Você está na página 1de 7

Leyla S.

Bejar Huayhua

INTRODUCCIO'N

A lo largo de la historia de la Iglesia, numerosos maestros espirituales han

escrito sobre la contemplación. Presentamos algunos textos significativos,

escogidos entre muchos otros.

En la época patrística, Clemente de Alejandría es el primer pensador cristiano

que designa con el sustantivo griego theoría la contemplación de Dios. Había

leído esta palabra en Platón, cuya filosofía apreciaba, y le dio un contenido

cristiano. Para el Alejandrino, la theoría es el conocimiento supremo de Dios en

este mundo, y afirma que la clave para alcanzarlo es la caridad: «Dios es amor y

es cognoscible por los que lo ama . Hay que entrar en su intimidad por el amor

divino para que podamos contemplar al semejante por medio del semejante»

(Stromata,)

Orígenes es el primer autor que describe la perfección cristiana como una

comunión del alma con Dios, una unión de amor que engendra un conocimiento

afectivo, la contemplación. En este estado, «el intelecto purificado, que ha dejado

atrás todas las realidades materiales, para llegar con la máxima certeza posible a

la contemplación de Dios, es deificado por aquello que contempla» (Comentarii

in Iohannem.

Ya en la Edad Media, Ricardo de San Víctor ofrece esta definición de

contemplación: «La contemplación es un acto del espíritu que penetra libremente

en las maravillas que el Señor ha esparcido en los mundos visibles e invisibles, y

que permanece suspendido en la admiración» (Benjamin maior, lib. 1, a. 4: PL

1
Leyla S. Bejar Huayhua

ACTO CONTEMPLATIVO

Es cuando el sujeto entra en contacto con los objetos, teniendo una conciencia

nuetral. El sujeto sol se aproxima a los objetos para conocerlos y apreciar sus características.

Este concepto se expresa en juicios de hecho o existencia. Se puede distinguir los siguientes

elementos: sujeto objeto y relación contemplativa.

LOS JUICIOS DE HECHO

Expresan lo que se observa. Solo se describe el objeto contemplado. EJEMPLOS

- La capital de Francia es Paris

- El alcalde de Lima es Castañeda

- El salto Ángel es la catarata más alta del mundo con una caída de 979 metros.

CONCEPTO DE CONTEMPLACIÓN

La contemplación proviene de la raíz de las palabras latinas “cumtemplum” (como

en un templo) y del término griego que significa cortar o dividir, y significa separar algo de su

entorno y encerrarlo en un sector. La contemplación es la traducción latina de la palabra

griega “teoría” (theoria). En un sentido religioso, es un tipo de oración o meditación. Dentro

de la Cristiandad Occidental, está relacionada con el misticismo y expresada en trabajos por

los teólogos místicos Santa Teresa de Avila y San Juan de la Cruz.

En el Cristianismo Oriental la contemplación se entiende como la dirección de todas

las facultades de la propia conciencia hacia Dios o hacia cosas divinas. Cultivar una

comprensión y relación con lo divino. Muchas religiones comparten el concepto de

contemplación. La Universidad Naropa, por ejemplo, ofrece un programa de Maestría en

educación contemplativa en el contexto del Budismo. La contemplación fue una parte

2
Leyla S. Bejar Huayhua

importante de la filosofía de Platón. Para Platón, a través de la contemplación el alma podría

ascender al conocimiento de la Forma del Bien o en otras formas divinas.

Las palabras contemplación y meditación a veces tienen significados opuestos en las

tradiciones Occidentales y Orientales. En el Occidente, la contemplación se puede referir a

una dirección de la mente hacia Dios y la espiritualidad (cristianismo) o hacia el Bien

(platonismo), mientras que la meditación puede implicar un ejercicio mental específico y

dirigido como la visualización de una escena religiosa o la consideración de un pasaje

escritural. En el Oriente, sin embargo, las definiciones de estos dos términos pueden ser

revertidas.

