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v.

ESTADOS UNIDOS-AMÉRICA LATINA Y EL ~


CARIBE: ENTRE EL PANAMERICANISMO
HEGEMÓNICO Y LA INTEGRACIÓN I
INDEPENDIENTE
\

Car/os Oliva Campos 1

Hablar de Ias políticas de Estados Unidos con América Latina y


el Caribe en cualquiera de sus múltiples aristas, implica adentrar-
se en un complejo tejido de vínculos marcados por Ia desigual-
dad y Ia asimetria. Primero, porque América Latina y el Caribe,
sometidos al prisma de Ia teoria de los sistemas, puede ser enten-
dido como un sub-sistema por razones casi exclusivamente geo-
gráficas, además deI hecho de entrar en contacto con Ias civiliza-
ciones europeas en un mismo momento histórico. Pero, no puede
desconocerse Ia diversidad cultural y étnica -mucho más acen-
tuada y particular en el Caribe-, que alimenta los debates que
sobre Ia existencia o no de una identidad cultural común llegan
hasta nuestros días.2Ni Ias diferencias económicas presentes con
los grandes países como Brasil, México y Argentina o potencias
emergentes como Venezuela y Colombia, de una parte y Ias pe-
quenas economias deI Caribe y Centroamérica, de otra.
En segundo lugar, porque este sub-sistema diverso en si
mismo y no exento de conflictos y contradicciones, sólo podria

1 Licenciado en Historia. Investigador Agregado de Ia Universidad de Ia Hahana, Profe-


sor Titular Adjunto Programa FLACSO-Cuba y Director de Ia Asociación por Ia Unidad
de Nuestra América (AUNA-CUBA).
l Véase: Ignacio Medina "La identidad latinoamericana en el debate cultural" Ponencia
presentada en el Taller Internacional. Las agendas estratégicas de Ia integración.
Universidad de Guadalajara, M~xico, octubre 21-23 de 1998.

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aumentar su capacidad en Ia relación con Estados Unidos, si


asumiera un proceso definitivo -con sus tiempos y Ia gradualidad La argumentación de Ias hipótesis planteadas requiere de
necesaria- de integración regional. una necesaria ubicación deI lector en el escenario de Ias relacio-
Aios efectos dei presente ensayo, se asume por integra- nes interamericanas, sus rasgos fundamentales, asi como una
ción el proceso que partiendo de los diferentes actores sociales, dado
propuesta de periodización desde sus orígenes hasta Ia actuali- I
comprende localidades y estados-nación de una región determi-
nada -en el caso C{.!fnos ocupa América Latina y el Caribe-, que Imprescindible será igualmente el adentrarse en el análi-
da lugar a Ia estructuración de un ente supranacional, con identi- sis de conceptos básicos inter-relacionados, con el objetivo de
dad propia y autonomia como sujeto dei sistema internacional. esclarecer Ias abismales diferencias que separan a Ia visión esta-
Es el resultado de Ia aplicación exitosa no sólo de mecanismos e regional.
dounidense sobre Ia hegemonÍa y Ias procesos de integración I
instrumentos económicos, políticos y jurídicos, sino de Ia com-
prensión de identidades éulturales, étnicas y religiosas y Ia defi- AI final, partiendo de Ia caracterización deI actual con-
nición de un pensamiento unificado para Ia utilización de los texto hemisférico, se avanzarán algunas consideraciones sobre Ia
recursos naturales y el cuidado dei medio ambiente. La coordina- vigencia deI pensamiento panamericano de Estados Unidos, ex-
ción de políticas y adopción de estrategias conjuntas implica presado en 10que el autor califica como neo-panamericanismo.
para los estados-nación participantes en un proceso de integra-
ción regional, Ia cesión voluntaria y consciente de cuotas de so-
berania nacional, en función de un interés comÚl1.
1. Las relaciones interamericanas una
Aqui colocamos una interrogante como punto de partida breve caracterización estructural
l,Es de interés para Estados Unidos Ia integración latinoamerica-
na y caribeiia?
La posible respuesta a Ia interrogante enunciada, es Ia
primera rupótesis de trabajo definida para desarrollar Ias refle- AI abordar el estudio de Ias relaciones interamericanas, desde Ia
xiones que siguen. EI presupuesto esencial que ha servido para perspectiva de Estados Unidos, hay que acudir necesariamente a
articular Ias políticas de Estados Unidos hacia América Latina y nidense.
Ias fuentes doctrinales que sustentan Ia política exterior estadou-
el Caribe es Ia imposición de un sistema de dominación hemisfé-
rica. En el ejercicio de esa hegemonia, toda acción latinoameri- La consecuencia y coherencia existentes entre el pensa-
cana y/o caribeiía que implique el desarrollo de capacidades in- miento :5lIa acción en Ia política exterior estadounidense son Ias
dependientes y alternativas como 10seria de hecho un proceso de que afirman Ia vigencia dé Ias ideas de los llamados "padres fun-
integración regional no responde aios intereses y objetivos de dadores" de Ia nación norteamericana y otros contemporáneos,
Estados Unidos. imbuídos todos por el sentimiento de Ia "nación elegida". Bajo
Una segunda y no menos importante hipótesis de trabajo, ese paradigma, se construyó una visión de Ias relaciones intera-
se refiere al pananlerical1ismo como estrategia hemisférica ~e mericanas basada en argumentos filosóficos, religiosos, étnicos,
7. Estados Unidos, que se hace necesaria en correspondencia dt- Culturales, económicos y políticos, que establecieron desde sus
recta con el desarrollo imperialista dei capitalismo en ese país; orígenes postulados de asimetría, desigualdad y subordinación de
siendo su esencia doctrinal Ia concertación regional subordinada América Latina y el Caribe con respecto a Estados Unidos.
al centro hegemónico estadounidense. Dichos postulados fueron ideológicamente interpretados
eu Ia llamada idea deI Destino Manifiesto, que en esencia sere-
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I
,
I

fiere "a una misión que cumplir, una tarea a realizar o bien el
tener que tomar un camino ineludible y por 10tanto inevitable".3 nosotros [...1 Rompamos esos Iazos políticos y económicos. I
Nótese el misticismo que Ia sustenta, cuando se afirma que "Ia Coloquemos a nuestro país a Ia cabeza deI sistema americano.,,7
divina providencia ha escogido y conducido especialmente a] . En 1825, en referencia a Ia proyectada unión del1iberta- f
pueblo norteamericano para desarrollar un tipo más elevado de dor de Ias repúblicas hispanoamericanas, Simón Bolívar, eI pre-
libertad y civilización, que el que otro país haya jamás alcanza- sidente estadounidense John Quincy Adams declaró: "Nosotros,
do,,4 con esa alianza saldríamos perdiendo, pues qué quedará de Ia
La esencia del Destino Manifiesto es Ia filosofia de ]a independencia, que no sea solamente Ia paIabra, en caso que Ias
expansión y deI despojo de los bienes y recursos de otr,os. "E] cuestiones de Ia paz y Ia guerra no se determinen ya por el Con-
Destino Manifiesto expresaba un dogma de autoconfianza y am- greso de 10s Estados Unidos sino por una gran confederación en
bición supremas. La idea de que Ia incorporación a Estados Uni- Ia que Estados Unidos posea solamente un voto". 8

dos de todas Ias regiones adyacen~es constituía Ia realización En 1845, el periodista John O'SuI1ivan de Ia_Democratic
virtualmente inevitable de una misión asignada a Ia nación por Ia Review, revista que en sus escritos estimulaba el expansionismo
providencia misma".5 bajo "un profundo sentido misionero" de Estados Unidos9, defi-
Aunque Ia idea deI Destino Manifiesto no adquiere un nió por primera ocasión el Destino Manifiesto, aI expresar en uno
cuerpo conceptual sino hasta mediados deI siglo XIX, desde ]os de sus artículos sobre: ".. .el cumplimiento de nuestro destino
albores de Ia independencia de Ias trece colonias hay una visión manifiesto de sobre extender eI continente asignado por Ia provi-
definida del papel y lugar a ocupar por Estados Unidos. A eso se denciasepara
mente el libre desarroIlo
multiplican". 10 de nuestros miIlones que anual-
refirió Alexander Hamilton cuando auguró Ia creación de un
"gran sistema americano, que no se supeditara aI control e in- El 3 de enero de 1846, Robert C. Winthrop, senador por
fluencia de ninguna fuerza de alIende eI Atlántico y podrá dictar el estado de Massachussetts expresó: "EI nuestro es un derecho
Ias condiciones de Ias relaciones entre eI Viejo y el Nuevo Mun- amparado en el Destino Manifiesto a extendernos sobre el conti-
do.,,6 nente entero. Nosotros apelamos a] derecho de nuestro Destino
En 1820, el entonces secretario de Estado Henry Clay en Manifiesto [...1 yo Supongo el derecho de un Destino Manifiesto
una intervención en Ia Cámara de Representantes deI Congreso a extenderse no será admitido
universal nación yankee". JJ a ninguna otra nación excepto a Ia
estadounidense, llamó a "crear un sistema en el que los Estados
Unidos deben ser el centro y toda Sudamérica estaría junto a En 1870, eI entonces secretario de Estado Hamilton Fish,
haciendo un análisis global de Estados Unidos, emergente de nu
Conflicto que I1evóa Ia unificación definitiva de Ia nación y des-
brozó el camino hasta Ia fase imperialista de desarroIlo deI ca-
pitalismo, sefialó: "Eu consecuencia de su prioridad en el logro
3 Véase: María dei Rosario Rodríguez Díaz. El Destino Manifiesto en el discurso políti-
co norteamericano (1776 -1849). México, Universidad Michoacana de San Nícolás de
7 Véase: USA,
Baltímore, A. Whitaker.The
1941, p. 346. United State.rand the independenceof Latin América.
Hídalgo. Instituto de Investigaciones Históricas, 1997, p.19. " .
4 Véase: James Bryce. "Política, carácter y opinión de los Estados Unidos (1891) . En;
: Véase: J.B. Lockey. Pan Alllericanism. its Beginning.r. New Y ork, USA, 1920, p. 250.
EUA. Documentos de su historia política. Tomo VI. Instituto de Investigaciones Dr. Jose I Véase: María deI Rosario Rodríguez Diaz, op. cit., p. 96.
María Luis Mora, México D.F., 1988, p. 191.
o Véase: John O'SulJivan. "Nuestro Destino Manifiesto". (julio 1845). En: EUA
5 Véase: Albert \Veinberg. Destino Manifiesto. .'\rgentina, Pai dós, 1968, p. 16. eocumentos de su historia política. T. 4, op. cit., p. 592.
6 V éase: The works of Alexander Hamilton. V 01. XI, New Y ork NSA, 1903, p. 88
\'01.Véase: J. Prat!o "The
32, 110.4,julio 1927,Origin
p. 798.01' Manifest Destiny". En: American Historical Review.

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de Ia independencia, dei carácter estable de sus instituciones
gubemamentales, dei respeto dei pueblo a Ias normas jurídicas, europeas en Ios asuntos hemisféricos. Como hilo conductor de
de Ia magnitud de recursos en manos dei gobierno; dei poderio ésta, se propone ai Iector por su significación, de Ia muItipIicidad
de su flota y de Ia expansión de sus intereses comerciales[...] en de acontecimientos que Ia nutren Ios siguientes: ProcIamación de ,
I
razón dei poderoso desarrollo de sus recursos internos, de sus Ia Doctrina Monroe (1823); Guerra de Secesión (1862-1865);
riquezas y de Ias elevadas cualidades intelectuales de su pobla- Primera Conferencia Panamericana (I 889); Nota OIney (I 895); J
ción, los Estados Unidos ocupan una posición prominente en el Guerra hispano-cubano-estadounidense (1898) 14

