EL DEVOCIONAL DE HOY

“DIOS TE CONOCE,

APÁRTATE Y EVITA LA INIQUIDAD”

2 Timoteo 2:19

“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos;
y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.”

Este hermoso verso que nos habla del fundamento que Dios puso y usa, empieza con la
conjunción “Pero”, uniéndolo así con los versos anteriores donde Pablo le recomienda a Timoteo
que:

* “evitará profanas y vanas palabrerías” vr 16

* Las debia evitar porque “conducen a la impiedad y carcomen como la gangrena” vr 16,17

* ya habían 2 personas Hineneo y Fileto, “que se desviaron de la verdad”

* ”andaban enseñando una herejía, que ya se efectuado la resurrección, y trastornaban la fe de

algunos”

Ese el contexto inmediato del verso 19, y por eso Pablo le dice a Timoteo; “pero”, o sea, a pesar
de lo que te acabo de decir, que algunos se desviaron y andaban enseñando herejías que no están
en la palabra de Dios, hay un fundamento de Dios, el cual tiene algunas características especiales y
estas son:

1. Es el fundamento que Dios puso es sólido, inmutable, o sea ese fundamento no cambia y que
por lo mismo está firme y estará firme por siempre; este fundam según el contexto de toda la
biblia se refiere a Cristo, pues “nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual
es Jesucristo” 1 Cor. 3:11; y sobre ese fundamento se está edificando la iglesia, “siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo” Ef. 2:20-22.

2. “teniendo este sello”

En aquellos tiempos a los edificios desde sus fundamentos o bases se les ponía una inscripción o
sello, esa inscripción o sello identificaba, aseguraba y le daba sentido de propiedad a dicho
edificio, o sea ese sello demostraba que el edificio tenía un dueño; y de ahí saca Pablo la idea,
pues el sello de Dios igual asegura que alguien es propiedad de Dios; eso es lo que él apóstol igual
dice en 2 Cor. 1:22 y en Ef. 4:30, si alguien está edificado sobre Cristo es porque le pertenece a él.

3. : “conoce el Señor a los que son suyos”

Es interesante que el sello del fundamento de Dios tiene dos inscripciones que están
relacionadas la una con la otra, y el primero es este, “el Señor conoce a los que son de él,” a los
que le pertenencen a él, a los que son de su propiedad, así como “el buen pastor conoce a sus
ovejas”, Jn 10:27.

Esto lo dice Pablo para contrastar con Himeneo y Fileto que se desviaron de la verdad, porque no
le pertenecían a Dios, no tenían ese sello y esos predicadores que se desvían de la verdad para
predicar herejías, un día le dirá el Señor, “nunca os conocí, apartaos de mi hacedores de maldad”
Mt. 7:22, 23.

4. “Y: apartece de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.

Esta inscripción o sello va unida a la otra, pues los que Dios conoce que le pertenecen a él, estos
son los que invocan, claman al nombre de Cristo, y estas personas tienen como compromiso y
responsabilidad, apartarse de iniquidad, su deber como personas salvadas por gracia es que ellos
deben apartarse, eso es lo que es santificarse.

La santificación es un proceso que empieza inmediatamente después de la regeneración y

conversión, de ahí en adelante el cristiano con la ayuda de Dios y usando los medios de gracia,
deberá vivir apartándose del pecado continuamente (santificandose), y si una persona no está en
este proceso de santidad, sino que desviandose de la verdad es conducido más y más a la
impiedad, eso será señal que no tiene el sello de la santidad, pues en vez de apartarse del pecado
y de la iniquidad se acerca más a ella, que es lo que les había pasado a los dos tipos que Pablo
había mencionado antes.

Así que hermanos, la recomendación de hoy de Pablo a Timoteo y hacia nosotros es que si
tenemos el sello de Dios, el nos conoce que somos sus hijos, somos su iglesia y por lo mismo
invocamos el nombre de Cristo, entonces tenemos que apartarnos de iniquidad, tenemos que
evitar pláticas profanas que nos desvíen de la verdad, en otras palabras si somos de él, la evidencia
será que viviéremos y andaremos en el camino de la santidad.

Así que “apártate, evita todo lo malo, pues el Señor conoce que eres suyo”