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actos jurídicos
Derecho
Privado I
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Vicios de los actos jurídicos
Vicios de los actos jurídicos
Definición y fundamento
La buena fe es un principio general del derecho (art. 9 del CCCN) que veda
el ejercicio abusivo de los derechos y sustenta nuestro ordenamiento
jurídico positivo. Como derivación de este principio, se impone a los
sujetos el deber de actuar de manera leal, recta, honesta, con una actitud
de cooperación y generación de confianza en las propias declaraciones.
De este modo, los vicios de los actos jurídicos son defectos, imperfecciones
o anomalías susceptibles de provocar la ineficacia del negocio, por atentar
contra la licitud, la buena fe o perjudicar los intereses de terceros.
A diferencia de los vicios de los actos voluntarios, que son los que afectan
la voluntad de alguno de los otorgantes del acto y pueden presentarse
tanto en los simples actos voluntarios lícitos como en el acto jurídico, los
vicios de los actos jurídicos sólo pueden presentarse, como su nombre
indica, en los actos jurídicos. No atacan la voluntad de los sujetos, sino que
conciernen a la causa de celebración del negocio, pues éste, pese a
realizarse en forma adecuada y regular, se utiliza para obtener una
finalidad ilícita, por resultar contraria al orden jurídico, al orden público o a
las buenas costumbres, o bien por carecer de causa suficiente para
justificar la tutela del derecho. (Tagle, 2002).
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La lesión
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inferioridad del primero sobre el segundo, constituye una conducta
reprochable por el derecho.
Presupuestos de procedencia
El elemento objetivo
El elemento subjetivo
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conservación de la vida, lo que traduce una situación de angustia y
agobio derivada de la falta de medios elementales para subsistir, de lo
imprescindible o necesario, teniendo en cuenta las circunstancias
propias de cada persona.
Debilidad síquica: se trata de trastornos síquicos de conducta que, por
razones ajenas a la voluntad de quien los padece, lo colocan en una
situación de inferioridad. Esta cuestión deberá ser ponderada en cada
caso, teniendo en cuenta las concretas aptitudes del sujeto.
Inexperiencia: importa la falta de conocimientos que tiene el sujeto
respecto del acto en el momento de su celebración. El término resulta
de difícil delimitación, por cuanto la inexperiencia debe referirse
concretamente al acto de que se trate y del que se sigue el perjuicio
por las prestaciones inequivalentes.
Prueba. Presunción
Así, los legitimados activos tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía
de acción como de excepción, la nulidad (“nulidad relativa” en los términos
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de los arts. 386 y 388 del Código Civil y Comercial, que más adelante
veremos) como la modificación del acto lesivo, es decir, un reajuste
equitativo del convenio. Si el lesionado opta por esta segunda opción, el
litigio queda “trabado” en ese aspecto y el demandado no puede
reconvenir por nulidad.
En síntesis :
Figura 1
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La simulación
Definición. Elementos
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b) El segundo presupuesto supone la conformidad de todos los
otorgantes del acto en el negocio simulado sobre la disconformidad
entre lo querido y lo declarado, y se caracteriza por el querer
común de no atribuir al acto aparente efectos vinculatorios.
c) Por último, la acción de simulación requiere el propósito de
engañar, que no necesariamente implica ocasionar un perjuicio
jurídico a terceros (porque su causa puede ser inocua, en cuyo caso
estaremos en presencia de una simulación lícita) o bien, puede sí
implicarlo, es decir puede existir el fin de defraudar a terceros –
quienes desconocen que el acto es falso– o el de ocultar una
violencia legal.
Clases de simulación
Por otro lado, la simulación se clasifica en lícita e ilícita, que tendrá que ver
con la causa determinante que dio origen al acto.
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voluntad real, y ello obedece a una razón determinante que se conoce
como causa simulandi.
