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1. El León estremeció la Selva con sus rugidos, sacudió la melena majestuosamente como era
su costumbre y hendió el aire con sus garras enormes
2. Por su parte, el Conejo respiró con mayor celeridad, vio un instante a los ojos del León, dio
media vuelta y se alejó corriendo
3. En un principio no sucedió nada digno de mencionarse, pero poco después ambos animales
sintieron sus respectivas presencias y, cuando toparon el uno con el otro, cada cual reaccionó
como lo había venido haciendo desde que el hombre era hombre
4. Al caer la tarde vio aparecer, por un lado, al Conejo; por otro, al León
Augusto Monterroso
Ordena los sucesos de acuerdo a la secuencia temporal textual.
a. 4, 3, 1, 2
b. 3, 4, 2, 1
c. 3, 4, 1, 2
d. 4, 2, 3, 1
El regreso de Anaconda
Era entonces una joven serpiente de diez metros, en la plenitud de su vigor. No había en su
vasto campo de caza, tigre o ciervo capaz de sobrellevar con aliento un abrazo suyo. Bajo la
contracción de sus músculos toda vida se escurría, adelgazada hasta la muerte. Ante el
balanceo de las pajas que delataban el paso del gran boa con hambre, el juncal, todo
alrededor, empenachábase de altas orejas aterradas. Y cuando al caer el crepúsculo en las
horas mansas, Anaconda bañaba en el río de fuego sus diez metros de oscuro terciopelo, el
silencio circundábala como un halo.
Horacio Quiroga
Pregunta 1
o Tímida e inocente
o Áspera y venenosa
o Combativa y violenta
o Horripilante y serena
Los griegos
Finalmente, Sócrates fue llevado a juicio ante un jurado de unos quinientos hombres, en 339
a. C., y fue acusado de impiedad y de corromper a la juventud, aunque su crimen real era el
de ser, o aparentar ser, antidemocrático. Probablemente Sócrates habría sido absuelto si no
hubiera insistido en usar su método socrático con el jurado hasta enfadarlo y hacer que lo
considerase culpable por una estrecha mayoría de 281 contra 220.
Por entonces, las ejecuciones se llevaban a efecto haciendo beber a la persona juzgada
culpable cicuta, extracto venenoso de una planta que mata sin dolor. Por razones religiosas
debían transcurrir treinta días antes de que Sócrates tuviese que beber la cicuta. En ese
intervalo podía haber escapado fácilmente; sus amigos lo tenían todo arreglado y hasta los
demócratas de buena gana habrían hecho la vista gorda. Pero Sócrates tenía setenta años y
estaba preparado para morir, de modo que prefirió cumplir con los principios del ciclo vital
y de adhesión a la ley.
Isaac Asimov
De acuerdo con el texto, ¿por qué murió Sócrates?
Aceptó su destino natural y legal
Perdió su derecho de absolución
Defendió la religión y democracia
Desaprobó las leyes del jurado
El conocimiento humano
El asunto en el que nos ocuparemos no es la verdad, sino la interpretación. Ocurre a
menudo que parecemos tener razones adecuadas para creer en la verdad de alguna fórmula
expresada en símbolos matemáticos, aunque no estemos en condiciones de dar una clara
definición de los símbolos. También sucede, en otros casos, que podemos dar varios
significados diferentes a los símbolos, todos los cuales harán verdadera la fórmula. En el
primer caso, carecemos hasta de una interpretación definida de nuestra fórmula, mientras
que en el segundo tenemos muchas. Esta situación, que puede parecer extraña, surge en la
matemática pura y en la física matemática; hasta surge al interpretar afirmaciones de
sentido común tales como “mi habitación contiene tres mesas y cuatro sillas”. Así, parece
haber una clase amplia de enunciados con respecto a los cuales, en cierto sentido, estamos
más seguros de su verdad que de su significado. La “interpretación” se ocupa de tales
enunciados.
Bertrand Russell
Pregunta 1
En paz
[...] que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Amado Nervo
Pregunta 1
oneto
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata,
maltrato a quien mi amor busca constante.
o La pareja perfecta
o El dolor que mata
o El maltrato del otro
El laberinto de la soledad
Nacer y morir son experiencias de soledad. Nacemos solos y morimos solos. Nada tan
grave como esa primera inmersión en la soledad que es el nacer, si no es esa otra caída en
lo desconocido que es el morir. La vivencia de la muerte se transforma pronto en
conciencia del morir. Los niños y los hombres primitivos no creen en la muerte; mejor
dicho, no saben que la muerte existe, aunque ella trabaje secretamente en su interior. Su
descubrimiento nunca es tardío para el hombre civilizado, pues todo nos avisa y previene
que hemos de morir. Nuestras vidas son un diario aprendizaje de la muerte. Más que a vivir
se nos enseña a morir. Y se nos enseña mal.
Octavio Paz
Pregunta 1
La luna
Hay tanta soledad en este oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.
Soneto
¿En perseguirme, mundo, qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
1
Finalizar
Isaac Asimov
Pregunta 1
o Longitudes de onda
o Efectos de la retina
o El espectro de color
o Propiedad de la luz
Ébano
El comercio de esclavos: dura cuatrocientos años, empieza en el siglo XV y… ¿termina?
Oficialmente, en la segunda mitad del XIX, aunque en algunas ocasiones dura más: por
ejemplo, hasta 1936 en Nigeria del Norte. Dicho comercio ocupa un lugar central en la
historia de África. Millones (entre 15 y 30: existen diversos cálculos) de personas fueron
secuestradas y transportadas más allá del Atlántico en condiciones terribles. Se estima que
durante un viaje así (de dos o tres meses de duración) moría de hambre, asfixia y sed casi la
mitad de los esclavos; hubo casos en que murieron todos. Los supervivientes trabajaban
más tarde en las plantaciones de caña de azúcar y de algodón en el Brasil, en el Caribe y en
los Estados Unidos, construyendo la riqueza de aquel hemisferio. Los traficantes de
esclavos (principalmente portugueses, holandeses, ingleses, franceses, norteamericanos,
árabes y sus socios africanos) despoblaron el continente y lo condenaron a una existencia
vegetativa y apática. [...]
Ryszard Kapuściński
Pregunta 1
o Explicar
o Argumentar
o Convencer
o Denunciar