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5 ARTÍCULOS

DE
SERGE GINGER

*ENRIQUECIMIENTO DE LA TERAPIA GESTALT A TRAVÉS DEL EMDR…………………..2

*LA TERAPIA GESTALT EN LA ACTUALIDAD………………………………………………..8

*CUANDO EL VERBO SE HIZO CARNE (PALABRA Y CUERPO EN TERAPIA GESTALT)…..19

*LA SUPERVISIÓN EN LA TERAPIA GESTALT……………………………………………….27

*LAS NEUROCIENCIAS VALIDAN LAS TERAPIAS PSICOCORPORALES……………………32


ENRIQUECIMIENTO DE LA TERAPIA GESTALT A TRAVÉS DEL
EMDR

por Serge Ginger

Asociación Europea de Terapia Gestalt (EAGT)


° Congreso: XX,
9 Atenas (Grecia) 07 de septiembre 2007
Introducción

He estado practicando la Terapia Gestalt durante más de treinta y cinco años, con sesiones
individuales, terapia de parejas y grupos terapéuticos en curso. Mi trabajo integra tres dimensiones
físicas y emocionales y estoy muy interesado en los fenómenos psicobiológicos asociados que han
sido analizados por la investigación en neurociencia contemporánea. Tengo reportado estos aspectos
(que no son tratados suficientemente en la literatura tradicional de la Gestalt) en dos libros que han
sido traducidos a una docena de idiomas diferentes. En 1985, presenté una conferencia en los Estados
Unidos sobre el tema "es la terapia Gestalt una quimioterapia sin saberlo?" Me referí a la forma en que
la Terapia Gestalt provoca rápidas modificaciones bioquímicas en el funcionamiento del cerebro
(nuevas conexiones sinápticas y modificaciones de neurotransmisores), que explica en parte su
eficacia.

Durante una de mis frecuentes viajes a los EE.UU., se me ocurrió venir a través de un libro de Francine
Shapiro (EMDR desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, Principios Básicos,
Protocolos y Procedimientos, El Guilford Press, Nueva York, 1995), que acababa de ser publicado, lo
compré sin vacilar y lo leí esa misma noche.

Más tarde, cuando un recibí un intenso entrenamiento en EMDR se creó en Francia junto con David
Servan-Schreiber, que con toda naturalidad inscribí en este nuevo enfoque, que deliberadamente ha
tenido en la actividad cerebral consideración (a pesar de que aún no ha tenido éxito para analizarlo en
una forma explícita manera científica).

Hoy en día, a menudo presento una serie de sesiones de EMDR en mi trabajo con un cliente - sobre
todo cuando un trauma psicológico importante surge en la historia del caso: muerte, suicidio o
accidente grave de una persona cercana a ellos (o al propio cliente), la violencia , el asesinato, la
violación, el diagnóstico de una enfermedad grave, etc. También ocurre que voy a tomar en los clientes
en una situación de emergencia utilizando el método EMDR, y luego paso a ampliar el tratamiento con
la Terapia Gestalt.

Me gustaría compartir con ustedes algunas ideas sobre una combinación de prácticas de este tipo, el
uso de estos dos métodos.

No voy a pasar mucho tiempo describiendo Terapia Gestalt, ya que ahora es un método que es
ampliamente conocido - a pesar de que existe una variedad de diferentes estilos. Personalmente,
practico un enfoque holístico de la Terapia Gestalt, teniendo en cuenta lo que yo llamo los cinco
"dimensiones" principales o "polos" de la naturaleza humana (físico, afectivo, cognitivo, social y
espiritual - que simbolizo por Pentagram de Ginger) . Yo simplemente quiero mencionar de pasada que
la Terapia Gestalt es hoy en día uno de los métodos más ampliamente utilizados; como en Francia, se
ha trasladado en 2 º lugar, después de Psicoanálisis, y bien delante de terapias cognitivas-conductuales,
así como de otras terapias humanistas y familiares.

EMDR (o ABS)

Yo, sin embargo, diré algunas palabras sobre EMDR - que muchos de ustedes probablemente no
saben también. No voy a presentar aquí la práctica ortodoxa detallada, lo que es fácil encontrar en los
libros dedicados al tema, sino más bien, voy a hablar de mi propia ma nera personal de practicarla y
presentarla a los clientes.

EMDR es sinónimo de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, pero en realidad


la técnica ha ido evolucionando desde hace varios años, y que sería más justo hablar hoy sobre
Estimulación Bilateral Alternada (ABS), ya que podemos reemplazar (o acompañar) los movimientos
oculares con estimulación auditiva (alternando entre los dos oídos) o kinestésica (golpecitos en las
manos, las rodillas, los hombros ...) o por estimulación espontánea en las plantas de los pies ... como
que se producen simplemente por correr (lo que puede explicar en parte su calmante y efectos
armoniosas, así como la producción de endorfinas!)

Sabemos que durante cada fase del "sueño paradójico" (fases soñando) , los ojos están animados por
movimientos rápidos (movimiento rápido del ojo o REM) debajo de los párpados cerrados. La
explicación científica precisa de REM, así como el efecto producido por los diferentes de ABS, sigue
siendo controvertido y en la investigación científica de los laboratorios se persigue con regularidad.
Este tipo de estimulación sensorial superficial, sin duda provoca una estimulación de diversas áreas en
el cerebro (en particular la profunda cerebro límbico emocional) y el fortalecimiento de su actividad -
para el que los detalles aún no están claros. Me limitaré, por tanto, a varias hipótesis, acompañado por
analogías o metáforas - que utilizo a menudo para aumentar la sensibilidad de mis clientes o pacientes.

EMDR: hipótesis y metáforas

Podemos suponer que estos impulsos estimulantes provocar asociaciones sinápticas entre los dos
hemisferios y entre las estructuras profundas del cerebro emocional límbico - donde se registran y se
tratan las emociones: la amígdala, la corteza orbitofrontal (OFC), donde interpretan las decisiones y se
llevan a cabo, etcétera

Entre cada secuencia de movimientos "barriendo" alterna, con una duración de no más de un minuto,
se invita al cliente a expresar espontáneamente "lo que" viene a la vanguardia de su conciencia:
imágenes, sonidos, palabras, movimientos, sensaciones físicas, etc.

Este "cerebral barrido" acelera, a menudo de manera espectacular, a menudo asociaciones


inesperadas de ideas y sentimientos, e ntre ciertos acontecimientos dramáticos y otros, aparentemente
sin importancia, que se produjo en diferentes momentos de la vida del sujeto. Por ejemplo, una gran
sensación de impotencia después de un ataque físico o sexual o la amenaza de la muerte, y otr os
sentimientos de impotencia - más discreto y menos consciente, pero a menudo se repite - que se
toleran en su vida cotidiana en relación con sus padres, su pareja, sus hijos adolescentes, sus colegas
en el trabajo ...
De esta manera, somos testigos de una especie de "desfragmentación 1 del disco duro" de nuestra
memoria emocional, volver a montar y la reclasificación de las secuencias guardadas en una nueva
organización. Es como si reorganizamos completamente nuestra biblioteca de recuerdos (conscientes
e inconscientes), que proporciona una cierta sensación de tranquilidad: todo lo que yo necesito es
ahora en mis manos, sin ningún esfuerzo. He ", organizado mis archivos personales", el montaje y la
clasificación de elementos similares, separados información innecesaria, descartados documentos
inútiles u obsoletos, y escrito en la parte frontal del fichero la información esencial contenida dentro. No
he echado recuerdos importantes, pero los he reorganizado de una manera útil. He puesto un poco de
orden en mi balance de la información, modificando así mi percepción cognitiva y mi lugar en el mundo.

Podemos pasar a asociar metafóricamente los movimientos oculares rápidos de lado, en un sentido, a
"subrayar" pasajes importantes de mi novela interior, con las plumas de extremidad de fieltro de
diferentes colores, y en otro sentido, a "borrar" el componente emocional de la traumática pasajes,
ahora obsoletos, inútiles, e incluso gravosos. Así, el texto se vuelve más clara, más accesible y más
fácil de usar.

EMDR: un enfoque integrador

EMDR - de que no voy a dar más detalles aquí con respecto a sus técnicas y procedimientos - está
relacionada con varios aspectos que se encuentran en los distintos enfoques de psicoterapia integral:

Al igual que en el psicoanálisis, que utiliza la asociación libre y despierta muchos recuerdos que han
sido enterrados en el inconsciente. Se invita al paciente a hablar de estas asociaciones en el orden que
aparecen en su mente. Por otra parte, nunca se interpretan o se utilizan en referencia a ninguna teoría
preestablecido. Es sorprendente ver que el proceso de asociación está por lo tanto amplifica
considerablemente (impulsado).

Como en el enfoque centrado en el cliente de Carl Rogers, el psicoterapeuta niega cualquier


interpretación o instrucciones con respecto al contenido, dejando la iniciativa totalmente de su cliente.

Al igual que en Ericsonien hipnosis, EMDR evoca un estado alterado de conciencia, y utiliza
"disociación" mentales entre los diferentes niveles de percepción de la realidad.

A medida que las terapias cognitivo-conductuales, implica procedimientos precisos y una evaluación de
medición regular de la experiencia subjetiva interna, tales como: la estimación perso nal de la
intensidad de la perturbación (SUD, o Unidades Subjetivas de Perturbación, desarrollada por J. Wolpe)
y la validez de positivo convicciones del sujeto (VOC, o Validez de Cognición). EMDR propone una
alteración entre una "exposición" o inmersión mental en la situación problemática y una
desensibilización progresiva (Joseph Wolpe, 1915-1997).

Al igual que en el Análisis Transaccional, distingue entre los diferentes "estados del yo:" Padre,
Adulto, Niño, y tiende a transformar los "escenarios de la vida" registrados desde la infancia.

Como en la Terapia Gestalt, EMDR alienta la expresión de las emociones y el revivir la experiencia
traumática, pero dentro del marco seguro de una alianza terapéutica de buen corazón, inducida por la
empatía del terapeuta. Tiende a fin "asignatura pendiente" de la vida pasada del cliente. Utiliza las
polaridades de su elección - deliberados o inconscientes - opuesta, o más bien, complementarios,
polaridades como la auto-imagen negativa ("cognición negativa") y la imagen idealizada que el sujeto
desea alcanzar.
Por lo tanto, el protocolo EMDR y sus técnicas específicas de información de reorganización encaja
bien en una variedad de otros enfoques - al que se añade una dimensión neurofisiológica, aún no
completamente formulado. Por favor recuerde que EMDR solamente se enseña a los profesionales que
ya están psicoterapeutas, y por lo tanto no es de extrañar que la mayoría de los profesionales
combinan su método habitual de preferencia con las técnicas originales de EMDR - lo que crea una
sinergia veces espectacular.

Algunos ejemplos clínicos

Stéphanie tiene 30 años; su vida se había empobrecido enormemente desde que fue víctima de un
atraco a una ventanilla del banco donde trabajaba. Amenazado por una pistola en la frente, se vio a sí
misma ya muerto, con la sensación repentina de que el mundo seguiría como siempre: de hecho, se
dio cuenta de una vez que "ella era inútil, su vida era de ninguna utilidad en absoluto!" Desde esta
experiencia traumática, hace ya cinco años, ella ya no salió de su casa: no podía soportar salir a la
calle, ni multitudes, tiendas o restaurantes: ella había desarrollado un caso severo de la agorafobia.
Ella desconfiaba de todo y de todos. No hay distracciones. Ella perdió a todos sus amigos. Ella se
convirtió en bulímica y ganó 30 kilos. De hecho, ella era como la "muertos vivientes". Además de su
inquietante agorafobia y la bulimia diaria, ahora sufría de pesadillas repetidas; y todo eso, a pesar de
las sesiones de psicoanálisis dos veces a la semana y varios medicamentos para tratar la depresión y
la ansiedad ...

Luego trabajé con ella durante dos sesiones de EMDR de una hora y media cada una, separadas por
un semana: la primera se centra en torno a la misma atraco y las diferentes secuenci as dramáticas; la
segunda se centró en la confrontación con su joven asaltante en las actuaciones de la Corte - quien
dudó, una y otra vez, a "condenar a muerte" ... o bien a perdonar! Delante de su familia y de toda la
audiencia del juicio, los psiquiatras expertos presentaron sus diversos problemas y dificultades. Ella
estaba llena de vergüenza y no podía soportar tener a todos mirarla.

Al comienzo de la primera sesión de EMDR, su gran sufrimiento era obvio: que sudaba profusamente y
tenía problemas para respirar. En una escala subjetiva de malestar de 0 a 10, su estimación de su
situación era ... 18!

En la tercera sesión, Stéphanie llegó completamente molesto: "Estoy muy molesto! ¡Me siento perdido!
Yo no me reconozco más! Nadie más me reconoce, ya sea: mis padres se preguntan lo que me ha
pasado; mi novio no sabe quién soy: yo ya no soy la misma persona "!

Mientras escuchaba a ella, me fui un poco preocupado, pero no deje que se muestran. Y aquí fue la
sorpresa: su nuevo problema vino de su repentino y totalmente inesperado "curación"! Ahora ella va de
compras con mucha naturalidad, invita a su novio (que la había dejado) a un restaurante, canta en voz
alta en el apartamento de sus padres, como solía hacer antes del atraco. Ella se ha convertido de
repente totalmente normal y no tenía tiempo para adaptarse a esta metamorfosis que fue tan
inesperada y más allá de la creencia!

Así que aquí está el nuevo problema: el "traumatismo" de una curación milagrosa en dos sesiones,
que ha nombrado la vi dos veces para tranquilizarla y ayudarla a armar esta nueva información "cuento
de hadas.". Varios meses más tarde, ella me informó que ella había dado ayuda a un vecino que había
sido atacado, amordazado y robado, en su edificio de apartamentos. Ella tranquilamente tomó el
control de la situación, la organización del apoyo material y psicológico!
Sigo siendo sorprendido no sólo por mejoras inmediatas, pero sobre todo por su permanencia. Sin
embargo, después de todo, cuando uno ha descubierto un nuevo camino, ¿por q ué abandonarlo?
Cuando se ha quitado un obstáculo en su camino, ¿por qué sería volver por sí mismo? No hay ninguna
razón por la cual el proceso natural "curación" de una herida mental, una vez iniciada, podría revertirse
de forma espontánea.

Sin embargo, algunos otros incidentes pueden intervenir:

Madeleine, de 70 años, vino a verme después de caer y golpearse la cabeza, seguida de una parálisis
parcial. Los exámenes neurológicos no explicaron la situación, pero desde hace varios meses, ella era
apenas capaz de caminar, tambaleándose con un andador y siempre acompañado de la ayuda de una
joven enfermera que la sostenía por el codo. Al final de la segunda sesión de EMDR, se puso de pie,
con una amplia sonrisa, se olvidó de su andador y dio un paso ligeramente en la sala de espera para
conocer a su ayudante, un joven Martiniquaise, quien cayó de rodillas, con las manos cruzadas juntos
y gritó: "Señor, un milagro: ella puede caminar" Entonces, ella se tambaleó hacia mí y me besó la mano
con gran devoción ...

A la semana siguiente, Madeleine canceló su cita: "Todo está bien, estoy curado, no necesito nada
más." Entonces, dos semanas más tarde - se produjo un vuelco dramático. Ella había reanudado todas
sus actividades, sin embargo, sin su bastón, y con un exceso evidente de la confianza, volvió cayó y se
golpeó la cabeza de la misma manera que había hecho unos meses antes! Los síntomas se repetían
de inmediato: era imposible para ella a caminar de nuevo, y esto fue acompañado por una pérdida total
de confianza. Esta vez, una serie de sesiones de EMDR no ayudó a reducir sus síntomas. Nuevas
pruebas indican un posible daño neurológico.

Evidentemente, curaciones milagrosas no son siempre lo que parecen ser!