continente americano, posición que brinda el derecho de Ia pri-


mera voz y que le impone una digna obligación de resolver todos 2. Etapa de ajuste hegemónico, 1898-1945. Después de logrado
los problemas anlericanos independientemente dei hecho, de que el dominio sobre el Caribe y Centroamérica, Estados Unidos
si esos problemas afectan a Ias colonias liberadas o a Ias que trabaja por imponer su hegemonÍa en todo el h~misferio. En me-
todavía están supeditadas a Ia dominación europea. .. ,,12 dio de Ia celebraciónde Ias sucesivasconferenciaspanamerica-.
En este intencional recorrido por Ia etapa pre- nas, Ias relaciones de Estados Unidos con América Latina y el
panamericana de Ias relaciones interamericanas, se hace intere- Caribe se desarroUan entre dos sucesivas políticas estratégica_
sante Ia reflexión deI historiador Thomas F. MacGann. cuando mente presentadas como opuestas; eI "Gran Gan-ote" de Theodo-
afirma que, "el Congreso de Estados Unidos después de 1880 re RooseveIt y el "Buen Vecino"de Franldin D. RooseveIt.]5
dedicó a América Latina gran atención, como nunca antes [...]
cada Cámara del Congreso parece querer superar a Ia otra en sus 3. Etapa de consolidación hegemónica (1945-1969). Son los
esfuerzos por encontrar Ios métodos más efectivos de afianza- afios de mayor esplendor deI ejercicio de Ia hegemonÍa de Esta-
miento de sus relaciones políticas y económicas con Ias repúbli- dos Unidos sobre América Latina y el Caribe, tras su emergencia
cas latinoamericanas.,,13 como potencia global aI concluir Ia Segunda Guerra Mundial.
Este cuadro pre-panamericano que se ha brindado a tra- Comprende eI estabIecimiento dei Sistema Interamericallo, el
vés de Ias ideas de políticos y analistas estadounidenses, sirve de auge deI allti-comunismo, el alineamielltojunto a Estados Unidos
base o punto de partida para proponer al Iector una periodización contra Ia Revolucióll Cubana, ellanzamiento de Ia AIianza para
de Ias relaciones interamericanas, basada en el tránsito de Esta- eIProgreso y elotros
desarrolIo de Ios l1amados"estados de seguridad
nacional entre acontecimientos.16
dos Unidos de potencia hemisférica emergente a potencia hege-
mónica global, es decir, el decursar de más de 200 afios de rela-
ciones con América Latina y el Caribe. 14 Para repasar tan importantes aconteeimientos, véase: Manuel Medina Castro E.rtados
Unidos y América Latina. J"iglo XIX. La Rabana. Casa de Ias Américas, 1968; R. M.
Robertson, Historia de Ia economía norteamericana, Editorial BibliOgráfica. Buenos
1. Etapa pre-hegemónica. Se eÀ1:Íendede finales dei siglo XVIII ~a, MINED, 1970.
Aires, 1955; David Guerin. "Autopsia de Ia segregaeión" Historia de América. La Raba-
a Ias postrimerías deI siglo XIX. Abarca todo el proceso de ex-
No. 6; Y Cuba Ia Revolllción de /895 y elfin dei imperio Colonial espanol. Oscar
pansión territorial de Estados Unidos y Ia búsqueda de LUla go. 1995.
Loyola Vega (Coordinador). México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Rida1-
constante exclusión de Ia presencia e influencia de Ias potencias
16 Véase: Alonso Aguilar Montevcrde. El Panamericanismo: de Ia doctrina Monroe a Ia
Doctrina John.l"on. México, 1965; y G. Pope Atkins. América Latina en el sistema
Político imernacional. M~xico, Ediciones Gemika S.A., 1980.
12 Véase: J.B. Loekev. Essays m Pan-Americanism. Berkeley, USA. 1939, p. 5. . 11
.3 Véase: Thomas F. Me Gann. Argentina. the Umted State,r and the /lIteramenca Véase: George F. Kennan. Memorias de IIn diplomático. Barcelona. Luis de CaraIt, 1972;
System, 1880 -1914. Cambridge, USA, 1975, p. 108. D.E. Fleming The cold war and its origins. Garden City, USA. 1961; Gordon Connel!-
S01ith. The lnter-American Sy..tem. Londres. 1966; Lloyd Mechan The Uníted StateJ' and
Inleramerican Securíty, Austin, Texas. 1963; y United States-Latin American Relations
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hacia Ia región: a) prevenir o eliminar cualquier alineamiento -
definido en términos variables pero siempre bastante amplios- de
4. Etapa de erosión de Ia hegemonía estadounidense (J969- algún país dei Hemisferio Occidental con una potencia rival y
J990). Comprende elllamado periodo de "distensión internacio- hostil que pudiera amenazar Ia continuación de Ia presencia nor-
nal" vivido durante los afios 70. con toda una serie de aconteci- teamericana en Ia región y, en último término, Ia seguridad na-
mientos que erosionaron el predominio global de Estados Uni- cional de Ia gran potencia; b) asegurar Ia presencia económica de
dos, los desafios hegemónicos enfrentados en Ia Cuenca deI Ca- Estados Unidos en América Latina o al menos Ias condiciones
ribe durante los 80 Ytoda Ia estrategia para Ia recomposición de
que faciliten dicha presencia desde Ia perspectiva de Ias varia-
su liderazgo asumida por Estados Unidos para neutralizar Y re-
bles necesidades deI país de1 Norte, ya sea en materia de co-
vertir los procesos revolucionarios Y nacionalistas en el hemisfe- rrientes de exportaciones e importaciones, de flujos de inversio-
rio, hasta desembocar en el derrumbe definitivo de Ia Unión So- nes privadas, de abastecimiento de mateIias primas, etc.; y, c)
viética y los países socialistas europeos.l1.
procurar, en Ia medida de 10posible, el establecimiento de regi-
menes estables en los países latinoamericanos con el fm de ase-
5. Etapa de recomposición Y ajuste hegemónico (J990 hasta el
gurar el cumplimiento de los objetivos anteriores.,,19
presente). Definida por Ia nueva posición de Estados Unidos tras Aceptando como válidos los objetivos expuestos, pase-
el fm deI bipolarismo ideológico Y marcada por un nuevo escena-
mos a describir los rasgos que definen Ias relaciones interameri-
rio económico, Ia globalización. Necesidad Y posibilidad de un
canas, entendidos también con un carácter permanente, o siendo
replanteamiento de Ias relaciones interamericanas sin renunciar a condicionada su variabilidad aIos intereses específicos de una
sus bases doctrinales.18
determinada política, en una coyuntura histórica concreta: el
Desde Ia perspectiva del presente, el estudio de Ias rela- expansionismo (económico, político, militar, cultural e ideológi-
co); el no comprometimiento con movimientos nacionalistas y
ciones interamericanas arroja datos imprescindibles para definir
sobre todo con posibilidades reales de acceder al poder en un
los rasgos que Ias han caracterizado. Un aspecto básico son 105
determinado país, hasta tanto no queden esc1arecidas sus posi-
objetivos generales perseguidos por Estados Unidos en sus rela-
ciones con América Latina y el Caribe. Según Alberto Van Kla- ciones con respecto a Estados Unidos; Ia exclusión o reducción a
veren existen "tres grandes y generalmente complementarios "un nivel controlable" de Ia presencia de potencias extra conti-
nentales en los asuntos hemisféricos; Ia determinación de áreas
objetivos centrales Y permanentes en 1a política norteamericana
de mayor influencia en Ia geografia hemisférica, con un trata-
miento diferenciado resultante de Ias relaciones históricas en los
Commission. The Americas in a Changing World. Quadrangle Books, New York Times, ámbitos económico, político y militar, fundamentalmente; el
c. 1975. . empleo de criterios de políticas de menor o mayor perfil para
li Véase: Luis Maira: América Latina y Ia crisis de Ia hegemonía rlOrteamericana. PefÚ,
Centro de Estudios y Promoción dd Desarrollo, 1982; Lilia Berrnúdez. Guerra de BaJ~ determinados países o áreas, condicionadas a los ciclos de crisis
Intensidad: Reagan contra Centroamérica. México, Siglo XXI, 1987; Raymond Garlhoft. o estabilidad existentes; el mantenimiento de una ascendencia
Detente and Confrontation (American-Soviert Relations from Nixon to Reagan!. The
Brookings lnstitution, Washington D. C., 1994; Michael Klare "Beyond tI~e Vletna~
Syndrome" (U.s. lntervention in the 1980s) lnstitute for policy Studies, Washln~O~.oE.n:
1982; y Carl Gershman. "The United States and the Word Democratic RevolutlOn. .
-
decisiva sobre Ias economías y mercados de Ia región; Ia coloca-

19 Alberto Van Klaveren "La crisis de Ia hegemonia norteamericana y sus repercusiones


Washington Quarterly, Winter 1989, USA. . sU- en América Latina. Antecedentes y proyecciones futuras". En: Estados Unidos.
18 Véase: ~a Maria .~zcurr~ EI globalismo de.la.post-guerra fria. ~uenos ;\IreS' ~er. Perspectiva Latinoamericana. Cuadernos Semestrales CIDE. No. 8 Segundo Semestre de
tuto de Estudlos y ACClon Social, 1991; Henry KIssmger Diplomacy. Slmon and sc:. ria! 1980, p. 105.
USA, 1995; Y varios autores Iberoamérica hacia el Tercer Milenio. México. E ItO
Instituto Matías Romero, 1993
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t
ción de América Latina y el Caribe en el "foco externo" de Ia
doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos. En contraposición, e independientemente dei peso que el ,
Por Ia connotación particular y a Ia vez, Ia claridad que factor geopolítico pueda alcanzar en Ias doctrinas de seguridad
arroja sobre el resto de Ios rasgos enunciados detengámonos en nacional de grandes países como Brasil y Argentina, eI concepto f
este último. Proyectadas en el amplísimo espectro de Ia seguri- para América Latina y eI Caribe se atiene a Ia preservación dei
dad nacional, Ias relaciones interamericanas muestran una diná- territorio nacional, sus recursos naturales y Ia defensa de Ia sobe-
mica sujeto-objeto, en Ia cual América Latina y el Caribe es lle- rania y Ia independencia nacional.22Las diferencias entre ambos
vada a actuar no como sujeto de su doctrina de seguridad nacio- enfoques quedaron refrendadas en eI Informe de Diálogo Intera-
nal, sino como un objeto de Ia seguridad nacional de Estados mericano de 1983: "...cuando Ias Iatinoamericanos analizan eI
Unidos. Sobre el controvertido concepto, Jorge Hernández plan- tema de Ia Seguridad Nacional, Ia mayoría de ellos piensan en
tea 10 siguiente: "En su visión norteamericana, Ia "seguridad Ios desafios internos de Ia unidad nacional y eJ desarrollo, en Ias
nacional" se refiere a Ia consecucióri necesaria de Ias objetivos fronteras con Ias estados vecinos y, en algunos casos, en Ia posi-
de cada Estado-Nación, tanto internos como externos. Se trata de bilidad de intervención por parte de Estados Unidos. En Estados
un proceso que encuentra "amenazas" frente a Ias cuales deben Unidos eI foco de Ia seguridad es externo, global y estratégico
desplegarse fuerzas económicas, militares, políticas e ideológicas [. ..1 Estados Unidos, por 10general, busca asegurar Ia estabilidad
que sean capaces de vencerias o neutralizarias. Esta es Ia con- política en el exterior, a veces apoyando eI status quo ante desa-
fios internos o regionales... ,,23
cepción que sirve de base a Ia doctrina estratégica tradicional de
los Estados Unidos, conocida justamente como "doctrina de Ia Uno de Ias autores que más ha abordado eI tema, acotan-
seguridad nacional", difundida y desarrollada bajo el gobierno de do Ia perspectiva deI "reducido valor relativo"de América Latina
Truman, al calor de Ia ley (National Security Act de 1947) que y el Caribe, para Estados Unidos es Lars Schoultz. En su obra
dio lugar a Ia creación de Ia Agencia Central de Inteligencia National Security and United S/ates Pohcy Toward Latin Améri-
(CIA) yel Consejo de Seguridad Nacional (NSC)... ,,20 ca, Shoultz plantea que Ia región, aIos cfectos de Ia doctrina de
Como puede apreciarse, en Ia descripción deI concepto Ia seguridad nacional de Estados Unidos, fue considerada en eI
de seguridad nacional estadounidense, este se mueve sobre dos escenario
vo bipolar
y carente de Ia
de valor guerra fría, como un "objeto inerte, pasi-
intrínseco".24
ejes fundamentales, Ia percepción de una constante amenaza y Ia
consiguiente reacción externa; ai entender que Ia "fuente" de En eI prefacio de una obra más reciente, Beneath the
dicha amenaza está más alIá de Ias fronteras deI país. United S/ates. A history of US Policy toward Latin America.
Este carácter transnacional de Ia doctrina estadounidense Shoultz habla de Ia asimetría como un factor intrínseco a Ias
de Ia seguridad nacional se correspol1de con Ia "predestinación relaciones interamericanas, definiendo a Ia hegemonía como eI
hegemónica", que no se atiene a límites territoriales sino a una
globalización de los intereses de Estados Unidos.2\ factores domésticos. Véase: Kenneth N. Waltz. Teoría de Ia política internacional,
Buenos Aires, Colección Estudios Intemacionales, ]988, p. 96.
22 Sergio Bitar. "Economics and Security: Contradictions in US Latin America Rela-
20 Jorge Hernández Martínez "La política latinoarnericana de los Estados Unidos: "segu- tions". En: Middle Brook, Kelvin J. y Carlos Rico (comps.) The United State,f and Latin
ridad nacional y suhversión". En: Revista Universidad de ia Habana, Cuba. No. 230, America in the 1980 '.r. Contending Perspectil'es on a Decade ofCrisis. Pittsburg. Univer-
sity of Pittsburgh Press, 1986, p. 594.
mayo - agosto de 1987, pp. 180-181.
2.1 The Americas at the Cros~' Road. Interamerican Dialogue. Woodrow Wilson Interna-
21 Para Kenneth N. Waltz, Ia seguridad nacional sólo puede defenderse actuando s~br:
otros estados-nación. Por 10 tanto, Estados Unidos suprime Ias amenazas a sU segunda tional Center tor Scholars. Washington. D.e.. April, 1983, pp. 40 _ 41. .
nacionallesionando Ia de otros actores y pasando general mente a un segundo plano Ias 24 Lars Schoultz. National Security and United States Policy toward Latin Amerrca.
Princeton University Prcss, 1987, p. 235.