La contemplación como una práctica, es encontrar una resonancia mayor en el

Occidente, tanto en los negocios (por ej. El libro de Peter Senge – [La Quinta Disciplina]: El

arte y práctica de la Organización de Aprendizaje con inteligencia emocional) como en una

red académica de una diversa gama de disciplinas y universidades desde la arquitectura,

pasando la física, o hasta las artes liberales. En el cristianismo católico, a la contemplación se

le da gran importancia para el decubrimiento del yo y para el desarrollo de una vida ética y

moral. El “modelo teológico” de la Iglesia Católica, según lo que escribió Santo Tomás de

Aquino: “Es necesario para el bien de la comunidad humana que haya personas que se

dediquen a la vida de contemplación”; otra cita aquí. Uno de sus discípulos, Josef Pieper

comentó: “Para esto es la contemplación, la que preserva en medio de la sociedad humana, la

verdad la cual es al mismo tiempo inútil y el criterio de cada uso posible, de modo que

también es la contemplación la que mantiene a la verdad final a la vista y le da sentido a cada

acto práctico de la vida”.

3
Leyla S. Bejar Huayhua

Obrar y contemplar

Los clásicos griegos y latinos no dejaron de preguntarse cuál era en la sociedad

humana el estilo de vida más fundamental. No se trataba de buscar en qué consiste realmente

la vida misma, la vida sustancialmente tomada, cuestión que equivale a la del ser propio de

los vivientes. Se preguntaban sólo por las operaciones vitales específicamente humanas, las

que rigiéndose por la inteligencia polarizan radicalmente en la sociedad el vivir mismo del

hombre, en tanto que éste busca individualmente su perfección y socialmente sus mejores

relaciones con los demás. Para responder bastaba con indicar los fines más generales a los

que podían dirigirse las distintas operaciones, pues «cada uno reputa como su propia vida

aquello a lo que se siente máximamente atraído, como el filósofo a filosofar y el cazador a

cazar». Estos fines generales hacen surgir dosestilos de vida fundamentales: un fin general es

la «contemplación de la verdad»; y otro fin general es la «operación exterior». Los rasgos

fundamentales de la vida humana en sociedad son la dedicación a contemplar la verdad y la

dedicación a las obras exteriores.

He ahí los estilos de vida básicos: operar y contemplar; pero son estilos

«intelectuales» de vida, puesto que es la inteligencia la que capta y conoce tales fines. Por

ejemplo, el aislamiento del hombre en el goce puramente sensible, desconectado de relaciones

espirituales y personales, hace que la vida humana baje un peldaño en la escala de la

perfección que le es propia; asimismo, el «activismo», la «praxis», la «tecnificación»

unilateral y la obsesionada entrega al mundo del trabajo, tan característicos de la vida

moderna, no pueden considerarse cono partes de la vida activa humana, sino como modos de

su mixtificación. «La vida humana ordenada –ya que de la desordenada no tratamos aquí, ni

es propiamente humana, sino más bien animal– consiste en las operaciones de la inteligencia.

Pero la vida intelectual tiene dos operaciones: una que pertenece a la misma inteligencia en sí

misma considerada, y otra que le pertenece en cuanto que rige las facultades y fuerzas

4
Leyla S. Bejar Huayhua

inferiores. Luego la vida humana será doble: una que consiste en la operación propia de la

inteligencia en sí misma, y ésta se llama contemplativa; y otra que consiste en las operaciones

de la inteligencia dirigidas a ordenar, regir e imperar las facultades inferiores, y ésta se llama

vida activa.

La inteligencia ejerce, pues, dos tipos de actos. Uno que recibe la forma inteligible

del objeto y, por tanto, se dirige a él para conocerlo: se trata de una acción intelectual

esencialmente cognoscitiva o contemplativa. Otro actúa esencialmente sobre el objeto, pues

no sólo lo dirige y lo mueve, sino que formalmente lo hace: se trata de una acción intelectual

esencialmente práctica, efectiva, que incide en las facultades humanas para dirigirlas. En

resumen, los fines más generales de la inteligencia sólo pueden ser dos: o bien la misma ope-

ración que conoce la verdad, o bien lo exterior a esa operación, la vida afectiva y la vida

social del hombre regulable inteligentemente.

La contemplación como movimiento interno

Dado que la contemplación no se orienta a dirigir las facultades humanas, sino a

conocer perfectamente la verdad, los clásicos advirtieron que se trata de un «reposo». Y a

muchos les asaltó el escrúpulo de si con esta quietud no se paralizaba la vida, que es mo-

vimiento. El Aquinate salía al encuentro de esta duda, indicando que la contemplación es,

desde luego, reposo, pero sólo respecto de los movimientos exteriores. O sea, la contem-

plación es ya en sí misma un movimiento de la inteligencia, el máximo o más alto

movimiento de un ser perfecto.

