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Cuestiones propuestas:
1. ¿Por que piensa Aristóteles que el hombre es el animal mas social de
todos? ¿Qué relación hay entre el habla humana y la justicia según
Aristóteles?
2. ¿Por qué piensa Aristóteles que el estado es por naturaleza anterior a los
individuos? Discute los argumentos con los que Aristóteles defiende su
opinión.
3. ¿Qué opina Aristóteles de los hombres asociales, que viven al margen de
la ley y de la justicia? Discute esta opinión de Aristóteles.
I. Consideraciones epistemológicas
A. Lenguaje, verdad y lógica.
B. Inferencia deductiva e inferencia dialéctico-argumentativa.
C. La teoría de la argumentación como lógica especifica de la racionalidad moral
y jurídico-política.
D. Dos enfoques contemporáneos de la teoría de la argumentación.
I. Consideraciones epistemológicas
DEDUCIR ARGUMENTAR
de la acción “x”, y u(x) es una función de utilidad tal, que si “ “es preferible
PREMISAS
- Hechos
OBJETIVAS:
- Verdades científicas
- Creencias de la audiencia
- Creencias comunes
- Testimonios
Por disociación
TIPOS DE ARGUMENTOS
VAN EEMEREN
Causales
Comparativos o analógicos
TIPOS DE ARGUMENTOS
DOUGLAS WALTON
fuente casos
1. De las consecuencias.
-De las alternativas 1. De la posición 1. Basados en casos
A. Razonamiento
A. Por asociación: A. Causales 1. De las consecuencias.
2. Abductivos.
1. Cuasi-lógicos B. Sintomáticos (signos) 3. Razonamiento causal.
2. Basados en la estructura
de la realidad. C. Comparativos o B. Argumentos basados en
3. Estableciendo la analógicos fuentes
estructura de la realidad. 1. De la posición de
conocimiento.
B. Por disociación. 2. Del compromiso.
3. Contra la credibilidad personal
4. De la aceptación popular
CLASIFICACIÓN ELEMENTAL:
II, Dialécticas:
-Cuasi-Deductivas:
.Entimemas cuasi-lógicos: De incompatibilidad, De la definición, Del contrario,
etc.
.Entimemas cuasi-matemáticos. Del todo y las partes, etc.
-Dialécticas:
. Vínculo de sucesión: causa-efecto, medios-fines, indicio-indicado, de la
dirección, etc.
. Vínculo de coexistencia: de la persona con sus actos, del grupo con sus
miembros,
del símbolo con lo simbolizado, de doble jerarquía, etc.
. vínculo de conveniencia: basado en el bien útil o pragmático, basado en el
bien
honesto o moral.
. Vínculo de semejanza: por el ejemplo, por analogía, etc.
Pregunta 2ª ¿Es una definición aceptada por los interlocutores, y que forma
parte de las premisas convenidas de la argumentación o de la
discusión crítica? ¿Qué aceptabilidad tiene la definición?
8. Argumento del peso de las cosas: <Del peso de las cosas; situación
determinante; efecto impersonal>. Esta forma dialéctica concluye liberando
a una persona de su responsabilidad personal, desde unas premisas en las
que se expresan unas condiciones o circunstancias determinantes de su
decisión o de su acción, sustituyendo el vínculo de la persona con sus actos
por un vínculo causal entre una situación determinante y una decisión o
acción determinada por ella. El argumento intenta demostrar que una
decisión o acción humana no fue libre, sino consecuencia inexorable de ciertos
acontecimientos o circunstancias, con el fin de diluir la responsabilidad
económica, política o moral del agente personal. Aplicando el modelo de
Toulmin, la situación determinante es el dato, los resultados impersonales es
la conclusión, y el vínculo causal es el enlace que fundamenta la inferencia,
en lugar de serlo el vínculo entre la persona y sus actos; así que el esquema
de este argumento podría ser el siguiente:
Imaginemos que un político decide alejar de las costas de su país un
petrolero que navega a la deriva con una vía en los tanques, y, como
consecuencia de esa decisión, se producen una serie de mareas negras con
consecuencias desastrosas para miles de kilómetros de costa. El político
puede intentar eludir la responsabilidad de su decisión, demostrando que su
decisión fatal fue la consecuencia inevitable de las circunstancias y de la
legislación vigente. Imaginemos al director de un banco que se ve obligado a
abrir la caja fuerte y entregar los depósitos del banco a unos atracadores,
que le apuntan con una pistola y le amenazan del muerte.
A este tipo de argumentos se les puede contradecir, insistiendo en que esas
situaciones son las decisivas, para demostrar el valor de la voluntad
responsable, que debe hacerse dueña de la situación y ser providencial. Y, de
no ser así, es irresponsable por no estar a la altura de la responsabilidad del
cargo que se comprometió a desempeñar.
