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Valor Trabajo
Por A. Dorado el 27 abril, 2014 en Análisis, Traducción
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Capítulo Tercero. Cómo la física está validando la Teoría del Valor Trabajo.
Cuando era estudiante de economía nuestro profesor nos explicaba que aunque la Teoría
del Valor-Trabajo había supuesto una fase históricamente importante en el desarrollo de la
economía, ahora se sabía que estaba completamente equivocada. Economistas del Siglo XX
como Sraffa y Samuelson habían mostrado que era innecesario conferir al trabajo ningún
papel especial en el entendimiento de los precios. En realizad la estructura de estos podía
comprenderse perfectamente como el resultado de los costes monetarios de las empresas y
el comportamiento de los empresarios que buscaban maximizar el beneficio. Y si no había
en la realidad nada parecido al Valor-Trabajo, se seguía que la teoría de Marx de la
explotación era una incursión improcedente de prejuicios morales en la ciencia “positiva”
de la economía.
El profesor al que me refiero, Ian Steedman, era bastante de izquierdas en realidad, un
miembro muy activo del Partido Comunista.
Esto no deja de ser una anécdota, pero el hecho de que incluso un intelectual comunista
prominente creyera que el componente central de la teoría económica de Marx carecía de
validez científica es significativo. En retrospectiva nos indica lo mal preparados que
estaban los intelectuales del movimiento comunista cuando se enfrentaban con los intensos
ataques ideológicos al socialismo en los ochenta y noventa.
Pero hace 25 años llegó ayuda de una fuente inesperada. Dos matemáticos, Moshe
Machover y Emanuel Farjoun, escribieron un libro denominado Las Leyes del Caos. Su
libro ofrecía un modo nuevo y radical de observar como el capitalismo funcionaba como un
sistema caótico y desorganizado.
Farjoun y Machover supieron ver que la física ya había desarrollado teorías para describir
sistemas parecidos igualmente caóticos y desorganizados.
Es tarea de la ciencia descubrir los mecanismos causales. Una vez que se ha hecho esto se
pueden hacer predicciones susceptibles de comprobación. Si hay dos teorías en
competencia que hacen diferentes predicciones sobre la realidad, podemos mediante la
observación determinar que teoría es la correcta. Este es el método científico correcto.
Las industrias que tienen una ratio de trabajo alta en relación con el capital son más
rentables. Pero esto es exactamente lo que cabía esperar si la fuente del beneficio era la
explotación del trabajador más que el capital. Su teoría realizaba predicciones que no sólo
eran acertadas empíricamente, sino que al mismo tiempo verificaban la teoría de Marx de la
explotación del trabajo.
Así como la energía se conserva en las colisiones entre moléculas, así el dinero se conserva
en el acto de compraventa.
¡Hasta ahora es muy obvio!
Lo que no es tan obvio es lo que esto implica. Yakovenko mostró que las leyes de la
termodinámica implicarán que la distribución del dinero entre la gente seguirá la misma
forma que la distribución de la energía entre las moléculas en un gas: la llamada
distribución Gibbs-Boltzmann. Eso suena muy científico, ¿pero qué significa en realidad?
Lo que nos dice la distribución Gibbs-Boltzmann del dinero es que poca gente acabará
teniendo mucho dinero y mucha gente tendrá muy poco dinero. Nos dice que la distribución
del dinero será muy desigual, tal y como observamos en la sociedad capitalista. De hecho
Yakovenko mostró que la distribución de la riqueza en EEUU se ajusta a la distribución
Gibbs-Boltzmann de un modo muy cercano.
Hay una tendencia a pensar que los ricos deben su riqueza a su esfuerzo o inteligencia, pero
la física nos dice que no. En una economía de mercado dada, las leyes de la probabilidad
significan que mucho dinero acabará en manos de poca gente. Y de hecho cuando
observamos los EEUU hallamos que la distribución de la riqueza es todavía más desigual
que la que podríamos esperar de la ley Gibbs-Boltzmann. Si esta ley operara, había
millonarios, pero no gente con miles de millones. ¿A qué se debe la disparidad?
Las ecuaciones originales de Yakovenko representaban una economía que es más bien
como la que Marx denominó: “producción simple de mercancías”. Asumía sólo la compra y
la venta.
Los trabajos más recientes de Yakovenko y Woright han mostrado que si modificas estas
ecuaciones introduciendo las ganancias por interés sobre dinero o la contratación de trabajo
asalariado, entonces las ecuaciones predicen una polarización de la población en dos
grupos. El grueso de la población, los trabajadores asalariados y la pequeña burguesía,
siguen una distribución Gibbs-Botlzmann. Pero existe una segunda clase, la de aquellos
cuya renta se deriva del capital, cuya riqueza seguirá un sendero diferente, lo que se
denomina una “distribución de ley de potencia”. Una vez más, obsérvese en detalle la
distribución de la riqueza y tendremos exactamente la distribución vaticinada por la teoría
de Yakovenko. Esto, dice Yakovenko, demuestra que Marx estaba en lo cierto cuando decía
que la sociedad moderna comprendía dos clases distintas y antagónicas: capitalistas y
trabajadores.
Así que la física moderna ha demostrado no sólo que Marx estaba en lo cierto en su análisis
fundamental, sino que estaba en lo cierto porque sus conclusiones se seguían de una de las
leyes fundamentales de la física, las leyes de la Termodinámica.
También tenemos una conclusión menos obvia que debemos extraer de la propia física. Que
el socialismo de mercado es una opción indeseable. Podemos ver a partir de la obra de
Yakovenko que en una economía socialista de mercado la economía también tendría una
distribución del dinero muy desigual. Aquí también operaría la ley Gibbs-Boltzmann. Unas
pocas cooperativas acabarían con mucho dinero, y mucha gente trabajando en ellas y otras
cooperativas quedarían sumidas en la pobreza. A partir de esto el capitalismo se
regeneraría. Como escribió Lenin: “la pequeña producción engendra el capitalismo y la
burguesía continuamente, cotidianamente, hora a hora, espontáneamente, y a escala
masiva”.
Escrito en 2008.
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1.
Lo de Yakovenko tiene pinta de ser cierto. Pero igual que las moléculas de oxígeno
con mas y menos energia siguen siendo moléculas de oxígeno, que una persona
tenga menos o más pasta en un momento determinado no crea una división de clases
y intereses clara y inamovible.
Además, teneís “Le capital au xxie siècle” que da suficientes razones para que todos
seamos de izquierdas, sin necesidad de heterodoxos ni dogmas marxianos.
2.
http://www.slashdocs.com/iwrszp/bn-reply.html
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-
16672010000400006&script=sci_arttext
3.