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j
patrón para garantizar Ia defensa de los intereses estadouniden-
ses, "controlando ia conducta de sus débiles vecinos". Para EI primero de Ios ejemplos históricos, se enmarca entre I
Shoultz Ia percepción de ia inferioridad latinoamericana "es una fil1ales deI sigla XIX y principias deI XX, enfocados hacia Ios
piedra esenciai en Ia construcción de Ias políticas de Estados países grandes deI Cano Sur (Brasil, Argentina y Chile), que f
Unidos hacia América Latina, determinando los pasos a dar para fueron alcanzando un desarroUo económico capitalista y una
proteger sus intereses en Ia región.,,25 notable actividad en sus canciIIerias. Es Ia época, por ejemplo, en
En una perspectiva alimentada por Ia lectura de aconte- que desarroUa su actividad político diplomática Joaquín Nabuco
cimientos ocurridos durante más de 200 anos, Ias políticas de en Brasil y se organiza eI servieio exterior de esa nación. 28

Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe, como ejemplo Después sobrevino un periodo de alineamiento casi ab-
de relaciones entre desiguales, agravadas por el hecho de ser una soluto con Estados Unidos, tras su ascenso como potencia hege-
de ias partes Ia superpotencia dei sistema, determinan los límites mÓl1icaglobal al concluir Ia Segunda Guerra Mundial. Gerhard
en los que han tenido que moverse los países dei hemisferio. Una Drenkonja describe criticamente ese período en Ios siguientes
acertada aproximación a este complejo aspecto Ia brinda KIaus términos: "Otros estados Iatil1oamericanos,incapaces de captar eI
Schubert cuando reflexiona en los términos siguientes: "La polí- repentino cambio cualitativo ocurrido en eI orden mundial de
tica exterior latinoamericana tiene dos posibilidades: o afina sus 1945 y todavia aferrados aI concepto cIásico de soberania, caye-
instrumentos para trabajar en función de un desarrollo nacional ron en contradicciones fTel1teaI poderío central de Estados Uni-
autosostenido, o se dedica a profundizar en Ia definición de los dos. Estaban Ilamados a fTacasarporque Ios determil1ismos deI
instrumentos idóneos para negociar su dependencia. Elementos sistema imperial estadounidense -de ideología muy severa- re-
de política de una y otra concepción no son enteramente exclu- sultaban tan rígidos en Ia competencia con Ia Unión Soviética,
yentes, especialmente en épocas de transición, pero sí necesitan que no quedaba otra alternativa que eI alineamiento con Wa-
de una clara jerarquización.,"26 shington. Es en este sistema de seguridad, orientado en forma
Por tanto, debemos reconocer que América Latina y ei bipolar, que América Latina perdió su relación especial con
Caribe ha oscilado en sus relaciones con Estados Unidos entre Norteamérica (aunque de paIabra seguia aferrada a eUa) y se
periodos de mayor autonomía y otros de pronunciado alinea- rebajó a constituir uno de Ios eslabones de una cadena de pactos.
miento a Ias políticas estadounidenses. Sin aferramos a una vi- Asi, era obvio que todo intento por lograr una autonomia en Ia
sión maniquea deI asunto, existen ejempios históricos que mar- política exterior apareciese como un triunfo potencial de Ia otra
can los momentos de más amplia independencia ante Estados
Unidos.27
de 10 que se especulaba tras Ia pérdida de sus aliados socialistas europeos, Cuba ha
25 Lars Schoultz, Beneath. The United States. A history of U.S. Policy toward Latin
logrado recomponer sus relaciones intemacionales. quedando normalizados casi en su
America. Harvard University Press 1998. Preface, XV.
totalidad los vínculos con los países de América Latina y .:1 Caribe. A esto agrégu.:se el
26 Klaus Schubert "Nación desarrollo y nacionalismo". En: Teoria y práctica de Ia
apoyo recibido en foros internacionales como Ia ONU, donde a partir de 1992, Ia
política exterior latinoamericana. Editores: Gerhard Drekonja K. Y Juan G. Tokatlian. estadounidense contra aprueba,
Cuba.
Fondo editorial CEREC. Seri.: Política Internacional. No. I Fundación Friedrich Ebert de Asamblea G.:neral mayoritariamente, el cese deI bloqueo económico

Colombia, Primera Edición, 1983, p. XIX.


Sobre esto puede consultarse a: Carlos Martínez Salsamendi "EI papel de Cuba en el
27 A Ia hora de analizar los ejemplos históricos, hay que distinguir el proceso particular
que se abrió en Cuba después dei triunfo revolucionario de enero de 1959. . Tercer mundo: América Central, el Caribe y Atrica". Cuba-E.rtados Unidos dos enfoques.
Edición y compilación Juan G. TokatJián. CEREC Grupo editor latinoamericano. Pp. 127,
EI dinamismo de Ia política exterior cubana es bien conocido, llevándola a asurn;r
posiciones de vanguardia en el concierto de los países subdesarrollados, asumiendo
presidencia dei Movimiento d.: los Paises No Alineados entre 1979 y 1983. A diferenC1
.: 198; Santiago de Chile. 1984 y Carlos Oliva Campos "Cuba América Latina y el Caribe".
~VNA-La
Integración Rabana, pp. 5.9.."En: América Nue,rtra. No. 5. Septiembre . octubre de 1997.
o reinserción
Vé.'lSe: G. Pope Atkins, op. cit., p. 289.

246
247
parte y, por ende, como una sublevación. En el acto sobrevenía el
castigo ya sea en forma directa o indirecta... ,,29 perdida" -afios 80- donde se entremezclan Ia consolidación deI
EI segundo momento histórico, coincide con el contexto neoliberalismo como política económica de los gobiemos de Ia
global de Ia distensión -aproximadamente 1969 a 1979- siendo, región y Ia profundización de Ios procesos de democratización.31
sin duda alguna, el periodo de mayor dinamismo de Ia política EIocuentes son los datos económicos resultantes deI ca-
exterior y proyección de los intereses nacionales latinoamerica- tastrófico decenio: "En términos globales, Ia región efectuó entre
nos y caribenos hasta Ia actualidad. Entre Ias principales caracte- 1982 y 1990 una transferencia neta de recursos hacia Ios países
rísticas que realzan esta etapa pueden mencionarse: industrializados por un valor aproximado de 233,000 millones de
a) EI replanteamiento de Ias relaciones internacionales de los dólares (163,000 milIones en pago de Ia deuda externa, más de
grandes países de Ia región (México, Brasil, Argentina, Ve- 70,000 milIones por concepto de fuga de capitales privados).
nezuela, Chile), en una flexibilización dei alineamiento ab- Como nunca antes, eI mundo rico extraía deI mundo pobre Ios
soluto con Estados Unidos, al activar sus relaciones con Eu- cimiento.
recursos para remediar su propia crisis y financiar su propio cre-
ropa Occidental, Asia, Ia Unión Soviética y otras naciones
socialistas europeos. Entre 1983 y 1990 eI crecimiento de América Latina bajó
b) La sucesión de experiencias nacionalistas encabezadas por a un promedio de 1.5 % aI afio. En vista de que Ia pobIación cre-
sectores militares (Peru, Panamá y Bolivia), algunos de ellos cía aI ritmo anual de 2, 1%, el bajo crecimiento económico signi-
con proyectos de estatización de compafiías extranjeras (es- ficaba un descenso deI ingreso real per cápita en -0,6% al afio. La
tadounidenses, en primer lugar y procesos de reformas agra- "década perdida" no era, pues, de mero estancamiento, sino de
nas. retroceso hacia niveles apenas superiores a Ios de 1970".32
c) EI triunfo electoral dei gobiemo socialista de Ia Unidad Po- Un factor esenciaI para entender eI tercer mOmento
pular, encabezado por el doctor Salvador Allende en Chile. enunciado es eI surgimiento y desarroUo durante 10s afios 80 de
d) EI restablecimiento de vínculos diplomáticos con Cuba por mecanismos Iatinoamericanos de concertación política, precurso-
parte de países latinoamericanos y caribenos (Venezuela, res de 10s grandes foros que hoy existen. La razón fundamental
Colombia, Peru, Panamá, Jamaíca, Guyana, Trinidad y To- deI surgimiento de estas nuevas experiencias fue Ia crisis de
bago). operatividad sufuda por Ias principales instituciones deI sistema
La violenta respuesta aios cambios planteados de Ia interamericano -Ia OEA y eI TIAR- Como resultado deI alinea-
tríada Washington-Empresas Estadounidenses-oligarquías nacio- Ias IsIasde
miento Malvinas.33
Estados Unidos con Gran Bretafia para reconquistar
nales expresadas en sangrientos golpes militares. (Chile, Argen-
tina, Bolivia).30 La crisis centroamericana resultó eI escenario más propi-
EI tercer momento histórico se inicia en Ia década de los cio para Ias acciones conjuntas Iatinoamericanas, comprendién_
afios 90, aunque sus antecedentes están en Ia llamada "década dose Ias implicaciones militares y de seguridad para toda Ia
Cuenca deI Caribe. EI Grupo de Contadora (1983) faciIitó Ias
29 Gerhard Drekonja "Contenidos y metas de Ia Nueva Política Exterior Latinoamericana
"En: Teoria práctica de Ia política exterior latinoamericana, op. cito p. 6 .
31 Carlos Oliva Campos. "Estados Unidos y los procesos de democratización en
.10 Véase: Alberto Van Klaveren "EI lugar de Estados Unidos en Ia política eJ\1e~~~ Academia,
América 1994, pp. 32-48,
.~
latinoamericana". En: Teoria y práctica de Ia Política Exterior Latinoamericana. P: 1 32 lbid. Latina. En: Revista Cubana de Ciencias Sociales. No. 28, La Habana, Editorial
Y Demetrio Boersner. Relacione.r /nternacionales de América Latina. Caracas, EdltOfl
Nueva Sociedad, 1996, pp. 230-235.
. Ias
33 Malvinas.
Carlos Otiva Campos
Cuba, Prensay Latina,
Juan E. 1983.
Cruz Cabrera. Errados Unidosfrenre ai conflicro de

248
249
preocupaciones y proyección regional de México, Venezuela,
Colombia
. y Panamá,
" considerados 34 los tres primeros como "po- estadounidense con otras áreas, medidas en términos de objetivos
y prioridades de Ia agenda global.
11I1
tenclas emergentes dlC e a uenca.
Afios más tarde y con el doble propósito de impedir el Dado que el presente ensayo debe recorrer necesaria-
fracaso de Ias negociaciones de Contadora, y de remarcar el sello mente eI extenso periodo que comprenden Ias relaciones intera-
latinoamericano de sus políticas exteriores, los gobiernos demo- mericanas desde sus orígenes hasta Ia actualidad, asumiendo el
cráticos de Argentina, Brasil, Peru y Uruguay, se unieron aIos históricos.
costo de Ias generalizaciones, se utilizarán aIgunos ejemplos
cuatro antes mencionados, constituyendo el llamado Grupo de
los Ocho. Este fue el núcleo esencial deI hoy Grupo de Río, que Los ejemplos a exponer se refieren a tres coyunturas
convoca a unas quince naciones latinoamericanas, siendo un foro históricas muy implicadas en eI desarrollo de nuestro objeto de
de coordinación y ajustes de estrategias, si no alternátivo, aI me- estudio. Ellas son, Ios orÍgenes de Ias relaciones interamericanas,
nos independiente de Ia OEA. eI surgimiento deI panamericanismo y Ia actual cOYunturainter-
Con Ias cumbres iberoamericanas -Ia primera se celebrá nacional signada por 10 que calificamos como neo-
panamencanlsmo.
en 1991 en Guadalajara, México- y se legitima definitivamente Ia
presencia de un foro regional, en este caso con Ia inclusión de América Latina contribuyó a que Estados Unidos con eJ
Espafía y Portugal, sin Ia incorporación de Estados Unidos y.con territorio usurpado a México, conformara un espacio territoriaI
Ia asistencia plena de Cuba. económica y geo-políticamente capaz de replantear a su favor Ias
El "salto" cualitativo más destacable en el ejercicio de relaciones con Europa. Bajo esa perspectiva, Manfted Jonas ca-
Ias políticas exteriores latinoamericanas está en Ia articulación de racterizó eI contexto histórico de finales deI siglo XVIII en Ios
un canal permanente de comunicaciones e intercambios al má- términos siguientes: "EI interés básico tanto de Washington co-
ximo uivel de los gobiernos, que permitió construir anualmente mo de Jefferson era asegurar Ia independencia de Ia nueva yaún
una agenda regional con los problemas colocados a discusión. no poderosa nación, evitando, cuanto fuera posibIe, eI involu-
Para avanzar algunas consideraciones en torno aI tema cramiento en asuntos militares y políticos de Ias grandes poten-
del papel y lugar que ha ocupado y ocupa América latina y el cias mientras, al mismo tiempo, expandían eI intercambio y eI
Caribe en Ia política exterior de Estados Unidos, se hace impres- comercio como medi os para alimentar eI desarrollo nacional. ,,35

cindible fijar, como punto de partida, el hecho de que para los En octubre de 1889 se ceIebró Ia primera conferencia
gobiernos estadounidenses Ia respuesta pasa por una permanente panamericana en Washington. En aquel momento, José MartÍ
perspectiva global de sus relaciones internacionales. En Ia for- laboraba como corresponsaI deI diario Ia Nación de Buenos
mulación de Ias políticas de Estados Unidos hacia Ia región ha . Aires, teniendo Ia Oportunidad de cubrir como periodista dicho
sido un factor constante en los análisis el estado de Ias relaciones acontecimiento. De una de sus agudas crónicas se expone al Iec-
tor eI siguiente fragmento, que se explica por sí solo:
.\4 Para WolfGrabendorfflos requisitos para el statu.~ de potencia regional son: un nivel "lA qué ir de aliados, en 10 mejor de Ia juventud, en Ia batalla
bastante desarrollado de integración nacional; existencia de recursos económicos; que Ios Estados Unidos se preparan a Iibrar con eI resto deI mun-
capacidad de Ia élite diplomática dei país para convertír Ias posíbílidades económicas en
efectivos instrumentos de política exterior.
do? l,Por qué han de pelear sobre Ias Repúblicas de América sus
batallas con Europa, y, ensayar en pueblos Iibres su sistema de
V éase W olf Grabendortr. "Las potencías regionales en Ia crisis centroamericana: u~a
comparación de Ias políticas de México. Venezuela, Cuba y Colombia". En: ~nlre
autonomia y Ia subordinación. Política exterior de lo.~paí.~es latinoamericanos. fomo .
;
Compiladores Heraldo Mufioz y Joseph Tulchin. Buenos Aires, GEL, 1984. 3, Manfred Jonas. "Isolationism". Encyclopedia or American Foreign Policy. Alexander
De Conde Editor. Part n., New Y ork, CharJes Scribner'sons. 1978, p. 498.

