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DICTAMEN JURÍDICO
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pleno derecho. Si bien las reacciones de los demás Estados a una reserva no determinan su validez o invalidez,
constituyen un factor importante para tener en cuenta al evaluar la validez de esta reserva. Por este motivo, hubiera
sido de gran utilidad que los Estados contratantes formulen objeciones a la reserva inválida y expliquen los motivos
en los cuales se fundan esas objeciones.
Si bien las reservas inválidas carecen de efecto jurídico, se discute si la nulidad de una reserva invalida, afecta o no,
el consentimiento en obligarse por el tratado del autor de esa reserva. Esta cuestión enfrenta a los partidarios de la
divisibilidad de una reserva inválida del consentimiento en obligarse por el tratado, quienes consideran que el autor
de la reserva inválida se convierte en parte contratante sin el beneficio de la reserva, con quienes sostiene que la
nulidad de una reserva inválida afecta también el consentimiento en obligarse por el tratado, en cuyo caso el tratado
no entra en vigor con respecto al autor de la reserva inválida.
La CDI al respecto ha adoptado la solución intermedia entre los partidarios y los opositores de la divisibilidad. Como
punto de partida la Comisión consideró que la clave para hallar la solución se encontraba en la voluntad del autor
de la reserva: “¿Entiende el autor quedar obligado por el tratado incluso si su reserva no es válida- sin el beneficio
de la reserva- o constituye su reserva una condición sine qua non de su consentimiento en obligarse por el tratado?”.
El elemento determinante es la intención del autor de la reserva inválida, seguidamente, la comisión apoyó la idea
de una presunción iuris tantum, según la cual, la falta de intensión contraria del autor de una reserva invalida, el
tratado se aplicará a él, sin el beneficio de esa reserva.
Por último, Rohan se encuentra obligado por el tratado con respecto a Gondor siempre y cuando tomemos como
alternativa la presunción iuris tantum sin ser válida la reserva realizada por dicho estado, pero el Tratado no se
encuentra en vigor entre el Estado de Rohan y Rivendel por los motivos esgrimidos con anterioridad.
3- Consecuentemente, cabe poner de resalto que en la primer parte del tratado se establecen obligaciones
sustantivas relativas a la protección de los Ents codificando normas consuetudinarias existentes en la región. Así, en
el artículo 4 se declara al Bosque de Fangorn como Zona Milenaria, y el artículo 5 dispone: “Los Estados partes se
comprometen a no desarrollar ninguna actividad extractiva de carácter económico, en particular el desmonte y la
tala de árboles dentro del Bosque de Fangorn o en cualquier otra zona donde habiten comunidades de Ents.”. Por
tal motivo, aunque no se encuentre en vigor el tratado entre los cinco estados continentales, lo rezado por el artículo
5 corresponde a una norma consuetudinaria correspondiente a la costumbre , siendo por lo tanto una fuente de
Derecho Internacional Público, la única particularidad que guarda dicha costumbre es que deberá ser probada. El
tratado tenía fines codificadores de costumbre.
4- Por lo motivos esgrimidos se llega a la conclusión de que la tala y el desmonte dentro de la zona del Bosque
de Fangorn son actos contrarios al derecho internacional vigente en virtud a la costumbre regional desarrollada
desde los ‘90 al presente, todo ello en virtud de que desde la advertencia realizada por el Concilio Blanco sobre la
situación de vulnerabilidad en la que se encontraban los Ents en los años subsiguientes se produjo una disminución
drástica de la tala indiscriminada, hasta llegar a la abstención total por parte de todos los Estados de la región.