Para evitar, en fin, que este argumento se convierta en la correspondiente
falacia, es necesario controlar su aplicación mediante una serie de preguntas
críticas como las siguientes:
a. Falacia de la anfibología.-
Esta falacia tiene lugar, cuando el término mediador, que fundamenta el paso
de las premisas a la conclusión, en realidad no existe, porque hay un uso
equívoco de dicho término. En algunos casos, esta falacia se produce, porque
no cuidamos el uso de los términos, que entran en juego en nuestra
argumentación, y utilizamos de manera equívoca un término clave. Por
ejemplo, el argumento, "Juan es diestro jugando al tenis. Luego, debe escribir
con la derecha, aunque es zurdo.", esconde un uso equívoco del término
“diestro”, que en la premisa significa “hábil”, mientras que en la conclusión
significa “diestro de mano”. Así mismo, el argumento, “Dado que los sexos
no son iguales, tampoco pueden serlo sus derechos”, es una falacia, porque
encierra un uso equivoco del término “igual”. No es lo mismo la igualdad de
hecho, que la igualdad de derecho, es decir ante la ley.
Esta falacia puede surgir también como resultado del uso incorrecto de algún
término, que produce un equívoco. Por ejemplo, en el razonamiento
siguiente, se pasa por alto la asimetría entre cometer un delito y aplicar una
sentencia resultado de un procedimiento legal aplicado con todas las
garantías jurídicas: “Aplicar la pena de muerte es un asesinato, ¿Puede existir
una forma mas fría, violenta, y calculada, de quitar la vida a una persona,
que en una ejecución?”. El argumento es falaz, porque juega con un uso
incorrecto del término “asesinar”, que produce un equívoco.
En otros casos, esta falacia se produce por no distinguir entre dos usos
equívocos de un término. En las premisas del silogismo siguiente, por
ejemplo, el término “can” aparece con significados equívocos, por lo que
carece de término medio y concluye de manera falaz: “Hay una estrella, que
se llama can; los canes ladran; Luego, hay una estrella que ladra”:
c. Falacias de la generalización.-
Cuando aplicamos formas dialécticas, que concluyen desde casos
particulares, y no tomamos las debidas precauciones críticas podemos incurrir
en falacias de la generalización como las siguientes:
La falacia de la generalización precipitada, en la que se concluye una regla, o
una ley universal, tomando como dato la experiencia de algunos casos
particulares, que no representan todos los casos posibles. Esto puede
suceder, porque no atendemos un número suficiente de casos, o porque no
atendemos casos suficientemente representativos, o por las dos cosas. En el
argumento siguiente, se establece una ley general de las recepciones de
filosofía moderna en España, basándose exclusivamente en una de ellas, el
caso de Ortega y Gasset, y sin tener constancia crítica, de que se trate de un
caso paradigmático, es decir suficientemente representativo del fenómeno:
"La última recepción de filosofía moderna en España sepultó a la recepción
anterior, protagonizada por Ortega y Gasset, porque la herencia intelectual
de éste quedó fuera de la universidad española. Luego, ninguna recepción de
filosofía moderna llega a prender en la cultura española, si no consigue
establecerse en los estudios universitarios.":
d. Ignoratio elenchi.-
En esta falacia, se presentan unos datos, que nada tienen que ver con la
conclusión correspondiente a la cuestión planteada. Se trata de llevar el agua
al propio molino, es decir, de sacar la conclusión, que podemos fundamentar,
aunque nada tenga que ver con el objeto de la discusión. Este argumento
falaz enuncia la conclusión, objeto de discusión, para luego presentar unos
datos, que nada tienen que ver con ella, pero que están dotados de una gran
fuerza de convicción, con la que se pretende crear la ilusión de credibilidad.
Por lo general, los datos de la falacia se orientan a crear una actitud de
benevolencia incondicional ante la conclusión. Este ardid retórico es
incompatible con la pragmática de una discusión crítica.
Si un budista, por ejemplo, argumenta la certeza de las enseñanzas de Buda,
basándose en el dato, de que se trata de una doctrina, que hace felices a
muchas personas, está incurriendo en esta falacia.
Si un político catalán argumenta, que España es enemiga de Cataluña,
porque el gobierno de España se niega a dividir los documentos sobre la
Guerra Civil, depositados en el correspondiente archivo de Salamanca, por
tratarse de una medida injusta y disparatada, está incurriendo en esta falacia.
Si un político argumenta, que no es conveniente criticar al gobierno de
esa manera, porque se desestabiliza la democracia, confunde lo legítimo con
lo útil, e incurre en esta falacia.
e. Falacia de la interrogación.-
Esta falacia se basa en la formulación de una pregunta capciosa, cuya
respuesta, sea cual sea, supone ya la aceptación de la conclusión, que se
pretende demostrar. Si yo quiero demostrar, que alguien es un traficante, y
le pregunto, "¿Ha dejado usted ya de traficar con drogas?", la respuesta
coherente a la pregunta conlleva en cualquier caso la aceptación, de que lo
es en efecto. Pues, si responde “si”, significa, que ha sido traficante, y que lo
será probablemente en el futuro, pero si su respuesta es no, quiere decir
también, que sigue siendo un traficante. Porque, en realidad, la pregunta
supone una respuesta afirmativa a la pregunta, “¿Ha traficado usted con
drogas?”.
Los abogados utilizan con frecuencia este tipo de preguntas capciosas,
como, "¿Dónde escondió el dinero, que robó?", o “¿Por qué odiaba tanto a su
víctima?”, etc. Este tipo de argucias dialéctica no son extrañas tampoco a los
políticos, como, "¿Hasta cuando se permitirá esta intromisión de España en
nuestros asuntos?", o, "¿Planea el diputado otra contraproducente
intervención en el mercado de la vivienda?", etc.
