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Minerales industriales de

Lambayeque
05 de Marzo del 2010 - 21:32

Recientemente la Dirección de Recursos Minerales y Energéticos del Instituto


Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET) publicó un compendio de rocas
y minerales industriales en el Perú, como parte de su serie de geología
económica.
En esta publicación se hace mención de yacimientos de baritina en Chongoyape y
Oyotun; mármol y granito en Manuel Mesones (Ferreñafe); sílice y yeso en Picsi;
además de varios yacimientos de sal.
La semana pasada informaciones periodísticas daban cuenta que la empresa
Cemento Pacasmayo había solicitado la concesión de 52,000 hectáreas en
terrenos de propiedad de la Comunidad Campesina San Pedro de Mórrope; para
explorar y ubicar yacimientos de yeso. Tema que preocupa a los actuales
dirigentes de la Comunidad Campesina de Mórrope y que los ha llevado a
presentar una oposición ante INGEMMET.
El yeso es un mineral industrial de suma importancia para el sector construcción.
Además de ser un insumo en la fabricación de cemento, los paneles de yeso
comúnmente llamados "drywall" han comenzado a ser utilizados en nuestro país
porque es una alternativa muy económica a la pared de ladrillo y cemento.
En la agricultura también se utiliza el yeso para una gran diversidad de
propósitos especialmente para neutralizar los suelos alcalinos y salinos y mejorar
la permeabilidad lo que mejora la incorporación de los fertilizantes y absorción
de los nutrientes; ayuda también a remover boro en suelos sódicos e incrementa
la estabilidad de la materia orgánica del suelo.
Como vemos, el uso del yeso es múltiple. Quizá le sorprenda pues seguro que
pensaba
que sólo servia para tarrajear las paredes, o para hacer dinteles, para blanquear
paredes, o para mezclado con el cemento formar el famoso "Diablo Fuerte", que
es un excelente pegamento para ladrillos en zonas húmedas.
Por sus extensas aplicaciones el yeso es un mineral industrial bastante buscado.
Según el compendio de Ingemmet, el consumo nacional así como la exportación
a Ecuador se viene incrementando constantemente. Esto, más la demanda del
sector construcción ha llevado que la Empresa Cementos Pacasmayo tenga
planificado invertir en la construcción de una nueva planta, han considerado
inicialmente la posibilidad de que sea en Bayóbar o Ancash, me preguntaba por
qué no en Lambayeque.
Las leyes mineras requieren que para iniciar cualquier actividad exploratoria, los
titulares mineros deben contar con el permiso del propietario del terreno
superficial y la licencia ambiental otorgada cuando se le aprueba el estudio de
impacto respectivo.
Esperemos que se intensifique las labores exploratorias de este tipo de rocas
industriales en nuestra región, para que se puedan instalar en nuestra región
plantas industriales relacionadas creándose fuentes de trabajo y mejorando las
condiciones de vida de los comuneros en este caso de Mórrope

Perú: Se expande la minería en Lambayeque


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- La minería se expande en las provincias de Ferreñafe, Chiclayo y Lambayeque. El


distrito de Cañaris está concesionado al 96.16 de su territorio.
Por Sybila Tabra
Servindi, 12 de febrero, 2013.- La región Lambayeque está situada en la parte noroccidental
del Perú, y su población tiene un legado cultural ancestral que se remonta a los tiempos
prehispánicos. El propio nombre: Lambayeque, proviene del vocablo Yampellec, de la lengua
indígena muchik o mochica.