251
)
colonización? l.Por qué tan deseosos de entrar en Ia casa ajena,
mientras los que quieren echar de ella se les están entrando en Ia
defendió Ia importancia de América Latina para Estados Unidos,
propia? l.Por qué ajustar en Ia sala dei Congreso proyectos de
con el argumento estadístico de que, a pesar de estar emergiendo
reciprocidad con todos los puebIos americanos cuando un pro- Ia región de una profunda recesión en 1992 Ias exportaciones I
yecto de reciprocidad, eI de México, ajustado entre los dos go- res.38
estadounidenses habían ascendido a 65,000 millones de dóla-
biernos con ventajas mutuas, espera en vano de afios atrás Ia
sanción dei Congreso, porque se oponen a él, con detrimento dei En igual sentido se proyectó Robert Pastor, al sefialar
interés general de Ia Nación, Ios intereses especiales heridos en eI que el proceso de reducción de Ia dependencia dei mercado esta-
tratado ?,,36
dounidense, que había operado en Ia región entre los afios 50 y
Tras Ia desintegración de Ia Unión Soviética y Ia desapa-
80, se habíaen
adicionales revertido
Estadosdrásticamente,
Unidos.39 generando 656,000 empleos
rición deI socialismo en los países de Europa Oriental, América
Latina fue "redescubierta" por Estados Unidos. Pero, el volver Ia
Pero Ia complejidad dei actuaI contexto regional-global
vista hacia Ia región respondió a Ias nuevas demandas dei con- se desborda en una multipJicidad de desafios superpuestos, como
texto global más que a un auténtico replanteamiento de fondo de bien los describe Jorge Grandi, cuando define Ia co-existencia de
Ias relaciones interamericanas, aún y cuando esto haya implicado
procesos de integración que van desde 10 nacional-territorial,
cambios significativos en el hemisferio. sub-regional, regional, hemisférico y global. De ahí su gran inte-
La descripción que hizo Abraham Lowenthal en 1993 dei rrogante: "i.Qué es realmente 10 que queremos. La brecha entre
nuevo contexto internacional es ampliamente acIaratoria: "Desde objetivos declarados y objetivos realizables o realmente busca-
cualquier ángulo que se mida -nivel tecnológico, ingresos per dos, o cómo podemos articular esa poligamia o esas dobles o
cápita, reservas de divisas y desembolsos de ayuda externa, entre triples lealtades en Ias que estamos inmersos, qué es 10 que va-
otros- Japón y Ia Comunidad Económica Europea se han estado mos a priorizar, Ia zona de libre comercio con el vecino o una
acercando a Estados Unidos o superándolo. Japón se ha conver- unión aduanera con los otros cuatro o cinco, o vamos a articular-
tido en el principal acreedor dei mundo y en el mayor donador de nos en una zona de libre comercio con el NAFTA -Tratado de
ayuda oficial para el desarrollo y, Ia mayor integración de Ia Libre Comercio
regiones. ,,40 de América deI Norte, en inglés- o con otras
Comunidad Europea está creando el mercado y el centro de pro-
ducción de mayor envergadura en el mundo. Japón y varios paí-
Es evidente que para un analista como Grandi no escapa
ses de Europa Occidental, y no Rusia, son los competidores de el factor esencial que es Ia globalización. Cualquier país latinoa-
Estados Unidos en 10 que se refiere a influencia y mercados en mericano puede concertar un acuerdo de Jibre comercio con su
América Latina".37
vecino y participar de un esquema de integración sub-regional,
En esa coyuntura, importantes latinoamericanistas de
pero Ia meta que se nos impone es global, pasando por el bipola-
Estados Unidos abogaron por un nuevo acercamiento entre Ias rismo geo-económico de Ia hasta hoy poco probable Area de
dos Américas. EI propio Lowenthal, en otro ensayo de Ia época, Libre Comercio para Ias Américas CALCA)y el Mercado Común

36 José Marti. Obras Completa.!. La Habana, Editorial Lex. 1946. VaI. 11.p. 139. USA,
38 Abraham
The Years
F. Ahead,
Lowenthal
1993,
"Latin
p. 90.America: ready for partnership? En: Foreign Affair.r.
37 Abraham F. Lowenthal. "Estados Unidos y América Latina en Ia década de I~~
USA, Fali. 1992,
39 Robert p. 108."The Latin American option".
A Pastor En: Foreign Policy. Nwnber 88.
noventa: Ias cambias en Ias intereses y políticas estadounidenses ante un nuevO mU~I~O.
En: Estados Unidos. Informe Trime.rtral. VaI. m. Núm. I, primavera de 1993, Mexlco,
CIDE División de Estudios Internacionales, p. 73. 40 Jorge Grandi. "Los siete desafios y Ias siete déficits de Ia integración para América
Latina". 24,julio-diciembre
Número En: La integración 1995,
regional en América
pp. 17-19. Latina. Sintesis. Madrid, Espana,

252

253
J
deI Sur (MERCOSUR) que aspira a establecer un Area de Libre
Comercio Sudamericana (ALCSA), desarrollando una estrecha sobre el fenómeno de Ia integración y establecer o descartar eI
relación con Ia Unión Europea y Ia Cuenca deI Pacífico. grado de compatibiIidad que pueda existir entre ambos.
Particularmente sobre el ALCA, que es el actual para- Un primer aspecto a abordar es Ia definición no deI con- I
digma ofrecido por Estados Unidos a Ia región, escribió Craig cepto de hegemonía, cuestión que ha sido saldada por innumera-
Van Grasstek, Consultor Internacional de Ia Secretaria Perma- bles autores, sino qué se entiende por hegemonía en Ias relacio-
. nente deI Sistema EconómicoLatinoamericano(SELA) en los nes de Estados Unidos con América Latina y el Caribe. AIos
términos siguientes: "Las declaraciones de Ias principales autori- efectos deI presente ensayo, se entiende como Ia capacidad de
dades responsables pueden transmitir Ia falsa impresión de que poder que ejerce Estados Unidos (económica, militar, político-
el ALCA se convertirá en Ia piedra angular de ~n Nuevo Orden diplomática, ideológica, tecnoIógica), para influir decisivamente
Mundial, en el cuallos países latinoamericanos y caribefios ocu- en Ias políticas internas y externas de los países de Ia región42.
parán un lugar de gran importancia. Un análisis más realista de En el caso de Ias relaciones hemisféricas, el conjunto de países
Ias actuales tendencias económicas y políticas revela que para los de América Latina y el Caribe se subordina, en mayor o menor
Estados Unidos estas negociaciones son simplemente un ele- medida, aIos criterios políticos que llevan a Ia toma de decisio-
mento más dentro de un enfoque más amplio y global".41 nes en Estados Unidos. Lo que significa que existe un proceso
Por todos estas elementos expuestos es que se afirma que específico de formulación de políticas y toma de decisiones de
América Latina y el Caribe ha sido identificada en sus relaciones Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe.
con Estados Unidos, como un factor de poder de Ia potencia he- No obstante, eI caso que nos ocupa presenta característi-
gemónica en función de su estrategia global y no como un actor cas particulares. Primero, debe entenderse como un proceso
internacional independiente. complejo, porque es Ia sumatoria de percepciones y enfoques
coincidentes y contradictorios, de un número considerabIe de
actores
de institucionales
políticas e individuales, que originan un conjunto
especializadas.43

2. La hegemonía de Estados Unidos en el hemisferio occiden- Aquí habría que hacer Ia distinción entre el funcionario
tal y Ia eventual integración con América Latina y el Caribe. experto en áreas y temas, casi siempre anónimo, que resiste el
paso de sucesivas administraciones, de aqueI que asume una
responsabilidad coyunturaI, por razones de amistad, confiabiIi-
Las siguientes páginas serán dedicadas a describir el proceso de dad política y/o interés económico, con eI cambio de gobierno.
conformación deI sistema de hegemonía hemisférica de Estados En segundo lugar, se estabIecen niveles de prioridad e
Unidos, sus etapas y niveles de articulación y funcionarniento intereses por áreas dentro de Ia geografia hemisférica. Recuérde-
dentro de Ia política exterior estadounidense, para proyectarlo se que, para Estados Unidos, Ios países de Ia Cuenca deI Caribe

42 AIos efectos deI presente trabajo, el autor no establece una distinción entre hegemo-
41 Craig Van Grasstek. "EI ALCA: Opciones y Perspectivas de E~1ados Unidos Y toda
nía yacción
dominación,
hegemónica.
considerando a ésta última categoría como Ia eJl:presión esencial de
América Latina y el Caribe". En: Dinámica de Ias relaciones externas de América Lati;:;
y el Caribe. Secretaria Permanente deI Sistema Económico Latinoamericano (S~L I d43 I EII~s son el.Ejecutivo, el Congreso, los Departamentos .de Estado, ~efen~~, Teso:;
Sp/CUXXIV.O/Di No. ), Argentina, Agencia Espafiola de Cooperación Intemaclona. ComercIo y Justlcla. entre otros; además Ia lIamada "Comumdad . de Intehgencla . d~n
Ediciones Corregidor, )998, p. )91. entre que sobresalen Ia C.I.A, el F.B.I., Ia D.E.A. y Ia Agencia d e S egun'dad NacIOnal
e a olros.

254 255
es objeto de una mayor influencia en relación con Ias naciones
sudamericanas, por Ias razones anteriormente descritas.
EI "aislacionismo" es Ia tendencia a reducir ai mínimo
Por último, aunque no menos importante, hay que reco- posible los compromisos intemacionales dei país -Iéase Estados
nocer el carácter variable dei proceso, ya que Ias prioridades se Unidos-, bien por evitar el involucramiento en acciones conjun-
definen como resultado de Ias coyunturas políticas. En general, el tas con otros actores, manteniendo una independencia de movi-
escenario de crisis es el que condiciona el mayor o menor perfil miento; o por el privilegio dei tratamiento de los problemas do-
para países y temas de Ia agenda hemisférica. mésticos en una COyunturadada. No se trata de no asumir accio-
Antonio Gramsci plantea que el ejercicio de Ia hegemo-
nes de política exterior, sino de no traducir estas en acuerdos y
nía en un área determinada se caracteriza por Ia existencia de una nados
tratados
preceptos.
que obliguen a Estados Unidos a cumplir con determi-
combinación de fuerza y consenso que varía yn su balance recí-
proco, pero sin que Ia fuerza exceda aI consenso.44Aceptando a EI "intemacionalismo" es un concepto tan ambiguo co-
Ia therza como Ia capacidad de poder,. cabe precisar para el caso mo su aparente antónimo; asociándose a Ias relaciones exteriores
de Estados Unidos, que su hegemonía se ha construido y defen- de Estados Unidos que se traduzcan en Ia Participación directa en
dido en muchas ocasiones combinando Ia fuerza con el empleo acuerdos o tratados principalmente de carácter multilateral.
de instrumentos de presión para lograr el consenso o, simple- La tendencia "aislacionista" se impuso en Ia política
mente, para alcanzar Ios objetivos propuestos aún conla ausencia exterior estadounidense, desde los orígenes de Ia nación y con Ia
de éste.
mira enfocada a Ias relaciones con Ias potencias europeas. Por
En tal sentido, deben considerarse como sus componen- otra parte, el estudio de Ias relaciones interamericanas a 10largo
tes esenciales el expansionismo, entendido como el instrumento dei siglo XIX, revela dos tendencias complementarias, el soste-
básico de Ia hegemonía -en sus vertientes económica, política, nido esfuerzo directo o encubierto por ganar Ias influencias que
militar e ideológica- y el liderazgo, que es Ia función, eI "cere- poseían los europeos en el hemisferio y el tratamiento dado por
bro" ordenador y controlador. Según Ia lógica expuesta, para Estados Unidos a Ia región de Ia Cuenca dei Caribe, ai considerar
Estados Unidos no puede haber hegemonía sin expansión; pera que impactaba directamente en sus asuntos de seguridad nacio-
ésta dimensión cuantitativa, necesita de su complemento cualita- nal. Por 10 tanto, puede afirmarse que el "aislacionismo" nunca
tivo, 10que hace imprescindible e1liderazgo mediante Ia imposi- predominó
con Américacomo tendencia
Latina en Ias relaciones de Estados Unidos
y el Caribe.
ción de un paradigma político dominante.
EI expansionismo de Estados Unidos posee una particu- De ahí que coincida con Roberto González Gómez cuan-
laridad esencial, se ha nutrido de Ias dos tendencias fundamen-
do afirma "el aislacionismo es un fenómeno que resulta deI pro-
tales que históricamente se han movido dentro de Ia política ceso de crecimiento y maduración dei imperialismo norteameri-
exterior estadounidense, el "aislacionismo" y el "internaciona- cano y en modo algul10significa el el1cIaustramientohermético
Iismo" o injerencismo, como Ia definen algunos autores.45 dentro de 1Tonteras,excIuyente de todo impulso eÀ.'Pansionista".46
De particular relevancia es el criterio emitido en igual
sentido, por Arthur Schlesinger Ir., quiel1reconoce el carácter
44 Antonio, Gramsci. Q/laderni della Carcere. A Cura di Valentino Gen-atana (Torin?:
Einaudi, 1975), p. 1638 - Tomado de; Alberto Van Klaveren, "La crisis de Ia hegemowa
norteamericana y sus repercusiones... ", p. 108.
45 Roberto González Gómez. Política Exterior de Estados Unidos: doctrinas y dilemas.
La Habana, Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García", 1988.
-46
ambiguo dei concepto, afinnando que Estados Unidos nunca ha
sido "aislacionista" en términos de comercio, pues los mercantes

lbid, pp. 3-4.

