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Categorización de citas

Alfabetización Académica
Referencia
GONZÁLEZ PINZÓN, Blanca y VEGA, Violeta, 2013: “Lectura y escritura en la educación
superior colombiana: Herencia y deconstrucción”, Revista Interacción 12, 195-201.
CITAS
Vale la pena aclarar que el de circunscribir los estudios de lectura y escritura a una sola
disciplina, devino también en su relegamiento a la asignatura y al profesor de Lenguaje, lo
que históricamente se posicionó como la condición necesaria para su estudio. La
inclinación aún prima y con ella se promueve la despreocupación por parte de otros
profesionales que consideran que no hace parte de su práctica dedicarle espacios a orientar
estos procesos, a la vez que se desconoce una competencia que debería ser condición en
su experiencia como académicos: la función epistémica del proceso escritural.
(página 197)
En otras palabras, se analiza el fenómeno por lo que a simple vista no saben hacer los
estudiantes, sin precisar previamente cuál es la condición que la misma universidad ha
definido para que lean y escriban como ella lo requiere (Alvarado, 2007). (página, 198)
Las diferentes rutas de los cursos destinados al trabajo con los textos configuran, a su
vez, metodologías de trabajo y evaluación heterogéneas. No obstante, hay en ellas una
orientación general hacia el constructivismo como horizonte de la propuesta pedagógica
y un progresivo acercamiento a la evaluación formativa procesual. (página 200)
Desde luego, esta diversidad de intereses y maneras de enfocar la enseñanza de la lectura
y la escritura comporta disímiles -y a veces opuestas- formas de comprender el discurso
académico y el lenguaje mismo que entrecruzan las aproximaciones metacognitivas con
ópticas pragmáticas y estrictamente tecnológicas. Puede parecer, a la luz de lo hallado,
que no se acaba de decidir qué es lo propiamente académico de los discursos que deben
enseñarse y manejarse en este nivel educativo. Las cátedras siguen haciendo una
importante inversión temporal en la enseñanza de herramientas ortográficas y sintácticas
que no espera más que el éxito académico en tareas de lectura y escritura prácticas o
instrumentales. Si el propósito realmente fuera ingresar al estudiante en el diálogo
inherente a la construcción de conocimiento científico, en el discurso con el que se lo
forma debería tenerse en cuenta que “El ingreso del estudiante a la universidad puede
interpretarse como una iniciación a nuevos modos discursivos y nuevas formas de
comprender, interpretar y organizar el conocimiento”. (Peña, 2009) (página 199)
Aunque la mayoría de las propuestas tienen como propósito mejorar y descubrir
dificultades, todo esto revela cierto hermetismo ante las discusiones actuales en las
prácticas docentes y un escaso interés por otorgar nuevos sentidos a los conceptos de
lectura y escritura.
Referencia
GONZÁLEZ PINZÓN, Blanca y otros, 2015: “Acciones para la construcción de una política
de lectura y escritura universitaria”, Folios 41, 143-155.
Cita
La alfabetización académica en una perspectiva amplia, implica caminos de pensamiento
y de diálogo entre saberes, discursos institucionales, géneros discursivos, etc. Así, el
diálogo con el profesor disciplinar es un factor determinante en el fortalecimiento de los
cursos de lengua materna porque es así como se generan vínculos reales y significativos
que forman parte de la cultura académica universitaria. (página 145)
El proceso de enseñanza que puede (o no) ponerse en marcha para favorecer el acceso de
los estudiantes a las diferentes culturas escritas de las disciplinas. Es el intento denodado
por incluirlos en sus prácticas letradas, las acciones que han de realizar los profesores,
con apoyo institucional, para que los universitarios aprendan a exponer, argumentar,
resumir, buscar información, jerarquizarla, ponerle en relación, valorar razonamientos,
debatir, etcétera, según los modos típicos de hacerlo en cada materia. (Carlino, 2013:17)
(Citada en página 144 con referencia al concepto anglosajón de alfabetización
académica)
Las prácticas llevadas a cabo en la educación anterior a la universidad y los
conocimientos adquiridos a partir de ellas no son suficientes como insumo para que el
estudiante enfrente la vida universitaria (Carlino, 2005; Russel, 2009; Lea y Street,
2006). (Citado en página 146)
De alguna manera, en la universidad los discursos se van estandarizando, dados los
campos disciplinares y su especificidad al menos en lo que al tecnolecto se refiere;
mientras que lo que los estudiantes tienen en su acumulado, desde la EM, es el producto
de una diversidad de prácticas provenientes en la mayoría de los casos de las
orientaciones desde una sola asignatura, sin que en ella hayan sido claros los objetivos de
lectura y producción. (página 146)
Si el estudiante no tiene acceso consciente a otros tipos de texto, las destrezas que
desarrolló para leer el texto literario no le servirán para enfrentarse a otro; es decir, la
lectura, y su connatural, la escritura, no están libres de dominio, no son competencias que
se desarrollen de manera generalizada. (página, 147)
Leer como escritor y escribir como lector, analizar argumentos, descubrir problemas,
desarrollar una tesis académica, utilizar fuentes y escribir un ensayo. (prácticas
posibilitadoras de la escritura académica propuestas por Greene y Lidinsky (2008)
citadas en página 152)
La labor docente parece en ocasiones solitaria ya que se lleva a cabo con las puertas de
las aulas cerradas, por eso, cualquier política educativa debería propender por empoderar
a los docentes para trabajar en equipo y hacer de sus prácticas pedagógicas procesos de
reflexión abierta y de cambio (Schön, 1992; 1998). (Citado en página 153)
Me pareció interesante:
Estudio realizado en un curso de español como lengua materna llamado Lectores y Lecturas,
asignatura obligatoria de cuatro horas semanales, cursada por alumnos de Administración de
Empresas en el primer semestre universitario (Universidad Javeriana-Bogotá)
Muestra: 10 alumnos de 130.
Se les preguntó acerca de los documentos escritos que realizaban en el colegio y los que realizan en la
universidad:
Citas:
Frente a los documentos escritos, 9 estudiantes afirmaron que los profesores usaban
trabajos escritos como ejercicios de escritura, y 4 expresaron que usaban textos literarios
con mayor frecuencia Los documentos que los profesores menos usaban fueron los
empresariales y los textos para el ejercicio ciudadano. Este es uno de los grandes
desencuentros entre el colegio y la universidad; tanto los resúmenes, como las reseñas,
los artículos y los ensayos son textos muy demandados en los espacios universitarios.
Los docentes dan por sentado que los estudiantes aprendieron a hacerlos en el colegio y
no ofrecen mayores orientaciones, pero al evaluar lo hacen con la mayor exigencia.
(…) En esto se coincidirá con la universidad; para desventura del estudiante, allí tampoco
se hace acompañamiento a la producción de sus textos.