Y aunque la vida contemplativa consiste en un solo acto, que es la contemplación de

la verdad, la inteligencia humana ha de disponerse a ese acto. Porque no siendo ella la

facultad de un espíritu puro, no ve la verdad por una simple aprehensión, sino que llega a la

intuición de la más sencilla verdad progresivamente y a través de muchos actos. «La vida

contemplativa consiste en un único acto, a saber: la contemplación de la verdad, término final

5
Leyla S. Bejar Huayhua

del que recibe su unidad; pero el hombre llega a él a través de muchos otros actos, de los

cuales unos se refieren al conocimiento de los principios, desde los cuales pasa a la

contemplación de la verdad; otros actos deducen de esos principios la verdad cuyo conoci-

miento se busca; pero el último acto, complemento de todos, es la misma contemplación de la

verdad.

Uniformidad y centralidad de la contemplación

Se describía el proceso contemplativo mediante una metáfora que los neoplatónicos

habían utilizado: la del movimiento circular, que es uniforme en su recorrido y se tensa hacia

el centro: uniformidad y centralidad son las notas que se destacan en la contemplación. «Para

que el alma llegue a esa uniformidad es necesario vencer estos dos obstáculos: el que

proviene de la diversidad de las cosas exteriores, y se vence apartándose el alma de esas

cosas; por eso se pone en primer lugar en el movimiento circular del alma el recogimiento

hacia sí misma. El segundo obstáculo proviene del discurso de la razón; y se logra vencer con

la reducción de todas las operaciones del alma a la simple contemplación de la verdad

inteligible; por eso se pone en segundo lugar la uniforme concentración de las fuerzas intelec-

tuales, de modo que cesando el discurso, fije su mirada en la contemplación de una sola y

sencilla verdad. Y en esta operación del alma ya no hay error, como es evidente que tampoco

lo hay respecto del intelecto de los primeros principios, los cuales conocemos por simple

intuición (simplici intuitu cognoscimus). Este intuitu o intuición no es la de un espíritu puro,

cuya visión es inmediata y sin determinantes cognoscitivos previos. En el caso del hombre, el

conocimiento propio de la vida contemplativa requiere necesariamente de la palabra interior,

del concepto, excitado previamente por un determinante cognoscitivo emitido por las cosas

cognoscibles.

6
Leyla S. Bejar Huayhua

Del bien hacer al contemplar

La vida activa no consiste meramente en hacer cosas, sino en hacerlas bien. Este

modo de hacer bien las cosas, en lo que concierne al hombre, fue llamado por los clásicos

vida moral o vida en la virtud, que es como en puridad debe ser llamada. Y como la tarea más

principal en el modo de hacer bien las cosas es que los hombres logren entre sí la máxima

perfección de que son capaces, el Aquinate afirma que la justicia es la más importante de las

virtudes morales, o sea, lo más decisivo de la vida activa, pues nos ordena los unos a los

otros (qua aliquis ad alterum ordinatur): «Por eso se describe la vida activa por la ordenación

de unos a otros; no porque únicamente consista en esas obras, sino porque en ellas consiste

principalmente». La persona no puede realizar su integración individual sin contar con el otro.

Y no precisamente para conocerlo, sino para hacer bien con él la propia vida.

Que haya dos estilos de vida no significa que deban estar desconectados. De hecho existe

cierta ósmosis entre ellos. Por ejemplo, la vida moral está ligada a la vida contemplativa.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Gadium pres. (14 de 09 de 2011). Recuperado el 15 de 10 de 2018, de Gadium Pres


espiritualidad: https://es.gaudiumpress.org/content/29719-Contemplacion-y-Accion---
El-ejemplo-de-Santo-Tomas-de-Aquino
lafoldi, h. (12 de enero de 2018). sabiduria . Recuperado el 15 de 10 de 2018, de sabiduria:
http://www.sabiduria.com/liderazgo/contemplacion/
ley natural. (23 de 14 de 2010). Recuperado el 15 de 10 de 2018, de ley naiural:
http://www.leynatural.es/2015/02/10/un-estilo-inteligente-de-vida-la-contemplacion/

Você também pode gostar