Por último, la simulación puede ser total o parcial. Es total cuando abarca
íntegramente al negocio, viciándolo en su esencia; y es parcial cuando sólo recae sobre
una parte del acto, sin que sea necesario que destruya los aspectos reales del acto.
El artículo 335 del Código Civil y Comercial regula esta cuestión. Así prevé:
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El principio general es que los simuladores del negocio jurídico carecen de
toda acción entre ellos.
Ello es así, toda vez que las partes se pusieron de acuerdo en eludir una
prohibición legal o perjudicar a terceros, por lo que pierden, en principio, el
derecho de impugnar el acto por el vicio de simulación.
El contradocumento
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posterior, es decir, se deberá justificar por qué no pudo realizarse el
contradocumento.
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quien, al momento de la transmisión, ignorase que el derecho tiene como
antecedente un acto simulado– y a título oneroso, respecto a los cuales la
sentencia resulta inoponible.
Efectos
Prescripción
Los arts. 2562 y 2563 incisos “b” y “c” del Código Civil y Comercial disponen
que el plazo de prescripción es de dos años; en la simulación entre partes
se computa desde que, requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el
acto simulado; en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció o
pudo conocer el vicio del acto jurídico.
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Figura 2
El fraude
Noción
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omisiones del deudor en perjuicio de sus acreedores, sustrayendo bienes de
su patrimonio.
Esta caracterización permite señalar tres notas que se hallan presentes en
la noción de fraude a los acreedores: a) otorgamiento por el deudor de
actos o negocios jurídicos; b) provocación o agravación de la insolvencia
del deudor y c) sustracción de bienes del patrimonio del deudor en
perjuicio de los derechos de los acreedores.
La acción de inoponibilidad
Titulares de la acción
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Actos revocables
Sin embargo, esta regla tiene sus excepciones. Hay consenso en la doctrina
en que no pueden atacarse, por los acreedores, los actos que implican una
renuncia a derechos personalísimos, tales como pedir la revocación de una
donación por una causa de ingratitud del donatario, una causa de
indignidad para suceder, la renuncia a ejercer acción de resarcimiento por
daño moral, etc.
Requisitos de procedencia
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b) que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
c) que quien contrató con el deudor a título oneroso haya
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patrimonial, provocado o agravado precisamente por los negocios
inoponibles
Distinto será el supuesto del tercero que contrató a título gratuito, en cuyo
caso no interesa la buena o mala fe del adquirente, pues se prefiere el
interés de los acreedores por sobre el del adquirente y, por ende, sólo
habrá que acreditar que el acto fue a título gratuito.
Figura 3
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mala fe, es decir, con conocimiento de la insolvencia del deudor, al tiempo
de celebrar el acto.
Por último, señalamos que, al igual que sucede con la simulación, tanto el
tercero contratante como el subadquirente de mala fe responden
solidariamente por los daños ocasionados al acreedor que interpuso la
acción en los siguientes supuestos:
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ha admitido que fue en fraude a sus derechos. Es decir que, reconocido el
fraude por sentencia, esa inoponibilidad lo coloca en la posición de poder
reclamar su crédito sobre el bien objeto del negocio, dado que, a partir de
allí, éste no tiene eficacia a su respecto. Ello implica la posibilidad de actuar
en derecho como si el acto impugnado no se hubiese celebrado.
Extinción
Prescripción
Por último, cabe referir al término de la prescripción, la que, según los arts.
2562 inc. “f” y 2563 inc. “f” del Código, es de dos años, contados desde que
se conoció o pudo conocer el vicio del acto.
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Referencias
López Mesa, M. J. (2008). Código Civil y Leyes Complementarias Anotados con
Jurisprudencia. Buenos Aires: Lexis Nexis.
Rivera, J.C. (dir.) y Medina, G. (coord.) VV. AA. (2014). Nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, comentado por especialistas. Buenos Aires: La Ley
Tagle, M. V. (2002). Derecho Privado Parte General. [Tomo III]. Córdoba: Alveroni.
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