Esta falacia puede adquirir otra forma, consistente en solicitar la
exposición de la conclusión, que se pretende demostrar, con el fin de crear la
ilusión, de que ha quedado establecida. Por ejemplo, si un fiscal pide a un
acusado de asesinato, que describa el delito, de que se le acusa, se puede
estar creando la ilusión, de que el acusado reconoce el delito.
g. De la repetición.-
La repetición es un recurso retórico, que atrae la atención sobre una
afirmación, y la pone de relieve. Sin embargo, puede convertirse en un
argumento falaz, cuando la repetición constante de la conclusión, hasta la
saciedad, se convierte en el único dato de la argumentación. Esta falacia, que
no es en realidad un argumento, parece suponer que al escuchar
repetidamente un enunciado, nos habituamos a él, lo consideramos corriente,
y terminamos por aceptarlo. Veamos un par de ejemplos:
“¡Necesitamos la revolución! ¡La revolución es inevitable! ¡La revolución es
el único camino!”, (…)”:
“Yo no lo hice. Te digo, que no tuve nada que ver con eso. ¡Soy inocente!,
(…)”:
Premisas - Yo no lo hice.
- Te digo, que no tuve nada que ver con eso.
- ¡Soy inocente!
- (…)
h. Sofisma patético.-
En esta falacia, se sustituyen los hechos y las razones por la
estimulación emocional. Más que de vínculos lógicos, se trata de vínculos
emocionales, es decir no se saca una conclusión desde unos datos, sino que
se mueven resortes emocionales, que empujan a tomar una decisión, o a
emprender una acción. Por eso, representa de alguna manera la negación
misma de la dialéctica, pues sustituye la racionalidad argumentativa por la
irracionalidad emocional. El convencer con razones deja su lugar al conmover
con sentimientos y emociones. Suele ser frecuente en los discursos de los
demagogos, o de los tiranos, que adoptan una posición paternal, y, lejos de
demostrar lo que afirman, juegan con las identificaciones emocionales del
pueblo. En el argumento, "tienes que hacerlo, o me darás el disgusto de mi
vida", por ejemplo, se apela a la emoción. Un abogado que se ha quedado
sin razones para defender a su cliente, puede apelar a la compasión del jurado
con un argumento como el siguiente: “Llegó a estos extremos, porque desde
niño fue abandonado y maltratado. Nadie se ocupó nunca de él, nadie le ha
dado nunca una oportunidad.”
Este sofisma está presente en otras falacias, que se basan en resortes
puramente emocionales: como la falacia ad baculum o de la amenaza, que
apela al temor, la falacia de la piedad, que apela a la compasión, etc.
PROCEDIMIENTO DE
CONSTRUCCIÓN DE UNA
DISERTACIÓN
I CONFRONTACION
Asertiva Expresar un punto de vista
Compromiso Aceptación o rechazo de un punto de vista, mantener
el rechazo de un punto de vista.
Directiva Requiriendo un uso declarativo
Uso declarativo Definición, especificación, ampliación, etc.
II APERTURA
Directivas Retar a que se defienda un punto de vista
Compromisos Aceptación del reto de defender un punto de vista.
Acuerdo en premisas y reglas de la discusión
Decisión de empezar la discusión
Directivas Requerimiento de un uso declarativo
Uso declarativo Definición, especificación, ampliación, etc.
III. ARGUMENTACIÓN
Directivas Requiriendo argumentación
Asertivas Avanzando argumentación
Compromisos Aceptación o no aceptación de la argumentación
Directivas Requerimiento de un uso declarativo
Uso declarativo Definición, especificación, ampliación, etc.
IV. CONCLUSIÓN
Compromisos Aceptación o no aceptación de un punto de vista
Asertivas Mantener o rechazar un punto de vista.
Establecimiento del resultado de la discusión.
Directivas Requerimiento de un uso declarativo
Uso declarativo Definición, especificación, ampliación, etc.
c. La regulación Pragma-dialéctica de la discusión crítica.-
Hay tres órdenes de reglas pragma-dialecticas que regulan una discusión
crítica:
1. Reglas procedimentales, que definen el procedimiento dialéctico.
2. Reglas de actitud, que definen el estado mental que determina la actitud
dialéctica razonable.
3. Reglas circunstanciales, que definen las circunstancias externas en las que
tiene lugar la argumentación.
1. Reglas procedimentales.-
Utilizando el modelo anterior de distribución de actos de habla en los estadios
de la argumentación, Van Eemeren diseña las reglas de un procedimiento
argumentativo que satisfaga los dos criterios de validez, el formal y el
procedimental. Las reglas tienen que especificar en qué casos la realización
de cierto acto de habla contribuye a la resolución de la diferencia de opinión.
Esto hace necesario indicar para cada estadio argumentativo cuándo las
partes están autorizadas u obligadas a realizar un determinado acto de habla.