Voy a terminar este breve análisis de varios casos con el de Sabine - que he estado trabajando con
regularidad durante más de dos años. Cuando Sabine pronto se enteró que padecía una forma
potencialmente mortal de cáncer, su traumatismo era inmensa. Ella culpó a todo su modo de vida: sus
muchas actividades, sus amistades, su matrimonio. Trabajé con ella utilizando la Terapia Gestalt,
centrada alrededor de la reapropiación de su firmeza, su independencia y una elaboración de un nuevo
proyecto de vida. Añadimos sesiones de visualización positiva en su lucha contra el cáncer y la
aceptación de altas dosis de quimioterapia. Esta obra, marcada con sesiones de EMDR para reforzar
sus recursos y sobre todo tratar de conservar su pelo magnífico, que cayó hasta la cintura (a pesar de
una larga serie de sesiones de quimioterapia). Para gran sorpresa de sus médicos, su pelo largo que
brilla permaneció en su lugar y su cáncer ha entrado en remisión, ahora para un período de varios
meses. Ella está reanudando su deporte, actividades artísticas y sociales, y ella está rebosante de
proyectos.

Le doy a este último ejemplo para demostrar un tratamiento que duró más de un largo período y se
inspiró en tanto EMDR y Terapia Gestalt.

Conclusión

En esta breve presentación, yo quería mostrar, por un lado, el "ution terapéutica revol" provocada
por EMDR y por otro lado, la forma en que se puede complementar con la mayoría de los enfoques
tradicionales, y sobre todo, la Terapia Gestalt.
Dependiendo del caso, recibo los clientes que sufren de eventos traumáticos (recientes o no)
durante varias sesiones EMDR (por lo general de 3 a 7 sesiones) y yo les ofrezco la posibilidad de
llevar a cabo la psicoterapia. Yo uso la Terapia Gestalt, mi método preferido, para ayudarles a
armonizar sus personalidades, permiten un florecimiento de su potencial personal, beneficiándose así
de su motivación original.

O, a la inversa, recibo los clientes que deseen llevar a cabo una psicoterapia completa y en
profundidad, utilizando la Terapia Gestalt, y de vez en cuando me presento varias sesiones de EMDR,
durante el curso de la terapia, cuando las experiencias traumáticas del pasado o de sus vidas actuales
son presentada.

No hace falta decir que, según la petición del cliente, puedo limitarme a uno de estos dos enfoques,
pero nunca he encontrado ninguna incompatibilidad entre ellos, muy por el contrario.

Para usar otra metáfora, estoy muy emocionado ante la idea de que cada nueva plántula enriquece
todo el patrimonio común en un proceso de "Cross-Pollenization", asegurando así la fertilidad en curso
del jardín internacional de la Psicoterapia.

Serge GINGER

183 rue Lecourbe. 75015 PARIS

Mobil teléfono: +33.609.762.651

E-mail: g inger@noos.fr

FUENTE ORIGINAL EN INGLÉS:


http://www.sergeginger.net/resources/serge_ginger_enriching _gestalt_with_EMDR.html
Serge Ginger es Psicólogo clínico y psicoterapeuta didacta. Paris

(Traducción de Miguel Albiñana)

LA TERAPIA GESTALT EN LA ACTUALIDAD

Historia

La terapia Gestalt (1) se considera a menudo, en la actualidad, como el prototipo de la psicoterapias llamadas
“humanistas existenciales”. Se caracteriza por el hecho de que están centradas en la existencia real de cada individuo,
más que sobre una teoría estructurada, preestablecida y generalizable.

Así, por ejemplo, el psicoanálisis tradicional postula que cada ser humano se desarrolla sucesivamente a través de varios
estadios determinados (oral, anal, genital) y que el Edipo es universal; en cambio la Gestalt insiste en la originalidad
irreducible de cada persona, parcialmente predeterminada por su herencia, su desarrollo fetal, su educación precoz y su
desarrollo social, aunque, sin embargo, libre y responsable de explotar, a su propia manera y durante toda su vida, las
vicisitudes de la existencia. Lo que resumo permitiéndome parafrasear a Sastre (2):

“Lo importante no es lo que han hecho de mí,

sino lo que hago de lo que han hecho de mí”

La terapia Gestalt fue fundada por el siquiatra y sicoanalista alemán Fritz Perls (1893 – 1970), asistido por su mujer Laura
y sus primeros discípulos: Paul Goodman e Isadore From.

Este nuevo punto de vista se desarrollo lentamente. Tres son las principales etapas:

 1942: Concepción;
 1951: Nacimiento oficial y bautismo;
 1969: Crecimiento y reconocimiento social

En 1942 Perls redacta su primera obra: Yo, hambre y agresión, en África de sur (adonde huyo de las persecuciones
nazis). La primera edición se subtituló “Una revisión de la teoría de Freud”. En efecto, Perls, todavía era sicoanalista,
pero se permite contestar una parte importante de los postulados de su maestro, subrayando ya, particularmente, la
importancia del cuerpo, de las sensaciones, de un acercamiento holístico del momento presente, del contacto directo,
de la agresividad dental (3) y de la responsabilidad existencial. En este primer libro se aprecia ya la influencia de dos de
sus cuatro analistas: Karen Horney y Wilhelm Reich, así como la del Primer ministro de África del Sur, Jan Christiaan
Smuts, antiguo alumno de Cambridge, cofundador de la Sociedad de Naciones (1919) y de la ONU (1945) y creador del
Holismo, teoría elaborada a partir de las ideas de Darwin, Bergson y Einstein.

En 1951, nueve años tras este parto, aparece en Nueva York (a donde Perls había emigrado en 1946), el libro oficial
fundador del nuevo método, bautizado finalmente como “Terapia Gestalt” (4). Este libro básico comprende un primer
tomo de ejercicios prácticos, propuestos por Hefferline y un segundo tomo de reflexiones teóri cas, a las que dio forma
Paul Goodman, a partir de manuscritos de Fritz Perls. Hoy en día, muchos especialistas consideran esta obra como la
“Biblia” de la Terapia Gestalt. Con todo, está escrito en un estilo difícil y en su tiempo no tuvo ningún éxito.
En 1969, dieciocho años después, este acercamiento novedoso sale por fin de la sombra, con ocasión de la revolución
ideológica del 68 (que preconizaba el advenimiento del ser, liberado, auténtico, creativo, que trata de escapar de la
civilización del tener y a la espiral alienante del consumo). Fritz tenía entonces 75 años. Residía en Esalen, California y
era declarado por la prensa como el profeta de su tiempo: el “Rey de los Hippies”, el “hombre más auténtico del siglo”.
Su fotografía aparecía en cubierta de la revista Life. Sus admiradores llegaban cada fin de semana de toda América –
incluso de Europa- para participar en sus talleres de demostración.

Hacía terapias relámpago” espectaculares, de darse cuenta, en algunos minutos, durante los cuales hay
psicólogos empedernidos que descubrían súbitamente sus modos de actuar y sobre todo los mecanismos de
defensa y su evitación del contacto auténtico y profundo. Se hizo una película – que le hará célebre y que será
objeto de un libro: Gestalt Therapy Verbatim (Perls 1969) (traducido como “Sueños y existencia en Gestalt”.
De esta forma, fueron necesarios 27 años y un contexto sociológico favorable para que la Gestalt sobrepasara
bruscamente el círculo de iniciados.
En nuestra opinión, en Europa del Este, se produce un fenómeno vecino. La terapia Gestalt se labra un lugar de
preferencia en los antiguos países del bloque soviético. Millones de personas aspiran a una expresión libre de sus ideas y
de sus emociones, de sus deseos y temores, de su necesidad de existe ncia propia y de contacto auténtico. Fuera de las
normas materialistas impuestas. Y, de esta manera, se ve florecer actualmente, en todas las grandes ciudades de Rusia,
institutos de formación de Gestalt.

ALGUNOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES E IDEAS CENTRALES

¿Qué es lo que aporta de novedoso, de revolucionario, esta nueva terapia?

Ante todo, un sentimiento de libertad y de creatividad,

El psicoanálisis había subrayado nuestro determinismo histórico: estábamos condenados a repetir constantemente, bajo
diversas formas, en gran parte inconscientes, los comportamientos defensivos elaborados durante nuestra primera
infancia (“compulsión de repetición”).

El conductismo había subrayado nuestro determinismo geográfico: el ambiente nos modelaba y las costumbres se
reforzaban en un círculo vicioso inexorable.

Y he aquí que la Gestalt valora nuestra parte de libre albedrío y de responsabilidad. En lugar de repetir, podemos crear,
imaginar conductas nuevas, experimentar sentimientos encubiertos o prohibidos por nuestra educación o nuestro
contexto social. En contestación anarquista radical del “american way of life”, se confronta a los modelos de
“normalidad”: cada uno se desarrolla a su propio ritmo y según sus propias vías.

Las lágrimas y la rabia ya nos son signos de debilidad, sino de liberación auténtica; la homosexualidad no es ya una
“perversión”, sino una orientación personal; la riqueza material, el poder, el conocimiento, el sacrificio se cuestionan en
provecho de la alegría y de la intensidad de la vida. Nuestro primer “deber” es el des ser felices y de irradiar nuestra
felicidad.

“Lo que más podemos hacer por los otros

es sobre todo ser felices nosotros mismos”

(Alain, citas acerca de la felicidad”, 1928)


“¿Para qué andar lastimándose los dedos, rascando sin parar la tierra de nuestro jardín para retirar piedras y arrancar las
malas hierbas? Más bien guardemos nuestra energía para regar las flores…e incluso a plantarlas en las rocas” (Ginger,
1955, PG 42).

Esta mirada optimista, incluso hedonista, se expresa en el “egotismo” (Goodman 1951), un centrarse en sí mismo –un
apoyo terapéutico provisional (al mismo nivel que las neurosis de transferencia psicoanalítica) - que favorece una
“recuperación narcisista” y una toma de responsabilidades. La Gestalt acompaña al cliente hacia su autonomía, a través
de varias etapas: dependencia, contra-dependencia, independencia, interdependencia.

La “revolución gestaltista”.

La filosofía gestaltista pone en causa una larga serie de postulados sacados del pensamiento cartesiano y cientifista:

 Las teorías no son más que hipótesis provisionales.


 El descubrimiento de las causas no siempre permite modificar los fenómenos. Saber no basta para cambiar: a
veces, a la inversa, “la interpretación nutre el síntoma” (Lacan). Por ejemplo, darme cuenta de que mi madre era
“castradora” puede suponer mantener y reforzar mi sentimiento de aplastamiento.
 Las causas son tan a menudo futuras como pasadas: el deseo o el proyecto nos “arrastra” hacia delante, tanto
como los acontecimientos nos empujan; me acuesto temprano esta noche porque estoy cansado o porque preveo una
jornada cargada mañana. Conducimos nuestra vida en un 4x4 (tracción delantera y trasera).
 La síntesis precede con frecuencia al análisis: empezamos por percibir globalmente una situación y después
distinguimos los detalles;
 La agresividad es una “pulsión de vida” necesaria: un animal desprovisto de agresividad está enfermo.
 A menudo, el contenido importa menos que la forma: el como domina al porqué y al qué;
 La amplificación de los síntomas, al principio, permite percibirlos mejor y trasformarlos.

Un acercamiento global y encarnado

La terapia Gestalt propone una síntesis entre varias corrientes europeas, americanas y orientales: psicoanálisis,
psicodrama, acercamientos psicocorporales, fenomenología, existencialismo, psicología Gestalt, zen.

Insiste en la importancia entre el aquí y ahora (que por supuesto incluye los restos del pasado y los gérmenes del futuro)
y del como (“how and now”, como y ahora).

Propone un acercamiento global (holístico) de las cinco principales dimensiones del ser humano: físico, afectivo,
cognitivo, social y espiritual tal como los simboliza el siguiente esquema (Ginger 1987):
EL PENTAGRAM A DE GINGER

La cabeza
polo racional

El corazón
3 Los otros
Polo afectivo y
polo social
relacional
2 4 y

G organizacional

1 5

El cuerpo El mundo
polo físico polo espiritual
y material o metafísico
Posiciones
ideológicas

Los dos brazos simbolizan la relación: relación con el otro privilegiado (pariente, pareja, amigo); relación con
los otros (sociedad).
Las dos “piernas” simbolizan nuestras dos raíces (materia y espíritu) que nos permiten el equilibrio.
La “cabeza” controla y supervisa: De hecho, es más un freno que un motor (por ejemplo la actividad cortical
del cerebro, comparada con las pulsiones límbicas profundas y que movilizan) (5).
Lo importante es la interacción sistémica entre estos cinco polos y no el desarrollo aislado de cada uno.
En cada sesión de trabajo gestaltico, al igual que en el conjunto de la terapia, las cinco dimensiones están
habitualmente presentes y a menudo explícitas: el cuerpo, sus sensaciones y sus movimientos: los afectos
emocionales: la toma de conciencia intelectual; la dimensión social Inter.-relacional; el sentido profundo del
comportamiento y de lo vivido por el cliente (6).

Como continuación a las investigaciones de Ferenczi y de Reich, la Gestalt propone “la encarnación del verbo”:
la interacción con el terapeuta no se limita al plano verbal. El cliente puede moverse, apretar, lanzar, golpear y
abrazar objetos simbólicos (cojines, ropas, papeles etc.), puede expresar, en el cuadro privilegiado del espacio
terapéutico, su desesperanza, su rabia, su necesidad de ternura… puede permitirse llorar, gemir o gritar; puede
dibujar, esculpir, bailar, reír o cantar. Todo su ser se moviliza. Se autorizan provisionalmente todos s us
comportamientos infantiles –o socialmente inhibidos.

Por ejemplo, Raymond escupe en un cubo de basura que representa a su jefe… Emmanuelle cubre de besos un
cojin que representa a su hijo deseado…
Toda puesta en acción está, por supuesto, acompañada de una verbalización emocional “en caliente”, junto con
una toma de conciencia racional y compartida. De esta manera, la “puesta en acción” deliberada –
eventualmente animada por el terapeuta gestaltico- se opone al “acting” impulsivo. Justamente denunciado por
el psicoanálisis, este último es un cortacircuito para la toma de conciencia: en cambio, al contrario, la
dramatización favorece el proceso para hacerlo más evidente (Ginger, 1987, pg 48)
De manera general, la amplificación se busca deliberadamente y permite de alguna manera observar con lupa
los fenómenos: el terapeuta puede sugerir que se persiga y amplifique un micro gesto espontáneo (movimiento
automático del pié, torsión o crispación de los dedos o de la mandíbula…) a fin de desembocar en un gesto
significativo que había quedado inconsciente. De esta manera, estos micro-gestos se tratan como una especie de
“lapsus” del cuerpo” que permiten fructíferas asociaciones.
El Proceso
Es importante subrayar que el análisis cuidadoso del proceso en curso, en el aquí y ahora de la sesión
terapéutica es, ante todo, un revelador de los mecanismos de defensa y de adaptación elaborados en el curso de
la existencia –ajustes creativos del organismo más o menos conseguidos en su entorno familiar y social.
Fritz Perls gustaba resumir el acercamiento gestaltico en cuatro palabras:
Tu y yo (you and me)
Ahora y como (Now and how) (7)
A menudo y en una escala más manipulable, el aquí y ahora reproduce el “en otra parte y más adelante” Se
trata, en definitiva, de estar atento (awareness) (8) al proceso de lo que sucede aquí y ahora entre el cliente y el
terapeuta –que simboliza el entorno. Así como no se puede concebir un pez sin agua (zen), de la misma manera
el individuo no existe sin un campo.
Las nociones fundamentales de la Gestalt son numerosas, pero están todas ella ligadas en una coherencia interna
– tanto más llamativa cuanto que la Gestalt nace de una síntesis de numerosas y diversas corrientes. El genio de
Perls y de Goodman fue concebir un edificio moderno con ladrillos con frecuencia tomados de prestado en otros
partes, de construir una Gestalt en la que el todo original es diferente de la suma de las partes.
Varios autores franceses y norteamericanos han subrayado algunas palabras clave de la terapia Gestalt:
Perls y Simkin: I and now, now and how; Goodman: el awareness en la frontera-contacto; Naranjo: presencia,
awareness y responsabilidad; Marie Petit: La terapia del aquí y ahora; Ginger: el arte del contacto; Yontef:
diálogo, awareness, proceso; Resnick: diálogo, campo, fenomenología; Masquelier: diálogo, hermenñeutica y
proceso; Robine: frontera-contacto, corporeidad, comunidad.