256
257
dei contexto internacional en su conjunto, o un segmento parti-
estadounidenses" surcan los siete mares desde el primer día de cular, Estados Unidos reacciona asumiendo compromisos exter-
independencia. ,047 nos. En Ia situación de Ia segunda post guerra mundial, fue in-
En una definición mucho más categórica, Petras y Eris- trínseco y necesario para el disefio hegemónico global el cons-
man afirman que: "La independencia nacional fue para Estados truir un sistema de alianzas militares por todo el planeta para
Unidos una condición para su propia expansión y no una doctrina cercar y controlar ai adversario comunista. Pero, Ia coyuntura en
aplicable a otras áreas de implicación. De este modo, un movi- que se aprobó en el Congreso estadounidense el Tratado de Libre
miento burgués de liberación nacional pudo fácilmente, en el Comercio de América dei Norte (TLCAN), resultó mucho más
periodo posterior a Ia independencia, adoptar una política de complicada.
ultramar de carácter expansionista, desechando su propia retórica Téngase presente, que el TLCAN fue un proyecto dise-
nacional democrática" .48 fiado en el momento final de Ia "Guerra Fria" y necesitaba de un
Por tanto, para el caso específico de Ias. relaciones con escenario internacional diferente, ya visualizado, donde los nue-
América Latina y el Caribe, el "aislacionismo" estadounidense vos desafios para Estados Unidos rebasaban el tradicional teatro
sólo fue real en términos de no acuerdos y compromisos oficiales político-militar de operaciones y Ia nación tenía que asumir Ia
con sus vecinos; pero, proyectadas en ef contexto de Ia política defensa de una hegemonía diferente y sobre nuevas bases.49
exterior de Estados Unidos, Ias relaciones interamericanas fueron Llama Ia atención como el presidente demócrata William
el "laboratorio" ideal para experimentar y crear su proyecto he- Clinton, necesitó para Ia aprobación dei TLCAN en el Congreso
gemónico global. deI apoyo republicano porque, no era el proyecto de un partido
El expansionismo estadounidense, se nutre deI aislacio- sino deI sistema y, en el debate, predominó esa visión.50
nismo, afirmación que se sustenta en dos grandes ejemplos histó- El proceso de aprobación deI TLCAN en el Congreso
ricos. El primero, se apoya en nuestro objeto de estudio, Ias rela- estadounidense resultó el escenario propicio para un nuevo de-
ciones interamericanas; el segundo, una coyuntura histórica que bate, aparentemente, entre "aislacionistas" e "internacionalistas'.
marcó un hito en Ia política exterior de Estados Unidos, el perio- En Ia realidad, sirvió para el enfrentamiento de visiones que,
do "aislacionista" disefiado por el presidente Woodrow Wilson teniendo como marco Ia polémica entre proteccionismo y libre
entre Ias dos Guerras Mundiales (1918-1940). Es, por su propia comercio, 10que estaban dilucidando eran Ias nuevas bases de Ia
naturaleza, esencialmente oportunista Y nevado a una simple hegemonía estadounidense.
operación aritmética se expresa de Ia sigu:ente forma: Pero, antes de reflexionar sobre los cambios sufridos por
expansionismo== aislacionismo+ injerencismo el proyecto hegemónico de Estados Unidos en América Latina,
(acción) (reacción) es necesario delimitar sus consecuencias, haciéndose válida Ia
Para el lector, puede surgir Ia duda de por qué entender siguiente reflexión de Rosario Green, cuando afirma que el pro-
en términos de reacción, el injerencismo de Estados Unidos; pero yecto global de dominación de Estados Unidos se ha manifestado
este debe interpretarse como el resultado de un proceso (decisión sobre América Latina y el Caribe a través de tres vias clásicas: Ia
making process) en el cual, a partir de una determinada lectura
49 Margaret M. Cummings "De Ia seguridad ai comercio en Ias relaciones entre Estados
47 Arthur Schlesiuger, Jr. "Back to the Womb? Isolationism's Renewed Threat. "En: Unidos y América Latina: como se explica el apoyo estadounidense ai tratado de Libre
Foreigh Affairs, USA, July 1 Augnst 1995, p. 2. Comercio con México."En: Estados Unido.r. Informe Trimestral, pp. 5-30.
48 James Petras y Michael Erisman. "La Doctrina Monroe y Ia hegemonía de EstadoS 50 John K. Galbraith "A oposiçao norteamericana ao NAFTA". En: Po/itica Externa.
Unidos en América Latina". Eu: Cuadernos de Ia realidad nacional. No. 16. CEREN. Vol. 3 No. 2. Setembro-Outubro-Novembro 1994. pp. 77-83.
Universidad de Santiago de Chile. Abril de 1973, p. 42.
259
258
I
,
imposición política, Ia penetración e intervención militar y Ia
manipulación económica.51 Siendo Jefferson una de Ias figuras más identificadas con
Por otra parte, Ia autora hace una acotación muy acertada eI pensamiento liberal de Ia época, se Ie vincula al ideario expan-
cuando plantea que no puede tener éxito una dominación externa sionista estadounidense, explicitado, con una visión regional, a I
sin el respaldo de sectores nacionales que, desde el poder, res- través de Ia Doctrina Monroe. Como expresaron Petras y Eris-
ponden aIos intereses de Estados Unidos.52 man, Ia Doctrina Monroe fue Ia respuesta de Washington para Ia
Con los componentes descritos resulta dificil aceptar que ambigua situación generada por Ia presencia de Ias potencias
7 Estados Unidos encuentre en Ia integración con América Latina y europeas en eI hemisferio y Ia fTagiIidad de Ias nuevas repúbli-
el Caribe una vía para consolidar su proyecto de dominación cas vecinas, "Ia seguridad" deI país se vertía en Ia expansión
ultramarina.55
hemisférica. Repasemos Ia historia.
Para muchos independentistas latinoamericanos, Ia Re- Es por eso, como afirma Piero GIeijeses, que Bolívar,
volución de Ias trece colonias fue un paradigma político- preocupado por Ia debilidad de Ias nuevas repúblicas, Ia anarquía
ideológico, considerando que era el mayor signo de progreso de reinante y eI peligro de una intervención militar de Espafia y Ia
Ia época. Reflexionando sobre aquellos dificiles afios de Ias lu- Santa Alianza, al estabIecer una comparación entre Gran Bretaõa
chas por Ia independencia y Ia influencia ejercida por Estados y Estados Unidos, avizoró en este último una amenaza potencial
Unidos, Apolinar Díaz Callejas apunta tres criterios válidos: para Ia integridad territorial hispano americana.56
a) Fue un error no evaluar Ia aplicabilidad real de aquella expe- Demetrio Boersner explica eI pensamiento bolivariano,
riencia a sociedades de estructuras sociales, culturales y eco-
nómicas diferentes.
considerándoIo opuesto aI concepto unilateral y hegemónico /
contenido en Ia Doctrina Monroe. Para BoIívar era válido eI
b) A Ia naciente burguesía criolla le resultó un impulso para principio de Ia solidaridad de todos Ios países hispanoamericanos
abrir los mercados nacionales a Ias viejas y nuevas potencias en un plano de iguaIdad, siendo Ia fórmula a aplicar un diseiío de
económicas bajo el emblema deI "Libre Comercio". seguridad coIectiva para defenderse de agresiones intra y extra-
regionaIes.57
c) 3. Las nacientes repúblicas latinoamericanas no fueron capa-
ces de diseõar una estrategia para su desarrollo económico.53 Vale Ia pena repasar Ias abismaIes diferencias que exis-
Una de Ias personalidades más transcendentes de aquel tían entre eI pensamiento político estadounidense y BoIívar,
momento histórico, Thomas Jefferson, se mostró profundamente ejemplificándolas con dos aspectos fundamentales, Ia indepen-
preocupado porque "Ia ignorancia y Ia superstición" se posesio- dencia de Cuba y eI Congreso Anfictiónico de Panamá.
naran de los pueblos latinoamericanos, transformándolos en so- Ocho meses antes de procIamarse Ia Doctrina Monroe
ciedades gobernadas por el despotismo religioso y militar.54 (diciembre de 1823), eI gobiemo estadounidense dió instruccio-
nes a su representante en Madrid, para que reiterara a Ia corona
51 Rosario Green. "Carter y el ciclo crisis - acercamiento en Ias relaciones espafioIa su apoyo al mantenimiento de Ias colonias de Cuba y
interamericanas." En: Estados Unido.~. Per.~pectiva Latinoamericana. México, Cuademos Puerto Rico. Lo más trascendente de Ia nota ha sido, sin lugar a
Semestrales. CIDE, No. Abril de 1997, p. 15.
52 lbid, p. 16. dudas, Ia definición de Ia lIamada teoria de Ia "ftuta madura",
53 Apolinar Díaz Callejas. Colombia-Estado.f Unido.v. Entre Ia autonomia Y !a
subordinación de Ia independencia a Panamá. Colombia, Editorial Planeta, Colombl3
55 James Petras y Michael Erisman "La Doctrina Monroe y Ia hegemonía de Estados
1997,p.42. . Unidos en América Latina", p. 41. .
54 Robert W. Tucker y David C. Hendrickson "Thomas JetIerson and American Forelgt1 56 Piero Gleijeses "The Jimjts of Sympathy: The Unites States and the Independence of
Policy": ForeignAffairs, USA, Spring 1990, p. 153. S'panish America". En: Journal ofLatin American Studies, No. 24, Great Britain, Is.F.]
5 Demetrio Boersner Relaciones Internacionales de América Latina. p. 79.

260
261
con Ias siguientes precisiones: "cuando se echa una mirada hacia
el curso que tomarán probablemente los acontecimientos en Ias Por su parte, Petras y Erisman, en su obra ya citada, se
próximos cincuenta afios, casi es imposible resistir a Ia convic- refieren a cómo en el periodo que media entre Ia fecha mencio-
ción de que Ia anexión de Cuba a nuestra República Federal será nada y Ia proclamación de Ia Doctrina Monroe, Ias colonias es-
indispensable para Ia continuación de Ia Unión y el manteni- panolas deI Caribe, en particular Cuba, habían adquirido una
miento de su integridad. Es obvio, sin embargo, que para ese primordial importancia comercial para Estados Unidos. En eI
acontecimiento no estamos todavía preparados y que a primera periodo de 1821 a 1825, el31 % de Ias exportaciones de Estados
vista se presentan numerosas y formidables objeciones contra Ia Unidos iban directamente a América Latina, siendo el Caribe
extensión de nuestros dominios territoriales dejando eI mar por receptor deI 25 %. A criterio deI entonces secretario de Estado
John Quincy Adams, Cuba era de transcendentaI importancia
medio [...] pero hay leyes de gravitación política como Ias hay para Ios intereses políticos y comerciaIes de Estados Unidos.60
de gravitación fisica, así como una manzana separada de su árbol
Llámese Ia atención sobre eI hecho de que el factor co-
por Ia fuerza deI viento, no puede, aunque quiera, dejar de caer
mercial es intrínseco a toda relación de Estados Unidos con
en el sueIo, así Cuba, una vez separada de Espafia y rota Ia cone-
América Latina y el Caribe. Pero, siempre entrelazado con una
xión artificial que Ia liga con ella, e incapaz de sostenerse por sí
concepción geopolítica, es decir, no es una relación de mercados
sola, tiene que gravitar necesariamente hacia Ia Unión Norte-
Americana, y hacia ella exclusivamente, mientras que Ia Unión sino un recurso para lograr una influencia mayor, económica y
misma, en virtud de Ia propia Iey, le será imposible dejar de reci- política. EI factor comercial es un componente deI expansionis-
birla en su seno.,,58 mo estadounidense. Por defender Ias intereses económicos
La anexión, que es el destino que se pronosticó a Cuba, Theodore Roosevelt invocó su nefasto corolario en 1904: "Para
no tiene nada en común con Ia integración. Para 10 primero, se ser más exactos, fue Ia actuación militar estadounidense 10 que
incrementó mayoffilente Ia expansión de los intereses comercia-
renuncia y se pierde totalmente Ia independencia. Lo segundo,
implica un complejo pero transitable proceso consciente de se- les americanos en toda eI área; así, sus inversiones ec1ipsaron
sión de cuotas de soberanía nacional en aras de un interés coIec- completamente Ias intereses europeos a11íempenados",61
tivo. En cuanto aI Congreso Anfictiónico de Panamá, Bolívar
Las pretensiones de dominación estadounidense sobre no estaba interesado en que Estados Unidos asistiera, su deseo
era un Congreso hispanoamericanç.62
Cuba se remontan a principios deI siglo XIX. En 1809, Thomas
Jefferson propuso al presidente Madison negociar con Napoleón Sin embargo, Ia disposición en Estados Unidos para par-
ticipar en eI Congreso de Panamá no se hizo presente. Los deba-
estando Espafia ocupada por Ios franceses en aquel entonces, Ia'
tes sobre el tema en ellegislativo estadounidense fueron numero-
entrega de Cuba a cambio de dejar a Francia con Ias "manos
Iibres" en Hispanoamérica.59 sos, participando Ia Cámara de Representantes y eI Senado, con
intervenciones de aIrededor de 60 congresistas, en varios días de
sesiones. Entre los temas esgrimidos por Ias congresistas para
58 Tomado de: José 19nacio Rodríguez. Estudio histórico sobre el origen.
desenvolvimiento y manifestaciones prácticas de Ia idea de Ia anexión de Ia Isla de cuba
a los Estados Unidos de América. La Habana" Propaganda Literaria, 1900. pp. 57 - 60 James
Unidos Petras y Latina",
en América Michael p.Erisman.
42. "La Doctrina Monroe y Ia hegemonía de Est"ldos
Citado por: Sergio Guerra Vilaboy América Latina y Ia Independencia de Cuba. Caracas, 61 Ibid. p. 49.
Venezuela, Ediciones KO'EYU, Enero de 1999. p. 42.
59 Jetl'erson a Madison, 27 Apr. 1809, The Writing ofTho1llasJe/ferson, Vol. 5 (Wa- 62 Sobre el no interés de Bolivar por Ia invitación de Estados Unidos ai Congreso de
shington DC, 1853), p. 444. Citado por Piero Gleijeses. The limits ofSympathy... p. 491 Panamá y sucesivas interpretaciones a Sll posición, véase: Manuel Medina Castro. Esta-
dos Unidos yA1IIérica Latina. siglo,\1X. Cuba, Casa de Ias Américas, 1968, pp. 161-169.