Cada participante tiene la libertad de exponer el punto de vista o el
argumento que quiera, o de oponerse al punto de vista que quiera o al
argumento que quiera. Pero tiene que asumir los compromisos lógicos y
prácticos que se siguen de ello. Se supone la habilidad para hacerlo.
Precisamente, la primera regla es expresión de que las diferencias de opinión
pueden referirse a cualquier punto de vista, y que todos los que discuten
tienen el derecho incondicional de proponer o cuestionar cualquier punto de
vista.
13ª Regla: a. El ponente y el antagonista tienen que realizar sólo una vez el
mismo acto de habla o el mismo complejo acto de habla con la misma función
en la discusión.
b. El ponente y el antagonista tienen que hacer un acto de habla o un
complejo de los mismos para cumplir una función particular en la discusión.
c. El ponente y el antagonista no pueden realizar al mismo tiempo más que
un acto de habla o un complejo de los mismos.
El ordenado desarrollo de la discusión, para evitar repeticiones, prevé que no
se tengan que repetir defensas o ataques ya presentados con éxito. Se trata
de una nueva aplicación del principio “non bis in idem”. Una adecuada
discusión, no sólo ha de evitar repeticiones de argumentos o contra-
argumentos, sino que tiene que proceder de manera ordenada. Esto requiere
la provisión de reglamentos para la conducción ordenada de la discusión
crítica. En la regla trece se dan algunas reglas para la conducción ordenada
de la discusión crítica.
14ª Regla: a. El ponente está obligado a retractarse del punto de vista inicial,
si el antagonista lo ha rebatido de manera concluyente (de manera prescrita
en la regla 9ª) en el estadio de la argumentación (y ha observado las otras
reglas).
b. El antagonista está obligado a dejar de cuestionar el punto de vista inicial,
si el ponente lo ha defendido de manera concluyente (en la manera prescrita
en la regla 9ª) en el estadio de la argumentación (y ha observado también
las otras reglas de la discusión).
c. En todos los otros casos, el ponente no está obligado a retractarse del
punto de vista inicial, ni el antagonista está obligado a dejar de cuestionar el
punto de vista inicial.
Los disputantes cierran la discusión en el estadio de conclusión mediante la
determinación del resultado final (que puede o no conducirles a abrir una
nueva discusión). El único punto que requiere regulación en el estadio
conclusivo es determinar, en qué caso el ponente está obligado a retractarse
de su posición inicial, sobre la base del ataque desarrollado por el antagonista
en el estadio argumentativo, y en qué caso el antagonista está obligado a
retractarse de su cuestionamiento inicial del punto de vista del ponente, sobre
la base de la defensa desarrollada por éste. La regla cuatro encierra estas
regulaciones.
El final de una discusión debería de ser la resolución de una diferencia de
opinión. En realidad la discusión concluye por la determinación conjunta de
los disputantes relativa a cuál es el resultado de la discusión. Ellos pueden
decidir también si conduce a una nueva discusión o no. Esta discusión puede
referirse a alguna de las premisas o de las reglas iniciales de discusión
adoptadas.
10º Mandato, o regla general de uso del lenguaje: Los disputantes no pueden
usar formulaciones deliberadamente confusas o ambiguas, ni pueden
malinterpretar deliberadamente las formulaciones de la otra parte.
Esta regla de uso, que corresponde a la condición feliz de claridad, se aplica
a todas las fases de la discusión crítica.
3. Reglas circunstanciales.
La discusión crítica depende también de las reglas circunstanciales, que
establecen la circunstancia social, es decir que ordenan de manera adecuada
las relaciones de poder y autoridad, que son necesarias para el normal
desarrollo de la discusión crítica.
d. La carga de la prueba en la discusión crítica.-
En una discusión crítica podemos encontrarnos en situaciones como la
siguiente: “Ponente: Tú prueba esto (…) Antagonista: Tú refuta esto.”. Este
tipo de estancamiento puede bloquear la discusión, pues no siempre está del
todo claro a quien corresponde la carga de la prueba. El funcionamiento de
la carga de la prueba en la discusión crítica con dos disputantes es ejemplar
para todo tipo de diálogo. Pero conviene distinguir entre dos tipos de
discusión crítica. En la discusión crítica mixta, el ponente intenta probar “A”,
y el oponente intenta probar “¬A”; así que en ella ambos tienen que asumir
en principio la carga de la prueba. En la discusión crítica simple, en cambio,
el oponente no pretende demostrar “¬A”, sino dejar claro que el ponente no
ha llegado a demostrar “A”; por lo que en ella la carga de la prueba
corresponde en principio al ponente. Lo que no excluye que en algún
momento de la discusión el oponente desapruebe mediante cuestionamiento
crítico alguna afirmación, y tenga localmente la carga de la prueba.
La investigación de la carga de la prueba tiene que conectar el nivel
global, es decir a quien corresponde en principio la obligación de demostrar
la conclusión final, con el nivel local, es decir a quien corresponde en un
momento determinado de la argumentación atender a un requerimiento de
prueba. En general, en una discusión crítica, tiene la carga de la prueba quien
hace una afirmación, si dicha afirmación viene cuestionada.