La responsabilidad existencial
La hermenéutica consiste en descubrir diferentes sentidos en un texto (o en un acontecimiento): se trata de una
gestión que pretende conferir uno o varios significados posibles (polisemia) a un conjunto dado (una Gestalt).
No hay una verdad en sí (esencialismo), sino una multiplicidad de visiones subjetivas que se e nriquecen entre
sí. Cada una da sentido a su existencia (existencialismo). El terapeuta no es el que se supone que sabe, sino un
“co-descubridor” profesional, que atestigua la seguridad en una serie de expediciones en el seno de espacios
interiores, todavía desconocidos, de su cliente.
En esta expedición conjunta, las responsabilidades se comparten: el cliente no es objeto de cuidados pasivos,
sino que escoge su camino entre muchos posibles: es su propio terapeuta; el psicoterapeuta, a su vez, no se
retranquea en una neutralidad aseguradora. Comparte los riesgos y se implica constantemente, pero de manera
controlada. Da cuenta a su cliente de lo que siente por medio de una explotación deliberada de su
contratransferencia, utilizando su experiencia y su intuición al servicio del cliente (9)
Esta implicación controlada” (Ginger 1987, pg. 242) es sin duda una característica bastante específica del
acercamiento gestaltico, que no se encuentra ni en las terapias psicodinámicas (de inspiración sicoanalítica), ni
en la orientación centrada en el cliente (Rogers), ni en el análisis transaccional. Tal participación interactiva del
terapeuta precisa, por supuesto, que él mismo haya analizado, por un periodo largo, sus propios mecanismos
proyectivos por medio de una terapia personal profunda y una supervisión permanente.
Noël Sálate (1991) subraya ciertos “bases existenciales”, límites fundamentales que se imponen tanto al cliente
como al terapeuta: la finitud, la responsabilidad, la soledad, la imperfección y el absurdo (o la búsqueda de
sentido). Para Masquelier (1999, pg. 76-85), se trata no tanto de límites o constreñimientos alienantes sino de
“presiones” existenciales vitales, como una fuente de vida dinamizante que permite mantener viva la corriente.

La teoría del self


En este breve capítulo acerca de la terapia Gestalt, no voy a presentar detalladamente los fundamentos teóricos,
recogidos por Perls y Goodman (19519 y desarrollados más tarde por Isadore From con el título: “La teoría del
self”.
Evocaré simple y sucintamente algunos conceptos de referencia:
Las “Funciones” del self
El self funciona conforme a diferentes modelos: El modo ello, el modo yo (o ego), la personalidad y el “modo
intermedio”. El self de Goodman es diferente del de Winnicott o el sí mismo de Jung. No se trata del Ego sino
de un sistema de adaptación a la frontera-contacto entre el individuo y su entorno. No es por tanto el Yo, sino
más bien el modo de funcionamiento en relación con el mundo, noción ligada a la teoría del campo. La
“frontera-contacto” es lo que me separa y me especifica, pero, al mismo tiempo, es lo que me une a los demás y
permite los intercambios. La piel sería una metáfora simple de esto. Gonzale Masquelier (1999, pg. 60) no duda
en comparar el trabajo en Gestalt con el de una aduanero que filtra las importaciones y las exportaciones, en la
frontera del individuo. Cuando me invade un sentimiento, a veces sin darme cuenta (tristeza, rabia, pereza),
funciono bajo el modo ello. Mi personalidad es lo que perdura y me especifica: “soy una persona que…”
Tomando en cuenta quien soy (función personalidad) y qué siento (función ello) en el campo del entorno
(frontera-contacto) del momento (proceso), decido y actúo (función yo).
El modo intermedio es a la vez activo y pasivo: Soy sujeto y objeto, al mismo tiempo: por ejemplo, cuando
reñimos o cuando hacemos el amor. Esto se da particularmente durante el contacto pleno.
La terapia tiene por objeto armonizar el conjunto de estos procesos, al favorecer un funcionamiento ágil y
adaptado a estos diversos modos.

El ciclo del contacto


Las fases del desarrollo del self constituyen el “ciclo del contacto”. Se le analiza, según los autores, en varios
tiempos: precontacto, toma de contacto, contacto pleno y poscontacto (Goodman); sensación, toma de
conciencia, energetización, acción, contacto, satisfacción, retirada (Katzeff, 1978); o: precontacto, movimiento,
contacto retirada, asimilación (Ginger 1987 y 1995). La Gestalt ha subrayado principalmente la importancia del
precontacto antes de cualquier satisfacción: los ”preliminares” no son tiempo perdido, en todo tipo de
relaciones (sexuales, amistosas, comerciales, políticas, militares).
Las “resistencias”

El ciclo de satisfacción de las necesidades puede ser interrumpido o perturbado por varias resistencias o
“pérdidas de la función yo”, como por ejemplo: confluencia, introyección, proyección, retroflexión, deflexión (o
evitación), proflexión, egotismo. Las resistencias no son resistencias al tratamiento, sino mecanismos de
defensa que permiten una adaptación provisional –que sólo se hace patológica si se hace rígida con respuestas
estereotipadas, anacrónicas o exageradas. Así, la confluencia del bebé con la madre, la introyección de
consignas de seguridad o la deflexión de una cólera hacia el patrón, pueden ser mecanismos sanos.

Las introyecciones
Notemos, de paso, que la Gestalt libra una guerra sin cuartel contra las introyecciones, importaciones “salvajes”
de ideas o de comportamientos extranjeros, propuestos por la cultura familiar (Las injunciones y el escenario
del análisis transaccional) y social y mal asimiladas por el individuo, sin que sean “redigeridas”. Así, por
ejemplo ¿es oportuno atesorar? ¿Está prohibido masturbarse? ¿Es deseable la transparencia total en la pareja?
¿Hay que condenar siempre la eutanasia?... Cada quien tiene que elaborar su filosofía personal, con agilidad y
fluidez (que es lo que según Perls caracteriza a las “buena salud”. Se trata de encontrar un ajuste creativo
personal al conjunto de la situación, específica para cada quien en cada instante. Ni ajuste pasivo, adaptación o
sometimiento a la presión del medio, ni creatividad sin metas, indiferente a las realidades del entorno. Salirse
del todo o nada, manteniéndose en el campo.

El vocabulario específico de la terapia Gestalt


Hemos visto como algunos vocablos tienen un significado específico en la terapia Gestalt ( self, ello,
personalidad, resistencia, introyección etc.), lo que a veces provoca malentendidos con colegas de escuelas
diferentes (por ejemplo sicoanalíticos). Para mayor profundización ver “la Gestalt una terapia de contacto” de S.
y A. Ginger (1987).
ALGUNAS TECNICAS Y MODOS DE APLICACIÓN
En terapia Gestalt se utilizan numerosas técnicas, pero no son un factor esencial. Muchas sesiones de trabajo –
especialmente en terapia individual- no recurren a estas fórmulas y descansan esencialmente en intercambios
verbales. Estas “puestas en situación” no son sino instrumentos potenciales, pero pueden llegar a ser puentes
importantes para desbloquear algunas situaciones o para poner de relieve algunos sentimientos todavía no
conscientes. Voy a citar algunas técnicas, en consecuencia, bastantes comunes que han co ntribuido a dar a
conocer a la Gestalt.

La silla vacía
Para mucha gente, la Gestalt se asimila (o se reduce caricaturescamente) a la técnica de la silla vacía a menudo
utilizada por Perls al final de su vida, durante sus demostraciones californianas. Esta técnica fue popularizada
por una película (10), pero no tiene nada de específicamente gestaltica (fue tomada del psicodrama y es común
a varias orientaciones). El cliente voluntario se sienta en el hot seat (“silla caliente”) e imagina un protagonista,
que se instala en una silla vacía frene a él. En lugar de hablar a su padre violento, el cliente lo imagina presente
ahí mismo, sentado frente a él, y se le dirige directamente, permitiendo que la emoción se produzca libremente.
El terapeuta puede invitarle a que cambie de sitio y a responder como si fuera su padre, entrando en un diálogo
imaginario, con frecuencia intenso. El otro puede ser una persona, pero también una parte olvidada del cuerpo o
una idea abstracta: de esta manera, el cliente puede hacer d ialogar a su cabeza pensante con su sexo olvidado, o
también a su necesidad d e aventura con su deseo de seguridad…
Esta puesta en escena evita las reflexiones generales, los comentarios racionales – a los que Perls calificaba de
“bullshit” (caca de vaca o estupideces). Es muy diferente decir “mi padre era muy severo y me maltrataba” a
gritarle en su cara: “¡eres un cerdo y un cobarde!” (interpelación directa).
Evidentemente, la silla puede reemplazarse por cualquier objeto que simbolice lo ausente: un cojín, una prenda,
las gafas, un libro etc.
Es importante recordar, con todo, que numerosas sesiones gestalticas de terapia individual o de grupo no
recurren a esta técnica de manera regular.

La puesta en acción
Ya he citado la oposición entre la puesta en acción deliberada y el paso a al acto (acting) impulsivo. Pongo
algunos ejemplos:
 Bernard hablar de su familia. El terapeuta le sugiere que represente a cada uno de sus miembros pon un
objeto simbólico (que escoge del despacho) y que le coloque en el suelo (11), antes de dirigirles algunas
palabras directamente a cada uno…
 Cécile se pregunta por su porvenir tras ser abandonada por su marido. El terapeuta le propone q ue se
levante y que represente su vida mediante un itinerario a través del cuarto. Mientras camina, se detiene para
marcar las grandes etapas de su vida (que verbaliza) y exprese lo que siente frente al espacio abierto, delante de
ella…
 Maurice se balancea inconscientemente mientras habla. El terapeuta le sugiere que amplifique este
balanceo y que exprese “lo que le venga”…
 Beatrice cuenta un sueño. La terapeuta le propone que lo represente en el presente,
recurriendo, si quiere, a ciertos miembros del grupo – a los que da instrucciones. Contrariamente al psicodrama
tradicional, los compañeros permanecen en silencio, dejando la iniciativa al cliente.
En la práctica, tales puestas en acción cambian la tonalidad del discurso, amplifican las interacciones y permiten
a menudo poner en evidencia los sentimientos ocultos como por ejemplo una rabia (prohibida) contra una madre
fallecida por enfermedad demasiada temprano.

La experime ntación
La puesta en acción permite que pasemos de la evocación verbal a la experimentación corporal y emocional.
Podemos explorar libremente, en el marco seguro de la sesión terapéutica, sentimientos confusos o de angustia,
como el temor a la soledad, el vacío o la muerte, la tristeza, los celos, una rabia destructora… así como expresar
también las necesidades latentes de ternura, de amor, de reconocimiento…
El trabajo individualizado, en situación grupal, (en donde cada un puede puntualmente utilizar, según sus
propias necesidades, a los miembros del grupo, testigos del trabajo), permite a menudo una experiencia más
amplia, que hace posible la presencia de parejas (por ejemplo para la rabia, los celos, la timidez o la
admiración). Pero el cliente puede, así mismo, representar, paso a paso, diferentes personajes significativos de
su vida y aventurarse, por ejemplo, en un diálogo imaginario con su madre o a su amante (monodrama)
La experimentación permite también explorar las polaridades opuestas a los sentimientos habituales,
polaridades a menudo poco conocidas o temidas: así, alguien instalado en una actitud de retraimiento puede ser
invitado a arengar al grupo, de pié encima de una mesa (simplificación de una polaridad inversa); un intelectual
frío puede explotar su sentimiento cuando acaricia suavemente una rostro…Por supuesto, estas
experimentaciones no pretenden en absoluto un aprendizaje conductual, sino simplemente un a nálisis de una
vivencia interior fenomenológica que acompaña a diversas actitudes.
De esta manera, la terapia Gestalt propone una tercera vía en relación al psicoanálisis y a al conductismo: ni
una tentativa de explicación a partir de causas o traumatismos pasados, ni un aprendizaje de
descondicionamiento sugerido, sino una exploración libre, atenta a los ecos interiores individuales
(emocionales, racionales, sociales) de cada experiencia vivida. Se trata de una experiencia bien hermenéutica:
emergencia sucesiva de “formas” nuevas (Gestalts), descubrimiento de nuevas pistas y de nuevos sentidos, en la
visita acompañada a su territorio interior.

“Juegos y ejercicios” (Levitski, 1970)


Algunos terapeutas gestalticos de grupo utilizan a veces juegos o ejercicios, que tienen como objetivo
experimentar diversas situaciones poco habituales, comentadas después verbalmente por cada uno de los
participantes.
Puede tratarse, por ejemplo, de juegos de confrontación física; de exploración sensorial con los ojos cerrados:
de ejercicios de equilibrio (solo, en parejas o en grupitos); de elegir parejas según diversos criterios; o incluso
de “paseos grupales” (durante los cuales se invita al cliente a expresar, uno por uno, a varios miembros del
grupo un sentimiento (deseo, miedo, rabia), lo que permite la amplificación y la experimentación de sus
variantes…
Tales ejercicios pueden favorecer principalmente el calentamiento y la implicación corporal de los que
empiezan, pero no están siempre de acuerdo con el espíritu de la Gestalt, que valora la iniciativa libre de cada
quien, a su propio ritmo y según sus necesidades específicas de cada momento.
De esta manera, los terapeutas insisten regularmente sobre la libertad permanente del cliente y sobre la
responsabilidad en la elección o el rechazo de cualquier sugerencia que venga de fuera: del terapeuta, del grupo
eventual o de las presiones socioculturales (introyecciones).

Lenguajes
De entre todas las experimentaciones –como en la expresión espontánea del cliente- el terapeuta se muestra
atento no solamente al contenido de las palabras, sino a la entonación de a voz, a las posturas corporales, a los
micro gestos inconscientes, a la respiración….
Se escucha el lenguaje del cuerpo con la misma awareness que el lenguaje hablado, sin que el terapeuta Gestalt
ceda, por ello, al mito bioenergético según el cual “el cuerpo no miente jamás”. Es obvio que el cuerpo no es ni
más ni menos fiable que las palabras: un diente me puede hacer sufrir horriblemente y el cáncer desarrollarse
silenciosamente: puede faltar la erección a pesar de un deseo intenso; la sensación de hambre de una bulímica
puede camuflar su angustia; el alcohol puede darme la ilusión de estar en plena forma…
El tono y el ritmo de la voz son, en general, muy significativos de la emoción subyacente y no es raro que el
terapeuta proponga al cliente extranjero que se dirija a su madre o a su padre de su infancia en la lengua
materna (árabe, polaco etc.), sin que comprenda nada de los reproches o demandas formuladas. Poco importa,
puesto que es sensible a las posturas y a los tonos… Además, el cliente no se expresa para el terapeuta sino para
sí mismo. Puede, de esta manera, cerrar las “gestalts inconclusas” (rabia, cólera o ternura nunca expresadas);
puede descubrir sentimientos asociados y compartir después –en la lengua común con su terapeuta- su vivencia
interna de la experiencia.
La lengua metafórica se utiliza regularmente: llamada a las imágenes y símbolos arquetípicos habituales (Freud,
Jung), pero también evocaciones estrictamente individuales, específicas al cliente; de esta manera, un faro
puede tener una significación fálica tradicional, pero puede también evocar para alguie n la soledad o incluso un
recuerdo personal de un crucero; los cabellos pueden simbolizar la fuerza, pero también la seducción o incluso
la vejez….