Vale destacar también, la ausencia de orientación para la búsqueda especializada de


información en los medios digitales.

Y la búsqueda a través de los medios electrónicos no es dirigida; es el uso que más en


solitario hace el estudiante. (página 148)

Referencia
Navarro, Federico, 2016 [año original]: “Introducción. El movimiento Escribir a través
del Currículum y la investigación y la enseñanza de la escritura en Latinoamérica” en
Escribir a través del Currículum. Una guía de referencia, Córdova: ESCRIBIR
EDITORIAL, 33-43.
Citas:
Las posibilidades de éxito de los estudiantes están vinculadas con múltiples factores.
Entre ellos destaca la capacidad de aprender y utilizar las prácticas de comunicación oral
y escritas tipificadas y reconocidas por la comunidad de aprendizaje (Castelló, 2007;
Thaiss & Zawacki, 2006). Estas prácticas comunicativas, predominantemente escritas,
suelen ser adquiridas mediante experiencias espontáneas de enculturación (Prior &
Bilbro, 2011) y muy pocas veces explicitadas con fines de enseñanza o, menos aún,
curriculizadas. Forman parte de una expectativa curricular oculta (Schleppegrell, 2004),
que imponen un desafío adicional a los estudiantes de menores recursos y capital cultural
(Otte & Williams Mlynarczyk, 2010).
(página 33)
Referencia
BAZERMAN, Charles, 2016 […]: “Parte I: El movimiento escribir a través del currículum”
en Escribir a través del Currículum. Una guía de referencia, Córdova, EDITORIAL,
51-63.
El término literacidad académica combina lectura y escritura. Esto quiere decir que la
lectura y la escritura jamás ocurren por separado, sino que siempre forman parte de un
campo de actividad compartido. En las disciplinas académicas, los estudiantes y
profesionales leen y escriben. Escriben y hacen uso de lo que leen, y estos escritos
conforman el material de lectura de sus profesores, colegas y estudiantes.
La socialización en lenguaje académico es el proceso por el cual una persona aprende a
acceder a las discusiones y los recursos de las disciplinas académicas mediante el
aprendizaje del uso del discurso especializado y la participación en actividades en
ámbitos académicos. Aprender a leer y escribir en entornos académicos se logra
mediante experiencias prolongadas en ese tipo de ámbitos, adecuación a las expectativas
de esas situaciones y aprovechamiento a partir de las oportunidades de participación que
ofrecen.

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