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I. ANTECEDENTES:
La Nueva Ley Procesal Laboral N° 29497, entró en vigencia el 15 de julio de 2010.
Actualmente se encuentra vigente en algunos distritos judiciales conforme lo establecía
en su novena disposición complementaria. Consta de un Título Preliminar, 68 artículos,
12 disposiciones complementarias y 8 transitorias”.
El 13 de enero de 2010 el Presidente de la República promulgó la Ley N° 29497, Ley
Procesal del Trabajo, siendo publicado el texto de la misma en el Diario oficial El
Peruano, el 15 de Enero del 2012".
II. DEFINICIÓN:
“El proceso es ordinario porque está pensado en que su estructura es la necesaria para que
se lleven a cabo las actuaciones procesales correspondientes; es ordinario porque se trata del
modelo típico y básico para el desarrollo de las actuaciones procesales tendientes a dar
solución a los problemas más recurrentes del ámbito de las relaciones laborales.”
De acuerdo al artículo 16 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, menciona los requisitos
esenciales de la demanda, y en concordancia al artículo 424 del Código Procesal Civil, exige
que se cumpla ciertos requisitos para que la demanda pueda tener eficacia y dar origen al
proceso.
Los prestadores de servicios pueden comparecer al proceso sin necesidad de abogado cuando
el total reclamado no supere las diez (10) Unidades de Referencia Procesal (URP). Cuando
supere este límite y hasta las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP) es facultad
del juez, atendiendo a las circunstancias del caso, exigir o no la comparecencia con abogado.
En los casos en que se comparezca sin abogado debe emplearse el formato de demanda
aprobado por el Poder Judicial.
LA CALIFICACIÓN:
Siendo así, en el perjuicio de su función jurisdiccional, lo primero que debe efectuar el juez
laboral es calificar la demanda incoada, de forma tal que aprecie si se presentan los
mencionados requisitos. Luego de ello deberá expedir la correspondiente resolución en
donde declara la admisión de la demanda o su inadmisión. Si ocurre esto último concederá
un plazo adicional de 5 días hábiles para que se subsane la omisión o defecto.
Es de resaltar que, en virtud del artículo 122 del Código Procesal Civil, la resolución que no
cumpla con estos puntos será nula, no produciendo ningún efecto jurídico.
Excepcionalmente, y solo tratándose del último punto, es posible que la resolución no
devenga en nula en la medida que el emplazado convalide el acto procesal asistiendo a la
audiencia con su escrito de contestación y sus anexos a pesar de que en el auto admisorio no
se haya señalado ello.
La conciliación se llevaba a cabo durante la audiencia única, la que tenía las siguientes
etapas: saneamiento procesal, conciliación, fijación de puntos controvertidos, saneamiento
probatorio y actuación probatoria.
Si las partes conciliaban totalmente, el juez daba por concluido el proceso, haciendo constar
todos los acuerdos en la respectiva acta; sin embargo, si ello no era así, es decir, si no había
conciliación o esta se daba de manera parcial, el juez continuaba con la audiencia, pasando
a fijar los puntos controvertidos y a llevar a cabo las subsecuentes etapas del proceso.
Si los sujetos procesales lo estiman pertinente, lo que significa que no está supeditado a la
decisión del magistrado, la conciliación puede prolongarse lo necesario hasta que se tenga
por agotada, ya sea que se llegue a un acuerdo conciliatorio o que el juez advierta que no
habrá avenimiento entre las partes.