El sueño
Para Freud, el sueño era la “vía real” hacia el inconsciente. Perls afirma también que el trabajo con un solo
sueño podría alimentar ¡el conjunto de una terapia!
En Gestalt, evitamos interpretar un sueño refiriéndolo a principios generales. El terapeuta permite al cliente la
iniciativa de sus asociaciones personales y le invita a utilizar las diferentes técnicas ya evocadas: puesta en
acción del sueño en el presente, interpelación directa de las personas o elementos del sueño, encarnación
sucesiva de estos elementos (considerados como representaciones de diversas facetas del soñador que debe
reapropiarse): “¿Puedes hablarle al puente o al camino de tus sueños? Y ahora ¿Qué respondería ese puente o
camino?”
Según los autores, el sueño puede ser tratado especialmente como:
 una sucesión de proyecciones (Perls: Gestalt Therapy Verbatim, 1969, Pág. 67);
 una retroflexión, expresión velada del cliente hacia su terapeuta (Isadore From, enseñanza oral)
 una Gestalt inconclusa –que podría jugarse y terminarse durante la sesión de terapia (Ginger, 1955, Pág.
131)
Encontraremos diez acercamientos posibles al sueño- integrando también las investigaciones recientes en
neurociencias –en el pequeño libro “La Gestalt, el arte del contacto” (Ginger, 1995, Pág. 119-132).

ESPECIFICIDAD DE LA TERAPIA Gestalt


Tras este sobrevuelo somero de algunos principios y de algunas técnicas ¿Puede considerarse a la terapia
Gestalt como un acercamiento psicoterapéutico realmente específico?
Ya he evocado, de pasada, varias cosas originales, por lo que me limitaré a recapitular brevemente:
 He anotado ya que la Gestalt se sitúa a igual dista ncia del acercamiento psicoanalítico que del
conductual, en una 3ª vía, humanista y fenomenológica: ni análisis causal, ni aprendizaje normativo, sino
experimentación individual, a la búsqueda de una vivencia personal profunda y de la construcción de un sentido
nuevo.
 Más específicamente que la mayor parte de las psicoterapias contemporáneas, subraya la importancia de
la parte de libertad del hombre, frente a los determinismos de la primera infancia (aproximaciones llamadas
psicodinámicas) y del entorno (aproximaciones conductuales).
 Se considera así, no solamente una psicoterapia (que pretende calmar un sufrimiento psíquico), sino una
filosofía de la vida existencial, que valora la autonomía y la responsabilidad. Noël Sálate (1995) la ha calificado
de “antena terapéutica del existencialismo”. Perls, por su parte, la denominaba “terapia para normales”, y
estimaba que su método era “demasiado bueno para reservarlo únicamente a los enfermos”.

He aquí algunas especificidades más de la TG:

 una síntesis original de una actitud a la vez científica y artística” (12). A este respecto, Masquelier
(1999) subraya que sus tres principios fundamentales se dirigen a actividades artísticas: Fritz Perls (teatro y
dibujo), Laura Perls (música y danza), Paul Goodman (literatura y poesía);
 característica de una toma de conciencia llamada “postmodernista”, la Gestalt subraya el
enriquecimiento que abastece a la subjetividad individual, en relación a la fría objetividad cientifista e insiste en
la originalidad irreducible de cada ser humano;
 desde una perspectiva humanista deliberada, la Gestalt valora la humanidad del psicoterapeuta más allá
de la competencia técnica y le propone explotarla en una implicación controlada y compartida de sus propios
sentimientos, sobrepasando la empatía, por lo que Perls bautizó la simpatía (enriquecimiento por la presencia
afectiva y el compartir auténtico con una tercera persona exterior),
 fluidez de las técnicas, lo que permite las idas-y- venidas permanentes (Perls), el va y viene entre los
acercamientos verbales y no verbales, emocionales y cognitivos, entre la realidad social y la fantasmagórica,
entre el pasado y el presente, el pasado y el porvenir.

INDICACIONES PRINCIPALES
 La terapia Gestalt se adapta a un campo de aplicación particularmente amplio: terapia individual, de
pareja, familiar, grupal, institucional, así como para empresas, en formación, orientación o coaching (Higy-
Lang y Gellman 2000).
 Se dirige a una clientela de todas las edades: niños adultos y ancianos (geronto Gestalt).
 Se aplica –con ciertas adaptaciones- tanto a personas llamadas “normales”, como a neuróticas, incluso a
ciertos psicóticos hospitalizados.

¿Cuáles son entonces las indicaciones más comunes de la terapia Gestalt? He aquí algunas entre muchas:

 trabajo de duelo mal concluso o patológico, separación mal asumida: se propone específicamente al
cliente dirigirse directamente a las persona ausente y liquidar así las Gestalts inconclusas.
 depresión, fatiga, pérdida de energía, desvaloración de sí mismo, sentimientos de culpabilidad etc. A
veces, está estaría indicada una terapia grupal;
 inhibición social o sexual (13), bloqueo emocional en “intelectuales” u “hombres de acción”, falta de
creatividad;
 personalidad borderline, con trastornos narcisistas, sentimiento de vacío interior, acting o conductas de
riesgo. Con este tipo de clientes, el terapeuta debe estar especialmente atento a controlar su contratransferencia,
en el curso de sesiones regulares de supervisión;
 comportamientos masoquistas o sadomasoquistas mal asumidos.
En varias de estas indicaciones, un acercamiento combinado, individual y de grupo pequeño (si es posible con
el mismo terapeuta), acelera con frecuencia el tratamiento, permite ganar numerosos meses: en efecto, el trabajo
grupal favorece la puesta en acción corporal y la expresión emocional; permite un sostén del grupo, una
desdramatización (en caso de abusos sexuales, por ejemplo) y numerosas experimentaciones, En cambio, el
trabajo individual permite profundizar y analizar cada situación, al ritmo de cada quien.
De hecho, cuando la terapia Gestalt se practica por especialistas seriamente formados, se le conoce pocas
contraindicaciones: por ejemplo, a un histérico no se le animará a amplificar sus síntomas sin contención, en
una dramatización especular de grupo; igualmente, los contactos corporales se limitan en el caso de un
esquizofrénico angustiado, así como en caso de víctimas de abusos sexuales, etc.
En el caso de trastornos profundos de la personalidad o de depresión grave, se puede proponer un tratamiento
conjunto farmacológico, potenciando los efectos de cada acercamiento.

El Porvenir
La Gestalt parece reunir bazas que permiten augurar la consecución de un amplio desarrollo:
 su ágil adaptación, permite un campo de aplicación amplio a individuos cualquiera que sea su edad,
(problemas o ausencia de problemas), parejas, familias, grupos u organizaciones en el seno de culturas diversas.
 su carácter individualista, tolerante y libertario (incluso hedonista) que concuerda bien con la evolución
contemporánea de las sociedades democráticas;
 Se ha introducido progresivamente en enseñanzas universitarias (Alemania, Argentina, Brasil, Francia,
Gran Bretaña, Italia, México, USA, etc.);
 su teoría y su praxis son coherentes con las investigaciones actuales de la neurociencias (lugar de la
emoción en la memorización y el aprendizaje, relaciones sistémicas de los neurotransmisores, de las emociones,
del entorno, etc.)
En conclusión, la terapia Gestalt representa una síntesis feliz de acercamientos científicos y humanistas en la
corriente general de integración que caracteriza a las ciencias humanas de la actualidad.
(1)Gestalt: palabra alemana, utilizada hoy en día en todo el mundo. Pronuncie se gueschtalt. Escriba se con mayúscula cuando se
utiliza co mo substantivo.
Designa una forma estructurada y significativa en la que “el todo es diferente de la suma de las partes”: la cara de la madre es una
Gestalt para el n iño.
(2) Lo esencial no es lo que se ha hecho del hombre, sino lo que h a hecho de lo que han hecho de él”. Entrevista en la revista Arc, oct
1966, en Sastre, por Cohen-Solal, ed. Panteón Books, New Cork, 85.
(3) Para Freud, la agresividad está asociada a la etapa anal; Perls estima que se desarrolla antes, en la segunda parte de la etapa oral
con la aparición de los dientes.
(4) Ot ra denominación, más adecuada, había sido evocada: la de Psicoterapia “existencial”, pero ese término ya había sido utilizado
por Binswanger.
(5)Ver capítulos sobre El Cerebro, en Ginger (1987 y 1995)
(6)El término cliente implica que se le considera co mo a un su jeto, libre de su demanda y no como a un paciente pasivo, objeto de
cuidados y de recetas.
“El cliente es el rey” y se le pro mueve al rango de “coterapeuta”.
(7) Perls. Gestalt Therapy Verbatim, Real People Press, Moab, 69 (p.44, 71, etc.) I and Thou= Yo y tu (Thou es la forma enfática de
tu, elegida por la rima); nos encontramos con la importancia del Yo/Tu dialogal en Buber (1937).
Now and How: ahora y como (y no “aquí y ahora” – que parece un pleonasmo).
(8). Awareness. Una especie de estar despierto con atención flotante, de vigilancia global, intelectual, emocional y corporal a los
fenómenos en curso, internos y externos.
(9). El psicoanálisis tradicional propone explotar la t ransferencia (desarrollo de la neurosis de transferencia) y de limitar la
contratransferencia; la terapia Gestalt –al contrario- trata de exorcizar la transferencia y de explotar la expresión de la
contratransferencia del psicoterapeuta: su sentimiento emocional y corporal le sirve, de alguna manera, de “brúju la” para orientarse
en los intercamb ios relacionales.

(10) Gestalt Therapy Verbatim.


(11)Los lugares y las distancias de los objetos son generalmente significat ivos
(12) La poesía co mpleta a las matemáticas; así, en griego “poïein” significa “crear”, mientras que “mathema” significa “aquello que
ya he escrito”
(13) Ver la “Sexo Gestal” desarrollada por Charles Gellman en “Cahiers de Sexologie clinique,” Vol. 23, Nº 134, 1997 (p.34 - 41)
CUANDO EL VERBO SE HIZO CARNE….
(Palabra y Cuerpo en Terapia Gestalt)

Serge Ginger
Fundador de la Escuela Parisina de Gestalt

Introducción

Hace unos veinte años que practico una Terapia Gestalt muy “corporal”, en la que no sólo no están prohibidos
los movimientos y contactos corporales sino que los estimulo en su triple dimensión de vehículo de las
emociones, metáfora y lenguaje. Y lo hago de la misma forma en una terapia (de hecho casi siempre
“individual) “dual” que “grupal”.

Por tanto, no se trata de proponer “juegos” o “ejercicios” artificiales o preparados de antemano sino de
aprovechar las actitudes habituales, los gestos o los “microgestos” inconscientes, toda la vida expresiva
espontánea de los cuerpos: el del cliente, pero por supuesto también el del terapeuta.

Vamos ahora a preguntarnos acerca de algunos puntos específicos:

 El lugar del cuerpo entre los terapeutas gestalticos: cuerpo del cliente pero también el cuerpo del
terapeuta y el “cuerpo a cuerpo” terapéutico: su riqueza y sus límites: límites estraté gicos y límites
deontológicos.
 ¿Por qué hablar? ¿Por qué callarse?... ¿Porqué moverse? ¿Porqué quedarse quieto?
 El cuerpo también puede mentir
 El malentendido de los “juegos” y “ejercicios” corporales.
 La intervención y la no directividad: ¿inducen mis movimientos y gestos lo mismo que mis palabras?
 El cuerpo como “motor” y la profundización de la terapia a través de la “movilización límbica” del
cerebro.
 El tacto y la sexualidad. La “pulsión de agarrar”, la pulsión de quedar ligado.
 La prohibición de tocar en la cultura judeo-cristiana y psicoanalítica.
 Y sin embargo…el Verbo se hizo carne.

Pero, en primer lugar, la pregunta tradicional: ¿es la Gestalt una terapia “psicocorporal” (1) o una
“psicoterapia intermedia corporal y emocional? Por lo general se suele escuchar más esto último.

Laura Perls afirma:

“Hay un asunto en que el nunca insistiré suficientemente: el trabajo corporal forma parte integrante de la
Terapia Gestalt. La Gestalt es una terapia holística, lo que quiere decir que toma en cuenta el organismo en
su totalidad y no solamente la voz, el verbo, la acción o cualquier otra cosa.” (2)

“…Utilizo todo tipo de contacto físico si pienso que puede facilitar que el paciente de un paso hacia su
awareness de la situación presente (…). No tengo una regla especial por lo que respecta a los pacientes
hombres o mujeres. Puedo encender un cigarrillo, alimentar a alguien con cuchara, arreglar el cabello de una
chica, abrazar o estrechar a un paciente contra mi pecho, si siento que esa es la forma para estab lecer una
comunicación inexistente o interrumpida. Igualmente, toco a los pacientes y permito que me toquen para
tener la experiencia de un crecimiento de su awareness corporal (…).

Y añade: “parece haber una gran divergencia de opiniones y mucha ansiedad respecto de si el contacto
físico en terapia puede aceptarse (…)”. (3)

Laura Perls no separa la Gestalt de la expresión artística y corporal (4). Como es sabido, había tenido, junto
a su formación psicoanalítica, una formación artística (música y danza) y una formación específica en
diversas técnicas corporales (Alexander, Feldenkraïs, euritmia de Rudolf Steiner, etc.).

La práctica actual de todos los gestaltistas incluye la atención permanente al cuerpo (observando la postura,
la respiración, la voz, los microgestos, etc.). Sin embargo, muchos de ellos apenas intervienen directamente
en el cuerpo del cliente y movilizan bien poco su propio cuerpo.

Al comienzo de su práctica, el mismo Fritz Perls, que acababa de dejar el psicoanálisis a favor de la Gestalt,
mantenía a sus pacientes acostados en el diván (como lo hacía su maestro Wilhem Reich). Posteriormente,
ya anciano, raramente abandonaba su sillón.

Por su parte, Isadore Fromm, uno de los primeros discípulos de Perls, considera a la Gestalt como una
terapia “dialógica”, basada esencialmente en el diálogo verbal. Otros gestaltistas (lo mismo en Francia que
en EEUU) utilizan rara vez el cuerpo de forma activa o interactiva: prefieren observarlo e interpelarlo
verbalmente.

De hecho, ni los principios teóricos fundamentales, ni la metodología específica de la Gestalt, comportan la


obligación de movilizar corporalmente: el enfoque global fenomenológico y existencial, la teoría del self, la
observación de las perturbaciones del ciclo de contacto (5) y de las “resistencias”, necesitan bien poco de la
intervención activa del cuerpo.

Sin embargo, con ello nos privamos, en mi opinión, de una potente cantera q ue contribuye a la intensidad y
profundidad del trabajo y que permite al tiempo aumentar su eficacia y disminuir su duración.

Igualmente, la gran mayoría de los que practican actualmente la Gestalt dan un lugar privilegiado a la
vivencia corporal del cliente así como también a la del propio terapeuta. Se interesan tanto por la
sensorialidad receptiva (“¿qué sientes ahora?”) como por la actividad motriz del organismo (“Te propongo
que te levantes y que camines un poco…) y no dudan en moverse ellos mismos (ya sea modificando
eventualmente la distancia o estableciendo un contacto corporal momentáneo, que puede llegar a la ternura
terapéutica o a la confrontación física).

El cuerpo también miente

El lenguaje corporal es con frecuencia profundo, rico y lleno de matices. Ahora bien, de ahí a sostener un
“Credo” de moda (y que todavía se escucha mucho) según el cual “el cuerpo jamás miente” hay un paso
demasiado largo que me guardaré muy mucho de dar.

Mis palabras bien pueden mentir deliberadamente o traicionar mi forma de pensar a pesar mío… pero
¡también mi cuerpo puede hacerlo por su parte!