En su mayor parte corresponde a la llamada costa norte, pero


también comprende algunos territorios altoandinos al noroeste. Tiene una población
quechuahablante, y posee una rica diversidad biológica, turística y cultural. Sus principales
actividades económicas se basan en la agricultura, la ganadería, la pesca y el turismo.
Según reportes de la asociación especializada CooperAcción la región Lambayeque está
amenazada por la expansión minera. Sus tres provincias registran un elevado interés minero.
Al 2010 Chiclayo estaba concesionada en un 25.66 %, Lambayeque en un 18.57 % y
Ferreñafe en un 44.15 % de su territorio. En este último se encuentra el proyecto Cañariaco,
actualmente en conflicto activo.
El distrito de Cañaris ha sido concesionado casi en su totalidad: 96.16% de su jurisdicción.
El proyecto Cañariaco Norte es solo uno de los proyectos que pretende explotar la empresa
canadiense Minera Candente Copper Corporatión-Cañariaco. Otros dos proyectos para la
explotación de cobre son Cañariaco Sur y Quebrada Verde.
Según datos del Ministerio de Energía y Minas y del Instituto Geológico Minero y
Metalúrgico en el distrito de Cañaris existen 44 concesiones para explotar minerales.
Cuarentiuno ya tienen titulares, tres se encuentran en trámite y una caducó. Además de
Candente Copper Corporation, otras dueñas de las concesiones son Operaciones Milenio,
Newmont, Milpo, Barrick, entre otras.
Para el caso de Candente Copper Corporatión-Cañariaco la intención es xplotar una minería
a tajo abierto para extraer minerales como el oro, cobre y plata, según lo indica en su sitio
web.
Según el ingeniero ambiental Miguel García Puémape el tajo abierto total de Cañariaco
proyectado a treinta años tendrá 10 Km2. y será muy parecido al actual tajo de la empresa
Yanacocha en Cajamarca.
Además, advierte, la empresa pretende explotar aproximadamente 13 mil hectáreas de
bosques ubicados en la sierra de Lambayeque, siendo estas cabeceras de cuenca y fuentes de
agua únicas en la región.
Cañaris se caracteriza por tener diferentes pisos ecológicos en los que se cultiva desde café
y frutas, hasta papa y quinua. Además cuenta con bosques de neblina, cuya función es retener
el agua de las lluvias para que después discurran en riachuelos.
También posee una rica diversidad biológica y hay más de veinte especies de aves, doce
especies de mamíferos y decenas de especies de árboles como la quina, el algarrobo, el roble,
el chachacomo así como flores y orquídeas.
La minería en éste sector traería como consecuencia impactos irremediables en la región
tanto ambientales como culturales, como la contaminación del agua, fuente de vida de los
pobladores.
Especial preocupación es la posible contaminación del Río La Leche que con los efectos del
cambio climático se convertirá en una torrentera de lodo cada vez que llueva en Cañaris y
alrededores, a causa de la incontrolable erosión hídrica, según investigaciones de Miguel
García Puémape.
También se volverían infértiles las tierras y se harían impracticables las actividades
ancestrales de las comunidades como la agricultura y la ganadería, además de afectarse
drásticamente las prácticas culturales y costumbres como el intercambio de sus cosechas,
frutos y productos.
Antonio Peña Jumpa, especialista en sociología y derecho, agrega que en el aspecto social la
minería transformará las prácticas culturales en un nuevo contexto de actividades extractivas
donde aparecerían nuevas tecnologías y ciertas comodidades modernas, pero también la vida
nocturna, las discotecas, el alcohol, las drogas y la prostitución.
Después del cierre de la mina quedarían residuos contaminados de los procesos metalúrgicos
de flotación y lixiviación mediante el uso de químicos de alto riesgo de contaminación
depositados como desmonte. Además, sería el inicio de la minería a gran escala que seguiría
expandiéndose a las otras zonas concesionadas.
Por esos motivos el pueblo de Cañaris el 30 de septiembre de 2012 realizó una Consulta
Comunal, donde el 95% de los comuneros y comuneras rechazaron la actividad minera, no
otorgando ningún consentimiento para operar a la empresa Candente Cooper.
Sin embargo, el gobierno actual y sus voceros mediáticos están imbuidos de que la minería
es la gran opción de desarrollo porque atrae inversiones privadas y no duda en colocarse al
lado de las empresas en todos los conflictos, aún a costa de pisotear la naturaleza, la
diversidad cultural y biológica y los derechos de las comunidades ancestrales.
En el Perú la minería se sigue expandiendo y a pesar de ser formalmente un estado
democrático de derecho no se respetan ni cumplen el derecho internacional que ampara a los
pueblos y comunidades como el Convenio sobre Pueblos Indígenas 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.

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