En la discusión crítica, además, la carga general de la prueba tiene que
ver con las reglas de ganar y perder. En un modelo procedimental exigente,
el diálogo se gana, si la tesis queda probada más allá de cualquier duda
razonable. En un modelo procedimental débil, el diálogo se gana, si la tesis
se prueba por preponderancia de la evidencia. Conviene recordar aquí que,
según Farley y Freeman, hay cinco niveles de fuerza probativa de un
argumento: indicio de evidencia, preponderancia de evidencia, validez
dialéctica, más allá de la duda razonable, más allá de toda duda.
En cualquier caso, como recuerda Douglas Walton, la solución es
reconocer que no existe un mecanismo que resuelva el problema de la carga
de la prueba, y se impone disponer de la posibilidad de abrir meta-discusiones
críticas en los momentos de congestión de la discusión, a fin de clarificar a
quién corresponde la obligación de demostrar en ese punto: “En algunos
casos, escribe Douglas Walton las disputas sobre la carga de la prueba o de
la refutación no pueden ser resueltas de manera automática. Es necesario
pasar a un meta-nivel dialógico en el que alguna tercera parte (un juez
imparcial) tiene que regular sobre qué parte tiene la carga de la prueba.”
e. La concepción pragma-dialéctica de las falacias.-
Van Eemeren interpreta las falacias como violaciones de reglas
pragmáticas de la discusión crítica. Nos detenemos en la panorámica de
falacias o violaciones de reglas de la discusión crítica, que ofrece aquel autor:
- Violación de la regla (1) por parte del ponente en la etapa de
confrontación: ad baculum, ad hominem (ad hominem 1 o ataque personal
directo y abusivo; ad hominem 2 o ataque personal directo y circunstancial;
ad hominem 3, o tu quoque, ad misericordiam)
a. En relación al punto de vista, se puede incurrir en esas falacias
prohibiendo puntos de vista o declarando sacrosantos o intocables
a algunos puntos de vista:
b. En relación al oponente, se puede incurrir en esas falacias, bien
presionando a la otra parte con sentimientos como temor,
compasión, Etc., o bien atacando a la otra parte, llamándola
estúpida, mala, no de fiar, etc. (recordando diferencias entre los
hechos y los dichos del ponente, indicando oscuras intenciones tras
sus palabras, etc.)
de vista
b. Negar una premisa que representa un punto de partida común por
parte del antagonista, poniendo en duda un punto de partida
aceptado.
atribuyen al todo.
- Usar generalidades.
(4) Si una estructura tiene más de una premisa “P”, y las “P1, P2, (…),
Pn” van a ser marcadas por algún indicador argumentativo, entonces al
menos la primera premisa “P1” tiene que ser marcada por el indicador
argumentativo. La lexicalización de los indicadores argumentativos de las
premisas discurre de izquierda a derecha para los lenguajes que discurren
en ese sentido: “C- ya que P1 y ya que P2”; “C – ya que P1 y (ya que) P2;
pero no es correcto, “C – P1 y ya que P2”.
(5) La regla de alternancia tiene que ser aplicada solo a las premisas “P”
y a la conclusión “C”. De hecho, otras categorías contenidas en la
argumentación pueden ser marcadas por un indicador, aunque aquellas
hayan sido ya marcados con su correspondiente indicador. Así puede
indicarse un reforzador cuando ya están indicados los justificadores:
“aunque Px, C – porque P1 y porque P2”; “C- aunque Px, porque P1 y P2”;
“ya que P - C – entonces C”; “P – entonces C – no obstante C”.
Lo Cascio propone además una regla secuencial (g) y una regla de eliminación
(h):
(g) El primer indicador lexicalizado de la cadena argumentativa
determina la elección propia de otros indicadores. La estructuración
sintáctica, y la decisión sobre la estructura de un texto argumentativo
complejo, determinan la elección y el uso de los indicadores. El control es
cíclico y va de derecha a izquierda en los lenguajes escritos hacia la derecha.
(h) Es posible eliminar cada indicador argumentativo de categorías
obligatorias. En este caso, la reversa de la regla secuencial mantiene que la
eliminación tiene que ir de derecha a izquierda (en los lenguajes que se
escriben hacia la derecha) y es cíclica. Categorías adjuntas no permiten
generalmente la eliminación de indicadores funcionales.
c. Procedimiento para comprobar la relevancia de un argumento.-
Este método de relevancia consiste en la proyección de un argumento hasta
la conclusión principal de la argumentación, a fin de comprobar si conduce o
no conduce finalmente a ella, y en qué grado la afecta. Este método es
contextual, requiere conocer, no sólo las premisas y la conclusión del
argumento, sino también la conclusión principal de la argumentación de la
que éste forma parte. Requiere además información sobre lo que puede ser
aceptado como habiendo sido probado por el argumento que precede al
argumento evaluado. El esquema de este procedimiento puede ser
visualizado en el esquema siguiente:
EVALUACIÓN DE TEXTOS
ARGUMENTATIVOS
¿Cuál es la conclusión de la
argumentación?
ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DE
DISCUSIONES CRÍTICAS
I. Consideraciones argumentativas:
4. La diagramación de las argumentaciones.
A. Demostración del programa de diagramado Athena.
B. Demostración del programa de diagramado Rationale.
4. La diagramación de las argumentaciones.
La diagramación de argumentos tendrá que disponer de cajas, de
líneas y de flechas de distintas formas, tamaños y colores, que permitan
poner de manifiesto a golpe de vista, por un lado la aceptabilidad de las
premisas, y el tipo de esquema argumentativo y su relevancia, y, por otros,
las relaciones de vinculación, convergencia, subordinación y oposición de los
argumentos y contra-argumentos entre sí. También tienen que ser visibles
de manera diferenciada los componentes explícitos de la estructura
argumentativa, y los elementos implícitos de la misma, que puso de
manifiesto el análisis reconstructivo.
Esta condición de la diagramación de argumentos, unida a la condición
didáctica de simplicidad y amenidad del interfaz, se hará efectiva y será
determinante a la hora de hacer la selección definitiva de la herramienta
informática para la visualización de argumentos. Nosotros proponemos
utilizar en primero de Bachiller el programa Athena o el programa Rationale.
A. Demostración del programa de diagramado Athena.
Para ver una guía simple para empezar, haga clic sobre el cuadro
“Introducción a Athena”, y se pondrá en marcha la demostración Power Point:
B. Demostración del programa Rationale.
Para ver una guía simple para empezar, haga clic sobre el cuadro
“Introducción a Rationale”, y se pondrá en marcha la demostración Power
Point:
1.1 Luis considera, que sólo son lógicos, los razonamientos deductivos,
mientras que el resto de los argumentos son persuasivos, y crean cierta
ilusión de certeza, pero, en realidad, no proceden con lógica. ¿Qué
opinas tú al respecto?
RESPUESTAS
1. RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS DE CONSIDERACIONES
EPISTEMOLÓGICAS
23. Explica con tus palabras, por qué las definiciones persuasivas tienen
fuerza argumentativa.
RESPUESTAS
2. RESPUESTAS DE LOS EJERCICIOS DE DEFINICIONES PERSUASIVAS.
R23. Explica con tus palabras, por qué las definiciones persuasivas
tienen fuerza argumentativa: Las definiciones persuasivas actúan como
argumentos, porque no muestran las cosas como son, sino revestidas
de la forma persuasiva adecuada a la conclusión defendida.
R24. Identifica la definición persuasiva, que se encuentra en el texto
siguiente: “(…) Uno de los hechos menos conocidos del sistema de
sanidad de EE.UU. es el enorme peso de los costes burocráticos y
administrativos: según un reciente artículo aparecido en el New England
Journal of Medicine, estos costes suponen el 31% del total, porcentaje
que duplica al de Canadá, y aún tiene mayor diferencia con los sistemas
europeos. En términos absolutos, la cifra es enorme. Es probable que
aquí se encuentre, paradójicamente, la explicación del éxito que tienen
los que se oponen a la reforma. La sanidad es una fenomenal fuente de
rentas para muchos agentes, que participan en el sistema de gestión de
las aseguradoras privadas, y en su interacción con la administración y
con los hospitales.”
Germá Bel, Sanidad en Estados Unidos: ¿Reforma a la vista?.
3.13. “De igual modo, los defensores de la pena capital, que no desean que
se les asocie con la desacreditada máxima del «ojo por ojo», caen en la
tentación de justificarla en virtud de un supuesto efecto disuasorio.
Desgraciadamente para ellos, tal efecto disuasorio no parece haber sido
corroborado de manera concluyente por la ciencia estadística. Si comparamos
el número de asesinatos cometidos en estados norteamericanos donde existe
pena de muerte con el mismo dato en estados donde no existe o no se aplica,
no hallaremos diferencias significativas. O influyen demasiados factores para
que la disuasión sea efectiva, o la posibilidad de acabar ante el verdugo
preocupa poco a los asesinos en el momento de cometer su crimen.”
3.17. El informe objeto de la votación duda de que la ley que quiere aprobar el
Gobierno de España, por la que se permitirían los matrimonios entre
homosexuales -y también la adopción- sea constitucional porque defiende que el
matrimonio "o es heterosexual o no lo es". Ahora el informe presentado por el
ponente José Luis Requero, que también considera inconstitucional la adopción
por parte de las parejas homosexuales, será sometido a la votación del pleno del
CGPJ el 26 de enero. "Yo con los mismo argumentos que se dan me quedo sin
argumentos para decir por qué no se pueden casar dos hermanos, o porque un
hombre no se puede casar un hombre con muchas mujeres", dijo Requero a los
periodistas. "Si al fin y al cabo todo depende de la demanda social y de que haya
cariño, a partir de ahí cada uno puede poner el modelo matrimonial que crea
oportuno", añadió.
3.18. “Estamos ante una cuestión que reclama sensibilidad y respeto por todos y
para todos. Derecho y sociedad deben ir de la mano, por ello, no debemos negar
jurídicamente lo que la realidad social ha impuesto, la aceptación de las
convivencias de personas del mismo sexo y la necesidad de otorgarles plenos
derechos jurídicos. Eso pretende la Ley, esas uniones son, también, matrimonio.”
