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Como prestador de servicios independiente, la empresa no está obligada a cubrir ningún impuesto
de seguridad social ni prestaciones laborales.
Las empresas deben cubrir los impuestos correspondientes en el caso de los trabajadores
asalariados que si pertenecen a la institución. Los honoristas NO pertenecen a la institución (en
teoría).
Lo que define la diferencia que existe entre un trabajador asalariado y un honorista es en esencia,
la subordinación. El trabajador asalariado está subordinado a un: jefe, patrón, supervisor etc (Articulo
20 y 21de la Ley Federal del Trabajo). El honorista no está sujeto ni subordinado a nadie, es decir
que nadie puede darle ordenes de cómo o cuando ejecutar su trabajo. Lo único que el honorista
tomará en cuenta para ejecutar su trabajo es lo que dice su contrato, en el anexo B. Si esto no se
cumple entonces tenemos una situación de contratación anómala ó errónea.
Hay que dejar claro que si un honorista está recibiendo órdenes y en general se sujeta a las
instrucciones de un superior jerárquico de la institución, entonces se convierte
automáticamente en un trabajador con derecho a prestaciones laborales. Esto según lo
establece la Ley Federal del Trabajo.
Otro aspecto que les aplica a los honoristas, es que no se les puede exigir lo siguiente:
“Que atienda ordenes giradas por escrito”. (Pero realmente aplica a cualqui