 Puedo encorvar mi torso para camuflar mi miedo o mi timidez


 Llorar “lágrimas de cocodrilo” para dar pena a mi interlocutor
 Travestir mi agresividad con una sonrisa complaciente
 Enrojecer sin estar verdaderamente emocionado
 Tener una erección sin estar enamorado (¡y al contrario!... lo que es todavía más molesto… ¡e
igualmente frecuente!
 Puedo sufrir un martirio por una espina superficial o por una caries y en cambio no darme cuenta de un
silencioso tumor cancerígeno…

Fiarse del cuerpo no es ni más ni menos razonable que fiarse de la palabra del cliente…

Ahora bien ¿por qué dejar de lado esta fuente permanente y considerable de mensajes complementarios
que nos proporciona el cuerpo, sean o no congruentes o discordantes con los mensajes verbales
explícitos?

Para un gestaltista, el lenguaje corporal tiene la ventaja de tener sus raíces en el aquí y ahora, en tanto
que la palabra fácilmente puede perderse en el “allá y entonces”, a l preocuparse más del qué que del
como.

Los sentimientos que se manifiestan se plasman con más frecuencia en la voz, en la respiración y en la
postura. El cuerpo y las palabras entran en resonancia, se ensamblan el uno con el otro en un feed-back
mutuo y amplificador

Los “juegos” o “ejercicios”

Cuando se practica Gestalt en grupo se multiplican las posibilidades de utilizar el cuerpo. La interacción
corporal directa entre cliente y terapeuta es más limitada en situación dual , tanto por razones materiales
como psicológicas o deontológicas (riesgo de connotaciones sexuales ambiguas en eventuales
manifestaciones de ternura; freno de la confrontación agresiva).

En grupo, se pueden fácilmente proponer “juegos” o “ejercicios” de calentamiento o de amplificación según


la situación que surja con espontaneidad. Como es natural, no se pueden programar estos ejercicios con
antelación, de forma precisa: es fundamental que respondan a la atmósfera y a las preocupaciones del
momento.

Pueden implicar al conjunto del grupo o a un cliente en particular y tener objetivos de experiencia muy
diversos, seguidos de toma de conciencia: vivencia de abandono, de soltar, de ternura, de cerrarse, de
afrontar, de riesgo, de descubrimiento, de confianza, de límites, etc…

Por ejemplo, se puede:

 Proponer a alguien que encuentre “su mejor lugar” en la sala en relación al conjunto,
 O realizar una “escultura” grupal con los cuerpos de los participantes, para traducir su vivencia familiar
subjetiva,
 O tener la experiencia de encuentros con los ojos cerrados,
 O defender físicamente el propio “territorio”,
 Llevar a un participante, hacerle “volar”, mecerlo o encerrarlo,
 Incitarle a poner a prueba su confianza dejándole caer en los brazos de los miembros del grupo,
 O a verificar su desconfianza, aislándose voluntariamente, etc.…
Decenas de juegos que tenían inicialmente como meta observar las dificultades del ajuste creativo entre
el individuo y su entorno se han hecho comunes y a veces se sacan de su contexto original, incluso sin
justificaciones metodológicas ¡por simple diversión! En principio, de lo que se trataba es de poner de
relieve el proceso de contacto, de retirada, de evitación, de resistencia o de conflicto a nuestra frontera
de contacto y, en consecuencia, de hacer explícito lo que quedaba implícito.

Ya Ferenczi escribía en 1931:

“Ciertamente tenía razón Freud al enseñarnos que el psicoanálisis obtiene un triunfo cuando
logra reemplazar la acción por lo recordado; pero pienso que es también una ventaja suscitar un
material importante actuado que `pueda ser seguidamente transformado en rememoración.”

También podemos observar la importancia de este material corporal actuado en diversos autores de la
Escuela inglesa de psicoanálisis (en buena parte surgida de la Escuela húngara) y principalmente en
Winnicott, de quien se ha destacado muchas veces el parentesco ideológico con Perls. Y me refiero en
especial a las técnicas de holding (forma que tiene la madre de sostener o llevar a su bebé) y de handing
(forma de cuidarlo, de manejarlo).

La haptonomia de Frans Veldman también desarrolla la terapia por medio del tacto y propone varias
técnicas cercanas a determinadas prácticas gestalticas.

También encontramos con frecuencia el tema del cuerpo en el psicoanalista D. Anzieu, muy influido por
la Escuela inglesa. Escribe, por ejemplo:

“En la actualidad el gran ausente, el desconocido, el negado (…) en el psicologismo de muchos


terapeutas (…) es el cuerpo en cuanto que se trata de una dimensión vital de la realidad humana,
como un dato presexual e irreducible, como aquello sobre lo que se vuelcan todas las funciones
psicológicas.” (6)

… lo que no le impide lanzar el “doble edicto de tocar” (a lo que parece que ha renunciado en la
actualidad).

También el terapeuta está encarnado

Se trata por lo tanto de interesarse no solamente por el cuerpo del cliente sino también por el del
terapeuta.

A este respecto, es de mencionar la famosa boutade de Levitski : “La terapia Gestalt es una terapia
centrada…en el terapeuta” (¡). Dicho de otra manera, el terapeuta “en todo momento” permanece
vigilante a su propia sensación en el campo cliente-terapeuta, está en el awareness de su propia
contratransferencia y en especial de su contratransferencia corporal (un tema tanto desarrollado por
Ferenczi y por Melanie Klein como por Laura Perls y retomado en el libro de Didier Juston acerca de
“La transferencia en psicoanálisis y en la Terapia Gestalt). Por otra parte, sería paradójico animar al
cliente a una expresión total y unificada de todo su ser y quedarse uno mismo atrincherado en una
expresión limitada a la expresión verbal (¡).
Por tanto, no soy pasivo “pero no por ello soy directivo”: intervengo, pero en el sentido propuesto por el
cliente (explícita o implícitamente). Intervengo con la palabra pero también con el silencio; intervengo
por medio de mis actitudes, pero también con mi inmovilidad, como con el movimiento o con gestos
deliberados.

De forma paradójica, quisiera subrayar, en este punto, que la intervención no verbal es generalmente
menos inductora que la verbal y por ello más respetuosa con la autonomía del cliente. Efectivamente,
este último es libre de hacer con ella la “lectura” que le convenga.

Por poner un sencillo ejemplo: si, en un momento dado, retrocedo un paso, el cliente puede:

 Avanzar para mantener la misma distancia


 Retroceder a su vez por “mimetismo”
 Sentirse abandonado
 Sentirse más libre y disfrutar de un espacio reencontrado
 Puede no reaccionar en absoluto y no darse cuenta… o hacer como que no se da cuenta

…etc.

En otras palabras, es libre de reaccionar a su gusto a esta modificación de la situación que yo he creado.
Evidentemente, no soy “neutral” y he hecho este gesto….

 Ya sea intuitivamente (tomando en cuenta mi contratransferencia del momento)


 Ya sea en el marco de un plan concertado, de una estrategia terapéutica deliberada.

Pero, cualquiera que sea la situación, la polisemia de la lectura corporal permite el ajuste creativo del cliente,
bajo su propia responsabilidad. Mucho más que si por ejemplo le expresara: “¡Ahora haces que tenga ganas de
distanciarme!”.

El cuerpo como lenguaje, desde una pe rspectiva holística

Consecuentemente, nos interesamos por el cuerpo:

 Como vehículo de las emociones (respiración, transpiración. microgestos inconscientes, etc.), es decir
como cuerpo expresivo.
 Pero igualmente en el cuerpo como metáfora, que, por medio de la puesta en acción (enactement),
permite hacer más explícito aquello que es implícitamente percibido: “Te siento lejano”; “mi mujer me
ha dejado, pero no la rechazo completamente: me gustaría conservar algunos de sus aspectos, que puedo
simbolizar aquí y ahora a través de objetos diversos…”.
 Y, finalmente, nos interesamos por el cuerpo como lenguaje, lo que implica un diálogo con el cuerpo.
¡Si me hablan en chino no voy a contestar en inglés! Si el cuerpo del otro me habla, le contesto con el
mío.

Por tanto, no se trata de hablar del cuerpo, sino de hablar con el cuerpo, por medio del cuerpo, de hablar
“cuerpo a cuerpo” (como se habla de “corazón a corazón”): la Gestalt ha subrayado muchas veces el valor
movilizador del “discurso directo”.
Entonces, subrayo que, en general, no se trata de una secuencia de trabajo específica. Menos aún de un
“ejercicio” corporal o de un “juego” (¡). En este punto hay un malentendido fundamental con respecto al
espíritu mismo de la Gestalt, que recuerda constantemente la unidad del cuerpo y del espíritu, su unicidad:
no se trata de hacer, de vez en cuando, “trabajo corporal” y otras veces de relacionarse verbalmente, sino –
en todo momento- de compartir perfectamente y a la vez en el plano verbal, emocional y corporal, en un
“tejido” entrecruzado permanentemente.

El cuerpo y el cerebro

Hay que señalar que el lenguaje corporal afecta a las zonas profundas del cerebro: el hemisferio derecho,
ligado de manera privilegiada (por la “vía perforante”) a las zonas límbicas de las emociones y de los
aprendizajes; en tanto que el lenguaje verbal afecta esencialmente al hemisferio izquierdo y a las zonas
corticales, más superficiales.

El registro duradero de una experiencia lleva consigo lo que yo llamo la movilización límbica, favorecida
ampliamente por la movilización corporal. La verbalización permanece sin embargo indispensable para
“titular” la experiencia y para poder volverla a encontrar (lo mismo que ponemos un título a un documento
antes de registrarlo en el ordenador, o ponemos etiquetas a los cajones en que clasificamos los documentos
par poder tener acceso a ellos cuando los precisemos). Sin ello, la vivencia corporal y/o emocional se
archiva bien, pero no puede ser utilizada. De ahí la importancia del “feed-back” verbal. Un trabajo
emocional que no tenga un seguimiento verbal deja a menudo pocas huellas duraderas y utilizables,
mientras que un trabajo verbal que no vaya acompañado de una participación emocional y corporal
comporta pocas modificaciones profundas en la conducta.

Todos sabemos que el tacto es el primero de nuestros sentidos. Desarrollado ya in utero; es también el que
ocupa la superficie mayor de nuestro cuerpo y el que moviliza el mayor número de terminales nerviosas. Así
como podemos vivir ciegos o sordos, si perdemos 1/7 de la piel no podemos sobrevivir. Recordemos que el
homúnculo reserva en el cortex 1/3 de la superficie total para la mano y para los dedos (solamente el pulgar
ocupa la misma superficie que las dos piernas) y 1/3 para el rostro (la mitad para la boca). El tacto es el
sentido esencial en nuestra infancia, antes de la adquisición del habla (infans) y así se queda en muchas
personalidades arcaicas (psicóticos y borderline). Incluso psicoanalistas tradicionales estiman que, con este
tipo de clientes, es conveniente suspender “el interdicto de tocar” (Groddeck, Anzieu, Racamier, Pasini,
Levoboci) y manifiestamente utilizar el tacto con intensidad (masajes, baños, “packs”, etc.,). Ya Freud
escribía en Dora: “Quien se calla con los labios charla con la punta de los dedos: se traiciona por sus poros”
y en sus Tres ensayos:”el yo es ante todo un yo corporal”. Para Winnicott “el verdadero self proviene de la
vida de los tejidos corporales y del libre juego de las funciones corporales, incluido el del corazón y el de la
respiración”.

A nadie le sorprenden los estrechos vínculos de la piel con el cerebro, pues ambos órganos provienen, en
gran parte, de la misma capa embrionaria inicial: el ectoblasto, que posteriormente constituye la epidermis,
así como lo esencial de los otros órganos de los sentidos (boca, nariz, orejas y ojos) y por supuesto el
conjunto del sistema nervioso.

Esta relación entre el exterior y el interior, de la forma y del fondo, está en el mismo corazón de la Gestalt.
El cuerpo y la cultura

Tenemos que denunciar con energía la connotación de sexualidad y de pecado asignada al tacto en nuestra
cultura judeo-cristiana: a menudo, tocar al otro es percibido no como una señal de interés, de ternura y de
afecto, sino como un atentado a su integridad. Son prejuicios muy enraizados y perduran a pesar de los
numerosos trabajos acerca del apego (attachment) (Bowlby, Montaignier, Harlow,Kphler, etc.) (7). Estos
trabajos han mostrado ampliamente que el contacto cutáneo –no únicamente el tacto selectivo (caricia con la
mano), sino el contacto global (abrazo de todo el cuerpo)- es una necesidad fundamental, innata en todos
los mamíferos, una necesidad para el pleno desarrollo de la criatura, indispensable para una vida sexual
ulterior equilibrada. Por ello, es importante que los terapeutas se formen en el arte del tacto así como en una
sana “gestión” de su propia sexualidad (8), ya que si el rechazo a la propia sexualidad puede engendrar una
neurosis (Freud), considero que su “liberación” anárquica puede llevar a una psicosis (despersonalización,
llevando consigo una descompensación).

Inter-dicto es “inter-acción” o “inter-venir”: no es impedir la relación, sino muy al contrario favorecerla.


“Interdicto” quiere decir “comunicación”, “hablar entre dos personas” (en francés antiguo por cierto se
decía “entre-decir”). Vemos aquí la misma evolución del sentido etimológico que en “agredir” (de “ad-
gresere”: ir hacia el otro) o “afrontar” (hacer frente), lo que testimonia la constancia de las pulsiones
agresivas en el inconsciente colectivo de los pueblos latinos.

Desconfío por igual del tabú del cuerpo (mantenido por nuestras actuales “religiones”: el catolicismo y el
psicoanálisis) que de la mística y del fetichismo del cuerpo (desarrollado a partir de ciertos enfoques de
bioenergética) que pretenden que “el cuerpo jamás miente” y que contiene toda la verdad, etc.

El cuerpo también posee sus símbolos y no deberíamos considerar el lenguaje como la única fuente de
acceso a la simbolización (Gentis). Existe un código social de los gestos (ver “La llave de los gestos” de
Desmond Morris). En consecuencia, depende de si estamos en Francia, en Italia, en EEUU o en Irán, gestos
simples toman un significado muy distinto, incluso opuesto.

Por ejemplo:

 Levantar el pulgar expresa éxito en varios países, mientras que en Irán representa un insulto sexual
grave
 Levantar ligeramente la cabeza quiere decir “no” en Irán
 En Italia juntar los dedos puntúa un discurso, en tanto que en Francia quiere decir miedo
 Hacer una “O” con el pulgar y el índice quiere decir “OK” o “bravo” en EEUU… y “fracaso” en otros
países, etc.…

Por tanto, pasar del lenguaje verbal al corporal codificado está lejos de ser un empobrecimiento: puede
ser igualmente una profundización y un enraizamiento.

Así quiero entender por mi parte, el simbolismo del mensaje de la Encarnación:

Puesto que, al fin y al cabo, es el Verbo el que se hizo carne… ¡y no a la inversa!

1. Ver mi comunicación al 1º Congreso internacional de Somatoterapia, publicado en el nº 2 de la Revista (marzo


1989)

2. Entrevista a Laura Perls de Edward Rosenfeld, en The Gestalt Journal. Vol. 1.1978
3. Laura Perls, IV Congreso de la Academia estadounidense de Psicoterapeutas (Nueva Cork 1959), que reunió a
renombrados terapeutas de cinco orientaciones distintas.

4. De hecho, la Gestalt es también una “arte-terapia”.

5. Algo que los Polster prefieren con razón llamar “mecanismo de auto-regulación de la frontera de contacto”

6. Ver Didier Anzieu: “Le Moi-Peau” en “el fuera y el dentro”. Nueva Revista de Psicoanálisis. N19. 1974, retomado
en su reciente y excelente obra: Le Moi-Peau (El Yo-Piel), Paris, Dunod.1985

7. Recordemos también los trabajos de Hermann (psicoanalista de la escuela húngara y supervisor de


>Perls) acerca de la pulsión de aferramiento (1930) y de dominio. Según él, los estados límites se deberían a
una alternancia brusca y repetida de “sujeción” y de “des-sujeción”.

