
vez de selvas se veían campos de cultivo, en especial con papas, lino, cebada; mientras que
las ciudades como Valdivia y Pto. Montt mostraban, cervecerías, astilleros, fábricas de
calzados, molinos y curtiembres.
Había sido tan rápida la valorización del terreno y el crecimiento económico que en le puerto
de Corral, el cual en 1845 sólo exportaba $50.000, ya en 1862 superaba los $300.000.
Condiciones para la instalación en le territorio nacional.
En 1845 se dictó la primera ley de colonización que procuró atraer la inmigración extranjera
para mejorar la raza nacional y colonizar las regiones del sur.
Poco después, un ingeniero prusiano llamado Bernardo Eunon Philippi fue el encargado en
Alemania, de buscar emigrantes a Chile, pero no consiguió mucho porque se exigía que los
colonos deberían ser católicos. Más éxito alcanzaron algunas compañías particulares que
lograron convencer a unos cientos de alemanes para que emigraran a Chile.
Para la recepción e instalación de los que llegaran a la zona se designó a Vicente Pérez
Rosales agente de colonización, con cede en Valdivia, que con su trabajo logró que la
empresa resultara exitosa.
Los primeros colonos alemanes llegaron a Chile en 1851. La revolución de esa fecha casi
interrumpe el flujo pues venían huyendo de ese tipo de disturbios. Hacia 1853, sin embargo,
ya sumaban más de mil, instalados en Osorno y Valdivia; y desde el Lago Llanquihue hasta
Puerto Montt. El estado los sustento durante un año, regalándoles semillas: cinco fanegas de
trigo y diez de maíz.
En poco tiempo los colonos producían más de lo que consumían: eran pues un aporte a
nuestra economía, el panorama natural de la región iba cambiando.
Personajes importantes.
Vicente Pérez Rosales(1807-1886): Escritor chileno. Nació en 1807, tres años antes de la
gesta emancipadora, integraba una insigne familia que contó con miembros en las juntas
nacionales de gobierno, contribuyó a financiar la revolución libertadora, dio héroes a la Patria
Vieja, y en la reconquista conoció el destierro de Mendoza y el de Juan Fernández. Fue niño
entreverado entre San Martín, O'Higgins y los Carrera en las reuniones donde su casa
solariega sirvió de confidente a osados proyectos libertarios, y niño en experimentar temprano
exilio.
En sus memorias, Recuerdos del pasado (1886), informa de su vital y polifacética existencia, y
de las vicisitudes de la naciente República chilena. Obras suyas son: Ensayo sobre
Chile (original francés, 1857; traducción al español, 1859) y, con ediciones
póstumas, Diccionario del Entrometido (1946, útil para el estudio de algunos chilenismos)
y Diario de viaje a California (1951). Murió en Santiago.