3.19. “De la misma manera que las agresiones contra el medio ambiente
producidas por nuestros sistemas tecnológicos, están produciendo terribles
catástrofes naturales, la agresión continuada contra nuestro sistema nervioso y
contra nuestro psiquismo, producida por el consumo indiscriminado de alcohol y
de drogas de diseño, en las largas noches de locura discotequera, terminará por
hacernos padecer dramáticos desequilibrios nerviosos y mentales, incluso puede
llegar a costarnos la vida.”
3.110. “Este equipo tiene la delantera más efectiva que existe. Es el equipo más
goleador de la mejor liga del mundo.”
3.111. “No puedes abandonar Segundo de Bachiller, sin aprobar las dos
asignaturas, que te quedan. Tienes que estudiarlas y hacer todo lo que esté en
tu mano para aprobarlas. Llevas tres años con el bachiller, no puedes tirar ahora
por la borda todo ese tiempo y esfuerzo.”
3.112. “Siempre has dicho que querías ser médico. Tienes que hacer el
bachillerato de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud.”
3.113. “Está con Luisa. Pues no está en casa, ni con los amigos, ni en el club.”
RESPUESTAS
3.2. Poner ejemplos de las siguientes formas de inferencia
R3.113. Se trata del argumento de la división del todo en partes. Pues “o está
con Luisa. o en casa, o con los amigos, o en el club”, pero “no está en casa,
ni con los amigos, ni en el club”.
4. EJERCICIOS DE FALACIAS
4.13. “El tutor, informado por el profesor de guardia, intenta convencer a Silvia
de que fumar daña su salud, su imagen, y que supone un gasto inútil. Silvia
le responde molesta, que a ella la gusta fumar, y que basta de monsergas. En
el fondo, Silvia sabe que el tutor tiene razón, pero no quiere dejar de fumar,
para no engordar. ¿Qué falacia justifica la adicción al tabaco de Silvia?
4.14. Juan ha prometido a su novia, que no va a beber alcohol, para no
meterse en líos. Sus amigos le dicen que beba, para no aburrirse, insistiendo
en que se lo monta muy bien, cuando bebe. ¿Qué tipo de falacia están usando
los amigos de Juan, para convencerle de que beba?
4.18. Juan va a solicitar un préstamo al banco, cuyo director, Luis, tiene una
casa de campo en su pueblo. Juan le recuerda a Luis que una casa de campo
puede quemarse por completo, cuando no están sus dueños.
4.116. Hay quienes insisten en que los estados tienen que abolir la pena de
muerte, porque, en caso contrario, están castigando el asesinato con el más
frío, calculado y cruel de los asesinatos.
RESPUESTAS
4.2. Buscar ejemplos de formas falaces de inferir.
R4.13 De la falsa causa, pues es falso que el tabaco adelgace, o que dejar de
fumar conlleve necesariamente engordar.
R4.16. Ad hominem
R4.17. Ad hominem
R4.18. Ad baculum
R4.19. Ad populum
R4.110. Ad verecundiam
R4.112. Tu quoque
5.4. ¿De qué tres formas distintas se pueden ordenar los argumentos desde
el punto de vista de su fuerza?
RESPUESTAS
R5. Respuestas de los ejercicios de composición de textos argumentativos.
.
R5.1. Perelman elabora técnicamente los conceptos de ‘convencer’ y
‘persuadir’, pero su elaboración conceptual no se corresponden exactamente
con el uso de esos términos en castellano, según el DRAE. Sin embargo, el
DRAE marca una diferencia entre ‘convencer’ y ‘persuadir’, que va en la línea
de Perelman, pues este último parece referirse sólo a auditorios particulares,
mientras que aquel se refiere tanto al auditorio universal, como a auditorios
particulares.
R5.2. a. Tendríamos dificultades para establecer principios o procedimientos
válidos universalmente para cualquier ser racional. Por ejemplo, los
derechos humanos, que para los países civilizados de tradición cristiana son
incuestionables en teoría, son cuestionados en países civilizados, que no son
de tradición cristiana, por ejemplo, en China, o en Corea del Norte. Además,
la aplicación de los derechos humanos a la interpretación de problemas
morales concretos suele dejar perpleja a la conciencia autónoma. La
interpretación del derecho a la vida, por ejemplo, es distinta en los
ciudadanos partidarios y en los detractores del aborto, de la eutanasia, o de
la pena de muerte, etc. Puede haber argumentos, para justificar delante de
un auditorio universal, que educación gratuita no implica necesariamente
libros y material escolar gratuitos para los alumnos; pero difícilmente serán
eficaces ante un auditorio compuesto de padres de familia con hijos en edad
escolar.
b. Por otra parte, la cultura propia, las circunstancias, la experiencia, la
sensibilización, el saber, etc., condicionan de manera decisiva la
interpretación y las decisiones de los auditorios particulares, y no tienen por
qué jugar ningún papel en el auditorio universal. En especial, la apelación a
las emociones de los auditorios particulares, no tiene cabida en el auditorio
universal. La acogida de discursos belicistas, por ejemplo, que tuvieron los
auditorios americano o inglés en plena Guerra Mundial, no es el que tienen
en la Europa del presente.
“La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el
mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es
posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa
imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas
las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o
múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el
orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la
intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría
la primera causa eficiente; en consecuencia, no habría efecto último ni causa intermedia; y
esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera.