8. Varias encuestas estadounidenses y canadienses establecen que… 15 a 20% de los terapeutas de todos los
enfoques pasan al acto sexual con sus clientes (con mayoría de psicoanalistas).
La supervisión bajo una mirada gestÁltica

Serge Ginger

(Traducción de Miguel Albiñana)

He sido supervisor de educadores especializados, de formadores y de psicoterapeutas desde hace


treinta años. Mi esfuerzo en este capítulo (1) está dirigido a desarrollar los aspectos específicos
desde el enfoque gestáltico en relación a mi experiencia.

Eh las reflexiones que establezco, he elegido desarrollar en particular dos temas principalmente:

1.- Un a supervisión gestáltica de Gestaltistas;

2.- Una supervisión en tanto que “anti-formación”.

En el anexo final se pueden ver algunas definiciones más precisas de varios tipos de supervisión así
como una breve bibliografía internacional.

EL ENCUADRE DEL TRABAJO

Voy a hablar esencialmente de la supervisión en “grupo pequeño” que me parece particularmente


enriquecedor en cuanto que cada sesión permite evocar casos originales, tanto para los principiantes
(que de esta manera se inician a una variedad de situaciones) como para terapeutas veteranos (que
pueden intercambiar reflexiones teóricas y clínicas sobre casos complejos o excepcionales).

Algunos de mis grupos reúnen a cuatro psicoterapeutas de la región de Paris para una sesión de
unas cuatro horas, cada dos semanas, lo que hace una veintena de sesiones al año. Otros grupos se
forman con terapeutas que vienen de toda Francia o del extranjero y comprenden siete personas con
una duración de una jornada completa una vez al mes (es decir unas diez veces al año)= Cada uno
de los terapeutas participa de esta manera en unas 75 horas efectivas de supervisión al año.
Algunos son asiduos desde más de diez años, varios de cuatro a siete años, pero la mayor parte
está en mis grupos una media de dos a tres años consecutivos, después de que les sugiera que
cambien de supervisor para enriquecer su experiencia con una mirada y estilo diferentes.

Acepto por iguala a terapeutas que practiquen Gestalt en sesiones individuales como en grupos
terapéuticos continuados (que reúnen a clientes fijos durantes varios meses). También acepto a
algunos formadores o coaches que trabajan en empresas y que utilizan explícitamente ala Gestalt
como referencia. En cada grupo participan así mismo psicoterapeutas de otros enfoques: análisis
transaccional, terapia centrada en la persona, análisis psico-orgánico, etc., bajo la condición que
acepten mis indicaciones que son predominante gestalticas. La mezcla deliberada de orígenes y de
veteranía profesional constituye para todos un enriquecimiento cierto.
En mis grupos recibo excepcionalmente y por un tiempo limitado a algunos principiantes que todavía
no tienen ningún cliente y quieren prepararse mejor mediante la escucha de las dificultades
concretas con las que se encuentran los colegas.

En esos casos mi deseo es que encuentren lo antes posible a tres clientes para iniciarse y que
limiten sus clientes durante un cierto tiempo. En efecto: la experiencia demuestra que un solo cliente
lleva demasiada carga: ocupa demasiado el ánimo del joven terapeuta, que tiende a dramatizar las
dificultades o los fracasos, así como a sobrevalorar los resultados positivos. Por otro lado, presenta
necesariamente un perfil específico y el terapeuta corre el riesgo de encerrarse rápidamente en
actitudes particulares. Eventualmente bien adaptadas al caso pero que, a la larga, podrían
convertirse en actitudes estereotipadas. Si el terapeuta se inicia con dos clientes, tiene una
tendencia a compararlos, en lugar de considerar a cada uno de ellos por sí mismo. Es por ello que la
cifra de tres me parece una buena muestra para empezar, con la reserva de que sean bastante
distintos (en edad, categoría social y tipo de problemas). Desaconsejo, a la inversa, que se aumente
este efectivo inicial antes de que el terapeuta principiante haya analizado suficientemente su propio
estilo de intervención y sus principales reacciones contra-transferenciales.

SESIONES VARIADAS

Con el tiempo, he puesto reglas de funcionamiento relativamente flexibles, adaptadas a las


necesidades variadas de los terapeutas de niveles y personalidades distintas.

De esta manera, algunos hablan re manera regular del mismo cliente, lo que permite un seguimiento
pormenorizado, en tanto que otros tratan durante la sesión de varios c lientes o de situaciones
específicas. La mayor parte se refieren a resúmenes de sus sesiones, en tanto que otros proponen
juegos de roles (jugar a se el cliente, un amigo del cliente el supervisor, alguien que investiga o hace
una encuesta sobre la psicoterapia…), o incluso los hay que traen grabaciones en audio o en vídeo.
Algunas sesiones dan lugar a largos intercambios teóricos sobre alguna patología (suicido,
adicción…) o sobre el enfoque gestáltico (confluencia, proyección, paso a la acción…)

A veces, uno de los participantes pone en escena una sesión terapéutica breve con uno de los
colegas, bajo la directa supervisión del grupo. No se fija un tiempo específico para cada uno de
manera rígida: uno trabaja media hora, otra hora y media, según el interés de la situación revelada,
pero todos “pasan” en cada sesión. Cada jornada está lejos de se monótona y se mantiene el interés
durante varias horas de trabajo gracias a las variaciones de ritmo y de estilo.

Como ilustración de la riqueza y de la variedad de una supervisión en grupo pequeño véase esta
lista –en orden cronológico- de los temas abordados en el curso de una sesión de un día (7 horas de
trabajo). Algunos psicoterapeutas han abordado varios temas, a veces en algunos minutos, a veces
durante una hora.

 Duración y frecuencia de las sesiones: ¿45 minutos o 1 hora? Necesidad de pausas para
eventualmente tomar notas, respirar y desacondicionarse del anterior cliente, para abordar al
siguiente con plena disponibilidad. Frecuencia de las sesiones: una vez por semana, en
general, a horas fijas, o dos veces por semana en algunos casos. ¿Cuáles?
 Un caso de eyaculación prematura que conlleva dificultades conyugales. Acercamiento a las
sexoterapia, lo que comprende eventualmente consejos técnicos y ejercicios en casa:
 Interés que pueda tener el paso a la acción en algunos casos. Límites y diferencias con el
“acting out” Como movilizar a un cliente en una sesión individual cuando se empeña en
mantener un intercambio verbal. Serie de breves ejercicios de tol hechos por el supervisor y
varios miembros del grupo; incitaciones a levantarse, tomar varios lugares en la sala, disponer
varios objetos simbólicos en la mesa… hablar de ellos y hacerlos hablar, dibujar un esquema
en una pizarra, etc.…
 Interferencias de un tratamiento quimioterapéutico y de la psicoterapia en una persona
profundamente depresiva. Intercambios posibles con el medico que le trate (secreto
profesional compartido, su necesidad y sus límites: no es necesario decirlo todo (¡)
 Estudio en común de una anteproyecto de contrato ilustrado, preparado por un miembro del
grupo, que anuncie un taller acerca de las familias en luto;
 Límites de mi autenticidad en la expresión de sentimiento agresivos. Un cliente que me
exaspera. Como reparar las reacciones desproporcionadas a las situación, trayendo a escena
la eventualidad de un parasitismo contra transferencial ¿Qué hacer? ¿Qué hacer con lo que
siento que pueda serle de utilidad al cliente? (“implicación controlada”):
 Acompañamiento a un enfermo del SIDA;
 ¿Puedo telefonear a un cliente que se ausenta sin excusarse?<Interés y límites de una
intervención de este tipo;
 Reflexiones en común en relación a un dibujo efectuado por un cliente adolescente y traído a
supervisión por su terapeuta:
 Visualización en común de partes (preseleccionadas por el terapeuta) de un video de tres
sesiones de trabajo con un cliente que recuerda una violación durante su infancia: trabajo
verbal, trabajo corporal (con puesta en acción simbólica y parcial en el suelo), secuencia de
trabajo de EMDR (2) en relación a un recuerdo emergente.

(2) EMDR. (E ye movement desenzitization and reprocessing). Mét odo de tratamiento neuroemocional por medio del
movimiento rápido de los ojos o por una estimulación bilateral alternada (Francine Shapiro 1987), particularmente
eficaz para las secuelas de traumas y que conjuga fácilmente con la Gestalt)

SIETE EJES DE TRABAJO

Cada caso o situación se aclara de acuerdo a siete ejes complementarios, sucesivos o simultáneos.
Cuyo orden e importancia varían según los casos.

He renunciado a cualquier tipo de estereotipo de lectura uniforme, que a mi juicio parece frenar la
espontaneidad y la creatividad, y puede generar un progresivo vaivén reduccionista. Prefiero el arco
iris de siete proyectores de supervisión a cuya luz cruzada se aclara el paisaje de un día luminoso:

1. El cliente: su historia familiar y personal, su nosografía específica;


2. El terapeuta: su propio estilo, su carisma personal, sus puntos ciegos; su eventual de apoyo
personal y de catarsis emocional;
3. La relación terapéutica Terapeuta/cliente: la relación actual y sus problemas, los fenómenos
transferenciales y contra transferenciales;
4. El método Gestalt: lo que nos propone como enfoque y como técnica; el ciclo de contacto
(contacto y separación);

 La relación terapéutica actual


 Su historia
 La vida relacional actual exterior del cliente
 Su historia

5. El campo: entorno y encuadre de trabajo, familiar, institucional o social; la red de campos


complejos de un cliente, del terapeuta y del supervisor: los cuatro campos de referencia
habitual en Gestalt;
6. La relación supervisor/terapeuta supervisado: en el aquí y ahora de la sesión
7. El paralelismo eventual de la supervisión con la terapia.

Según el terapeuta y según el caso, se dará más importancia a un eje, sin que por ello ninguno
quede descartado.

Temo por igual la complacencia en el análisis de la contra transferencia del terapeuta –que corre el
peligro de competir con el centramiento en el cliente-, como la profundización excesiva en el
diagnóstico – que corre el peligro de ¡cosificar” al cliente encerrándolo en las rejas de nosografías
preestablecidas.

La teoría es indispensable, pero sin que se haga invasiva y paralizante.

Temo por igual a la negligencia del campo específico de la situación como a la omnipresencia de
este último que aplasta cualquier individuación.

Es preciso que exista Un marco de trabajo preciso, pero con puertas y ventanas amplias en las
paredes, que permitan que la casa no se convierta en una cárcel.

Es impresionante el paralelismo de lo que sucede durante la supervisión con la

situación evocada, pero su búsqueda sistemática pude responder también a un simple deseo de
brillo por parte de supervisor.

“GESTALTIZAR” LA SUPERVISION

Aunque la supervisión no sea para mi una sesión de psicoterapia (volveré sobre este tema), desde
una visión específicamente gestaltica, la encamino con el mismo espíritu, es decir desde el
awareness (1) permanentemente despierto en el aquí y ahora de la sesión y en el contacto
cliente/supervisor: estoy atento por igual la forma que al contenido: como me relata la sesión el
colega supervisado hoy y a mi, en el campo relacional global del instante mismo, lo que incluye: a él,
a mí mismo y, eventualmente, a los otros miembros del grupo de supervisión. El como me interesa
tanto como el qué; el contexto tanto como el texto ; lo no verbal tanto como las palabras, lo
emocional lo mismo que lo racional.
(1)A wareness: término que suele mant enerse en inglés en los medios gestaltistas; Se trata de un estar despiert o
consciente y preconsciente en los fenómenos internos y externos. El awareness se diferencia de la consciousness: es
una toma de conciencia a la vez intelectual, emocional y sensitiva del estado interior del propio terapeuta y d e los
fenómenos exteriores (cliente y entorno )

De esta manera, destaco por igual tanto las palabras como las ideas, las intenciones e inflexiones de
la voz, el ritmo de las palabras, los silencios, la respiración; vigilo las posturas, la postura de la
cabeza, la mirada, los movimientos de las manos, etc. Pero tampoco estoy en ansiedad permanente,
buscando cualquier señal o error: es importante no descorazonar al terapeuta –sobre todo al
principiante- “sacudirle” sino tolerar por un tiempo sus aproximaciones (como cuando aprendemos un
idioma extranjero), porque, de lo contrario, podríamos paralizar completamente su liberta de
expresión, especialmente delante de un grupo. Así mismo es conveniente subrayar sus aspectos
fuertes o positivos: no basta con arranca r la mala hierba, hay que regar la s flores.

Hay que respetar los puntos de vulnerabilidad y de hipersensibilidad como parte de una riqueza
potencial: a través de las hendiduras penetra la luz en la gruta todavía obscura de toda personalidad.

No se pide al terapeuta, al igual que a una madre, que sea perfecto sino simplemente
“suficientemente bueno” (Winnicot).

Al igual que en la terapia, es imprescindible crear un clima de confianza y de calidez para que
aparezca la autenticidad y la profundidad de los intercambios, así como la aventura de una búsqueda
en común de significados provisionales /”hermenéutica biodegradable”).

Ocasionalmente, subrayo el paralelismo frecuente y generalmente inconsciente, entre la situación


aportada y la que vuelve a representarse, simbólicamente traspuesta, en el aquí y ahora de la sesión
de supervisión. En psicoterapia, condeno a menudo el encarnizamiento terapéutico y la “furia de
curar” (Freud): en supervisión, me alzo contra la “rabia de explicar” y de querer comprenderlo todo ,
preverlo todo, analizarlo todo, al precio de ahogar la espontaneidad, la creatividad y lo imprevisto que
son características innatas de todo lo que vive.
Las neurociencias validan las terapias
psicocorporales
por Serge Ginger
IX e International Convention of Gestalt Madrid (Spain), 30 April - 3 May 2009 (700 participants from 25 countries)
Lecture in English, with translation in SpanishNeurosciences validate Gestalt Therapy
by Serge Ginger
Psychologist; Psychotherapist, trained in Psychoanalysis, Gestalt and EMDR Founder of the Paris School of Gestalt (École Parisienne de Gestalt, or
EPG) and of the International Federation of Gestalt Training Organizations (Fédération Internationale des Organismes de Formation à la Gestalt, or
FORGE) Professor of Neurosciences at the Sigmund Freud University (Paris) General Secretary of the Fédération Française de Psychothérapie et
Psychanalyse (FF2P) President of the European Training Accreditation Committee (TAC) for Training Institutes for Psychotherapy,of the European
Association for Psychotherapy (EAP).

Introducción
Dispongo de media hora para convenceros de que las geniales intuiciones de los precursores y
fundadores de las terapias psicocorporales se ven confirmadas y validadas hoy por los considerables
avances de las neurociencias, desde hace veinte años. En media hora da tiempo de sobra para
desarrollar esta evidencia — ¡aunque aún sea frecuentemente desconocida!
Veremos por qué este tipo de psicoterapia de mediación corporal se revela como más profunda, más rápida y
más eficaz que las psicoterapias esencialmente verbales, como el psicoanálisis, el análisis transaccional
tradicional o la PNL…

En efecto, todo contacto o movimiento del cuerpo moviliza el hemisferio derecho del cerebro,
directamente ligado a las zonas límbicas profundas del cerebro emocional — a través de « la vía
perforante » —, enlace sináptico original que no tiene equivalente en el cerebro izquierdo, verbal y
racional.

Toda emoción viene acompañada por la producción de neurotransmisores específicos (se conocen hoy
cerca de un centenar) que modulan el carácter y el pensamiento. La mayoría de estos neurotransmisores
circula en el interior del cerebro y del cuerpo de cada individuo, pero algunos de ellos se difunden en el
entorno del organismo y « afectan » así al interlocutor que se encuentra en su proximidad, especialmente al
psicoterapeuta: me refiero a las famosas feromonas — que constituyen nuestro real « 6º sentido », el sentido
químico, uno de los elementos de lo que habitualmente se llama intuición.

Nuestro 6º órgano sensorial, el OVN (el órgano vomero-nasal) es invisible a simple vista y está situado en la
profundidad de la nariz; se encarga de captar dichas feromonas (que traducen nuestro humor profundo), es
totalmente distinto de las vías olfativas, no tiene ningún olor, y ningún enlace directo con las zonas corticales
de nuestro cerebro consciente. Sus informaciones son, por lo tanto, totalmente inconscientes y afectan
directamente a nuestra sensibilidad profunda no verbalizada.