262
263
manifestar su reticencia a una eventual participación de Estados
Unidos en el Congreso de Panamá estaban: no violentar el statu nios parciales celebrados con cada una de Ias naciones por sepa-
rado.'>64
quo que Espaiia mantenía en América después de Ias guerras
independentistas; se dia una rotunda negativa a Ia intención de EI análisis de los ternas manejados por el Congreso esta-
ill'l dounidense manifiesta que, siendo el "telón de fondo" el caracte-
Bolívar de luchar por Ia independencia de Cuba y Puerto Rico;
no participar en un Congreso al cual asistiera "Ia República ne- rizado aislacionismo, Estados Unidos estaba apuntando a Ia de-
gra" de Haití, cuestión que era errada, pues no fue invitada; Ias fensa de un statu quo político que le permitiera mantener alejada
y controlada a Europa, pero sobre todo a evitar Ia unidad de
preocupadones sobre Ia libertad de religión en Ias nuevas repú-
blicas americanas; y Ia negativa a que Ia participación en dichc América Latina y el Caribe excluyendo a Haití y oponiéndose a
Ia independencia de Cuba y Puerto Rico.
Congreso implicara Ia obligatoriedad de concertar algún tipo de
alianza con los países latinoamericanos.63 Pero el pensamiento de Clay-Adams es también muy
Luego de acomodar hondas preocupaciones, gradas a Ias revelador porque ya intenta disefiar, cómo es lógico muy primiti-
argumentos deI secretario de Estado Henry Clay, el presidente vamente dado el contexto histórico, un área de libre comercio
para Estados Unidos en el hemisferio. .

John Quincy Adams aceptó Ia conveniencia de enviar represen-


tantes de Estados Unidos al Congreso Anfictiónico de Panamá. El propio Francisco de Paula Santander, promotor de Ia
EI 6 de diciembre, Adams envió un primer mensaje al Congreso invitación a Estados Unidos comprendió a cabalidad los propó-
refiriéndose a su nueva posición y, posteriormente, envió un sitos estadounidenses, cuando instruyó aios plenipotenciarios
mensaje especial al Senado el 26 de diciembre de 1825, en el colombianos ante el Congreso Anfictiónico, por mediación deI
ministro de Relaciones Exteriores José R. Revenga, en una nota
cual afirmó: "... creemos que ha llegado el momento de mostrar-
confidencial el 26 de junio de 1826, de cuyo texto se extrae: "al
les los principios de un intercambio comerciallibre y de insistir-
enviar Plenipotenciarios a esa Asamblea el Gobiemo de los Esta-
les con desinteresada y amistosa persuación, cuando están todos
dos Unidos aspira: I. A impedir o retardar Ia emancipación de Ias
reunidos, en nuestro determinado propósito de deliberar juntos
! Antillas Espanolas y, 2. A inducir a todos los nuevos Estados a
Ii
sobre el establecimiento de tales principios, los cuales serían un
l
"I soporte importante para su futuro bienestar. La adopción con- que equiparen en todo el comercio exterior, ya se haga en buques
I junta de principios para Ia neutralidad marítima y favorables a Ia nacionales, ya en buques extranjeros [...] nuestro gobiemo con-
I'" navegación en tiempos de paz y al comercio en tiempos de gue- sidera Ia intención de impedir o retardar Ia emancipación de Ias
rra, deberian también ser un tema a considerar en este Congreso. Antillas Espafiolas, corno contraria aIos derechos que tenemos
La doctrina de que barcos libres hacen mercancias libres y de que corno beligerantes, y corno perjudicial a nuestra futura tranquili-
Ias restricciones lógicas sobre Ia extensión de bloqueos pueden . dado Fúndanla los Estados Unidos en el peligro de que resulte
ser determinadas en convenios generales con mayor o menor desorden entre Ias clases de que están pobladas aquellas islas, y
facilidad y tal vez con menos danos, puede establecer el medio que esto se haga extensivo a su propio territorio; y Ia fundan
de un compromiso general, concertado en tal encuentro, y aI que tarnbién en que el comercio de dichas islas se haya abora sobre
se adhieran los demás, mejor que por medio de tratados o conve- un pie satisfactorio para los neutrales [...] Estas dos pretensio-
nes de los Estados Unidos se han presentado más a Ias claras
bajo su verdadero punto de vista, abora que se ha sabido que

64 EUA Documentos de su historia política. Tomo I. México, Instituto José Maria Luis
63 Piero Gleijeses. The limits ofSympathy..., pp. 495.502. Mora, 1988, p. 396.

265
(Claudio Martínez de) Pinillos, Intendente de Cuba, acaba de que marcó Ia impIementación deI panamericanismo bajo Ia inter-
conseguir en dichos Estados un empréstito de un millón de pesos, pretación de Estados Unidos.
y ha escrito a su .gobierno que tenía alguna confianza en que no Pero, antes de referirme a tan importante acontecimiento,
le faltasen medios de defensa".65 se impone Ia l1ecesidadde desIindar entre el concepto de unidad
En definitiva, como resultado de los prolongados debates hispanoamericana de Bolívar y eI panamericanismo de Estados
en el Congreso estadounidense, los dos plenipotenciarios fueron Unidos. Cuando se revisan Ios escritos de Bolívar, sobre todo en
enviados con retraso, pereciendo uno de ellos durante Ia travesía su conocida Carta de Jamaica (1815) donde expresa su visión de
ai contraer Ia fiebre amarilla y llegar el segundo, apenas para Ia unificación supranacional, ésta pudo haber sido Ia fuente princi-
clausura dei Congreso. pal para Ia interpretación estadounidense deI panamericanismo,
La historia de conflictos interestales y luchas internas por enfocándoIo, como se ha reiterado, desde una perspectiva asimé-
el poder que poblaron a Ia América Latina dei siglo XIX no hizo trica y desigual, por Ia posición hegemónica asignada a Estados
Unidos.
!Dás que reafirmar Ias percepciones iniciales estadounidenses
sobre el comprometimiento con Ias frágiles repúblicas vecinas; Decía Bolívar: "Yo deseo más que otro aIguno ver for-
mientras Estados Unidos continuaba con su estrategia de minar marse en América Ia más grande nación deI mundo, menos por
Ias influencias europeas en el continente. su extensión y riquezas que por su libertad y gloria [...] es una
A Ia altura de 1884, el Congreso de Estados Unidos, a idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una
propuesta dei vice-presidente Chester A. Arthur decidió enviar sola nación, con un sólo vínculo que ligue sus partes con el todo
una Comisión Especial a Centro y Sudamérica, con el objeto de "[...]. Pero, aclara seguidamente el Libertador: [...]".Ya que
indagar e informar acerca de los medios para fomentar íntima- tienen un origen, una lengua, unas costumbres, una religión".67
mente Ias relaciones internacionales y comerciales entre Estados Además, en Ia medida en que avanzan Ias Iuchas inde-
Unidos y América Latina. Sobre el mencionado documento es el pendentistas, eI conocimiento y el pensamiento de Bolívar sobre
siguiente comentario: "EI informe de Ia Comisión Especial pro- Estados Unidos se hace más agudo.
pone fundamentalmente tres puntos: Un Congreso panamericano, En Ia proclama al congreso de Angostura de 1819, afir-
cuya finalidad principal será limitar el comercio americano, en Ia mó Bolívar: "sea 10que fuere de este gobierno con respecto a Ia
posible, a los mares americanos; una moneda de plata comúl1,y nación americana, debo decir que ni remotamente ha entrado en
\un tratado de reciprocidad entre todas Ias naciones de América y
Estados Unidos, liberando de derechos el intercambio de pro-
mi idea asimilar Ia situación y naturaIeza de los Estados tan dis-
tintos como el ingIés americano y eI americano espafioI(,No sería
ductosnativostransportadosen buquesde cualquierade Ias dos , más difícil aplicar a Espafia el código de libertad política, civil y
partes".66 religiosa de Inglaterra? Pues es más difícil adaptar en VenezueIa
EI2 de octubre de 1889 se inició en Washington D. C. Ia Ias leyes deI norte de América".68
primera conferencia panamericana, convocada y organizada por En carta escrita al general Francisco de PauIa Santander
Estados Unidos. Mucho se ha escrito sobre este acontecimiento eI 27 de octubre de 1825 decía el Libertador: "Los americanos
deI Norte y Ios de Haití, por sólo ser extranjeros, tienen el carác-

65 Apolinar Díaz Callejas. Colombia-E.~tados Unidos entre Ia autonomia y Ia subordina- 67 Véase: Carlos M. Rama "Símón Bolívar". En: La imagen de los Estados Unidos en Ia
ción p. 114. América Latina". México, Secretaría de Educación Pública, 1975, p. 51.
66 Manuel Medina Castro. Estados Unido.~y América Latina, p. 652. 68 lbid, p. 52.

266 267
.,..:;:~,....

ter de heterogéneos para nosotros. Por 10mismo, jamás seré de Ia


fesa de predominio de un vecino pujante y ambicioso, que no los
opinión de que los convidemos para nuestros arreglos america-
nos.,>69 ha querido fomentar jamás, ni se ha dirigido a ellos sino para
impedir su extensión, como en Panamá o apoderarse de su tem-
Tampoco, se puede obviar una lapidaria frase de Bolívar,
torio, como en México, Nicaragua, Santo Domingo, Haití y Cu-
en carta al coronel Patrick Campell, Encargado de Negocios de ba, o para cortar por Ia intimidación sus tratos con eI resto deI
Gran Bretaiía ante el gobierno de Colombia, fechada el 5 de
Universo, como en Colombia, o para obligarlos, como abora, a
agosto de 1829, "Los Estados Unidos parecen destinados por Ia
Providencia para plagar Ia América de miserias a nombre de Ia nio.,,72 10 que no puede vender y confederarse para su domi-
comprar
Libertad".70
No obstante, si Ias consideraciones de Martí, que en
De Bolívar a José Martí, Ia interpretación .de Ias políticas aqueI entonces vivía en Estados Unidos y era, además, un cro-
de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe, siguen un nista de Ia vida nacional no bastan para entender qué se pretendia
único hilo conductor alimentado por Ias vivencias de este últi- con Ia primera conferencia panamericana, Petras y Erisman fue-
mo, un excepcional cronista de Ia primeni.conferencia panameri- ron muy directos en sus reflexiones: "...EI Plan Blaine resultaba
cana.
ambicioso para esos dias si se considera que Estados Unidos
En una crónica publicada por La Nación el 8 de noviem-
mismo dependía todavía de Europa en cuanto al capital necesario
bre de 1889, Martí escribió, refiriéndose a un paseo organizado
por Ias autoridades estadounidenses para sus invitados: "No es para Ia explotación de sus vastos recursos internos. Sin embargo,
Blaine llevó adelante el propósito primordial de Ia política de
para decidir, sino para mostrar aIos huéspedes Ia grandeza y Estados Unidos respecto a Latinoamérica para Ios cincuenta afios
esplendidez de Ias ciudades, y aquella parte de Ias industrias que
siguientes, propósito que encontró eco en Ias palabras deI sena-
se puede ensefiar, a fm de que se les arraigue Ia convicción de dor Beveridge: "EI comercio mundial debe ser y será nuestro
que es de Ia conveniencia de sus pueblos comprar 10de éste y no
[. ..]. Cubriremos eI océano con nuestra marina mercante. Cons-
de otros, aunque 10de éste sea más caro, sin ser en todo mejor, y
truiremos una fuerza naviera a Ia medida de nuestra grandeza
aunque para comprar de él hayan de obligarse a no recibir ayuda
[. ..]. Nuestras instituciones seguirán a nuestra bandera en Ias alas
ni aceptartratos de ningún otro pueblo deI mundo".71 de nuestro comercio".73
Pero, Ia profundidad de su proyección antimperialista
quedó evidenciada en el siguiente pensamiento: "Los peligros no
se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se les pue-
de evitar. Lo primero en política, es aclarar y preveer. Sólo una 3. DeIPanamericanismo aI Neo-Panamericanismo
respuesta unánime y viril, para Ia que todavia hay tiempo sin
riesgo, puede libertar de una vez aIos pueblos espafioles de
América de Ia inquietud y perturbación fatales en su hora de
Cuando se analizan Ias tendencias fundamentales que caracteri-
desarrollo, en que les tendria sin cesar, con Ia complicidad posi-
ble de Ias repúblicas venales o débiles, Ia política secular y con- zan eI contexto hemisférico de Ia post-guerra ma, se aprecia
cómo Ia visión geo-política tradicional fue superada y sustituida
por otra agenda que interactúa con Ia emergente visión geo-
69 lbid, p. 53.
70 lbid, p. 53. 72 José Martí, op. cit., p. 130.
71 José Martí, op. cit., p. 119.
73 James Petras y Michael Erisman "La Doctrina Monroe... ", p. 47.