Todos la llaman Dios.”
(Tomás de Aquino, Suma teológica, P.I, q. 2, art. 3.)
“Quizá el más sencillo y el más fácil de comprender es el argumento de la Causa Primera.
(Sostiene que todo lo que vemos en este mundo tiene una causa y que al retroceder más y
más en la cadena de causas se tiene que llegar a una Causa Primera y que a esa Causa
Primera se le da el nombre de Dios). Supongo que este argumento no tiene mucho peso
hoy día porque, en primer lugar, la causa ya no es totalmente lo que solía ser. Los filósofos
y los hombres de, ciencia han arremetido contra la causa y ésta ya no tiene nada de aquella
vitalidad que tenía; pero, aparte de eso, se puede ver que el argumento de que ha de haber
una Causa Primera no tiene validez alguna. Puedo asegurarles que cuando yo era muchacho
y discutía estas cuestiones, tomándolas muy en serio, acepté durante largo tiempo el
argumento de la Causa Primera hasta que un día, a mis dieciocho años leí la Autobiografía
de John Stuart Mill y encontré en ella este párrafo: «Mi padre me enseñó que la pregunta
"¿Quién me hizo?" no podía responderse porque inmediatamente sugería otra pregunta
más: "¿Quién hizo a Dios?"» Este sencillo párrafo me mostró, y aún sigo opinando así, la
falacia del argumento de la Causa Primera. Si todo tiene que tener una causa, entonces
Dios tiene que tener causa. Si puede haber algo sin una causa, justamente puede ocurrir
con el mundo lo que ocurre con Dios, por lo cual no tiene validez alguna ese argumento. Es
exactamente de la misma naturaleza que la idea hindú de que el mundo se apoya en un
elefante y que el elefante se apoya en una tortuga; y cuando se les pregunta «¿y la
tortuga?» el hindú contesta «hablemos de otra cosa». El argumento, en realidad, no es
mejor que éste. No hay razón por la cual el mundo no haya nacido sin una causa; ni, por
otra parte, hay razón alguna para que no haya existido siempre. No hay razón alguna para
suponer siquiera que el mundo tuviera principio. La idea de que las cosas tienen que tener
un principio se debe realmente a la pobreza de nuestra imaginación. Por tanto, quizá no
sea necesario perder más tiempo con el argumento referente a la Causa Primera”.
(Bertrand Russell, ¿Por qué no soy cristiano? Escritos Básicos II, Planeta Agostini, Barcelona,1984, pp
535.)
CUESTIONES:
1. Analiza el argumento de Tomás de Aquino.
2. Analiza el argumento de Mill, tal y como lo esgrime Russell contra la vía de la causalidad.
3. El argumento de Tomás de Aquino y el de Bertrand Russell, ¿forman una antinomía?
4. ¿Está justificada la crítica de Russell? Argumenta tu respuesta.
RESPUESTAS
H. L. A. Hart,(Law, liberty and morality) versus
Stuart Mill (Sobre la libertad )
“El único fin por el cual puede ejecutarse legítimamente el poder sobre cualquier
miembro de una sociedad civilizada, contra su voluntad, es para prevenir el daño
a otros. Su propio bien, sea físico o moral, no es razón suficiente. No se puede
legítimamente obligar a alguien a hacer esto o a no hacer aquello porque sería lo
mejor para él o porque le haría más feliz, porque según otros hacerlo sería
imprudente, o incluso correcto. Hay buenas razones para amonestarle, para
razonarle, o para convencerle, para implorarle, pero no para obligarle, ni para
penarle con algún castigo, caso de que hiciese otra cosa. Para justificar esto debe
tenerse calculado que la conducta de la que se le quiere disuadir producirá daño a
otra persona. La única parte del comportamiento de alguien por la que se es
responsable ante la sociedad es aquella que afecta a los demás. En la parte que le
afecta sólo a él su independencia es de derecho, absoluta:”
(Stuart Mill, Sobre la libertad, fragmento)
“El paternalismo (…) es una política perfectamente coherente (…) No cabe duda
de que si ya no simpatizamos con su crítica [realizada por Stuart Mill] se debe, en
parte, a un apartamiento general de la creencia de que son los individuos quienes
mejor conocen sus propios intereses, y a un mayor conocimiento de muchos
factores que restan importancia a la que hay que concederle a una elección o
consentimiento aparentemente libre”
(H. L. A. Hart, Law, liberty and morality, Stanford University Press, Stanford 1963, pp. 31-33.)
CUESTIONES:
1. Analiza el argumento de Stuart Mill.
2. Analiza el argumento de Hart.
3. El argumento de Mill y el de Hart, ¿forman una antinomía?
4. ¿Está justificada la crítica de Hart a Mill?. Argumenta tu respuesta.
RESPUESTAS
Respuesta del ejercicio 8.1
Bertrand Russell versus Tomás de Aquino.
. Si todo tiene que tener una causa, entonces Dios tiene que tener causa [Λx Vy
(Pyx) → Vy Pya]. Si puede haber algo sin una causa, justamente puede ocurrir
con el mundo lo que ocurre con Dios [Vx Λy ¬Pyx → (Λy ¬Pya → Λy ¬Pyb)]