Subrayaré también el papel y la importancia de la verbalización a posteriori de los afectos sentidos, que por
sí misma permite el registro, « la engramación » cerebral de las experiencias vividas, y por ello su posterior
aprovechamiento. Es un poco como cuando hemos terminado un trabajo en la pantalla de nuestro ordenador:
para conservar su rastro y poder encontrarlo de nuevo y continuarlo, es indispensable dar un título verbal al
documento. La titulación no es el trabajo, sino una simple referencia — sin embargo absolutamente
necesaria. De la misma manera, el trabajo verbal no es en sí mismo un trabajo terapéutico, sino un punto de
referencia.

Por supuesto, la palabra puede desencadenar una emoción, y en consecuencia modificaciones neuronales
(crecimiento de dendritas, nuevos enlaces sinápticos, producción de neurotransmisores u hormonas….). En
ese caso, puede decirse que « El Verbo se ha hecho carne »: la palabra se ha encarnado y ha producido un
efecto, potencialmente duradero. Pero la mayoría de las veces, en la experiencia cotidiana, el proceso es
inverso: la emoción aparece primero, espontáneamente; sólo se toma conciencia de ella y se verbaliza más
tarde.

De hecho, en nuestro funcionamiento « Cuerpo y consciencia », todo es circular y sistémico y las


interrelaciones biológicas, psicológicas y sociales son permanentes, y funcionan en los dos sentidos: el apetito
me hace salivar… y la saliva agudiza mi apetito; una caricia o un masaje estimula la producción de oxitocina…
y la oxitocina desarrolla mi necesidad de vinculación, de ternura, de comprensión, de confianza y de amor.
****
El mismo Freud escribía en 1920:
« La biología es verdaderamente un dominio de posibilidades ilimitadas; debemos esperar recibir de ella las
iluminaciones más sorprendentes, y no podemos ni imaginar las respuestas que dará dentro de algunos
decenios a las preguntas que le planteamos. ¡Puede que se trate incluso de respuestas que derrumben
todo el edificio artificial de nuestras hipótesis (psicoanalíticas)! »
— escribía Freud, en 1920.
Más tarde, Reich, a su vez, investigaba las manifestaciones psicofisiológicas de la energía bioquímica y
cósmica, y subrayaba los vínculos entre la regulación neurovegetativa, la sexualidad y la psicopatología…
Recordemos así mismo que los primeros psicoanalistas eran en su mayoría médicos, formados en biología.

Han pasado « algunos decenios »: ¿dónde estamos hoy?


Hoy, asistimos al desarrollo progresivo de nuevas disciplinas… en Estados Unidos y, poco a poco, en Francia:
el neuropsicoanálisis y las neurociencias sociales1.
Ahora voy a entrar un poco más a fondo en las investigaciones contemporáneas, utilizando sobre todo los
recursos de la RMN (resonancia magnética), que permite ver un escaner de la actividad de las diferentes
zonas del cerebro, en tiempo real, y voy a citar algunos ejemplos concretos, ilustrando así el interés en el
estudio de las neurociencias para una explotación óptima de las técnicas psicoterapéuticas.

Estas investigaciones han revelado numerosos aspectos del funcionamiento del cerebro que antes eran poco
conocidos, aunque frecuentemente presentidos intuitivamente por diversos precursores, como Freud,
Fenichel, Ferenczi, Reich, Navarro o Perls, el fundador de la Terapia Gestalt — quien propone un enfoque
global, holístico, que integre las cinco dimensiones principales del ser humano: física, emocional, cognitiva,
social y espiritual.

Citaré, por ejemplo, el hecho de que la mielinización de los circuitos de enlace órbitofrontales, que permite la
integración de las informaciones sobre el estado interno del organismo y sobre su entorno, y por ello una toma
de decisiones adaptada, no termina, como media, hasta alrededor de los 25 años, al contrario de lo que se
suponía. Esto explica los comportamientos a veces impulsivos de los adolescentes, cuyas emociones
(límbicas) no están suficientemente controladas por el nivel córtico-frontal (consciente y voluntario).

Encontramos el mismo tipo de inmadurez o de disfuncionamiento neuronal en los autistas, e igualmente en las
personalidades límites (borderline): su amígdala es hipersensible a todo tipo de estrés, mientras que sus
enlaces frontales están, por el contrario, inhibidos — no permitiendo una gestión sana del carácter y de los
acting out.

Por lo tanto, el trabajo psicocorporal, al movilizar directamente las estructuras límbicas subcorticales, se
revela como particularmente eficaz, sobre todo con este tipo de clientes (adolescentes y borderlines).

¿Es la psicoterapia una « quimioterapia » que se ignora?


Los recientes trabajos de las neurociencias permiten darse cuenta de que al fin y al cabo, todo
aprendizaje — o toda psicoterapia — actúa directamente sobre los circuitos sinápticos y modifica
paralelamente la bioquímica interna del cerebro: la producción de hormonas y neurotransmisores
(especialmente la dopamina, la serotonina, la adrenalina, la noradrenalina, la melatonina, las endorfinas, la
testosterona, los estrógenos…). Esto es particularmente cierto para las psicoterapias de mediación corporal
o emocional — como la vegetoterapia o la Terapia Gestalt… pero esto a condición de que vayan seguidas
por un tiempo de integración verbal — sin lo cual la activación intempestiva de emociones, o una fuerte
catársis, favorecidas por técnicas poco hábiles de « debriefing », podría, por el contrario, mantener, e incluso
acrecentar, las secuelas de traumatismos anteriores, a través de un condicionamiento neuronal negativo.
Tres etapas históricas
Hace algunos años aún se oponían con tenacidad la quimioterapia y la psicoterapia: los
psiquiatras tradicionales sonreían, con condescendencia, ante las afirmaciones de los psicoanalistas y
los psicoterapeutas, y consideraban sus métodos como « distracciones mundanas de moda »; sólo
confiaban en los medicamentos, debidamente controlados por los laboratorios, a partir de pruebas de
« doble-ciego », y comparándolas con los placebos.

Tras la revolución de los antibióticos en medicina infecciosa, vino la revolución de los neurolépticos en
medicina mental: en resumen, se ponen a punto una serie de moléculas que actúan directamente a nivel del
cerebro y modifican la conducta (tranquilizantes, antidepresivos, estimulantes, antidelirantes o neurolépticos).
En 1952, Henri Laborit introdujo un nuevo producto psicotrópico (que se dirige al psiquismo), el largactil, que
permite la supresión progresiva de la camisa de fuerza en los hospitales psiquiátricos, reemplazándola por lo
que se ha dado en llamar (no sin cierta exageración) « la camisa química ».

Se sabe que Francia detenta el triste record del mundo de utilización de psicotrópicos (se consumen 3 veces
más que en nuestros países vecinos: Alemania, Inglaterra o Italia): el Temesta se ha convertido en « la
aspirina de la psique », y un millón y medio de nuestros conciudadanos consumen actualmente Prozac. Estos
nuevos medicamentos, por eficaces que sean, no están desprovistos de efectos secundarios indeseables:
somnolencia, pérdida de iniciativa, vacíos en la memoria, disminución sensible de la libido… e incluso suicidio
— sobre todo en caso de interrupción imprevista del tratamiento por parte de un jóven (cuyos circuitos
frontales de control están aún inmaduros).

En un segundo momento, en vez de oponer quimioterapia y psicoterapia, se las asoció: la


psicoterapia permite, en efecto, prolongar y ampliar el efecto de un tratamiento medicamentoso y
disminuir progresivamente la dosis; mientras que, a la inversa, la quimioterapia permite preparar,
acompañar o prolongar un acercamiento psicológico, calmando la angustia o cortando el delirio.
Y ahora entramos en una tercera fase: no más oposición, ni simple complementariedad, sino
identidad en un proceso de dos caras: se está tomando conciencia de que, al fin y al cabo, algunas
psicoterapias son quimioterapias que se ignoran. En efecto, su acción acarrea modificaciones
neurofisiológicas y bioquímicas, rápidas y duraderas (on a « réamorcé la pompe »). Con la enorme
ventaja de que están estrictamente personalizadas y dosificadas espontáneamente por el organismo —
y esto a veces hasta cerca de una millonésima de miligramo, tal y como nuestro organismo vigila sin
cesar la tasa de azúcar en sangre, la de las vitaminas o los Omega 3, y también el hierro o el zinc (sin
el cual no tendríamos olfato).

Una bioquímica sutil y personalizada


Así, por ejemplo, una inyección de una millonésima de gramo de oxitocina (la hormona que
hace surgir la leche, y que se ha bautizado como la hormona de la vinculación — es decir, del amor)
es suficiente para inducir inmediatamente un comportamiento maternal en una hembra virgen (rata u
oveja)2. Se sabe hoy que la oxitocina no se produce solamente a raíz del parto, sino también en cada
contacto físico, y especialmente durante un trabajo psicocorporal, un masaje, con la caricia de un
bebé, o incluso con ocasión de una relación amorosa.

Ninguna administración de un medicamento externo puede pretender adaptarse a las variaciones sutiles y
permanentes de las dosificaciones hormonales de cada paciente: cada comida, y también cada emoción,
modifican este equilibrio. Recordemos, a título de ejemplo, que todo éxito (amoroso, deportivo, social o
intelectual) puede duplicar instantáneamente la tasa de testosterona en sangre; y un orgasmo multiplica…
¡por cuatro la tasa de testosterona y de endorfinas 3! Este crecimiento súbito de testosterona explica el
comportamiento — en suma enormemente sorprendente — de los jugadores de fútbol que acaban de marcar
un gol, y que « saltan » unos encima de otros, en un impulso erótico espontáneo, o también el de los
vencedores de Fórmula 1 automovilística que, en su excitación sexual, abren una botella de Champagne…
¡para « eyacularla », en vez de beberla!

Recordemos que la misma testosterona gestiona a la vez la agresividad y el deseo sexual —


también en la mujer. Es por tanto la hormona de la conquista, en los dos sentidos del término
(conquista amorosa y conquista militar). Estas dos pulsiones fundamentales de vida — y de juventud
— (supervivencia del individuo y supervivencia de la especie) están de hecho muy ligadas; por otra
parte, se rozan en el hipotálamo, separadas simplemente por una zona de algunos milímetros… entre
la zona de la agresividad y la de la sexualidad: ¡la zona de gestión del placer! En Terapia Gestalt se
utiliza a veces esta proximidad: por ejemplo, para desarrollar una sexualidad debilitada, a través de la
agresividad lúdica — ¡más fácil de gestionar dentro del respeto a la deontología!

Y ahora, dos pequeñas experiencias


Y ahora podemos hacer un poco de práctica… y ¡podréis hacer aumentar mi tasa de testosterona!…
(silencio… a la espera de los aplausos). ¡Gracias!
Me toca a mí, ahora, proponeros una auto-inyección — indolora, estad seguros — de dopamina… (silencio)…
¡Ya está hecho ! Mi silencio, imprevisto, ha estimulado vuestra curiosidad, y durante esta fracción de segundo
de espera y sorpresa, habéis producido dopamina, el neurotransmisor del despertar, de la vigilia y del
awareness.
¡Pero ahora llega el momento de calmarnos!... De hecho acabo de daros un nuevo pinchazo; pero esta vez se
trata de serotonina, el neurotransmisor del retorno al orden, inducido por las explicaciones racionales que os
estoy dando.

En suma, se conduce una entrevista terapéutica tal y como se conduce un coche: ¡pisando sin cesar los
pedales del acelerador y del freno (la dopamina y la serotonina)!
En la actualidad se han aislado cerca de un centenar de estos neurotransmisores y neuromoduladores. Así,
por ejemplo, todo deseo (hambre, sed, sexo) y todo placer (incluído el artístico o intelectual) está
correlacionado con tres neurotransmisores:
• la dopamina, asociada a la tensión del deseo ;
• la noradrenalina, ligada a la excitación del placer compartido;
• las endorfinas, que conllevan bienestar y reposo.
Dos tomas de sangre, espaciadas por 5 minutos de ensoñaciones optimistas (visualización positiva), permiten
constatar una elevación media ¡del… 53 % del sistema inmunitario!

En Estados Unidos se han podido filmar recientemente, con diversas técnicas de imagen cerebral,
modificaciones — visibles y duraderas — de los circuitos neuronales, a través de la estimulación repetida del
entramado neuronal (el « sprouting »), provocado por una psicoterapia en los enfermos afectados de TOC
(trastorno obsesivo-compulsivo). Paralelamente, se pueden constatar, por supuesto de una manera análoga,
modificaciones espectaculares tanto en el comportamiento observable como en la vivencia subjetiva de los
pacientes, tras haber seguido un tratamiento quimioterapéutico.

Por lo tanto, estos dos enfoques no son concurrentes sino complementarios, es decir intercambiables. La
materia actúa sobre la mente y la mente actúa sobre la materia, de manera sistémica y circular.

Heredado y adquirido (genética y plasticidad)


Pasa lo mismo con el eterno falso problema de lo innato y lo adquirido — que nos concierne
directamente a nosotros los psicoterapeutas: ¿para qué esforzarse en desarrollar aptitudes o modificar
comportamientos o sentimientos, si todo está predeterminado por nuestras disposiciones hereditarias?
A pesar de todas las ideologías democráticas pretendidamente tranquilizadoras, es incontestable que
no nacemos iguales: hay altos y bajos, rubios y morenos, Negros y Blancos, así como hay personas
más inteligentes y otras menos dotadas, ya sea para las matemáticas, para el deporte o para la música.
¿Entonces, estaría todo determinado en el nacimiento? ¡Afortunadamente, no! No somos ni
prisioneros de nuestros genes, ¡ni sin embargo libres!

En cifras muy redondeadas, los investigadores consideran actualmente que nuestro carácter
puede repartirse en tres tercios aproximadamente. Éste parece ser:
• en 1/3 heredado : cromosomas del núcleo de la célula (nuestro ADN) ;
• en 1/3 adquirido : baño cultural, educación, ejercicio o entrenamiento, circunstancias fortuitas… o
psicoterapia ;
• en 1/3 congénito, es decir, adquirido durante las primeras semanas de la vida intrauterina ; así, por
ejemplo, el embrión es femenino durante los primeros días 4, y la masculinidad es una lenta conquista
hormonal, después educativa y social. En realidad, la niña no es un niño que ha perdido su pene (como
suponía Freud), sino que el niño es una niña que ha ganado un pene. (La envidia de pene es una
hipótesis no verificada por la experiencia: así, entre los transexuales se encuentran hoy… ¡cinco veces
más hombres deseando convertirse en mujeres, que mujeres deseando convertirse en hombres!).
Durante la guerra nacen el doble de homosexuales masculinos (esto se debería al estrés de la madre,
que perturba su equilibrio hormonal durante el embarazo) 5.

Las partes hereditaria y congénita parecen, por lo tanto, importantes: así, por ejemplo, en los
auténticos niños gemelos (homocigóticos), si uno de ellos es homosexual, el otro lo es también en el
60 % de los casos; en los falsos gemelos (heterocigóticos), esto sólo se constata en el 30 % de los
casos, es decir, que es la mitad de frecuente (aunque 5 veces más que en la población general).

Para numerosas aptitudes o predisposiciones — tales como la inteligencia, las dotes para la música, el
deporte, e incluso el optimismo6 — volvemos a encontrar estos tres tercios (hereditario, adquirido en el útero,
adquirido durante la vida), en proporciones ligeramente variables. Así, frente a un mismo acontecimiento, cada
uno ve « el vaso medio lleno o medio vacío »…

De todas formas, se trata únicamente de predisposiciones que pueden ser o bien desarrolladas, o bien
inhibidas por la educación o por la psicoterapia — las cuales favorecen o neutralizan la expresión de los
genes bajo la forma de proteínas (como demostró Eric Kandel — profesor de la universidad de Nueva York,
quien continúa sus investigaciones a los 80 años…¡como yo! — y que obtuvo el Premio Nobel en el año
2000). Así pues, ¡lo heredado no es una « fatalidad »!