268 269
económica que responde aIos nuevos desafios globales. Por
tanto, se observa Ia conformación de una nueva agenda hemisfé- En tal sentido, es que se aprecia Ia coherencia de los
rica, derivada a su vez de Ia nueva agenda global de Estados objetivos básicos de Ias políticas de Estados Unidos hacia Amé-
Unidos. Téngase presente que el actual escenario internacional rica Latina definidos por el sub-secretario de Estado para Asun-
tos Interamericanos Jeflfey Davidow:
revela una recomposición de Ia hegemonía político-militar de
Estados Unidos a nível mundial, pero el escenario económico se a) Promover el comercio libre y Ia integración económica a fin
toma diferente, dada Ia posición que pasan a ocupar países como de mejorar eI desarrollo económico y ayudar a Ias empresas
estadounidenses.
Alemania y Japón, delineándose una suerte de hegemonía com-
partida entre estas tres grandes potencias. b) Fortalecer Ia democracia y el imperio de Ia ley para asegurar
EI bienio 1989-1990, de hecho el último deI periodo de que Ios valores y principios que han guiado a nuestra nación
prosperen a través deI hemisferio.
Guerra Fría, le reveló a América Latina y el Caribe los marcos de
Ia proyectada nueva relación interamericana: c) Combatir eI tráfico de drogas, eI contrabando de inmigrantes
a) Intervención militar de Estados. Unidos en Panamá, ejerci- y Ia degradación ambienta! para rninimizar eI impacto de
estos problemas transnacionales.
tando Ia defensa de los nuevos temas de consenso interna-
cional: democracia, derechos humanos y lucha contra el nar- d) Estimular Ios programas de desarroIlo sostenible y alivio de
cotráfico. Ia pobreza para mejorar Ias condiciones de vida de todos Ios
ciudadanos de Ia región.76
b) Acuerdo de Libre Comercio Estados Unidos-Canadá, con un
carácter defensivo frente a Ia Europa deI 92, al decir de AI- Es innegable que, salvo eI caso de Cuba que mantiene su
fredo Guerra Borges que puntualiza, "el Acuerdo no es más conflicto con Estados Unidos, eI escenario interamericano de Ios
que un primer paso en Ia perspectiva de Ia formación de un 80 aIos 90 cambió sustancialmente. Sin embargo, en los objeti-
bloque continental hegemonizado por Estados Unidos.,,74 vos de política expuestos se aprecia un tejido articulador de los
c) Lanzamiento de Ia llamada Iniciativa para Ias Américas factores geo-políticos y geo-económicos. Para Howard Wiarda
(IPA), deI presidente George Bush.75 Ia democracia y los derechos humanos contribuyen a gestar un
clima estable para eI desarrolIo económico; a Ia vez que este, eI
74 Véase. Alfredo GuelTa Borges. La integración de América Latina y el Caribe: La libre comercio y Ias privatizaciones interactúan favorablemente
práctica de Ia teoría. México, Instituto de Investigaciones Económicas de Ia Universidad
Nacional Autónoma de México, 1997, p. 17.
75 Según un estudio realizado por Ia Secretaria Permanente dei SELA, an'oja 6
consideraciones fundamentales.
"A) Ia IP A propone acciones en tres áreas claves para el desalTollo de los paises de Ia
región: Ia deuda externa, el fomento de Ia inversión y el forta1ecimiento de Ias relaciones
comerciales. Estados Unidos, N. dei A) Ia IPA es un proyecto estratégico en función de Ias nuevas
necesidades económicas globales de Estados Unidos.
Por su carácter hemisférico Ia IP A puede indicar cambios en algunos de los
lineamientos de Ia política e~:terior de Estados Unidos, en particular, de su política La Asociación (partnership) propu esta por Ia IPA requiere deI diálogo, Ia consulta y
económica internacional. Ia negociación entre Ias partes; no puede basarse en Ia imposición unilateral de
La IP A Y otras propuestas anteriores como Ia Iniciativa para Ia Cuenca dei Caribe o el mecanismos, criterios de condicionalidad y restricciones. "(56).
Plan Brady, no ayudan a solucionar adecuadamente problemas cruciales como Ia deuda Tomado de: Secretaria Permanente dei SELA La Iniciativa para la.r Américas en el
externa, ciertas posiciones asumidas por Estados Unidos en los organismos multilaterales, contexto de la.r relaciones de América Latina y eI Caribe con Ios Estados Unido.r. Reu-
el acceso a los mercados y Ias posibles represalias de carácter comercial por Ia aplicación nión de consulta sobre Ias relaciones de América Latina y el Caribe con los Estados
de políticas nacionales, entre otras, en materia de propiedad intelectual. Unidos de América. Caracas, Venezuela, 22-24 de abril de 1991, pp. 6-7.
La IP A no es una estrategia para el desalTollo de Ia región, sino que constituye un 76 Declaración deI Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos lefli'e y
mecanismo para acelerar Ias reformas económicas en curso (siendo esto un requisito para Davidow, ante una sub-comisión de Ia Comisión de Asuntos Internacionales de Ia Cámara
de Representantes. Documento de trabajo interno. CESEU. U.H.. 19 de Marzo de 1997, p. 2.

270
271
,
1

para el establecimiento y consolidación de los derechos humanos tidos) de Ia década de los 80; tiene el apoyo de Ia mayoría de los
y Ia democracia.77 grupos de expertos, medios de comunicación, el Congreso, el
Ahora bien, además de sefialar que su análisis adolece de empresariado, grupos religiosos, etc.; proporciona unidad y cohe-
un enfoque social, que contemple el impacto en Ia población de rencia a una burocracia y un proceso de formulación de Ia políti-
Ia política económica neoliberal, debe acotarse que en Ia nueva ca exterior de otra forma antagónicos y conflictivos; cuenta con
agenda hemisférica estadounidense se concibe únicamente un el respaldo de Ias tendencias dominantes en Ia política exterior
tanto de América Latina como de Estados Unidos. Pone fin al
eventual proceso de integración sólo en términos económicos a
través deI libre comercio. A 10 que responde acertadamente encarnizado conflicto de los últimos cuarenta afios entre ambos
Constantino Vaitsos cuando afirma que "Ia integración fundada por Ia agenda y Ias prioridades políticas.79
en el comercio es importante, pero no es ciertamente el factor En cuanto a América Latina y el Caribe hay un primer
determinante para ellogro de objetivos más amplios.,,78 aspecto clave que debe ser considerado en todo análisis que se
Y es aquí precisamente el centro deI problema, ya que a arriesgue a regionalizar a un sub-sistema tan complejo, diverso y
Estados Unidos, dentro de su proyecto hegemónico hemisférico, contentivo de tantas contradicciones como el de este subconti-
no le interesa lanzarse a un proceso de integración como 10desa- nente. Por supuesto, 10antedicho no es óbice para afirmar que en
rrolla Europa Occidental. Recuérdese que a diferencia de Ias nuestros países existe una cultura política, una conciencia de los
relaciones intra-europeas, más equilibradas por el potencial eco- intereses nacionales -aunque sea defendida en muchas ocasiones
nómico de Ia mayoría de los países miembros, Ias relaciones de con una visión clasista y supra-nacional subordinada a agentes
Estados Unidos con América Latina y el Caribe están marcadas externos- y una experiencia acumulada en Ias últimas décadas en
por una acentuada asimetría, factor que para agravar aún más el el terreno de Ia política exterior. Por todo ello se afirma que Ia
escenario, se reproduce aI comparar a los países latinoamericanos región marcha gradualmente aI consenso con Estados Unidos
y caribefios entre si. desde finales de los afios 80, en una agenda que se conforma con
Sin embargo, no puede negarse que para que los cambios temas que van desde Ia agobiante necesidad de aplicar Ias recetas
ocurrieran tuvo que generarse un determinado consenso en am- deI Primer Mundo aI insoluble problema de Ia deuda externa,
bos niveles fundamentales, a saber, Estados Unidos, de una parte hasta identificar Ias oportunidades que el Area de Libre Comer-
y América Latina y el Caribe, de otra. cio para Ias Américas (ALCA) pueda brindar, en un nuevo esce-
En 10 que al consenso estadounidense respecta, resultan nario económico global.
sugerentes los argumentos que Wiarda describe: incluye tanto el De tan complicada agenda es que surge un consenso
idealismo wilsoniano (democracia, derechos humanos, mercados prácticamente obligado, por los márgenes de maniobra tan redu-
libres), como los intereses nacionales prácticos (estabilidad, un cidos que posee Ia región. Para Osvaldo Martínez: "En Ia actua-
clima económico que Estados Unidos pueda dominar); pone fin a lidad Ia región no parece tener opciones diferentes a una integra-
los debates fratricidas y politicamente costosos (para ambos par- ción que es a su vez Ia única opción viable dentro de Ia economía
mundial globalizada, transnacionalizada, segmentada en grandes
bloques enfrentados, pero también entrelazados por el proceso de
77 Véase: Howard J. Wiarda. "Consenso logrado, consenso perdido. Destàses en Ia
globalización y Ia regionalización deI comercio internacional.
política estadounidense hacia América Latina en el tinal dei siglo". En: Integración.
políticas y Democracia Cuadernos de Nueva Sociedad, Caracas, Venezuela, Editorial
Nueva Sociedad, 1998. p. 39.
78 Véase: Constantino v. Vaitsos "Crisis en los procesos de integración económica".
En: EI Trimestre Económico. No. 181. México, D.F., enero-marzo de 1979. 79 Véase: Howard 1. Wiarda,op. cit., p. 40.

273
272
Pero el hecho indudable de que hasta por razones de su- tibles a soluciones, como bien se ha demostrado hasta el presen-
pervivencia Ia integración sea una necesidad urgente, no implica te.
que los intentos por hacerla, abora en marcha, aseguren Ia salida Entre los temas de mayor interés para América Latina y
de Ia crisis, impulsen el desarrollo y contribuyan a una mayor el Caribe aparecían: definición deI cronograma y de los criterios
autonomía y capacidad de negociación regional. ,,80 de ampliación deI TLCAN, incluyendo Ia renovación dei ''ias!
Pasemos a desarrollar algunas ideas sobre el nuevo pro- !rack".81EI mantenimiento deI Sistema Generalizado de Prefe-
yecto hemisférico estadounidense, adelantando como punto de rencias, que expiraba el 30 de septiembre de 1994 y que garanti-
partida Ia siguiente interrogante, l,era el ALCA el destino final zaba libre acceso al mercado de Estados Unidos para muchas
deI proyecto iniciado con Ia IPA y los TLC de Estados Unidos exportaciones de Ia región; evaluación de Ia efectividad deI Fon-
con México y Canadá que dieron lugar aI TLCAN, o se convirtió do Multilateral de Inversiones administrado por el Banco Inte-
en una inevitable tendencia deI proceso iniciado? En otras pala- ramericano de Desarrollo en Ia promoción de Ia inversión ex-
bras, l,es el ALCA Ia versión americana deI proyecto integracio- tranjera en Ia región, y consideración de otros instrumentos; deu-
nista europeo o el escenario hemisférico necesario para Ias nue- da externa: l.qué apoyo pueden brindar los Estados Unidos con-
vas relaciones interamericanas? siderando Ia disminución de recursos para Ias operaciones de
No parece razonable aceptar que Estados Unidos, res- reducción de deuda?; para Centroamérica y el Caribe: extensión
pondiendo al desafio de Ia Unión Europea, delineara Ia necesidad sin reciprocidad de los beneficios deI TLCAN a los países de Ia
de un bloque continental. Iniciativa para Ia Cuenca deI Caribe.82
Para nada es comparable el mundo intra-europeo occi- EI ALCA debe ser aceptado, en su interpretación más
dental, exponente de niveles de desarrollo económico más equi- general, como el marco de relacionamiento actual entre Estados
librados, con el hemisferio americano plagado de economías tan Unidos y América Latina y el Caribe atendiendo a Ias exigencias
vulnerables como Ias existentes en Centroamérica y el Caribe, y de Ia economía global. Es un proyecto hemisférico desde Ia pers-
Ia existencia de una multiciplicidad de problemas socio-políticos pectiva hegemónica estadounidense. Es el escenario histórica-
atentatorios a Ia estabilidad democrática de Ia región. mente deseado, sin amenazas tangibles extra continentales, que
Cabe pensar que el camino trazado era el de crear una permite a Estados Unidos un re-alineamiento hemisférico no
plataforma estratégica -léase el TLCAN- y establecer, como se entendido bajo los rigidos parámetros ideológico-militares de Ia
hizo, indicadores de selectividad. 'Eso fue 10 que llevó a pensar Guerra Fria, sino por ellibre comercio desde Ia visión hegemó-
cuando Ia coyuntura de Ia aprobación deI TLCAN (1993), en Ia nica estadounidense.
inrninente incorporación de Chile, por aquel entonces expositor Un escenario similar fue eI que pretendió crear Estados
de un dinamismo económico eIocuente. Unidos, prematuramente, cuando convocó a Ia primera conferen-
Sin embargo, ya en Ia coyuntura de gestación deI ALCA, cia panamericana en octubre de 1889.
con Ia convocatoria a Ia Cumbre de Ias Américas (Miami, di-
ciembre de 1994), Ia agenda visualizada desde América Latina y
el Caribe era contentiva de un pliego de demandas, poco suscep-
81 Por "fast trac!Ç' (vía rápida), se entiende el procedimiento seguido por el ejecutivo de
Estados Unidos para lograr acuerdos comerciales, que sólo puedan ser aprobados o
rechazados en bloque, sin e&1arsujetos a enmiendas por parte dei Congreso.
82 Véase: Secretaria Permanente dei SELA. "l.Qué agenda para Ia Cumbre Hemisférica?
80 Véase: Osvaldo Martínez, Neoliberalismo en cri.ri.r. La Habana, Editorial de Ciencias En: Notas estratégicas, Caracas, Venezuela, SELA, capítulo 38. enero-marzo de 1994,
Sociales, 1999, p. 90. pp. 114-115.