Conviene subrayar, a la vez, que un crecimiento de sólo el 20% transformaría a un hombre normal (1,85 m) en
gigante (2,20 m), o también a un buen corredor en un auténtico campeón. La psicoterapia puede igualmente
transformar a un gran depresivo… ¡en ligeramente depresivo!… o sea, ¡en un hombre feliz!

Esta plasticidad fundamental del cerebro se mantiene a lo largo de toda la vida, hasta una edad avanzada:
así, también se acaba de confirmar recientemente a través de técnicas de imagen cerebral que la superficie
del córtex representativo de la mano izquierda normalmente se va ampliando en los violinistas, mientras que
las áreas de orientación espacial llegan a doblarse en los chóferes de taxi londinenses (Londres es célebre
por la complejidad de su tráfico).
Entre las terapias emergentes, la EMDR explota directamente esta plasticidad, modificando rápidamente
determinados enlaces neuronales y la producción de neurotransmisores.

Neurofisiología del sueño


Ya que evocamos, con la EMDR, el movimiento rápido de los ojos que caracteriza al sueño paradójico (o el
soñar), echemos un rápido vistazo a la neurobiología del sueño.

El enfoque psicoanalítico del sueño dominó entre los años 1900 y 1960; pero ya no es así en la actualidad —
sobre todo después de los trabajos del francés Michel Jouvet.

Sabemos hoy que Freud se equivocó parcialmente: el feto empieza a soñar en el útero, a partir del 7º mes
de embarazo — por lo tanto bastante antes de tener recuerdos conscientes que reprimir, « censurados » por
el Super Yo, según la hipótesis caduca de Freud — y así, el neonato continúa construyendo su cerebro
durante el 60 % de su tiempo. Por otra parte, la mujer embarazada dobla su tiempo de sueños para «
acompañar » la neurogénesis de su hijo. No se excluye que una parte de estos sueños permita la
transmisión inconsciente de sus vivencias emocionales (las cuales pueden ser moduladas por una
terapia psicocorporal), gracias a un registro precoz durante los largos periodos de sueños compartidos
(Ginger, 1987).
No sólo sueña el feto, sino que también lo hacen todos los animales superiores. Los animales
de sangre fría (peces, reptiles) jamás sueñan, pero su sistema nervioso se va regenerando a lo largo de
su vida (se trata de la neurogénesis permanente), renovando las neuronas, además del resto de células
más « vulgares » de su organismo. Así, permanecen reducidos a los instintos innatos, y no pueden
adquirir o conservar aprendizajes complejos.
Durante los sueños el animal es particularmente vulnerable: está transitoriamente ciego, casi
sordo y paralizado. No es de extrañar entonces que los sueños requieran en primer lugar un
sentimiento de seguridad. Así, ¡las vacas sueñan hasta tres veces más en el establo que en los prados!
Y los grandes predadores, seguros de sí mismos, se permiten soñar durante el 40 % del tiempo que
duermen, mientras que los pobres animales perseguidos sólo osan consagrarle el 5 % de su tiempo!
El hombre sueña, como media, durante el 20 % del tiempo que permanece dormido (¡lo que
nos sitúa entre los depredadores y las víctimas!), es decir, alrededor de 100 minutos cada noche — y
esto, nos acordemos o no. Se sabe que todo el mundo sueña… pero ocho minutos después de
despertar, ¡el 95 % del contenido de los sueños ya se ha olvidado!

El soñar es diferente tanto del dormir como de la vigilia, e implica una gran actividad del
cerebro: durante los sueños consumimos la misma cantidad de glucosa que durante la vigilia… ¡lo
que explica que adelgacemos al soñar (igual que al practicar jogging)! De hecho, se movilizan 2/3 del
cerebro derecho, a nivel hipotalámico (necesidades), límbico (emociones y memoria), cortical
(imágenes) y frontal (síntesis, proyectos, visiones) — en tanto que la comunicación con el cerebro
izquierdo (análisis verbal racional y crítica lógica) queda cortada. Por el contrario, la comunicación
entre los dos hemisferios a través del cuerpo calloso persiste mientras dormimos sin soñar.
Se han bautizado los sueños como « el cordón umbilical de la especie »: transmite, en efecto,
las conductas fundamentales necesarias para la supervivencia. Pero las enriquece y actualiza al
registrar las adquisiciones de la experiencia, permitiendo así « la individuación » y la construcción de
la personalidad — suma de lo innato y de lo adquirido.

Es durante los sueños cuando se fijan nuestros recuerdos — no sólo las informaciones que os
estoy dando ahora — sino, sobre todo, los recuerdos cargados de emociones, las experiencias
importantes, positivas o negativas, de nuestra vida, y especialmente las sesiones de terapia.
Una rata privada de sueños pierde una gran parte de sus facultades de aprendizaje. Pasa lo
mismo con los pacientes sometidos durante largos periodos a tratamientos neurolépticos o
antidepresivos — que disminuyen, es decir suprimen, el tiempo de soñar. Una privación prolongada de
sueños favorece con frecuencia la aparición de delirios compensatorios, con carácter agresivo o
sexual7, así como tendencias bulímicas.

Así, los sueños cumplirían dos funciones opuestas aunque complementarias:


• en tanto que « cordón umbilical de la especie », nutren nuestro origen, revisan cada noche nuestro
programa genético y evalúan las funciones de supervivencia (agresividad y sexualidad): los gatos
sueñan con la caza y el ataque, ¡mientras los ratones sueñan con huidas y agujeritos!… Y los hombres
(igual que las mujeres), sueñan con la sexualidad. Los sueños desempeñan así un papel de « escudo
contra la cultura » — puesto que nuestra educación suele oponerse a estas dos pulsiones vitales;
• pero los sueños serían paralelamente un importante factor de individuación (aquello que me
diferencia de los demás), por el hecho de tener en cuenta mi experiencia original.
En resumen, los sueños permitirían la integración de mi memoria individual con nuestra
memoria colectiva, asegurando así una función esencial de síntesis de lo adquirido y de lo innato.

El cerebro y el sexo
Las neurociencias sociales han subrayado que la selección natural « esculpió » progresivamente nuestro
genoma, con el fin de que fuera sensible al contacto y a las relaciones con nuestros semejantes. La empatía
existe ya en los mamíferos: las ratas están predispuestas desde su nacimiento a sentir la tristeza de sus
compañeras, y modulan su conducta para proteger a sus congéneres 8. Esta atención al otro está, por otra
parte, más desarrollada en las hembras.

Sabéis sin duda que se ha podido demostrar que el hombre y el mono poseen un patrimonio genético de base
común en un 98,4 %; lo que nos deja sólo un 1,6 % de diferencia… contra el alrededor del 5 % de diferencia
genética entre el hombre y la mujer. Así, ¡un hombre macho está psicológicamente más cerca de un mono
macho que de una mujer!... (Y por supuesto, las mujeres se revelan como próximas a las monas!).
Actualmente todos los investigadores en neurociencias están de acuerdo en considerar que:
• El cerebro izquierdo (aquel que es lógico, científico y sobre todo verbal) está más desarrollado en las
mujeres, al igual que el hipocampo (que permite la memorización);
• Y el cerebro derecho (analógico, artístico y emocional) está más desarrollado en los hombres — en
contra de lo que piensa aún el gran público (¡incluso algunos terapeutas aquí presentes!), y esto bajo la
influencia directa de la testosterona. De la misma manera, la amígdala de los hombres es más
importante y más reactiva a las emociones fuertes, como la rabia o el miedo.
El hemisferio derecho gestiona el espacio, el aquí y ahora y la inclusión en el grupo — tan
valorados en las terapias psicocorporales, mientras el hemisferio izquierdo gestiona el tiempo lineal
(el pasado y el futuro), la separación del entorno y las fronteras del yo — más estimuladas en las
terapias verbales.
Así pues, la mujer está más orientada al intercambio verbal, la comunicación, la
colaboración y la empatía, mientras el hombre se centra en la acción y la competición. Esto, por
supuesto, sólo es válido en el plano estadístico, puesto que hay excepciones — ¡incluso en esta sala!
Existen, evidentemente, mujeres altas y hombres bajos, ¡pero no es una realidad general! Estas
diferencias están ligadas a la vez a la educación social y a la biología, y se han ido elaborando poco a
poco, a lo largo de los dos millones de años de selección natural, desde que el hombre prehistórico
corría, en silencio, en la caza y en la guerra, mientras las mujeres se quedaban en la caverna educando
a los niños y ¡charlando con ellos!
A los 9 años, las niñas presentan, como media, 18 meses de adelanto verbal sobre los niños.

En la edad adulta, las mujeres hablan por teléfono, como media, 20 min. por llamada… comparado
con los 6 min. de los hombres. La mujer necesita compartir sus ideas, sus sentimientos, sus
emociones, mientras el hombre controla y retiene los suyos: transmite informaciones y busca
rápidamente soluciones… ¡y la mujer no se siente « escuchada »!

En resumen, la mujer es menos emotiva que el hombre, pero expresa más cada una de sus
emociones, mientras que el hombre es, en realidad, más emotivo, pero no expresa sus emociones — lo
que es importante no perder de vista jamás, ¡tanto en la vida conyugal como en psicoterapia!
Como puede imaginarse fácilmente, estas diferencias en el funcionamiento cerebral y
hormonal entre los dos sexos tienen numerosas repercusiones, tanto en la vida cotidiana como en la
acción terapéutica.
que suponía Freud).

• Subrayemos además que el número de mujeres que consultan (y también que ofrecen sus servicios
en psicoterapia) es alrededor de 3 veces superior al de los hombres (que dudan mucho en revelar sus
sentimientos) — como se puede constatar, por otra parte, en esta sala;
• La moda de los « nuevos padres » — que ponen los pañales a los bebés — les lleva a producir mucha
más oxitocina (lo cual les hace más dulces… ¡pero disminuye en un 33 % su tasa de testosterona!).
Así, asistimos hoy a una rápida desmasculinización de los hombres, bajo la acción conjugada de
factores biológicos, ecológicos, culturales y sociales. Además, la polución química, y sobre todo la
invasión de material plástico, estimulan los estrógenos9. En suma, ¡la producción de espermatozoides
ha caído a la mitad en 30 años!

Recordemos, para terminar esta brevísima exposición, que:


• La engramación de un recuerdo (su inscripción en los circuitos neuronales) implica un
« precalentamiento » del sistema límbico (nuestro cerebro profundo) a través de una emoción — de
ahí la eficacia de las psicoterapias emocionales y corporales;
• El recuerdo de una escena, sea real o imaginaria, presenta la misma localización cerebral y genera
los mismos procesos mentales en ambos casos. En realidad, todo recuerdo se reconstruye parcial e
inconscientemente en cada una de sus evocaciones, a partir de deseos o de temores — no siempre
conscientes. Esto nos conduce pues, a tratar con gran prudencia los recuerdos de abusos sexuales en
la primera infancia — con frecuencia despertados por los enfoques psicocorporales, que autorizan el
contacto físico: se estima actualmente que hay ¡hasta un 40 % de falsos recuerdos!
****
Por desgracia me veo obligado a terminar aquí, pues la hora llega, inexorablemente. Voy a terminar por tanto
— como en la televisión — con un minuto de publicidad: se han publicado sobre este tema de las
neurociencias cerca de doscientos libros y varios centenares de artículos, desde hace algunos años, y sobre
todo desde “el decenio del cerebro” (1980-1990).
Como todos no tendréis tiempo — ni valor — para leerlos, lo he hecho yo por vosotros: he resumido en 40
páginas, en mi librito de bolsillo titulado La Gestalt, el arte del contacto, 40 000 páginas de estudios sobre el
cerebro (es decir, 200 libros de 200 páginas). Cada página resume pues…1000 páginas de textos eruditos,
reformulados en un lenguaje simple y accesible, e ilustrados con metáforas.
Eso os permitirá continuar con y digerir esta conferencia, a vuestro propio ritmo…
Os doy las gracias por vuestra atención.

Serge GINGER
s.ginger@noos.fr

1 Jean Decety, investigador francés, profesor en Chicago.


2 Pero si una oveja pare con epidural se desint eresa de su progenitura (Michel Odent, 2008).
3 Neuromediadores del bienestar y de la auto-anestesia.
4 MAGRE S. et VIGIER B. (2001) Des arrollo y diferenciación sexual del aparato genital, en La reproduction chez les
mammifères et l’homme. Paris : Ellipses. La emergencia del macho aparece alrededor de la 7e semana.
« La forma fundamental de la especie es la hembra » en DURDEN -SMITH J. & DESIMONE D. (1983). Sex and the Brain.
5 DURDEEN (1983) y LE VAY (1994).
6 Cfr. un célebre estudio sobre los gemelos y los trabajos de LYKKEN y TELLE GEN (Minnesota University).
7 Se sabe hoy que una excitación sexual fisiológica precede a todo sueño (de alrededor de 2 minutos), y esto en
cualquier edad, en ambos sexos, e independientement e del contenido del sueño en sí mismo (cont rariamente a lo
pensado).
8 Una rata presiona un pedal para obtener comida. Cuando se da cuenta de que esto desencadena shocks
eléctricos en una de sus compañeras de jaula, prefiere privarse de comida que hacer sufrir a su congénere.
9 (Tsutsumi, 2005 ; Welshons, 2006 ; Lucy Vincent, 2007).

Brief bibliography (in French)


• Cyrulnik B. Les nourritures affectives. Paris. Odile Jacob. 1993 (246 p)
• Cyrulnik B. De chair et d’âme. Paris. Odile Jacob. 2006 (260 p)
• Damasio A. L'erreur de Descartes. Paris. Odile Jacob. 1995 (370 p)
• Durden-Smith & Desimone, Le sexe et le cerveau. Montréal. éd. La Presse. 1985 (270 p)
• Ginger S., La Gestalt, l’art du contact. Paris. Marabout. 95. 10e éd. 07 (290 p).
(Published in 14 languages).
• Ginger S. & A., Guide pratique du psychothérapeute humaniste, Dunod, Paris, 2008 (256 p).
• Jouvet M., Le sommeil et le rêve. Paris. Odile Jacob. 1992 (220 p.) et coll. Poche Points
• Kimura D. Cerveau d’homme, cerveau de femme ? Paris. Odile Jacob. 2000 (250 p)
• Kolb B. & Whishaw Q. Cerveau et comportement. Bruxelles, De Boeck, 2008 (1000 p)
• Le Vay S., Le cerveau a-t-il un sexe ? Paris. Nlle. Biblioth. scient. Flammarion. 1994 (230 p)
• Perls F, Manuel de Gestalt-thérapie, ESF, Paris, 2003 (128 p) ; 2e édition : 2005.
• Rossi E. L. Psychobiologie de la guérison. Paris. Hommes et perspectiv es. 1994. (450 p.)
• Vidal C., Cerveau, sexe et pouvoir. Paris, Belin, 2005 (112 p)
• Vincent J.D. Biologie des passions. Paris. Odile Jacob. 1986 (352 p)
• Vincent J.D. Voyage extraordinaire au centre du cerveau. Paris. Odile Jacob. 2007 (460 p)
• Vincent L., Où est passé l’amour ? Paris. Odile Jacob. 2007 (204 p)
• Zarif ian E., Le prix du bien-être. Paris. Odile Jacob. 1996 (280 p)

Brief personal bibliography (in English)


• Ginger S.: Gestalt Therapy, The Art of Contact, Karnac Books, London, 2006.

Brief personal bibliography (in Spanish)


• Ginger S. & A.: La Gestalt, una terapia de contacto, Manual Moderno, Mexico DF, 1993.
8th edition : 2007.
• Ginger S.: Gestalt, el arte del contacto, RBA intégral, Barcelona, 2005
• Ginger S.: Psicoterapia: 100 respuestas creativas, Rigden Institut Gestalt, Barcelona, 2008

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