274 275
Se afirma que prematuramente, porque para Estados zas estratégicas de Cuba, que se vio en Ia obligación de lanzarse
Unidos había dos desafios no resueltos en aquella coyuntura; el a Ia búsqueda de su re-inserción económica internacional, bajo
primero, no controlar geopolíticamente el escenario hemisférico. un recrudecimiento de Ia política de bloqueo económico esta-
EI segundo, no haber escalado el peldafio que hoy detenta, para dounidense. La invasión a Granada de octubre de 1983 condicio-
participar con ventajas y opciones en Ia geo-economía global. Y nó un realineamiento caribeiío con Estados Unidos. La derrota
ambos desafios, eran el resultado de no haber alcanzado aún el electoral deI sandinismo (febrero dei 90) y Ias soluciones nego-
control hegemónico continental. Pero profundicemos en esta ciadas aios conflictos internos en El Salvador y Guatemala, uni-
coyuntura, recuérdese que en 1889, Estados Unidos avanzaba das a Ia invasión estadounidense en Panamá, impusieron una
aceleradamente en su desarrollo económico capitalista, luego de superación dei rígido esquema geopolítico aplicado por Wa-
solucionar con Ia Guerra de Secesión (l8Q2-65) Ia insoluble shington a Centroamérica. Como contexto generalizado, el avan-
contradicción entre los estados deI Norte y el Sur dei país. Por ce y consolidación de los procesos de democratiZación.
tanto, el camino asumido por Ia emergente nación unificada fue Por tanto, Ia superación deI escenario geopolítico de Ia
el de Ia geo-economía, de abí Ias propuestas esenciales plantea- Guerra Fría facilitó a Estados Unidos el avance de su agenda
das a América Latina en octubre de 1889. geo-económica, como respuesta a sus nuevos desafios globales.
Los escasos resultados obtenidos llevaron aI gobiemo Entre los aspectos contenidos en Ia nueva agenda geo-política
estadounidense a asumir dos importantes lecciones, Ia primera, aparecen: como tema de continuidad Cuba, con Ia mira puesta no
que no puede haber geo-economía eficaz si no se complementa en Ias relaciones internacionales de Ia isla, sino en el deterioro de
con una adecuada agenda geo-política. La segunda, que era nece- su situación interna y Ia búsqueda de una "transición pacífica" a
sario invertir los términos y buscar, a partir de un escenario geo- un sistema pluripartidista bajo el modelo de democracia repre-
político controlado, Ia construcción de Ia deseada agenda geo- sentativa; otro de los grandes temas es el narcotráfico, que a pe-
económica. Esas lecciones fueron aplicadas en Cuba y Puerto sar de ocupar un lugar en Ia agenda desde los 80 abora adquiere
Rico en 1898 y durante el primer cuarto dei siglo XX, con Ias una dimensión de desafio global con particular impacto en el
sucesivas intervenciones militares en Centroamérica y el Caribe. hemisferio; Ia migración con particular incidencia en Ias relacio-
La historia confirma estas reflexiones. Tuvo que aconte- nes dei Gran Caribe (región que incluye Centroamérica, México,
cer Ia Segunda Guerra Mundial, con Ia emergencia de Estados Colombia y Venezuela) con Estados Unidos; el media ambiente,
Unidos como primera potencia deI planeta, para que se abriera Ia otro de Ias desafios globales y con un peso notable en Ias discu-
oportunidad de instaurar un Sistema Interamericano que marcara siones en torno a Ia aprobación deI TLCAN, por parte de Ias
un salto ostensible en relación con Ias conferencias panamerica- organizaciones media ambientalistas mexicanas; un tema emer-
nas celebradas hasta Ia pre-guerra. gente que no debe descartarse, es el ascenso al poder político, -
Sin embargo, el Sistema Interamericano surgió y quedó presidencial y/o parlamentario-, de fuerzas consideradas de iz-
apresado en los limites de Ia Guerra Fría, escenario que circuns- quierda o simplemente con agendas nacionalistas no consensadas
cribió Ias prioridades a un férreo manejo de Ia geopolítica regio- con Estados Unidos. Así aparecen el caso de Hugo Chávez en
nal. Venezuela o el Partido Frente Amplio de Uruguay, expresiones
Cien afios después de aquella primera conferencia pana- deI desencanto popular con los partidos políticos tradicionales.
mericana Ia situación hemisférica era altamente favorable para No cerremos este aspecto sin refrendar un agudo co-
Estados Unidos. La desaparición de Ia Unión Soviética y los mentario que hace Craig Van Grasstek, consultor internacional
países socialistas europeos había fracturado Ias principales alian- de Ia Secretaría Permanente deI Sistema Económico Latinoame-

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,-,...'
.,

ricano (SELA): "Ios Estados Unidos recientemente han adoptado do. Este último acontecimiento resultó generador de una cnSIS
un enfoque más enérgico en 10 que respecta a Ia revisión de los deI Sistema Interamericano, entendido como Ia estructura institu-
contratos sociales de otros países. Esto incluye Ia promoción de cional deI panamericanismo, que ha trascendido hasta nuestros
cambios en Ias relaciones laborales y Ias políticas de protección días, dado que el principal gestor deI sistema, -Estados Unidos-
ambiental, así como también Ias leyes que rigen Ia competencia y violó el artículo IV de Ia Carta de Ia Organización de Estados
Ias sanciones para castigar el sobomo y Ia corrupción. Aunque Americanos (O.E.A.), referido a Ia injerencia de potencias extra-
continentales en los asuntos hemisféricos.
Estados Unidos presenta estos temas bajo Ia rubrica de política
comercial, es imposible ignorar Ias muchas veces delicadas Sin embargo, esa crisis activó Ia voluntad política lati-
cuestiones políticas que ellas plantean. Tomados en conjunto, noamericana de buscar soluciones propias a los problemas exis-
estos diversos asuntos políticos internacionales' y nacionales tentes. Recuérdese Ia gestación deI Grupo de Contadora, Ia fór-
podrían producir graves tensiones en Ia negociación, aprobación mula Contadora -Grupo de Apoyo devenido en Grupo de los
e instrumentación dei ALCA.,,83 Ocho y de ahí el tránsito y consolidación deI Grupo de Río, mar-
Este autor, suscribe Ia tesis con Ia cual concordamos, de cado todo este proceso por un eje central, Ia transición a Ia de-
mocraCIa.
que los factores políticos pueden resultar decisivos para el éxito
deI ALCA. En tal sentido, se entiende al ALCA, desde su pers- Y este elemento resulta decisivo a Ia hora de interpretar
pectiva económica, como un proyecto condicionado a un con- por qué hablamos de neo-panamericanismo, porque es el resulta-
do:
texto hemisférico políticamente favorable a Estados Unidos. Y es
precisamente aquí en este punto deI análisis, donde se coloca Ia a) De una América Latina que se adentra en Ia post guerra fría
hipótesis deI neo-panamericanismo. inmersa en un proceso de democratización regionalizado.
En una breve recapitulación histórica, comencemos por b) DeI privilegio de los actuales pilares de Ia política exterior de
recordar que para Estados Unidos el panamericanismo es una Estados Unidos, democracia, derechos humanos y libre mer-
cado.
resultante de Ia llamada Doctrina de Ias Dos Esferas, también
conocida como Idea dei Hemisferio Occidental, Ia cual estaba c) De una América Latina emergente de una profunda crisis
basada en Ia separación geográfica, económica, política y social económica y conducida por Ia política neo-liberal a Ia apertu-
ra de sus mercados nacionales allibre cambio.
deI continente americano de Europa; y exaltaba Ia inevitabilidad
de los vínculos entre Ias Américas. 1M d) De Estados Unidos necesitado de responder a Ia globaliza-
Desde sus origenes el panamericanismo estuvo signado ción económica con Ia articulación de su propio bloque, el
TLCAN.
por Ias contradicciones generadas por Ias propias políticas esta-
dow1Ídenses. EI supuesto multilateralismo panamericano quedó Tenemos, entonces, que por primera vez en Ia historia de
más que cuestionado, neutralizado, por el unilateralismo de Ia Ias relaciones inter-americanas, se dan condiciones para que Es-
Doctrina Monroe. EI intervencionismo deI Corolario Roosevelt, tados Unidos pueda desplegar mayores opciones para alcanzar
el anti-comunismo de Ia post guerra mundial, y Ia unilateral deci- determinadas metas, Ias banderas deI panamericanismo, o 10que
sión de Estados Unidos de apoyar a Gran Bretafia en su recon- es correcto decir, deI neo-paramericanismo.
quista de Ias Islas Malvinas en 1982 son ejemplos en igual senti- Por 10 tanto, se transita por un nuevo escenario (neo-
panamericano), donde se articulan Ias condiciones siguientes:
a) Interdependencia económica global-regional.
83 Véase: Craig Van Grasstek, op. cit., p. 189.
84 Véase: G. Pope Atkins, op. cit., p. 107.

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b) Consensos esenciales entre Ias agendas geopolítica y geo-
económica hemisféricas. por Ia hegemonía estadounidense. Sin desconocer Ia presencia de
Estados Unidos y su cuota de poder hemisférico, América Latina
c) Desarrollo de un proceso interactivo Estados Unidos Améri-
y el Caribe puede y debe llevar adelante un proceso de integra-
ca Latina y el Caribe, que teniendo como base el TLCAN y
ción regional independiente y, como parte de esa dinámica, tra-
como instrumentos los tratados de libre comercio, estimula a
bajar en dos planos fundamentaIes que le proporcionarán um.
los diversos esquemas de integración subregional, a saber, el
mayor fortaleza a futuro: aumentar los márgenes de independen-
CARICOM, el Sistema de Integración Centroamericana
cia económica y política ante Estados Unidos, y reducir Ias dife-
(SICA), Ia Comunidad de Países Andinos (CPA) y el Merca-
rencias sub-regionales, para lograr un mayor grado de compati-
do Común dei Sur (MERCOSUR).
bilidad y complementación en su proceso de integración regio-
d) Generalizado consenso en torno a Ia creació.nde un Area de nal.
Libre Comercio para Ias Américas (ALCA).
Aquí cabe afirmar que no se circunscribe el consenso aI
ALCA disefiada por Estados Unidos en'la Cumbre de Miami de
1994, sino a aquella que para concretarse necesita dei "fast
track" negado por el Congreso estadounidense y de una negocia-
ción efectiva con MERCOSUR.

4. Algunas consideracionesfinales

AI plantear Ia existencia de un escenario neo panamericano, no


se suscribe automáticamente Ia tésis dei éxito de Ias políticas
estadounidenses. Por el contrario, hay que tener muy en cuenta el
carácter esencialmente conflictual de Ias relaciones interamerica-
nas, sobre todo, que a pesar de su vulnerabilidad económica,
fragilidad política e inestabilidad social, vivimos en una Améri-
ca Latina y un Caribe diferentes.
El neo-panamericanismo se ha hecho viable en Ia medida
en que ha avanzado Ia idea deI ALCA, pero está expuesto a fene-
cer si Ia región pierde sus incentivos y motivaciones para ellibre
comercio, sobre todo si se toma en consideración que continúa
siendo recurrente en Ias políticas comerciales estadounidenses el
empleo de medidas proteccionistas.
Por eso, debe existir una conciencia de Ias reales opcio-
nes a que puede aspirar Ia región en un proyecto condicionado

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